wilheim dilthey

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Universidad Autónoma de Chihuahua Facultad de Filosofía y Letras Hermenéutica filosófica Titular: Dr. Cesar Santiesteban Eduardo Limas García 227652 Wilhelm Dilthey Contenido 1. Marco referencial Romanticismo: caída de la idea ilustrada y confrontación con el método naturalista Positivismo rigidez metodológica y objetivos del movimiento 2. Por una Critica a la razón historia, el deambular por el sentido de la historia y la temporalidad. Antigüedad Medievo Renacimiento (Vico) Hegel Positivismo Historicismo 3. La hermenéutica como metodología para las ciencias del espíritu (10)

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Universidad Autónoma de Chihuahua

Facultad de Filosofía y Letras

Hermenéutica filosófica

Titular: Dr. Cesar Santiesteban

Eduardo Limas García

227652

Wilhelm Dilthey

Contenido

1. Marco referencial

Romanticismo: caída de la idea ilustrada y confrontación con el método naturalista

Positivismo rigidez metodológica y objetivos del movimiento

2. Por una Critica a la razón historia, el deambular por el sentido de la historia y la

temporalidad.

Antigüedad

Medievo

Renacimiento (Vico)

Hegel

Positivismo

Historicismo

3. La hermenéutica como metodología para las ciencias del espíritu (10)

La vivencia

Ruptura objetual

Ruptura metodológica

Introducción

La figura de Kant entre los pensadores de nacionalidad alemana ha sido un eje donde

reposan los planteamientos filosóficos de toda una tradición. Mas allá de representar un

cimiento que unificó los poblados que después formarían la nación alemana, Immanuel

Kant extiende las formulaciones pasadas a él y expande en nuevos problemas. Sintetizada

la filosofía en sus tres preguntas: ¿Qué puedo conocer? ¿Qué tengo que hacer? ¿Qué debo

esperar? Parece un eslabón al que los pensamientos del idealismo alemán siguen adheridos.

Sin embargo, mencionamos a Kant, no por su valor filosófico, sino por ser el epilogo de la

actitud ilustrada, que impulsará en el siguiente siglo. Sus herederos intelectuales, quienes

ineludiblemente no podían escapar a su influencia, suscriben su interés filosófico por

entrañar aquellos temas no elaborados o desarrollados por el filósofo de Kôningsberg.

Por otro lado, la disputa entre distintas concepciones de métodos y presupuestos

metafísicos en la ciencia, tiene un historial caudaloso. Son aporías que conllevan a otras y

entre ellas disponen una preconcepción de la naturaleza y sobre todo de la manera en que se

va a acceder al conocimiento.

Sin embargo, el roce entre dos posturas ante la naturaleza siempre ha estado en fricción, la

aristotélica y la galileana. Clarificando el problema, ha sido ilusorio, dado que hay una

distancia de siglos entre quienes proponen el debate. ¿Pudiésemos imaginar que dentro de

la aporía metodológica sobre lo óntico, repose encapsulada la mirada interior de la

interpretación de índole filosófica?

La hermenéutica ha dejado atrás sus posiciones utilitarias, es decir, su nacimiento se dio en

los oráculos de culturas antiguas, refiriendo las evocaciones de las pitonisas, las cuales se

encontraban bajo un estado alterado de conciencia, lo que hacía difícil la percepción del

contenido divino. Siendo un ejemplo más, las interpretaciones de las escrituras

judeocristianas así como las leyes, la hermenéutica determinaba un instrumento más allá de

las “interpretaciones populares” o el sentido común. La prioridad era rescatar el contenido

expedido pero ¿Cómo saber cuál era el punto que determine la saciedad del contenido?

La hermenéutica en el siglo XVII y XVIII ya no es una subordinación en comparación con

el avance científico, de ella nace la preocupación de una nueva manera de conocimiento,

sobre el humano. Pieza modular es Wilhelm Dilthey que devela a los ojos de la historia,

una expropiación y evasión del conocimiento espiritual tratando de extraerlo por métodos

referidos a la naturaleza. Ya no nos encontramos a distancia de siglos para el debate como

sucedía entre Aristóteles y Galileo, así, el estudio de Dilthey es la búsqueda de una

conciencia histórica y asumiendo el fundamento del tiempo. Martin Heidegger hará ver que

Dilthey ha sido el filosofo al que se asocia con “un fino interprete de la historia del espíritu,

y muy especialmente de la historia de la literatura, que también se esfuerza por trazar los

limites entre las ciencias de la naturaleza y las ciencias del espíritu, un hombre que atribuye

un papel preponderante a la historia de estas ciencias lo mismo que a la <<psicología>>, y

que deja esfumarse todo esto en una <<filosofía de la vida>> de carácter relativista.

Se podría clasificar esquemáticamente la labor investigadora de Dilthey en tres dominios:

estudios relativos a la teoría de las ciencias del espíritu y a su delimitación frente a las

ciencias del hombre, de la sociedad y del Estado; tentativas para elaborar una psicología

destinada a exponer a “integridad del hecho humano”1

En el presente estudio me dispongo a desarrollar el punto de partida del filósofo alemán

Wilhelm Dilthey quien busca una resolución metodológica hacia la historia, haciendo

distinción entre las ciencias del espíritu y las ciencias de la naturaleza. Por lo que

comenzare por entender la postura de Dilthey ante los problemas de su tiempo, a los cuales

busca poner orden y solución. Los movimientos que determinan el filosofar del historicista

alemán, ya que nadie filosofa de la nada, son herencia de la tradición, refiriéndome

especialmente a la concepción del tiempo a través de la historia de la filosofía: el ultimo

gran sistema filosófico de Friedrich Hegel, el positivismo, el romanticismo, para finalmente

llegar a la morada de Dilthey, el historicismo, con quien simpatiza con una porción de la

tendencia. Para desarrollar su método hermenéutico, propuesto en la Introducción a las

ciencias del espíritu, y establecer la separación y autonomía de las ciencias del espíritu.

Conllevando a determinar la trascendencia sobre la interpretación de Dilthey, en el origen

del pensamiento de Martin Heidegger, Hans Greog Gadamer y Hurgen Habermas.

1Heidegger, Martin, Ser y tiempo, Tr. Jorge Eduardo Rivera. P.378, versión digital.

1. Marco referencial: Herencia de la tradición y época.

El filosofo Wilhelm Dilthey hereda una serie de perspectivas que influirán su pensamiento

y desde luego, se enfrenta a los presupuestos de la época. No es sencillo distinguirlo de

otros pensadores, dado que intuye una gran afluencia de intelectuales en el siglo XIX.

Tomemos como referencia inicial, el nacimiento de la época moderna. En filosofía, se

consideró un giro radical sobre el contenido de lo que se hace filosofía, pues, nos alejamos

de la idea substancial de lo óntico, nos infiltramos cada vez más en aquello a lo cual no

indago la filosofía cristiana, pero que puso un cimiento distinto, la interioridad.

La filosofía no fue la misma desde aquel acontecimiento, la antigüedad se atribuía una

importancia ontológica al proceso de teorizar, de reflexión y contemplación, la superstición

del oráculo de Delfos profesaba “conócete a ti mismo”, entreveía la faceta que se tomara

como el modus vivendi cultural de la época moderna, la razón. Una cualidad arraigada en el

hombre, que se contraponía a los dogmatismos aceptados.

Un presupuesto al que se enfrenta Dilthey, es a la propiedad conjeturada del hombre por

obtener una certeza inamovible. Después de la figura de Hegel, un sinfín de problemáticas

se destapó a través de la crítica a su sistema dialectico.

La época que personifica lleva una inercia de múltiples eventos históricos, políticos,

científicos e intelectuales. Dilthey se encuentra en una época en crisis, o mejor dicho en

transición, el impulso que apuesta por acelerar la realidad. No podemos dejar de hacer

referencia al ultimo gran sistema de la época, Hegel, quien no solo determino un sendero

del pensamiento, la naturaleza era atribuida como una concreta manifestación del

pensamiento, reflejado entre un sistema tripartida, tesis, antítesis y síntesis, los eventos

históricos se resolvían con el esquema tripartidario.

El cuestionamiento por el que gira la mirada de Dilthey sobre la realidad, es una

concepción metafísica sobre el sentido de la historia. “Dilthey coincide con el positivismo y

con el neokantismo en su negación de la posibilidad de conocimiento metafísico, pero le

separa de ellos su oposición al naturalismo triunfante de su tiempo”2

El primer evento es el romanticismo, identificado con Goethe, es una reacción ante el

anhelo de la población por instaurar un orden. Se han derrumbado los tótems dogmaticos,

religión y monarquía, ahora el hombre se enfrenta a su realidad, una realidad cultural,

donde germinarán nuevas visiones de la vida, el mundo y la existencia al por mayor. El

2 Ferrater Mora, José, Diccionario Filosófico, p.313, versión digital.

inicio de la autoconciencia histórica se ha accionado, ahora el humano puede discernir entre

las posibilidades de raciocinio que tiene y la libertad de ideas y culto.

Más aun, la confianza inspirada por la idea ilustrada, constipara una indigestión y distorsión

del movimiento. Con una ingenuidad colectiva, la sociedad ilustrada se convertirá en el

cazador cazado, o mejor dicho el liberador esclavizado.

Romanticismo caída de la idea ilustrada y confrontación con el método

naturalista

“La ilustración es la liberación del hombre de su culpable

incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de

servirse de su inteligencia sin la guía de otro. Esta

incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta

de inteligencia, sino de decisión y valor para servirse a si

mismo de ella sin la tutela de otro. ¡Sapere aude¡ ¡Ten el

valor de servirte de tu propia razón! He aquí el lema de la

ilustración”3

Aun con la inercia de la revolución francesa, la sociedad se encuentra dual, pues aun

continúan los postulados ilustrados, conducidos por la idea kantiana del Sapere Aude. El

florecimiento del intento humano de insertarse en la realidad con una ventaja instintiva

como la razón, según la visión ilustrada, aun conllevaba la idea de solidaridad y justicia,

permanentes en los postulados de la revolución francesa, la cual rechazaba innatismos y

propiedades dictatoriales de la clase feudal, quien con la revuelta de la toma de la Bastilla

se despojo de tal grillete, dejando al hombre frente al mundo y sentado junto a la razón. Sin

saberlo, la confianza depositada en aquella facultad, la racionalidad, el hombre haría su

siguiente tótem, como lo fue el anterior: el vitalismo, la monarquía, el absolutismo… cierto

es, que los resultados arrojados por el uso e instrumentación de la racionalidad,

representado en los avances científico-matemáticos vinieron a expandir la idea de mundo y

el rol que encarna el hombre en el.

“La racionalidad” impulsó una época fructífera, y evidencio facetas culturales que nunca se

habían mostrado, es decir, gracias a esta conciencia intelectual, emergieron relaciones

sociales inesperadas.

Hubo fisuras en el movimiento ilustrado, a tan arraigada confianza de los participantes,

sucedió un giro colateral. En 1789 se dio la revolución francesa promulgando la volición de

la monarquía y gestando el nacimiento de la republica consumado en 1792.

3 Immanuelle Kant, Filosofía de la historia, FCE, p. 25 (¿qué es la ilustración?)

Las ideas de libertad y justicia, que fueron el eje, llegaron a ser subyugadas por el poder y

el apego excesivo a la facultad racional. La representatividad del terror fue la guillotina, la

protagonista de abolir directamente la monarquía, con la ejecución de María Antonieta y

Luis XVI. La barbarie comenzaba, el mismo instrumento que participo en la liberación del

movimiento histórico, fue utilizado para desconfigurar los ideales, poco a poco la

guillotina ejecuto a las mentes brillantes del movimiento. A su vez, Napoleón comenzaba

un nuevo imperio, con su campaña de libertad. Concretamente, su campaña no fue de

liberación humana, sino de una inminente necrofilia, avasallando cuanta vida humana

succionara su conquista. Estos eventos proclamaron una insuficiencia emotiva, reflejado en

un desencantamiento de la razón, quienes confiaron en los caminos por los que ella guiaba

se vieron cómplices de sus resultados. El mismo F. Hegel fue participe de aquella reacción,

siendo que al ver entrar a Napoleón triunfante, el mismo aplaudió y afirmo que él

imperialista francés era la representación (síntesis) del espíritu absoluto, tiempo después se

arrepentiría de haberlo tomado así. Tal como Hegel, el pesimismo y la apatía se vio

reflejado en la época. Con todo ello detrás, se gesto el romanticismo.

El resurgir de naturaleza como una fuerza omnipotente, es el eje mismo de la ideación

romántica. Aquella faceta que perdió la naturaleza como una representación y parte de la

admiración, es rescatada por estos ideales. La vehemencia con que la naturaleza

resplandece ubica al humano y lo delimita en su grandiosidad. Con la estructuración

ontológica de la modernidad, por ejemplo Descartes, el individuo es el inicio y elemento

modular para la realidad, pues desde ahí comienza, es el conocido problema en el filósofo

francés de las otras mentes y la justificación ontológica de lo que esta fuera de la

conciencia. Es valido pensar que ante tal solipsismo cartesiano, el exterior se nos difumina

en aras de un egocentrismo intelectual. Teniendo como propósitos “resurgir del instinto y

de la emoción”4.

Y mas, con las frases hegemónicas del fundamento científico-matemático, de Galileo “Las

matemáticas son el alfabeto con el cual Dios ha escrito el Universo.” y de Newton “La

unidad es la variedad, y la variedad en la unidad es la ley suprema del universo”. La

naturaleza es predecible y cabe dentro de la cabeza humana. La posición de científico

italiano es mas mesurada, pero el científico ingles, es voraz, ya que su intención no es un

descubrimiento de los principios naturales implicados en propiedades naturales, sino

Newton tenía una motivación teológica, encontrar lo que Dios manifiesta detrás de lo

aparente.

El romanticismo figurara e identificara a la facultad de quedar absorto y la creatividad del

individuo, como la fuerza originaria, y tanto las figuras como Goethe, Herder y Jacobi, 4 REALE, Giovanni, Historia del pensamiento científico y filosófico, tomo III, p.33, Herder, 1983

estructuran las tesis de tal movimiento. Bien comentara Baugh “el adjetivo romántico

aparece como primera vz en la literatura inglesa a mediados del siglo XVII, para indicar

algo fabuloso, extravagante, fantástico e irreal.”5

Existe una propensión a rescatar la particularidad de los eventos, ante la universalidad que

presentaba los dogmas religiosos del Medievo y los preceptos científicos de las ciencias

naturales.

La preocupación y la necesidad de un nuevo orden social comienza a tener gran peso en los

intereses ciudadanos de la centuria del 1800. Los sutiles pero avasalladores inventos

técnicos y formales, demandaban un desconocimiento de disciplinas nuevas y aun por

explorar, lo que apuntaba a la creencia a ciegas en los métodos que seguían las ciencias

naturales. Los ideales de la ilustración permanecieron en herencia a demás

Positivismo rigidez metodológica y objetivos del movimiento

Como es posible ver, la historia, así como demás ciencias que comienzan a condensarse en

la época, la sociología y la psicología toman la cabeza entre las disciplinas emergentes. Mas

el conflicto no es determinado durante el siglo XIX, pues un movimiento de corte

científico, que intuye descifrar la naturaleza y sus contenidos. Descendiendo de las ideas

del empirismo ingles y francés, y propenso a apoyarse en los principios racionalistas de la

filosofía moderna, tales como la de Spinoza, Descartes y Leibniz, configuran un sistema

que en nuestros días, es obsoleto y extinto, pero algunas de sus tesis principales siguen

vigentes.

El auge de las ciencias relacionadas a la naturaleza, fue in crecendo, pues las metodologías

datan desde el año 300 Ac con las indagaciones de Aristóteles sobre la physis. Sin

embargo, el siglo XVIII y el XIX, florecieron avances distintivos de las ciencias naturales,

y por sentido común, se confió con fervor sobre los paradigmas que disponían la fuerza

explicativa de las teorías científicas.

Entrever lo que subyace en aquellos momentos históricos, proviene de los ideales de la

ilustración, quienes los intelectuales nos invitaban a pensar por si mismos, usar a la razón

como aquella propiedad que conduzca (ciegamente) a la humanidad a un estadio inalterable

y justo, rechazando los dogmatismos provenientes de la irracionalidad, fuera de definir un

movimientos oposicionista, era una impulso intelectual liberador, no por nada tenemos los

sistemas legislativos y democráticos que se remontan a aquellos siglos. En su filosofía de la

historia, Immanuelle Kant instaura un ensayo corto del cual se desprenderán los ideales

ilustrados, a realizarse en cuanto disciplina pueda.

5 Giovani Reale, Historia del pensamiento científico y filosófico, Herder, p. 345

Las autoridades científicas se cimentaron bajo las sombras de Galileo y Newton, quienes

consideraban a la naturaleza como un recipiente del cual se pueden conocer y predecir los

movimientos que suceden dentro del contenedor. El tiempo es una propiedad que transcurre

para cualquier objeto dentro del “depósito óntico”. Y cuando hago referencia en abarca o

transcurre a todo objeto, en ello se considera los sujetos, quienes también pueden ser

objetos. Es la primera vez que se hace alusión a la misma categoría de ente, para los objetos

y los sujetos. Que nos deposita en una doble concepción del nuevo problema que se nos

revela históricamente. 1) los individuos son figuras que pueden llegar a ser conocidas y 2)

los individuos pueden ser considerados como objetos, lo que infiere que el método con el

cual se extraen conocimientos, en su caso, explicaciones, es el aplicado a la naturaleza.

Tendremos que determinar como se ha intentado acercarse a la naturaleza. Hacer distinción

entre la explicación y la descripción y sus propósitos. La explicación busca dejar a la vista

el proceso de un mecanismo y arrojar causas o justificaciones de porque “lo estudiado” se

comporta de tal manera. La descripción intenta proporcionar las características o cualidades

de un objeto, es menos invasiva que la explicación, su modestia es la captura de datos y no

la aprehensión del sujeto.

El valor predictivo de la ciencia natural recorto las motivaciones de los científicos, a seguir

lemas como los de Francis Bacon. Demostrando que el positivismo fue un movimiento

ebrio por la objetividad del mundo y su aprehensión.

“El canon de las ciencias del espíritu permanecerá atrapado en el marco de un horizonte

positivista.”6 En el año de 1840, se encuentra consolidado un movimiento crucial, no solo

identificado con Comte, pues tuvo sus representantes en toda la Europa continental.

Con la inercia de la revolución industrial y el empuje de la maduración de las ciencias de la

naturaleza, en marcada expansión, el climax de eventos históricos dentro de esa época,

apostaba por ser una época pletórica, donde no podía verse algún conflicto, por la seguridad

que aparentaba tales aspectos positivos

Los presupuestos que maneja el positivismo son de índole reduccionista y apuntan a una

exacerbación de la objetividad. Afirmando como eje, que solo podemos conocer aquello

que nos permite conocer las ciencias y el único método para el conocimiento es el propio de

las ciencias naturales, la relación sujeto-objeto, se mantiene a pesar de la emergente

apropiación de un nuevo esquema para el conocimiento, que deja ver una nueva realidad,

ya que nos encontramos ante una relación sujeto-sujeto.

Tesis positivistas

6 REALE, Giovanni, Historia del pensamiento científico y filosófico, Herder, 1983.

1) Solo conocemos aquello que nos permite conocer las ciencias y el único método de

conocimiento es el propio de las ciencias naturales.

2) Los fenómenos se caracterizan por su explicación de elementos causales.

3) Idea de progreso, optimismo.

4) Relación con el romanticismo por el germen ilustrado.

5) Combate lo espiritualista y lo idealista de la realidad.

6) Confianza acrítica, sin obstáculos, de la ciencia.

7) Ciencia y racionalidad, como ideología de la burguesía.7

7 REALE, Giovanni, Historia del pensamiento científico y filosófico, Herder, 1983

2. Por una Critica a la razón historia, el deambular por el sentido de la historia y

la temporalidad.

Anteriormente hicimos alusión a la poderosa figura de Kant sobre sus sucesores

intelectuales. La historia de la filosofía podría decirnos qué autores mantienen un

paralelismo con el oriundo de Kôningsberg y quienes interactúan con su pensamiento.

Johann Fichte, por ejemplo, acentúa su interés por una extensión de la estética, para resaltar

la relación con la naturaleza. Se ha entendido que su trabajo es una extensión de la “Critica

a la razón práctica” y a la “Critica a la razón pura”, aumentando el campo kantiano a una

“Critica a la revelación o lo sagrado”. Uno de los rasgos característicos que refiere ser

kantiano o neokantiano es el rechazo a el materialismo y al escepticismo, que en

contraposición a un sistema abierto y que no sigue un fundamento tal que inscriba una

partícula filosófica como eje, es decir, con Kant no podemos distinguir de una propiedad

elemental que funcione como una manivela, tal como lo fue la razón para los franceses y

los sentidos/experiencia para los ingleses. En Kant, se apropia la postura criticista, denotar

una limitación de la razón es un rasgo, hay lugares a los cuales no se puede acceder, partes

que no pueden tener una aplicación.

Dilthey se invoca en una búsqueda y un desarrollo del trabajo de Kant. Pudiésemos decir

algo muy aventurado, pero el trabajo de Dilthey es una “crítica a la razón histórica”

además de una nueva epistemológica basada en un holísmo psicológico puntual.

La historia y sus diferentes concepciones, se sintetizan por la visión del tiempo. Antes de

reafirmar el conflicto por el cual pasa vida humana ante el tiempo, nos es ineludible

postergar el análisis cronológico que amerita la idea de historia, para sutilmente evidenciar

la propiedad temporal de la existencia del ser humano, propuesta por Wilhelm Dilthey.

Nuestro objetivo es emerger el problema de lo histórico, y como Dilthey lo aporta a la

existencia humana y su nexo con la verdad (interpretación/hermenéutica). Para ello el

propósito es tripular un análisis de la concepción del tiempo y sus problemáticas,

mostrando el horizonte de donde es originario.

Antigüedad; la irrelevante cuestión de la temporalidad.

Cualquier cuestionamiento que subyace en la esencia de nuestra cultura occidental, es

originaria de la civilización matriz, donde la indagación de la verdad recae en los mástiles

del Partenón, los helenos conllevan al rasgo distintivo y apelan al escrutinio cultural para

justiciar nuestro conocimiento, es decir, todo aquel cuestionamiento actual tiene su génesis

en la Grecia antigua. La temporalidad no es un problema para el griego antiguo. Esto, no

exime al griego de tener una temporalidad, ya que están inmersos en un inicio y fin, sujetos

a la vejez y a la muerte, reflejado en el telos de la existencia, el destino8.

Más en un segundo nivel, el filosófico, el tiempo es inexistente para el heleno. Determinar

esto, propone llegar a la referencia inmediata, la cosmogonía antigua. Pues ningún sistema,

ni los superiores como el de Platón o el sistema de Aristóteles de Estagira, configuran o

estudian el tiempo como tal, sino se envuelve en algo insípido. Su peso ontológico es

superfluo, debido a que la filosofía griega asume como realidad única a la naturaleza, y

aquella se nos devela por sus propiedades, el estudio presocrático por la physis, es un

intento de averiguar el esqueleto ontológico de las propiedades del entorno. “!$!. El griego

es inmune a cualquier estado alterado provocado por la temporalidad, su contacto es

inmediato con su entorno, y se sabe parte de el. Los grandes sistemas clásicos de la Grecia

hegemónica, Platón y Aristóteles designan la representación del concepto del tiempo que

caracteriza a la época antigua.

1) En Platón encontramos una tajante eliminación del problema de la temporalidad, siendo

por la omisión de ella a través del arquetípico mundo del Topos Uranos, conformados por

entidades a-temporales, carentes de transformación, culminando a la postre la universalidad

y suministrando de particularidad (superfluo) al mundo de las cosas. Rescatando las figuras

retoricas y religiosas, por decir la imagen de Cronos, el brillante discípulo de Sócrates,

manifiesta un quiebre, una petición ontológica, de lo óntico (imperfecto) a lo trascendental.

La vida del griego está encaminada a “el paso” de un lugar a otro, inhibiendo la

preocupación sobre lo venidero o lo vivido.

2) El Estagirita, proporciona una imagen completa del cosmos. En su tratado, Sobre el

cielo, obra que sintetiza la forma del cosmos. El éter, sustancia asociada con lo perfecto o

ideal que se ubica en el mundo supra-lunar, es el candado ontológico del sistema

aristotélico. Sus características es el movimiento circular, sin embargo, engloba la fluidez

con las que las esferas supralunares mantienen un movimiento circular y errante. Durante

ese tiempo, fue Aristóteles quien afirmo que las esferas planetarias eran cuerpos perfectos,

es decir, sin ninguna fisura o irregularidad mórfica. La quinta sustancia, tiene por

característica ser inalterable e incorruptible, pues se sigue que un movimiento circular no

puede determinarse su inicio y su final, más al estar dentro del éter y poseer la forma

perfecta, la esfera, se afirma que el movimiento circular es eterno. El cosmos aristotélico

siempre ha estado. Dado a su categoría eterna e inalterable, encapsula todas las

8 Es importante denotar la característica que tiene la participación de la tragedia y la comedia en el pueblo griego antiguo. La tragedia denotaba un héroe y una situación a la cual no podría escapar, el destino. El determinismo griego sobre la vida es un elemento temporal cerrado. Por lo que no instaura mayor importancia en un futuro (ya que está dado) y un pasado que es irrelevante para la resolución de la vida.

manifestaciones de cambio y corrupción del mundo sublunar, y de ello se infiere un orden

(causa final), el telos aristotélico.

Si afirmamos que el mundo sublunar está suscrito al movimiento del mundo supralunar, y

dado a su encapsulamiento es eterno; se sigue que al ser eterno se encuentra fuera de la

categoría del tiempo (pote).

En su tratado “sobre el alma” y en “la política”, Aristóteles afirma que es la naturaleza

quien dota de todo lo necesario a los organismos para subsistir (de nuevo la causa final), el

animal herbívoro nace en un ambiente vegetal, el carnívoro habita un ecosistema que

confabula al herbívoro y su alimento. Tanto porque el hombre es un animal político, es

decir, gregario, y en él hay fuerzas que lo “activan”, el alma. Entendiéndolo como un

principio rector, el estudio del alma es comprendido por 3 clases distintas, la vegetativa, la

animal y la humana. El alma vegetativa se guía por el principio de crecimiento, la animal

por el principio de la procreación y la humana por la actividad contemplativa.

Dado que los cuerpos pertenecientes al cosmos están regidos por fuerzas, de las cuales no

pueden escapar y a su vez no son arbitrarias (terminan en un lugar) Aristóteles está en

contra de la generación ex nihilo, suponer eso (además de su contradicción aparente)

sometería a un sinfín de fuerzas y concluiría en un indeterminismo y el caos.

Aristóteles afirma un mundo dado y que siempre ha sido (ha estado). Lo que nos aporta una

postura circular del movimiento eterno. En un movimiento recto es posible determinar el

lugar en que esta una cosa, pero mientras el movimiento es circular (como las esferas

planetarias) es indeterminado. A ello remite la supremacía ontológica sobre el acto ante la

potencia, donde Aristóteles concuerda con el evento que está siendo (circulo) una.

Es claro, la determinación concreta del griego sobre lo eterno, siendo enfático en ello. La

visión circular de la historia apostra el llamado “eterno retorno” del mundo griego. Lo que

el heleno busca es la eternidad. Inalterado por la idea del pasado y futuro, la Grecia antigua

proporciona una omisión de la historia, no es necesaria.

Fuera de la concepción de la naturaleza como la única realidad y la negación del tiempo,

existe, además, una concepción de lo estático o fijo como aparente, es decir, como lo que se

me es mostrado. El hombre griego, era el logos de la naturaleza, se encontraba inserto en

ella.

La tradición oral es un ejemplo más por el desdén al pasado, los filósofos antiguos

pertenecientes a Grecia, no tuvieron el interés por dejar registro de sus palabras en

documentos. Sus razones, son las condiciones económicas, pues un libro era identificable

en las zonas culmen de la sociedad.

El griego no se percata del tiempo, es circular y determinista, configurado por el destino y

sus deidades.

“Desde un punto de vista histórico, cabe señalar que esa preocupación por uno mismo

siempre fue una especie de campo que se apartó de las grandes doctrinas filosóficas. Estas

últimas versan más bien sobre la realidad del mundo, del pensamiento o del ser, una

realidad que condiciona al individuo, por oposición a una actividad vinculada a la

singularidad de un ser específico, que se considera menos noble y prosaica. Incluso la

filosofía existencial, que propugna los conceptos de identidad y de proyecto personal, se

preocupa más por la universalidad que por la singularidad.”9

El griego se mueve en la naturaleza como la cosa más sublime (logos), el momento es

eternidad.

Agustín de Hipona

Hasta este momento, no podemos decir que nos hemos enfrentado al problema de la

temporalidad. Quien es el descubridor de la historia y el sentido que precede de ella, es

Agustín de Hipona. La figura circular del tiempo griego, es deformada en una línea, con un

inicio y con un final. El fundamento axiológico agustiniano es la sincronía entre la

aportación a occidente de Grecia, la razón, y los contenidos étnicos de los judíos, reflejados

en la Fé. Así pues, Fé y razón conviven y se alimentan una de otra, “comprendo para creer,

creo para comprender” dicta el isomorfismo que encara el primer conflicto hermenéutico,

es decir, nos habla de otro tipo de naturaleza, que no es opositora a la que se encuentra en el

exterior. Agustín afirma dos mundos, uno interno y uno externo. Aquí se manifiesta el

primer problema de interpretación ¿Cómo se vinculan las propiedades internas con las de la

naturaleza que se encuentran fuera de mí? ¿Qué valor tiene la vida como propiedad

individual de los hombres?

Agustín de Hipona realiza un nuevo sentido de la historia, un sentido teológico, donde la

necesidad de reflexión es inherente al emergente problema de la época medieval. La

historia es algo que precede el nacimiento del individuo, la expulsión del paraíso y el

pecado adherido a la posición humana, demarca la existencia del hombre al considerarse

no-divino antes de su creación. La historia cristiana es una aporía entre el rompimiento de

9 Filosofía una escuela para la libertad, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Tecnología.(UNESCO), 2004, versión digital, p. 154

lo eterno. Gracias a esta presencia del error o falta humana, es permisible la historia, pues

genera el inicio del proyecto de humanidad, “la historia es un drama con inicio, nudo y

desenlace,”

La naturaleza pierde un papel axiomático, es depurado por la perdida y búsqueda de lo

trascendente, mientras aquella refleja, volvemos a un antropocentrismo donde la physis no

es misterio sino revelación, por ser creación.

Si pudiésemos hacer un diagrama de la concepción histórica de san Agustín, tendríamos

como principio la voluntad y acto de amor de Dios, para con ello crear lo existente, y con

ello viene el tiempo, que nace como una categoría que demarca lo que se manifiesta.

Luego, proviene el mundo y finalmente el hombre. El cual también se ve inmerso en la

posibilidad de un reencuentro entre lo divino, el trágico final para el pecador como tan

revelador para el justo. La historia comienza a tener un sentido, el de la verdad. El hombre

se vuelve un actor de aquel tratamiento teatral de estructura cuasi-literaria.

La eternidad es merecida por el historial que demuestra el creyente judeocristiano. El

pasado comienza a cobrar importancia, no solo como un mero evento de la memoria, sino

es un recuento de la congruencia existencial del sujeto, en cuanto a lo vivido se devela el

lugar entre lo divino.

La sutil desagrado por la repetición de los sucesos, pues, en Platón o Aristóteles, el

equilibrio (logos) podría generarse ininterrumpidamente, es decir, los sucesos seguirían

dándose tal y como se conocen. Repitiendo el esquema por excelencia de la cosmogonía

griega, la perfección representada en lo eterno. Por el contrario

Finalmente, Agustín no queda solo en haber descubierto la historia y a su vez esos dos

mundos del hombre, que muestran un desfase, el interior y el exterior.

Vico

El primer movimiento historicista es la profunda inserción renacentista en el

reconocimiento de la historia como una ciencia. Vico se pregunta ¿Qué tipo de ciencia es la

historia? ¿Cuáles son los fundamentos de verdad que tiene esta? ¿De que verdad hablamos?

Las ciencias del renacimiento se centraron sobre la naturaleza, una vez mas, decantando

más que la atención, sino una serie de procedimientos metodológicos que podrían ser

explicados. ¿Es la historia una disciplina la cual este sujeta a experimentación y

evocaciones objetuales sin vernos involucrados?

La labor de Vico, es un reconocimiento del objeto de estudio de la historia, pues en la

antigüedad el concepto historia es inexistente, en el Medievo es una aporía teológica y Vico

reconoce que la historia es una ciencia. “el hombre solo puede hacer inteligible su propia

historia.”10

Vico en la Scienza Nuova, “la historia aparece denominada bajo dos ideas centrales: la de

que el hombre es el autor de su propia historia y la de que el hombre no conoce

verdaderamente mas que ello que el hace (Verum et factum convertuntur)”11

Idea hegeliana de la historia y positivismo

Hegel incube a la historia como una series de sucesos contradictorios que asumen una

evento sincrónico de la contradicción expedida. Es una concretización del espíritu puro, el

pensamiento, de una fase totalmente ideal a una inalterable. “La historia universal es la

manifestación del proceso divino absoluto del espíritu en sus mas altas figuras: la marcha

gradual mediante la cual llega a su verdad y toma conciencia de si.”12

La visión del positivismo a la historia, es reduccionista, es fácil entender los objetivos de

este movimiento. Retomando sus tesis principales, ve a la ciencia como el único camino

emancipador, se rige por un estricto método. La distinción de poder y manipulación sobre

el entorno, a través de los resultados técnicos provenientes de la ciencia y la explicación

causal, nos arrojaran una sutil línea del tiempo.

Al igual que Hegel, el positivismo arroja una progresión histórica de lo primitivo a lo

completo, la idea de progreso es un punto común de estas dos posturas. Sin embargo, la

positivista confiere un reduccionismo a la labor humana, pues lo que hace el eje y da

sentido a su temporalidad es la posteridad científica. Este movimiento iniciado con Comte,

indaga tres fases de la historia del hombre, dos de ellas las entiende como algo primitivo y

la ultima como emancipación.

La primera fase es la fase teológica, identificada por el sostenimiento de creencias

animistas y que transitan en el mundo, lo cual anula la explicación de fenómenos. La

segunda, es un estadio metafísico. Y finalmente, el estado positivo, el científico.

Historicismo

Con las conjeturas fundadas en el pensamiento de Hegel y la propuesta evolutiva del

positivismo, la historia se precipita en una búsqueda la cual se intenta dilucidar cual es el

10 .48 11 p.4812 El historicismo ciencia social y filosofía, Manuel Cruz, Montesinos, p.48

significado de la historia. Immanuel Kant destapo la problemática, pero su visión se

encuentra determinada a la posición especial que vivía la Alemania del siglo XVIII, pues

los poblados se caracterizaban por una guerra que parecía no terminar. Kant preocupado

por aquello en su Filosofía de la historia, compilaciones referentes a la situación y estudio

del tiempo, asienta su preocupación de paz en aquellos poblados. Su visión de la historia es

una significación cosmopolita, con que será posicionada la paz de los poblados.

Dejando la problemática abierta, como hemos visto, Hegel y el positivismo no otorgaron

una resolución a la problemática de la temporalidad y como se asume el tiempo para la vida

del hombre. Para Hegel era una cuestión de autoconciencia, el reconocimiento del espíritu

absoluto, reflejado en las manifestaciones culturales como esa “concreticidad” del

pensamiento. Para Comte y Stuart Mill, la historia es solo una sucesión de eventos desde lo

primitivo hacia lo racionalmente hegemónico, hay distinciones entre el pensamiento de

Hegel y Comte, pero ambos tienen puntos de encuentro. Por decir, la idea de progreso y el

rechazo a la enajenación. Ambos instauran caminos diferentes, uno la ciencia a modo de

camino unilateral y mientras el idealismo con el pensamiento para sí. El método y las

instancias son aferentes para una concreción absoluta, y la liberación de la humanidad su

finalidad.

Sin embargo, habrá una corriente de pensamiento de choque a la visión de la historia por

Hegel, Comte y Stuart Mill. En aras de una conciencia histórica, y sobre pasando la

representación de la memoria, la historia se enfrenta por primera vez a una coyuntura, una

encrucijada, puesto que antes el interés científico por la historia no se consideraba un

problema metodológico y objetual, aquí comienza la encrucijada entre Geistwissenschaften

y las ciencias de la naturaleza.

El historicismo engloba la posición neo-criticista, renacentista (Vico) y romántica del

estudio y posición sobre la historia. Historia no es una sucesión de efectos conglomerados

que conllevan a un estadio perfecto, no es universalidad de eventos. Si no es una

reafirmación de la incorporación de la temporalidad a la experiencia del individuo, es

fragmentaria antes de ser absoluta.

La psicología contemporánea podrá dilucidar cómo funciona la memoria y cuáles son las

propiedades que son candidatas a ser recordables. 1) Recordamos lo extraño, lo fuera de la

norma y 2) lo emotivamente significativo. No recordamos lo que tenemos que recordar,

como el positivismo y la idea hegeliana de la historia afirman, sino es una particularidad

más que la universalidad, es lo que al investigador, un ser humano, se ve en alteración.

Fundamento del historicismo es aquella porción psicológica del participante, es decir de

historiador, pues es alguien que se ve afectado y se ve inmerso en la problemática.

La resonancia psicológica, como la empatía, es un trabajo que va a desarrollar Dilthey para

determinar la distinción entre “lo que estudia” las Geistwissenschaften y “lo que no

estudia”. Pietro Rossi comentara “La primer manifestación del movimiento historicista es

Wilhelm Dilthey”. 13

Es claro en este momento a donde apunta el pensamiento de Dilthey, apela a un método

distinto al matemático, y apuesta por uno psicológico. Siendo una oposición a la filosofía

positiva.

El historicismo implica sustituir la consideración generalizadora y abstracta de las fuerzas histórico-humanas por una consideración de sus características individuales. La historia es obra de los hombres, de sus relaciones reciprocas, condicionadas por una pertenencia a un proceso temporal. Aunque coinciden con los positivistas en lo referente a la exigencia de una investigación concreta de los hechos empíricos.

13 Reale Giovanni, Historia del pensamiento científico y filosófico, Herder. P. 354

3. La hermenéutica como metodología para las ciencias del espíritu (10)

La visión de la vida desde la óptica diltheyiana es el parte aguas del método para las

ciencias del espíritu, resaltando la particularidad del sujeto, y su inserción en la vida misma,

aquella que le provocara una emergente propiedad científica, lejana a la visión naturalista,

que reduce al hombre como un simple decorado del entorno natural.

Schleiermacher es una estela más del pensamiento del filosofo de las ciencias del espíritu,

el implícito conflicto que vislumbraba Agustín de Hipona, con la doble morada del hombre,

la interioridad y un mundo exterior, Schleiermacher relativiza el malentendido y lo coloca

dentro de cualquier aspecto de índole humana, haciendo alusión a la omnipotencia del

sentimiento romántico, no basta con la sobre-extensión del malentendido y con ello de la

interpretación, sino, siempre hay un residuo del cual no se puede prescindir.

El inicio de la labor hermenéutica es la vivencia misma, ya dotado de una historicidad, el

hombre, recordando a Descartes, ¿cuál sería nuestro punto de partida?, si ya contamos con

la propiedad histórica inherente a la vida del hombre. El anclaje intelectual que da inicio al

método hermenéutico de Dilthey, es una posición originaria de la historia, siendo la vida

misma.

Invitación particular a reformular la labor filosófica, y limpiarla de la intelectualmente

primaria faceta que siempre se le caracterizo, desde el inicio de la modernidad, exime una

reforma al cogito cartesiano, pues una negación de lo cognitivo es la petición historicista y

romántica. La petición historicista es una forma de reclamar la faceta particular de la

memoria, es decir, lo que experimenta el sujeto, como particularidad, es una negación de lo

presupuesto por el positivismo, que simplificaba la temporalidad a una conjetura científica,

homogenizando la experiencia vital del ser humano. Por otro lado, el nexo romántico de

Dilthey, atrae una petición mas, la emotiva.

Así, Dilthey nos plasma en el inicio de la apropiación interpretativa, con la intención de no

dejar escapar facultades originarias de la experiencia hermenéutica, evadiendo el postulado

reduccionista positivista y al cognocitivismo de la filosofía moderna.

“Empleo la expresión vida en las ciencias del espíritu limitándola al mundo humano”14

Erlebnis

La vivencia es un modo característico distinto en el que la realidad está ahí para mí. La

vivencia no se me enfrenta como algo percibido o representado; no nos es dada, sino que la

14 Ciencias del espíritu

realidad viven va está ahí para nosotros porque nos percatamos por dentro de ella, porque la

tengo de modo inmediato como perteneciente de mi.

Lo anterior es conferido con el vocablo Erlebnis. Con tres significados distintos, se

enumera, según Ortega y Gasset, “Vivir, presenciar o experimentar”15.

Comienza a desplazar a la fundación cognoscitiva, la forma en cómo se relaciona el hombre

con el mundo, sino, se encuentra insertado en el, no puede conferir teoría antes de

confabular la propiedad vital, por lo que, no se intenta colocar a la cognición y sus

resultados como un elemento necesario para la relación con la naturaleza, aunque no es

negada, en ello inscribe ser originario. Predecesor de la idea, es el mismo acto de vivir.

“La experiencia integral es la vida, el aparato visual que no puede sobrepasar. La vida es

fuente; mana de ella la historia.”16

La vivencia tiene una connotación propositiva, dinámica, en contraposición de la

experiencia entendida inglesamente, no nos referimos a una mera capacidad sensible, pues

la intención de Dilthey es provocar un estudio holístico, donde no escape ningún elemento.

Por lo que es demostrable que le interese mencionar y considerar como voluntad,

emociones e impulsos.

La vivencia se articulan en tres funciones

a) Conocer: nombradas vivencias de captación. Corresponden a la vida representativa,

percibir, imaginar y predicar, la formación de conceptos y juicios, donde se

consuma el transito de lo singular a lo general.

b) Sentir: Las vivencias afectivas. Las cuales desaparece a la referencia a objeto. “los

valores es para mi, lo que yo he vivido en el sentimiento como valioso”

c) Querer. Vivencias volitivas. Son el impulso, la decisión, la aspiración, Se generan

los fines y los bienes, aquello que mi voluntad se propone como alcanzable.

Configurando un realismo volitivo.

La propiedad histórica es inherente a la función de la vivencia. Dilthey no es considerado

un vitalista, dado que no infiere fuerzas externas al hombre, pero sería sutil considerarlo

15 Ortega y Gasset, José,. Kant, Hegel, Dilthey. Ed. Revista de Occidente. España, 1965

16Fernández, Coriolano. Dilthey. Ed. Centro Editor de América Latina. Argentina, 1967.

Pag. 13

como uno por su mirada, a cualquier lugar que se observa esta la historia de un sujeto, es

decir la expresión. La muerte es el fin de la historia.17

Es claro ver hacia donde apunta el filosofo nacido en , con el análisis sobre la temporalidad

y la función implícita en el vivir del ser humano, con tales facultades y el rechazo a las tesis

historicistas, positivistas y hegelianas sobre la historia y su negación de la naturaleza,

Dilthey distingue de la posición de las Geistwissenschaften

La actitud positivista y el racionalismo exacerbado de la ilustración, colocaba al hombre

fuera de un tiempo, mutilando su condición histórica. Pues lo que arrojaba la razón era un

producto “atemporal” y no existía una individualidad de los sujetos, ya que solo aquellos

que pertenecieran al guion establecido por el rigor científico (interpretado como

emancipador) figurarían en la historia.

Dilthey ejemplifica esta búsqueda de ruptura objetual y metodológica con la ciencia

natural, dando autonomía a las ciencias del espíritu sobre las de la naturaleza. Ya que se

comprendían como dos ciencias en una misma, con un método reduccionista

Ruptura objetual

El concepto de Erlebnis, infiere dos tipos de mundo distintos, donde la vida se asocia a un

preceder hermenéutico, por la comentada adhesión de la vivencia, la facultad histórica y el

nexo con el mundo.

Estos dos mundos, preceden de un estudio diferente, pues lo que arroja la naturaleza, el

mundo exterior, son figuraciones objetuales, mas no la interioridad perteneciente al mundo

del espíritu.

Entonces, estamos ante dos mundos distintos, el espiritual y el natural. Dilthey genera un

quiebre tajante, dado que el objeto de estudio de cada ciencia particular, conlleva un campo

de estudio muy distinto y para nada símil. “El conjunto de los hechos (…) suele dividirse

en dos miembros, uno de los cuales se designa con el nombre de ciencia natural; para el

otro no existe, lo que es bastante sorprendente, ninguna denominación universalmente

reconocida. Yo me adhiero al uso terminológico de aquellos pensadores que denominan

ciencias del espíritu a esa otra mitad del globus intellectualis (…) y el nombre elegido aquí

tiene al menos la ventaja de designar adecuadamente el circulo central de hechos, desde el

17 Historicismo relativista: hace del tiempo humano parte dependiente del tiempo total de la

historia humana, ella misma relativa a cada época. Ramón Xirau / Introducción a la historia

de la filosofía, UNAM, México, 19

cual, en realidad, se ha visto la unidad de esta ciencia, se ha trazado su contorno, se ha

llevado a cabo su delimitación frente a las ciencias de la naturaleza.”18

La particularidad de una ciencia como de la otra generan la tajante distinción y el

restablecimiento del campo de estudio espiritual, mas se intenta llevar a cabo una

autonomía propia de estas ciencias para no contaminarla con los ideales instrumentales

propiciados por el positivismo, o por lo menos engendrar un conocimiento fidedigno en el

encuentro con el horizonte espiritual. “las ciencias del espíritu se diferencian de las ciencias

de la naturaleza, en primer lugar, porque estas tienen como objeto suyo hechos que se

presentan en la conciencia dispersos, procedentes de afuera, como fenómenos, mientras que

en las ciencias del espíritu se presentan desde dentro, como realidad, y, originalmente,

como una conexión viva.”19

Dilthey El filosofo alemán, hay una ruptura a un principio positivista, dado que los

fenómenos de la naturaleza, incluso los de los hombres parten de eventos causales. En

rechazo de esto, Dilthey propone una condición suficiente para el estudio en Voluntad y

causalidad

Geistwissenschaften Ciencias de la naturaleza

Significado, fin, valor Causales

No explicativas, por su cualidad de

voluntad.Explicativas

Dinamismo Estático

Altera lo estudiado No modifica las sustancias del objeto

Históricas Fácticas.

La psicología unifica las Geistwissenschaften

Ruptura metodológica

Verstehen

“Una forma de aprehensión que se refiere a las expresiones del espíritu y que se opone,

como método de la psicología y de las ciencias del espíritu, al método explicativo propio de

la ciencia natural. entiende por comprensión el acto por el cual se aprehende lo psíquico a

través de sus múltiples exteriorizaciones. Lo psíquico, que constituye un reino peculiar y

que posee una forma de realidad distinta de la natural, no puede ser objeto de mera

explicación. Como total y cualitativa, la vida psíquica se resiste a toda aprehensión que no

18 Dilthey, Wilhelm, Introducción a las ciencias del espíritu, pág. 40-4119 Dilthey, Wilhelm, Psicología y Teoría del conocimiento, pág. 147.

apunte al sentido de sus manifestaciones, de su propia estructura. Al exteriorizarse, la vida

psíquica se convierte en expresión o en espíritu objetivo. Este último, que constituye la

parte fundamental y esencial de las ciencias del espíritu propiamente dichas, consiste en

exteriorizaciones relativamente autónomas de la vida psíquica, exteriorizaciones que

poseen en su propia estructura una dirección y un sentido

El método de la comprensión, que es originariamente psicológico, se convierte, pues, para

Dilthey en un procedimiento más amplio, en una hermenéutica encaminada a la

interpretación de las estructuras objetivas en cuanto expresiones de la vida psíquica.

Comprender significa, por lo tanto, pasar de una exteriorización del espíritu a su vivencia

originaria, es decir, al conjunto de actos que producen o han producido bajo las formas más

diversas —gesto, lenguaje, objetos de la cultura, etc.— la mencionada exteriorización.”20

Conclusión: Hermenéutica-Hombre-Historia

La unificación entre ciencias del espíritu y ciencias de la naturaleza es la historia, sobre lo

cual lo espiritual y lo material son una misma cosa. Aquello que es exteriorizado y se ha

hecho capaz de volver sobre si mismo infinitas veces. Concretando la realidad histórico-

social. La historia es un conjunto de singularidades psico-corporales a las cuales es posible

comprenderlas en relación a la totalidad de la realidad. Esta tarea ha sido asignada por

Dilthey a las diversas ciencias del espíritu: la historia, la economía, la política, la ciencia

del derecho y del estado, la ciencia de la religión, el estudio de la literatura… Todas estas

ciencias refieren a una misma realidad; el genero humano. Describen, relatan, enjuician y

forman conceptos y teorías en relación con esta realidad.

Al hombre se le conoce en la historia, tal como Vico lo pronunciaba, que es autor de si

mismo, las ciencias del espíritu estudian la aparición del ser del hombre en la realidad

histórico-social-humana, en la que quedan trabadas las manifestaciones de vida entretejidas

en la sola red del tiempo; la historia. “Dentro del mundo histórico, lo individual concreto

es el objeto ultimo y principal del conocimiento”.21 El desarrollo histórico es comprendido

a través de la unidad psico-fisica como elemento estructural y elemental de la vida. Cada

una de estas ciencias que trata de comprender esta realidad se ve obligada a practicar una

selección de los hechos que a su interés convienen y si de aquí resulta que una de ellas solo

de una manera limitada y relativa alcanza a conocer esta realidad, en este caso no deberá

pasarse por alto la circunstancia de que “la estructuración de estas ciencias, su sano

crecimiento dentro de su particularización, va vinculada a la visión de la relación que

guarda cada una de sus verdades con el todo de la realidad”.22

20 Ferrater Mora, José, Diccionario filosófico, p.313, versión digital21 Imaz Eugenio, El pensamiento de Dilthey, pag. 23222 Dilthey

La postura de Dilthey es una sucesión contradictoria al reduccionismo epistemológico que

se desarrollo en el presente trabajo, instaurando un holísmo del ser humano, donde no se

excluyan los impulsos emociones, representaciones y la voluntad.

Bibliografía

Bibliografía medular:

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Reale, Giovanni, Historia del pensamiento científico y filosófico Tomo III Herder, España,

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