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William Soto Santiago
22 de junio de 1989
Franca, Brasil
Los hebreos escucharán al Señor Jesucristo, a través del Ángel mensajero, hablando en otro idioma que no es el
hebreo, como aconteció con José allá en el trono.
Este mensaje predicado por nuestro amado hermano
William Soto Santiago es distribuido completamente Gratis
“Y el Espíritu y la esposa dicen ven, y el que oye, diga:
ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del
agua de la vida gratuitamente.” Apoc. 22:17
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para todas las lenguas; PORQUE ES EL ÚNICO MENSAJE DE
VIDA ETERNA PARA TODO SER HUMANO. Por eso dice:
``El que tenga sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la
vida gratuitamente''.
Es el Agua de la Vida en la tercera dispensación para
todo ser humano, en el mensaje del Evangelio del Reino. No en
el Evangelio de la ley, no en el Evangelio de la gracia sino en el
Evangelio del Reino, el Evangelio que estará durante el milenio
y por toda la eternidad para todos los hijos de Dios.
Estamos en el tiempo más grande y glorioso de todos los
tiempos: en el tiempo en que Jesucristo se revela, está siendo
revelado como Rey de reyes y Señor de señores, como el León
de la tribu de Judá. Y esa revelación está viniendo, está siendo
dada al pueblo de Dios en este tiempo final. El dijo: ``La
revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a Sus
siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró
enviándola por medio de Su Ángel....''
Fuera de su Ángel no vendrá la revelación de Jesucristo
como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de
señores.
Estamos en el tiempo en donde Él se está revelando en Su
Obra como el León de la tribu de Judá; y está siendo dada a
conocer esa Obra en el Mensaje del Evangelio del Reino de la
tercera dispensación, para usted y para mí.
Dios les bendiga, Dios les guarde. Muchas gracias por
todo lo que ustedes han hecho. He visto el amor que ustedes han
expresado en todo lo que han hecho, y ese cariño de todo vuestro
corazón, el cual yo aprecio también de todo corazón. Y pido a
Dios que les bendiga con las bendiciones de la tercera
dispensación.
“JESUCRISTO REVELADO COMO EL LEÓN DE
LA TRIBU DE JUDÁ''
JESUCRISTO REVELADO COMO LEÓN DE LA TRIBU DE JUDÁ 19
la vida gratuitamente''. La tercera dispensación tiene el llamado
del Espíritu.
Espíritu del Señor, así como estuvo en los profetas del
Antiguo Testamento, y así como estuvo en Jesús, y en los
apóstoles, y en los siete mensajeros; en este tiempo final, en el
cual nosotros vivimos, llama a través de su Ángel mensajero a
todos los que tengan sed.
Es el Espíritu en el Ángel mensajero; porque siempre el
Espíritu para hablar necesita carne humana, un mensajero.
La Biblia, que es la Palabra de Dios, es Dios el que ha
hablado en cada edad, y en cada dispensación; pero habló a
través de Sus mensajeros, de sus profetas. Y en este tiempo, el
Espíritu de Dios habla nuevamente. Y la voz que allá en el monte
Sinaí estremeció la tierra, la conmovió, no solamente conmoverá
la tierra, sino también el cielo; y el reino de los gentiles caerá, y
solamente permanecerá el Reino de Dios; el cual es
inconmovible. Por eso dice: ``No desechéis al que habla desde el
cielo.''
Estamos en el tiempo en que la voz de Dios está hablando
en la Tierra y llamando a todos los escogidos, y juntando a los
escogidos con el Mensaje de gran voz de trompeta, para darle la
bendición de la Transformación de sus cuerpos y darle la
oportunidad a todos los seres humanos de vivir eternamente,
aunque no sean escogidos.
Hay personas escritas en la sección del Libro de la Vida del
Cordero; pero hay otra sección en el Libro de la Vida, en
donde están escritos los que han de vivir eternamente, aunque no
sean escogidos. Ahí están los que hacen favores a los escogidos;
y están también las vírgenes fatuas, las cuales tendrán que pasar
por la Gran Tribulación. Y también hay un sinnúmero de
personas que recibirán vida eterna al tomar del Agua de la Vida,
aunque no sean de los escogidos.
Es el tiempo en que toda persona tiene una oportunidad
para vivir eternamente. Por eso es un mensaje para todas las
naciones, para todos los seres humanos, para todos los reyes,
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de ese tiempo solamente estaban cubiertos con la sangre de los
sacrificios que ellos habían llevado a cabo; pero cuando murió
Jesús, quedaron limpios de todo pecado, y luego resucitaron con
el Señor Jesucristo; y cuando el Señor ascendió al cielo,
ascendieron con Él en cuerpos eternos.
Y todavía el pueblo hebreo espera la resurrección de los
muertos, pero no entiende que los del Antiguo Testamento, los
escogidos, ya resucitaron con el Señor Jesucristo (pero no
resucitaron en la primera dispensación de la ley, sino en la
segunda dispensación, la dispensación de la gracia que estaba
comenzando con su mensajero Jesús de Nazaret).
Y la resurrección de los santos del Nuevo Testamento
acontecerá en la tercera dispensación, que ha estado comenzando
y ha estado proclamando el mensaje de gran voz de trompeta, y
revelando al Señor Jesucristo como el León de la tribu de Judá en
Su Segunda Venida, con el Librito abierto en Su mano para
reclamar todo lo que Él redimió.
La Resurrección de los muertos y la Transformación de
los vivos es una obra para el León de la tribu de Judá, es una
obra de reclamo; por lo tanto, la resurrección de los muertos
acontecerá muy pronto en esta tercera dispensación en la cual
usted se encuentra.
No importa que los demás no sepan que ha comenzado
una nueva dispensación con un nuevo Mensaje. Lo importante es
que usted lo sepa, porque usted es el que está esperando la
transformación de su cuerpo.
Ninguna otra dispensación tiene el Mensaje de gran voz de
trompeta, porque pertenece a la tercera dispensación. Y por esa
causa el Mensaje de gran voz de trompeta es para los escogidos
de los gentiles y los escogidos de los hebreos también. Es un
mensaje para todo ser humano, en donde se le da la oportunidad
de vida eterna, como dice en Apocalipsis 22:17: ``El Espíritu y la
esposa dicen: Ven y el que oye, diga: Ven. Y el que tenga sed,
venga; y el que quiera (porque es voluntario), tome del agua de
JESUCRISTO REVELADO COMO
EL LEÓN DE LA TRIBU DE JUDÁ
Por William Soto Santiago
22 de junio de 1989
Franca, Brasil
Muy buenas noches amigos y hermanos presentes. Es
para mí un privilegio muy grande estar con ustedes. En esta
ocasión deseo leer un pasaje del libro del Apocalipsis. Se
encuentra en el capítulo 1 y verso 1:
``La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para
manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; Y
la declaró enviándola por medio de su Ángel a su siervo Juan,
que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio
de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.
Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de
esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el
tiempo está cerca.”
JESUCRISTO REVELADO COMO EL LEÓN DE
LA TRIBU DE JUDÁ.
La revelación de Jesucristo, a través de Su Ángel,
muestra al Señor Jesucristo como el León de la tribu de Judá.
El mensaje del Ángel del Señor Jesucristo es el Evangelio
del Reino de Dios. Tuvimos el mensaje de la ley, las buenas
nuevas o Evangelio de la ley, podríamos decir. (Eso fue en la
primera dispensación). Y vino por el mensajero de la primera
dispensación: Moisés. Ese mensaje tenía que permanecer durante
toda la primera dispensación.
Por eso Dios dijo que el mensaje, la ley, sería perpetua.
Pero las personas que leyeron esa escritura no comprendieron
4 WILLIAM SOTO SANTIAGO
algo: Que un mensaje de una dispensación es para toda esa
dispensación, y no puede haber cambio de mensaje durante esa
dispensación. Para que haya un cambio de mensaje, tiene que
venir una nueva dispensación.
Cuando apareció el Señor Jesucristo, y Juan el Bautista lo
bautizó en el Jordán, allí estaba comenzando una nueva
dispensación. Pero los doctores de la Ley, los teólogos de aquel
tiempo, los doctores en divinidad de aquel tiempo, no
comprendían lo que era un cambio de dispensación; y ellos se
habían especializado en el mensaje de la primera dispensación, y
no querían saber de otro mensaje; por lo tanto, no querían saber
de una nueva dispensación.
Ellos se tenían que quedar con el mensaje de la ley
mientras permanecieran en la dispensación de la ley, porque no
se le podía cambiar nada a ese mensaje.
Pero cuando apareció el Señor Jesucristo, El cumplió la
Ley. En El estaban todos los profetas, porque El se reflejó a
través de cada uno de los profetas del Antiguo Testamento. Por
eso cuando el profeta y rey David dijo: ``Horadaron mis manos y
mis pies; contar puedo todos mis huesos...'' ¿De quién estaba
hablando allí David?
La experiencia por la cual estaba pasando David era
semejante o paralela a la que pasaría el Mesías. Por lo tanto, el
Mesías, el Señor Jesucristo, se estaba reflejando en David,
porque David era un profeta. Y Dios se refleja en Sus profetas.
Y todo lo que Dios va a manifestar, lo refleja primero en
Sus profetas. Por lo tanto, los profetas del Antiguo Testamento,
fueron un reflejo claro para su tiempo de las cosas por las cuales
pasaría el Mesías en su Venida.
Encontramos otras escrituras que hablan del Mesías en
forma profética; pero esos profetas pasaron ciertas experiencias
en las cuales se reflejó el Mesías.
Tenemos el caso de Booz como redentor —pariente
redentor— para redimir a Noemí; y al redimir a Noemí estaba
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dado cuenta de la tercera dispensación; pero ciento cuarenta y
cuatro mil hebreos se darán cuenta, porque Dios abrirá sus ojos
espirituales y abrirá su corazón, y ellos entrarán a la tercera
dispensación.
Por eso los vemos en Apocalipsis capítulo 14, sobre el
monte de Sión. Dice: ``Y miré, y vi al Cordero sobre el monte de
Sión, y con Él ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el nombre
de Él y el nombre de su padre escrito en sus frentes''. ¿Lo ve
usted ahí?
Ahora, aunque el anciano dijo que era el León de la tribu
de Judá, Juan el Discípulo amado, viendo que es el mismo Señor
Jesucristo, lo presenta como Cordero; porque Juan pertenece a la
segunda dispensación. Y por esa causa cuando habla de Jesús,
habla de Él como Cordero; pero el anciano que le dijo a Juan:
``He aquí el León de la tribu de Judá''. El anciano conocía que
esa era Su obra y manifestación de la tercera dispensación como
el León de la tribu de Judá.
Y el mensaje del Ángel del Señor Jesucristo revela a
Jesucristo como el León de la tribu de Judá en esta tercera
dispensación. Y ese mensaje es el mensaje de gran voz de
trompeta, es la trompeta final, es la trompeta de Dios, que llama
y junta a todos los escogidos para la Resurrección de los muertos
y la Transformación de los vivos. Y ese mensaje de gran voz de
trompeta es el Evangelio del Reino proclamado en esta tercera
dispensación.
Para que vean claramente que la Resurrección de los
muertos y la Transformación de los vivos tiene que ocurrir
en esta tercera dispensación, veamos la resurrección de los
muertos del Antiguo Testamento: Los escogidos esperaban que
fuera en la dispensación de la ley, pero resucitaron con el Señor
Jesucristo, y aparecieron a muchos en la ciudad, resucitaron en la
segunda dispensación, la dispensación de la gracia.
Cuando Jesús murió y derramó Su Sangre, hizo perfecto el
sacrificio, y ellos quedaron limpios de todo pecado; pero antes
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Y el pueblo hebreo verá al Señor Jesucristo revelado por
medio de su Ángel en medio de los gentiles; y entonces lo
recibirá. Los hebreos escucharán al Señor Jesucristo, a través del
Ángel mensajero, hablando en otro idioma que no es el hebreo,
como aconteció con José allá en el trono. Así acontecerá en este
tiempo final, cuando Jesucristo sea recibido por 144,000 hebreos
que le reconocerán como Rey de reyes y Señor de señores, como
el León de la tribu de Judá.
El pueblo hebreo no estará esperando un Cordero, él
estará esperando en Rey, un León: el León de la tribu de Judá, el
Rey de reyes y Señor de señores. Y en su Segunda Venida, Israel
lo reconocerá.
Por eso dice que ese Ángel que subió del nacimiento del
Sol, o sea, de la Segunda Venida del Señor, tenía el Sello del
Dios Vivo para sellar en sus frentes a todos los siervos de Dios:
12,000 de cada tribu, esto es 144,000 hebreos de las tribus de
Israel.
Eso se cumplirá en este tiempo final; no en la primera
dispensación de la ley, ni en la segunda dispensación de la
gracia; sino en esta tercera dispensación, la dispensación del
Reino, la dispensación del Evangelio del Reino. El pueblo
hebreo recibirá el Evangelio del Reino.
Los apóstoles quisieron convertir al pueblo hebreo al
cristianismo, pero no pudieron; porque eso correspondía para la
tercera dispensación, con el Evangelio del Reino proclamando a
Jesucristo revelado como el León de la tribu de Judá. Esa es la
revelación que recibirá el pueblo hebreo; pero primero la
recibimos nosotros para nuestra transformación, para el rapto,
para llegar a ser imagen y semejanza del Señor Jesucristo.
El reino de los gentiles no se ha dado cuenta de la
revelación del Señor Jesucristo en este tiempo final, en Su
Segunda Venida, en la tercera dispensación que ha comenzado.
El judaísmo, con la ley, tampoco se ha dado cuenta; pues ellos ni
se dieron cuenta de la segunda dispensación; tampoco se han
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redimiendo a Ruth; mostrando así la obra de redención del Señor
Jesucristo que es el Pariente Redentor del ser humano.
Y Él redimiendo a Israel, está redimiendo también a los
escogidos de entre los gentiles, a Su Iglesia o novia gentil. Ahí
podemos ver un cuadro perfecto de la obra del Señor Jesucristo
redimiendo a sus hijos, volviéndolos a su posición original, a su
tierra y a su parentela.
También tenemos el caso de José: Éste fue vendido por
sus hermanos por unas treinta piezas de plata. Fue vendido a los
gentiles, y luego entre los gentiles Dios lo levantó como un
príncipe: el segundo en el reino del faraón.
El Señor Jesucristo fue vendido por treinta piezas de
plata. Fue juzgado, condenado, entregado a los gentiles, y fue
crucificado por los gentiles, por el reino o imperio romano, a
petición del pueblo hebreo, encabezado por el Sumo Pontífice,
juntamente con los demás sacerdotes y doctores de la Ley,
doctores en divinidad, en teología, de aquel tiempo; los maestros
de la religión hebrea, de la religión que estaba basada en el
mensaje de la primera dispensación; aquella religión que no
comprendió que había comenzado una segunda dispensación, y
que el mensajero de esa segunda dispensación era el Señor
Jesucristo.
Ahora usted puede ver cómo se reflejó en José. Los
hermanos de José no le vieron más en medio del pueblo hebreo,
sino en el reino gentil, en el trono del faraón, como un príncipe.
José era el segundo en el reino. Ahí el faraón representa a Dios.
José representa al Señor Jesucristo.
El pueblo hebreo hizo lo mismo cuando el Señor fue
vendido, condenado y luego crucificado. Cuando el pueblo
hebreo vea al Señor y le reciba, será como cuando el pueblo
hebreo vio y recibió a José miles de años atrás: Ellos le vieron
entre los gentiles; y no conocían, no sabían que era José.
Solamente sabían que era el segundo en el reino y que cuando
José salía se tocaba la trompeta, y toda rodilla se doblaba a la
presencia de José. Y toda rodilla se doblará a la Segunda
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Venida del Señor como el José que el pueblo hebreo rechazó. Ahora los hermanos de José no sabían que aquel era José.
¿Saben ustedes una cosa? José tenía un nombre nuevo, porque el
faraón le puso un nuevo nombre; y hablaba otro idioma, el
idioma que se hablaba en el reino del faraón, un idioma gentil.
Ya no estaba hablando hebreo cuando le hablaba a los hebreos,
les estaba hablando un idioma gentil: el idioma del reino, el
idioma del trono del faraón; pero José entendía lo que ellos
hablaban.
Cuando los hebreos escucharon la noticia que en Egipto
había alimento y que había un hombre, un príncipe, el segundo
en el reino, que tenía ese alimento en su mano, porque el faraón
le había dado esa potestad...
José compró a todos los egipcios, a toda la gente de aquel
tiempo, porque había escasez de alimento y los compró por
alimento. Ellos le vendieron todo a José. Cuando se les acabó el
dinero, trajeron los animales; cuando se les acabaron los
animales, ellos mismos se vendieron a José por alimento.
José fue puesto en el trono para preservación de vida. Y
el Señor Jesucristo ha sido colocado en el Trono para
preservación de vida.
No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que
sale de la boca de Dios. Y con esa palabra que sale de la boca de
Dios, el Señor Jesucristo le ofrece al ser humano el alimento
espiritual para su alma, dándole a conocer así todo su programa;
y cuando las personas vienen por ese alimento espiritual, ahí la
persona es comprada, y entonces pertenece al Reino del Señor
Jesucristo.
Él hizo la labor allá en la Cruz del Calvario, pero cuando
usted lo recibe, ahí se opera ese milagro, pero ya el Señor lo hizo
en la Cruz del Calvario.
Ahora en este tiempo final, sabemos que tenemos la
promesa para el pueblo hebreo (144,000 hebreos) que serán
llamados, juntados y sellados con el Sello del Dios Vivo.
JESUCRISTO REVELADO COMO LEÓN DE LA TRIBU DE JUDÁ 15
está haciendo, lo que Dios está materializando en carne humana,
conforme a como Él prometió.
Por eso tenemos que tener nuestros ojos espirituales bien
abiertos, para ver al Señor Jesucristo revelado como el León de
la tribu de Judá, Rey de reyes y Señor de señores es este tiempo
final. Y esa es la revelación de Jesucristo que trae el Ángel
mensajero del Señor Jesucristo, presentando la Segunda Venida
del Señor como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y
Señor de señores. Esa es la revelación apocalíptica dada por Dios
para todos los hijos de Dios; y la trae el Ángel mensajero del
Señor Jesucristo.
Por eso Juan, el Discípulo amado, por dos ocasiones
quiso adorar a los pies del Ángel, pero el Ángel le dijo: ``¡Mira
que no lo hagas!; Yo soy siervo contigo, y con tus hermanos.
Adora a Dios.''
Juan estaba viendo la revelación de Jesucristo, que Dios
le dio para manifestarla a sus siervos. Juan la estaba viendo
manifestada, dándola a conocer por el Ángel del Señor
Jesucristo. Por esa causa quiso adorar al Ángel, porque estaba
viendo la revelación de Jesucristo por medio de su Ángel.
El Señor Jesucristo dijo: ``Como fue en los días de Noé,
así será la Venida del Hijo del Hombre.'' Dice que ``no
conocieron hasta que vino el diluvio, y se los llevó a todos.''
Y en esta generación el mundo gentil, el reino de los
gentiles, no conocerá, no entenderá, hasta que venga la Gran
Tribulación, esos juicios apocalípticos, y destruya el reino de los
gentiles, y se establezca sobre la Tierra el Reino del Señor
Jesucristo, y comience el glorioso Reino milenial.
Como fue en los días de Noé y en los días de Lot, así será el día
en que el Hijo del Hombre se revelará.
Y el Señor Jesús promete enviar esa revelación por medio
de su Ángel mensajero para todas las iglesias, para todos los
seres humanos, para todos los hijos de Dios, para todas las
naciones. Esa es la revelación de Jesucristo como el León de la
tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores.
14 WILLIAM SOTO SANTIAGO
Pontífice. Pero Moisés les dijo que a quien tenían que oír era a
ese profeta que Dios levantaría.
Y Jesús dijo: ``El que es de Dios, la voz de Dios oye. Y
por eso ustedes no la escuchan, porque no son de Dios''. Esa era
una palabra dura, pero era la verdad.
Se levantaron en contra del mensajero dispensacional de
la segunda dispensación. Y por eso Jerusalem fue destruida; no
quedó piedra sobre piedra en Jerusalem ni en el templo. Y luego
fueron masacrados, llevados cautivos por diferentes lugares; y
más adelante Hitler, Mussolini y Stalin los mataron por millones:
Todo esto porque rechazaron la Primera Venida del Mesías.
Jesús dijo: ``Por cuanto no conociste el tiempo de tu
visitación, te vendrán estas cosas''. Y comenzó a enumerar las
cosas que les vendrían.
Cuando no se reconoce lo que Dios está llevando a cabo,
usted no puede esperar la bendición de Dios, porque la bendición
de Dios está en lo que Él está llevando a cabo. ¿Y donde estaba
la bendición de la redención? En Jesús de Nazaret, porque esa
era la obra prometida para ese tiempo, era la Palabra vivificada.
Isaías dijo: ``La virgen concebirá y dará a luz un niño''.
Jesús de Nazaret era esa Palabra vivificada, hecha carne,
realizada en medio del pueblo hebreo. Ya no era letra y papel
(aunque en ese tiempo no usaban papel, sino unos pergaminos de
cuero). Así que ya no eran esas pieles en donde escribían esa
Palabra; ya era un ser humano en medio del pueblo hebreo, era
una carta, una profecía, leída de todas las personas, porque
estaba hecha carne.
``Porque un niño nos es dado, hijo nos es nacido, y el
principado sobre su hombro; y llamaráse su nombre: Admirable,
Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de paz''. Y decían
que Él era el príncipe de los demonios, Belcebú. Pero Él era el
Príncipe de paz.
¿Ve usted lo que acontece cuando las personas se quedan en una
edad o dispensación que ya pasó? No pueden ver lo que Dios
JESUCRISTO REVELADO COMO LEÓN DE LA TRIBU DE JUDÁ 7
Tenemos la promesa en Apocalipsis capítulo 7 y verso 2,
que dice: ``Y vi a otro Ángel que subía de donde nace el Sol...''
(¿Qué Sol?) ``A los que temen mi nombre nacerá el sol de
justicia, y en sus alas traerá Salud.”
La Segunda Venida del Señor está representada por el Sol
naciendo en un nuevo día, un nuevo día dispensacional. Una
nueva dispensación nacerá y Él aparece como el sol, como la luz,
de ese nuevo día dispensacional, así como apareció 2,000 años
atrás como el Sol de esa nueva dispensación, la segunda
dispensación.
Por eso Él podía decir: ``Yo soy la luz del mundo, y el
que me sigue no andará en tinieblas, mas tendrá la lumbre de la
vida.''
En su Segunda Venida Él viene como el León de la tribu
de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores para llevar a
cabo Su nueva obra, la obra del León de la tribu de Judá.
Él en su Primera Venida apareció como el Cordero de
Dios para quitar el pecado del mundo, muriendo en la Cruz del
Calvario y derramando Su Sangre. En su Segunda Venida viene
para reclamar lo que Él ya redimió con su Sangre. Por eso viene
como el León de la tribu de Judá.
En Apocalipsis capítulo 5, el anciano dijo a Juan, el cual
estaba llorando mucho porque no se había encontrado a nadie
digno para tomar el Libro sellado con siete Sellos, y abrirlo. Y
eso significaba que todo estaba perdido, si ese Libro no era
abierto, porque es el Libro de la Redención.
Y así como fue en los días del Señor Jesucristo, que si Él
no llega a morir en el día en que murió, entonces no hubiera
podido hacer la obra de Redentor; porque todo tiene un momento
en el programa divino. Y las cosas suceden, no cuando las
personas quieren, sino cuando Dios lo tiene programado.
En aquellos días el Señor Jesucristo dijo: ``Si el grano de
trigo no cae en tierra y muere, él sólo queda; mas si cae en tierra
y muere, mucho fruto lleva.'' El Señor Jesucristo sabía que si no
8 WILLIAM SOTO SANTIAGO
moría por usted y por mí en el momento señalado por Dios, en el
ciclo divino donde correspondía el sacrificio del Cordero de
Dios, entonces toda la humanidad tenía que morir, y solamente
quedaría una persona: el Señor Jesucristo.
``Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, él sólo
queda''. Si Jesús no hubiese tomado la culpa del pecado aquel día
en el Getzemaní, hubiera quedado solo, sobre la Tierra no
hubiera quedado ni un ser humano con el cual hablar, porque
todos hubieran muerto; pues se había llegado al ciclo para el
juicio divino caer sobre la Humanidad.
Pero el Señor Jesucristo en el Getsemaní aceptó morir por
usted y por mí; y allí El tomó el pecado, allí se hizo mortal;
porque Jesús era inmortal. El dijo: ``Nadie me quita la vida; yo la
pongo por mí mismo para volverla a tomar''. Y como la paga del
pecado es muerte, la clave para el Señor Jesús morir era tomar el
pecado de la Humanidad, y entonces se hacía mortal. Eso
aconteció del Huerto del Getsemaní a la Cruz del Calvario.
Cuando Jesús se hizo mortal, entonces lo tomaron preso,
lo condenaron y lo mataron; pero tres días después resucitó
victorioso de entre los muertos y ascendió al cielo, y fue al lugar
de intercesión en el cielo, en el Templo que está en el cielo para
interceder por cada hijo de Dios escrito en el Libro de la Vida,
los cuales pasarían por este planeta Tierra.
Ahora ustedes pueden ver la obra del Señor Jesucristo
como Cordero de Dios; pero Él tiene una obra para llevar a cabo
como el León de la tribu de Judá, y reclamar todo lo que Él
redimió con su Sangre: Toda la creación, incluyendo al ser
humano que está escrito en el Libro sellado con siete Sellos que
El toma y abre en el cielo.
Por eso Juan lloraba mucho, porque no se encontraba una
persona que pudiera tomar ese Libro y abrirlo para hacer el
reclamo; entonces todo estaría perdido, porque se había llegado
al ciclo divino para que se llevara a cabo esa obra.
Pero el anciano le dijo a Juan: ``Juan, no llores más: he
JESUCRISTO REVELADO COMO LEÓN DE LA TRIBU DE JUDÁ 13
Y Jesús dijo: ``El que me sigue, no andará en tinieblas,
mas tendrá la luz de la vida''. ¿Quién era la luz de la vida? El
Señor Jesucristo. En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los
hombres, ese era el Verbo que se hizo carne, la Palabra, la
Teofanía, que se hizo carne.
Tenemos que ir caminando al paso en que Dios vaya
caminando. Y para eso en cada edad y en cada dispensación,
Dios ha enviado un mensajero, que se ha conocido siempre como
el Ángel o mensajero de ese tiempo, de esa edad o de esa
dispensación. Los mensajeros dispensacionales son mayores que
los mensajeros de una edad.
Podemos entender por qué el pueblo hebreo no pudo ver
que Jesús era el Mesías que ellos estaban esperando, porque no
se movieron a la nueva dispensación.
Toda persona que quiera ver lo que Dios ha prometido,
tiene que colocarse en la dispensación en que Dios lleva a cabo
esas cosas. Fuera de ese lugar, la persona no entenderá, no verá
lo que Dios está haciendo.
Una cosa es cuando se conoce la Palabra de Dios en
forma histórica o intelectual, porque se lee la Biblia y se sabe
que Dios dijo así; pero otra es cuando Dios lo cumple; porque
entonces usted tiene que moverse para esa edad o dispensación
en que Dios está cumpliendo esa promesa; pues esa palabra que
usted primero leía, ya ha sido manifestada en carne humana, ya
se ha vivificado, se ha hecho vida, y ya usted no puede continuar
diciendo: ``Yo creo lo que Dios dice aquí.'' Usted tiene que decir:
``Yo creo lo que Dios está llevando a cabo; y eso que está
llevando a cabo es lo que dice aquí en la Escritura.'' Otra forma
no funciona.
Veamos a las personas del tiempo de Jesús. Ellos decían:
``Nosotros creemos a Moisés.'' Jesús dijo: ``Si ustedes creyeran
¿qué dijo Moisés de Jesús? ``Profeta como yo os levantará el
Señor nuestro Dios: a él oíd.'' ¿Y a quien estaban oyendo? A los
doctores de la Ley, a los fariseos, a los saduceos y al Sumo
12 WILLIAM SOTO SANTIAGO
y las declaró enviándolas por su Ángel...''
¿Quién trae la revelación de Jesucristo? Su Ángel
Mensajero que Él envía en este tiempo final, en el tiempo de la
Segunda Venida del Señor como el León de la tribu de Judá. Él
dice: ``Yo Jesús he enviado mi Ángel para dar testimonio de
estas cosas en las iglesias.''
Es un mensaje para todas las iglesias; para mostrarle a las
iglesias (a todos los que creen en la Biblia y esperan Su Segunda
Venida), a Jesucristo revelado como el León de la tribu de Judá,
como Rey de reyes y Señor de señores, en Su nueva Obra en la
cual reclama todo lo que Él redimió con Su Sangre. Y todo esto
ocurre en una nueva dispensación.
En los cambios de dispensación siempre hay muchos
problemas. Cuando apareció Jesús, hubo un cambio de
dispensación, y los que estaban en la primera dispensación, la
ley, comenzaron a atacarlo, y no comprendían lo que estaba
aconteciendo; porque solamente sabían de la primera
dispensación, en donde estaban bien metidos; pero nada sabían
de esa nueva dispensación que estaba comenzando. Y cuando
comienza una nueva dispensación, Dios se muda a esa nueva
dispensación.
Vea usted: cuando el Señor Jesucristo murió, el velo del
templo de rasgó y se vio el Lugar Santísimo (y allí ya no estaba
la Shekinah, la presencia de Dios en forma de luz). Se había
movido para otra nueva dispensación. ¿Y donde estaba? En el
Señor Jesucristo.
¿Ve usted? Tenemos que seguir a Dios de edad en edad,
de generación en generación, y de dispensación en dispensación.
Tenemos que estar en la edad que Él esté. Tenemos que estar en
la dispensación que Él esté.
Los discípulos de Jesús no eran doctores en divinidad, no eran
teólogos, no eran doctores de la Ley, pero se habían movido a la
nueva dispensación.
JESUCRISTO REVELADO COMO LEÓN DE LA TRIBU DE JUDÁ 9
aquí el León de la tribu de Judá, el cual ha prevalecido para
tomar el Libro, y abrir sus Sellos''.
Luego usted encuentra que cuando Juan mira, ve un
cordero ensangrentado. Ese cordero ensangrentado es nada
menos que el Señor Jesucristo. Ni era un cordero, ni un león; era
el Señor Jesucristo, que es el Cordero de Dios y también el León
de la tribu de Judá, cambiando de obra al cambiar de
dispensación: Un cambio de dispensación en la nueva obra del
León de la tribu de Judá.
Por eso usted encuentra que en ese mismo capítulo dice
que el Cordero es digno de tomar el Reino, el poder y la gloria,
porque nos ha redimido para nuestro Dios, y nos ha hecho reyes
y sacerdotes. Y reinaremos con Él en el milenio y por toda la
eternidad.
Podemos ver que ese Libro, siendo el Título de
Propiedad, le da derecho al Señor Jesucristo a tomar el Reino, el
cual está en manos de los gentiles.
El reino de los gentiles ha estado gobernando, pero el
Señor Jesucristo al tomar ese Libro como León de la tribu de
Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, tiene la autoridad
de convertirse en el Rey del milenio y de toda la eternidad.
Ahora todo esto acontecerá de acuerdo a la Escritura. La
piedra que los edificadores desecharon ha venido a ser cabeza del
ángulo.
Daniel vio esa piedra en Su Segunda Venida como la
piedra no cortada de manos; y vino e hirió a la imagen en los
pies. Esa estatua que vio el rey Nabucodonosor en aquel tiempo,
la cual representa el reino de los gentiles, que comenzó con
Nabucodonosor, y termina en este tiempo final en los pies de
hierro y de barro cocido; lo cual representa al reino de los
gentiles en esta etapa final, en donde el anticristo tomará ese
reino.
Pero el Señor Jesucristo con Su Segunda Venida como el
León de la tribu de Judá, herirá a ese reino en esta etapa final de
10 WILLIAM SOTO SANTIAGO
los pies. Es el reino de los gentiles que comenzó con la
cabeza de oro en el tiempo de Nabucodonosor.
En el tiempo del Señor Jesucristo, en su Primera Venida,
estaban en la etapa de las piernas de hierro; y ese imperio
romano fue el que llevó a cabo la muerte del Señor, y responderá
por la Sangre del justo Jesús. Al reino de los gentiles le será
demandada la sangre de todos los santos. En Apocalipsis usted
encuentra todo esto.
La piedra no cortada de manos que vio Daniel, es la
Segunda Venida del Señor como el León de la tribu de Judá, Rey
de reyes y Señor de señores, reclamando todo lo que Él redimió
en Su Primera Venida.
Cuando Él murió, Él compró todo; por lo tanto, le
pertenece todo. Él pagó el precio, por lo tanto, le pertenecen los
buenos y los malos también. Es como cuando usted compra una
propiedad. Usted lo que quiere comprar es lo bueno; pero si en
esa casa hay polilla, cucarachas y ratones, entonces todo lo que
hay en esa propiedad es suyo. Después usted se encargará de
acabar con todo lo malo que usted no quiere tener allí.
Y la Gran Tribulación, con los juicios apocalípticos,
quemarán la cizaña; porque Dios no quiere cizaña en medio del
trigo.
Así que deje que venga ese tiempo, y usted verá como el
Señor sacará la cizaña; pero a los escogidos, comprados con la
Sangre del Señor Jesucristo, Él les ha prometido la
transformación de sus cuerpos, para vivir eternamente a imagen
y semejanza del Señor Jesucristo.
Adán fue creado a imagen y semejanza de Dios; pero con
la caída, el ser humano perdió esa bendición: la imagen y
semejanza de Dios; y ha estado viniendo, no por creación divina,
como vino Adán, pues por creación divina uno viene con la
imagen y semejanza de Dios...
Pero luego de la caída el ser humano ha estado viniendo
por la unión de un hombre y una mujer; por lo tanto, obtiene un
JESUCRISTO REVELADO COMO LEÓN DE LA TRIBU DE JUDÁ 11
cuerpo mortal y un espíritu en la permisiva voluntad de
Dios; y ese espíritu siempre lo está inclinando hacia el mal; pero
todo eso será arreglado. Por eso necesitamos una transformación.
Esa transformación será una obra de creación en donde
Dios creará el cuerpo eterno, el cuerpo glorioso que Él
predestinó para cada uno de Sus hijos vivir eternamente. Por eso
no nos preocupamos por el cuerpo que tenemos en este tiempo,
ya sea más alto o más bajo, más gordo o más flaco, más claro o
más oscuro, más bonito o más feo. Eso no tiene importancia.
Dios ha preparado en su programa el cuerpo que Él quiere para
usted; y será un cuerpo para toda la eternidad; un cuerpo sin
problemas, sin defectos: un cuerpo perfecto.
Dios enjugará toda lágrima de nuestros ojos, y seremos a
imagen y semejanza del Señor Jesucristo; porque como hemos
traído la imagen del terrenal, de Adán, traeremos también la
imagen del celestial, del Señor Jesucristo.
``Porque a los que antes conoció, también los predestinó
para que sean hechos conforme a la imagen de Su Hijo, a la
imagen del Señor Jesucristo. Eso es lo que Dios tiene para usted
y para mí.
Todo eso lo hemos de recibir en la obra del Señor
Jesucristo como el León de la tribu de Judá, porque Él reclama
todo lo que redimió. Y a todos sus hijos los pasa a esa nueva
etapa perfecta para vivir eternamente.
Conforme a Apocalipsis, la revelación de Jesucristo en
este tiempo, es como Rey de reyes y Señor de señores, como el
León de la tribu de Judá.
Por eso en Apocalipsis usted lo encuentra con una cinta
de oro sobre el hombro, y no en la cintura; porque en la cintura
es como Cordero de Dios y como Sumo Sacerdote; pero sobre el
hombro es como Rey de reyes y Señor de señores; es la
revelación de Jesucristo como el León de la tribu de Judá.
Y Él dijo: ``La revelación de Jesucristo, que Dios le dio,
para manifestar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto;
en Moisés, ustedes creerían en mí, porque Moisés habló de mí.''