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EL MISTERIO DE DOS PUEBLO 23 a ser una revelación de algo que estaba oculto de la mente, del entendimiento, de los seres humanos. El misterio de estos dos pueblos, en este tiempo final, deja de ser un misterio. Fue conveniente que este misterio tuviera sellado, cerrado, al entendimiento de los seres humanos. Pero en este tiempo final, el misterio de estos dos pueblos se abre; y los escogidos de ambos pueblos reciben el mismo mensaje, el mismo mensajero y el mismo Sello del Dios viviente, para pasar a una etapa eterna, y así pueda venir el gran Reino milenial, el cual está por surgir. Nuestra Edad, nuestro mensaje, y el Mensajero de nuestra Edad introducen las cosas que corresponden a la Tercera Dispensación, las cosas que corresponden al Milenio y a la eternidad. Todo esto lo introduce el séptimo Sello, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles. Estamos siendo preparados para la transformación de nuestros cuerpos y para el gran Reino milenial, en donde estaremos manifestados como reyes y sacerdotes, juntamente con el Rey de reyes, Señor de señores y Sumo Sacerdote. Y todo esto según el orden de Melquisedec, al cual nosotros pertenecemos. Este es el misterio de estos dos pueblos. Y nosotros somos parte de este misterio. Dios les bendiga, Dios les guarde. "EL MISTERIO DE DOS PUEBLOS."

Este mensaje predicado por nuestro amado hermano William Soto Santiago

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“Y el Espíritu y la esposa dicen ven, y el que oye, diga: ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del

agua de la vida gratuitamente.” Apoc. 22:17

22 WILLIAM SOTO SANTIAGO gentil, de donde Dios en este tiempo final llama a Sus últimos escogidos de entre los gentiles, para formar el pueblo de Dios, el pueblo con una ciudadanía del cielo, perteneciente la Jerusalén celestial. Porque el pueblo que Dios llama de entre los gentiles, para Su nombre, teniendo la bendición del primogénito, pertenece al cielo, aunque viva en esta Tierra. Es una ciudadanía celestial; y por lo tanto, recibe un mensaje celestial y un mensajero celestial. Y cuando decimos un mensajero celestial, nos estamos refiriendo a un hombre con un mensaje del cielo, con un mensaje de una ciudad celestial; no un mensaje terrenal. El mensaje de la Nueva Jerusalén, con los escogidos de la Nueva Jerusalén, es el mensaje de ese Ángel que aparece con el Sello del Dios viviente; es la trompeta final, el mensaje de gran voz de trompeta. Por eso nadie más podía proclamar ese mensaje, porque es un mensaje celestial traído a la Tierra a los seres humanos para hacerles su relación, su conexión, con el cielo; y de esa manera poder recibir la transformación de nuestros cuerpos, y la resurrección de los muertos; lo cual está por acontecer. Todavía no ha acontecido, pero acontecerá conforme a la promesa divina. Somos los hijos de la promesa; y recibiremos todas las promesas divinas que corresponden a este tiempo; comenzando con la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, por el Ángel que sube del nacimiento del Sol con el Sello del Dios vivo, y continuando con el Sello del Dios viviente siendo colocado en nuestras frentes, en nuestras mentes; lo cual recibimos con el mensaje que es traído en este tiempo final. Así son sellados los escogidos de ambos pueblos de este tiempo final: allí tenemos el misterio de los dos pueblos, el misterio del pueblo de Israel, y el misterio del pueblo gentil. Un misterio que en otros tiempos no era conocido cabalmente. Solamente había muchas conjeturas. Pero a medida que la Luz va aclarando todo el panorama de estos dos pueblos, entonces este misterio va dejando de ser un misterio. Un misterio abierto al público, deja de ser un misterio, y viene

EL MISTERIO DE DOS PUEBLOS

Por William Soto Santiago Monterrey, México 26 de julio de 1987

Viviendo el tiempo en que estamos; nos enfrentamos a una realidad, a la realidad de lo que somos, a la realidad de lo que es el ser humano en este planeta Tierra. Y viendo la realidad del ser humano en este planeta Tierra; encontramos dos pueblos: judíos y gentiles. Y viviendo en medio del pueblo gentil, encontramos nuestra posición en un programa que la raza humana ignora, pero que es dado a conocer en la Escritura. Acerca del misterio de estos dos pueblos, dice San Pablo, escribiendo a los Gálatas, en el capítulo 4, verso 22 en adelante: "Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; este es Agar. Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, corresponde a la Jerusalén actual, pues esta junto con sus hijos está en esclavitud. Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre. Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido. Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el espíritu, así también ahora.

4 WILLIAM SOTO SANTIAGO Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre. De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre." El misterio de dos pueblos. La Escritura nos habla del misterio del pueblo hebreo y del pueblo gentil. Dios en medio del pueblo hebreo se manifestó, llevó a cabo a través del profeta Moisés una obra en la cual le fue establecido la ley al pueblo hebreo. Para los gentiles, los hebreos es un pueblo misterioso. El pueblo gentil no ha comprendido plenamente el misterio del pueblo hebreo; como tampoco el pueblo hebreo ha comprendido el misterio de los gentiles. Dos pueblos sobre la Tierra, los cuales no han comprendido el misterio del uno y del otro. Y han pensado en forma equivocada el uno del otro. Por esa causa el apóstol San Pablo escribiendo a los gentiles, les habla del misterio del pueblo hebreo. Y en Romanos capítulo 11, comenzando en el verso 25, dice: "Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos; que ha acontecido a Israel el endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles, y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados. Así que en cuanto al Evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios." Aquí podemos ver dos pueblos: el pueblo de Israel y el pueblo gentil. El apóstol San Pablo da a conocer el misterio del pueblo de Israel: que el endurecimiento, el rechazo del pueblo hebreo al programa divino, al rechazar al Señor Jesucristo, fue para bendición del otro pueblo; porque hay dos pueblos en esta Tierra. Dios había dicho: "Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo... Y en el lugar en donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, allí serán llamados hijos del Dios viviente."

EL MISTERIO DE DOS PUEBLO 21 nuestro; somos herederos de Dios y coherederos con Cristo Jesús. El mayor servirá al menor, Los escogidos tendrán quién les sirvan: son los ciento cuarenta y cuatro mil. Les servirán aquí en la Tierra, durante el Milenio, y también durante la eternidad. Ellos tendrán a través de quién llevar a cabo un sinnúmero de cosas que los escogidos de entre los gentiles tienen que llevar a cabo; y principalmente los escogidos de este tiempo final. A los escogidos de entre los gentiles del tiempo final serán a los que más les tendrán que servir estos siervos, estos ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, que estarán sirviéndole a los escogidos gentiles, que son el menor, pero que tienen la bendición del mayor, la bendición de la primogenitura. Así que a los escogidos del tiempo final les servirán estos ciento cuarenta y cuatro mil, doce mil de cada tribu de los hijos de Israel, porque ellos recibirán la bendición de manos de los escogidos gentiles del tiempo final. Los escogidos de la primera edad de la Iglesia gentil quisieron compartir la bendición con Israel; pero Israel no pudo comprenderla, no pudo recibirla; y así sucedió también con los escogidos de las demás edades, todos quisieron compartir la bendición divina con el pueblo hebreo, pero ellos no la recibieron, y no era el tiempo tampoco. Aun el séptimo mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil, quiso compartir la bendición con los hebreos; pero no le fue permitido. El quiso compartir con ellos ese ministerio de Elías en su cuarta etapa, pero no le fue permitido; porque él les hubiera llevado a la séptima edad de la Iglesia gentil; pero ellos están diseñados para llegar a una edad eterna, están diseñados para llegar a la cima del monte de Sión, a la Edad eterna de la Piedra angular. Solamente habrá un mensajero con esa doble porción: el ministerio de Elías por quinta vez, y el ministerio de Moisés por segunda vez. Este mensajero tendrá un mensaje dispensacional, un mensaje eterno, que podrá llamarlos, y ellos responder a ese llamado de Dios en el tiempo final; y así ser sellados con el Sello del Dios vivo. Que los escogidos de entre los hebreos esperen un poquito hasta que concluya una labor que se está llevando a cabo en el pueblo

20 WILLIAM SOTO SANTIAGO de ese Ángel mensajero; escuchando y recibiendo de todo corazón su mensaje. Cuando veamos a ese Ángel y escuchemos su mensaje de gran voz de trompeta y seamos juntados en la cima del monte de Sión, entonces somos sellados con el Sello del Dios vivo. Y cuando todo eso ocurre, entonces descubrimos que hemos sido sellados con el Sello del Dios vivo. Porque para eso es que Dios envía ese Ángel mensajero, para llamar con gran voz de trompeta a todos los escogidos, colocarlos sobre el monte de Sión y sellarlos con el Sello del Dios vivo. Entonces se encuentran en pie delante del Hijo del Hombre en Su Venida, en el monte de Sión, siendo testigos del gran acontecimiento profético de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles llamando con gran voz de trompeta a Sus escogidos y sellándolos en sus frentes. Luego queda el pueblo hebreo, ciento cuarenta y cuatro mil que serán llamados, recogidos en la cima del monte de Sión, la Edad de la Piedra angular. ¿Y para qué otro lugar los vamos a llevar, si ya no hay otras edades, no hay otras dispensaciones? Lo único que queda y permanece por toda la eternidad es nuestra edad, nuestra Dispensación. Nos vamos a traer para nuestra Edad, para nuestra Dispensación, ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu. Primero serán juntados los escogidos de entre los gentiles, porque los primeros serán postreros, y los postreros serán primero. Porque la bendición cayó sobre el menor, sobre el último, y la bendición que nos ha tocado nadie nos la podrá quitar, porque la hemos recibido con el corazón, la hemos recibido con nuestro espíritu, con nuestra alma, con nuestra mente, con nuestro entendimiento y con todas nuestras fuerzas. Lo único que podemos hacer es decirles: Vengan ustedes también para que reciban la bendición que Dios tiene para este tiempo final. Tenemos la bendición del mayor, la bendición de la primogenitura, la bendición más grande que un ser humano y que un pueblo puede tener. Con esa bendición de la primogenitura todo es

EL MISTERIO DE DOS PUEBLO 5 Mientras Dios estaba tratando con el pueblo hebreo, el pueblo gentil no estaba como pueblo de Dios; pero cuando Dios paró Su trato con el pueblo hebreo; entonces de en medio del pueblo gentil, Dios ha estado llamando un pueblo para Su nombre. Dios ha estado llamando personas de entre los gentiles, para formar el pueblo escogido de Dios; un pueblo para Su nombre, para Su nombre eterno. Y lo llama utilizando primeramente el nombre de redención, el nombre Jesús; para luego sellarlos, para luego escribir sobre ellos Su nombre nuevo, el nombre nuevo de la ciudad, de la nueva Jerusalén, y el nombre nuevo de Dios. Los tres son el mismo nombre. Ese pueblo que El llama de entre los gentiles, viene a ser un pueblo nuevo, un pueblo perteneciente a una nueva creación. Dios dice que El creó al pueblo hebreo, que lo formó de la nada. Dios le dijo a Abraham: "Tú serás padre de muchedumbres, de naciones." Y comenzó en Abraham. Y en Abraham estaban ambos pueblos. Dos pueblos en un hombre. El pueblo hebreo vino según la carne. Por eso San Pablo dice que los hijos que vienen según la carne están representados en Agar y en su hijo Ismael; son aquellos que están sujetos a la ley, sujetos a la Primera Dispensación de la ley, la cual recibieron en el monte Sinaí. Ellos son hijos de ese monte, y pertenecen a Agar, aunque aparentemente vienen por la línea de Sarah, sin embargo, espiritualmente vienen por un pacto en el monte Sinaí, esto es hablando en términos espirituales. Ellos vienen por ese pacto de los mandamientos de la ley del monte Sinaí, el monte de Agar; porque Agar o Sinaí representan lo mismo. En todos los tiempos, en el campo religioso, en el campo espiritual, ha habido problemas; y aun estando en el programa de Dios, estando en el tiempo que corresponde, y habiendo recibido el mensaje que corresponde para ese tiempo, a través del mensajero para ese tiempo, con todo y eso ha habido problemas, ha habido diferencias, ha habido personas que han entendido algunas cosas de una forma y otros de otra, saliéndose de la forma en que lo entiende el mensajero que Dios envía el mensajero para ese tiempo, que es la única forma

6 WILLIAM SOTO SANTIAGO correcta. San Pablo le había establecido a los Gálatas, en el mensaje que correspondía para ese tiempo; pero luego vinieron otras personas predicando el mensaje de la ley, un mensaje de una dispensación que ya había pasado; el cual San Pablo utilizaba como tipo y figura del mensaje de la Segunda Dispensación, para establecer al pueblo sobre el fundamento correcto para ese tiempo. Pero solamente el mensajero que Dios envía para una edad o dispensación, es el único que puede tomar la Palabra, tomar el mensaje de una dispensación que ya pasó, y actualizarlo al pueblo. Si lo toma cualquier otra persona, cualquier otro predicador, que no es el mensajero para ese tiempo, entonces comienza a alterar el programa de Dios para ese tiempo, comienza a malinterpretar el mensaje que corresponde para esa edad o dispensación; porque trata de aplicar el mensaje de una edad o dispensación pasada en una forma literal, trata de darle su propia interpretación. Eso pasó con los Gálatas. Pero San Pablo les dice: "Ustedes comenzaron bien." Porque habían comenzado con San Pablo, el mensajero de la primera edad de la Iglesia gentil. Ustedes comenzaron escuchando el mensaje que correspondía para esa primera edad de la Segunda Dispensación. "Ustedes comenzaron bien;" porque habían comenzado escuchando a San Pablo. ¿Quién ha sido el que les ha desviado? Eso no viene de parte de Dios. Estaban tratando de meter a la Iglesia de los gálatas a la Primera Dispensación, cuando ya habían comenzado en la Segunda Dispensación. San Pablo le pregunta a ellos: ¿Cuántos de ustedes quieren escuchar la ley? Porque cualquiera que es circuncidado está obligado a guardar toda la ley. Así es la ley. Pero San Pablo estaba en el Evangelio de la gracia, en el mensaje de la Segunda Dispensación; en donde el mensaje de la Primera Dispensación estaba actualizado; porque San Pablo se lo actualizó a ellos. Actualizó aquellas cosas que podía actualizarles para la Segunda Dispensación. San Pablo conocía lo que era una dispensación, conocía los cambios de dispensaciones, conocía los cambios de edades también.

EL MISTERIO DE DOS PUEBLO 19 El endurecimiento en parte ha acontecido en Israel, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles, hasta que entren los escogidos de entre los gentiles; y luego todo Israel (ciento cuarenta y cuatro mil) será salvo. Como está escrito: "Vendrá de Sión el Libertador, que quitará de Jacob la impiedad." El Libertador en Su Segunda Venida viene a Sión, a los escogidos de entre los gentiles; y luego pasa al pueblo hebreo, ya estando entre los gentiles, en el cumplimiento de Su Venida a Sión; entonces va de Sión a los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, para buscarlos, sellarlos y colocarlos en Sión. Como dice la Escritura: "Y miré, y he aquí el Cordero estaba sobre el monte de Sión, y con El ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de Su Padre escrito en Su frente.” Porque es en el monte de Sión, la Edad Eterna, la Edad de la Piedra angular, la etapa octava, la Tercera Dispensación, en donde son sellados en sus frentes todos los escogidos; y esto lo hace un mensajero dispensacional, que aparece con la gran voz de trompeta, con el doble ministerio, con la doble porción ministerial del ministerio profético final, con el ministerio profético del Benjamín de los profetas; llamando con gran voz de trompeta a todos los escogidos, y colocándolos sobre el monte de Sión, sobre la última etapa, la etapa eterna del cuerpo místico del Señor Jesucristo. Y en Apocalipsis capítulo siete, verso en adelante, dice: "Y vi otro Ángel que subía del nacimiento del Sol..." (Aquí está identificado el lugar, el área de donde se levanta con ese ministerio ese Ángel mensajero). Como dijo Malaquías: "A los que temen mi nombre, nacerá el Sol de justicia..." De ahí cumple Dios la Segunda Venida del Hijo del Hombre, de ahí se levanta ese Ángel mensajero con ese ministerio para ir al pueblo hebreo. "...teniendo el Sello del Dios vivo." Nadie más tendrá el Sello del Dios vivo, solamente el Ángel mensajero que sube de donde nace el Sol, de donde cumple el Señor Su Segunda Venida. De ahí se levanta ese Ángel mensajero en su ministerio final; en el último ministerio de Dios con el Sello del Dios vivo. Ninguna persona puede ser sellada con el Sello del Dios vivo, a menos que no sea por ese Ángel y bajo ese ministerio, bajo el llamado

18 WILLIAM SOTO SANTIAGO tenemos el Israel celestial y la Jerusalén celestial. Del Israel y la Jerusalén celestial saldrá el Benjamín que tendrá la doble porción para traer al pueblo gentil y al pueblo hebreo la bendición prometida para el tiempo final. Por el Benjamín, el último profeta que Dios enviará, será que José se dará a conocer a sus hermanos. José se dio a conocer a sus hermanos allá en Egipto, cuando vio a Benjamín. Y nuestro José, el Señor Jesucristo, se dará a conocer en Su Segunda Venida a Israel cuando vean al Benjamín prometido que estará en la Tierra. José le dio la doble porción a Benjamín en aquella cena; y nuestro José (el Señor Jesucristo) le dará la doble porción ministerial, en la gran cena del Cordero, al Benjamín de este tiempo; y se dará a conocer a ciento cuarenta y cuatro mil hebreos. Esta es la promesa para estos dos pueblos, la cual se entrelaza en medio de esos dos pueblos: primero se lleva a cabo en medio del pueblo gentil, donde son llamados los escogidos de entre los gentiles en el cumplimiento de esa promesa. Y luego son llamados los escogidos de entre los hebreos, para unir a ambos pueblos, traer a ambos pueblos a un mensaje, a una dispensación, y colocar ambos pueblos en la cima del monte de Sión, siendo sellados ambos pueblos con el nombre nuevo del Señor Jesucristo, con el nombre de la nueva Jerusalén y con el nombre eterno de Dios. Pues ambos pueblos tienen la misma promesa. Los escogidos de entre los gentiles tienen esta promesa: "Al que venciere, yo le haré que se siente conmigo en mi Trono (la Edad Eterna, la Edad del Trono), y yo le haré columna en el Templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él mi nombre nuevo, el nombre de la ciudad de mi Dios, y el nombre de mi Dios." Y los escogidos de entre el pueblo hebreo, tienen la promesa de tener escrito en sus mentes el nombre de su Padre. Dos pueblos que en el tiempo final se entrelazan el uno con el otro en la promesa del fin del tiempo, y reciben el conocimiento del programa divino, que El está llevando a cabo en este tiempo; y así entonces comprenden lo que aconteció en el pasado a través de la historia de estos dos pueblos.

EL MISTERIO DE DOS PUEBLO 7 San Pablo había sido un perseguidor de la Segunda Dispensación y del mensajero de la Segunda Dispensación, un perseguidor del Señor Jesucristo; pero se encontró con el mensajero de la Segunda Dispensación, en el camino a Damasco, cuando perseguía a los creyentes de la Segunda Dispensación. Y el mensajero de la Segunda Dispensación, Jesús de Nazaret, le dice: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coses contra el aguijón." Y comenzó a darle a conocer el propósito de su vida aquí en la Tierra; comenzó a decirle cuál era el plan divino para él. Le dijo que le había puesto por luz para los gentiles. Dios estaba dándole a conocer a Pablo que le daba un mensaje para alumbrar la mente, el entendimiento y el corazón del pueblo gentil, no del pueblo al cual él pertenecía físicamente, no del pueblo en donde él se crió, vivió, se educó, sino de otro pueblo. Dios estaba dándole un nuevo mensaje, un mensaje para otro pueblo, un mensaje para los gentiles; por eso le fue dicho: "Te he puesto por luz para los gentiles." San Pablo tuvo un cambio muy grande. El quedó ciego, y luego recuperó la vista; pero toda su vida tuvo problemas con sus ojos, para así tener constantemente un recuerdo de aquella experiencia. San Pablo tuvo un cambio grande: Saulo de Tarso, el perseguidor del cristianismo, se convierte en el mensajero más grande del cristianismo entre los gentiles; quien estableció entre los gentiles la Segunda Dispensación, con el mensaje de la Segunda Dispensación. Y tenemos en el Nuevo Testamento las Cartas y las doctrinas paulinas sobre las cuales el cristianismo se ha basado. Pablo vino a ser el mensajero más grande de entre los gentiles de su tiempo. Y vino a ser la persona que separó esos dos pueblos; los separó en cuanto al mensaje. Pablo dio a conocer que el mensaje de la ley correspondía al pueblo hebreo; y que el mensaje de la gracia fue dado para el otro pueblo, para los gentiles. Y que cualquier hebreo que quisiera tener parte en la Segunda Dispensación, tenía que entrar por ese mensaje de la Segunda Dispensación, el cual él estableció entre los gentiles; y que el mensaje era para gentiles y para hebreos también; y que los hebreos

8 WILLIAM SOTO SANTIAGO que vinieran al mensaje de la Segunda Dispensación, no tenía que guardar el mensaje de la Primera Dispensación. Porque se había llegado a una dispensación con un nuevo mensaje. No se puede mezclar una dispensación con otra; no se puede mezclar el mensaje de una dispensación; no se puede traer el mensaje de una dispensación pasada a una nueva dispensación para ponerlo a funcionar como si se estuviera en la dispensación anterior. ¿Y para qué sirve el mensaje de una dispensación pasada? Sirve como tipo y figura del nuevo mensaje. Así es como se usa el mensaje de una dispensación que ya pasó. Por eso San Pablo tomando el mensaje de la dispensación de la ley, traía con esos tipos y figura de aquella dispensación, las cosas que correspondían a la nueva dispensación. Con el Cordero del Antiguo Testamento, Pablo mostraba que Jesús de Nazaret era el Cordero de la nueva dispensación. El primero que comenzó a visualizar el comienzo de una nueva dispensación, fue Juan el Bautista, cuando vio a Jesús de Nazaret, y dijo: "He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo." Juan el Bautista estaba viendo una nueva dispensación con un nuevo Cordero, estaba actualizando el Cordero del Antiguo Testamento, lo estaba actualizando en un hombre, en Jesús de Nazaret. Pero Juan el Bautista no era un mensajero para una nueva dispensación; pero pudo ver el comienzo de una nueva dispensación, y pudo ver cómo las cosas del Antiguo Testamento, de la Primera Dispensación, se iban materializando; iban tomando forma en una nueva dispensación con nuevos personajes; y eso fue algo muy grande para Juan el Bautista. Juan el Bautista vino a ser el séptimo mensajero de las Edades de la Iglesia hebrea, el profeta mayor; y por lo tanto, era el precursor del Mesías, del mensajero dispensacional más grande que había aparecido en medio del pueblo hebreo, uno como Moisés; porque Moisés fue el mensajero de la Primera Dispensación; y Jesús fue el mensajero de la Segunda Dispensación. Tres grandes dispensaciones, con tres grandes mensajeros dispensacionales. Los demás son mensajeros de edades. Pero es al

EL MISTERIO DE DOS PUEBLO 17 El nombre que Jacob llevaba, le ayudaba para hacer todas las cosas que tenía que hacer, y para tener éxito en lo que se proponía. Negoció con Esaú, le compró la primogenitura por comida; y después luchó para que su madre le diera la bendición del primogénito; y lo logró también. Negoció con su suegro, y también ganó. Su suegro creía que le iba a ganar todas las luchas; pero Jacob fue el que siempre ganó. El suegro de Jacob le cambió el sueldo por diez veces; pero Dios no permitió que le hicieran mal a Jacob; porque Jacob era el que tenía la bendición, la primogenitura. Dios le ayudó en todas las cosas porque había un programa divino con Jacob, del cual se levantaría una nación. Dios dijo: "A Jacob amé, y a Esaú aborrecí." Una cosa que nos llena de regocijo es saber que Dios nos ama; porque las bendiciones de Dios y todo lo que Dios está llevando a cabo es en favor de Sus personas a quien ama. Dios estaba en favor de Jacob, aquel hombre positivo, luchador. Cuando Jacob regresaba a su tierra con sus doce hijos, porque el último lo llevaba en el vientre de Raquel, porque ése tenía que nacer en la Tierra Prometida: el Benjamín, porque el Benjamín es el último. Los demás hijos de Jacob nacieron en tierra de los gentiles. Benjamín nació cerca de Belén; y con el nacimiento de Benjamín murió Raquel, porque fue un parto difícil. Muchas personas piensan que una madre que vaya a tener un hijo que tenga un propósito grande en el programa divino, todo le va a ir bien; pero vemos que no es así. Vemos a Rebeca, la madre de Jacob, con dos muchachos luchando en su vientre. Ella tuvo nueve meses bien difíciles, hasta el punto que ella no quería vivir. Y aquí Raquel trayendo a su último hijo muere dando a luz el último hijo de Jacob. Raquel le puso por nombre Benoni, pero su padre le puso por nombre Benjamín. Así es que el último hijo de Jacob naciendo en la tierra de Israel, el Benjamín de Israel; porque él sería el que recibiría la doble porción de su hermano José. Tenemos el Israel terrenal y la Jerusalén terrenal, y también

16 WILLIAM SOTO SANTIAGO la bendición del mayor. Ahora, en esta ocasión cuando Jacob va a bendecir a los dos hijos de José, le da también la bendición mayor al menor. Jacob desde el vientre de su madre luchó con su hermano Esaú por la bendición de la primogenitura. En la lucha, uno tenía que nacer primero que el otro. Ahora, vemos que Jacob fue un hombre positivo, un hombre que no se da por vencido, aunque la primera batalla la perdió; pero perder una batalla, no es perder la guerra. Jacob perdió la primera batalla en el vientre de su madre; porque en ese brincoteo que tenían allí, su hermano cayó en la posición de nacer primero que él; pero podemos ver que aun así no soltaba a su hermano; pues nació agarrado del calcañal de su hermano. En Génesis 25, verso 20 en adelante, dice: "Y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel arameo de Padan_aram, hermana de Labán arameo. Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer. Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová; y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; el un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, y el mayor servirá al menor." (Ya desde el vientre de su madre estaba todo preparado por Dios. Por eso dice la Escritura: "A Jacob amé, y a Esaú aborrecí.") "Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre. Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú. Después salió su hermano, trabada su mano al calcañal de Esaú; y fue llamado su nombre. Y era Isaac de sesenta años cuando ella los dio a luz." Así que podemos ver que Jacob perdió, aparentemente, la primer batalla, la primer lucha, en el vientre de su madre. Pero siguió luchando por la primogenitura.

EL MISTERIO DE DOS PUEBLO 9 mensajero dispensacional al que le corresponde establecer, traer, comenzar, y proclamar el mensaje dispensacional, y hacer la obra dispensacional que solamente puede hacer un mensajero dispensacional. Una dispensación es siete veces mayor que una edad; porque una dispensación cubre siete etapas; y luego pasa a una octava etapa, en la cual se lleva a cabo una obra tan importante, que da lugar a algo grande en el programa divino. Cuando se llega a una octava etapa, eso da lugar a las grandes promesas mesiánicas establecidas en la Escritura. Y en las grandes promesas mesiánicas está la Venida del Hijo del Hombre, está el llamado de los escogidos, está la obra que corresponde a la Venida del Hijo del Hombre en favor de los hijos de Dios; está la obra de Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo, y también está la obra de León de la tribu de Judá para reclamar todo los derechos que corresponden a los hijos de Dios; para así dar lugar a una nueva dispensación. En esa octava etapa está también la resurrección de los muertos de la dispensación que ya ha concluido, y la transformación de los vivos, de la dispensación que da comienzo. Todo eso está en la octava etapa de esa dispensación. Cuando Jesús apareció sobre la Tierra, apareció en medio del pueblo hebreo; y apareció cuando Juan el Bautista estaba trayendo un mensaje para preparar al pueblo para la Venida del Mesías; el cual aparecería en un ciclo eterno, en una edad eterna, siendo la Piedra que los edificadores desecharían en aquel tiempo; y siendo El esa Piedra angular, apareció y comenzó una nueva dispensación. Recordemos que la octava edad de por sí es una nueva dispensación, es una edad mesiánica, en la cual las promesas mesiánicas se llevan a cabo. Y el mensajero de la séptima edad es el precursor del que vendría después de él; ese mensajero le prepara el camino al mensajero dispensacional. Por eso Juan el Bautista decía: "El que viene después de mí, es mayor, de Quien no soy digno de desatar la correa de Su calzado..."

10 WILLIAM SOTO SANTIAGO Juan decía: "Yo soy la voz de uno que clama en el desierto. Ese es mi ministerio; pero después de mí viene otro." Porque después de la séptima edad de la Iglesia hebrea, vendría la Edad de la Piedra angular, la Edad Octava, la Edad Eterna, la Edad del Hijo del Hombre; por eso Jesús apareció en ese ciclo eterno. Muchas personas que no conocen estas cosas, mezclan todo; porque piensan que todo sucedió en el mismo tiempo; y aunque aparentemente así fue, sin embargo, eran edades y dispensaciones diferentes; lo cual solamente lo pueden discernir los mensajeros que Dios envía para hacer ese trabajo, quienes reciben la revelación divina de lo que son edades y dispensaciones, y de lo que son mensajeros de edades y mensajeros de dispensaciones. Ahora, vean ustedes a Jesús de Nazaret moviéndose en medio del pueblo hebreo; y vemos a los líderes religiosos diciendo que Jesús quebrantaba la ley, y que también los discípulos de Jesús la quebrantaban. Ellos no podían comprender que Jesús estaba viviendo una nueva dispensación: la segunda dispensación. Jesús estaba viviendo la Edad y Dispensación del Hijo del Hombre en Su Venida, en la cual la ley y los profetas estaban todos actualizados. Y las religiones de aquel tiempo no comprendían eso. El judaísmo, perteneciente a la Primera Dispensación, nada comprendía de lo que estaba pasando; por eso decían de Jesús: "Este es un hombre comilón, bebedor de vino, y amigo de pecadores; un hombre que siempre está metido en cenas, fiestas, bodas." En Canaán de Galilea, le invitaron a una boda; y le gustaba tanto las fiestas, que allí se les acabó el vino, y Jesús convirtió el agua en vino; y así siguió la fiesta. Sin embargo, eso se convierte en tipo y figura del vino espiritual que en el tiempo final se multiplica para que siga la fiesta de las bodas del Cordero. Porque en los profetas se refleja el programa divino. Por lo tanto, siendo Jesús el profeta, en El se reflejó el programa divino que se llevaría a cabo en este tiempo final; así como también se reflejó en otros profetas del Antiguo Testamento. Jesús sabía en qué Edad y Dispensación estaba viviendo. El

EL MISTERIO DE DOS PUEBLO 15 y se les pasó. Y era conveniente que así aconteciera para dar lugar al otro pueblo que estaba esperando la intervención divina, la bendición divina; para que Dios llamara para Su nombre un pueblo de en medio de los gentiles, el cual está escrito en el cielo. Ese pueblo es sacado de entre los gentiles. Y como en aquella ocasión en que Jacob bendijo a los dos hijos de José que estaban frente a él: el mayor estaba frente a su mano derecha, y el menor frente a su mano izquierda. Jacob cruzó sus manos; y por lo tanto, cayó la mano derecha sobre el menor, y la izquierda sobre el mayor. El mayor representa al pueblo hebreo, y el menor representa a los gentiles. La bendición de la primogenitura cayó sobre el menor. Jacob aparentemente lo estaba haciendo mal, y por eso José quiso corregirlo; pero cuando un profeta tiene que hacer algo en el programa divino, aunque aparentemente lo esté haciendo mal, eso estará muy bien; porque es para dar lugar a que Dios haga lo que El tiene planeado. José le dijo a Jacob: "Padre mío, el que está a tu derecha es el mayor, y este es el menor. Tu mano derecha tiene que estar sobre el mayor, y tu izquierda sobre el menor. José quiso corregir a su padre. Los dos eran profetas, pero a Jacob le tocaba dar la bendición. Quizás José pensaba que tenía que ayudar a su padre, porque ya estaba muy anciano, estaba ciego, y estaba para morir; pero como que un profeta no puede ayudar a otro profeta. Cada uno tiene que hacer su parte en la forma en que Dios quiere que lo haga en el programa divino. Dios cruzó las manos de Jacob porque la bendición venía en esa forma para el menor. La bendición para los gentiles vino por la Cruz de Jesucristo, el cual fue crucificado por usted y por mí. Ahora, puede ver que el mayor que tenía los derechos a la primogenitura, a la bendición principal, no la recibió; pero la recibió el menor; la bendición del mayor, le fue dada al menor. Eso viene así desde tiempos atrás. ¿Recuerdan ustedes el caso de Jacob y Esaú? Pues sucedió lo mismo con los hijos de José: Manasés y Efraín. Porque Jacob recibió

14 WILLIAM SOTO SANTIAGO porque Elías fue arrebatado en un carro de fuego sin ver muerte. El ministerio de Elías representa los escogidos que están vivos; por eso el ministerio de Elías cuando estaba en su cuarta etapa, dijo: "Del Occidente vendrá uno en un caballo blanco, y recorreremos ese camino, esa senda, una vez más." Aquí vemos que Elías dijo que recorrería nuevamente el camino ministerial. El ministerio, el Espíritu y virtud de Elías, estaban manifestados por cuarta vez; pero dijo que se manifestarían por quinta vez, con un ministerio que viene del Occidente, cabalgando sobre un caballo blanco. El otro ministerio prometido es el ministerio de Moisés por segunda vez, el cual ministrará en este planeta Tierra; y lo acompañará por quinta vez el ministerio de Elías. El ministerio de Elías manifestado por quinta vez acompañará al ministerio de Moisés; y será recorrido el camino ministerial profético en beneficio de todos los escogidos, para traer la resurrección de los muertos y la transformación de los vivos. Será recorrido el ministerio profético nuevamente para sacar de la red los peces buenos, los escogidos; y para echar fuera los peces malos, los hijos del mundo. Esto acontecerá en el tiempo final, conforme a ese programa. Todo esto ha sido mostrado en las parábolas de Jesús, y también en los mensajes de los profetas del Antiguo Testamento. Todo esto ya está programado; y lo que estaremos viendo aquí en este planeta Tierra será el cumplimiento de los que ya ha sido prometido. Todo esto está ordenado. Todo estará moviéndose conforme a la Escritura. Ahora, hemos visto cómo estos dos pueblos, el pueblo hebreo y el pueblo gentil, a través de la Historia, han tenido la intervención divina. El pueblo hebreo aun tiene la promesa de la intervención divina por un lapso de tiempo de tres años y medio, en la última parte de la Semana Número Setenta de la profecía de Daniel. Posiblemente los judíos estén esperando la Semana completa de la profecía de Daniel; pero la mitad de la Semana ya se les cumplió

EL MISTERIO DE DOS PUEBLO 11 sabía Quién era; pero los demás no lo sabían. Juan el Bautista lo pudo vislumbrar cuando lo vio. Después que Juan bautizó a Jesús, y después de Su ayuno de cuarenta días, entonces Jesús comenzó Su ministerio; allí comenzó la Semana Número Setenta de la profecía de Daniel. Jesús no tenía que andar detrás de Juan el Bautista preguntándole lo que debía hacer; ni tampoco tenía que rendirle cuenta a Juan. Juan dijo de El: "El que viene después de mí es mayor que yo." Y cuando Jesús entró al agua para que Juan le bautizara, Juan le dijo a Jesús: "Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti, y Tú vienes a mí para que te bautice." Jesús le dijo a Juan: "Conviene que cumplamos toda justicia. Tú tienes que bautizarme." Entonces Juan le bautizó. Juan le dijo a Jesús: "Tú debes bautizarme a mí; porque Tú eres mayor que yo." Pero Jesús fue quien le dijo a Juan lo que había que hacer, y por qué había que hacerlo en esa forma. De modo que el menor bautizó al Mayor; porque esa era la forma que tenía que cumplirse. Pero después que le bautizó, le dijo a sus discípulos: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es Aquél del cual yo hablaba: Viene uno detrás de mí, después de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa de Su calzado." Y muchos de los discípulos de Juan después que escucharon esto, entonces dejaron a Juan y siguieron a Jesús. Cuando Jesús ve a estos discípulos siguiéndole, entonces les pregunta: "¿Qué quieren ustedes? El Hijo del Hombre no tiene ni dónde recostar Su cabeza. Así que no venga detrás del Hijo del Hombre buscando dinero, ni comodidades, ni nada de esta Tierra; porque las aves tienen nido, y las zorras tienen cuevas; pero el Hijo del Hombre no tiene ni dónde recostar Su cabeza." Estaba como Jacob cuando salió huyendo, que no tenía ni dónde recostar su cabeza, y tuvo que usar una piedra como almohada. El Hijo del Hombre no tenía ni una almohada, no tenía una cama donde dormir. Había dejado la casa de José y María porque había llegado el momento de comenzar la etapa de los tres años y

12 WILLIAM SOTO SANTIAGO medio de la Semana Número Setenta de la profecía de Daniel. Y cuando llegó ese momento, se olvidó de todo lo demás. Comenzó sin nada, pero era el Hijo del Hombre, el Mesías, el Ungido, el Cristo; no importaba Su condición económica, no importaba Su apariencia, sino la realidad bíblica que en El estaba cumpliéndose. Jesús sabía Quién era. Y Juan el Bautista le conoció porque el que lo envió a bautizar le dijo: "Sobre quien tú veas el Espíritu Santo descendiendo en forma de paloma, Ese es el Mesías, el Cristo, el que viene después de ti." Ahora, Jesús comenzó también a Sus discípulos, a escoger a Sus discípulos; y a unos les decía: "Ven tú, sígueme." Y a aquellos pescadores les decía: "Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres." Ellos no tenían ningún grado de instrucción. Y el Hijo del Hombre tampoco tenía la educación teológica de los seminarios y de las universidades de aquel tiempo. Y como a Sus discípulos los llamó de entre pescadores y de gente del campo, entonces les hablaba con parábolas, acerca de peces, redes, de siembras, de campos, ovejas; porque esas eran las cosas que ellos conocían; de allí los llamó Jesús, y de esas cosas les hablaba los misterios del Reino de los cielos, utilizando las cosas que ellos conocían. Para aquellos tiempos Jesús les envió una parábola, diciendo:

"El Reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces; y una vez llena, la saca a la orilla; y sentados, recoge lo bueno en cestas; y lo malo echan fuera. Así será en el fin del siglo: saldrán los Ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego." Jesús dice:

"Así será al fin del siglo: saldrán los Ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes." Lo mismo que vemos en la parábola del trigo y la cizaña, lo vemos aquí en la parábola de la red: hablando del fin del siglo, y del ministerio de estos Ángeles, los cuales tendrán que ver con los malos y

EL MISTERIO DE DOS PUEBLO 13 también con los buenos. Porque será un ministerio para bendición de los escogidos, y también para traer el juicio, las plagas, sobre los malos, sobre la cizaña. Aquí podemos ver cómo el Señor Jesucristo habló de estos misterios que corresponden a este tiempo final, utilizando la forma parabólica de una red, unos peces y unos pescadores. Aquellos pescadores vienen a ser tipo y figura del ministerio de los Ángeles del Señor, el ministerio de los dos Olivos, del ministerio de Moisés y Elías que llaman y juntan a todos los escogidos con gran voz de trompeta, llaman y juntan a todos los peces buenos, y luego hará una labor con los peces malos. Como lo podemos ver también en la profecía de Malaquías, capítulo 4: "Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama." Aquí se puede ver la interpretación de la parábola y de la red. El final de los peces malos. Y también puede ver la interpretación, el destino, de los peces buenos. Malaquías 4 dice: "Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en Sus alas traerá salvación." En Sus alas traerá la resurrección de los muertos y la transformación de los vivos. Esto acontece bajo el ministerio del Señor en Su Venida con Sus Ángeles llamando y juntando a los escogidos, a los peces buenos. "A los que temen mi nombre, nacerá el Sol de justicia (nacerá la Segunda Venida del Hijo del Hombre), y en Sus alas (en el ministerio de Moisés y Elías, que son las alas del Señor en Su Segunda Venida) traerá salvación, salud." Porque en esas dos alas están representados los vivos y los muertos. Los muertos están representados en Moisés, quien murió; pero vemos que apareció en el monte de la Transfiguración; y los vivos que serán transformados sin ver muerte, están representados en Elías;