wittgenstein y orwell (ii)-libre

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Homage to Spain (II) Un enfoque filosófico-lingüístico sobre los límites de la neolengua Carlos Yebra López Abstract In this article I aim to compare and contrast the pervasiveness of the Orwellian Newspeak in both 1984 and the current sociopolitical predicament in Spain as brought about by the financial crisis (2008-). In particular, I will examine the current scientific (lack of) evidence supporting the non-fictional existence of the kind of linguistic determinism Orwell put forward in the aforementioned novel. Finally, I will outline a number of conceptual strategies for resistance and change and will encourage my compatriots to follow them as a means for coping against the ideological masquerade of our time as reflected in the grammatical fictions of our current language uses. Keywords: Spain, crisis, newspeak, linguistics, grammar Resumen En este artículo me propongo comparar y contrastar la ubicuidad de la neolengua orwelliana tanto en 1984 como en el actual panorama sociopolítico en España tal y como este ha sido causado por la crisis finaciera (2008). En particular, examinaré la actual (falta de) evidencia científica a favor de la existencia real del tipo de determinismo lingüístico propuesto por Orwell en la antedicha novela. Finalmente, perfilaré varias estrategias de resistencia y cambio y animaré a mis compatriotas a seguirlas en tanto que medio de oposición frente al baile ideológico de máscaras propio de nuestro tiempo tal y como el mismo es reflejado en las ficciones gramatical en las que incurren nuestros usos actuales del lenguaje. Palabras clave: España, crisis, neolengua, lingüística, gramática .

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Ho m a g e to Sp a in (II)

Un en fo q ue fi lo só fico-l ing ü ís t ico so b r e lo s l ím it es de la neo leng ua

Carlo s Yebra López

Abs tract

In this article I aim to compare and contrast the pervasiveness of the Orwellian Newspeak in both 1984 and the current sociopolitical predicament in Spain as brought about by the financial crisis (2008-).

In particular, I will examine the current scientific (lack of) evidence supporting the non-fictional existence of the kind of linguistic determinism Orwell put forward in the aforementioned novel. Finally, I will outline a number of conceptual strategies for resistance and change and will encourage my compatriots to follow them as a means for coping against the ideological masquerade of our time as reflected in the grammatical fictions of our current language uses.

Keyw o rds : Spain , cris is , ne w spe ak, lingu is tics, gram m ar

Resum en

En este artículo me propongo comparar y contrastar la ubicuidad de la neolengua orwelliana tanto en 1984 como en el actual panorama sociopolítico en España tal y como este ha sido causado por la crisis finaciera (2008).

En particular, examinaré la actual (falta de) evidencia científica a favor de la existencia real del tipo de determinismo lingüístico propuesto por Orwell en la antedicha novela. Finalmente, perfilaré varias estrategias de resistencia y cambio y animaré a mis compatriotas a seguirlas en tanto que medio de oposición frente al baile ideológico de máscaras propio de nuestro tiempo tal y como el mismo es reflejado en las ficciones gramatical en las que incurren nuestros usos actuales del lenguaje.

Palabras clave : España, cris is , ne o lengua, lingü ís tica, gram ática.

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I. In troducción

Cut the w ord lines Cut m usic lines Sm ash the control im ages Sm ash the control m achine

W. Burroughs En la primera parte de este artículo adopté una perspectiva filosófica acerca

de los límites de la analogía comunmente establecida en los últimos años entre el paisaje sociopolítico bosquejado por Orwell en 1984 y el actual panorama sociopolítico español (i.e., el resultante de la crisis 2008-2013). Mi argumento era, grosso m odo, que, si tal y como L. Wittgenstein afirmó en su Tractatus “to understand a proposition is to undertand what is the case if it is true”, entonces debíamos desechar la antedicha analogía, puesto que la misma presupone que, (siquiera sea en España) 1984 = 2013, mas, como se argumentó, ni la naturaleza de lo social ni el acceso a la información que de la misma se deriva son comparables en uno y otro caso, por lo que cabe concluir que, ora no se han comprendido 1984, ora no se ha comprendido el panorama español sociopolítico actual (o, mas probablemente, no se ha logrado entender en su justa medida ni lo primero ni lo segundo). Descartada la comparación global entre ambos fenómenos (es decir, la posibilidad de correspondencia a propósito de la resultante de la combinación entre sus respectivos elementos constituyentes [neolengua, corporativismo, etc.] ), resta intacta la posibilidad de compararlos en cuanto a sus elementos constituyentes mismos se refiere. En particular, en lo que sigue centraré mi atención en la posibilidad de contrastar, desde una perspectiva científica, la ubicuidad de la neolengua en 1984 y 2013, respectivamente.

II. (Ps ico ) lingüís tica de 19 8 4

Cabría definir la psicolingüística como aquella ciencia que se ocupa de analizar los procesos mentales implicados en la producción y recepción del lenguaje. En otras palabras, nos hallamos ante la ciencia que concierne a la interacción entre pensamiento y lenguaje. En la medida en que la neolengua de Orwell se erige sobre la base de la postulación de una relación de cierto tipo (en este caso, determinista) entre pensamiento y lenguaje, la (psico)lingüística es el

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campo más propicio para abordar dicha neolengua desde un punto de vista científico. A partir de esta justificación inicial, a continuación cartografiaré la óptica orwelliana a propósito de la neolengua en 1984, para finalmente, contrastarla con la (falta de) evidencia científica actual en la (psico)lingüística con el objeto de evaluar en qué medida dicha evidencia permite otorgar un soporte científico a los postulados orwellianos.

Si la neolengua ha mantenido su magnético atractivo hasta nuestros días es, qué duda cabe, porque al margen de las razones que en su día motivaron la emergencia del retrato literario de la misma (i.e., el esfuerzo intelectual de posguerra por intentar comprender para criticar el totalitarismo), apunta a uno de los aspectos más espinosos de la cultura contemporánea, a saber: la naturaleza del poder, la crítica del cual dejó ha ya algunas décadas de representarlo trivialmente en términos de fuerza bruta y unívoca, para pasar a examinar su naturaleza actual, tanto más sutil cuanto efectiva. Gran parte del mérito de este giro interpretativo es atribuible a M.Foucault y su concepción (post)estructuralista del poder, en virtud de la cual en la época contemporánea el poder consiste en una sujeción real sobre una relación ficticia, de donde se deriva la prescindibilidad del uso de la fuerza como medio disciplinario. El propio sujeto (en el doble de sentido de individuo sometido [sujeto] a una relación de poder en cuya matriz reticular él no es sino un nodo más a través del cual fluye aquel) se encarga de reproducir las coacciones del poder. Por decirlo con el brillante filósofo francés: “Ce qui fait que le pouvoir tient, qu’on l’accepte, c’est tout simplement qu’il ne pèse pas seulement comme une puissance qui dit non, mais qu’en fait il traverse, il produit les choses, il induit du plaisir, il forme du savoir, il produit du discours” 1. Y ello nos lleva directamente al segundo de los temas: la postulación postmoderna de la de-subjetivización linguística como elemento constituyente de la relativización de las nociones de libertad y responsabilidad, respectivamente (recordemos que, en 1984, Orwell sugiere un estado totalitario caracterizado por la vigilancia gubernamental y el control mental público), el cual entronca directamente con la cuestión acerca de la relatividad linguística.

En efecto, en el terreno estrictamente de la lingüística este debate gira en torno a una de las cuestiones más relevantes del siglo XX: ¿en qué m edida el

1 M. Foucault, ‘Entretien avec M. Foucault’, en Dits et écrits, 192, 3, pp.148-19, citado en A. Beaulieu. Michel Foucault et le contrôle social, Les Presses de l’Université Laval, Canada, 2005, p.65.

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lenguaje influye, inform a y/ o determ ina el pensam iento y la realidad de sus hablantes? Su forma afirmativa se conoce en linguistica como la hipótesis Sapir-W horf, en la que a menudo se distingue entre versión fuerte (determinismo linguistico) y versión moderada (relatividad linguistica). En este sentido, cabe destacar que en su Politics and the English Language (1946) Orwell parece posicionarse claramente en contra del determinismo linguistico o versión fuerte de la HSW (lo cual se desprende de su negación de que el lenguaje es una forma de control ineludible2, de su postulación de que solamente un cierto tipo de lenguaje [bad language] puede confundir a sus interlocutores y de que todo lenguaje restante [good language] opera como reflejo del pensamiento [es decir, no tanto como prescripción cuanto como descripción del mismo]3 y de su opinión acerca de que los fenómenos de cuasi-determinismo lingüístico solo atañen a ciertas áreas del pensamiento [tales que la política, la psicología, la sociología y la teoría literaria]), concluyendo así que, si bien existe la posibilidad de que el lenguaje llegue a poseer una fuerte influencia sobre nuestro pensamiento, dicha posibilidad es, en cuanto tal, contingente. Sin embargo, tan solo tres años después, en 1984 (1949), sea por convicción teórica, sea por conveniencia literaria, Orwell parece virar hacia una posición neo-Saussuriana (putativamente whorfiana), claramente determinista: “Don’t you see that the w hole aim of New speak is to narrow the range of thought? In the end w e shall m ake thoughtcrim e literally im possible, because there w ill be no w ords in w hich to express it” 4.

2 “One can choose — not simply accept — the phrases that will best cover the meaning, and then switch round and decide what impressions one’s words are likely to make on another person. This last effort of the mind cuts out all stale or mixed images, all prefabricated phrases, needless repetitions, and humbug and vagueness generally” (Stanford MLA Application Critical Writing Piece, ‘Politics and the English Language (2006), p. 9 disponible en http:/ / iis.berkeley.edu/ sites/ default/ files/ Politics_ %26_ English_ language.pdf [citado 6/ 10/ 2013] ).

3 “The defence of the English language …has nothing to do with archaism, with the salvaging of obsolete words and turns of speech, or with the setting up of a ‘standard English’ which must never be departed from. On the contrary, it is especially concerned with the scrapping of every word or idiom which has outworn its usefulness. What is above all needed is to let the meaning choose the word, and not the other way around” (Íbid., p.8)

4 G. Orwell, 1984, Planet ebooks,Australia, 2008, p.67 (disponible en http:/ / www.planetebook.com/ 1984.asp [citado 06/ 10/ 2013]).

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A pesar de que la evidencia concluyente disponible actualmente al respecto del tipo de determinismo lingüístico asumido por Orwell en 1984 es escasa o inexistente, versiones más moderadas de la hipótesis Sapir-Whorf han suscitado desde el siglo pasado un gran interés entre la comunidad científica5.

En realidad, la gran mayoría de especialistas coinciden en señalar el carácter falaz de la atribución de un determinismo lingüístico a la obra de Whorf. Esta maniobra en virtud de la cual tomamos una postura relativista y la convertimos en esencialista de tal manera que podamos describirla como determinista, habría sido puesta en marcha por ciertos autores (y, de manera paradigmática, por S.Pinker 6)7 para, de ese modo, poder criticar de manera más cómoda la teoría del discípulo de Sapir (esta estrategia se conoce en la filosofía anglosajona como ‘the straw m an fallacy’). Así pues, el punto principal de controversia parece ubicarse en torno a lo que hemos descrito como version débil

5 Para una perspectiva multidisciplinaria, cf. D.Gentner y S.Goldin-Meadow (eds.) Language in mind: Advances in the study of language and thought, MIT Press: Cambridge, MA, 2003. Para una completa crítica de la literatura empírica al respecto (la cual se centra en su mayor parte, en experimentos al respecto del tiempo, el espacio, los colores, objetos, numeros, movimiento, razonamientos contrafacticos la toria de la mente en generla y la nocion de causalidad en particular), L.Boroditsky. Linguistic relativity. In Encyclopedia of cognitive science. Vol. 2., Nature Publishing,London, 2003, 917–921. Finalmente, para consultar una bibliografia exhaustiva en lo relativo a cada uno de los antedichos campos de estudio sobre los que se contrasta actualmente la hipótesis Sapir-Whorf, cf. D. Casanto, Whorfian Hypothesis, http:/ / www.academia.edu/ 2992023/ Whorfian_ Hypothesis

6 Cf. S.Pinker, The language instinct: How the mind creates language, William Morrow, New York, 1994; S. Pinker, The stuff of thought: Language as a window into human nature, Viking, New York, 2007.

7 Para un resumen acerca del estado actual de dicha cr’itica, cf. J . Leavitt, ‘Linguistic relativities’, en C. Jourdan y K. Tuite (eds.) Language, culture and society: key topics in linguistic anthropology, Cambridge University Press, Cambridge, 2006, pp. 47-81. Entre las más célebres críticas conceptuales de la hipótesis whorfiana, destacan N.Chosmky, ‘Introduction’ en A. Schiff, Language and cognitio, McGraw-Hill: New York, iii –x; J .Fodor, ‘Précis of The modularity of mind', Behavioral and Brain Sciences 8, 1985, pp.11–42; G.Pullum, The great Eskimo vocabulary hoax and other irreverent essays on the study of language, Univ. of Chicago Press, Chicago, 1991. Del lado empirico, cf. L.Gleitman y A.Papafragou. ‘Language and thought’ en K.Holyoak y R.Morrison, The Cambridge Handbook of Thinking and Reasoning, Cambridge Univ. Press: New York, 2005, pp.633–662. así como E. Munnich y B.Landau, ‘The effect of spatial language on spatial representations: Setting someboundaries’ en D. Gentner y S.Goldin-Meadow (eds.) Language in mind: Advances in the study of language and thought , MIT Press: Cambridge, MA, 2003,pp. 113–155.

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o deflacionaria de la hipótesis de la relatividad lingüística, la cual es con frecuencia aproximada desde dos puntos de vista enfrentados: el universalista y el funcionalista. El enfoque universalista (defendido, entre otros, por Steve Pinker y Noam Chomsky [si bien mientras que para el primero el orígen de nuestra facultad linguistica es genético, para el segundo no lo sería]) se basa en la idea de que la mente humana posee una estructura universal, la cual subyace a todas las facultades cognitivas, de las cuales forman parte el pensamiento (que en su mayor parte sería pre-lingüístico) y el lenguaje (el cual permite el empleo de un cierto idioma en tanto que conjunto de etiquetas superpuestas sobre las distintas categorías del sistema humano linguistico universal), de tal manera que la capacidad linguistica es conceptualizada como independiente de y previa al uso efectivo de lenguaje. Por contra, la perspectiva funcionalista (respaldada tradicionalmente por la escuela de Praga [R. Jakobson] y Londres [Firth, Malinowsky, Hallday]) se basa en la idea de que el lenguaje es un sistema simbólico, el cual se define en virtud de su empleo para el prósposito de la comunicación, por lo que resulta continuamente modificado en su propio uso: “the phonological, grammatical and semantic structures of a language are determined by the functions they have to perform in the societies in which they operate”8. Desde este último enfoque, respaldado asimismo por Harmann, Herder, Humboldt, Whorf, Barthes, el segundo Wittgenstein y Foucault, el análisis del uso del lenguaje es crucial a la hora de comprender no solo como funciona el lenguaje, sino también cuál es las relación que existe entre el mismo y el ámbito de la cognición en el seno de las sociedades que habitamos y conformamos en nuestro habitarlas.

II I. W ittgens te in , Jakobson y la habitación 10 1

Sea como fuera, en mi opinión la im portancia tanto del tratam iento que

Orw ell dispensa a la neolengua com o del que los psicolingüistas m odernos han procurado a la hipótesis Sapir-W horf reside no tanto en el sustento o refutación de dicha hipótesis (nada de lo cual ha sido probado hasta la fecha de manera concluyente [cf. supra]) cuanto en la intersección entre las nociones de ‘consciencia’ (conciousness/ aw areness) y ‘hábito’ (habit).

Con el fin de explicar esto, comenzaré por subrayar que nuestra anterior discussion a propósito de los límites de la evidencia científica disponible en torno

8 J . Lyons, Language and Linguistics. Cambridge University Press, Cambridge, 1981, p.224.

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a la tesis del determinismo lingüístico implícita en la postulación de la neolengua orwelliana señala hacia una cuestión crucial sobre la que Wittgenstein volcó gran parte de sus esfuerzos teóricos postractarianos, a saber: ¿cóm o aprendem os el lenguaje?

En efecto, luego de haber finalizado la que para muchos es, aun hoy, su gran obra, y de haber establecido a través de ella los límites del lenguaje y del pensamiento, convencido de que había solucionado todos los problemas de la filosofía, Wittgenstein decidió abandonar esta última y convertirse en profesor, lo cual devino en 1919. Desde 1920 y hasta 1926 el filósofo vienés del lenguaje trabajó en varias escuelas primarias a lo largo y ancho de Austria. Gracias a esta experiencia, Wittgenstein tuvo la oportunidad de contemplar en primera persona el modo en que los infantes aprenden el lenguaje, lo que le condujo a la conclusión de que no existe una sola imagen (picture, Bild) del lenguaje (como había postulado en su Tractatus) sino toda una variedad de usos lingüísticos, una diversidad de modos de percatación (aw areness) y de maneras de conocer el mundo. En efecto, por decirlo con Wittgenstein, “we remain unconscious of the prodigious diversity of all the everyday language games, because the clothing of our language [i.e. its grammatical appearance] makes everything alike”9. En efecto, a menudo ocurre que traspasamos los límites de lo que puede ser dicho con sentido y ello se debe a que utilizamos ciertas palabras en determinados juegos del lenguaje a los cuales no pertenecen aquellas. De este modo, incurrimos en ficciones gramaticales (e.g. desciendo las escaleras y me tropiezo; si alguien me preguntase acerca del por qué de mi caída, es probable que respondiese algo así como “pensaba que había un escalón más, o que el escalón x, con el que tropecé, estaba ligeramente más cerca o más lejos de mi posición”; este uso ordinario del lenguaje sugiere que el sujeto experimenta un momento de instrospección [consciente, por definición] previo a la caída en el cual tuvo un pensamiento del tipo ‘hay un escalón x en tal o cual posición’; presumiblemente, tal momento introspectivo nunca tuvo lugar, ergo este ejemplo muestra la ubicuidad de las ficciones gramaticales en nuestro día a día, o por decirlo de otra manera, prueba que nuestro uso del lenguaje ordinario nos conduce a engaño al respecto de la naturaleza de nuestra propia mente [m ind]). Desde esta perspectiva, el cometido de la filosofía no es otro que el de identificar y aclarar los distintos juegos del lenguaje (los cuales se crean y se destruyen cada día) y sus

9 L. Wittgenstein, Philosophical Investigations, G.E.M. Anscombe (trad.), MacMillan, New York, 1958 (1953), ii, ix.

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diferentes superposiciones, con el objetivo de liberarnos de la trampa de las ficciones gramaticales entre las cuales transcurre nuestra rutina diaria (desde el ‘yo he votado a x’ [el cual descansa sobre el concepción de un sujeto racional y autónomo que posee un conocimiento critico de x], hasta el uso de eufemismos tales que ‘movilidad internacional’ [el cual resulta de la aplicación de una expresión perteneciente al juego del lenguaje de las oportunidades a una realidad de exilio forzado]) . La tarea última de la filosofía es, por así decirlo, “to show the fly the way out of the fly-bottle”10.

Para acometer tamaña tarea filosófica, una doble labor de clarificación conceptual (Erklarung) y entrenamiento (training)11 es necesaria. Ambos procesos refieren al mundo de la pedagogía, el cual no solo influyó de manera decisiva en la vida de Wittgenstein, sino que está asimismo sumamente presente en 1984. Así, al comienzo del tercer capítulo de la obra, O’Brien deja bien claro a Winston en qué ha de consistir su decurso vital: “There are three stages in your reintegration… There is learning, there is understanding, and there is acceptance [la cursiva es mía]"12 (por supuesto, la reintegración de la que habla O’Brien es un re-sometimiento a los postulados del Partido). Esta cita nos pone en la pista del sentido en el que Orwell interpretó en 1984 aquello que hemos denominado líneas más arriba como ‘determinismo linguístico’: el lenguaje determina a la conciencia a través del hábito, de tal manera que el modo en que la neolengua reduce el abanico del pensamiento es impidiendo que el individuo pueda expresar ciertas concepciones abstractas, lo que le imposibilitará su recuerdo a través de determinados rituales linguïsticos (la oración, la escritura de un diario, etc.)13, inhibiendo así el potencial progreso de dichos pensamientos. Así,

10 L. Wittgenstein, Philosophical Investigations, G.E.M. Anscombe (trad.), MacMillan, New York, 1958 (1953), 309.

11 Para una perspectiva actual acerca de la importancia del entrenamiento con relación al ejercicio del control mental y la manipulación de la conciencia, cf. A. De Botton, Religion for Atheists, Penguin Books, London/ New York, 2012, p. 145.

12 G. Orwell, 1984, Planet ebooks,Australia, 2008, p.329 (disponible en http:/ / www.planetebook.com/ 1984.asp [citado 06/ 10/ 2013]).

13 He aquí una cuestión crucial, pues la estabilidad de un orden social, qué duda cabe, se asienta sobre la repetición de rituales codificados. El carácter performativo de dichos rituales fue señalado con énfasis por el filósofo británico del lenguaje Austin en su J . Austin, How to Do Things with Words, Harvard University Press, Cambridge, 1962 y ha sido retomado recientemente por Al. de Bottom en su Religion for Atheists (cf. supra y

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concluye O’Brien, como resultado de la imposición de la neolengua, en el año 2050 “the whole climate of thought will be different. In fact there will be no thought, as we understand it now. Orthodoxy means not thinking—not needing to think. Orthodoxy is unconsciousness”14.

III. Hacia la anarquía gram atical

Este fragmento orwelliano se imbrica, a su vez y de manera inquitantemente precisa, en los últimos avances en lingüística a propósito de la hipótesis Sapir-Whorf. En efecto, según la version caricaturizada de los trabajos de Whorf (presente, entre otros, en la obra de autores de la talla de Deutscher o Pinker [cf. supra]) y Orwell, respectivamente,

(I) El lenguaje determina el pensamiento en tanto en cuanto fija el rango de este, de tal manera que no podemos pensar en las nociones que carecen de correlato lingüistico en nuestra lengua.

(II) Desde este postulado, la comunidad linguistica evolucionó hacia la tesis de R. Jakobson en virtud de la cual el lenguaje influye en el pensamiento no tanto gracias a lo que aquel nos permite/ impide pensar cuanto a lo que nos obliga a pensar (e.g. dado que, a diferencia del inglés, el idioma español incluye distinction de género, entonces los hispanófonos están obligados a pensar en distinction de este tipo más frecuentemente que los anglófonos). Esta tesis parece adequarse, en gran medida, a nuestras intuiciones lingüísticas.

(III) A partir de [ii] la comunidad científica ha propuesto en los últimos años

una tesis de signo contrario y que, sin embargo, se corresponde con la que ya anticipó Orwell en 1984: inconscientemente los hablantes de una determinada lengua advierten determinados aspectos (incluso cuando aquellos no tienen ningún motivo aparente para ello) y, sin embargo, pasan de largo sobre otros tantos, a menos que tengan una razón para ser concientes de ellos. En definitiva, el lenguaje influye en el pensam iento no gracias a lo que aquel nos perm ite/ im pide pensar, ni siquiera debido a lo que nos obliga a pensar, sino que el lenguaje

http:/ / www.zyzzyva.org/ 2012/ 04/ 24/ the-purposes-of-rituals-alain-de-bottons-religion-for-atheists/ [citado 6/ 10/ 2013]).

14 G. Orwell, 1984, Planet ebooks,Australia, 2008, p.68 (disponible en http:/ / www.planetebook.com/ 1984.asp [citado 06/ 10/ 2013]).

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influye en el pensam iento en v irtud de aquello que NO nos obliga a pensar (o, por decirlo con O’Brien, “orthodoxy is unconsciousness”). No obstante, y pace lo sugerido por Orwell en su apéndice acerca de la neolengua, tal como señaló el linguista ruso-americano R. Jakobson no es tanto el vocabulario (si bien este también, como pensaba Orwell) cuanto la gramática lo que determina qué aspectos de nuestra experiencia deben ser expresados en un idioma dado: “the grammatical pattern of a language (as opposed to its lexical stock) determines those aspects of each experience that must be expressed in the given language”15.

De aquí me gustaría derivar dos conclusiones. La primera consiste en la necesidad de abogar por un anarchismo de tipo grammatical como medio para prevenir el control psicolingüístico frente al cual nos advierte Orwell en 1984. En este punto es importante señalar que el anarquismo que invoco aquí no es de signo negativo (esto es, no se basa en la idea de la ausencia de orden o gobierno [an-arché]), sino positivo, basado en su acepción que del mismo esboza D. Colson: “l’affirmation du multiple, de la diversité illimitée des êtres et de leur capacité à composer un monde sans hiérarchie, sans domination, sans autres dépendances que la libre association de forces radicalement libres et autonomes”16. En otras palabras, se trata de rechazar toda gramática en tanto que absoluto y, por el contario, desarrollar una conciencia multilingüe basada en la exploración de gramáticas alternativas, pues, como señalaba el propio Whorf,

15 R. Jakobson, ‘On linguistic aspects of translation’, en L. Venuti. The Translation Studies Reader, Routledge, Oxon, 2012, p.129. Sirva como ejemplo la interpretación que M. Hansen hace de un ejemplo citado por S.Pinker en su The Stuff of Thought y en el que se describen dos juicios durante el transcurso de los cuales los sospechosos su autoincriminaron al utilizar el tiempo incorrecto (en este caso, el pasado) para hablar de individuos con respecto de los cuales estaban tratando de convencer a la policía de que no sabían si estaban vivos o muertos, evidenciando de este modo y contra su voluntad, el hecho de que sabían que estas personas estaban muertas. Presumiblemente el estrés que supone tratar de evadir una más que probable severa condena impidió que los acusados tuviesen la suficiente sangre fría como para cambiar sobre l marcha el tiempo verbal que habitualmente utilizan, en tanto que angloparlantes, para referirse a eventos ya sucedidos (por oposición a lo que sucede, por ejemplo, en el Ewe, idioma de origen nigeriano-congolés hablado en el sur de Ghana y de Togo y en cuya gramática sólo se distingue entre tiempos verbales futuros y tiempos verbales no futuros [en otras palabras, no existe distinción gramatical entre el presente y el pasado].

16 D. Colson, Petit Lexique Philosophique de l’Anarchisme. De Proudhon a Deleuze. Le Livre de Poche, Paris, 2001, pp.26-27.

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“to restrict thinking to the patterns merely of English […] is to lose a power of thought which, once lost, can never be regained. It is the 'plainest' English which contains the greatest number of unconscious assumptions about nature. […] We handle even our plain English with much greater effect if we direct it from the vantage point of a m ultilingual aw areness” 17 (la cursiva es mía).

Así pues, frente al prejuicio imperante el aprendizaje de idiomas no debe

afrontarse desde una perspectiva instrumental (lo cual desemboca en la trivilización de la propia lengua) sino que debe abordarse desde una perspectiva existencial de resistencia.

Por otro lado, la segunda conclusion es que si tanto el hábito del

pensamiento como su expresión a través de los pensamientos habituales constituyen la zona de influencia de la relatividad lingüística, entonces no podemos por menos que concluir que la autoconciencia lingüística como capacidad crítica de pensar constituye el alfa y el omega de la resistencia frente al control mental en el seno de una sociedad totalitaria18.

En este sentido, Orwell, por medio de O’Brien afirma que la primera fase del aprendizaje ,“the first and simplest stage in the discipline, which can be taught even to young children19, is called, in Newspeak, CRIMESTOP. CRIMESTOP means the faculty of stopping short, as though by instinct, at the

17 J . Carroll (ed.). Language, Thought, and Reality: Selected Writings of Benjamin Lee Whorf. Technology Press of Massachusetts Institute of Technology, Cambridge, MA, 1956, p.244.

18 Una conclusión paralela es que tanto 1984 respalda la tesis wittgensteniana acerca de la imposibilidad de todo lenguaje privado. En efecto, es precisamente sobre la base del prespuesto de que el lenguaje es intrínsicamente público que el Socialismo Inglés fija su mirada en el lenguaje como instrumento clave para el control de masas en el seno de un estado totalitarista.

19 Sin duda alguna los amantes de las teorías conspiranoicas sabrán reconocer, llegados a este punto, la inquitante similitud existente entre las prácticas de tortura y control mental descritas por Eric Blair en 1984 y el programa de control mental denominado MK Ultra . Para una descripción exhaustiva del mismo y de su relevancia en el secotr actual del show business y el entretenimiento, cf. http:/ / vigilantcitizen.com/ hidden-knowledge/ origins-and-techniques-of-monarch-mind-control/ (citado 6/ 10/ 2013). Y es que, como ya advirtiese Orwell en la novela en cuestión, “the scientist of today is (…) a mixture of psychologist and inquisitor (…) testing the truth-producing effects of drugs, shock therapy, hypnosis, and physical torture”. G. Orwell, 1984, Planet ebooks,Australia, 2008, p.245 (disponible en http:/ / www.planetebook.com/ 1984.asp [citado 06/ 10/ 2013]).

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threshold of any dangerous thought” 20, en tanto que al final del “proceso de re-adaptación podemos observar el modo en que Orwell sigue jugando con la la noción de conciencia como ultimo bastión de la individualidad (algo que se aprecia nítidamente en la escena en la que Winston es torturado en la habitación 101) 21.

Finalmente y en cierto modo, el mensaje último de la novela orwelliana parece adquirir un cáriz existencialista. En efecto, por un lado, sobre la base de la postulación sartreana de que estamos condenados a la libertad (no podemos no elegir) podemos afirmar que, como señala el filósofo esloveno S. Zizek en, el mensaje predominante de la ideología actual es ‘actúa, no pienses’ (‘elige, no cuestiones las coordenadas sociopolíticas que determinan las opciones entre las cuales están condenado a elegir’22). A ello subyace la distinción entre libertad de elección y libertad de metaelección, la cual es más que nunca pertinente en el panorama sociopolítico español actual23. Por otro lado, si la naturaleza actual del poder es ubicua y, como señalase Foucault, donde hay poder, hay resistencia, entonces nuestra responsabilidad de resistencia es de nuevo ineludible o, dicho

20 G. Orwell, 1984, Planet ebooks,Australia, 2008, p.267 (disponible en http:/ / www.planetebook.com/ 1984.asp [citado 06/ 10/ 2013]).

21 Telecinco, una vez más, ha sabido sacar partido (en el sentido de cuota, share) de la literatura orwelliana para idear un programa de televisión basado en 1084. En esta ocasión no nos referimos a Gran Herm ano sino, antes bien, a La Caja, reality show estrenado en 2009, en el que los participantes, cual Winston en la habitación 101, se encuentran encerrados entre cuatro paredes y son expuestos a una suerte de “terapia psicológica personalizada” durante un máximo de 50 min, con el objetivo de curar al paciente. Por sorprendente que parezca, una vez más, Telecinco se propone (e incluso consigue) utilizar un elemento orwelliano para mostrar un resultado contrario al predicho por Eric Blair (al respecto de Gran Herm ano, cf. ‘Homage to Spain I’, precuela de este artículo).

22 S. Zizek, Living in the End Times, Verso, London, 2010, p.297.

23 Sirva como ejemplo particularmente conspicuo el comentado en la prequela de este artículo, a saber: el empleo de la falacia del falso dilema (razonamiento en virtud del cual se ofrece al interlocutor la elección entre alternativas limitadas, frente a las cuales habría, por definición, al menos una opción adicional no mencionada) en el transcurso del debate político entre F.Marhuenda y A.Garzón emitido por LaSexta en la noche del 24 de agosto de 2013. Marhuenda interroga a Garzón en los siguientes términos: “Si usted no tuviera trabajo, ¿qué preferiría, cobrar el paro o tener un m inijob [sic!]?, a lo que Garzón responde “Es un falso dilema porque las condiciones se han generado [por parte del sistema económico y con el beneplácito del gobierno] para tener que elegir entre el paro o la precariedad” Disponible en https:/ / www.youtube.com/ watch?v=QkUFeZt_REw [citado 15/ 09/ 2013].

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de otro modo, la existencia es un trabajo de uno mismo sobre uno mismo (es así como acaso cupiese interpretar las últimas palabras de Orwell a propósito de Winston [“He had won the victory over himself. He loved Big Brother” 24]) .

En conclusión, el ejercicio actual de nuestra resistencia no consiste tanto en le passage a l’act como radicalización misma de la acción cuanto en el desarrollo de una autoconciencia multilingüístico-onto-lógica que nos permita aproximarnos de manera crítica a las coordendas que determinan el marco en el que interactúan, por un lado, la posibilidad de dicha acción y, por otro, su mediación negativa (por reutilizar el término adorniano)25.

24 G. Orwell, 1984, Planet ebooks,Australia, 2008, p.376 (disponible en

http:/ / www.planetebook.com/ 1984.asp [citado 06/ 10/ 2013]).

25 Como ejemplo prático sirva la “carta informativa” (tal y como la define su autora) enviada por Lucía Figar, Consejera de Educación y Deporte de la Comunidad Autónoma de Madrid a veinte mil familias madrileñas referida al coste de la plaza de los niños inscritos para el curso 2013-14 en una escuela infantil pública. En dicha misiva se puede leer “La Comunidad de Madrid realiza un importante esfuerzo para que familias como la suya puedan beneficiarse de este servicio, que supera los cinco mil cien euros anuales”. La Comunidad de Madrid se autoproclama así (de ahí que la carta no sea informativa, como pretende su autora, sino performativa, en tanto en cuanto su discurso tiene efectos materiales muy serios a propósito de la coyuntura económica y sociopolítica que atraviesa España en estos momentos) magnánime salvadora de la educación pública, si bien el marco ideológico que determina la estructura gramatical y el vocabulario empleados en la misiva se antojan bastante obvios: convencer al ciudadano de que la espectacular subida de tasas (175%) para el curso 2012-13 fue justa y necesaria, así como de que es la Comunidad de Madrid (que no es sino la depositaria del dinero que esas mismas familia invierten en la educación de sus hijos) la que permite que estos niños puedan ser educados, al tiempo que se infunde en el ciudadano una sentimiento de inseguridad económica e ineludible dependencia política con el propósito de que ulteriores medidas draconianas puedan ser implantadas con total impunidad.