zirion, el llamado a las cosas mismas y la nocion de fenomenologia

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MARIA LUZ PINTOS I'EÑARANDA labras! Y tal vez tengamos aquí la gran'aportación de lafenomenología husserliana para nuestro mundo de hoy. 11 ABSTRACT 11 Husserl's phenomenology is committed to an ethical and political renewal. The au- thor argues that his meditations, which delve deeply into the situation of ~risis caused by "naturalism" and "objectivislll," are fully appropriate for our cnrrent situation of crisis. The distinction of three levels of the ego (phenomenic,phenomenological, and transcen- dental) offers splendid possibilities for an analysis of the causes of the crisis and for an unmasking and an epoché of prejudices that operate therein and are expressed today in the war of Irak. Subjects livf' in the "natural attitude" under the prejudice of bellicism with its beliefs, behaviour and emotional feelings. Feelings operate transcendentally by con- stituting the sense ofthe "other" as an "enemy against which war must be made". It is argued that the knowledge of our originary factum is an intersubjective interweaving must lead us teleologically to a critical attitude regarding the current empirical situation of our lifeworld because it is not compatible with this origin, and that this knowledge ought to build in us the ethical ideal and the educational project of a new nonbellicist culture. 111 1111, ~i ~11II.lil I. 'I ~. 111 . 1'.1" , I~'~' ! "!~I ~'1," I~,¡'! 'I;I;"II~ I !«~i"!i . ' . ;'!:'! . ' .. ' . ~~' !1!4:~~ i.,m;; "" 11 11 " 11 1, ,,11 11 11I 111 1111 1111 r 11 156 1 Escritos de Piloso fía (Buenos Aires, 2003), n° 43 EL LLAMADO A LAS COSAS MISMAS Y LA NOCIÓN DEFENOMENOLOGÍA 1 ANTONIO ZIRIÓN Q. Denn Phanomenologie (...) ist zur-Aequivoka,ti.on gewor-den. Husserl2 AnORDO AQUÍun tema viejo para mí 3.Insistir en él ha seguido sien- do pertinente ya que la confusión que se trata de aclarar no ha perdido vi- gencia; pero en el momento actual es más pertinente que nunca en vista de la coyuntura en que se encuentra la fenomenología, que es la de su propia globalización. En noviembre pasado se fundó en Praga una "Orga- nización de Organizaciones de Fenomenología" (OOF, mejor conocida como OPO, por sus siglas en inglés) con la idea de que "ha llegado el mo- mento en que una 'organización de organizaciones de fenomenología' puede ser útil" 4. Desde luego, no estará fuera de lugar proponer (parafra- seando al fundador de la fenomenología) que esa organización pudiera ser útil para promover no solo Aareunión de los fenomenólogos y los grupos de fenomenólogos en todo el mundo, sino también la reunión de las fenomenologías G. . 1 Véase la Nota Editorial al final del texto. 2 Carta a Dorion c'airns del 21 de marzo de 1930, en Brie!,wechsel, Husserliana Dokumente III,IV, 23. ;, Tan viejo como el año de 1987, en que presenté un trabajo sobre él en un ciclo de conferencias con que se conmemoró en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacio- nal Autónoma de México el primer medio siglo de la muerte de Husserl. Me refiero a "La palabra de las cosas. Reflexiones sobre el lema 'A las cosas mismas' ", en Antonio Zirión (comp.), Actualidad de Husscrl (México, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM / Funda- ción Gutman / Alianza Editorial Mexicana, 1989), pp. 99-123. 4 Según reza el anuncio firmado por.Lester Embree .en el sitio-web del Center for Advanced Research in Phenomenology, Inc. El correspondiente URL es; http://www. phenomenologycenter.org/. 5 En La filosofía como cienc'ia estricta, Husserl se estaba refiriendo, naturalmen- te, a los filósofos y a las filosofías. Da que pensar el hecho de que ahora pueda decirse lo mismo respecto ,de las "fenomenologías". 157

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Page 1: ZIRION, El Llamado a Las Cosas Mismas y La Nocion de Fenomenologia

MARIA LUZ PINTOS I'EÑARANDA

labras! Y tal vez tengamos aquí la gran'aportación de lafenomenologíahusserliana para nuestro mundo de hoy.

11

ABSTRACT

11

Husserl's phenomenology is committed to an ethical and political renewal. The au-thor argues that his meditations, which delve deeply into the situation of ~risis caused by"naturalism" and "objectivislll," are fully appropriate for our cnrrent situation of crisis.The distinction of three levels of the ego (phenomenic,phenomenological, and transcen-dental) offers splendid possibilities for an analysis of the causes of the crisis and for anunmasking and an epoché of prejudices that operate therein and are expressed today inthe war of Irak. Subjects livf' in the "natural attitude" under the prejudice of bellicism withits beliefs, behaviour and emotional feelings. Feelings operate transcendentally by con-stituting the sense ofthe "other" as an "enemy against which war must be made". It isargued that the knowledge of our originary factum is an intersubjective interweaving mustlead us teleologically to a critical attitude regarding the current empirical situation of ourlifeworld because it is not compatible with this origin, and that this knowledge ought tobuild in us the ethical ideal and the educational project of a new nonbellicist culture.

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Escritos de Piloso fía (Buenos Aires, 2003), n° 43

EL LLAMADO A LAS COSAS MISMASY LA NOCIÓN DEFENOMENOLOGÍA 1

ANTONIO ZIRIÓN Q.

Denn Phanomenologie (...) ist zur-Aequivoka,ti.on gewor-den.Husserl2

AnORDO AQUÍun tema viejo para mí 3. Insistir en él ha seguido sien-do pertinente ya que la confusión que se trata de aclarar no ha perdido vi-gencia; pero en el momento actual es más pertinente que nunca en vistade la coyuntura en que se encuentra la fenomenología, que es la de supropia globalización. En noviembre pasado se fundó en Praga una "Orga-nización de Organizaciones de Fenomenología" (OOF, mejor conocidacomo OPO, por sus siglas en inglés) con la idea de que "ha llegado el mo-mento en que una 'organización de organizaciones de fenomenología'puede ser útil" 4.Desde luego, no estará fuera de lugar proponer (parafra-seando al fundador de la fenomenología) que esa organización pudiera

ser útil para promover no solo Aareunión de los fenomenólogos y losgrupos de fenomenólogos en todo el mundo, sino también la reunión delas fenomenologías G. .

1 Véase la Nota Editorial al final del texto.2 Carta a Dorion c'airns del 21 de marzo de 1930, en Brie!,wechsel, Husserliana

Dokumente III,IV, 23.;, Tan viejo como el año de 1987, en que presenté un trabajo sobre él en un ciclo de

conferencias con que se conmemoró en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacio-nal Autónoma de México el primer medio siglo de la muerte de Husserl. Me refiero a "Lapalabra de las cosas. Reflexiones sobre el lema 'A las cosas mismas' ", en Antonio Zirión(comp.), Actualidad de Husscrl (México, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM / Funda-ción Gutman / Alianza Editorial Mexicana, 1989), pp. 99-123.

4 Según reza el anuncio firmado por.Lester Embree .en el sitio-web del Center forAdvanced Research in Phenomenology, Inc. El correspondiente URL es; http://www.phenomenologycenter.org/.

5 En La filosofía como cienc'ia estricta, Husserl se estaba refiriendo, naturalmen-te, a los filósofos y a las filosofías. Da que pensar el hecho de que ahora pueda decirselo mismo respecto ,de las "fenomenologías".

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Page 2: ZIRION, El Llamado a Las Cosas Mismas y La Nocion de Fenomenologia

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do ("¡Volvera las cosas mismas!") caracteriza o define lo que la fenome-. nología es o lo que la fenomenología pretende, o revela su método, ha

sido a lo largo de la historia entera de la fenomenología, Ytodavía lo es,uno de los más comunes Ypersistentes truismos de lo que podemosllamar la cultura fenomenológica. Más aún, este llamado o lema ha sidoincluso utilizado para hallar una base común para todos los llamadosfenomenólogos. Precisamente en la subsección titulada "Característicasde la fenomenología" de la sección sobre "Fenomenología" dentro delartículo Escuelas y doctrinas filosóficas occidentales de The New Ency-cloprediaBritannica (1991), Herbert Spiegelberg escribe:

Aunque, visto desde la última perspectiva de Husserl, todo apartarse de suspropios puntos de vista sólo podía parecer una herejía, una valoración másgenerosa mostrará que todos aquellos que se han considerado a sí mismoscomo fenomenólogos suscriben, por ejemplo, su consigna Zu den Sachenselbst lA las cosas mismas]... G.

Ahora bien, la tesis que defiendo es que, cuando el llamado se tomaen su sentido e intención originales, primarios, o más genuinos, no defi-ne o caracteriza a la fenomenología ni da ninguna pista sobre su metodo-logía ni siquiera acerca de su objeto o su materia específica como unadisciplina científica. Cuando mucho, da solo, de la manera más general yformal, una indicación de su intención científica -pero en este respecto,la fenomenología coincide con cualquier otra ciencia Yno puede apropiar-se el lema para sí misma. Desde luego, esta apropiación ha ocurrido yesoes lo que considero inapropiado. Que yo sepa, esta apropiación no ocu-rrió en Husserl, o no ocurre, al menos, en aquellos casos en que él usa ellema como un llamado o como un grito, que son también los casos mejorconocidos y más citados -y cit~dos justo por aquellos que piensan que elllamado está asociado con la fenomenología Yque los'citan precisamen-te con la intención de poner de manifiesto esa asociación. No estoy se-guro de que el § 7 de Sein und Zeit sea realmente el lugar en que estaasociación o apropiación nació, pero creo que, sin lugar a dudas, puededecirse por lo menos que este parágrafo de Heidegger consagró la vincu-lación, y que ha sido el texto publicado más influyente en ese respecto.Interpretaré el sentido en el cual Heidegger usa el lema como un sentidosecundario, o mejor, como una especificación particularmente heidegge-riana de ese sentido secundario. Otras especificaciones de este sentidosecundario, cuya esencia encuentro en una des-formalización de la no-ción de "cosa" incluida en el lema, pueden encontrarse en diversos auto-

ANTONIO ZIRIÓN Q.

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Lo primero no conduce automáticamente a lo segundo. El intento dellevar luz a la cuestión de la unidad de la fenomenología y la diversidadde las fenomenologías se enfrenta a tareas inmensas. Una simple miradaa la lista de las 59 organizaciones de fenomenología que tomaron Parte enla fundación de OPO puede despertar la conciencia de que no será fácilni siquiera establecer en una fórmula bien definida la noción de fenoIne-nología que presuntamente abrazan todos esos grupos. Este estado decosas y estas dificultades no pueden ser ignoradas por la. naciente orga-nización, al menos si decide rendir algún tributo al espíritu con el cual lafenomenología fue fundada. Detectar e identificar, histórica y lógicamen-te, diversas "versiones de fenomenología" (realista, constitutiva, existen-cial, hermenéutica y otras) es un paso inicial inevitable; pero está claroque no es suficiente. No puede quedar en la oscuridad aquello de lo queestas versiones son versiones, y, más aún, tenemos que estudiar precisa-mente dónde radica la curiosa posibilidad, y la aparente realidad, de quela fenomenología pueda vivir en diferentes versiones -si es que puedehacerlo.

Cuando Heidegger dice en la Introducción de sus Grundproblemeder Phanomenologie que no va a hablar acerca de la fenomenología, sinoacerca de aquello sobre lo cual la fenomenología versa (las Sachen, porsupuesto), da la impresión de que toda preocupación por la fenomenolo-gía misma estaría fuera de lugar y sería una pérdida de tiempo propia deeruditos. Naturalmente, es dudoso que ésta haya sido realmente su inten-ción. No solo porque la fenomenología es también una Sache, una cosa oun asunto, y como tal digno de interés fenomenológico, sino porque lanoción que un fenomenólogo tenga de su disciplina estará en conforma-ción y determinación recíproca con la manera como de hecho la practica.

No estoy seguro, por otro lado, de que haya un círculo o una petitioprincipi en el intento de buscar esta noción de fenomenología por mediode una fenomenología de la fenomenología; pero puesto que tampocoestoy seguro de que tengamos en el fondo, o de que vayamos a tener alfinal, una sola noción de fenomenología, no seguiré este tentador cami-no. Sería también demasiado presuntuoso. En vez de ello, y para iniciarla reflexión sobre la noción de fenomenología, propongo aquí una prime-ra condición negativa. Ésta puede enunciarse como sigue: dejemos deconsiderar que el llamado "¡Volvamos (o vayamos) a las cosas mismas!"da una suerte de clave de lo que la fenomenología es, o preserva como enun cofre su esencia o la esencia de su método. Será mucho más arduollegar a una noción o definición de fenomenología sólida, o hacerla pre-valecer, si mantenemos vivo este casi universal mito.

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G The New Encyclopwdia B1'itannica, 15th. Edition, Vol. 25 (Chicago, EncycloprediaBritannica, lnc., 1991), p. 625. En vista de su mismo carácter, creo innecesario dar máspruebas de la existencia de este truismo en el mundo académico.

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Page 3: ZIRION, El Llamado a Las Cosas Mismas y La Nocion de Fenomenologia

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res. Aquí salamente mencianaré a das de ellas: Eugen Fink (can Husserla sus espaldas) y Bernhard Waldenfels 7.Pera es impartante enfatizar queasumir este sentido secundaria, en cualquiera de sus especificacianes,para el lema, salamente puede ser cansiderada equivacadasi se hace ensustitución de su sentide primera 'o primaria. Y esta 'Ocurre, de mad'Ob'astante clara, salamente en Heidegger 8.

Espera que esta rampa de una vez partadas la cadena que ha veni-da atanda al pie de la fenamenalagía, cama una bala de acera, esta pre-sunta esencia suya del "¡Valver a las casas mismas!". Pera también esper'Oque quede clara que nada de la dicha en este ensaya negará la significa-ción, la lucidez y la pertinencia del llamada a dirigirse a las casas mismas.

Deba emitir aquí tada referencia y dacumentación detallada de l'Ospeligras de una caracterización de la fenamenalagía basada en el lema.Tada aquel que se haya adentrada mínimamente en la literatura fename-nalógica ha sida testiga de las muchas clases de malentendidas quesurgen de esa caracterización, así cama de las curias 'Os'Objetas y acraba-cias metadalógicas que se le han atribuida a la fenamenalagía en nambrede ese lema °.Ha habida también algunas críticas de pesa mantadas enuna lectura superficial del misma lema 10; pera éstas na san aquí mi par-ticular interés, que es más bien pedadógic'O: pracura sale famentar unaprendizaje y difusión de la fenemenelagía sólides y salventes. Prepen-ga a las que nas dedicamas a la fenamenalagía que nas hagamas a nasa-tras mismas el favar de panel' estas casas en clara, para que ne siganrepresentanda una suerte de rempecabezas 'Oun enigma para las estu-diantes y el pública ya en su primer acercamiente a la fenemenelagía.

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7 En el trabajo mencionado en la nota 3, estudié (y rechacé) la interpretación deJohn Sallis, "The Identities of the Things Themselves", en Kah Kyung Cho (e d.), Philoso-phy and Science in Phenomenological Perspective (Dordrecht/Boston/Lancaster,Martinus Nijhoff Publishers, 1984), pp. 183-194; también en Research in Phenomeno-logy XII (1982), pp. 113-126.

. Como ocurre también en el texto de Sallis mencionado en la nota anterior.o y en correspondencia con ello, hay la constante necesidad de hacer clarificacio-

nes: un ejemplo típico se encuentra en las palabras siguientes, en que la .asunción de queel lema es propio de la fenomenología está hecha desde el principio mismo: "La máximafenomenológica "íA las cosas mismas!' (Zu den Sachen selbst!) no ha de ser confundidacon un alejamiento de la conciencia. Tampoco el principio de todos los principios. Laepojé lo subraya, puesto que es una reducción a la conciencia. La conciencia, junto consus estructuras y componentes, es ella misma una cosa (Sache). No es, sin embargo, unacosa física (Ding), trascendente. Aquí la distinción crucial, que frecuentemente quedaencubierta en la lengua inglesa, es entre Sache y Ding". (Marcus Brainard, "As Fate WouldHave It: Husseil on the Vocation of Philosophy", en The New Yearbookfor Phenomenologyand Phenomenological Philosophy, editado por Burt Hopklns y Steven Crowell, vol. 1(Seattie, Noesis Press, Ltd., 2001], p. 128, nota 36.)

10 Un ejemplo es la crítica proveniente del neokantismo a la que Fink respondió enel articulo al cual nos referiremos más adelante.

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Elllamade "¡Valver a las casas mismas!" tiene que ser viste desde un

punta de vista histórica, y situada en el mamente en el cual fue hecha.s'Ola así puede calacarse en primer plana su naturaleza de llamade. Pues}1ase trataba de una simple afirmación 'Otesis, sine precisamente de unllamad'O que buscaba una respuesta 'Oun cambie de actitud en persanasreales. Puede supenerse que si la situación de la filasafía hubiera sid'Odiferente en el mament'O en que Husserl camenzó a filasafar e a desarra-llar su fenamenelegía, elllamade na habría sida cansiderade útil, y quizá}1'Ohabría side hecha. Pere le que puede aseverarse históricamente es queHusserl usó el llamada, cama tal, para défender 'Oenfatizar el caráctercientífice de la filasafía ('Ode una filasafía basada fen'Omenalógicamen-te) -centra el carácter acientífica de ciertas vertientes e carrientes de lafilasafía cantemperánea, cantra la idea de que la filasafía na padía alcan-zar un status científic'O 'Ona tenía una naturaleza científica, y también,puede decirse, cantra la cientificidad limitada y parcial de la ciencia pa-sitiva y particularmente de la ciencia naturalista. Su farmulación fue tam-bién impartante cem'O una manera de recerdar una vez más el caminacarrecte para cualquier filasefía científica, en un m'Omente en que habíac'Obrada auge en ciertas círcules la idea (cenvertida a su vez en llamad'O)de que la filasafía, para renacer, tendría que "valver a Kant" 11. El llama-d'O"A las casas mismas" cumple tada ella hacienda hincapié en la manerac'Ome debe ser realizada la naturaleza científica de la filasafía, 'Ola ma-nera carne puede alcanzarse su candición científica; es decir, la haceseñalanda, de la manera más general y básica, la primera candición det'Oda empresa científica. Éste es el única víncula que puede ser estable-cide carrectamente, Ysin salvedades, entre la fenamenalegía, 'Ouna fila-s'Ofíafenemen'Ológica, Yel mandata del famasa lema. Pere este mandataes válide en principia, y patencialmente, para tadas las ciencias, parquetrae a la memeria la apelación a la evidencia cama una de las mativesfundacienales y canstitutivas de la idea misma de ciencia.

Al misme tiempe, y sin que pueda realmente separarse de esta in-tención científica 'O"epistemalógica", pademes detectar en el lema la re-s'Onancia de una clara intención ética: el llamada es precisamente unllamada a nuestra respansabilidad filasófica, a nuestra más básica veca-ción científica.

11 De nuevo, en el artículo citado en la nota 3 me refiero a este aspecto de la moti-vación que Husserl tuvo para pronunciar el lema, como una suerte de contra-lema de estelema neokantiano de Otto Liebmann. En un texto de 1917 (Hua XXV, 206), Husserl dice:"Así, no fue un llamado afortunado el 'Volvamos a Kant', que irremisiblemente trajo con-sigo al poco tiempo los equisonantes llamados 'Volvamos a Fichte', 'Volvamos a Hegel',a Fries, a Schopenhauer. El llamado legítimo reza de nuevo: A las cosas mismas comoespíritus libres, con un interés puramente teórico" ("La relación del fenomenólogo con lahistoria de la filosofía (1917)", en Actualidad de Husserl, ed. cit., pp. 16-17.)

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Page 4: ZIRION, El Llamado a Las Cosas Mismas y La Nocion de Fenomenologia

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Para ser consistente con estas dos intenciones unidas, la noción decosa implicada en el lema tiene que ser la más general y formal. De losmuchos sentidos en que Husserl utiliza en sus obras la palabra "Sache"-cosa como cosa sensible, en cuanto opuesta al valor o a algún carácter ocualidad práctica; cosa en cuanto opuesta a la persona; cosa como cosa fí-sica (= "Ding"); cosa como objeto en cuanto opuesta a la vivencia de ella'cosa como nexo de cosas en cuanto opuesto a un nexo de verdades (Hu~XVIII, § 62); cosa en cuanto opuesta a signo, símbolo o representación' ,cosa en cuanto opuesta a su forma categorial, o a su nombre; cosa en cuan-to opuesta a la conciencia y por tanto como algo que carece por sí mismade sentido ("Sinn"), y, finalmente, y mucho más comúnmente, cosa congeneralidad formal (como cualquier cosa en f'lbsoluto), y cosa como eltema, la materia o el asunto, o el objeto de referencia, en una mención in-determinada y también formal- 12,de todo este inventario de sentidos,pues, solamente los dos últimos pueden sustanciar el sentido que se le daa la palabra "cosas" en el lema -y estos son también, manifiestamente, lossentidos menos "fenomenológicos" de todos. Esto es importante para verla genuina intención del llamado. Ésta oscila, me parece, entre una simpley directa llamada a ir al grano y no perderse en las ramas de las deforma-ciones y las "reducciones", y un recordatorio más concreto de la maneracomo hay que poner manos a la obra, o de la herramienta con la que hayque hacer el trabajo, esto es, la intuición, la evidencia. En este último y máseminente sentido, el llamado puede ser por supuesto identificado con unllamado a ejercer la razón en su libertad autónoma.

En todo caso, el llamado no designa, sin perder su sentido y sin perver-tir su motivación, ninguno de los métodos peculiares de la fenomenologíahusserliana como tales; no designa, digamos, ni el análisis intencional nila reducción fenomenológica, y ni siquiera, me atrevo a decir, la reduc-ción eidética (que, tomada en sí misma, no es de todos modos, propia-mente, una reducción o un métqdo fenomenológico o husserliano, aunqueel nombre provenga de Husserl y él haya hecho análisis fenomenológicoscon el fin de sustentarla) o la reflexión. Así pues, incluso si el llamadoseñala desde luego una intención muy básica de la fenomenología, éstaes una intención que la fenomenología comparte con cualquier otra em-presa científica -y también, por cierto, y en un sentido fácilmente com-prensible, con muchas otras empresas y actividades no científicas.

Creo que esto está claro en los pasajes paralelos de Las conferenciasde París (1929) y de Meditaciones cartesianas (1931) en que esta inten-ción se caracteriza. El pasaje de la primera de estas obras dice así:

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12 En expresiones como "Aber die Natur del' Sache bringt el' mit sich...", "die in denSachen selbst liegende Schwierigkeit", etc.

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Según su propósito [de la ciencia], no debe valer como realmente científi-co nada que no esté fundamentado mediante evidencia perfecta, esto es,

que no pueda acreditarse MEDIANTERETROCESOA LASCOSAS[Sachen] O ESTA-DOS DE COSASMISMOSEN LAEXPERIENCIAY LAINTELECCIÓNPRIMIGENIAS13.

Pero que el lema, o la exigencia sustancial que formula, es asunto deracionalidad o cientificidad en general -y no, o almenas no originaria-mente, de una racionalidad filosófica o fenomenológica específica, si lahay- ya estaba claro en el § 19 de Ideas 1 (1913), donde Husserl discutecon el empirismo. Ahí escribe:

Juzgar sobre las cosas racional o científicamente quiere decir dirigirse porlas cosas mismas, o retroceder desde los dichos y las opiniones hasta lascosas mismas, interrogándolas tales cuales se dan en sí mismas y rechazan-do a un lado todos los prejuicios extraños a ellas 14.

Por ello es que el lema puede ser entendido como si expresara, deuna manera elocuente y sucinta, el llamado principio de todos los prin-

13 Edmund Husserl, Las conferencias de París. Introducción a la fenomenologíatrascendental, Presentación, trad. y notas Antonio Zirión (México, UNAM, 1988), p. 7. (Eloriginal en Hua 1, 6. En adelante daré las referencias a 'Hua' sin mayor formalidad.) El pa-saje paralelo del § 4 de las Meditaciones (Hua 1, 51), dice: "Pero frente a esto hay en oca-siones un eminente asumir juzgando o tener conciencia juzgando de algo. Su nombre esevidencia. En lugar de estar presente la cosa en el modo del mero asumirla 'a distancia',en la evidencia está presente la cosa, 'ella misma', el hecho objetivo, 'él mismo', o sea,que el sujeto que juzga es consciente de este mismo. Un acto de juzgar meramentepresuntivo, al pasar en la conciencia a la correspondiente evidencia, se ajusta a las cosas,a los hechos mismos. Este paso lleva en sí el carácter de confirmacióri de la mera asun-ción, el carácter de una síntesis de identificación concorde; es conciencia evidente de lajusteza de aquella asunción a distancia de la cosa" (Meditaciones cartesianas, trad. JoséGaos y Miguel García-Baró, prólogo Jo~ Gaos [México, Fondo de Cultura Económica,1986], p. 51.) Véase también Hua 1, 188: "Exposición de su sentido [de la idea de una cien-cia universal de fundamentación absoluta] mediante intrafección de1a intención del tra-bajo científico; juicios científicos solamente admisibles en cuanto fundamentadosperfectamente de modo inmediato o mediato por la evidencia -apelación a las cosas[Sachen], los estados de cosas 'mismos'" (Las conferencias de París, ed. cit., p. 54.) EnFilosofía primera I se encuentran pasajes con una intención similar: "El volverintelectivos los juicios en el sentido de la verificación por medio de la cual uno se con-vence de que son verdaderos o no, retornando 'a las cosas mismas'..." (Edmund Husserl,Filosofía Primera (/923-24), trad. Rosa Helena Santos de Ilhau [Colombia, Grupo Edi-torial Norma, 1998], p. 42 [Hua VII, 22].) Véase también Hua VII, 32 (p. 60 en la edicióncastellana citada).

14 EdmundHusserl,Ideas relativas a unafenomenologíapura y una filosofía fe-nomenológica, Introducción y Libro Primero: Introducción general a la fenomenologíapura, trad José Gaos (México, Fondo de Cultura Económica, 48 reimpresión, 1997) [enadelante Ideas 1], p. 48 (Hua 111/1,41). Tenemos que decir que, aunque en Ideas I Husserlusa la frase "Sachen selbst" en el sentido del lema, el lema mismo no es mencionado niuna sola vez, como tendría que haberlo sido si verdaderamente se identificara cón la feno-menología, ya que este libro es el primer acercamiento sistemático a la fenomenología.

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cipios que Husserl formula en la mis,ma obra. Aunque el principio es desobra conocido, hay que recordar su enunciación escueta: "toda intui-ción en que se da algo originariamente es un fundamento de derechodel conocimiento; (...) todo lo que se nos brinda originariamente (pordecirlo así, en su realidad corpórea) en la 'intuición', hay que toma'dosimplemente como se da, pero también solo dentro de los límitC's en quese da" 15.No ha de asombrar que también este principio haya sido incan-sablemente malinterpretado como un principio propio de la fenomenolo-gía o de la filosofía, esto es, como un principio que, de acuerdo con elpropósito de Husserl al instaurar aquella disciplina o de acuerdo con elsentido oculto en su instauración, resulta ser un principio fundamental dela fenomenologÚt o de la filosofía 16. Husserl defiende, por supuesto, elderecho de la fenomenología a ser una ciencia; y como ciencia tambiéntendría que guardar el debido respeto hacia este principio y, por ende,hacia el llamado "¡A las cosas mismas!". Ésta es su intención, y éste esel sentido de su discusión con el positivismo o el empirismo,ya queestas doctrinas negarían la posibilidad de una ciencia de las esencias ode las ideas en razón de que estas "cosas" no pueden ser vistas, o sim-plemente no son cosas en absoluto, sino "entidades escolásticas, espec-tros metafísicos" 17.Pero es de la mayor importancia para la inteligenciade este principio, y también del lema de que nos ocupamos, ver que nofue instituido como un principio de la fenomenología o siquiera de lafilosofía solamente, sino de todo conocimiento, cualquiera que fuese,como queda claro en la segunda parte del parágrafo en que Husserlloinstituye, en el cual implícita pero indudablemente lo aplica a la inves-tigación científica de la naturaleza. Dice ahí, en efecto, que también el"investigador de la naturaleza" sigue "el principio que dice que hay que

.preguntarle a toda afirmación referente a hechos de la naturaleza porlas experiencias en que se funda" 18.

Esto ya estaba dicho l,mas páginas antes, cuando Husserl presenta suprincipal objeción al empirismo en estos términos:

El principal error de la argumentación empirista radica en identificar o con-fundir la fundamental exigencia de un volver a las "cosas mismas" con laexigencia de fundar todo conocimiento en la experiencia. Dada la compren-sible limitación naturalista del marco de las cosas "cognoscibles", para el

empirista pasa sin más la experiencia por ser el único acto en que se danlas cosas mismas 19.

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Si el lema, digamos adelantando conclusiones, realmente identificarasolamente a la fenomenología, entonces todas estas acusaciones contrael empirista equivaldrían a la muy extraña acusación de no practicar fe-nomenología. Pero es totalmente claro en el texto que Husserl trata estascuestiones como cuestiones de principio, y por tanto previas incluso a lafenomenología misma. No es, en suma, posible asignar a la fenomenolo-gía sola los principios de toda cientificidad. Ir a las cosas mismas es elprimer principio, o la primera condición, de todo conocimiento científi-co 2°,y tiene que ser por tanto el primer principio de una filosofía que pre-tenda ser científica. Suficiente prueba de que ésta era la intención deHusserlla ofrece el siguiente pasaje de las Meditaciones cartesianas:

Gracias a la previa labor hecha -más bien rudimentariamente indicada queexplícitamente ejecutada- hemos ganado en claridad hasta tal punto, quepodemos fijar un primer principio metódico para toda nuestra marcha ul-terior. Es patente que, en cuanto filósofo en ciernes, y como consecuenciade tender al objetivo conjetural de una auténtica ciencia, yo no puedo for-mular o admitir como válido NINGÚN JUICIO QUE NO HAYASACADO DE LA FUEN-

TE DELAEVIDENCIA,de "experiencias" en las cuales me estén presentes lasrespectivas cosas y estados de cosas "ellos mismos" 21.

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Creo que ésta es la interpretación correcta de la consigna por su ladoepistemológico, y a ella se ajusta también el uso que hace Husserl dellla-mado en los pasajes más conocidos y citados de las Investigaciones ló-gicas y de Filosofía como ciencia estricta -en los cuales el lado "ético"o "vocacional" del llamado adquiere prominencia en la intención negati-va o excluyente de las p~labras de Husserl. Heidegger enfatiza este puntocuando dice: "Escuchada superficialmente, la liamada tiene el sentido deun ponerse en guardia" 22. Pero no le da a este lado ninguna elaboración,quizá porque también para él se trataba del lado superficial.

En la "Introducción a la Segunda Parte" de Investigaciones lógicas(esto es, las "Investigaciones sobre fenomenología y teoría del conoci-miento" propiamente dichas), de 1901, leemos:

15Ibid., p. 58 (Hua HI/1, 51).

16Ésta es la opinión de Heidegger en su ensayo "El fin de la filosofía y la tarea delpensar", donde discute el principio en conexión con el llamado "¡Volver a las cosasmismas!". El ensayo fue publicado en Zur Sache des Denkens (Gesamtausgabe, 14), y másadelante volveremos a él.

17Ideas 1, p.'48 (Hua 1II/1, 41).18 Ideas 1, p. 58 (Hua HI/1, 51).

19Ideas 1, pp. 48-49 (Hua H1/1, 41-42).

20 Y como tal, es también un principio de toda práctica racional: "Interés teórico alservicio de la praxis. Praxis racional: mientras más puramente me deje determinar por ladación de las cosas y constate su orden, tanto más racional seré prácticamente, tantomejor podré orientarme por las cosas" (Hua VII, 314. Traducción mía).

21 Meditaciones cartesianas, ed. cit., p. 54 (Hua 1,54).22Martin Heidegger, Tiempo y ser, Introducción Manuel Garrido, trad. Manuel Ga-

rrido, José Luis Molinuevo y Félix Duque (Madrid, Editorial Tecnos, 2000), p. 82. (Modi-fiqué la traducción.)

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1111ANTONIO ZIRIÓN Q.I

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no queremos de ninguna manera damos por satisfechos con "meras pala-bras", esto es, con una comprensión verbal meramente,simbólica, como laque tenemos por de pronto en nuestras reflexiones acerca del sentido de lasleyes estáblecidas en la lógica pura sobre "conceptos", "juicios", "verda-des", etc., con sus múltiples particularizaciones. No pueden satisfacemossignificaciones que toman vida -cuando la toman- de intuiciones remotas,confusas, impropias. Queremos retroceder a las "cosas mismas". Sobre in-tuiciones plenamente desenvueltas queremos llegar a la.evidencia de que lodado aquí, en abstracción actualmente llevada a cabo, es verdadera y real-mente lo meIltado por las significaciones de las palabras (oo.)23.

¿Es ésta la primera expresión publicada del llamado? No lo podemosasegurar. Pero es digno de nota que las "cosas" a que se alude aquí sean"conceptos", "juicios", etc., dados en una "abstracción", ya que ello poneseveramente en entredicho de un solo golpe la muy común interpretacióndel lema que, sobre las huellas de Merleal.J-Ponty, ve en él una especie debúsqueda filosófica de un virginal mundo precientífico 24.

En el "Prefacio a la Segunda Edición", de 1913, se dice:

Pues si estas investigaciones son estimadas como un buen auxilio por los in-teresados en la fenomenológía, ello se debe a que no ofrecen un mero pro-grama (y menos uno de esos programas de alto vuelo, tan frecuentes en lafilosofía), sino ensayos de un trabajo fundamental efectivo sobre las cosasmiradas y tomadas directamente; y a que, incluso allí donde procedencríticamente, no se pierden en qiscusiones sobre los puntos de vista, sino quedejaQla última palabra a Jas cosas mismas y al trabajo sobre ellas 25.

Luego, en el "Prólogo" de la segunda edición de la Sexta Investiga-ción ("Elementos de un esclarecimiento fenomenológico del conocimien-to"), escrito en 1920, se dice:

. .Pues todo en ella ha salido de una investigación, que se inclina realmentesobre las cosas mismas y se orienta puramente en la auténtica presenciaintuitiva de ellas; y sobre todo, de una investigación hecha en la actitud fe-nomenol6gico-eidética sóbre'la conciencia pura, investigación que es laúnica que puede dar fruto en una teoría de. la razón 26.

23 Edmund Husserl, Investigaciones 16gicas,2 volúmenes, versión española de Ma-nuel G. Morente y José Gaos (Madrid, Alianza Editorial, Alianza Universidad, 1982), p. 218(Hua XIX/l, 10).

2.1"Volver a las cOSas mismas -.escribe Merleau-Ponty-, es volver a este mundo an-terior al conocimiento y del que el conocimhmto habla siempre, y frente al cual toda de-terminación científica es abstracta, significativa y dependiente, como la geografía conrelación al paisaje en que,hemos aprendido por vez primera qué es una selva, una praderao un río" (Maurice Merleau-Ponty, Fenomenología de la percepci6n, tr. Emilio Uranga[México, FCE, 1957J, pp. vi-vii).

25 Investigaciones l6gicas, ed.,cit".p. 26 (Hul1XVJII,9).26Ibid., p. 594 (Hua XIX/2, 535).

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1 EL LLAMADO A LAS COSAS MISMAS Y lA NOCIÓN D~: ~'ENOM~:NOLOGlA

No hay equivocación posible: un retorno a las cosas mismas es, almismo tiempo, un retorno a la dación intuitiva de las cosas ea la eviden-cia de ellas), en el cual se manifiesta una voluntad responsable que aspiraa mantener en silencio toda "palabra" que no sea la "palabra de las cosas".Este retorno caracterizará a la fenomenología tanto como la intuición yesa voluntad de responsabilidad lo hagan. Pero es obvio que hay intuicio-nes y responsabilidad fuera de la fenomenología. No nos atreveríamos adecir que toda intuición, o incluso que toda intuición sistemáticamentehecha,con propósitos científicos, etc., es fenomenológica. En el § 17 dela misma 6RInvestigación encontramos uno de los más claros pasajes re-lativos al significado de las cosas mismas para Husserl y, basado en él, alsignificado de su llamado:

Es cierto, empero, que cuando exigimos una claridad que nos ponga en evi-dencia "la cosa misma" y nos dé a conocer de este modo su posibilidad yverdad, nos referimos a la intuición en el sentido de nuestros actos intui-tivos. Precisamente por eso tiene el término de claridad -en contextos decrítica del conocimiento- este sentido estricto; se refiere a ese remontar-se a la intuición impletiva, al "origen" de los conceptos y de las proposicio-nes en la intuición de las cosas mismas 27.

Más aún, si ir o retornar a las cosas mismas fuera propio solo de lafenomenología, la entera descripción del ajuste entre el pensamiento y lacosa misma en la 6RInvestigación, estaría de hecho, por ejemplo, refirién-dose solamente a eventos o procesos "fenomenológicos", y no, como ob-viamente es el caso, a cualesquiera procesos cognoscitivos en general-en tanto que sean del tipo descrito, un tipo que patentemente ocurre enmuchas ciencias totalmente ajenas a la fenomenología. La fenomenologíade la intuición, en general, o la ~nomenología del cumplimiento intuiti-vo de los actos significativos, sería ya una curiosa fenom~nología de la fe-nomenología: describir la intuición sería ya describir el método de lafenomenología. Ahora bien, decir que esto no es verdad no es tampoconegar que la intuición sea el método de la fenomenología, o, más bien, unelemento nuclear y fundamental de dicho método. Pero todavía más: paraevitar un posible malentendido, tengo que decir aquí que en la fenomeno-logía, como disciplina diseñada para llevar a cabo la fundación de la fi-losofía y de todo pensamiento científico, la intuición tiene, de acuerdocon su fundador, un papel peculiarmente eminente o radical. Mientrasque las otras ciencias pueden atenerse en diversos momentos a suposi-ciones y explicaciones teóricas, a hipótesis y simbolizaciones de diversas

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27 Ibid., p. 648 (Hua XIX/2, 600). Véase también Hua VI, 496: "La experiencia de unacosa es certeza original del ser, es la certeza del yo experimentante de estar cabe la cosamisma, de captarla a ella misma." (Traducción mía.)

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ANTONIO ZIRIÓN Q.

clases, la fenomenología tiene que ser intuitiva de principio a fin. Sinemhargo, éste es un tema de la teoría fenomenológica de la ciencia queno podemos y no tenemos que elaborar aquí.

En La filosofía como ciencia estricta encontramos otro uso dellla-mado propiamente dicho en el cual es evidente su lado negativo. Es elcélebre pasaje que comienza con la muy recordada frase: "Pero no nosharemos filósofos por medio de las filosofías. (...) El incentivo para lainvestigación no tiene que provenir de las filosofías sino de las cosasy de los problemas" 28.El lado negativo torna la forma de un apremio aliberarse de prejuicios y a conservar la independencia dé juicio. Concre-tamente, es por ejemplo una invitación a hacer a un lado "los prejuiciosprocedentes aún del Renacimiento", porque "para el que está verdadera-mente libre de prejuicios es indiferente que una afirmación proceda deKant o. de Tomás de Aquino, de Darwin o de Aristóteles, de Helmholtz ode Paracelso" 29. Pero aquí, de nuevo, el llamado se pronuncia para afir-mar la posibilidad de una filosofía científica y para garantizarle un lugar(así sea cardinal) entre las ciencias:

La ciencia de lo radical también tiene que ser radical en su proceder ydesde todos los puntos de vista. Ante todo, no debemos parar hasta haberllegado a principios absolutamente claros, es decir, a problemas totalmenteclaros, hasta haber adquirido métodos trazados en el sentido propio de esosproblemas y el campo último de trabajo en que se dan las cosas con clari-dad absoluta 3°.

Pero también, otra vez, se pronuncia contra la limitación empiristade la esfera de los objetos susceptibles de ser científicamente investiga-dos, y contra la posibilidad de confundirlos con hechos.

Pero nunca hay que renunciar a la ausencia radical de prejuicios ni iden-tificar de antemano tal~s "cosas" con "hechos" empíricos, cerrando los ojosante las ideas que, sin embargo, se dan absolutamente, en gran medida, ala intuición inmediata 31.

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La filosofía también es intuitiva:

Pero justamente es propio de la esencia de la filosofía, en la medida en queella se remonta hasta los últimos orígenes, que su labor científica se múe-va en las esferas de la intuición directa 32.

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2"Edmund Husserl, La filosofía como ciencia estricta, trad. EIsa Tabernig, nota pre-liminar Ricardo Álvarez (Buenos Aires, Editorial AJmagesto, 1992), p. 72 (Hua XXV,61-62).

2"¡bid. (Hua XXV, 61).3"¡bid.31¡bid.32¡bid.

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~;L LI.AMADO A I,AS COSAS MISMAS Y LA NOCIÓN DE FENOMENOI.OGlA

Hasta aquí, pues, todo va bien. Pero entonces, inmediatamente des-pués, el texto identifica esta "intuición filosófica en su verdadero sentido"con la "captaciónfenomenológica de la esencia" ("PHANOMENOLOGISCHENWESENSERFASSUNG").Si este adjetivo ("fenomenológica") se toma en susentido propio, como verdaderamente relativo a la disciplina o los méto-dos de la fenomenología -esto es, una ciencia, como se define en elmismo ensayo, cuyo "primer objeto de investigación" "tiene el carácter deuna 'conciencia de' más o menos compleja" 33,y cuyo método de un "aná-lisis fenomenológico de esencia" 34es por lo tanto análisis de la esenciajustamente de ese tipo de objeto: conciencia-de, fenómenos-, entoncesesta identificación suscribe ya una tesis propia de Husserl o de la feno-menología husserliana: a saber, que es a través de la fenomenología comola filosofía podrá alcanzar su estatuto como ciencia. Ésta es, tomada es-trictamente, una segunda tesis que no se sigue de la proposición de quela filosofía es una ciencia que se mueve "en esferas de la intuición direc-ta", y esta segunda tesis exige un argumento independiente o un recono-cimiento propio. Hace, en efecto, una aseveración relativa a la naturalezade las "cosas" filosóficas y a la manera como son intuidas; no solamen-te afirma que son esencias (Wesen) -lo cual ya requeriría de justificacióno de presentación-, sino, además, que son esencias de un ámbito fenome-nológico que debe ser captado por una visión fenomenológica.

No es de ninguna manera sorprendente que en las' obras del forjadorde la fenomenología se encuentren ocasionales insinuaciones de esta se-gunda tesis en cierta combinación con el pronunciamiento del llamado"¡Alas cosas mismas!" 35.Pero no debemos dejamos desorientar por ellas.El llamado apunta de un modo formal a la posibilidad de una filosofíacientífica de dos maneras,¡ negativamente, invitando a escapar de todasuerte de prejuicios, y positivamente, dirigiéndoI}.os a la intuición. Todavinculación del llamado con la fenomenología (o, incluso, con cualquierotra disciplina particular) le quitaría al llamado o a sus "cosas" lo formaly lo materializaría de alguna manera. Ésta puede ser una mera aplicacióndel llamado a la fenomenología, sin ningún reclamo de exclusividad; perosi no lo es, entonces establecería una tesis ulterior ajena al llamado en susentido radical, una tesis que tendría que ser evaluada en forma indepen-diente. Esto es lo que hemos llamado el segundo sentido del lema, mani-fiesto en Heidegger, luego en, Fink, y también en Waldenfels...

Antes de entrar en esto, permítaseme interponer aquí un comentario

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33 ¡bid., p. 32 (con mi corrección de la traducción; cf Hua XXV, 20).31 ¡bid., p. 35 (Hua XXV, 22).

:]5 Además del pasaje de La filosofía como ciencia estricta que acabamos de citar,me referiré más adelante al pasaje clave del § 56 de Krisis, el cual tiene mucha impor-tancia en este respecto. Otro se encuentra en Filosofía primera 1, § 11 (Hua VII, 70).

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ANTONIO ZIRIÓN Q.

sobre la bien conocida declaración del anuncio editorial del JahrbuchfürPhilosophieund phdnomenologische Forschung de 1913, ya que en ,élparece afirmarse una noción de fenomenología que está en completoacuerdo con la idea de que ella consiste en un retorno a las cosasmismas, entendido (como lo estoy entendiendo aquí) como un retorno ala intuición. Además, cuando acabamos de ver que la noción de fenome-nología, o de su objeto, ha sido ya expresada con tanta claridad en Lafilosofía como ciencia estricta (de nuevo, como una ciencia cuyo. "primerobjeto de investigación" "tiene el carácter de una 'conciencia de' más omenos compleja"), bien vale la pena preguntarse por qué esta definiciónno pudo privar en una declaración cuya intención era caracterizar la fe-nomenología.

La declaración dice:

Lo que une a los editores no es un sistema que tuviera incluso que ser pre-supuesto en todos los futuros colaboradores; lo que los une es la convic-ción común de que solo mediante un retorno a las fuentes primarias de laintuición y a las intelecciones de esencia que hay que extraer de ellas, po-dremos aprovechar las grandes tradiciones de la filosofía con sus concep-tos y problemas; de que solo por esta vía podrán ser clarificados losconceptos intuitivamente, reinstaurados los proplemas sobre una nuevabase intuitiva, y luego también, por principio, resueltos 36.

Herbert Spiegelberg ha subrayado que esta declaración restringe "lasmetas comunes de la fenomenología a los métodos de la intuición de pri-mera mano y la intelección esencial" 37.Ahora bien, esto sería así, desdeluego, si esta declaración pretendía en efecto ser una caracterización dela fenomenología. Pero puede sostenerse que no lo fue -al menos no paratodos los miembros del equipo editorial. En una carta de 1914, cuando losmotivos para iniciar el anuario estaban sin duda todavía frescos, podemoshallar algún testimonio de que para Husserl, que no era nada menos queel jefe del equipo, el anuario mismo no era "meramente un anuario defenomenología, sino por encima de todo de filosofía" 38. Si puede darsepleno crédito a esta insinuación, entonces tiene que decirse que mientrasque la declaración inaugural puede sin duda ser tomada como una ex-presión de la base común identificable o la convicción común del equi-

;)<;El original puede ser leído ahora en Hua XXV,63-64. La traducción es mía."7Herbert Spiegelberg, The Phenomenolo.gical Movement. A Hist()rical Introduc-

tion, Second Edition. Fifth impression, voL 1 (The Hague, Martinus Nijhoff, 1978), p. 125.38 Carta a August Messer del 18 de febrero de 1914 (Briefwechsel. Husserliana

Dokumente m,VII, 177). En la misma carta, Husserl también escribió: "El Anuario no esun anuario para husserlianos ortodoxos...", y: "En el Anuario tengo que ser generoso; laciencia que está comenzando se depurará a sí misma, y mis propias investigaciones quie-ren colaborar á ese fin".

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f~LLLAMADO A LAS COSAS MISMAS Y LA NOCIÓN m; FENOMENOLOGlA11

po editorial (Husserl, Geiger, Pfander, Reinachy Scheler), esta base oconvicción común no era precisamente algo que todos ellos reputarían defenomenológico -aun cuando algunos o incluso la mayoría de ellos, desdeluego, le darían este nombre--, sino algo en cierto sentido previo.

Lo que no está en duda es el hecho de que la declaración ha sido tra-dicionalmente considerada como una expresión de cierto concepto de fe-nomenología, por amplio que sea 39,y en este respecto no ha ayudado unápice a clarificar la noción de fenomenología dentro del movimiento fe-nomenológico.

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II~Si bien la formulación de Heidegger (en el § 7 de Ser y tiempo) pone

de relieve con agudeza el aspecto negativo del lema, también lo vinculadesde el inicio con la fenomenología:

El título "fenomenología" expresa una máxima que puede formularse así:"¡a las cosas mismas!", frente a todas las construcciones en el aire, a todoslos descubrimientos casuales, frente a la adopción de conceptos solo apa-rentemente rigurosos, frente a las cuestiones aparentes que sé extiendencon frecuencia a través de generaciones como "problemas" 4°.

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Aunque aquí no hay ninguna sugerencia explícita de que ésta es unamanera "superficial" (vordergTÜndig) de escuchar la máxima -como lahabía en la cita de Tiempo y ser' que hice antes y que en un momentoretornaré-, lo que sigue hace ver que Heidegger ya estaba aquí buscandoaguas más profundas. Pero, antes que nada, hay que apuntar que élmismo está consciente de que el único punto cuestionable de su limpiaformulación es precisamente el hecho de que pretende definir o caracte-rizar la fenomenología. En el mismo lugar escribe:

Pero esta máxima -se podrí~ replicar- es más que comprensible de suyo.yencima es la expresión del principio de todo conocimiento científico. No seve por qué haya de adaptarse expresamente algo tan comprensible de suyopara título d~ una disciplina. .

Ahora .bien: ésa es precisamente nuestra réplica, y el hecho de queHeidegger la haya predicho no disminuye, según creo, suvalidez. Es biensabido, desde luego, que en este punto Heidegger se las arregla para de-finir un "concepto fenomenológico de fenómeno" como "aquello que esser", entendido cOl1}oalgo que "inmediata y regularmente" no se mues-

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30 Como lo hace el mismo Spiegelberg cuando define la noción de "fenomenologíaen el más amplio sentido" conforme a los criterios establecidos en la declaración delJahrbuch. Véase Spiegelberg, op. cit., p. 6. .

,lOMartin Heidegger, El ser y -el tiempo, 4" ed., trad. José Gaos (México, Fondo deCultura Económica, 1971), p. 38;

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ANTONIO ZIIUÓN Q.

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tra 41.No voy a poner en cuestión esta determinación, ni la subsecuentemanera de definir la fenomenología como una ontología vista desde su ladometódico -aunque esta definición fue por supuesto decisiva para la com-prensión histórica de la fenomenología. Pero creo que es posible, sin exa-minada ,en detalle, afirmar que ella opera -y éste es el meollo mismo de lapropuesta de Heidegger- una muy precisa des-formalización de la máximajunto con la des-formalización que crea el "concepto fenomenológico defenómeno": ahora, esto es, para la fenomenología, "las cosas mismas" ya noson cualquier cosa, sino solo aquellas "cosas" que son "ser". Esta des-for-malización es necesaria para hacer de las "cosas" el solo objeto de la feno-menologíaj pero con ella -y esto es lo que me interesa subrayar aquí- lamáxima pierde su sentido tanto como "expresión del principio de todoconocimiento científico" cuanto como un llamado vocacional. El nuevosentido des-formalizado no puede simplemente añadirse al primer sentidoformal. Ha sido propuesto para sustituido. Por lo menos, Heidegger no nosda ninguna pista sobre la manera de armonizar estas intenciones universa-les de la máxima con su determinación como el título de la disciplina fe-nomenológica. Es como si esta nueva determinación "fenomenológica" de lamáxima (implicada en la ecuación "cosa" = cosa que es ser) absorbiera todosu significado, Silldejar nada para el resto del universo de la ciencia. En otraspalabras, ahora "ir a las cosas mismas" significa solamente una manera pe-culiar de revelación, no la simple orientación intuitiva hacia las cosas propiade toda ciencia. La máxima se ha vuelto por ende inservible para otras cien-cias. Decir, por ejemplo, conforme a la determinación de Heidegger, que lageometría está vuelta a sus propias cosas (sus triángulos, cuadrángulos, etc.)sería una manera inapropiada de hablar, a menos que los seres geométricosfueran una especie un tanto impropia de cosas... Estamos, en suma, ante unamanera idiosincrásica, o más aún, iconoclasta, de disolver una aparente tri-vialidad. Adoptar (como hizo Husserl) una máxima tan trivial como consig-na cuando uno está' queriendo fundar una nueva disciplina, tenía el sentidode insertarla en el universo de la ciencia, universo delimitado precisamentepor las fronteras trazadas por esa trivialidad 42. Pero esta inserción mismanoera y no es de ninguna manera trivial.

41 [bid., p. 46. ,

42 Podemos hallar en Husserl muchos pas1\iesen que está claro que la ciencia con-siste justamente en una orientación hacia cosas: incluso las ciencias dogmáticas, o lasciencias pre-filosóficas, se dirigen ellas mismas a cosas: "A un lado están las ciencias dela actitud dogmática, vueltas hacia las cosas y despreocupadas de todo problemaepistemológico y escéptico. Partiendo del darse originario de sus cosas (y volviendo siem-pre a él para probar sus conocimientos), preguntan cómo se dan directamente las cosasy qué es lo que, sobre la base de ello, puede inferirse indirectamente sobre ellas mismasy sobre las cosas del mismo dominio en general" (Ideas 1, p. 62; Hua III/I, ,54). En Filo-sofia primem 1: "El nivel de la ciencia prefilosófica, y en verdad se vuelve la investiga-

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~:I. I.LAMADO A I.AS COSAS MISMAS Y LA NOCIÓN DE FENOMENOLOGlA

También en otras obras, muy posteriores, destaca Heidegger el as-

pecto negativo del lema, que es también, como hemos dicho, su lado pro-piamente ético. En "El final de la filosofía y la tarea del pensar" afirmaque, tanto en Hegél como en Hussed, "la llamada tiene el sentido de unponerse en guardia", de rechazo de "las relaciones inadecuadas con la'cosa' de la Filosofía" 43. Pero no solo eso. Heidegger,también advierte elvínculo en que se encuentra la máxima, según la expone Husserl, con el

"principio de todos los principios":

La llamada "a la cosa misma", tanto en su sentido positivo como en el ne-gativo, sirve para garantizar y elaborar el método; sirve de procedimientofilosófico, el único con el que la cosa misma llega a darse legítimamente.Para Husserl, el "principio de todos los principios" no,es, en primer lugar,un principio de contenido, sino metodológico 44.

En cuanto a la extraña interpretación que Heidegger desarrolla en se-

guida, según la cual ese principio -conforme a la intención de Husserl, talcomo la entiende o la interpreta Heidegger- "exige que la subjetividadabsolúta sea la 'cosa' de la Filosofía", ya que está decidido o establecido"de antemano" que esa cosa sea "la subjetividad de la conciencia" 45,nopodemos aquí más que observar que, de ser cierta, choca directamentecontra la comprensión que Husserl tenía de su propio pensamiento y,concretamente, de sus propias intenciones relativas al lema, por un lado,ya la fundamentación de la fenomenología, por el otro. No es cuestión dehermenéutica, sino de hecho, la de que el principio de todos los princi-pios lo enuncia e instituye Husserl, como hemos dicho, no como un p1'in-cipio de la fenomenología pr-opiamente dicha, o siquier-a de la filosofía,sino como el principio de toda empresa científica o aun racional. y lohace, además, en una secció~de su libro (la Sección primera de Ideas 1)independiente Ylógicamente anterior ("pues que aquí se trata de puntosque admiten una comprobación inmediata") 4(; a la introducción a la feno-

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ción a las cosas mismas, a la existencia (realidad) que se ofrece en la experiencia..." (HuaVII, 307; traducción mía). Como he insinuado, esto no equivale a decir que la filosofía, ola fenomenología, estaría en el mismo nivel de radicalidad que estas ciencias, solo por elhecho de que ambas, como ciencias, tienen que dirigirse ellas mismas a las cosas mismas.El papel y el "grado" de la intuición no es el mismo en el método de cualquier cienciapositiva que en el método de la fenomenología o la filosofía.

43 Heidegger,Tiempoy ser,ed. cit.,pp. 82Y83.44[bid., p. 84.45[bid., pp. 83-85. Y más aún: la subjetividad, como "cosa" de la filosofía previamen-

te dada por supuesta, es lo que da su "inamovible legitimidad" al "principio de todos losprincipios". Por ello, la reducción trascendental husserliana a la subjetividad trascenden-tal viene a ser para Heidegger una reducción al mét.odo mismo de la filosofía, porque "elmétodo (...) es 'la cosa misma'" (Ibid.).

46 Husserl, Ideas 1,p. 47.

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ANTONIO ZIIUÓN Q.

menología O a la apelación a la subjetividad que ésta conlleva (lo cual noocurre antes de la Sección segunda).

y finalmente, por lo que toca a la propuesta heideggeriana de pregun-tamos -dentro del "intento de poner ante los ojos la tarea del pensar"-"qué es lo que queda por pensar en la llamada 'a la cosa misma'''47, y desu planteamiento de la noción de Lichtung como lo escondido en el in-tento de la Filosofía por llevar su "cosa" "a saber absoluto y evidenciadefinitivamente válida" y como "cosa" que ya no es "cosa" de la Filosofía,sino del pensar48, no me atrevería a pronunciarme sin tener a la vista elcontexto más amplio en que se da. Hay que conceder de buen grado quemuchas cosas profundas y cautivadoras pueden ser descubiertas y expre-sadas cuando el pensar se lleva a sus límites. Pero, por supuesto, el hechode que Husserl estuviera, como al parecer lo estuvo sin duda, muy lejosde ese descubrimiento de la Lichtung como la "puerta" que "hace posi-ble el que algo aparezca y se muestre" 49,no significa que su llamado a lascosas mismas no pudiera tener una significada prioridad lógica ante lamisma cuestión de la Lichtung, como lo reconoce tácitamente el mismoHeidegger cuando, con explicable temor, advierte:

Es necesario que el pensar tenga en cuenta lo que aquí acaba de llamarseLichtung. No se trata, como fácilmente podría parecer en un primer mo-mento, de sacar de simples palabras (de Lichtung, por ejemplo) meras re-presentaciones. Se trata, más bien, de prestar atención a la cosa singularque se designa con el correspondiente nombre de Lichtung 6°.

De modo que la apertura o Lichtung, sea lo que además de ello sea,es también, o ante todo, al menos para nuestro pensar de primera mano,un asunto, una cosa para retornar a la cual cabe pronunciar un humildey genuino llamado husserliano... por impensadamente que sea.

Porque, a fin de cuentas y de nuevo, las "cosas" mencionadas o alu-didas en él son, si estoy en lo correcto, justamente cualquier cosa -to-mando la palabra "cosa" en su sentido más formal. Esto lo enfatiza EugenFink en su artículo "La filosofía fenomenológica de Edmund Husserl antela crítica contemporánea" de 1933. En tanto que el artículo fue asumidopor Husserl mismo como expresión de sus propias ideas, aquí tenemostambién el único comentario directo de Husserl sobre el sentido dellema"¡Volver a las cosas mismas!" (hasta donde yo sé).

A las cosas mismas: esto no es una decisión previa relativa al posible temade la fenomenología y coordinado con ella; no es una fijación en un área de

,17Heidegger, Tiempo y ser, ed. cit., p. 85.48 Ibid.4!1Ibid.

M Ibid., p. 86.

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objetos caracterizados como "cosas". (...) Si el verdadero sentido del llama-do "a las cosas mismas" ha de ser entendido, el concepto de las "cosas"tiene que entenderse formalmente, todo lo que pueda ser traído a la vista,sea algo real, algo ideal, un horizonte, un sentido, una indicación de senti-do, la nada, etc., todo esto puede ser una cosa en el sentido de la máximafenomenológica de investigación 61.

Ciertamente, esta última designación ("la máxima fenomenológica deinvestigación") es engañosa. Aparentemente, si el concepto de las "cosas"ha de entenderse formalmente, entonces todo podría ser un objeto deinvestigación fenomenológica. Pero esto puede ser cierto en un sentido,pero es falso en otro (siempre dentro de la esfera del pensamiento deHusserl). Es verdad si pensamos en la universalidad de la fenomenología,tal como se establece, por ejemplo, en la Introducción de Ideas:

Por distinto que pueda ser el sentido de la palabra fenómeno en semejan-tes expresiones, lo cierto es que también la fenomenología se refiere atodos estos fenómenos en todas las significaciones posibles 62.

Pero no es verdad si consideramos que la fenomenología se enfren-ta con todos estos fenómenos

en una actitud totalmente distinta, que modifica en determinada formatodos los sentidos del término fenómeno con que nos encontramos en lasciencias que nos son familiares desde antiguo. Sólo en cuanto modificadode esta suerte, entra el fenómeno en la esfera fenomenológica 63.

Así pues, incluso si pudiera haber, por ejemplo, un estudio fenome-nológico de los objetos de la geometría, no sería el mismo que la geome-tría de los "mismos" objetos, asumiendo que podamos hablar de losmismos objetos en ambos ~asos. Por lo tanto, en este respecto, no todoslos objetos, no todos los fenómenos, son objetos posibles de fenomeno-logía. Ahora bien, la máxima se aplica a todos los fenómenos en todas lasuniversalidades, no solamente en la peculiar universalidad de la fenome-nología. y es precisamente gracias a ello que puede ser también una"máxima fenomenológica de investigación". Como tal, no señala los ob-jetos fenomenológicos peculiares, sino solo intenta dar a la fenomenolo-gía el derecho y la posibilidad de ser una empresa científica.

Fink añade algo importante también alIado "negativo" de la máxima,el cual está más íntimamente vinculado a su carácter ético': tras la frase"todo esto puede ser una cosa en el sentido de la máxima fenomenológicade investigación", dice:

GI Eugen Fink, "Die phiinomenologische Philosophie Edmund Husserls in der gegen-wiirtigen Kritik," Kant Studien 38 (1933), p. 330. Traducción mía.

52Husserl, Ideas 1, p. 7.53Ibid.

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ANTONIO ZIRIÓN Q.

...a través de todos los ocuItamientos de la interpretaciones tradicionales,históricas, contra todos los intentos de soluciones construidas argumenta-tivamente, contra todo esto tiene ella que acercarse de nuevo al contenidocósico (Sachgehalt) de los problemas mismos 54.

Pero entonces, como Heidegger, también Fink (o Fink-Husserl) no

puede quedarse contento con este lado puramente formal de la máxima, ydiseña una manera de vincularla al contenido propio de la fenomenología:

Pero en segundo lugar, el imperativo "A las cosas" significa no meramenteel compromiso propio de la investigación fenomenológica con la cosidad(Sachlichkeit), sino que tiene el sentido de la indicación a la cosidad hechaposible por vez primera por el método fenomenológico: a la concreciónanalíti co- intencional' 55.

De nuevo, como en el caso de Heidegger, no seguiré esta determina-ción, que constituye sin duda una explicación muy fina de ciertas inten-ciones centrales de la fenomenología. No necesitamos hacerlo para verque hay en ella, de nuevo, una precisa des-formalización de la máxima, yahora en una dirección diferente de la seguida por Heidegger: ahora lascosas fenomenológicas no son ya los seres de cualesquiera cosas, sino laconcreción analítico-intencional en la cual una cosa cualquiera es dadao aparece, o en la cual su sentido es instituido. Ahora bien, aunque puedehaber fundamentos suficientemente fuertes para oponerse a la "orienta-ción ingenuamente temática del conocimiento hacia lo dado" 56,para re-basar "la positividad natural de la experiencia" 57y volverse entonces a laconcreción intencional, estos fundamentos son nuevos y no están implí-citos en el significado original del lema husserliano. Está claro que notoda Cosa es una "concreción analítico-intencional" ni un "sistema de lo-gros intencionales" 58. (Tampoco es toda cosa un "objeto intencional",para mencionar explícitamente esta obviedad.) Una buena cantidad depensamiento y de tinta fue de hecho necesaria para empezar a convencera la gente de que éstas eran realmente "cosas" teóricamente analizablesy efectivamente significativas. Así pues, no es fácil ver cómo Fink oHusserl pudieron haber esperado que alguien, ni siquiera siendo un filó-sofo (neokantiano), fuera capaz de leer en la máxima, a la primera mira-da, por así decir, que ella "tiene el sentido de la indicación a la cosidadhecha posible por vez primera por el método fenomenológico". y si estoes algo que por supuesto no puede ser visto en la máxima a la primera

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mirada, entonces la máxima misma es absolutamente inútil para señalarloo significarlo. Pero de hecho, entonces, lo que Fink está haciendo aquí,y Husserl avalando, es una aplicación (o la aplicación) de la máxima alcaso de la fenomenología, y no, como parece, una interpretación o expo-sición de su sentido más verdadero y profundo 59. Considerada de estamanera, la máxima no pierde su sentido original a pesar de la des-for-malización, ya que ésta tiene lugar solamente dentro del ámbito de la fe-nomenología. Pero sigue siendo debatible si la combinación que aquíobservamos es realmente mejor que tener en su lugar dos máximas biendiferenciadas. La segunda -cuya fundamentación y alcance exigen una in-vestigación independiente, la cual en cierto sentido coincidiría con lafundamentación y alcance de la fenomenología misma- podría rezar "¡Ala. correlación intencional misma!", o algo similar.

Esta suerte de combinación de significados es también lo que ocurreen el último texto que reseñaré aquí. En un artículo ya no muy recienteacerca de la historia de la fenomenología en Alemania, BernhardWaldenfels enlaza la máxima "Zu den Sachen selbst" con lo que él llama(con palabras que recuerdan las de Fink) el "Zug zur Sachlichkeit" (im-pulso hacia la cosidad) que ha sido característico de la fenomenologíadesde su comienzo. Aquí no puedo analizar las fascinantes cuestiones queWaldenfels invoca en la ruta de la historia de la fenomenología que ela-bora siguiendo el hilo de ese impulso, ni siquiera la brillante discusiónacerca de la máxima en su involucración con la fenomenología. Solamen-te puedo observar que esta involucración se realiza también al costo deuna des-formalización de la máxima. Algo más que un concepto puramen-te formal de la cosidad (Sachlichkeit) se necesita para poder afirmar quela fenomenología tiene siem1>re qU€!tematizar, junto con el contenido-cósico (Sachgehalt), el modo-de-acceso (Zugangswetse), o que lo que ellabusca es ellogos de los phenomena 6°. La tesis de que la fenomenologíatiene que considerar siempre el "lugar" desde el cual la realidad llega a la

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69 Esto puede abrir una discusión de largo alcance. Por ejemplo, no estoy seguro deque Fink o Husserllo consideraran de esta manera, pero para mí está claro que la máxi-ma, tomada por sí misma, sin su aplicación a la fenomenología, no tenía por qué significaruna "orientación ingenuamente temática del conocimiento hacia lo dado". Interpretarlaasí es ya una distorsión; pero atribuirle esta orientación a la fenomenología misma, porel hecho de que ella sustenta o asume la máxima, es llevar la distorsión al extremo. Másaún: puede argumentarse que para mantener la máxima ajena a todo dogmatismo, tieneprecisamente que ser conservada en su sentido formal. Asignar a pTiori algún objeto ala filosofía, sea el ser o una concreción intencional, o la subjetividad trascendental, o ellenguaje, o lo que sea, es puro dogmatismo. Así, es justamente su carácter formal lo quela libera de estos peligros.

60 Bernhard Waldenfels, "Phanomenologie in Deutschland: Geschichte und Aktuali-tat", HusseTl Studies 5, 2 (Dordrecht!BostonlLondon: Kluwer, 1988), p. 149.

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visión y al lenguaje, debido a que este lugar pertenece él mismo a la cosavista 61, no puede aseverarse de antemano, sino que presupone ya una ins-pección previa, por superficial que sea, de las cosas o de las realidades.Pero el llamado "¡Volver a las cosas mismas!", aun cuando se aplica o seconecta con una intención fenomenológica, tiene que poder ser dado deantemano, en anticipación a todo descubrimiento hecho por la inspecciónde algunas cosas, cualesquiera que sean. Por lo menos, éste es el senti-do en el cual puede servirIe a alguien que todavía no tiene ningún cono-cimiento de fenomenología. De hecho, Waldenfels intenta mantener vivoeste mismo sentido, como en el trasfondo, por así decirIo, de la empre-sa fenomenológica, ya que precisamente reconoce que todas las especi-ficaciones, o dificultades, que la fenomenología detecta en las cosasmismas, y todo condicionamiento o instancia de mediación que tiene queser reconocido en las cosas mismas, viene de un respeto por el principiomismo, esto es, de un respeto o lealtad por las cosas mismas, y no dealguna imposición sobre ellas 62.Pero, en último análisis, estamos obli-gados a concluir que, por penetrante que pueda ser el desciframiento dealgunos motivos o intríngulis fenomenológicos, el lema, tal como lo en-tiende finalmente Waldenfels en su artículo, no puede servir a ningunaotra disciplina más que a la fenomenología. Ninguna otra disciplina inten-taría, para usar sus palabras,

reunir la plenitud, la multiplicidad y la apertura de la experiencia en unorden racional universal y onmiabarcante, que no tiene su fundamento enningún otro lugar que precisamente la experiencia misma 63.

Pero el principio, o el lema, tendría que ser útil también para otrasdisciplinas y ciencias (llámense geometría, botánica, ajedrez o lo que sea)para poder servir también a la fenomenología como consigna propia. Haytambién cosas filosóficas susceptibles de ser estudiadas, y no solo, diga-mos, cosas matemáticas. Ésta es la primera lección que HusserI queríaque sus estudiantes o lectores aprendieran. Ésta es la convicción queobtuvo en las lecciones de Brentano, y la que lo llevó a dedicar su vida ala filosofía. Desde un punto de vista lógico, no menos que desde un puntode vista biográfico, la fenomenología, lamento decirIo, viene después.

quería que prevaleciera en filosofía. Pero ni siquiera la fenomenologíatrascendental husserliana adquiere por este llamado una caracterización.Ella tiene sus propias metas, su propia misión, sus propias dificultades,sus propias "cosas", las cuales imprimen en ella los muchos rasgos quele son propios, y, en primer lugar, sus métodos: análisis intencional, re-ducción fenomenológica, reducción eidética... Pero ese lema no se iden-tifica con ninguno de estos métodos o recursos metódicos -por lo cual nopuede definir a la fenomenología "por su lado metódico" 64.

HusserI, desde luego, alcanzó la creencia de que retomar a las cosasmismas, en filosofía, era equivalente a hacer fenomenología trascenden-tal, o, en otras palabras, de que la fenomenología trascendental era yauna filosofía genuinamente científica. Diversos pasajes de sus obraspueden citarse en apoyo de esta tesis, pero quizá el más elocuente seencuentra en el § 56 de Krisis (Hua VI, 195-196):

A continuación hemos intentado el análisis de la situación humeano-kantiana y, finalmente, solo hemos podido echar luz sobre ella adentrándo-nos en sus presuposiciones, llegando desde aquí a planteamientos propios,ajenos a aquellos tiempos y, prosiguiendo de manera sistemática con elpensamiento, aclarándonos en el marco de un esbozo provisional el estilode una filosofía transcendental realmente científica; "realmente científica"en tanto que trabaja de abajo arriba en pasos singulares evidentes y entanto que, de este modo, está fundamentada y es fundamentante de hechoen última instancia. Se intentó hacer totalmente inteligible el hecho de quesolo una filosofía semejante, y solo con tales interpelaciones que lleganhasta el último fundamento imaginable en el ego transcendental, puede sa-tisfacer el sentido ingénito en la filosofía desde su institución originaria.Por consiguiente, la filosofía transcendental, en sus primeras e inmadurasconfiguraciones en los i{lglesesy en Kant, por poco que éstos realizaran unafundamentación científica seria e incluso aunque Hume se retiró a un de-bilitado escepticismo académico, la filosofía transcendental, decíamos,tomada en su totalidad no representa un extravío, ni tampoco, en modoalguno, "uno" de los posibles caminos, sino el único camino de futuro queel desarrollo de la filosofía tenía que seguir incondicionalmente para pene-trar en la forma metodológica de su cumplimiento, única forma en la quepodía ser realmente científica, y ser una filosofía que trabaje en la autocom-prensión real del sentido de su tarea y en el espíritu de la validez definiti-

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[1I1111" "¡Volver a las cosas mismas!". Formulado como un principio que la

fenomenología tiene que respetar, no dice nada sustancial acerca de la fe-nomenología. Dice mucho, sin embargo, acerca de la idea que HusserItenía de la vocación filosófica y acerca del sentido de responsabilidad queII1

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02 ¡bid., pp. 150-153.0:1¡bid., p. 153.

G4La definición de fenomenología que da Heidegger en Die Grundprobleme de?'PhCtnomenologie (Introducción y luego § 22), puede interpretarse sin duda como un acer-camiento a la disciplina conocida como "fenomenología eidética", habida cuenta de lanoción de "reducción fenomenológica" que propone Heidegger como una "reconducciónde la mirada fenomenológica" al ser, y de la consideración de que esta noción de ser,aunque previa a la diferencia entre esencia y existencia, revela o incorpora rasgos másadecuados a la noción de esencia que a la noción de existencia. Pero no puedo discutiraquí esta interpretación.

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va, en una evidencia apodíctica de su suelo, de sus metas, de su método.Esta forma de cumplimiento solo podía presentarse en la realidad históri-ca como resultado de una autorreflexión de máxima radicalidad, en laforma de un primer comienzo, de una primera adquisición de la tarea acla-rada y del suelo apodíctico y el método de acceso a él, en la forma de unprimer comienzo, de un trabajo que realmente pone manos a la obra, queinterroga las cosas mismas. Esto ha llegado a ser, en tanto que filosofíatranscendental fenomenológica (pero exclusivamente en el sentido aquídibujado), un comienzo realmente viviente. De aquí en adelante -puedoaventurar- habrá que decir: no solo el naturalismo fisicalista moderno, sinotoda filosofía objetivista, tanto da si de tiempos pasados o futuros, seráncaracterizados por siempre como "ingenuidad transcendental" (;5.

Una discusión de estas ideas exigiría otro ensayo. Pero tomadas es-trictamente, rebasan las tesis que aquí sostengo. Aunque pudiéramosaceptar que de hecho se ha dado una identificación entre la obra filosó-fica que vuelve a las cosas mismas y las consulta, y la fenomenología tras-cendental, no podemos confundir la condición formal de la disciplina quele impone la obligación de apoyar sus enunciaciones acerca de las cosasen las cosas mismas, y la determinación material de la misma disciplinacomo una meditación o una reflexión radical trascendental de unomismo. Así pues, incluso si concediéramos -y no decidiré si en el actualestado de las discusiones sobre estos asuntos esto sería conceder dema-sÜldo- que la fenomenología trascendental (o la husserliana) es la Únicarealización posible de la idea de una filosofía científica, de una filosofíaque verdaderamente retorna a las cosas mismas, el llamado seguiría pro-clamando una condición formal y un principio válido también en otrosdominios. Visto desde el lado de la práctica, si la fenomenología pudieraapropiarse el llamado para sí misma, lo volvería inÚtil para cualquier si-tuación hueva en que pudiera necesitarlo: y nunca sabemos cuándo podránecesitarlo. Las cosas mismas se definen frente a lo que ellas no son (yfrente a lo cual el llamado nos pone en guardia): "prejuicios ajenos aellas", "meras palabras", "comprensión simbólica de las palabras", "discu-siones de puntos de vista", "construcciones en el aire", "descubrimientosaccidentales", "adopción de conceptos solo aparentemente rigurosos","cuestiones aparentes que con frecuencia se extienden de una generacióna otra como 'problemas"', "ocuItamientos de interpretaciones tradiciona-les, históricas", "intentos de soluciones construidos argumentativamen-te", "prejuicios que vienen desde el Renacimiento"... ¡Qué sabemos de los

peligros de mañana, o de hoy mismo! Los fenomenólogos deben dejar deaspirar a absorber el lema en la carne de la fenomenología, sd pena deprivarse a sí mismos de la guía y el correctivo más efectivo. La investiga-ción científica, y por lo tanto también la fenomenológica, sería abolida sialgÚn día se pensara que la distancia formal e ideal entre nuestros deciresacerca de las cosas y las cosas mismas ha quedado ya abolida.

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Nota editorial

65 Edmund Husserl, La crisis de las ciencias eU1'Opeasy la fenomenología trascen-dental. Una int1'Oducción a la filosofía fenomenológ'ica, trad. y nota editorial JacoboMuñozy Salvador Mas (Barcelona, Editorial Crítica, 1991), pp. 201-202. He modificadoligeramente la traducción.

Una versión inglesa de este texto fue presentada en el 32° EncuentroAnual del Husserl Circle que tuvo lugar en Lima, Perú, del 11 al 14 de juliode 2002. Agradezco a Lester Embree la réplica que hizo al trabajo en esaocasión, así como los comentarios de otros participantes en el encuentro,todos los cuales han sido, de un modo u otro, considerados en esta ver-sión. Presenté después el mismo ensayo en español en el Primer Coloquiode Hermenéutica ("Fenomenología y hermenéutica. En honor a los 75años de la publicación de Ser y tiempo. H.-G. Gadamer in memoriam")que se celebró en septiembre de 2002 en la Universidad Iberoamericana,México. Esta versión fue publicada con el título "La noción de fenomeno-logía y el llamado a las cosas mismas" junto con la réplica que hizo de ellaÁngel Xolocotzi ("Retroceder a las cosas mismas sin supuestos. Réplicaa Antonio Zirión"), en Hermeneútica y Fenoriienología. Primer coloquio(Ángel Xolocotzi, coordinador), México, Universidad Iberoamericana(Cuadernos de Filosofía No. 34), 2003. En esa publicación se hizo unacorrección de estilo tan intensa que en algunos pasajes no logro recono-

cer mis propias palabras. P~r ello me pareció conveniente publicar denueva cuenta el texto, y debo agradecer la hospitalidad que le brindaRoberto WaIton en este nÚmero de Escritos de Filosofía. Además de lainversión en el título y de la reintegración estilística, el ensayo tiene aquíalgunas otras diferencias menores respecto del publicado en Hermenéu-tica y Fenomenología; pero también he añadido pasajes nuevos, algunosde cierta importancia, como el comentario sobre la declaración delJahrbuch que me suscitó la réplica de Lester Embree a que me he refe-rido. Sin embargo, salvo por la adición de algunas anotaciones aisladas,tampoco aquí he tomado en cuenta todavía, propiamente, la réplica deXolocotzi en el Coloquio de México. Sin entrar formalmente en ella, mepermito ahora un comentario sobre la que es, segÚn me parece, su inten-ción de fondo.

La intención o el espíritu de la réplica, podríamos decir, tal como amí se me presenta, estriba en suscitar la cuestión siguiente: ¿trae consi-go la actitud propia de la fenomenología un eminente o señalado "iralas

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.1ANTONIO ZIRIÓN Q. Escritos de FUosofia (Buenos Aires, 2003), n° 43

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cosas", y si lo hace, en qué sentido? O de otro modo: ¿es el "ir a las cosas"de la fenomenología un "ir a las cosas" distinto y más radical o más fun-damental que el de las ciencias en general, y si lo es, cómo y por qué loes? Ese "ir a las cosas" peculiarmente fenomenológico determinaría a lafenomenología precisamente frente al resto de las ciencias y la caracte-rizaría como una ciencia más radical y más fundamental. Naturalmente,la función metódica de la intuición es en la fenomenología peculiar yradical. Lo que hay que averiguar es si esa mayor o última radicalidadmetódica y formal equivale precisamente a una nueva determinaciónmaterial de su objeto de estudio: la consideración de las cosas, diríamos,en su ser (Heidegger), o bien en su esencia (fenomenología "eidética"),o bien en la correlación intencional en que se dan (Fink-Husserl), o bienen el modo de acceso a ellas (Waldenfels). Si se respondiera afirmativa-mente, lo que en el texto he llamado una "aplicación" del lema "a lascosas mismas" al caso de la fenomenología -y que quizá h.::bríaque llamarmejor la especificación fenomenológica del lema- no sería en realidadmás que su profundización o su "explotación" más radical, fundamentaly última, es decir, filosófica. Ir a las cosas radicalmente, o la voluntad ra-dical de ir a las cosas, abriría entonces la posibilidad de la fenomenolo-gía misma, entendida, como quiere la réplica, como filosofía primera.Para mí es decisivo, en cambio, el hecho de que el lema pueda, y deba,funcionar fuera de la fenomenología exactamente en el mismo sentidoque en ella: precisamente en su sentido más formal e indeterminado. Nin-guna especificación o materialización de las "cosas" puede surgir sin cier-ta inspección de ellas (o de algunas de ellas); pero si las cosas están yaespecificadas, ¿a cuáles otras acudo para revisar o enmendar esta inspec-ción misma?

UNA INTRODUCCIÓN HUSSERLIANA

A LA FILOSOFíA DEL LENGUAJE Y DE LA COMUNICACIÓN

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PEDRO M. S. ALVES

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ABSTRACT

1. La fenomenología husserliana del lenguaje Ysus presupuestos

LA FENOMENOLOGtAdispone de instrumentos analíticos suficientemen-

te poderosos como para describir el modo en que se produce la relaciónintencional con un objeto. La distinción entre materia intencional Y cua-lidad tética de los actos, así como la diferencia entre la significación deun enunciado y el objeto referido a través de esa significación, forman elcuadro analítico-conceptual de base sobre el cual es posible construir unateoría satisfactoria de la objetividad en tanto intencionada (y tambiéndada, en la síntesis plenificante correspondiente) y de la propia intencio-nalidad de la conciencia.

Estos núcleos conceptuales fueron obtenidos por primera vez porEdmund Husserl -en una síntesis productiva de la tesis intencionalista deBrentano, de la teoría de la Vorstellung Y del Satz an sich, de Bolzano,y de la distinción entre ~nn YBedeutung, de Frege 1- en su obra inicialLogische Untersuchungen. Sin embargo, algunas decisiones teóricasmayores de Husserl, que se permiten el acceso al propio campo de unafenomenología, entendida como análisis descriptivo de la intencionalidadde la conciencia, funcionan al mismo tiempo como obstáculos para unaplena penetración en el horizonte global por referencia al cual nos espermitido hablar de algo como "actos intencionales" Yde "objetos inten-cionados" a través de esos actos.

Una de las orientaciones principales de Husserl, establecida inmedia-tamente en la Primera Investigación, es la de la naturaleza lingüística dela intencionalidad. Todos y cada uno de los sentidos de aprehensión

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In an attempt to attain clarity on the notion of phenomenology, an in view of thenecessity of distinguishing different senses of phenomenology, the article advances a firstnegative condition. It contends that we must cease considering that the call "Tothe thingsthemselves!" expresses the essence of phenomenology or its method, or summarizesthem, or that it can make up by itself a sort of minimal understanding of phenomenology.Passages in which Husserl uses the renowned maxim are reviewed, and its close connec-tion with the principIe of intuition as the first principIe of all science and rationality isshown. Finally, the author discusses interpretations of the maxim and of its significancefor the definition of phenomenology that have been advanced, along with Husserl, byHeidegger, Fink, and Waldenfels, and takes a stand on them. 1Para una filiación de las posiciones de Husserl en las obras de Bolzano y Brentano,

que no va, sin embargo, en el sentido de una dependencia, sino más bien en el de unaapropiación productiva, ver Jocelyn Benoist, Entre acte et sens, Paris, J. Vrin, 2002.

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