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중남미연구 제32권1호 2013년 2월 28일 89~114쪽 Autorreferencialidad, política y literatura en Blanco nocturno, de Ricardo Piglia* 1) Carlos Fernández González** Índice Ⅰ. Introducción: autorreferencialidad y teoría de la ficción Ⅱ. Blanco nocturno, una ficción paranoica Ⅲ. La novela argentina Ⅳ. La relación autobiográfica y literaria Ⅴ. El discurso anacrónico Ⅵ. Conclusiones <Abstract> Writing about the work of Ricardo Piglia is not only writing about one of the most well‐known fiction writers in Spanish language, but also writing about one of the brightest and most influent literary critics and theorists nowadays. All of Piglia’s fictions require a double reading: about the fiction itself and, at the same time, about the implicit reflection that makes its deployment possible. Throughout the reading of his latest novel, Blanco nocturno (2010), this paper analyzes some key aspects of the work of the Argentinean writer, such as self‐referentiality, literary tradition, the concept of paranoid fiction, of literary character, and the mixture of genres and narrative tenses. With such a purpose, we will resort to the theorizations of Piglia himself about the narrative as well as to his * This work was supported by Hankuk University of Foreign Studies Research Fund of 2012. ** Departamento de Español, Universidad Hankuk de Estudios Extranjeros.

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    Autorreferencialidad, poltica y literatura en Blanco nocturno, de Ricardo Piglia*

    1)

    Carlos Fernndez Gonzlez**

    ndice. Introduccin: autorreferencialidad y teora de la ficcin. Blanco nocturno, una ficcin paranoica. La novela argentina. La relacin autobiogrfica y literaria. El discurso anacrnico. Conclusiones

    Writing about the work of Ricardo Piglia is not only writing about one of the most wellknown fiction writers in Spanish language, but also writing about one of the brightest and most influent literary critics and theorists nowadays. All of Piglias fictions require a double reading: about the fiction itself and, at the same time, about the implicit reflection that makes its deployment possible. Throughout the reading of his latest novel, Blanco nocturno (2010), this paper analyzes some key aspects of the work of the Argentinean writer, such as selfreferentiality, literary tradition, the concept of paranoid fiction, of literary character, and the mixture of genres and narrative tenses. With such a purpose, we will resort to the theorizations of Piglia himself about the narrative as well as to his

    * This work was supported by Hankuk University of Foreign Studies Research Fund of 2012.** Departamento de Espaol, Universidad Hankuk de Estudios Extranjeros.

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    declarations in different interviews, through which the composition of Blanco nocturno is directly or indirectly revealed. The information provided by the author about his work contributes to the creation of a new text, and point out to the queries about the aesthetic and political possibilities of the fiction.

    Key words: Argentina, Ricardo Piglia, Blanco nocturno, selfreferentiality, politics, literature / Argentina, Ricardo Piglia, Blanco nocturno, autorreferencialidad, poltica, literatura

    . Introduccin: autorreferencialidad y teora de la

    ficcin

    Una historia de la violencia argentina a travs de la ficcin. Qu historia es sa? La reconstruccin de una trama donde se pueden descifrar o imaginar los rastros que dejan en la literatura las relaciones de poder, las formas de la violencia. Marcas en el cuerpo y en el lenguaje, antes que nada, que permiten reconstruir la figura del pas que alucinan los escritores. Esa historia debe leerse a contraluz de la historia verdadera y como su pesadilla.

    Ricardo Piglia, La Argentina en pedazos

    Escribir sobre la obra de Ricardo Piglia es escribir no slo sobre uno de los ms reconocidos escritores de ficcin en lengua castellana, sino hacerlo tambin sobre uno de los ms sagaces e influyentes crticos y tericos de la literatura. Todas las ficciones de Piglia demandan una lectura en segundo grado: sobre la ficcin en s y, al mismo tiempo, sobre la reflexin que lleva implcita y que hace posible su despliegue. Se podr objetar que toda narracin lleva en s el germen de su propia reflexin; sin embargo, en la obra de Ricardo Piglia este proceso

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    deja de ser un signo que se desprende de ella para constituirse en un elemento interno que, con su desarrollo, logra orientarse hacia la creacin de un gnero. Como terminan por reconocer los lectores ms perspicaces, la ficcin comparte con la crtica literaria un plano de igualdad y de fusin: Literature as well as criticismthe difference between them being delusiveis condemned (or privileged) to be forever the most rigorous and, consequently, the most unreliable language in terms of which man names and transforms himself (De Man, 1979: 19). En consecuencia, en este artculo recurriremos a Piglia como generador de su propia teora, como supervisor y gua de sus propios textos, particularmente el que podemos considerar ms inmediato o espontneo: la entrevista. A lo largo de su carrera como escritor, Ricardo Piglia le ha dado principal importancia a este gnero, desde el que puede revelar y reinventar los motivos de su propia ficcin. A travs de las numerosas entrevistas que concede, el autor se ocupa de establecer una autorreferencialidad que le ir sirviendo de puente o de motivo argumental para la narracin, y de este modo la ficcin se pone en escena como aquella instancia en virtud de la cual el relato autobiogrfico se transforma en motivo ficcional. En este sentido, Piglia se encarga de ir dejando rastros que, a la vez que informan al lector sobre el origen y la orientacin de los ncleos narrativos, cumplen la funcin de presentar nuevos smbolos y pistas. Y una de las fuentes principales de esa produccin semitica viene generada por las continuas referencias a su vida personal, al transformar sus marcas biogrficas en espacios donde la ficcin abreva para producir una nueva multiplicidad de signos. La objetivacin de sus biografemas, a few details, a few preferences, a few inflections (Barthes, 1989: 9), contribuye as al desentraamiento de su sentido, por lo que el proceso de ficcionalizacin le sirve de renovada mquina de generacin simblica.

    De todas las obras de ficcin publicadas por Piglia, Blanco nocturno (2010) es acaso la novela menos atendida por sus crticos. Los motivos de esta falencia crtica debern ser indagados en otra ocasin, aunque probablemente influyan la

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    notable fama que adquirieron sus trabajos anteriores: por supuesto Respiracin artificial, y tambin Nombre falso por ser su continuadora, as como Plata quemada por ser una novela de gran repercusin entre el pblico lector. Pero basta sealar que se trata de un trabajo en el que Piglia resume toda su experiencia narrativa a partir de los discursos y de los gneros que ha venido utilizando (entre los principales: el policial, la crtica literaria y el realismo procesado en mltiples mixturas). Ms especficamente, el objetivo de este artculo es destacar y analizar las relaciones de ida y vuelta referencial que Blanco nocturno mantiene con aquellas intervenciones que Piglia ha ido realizando a travs de otros escritos y no pocas entrevistas. Para ello, recurriremos a las diversas fuentes que refieren tanto a la novela en cuestin como a las que tratan la obra de Piglia en sus diferentes aspectos. Este material ser puesto en relacin con Blanco nocturno, en tanto parte de un proyecto crtico y narrativo de alcance ms general que, a modo de eptome, parece resumir: la vocacin de construir una narrativa en la que los gneros literarios resultan en una mixtura nica que viene a iluminar el presente, al modo en que lo hicieron Sarmiento con Facundo o Rodolfo Walsh con toda su obra, aunque especficamente con Operacin masacre. Como estos dos legendarios cronistas de la literatura argentina, que hicieron de la hibridez genrica una marca de estilo transversal en el tiempo, Piglia proyecta una ficcin en la que se asocian los detalles de la vida personal procesados por el inters de articular una novelstica en la que el presente de la realidad acta no slo como objeto sobre el que cae la mirada, sino tambin como ncleo vivo y generador de sentidos. Acaso una otredad que sirve tanto para esclarecer el rumbo propio como para iluminar el sentido de la conformacin social y literaria. Del entrelazamiento de estas series surge la narrativa de Piglia, y Blanco nocturno es un buen instrumento para analizar estos procesos.

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    . Blanco nocturno, una ficcin paranoica

    Blanco nocturno constituye un ejemplo de lo que su autor ha llamado ficcin paranoica, es decir, una mixtura de gneros y de enfoques narrativos a partir de los cuales se narra una historia caracterizada por su ambiente amenazante y su carga de accin, cuyo sentido confluye en una relectura del gnero policial. La novela presenta dos lneas narrativas que organizan la trama. Por un lado, la historia inicial se presenta como una trama policaca acerca de la muerte de un personaje ciertamente extico, el mulato puertorriqueo Tony Durn, amante de las mellizas Belladona, que llega a un pueblo de la pampa hmeda argentina, agrcola y ganadera, con el aparente pretexto de visitarlas. Las mellizas, hijas de un exponente de la oligarqua terrateniente, lo haban conocido durante un viaje, tambin tpico de las clases privilegiadas de Argentina, por Estados Unidos. La investigacin del crimen es una de las lneas de la trama. La otra lnea, en paralelo, desarrolla la biografa de la familia Belladona, fundadora de este pueblo de la Provincia de Buenos Aires y clave en el desarrollo econmico de la regin. La crnica familiar, de hecho, es relatada en una serie complementaria de la novela (inscrita en bastardillas) a travs de una conversacin de Emilio Renzi (periodista y escritor, recurrente personaje de Piglia) con Sofa Belladona (la otra hermana es Ada). Ambas series estn engarzadas por la investigacin que realiza Renzi, quien tiene la mirada puesta tanto en la investigacin del crimen como en el conocimiento ntimo de la familia, a la que se acerca con el fin de averiguar las posibles causas de la muerte de Durn.

    Blanco nocturno sintetiza en su ttulo el juego de claroscuros que representa la novela, resultado de un permanente trnsito y cruce de gneros. As, lo que comienza en tono costumbrista y realista deriva en una trama de policial negro. En primer plano, las acciones se desarrollan bsicamente en el pueblo, en cuyo hotel se perpetra el crimen, que resulta el principal escenario del comisario Croce, personaje que presenta la peculiaridad de ser un investigador intuitivo, o

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    con un conocimiento que escapa a las reglas de la lgica explicativa, y que recuerda a la figura del Rastreador en el Facundo de Sarmiento. En segundo plano, otro lugar importante es la fbrica de Luca Belladona, uno de los hijos de la familia y hermano de las mellizas. Este lugar acta como contraste perfecto entre el poblado conservador, agrcola y ganadero, centro de especulacin financiera y monetaria, adems de escena de crmenes oscuros. La fbrica, en el trnsito del relato, se transforma en un ejemplo de desarrollo industrial que ha sido embaucado y que va a ser suprimido para colocar all, en su lugar, un gran centro comercial. De este modo, el mbito del trabajo ser reemplazado por un lugar de consumo. El habitante y defensor de esa instalacin, antigua fbrica de motores, mquinas, herramientas y automviles, es Luca Belladona, quien pretende seguir con su proyecto al inicio de una poca de especulacin financiera en detrimento de la industria y de la produccin. El lugar est vinculado sin duda con el sitio abandonado de El astillero, de Juan Carlos Onetti. En tercer plano, visualizamos la casa de los Belladona, donde viven los padres y las mellizas, mansin que Renzi visita para tomar notas y registrar la biografa familiar. En ltimo plano, el escenario ms extrao es el instituto psiquitrico donde se autoconfina el comisario Croce, una vez que el fiscal Cueto, quien detenta la hiptesis oficial del asesinato, logra desplazarlo a travs de una traicin en la que est involucrado el ayudante de Croce. All, en el lugar de la alienacin, Croce contina la investigacin en una clara parodia de la investigacin tradicional, que hace recordar tambin a Isidro Parodi, el personaje de Bioy Casares y Borges.

    Mientras las hermanas Belladona forman un do especular y ertico que atraviesa toda la novela, como una trenza que va uniendo eslabones, de algn modo Croce, Luca y Renzi forman la mirada crtica de la situacin social: Croce como polica disidente de la burocracia y perversiones de su oficio, Luca como empresario que quiere mantener su proyecto a cualquier precio, y Renzi como indagador literario de los hechos, que quiere llegar a un fin nico y exclusivo.

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    . La novela argentina

    Uno de los aspectos a tener en cuenta a partir de la teora de la escritura literaria en general, y sobre todo a partir de la teora de la escritura literaria argentina y de Piglia en particular porque Piglia, como Juan Jos Saer, ha distinguido siempre las peculiaridades de narrar desde el arrabal sureo, lo que significa narrar desde Argentina y muy cerca de Borges, es esa concepcin moderna de la literatura a la que ha llamado ficcin paranoica. Al respecto, declara Piglia en una entrevista de 2003:

    Lejos de entenderlo en el sentido psiquitrico, para m es un modo de definir el estado actual del gnero policial. Despus de pasar por la novela de enigma y la novela de la experiencia, por llamarla as, nos topamos con la figura del complot, que me atrae especialmente: el sujeto no descifra un crimen privado sino que se enfrenta a una combinacin multitudinaria de enemigos; atrs qued la relacin personal del detective con el criminal, que redundaba en una especie de duelo. La idea de la conspiracin se conecta tambin con una duda que se planteara as: cmo ve la sociedad al sujeto privado? Yo digo que bajo la forma de un complot destinado a destruirlo, o en otras palabras: la conspiracin y la paranoia estn ligadas a la percepcin que un individuo disea en torno a lo social. (Mattalia, 2006: 111)

    La figura del complot recorre las pginas de Blanco nocturno en tanto intriga sobre un crimen y en tanto circuito negro del dinero. La muerte de Tony Durn y las presiones para que Luca venda la fbrica implican una misma situacin, que en definitiva tambin desencadena la muerte de Luca: su suicidio. El concepto de ficcin paranoica tiene su germen en la novelstica de Roberto Arlt, uno de los escritores ms valorados por Piglia y que l, en buena medida, ha conseguido situar en un lugar de privilegio de la literatura argentina. Un modelo muy claro de ficcin paranoica, en tanto confabulacin, es la novela de Arlt Los siete locos. El tpico de la locura y el encierro se repite en las novelas de Piglia y es a la vez

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    fundante en la obra arltiana: Arlt parte de ciertos ncleos bsicos, como las relaciones entre poder y ficcin, entre dinero y locura, entre verdad y complot, y los convierte en forma y estrategia narrativa, los convierte en el fundamento de la ficcin (Piglia, 1990: 31). Arlt no es para Piglia un motivo de estudio o de mero inters sino aquel escritor que ha logrado exponer en la narracin las mximas contradicciones de la sociedad:

    En Los siete locos hay una situacin que es un buen ejemplo de la presentacin arltiana de la lucha de clases. Los ricos, aburridos de escuchar quejas de los miserables, dice Arlt, construyeron enormes jaulones y cansados de acogotar perros cazaban a los pobres. El dinero otorga un poder infinito y es la nica ley y la nica verdad en una sociedad que es una jungla. (Piglia, 1990: 27)

    En medio de esta situacin de sojuzgamiento aparecen los locos alquimistas del dinero, los que intentan hacerlo, no ganarlo, los grandes fabuladores, los grandes creadores de historias. Es decir, en esa fuerza de la imaginacin consiste la ficcin narrativa. De modo que, para Piglia, en Arlt estn los fundamentos de la ficcin paranoica. Se trata de un escritor que le ha dado entidad a su propia obra. Piglia ha partido de esta maquinaria narrativa y ha agregado elementos de su propia biografa (en Blanco nocturno, un primo, llamado Luca, que era fabricante de juguetes extraos, al igual que Erdosain, un inventor frustrado) en los que se combinan invencin y locura. De hecho, en Blanco nocturno el comisario Croce se confina a s mismo en un manicomio y Luca es inventor de Nautilus, una mquina futurista. En lo que se refiere al dinero, la intriga monetaria tambin alcanza a Blanco nocturno, tanto con el crimen como con el desfalco que sufre Luca, lo que a su vez inserta en el relato la dimensin moral: Luca debe ceder la verdad (el japons Yoshio no es el asesino) para ganar el dinero, como Erdosain debe traicionar para obtenerlo.

    Como se ha descrito, es el personaje Luca un nudo narrativo importante en el aspecto literario, biogrfico y social. As lo seala Piglia en una entrevista

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    concedida a Josep Massot para La Vanguardia, en la que describe las transformaciones narrativas que Blanco nocturno ha ido presentando a lo largo de su escritura:

    Siempre haba querido escribir sobre un primo mo (Luca) que se haba esforzado por mantener una fbrica de objetos imposibles y que de chico me construa juguetes fantsticos. Una vez me hizo un Nautilus de Julio Verne. En este sentido era una artista, porque no tena en cuenta su utilidad. En una segunda versin, Renzi espiaba a su vecina (la pelirroja Sofa) y esta le conduca a Luca, en la poca de la guerra de las Malvinas. Todo era muy cerrado. Despus la novela se fue abriendo, con Luca como eje central y el resto girando a su alrededor. (Massot, 2010)

    Aqu podemos observar que Piglia, en un primer momento, haba elegido un momento poltico clave en la historia contempornea argentina: la guerra de las Malvinas. El devenir de los episodios de aquel enfrentamiento blico con el Reino Unido origin la cada de la dictadura militar y la apertura democrtica. Aquellos episodios han sido y son importantes para la novelstica argentina. Pero en 2008 surgi una inesperada reaccin de los sectores ms poderosos del pas nucleados en torno a la Sociedad Rural. Surgi as un reclamo que dur varios meses y que enfrent a la clase social ruralista, la cual, adems de ser la ms antigua, es la econmicamente ms poderosa del pas, con el gobierno nacional. Aquel conflicto perdura hasta hoy con diferentes secuelas. El episodio, originado por la negativa de los sectores ruralistas a pagar una retencin a la exportacin de soja por renta extraordinaria (dado que el precio de la soja se haba disparado exponencialmente), tuvo mltiples repercusiones econmicas y polticas. Entre estas ltimas, recuper el viejo enfrentamiento entre ruralismo e industrialismo, poder financiero y poder poltico, peronismo y antiperonismo, por citar las principales. Blanco nocturno, segn indica Piglia en una entrevista, se hace eco de este episodio que dividi a la sociedad argentina y que agudiz el conflicto entre sectores conservadores y el gobierno, que asumi entonces el rol de progresista.

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    La magnitud del resurgimiento de este conflicto histrico seguramente estimul una serie de cambios en la escritura de Blanco nocturno, que pasa del tema de las Malvinas al tema del campo, con el consiguiente foco en la especulacin financiera y la renta econmica inaudita. De este modo, la compleja mixtura que realiza Piglia en su trabajo narrativo implica, adems de la variacin y de la fusin de gneros, tambin la combinacin de tiempos histricos importantes en la cronologa sociopoltica. El tiempo autobiogrfico, histrico, de la historia narrada y el presente del lector se combinan para dar lugar a una cuestin medular del relato: la traslacin a un presente ubicado en los aos setenta de una actualidad de la ltima dcada. El conflicto entre los grandes productores rurales y el gobierno nacional causado por la renta en dlares pone en la superficie el tema de la posesin de la tierra, que ha atravesado la historia de la literatura argentina. Sin duda, el retorno de los dueos de la tierra para protagonizar una sublevacin poltica y econmica termin de cimentar la mixtura novelstica. Al respecto ha sealado Piglia:

    Me dio un impulso complementario porque vi aparecer otra vez el mito. Me dio la sensacin de que el mito de los gauchos sabios, de las apariencias de inocencia del campo argentino contra la ciudad, volvan a cobrar vigencia. Lo que hay en la novela son algunos elementos que luego, con el conflicto del campo, se actualizaron. Y en verdad es un tema permanente. Tiene que ver con la propiedad de la tierra, negocios con la tierra. Yo no intent ser anacrnico, pero digo un poco en broma que esta es mi novela sobre el campo, mi intervencin en el debate del conflicto del campo. (Zeiger, 2010)

    Si bien el campo argentino que se narra a partir de un pueblo agrcola y ganadero no es el espacio correspondiente a los aos setenta, tampoco lo es el que se sublev en los primeros aos del siglo XXI. Es el campo de las narraciones de Piglia, quien como Onetti o Saer, que elaboran una zona fantasmal y otra regional, respectivamente articula un mbito complejo de ficcin y realidad:

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    Me interesa trabajar esa zona indeterminada donde se cruzan la ficcin y la verdad, antes que nada, porque no hay un campo propio de la ficcin. De hecho, todo se puede ficcionalizar. La ficcin trabaja con la creencia y en este sentido conduce a la ideologa, a los modelos convencionales de la realidad y por supuesto tambin a las convenciones que hacen verdadero (o ficticio) a un texto. La realidad est tejida de ficciones. (Piglia, 1990: 17)

    Y es que la ficcin, para Piglia, es constitutiva de la vida contempornea por muchas razones. Entre ellas, el agotamiento de la experiencia, dado que el relato como enseanza y experiencia ha sido sustituido por una narracin que se construye a modo de simulacro, porque la sustancia del saber y de la realidad ha sido puesta en duda, y la literatura se ha convertido en un signo catalizador de tensiones. En funcin de esto, son pocas las experiencias inmediatas y mltiples las intensidades mediticas: la verdad de la experiencia del sujeto. Piglia no slo ha indagado en la exterioridad discursiva de esta problemtica, sino que la ha hecho suya al llevarla al plano autorreferencial y al asociar, por ejemplo, a Renzi con el narrador arrojando una sombra sobre el autor:

    No siendo acumulada o transmitida, sino explorando la productividad insistente de la reiteracin, la experiencia asume las caractersticas paranoicas de la repeticin y paradjicamente exige una bsqueda de lenguaje permanente. Repetir y diferir, alucinar para expresar las provisorias verdades personales y sociales, inventar la ficcin como una utopa privada y al mismo tiempo colectiva, es hacer del texto un laboratorio de mutaciones lingsticas incesantes. Tales mudanzas amenazan las tradiciones locales que son responsables, en ltima instancia, del mantenimiento de diferencias culturales. (Pereira, 1999)

    Sin duda, el agotamiento del yo personal es un fenmeno extremo de la modernidad y producto de la multiplicidad de relaciones que forman un escritor universal. Los ejemplos ms cercanos para Piglia son Arlt y Borges, pero hay muchos otros: Joyce, Kafka, Macedonio Fernndez, Dick:

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    La ficcin de Piglia no quiere sustituir a ninguno de estos padres literarios sino acercarse a ellos, descifrar algunas pistas que legaron a nuestro tiempo, provocarlos a decir lo que slo bosquejaron en el pasado y permanece silenciado en las reiteraciones. En esta red hipertextual, los discursos estn conectados por contigidad y carecen de un centro fijo: cualquiera puede constituir el desencadenador provisorio de un sistema de signos. Eso desconstruye las jerarquas de la intertextualidad en la medida en que ya no es posible definir la narrativa o el narrador originarios a partir de los cuales se ha iniciado el proceso de apropiacin. (Pereira, 1999: 29)

    Esta perspectiva hipertextual ejerce una serie de modificaciones en la conformacin del texto, principalmente en la capacidad que adquiere la narracin para transformarse y derivar. Semejante derivacin implica la relacin temporal y espacial de la novela, la asincronicidad respecto del cuerpo histrico real y la disolucin de las fronteras entre los espacios literarios y otros rdenes discursivos.

    En una nota bibliogrfica sobre Blanco nocturno, Leticia Egea seala que la novela de Piglia puede ser leda segn el criterio de literaturas postautnomas de Josefina Ludmer. All, la crtica literaria argentina seala como dato clave de la literatura actual su transversalidad en todos los campos mediticos, en desmedro de la condicin autnoma de la literatura tal como se haba conocido en la modernidad que elabor el concepto de vanguardia:

    Muchas escrituras del presente atraviesan la frontera de la literatura [los parmetros que definen qu es literatura] y quedan afuera y adentro, como en posicin diasprica: afuera pero atrapadas en su interior. Como si estuvieran en xodo. Siguen apareciendo como literatura y tienen el formato libro (se venden en libreras y por internet y en ferias internacionales del libro) y conservan el nombre del autor (se los ve en televisin y en peridicos y revistas de actualidad y reciben premios en fiestas literarias), se incluyen en algn gnero literario como novela, y se reconocen y definen a s mismas como literatura. Aparecen como literatura pero no se las puede leer con criterios o categoras literarias como autor, obra, estilo, escritura, texto, y sentido. No se las puede leer como literatura porque

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    aplican a la literatura una drstica operacin de vaciamiento: el sentido (o el autor, o la escritura) queda sin densidad, sin paradoja, sin indecidibilidad, sin metfora, y es ocupado totalmente por la ambivalencia: son y no son literatura al mismo tiempo, son ficcin y realidad. Representaran a la literatura en el fin del ciclo de la autonoma literaria, en la poca de las empresas transnacionales del libro o de las oficinas del libro en las grandes cadenas de diarios, radios, TV y otros medios. Ese fin de ciclo implica nuevas condiciones de produccin y circulacin del libro que modifican los modos de leer. Podramos llamarlas escrituras o literaturas postautnomas. (Ludmer, 2007)

    A la proliferacin y combinacin de gneros y a la cada del valor de verosimilitud tal como se haba conocido, cabe agregar la consideracin de que Blanco nocturno constituye un relato en s mismo de sus propias condiciones de posibilidad, en tanto se muestra como ficcionalizacin del fin del EstadoNacin y del comienzo de la poca neoliberal all por 1972, cuando se empieza a consolidar el retorno de Pern a Argentina. No obstante, el narrador no habla desde un presente actual, sino desde un presente que est dando cuenta de los hechos a modo de crnica. Narracin de la crnica de Renzi, el periodista que va a investigar el asesinato del mulato puertorriqueo, puede decirse que Blanco nocturno obedece a la conciencia constante de Piglia, como autor, de los procesos de ficcionalizacin.

    En efecto, y como en cierta manera seala Ludmer, la cita al pie o la objetivacin de la escritura en un marco preciso no confluye con la realidad histrica sino que la saca del pasado para introducirla en un presente calcreo para que se combine con otra serie de elementos, a modo de pastiche. En ese sentido, el relato cumple la funcin de iluminar el presente estableciendo un simulacro de iluminacin del pasado, a modo de devenir proftico o anunciador que en realidad es slo una huella que el autor organiza en un pasado de lugar real, pero reconstruido bajo una mirada del presente: Blanco nocturno se propone imaginar el momento de transformacin del EstadoNacin en Estado administrativo; la emergencia del neoliberalismo y sus consecuencias en el modo

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    de produccin capitalista. La tragedia de Luca Belladona consiste en no asumir lo que aconteca a su alrededor, no lograr ser contemporneo de su tiempo (Egea, 2010: 123). En cierta manera, la imposibilidad de la literatura es tambin esa: no lograr ser contempornea de su tiempo, en el sentido tal vez ms perverso, al no recoger ventajas de las circunstancias y al forzar los lmites de la realidad creando otros lmites. De ah el gesto de recurrir a un momento del pasado fijado como un presente actual. Pero, cul era la falta de relacin que lo aislaba de su poca? La bancarrota de Luca Belladona y su empecinamiento en salvar una empresa del trabajo y la produccin de la liquidacin financiera son elementos significativos al respecto:

    Porque el proceso de demolicin personal comienza cuando se entera de que su hermano haba vendido parte de las acciones de la fbrica a capitales extranjeros para armar una sociedad annima, vendi su alma al diablo. Luca qued aturdido por el anuncio de Nixon sobre el fin del patrn cambio oro: Pronto iba a predominar la especulacin financiera sobre la produccin material. Los banqueros iban a imponer sus normas y las operaciones abstractas iban a dominar la economa (Blanco nocturno, pg. 232). En ese momento, ya pululaban los flujos de capital, la venta ilegal de granos y el armado de empresas ficticias. (Egea, 2010: 123)

    . La relacin autobiogrfica y literaria

    Blanco nocturno ofrece asimismo la posibilidad de una lectura autorreferencial, por cuanto en esta novela aparece de nuevo Emilio Renzi, el personaje de Respiracin artificial y de otras narraciones cuya presencia nos redirige a la propia narrativa de Piglia y a su propia formacin como escritor, pues se trata de un personaje que desdobla uno de los perfiles del autor. La presencia de Renzi aade una dimensin metaficcional, dado que el personaje clave de Respiracin artificial acta esta vez como testigo y escribiente de la historia de la familia Belladona y del crimen del puertorriqueo Tony Durn. De este modo se

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  • Autorreferencialidad, poltica y literatura en Blanco nocturno, de Ricardo Piglia 103

    despliegan una serie de relatos en los que Renzi hace de filtro de la narracin principal, al colocarse en una posicin de omnisciencia parcial prxima al estilo indirecto. La novela se vincula a Renzi como elemento catalizador de la narracin en primera instancia, al introducirse como cuerpo de investigacin en el pueblo, y como filtro al ser la materia narrativa, la cual se dispone segn los relatos de Sofa Belladona, del comisario Croce o del documento de la fbrica que dict Luca a su ayudante Schultz. As, el periodista Renzi no slo cumple con la funcin de ser testigo e investigador sino que, adems, constituye la objetividad del relato institucional. Renzi cumple la funcin de ser materia informativa convencional y materia literaria en s, que se complementan en la funcin de desarrollar la informacin y en disponerla de modo impersonal.

    En uno de sus clebres artculos, Piglia seala que el cuento es un relato que encierra un relato secreto. [...] La estrategia del relato est puesta al servicio de esa narracin cifrada. Cmo contar una historia mientras se est contando otra? Esa pregunta sintetiza los problemas tcnicos del cuento. En este breve pero revelador ensayo, Piglia expone una ley fundamental del relato breve basndose en la narrativa de Chjov, Poe, Hemingway y otros: un cuento siempre tiene una historia superficial y otra profunda, y en la narrativa moderna mantiene la certeza para el lector de que siempre se trata de una nica historia. De este modo, el cuento se construye para hacer aparecer artificialmente algo que estaba oculto. Reproduce la bsqueda siempre renovada de una experiencia nica que nos permita ver, bajo la superficie opaca de la vida, una verdad secreta (Piglia, 2006: 2326). Pues bien, esta tensin interna del cuento puede trasladarse a la estructura de Blanco nocturno, en tanto que la historia familiar y la historia policial se revelan como dos aristas por medio de las cuales se presenta un insondable enigma. Al respecto, Piglia declara en una entrevista: Lo planteo con una cita bblica, el pasaje en que Poncio Pilatos hace de Derrida y pregunta a Cristo Pero qu es la verdad?. Este es el verdadero asunto de la novela, la verdad entre comillas. Yo dejo el final abierto para que el lector elija. Puede que

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    el asesino sea el que dice Croce, o no (Massot, 2010).Blanco nocturno puede resumirse en los dos aspectos mencionados que

    presenta Piglia para el cuento. En un primer momento percibimos la historia del crimen de Durn, que haba llegado desde Estados Unidos con cien mil dlares para realizar una transaccin ilcita. El nexo de esa operacin era la relacin que haba tenido con las mellizas pelirrojas Ada y Sofa. Adems de lo extico de la relacin entre un mulato puertorriqueo y dos mellizas pelirrojas argentinas, la historia familiar en s misma est llena de detalles excntricos, lo que enlaza con el tipo de narracin familiar propia de la narrativa latinoamericana, aunque en el caso de Piglia las relaciones conflictivas y enrevesadas suelen estar protagonizadas por personalidades paranoides que llegan a los lmites del encierro o del silencio. Y aqu, en este punto, en el encuentro paranoico de la violencia en el relato, en el derrumbe del mundo conocido y en la desmesura del individuo se encuentra la segunda historia, la historia por la que circula el secreto: la historia de Luca y la alteracin de su personalidad.

    A travs de sus entrevistas, Piglia se encarga de establecer parmetros autorreferenciales que, pretendidamente, se ven manipulados en relacin con otros elementos que confluyen en el relato, muchas veces tambin autorreferenciales. La historia de Luca, entre otros aspectos, nos acerca la idea profunda de lo que significa utilizar los materiales de la biografa de Ricardo Piglia: como fuente de detalle y de cercana, la cual, sin duda, se enuncia a s misma como portadora de una verdad acaso no conocida pero que ontolgicamente constituye la razn de narrar:

    La historia de la enseanza estrictamente vinculada a las experiencias personales y colectivas de mercaderes, campesinos y artesanos fue sustituida por una ficcin engendrada a partir de una vivencia ajena [al narrador], ya que la accin que narra no fue tejida en la sustancia viva de su existencia (Santiago 1989: 40). En ese caso, es la propia naturaleza de la experiencia la que se encuentra alterada: al flotar en el mundo de la simulacin, el sujeto contemporneo desenvuelve incesantes experimentos, de lenguaje y de vida, que pronto son

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    descartados y transformados en otras fabulaciones. El contador de historias de la actualidad crea un simulacro de enciclopedismo en la medida en que es tambin bigrafo, editor, crtico, guionista, bibliotecario, dramaturgo, actor: la acumulacin de residuos y funciones textuales, al mismo tiempo que recusa las totalidades, impide al autor ordenar tantas diferencias en una nica y definitiva leccin de vida. (Pereira, 1999: 32)

    . El discurso anacrnico

    Para que Blanco nocturno no se quedara en una simple novela sobre una poca, principio de los aos setenta, adems de la complejidad de una trama policial llevada a una mixtura y un orden paranoico, Piglia recurri tambin a cierto cruce genrico autobiogrfico que a su vez contribuye al anacronismo histrico. En efecto, la narracin interpone por lo menos tres tiempos: el de los hechos, el de la narracin y, evidentemente, el de la lectura (las notas al pie son fundamentales para lograr este efecto de juego especular y deformante):

    La novela recibe la consideracin de arte temporal, como la msica; crea un mundo de ficcin situado en el tiempo, puesto que el discurso es forma de una historia y sta es un conjunto de motivos que se suceden implicando cambios: sucesin y movimiento son los elementos de toda historia real y fingida, y sobre ellos se miden y se sealan el tiempo y el espacio. (Bobes Naves, 1998: 166)

    Piglia pone en escena esta condicin de la novela para llevarla al extremo, y se vale del cruce del relato ficcional y del histrico para generar una apariencia, esa especie de simulacro que es Blanco nocturno. Pero lo que hace que la narracin no se convierta en un pastiche ilegible es el orden discursivo y la informacin que, fragmentariamente, el narrador comparte con el lector. En una entrevista concedida a la Revista , Piglia comenta:

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    Me interesaba darle al libro un subsuelo de informacin relacionada con el lector. Lo que circula por abajo del texto son cosas que los personajes saben, que dan por sentadas y de las cuales no hablan. Si uno pudiera usar una metfora sera la de una ventana a travs de la que uno mira y ve un fragmento de algo, fragmentos de informacin que intentan dar la pauta de la complejidad que supone reconstruir una situacin: un crimen o la quiebra de una fbrica en esta novela. (Garzn, 2010)

    A ello, Piglia agrega una ocurrencia luminosa de uno de sus antiguos profesores, y seala que su maestro, el historiador Enrique Barba, deca que toda obra historiogrfica que no tuviera cinco notas al pie por pgina en realidad era una novela: Todo libro dice Piglia que no tiene notas al pie es una novela. Me propuse entonces tratar de contradecir ese gnero que se identifica por no tener notas al pie (Garzn, 2010). La manipulacin de las anotaciones, que provienen de diferentes instancias algunas parecen puestas por un lector impersonal, otras corresponden a un registro que el ayudante de Luca Belladona llevaba, otras son tomadas de diarios de la poca, le dan cierta neutralidad a la novela y justifican su uso informativo e ilustrativo sobre la luctuosa especulacin financiera con la produccin agrcola y ganadera, sustrato del crimen que ocurre en la historia. Refiere una de las notas al pie de la novela:

    La evasin impositiva se debe, principalmente, a las actividades que desarrollan los denominados valijeros. Se los llama as porque llevan dinero en efectivo en un portafolio. Ofrecen mejores precios a acopiadores, invernadores y productores agrarios en general, negociando en negro, con facturas pertenecientes a empresas inexistentes (La Prensa, 10 de febrero de 1972). (Piglia, 2010: 39)

    De este modo, al contrario de lo que ocurre en Operacin masacre, de Rodolfo Walsh, relato no ficcional que utiliza todos los recursos de la ficcin, el relato de Blanco nocturno se tie de neutralidad para dar cuenta de una ficcin. A su vez, y de modo anlogo a lo que sucede con libro de Walsh, la finalidad de la narracin es dar con una verdad que transforme tanto al lector como al narrador.

    Si bien en el caso de Piglia no puede hablarse de una decidida toma de partido

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    en lo que se refiere a la poltica, s parece decantarse hacia uno de los lados del mito. En este sentido, resulta crucial el testimonio de Operacin masacre, la novela ms significativamente poltica de la literatura argentina del siglo XX. En Blanco nocturno (ttulo que por otra parte remite a una de las escenas principales de Operacin masacre, en la que un grupo de jvenes es fusilado de noche en un descampado, a la luz de los faros de los camiones militares, en un hecho histrico que Walsh consigui probar), el crimen de Tony Durn no parece vinculado con el trfico de dinero, as como ninguno de los sucesivos desfalcos econmicos de Argentina durante las dcadas de los setenta, ochenta y noventa, parece estar relacionado directamente con la criminalidad poltica.

    Militares en un caso y agrofinancistas en otro, ambos grupos conforman un ncleo explicativo cabal de la desgracia argentina de esos aos. La ficcin, incierta y opaca, de Piglia, a la luz del actual conflicto con los sectores ruralistas, marca un lastre de continuidad y recrea un origen criminal de lo que hoy se ofrece cristalino, y a la vez distorsionado, en las pantallas de televisin. Esta suerte de interpretacin del espejo stendhaliano que constituye la novela resulta en un reflejo deformado por el cruce de historias y de tiempos, y juega con la posibilidad de la amenaza confabulatoria y pone en duda la claridad de la conciencia para dilucidar la condicin de veracidad del relato:

    Siempre existe el problema de los lmites de la percepcin, lo que se puede ver en los rastros: en las caras de las personas con las que uno trata o en los elementos que uno percibe en la realidad. A m me gusta mucho la expresin sospechoso de demencia. Todos estamos por momentos en actitud de sospechosos de demencia, porque vemos demasiado sentido, porque creemos que todo tiene relacin con todo; esos momentos donde aparecen datos que muchas veces son de lucidez pero amenazados por cierto delirio, como un exceso de significacin. (Garzn, 2010)

    Sin duda el personaje ms apropiado en este cuadro es el comisario Croce, un casi secreto homenaje a otro polica, el gaucho Cruz, quien deja de estar del lado

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    de la Ley para pasar a estar del lado del renegado: Martn Fierro. Croce es un comisario intuitivo, un contraconvencional de la investigacin; sagaz y obsesivo, slo le interesa la verdad y elude comprometerse con cualquier otro aspecto burocrtico. Se convierte as en un personaje marginal, que a causa de su razonamiento termina autoexiliado en un manicomio, que es una manera de reaccionar contra toda la maquinaria de sospecha alucinatoria que surge desde el poder, y de colocarse por propia voluntad en el margen desde el que todo relato se hace posible.

    El relato que trata de referir una verdad acaso imposible de transferir requiere un lenguaje, y ese lenguaje se carga de alusiones de la tradicin literaria, las referencias autobiogrficas, las lecturas de los gneros y de la poltica. En este sentido, seala Marcelo Casarn:

    Piglia, su escritura, va de la narracin al ensayo: el resultado es un procedimiento de hibridacin que no es novedoso en la literatura argentina, sino que es un rasgo constitutivo de ella desde los primeros aos 60. Adems, como tantos autores, construye un territorio de autotextualidad sorprendente: al interior de sus obras aparecen y reaparecen autoreferencias y citas o parfrasis de sus propios textos. (104)

    Adems de las objetivas notas al pie, el personaje que provoca la hibridacin textual es aquel que tiene una conciencia de la composicin del relato. Ese personaje no es otro que Renzi, quien adems de novelista es periodista, y en Blanco nocturno cumple la funcin de cronista de casos policiales y de personaje catalizador del relato. En cierto sentido, y cumpliendo con cierta dislocacin de la omnisciencia narrativa, Renzi es testigo dentro del relato, el narrador y el organizador de la historia. Puede decirse que Emilio Renzi es siempre el mismo personaje, una representacin de Piglia en los mltiples procesos de la ficcin, y que adems es siempre otro en funcin de las necesidades del relato, aunque Renzi mantiene su lgica estrechamente asociada a la voz del mismo:

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  • Autorreferencialidad, poltica y literatura en Blanco nocturno, de Ricardo Piglia 109

    El narrador crea con Renzi una perspectiva del relato, su voz esta destinada a relatar los hechos y mantiene un punto de vista y una cosmovisin coherente y consustanciada con ese posicionamiento. Es as como Emilio Renzi puede observar, ver otras experiencias o tambin vivir experiencias propias pero en todos los casos est destinado a contarlas. De tal forma la importancia no radica en quien tiene la visin, poco importa si es Renzi el que cuenta en primera persona, lo que se destaca es cmo es esa visin, es decir qu relato (re) crea aquella mirada que, precisamente, nos habla y que identifica y define al personaje por toda su carga expresiva. (Gonzlez, 2002)

    El personaje de Renzi es en buena medida una restitucin de la incertidumbre y de la subjetividad. Se mueve en un espacio que en Blanco nocturno siempre es cambiante, y que es necesario reconocer segn las coordenadas que se pueden establecer por un signo previo. Croce le explica esta situacin a Renzi mostrndole el dibujo de un pato que a la vez es un conejo, segn se mire:

    Todo es segn lo que sabemos antes de ver. Renzi no entenda hacia dnde apuntaba el comisario. Vemos las cosas segn como las interpretamos. Lo llamamos previsin, saber de antemano, estar prevenidos. Usted en el campo sigue el rastro de un ternero, ve las huellas en la tierra seca, sabe que el animal est cansado porque las marcas son livianas y se orienta porque los pjaros bajan a picotear en el rastro. No puede buscar huellas al voleo, el rastreador debe primero saber lo que persigue: hombre, perro, puma. Y despus ver. (Piglia, 2010: 143)

    Por ltimo, cabe decir que Renzi tiene en sus manos todas o casi todas las piezas que componen la intriga, con la salvedad de que l mismo es una de las piezas de la trama: l mismo se encuentra dentro de la maquinaria narrativa, l la piensa y, por esa misma condicin, no puede cerrarla.

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    VI. Conclusiones

    En una de las entrevistas concedidas por Piglia con motivo de la publicacin de Blanco nocturno, el autor se refiere a la localizacin de las historias. All el escritor establece una dicotoma entre el entorno urbano y el configurado por un pueblo. La novelizacin en un lugar reducido le sirvi para establecer con mayor facilidad lugares fijos: el hotel, el club, el bar, la casa de los Belladona:

    Eso es interesante como mecanismo narrativo, porque los personajes logran tener una concentracin y una unidad slidas. Cuando nosotros empezamos, me refiero a Briante, Di Paola, Saer, en los primeros aos de los 60, la cuestin que se planteaba mucho, aunque ahora parezca increble, era que haba que escribir novelas de la ciudad, porque las novelas del campo pertenecan a una tradicin dominante. Escribir sobre la ciudad era lo moderno, lo nuevo. (Zeiger, 2010)

    Piglia ubic su novela en el mbito preciso de los sectores sociales dominantes, as como en el aspecto literario ubicaba a la narrativa rural en el lugar conservador de la escena literaria. Existe en la literatura de Piglia un afn testimonial que se fusiona con el proyecto de la ficcin, y eso implica su encuentro con la propuesta de Rodolfo Walsh de bsqueda de la verdad a partir del testimonio. La narrativa de Piglia busca el correlato objetivo de una situacin en la que la verdad se encuentra en juego: La confluencia de narrativas o lgicas opuestas en torno a la verdad mostrara la relatividad de su antagonismo con la ficcin y servira de antdoto a las narrativas falsas del Estado que, como dice Piglia traduciendo a Gramsci, busca gobernar con la creencia (Alonso, 2011: 163). La intencionalidad testimonial de Piglia, paradjicamente, no lo conduce, como a Walsh, hacia un destino de denuncia y toma de partido poltica, sino que lo lleva al hallazgo de una potica narrativa y, por consiguiente, a una indagacin de sus posibilidades estticas: Piglia vindica en el testimonio el rescate de una multiplicidad de voces perdidas (una selva de voces) que, como expresa

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  • Autorreferencialidad, poltica y literatura en Blanco nocturno, de Ricardo Piglia 111

    metafricamente en un pasaje de Plata quemada, la ficcin entremezcla con una msica que proviene de un lugar fuera de todo clculo (Alonso, 2011: 166).

    En Blanco nocturno, las posibilidades de todas esas voces se expresan a partir del arte narrativo y de su relacin con la tradicin literaria argentina con su mirada hacia el Estado y la poltica: un complejo ficcional que, de intencin testimonial, involucra rasgos autorreferenciales que atraviesan el texto de dos modos. Por un lado, por la constante intervencin autobiogrfica de Piglia en la composicin, en tanto que su relato personal busca un sentido en la concrecin de la novela y con la serie social; de este modo, como ha observado en Borges, Piglia busca ligar la experiencia del sujeto con el destino poltico colectivo. Por otro lado, por el papel que cumple su personaje Emilio Renzi en Blanco nocturno, como testigo que elabora la crnica de un crimen y busca la segunda historia que late en el fondo del relato principal, y como narrador, perfil del autor, que es objeto y a la vez reproductor de los procesos que en Blanco nocturno definen un relato hbrido de aristas inciertas y cargado de violencia.

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