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UNIVERSIDAD DE MEXICO 17 TEORIA y PRACTI.CA DEL CREACIONISMO Juan Gris,. "Naturaleza muerta", "creadores en el sClJlido más !'Odical" Por RamólI XIRA U de que esta conversión es impo- flble. El mundo al cual renunciaba se- guia haciéndole guiños de presencia. No menos tipico es el caso de Rimbaud. No oh·¡demos que. a la edad de veinte años, había dejado ya de escri- bir pObía. El escapismo éle Mal1armé fue puramente poético; el de Himbaud se hi- zo realidad COIl su huida a frica. ¿ Qué podia conelucir a Himbaud a huir del mlllldo) A pesar ele las diferencias esté- ticas que existC'n entre Mallarmé y Rim- bauel es claro cWe la razón ele sus elivers:1s fugas es la misma. es, como Mallarmé, anti-social v como l\1allarmé es anti-teísta. Pero las partículas negativas. Rimbaud. como Mallarmé se siente absoluto cr{'ador. Sabemos se acostumbraba a la "alucinación simple" que se "vanagloriaba en poseer todos los ¡;aisajes que un buen día de- cidió "inventar el color de las vocales". Pero Rimbaud sabía muy bien que estas invenciones poéticas eran, según sus pro- pias palabras, "sofismas mágicos". El Rimbauel africano no es sino la conse- cuencia necesaria elel ],¿imbaud inadapta- do a una sociedad que le I'epugna y a una subj etiyidad que ha pretendido dei fica 1'. No se crea que R imbaud y Mal1arnié sean casos excepcionales. Son, sin duda, casos típicos de un movimiento mucho 1l1ás vasto. Rilke también pensó estab'ecer un mundo estético absoluto. "Rilke, soli- tario por naturaleza y por costumbre. ha- bía creado una filosofía de la soledad que era también una filosofía del arte."·1 Y Guillaume Apol1inair·e, a pesar de ser un poeta mucho más arraigado que nínO"uno de los anteriores, a pesar ele en una tradición de baladas y elegías que podrían trazarse de Villon a Verlaine di- ce, al comentar el cubismo: pintores adoran toclada las plantas, las -piedras, el mar o los hombres." Y, en otro a forismo de los suyos: "Lo que dife- í-encia al cubismo de la pintura antigua es que no se trata de un arte ele imitación, sino de un arte de concepción que 'li('nde ;1 elevarse hasta la creación." " DE HUIDOBRO LA POESIA VICENTE hombre y que este proceso conduce no sólo al ateísmo sino a una forma más tí- picamente militante de antiteísmo. En el caso de los poetas esta substitución es bien clara. El romántico, inspirado, quie- re ser parte de la cr·eación misma en la actualización de su acto creador. El sim- bolista, unos años más tarde quiere ser {'l creador porque, perdida para él la di- "inidad verdadera, ya no queda más Dios que el de su intimidad personal. El caso Mallarmé es una buena muestra de esta angustiosa tentativa de substitución que ya había enunciado Feuerbach al afirmar que el hombre es el único dios del hom- br·e. Pocos poetas emplean como Mallar- la palabra "abolir". Y es que para Mallarmé el mundo está de sobra. ¿ Le bastará con su conciencia aislada y deso- lada? El mismo verso de Mallann¿ mues- tra a las claras que no. Cansado de su tiempo tumultuoso, lleno de dudas acerca de alguna trascendencia verdadera, Ma- l1armé quiere erigirse en el centro del universo. Pero al querer suprimir el mun- do tiene que exigir que la realidad le p.r,este las imágenes de su propia nega- Clan. En una carta a Verlaine. Mallarmé decía que queria escribir ('l libro, es de- ci r, quería escribir el universo, hacerlo, crearlo pieza por pieza. Unas líneas adelante añadía: "habría que ser yo no sé quién para esto". ¿ Quién? Evidentemente Dios mismo. La diáfana angustia de Ma- llarmé proviene de este deseo de conver- tirse en el absoluto y ele este caer en la E S CIERTAMEl'\TE intrigante que no .se haya escrito todavia un estudio oh- jetivo de la obra de Huidobro. 1 Y. sin embargo, el hecho no es puramente casual. Existen, entre otras, tres claras razones para explicar la falta de un ver- dadero acercamiento critico a esta obra que fue, en sus días, una de las más fe- cundas innovaciones en las letras castella- nas. Recordemos, en primer lugar, que la obra de Huidobro pro\'ocó y ha seguido provocando constantes polémicas. Polémi- cos tenían que ser los ensayos de interpre- tación. No olvidemos tampoco que cles- pués de Huidobro surgieron poetas de más profunda raíz popular (García Larca, N eruda, Vallejo, Hernández). La poesía de estos nuevos escritores desvió la aten- ción tanto de los críticos como del público lector. Finalmente no es vano recordar que una gran parte de la poesía de Hui- dobro fue escrita en francés, lo cual fue motivo para que ni los franceses lo consi- deraran totalmente francés ni los hispa- nos acabaran de hacerlo suyo. Ninguna de estas razones es decisiva. Un estudio crítico es tan necesario como posible. La obra de Huidobro es ya su- f!cientemente histórica para que podamos sItuarla en su debido lugar. 2 ¿ Cuál es ,este lugar? Es, sin duda, el de la poesía europea y principalmente francesa (le Ma- Ilarmé a Apollinaire. El poeta clásico era, esencialmente, un imitador de formas objeti- vas. BOIleau lo había definido de una "ez por cuando decía: "Que la nature done SOlt votre étude unique". El arte clásico francés era un arte de este "bon sens" que, según Descartes, "es la cosa mejor repartida". Y el buen sentido para el clásico francés, cousiste en imit;r de la naturaleza. Lo cual equinle a deCIr que el poeta clásico no es, ante todo, un creador. '1 Con el romanticismo se empieza a definir al poeta como inven- tor de la realidad sin renunciar por ello al mundo. objetivo. Inspirado, do o endIOsado como el primer poeta de Platón, el romántico aspira a recrear el mundo sin ignorar que el mundo existe. I El clásico -¿ debería decir en este caso el neo-clásico?- es realista. El romántico, lleno de las "visiones sublimes" de Víctor Hugo es un idealista que no renuncia a la realidad. :t:Jace el simbolismo. La poesía francesa tiende a hacerse cada vez más subjetiva y más idealista. Saber el por qué de este proceso de idealización no es cosa fácil. Y, sin embargo, ha sido explicado con bastante acierto por un marxista y por un católico. Christopher Caudwell, en I1lttsion arnd Reality muestra que la re- yolución industrial y el consiguiente des- arrollo de una nueva clase social deja al poeta aislado. La soledad de los simbolis- tas, poetas de una burguesía en la cual ya no creen, es, por una parte, anti-sociabi- lidad. Henri De Lubac en El drama del h1l1t1.anismo ateo ha señalado, con no me- nor claridad, que el proceso típico del si- glo XIX es el de substituir a Dios por el

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UNIVERSIDAD DE MEXICO 17

TEORIA y PRACTI.CADEL CREACIONISMO

Juan Gris,. "Naturaleza muerta", "creadores en el sClJlido más !'Odical"

Por RamólI XIRA U

c~lenta de que esta conversión es impo­flble. El mundo al cual renunciaba se­guia haciéndole guiños de presencia.

No menos tipico es el caso de Rimbaud.No oh· ¡demos que. a la edad de veinteaños, l~imbaud había dejado ya de escri­bir pObía. El escapismo éle Mal1armé fuepuramente poético; el de Himbaud se hi­zo realidad COIl su huida a frica. ¿ Quépodia conelucir a Himbaud a huir delmlllldo) A pesar ele las di ferencias esté­ticas que existC'n entre Mallarmé y Rim­bauel es claro cWe la razón ele sus elivers:1sfugas es la misma. l~imbaud es, comoMallarmé, anti-social v como l\1allarmées anti-teísta. Pero dej~mos las partículasnegativas. Rimbaud. como Mallarmé sesiente absoluto cr{'ador. Sabemos qu~ seacostumbraba a la "alucinación simple"que se "vanagloriaba en poseer todos los¡;aisajes imposib~es", que un buen día de­cidió "inventar el color de las vocales".Pero Rimbaud sabía muy bien que estasinvenciones poéticas eran, según sus pro­pias palabras, "sofismas mágicos". ElRimbauel africano no es sino la conse­cuencia necesaria elel ],¿imbaud inadapta­do a una sociedad que le I'epugna y a unasubj etiyidad que ha pretendido dei fica 1'.

N o se crea que R imbaud y Mal1arniésean casos excepcionales. Son, sin duda,casos típicos de un movimiento mucho1l1ás vasto. R ilke también pensó estab'ecerun mundo estético absoluto. "Rilke, soli­tario por naturaleza y por costumbre. ha­bía creado una filosofía de la soledad queera también una filosofía del arte."·1 YGuillaume Apol1inair·e, a pesar de ser unpoeta mucho más arraigado que nínO"unode los anteriores, a pesar ele sjtuars~ enuna tradición de baladas y elegías quepodrían trazarse de Villon a Verlaine di­ce, al comentar el cubismo: "Delllasi~elüspintores adoran toclada las plantas, las-piedras, el mar o los hombres." Y, enotro a forismo de los suyos: "Lo que dife­í-encia al cubismo de la pintura antigua esque no se trata de un arte ele imitación,sino de un arte de concepción que 'li('nde;1 elevarse hasta la creación." "

DE

HUIDOBRO

LA POESIA

VICENTE

hombre y que este proceso conduce nosólo al ateísmo sino a una forma más tí­picamente militante de antiteísmo. En elcaso de los poetas esta substitución esbien clara. El romántico, inspirado, quie­re ser parte de la cr·eación misma en laactualización de su acto creador. El sim­bolista, unos años más tarde quiere ser{'l creador porque, perdida para él la di­"inidad verdadera, ya no queda más Diosque el de su intimidad personal. El casoMallarmé es una buena muestra de estaangustiosa tentativa de substitución queya había enunciado Feuerbach al afirmarque el hombre es el único dios del hom­br·e. Pocos poetas emplean como Mallar­mé la palabra "abolir". Y es que paraMallarmé el mundo está de sobra. ¿ Lebastará con su conciencia aislada y deso­lada? El mismo verso de Mallann¿ mues­tra a las claras que no. Cansado de sutiempo tumultuoso, lleno de dudas acercade alguna trascendencia verdadera, Ma­l1armé quiere erigirse en el centro deluniverso. Pero al querer suprimir el mun­do tiene que exigir que la realidad lep.r,este las imágenes de su propia nega­Clan. En una carta a Verlaine. Mallarmédecía que queria escribir ('l libro, es de­ci r, quería escribir el universo, hacerlo,crearlo pieza por pieza. Unas líneas má~

adelante añadía: "habría que ser yo no séquién para esto". ¿ Quién? EvidentementeDios mismo. La diáfana angustia de Ma­llarmé proviene de este deseo de conver­tirse en el absoluto y ele este caer en la

E S CIERTAMEl'\TE intrigante que no .sehaya escrito todavia un estudio oh­jetivo de la obra de Huidobro. 1 Y.

sin embargo, el hecho no es puramentecasual. Existen, entre otras, tres clarasrazones para explicar la falta de un ver­dadero acercamiento critico a esta obraque fue, en sus días, una de las más fe­cundas innovaciones en las letras castella­nas. Recordemos, en primer lugar, que laobra de Huidobro pro\'ocó y ha seguidoprovocando constantes polémicas. Polémi­cos tenían que ser los ensayos de interpre­tación. No olvidemos tampoco que cles­pués de Huidobro surgieron poetas de másprofunda raíz popular (García Larca,N eruda, Vallejo, Hernández). La poesíade estos nuevos escritores desvió la aten­ción tanto de los críticos como del públicolector. Finalmente no es vano recordarque una gran parte de la poesía de Hui­dobro fue escrita en francés, lo cual fuemotivo para que ni los franceses lo consi­deraran totalmente francés ni los hispa­nos acabaran de hacerlo suyo.

Ninguna de estas razones es decisiva.Un estudio crítico es tan necesario comoposible. La obra de Huidobro es ya su­f!cientemente histórica para que podamossItuarla en su debido lugar. 2 ¿ Cuál es,este lugar? Es, sin duda, el de la poesíaeuropea y principalmente francesa (le Ma­Ilarmé a Apollinaire.

El poeta clásico era, esencialmen te, ungeslum~rado imitador de formas objeti­vas. BOIleau lo había definido de una "ezpor tod~s cuando decía: "Que la naturedone SOlt votre étude unique". El arteclásico francés era un arte de este "bonsens" que, según Descartes, "es la cosamejor repartida". Y el buen sentido parael clásico francés, cousiste en imit;r la~form~s de la naturaleza. Lo cual equinlea deCIr que el poeta clásico no es, antetodo, un creador. '1 Con el romanticismose empieza a definir al poeta como inven­tor de la realidad sin renunciar por elloal mundo. objetivo. Inspirado, el~demonia~do o endIOsado como el primer poeta dePlatón, el romántico aspira a recrear elmundo sin ignorar que el mundo existe. I

El clásico -¿ debería decir en este caso elneo-clásico?- es realista. El romántico,lleno de las "visiones sublimes" de VíctorHugo es un idealista que no renuncia a larealidad. :t:Jace el simbolismo. La poesíafrancesa tiende a hacerse cada vez mássubjetiva y más idealista. Saber el por quéde este proceso de idealización no es cosafácil. Y, sin embargo, ha sido explicadocon bastante acierto por un marxista ypor un católico. Christopher Caudwell, enI1lttsion arnd Reality muestra que la re­yolución industrial y el consiguiente des­arrollo de una nueva clase social deja alpoeta aislado. La soledad de los simbolis­tas, poetas de una burguesía en la cual yano creen, es, por una parte, anti-sociabi­lidad. Henri De Lubac en El drama delh1l1t1.anismo ateo ha señalado, con no me­nor claridad, que el proceso típico del si­glo XIX es el de substituir a Dios por el

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J

Todo I'ra otra cosaNada. ",'uelve nada v!tl'lveSI' 7'011 las jlorrs y las hierbas

Era imprescindible situar la teoría deH tiidohro. Más iinportante es, sin em­bargo, situar a esta teoría dentro de lapoesía misma de su autor. Ya sabemoscuál es la intención del creacionismO. Loque' debemos definir ahora es el sentidode la imagen creacionista.

El análisis de algunas metáforas delpoeta puede darnos la c'ave para una res­puesta. El creacionismo de Huidobl'o em­pieza, como el propio Huidobro señalaba.por realizar una serie de mágicas trans­formaciones. El mundo queda poco a po­co anulado:

ITI

frallceses y partICIpa también de su f re­cuente antiteísmo. P o e t a aristocrático,Huidobro afirma: "El valor del lengua­je de la poesía está en razón inversa desu alejamienfo del lenguaje que se habla."Poeta creador, Huidobro sienta, según élmismo declaraba, este nuevo iniciador demundos, este hombre-dios que puede "h:l­bla ros de aquellos tiempos y de todo tiem­po y todo espacio porque él solo posee ~os

espejQs vertiginosos que sorprenden elpaso de las metamorfosis".

y aquel pája,ro ingetl110Rebielldo el agua del espejo.

y entre los nidos del aguaSe sostiene u.n nido

De la horra dl' la CUl'ora pl'lldcn todaslas ciudades

Las ciudades que h.umean como pipas

Laill1agen creacionista renunciará. a,í.a su contacto con el mundo. Dejará deser espejo y en lugar de ser un adjetivoaplicable' a la realidad será un sustantivodel cual la realidad surja en plenitud deser. Así la imagen creacionista es libre.Puede asociar vocab!os, ideas, sensacio­nes sin miedo a verse limitado por la rra­lidad ambiente. Este procedimiento de;lsoclac10n es claro en los ejemplos si­g'uientes :

1.os puertos se alejanLle7Jados por el viento

Desbordará lIIi corazón sobre la ,tierray el universo será lIIi rorazón

Los ejemp~os podrían multiplicarse.En todos ellos encontraríamos la mísmaflsociación entre ideas o imágenes de di­verso origen y de diverso significado enúna nueva imagen que no está en la rea­Hdad observable por los ojos. Lo cual naquiere decir que Huidobro vaya más Je­jas que Mallarmé y llegue a anular total­mente la realidacl. El creacionismo perfec­to no puede ser sino ceguera y silencio.

, Anulado el mundo el poeta puede em­pezar su labor de creación. En lugar deque el mundo entre por los ojos hay quehacer que los ojos creen el mundo:

f\pnllinairc. caricatura de Pie,,;;"

Apollinaire y Reverdy en la H.e\·is!a,N ord-Sud, Huidobro a firma, en 1111 verso,su verdad poética:

Calle el rltiseiíor al fondo de la 'VidaYo soy el único cantor de h.O}I

Huidobro se sitúa en la vanguardia dela literatura europea y, mucho más cla­ramente, a la vanguardia de la literaturaen castellano. 7 El vanguardismo de Hui­dobro es, sin embargo, distinto al de Josfuturistas y al de los surrealistas. Nocree, con los primeros, que la poesía delpaso gimnástico, de la bofetada y del pu­ñetazo sea cosa nueva. "Lea el señor 11a­rinetti la Odisea y la !liada." N o cree,con los segundos, que el autoniatismo dela conciencia sea una fuente de creaciónpoética porque la poesía es obra del pen­samiento y "la palabra pensamiento y:timplica control".

Huidobro, como Ma~larmé, como Ri11l­baud, como el primer Rilke, el Rilke quetodavía no había escrito las Elegías deDuino, cree en la poesía como creación.El acuerdo con una tradición bien esta­blecida es pues evidente. No es menosFIara la doble tendencia que señalábamosmás arriba. Huidobro participa en lamisma anti-sociabilidad de los simbolistas

gui r el ejemplo de la ciencia. N o es l:a rotampoco que prefiera, dentro d~ la cien­cia, los modelos que le proporCIonan los~écnicos, creadores de un mundo nuevo.El "arte cle la mecánica" se acerca a lapoesía porque es capa: ~Ie crear n.nevosseres que poseen mOVII11Iento propIo delmismo moclo que el poema es criaturamóvil del espíritu. Pero también aquí dcontacto entre Huiclobro y Apol'inaire esmanifiesto. ; No había dicho ApoIlinaireque la poesí~ nace con la a.rtil.lería? Y sinembargo tanto para Apolhnalre el maes­tro como para H uidobro el discípulo, elroeta va mús lejos que el hombre de cien­cia. Por decirlo con palabras de Apo'li­naire. los poetas "sabrán cosas precisas:"-como creen saber- los sabios" (Cali­gra'mas). En Autollme réglllier (1925).años después de haber colaborado con

Como parece mostrarlo Antonio deUndurraga G Huidobro empezó a d,~s­

:lrroJlar sus ideas acerca de b creaciónpoética desde que, en 19] 3, fundó, res­puesta y reto a Rubén Daría, la H'\'ista[/zltl. Pero en realidad sus ideas en estaépoca de Azul muestran más bi,en :l llnespíritu inquieto e indagador que al teó­rico hecho y derecho. N o podía ser deotro modo si se piensa que en 1913 Hui­dobro era todavía 1111 poeta lllUY joyen.Por estos años sus ideas son más anun­cios de una inconformidad que exposicio­nes de una idea clara y nueva. Así lo de­muestra Huidobro cuando dice: "el Yer­dadero poeta es el flue sabe vibrar con suépoca o adelantars·e a ella, no voh'er ha­cia atrás. Esto es propio de los cangre­jos." La idea que expresa en esta fras~

es más la de los futuristas, contra los cua­le habrá de reaccionar Huidobro al pasarlos años, que la de Huidobro "creacio­nista". Por el año de 19]4 las ideas deHuidobro empiezan a encauzarse hacia sumeta definitiva. En su manifiesto Nonserviam afirma: "Hemos cantando a la~ aturaleza (cosa que a ella bien poco leImporta). Nunca hemos creado realida­des propias, como ella lo hac·e o lo hizo enlos tiempos pasados, cuando era jo\'en yllena de impulsos creadores." Dos vecesse menciona aquí la palabra "creación".Huidobro anuncia ya su futuro idea'ismopoético. La realidad tendrá que surgir del.espíritu y, como dirá Huidobro más tar­de, los poetas llegarán a "hacer lln poe­ma como la Naturaleza hace un árboI".En 1916 -y a los veintiséis años de edadHuidobro seguramente conocía a Mallar­mé, Rimbaud y Apollinaire- Huidobropronuncia una conferencia en el AteneoHispano de Buenos Aires. En esta con­,ferencia traza la hi,~toria de I~ po~sía yoel arte. Resume: Toda la hlstona delarte no es más que la historia de. la evo­lución del hombre-espejo al hombre-dios."El poeta ha sido un imitador de la na­turaleza. Desde ahora el poeta va a serel creador de realidades poéticas nuevasporque surgen del espíritu y no del mun­do. El poeta será verdaderamente estanaturaleza que cr·ea sus propios {¡rbolesimaginativos. No es extraño que Huido­bro renuncie a la metafísica y prefiera sc-

J[

De ] 842. fecha del nacimiento de Ma­Jlarmé a 1913 fecha de la publicación

" 1" .<ie Los pintores rubista,s, de Apo :malre,la mayoría de los P?etas I~an ql~endo ,el'creadores en el sentIdo mas radIcal y ab­soluto de la palabra. Ya no se conforman,C0l110 el poeta "pararrayos celeste" deRubén Darío, con ser la voz inspirad:lpor la divinidad. Quieren ser esta di.vini­dad misma. Y al querer seria qlllerentambién atribuirse el poder de la creaciónque es uno de los atrihutos d·e Dios.

Vicente Huidobro tenía yeinte años en]913. L nos años .mús tarde tendría queinaugurar, en las letras hispánicas. rlcreacionismo. Históricamente su teoríapoética ti-ene la muy especial importanciade ligar el mundo hispánico a una largatradición de poesía europea y. m:'ls pre­cisamente, francesa. Su teoría del crea­cionismo, que es en nuestro mundo unanovedad, debe situarse, sin embargo, enun proceso histórico que empieza enFrancia durante la primera mitad del si­glo XIX.

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En el Far /JI'cstdonde ha\' '11110 sola l/flla

El cuIv-bov caniay él .

la cabc::m entre las rodillas dun.c:aIIIt Ca/.·e 11'a/l..

NeN Yur/.. a nlU/fllus /úlá/lll'lros.

Pero este exotismu externo adquiereun sentido más profundo cuando los E~­

tados Unidos se interpretan a tra\"(~s delos negros. Ya los "fauv·es" habían de~­

cubierto el arte negro africano. Lus poe­tas unen Estados Unidos y arte negro enuna suerte de nue,-o vuelo hacia regionesaleíadas. En Vientos con.f1'arios Huidourodeclara: "Amo el arte negro porque JIU

es un arte de esclavos." Y nu tarda elpoeta en poner en boca de los negros unanueva concepción cosmogón ica mediantela cual puede saberse que las estrellasson seres vivos que nacen, viven, cumen.digieren, copulan, se reproducen y J1lue-'

,} ren como los demás seres vi"os.El optimislilo de la pust-guerra in,-a<!c

por igual al maestro y al discípu'o.. \pul­linaire puede deci r :

Pirass()_ "111/ arte de cul/arrió,,"

ciéndose de su reelo sentido para llegar acontagiar el universo poético entero. Enalgunas ocasiones la imagen de las alases una simp~e impresión Yaga del pai­saje:

y es que en y·erdad la metá fura del "lll'­

lo, de lo alado de los pájaros, de lo a~ado

de las manos que se parecen a los pájarL's,solamente puede surgir porque el poetasiente esta imagen como "ida propia, inti­ma. subjeti,·a. El mundo rcal es la metáfo­ra de SI; espíritu. Y ,el ala del pájaro es tansolo la proyección de lu alado del alma.

Haymm'iposas CIt mi pecho¡'-oy cndando a semejanza de cosa ulada

Cuando bao/en las /,alolllas de los a/,Iausus\' la ellloción olldula en las nrtcrias tic. los asiros

l/acia rl solo ae1'oplallo(Jue ealllaní un día CII cl 0::;111

Sc al::'G1·á de los (1110.1'

U 110 bOl/dada d,' manus

En utros casus nada infrecuentes la~

alas l'xpresan meta fóricamente una reali­dad que ~e asocia a ellas por contagio:

Se ,'llrlan los sOlllbrerosTie/lcn alas pero IIU ca-nlall

:\To es extrañu que el anun se suusti­tnya al pájaro a quíen saluda el vuelode unas manos:

Cmzamienlo de alasbajo el (ielo JIIIC'l'O

lada vez m<1s el interés del poda secentra en la imagen y menOs en lo ima­ginado. Y ello hasta tal punto que en al­gunos poemas, en algunas metáfora~ pri­vilegiadas la imagen se invierte. Ya nose trata ahora ni de alas ohjetivas (aqlldpájaro que 7..mela por primera 'l·c::.) ni d,'metáforas por contagio (oralldo bateH las'palomas dI' los aplausus). Lo alado t:sdimensión interior del poeta. Sn vida mi.-;­ma se concibe bajo la forllla del \'t1l'lo:

Nu tarda Huidobro en redob~ar los ecos:

.~ql/.el pája.ro que 'v/fela /,or primera ,.!.?:::Se aleja del 'l/ido I/I·iro/'ldo ha(ia atrás

Huidobro:

Esla larde el viellto arrastra. sus bllfandllsal .~'ie 11 to

Tejed mú pájaros lj/f,eridos un techo decall1os

!!o¡¡unes de ['m'cllir sou'ucne:::-volIsdc iIIui

le '('i'llais u l'é!,oquc o/t jillissaiellt les l'U';S

Ca'mino del deslierroel último rrv portaba. al cuelluune (adena de lá /11 paros e.rtintas.

Alas, pájaros, vuelos, tienen un sentidoconcreto, responden a una imagen físicay visible. Poco a poco, sin embargo, lasalas, los piljaro~, los vuelos, van desha-

Se dirige, suplicante. a los p;ljaros:

Entre 1917 y 1919 Huidobro es, enefecto, un discipulo de Apol'inaire y delos pintores y poetas franceses de la épo­ca. 8

Sin embargo no es ésta la tendencíaque habrá de prevalecer en obras madu­ras de Huidobro_ Su poesía se hará ca­da día más personal. Más que señalar lf)scontactos interesa ahora indicar est3 ori­ginalidad poética de Huidobro.

Una primera lectura de los poemas deH uidobro puede dejamos con una illl­presión ambigua e impr,ecisa de la reali­dad. Nada parece sostenerse en este mun­do vago y fantasmal, alucinatorio y du­doso donde brillan imágenes, colores. re­lámpagos de cosa sustantiva y al mismotiempo huidiza. Si tratamos de penetrarcon ganas de analizar este vagaroso sen­timiento veremos pronto cuál es la causaque lo produce. Detengámonos en una delas imágenes pr·eferidas por Huidobro. laque más repetidamente se presenta a lolargo de toda su obra: la imagen de lasalas, los pájaros, los vuelos. En algunospoemas, alas y pájaros adquieren un sen­tido muy preciso. H uidubro describe unprimer vuelo:

~\~,,

Huidobro..,CO/lstan tes poié111 ical'

Sur la cóte du TexasEntre 1v[obile el Calveston. il y a[.¡·n gral/d jardin lout plein de roses

IV

Las imágenes que componen una imag('ncreacionista son imágenes de cosas rea­les unidas de tal manera entre sí que lle­gan a producirnos la impr~sión de unmundo aparte, de un mundo Ideal que noalcanza a la trascendencia y permanecedentro de los límites de la conciencia sub­jetiva. Podrá decirse que el creacionismono es nuevo. Y en efecto, cualquier poeta.desde el primer poeta popular hasta elúltimo poeta surrealista ha procedidu me­diante cierta desrealización de los datossensoriales. Cuando un poeta nos dice:En una noche OSOI1'0. con ansias en amo­1'es inflamada, está hablando de su noche.está creando su mundo. Y es yerdad que,el poeta no se ha limitado nunca a ser so­lamente poeta-espejo, el poeta espejo querlescribía Huidobro. La única diferenciafundamental entre Huidobro y San Juano entre Rubén Daría y Huidobro es queHuidobro quiere, de manera explícita, serel creador de un mundo. San Juan o I,u­bén Daría fundan una realidad sin exhi­bir ninguna teoría poética del funda­mento.

Hasta aquí el aspecto teórico de la poe­sía de Huidobro. Pasemos ahora a ana­lizar el sentido de esta poesía.

Cuando Huidobro llega a París, Apol­l¡naire está publicando sus hermosos poe­mas de la guerra y del amor. La guerraes un hecho presente para todos los quehabitan el París de aquellos años de 1917y 1918. Huidobro no podía escapar a ja

tentación de escribir poemas cn los cua­Jes se hiciese mención de la guerra. Peroal mismo ti·empo que la presencia de laguerra, París introduce la presencia delUla s~rie de exotismos ya muy distantesde aquellos viejos exotiSl11os tropicales ynavegantes de Pierre Loti y de ClaudeFarrere. Estos exotislllos -jazz, técni­cas fílmicas, arte negro- podrían restl­mirse en dos palabras: Estados Unidos.Es el momento en que Apollinaire canta:

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es hermano del Anábasis, de The Wa-lleLand, del Narcisse y de Muerte sin fin.Anulado el mundo, AlIazor es la épica yel drama de una conciencia.

Desde la primera estrofa vemos que eltema de Allazor es el tema de la muerte.Siguiendo esta imagen típica de la caíclaen un espflcio que e! poeta ha declaraduvacío:

Justicia qué has hecho de mi VicenteH/lidobro

se mc cae el dolor de la lengua y lasalas lIla1'Clútas

La caída eJe Altazor es la caída inte­rior, el eJerrumbami~nto del alma, Y elpoeta no trata de engañarnos. N o es estaalma que cae un alma abstracta. Es elalma de Vicente Huidobro-Altazor:

y sin ell1bargo, en este poema Hu!­elobro trata, a imitación directa ele \Vhit­111an, de ser la voz del universo. Ante lanada el poeta ,quier,e sacudirse del vacíocon blasfe'l'nias y gritos. Después de estegrito, ascenso aparente, Huidobro se sien­te erguido en el mundo que crea su ima­ginación.

Soy todo cl hombre, afirma el poelaHuidobro-\Vhitman. Quiere sentirse t('­rrestr,e, hUluaHo, /c/:;eno desmcsurado.}'arece que el poeta ha llegado a integra"­se en el corazón dc la realidad, pareceque ha llegado él penetrar en la raíz de unmundo que anu'e el yacío:

SERVET

y al querer ser el mundo que él mismocrea sabe que la perfección que busca,la tentativa por ser Dios mismo -nostal­gia de ser barro y piedra o Dios- dejaabierto tan sólo el camino de la angustia:

Angustia de 10 absoluto y de la !Jer/cccivn

El poeta creador quc ha querido vi­vir en e! mundo real no puede ya, ence­rrado en la alucinación ele su mundocreado, creer en la verdad del mundo.Ya sólo le cabe abandonarse al juego delverso, al verso hecho retruécano de im:í­genes: "la go~oi111iña, la golongira. lagolonlira, la golonbrisa, la golonchilla".

Sólo una cosa es cierta: ha de llegarirremisiblemente el momento de la muer­te. Y este largo sueño de la vida habrásido para el poeta tan sólo sueño, tansólo e! sueño de! sueño de una vida.' Elmundo entero se petrifica lenta'mente has­ta llegar a ser la nada que centel1ea des­de un principio en e! espíritu creacionis­ta de! poeta-dios.

NOTAS

1 AIgjunos ejem¡lIos. Guillermo Uf: Torreempieza por aceptar a Huidobro para ignorarló)en sus Literatura e1t1"OpeaS de vanguardia. O:,islo considera como un ultraísta. RecientemenleAntonio de Undurriaga en su prólogo (TeOl'í,l,del creacioll-isIllO) a Vicente Huiuobro, Poesíay prosa, AguiJar, adolece de buena abunuanciade galicismos )'. ele un innecesario afán pormostrar CJue Huidobro es el primero ek~ todoslos poetas modernos ele lengua castellana.

2 Gran parte ele la polémica acerca úe Hni·dobro se debe al afán del poeta por ser ;10

sólo creaciOl;ista sino creaclor de toda la poe:iÍahispánica contemporánea. No voy a ocuparmeue si fue el primero o no lo fue. Voy a ocupar­me ele su obra.

3 N o se olvide, sin embargo, lJue la noci:lil<le mimesis 110 e.rc/nye, en Aristóteles, )a Hoci'Jnde inventiv;l.

4 CL C. ?lf. Howr:!, l,a herellcia del sil/liJO'FSilIv.

5 Guillaullle Apullinaire, Las peilllrcs (l/­

bistes.6 Las citas lJlle aqui se hacen ue lus !Ha­

lIifiestos de Huidobro están tomadas en ¡Jartedel ya citado estudio de Ulldurriaga, en Dartede la obra de Huidobro que aparece en PO<,.;í:1:\' .prosa, Aguilar.

7 No es tan claro que se sitúe en la pri·mera vanguardia de la literatura francesa. ¿Fueprimero Huidobro o Reverdy? (Dejemos laCJuerella en mallos diel señor Undurriaga),

8 Más precisamente, de Apol!inaire y de Joscubistas.

9 Cf. Gaston Bachelard, 1':'/ oil'e )' /0.1' sueiíos.

-{In A/.manaque de la T.ibertad,27 de oc/uhre.

excépticos. El exi,gía, fe absoluta en 1111

credo ortodoxo. Servet tenía ideas mllY/Jeli,grosas para esa ortodoxia :v vivió enmt tiempo eJl, el qlle para Wt hombre elsólo hablar de sus profundas conviccio­nes c1ltrailaba un. gran pel-igro.

1:."1 problema de Se1íJet era un ciertosen/ido el de esta época. Aq:tellos qllehable,,'! ell contra de la neurosis qlle nos1m .\·ufetado a 1IIediados del siglo xx,c:·;·¡í.;.~:/(¡¡l· Illi:c/:D, Pero sí' se qlledan ca­,~·(Id'·.,' ¡lO '.",01/. digllOS de su' herent:fer.V:f:·dc.'! el dcrecho a la libertad for dcs­c :'fih ·ación. Si al.ll't;¡I1S lIte11tes ''Cnferilias:'!Icdcl/ tm,lls/(Irir :s!/ ps:cosis ti la: i:o'lI/!t~

'I>idcd cllten'!, walq/l-iera pllede convertir­se rápidamentc ell l11la víctima de lasca/;lml-tias ')1 las lIle/ltiras que la nueva/'ersccllsió,,' dc los !terejes ha prodllcido.

MIGUELDE

cae eternamenteal fondo del infinitoal fondo de ti miSil/O

CASO

Altazor morirás.

Cae,

caecae

Suy desmesurado cvsmicoJ,as piedras las plantas las '¡-¡wntallasill e saludan las abejas y las mtasLos leones y las águilasLos as/ros, los crepúsculos las albasLos ríos .y las selvas me preguntan

Pero el poeta sabe que este mundo essu mundo, sabe que esta realidad es mcreación, sabe que nada existe sino essu alucinada lucidez de visionario sin ob­jeto de visión. Quiere llegar a serlo todo

ELPor William o, DOUGLAS

M IGl'EL SER\"ET, cjeeutado por JuanCalvino, fue quemado en la he­.qU'C1'a en Génova el 27 de octubre

de 1553. El 27 de octubre de 1903, 1I1­qllt/os de los descendientes directos '\' dis­I"Í/mlos dc Cah'ino crigi,'ron 1tn' 1;101111­

IIln'/.fo exl)i1,forio en el 1'Lt,g(I1'.Fa la /;ol/lIe;'a Scr·~'('t, gritó: "Oh le­

s 's H i io ce! Dios f,/áIlO, teil f"icdiúi (1(:;:',1." Si (;! llllbi':ra acet/ado confesar qlle./CStÍ,\:'-¡;(! "cl E/ci"llo Hiio de Días") sehit/';;era sabido. Pero para ci /mnto de~/is/a '/eolvq,:co prcdoll1iilalltc; Ser'uet PII­:.;0 el adjc/ivu en el IlIgar cq1tÍ'<;ocado.

No hay dllda de que Calvino cl'eía sill­ccrcmellte qlle la cstabilidad del C1'isri:'1­nisiHo dependia del l'csltltado del juicio.N o ha'v duda de que pa1"a su fe fanática¡lO de/Jíll habcr IIlI/ar tara disidc/i/eso

La imagen del yuelo ha siclo propiedadele muchos poetas. v No por ello deja deser especialmente significativa en la poe­sía ele Huidobro. Si el vuelo es, contra­riamente al sueño de la tierra, sueño elehuida. sueño dirigido hacia la subjeti, i­dad, Huidobro debe ent,enc1erse ante todocomo poeta que renuncia al mundo y (luerenuncia a él porque en lugar c1e tierraquiere aire. La poesia ele Huidobro euna poesia ,encielaela. Así, esta tendenciaidealista y aérea elel poeta explica, en sumás honda raíz, el creacionismo de H ui­dobro. Porque el creacionismo es unatentativa por construir la realidad dentrode los limites del yo y Huic1obru, antesque desarrollar su teoría de un )"0 cr~a­

elor tenía ya en el espíritu la sensaciónele un yo desarraigado, desterrado lantofísicamente como espiritualm~nte.

Las metáforas del aire, medio de pocasustancia, pueden utilizarse tanto paraindicar ascenso C01110 caída, progreso delespí ritu o abis1l10, libertad o negación dela libertad. Aquel niño triste eLe Huido­bro es 1In lIii"ío sin alas; aquella muchachaenferma iba dejando SIlS alas a, la pller­ta - cntmba al sallatorio; el mutiladoes aquel ser cuyas dos pcque¡ías alas sehan plegado. Falta de alas es falta devida. Tenerlas es arrostrar el ries,ro de

" V. nVIVIL L este nesgo es tanto mayor cuan-do Huidobro se da Cuenta c1e que detrásd~ su 1l1undo estético no hay, '2n realidad,ni munelo ni Dios. Hay tan só'o "crea­ción" del poeta, a'ucinación de un esní­ritu solitario en ausencia ele cosa ,,'elepalabra. Las cosas podrán regresar'a suOrIgen como las flores que yuC'ian detrásele -" "l' I~u aroma, eetras e e sus "pétalos",haCIa sus "colores propios". Pero el ori­gen ('S lo inexistente. lo vacío:

1'o/'('cmos a la l1ada1:"1 /llar es/á hccho dI.? '(1111's/ras hojas .1'

de viles/ro aromay el dulur di'! arUllla es la ,¿,ida dc las

hojas.

E! vuelo juguetón de las manos queaplauden, el "uelo del sombrero que caedesele la cumbre de la Torre Eiffel SOnimágenes de una más honda caícla. Elpoeta de las creaciones se ha con "ertidoen el poeta de las "alucinaciones simples"que deseaba llegar a ser Rimbaul Suvida está en el vacío borrosamente sos­tel,lida, atraída por el peso de su propiacalda en un espacIO siu centro:

La zOlla vacía dOndc una plllma plallcndcsde el principio del mundo

V

Sería absurdo pensar que -esta 1ll1agl'lldel vuelo es la única imaaen Cjue empleaHuidobro. Su mundo es ~ario v es am­pI!o. Sin embargo. todo, como' el poetaInISlllO. adqUIere cstc air,~ de "cosa ala­<la "'. ~r b illlClP('n del I"IIclo es h i::JagC'1l;:lg'Il:II~'a: 1\';1 por c:;ce!t-!Ici:l ('11 (';:1'e "ersud~1 rue!;l C1"c:l(!or e].: 11 1\111 dos.

Ve1mos cómo se cumple el eles tino dela poesía ele H uidohro en algunas cstrof:.ISde su poema milS ambicioso: .. /l/azor.

,'U/azor es un poema típico ele esta ¡i­ricil c()111 t'mporúnc;l que 1iende a cOI1\'er­tirse '::'11 épica. 1'or su intenciól1 ,,/l/azor