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8/16/2019 256 Orientacin y Psicoterapia Retos Ante El Envej

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TEMAS SELECTOS EN ORIENTACIÓN PSICOLÓGICA

VOL. IX

ORIENTACIÓN Y PSICOTERAPIA. RETOS ANTE EL ENVEJECIMIENTO


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TEMAS SELECTOS EN ORIENTACIÓN PSICOLÓGICA

VOL. IX

ORIENTACIÓN Y PSICOTERAPIA. RETOS ANTE EL ENVEJECIMIENTO


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Contenido

Semblanzas ...................................................................................................................................................... vi

Editorial ............................................................................................................................................................. viii

Retos ante el envejecimiento en orientación y psicoterapia.Detección de actores de riesgo psíquico y/o protectores para el envejecimiento ............ 1

Graciela Zarebski

Universidad Maimónides

Envejecer con dignidad, algunos desaíospara la psicoterapia en el proceso de envejecimiento.Retos personales e institucionales en la etapa de la vejez............................................................. 14

María Eréndira Aréchiga SilvaUniversidad Iberoamericana

Psicología positiva y envejecimiento ..................................................................................................... 20Paola Cristina Colunga SerraldeUniversidad Iberoamericana

Consejería: problemas para adultos mayores en crisis ................................................................... 28Kathie T. Erwin, Ed.D., LMHC, NCC, NCGC Regent University, USA

Envejecimiento en plenitud: realidad o mito ................................................................................35 Ana Laura Morales RosasPsicoterapeuta psicoanalítica

Retos ante el envejecimiento en orientación y psicoterapia.Envejecimiento y espiritualidad ............................................................................................................... 42

José Ernesto Padilla Nieto

Estrategias auxiliares del psicólogo: ormación de redes de apoyo al adulto mayor ..........51Fernando Quintanar OlguínUniversidad Nacional Autónoma de México

Lo que todo psicoterapeuta debería saber sobre la preparación para el retiro .................... 62María Andrea Coronado Angulo Asociación Mexicana en Orientación Psicológica y Psicoterapia, A.C.


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Semblanzas

Antonio Tena Suck

Doctor en psicología. En la actualidad es director del Departamento de Psicología de la Univer-sidad Iberoamericana Ciudad de México. Es autor de más de 30 artículos de investigación, cua-tro artículos de libros, dos libros y ocho manuales. A lo largo de su carrera docente ha dirigidomás de 100 tesis de licenciatura y posgrado. Presidente del Consejo Nacional para la Enseñanzae Investigación de la Psicología (CNEIP).

María Andrea Coronado Angulo

Maestra en orientación psicológica y orientadora psicológica certificada por AMOPP. Fuepresidente de la Asociación Mexicana de Orientación Psicológica y Psicoterapia (AMOPP).Ejerce psicoterapia particular. Imparte cursos y talleres para adultos y adultos mayores en di-versos institutos. Participó en el Libro de las emociones extremas, publicado por la UniversidadIberoamericana.

Graciela Zarebski

Doctora en psicología especializada en los temas del envejecer. De ormación psicoanalítica,ue proesora adjunta de la cátedra Psicología de la vejez de la Facultad de Psicología de laU.B.A. e investigadora en esa casa de estudios. Es directora de la carrera de posgrado de Psi-cogerontología de la Universidad Maimónides y coordinadora académica de la Licenciatura en

Gerontología de esa universidad. Ha publicado numerosos artículos en revistas especializadas yes autora de los libros Lectura teóricocómica de la vejez (1990) y La vejez ¿es una caída? (1994).Participó en los programas preventivos del PAMI y coordinó la capacitación de sus proesiona-les. En la actualidad se desempeña en los Programas para Adultos Mayores de la Secretaría deSalud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, como directora del Curso de Actualizaciónen Psicogerontología y coordinadora de la Red de Gerontología de los hospitales públicos.

María Eréndira Aréchiga Silva

Maestra en desarrollo humano. Docente de la Universidad Iberoamericana Puebla. Especialis-ta en tanatología, consultoría avanzada en acompañamiento tanatológico, avances en cuidadospaliativos, eectos de la nutrición en la salud del adulto mayor, y en discapacidad , estrategias enrehabilitación y su aplicación. Ha colaborado con diversos hospitales y asociaciones sobre te-mas de tanatología. Es undadora y directora de la institución Atención Geriátrica Santa María,casa de reposo para adultos mayores.

Paola C. Colunga Serralde

Maestra en orientación psicológica y diplomada en psicología positiva. Es miembro del Con-sejo Directivo actual de la Asociación Mexicana de Orientación Psicológica y Psicoterapia A.C.y cuenta con la certificación como Mental Health Facilitator por la National Board of CertifiedCounselors. Es docente y supervisora en la Universidad Iberoamericana, cuenta con experienciacon adultos mayores. Es proesora en la preparatoria privada Escuela Sierra Nevada.


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Kathie Erwin

Es Mental Health Counselor, National Certified Psychologist, Board Certified Clinical Psychother-apist, National Certified Counselor, National Certified Gerontological Counselor y FACCS Cer-tified K–12 School Administrator . Es BA del Eckerd College, MA en Counseling de la LibertyUniversity y Ed.D. en Counseling Psychology por la Universidad de Sarasota. Es autora de seis li-bros relaconados con el counseling y la gerontología, áreas en las que cuenta con amplia expe-riencia proesional tanto en práctica privada, como supervisora clínica, en el trabajo con gruposde pacientes con Alzheimer e impartiendo cursos. Es miembro de nueve asociaciones de proe-sionales en psicoterapia y salud mental, en algunas de las cuales ha participado como miembrode comité.

Ana Laura Morales

Es maestra en investigación psicoanalítica y psicoterapeuta psiconanalítica. Ha cursado estudiosen supervisión, psicología y gerontología. Cuenta con amplia experiencia en el trabajo con adul-tos mayores y supervisión de estudiantes. Es docente de la Universidad Iberoamericana, la Uni-versidad Autónoma de Zacatecas y del Instituto Sigmund Freud, a nivel maestría y licenciatura.

José Ernesto Padilla Nieto

Consultor en educación de adultos y geragogía. Tiene diplomados en derechos humanos, pro-moción social y gerontología. Cuenta con amplia experiencia como asesor, director, undadoro coordinador de más de 20 programas e instituciones de desarrollo social para la vejez y losderechos humanos a nivel nacional, en los ámbitos públicos y privados. Asimismo cuenta conamplia experiencia en el diseño y promoción de materiales educativos para las comunidades enmateria de vejez, y 41 investigaciones realizadas en colaboración con diversos institutos. Cuentacon más de 20 publicaciones y 34 manuales de salud y derechos humanos. Es co-conductor delprograma radioónico “Gracias a la vida que me ha dado años”, Radio ciudadana, 660 de am,IMER; editor de la Revista Personas; editor del semanario Crónica 13 y conerencista para diver-

sos oros nacionales e internacionales. Es miembro activo en más de 9 asociaciones altruistas.

Fernando Quintanar Olguín

Doctor en psicología con ormación en psicoterapia humanista y experto en gerontología porla Universidad de Salamanca, España. Coordinador del Programa de Psicología del envejeci-miento, tanatología y suicidio de la Clínica Universitaria de la Salud Integral de la FES Iztacala.Coordinador de la Maestría en Gerontología Social y Estrategias de Atención al Adulto Mayoren CMUCH, Puebla. Cuenta con 35 años de experiencia en el campo de la psicogerontología,metodología de la investigación, gerontología, tanatología y suicidio, así como en la interven-ción en comunidades y casos de desastres. Autor de cinco libros sobre el tema de vejez y sui-cidio. Autor de 20 capítulos de libros. 20 artículos especializados. Tutor de doctorado. Asesory coordinador en procesos de intervención comunitaria y grupos de intervención en crisis. Do-cente en la UNAM. Obtuvo el reconocimiento al mérito universitario y premios internacionales.

Semblanzas


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Editorial

El presente volumen de la revista Temas Selectosen Orientación Psicológica (TSOP) orma partede una serie de publicaciones anuales, bilingüesy organizadas en números monotemáticos conti-nuos, que están integrados por artículos inéditosde autores destacados en el área de la psicologíay la orientación psicológica.

El objetivo de esta publicación es promoverla salud mental en contextos no tradicionales yubicar con exactitud a la orientación psicológi-ca en el mundo de los proesionales, con el fin

de proporcionarles un marco teórico de reeren-cia que les permita adoptar una identidad y unconcepto uncional de salud mental; asimismo,se busca atender a un mercado en expansión enel que se reconozca el rol proesional del orien-tador psicológico.

Los artículos que se presentan en TSOPbuscan la promoción de una práctica proesio-nal eficiente rente a los problemas actuales queaquejan a nuestra sociedad. Por lo tanto, pro-esionales y estudiantes de campos como me-dicina, psicología, psiquiatría, trabajo social,

enermería y educación encontrarán en la revis-ta TSOP las herramientas adecuadas para incor-porar a su práctica cotidiana y complementar suejercicio proesional.

Es por ello que en esta ocasión se busca queel proesional de la salud mental, tanto ormadocomo en ormación, adquiera una visión sistémi-ca y relacional del envejecimiento, a fin de poderidentificar las intervenciones terapéuticas quepuede realizar y el enorme alcance y necesidadde sus acciones.

Datos muestran que cada segundo que pasa,alguien en el mundo está celebrando su cum-pleaños número 60. Hacia el 2050, el número depersonas de 80 años de edad y más alcanzará los379 millones en todo el mundo; esto lo convier-te en el subgrupo de población de más rápidocrecimiento. Por lo que vale la pena preguntarse:¿Estás preparado para atender tu salud mental?¿Estás listo para ser uno de ellos?

En respuesta a este creciente problema desalud pública, el pasado 2,3 y 4 de octubre de2014 se llevó a cabo el VI Encuentro Internacio-nal de la Asociación Mexicana de Orientación

Psicológica y Psicoterapia A.C. (AMOPP), lla-mado “Orientación y Psicoterapia: Retos ante elenvejecimiento”. Este evento ue avalado en elaspecto académico por las Universidades Ibe-roamericana Ciudad de México y Puebla, el Na-tional Board for Certifed Counselors (NBCC) y elSeminario Universitario interdisciplinario sobreenvejecimiento y vejez (SUIev) UNAM; además,se contó con la colaboración científica de exper-tos de instituciones de prestigio a nivel nacionale internacional.

Dada la calidad de los ponentes y los con-tenidos temáticos que se abordaron en dichoencuentro, se consideró pertinente realizar laedición del volumen IX de esta revista con la te-mática del tratamiento ante el envejecimiento yla vejez.

Los autores que colaboran en este númeroson proesionistas con una amplia experiencia enel campo de la orientación psicológica, así comoen el manejo y tratamiento de personas de la ter-cera y cuarta edad, ya que en su trayectoria sehan topado con circunstancias que les han per-

mitido proundizar en esta área tan apasionantey, por desgracia, cada vez más desatendida y congrandes carencias en su manejo psicológico.

Es por eso que este volumen inicia con un se-rio análisis de la Dra. Graciela Zarebski sobre losretos en Orientación Psicológica ante el enveje-cimiento, con el artículo intitulado: Detección defactores de riesgo psíquico y / o protectores parael envejecimiento. En este documento, la autoraidentifica de manera clara los elementos asocia-dos a un envejecimiento no patológico. Si bienéste es inevitable, la calidad de vida del gerontepuede variar de manera radical de acuerdo con laidentificación y el trabajo realizado sobre sí mis-mo, su autonomía, la apertura al cambio o su pre-paración para lo inevitable de la propia muerte. Laatención a estos actores undamentales, gene-ran dierencias radicales en personas que viviránsu vejez ya sea protegidos o en riesgo. En este ar-tículo, Zarebski presenta conclusiones esencialesdel cuestionario “Mi envejecer”, una escala rutode años de investigación, diseñada para identi-ficar las características psicosociales que avo-recerían una buena vejez. El entender y conocer


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estos actores se convierte en una necesidad un-damental del orientador psicológico para quien,de manera independiente a su área de especia-lidad, es claro que el ciclo de vida completo sepresenta con mayor recuencia en el consultorio.

En el segundo artículo del presente núme-ro, la Mtra. Aréchiga especialista en tanatología,explica el proceso del envejecimiento desde unaperspectiva del sentido de vida. En él, se expre-sa la manera en cómo éste es una realidad actualdado que a diario, 800 personas cumplen 60años. Se manifiestan los juicios y prejuicios que sepresentan a nivel social y cultural sobre la vejez,y el modo en que esto aecta a la planeación. Lanegación impide que se planee el uturo con locual las acciones de prevención pertinentes no serealizan a tiempo. Por lo tanto, hace una urgen-te invitación a replantear el envejecimiento como

parte del proyecto de vida personal, y de cara aun sentido de vida pleno, en el cual se puedanabordar y resignificar las pérdidas para llenarlasde motivación y esperanza.

Para seguir con la línea de vencer los prejui-cios sobreañadidos de la vejez, en la cual con re-gularidad se observa el aspecto de las pérdidas yenermedades más que el de las ganancias y de-sarrollo pleno, la Mtra. Paola Colunga explica dequé manera la corriente de la psicología positivaaborda la vejez y el envejecer, como un proce-so no patológico, sino pleno de posiblidades de

realización. Ilustra de qué manera la orma de en-vejecer en muy buena medida se puede elegir, sibien no se puede elegir dejar de acumular años síse puede modificar la actitud con la que se aron-ta. Esto abre las posiblidades para volver la mi-rada a las ortalezas que se han adquirido con eltiempo y a la riqueza que se ha cosechado. Esuna mirada para la promoción del bienestar psi-cológico en una etapa de vida que tradicional-mente se ha visto inundada de pesimismos. Esundamental para el orientador psicológico queconozca las corrientes no patologizantes de lavejez para que orezca visiones abiertas con al-ternativas ricas a sus clientes o pacientes, puesbuena parte del malestar psicológico arranca delos prejuicios sociales de los que los proesiona-les de la salud mental no están exentos.

A continuación, la Dra. Kathie Erwin, con elestilo cálido y humano que ha caracterizado supersona y trabajo, orece una descripción cruday conmovedora sobre los diversos tipos de cri-sis a las que se enrentan los adultos mayores,los estresores ísicos, emocionales, sociales y fi-nancieros que los abruman con constancia y las

maneras de identificarlos, ya que en muchas oca-siones estos surimientos están ocultos a simplevista y las personas los viven en silencio. Explicael importante papel que tiene el counselor en laidentificación de estos surimientos y la manerade intervenir sobre ellos mediante la identifica-ción de las estrategias del pasado que se vuel-ven ortalezas para el presente, el uso y manejode las reminiscencias como medida terapéutica,la música y el movimiento como parte del taba- jo emocional y la inclusión de la espiritualidad dela persona como herramienta valiosísima de sen-tido de vida y esperanza, que el counselor puedeutilizar para bien del proceso de terapia.

Con el fin de mantener los ojos abiertos, laMtra. Ana Laura Morales explica de qué manerael concepto de “envejecimiento en plenitud” esuna realidad accesible, realizable, o sólo un mito

construido por la negación de los surimientosasociados a la vejez. Basada en su amplia expe-riencia y conocimientos en la materia, desarrollaconceptos esenciales que serán de suma utilidadpara el proesional de la salud mental que requie-re un punto de partida teórico sólido para abor-dar el proceso de envejecimiento ya sea desde loindividual, comunitario o institucional.

En una mirada más prounda, que llega has-ta el corazón mismo de la existencia humana, elMtro. Ernesto Padilla describe cómo la espiritua-lidad despliega sus potencialidades de cara al e-

nómeno del envejecimiento, cuando éste se haceconsciente. Explica desde la filosoía, psicología,espiritualidad y humanismo, la manera en comolas preguntas últimas que han aquejado a la hu-manidad se pueden proundizar cuando la per-sona se percibe de rente a la posibilidad de lapropia muerte, ya sea por la enermedad o las li-mitaciones, con lo cual se experimenta con se-riedad la necesidad de trascendencia y se vive lapersona misma dentro de un cuerpo limitado y fi-nito, pero con un espíritu libre, capaz de elegir suactitud, de contemplar la propia trascendencia yde ligar el destino de la vida con el creador supre-mo. Es un artículo de reflexión que permite con-templar la maravillosa hondura existencial a la quelas personas podemos acceder al contemplar lospropios límites y el contraste con la trascendencia,el sentido de vida y el dinamismo interminable deun espíritu ortalecido, inclusive dentro de las ad-versidades. El Mtro. Padilla expresa la manera encómo a veces, al enrentar de manera precisa elpunto de decadencia, destrucción y fin, es cuan-do la vida despliega su pleno sentido, vitalidad ydinamismo. En este sentido, el contemplar la vejez

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Temas Selectos en Orientación Psicológica Vol.

abre perspectivas insospechadas de espiritualidady desarrollo pleno, que el psicoterapeuta no pue-de ignorar al mostrarse la proundidad del drama ybelleza humanos ante su mirada.

Desde el ámbito de la intervención, el Dr. Fer-nando Quintanar, experto en el trabajo comuni-tario, explica de orma magistral las estrategiasauxiliares a las que los proesionales de la saludmental pueden tener acceso en el trabajo con losadultos mayores a cualquier nivel y escenario. Esrecuente que se piense que el trabajo clínico conla adultez mayor se limita al consultorio particularen terapia individual o al apoyo en institucionesde salud con personas mayores con demencia.El Dr. Quintanar orece una visión amplia, audazy compleja de intervención, para que el orienta-dor psicológico cuente con un panorama abiertoy multidisciplinario, a fin de que identifique los di-

erentes escenarios en donde puede intervenir, losproesionales con los que puede relacionarse y lasdiversas gamas de estrategias a las que puede ac-ceder, con creatividad, valentía y flexibilidad.

Para concluir la obra con los muy variados ám-bitos de intervención terapéutica respecto a los te-mas de envejecimiento, la Mtra. Andrea Coronado

aborda las estrategias concretas para el asesora-miento y acompañamiento terapéutico en el pro-ceso de jubilación o retiro. Cada vez más existe elproblema de la edad en el trabajo, con las con-secuencias psicosociales que conlleva y la nece-sidad de una preparación adecuada para el retirolaboral desde el planteamiento mismo del plan decarrera. En este artículo, la Mtra. Coronado refierepunto por punto las estrategias de intervención in-tegral biopsicosocial y espirituales más pertinentessugeridas por la investigación y la práctica, paraque el proesional de la salud mental cuente conuna guía acutalizada y completa de intervenciónen un tema en el que pocos están capacitados.

Es deseable que el presente volumen deTSOP ortalezca tanto el trabajo como la identi-dad proesional de los orientadores psicológicos,pues en esta ocasión se hace énasis en recono-

cer y aprender de quienes trabajan de manera ar-dua en el ámbito del envejecimiento y los retosante la vejez.

Por último, los editores de esta obra extien-den un especial agradecimiento al Lic. Julio Valen-cia Maldonado por su comprometido apoyo en laintegración y edición del volumen de TSOP 2015.

Antonio Tena Suck, editor. Andrea Coronado, editora invitada.


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Graciela Zarebski1

Universidad Maimónides

1 Dra. en psicología (UBA). Vicedecana de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y Empresariales. Directora de la Licenciaturaen Gerontología, de la Especialización y de la Maestría en Psicogerontología, Escuela de Ciencias del Envejecimiento de la UniversidadMaimónides, , Argentina. Autora de libros en la especialidad. E-mail: [email protected]

RESUMENEl campo interdisciplinario de la psicogerontología aporta una visión compleja del envejeci-miento humano, al incluir los actores subjetivos y amiliares que impactan en este proceso.Se presentan aquí los elementos de riesgo psíquico patológico y su contracara, los aspectosprotectores, que -basados en condiciones de personalidad- dan lugar a la construcción y apli-cación de herramientas psicológicas que permiten su detección tanto en jóvenes como en ma-

yores. El gran reto que plantea a los psicólogos es estudio de este proceso es capacitarse enherramientas psicogerontológicas que permitan intervenir en la orientación y en psicotera-pia en cuanto a lo que el curso vital suele interrogar, conmover o perturbar a las personas ya su medio amiliar.

Palabras clave: psicogerontología, actores de riesgo psíquico de envejecimiento patológico,actores protectores, herramientas de detección.

ABSTRACT

The interdisciplinary field o Psychogerontology provides a complex view o human aging,including subjective and amily actors that affect this process. Psychological Risk Factors opathological aging and its counterpart, Protective Factors -based on personality conditions-are presented here, led to the construction and application o psychological tools that allowtheir detection in both young and elderly. The challenge posed by aging psychologists is toprepare psyichogerontologicals tools that allow us to intervene in the orientation and psy-

chotherapy as to what the lie course ofen questioned, move or disturb people and their am-ily environment.

Key words:

Retos ante el envejecimientoen orientación y psicoterapia.Detección de factores de riesgo psíquico

y protectores para el envejecimiento

Citación: Zarebski, G. (2015). Retos ante el envejecimiento en orientación y psicoterapia. Detección de factoresde riesgo psíquico y/o protectores para el envejecimiento. TSOP: Orientación psicológica y adicciones, x, 1-13.


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INTRODUCCIÓN

El gran reto que plantea el envejecimiento en elplano personal es cómo posicionarse rente a loslímites a los cuales el curso vital enrenta a la per-sona con mayor o menor grado de gradualidad yprevisibilidad.

En realidad, una condición constitutiva detodo ser humano es la aspiración inconsciente aser (o bien, a tener) todo siempre. Misma que,a través de una sana maduración, el niño poco apoco contrasta con los límites que en todos losórdenes lo condicionará. En psicoanálisis esto seconoce como: atravesar la castración. Las allasen este atravesamiento por motivos diversos, porlo regular están sentados en la dinámica amiliarque acompaña las épocas primeras de estructu-ración del psiquismo y darán lugar a alteraciones

tanto en la construcción de la identidad como enel proceso de subjetivación.De tal modo, las vicisitudes de la posición

rente a los límites acompañarán al sujeto en to-dos los planos de su transcurrir vital, incluido elmás grande de éstos: la muerte. De este núcleose derivan las diversas posiciones que los sujetosadoptan rente al proceso del envejecimiento ylos consecuentes actores de riesgo psíquico obien protectores rente a este proceso, según elgrado de aceptación y adecuación a los límites.

Sin embargo, ésta es una dimensión – el pla-

no de lo subjetivo y lo emocional – que no sueleser tomada en cuenta o integrada en los estudiosgerontológicos acerca de los actores de riesgoy, o protectores para el envejecimiento, o ambos.

En los últimos decenios y en distintas latitu-des, diversas investigaciones y teorías se han en-ocado en los actores protectores biológicos(como actividad ísica, sana nutrición) culturales ysociales (importancia de los vínculos) y cognitivos(mantener la actividad mental).

Sin embargo, ¿qué sucede con la persona?,¿cómo está posicionada rente al proceso delpaso del tiempo?, ¿cuál es la calidad del hués-ped en que se asientan esos procesos? Para lo-grar una intervención psicológica en orientacióny psicoterapia que sea eficaz a nivel individual yamiliar, no hay que partir de generalizaciones,sino entender el modo particular en que se con- jugan esos actores en cada sujeto.

Surgimiento de la psicogerontología

El siglo XXI instala con uerza nuevos paradig-mas en la concepción de salud y enermedad,

que tornan insoslayable la convergencia interdis-ciplinaria. A su vez, la posibilidad de dierenciarlos aspectos subjetivos de los biológicos y socia-les del envejecimiento, permite integrar estos en-oques en una visión compleja del enómeno, locual posibilitará tomar en consideración las múl-tiples dimensiones que inciden en su armado encada caso en particular, con el fin de superar deesta manera las visiones generalizadoras que pre-dominaban en la gerontología.

Las distintas calidades de envejecimiento ob-servadas en estos tiempos corroboran que, aun-que el organismo se desgaste e incluso suradeterioros, no siempre el sujeto declinará a ni-vel emocional y que, aun en aquellos que surencondiciones sociales adversas, su ortaleza emo-cional les permitirá seguir en la lucha por su viday ocupar un lugar en el mundo.

Se ha podido comprobar que el ser humanono es sólo eecto de su cultura y de su biología,de lo que le provoca su medio social y ocasionael deterioro de sus unciones, sino que, al mismotiempo, es un sujeto proactivo, constructor de suentorno cultural, de su cuerpo e historia y, por lotanto, de su modo de envejecer.

Estas evidencias han delimitado, desde losúltimos decenios del siglo veinte, el campo epis-temológico de la psicogerontología como abor-daje interdisciplinario del envejecimiento psíquiconormal y patológico, dierenciado de los campos

epistemológicos de la biogerontología y de la ge-rontología social, con los cuales se encontrabaconundido (Zarebski 1999, 2005, 2007).

El enoque psicogerontológico permite en-tender por qué la riqueza material o las buenascondiciones sanitarias no garantizan de por sí unabuena vejez. La comprensión de los distintos mo-dos de envejecer requiere de un paradigma queabarque la complejidad humana (Zarebski 2011c)lo cual implica que no alcance con los determi-nantes sociales y biológicos para entender lacalidad de vida en este proceso. Es necesario in-corporar los actores de personalidad y la historiade vida particular y vincular, que son los que vana marcar la dierencia entre las distintas vejecesalcanzadas. Considerar, además, que cada sujetoconstruye su cuerpo a partir del modo de llevar-lo y su entorno, a partir de la manera de relacio-narse con los demás. En este sentido, la vejez esconcebida como un trabajo de construcción quecada persona realizará en su devenir históricoy desde edades jóvenes, a lo largo del trayectode envejecimiento (Zarebski, 1999, 2005, 2007,2009a, 2009b, 2011a, 2011b, 2011c).


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Retos ante el envejecimiento en orientación y psicoterapia. Detección de actores de riesgo psíquico ...

Este trabajo anticipado del envejecer implicaun proyecto personal de vejez que –ya sea o noconsciente– cada sujeto gesta durante el trans-curso de su proceso vital. El concepto de antici-pación juega así un papel capital y requiere unaespecial proundización teórica e investigaciónen el discurso de los sujetos, a fin de poder en-tender cuáles serían esos mecanismos psíquicosque podrían ser indicativos de la posibilidad dearribar a un envejecer normal o patológico y queservirán de guía en las intervenciones psicológi-cas, tanto preventivas como terapéuticas.

Factores de riesgo psíquico de envejecimien-to patológico y actores protectores

A partir de la conceptualización de los meca-nismos psíquicos dierenciales que llevan a uno uotro desenlace, he desarrollado el concepto de:factores de riesgo psíquico de envejecimiento

patológico (Zarebski, 1999, 2005, 2008). Dichosactores son la maniestación de características depersonalidad generadoras de condiciones de vul-nerabilidad emocional y de creencias distorsiona-das rente a este proceso, así como problemas enlos vínculos durante el envejecimiento. Su contra-cara, los factores protectores, son los que permi-tirán resiliencia rente a los avatares del envejecer(Zarebski, Knopoff & Santagostino, 2004).

Enocados en el acontecer subjetivo, se tratade entender cómo poder armar el curso de la vida,y cuáles son sus eectos en el modo en que las per-

sonas de envejecen (Zarebski, 2005, 2011a, 2011c).Es cotidiano comprobar que el envejecimien-to patológico es uno de los desenlaces posibles enla vejez, que se presenta –amén de otros actores-como culminación de un proceso de claudicacióntotal del sujeto, por lo que es necesario avanzar entratar de entender cuáles serían las condiciones psí-quicas que avorecerían ese desenlace, lo cual permi-tiría, a su vez, conocer cuáles serían las condicionespsíquicas que avorecerían un proceso normal.

De este modo, se plantea la cuestión acercade la relación entre: modalidades de anticipación–o trabajo psíquico anticipado- y sus eectos enlos tipos de vejez a las que se arribe. En eecto, latarea preventiva se realizará sobre bases más só-lidas, en la medida que se cuente con una aproxi-mación a las condiciones psíquicas que avoreceno dificultan este trabajo psíquico anticipado.

Aquí se parte del supuesto teórico de que loque está en juego en el envejecimiento es la cons-trucción de la propia identidad, la cual se verá ame-nazada rente a este devenir. En caso de que ladimensión narcisista esté perturbada –como luegose desarrollará- esa construcción se verá dificultada,

también se desplegarán mecanismos deensivospropios del narcisismo (escisión, desmentida) quegenerarán el “desconocerse” rente a ese ser uturoy provocan eectos del orden de lo siniestro.

¿A qué se apunta con este desarrollo? A sos-tener que son las perturbaciones del narcisismolas que preveen una vejez como siniestra y lasque condicionarán que en eecto se termine así,como en una proecía autocumplida.

En concordancia con Bianchi (1987) en quela vejez, así como su anticipación, interroga alyo en sus reerencias identificatorias, lo que seobserva es que en eecto, las personas con unnarcisismo perturbado no soportan las -a ve-ces sutiles y otras veces notables -evidencias delpaso del tiempo, con lo cual esos cambios inevi-tables, en lugar de ser metabolizados de mane-ra gradual, surirán el eecto de mecanismos de

deensa específicos que dificultarán o impediránsu elaboración paulatina. Estas condiciones psí-quicas, operan desde edades jóvenes en contradel paso del tiempo hasta constituirse en facto-res de riesgo psíquico de envejecimiento pa-tológico (Zarebski, 1999, 2005, 2008), ya quela vejez irrumpirá sin una preparación adecuadadesde el punto de vista subjetivo, lo cual se verápotenciado por su conjugación con actores deorden biológico y sociocultural.

Por el contrario, un buen envejecimiento serápropio de un sujeto que estará en condiciones de

poner en cuestión y relativizar los prejuicios y elimaginario social en relación al hecho de llegar aviejo, así como las propias representaciones antici-padas respecto a la propia vejez, lo cual por nece-sidad va a implicar el replanteo de la imagen actualque se somete a cotejo. Ese espejo anticipado enque la persona se mira –como un anciano– avo-recerá la realización de un trabajo psíquico a tiem-po que evitará que se reuerce y consolide unarepresentación siniestra de la vejez, que bloquea-ría la elaboración anticipada de la misma.

En estos casos, desde edades tempranas es-tará posibilitada la realización de un trabajo psí-quico, de autocuestionamiento –como puesta encuestión del narcisismo- que reorzará la dimen-sión imaginario-simbólica y abrirá caminos haciala creatividad y la renovación del sentido de lavida. Éstas serán las condiciones –sobre la basede la permeabilidad entre instancias psíquicas,traducida como flexibilidad– para lograr el senti-do de continuidad en la propia vida y la elabora-ción gradual del envejecimiento.

Es así como la posibilidad de armar un en-vejecimiento normal se corresponderá con


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determinadas condiciones psíquicas: autocues-tionamiento, capacidad reflexiva y flexibilidad,entre otras. Si bien se requiere de un basamentoneuropsicológico para poder planificar la propiavida de acuerdo al proyecto de envejecimientoque se arme, así como para poder encarar unapostura preventiva con relación al envejecer; estacondición se verá perturbada de no estar acom-pañada, desde un punto de vista psicodinámico,por determinadas condiciones de personalidad.

Está comprobado, por otro lado, el eec-to benéfico que produce para la calidad del en-vejecimiento, una vida diversificada en cuanto avínculos, actividades e intereses (Waters & Good-man, 1990); Leturia, Yanguas & Leturia, 1994;Sáez, Meléndez & Aleixandre, 1995; FernándezBallesteros, 2009). Que el logro de una buenavejez no se mide sólo por el éxito individual, ya

que también radica en el armado de vínculos sa-tisactorios con el entorno. Numerosos estudiosde epidemiología social atestiguan que quienesestán más integrados a nivel social muestran ín-dices de morbilidad ineriores y una mortalidadmás tardía. La importancia de la afiliación comorecurso en una ase de la vida que requiere másque ninguna otra cosa la ayuda de los demás, esevidente (Fernández Ballesteros 2009).

A continuación se darán a conocer cuálesson los condicionantes psíquicos determinan-tes de la vulnerabilidad emocional -más allá de

las condiciones biológicas o sociales- que ope-ran durante el curso de la vida (Zukereld & Zuker-eld 1999; Zarebski, 2009a, Zarebski, 2011b) antelos eventos del envejecimiento y que llevarán asignificarlos como situaciones de adversidad (Za-rebski, 1999; 2004, 2005; 2008):

Personas que carecieron de vínculos tem-pranos que les hayan proporcionado seguri-dad, es decir, lo que se denomina experienciasde ¨apego seguro¨. Son aquellas que vivieron ensus primeros años de vida situaciones traumáti-cas y carecieron de un sostén adecuado que leshubiera ayudado a significarlas y elaborarlas. Otambién, la característica de este vínculo – porexceso o por deecto, esto es, por ausencia o ex-cesiva presencia – hizo que vivieran como trau-máticas algunas situaciones que no siempre loeran; por lo cual esta circunstancia no les permi-tió armar su identidad sobre bases firmes.

Sucesos o temas del envejecer que se vivencomo traumáticos (porque tocan con el desam-paro originario). Como consecuencia de estasexperiencias inantiles, no cuentan con la posibili-dad de ser resilientes rente a posteriores sucesos

de su vida y los “eventos expectables” del enveje-cer los vivirán como un trauma.

Modos patológicos de apego a los objetoscomo intento de llenar el “vacío”. A todo sujetose le presentan momentos en los cuales vacila elsentido de su vida, se desestabiliza, pierde el rum-bo, pero por lo regular es capaz de soportar la in-certidumbre mientras se logra reconstruir. Para laspersonas vulnerables, en cambio, esa sensaciónse vuelve insoportable y, se sienten al borde de unabismo; recurren, entonces, a intentos de llenaresos vacíos con objetos (son especiales candida-tos para “comprar” los objetos-etiche que promo-ciona la cultura actual: dinero, poder, ostentación,imagen) o con alguien que les orezca una supues-ta completud que les garantice- de manera iluso-ria- que no volverán a enrentarse a ese vacío.

Vínculos dependientes o sobreadaptados. A

partir de esa condición emocional, los vínculosque arman son dependientes, ya sea por sentir-se completados por otro o por vivir para sosteneral otro como completo, o porque dependen dealguna condición, posesión, unción, entre otras.Esta historia es típica de mujeres que vivieron“sobreadaptadas” a las necesidades de los otros,pendientes de colmar deseos de esposos, hijos,o de sus propias madres, por lo que llegan a olvi-darse e de sí mismas, hasta que el otro ya no estáo deja de necesitarlas, de manera que de nuevose enrentan con su vacío.

Bastón o sentido único, puesto en el trabajo, lapareja, hijos, imagen, entre otros. De tal modo quevivieron apoyados en un único apoyo, como ser al-guien importante en el trabajo (caso típico en los ac-tuales hombres mayores), o la condición de madre,esposa, ama de casa. Incentivada esta condiciónpor mandatos culturales, pero que “prendieron” enpersonas con una estructura débil y creyeron ga-rantizar así una vida de realización personal, dondeacataron el lugar que se les adjudicó.

Historia de duelos no elaborados. Este modode asumir un rol o de vincularse con otro, demodo pegoteado e indierenciado -ya que de-positaron en ello el único sentido de su vida- lle-va a que la eventualidad de su pérdida sea vividacomo la pérdida de la propia identidad, lo queimpedirá la elaboración y superación del duelo.

Posición rente a la pérdida. Recuperar todolo perdido o nada. Dado que se manejan con lalógica del “todo o nada” (Bleichmar, 1981) -vacíoo lleno- no hay matices, porque no soportan laalta apenas ésta asoma. Como puede observar-se, el problema no está en las pérdidas (inevita-bles) sino en el modo de aerrarse a lo perdido.


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Carencia de red de apoyo amiliar o social. Enconsecuencia, estas personas no pudieron diver-sificar sus apoyos, aprender a sostenerse un pocoen cada vínculo, unción o actividad. Ante la pér-dida, en la vejez, de estas ayudas no aceptan lamano que se les tiende. Las propuestas nuevaspara compartir y armar nuevos lazos, racasan.

Achatamiento del mundo representacional:escasa mentalización. Debido al modo esque-mático de resolver sus situaciones vitales, convínculos monótonos, casi burocratizados, contendencia a simplificar y a seguir caminos antesmarcados, su mundo psíquico y sus redes neuro-nales se llegan a conormar de igual modo: cha-tura y pobreza, con escasa o nula creatividad (porbrillantes que pudieran haber sido en algún desem-peño, incluso intelectual).

Tendencia a la descarga somática o com-

portamental. Como consecuencia de lo anterior,todo aquello que no se pudo elaborar, poner enpalabras y, ensanchar el pensamiento, se descar-gará por la vía de los síntomas corporales o com-portamientos desajustados; lo cual se constituyeasí en la base emocional para las patologías orgá-nicas más comunes en el envejecer.

Empobrecimiento imaginario-simbólico yemocional. No sólo los pensamientos se empo-brecen, sino que también el mundo de las emocio-nes, de la imaginación, de los aectos compartidos,se hace más angosto. Se trata de personas que no

aceptarán en los grupos la propuesta de jugar o derepresentar diversos personajes, ya que todo cam-bio lo vivirán como amenaza de desestabilización.

¿Por qué estas condiciones de vulnerabilidadincidirán en el envejecimiento? La respuesta sur-ge de lo hasta aquí planteado: la identidad, al es-tar sostenida con ragilidad en algunos apoyos alos que adhería con uerza, se derrumbará antelas pérdidas de esos sostenes únicos que acarreael paso del tiempo y sus avatares: jubilación, viu-dez, independencia de los hijos, cambios en laimagen, entre otros y de esta manera la continui-dad identitaria se quiebra, por lo cual será nece-sario sostenerla a través de los cambios.

Las condiciones de vulnerabilidad que aquí sepresentan, son las que darán lugar -ante los even-tos expectables del envejecer- al colapso narci-sista, con sus maniestaciones clínicas, somáticasy comportamentales desajustadas, como ser lascaídas recuentes, (Zarebski 1994, 1999) cuando laidentidad sostenida de manera érrea en aparien-cia –aunque en realidad, es rágil–, se derrumba.

Es habitual pensar que lo problemático delenvejecer son los actores culturales –como los

prejuicios, maltrato, desconsideración para con lagente mayor– y los actores biológicos, es decir,el desgaste inevitable y achaques; sin embargo, loque no suele tomarse en cuenta es lo que se acabade describir como actores emocionales, de perso-nalidad, que en esencial van a tener que ver con esacaracterística patológica del narcisismo que no va apermitir realizar los replanteos a tiempo.

Una vida de pobreza psíquica, aectiva y esca-sa de vínculos presagia un envejecimiento patoló-gico en mayor medida que la pobreza material ycognitiva. Someterse, por diversas circunstancias,a una vida de autómata, sin autocuestionamien-tos, con estímulos ambientales pobres, creenciasrígidas y cristalizadas, excesiva seguridad y mono-tonía, es lo que poco a poco avorece las condi-ciones para la depresión y la demencia. Cuandolas circunstancias vitales del envejecer sorpren-

den a las personas sin tener la preparación men-tal, aectiva y vincular adecuada para sostener uncambio ante situaciones de adversidad.

De todos modos, las condiciones enumera-das de vulnerabilidad emocional– y su contraca-ra, las de resiliencia – podrían resultar hasta aquíabstractas o diíciles de detectar, si sólo queda-ran planteadas en un plano teórico. Es por esoque se han desarrollado una serie de indicadoresque son el modo de maniestarse en el lenguajey las conductas de las personas desde edades jó-venes, lo cual permitirá su modificación preventi-

va, una vez detectados, en ámbitos proesionalesde abordaje individual o grupal.Los ya antes denominados actores de riesgo

psíquico de envejecimiento patológico servirán deguía, al modo de “señales en el camino” (Zarebs-ki, 2008) que deberán alertar y llevar a revisar elmapa trazado o a cambiar el rumbo a tiempo.

Éstos, y su contracara, en tanto actores pro-tectores- son, por lo tanto, la maniestación delnarcisismo patológico, base de la vulnerabilidademocional señalada, (o bien, del narcisismo nor-mal, en el caso de los últimos mencionados), quese acompaña de creencias distorsionadas - comoson: prejuicios y problemas en los vínculos.

Si los actores de riesgo son aquellos queproducen un aumento en la probabilidad deocurrencia del envejecimiento patológico, losprotectores son aquellos que disminuyen es-tas posibilidades, permiten una mejor calidad devida y, avorecen el desarrollo psicosocial y la sa-lud ísica y mental. De la interacción de ambos, sedesprende el grado de vulnerabilidad (potencia-lidad de que se produzca un riesgo o daño) o deresiliencia rente a los mismos.


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A continuación éstos se presentan organi-zados en 10 dimensiones, que dieron lugar ala construcción y aplicación de las herramientaspsicológicas para su detección, que más ade-lante se detallan. La carencia de los siguientesactores protectores deberá ser leída como pre-sencia de elementos de riesgo de envejecimien-to patológico.

Factores protectores para el envejecimientoFlexibilidad y disposición al cambio

La flexibilidad constituye el principal atributo de unnarcisismo normal. El grado de flexibilidad o de ri-gidez llevará a la aceptación o no de los cambios ylas transormaciones que implica el envejecimientopara la propia identidad y se pondrá en juego res-pecto a puntos de vista, hábitos y rutinas. Asimis-

mo, implica la apertura a lo nuevo, a aprender, a labúsqueda de nuevas actividades, a generar nuevosproyectos. Se desprenden de ella la posibilidad derelativizar, de ser selectivo y de reajustar las metas.

La posibilidad de relativizar, como rasgo desabiduría, está muy bien descripto por los ex-pertos en el tema (Hoffman, Paris & Hall, 1996):“Una sabiduría que se basa, no solamente en laexperiencia, en la acumulación de conocimien-tos, sino también en la capacidad de relativizarlos hechos y acontecimientos sociales…”

Respecto a la selectividad y el reajuste de

metas (Carstensen, 1991) se puede decir que serála posibilidad de tener en cuenta los límites y ladisposición al cambio lo que permitirá ser selec-tivo en vínculos y actividades, así como reajustarlas propias metas, lo cual otorgará mayor senti-miento de eficacia personal, tal como comprue-ba Carstensen.

Autocuestionamiento

Otra aceta derivada de un narcisismo normal, re-lacionada con la disposición al cambio –esta vezen aspectos que hacen a modos de ser del suje-to- es la posibilidad de autocuestionarse rasgos yactitudes propios. Estas características se asien-tan en la aptitud para replantearse una identidadunívoca, sostenida con rigidez (“yo soy así”) demodo de poder enrentarse a las propias allas, alas incompletudes, a las propias carencias. Inclu-ye la posibilidad de superar posiciones omnipo-tentes y de autosuficiencia o bien de impotenciageneralizada. Se vincula con la apertura a lo nue-vo, en cuanto a la posibilidad de enrentarse anuevas acetas de uno mismo.

También implica poder replantearse temasevitados de orma habitual (“de eso no se habla”). Y en general, aceptar que se replantee, con pers-pectiva de uturo, la imagen, el rol, la unción ac-tual: ser joven.

Respecto a los cambios en la propia imagen,poder autocuestionar la valoración de la imagenexterna y los cánones de belleza incorporados.La posibilidad de dialectizarla con el plano de lainterioridad, de modo de recuperar bellezas me-nos eímeras, permitirá reconciliarse con el pro-pio envejecimiento.

Autoindagación, reflexión y espera

El autocuestionamiento va de la mano de la po-sibilidad de un encuentro consigo mismo, queaculte pensar antes de actuar – por lo tanto, to-

lerancia a la espera- y reflexionar, a través de unproceso de autoindagación.La actitud reflexiva es indicativa de la posi-

bilidad de estar a solas y, o compartir los propiospensamientos, o ambos. Permitirá desarrollar lacapacidad de realizar una revisión periódico delcurso de vida pasada hasta la actualidad, incluidoslogros y racasos La importancia de detenerse ha-cer estos balances radica en que “una revisión re-trospectiva de la vida puede llevarlos a reevaluarpositivamente sus capacidades y a hacer los girosimportantes de su existencia, y por lo mismo, ayu-

darles a atravesar con éxito las crisis existencialesuturas…” (Aguerre & Bouffard, 2008, p. 1155).Lo dice muy bien Conde Sala (1997):

Esta reflexión sobre las cosas que suceden ohan sucedido en sí mismo y en su entorno presu-pone una cierta interioridad, un saber estar solocon uno mismo, para poderlas pensar. Esta acti-tud que podemos ver recuentemente en las per-sonas mayores no hay que conundirla con elensimismamiento, con el aislamiento. Es una ac-titud saludable y necesaria, es la actitud de aquelque necesita un cierto silencio para poder pensaren algunas cosas importantes. Se trata de una in-terioridad, que se activa para permitir una tareade reordenamiento de la propia identidad. Laspersonas que no pueden desarrollar esta actitudson aquellas que van a tener más dificultades paraelaborar y asimilar su envejecimiento… (p. 81).

Es que, como se ha desarrollado aquí, la ame-naza que representa el envejecimiento a nivel subjetivo es la propuesta de metamorosis para el Yoque implica el paso del tiempo, lo que los autores


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antes mencionados plantean como “giros impor-tantes de su existencia” y “reordenamiento de lapropia identidad”. La disposición reflexiva y de au-toindagación permitirá replantearse el sentido dela vida, condición indispensable para un envejeci-miento saludable, como demuestran numerosasinvestigaciones que hacen hincapié en la realiza-ción de actividades con sentido propio como con-dición para su logro (Colcombe & Kramer, 2003).

La vejez -y sus circunstancias- descubre ver-dades que habían permanecido ocultas y que nose habían podido escuchar antes. La posibilidadde enrentar estas verdades y su reconocimientocomo parte constitutiva de sí, permitirá ser másauténticos en el camino a la sabiduría.

Riqueza psíquica y creatividad

La disposición a los cambios mencionados y lacapacidad reflexiva se asientan en la riqueza deun Yo bastante complejo en cuanto a la permea-bilidad interna-externa y la capacidad elabora-tiva, lo que permite poner en juego y expresarrecursos imaginario-simbólicos: acceder a anta-sear, imaginar, jugar, desear y conectarse con lospropios sueños. Incluye la posibilidad de poneren palabras aectos, angustias y preocupaciones.

Se trata de un psiquismo que fluye a travésde conexiones internas entre distintas instanciaspsíquicas y en vinculación fluida con las redes

externas, en un intercambio recíproco abierto alenriquecimiento y la creatividad, la cual es unacondición para poder re-crearse a través de losavatares del envejecer, se vincula con la dispo-sición al buen humor, rasgo destacado con am-plitud en los estudios de resiliencia (Rodríguez,2008; Viguera, 2006). A su vez, la riqueza psíqui-ca se conecta con el plano de la espiritualidad,otro de los aspectos destacados en los estudiossobre sabiduría (Asili, 2004; Rivera Ledesma &Montero López, 2007).

Pérdidas, vacíos, compensación con ganancias

Las pérdidas inevitables por el paso del tiempo,característica en la cual los estudios sobre vejez desde una perspectiva deficitaria han hecho yasuficiente hincapié, pondrán en juego la posibi-lidad que tenga el sujeto de elaborar los duelos,en la medida en que pueda disminuir su impactonegativo a partir de nuevas adquisiciones o or-mas de valoración de lo perdido.

La compensación de pérdidas con ganan-cias, mecanismo bastante desarrollado en el plano

cognitivo desde los estudios pioneros de Baltes &Baltes (1990), será una posibilidad no sólo alcanzablecon estrategias para desenvolverse en la vida coti-diana, no sólo se reerirá al desarrollo de nuevas po-tencialidades que permitan compensar limitaciones,sino que también se pondrá en juego respecto al usodel tiempo libre, a los nuevos horizontes o nuevosvínculos que podrán compensar otros ya perdidos.

No quedar adherido al pasado, asentar laautoestima en el presente con recuerdos remi-niscentes y no nostálgicos, hará que ésta se con-serve en la medida en que se sostenga en logrospresentes, sin necesidad de recurrir al relato in-terminable de vanaglorias de otra época. Los quese aerran al pasado y sienten, desde la nostal-gia, que ya no hay tiempo para nada bueno, quelo mejor ya pasó, que todo tiempo pasado uemejor, no sólo se pierden de vivir lo rescatable

del presente, sino que tampoco serán capacesde elaborar algún proyecto que los motive paraseguir. En estos sujetos, a partir del vínculo nar-cisista con aquello perdido, nada podrá compen-sar su pérdida: “o todo lo perdido o nada”. Comopodrá hacerlo, en cambio, aquél que evoca susrecuerdos de manera placentera, porque lo rea-firman en el presente y los valora como bienes atransmitir a las generaciones que le sigan, con loque adquieren, así, proyección de uturo.

Incluye la posibilidad de soportar momentosde vacío vital y de incertidumbre. Esta es la cara

positiva del envejecer: se abren vacíos que invitana replantearse el sentido de la propia vida y actúancomo un desaío a llenarlos de orma creativa.

Autocuidado y autonomía

Responsabilizarse del cuidado personal en lasalud y en la enermedad se asentará en la po-sibilidad de tener en cuenta los límites en el des-empeño corporal, que se pondrán en evidenciaen el proceso de envejecimiento.

Aprender a escuchar las señales del paso deltiempo provenientes del organismo y enlentecerel paso -en todos los órdenes- hará prevalecer elautocuidado. Hacerse cargo del sostén de la pro-pia salud, mediante el aprendizaje de los excesospropios y ajenos, será eecto de la posibilidad deautocuestionamiento. De cómo el sujeto porte sucuerpo, lo goce, maltrate o desconozca, va a de-pender en gran parte la adecuación al paso deltiempo y la conservación de la autonomía, aun-que se requieran ciertos apoyos.

Las recomendaciones habituales acerca delcuidado de la salud, reeridas por lo general a la


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actividad ísica y a una adecuada alimentación, sedeberían enmarcar en las características de per-sonalidad que aquí se han comentado. Respectoa la primera, hay interesantes avances en la deter-minación del eecto positivo que tiene su prác-tica en el plano cognitivo (Colcombe & Kramer,2003), pero también se comprueba que su al-cance benéfico en el envejecimiento será mayorsi se complementa con la posibilidad de detener-se a reflexionar y darle sentido propio a la vida.

Aunque se tenga alguna enermedad o dis-capacidad, no será lo mismo en condiciones devulnerabilidad emocional que en las otras contra-rias. Funcionar con autonomía a pesar de patolo-gías y de situaciones limitantes e incapacitantes,aun con ciertos apoyos, será eecto del deseo deseguir adelante y de la posibilidad de despegarsede mandatos y modelos impuestos.

La convicción de que nunca se tiene todo,que toda persona es un ser incompleto, carente,y que de un modo u otro todos recurren a alguna“prótesis” para sostenerse, ayudará a incorporarlacuando sea necesario usar alguna. Para algunos,necesitar un bastón, una silla de ruedas, inclusoanteojos, será catastrófico, porque sienten me-noscabada una imagen que pretenden sostenercomo completa; en estos casos, incluso prefierenlimitarse, dejar de leer, aunque haya sido su acti-vidad avorita, o no salir y recluirse en su hogar,con tal de que nadie descubra lo que viven como

su racaso.Posición anticipada respecto a la propia vejez

El trabajo psíquico anticipado y gradual respecto ala propia vejez desde joven y respecto a la finitud yla muerte, conllevará una serie de tareas, como ser:aceptar pensar o reflexionar de antemano respec-to a esa condición utura, incluir al envejecer entrelos ideales a alcanzar (con expectativas positivas delongevidad y de conservación de la autonomía), enla perspectiva de aprovechar la vejez para el cum-plimiento de deseos, ideales y proyectos.

La elaboración gradual de las marcas biológi-cas y sociales del paso del tiempo y la posibilidad decuestionar los prejuicios (propios y ajenos) respectoa la vejez, son condiciones psíquicas que permitiráncumplir con las otras dimensiones, así como soste-ner la continuidad identitaria a través de los cambios.

Respecto a la superación de prejuicios y es-tereotipos, incluida la idealización de la vejez, esun tema estudiado con amplitud en gerontología(Butler & Lewis, 1973). Quienes cuentan con unnarcisismo perturbado necesitan atribuir a otro, a

partir de algún rasgo, la totalidad de lo negativo odespreciable (Bleichmar, 1981). Al depositarlo enotro se salvan –tienen la idea ilusa- de serlo. Perode ser viejos –a menos que se muera antes- na-die se salva. Con lo que el prejuicioso termina porser víctima de sus propios prejuicios.

La teoría de la continuidad (Atchley, 1989) hadestacado la importancia del logro de la continui-dad en el envejecimiento. El presente marco teó-rico acerca de los actores protectores, que poneel eje en el narcisismo y en la identidad, ha inte-grado este concepto desde sus primeras investi-gaciones (Zarebski, 1999, 2005, 2008) como ejedefinitorio de un envejecimiento normal, en cuan-to a la continuidad identitaria, dierenciado del de-rrumbe o quiebre de la identidad, propio de unopatológico. Además se puede ver su engarce conlas otras dimensiones, en el complejo trabajo psí-

quico que implica el roceso subjetivo del enveje-cimiento que, al enlazar el pasado con el presentey con proyección al uturo, contribuye al logro dela continuidad identitaria, condición definitoria,como ya se ha mencionado, para la construcciónactiva de un envejecimiento normal.

Posición anticipada respecto a la finitud

Como se acaba de señalar, la perspectiva de acep-tación de todo el curso vital incluye a la finitudcomo gran límite que acompaña a la vida y por lo

tanto, la muerte propia. Los recursos personales enel plano espiritual, entre los cuales se destaca la in-corporación del sentido de trascendencia, son losque posibilitarán su aceptación, aunque ésta no im-plicará una entrega a la muerte. En palabras de Fer-nando Ulloa (s/): se trata de “vivir hasta la muerte yno hacia la muerte”, ya que esto último es entregar-se, bajar los brazos, sentarse a esperarla sin pelear ydejar que la muerte se cuele por los resquicios de loque uno deja sin vivir. Aunque también es pretenderno saber de ella y desconocer toda señal, en un ca-mino que acelera su llegada.

Vivir hasta la muerte implica, en cambio, dela mano de Eros, complejizar el camino, probarpor otros senderos, de modo tal que aquélla lle-gue en el momento indicado, cansado ya de tan-to vivir, al final del camino.

Vínculos intergeneracionales

La ubicación del sujeto como un eslabón en lacadena generacional, ya sea en lo amiliar o enlo sociocultural, a través de la recuperación dellegado de los antecesores y de su transmisión a


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los que siguen, contribuirá al logro de la continui-dad entre generaciones y, permitirá conservar lamemoria de los que ya no están como modo deconstruir el uturo para los que vengan después, amodo de puentes entre generaciones.

Lo anterior implica ubicarse como mentory guía de los más jóvenes a través de la gene-ratividad (Erikson, 1985), que evitará malestaresintergeneracionales y posibilitará la valoraciónpositiva de los vínculos entre distintos gruposetarios. Poder ubicarse como un eslabón más enese encadenamiento es adquirir la humildad desaberse ni más ni menos que eso: un simple es-labón en la cadena. Con toda la responsabilidadque le cabe a quien debe contribuir al logro de lacontinuidad y evitar que se corte ese encadena-miento, ya sea en lo amiliar o en lo sociocultural.

Aunque no se haya sido padre ni abuelo, la

posibilidad de enlazarse en el vector temporalhacia delante y hacia atrás, será una condición decrecimiento personal, como destacara Erikson,con la vista puesta en un horizonte que irá másallá del alcance de la propia mirada.

Reconocer las dierencias entre generacio-nes supone superar la concepción circular deltiempo que lleva a repetir historias ajenas, loque permitirá dierenciarse de otros modelos odel modo de envejecimiento de padres o abue-los. Abrirse a la construcción del propio camino,será inherente a la aceptación del propio tiempo

como finito, como camino que en algún momen-to llegará a su fin.

Diversificación de vínculos e intereses

Las investigaciones internacionales subrayan laimportancia de la implicación social con elpaso del tiempo, a saber: seguir involucrado conla amilia y los amigos, mantener redes diversasde apoyo, realizar tareas de voluntariado, trabajar después de la jubilación y, o comenzar nuevostrabajos, o ambos. Además, Carey (2009) sostieneque con cuanta más gente uno tenga contacto,tanto en su casa como auera, mejor estará en elaspecto ísico y mental; asimismo, que para inte-ractuar con regularidad, con gente incluso con ex-traños, los seres humanos utilizan tantas destrezasmentales como para resolver problemas.

La rase alude a la interrelación entre las re-des externas y las internas: la red psiconeuroin-munoendocrinológica (PNIE) con la del lenguajey las sociales. Se ha demostrado cómo cada unaenriquece a la otra y que este entretejido tieneeectos a nivel cerebral (Zarebski, 2011d).

Interactuar con otros también provee ma-yor destreza cognitiva, porque hay una corres-pondencia entre la red interna neurológica y lade vínculos: la participación en tareas complejasexige la puesta en marcha de recursos y capa-cidades cognitivas. Así se comprueba que pasaralgunas horas por día en actividades mentales yrecreativas disminuye el riesgo de demencia (Ca-rey, 2009). Es que lo social y lo cognitivo se co-producen, son dos caras de una misma moneda.

En el campo de las neurociencias ya estádemostrado con amplitud que el aprendizaje yla multiestimulación permiten la producción denuevas células y avorecen la plasticidad neuro-nal. Estos avances permiten pasar de una visiónestática del sistema nervioso a una concepciónplástica del mismo y del determinismo genéticoa la determinación del sujeto en el armado de

su curso vital; lo cual representa un aporte un-damental para la teoría del curso de la vida (Bal-tes & Schaie, 1973; Neugarten, 1999; Zarebski,2005, 2011a), desde el momento en que permi-te comprobar por qué al envejecer cada sujetoes singular y cada cerebro es único. (Ansermet &Magistretti, 2006).

De ahí los eectos positivos de seguir conec-tado y estimulado, ya que se produce una con-tinua modificación de las sinapsis a lo largo detoda la vida: el cerebro tiene una estructura y ununcionamiento que se mantienen a través del

tiempo en un constante estado dinámico, lo cualhabilita la posibilidad de generar cambios en éla través de intervenciones psicológicas y modi-ficaciones ambientales. Se comprueba una vezmás que la genética no es lo único ni lo de mayorpeso en la aparición de la enermedad, sino quese une a actores de desarrollo y ambientales.

La existencia de vínculos e intereses diversosse correlaciona con la diversificación de ideales yes indicativa de la superación de vínculos depen-dientes, como actor protector rente a las pérdi-das. Implica apertura al auera, a los otros y porlo tanto, posibilidad de descentramiento. Unavinculación diversificada evitará el riesgo de vi-vir centrado excesivamente en uno mismo, conel ensimismamiento narcisista y regresivo que im-plica; porque la dependencia emocional de otro,de un rol, de una unción, lleva en la vejez a dosdesenlaces por igual temidos: la soledad y el ais-lamiento por un lado, o bien, la caída en la de-pendencia total y, por otro, ante vacíos que sepresenta por la pérdida de ese bastón único deapoyo, mismos que no se podrán recubrir al ca-recer de apertura a lo nuevo.


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Hay señales anticipadas que indican cómo ar-mar el propio camino a fin de evitar el desenlacetan temido de llegar a ser una carga para los hijos.No vivir apoyado en un solo bastón, sino diversifi-car desde jóvenes las ayudas, de modo tal que, encaso de uno flaquee, se encuentre apoyo en otro.No esperar nada más el sostén amiliar, sino dar-se cuenta que hay otros que podrían tender unamano. Del mismo modo, no apostar todo a unaunción, ya sea intelectual, maternal o genital, asícomo al rendimiento deportivo, entre otras.

También es necesario revisar el modo narci-sista de ejercer la sexualidad y la abuelidad: si seapuesta todo el erotismo al rendimiento genital oa la imagen lozana, la sexualidad se verá menos-cabada al envejecer. De igual modo, ubicarse enla amilia como padres o madres únicos y omní-modos, sin dar lugar a que se reproduzca en los

hijos la unción materna o paterna, no sólo lle-vará a avasallar su lugar de padres, sino que seomentará un conflicto amiliar, al mismo tiempoque la conusión en la mente de los nietos; conello, y de manera imperceptible, se gesta para lapropia persona un uturo de soledad y abando-no por parte de aquéllos. A fin de evitarlo, se de-berá cuestionar el modo de ser presente desdeesa perspectiva utura: construirse, descubrirsey crearse, desplegarse en distintas direcciones ygenerar diversas redes de apoyo. No vivir pen-dientes de un único soporte, más aún cuando

hoy en día se cuenta con tantas propuestas departicipación y enlace.La brújula que orientará en esta construcción

será el interjuego entre el despliegue de los pro-pios deseos y la incorporación de los límites queimpone el paso del tiempo.

Herramientas de detección tempranaCuestionario ̈ Mi envejecer¨ (CME)

Los actores de riesgo psíquico de envejecimien-to patológico (Zarebski, 1999, 2005, 2008) sir-vieron de base a la construcción del cuestionario¨Mi envejecer¨ (CME) (Zarebski, 2014) herramien-ta de evaluación cualitativa y de intervención pre-ventiva, validada a lo largo de 15 años en diversosámbitos y latitudes, en sus dos versiones: hasta 59años y a partir de 60.

El CME es una herramienta de doble alcanceo propósito:

Técnica de evaluación psicológica para ladetección temprana de actores de riesgo psíqui-co, protectores y de resiliencia rente al procesode envejecimiento.

Instrumento de Intervención psicogeronto-lógica con incumbencia en el área del trabajopreventivo y en el campo de la atención clínica,de uso individual y grupal.

En la aplicación del CME como herramientade evaluación, se detectan los psicodinamismosque promueven la elaboración anticipada de lavejez y se puede observar cómo se organizan po-sicionamientos subjetivos que muestran dieren-tes modalidades de envejecer.

Como instrumento de intervención, la utili-zación del cuestionario en distintos ámbitos deaplicación ha permitido comprobar que es unaexcelente herramienta preventiva que permiteponer en juego y promover los mecanismos deanticipación necesarios para elaborar un enveje-cimiento saludable. Así como también potenciaruna actitud protagónica en relación al propio en-

vejecimiento, con despliegue de proyectos conbase en deseos e intereses actuales.De modo que el CME en sus dos versiones

puede ser utilizado tanto en personas mayoresque se acercan a actividades en ámbitos diversos:universidades de la tercera edad, centros y clu-bes de jubilados, hospitales y centros de día, resi-dencias permanentes para mayores o bien, en elámbito clínico, así como en actividades especial-mente destinadas a personas de mediana edad yen alumnos y proesionales interesados en capa-citarse y en trabajar con la temática del envejeci-

miento, a fin de evaluar y reflexionar acerca de sudisposición personal hacia este proceso.Este instrumento de evaluación, interven-

ción y de aplicación para el trabajo preventivo,es concebido en continuidad con el pensamien-to de Bernice Neugarten, pionera norteamerica-na en el campo gerontológico, según la cual enun uturo inmediato:

“[…] probablemente podremos ganar muchoen nuestra habilidad para predecir resultados sicentramos nuestra atención más en las cosas queimportan a los individuos que estamos estudian-do, lo que el sujeto considera importante en supasado y su presente, lo que planea hacer con suvida, lo que predice que va a pasar y qué estrate-gias elige; en resumen, si hacemos mayor uso delindividuo mismo como el agente que inorma ypredice”. (Neugarten, 1999, p.104).

El cuestionario está diseñado con preguntasabiertas, que proporcionan inormación del eva-luado y que permiten proundizar sobre determi-nados aspectos considerados relevantes. Por lo


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regular, dicha técnica es bien aceptada por lossujetos, se presenta en ormato de papel y lápiz yrequiere de unos 30 min para responderse.

Inventario FAPREN (FActores PRotectores para el ENvejecimiento)

A partir de la rica experiencia obtenida con laaplicación del CME, se ha desarrollado un ins-trumento objetivo construido con base en losactores protectores para el envejecimiento –contracara de los actores de riesgo- conjuga-do con los rasgos de personalidad propios de lasabiduría en la vejez, señalados por diversos in-vestigadores en el tema (Meléndez & Gil, 2004;Kunzman, 2009).

El FAPREN permite evaluar los actores pro-tectores para el envejecimiento a través de 80

reactivos agrupados en 10 dimensiones, que seresponden por respuestas cerradas de SÍ o NO. A través de la aplicación del CME y del

FAPREN se busca detectar los actores de perso-nalidad enumerados en las dimensiones presenta-das, los cuales inciden en la posibilidad de arribar aun envejecimiento normal o bien patológico, e in-dagar con anticipación cuáles son los mecanismosque se ponen en juego en cada sujeto.

Cabe destacar la importancia de que la per-sona logre cumplir con armonía la totalidad dela evaluación; es probable que ninguno cumpla

con todos por igual, por eso es importante de-tectar los puntos de riesgo, a fin de trabajarlos se-lectiva y preventivamente. Tanto las teorías comolos mismos participantes, suelen apoyarse en va-lorar alguna de sus dimensiones, y dejan de ladoo no consideran otras, lo cual se torna en riesgopara el desarrollo armónico del conjunto y po-drá conducir a desequilibrios ante situacionesdesestabilizadoras.

REFLEXIONES FINALES

Lo más notable que aportan los avances cientí-ficos recientes es la evidencia de la interrelaciónbiopsicosocial a lo largo de la vida: el eecto de lasactitudes y de la calidad de los vínculos en el un-cionamiento cerebral; lo cual es una comprobaciónde lo que la autora ha sostenido desde su propiaexperiencia proesional y docente: la correspon-dencia entre la red interna PNIE y la externa de vín-culos: a mayor riqueza de una, más se enriquecerála otra, en relación recíproca y dialéctica.

Lo que importa destacar en estas investiga-ciones es que permiten comprobar la concepción

compleja del sujeto: “las relaciones sociales in-crementarían la reserva cognitiva al exigir a lossujetos una mayor y más eficiente capacidad co-municativa así como la participación en tareascomplejas que exigen la puesta en marcha de re-cursos y capacidades cognitivas” (Rodríguez &Sánchez, 2004, p. 178).

Esta concepción de reserva es interesante yes necesario ampliarla en los estudios gerontoló-gicos, según se propone en la anterior edición dellibro (Zarebski, 2011c); al que aquí se agrega, des-de la propuesta acerca del armado de una identi-dad y un Yo complejo a lo largo de la vida, es queno es suficiente con poner el oco en la ‘reservacognitiva’ o en la ‘reserva cerebral’, pues así sólose pone -como hasta ahora- el acento en cues-tiones parciales. Lo que aquí se plantea, y se co-rresponde con el enoque complejo de la PNIE,

es la importancia de encarar la construcción porparte del sujeto de un andamiaje constituido por:En la construcción de esta reserva huma-

na, se afianzarán los actores protectores para elenvejecimiento, detectables a través de herra-mientas como el cuestionario ¨Mi envejecer¨ y elinventario FAPREN, que aquí se presentan.

Hablar de “reserva”responde a una perspecti-va utura que podrá ser de carencia. Esto es, a unapreparación anticipada desde el presente para ha-cer rente a esa posible y, en algunos aspectos,previsible carencia: hay desgastes inevitables.

Lo que aquí se postula es que si el sujeto semantiene estimulado, activo, en movimiento, estarenovación del sentido de su vida y de sus redesde apoyo tendrá un eecto enriquecedor en lasredes internas biológicas, emocionales y cogni-tivas. Es decir, que se trataría de incrementarla complejidad del sujeto para compensar lapérdida de complejidad de los mecanismosbiológicos, en línea con la idea de que, más quetratarse de la determinación genética, lo determi-nante es lo que haga el sujeto con su propia vida.

A través de estas intervenciones, se compruebaque construir resiliencia durante el envejecimiento,construir un espíritu “joven”, activo, vital, hasta el finde los días, requiere de plasticidad neuronal, perotambién de la flexibilidad emocional, corporal, vin-cular, espiritual, para armar el propio mundo, reno-var de manera permanente el tejido, enlazado, sintironeos, sin cortes sino, por el contrario, entretejer-lo con nuevos hilos y colores.

Por ortuna en los últimos años ue posibleentender cómo ese desenlace se arma desde la juventud, lo cual permite actuar para prevenirlocon anticipación o intentar torcer ese destino una


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vez que ya está instalado. Hay múltiples ejemplosde personas que lo lograron, que pudieron en-contrar una “tabla salvadora” en los grupos y ta-lleres, para alivio de sí y de sus amiliares. Es decir,lograron hacer replanteos y cambios, aún en susaños tardíos, a partir de acciones preventivas deproesionales capacitados que en la actualidad

trabajan sobre los actores protectores y de ries-go de envejecimiento patológico y utilizan estasherramientas en sus prácticas como instrumentode evaluación e intervención.

Hoy día, los psicólogos, junto con otrosproesionales, buscan cuestionar el estereotiposocial de la persona mayor como individuo ais-lado y desinteresado por aquello que lo rodea,improductivo y en proceso regresivo. Por ello

es necesario que los que no estén ormados enel tema, se enrenten a los propios prejuicios,tanto teóricos como personales, con el in desuperarlos. Asimismo, se necesitan más investi-gaciones que examinen la complejidad dinámi-ca del envejecimiento subjetivo; éstas, a su vez,requerirán de la apertura de los clínicos para la

integración de enoques teóricos diversos, asícomo su incorporación a la interdisciplina quereclama la salud mental en el envejecimiento.El gran reto es que éstos estén capacitados enpsicogerontología, de modo que puedan apo-yar tanto en la orientación como en la psico-terapia en cuanto a lo que el curso vital sueleinterrogar, conmover o perturbar a las perso-nas y a su medio amiliar.

PLASTICIDAD

Reserva cognitiva+

Reserva cerebral+ Todo lo cual conformará la

Reserva emocional reserva humana + para envejecer

Reserva vincular +

Reserva corporal +

Reserva espiritual

Figura 1-1. Sumatoria de reservas que, atravesadas por la plasticidad,conforman la reserva humana (Zarebski, 2011c).

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Envejecer con dignidad, algunos desaíospara la psicoterapia en el procesode envejecimiento. Retos personales

e institucionales en la etapa de la vejezMaría Eréndira Aréchiga Silva1

Universidad Iberoamericana

RESUMEN

La vejez brinda la oportunidad de revisar la vida, replantear, resolver y vivir en plenitud. Esees un trabajo personal, que requiere cuidado y amor a uno mismo. La vida empieza cada día,cada día tiene un propósito, cada día se teje el destino. Frecuentemente los adultos mayoresse preguntan ¿Por qué me dejó Dios vivir tantos años?, ¿Por qué la luz de la vida se está apa-gando? pero al final del camino muchas preguntas quedan sin respuesta, nadie sabe por qué

vivimos, sin embargo se nos da la voluntad para decidir qué hacer con el tiempo de vida. Eneste sentido, el área de psicología tiene grandes desaíos y compromisos con la población ensituación de vulnerabilidad como es la de los adultos mayores, quienes en muchos casos ne-cesitan psicoterapia para elaborar duelos, en otros necesitan elaborar procesos que la etapafinal de vida les demanda. Existe la necesidad de resolver las culpas que atormentaron, los

miedos que paralizaron y los errores que no se perdonaron. Es la etapa donde quizá, el serhumano tiene mayor oportunidad de otorgar y pedir perdón. La vida al final del camino brin-da la paz para despedirse o la oportunidad para cerrar poco a poco el ciclo de vida.

Palabras clave: vejez, duelo, proyecto de vida, psicoterapia, psicogerontología

ABSTRACT

Aging provides an opportunity to review, rethink lie, and to ully live and resolve lie. Thisis a personal labor which requires care and love or onesel. Lie starts every day, each dayhas a purpose, and every day ate is woven. Ofen seniors wonder, why does God allow me tolive or so many years ?, Why is the light o lie is ading?; and at the end o this road manyquestions remain unanswered, no one knows why one lives, nevertheless the will to decide

what to do with our lives is given to us. Thereore, psychology has major challenges and com-mitments to these vulnerable population, that o the elderly, who ofen need psychotherapyto grieve, others need to develop processes o that this end stage o lie demands rom them.There is a need to resolve the guilt that tormented them, the ears that paralyzed them andthe errors that are not orgiven. It is the stage where perhaps a human being has the bestopportunity to give and ask or orgiveness. Lie at the end o the road offers peace, the chan-ce to say goodbye or the opportunity to slowly provide closure to the liecycle.

Key words: old age, grie, lie project, psychotherapy, psychogerontology

1 Profesor de asignatura de la Universidad Iberoamericana. Email: [email protected]

Citación: Aréchiga, M. E. (2015). Envejecer con dignidad, algunos desafíos para la psicoterapia en el proceso de enveje-cimiento. Retos personales e institucionales en la etapa de la vejez. TSOP: Orientación psicológica y adicciones, x, 14-19.


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tratar de verse de menor edad el mayor tiempoposible. Por eso, el poeta mexicano del siglo pa-sado Manuel Gutiérrez Nájera decía “mucho an-tes que tú te des cuenta que eres viejo, los demáslo notan y lo dicen”.

Parece que reconocer que se es un adultomayor empieza al tramitar la credencial del INA-PAM (Instituto Nacional de las personas AdultasMayores) que lo dice; pero a la persona le lleva untiempo aceptar que lo es y una vez que en eectoreconoce haber llegado a esta etapa se enren-ta a varios retos para hacer un nuevo proyectode vida. Primero, ésta tiene que adquirir un nuevosignificado, esto es aceptar que las capacidadesísicas y mentales disminuirán, pero en cambio setendrá mayor experiencia y tiempo para disrutar.

Quizá ya no se pueda lucir una piel tersa,pero si se puede tener una mirada tranquila que

refleje la experiencia vivida; es probable que tam-poco sea posible correr un maratón, pero sí haceruna caminata mientras se disruta del paisaje enpaz. Tal vez el anciano no tenga la misma habili-dad para adquirir nuevos conocimientos, pero sípuede compartir los conocimientos adquiridos.

El proyecto de vida para la vejez implicaplanear varios aspectos para llegar a disrutaresa etapa, que por cierto, cada día llevará mástiempo vivirla debido a la creciente expectati-va de vida. En México, el Consejo Nacional dePoblación (CONAPO), considera en sus ciras

de estimaciones y proyecciones de población(2005-2030) que en la actualidad la expectati-va de vida, es de 77.8 años para las mujeres y 73.1años en el caso de los hombres. Para el 2020 seestima será de cerca de 80 años, ya que las cirasmencionadas indican que en promedio se viviránde 17 a 20 años en la etapa de la vejez.

Si la probabilidad de vivir más se incrementaes de suma importancia prever en lo posible lasnecesidades que se tendrán que atender en di-cha etapa, como tratar de resolve

256 orientacin y psicoterapia retos ante el envej

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