477 - los profanos parte i

1
Los profanos, parte I Apóstol Sergio Enríquez O. Primer servicio Guatemala, 27 de diciembre del Año de la Misericordia Este estudio puede imprimirse y reproducirse por cualquier medio siempre y cuando se cite la fuente de donde se obtuvo. www.ebenezer.org.gt 1 A través de los cuatro Evangelios vemos que el Señor Jesús en varias ocasiones les hacía preguntas a Sus discípulos para luego aprovechar esa oportunidad y enseñarles la sana doctrina y revelarle los misterios del reino. Por ejemplo, encontrándose en la región de Cesarea de Filipo, Él le pregunta a Sus discípulos quién decían los hombres que es el Hijo del Hombre; y éstos le responden diciendo: “unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas ”. Luego, Jesús les pregunta quién pensaban ellos que Él era. Y respondiendo Simón Pedro le dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Desde entonces comenzó Jesús a declarar a Sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día (Mt 16:13-21). También vemos en las epístolas del Apóstol Pablo que él empleaba este mismo método para enseñar e instruir al pueblo. Y de hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza. Nosotros no podemos -bajo ningún motivo-, dejar de escudriñar las cosas que dice la Biblia pues en ella se encuentra el mensaje que Dios quiere darle a nuestra vida y lo que Él espera que nosotros hagamos para que agrademos Su corazón. La Palabra del Señor nos exhorta a que ninguno se aparte de la gracia de Dios. Y que ninguno sea fornicario, ó profano, como Esaú, que por una vianda vendió su primogenitura, según leemos en Heb 12:16 SRV. La palabra “profano” se dice en el vocablo griego “bébelos-G952”; la cual tiene su base en la G939 y la palabra “bélos” cuyo significado es umbral. Por tanto, la palabra profano significa cruzando el umbral o la entrada. Ahora, si la Biblia nos exhorta a que no seamos como Esaú y a éste se le describe como fornicario y profano, entonces debemos conocer cuáles son las cosas que conducen a una persona a involucionar hasta el punto de convertirse en profano para que podamos apartar nuestro pie de tales prácticas. Igualmente es necesario que conozcamos a qué umbral se está refiriendo la Palabra. A este respecto, vemos en las Escrituras que Dios envía a Su siervo Sofonías a que profetizara al pueblo de Israel acerca del día de la ira de Jehová y les hace ver que en aquel día Él castigará a todos los que saltan sobre el umbral , a los que llenan la casa de su señor de violencia y de engaño, conforme se expone en Sof 1:9 LBA. Mientras que la versión RV1977, al traducir este pasaje escribe “a todos los que saltan por encima de la puerta”. Al leer el contexto de este versículo entendemos que se nos está hablando acerca de la gran tribulación y lo que acontecerá en ese entonces; pero llama nuestra atención el hecho de que menciona que hay ministros idolatras. Este tipo de idolatría no solo se refiere a los ídolos, sino que también abarca el idolatrar a otros hombres o a sí mismos. Otro punto a resaltar en el contexto de ese pasaje de la Escritura es que claramente se dice que Dios va a castigar a los príncipes, a los hijos del rey y a todos los que visten ropa extranjera. Esto significa que aquellos que han traído y favorecido la práctica de costumbres paganas dentro de la iglesia, son gente profana delante de los ojos de Dios. Nuestro servicio al Señor debe hacerse en el orden de Dios y con el único fin de hacerle fiesta a Él y exaltar Su dulce nombre; y para ello es menester que el Espíritu Santo nos guie y nos enseñe la forma correcta de hacerlo. El Señor nos permite ver que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador, Jn 10:1 LBLA. Sabemos que la puerta es Cristo Jesús y aquellos que evaden el entrar por ella, lo que realmente están haciendo es rechazando la salvación que de Su mano nos es dada. Aquellos que evaden el umbral y suben por otra parte piensan que es por sus buenas obras que pueden alcanzar la gracia y el favor de Dios; sin embargo, ignoran que como trapo de inmundicia son todas sus obras justas. Sólo hay un Dios, y sólo hay uno que puede ponernos en paz con Dios: Jesucristo, el hombre. Él dio Su propia vida para salvar a todo el mundo. Querer evadir a Cristo como la puerta que nos da salvación y vida eterna, es ser profano. Es importante mencionar que en la puerta suceden varias cosas como parte de nuestro desarrollo y crecimiento; pero aquel que opta por subir por otra parte, no solo rechaza a Jesús sino también el proceso por el cual todo creyente debe pasar para evolucionar. Por ejemplo, en Lam 5:14 LBA se nos permite ver que los ancianos se apartaron de las puertas y los jóvenes de su música. En otras palabras, ellos dejaron su función y al apartarse de la puerta se volvieron profanos. Una cosa que debemos tener claro es que el verdadero avivamiento no proviene de la juventud, como hoy día se ha querido enseñar como parte de la ola de engaños surgido; sino que el avivamiento quien lo da es Dios. Por ello leemos en las Escrituras que el Señor dice: “Entonces se regocijarán las vírgenes al sonido de músicos instrumentos, y también los jóvenes a una con los ancianos. Yo cambiaré su llanto en gozo, y los consolaré, y los llenaré de alegría en cambio de su pasado dolor” (Jer 31:13). Nótese que los jóvenes y los ancianos deben estar juntos; pues cuando se derrumba la brecha generacional, entonces viene el verdadero avivamiento y cae la bendición de Dios sobre la iglesia. El que desecha a los ancianos o a los jóvenes, es un profano. Una de las cosas que se lleva a cabo en la puerta es la circuncisión, tal como leemos en Gn 34:24 LBLA. Una persona que salta el umbral prácticamente se está negando a ser circuncidada en su corazón, sus ojos, sus oídos y su boca. Es alguien que se niega a recibir ministración y a ser liberada en su alma de todo aquello que desagrada a Dios. Nuestro Padre Celestial anhela que nosotros vivamos de manera digna delante de Él; que le agrademos en todo, y para ello es necesario que pasemos por el proceso de purificación, el cual se da precisamente en la puerta que es Cristo Jesús. Negarse a pasar este proceso nos vuelve en profanos ante Sus ojos. Roguemos al Señor que Su espada circuncide el exceso de carne en nuestra vida para que nuestro hablar y nuestro comportamiento sea de Su total agrado. Y que no seamos hallados profanos delante de nuestro Rey y Salvador, sino que seamos hallados puros y limpios ante Sus ojos y podamos recibir la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. ¡Amén! Redactado por: Hna. Natalie Marie Figueroa

Upload: willy-calderon

Post on 27-Jan-2016

216 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

A través de los cuatro Evangelios vemos que el Señor Jesús en varias ocasiones les hacía preguntas a Sus discípulos para luego aprovechar esa oportunidad y enseñarles la sana doctrina y revelarle los misterios del reino. Por ejemplo, encontrándose en la región de Cesarea de Filipo, Él le pregunta a Sus discípulos quién decían los hombres que es el Hijo del Hombre; y éstos le responden diciendo: “unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas”. Luego, Jesús les pregunta quién pensaban ellos que Él era. Y respondiendo Simón Pedro le dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Desde entonces comenzó Jesús a declarar a Sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día (Mt 16:13-21). También vemos en las epístolas del Apóstol Pablo que él empleaba este mismo método para enseñar e instruir al pueblo. Y de hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza. Nosotros no podemos -bajo ningún motivo-, dejar de escudriñar las cosas que dice la Biblia pues en ella se encuentra el mensaje que Dios quiere darle a nuestra vida y lo que Él espera que nosotros hagamos para que agrademos Su corazón.

TRANSCRIPT

Page 1: 477 - Los Profanos Parte I

Los profanos, parte I

Apóstol Sergio Enríquez O. Primer servicio Guatemala, 27 de diciembre del Año de la Misericordia

Este estudio puede imprimirse y reproducirse por cualquier medio siempre y cuando se cite la fuente de donde se obtuvo.

www.ebenezer.org.gt

1

A través de los cuatro Evangelios vemos que el Señor Jesús en varias ocasiones les hacía preguntas a Sus discípulos para luego aprovechar esa oportunidad y enseñarles la sana doctrina y revelarle los misterios del reino. Por ejemplo, encontrándose en la región de Cesarea de Filipo, Él le pregunta a Sus discípulos quién decían los hombres que es el Hijo del Hombre; y éstos le responden diciendo: “unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas”. Luego, Jesús les pregunta quién pensaban ellos que Él era. Y respondiendo Simón Pedro le dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Desde entonces comenzó Jesús a declarar a Sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día (Mt 16:13-21). También vemos en las epístolas del Apóstol Pablo que él empleaba este mismo método para enseñar e instruir al pueblo. Y de hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza. Nosotros no podemos -bajo ningún motivo-, dejar de escudriñar las cosas que dice la Biblia pues en ella se encuentra el mensaje que Dios quiere darle a nuestra vida y lo que Él espera que nosotros hagamos para que agrademos Su corazón. La Palabra del Señor nos exhorta a que ninguno se aparte de la gracia de Dios. Y que ninguno sea fornicario, ó profano, como Esaú, que por una vianda vendió su primogenitura, según leemos en Heb 12:16 SRV. La palabra “profano” se dice en el vocablo griego “bébelos-G952”; la cual tiene su base en la G939 y la palabra “bélos” cuyo significado es “umbral”. Por tanto, la palabra profano significa cruzando el umbral o la entrada. Ahora, si la Biblia nos exhorta a que no seamos como Esaú y a éste se le describe como fornicario y profano, entonces debemos conocer cuáles son las cosas que conducen a una persona a involucionar hasta el punto de convertirse en profano para que podamos apartar nuestro pie de tales prácticas. Igualmente es necesario que conozcamos a qué umbral se está refiriendo la Palabra. A este respecto, vemos en las Escrituras que Dios envía a Su siervo Sofonías a que profetizara al pueblo de Israel acerca del día de la ira de Jehová y les hace ver que en aquel día Él castigará a todos los que saltan sobre el umbral, a los que llenan la casa de su señor de violencia y de engaño, conforme se expone en Sof 1:9 LBA. Mientras que la versión RV1977, al traducir este pasaje escribe “a todos los que saltan por encima de la puerta”. Al leer el contexto de este versículo entendemos que se nos está hablando acerca de la gran tribulación y lo que acontecerá en ese entonces; pero llama nuestra atención el hecho de que menciona que hay ministros idolatras. Este tipo de idolatría no solo se refiere a los ídolos, sino que también abarca el idolatrar a otros hombres o a sí mismos. Otro punto a resaltar en el contexto de ese pasaje de la Escritura es que claramente se dice que Dios va a castigar a los príncipes, a los hijos del rey y a todos los que visten ropa extranjera. Esto significa que aquellos que han traído y favorecido la práctica de costumbres paganas dentro de la iglesia, son gente profana delante de los ojos de Dios. Nuestro servicio al Señor debe hacerse en el orden de

Dios y con el único fin de hacerle fiesta a Él y exaltar Su dulce nombre; y para ello es menester que el Espíritu Santo nos guie y nos enseñe la forma correcta de hacerlo. El Señor nos permite ver que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador, Jn 10:1 LBLA. Sabemos que la puerta es Cristo Jesús y aquellos que evaden el entrar por ella, lo que realmente están haciendo es rechazando la salvación que de Su mano nos es dada. Aquellos que evaden el umbral y suben por otra parte piensan que es por sus buenas obras que pueden alcanzar la gracia y el favor de Dios; sin embargo, ignoran que como trapo de inmundicia son todas sus obras justas. Sólo hay un Dios, y sólo hay uno que puede ponernos en paz con Dios: Jesucristo, el hombre. Él dio Su propia vida para salvar a todo el mundo. Querer evadir a Cristo como la puerta que nos da salvación y vida eterna, es ser profano. Es importante mencionar que en la puerta suceden varias cosas como parte de nuestro desarrollo y crecimiento; pero aquel que opta por subir por otra parte, no solo rechaza a Jesús sino también el proceso por el cual todo creyente debe pasar para evolucionar. Por ejemplo, en Lam 5:14 LBA se nos permite ver que los ancianos se apartaron de las puertas y los jóvenes de su música. En otras palabras, ellos dejaron su función y al apartarse de la puerta se volvieron profanos. Una cosa que debemos tener claro es que el verdadero avivamiento no proviene de la juventud, como hoy día se ha querido enseñar como parte de la ola de engaños surgido; sino que el avivamiento quien lo da es Dios. Por ello leemos en las Escrituras que el Señor dice: “Entonces se regocijarán las vírgenes al sonido de músicos instrumentos, y también los jóvenes a una con los ancianos. Yo cambiaré su llanto en gozo, y los consolaré, y los llenaré de alegría en cambio de su pasado dolor” (Jer 31:13). Nótese que los jóvenes y los ancianos deben estar juntos; pues cuando se derrumba la brecha generacional, entonces viene el verdadero avivamiento y cae la bendición de Dios sobre la iglesia. El que desecha a los ancianos o a los jóvenes, es un profano. Una de las cosas que se lleva a cabo en la puerta es la circuncisión, tal como leemos en Gn 34:24 LBLA. Una persona que salta el umbral prácticamente se está negando a ser circuncidada en su corazón, sus ojos, sus oídos y su boca. Es alguien que se niega a recibir ministración y a ser liberada en su alma de todo aquello que desagrada a Dios. Nuestro Padre Celestial anhela que nosotros vivamos de manera digna delante de Él; que le agrademos en todo, y para ello es necesario que pasemos por el proceso de purificación, el cual se da precisamente en la puerta que es Cristo Jesús. Negarse a pasar este proceso nos vuelve en profanos ante Sus ojos. Roguemos al Señor que Su espada circuncide el exceso de carne en nuestra vida para que nuestro hablar y nuestro comportamiento sea de Su total agrado. Y que no seamos hallados profanos delante de nuestro Rey y Salvador, sino que seamos hallados puros y limpios ante Sus ojos y podamos recibir la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. ¡Amén!

Redactado por: Hna. Natalie Marie Figueroa