abril de 2006 / revista de la facultad de ciencias ... · césar lorenzano, víctor lenarduzzi y...

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Marcelo T. de Alvear 2230 (1122) / Uriburu 950, piso 6º / Tel: 4508-3800 / Ramos Mejía 841 (1405) / Tel: 4982-5002 / Web site: www.fsoc.uba.ar / e-mail: [email protected] ESCRIBEN: Alfredo Pucciarelli, Mario Rapoport, Ricardo Aronskind, Ruth Teubal, Mirta Varela, Emilio de Ípola // POLÍTICA INTERNACIONAL: Las elecciones en Bolivia. Otra oportunidad para América Latina, por Diego Raus / Sobre algunos vicarios de Muhammad, por Alejandro Kaufman Barbarie cultural. Bush y el "diseño inteligente", por Pablo Rieznik /// TEMA ÚNICO: El juicio político al jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por Jorge Mayer / Cromañón, el juicio político y la crisis del discurso progresista, por Carlos Mangone // MAPA DE ESTUDIOS: Arte y ciencias sociales / Entrevistas: Graduados residentes en Salud // Tesis: "Los cosecheros de yerba mate. Mercado de trabajo agrario y lucha social en Misiones" // INSTITU- CIONAL: Propuestas de las nuevas autoridades / Avances / Libros de docentes / Ciencias Sociales Ciencias Sociales Abril de 2006 / Revista de la Facultad de Ciencias Sociales N° 62 / UBA A treinta años del G olpe DOSSIER

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ESCRIBEN: Alfredo Pucciarelli, Mario Rapoport, Ricardo Aronskind, Ruth Teubal, Mirta Varela,

Emilio de Ípola // POLÍTICA INTERNACIONAL: Las elecciones en Bolivia. Otra oportunidad paraAmérica Latina, por Diego Raus / Sobre algunos vicarios de Muhammad, por Alejandro Kaufman

Barbarie cultural. Bush y el "diseño inteligente", por Pablo Rieznik /// TEMA ÚNICO: El juicio político al jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por Jorge Mayer /

Cromañón, el juicio político y la crisis del discurso progresista, por Carlos Mangone // MAPA DE

ESTUDIOS: Arte y ciencias sociales / Entrevistas: Graduados residentes en Salud // Tesis: "Loscosecheros de yerba mate. Mercado de trabajo agrario y lucha social en Misiones" // INSTITU-

CIONAL: Propuestas de las nuevas autoridades / Avances / Libros de docentes /

Ciencias SocialesCiencias SocialesAbril de 2006 / Revista de la Facultad de Ciencias Sociales N° 62 / UBA

A treinta años del

GolpeDOSS

IER

Política internacionalLas elecciones en Bolivia. Otra oportunidad para América Latina 10

Sobre algunos vicarios de Muhammad 12

Barbarie cultural. Bush y el "diseño inteligente" 14

Tema únicoCromañón, el juicio político y la crisis del discurso progresista 16

El juicio político al jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires 18

Dossier: A treinta años del Golpe 23

La herencia 24

La política económica de la dictadura militar 26

El "Proceso" se fue. La Reorganización Nacional, siguió 28

A treinta años del golpe, los hermanos 30

"Cuando en la memoria se borren las tristes imágenes...": Medios de comunicación y Dictadura 32

Calladas muertes para siempre impunes 35

Editorial 1

Institucional 2

Propuestas de las nuevas autoridades 3

Entrevista a graduados

residentes en Salud 20

Avances de investigación 36

Tesis: Los cosecheros de yerba mate.

Mercado de trabajo agrario y lucha social

en Misiones 42

Mapa de estudios: Arte y ciencias sociales 46

Libros de docentes 48

sumariosumario

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ADRIANA OMAHNA

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AutoridadesDecanoFederico SchusterVicedecanoDamián LoretiSecretario AcadémicoJorge LuloSecretaria de Gestión InstitucionalGustavo BullaSecretario de Cultura y Extensión UniversitariaJavier BráncoliSecretario de Hacienda y AdministraciónBruno OpromollaSecretario de Posgrado Pablo AlabarcesSecretario de Investigación Ricardo Sidicaro

Directores de CarrerasCiencia PolíticaJorge MayerCiencias de la ComunicaciónGuillermo MastriniRelaciones del TrabajoViviana VegaSociologíaLucas RubinichTrabajo SocialMaría Isabel Bertolotto

Directora del Instituto de Investigaciones Gino Germani:Carolina Mera

StaffEditor responsableGustavo BullaRedacción y coordinaciónMarcela Aszkenazi, Pablo Livszyc, Ramiro LehkuniecDiseño gráficoCristina [email protected]ónRicardo M. Rodríguez

Han colaborado en este númeroRicardo Aronskind, Cristina Bettanin, Emilio deÍpola, Florencia Fiorda, Marcelo Giménez, AlejandroKaufman, Carlos Mangone, Jorge Mayer, AlfredoPucciarelli, Mario Rapoport, Diego Raus, PabloRieznik, María Laura Rodrí-guez, Mirta Varela, RuthTeubal y Clarisa Veiga

Agradecemos la colaboración y el asesoramiento deJulia Carriego, Nicolás Casullo, Milca Cuberli,Horacio González, Gabriela Guimarey, Ana Longoni,César Lorenzano, Víctor Lenarduzzi y Víctor Rau.

Los artículos firmados expresan las opiniones de losautores y no reflejan necesariamente la opinión de laFacultad de Ciencias Sociales.

Contacto: [email protected]

ISSN 1666-7301

VCR IMPRESORES S.A.Rivadavia 755 - PB [email protected]

EDITORIAL

Iniciamos con este número de Ciencias Sociales un año en el cual comienza

una nueva etapa de gobierno de la Facultad.

A días de haber recordado dolorosamente los treinta años del último golpe de

Estado, que depositó en el poder absoluto a la dictadura más asesina que

sufrió nuestro pueblo y -al decir de Rodolfo Walsh- implantó a sangre y fuego

la "miseria planificada ", presentamos un dossier especial. Para ello convoca-

mos a un grupo de profesores que desde perspectivas diversas se refirieren a

las consecuencias sociales -muchas de ellas de carácter estructural- de aque-

lla asonada militar.

Nuestro Tema único esta vez retoma un acontecimiento político que por su tras-

cendencia y la novedad institucional que supone, excede largamente a las cir-

cunstancias que le dieron origen: el juicio político al jefe de Gobierno porteño.

En política internacional incluimos dos artículos; uno de ellos evalúa el nuevo

panorama que se configura en la hermana nación de Bolivia con la llegada al

Gobierno del primer dirigente indigenista, el otro señala como la omnipotencia

de George W. Bush no se contenta con haber entronizado la idea de la guerra

preventiva, sino que ahora también pretende suprimir la teoría de la evolución

de Darwin y reemplazarla por la del diseño inteligente.

Entrevistamos a graduadas de distintas carreras de la Facultad que se desem-

peñan en un ámbito muy particular: el de la Residencia Interdisciplinaria en

Educación para la Salud de la Ciudad de Buenos Aires.

En el espacio que le dedicamos a la difusión de las tesis de posgrado, le toca

el turno a la Maestría en Investigación en Ciencias Sociales, a través de un

estudio sobre las transformaciones en las condiciones de trabajo sufridas por

los yerbateros misioneros.

¿Cómo piensan las ciencias sociales a las artes?, a partir de ese sencillo inte-

rrogante intentamos dibujar el mapa de este complejo campo de estudios.

El Decano se refiere en su habitual artículo a las cuestiones estratégicas que

se juegan en la Universidad de Buenos Aires ante la inminencia de la elección

de un nuevo rector.

En las páginas institucionales, el nuevo Vicedecano introduce la serie de activi-

dades que llevará adelante la Facultad en el marco de una año caracterizado

por la reivindicación de los derechos humanos y la memoria. Por otra parte,

los secretarios que asumen un nuevo período, presentan los objetivos que se

plantean alcanzar en los próximos cuatro años de gestión.

Revista Ciencias Sociales 62 -UBA- abril de 2006

1

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Propuesta Institucional

2

En estos días en que emprendemos la escritura de nuestro habitual columna para la revista Ciencias Sociales, nuestra

Universidad se ha visto envuelta en un conflicto de importancia. La reunión de la Asamblea para elegir al nuevo Rector ha sido

cuestionada por los estudiantes que conducen la Federación Universitaria de Buenos Aires y que constituyen la mayoría del

claustro en el Consejo Superior que termina en mayo. El cuestionamiento se ha centrado en uno de los candidatos a rector que se

presentarán en la Asamblea (el Dr. Atilio Alterini, a quien se acusa de haber desempeñado cargos jurídicos de importancia

durante la última dictadura), pero también alcanza a la propia composición del cuerpo, al que se tilda de antidemocrático. No

cabe duda de que la circunstancia es difícil, pero también que, más allá del resultado del momento, todo lo que acontece es un

síntoma y debe ser tratado como tal. Que la UBA lleva consigo una crisis profunda es algo que a esta altura resulta más que estú-

pido ignorar. La Universidad de Buenos Aires fue fundada en 1821 y a lo largo de la historia siempre sufrió altos y bajos y no esca-

searon en ella los conflictos. Entre estos, siempre es necesario discernir entre aquellos que hablan de una actitud crítica y poco

adocenada a la estandarización de lo dado -habitual expresión de salud intelectual- y aquellos que refieren a un malestar fun-

dado en un orden que, por algún motivo, exige ser puesto en cuestión. Creemos que, en este caso, estamos ante la segunda situa-

ción.

Suele decirse que la época de oro de la UBA fue la que transcurrió entre 1958 y 1966. Más allá de cualquier consideración al res-

pecto, no cabe duda de que de allí en adelante la cosa no fue buena. El duro golpe asestado por el golpe de Onganía con la triste-

mente célebre noche de los bastones largos todavía se siente. La breve primavera democrática de 1973-1974 no tuvo tiempo de

fructificar cuando en 1975 una intervención reaccionaria volvió a sumir a la UBA en las sombras. Ni qué hablar de lo sucedido

durante la dictadura siguiente, entre 1976 y 1983. En diciembre de 1983, con la restauración del orden constitucional, la

Universidad tuvo el enorme desafío de refundarse -tal y como sí lo había hecho en 1958-, pero no terminó de hacerlo. La acepta-

ción de los concursos de 1982 impidió una renovación profunda de profesores en la mayoría de las facultades y no alentó el regre-

so de muchos que vivían en el exterior. La ausencia de discusión abierta del proyecto universitario, pero también la del Estado en

la definición de una política activa de recuperación universitaria, favorecieron cierto clima chato y mediocre, sólo interrumpido

por algunas iniciativas aisladas (las de Mario Albornoz en el área de ciencia y técnica, por ejemplo). En vez de la mirada grande

del proyecto de universidad con sentido de país, dominó una visión pequeña orientada al control partidario de la Universidad y

así se generó una hegemonía que eligió rector a una persona cuyas virtudes eran acordes con esa perspectiva. Con él, y durante

dieciséis años, un espacio político controló todos los resortes de la UBA cada vez con menos disimulo y con más preocupación por

sus intereses particulares de reproducción en el sistema. Así, se promovió en casi toda la institución una cultura política dirigida

a la permanencia de personas y grupos y se favoreció el sometimiento de las variables académicas a tal fin, en el Rectorado y en

buena parte de las facultades. En 2002, el entonces rector y su equipo dejaban la función rodeados del descrédito universitario y

social.

Ese grupo hoy está a punto de volver. Cómo ello es posible, habrá de ser explicado. Entre la fuerza política que conservaron tras

dieciséis años de dominio absoluto y la incapacidad de la gestión que los sucedió para generar una alternativa de poder y trans-

formar las condiciones institucionales de la UBA, han vuelto a ponernos en una encrucijada. De cómo ésta se resuelva depende

la posibilidad de un futuro. Son demasiadas las formas viciadas de la práctica institucional heredada y ellas se expresan en la

conducción de las facultades y en el Consejo Superior. Dependemos de la claridad y la vocación universitaria de aquellos asam-

bleístas que, en virtud de ello, puedan trascender intereses pequeños e inmediatos; dependemos de que en ellos se despierten el

espíritu de grandeza y la fuerza de la responsabilidad histórica. Sea como fuere, si hoy está puesta en cuestión la forma de la

representación en el gobierno universitario (lo cual está muy bien, porque la ciudadanía está lejos de ser plena en nuestra uni-

versidad), el origen del malestar institucional hay que buscarlo en el contenido de esa representación, en lo que se hace con ella

y quiénes lo hacen. De la decisión que tomen los asambleístas resultará la oportunidad de trastocar el presente y apostar a la

potencia de lo mejor que tenemos o la de hundirnos crecientemente en un barro del que cada vez resulta más difícil salir. Sea que

la memoria de nuestros mejores hombres y mujeres nos ilumine y que tengamos la lucidez y la responsabilidad que la hora exige.

En el momento en que usted lea estas líneas, las cartas estarán echadas; entonces, ellas tomarán un significado diferente. Ojalá

sea uno del que podamos sentirnos, al menos, tranquilos.

La UBA en la encrucijada

Federico SchusterDecano

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Revista Ciencias Sociales 62 -UBA- abril de 2006

3

Este año universitario 2006 que comenzamos fue en sus comienzos y debe seguir siéndolo en materia de derechos humanos ymemoria.No sólo por cumplirse una década más del inicio de la atroz dictadura de marzo de 1976 que todos hemos recordado, sino ademásporque se cumplen 40 años de la noche de los bastones largos, que irrumpió cercenando un proyecto universitario que -aunquecon matices- ha recibido largos y merecidos reconocimientos. Sin embargo, aun sabiendo que no es posible pensar la Universidadcomo hace cuarenta años, consideramos necesario recordar aquello que ha fundado tradiciones y corrientes y poner en conoci-miento del conjunto de la comunidad académica qué fue lo que ocurrió luego, qué no fue bueno, y qué nunca fue recuperado.Es también un año sumamente trascendente para la búsqueda de la verdad y la justicia. La anulación de las leyes de Punto finaly Obediencia debida y las sentencias que reabren la posibilidad de castigar a los responsables de los delitos de lesa humanidadque se cometieron en nuestro país ponen no sólo a los operadores judiciales oficiales en el centro de la escena, sino también a lasvíctimas, a los organismos de derechos humanos, a las organizaciones sociales y -creemos- a la Universidad pública.Mucho ha hecho nuestra Facultad de Ciencias Sociales en materia de promoción y defensa de los derechos humanos, la memo-ria, el reencuentro de los familiares. Este año queremos hacer también énfasis en converger en la reflexión y la acción sobre cier-tos tópicos entre los distintos actores de nuestra vida académica: las Carreras, los institutos, los centros, los estudiantes, los gra-duados, los docentes.Pensamos que es hora de tomar algunas iniciativas.Una de ellas es dar visibilidad mayor a los estudios que vienen desarrollán-dose tanto para el conjunto de los actores de Sociales como para la sociedad. Investigaciones de cátedra, UBACyT, publicacionesmúltiples, investigaciones que resultan tesinas de grado o tesis de posgrado merecen ser puestas en consideración de todos no-sotros de modo pertinaz. Hay producciones excepcionales que no han sido aún reconocidas. A la brevedad vamos a estar convo-cando a un concurso de ensayos sobre las consecuencias de todo tipo que trajo la última dictadura a nuestra sociedad.Lo mismo ocurre con las acciones que demuestran cómo Sociales cumple con la misión o función social que debe tener laUniversidad tal como la concebimos. Con compromiso concreto. Distintos organismos de derechos humanos reciben cotidiana-mente prácticas preprofesionales, talleres, investigadores de nuestra Facultad. Rara vez eso es conocido por el conjunto.Otro aspecto que merece un particular esfuerzo de nuestra parte es reconstituir lazos internos que reconozcan las tradiciones,saberes y haceres de nuestras Carreras con la problemática de la Dictadura y la defensa de los derechos humanos.Nos parece sustantivo que toda la comunidad de la Facultad sepa qué es lo que ocurrió con las Carreras que existían antes del 24de marzo de 1976.¿Qué docentes se exiliaron o fueron encarcelados? ¿Qué estudiantes tuvieron que esperar veinte años para recibirse? ¿Quiénesnunca pudieron volver? ¿Cómo y dónde se refugiaron las tradiciones, búsquedas, anhelos? ¿Qué fue lo que pasó con las bibliografías? ¿Y con los planes de estudio?Nuestros estudiantes y graduados jóvenes mayoritariamente lo ignoran. Creemos que este año es una oportunidad para reflexio-nar en conjunto sobre nuestras tradiciones y orígenes.Del mismo modo, cabe también prestigiar el tiempo necesario para reflexionar sobre qué ocurrió en la Dictadura y en la transi-ción sobre los variados objetos de estudio de nuestras Carreras. La entrega de diplomas de reconocimiento a los organismos dederechos humanos que aprobó en su primera sesión el nuevo Consejo Directivo y que se realizará el próximo 5 de mayo, la presen-tación del libro sobre el Apagón de Ledesma, las iniciativas sobre "Medios y Dictadura", son algunas muestras.Con la participación de todas las Carreras e institutos creemos posible la participación en actividades que releven qué pasó con lavida cotidiana, las instituciones, los medios (que aún deben su reflexión sobre el rol que les cupo), la Justicia (mucho más que losmedios), qué ocurrió con la vida de las asociaciones gremiales y la legislación laboral y, fundamentalmente, con nuestraUniversidad pública.En el año que iniciamos muchas cosas habrán de ocurrir. Si estamos convencidos que será importante en la búsqueda de laJusticia, la Verdad y el castigo a los culpables, debemos aportar cada día para que nuestra comunidad académica esté en condi-ciones de sostener este convencimiento. Cada uno de nosotros debe saber cada día más para afrontar los debates que se avecinan.Por eso queremos llevar a cabo un plan que defienda estos principios, con la Facultad en la sociedad y con sus organizaciones tra-bajando codo a codo.Los nuevos tiempos deben servirnos para que nuestros profesores, alumnos y egresados sean participantes activos de propuestascolectivas, para insistir en que el individualismo que campeó en nuestro país con un modelo de éxito basado en el egoísmo novuelva nunca más.

2006: Año de los derechos humanos y la memoria

Damían LoretiVicedecano

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ACADÉMICASecretario: Jorge Lulo

Uno de los principales objetivos trazados por esta Secretaría parasu gestión es el de contribuir al diseño de una política académicade la Facultad que trascienda la coyuntura -signada por un res-trictivo marco presupuestario- de modo tal de posibilitar, a tra-vés de una profunda discusión y debate de ideas, la instalación depautas y parámetros que permitan un nivel académico compro-metido con la calidad y excelencia. Este objetivo de fortaleci-miento de las Carreras de grado será factible en la medida que secuente con la capacidad de analizar todos aquellos proyectos dereformas curriculares y planes de estudios de las carreras, y quese establezca un monitoreo permanente de la demanda surgida delos claustros. Para cumplir con estos fines, la Secretaría concentrará sus es-fuerzos en la articulación con las Carreras, concebidas como par-tes de una totalidad y no como espacios cerrados, buscando com-plementariedades y propiciando un equilibrio atento a la dinámi-ca que se plantee desde la comunidad académica y desde las de-mandas concretas surgidas de la sociedad. Esta visión será la quealiente la construcción de una Facultad de Ciencias Sociales queafronte los desafíos que la demanda social-institucional planteaa la formación profesional. Para ello proponemos instalar un es-pacio de diálogo con las Carreras, con los docentes, graduados yalumnos, que nos permita responder a los interrogantes surgidos yque contribuya a actualizar y redefinir, de ser el caso, los planesde estudio. Alejados del dogmatismo, evitando los reflejos corpo-rativos y procurando un debate franco orientado a la equidad en-tre las Carreras, estaremos legitimando el papel de las cienciassociales y su inserción crítica y real en los debates políticos y so-ciales de nuestra sociedad.Para garantizar la democratización y transparencia en el procesode designaciones docentes, la Secretaría propondrá el estableci-miento de criterios consensuados con las Carreras y el Consejo Di-rectivo de la Facultad, con el fin de clarificar la toma de decisio-nes sobre la base de indicadores académicos compartidos, decumplimiento estricto, que permitan una correcta asignación delos recursos, siempre escasos, para un mejor desempeño de las cá-tedras. Una especial consideración merecerá la situación de losdocentes ad-honorem que están al frente de cursos ya que pensa-mos que su regularización debe ser una prioridad para la Facultad.La Secretaría también fomentará, junto con las Carrera, la reali-zación de eventos académicos y la interacción con otras Faculta-des y Universidades del país y del extranjero, porque creemos queesta es una de las mejores maneras de poner de manifiesto el po-tencial intelectual y la riqueza de las investigaciones y produccio-nes de nuestros docentes, graduados y alumnos y porque, parale-lamente, se evita la insularidad que opera como un factor de de-gradación de la vida académica.

Dentro de los objetivos de corto plazo, se espera iniciar el dictadode los cursos correspondientes al Profesorado de Ciencia Política,Relaciones del trabajo y Trabajo Social para el segundo cuatri-mestre de este año. También se continuará con la implementaciónde las encuestas de Evaluación de la Calidad Educativa en distin-tas cátedras de las Carreras ya que consideramos que, junto conel aporte de nuevos instrumentos, pueden ser un valioso instru-mento de medición para la mejora del desempeño académico.Respecto al reciente Reglamento Académico adoptado por la Fa-cultad, creemos que, como sucede con cualquier norma, es per-fectible, pero sería erróneo proponer cambios sin que medie unainstancia de aplicación. En tal sentido, debemos estar atentos alos comentarios y propuestas que surjan de las cátedras, de losalumnos así como de las Carreras, para evaluar críticamente supertinencia y, eventualmente, proceder a su reformulación.En lo que respecta a los Concursos, impulsaremos decididamentelos llamados y la sustanciación de los concursos tanto de profeso-res como de auxiliares, incluyendo las renovaciones. En esta temá-tica, concebimos que la intervención de la Secretaría, más allá delimpulso mencionado, debe estar limitada a asegurar la transpa-rencia en el proceso de designación de los jurados propuestos porlas Juntas y las Carreras, en garantizar los derechos de los aspiran-tes y en velar por la integridad de todo el proceso. Como es sabido,la Subsecretaría de Planificación Académica es quien se encargade administrar y controlar todas aquellas instancias involucradasen la realización de los concursos. Pero es nuestra intención que laSubsecretaría potencie su accionar más allá de este propósito,convirtiéndose en una verdadera área de "planificación académi-ca", que diseñe "sistemas de alerta" en torno al funcionamientoacadémico y que participe en la formulación de proyectos destina-dos a fortalecer los procesos de enseñanza-aprendizaje.El ordenamiento de la gestión académica será otro de los princi-pales objetivos. En este plano, se procederá a realizar un profun-do diagnóstico de la situación (en muchas áreas críticas, tal elcaso del Departamento de Alumnos y el de Títulos) para luegoproponer los rediseños de los circuitos administrativos que contri-buyan a la mejora sustancial de las tramitaciones. Pero esto no sepodrá llevar a cabo de manera voluntarista. Sin la cooperacióndel personal no-docente, sin la incorporación de recursos tecno-lógicos, sin capacitación y sin una mirada integral de la gestión,cualquier esfuerzo será en vano. Por tal motivo, esta Secretaríajunto con la Subsecretaría de Gestión Académica se abocará a laresolución de los problemas del día a día, pero sabiendo que sinuna solución de fondo los problemas crecerán mucho más rápidoque la capacidad para resolverlos. Y esta solución de fondo impli-cará construir una sólida plataforma asentada sobre tres pilares:un personal no-docente comprometido con su tarea y debidamen-te reconocido por las autoridades, la incorporación de tecnologíay recursos que faciliten y agilicen los procedimientos, y la instala-ción de un sistema integral de gestión que permita la correcta ar-ticulación entre todas las áreas involucradas y que asegure la ca-lidad del resultado final. Sólo así podremos salir de la emergenciay no hacer de ésta una "situación normal".

SecretaríasSecretarías

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GESTIÓN INSTITUCIONALSecretario: Gustavo Bulla

Esta Secretaría tiene como misión fundamental el custodiar elfuncionamiento democrático de los mecanismos institucionales detoma de decisiones de la Facultad. No obstante, también están asu cargo áreas no menos importantes y tan disímiles como la co-municación institucional, publicaciones, el CEPIA y la biblioteca.El Consejo Directivo, como máximo órgano decisorio de la Institu-ción, le exige a la Secretaría de Gestión Institucional la coordina-ción de las comisiones y sesiones y la tramitación de los proyec-tos, pero también la articulación del cuerpo con las distintas ins-tancias de gestión de la Facultad, las otras Secretarías y las di-recciones de las Carreras y de los Institutos de Investigación.Es un objetivo central para los próximos cuatro años promover yfacilitar esas relaciones intrainstitucionales, esos cruces horizon-tales entre las distintas instancias, de manera tal que los conse-jeros directivos puedan contar con toda la información disponibleal momento de tomar decisiones políticas.Pero como ya lo introdujimos en los últimos cuatro años, la am-pliación de los espacios democráticos de deliberación y construc-ción de consensos en torno a problemáticas trascendentes para laFacultad, es un camino que vamos a continuar e intentaremosprofundizar. La realización de reuniones Interjuntas, es decir laconvocatoria a la discusión conjunta de las Juntas de las Carreras,es una innovación institucional que reivindicamos no sólo porquele permite al Consejo Directivo decidir conociendo la opinión pre-via de la instancia más democrática en cuanto a su conformación(tripartita e igualitaria), sino que además es una política explíci-ta y deliberada para contrarrestar la inercia aislacionista, con lasCarreras como compartimentos estancos, que sufre nuestra insti-tución como defecto fundacional.La contracara imprescindible para que el entramado institucionalesté alimentado por la participación de toda la comunidad aca-démica de la Facultad es la circulación democrática de la infor-mación. Para ello es primordial la utilización y optimización inte-gral de los recursos tecnológicos existentes. La complementaciónentre la rediseñada página web y la lista institucional de correoselectrónicos debe cumplir un rol excluyente para alcanzar el obje-tivo de construir canales por los cuales la información fluya demanera ágil y lo más extendida posible en el marco de la universi-dad pública de masas, que en nuestro caso involucra a poco me-nos que unas treinta mil personas.Los medios más tradicionales como las revistas Ciencias Socialesy Sociedad, también aportan como canales de comunicación ins-titucional, aunque por supuesto, por el tipo de soporte formal ysus propias periodicidades, intervienen con otros tiempos y otrasperspectivas, que incluyen la información, la difusión de las pro-ducciones y también la opinión política y el debate intelectual. Laobsesión en este caso pasa por seguir abriendo el juego para que

cada vez más exponentes de nuestra comunidad, apostando alpluralismo de todo tipo -de especialidades, ideológico y genera-cional-, dejen impresas sus posiciones en nuestras páginas.Una Facultad que incluye en su seno a la Carrera de Ciencias de laComunicación no puede ser indiferente a las nuevas posibilidadesmediáticas que ofrecen los avances tecnológicos y su relativoabaratamiento. En este punto quien deberá hacer su aporte -sindesconocer las restricciones presupuestarias para tareas esencia-les de la Institución- es el Centro de Producción e InvestigaciónAudiovisual (CEPIA), de quien pretendemos que en esta nuevaetapa trascienda el rol de ofrecer la infraestructura mínima paralas prácticas audiovisuales de los estudiantes, para consolidarseen las dos misiones inscriptas en su sigla.La Biblioteca, al igual que el presupuesto que la Universidad nosdestina, no pudo acompañar ni de cerca en su crecimiento a laexplosión de nuestra matrícula estudiantil. La Facultad tiene unadeuda estructural en cuanto a conseguir los recursos indispensa-bles para dotar a nuestra comunidad académica de un catálogoacorde -en cantidad y en variedad- con la importancia de su pro-ducción de conocimiento.No obstante, y en el contexto de esas carencias contra las cualeslucharemos denodadamente, tenemos planes en elaboración paraagilizar el despacho y recepción de volúmenes, como forma desimplificar las tareas del personal y facilitar el acceso bibliográfi-co a los estudiantes, docentes e investigadores.Por último, y a pesar de no formar parte de las misiones y funcio-nes de la Secretaría, el valor estratégico que tiene para nuestracomunidad la obtención de su nuevo, definitivo y único edificio,hará que destinemos una parte importante del tiempo para ges-tionar ante las autoridades de la Universidad y de la Nación laconcreción del compromiso en tiempo y en forma, delo que sin dudas representará una salto de calidadhistórico para la Facultad de Ciencias Sociales.

Revista Ciencias Sociales 62 -UBA- abril de 2006

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Institucional

POSGRADOSecretario: Pablo Alabarces

Nuestro proyecto de trabajo es necesariamente continuista con lorealizado en los últimos cuatro años. En este caso, el adjetivo noquiere ser peyorativo: por el contrario, creemos que debemos per-severar en lo hecho para profundizarlo y ampliarlo.El Posgrado de la Facultad de Ciencias Sociales ha crecido de ma-nera vertiginosa en el período de gobierno anterior. Creemos queello se debe a la coincidencia de un ciclo de expansión en la polí-tica científica argentina -que ha permitido el aumento de las be-cas de posgraduación e instalado definitivamente la necesidad dela titulación de posgrado en las carreras académicas-, con unapolítica activa tendiente a ofrecer, desde nuestras Carreras dePosgrado, una propuesta que conjugue una alta calidad académi-ca, una adecuada organización administrativa y una consecuentedemocratización del acceso y permanencia, especialmente de losgraduados de nuestra Facultad. En ese sentido, apenas asumidala primera gestión del decano Schuster en el año 2002, propusi-mos al Consejo Directivo la instauración de la gratuidad de lasMaestrías de la Facultad para nuestros docentes -los que hastaese momento solo gozaban de un descuento del 50% en los aran-celes. La medida fue reiterada al inicio de las cohortes 2004-2005, lo que permitió un crecimiento importante de la cantidadde alumnos de posgrado exceptuados del pago. En el año 2005,decidimos avanzar un paso más: para las cohortes que se incor-poran en este año 2006 se estableció la gratuidad para todos losgraduados, docentes y no docentes de la Facultad de Ciencias So-ciales. Asimismo, estamos trabajando en un convenio de recipro-cidad con algunas Facultades colegas del interior, y hemos co-menzado conversaciones en ese sentido con otras Facultades dela UBA. Por otro lado, convencidos del poder democratizador deestas políticas, hemos propuesto al Consejo Superior su adopciónen toda la Universidad.Pero las propuestas no son solo arancelarias. Hemos trabajado enla modificación de toda la estructura del Posgrado de la Facul-tad, tendiendo a una mayor articulación de los niveles de Maes-tría y Doctorado, hasta entonces aislados y autonomizados. Entanto las políticas nacionales se han orientado, siguiendo unatendencia internacional, a la titulación de doctores -también de-bido a su ausencia en las ciencias sociales-, hemos trabajado enla coordinación de ambos niveles, con el consenso de las Comisio-nes de las distintas Maestrías y de la Comisión de Doctorado. Deesa manera, las Maestrías se consolidan como el primer escalónde una carrera que busca culminar en el Doctorado; para ello, es-tamos trabajando en mejorar la tasa de graduación de las mis-mas, con especial énfasis en la articulación de ambas tesis -y noen la producción de dos tesis independientes- y en el fortaleci-miento de los Talleres de Tesis de ambos niveles. El Doctorado,

por su parte, ha incrementado la cantidad de inscriptos, incorpo-rando de manera importante tanto a los graduados de la Facultad-del grado o de las Maestrías- como a estudiantes provenientesdel interior de la Argentina, atraidos por la calidad y cantidadcreciente de la oferta, y también por la acreditación y categoriza-ción B que obtuvimos ante la CONEAU en el año 2005. Este hechose ve respaldado por una doble política focalizada: por un lado, elapoyo sistemático que desarrollamos para las presentaciones abecas de distintas agencias científicas -la UBA, pero también elCONICET y el FONCYT; por otro, y consecuentemente, la incorpora-ción masiva de los becarios resultantes a nuestros Posgrados.Pero también nuevos proyectos: la creación de nuevas carreras dePosgrado en el nivel de Especialización y Maestría -que continúenla senda marcada por la apertura de la Maestría en Periodismodurante 2005, atendiendo a otras demandas de nuestros gradua-dos, con especial atención a los de Ciencia Política; la incorpora-ción creciente de los Profesores Consultos al Posgrado; la articu-lación e intercambio con las Facultades colegas de todo el país; elestablecimiento de mecanismos de debate con las Carreras paraacordar contenidos y orientaciones con el grado; y especialmente,la necesidad de extender la noción de posgrado a las actividadesde perfeccionamiento no necesariamente formalizadas en carre-ras específicas, con titulaciones autónomas, sino también apun-tando a la formación continua, profesional e intensiva de los gra-duados de la Facultad no atendidos -ni seducidos- por la ofertaacadémica de posgraduación formal. Y en todos los casos, perse-verando en una línea, no por evidente, menos necesaria de seña-lar: que la formación de posgrado, articulada con las actividadesde investigación, solo tiene sentido pleno si apunta a la produc-ción de conocimiento socialmente pertinente, el objetivo funda-mental de la Universidad pública. Fuera de esa orientación, laposgraduación se reduce a mera acumulación personal de titula-ciones. En ese camino, esperamos desplegar en este nuevo perío-do la puesta en marcha definitiva del Programa de Posgrado e In-tercambio, que posibilite la mayor participaciónde nuestros posgraduados en actividades diri-gidas a la comunidad, y no solo la académica.

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INVESTIGACIÓNSecretario: Ricardo Sidicaro

Si consideramos el conjunto de las instituciones argentinas públi-cas y privadas en las que se realizan investigaciones en cienciassociales, nuestra Facultad es el ámbito en el que se concentracuantitativamente el mayor número contribuciones. Además, laactividad de investigación se encuentra entre nosotros organiza-da con criterios democráticos y pluralistas, situación que no ne-cesariamente reina en otras entidades. Libres de los condiciona-mientos políticos o económicos que en no pocos casos fijan lasprioridades temáticas de otros sistemas de investigaciones, lamás inmediata de las observaciones permite apreciar que noso-tros construimos las agendas de nuestras labores de indagacióncon una clara opción por el desenvolvimiento científico y la refle-xión crítica sobre las más disímiles cuestiones de la realidad na-cional y del mundo contemporáneo. Sin exagerar se puede afirmar que existen numerosos temas y pro-blemas de investigación que sólo se han abordado en nuestra Fa-cultad produciendo resultados que deben considerarse como ver-daderamente pioneros en sus campos específicos de conocimien-to. Es usual recordar que esos logros se plasman con magros re-cursos, pero lo que sí cabe destacar es el esfuerzo y el altruismode quienes participan de esas tareas. A esta mera constataciónempírica cabe agregar otra: muchos de los valiosos aportes querealizan nuestros equipos de investigación se hallan menos incor-porados de lo que merecerían en el conocimiento y la discusiónpública a pesar de poseer una gran importancia para la mejorcomprensión de muchos aspectos de nuestra realidad social y pa-ra ampliar los horizontes de acción y de reflexión tanto de los ac-tores de la sociedad como de quienes trabajan en el campo de lasciencias sociales. A partir de esta situación muy someramente esbozada, la Secre-taría de Investigación se propondrá en una primera etapa elabo-rar un registro actualizado y exhaustivo de todas las investigacio-nes que realizan quienes integran nuestra Facultad, partiendo delhecho de que contamos con más información sobre las que poseenacreditación institucional, y especialmente de las que tienen sedeen el Instituto Gino Germani, pero que existen otras en condicio-nes distintas y sobre las que sabemos menos, tales los casos delas radicadas en cátedra, las organizadas por agrupaciones estu-diantiles, las desarrolladas por docentes miembros del CONICETsin sede en nuestra casa de estudios, las de docentes que partici-pan o dirigen investigaciones en organismos públicos nacionales,provinciales o municipales, y esta enumeración podría continuar. Una vez organizado ese registro inicial de investigadores y de te-mas, la aspiración mínima será poner a disposición de todos losmiembros de nuestra facultad un inventario de las investigacionesen que han participado sus integrantes y, en la medida de lo posi-ble, las vías para acceder a los resultados alcanzados en caso de

desearlo. Sin sobrestimar las consecuencias de esa primera ac-ción, probablemente la misma podría contribuir a una mayor vin-culación entre nuestros investigadores, a la realización de reunio-nes, coloquios o jornadas sobre temas afines que fueron en prin-cipio indagados sin conocimientos mutuos, coadyuvando así a lasuperación de situaciones de fragmentación que perjudican tantola labor de los equipos aislados como la necesaria articulacióncon las tareas docentes y de extensión que se realizan en esta ca-sa de estudios. Sería prematuro trazar de una manera muy definida las estrate-gias que cabría adoptar para conseguir una mayor difusión de losaportes realizados por los investigadores de nuestra Facultad. Enprincipio, las empresas comerciales dedicadas a la publicación detextos relacionados con los problemas ligados de un modo u otroa los investigados por las ciencias sociales muestran una tenden-cia a privilegiar la edición de los temas mal llamados de actuali-dad o de divulgación lo que afecta negativamente la difusión delos resultados de nuestras investigaciones. Para pensar ese pro-blema creo que lo más adecuado sería realizar en el curso del añoactual una serie de reuniones en la que se discutan las condicio-nes y los obstáculos que se presentan a la publicación de investi-gaciones y buscar colectivamente soluciones superando el relati-vo aislamiento y debilidad de las iniciativas personales. Al res-pecto es importante tener en cuenta que la preocupación por ha-cer circular los conocimientos alcanzados por nuestras investiga-ciones no es una simple cuestión de defensa de intereses corpora-tivos ni, tampoco, que perjudica sólo a las trayectorias individua-les sino que en lo fundamental afecta negativamente la interven-ción de los conocimientos de las ciencias sociales en los debatespúblicos. Digamos, por último, que si bien es válido decir que lamayor visibilidad de las explicaciones elaboradas porlas ciencias sociales sirve objetivamente para me-jorar los debates públicos, dicho efecto no esnunca socialmente neutro dado que aquellosque ocupan posiciones dominantes en las másdiversas esferas de la práctica social se be-nefician cuando se halla limitada la difu-sión de nuevos conocimientos sobre la so-ciedad.

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HACIENDA Y ADMINISTRACIÓN Secretario: Bruno Opromolla

La Secretaría de Hacienda y Administración tiene como uno de susobjetivos centrales continuar recuperando, a través de la Planifi-cación y el Presupuesto, los recursos necesarios para sostener to-das las actividades que tiene la Facultad. Para ello cabe destacarque en una primera instancia ha superado su "rojo crónico" y re-compuesto su situación presupuestaria en el conjunto de la Uni-dades Académicas de la Universidad de Buenos Aires En un contexto de crisis y de emergencia presupuestaria de la Uni-versidad, el desafío es mayor para llevar a cabo los esfuerzos co-operativos suficientes que contribuyan a realizar el gran proyectopara la Facultad y la Universidad . Hoy la Facultad cuenta con 1.658 cargos docentes y 276 cargos nodocentes, un presupuesto de más de $ 20.000.000, 4 sedes de fun-cionamiento académico, administrativo, de extensión e investi-gación, y más de 25.000 alumnos. Uno de sus pilares ha sido y seguirá siendo la transparencia en lainformación y administración presupuestaria y la lucha continuapara garantizar la renta a todo su personal, la implementación dela estructura orgánica, la construcción del edificio propio, elequipamiento para la Biblioteca, bedelía, talleres, etc., y del fun-cionamiento que demanda la comunidad de esta Facultad.En este sentido y para que toda la comunidad de Ciencias Socialespueda debatir estas cuestiones, la página web de la Facultadbrinda información de su plantas docente y no docente y de auto-ridades, masas salariales, composición de cada una de sus Carre-ras, entre otras cuestiones.En función de ello y con la finalidad de contar con una planifica-ción de los requerimientos se han elaborado distintos programas afin de solicitar las asignaciones correspondientes a la Universidadde Buenos Aires. Entre ellos podemos encontrar:- Programa de fortalecimiento de la docencia regular y aumento

de las dedicaciones docentes.- Programa de apoyo a la unidad docencia-investigación (PAUDI).- Programa de asignación de rentas a cargos ad honorem.- Programa de fortalecimiento de la Biblioteca.- Programa de equipamiento de laboratorios y talleres (CEPIA).- Programas curriculares en campo (becas estudiantiles,

reconocimientos de gastos, movilidad y seguros, etc.).- Programa de implementación de la estructura orgánica

aprobada por el Consejo Directivo. - Obra pública: finalizar la adecuación de nuestro edificio. - Programa compensatorio de gastos atendidos con recursos pro-

pios que deberían provenir de los recursos del Tesoro Nacional.- Programa de seguridad en los edificios existentes.- Programa de revistas y publicaciones. - Asignación presupuestaria para los profesorados y coordinado-

res técnicos de Carreras.

La planificación, con un trabajo renovado en la Comisión de Pre-supuesto y Planeamiento y pautas del Consejo Directivo, permitiráal órgano máximo del gobierno de la Facultad trabajar con unaperspectiva contenedora de sus requerimientos esenciales en ma-teria de docencia, investigación, administración y extensión.Se desarrolló un área vital como lo es la sistematización de ins-cripciones, actas, etc. (Sistema Guaraní), quedando pendientesotras como la de la Dirección de Personal. También se repararonen su integralidad los ascensores, calderas y bombas de agua detodas las sedes.En cuanto a los gastos de funcionamiento y a pesar de las insufi-ciencias de los créditos asignados por la Universidad, la Facultadatendió con recursos propios las mayores exigencias de los distin-tos servicios, aun teniendo en cuenta la incorporación de la sedede calle Tucumán.Se han ejecutado medidas que hacen a la mayor seguridad denuestros edificios como son la reparación de los tableros eléctri-cos de las sedes de Marcelo T. Alvear y Parque Centenario, luces,puertas y señalización de emergencias, cintas antideslizantes, re-carga de matafuegos y compras de hidrantes, entre otras. Con intervención del personal de apoyo y servicios se atiendentrabajos de reparación, mantenimiento, adecuación y habilitaciónde nuevos espacios. Los más recientes son la pintura de la Biblio-teca y la recuperación de espacios para investigadores en el Insti-tuto de Investigaciones Gino Germani.Otro aspecto importante a revisar y mejorar lo representan lasconcesiones de los espacios en las distintas sedes. En función deello se ha elaborado el informe pertinente dirigido al Decanato.Todo lo expresado no se podría llevar adelante si no se contaracon la invalorable contribución de nuestra gente,por lo que con su colaboración vamos por másrealizaciones para construir la Facultad quetodos queremos.

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CULTURA Y EXTENSIÓN UNIVERSITARIASecretario: Javier Bráncoli

La extensión universitaria comprende un ámbito de relación entrelos conocimientos generados por la Universidad y los actualesproblemas y desafíos de la sociedad. A través de la extensión laUniversidad debe y puede "cooperar a la elevación moral y mate-rial de la nación … imprimiendo a sus actividades un hondo senti-do social" 1. Sin embargo en esta relación han prevalecido con-ceptos y orientaciones que la han desvirtuado. Por un lado se la ha entendido como una "expansión" de los cono-cimientos y técnicas generados por la academia hacia una socie-dad pasiva y anónima. En esta concepción la Universidad realizauna colonización o invasión cultural sobre los actores socialesdesconociendo sus propias experiencias y trayectorias. "Así es quetoda invasión cultural presupone la conquista, la manipulación yel mesianismo de quien invade" 2. Por otra parte se ha consolidado una forma de entender la exten-sión como un ámbito propicio para la mercantilización del conoci-miento a través de la venta de servicios. Los servicios a terceros,investigaciones a demanda o cursos arancelados representaron elmecanismo a través del cual las facultades subsistieron frente alahogo presupuestario.Entendemos que es necesario recuperar la mejor tradición univer-sitaria que ponga en pie de igualdad las tareas de extensión juntoa las de docencia e investigación. Para ello es necesario construirpuentes con la sociedad a partir de articulaciones estratégicas.Desde las ciencias sociales estas alianzas deben priorizar al Esta-do en sus distintos niveles y a las organizaciones y movimientossociales.Las actividades de transferencia hacia el sector público constitu-yen una devolución al conjunto de la sociedad de la inversión rea-lizada para el sostenimiento de la Universidad pública. La relacióncon organizaciones y movimientos sociales implica priorizar a losactores que han adquirido protagonismo en los momentos de cri-sis económicas, políticas e institucionales por las que atravesónuestro país.En estos cuatro años de trabajo logramos dar algunos pasos en elsentido propuesto a través de la búsqueda por ampliar el campode acción de las ciencias sociales y vincular la producción de co-nocimiento de las diferentes disciplinas con necesidades, proble-mas y demandas de la sociedad:En primer lugar se desarrolló una política de vinculación con insti-tuciones públicas y privadas para realizar acciones de asistenciatécnica, transferencia tecnológica, prácticas educativas e inves-tigación aplicada.Por otra parte se amplió la oferta de becas, orientación vocacio-nal, empleo y formación profesional para estudiantes y graduadosde las cinco carreras de la facultad.Al mismo tiempo se llevó adelante una amplia agenda de activi-

dades culturales: cursos, seminarios, ciclos de charlas, muestrasy producciones audiovisuales abiertos a la comunidad.Desde el Programa de Capacitación y Fortalecimiento para Orga-nizaciones Sociales y Comunitarias se consolida una relación sis-temática entre cátedras, equipos de investigación, estudiantes ydocentes con un conjunto de organizaciones sociales de caráctercomunitario del área metropolitana de Buenos Aires.Finalmente se logra, desde la creación de la facultad, institucio-nalizar la estructura administrativa del área aprobada por el Con-sejo Directivo.Los desafíos para la próxima etapa implican profundizar el rumboelegido hace 4 años y dar un salto de calidad, en donde resultaprioritario:

Profundizar las acciones de asistencia técnica y transferen-cia tecnológica hacia el sector público en particular.Vincular la producción académica de excelencia -investigación y postgrado- con los principales temas de la agenda pública.Adquirir mayor visibilidad frente a los temas de la coyuntura nacional y local.Consolidar un espacio de trabajo y gestión asociada con organizaciones y movimientos sociales.Hacer masiva la oferta de empleo, pasantías y formación profesional para estudiantes y graduados de la facultad.Extender las producciones culturales que genera la comuni-dad académica hacia el conjunto de la sociedad.

El desafío de la extensión universitaria plantea para el futuro lanecesidad de recuperar la Misión Social como uno de los rolesfundacionales de la Universidad pública ampliando el campo deconocimiento y acción de las ciencias sociales en una etapa deprofundos y acelerados cambios en la sociedad. Como planteabaJosé Ingenieros "…no es menos importante la necesidad de impri-mir en la vida universitaria una dirección ideológica concordantecon las necesidades y los ideales del medio social en que funcio-na, es forzoso reconocer que ello dependerá del grado de exclaus-tración que alcancen los estudios universitarios. Tomando con-tacto con el pueblo, sirviendo sus intereses, reflejando sus aspira-ciones, comprendiendo sus problemas vitales" 3 . En la actual etapa creemos que es posible tomar la oportunidadhistórica que se nos presenta en nuestro país para profundizar ladefensa de la Universidad pública y gratuita hacia una Universi-dad con compromiso social, creadora y popular.

1- Mendieta y Nuñez, Lucio, La Universidad Creadora, Instituto de Inves-tigaciones Sociales. Universidad Nacional de México, México D. F., 1929.2- Freire, Paulo, ¿Extensión o Comunicación? La concientización en elmedio rural, Editorial Siglo XXI, Decimotercera Edición, México D. F.,1984.3- Ingenieros, José, La Universidad del Porvenir, Buenos Aires, 1920.

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El régimen electoral boliviano adoptó, desde 1982, el sistema de doble vuelta (ballotage)pero con la particularidad de que la segunda elección entre los dos partidos más votadosse realiza en el Congreso. Es decir, son los senadores y diputados de los distintos partidosquienes deben decidir a qué partido pertenece el nuevo presidente. Obviamente, esto dapie a una serie de alianzas temporarias, muchas de ellas "contra natura" como, porejemplo, la que Jaime Paz Zamora, líder del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)realizó con el ex dictador Hugo Banzer en los '90 y que le permitió a este último volver a lapresidencia, en esa oportunidad, por la vía democrática. En las elecciones del año 2002, los dos partidos más votados en la primera vuelta fueron eltradicional Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) y, sorpresivamente, el Movimientoal Socialismo (MAS), partido de muy reciente formación. El primero llevaba como candi-dato a un hombre del establishment local, Gonzalo Sánchez de Losada, educado en losEstados Unidos, mientras que el MAS portaba la candidatura de Evo Morales.En una entrevista, una periodista de un medio de Santa Cruz de la Sierra, departamentorico económicamente y que se autorrepresenta como "el más occidentalizado" de Bolivia,le preguntó a Felipe Quispe, líder indígena representante del movimiento étnicoPachakutik, que ya contaba con diputados electos en el Congreso, por qué iba a apoyar aun candidato sospechado de narcotráfico como Evo Morales en la segunda vuelta. Claroestá, en aquella pregunta la periodista se hacía portavoz del miedo, sobre todo, de la claseempresaria blanca de Bolivia sobre la posibilidad de tener un presidente descendientedirecto de indígenas. Cuenta la crónica que, ante esta interrogación, Felipe Quispe miró ala periodista y le respondió: "Para que mi hija no sea sirvienta de la tuya". En esta aparentesimple respuesta estaba contenida la visión que el 70% de la población de ese país, que esindígena o descendiente directo de indígenas, tiene de la historia boliviana de los últimosquinientos años.El triunfo electoral de Evo Morales es producto de esa "revancha histórica" de las mayoríasexcluidas de Bolivia, pero también es efecto de la ceguera política y la ambición econó-mica de las empresas transnacionales radicadas en Bolivia bajo la protección jurídica delEstado boliviano, es decir, de la estructura política dominada por las élites bolivianas, almenos en la historia contemporánea desde 1985. Concretamente, en ese año la intenciónde cobrar la instalación de cloacas en El Alto, ciudad erigida como producto de la exclu-sión social que se expande a partir de las reformas económicas de Siles Suazo ("el Menemboliviano") a precio de Nueva York, sumada a la intención de exportar gas a los EstadosUnidos vía Chile (mientras el 85% de la población boliviana cocina a leña) constituyeron elúltimo episodio de las recetas neoliberales que, denominadas como "inversión externa",en realidad se asemejaban más a la explotación de la economía de la plata en el Potosídurante el virreinato español o a la explotación del estaño en la primera mitad del siglo XX.Dos presidentes depuestos y un Congreso jaqueado por la movilización social en sólo tres

años fueron la clara muestra de uncambio de época histórico en Bolivia.Esta economía globalizada necesita,dado el potencial de circulación de flujosde capital transnacionalizados y, poreso, no siempre jurídicamente "visibles",de democracias formales. Entonces, lamoderna demanda de los organismosmultilaterales ya no es de "gobiernosamigos" sino de seguridad jurídica. Estasolamente puede ser provista, en laescala necesaria, por gobiernos demo-cráticos en la medida en que el respeto alas reglas de juego vigentes constituyenla base de su legitimidad política. Lascruentas dictaduras pro capitalistas delos '70 habían demostrado su impredeci-bilidad, como bien lo dejó en claro elepisodio Malvinas. Esta nueva situaciónes una de las razones por las cuales a EvoMorales se le respetó su victoria elec-toral, claramente disfuncional a losintereses dominantes, externos e inter-nos, que residen hoy en día en Bolivia.Ahora bien, para no caer en idealismos yutopías que generan apresuramientospolíticos a los que la izquierda es tanpropensa (gobierno de la UP de Allendemediante), el nuevo gobierno bolivianono significará, al menos en el cortoplazo, el socialismo en Bolivia ni la erra-

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Las elecciones en BoliviaOtra oportunidad para América Latinapor Diego M. Raus*

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dicación de las empresas estadounidenses. Ni siquiera una disminución drástica de lapobreza milenaria. Pero sí significa, last but not least, el protagonismo político de unmovimiento étnico, social y económico que nunca había tenido voz directa en la políticaboliviana, ni siquiera en la Revolución de 1952. Y eso, para Bolivia, hoy es mucho. Es la basepara comenzar un cambio profundo de sus estructuras económicas, sociales e institucio-nales, esas estructuras que con leves retoques devienen de la influencia de siglos deimperio español. La base política del gobierno de Morales es un conjunto heterogéneo de movimientossociales, muchos de ellos de reciente formación, que articulan demandas socioeconómicasconcretas con una cultura política producto de tradiciones ancestrales. La acción colec-tiva que emana de esa articulación es, muchas veces, indescifrable para el análisis socio-político occidental. Evo Morales conoce esta situación, la interpretó, y ahí radica su mayorfortaleza interna a la vez que su principal desafío político al momento de diseñar unaagenda de gobierno de mediano plazo. Concretamente, la presidencia de Evo Morales es elemergente de una añeja reivindicación étnica, pero en un contexto tenso que surge detener que resolver tal reivindicación en el marco del diseño de políticas que den cuenta deuna situación mucho más contemporánea y acuciante: hidrocarburos, propiedad de latierra, cultivo de la coca, pobreza estructural, infraestructura sanitaria. Para que el cambio que Bolivia necesita sea posible, el gobierno de Evo Morales requiere,básicamente, de dos condiciones. Por un lado, un acuerdo-compromiso con sus basessociales acerca de las condiciones de posibilidad y la gradualidad tolerable para introducirlos cambios que ellas le reclaman; a la vez que afrontar el desafío de minorías políticas, yahoy presentes, que se sienten portavoces de esas demandas e intentan acelerar los tiempospara obtener réditos a costa de la gobernabilidad de un sistema político que se modificóde raíz. No se debe olvidar que el partido de gobierno, el MAS, no logró la mayoría enninguna de las dos cámaras parlamentarias, y que los departamentos de mayor riquezaestán en manos de la oposición. Esta situación en principio no constituye un obstáculopara el gobierno de Morales dada su promesa y, hasta ahora, su firme intención deconvocar a una Asamblea Constituyente que transforme el sistema institucional boliviano,quizás en el mismo sentido que la Constituyente lograda por Chávez en Venezuela. Por otrolado, un sólido compromiso, concreto, no sólo simbólico, de los países latinoamericanosque circundan Bolivia y observan gobiernos denominados progresistas. Ayuda económica yayuda política. Incluso por encima de ciertos intereses nacionales. Brasil no puede siquieramencionar el retiro de Petrobras si Morales altera, algo necesario y legítimo, las reglas dejuego de la inversión externa en hidrocarburos. Argentina debe aceptar una suba en el gasque importa de Bolivia aunque eso signifique temporariamente afectar reservas interna-cionales o el superávit primario. Chile debe inscribir en su agenda internacional una largaserie de negociaciones sobre la cuestión de la salida al mar para Bolivia.América Latina está en una etapa de reflujo respecto a las políticas neoliberales de los '90que diezmaron la calidad de vida de sus grandes mayorías sociales hasta la indignidad(vivir de la basura ya es parte del paisaje urbano). Si la unidad latinoamericana es unautopía, que la solidaridad latinoamericana se vuelva, en esta hora, una realidad.

*Profesor del Seminario "Transición, crisis y reforma. Los nuevos escenarios en AméricaLatina" en la Carrera de Ciencia Política.

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Aniquilaciones. Como presunta respuesta a la ofensa infligida por las caricaturas danesas,el diario iraní Hamshahri y la Iran Caricature House convocaron a un concurso de carica-turas sobre el límite de la libertad de expresión occidental (pregunta que constituye al finde cuentas el núcleo duro de la propia libertad de expresión) y también sobre por qué elpueblo palestino debería cargar con las consecuencias del "holocaust" story. Salvo por eluso de story y las comillas en el término "holocausto", son preguntas que se formula cual-quiera que reflexione sobre el tema. Una provocación organizada mucho más sobre la basede la propalación de la convocatoria que sobre sus términos. En efecto, la convocatoriacirculó como manifestación negacionista de la shoá. En cambio, las declaraciones nega-cionistas del presidente de Irán y otra convocatoria a un supuesto congreso académicosobre la veracidad del holocausto fueron inequívocos. No obstante, un detalle: en elconcurso de caricaturas se aclara que las presentaciones pueden también ser anónimas.Curioso requisito para un concurso que sugiere vagamente la dotación de un premio cuyomonto se establecerá "más adelante". En esa invitación al anonimato debe presentársenosuna advertencia sobre aquello de lo que se les permite ocultarse a los participantes. Entanto que se trate de comparar diversas situaciones ofensivas, narrativas, político cultu-rales y religiosas, recordemos que quien niegue el holocausto eventualmente habrá deocultarse de lo mismo que se ocultaron los perpetradores del holocausto cuando cegabansu hórrida labor.Es que la negación del holocausto dista en forma abismal de ser una "ofensa". No esdesatinado atribuir a la memoria de la shoá, incluso críticamente -como lo hacen Rancièreo Didi-Huberman- el aire sacro que forma parte de innumerables debates estéticos y polí-ticos sobre sus representaciones. A partir de esa constatación, los teócratas iconoclastassaltan a una homologación entre el "mito" de la shoá como entidad narrativa y los íconosreligiosos del Islam, cuya puesta en tela de juicio o irrisión resultarían comparables.Lo absurdo de esa homologación no reside en una distinción estética o cognitiva. Negar lashoá no es como negar la realidad de Ramsés II o de las campañas napoleónicas. Lo primeroes un delito en los países en que tuvo lugar su perpetración, lo segundo es irrelevante paracualquier contexto. Negar la shoá no es como mentir, faltar a la verdad o cosas similares.Aunque es también todo eso, no es ello lo relevante. La negación de la shoá se define comodelito en tanto se admite que el holocausto es un crimen que no concluyó cuando su perpe-tración finalizó junto con la derrota nazi y el fin de la Segunda Guerra Mundial. El crimen delexterminio no concluye con la muerte de sus destinatarios. El crimen tiene lugar antes, envida, cuando se extirpa industrialmente la condición humana de quien fue convertido demanera radical en víctima. Antes y después, cuando la muerte es borrada como aconteci-miento. Borrada del registro de la víctima y borrada en sus huellas mediante la desapari-ción del cuerpo y del hecho mismo. El holocausto es una renegación, en tanto que aniqui-lación, antes que cualquier otra cosa. Negar esa negación no produce ninguna ofensa,negar esa negación supone la reiteración del crimen como tal. Negar esa negación no esuna mentira ni una "apología del delito", sino una instalación de la continuidad del crimen,en la memoria, pero también y, sobre todo, por la amenaza, como suceso, en un sentido

fáctico, sobre quienes pertenecen a lascategorías socioculturales extermi-nadas. Negar el holocausto implicaempujar de nuevo a las cámaras de gas(o a eventuales sucedáneos) a nuevasvíctimas. Negar el holocausto es todomenos una manifestación de la libertadde expresión, malgré Chomsky. Negar elholocausto no ofende, mata.

Ofensas. La ofensa religiosa, en el casode los teócratas iconoclastas (muy dife-rente a tantas otras ofensas religiosas,como podrían ser las padecidas por loscristianos primitivos) invierte los térmi-nos. Los daneses ofenden, pero quienesson amenazados y aun asesinados no sonlos ofendidos sino los ofensores. Losofendidos invocan la representación deuna fuerza demográfica masiva y con-denan a diversos castigos, incluida lamuerte, a los ofensores. La condición delos ofensores se establece por criteriosde interpretación teocrática, que con-ciernen tanto al oponente cultural étnicocomo al hereje segregado de las propiasfilas y sometido a los castigos másbrutales.En la entrada "ofender" del diccionariode la RAE se significa "humillar o herir elamor propio o la dignidad de alguien, oponerlo en evidencia con palabras o conhechos". La ofensa requiere de su desti-

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Sobre algunosvicarios

de Muhammad por Alejandro Kaufman*

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natario la condición del amor propio o la dignidad. Son ésas las condiciones afectadas porun acontecimiento lesivo. Tanto el amor propio como la dignidad son configuracionessubjetivas "fuer-tes", asociadas con la potencia de retribuir la ofensa de que se ha sidoobjeto. No se ofende a quien no puede ofender, no se ofende a una víctima. En otras pala-bras puede definirse como víctima a quien ha perdido la posibilidad de ofenderse. Latortura o la violación son crímenes extremos porque anulan el amor propio y la dignidad. Nola humillan ni la hieren tan sólo. Suspenden la capacidad de responder a una ofensa. El actode agresión consiste, no en ofender, sino en ir aún más allá y transformar al objeto de laagresión en víctima, mediante el despojamiento de algo de lo que define la condiciónhumana, la posibilidad de ofenderse.Cuando el destinatario de la ofensa es susceptible de ser humillado o herido en el amorpropio o la dignidad, puede actuar de dos maneras opuestas, polares: devolver la agresióny defender su amor propio y dignidad, o exponer acciones antecedentes sobre su configu-ración subjetiva que lo hagan inmune a la ofensa. La historia de la subjetividad religiosapodría articularse alrededor de esos dos eventos conductuales: el yo "fuerte" y susceptiblede defenderse, o el yo "débil", indiferente a la agresión. El primero nos conduce a lasteocracias, los dogmas sacerdotales institucionalizados, las religiones asociadas a lospoderes estatales y los aparatos armados. El segundo nos conduce a las tradicionesestoicas, gnósticas, sufíes, cabalistas, jasídicas, el cristianismo primitivo, la santidadevangélica. La lista es interminable por la multiplicidad de experiencias a que la historiade las religiones dio lugar. Cuando se reacciona con violencia, arbitrariedad, brutalidad,amenazas contra inocentes, censura, nos hallamos frente al primer polo descrito. Lacontradicción entre ambos polos es interior a cada una de las religiones, no las enfrentaentre sí como bloques, sino que define relaciones entre instituyente e instituido en elmarco de cada una de las grandes religiones. Si el cristianismo evangélico nos habla desencillez piadosa, el dogma inquisitorial contesta con la tortura y la hoguera. Si las tradi-ciones sufíes nos hablan de espiritualidad y paz, los teócratas iconoclastas que propugnanla destrucción lisa y llana de la materialidad simbólica y encarnada del otro nos hablan dela guerra y la dominación. No hay tal cosa como el "Islam" o el "cristianismo" en el sentidode una entidad homogénea capaz de dar cuenta como un todo de la multiforme diversidaddel Islam o el cristianismo realmente existentes.

Estigmas. Así, la denominación en bloque de una diversidad multiforme configura elfundamento del estigma. Marca que define a un otro por parte del xenófobo, productor desegregación social y política, pero también emblema que enarbola el teócrata que reducea sus propios hermanos en la fe a un comportamiento determinado. El estigma es cifra delracismo y de la xenofobia, así como del pánico moral que construyen los medios de comu-nicación en sus relaciones articuladas con los poderes estatales, jurídicos e institucionalesque definen las identidades dominantes sobre las dominadas.Las caricaturas danesas tuvieron esas características: conceptualmente estaban elabo-radas en términos ofensivos. Sin embargo, la "ofensa" resulta la condición misma de posi-bilidad de la caricatura, y la caricatura, de la libertad de expresión. Y la libertad de expre-sión, un mito de la ilustración y la modernidad que carece de eficacia para garantizar losvalores emancipatorios, pero cuya sustancia se verifica cuando es vulnerada por lacensura y la violencia. No conocemos un mundo en el que la libertad de expresión tengalugar. Suponer que las llamadas democracias de Europa y los Estados Unidos encarnan esemundo es un modo del conformismo. Sin embargo, sabemos también que negar el valor deesa débil fuerza que constituye una libertad de expresión abstracta e irrealizable sólo nosarrojará a un mundo aún peor. Es lo que se advierte ni bien tienen lugar actos de censura yautoritarismo como los suscitados por las caricaturas danesas. Las manifestaciones decomprensión esgrimidas para aplacar las iras de las masas contestatarias carecen deverosimilitud y resultan menos eficaces que un ejercicio crítico, que intente una compren-

sión del proceso global, antes que unmero apaciguamiento de la sinrazón.Ofensa, sí, pero ello no explica ni deter-mina la calidad de las respuestas. Laofensa, cuando es razón de la violencia yla guerra, sólo pone en evidencia lamagnitud y la calidad del amor propio yla dignidad que reaccionan con ira ydevuelven en forma multiplicada lalesión recibida.El problema político radica en la recipro-cidad de los actos: caricatura por cari-catura, o caricatura por asesinatos yamenazas, caricatura por crítica y refle-xión, aun dolida, o caricatura por des-pliegue de una cólera destructiva alservicio de los intereses de dominaciónde las castas sacerdotales. No hay tal"Islam" como destinatario de la ofensa,sino castas sacerdotales movilizadorasde las configuraciones subjetivas mássusceptibles entre los fieles. En unsegundo plano, fuera del foco de aten-ción de la espectacularidad mediática,millones de musulmanes que piensan yactúan en forma divergente o discon-forme con las movilizaciones coléricas. Ysi hay en la tradición islámica algunasmanifestaciones sobre las que los sacer-dotes se apoyan para la emisión de susfuegos vengativos, hay muchas otras quesustentan una serie de ideas bien dis-tintas, de comprensión, de espiritualidadcrítica y convivencial, de valores compa-tibles con lo mejor de las tradicionesculturales de la humanidad. Esos valoresculturales islámicos, sin los cuales nosabemos qué podría haber sido lallamada civilización occidental, pasanpor un trance de olvido y desconsidera-ción en la corriente dominante de lasrepercusiones del evento de las carica-turas danesas. Ese olvido, funcional a losaires de xenofobia y segregación queaniman a las derechas norteamericanas yeuropeas son uno de los problemas prin-cipales, antes incluso que cualquier vul-neración de la libertad de expresión.

*Profesor de Psicología y comunicación yde Principales corrientes del pensa-miento contemporáneo en la Carrera deCiencias de la Comunicación.

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"Señor, no he necesitado de tal hipótesis". Respuesta del matemático, físico y astrónomo Laplace a Napoleón cuando éste último preguntó sobre el lugar reservado a Dios en el universo.

Un tribunal del estado de Kansas, Estados Unidos,resolvió en noviembre pasado que las escuelas de sujurisdicción podrán introducir en los programas de laenseñanza escolar una versión del origen de la vida quecuestiona la teoría de la evolución, considerada comouno de los más grandes descubrimientos de la ciencia

moderna. Antes, en julio pasado, había sido el propio Bush el que se pronunció al respectoy en el mismo sentido que el tribunal de marras. Ahora se incluiría en los planes de estudiouna variante, la doctrina del llamado "creacionismo", propiciada por grupos religiosos queencarnan la ya antigua oposición clerical al planteo hecho célebre en el siglo XIX porCharles Darwin. Los niños, entonces, para aprender de dónde venimos deberían no ir a los libros del sabercientífico sino a la Biblia para darse cuenta de que Dios creó el universo en seis días, queel hombre no "desciende" del mono, sino que es un ser especial porque tiene "alma"provista por el Todopoderoso. Al hombre, claro, porque la mujer vino luego para servirlo yayudarlo -como lo recordó hace poco el hoy papa Benedicto en un documento del Vaticano.Después de informarse sobre las virtudes de semejante Creador los niños conocerán, porsupuesto, la existencia del Diablo y la necesidad de respetar a la tradición, a la familia y,claro está, a la propiedad. La intención de introducir semejantes cosas en el sistema educativo, acomodando suscontenidos al dogma oscurantista, muestra que mientras el capitalismo contemporáneo sevanagloria de marchar hacia la "sociedad del conocimiento", no tiene reparos en avanzaren la ruta de la mayor brutalidad cultural. La demanda para convertir a la escuela en untemplo, como quieren Bush y sus amigos, es un retroceso de siglos porque toda la cienciamoderna pudo desplegar sus posibilidades precisamente cuando se pudo separar de lateología. Se trata, además, de un problema político de primera magnitud porque el planteo queahora recogió el presidente yanqui es parte de una ofensiva más general. No sólo enKansas, sino en veinte de los cincuenta estados norteamericanos existen exigencias dediverso tipo para cuestionar el dictado de las enseñanzas elementales del darwinismo. Lacruzada alcanzó tal dimensión que varios comentaristas han recordado recientemente elfamoso "juicio del mono", celebrado en 1928, cuando un maestro fue llevado a los tribu-nales y condenado por divulgar las "diabólicas" conclusiones de Darwin.

Disfraces "pedagógicos"

El ataque viene edulcorado porque en principio sólo se pretende dar una explicación "más",sin prohibir la actividad pedagógica de los biólogos y porque también el viejo planteo

"creacionista" fue modernizado. No seplantea seguir a pie juntillas el textobíblico y el asunto se presenta ahorabajo el formato de la llamada "teoría deldiseño inteligente". Se postula enton-ces que la inmensa complejidad de losseres vivientes y el entramado tan sutilde los mecanismos que aseguran elmetabolismo de la vida no pueden serfruto del azar sino obra de una potenciasobrenatural. Veamos -preguntó alguna vez un teólogoducho en estos manejos-, si uno denosotros encuentra un reloj en la calle,¿tendría alguna duda al examinar laperfecta y armoniosa máquina de que setrata del fruto previsto por alguna inteli-gencia? ¿Qué decir, en consecuencia, dela maravillosa relojería que se encuentraen el universo y en la emergencia de lavida misma? Muchos manuales deciencia identifican, además, la evolu-ción y sus resultados con la aparenteperfección de algunas de las mejoresobras de la naturaleza, como si fuera laperfección de un maravilloso reloj. Es justamente el tema que ha tratado,ya hace algún tiempo, el más grande delos darwinistas contemporáneos,Stephen Jay Gould, en un deliciosopequeño libro llamado El dedo del panda(reflexiones sobre historia natural yevolución) y en el cual cuestiona latendencia de muchos textos a ilustrar laevolución con ejemplos de diseñosóptimos como la imitación casi perfectade una hoja muerta por parte de unamariposa o de una especie venenosa porparte de algún pariente comestible. JayGould señala que se trata de un argu-mento pésimo a favor de la evoluciónporque imita o sugiere la acción de uncreador omnipotente.

POLÍTICA INTERNACIONAL

Barbarie cultural

Bush y el diseño inteligente por Pablo Rieznik*

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La evolución tal como es

Lo cierto es que la investigación científica ha mostrado que no es la perfección ni laarmonía sin más lo que muestra el mundo que habitamos. Al revés, "la verdaderaprueba de la evolución se observa en las disposiciones extrañas y las solucionessingulares, que un dios sensato jamás hubiera adoptado, pero que un procesonatural, constreñido por la historia, se ve obligado a seguir". Es precisamente elcaso, entre otros, del "dedo" del oso panda, que es como se llama a una especie dedeformación de un hueso de sus extremidades superiores que el animal usa como sifuera un pulgar para manipular alimentos.Otro caso significativo de "imperfección" natural se verifica en la extraña despropor-ción que se revela en la importante área que ocupan en nuestro cerebro los disposi-tivos vinculados con el sentido del olfato, en relación con su utilidad para nuestrasupervivencia. Es, sin embargo, una manifestación de que nuestros antepasadosfueron ratas y roedores que muchísimo tiempo atrás sobrevivían mediante activi-dades nocturnas y se escondían durante el día. Porque en esa época unos enormesanimales llamados dinosaurios eran poco amigos de estos bichos más pequeños,para quienes, viviendo en las noches, la nariz era mucho importante para orientarseque los ojos, condenados a la impotencia de la oscuridad. La línea de los seres vivosde las cuales provenimos debe rastrearse, entonces, no sólo en los ratones sino en elazar de un accidente cósmico que terminó con los grandotes dinosaurios. La teoría de la evolución ha puesto de relieve que el mecanismo de la selecciónnatural y el azar se encuentran, a lo largo de un proceso muy largo en el tiempo, en labase de lo que hoy vemos como nuestro universo presente. Lo que acabamos demencionar, el caso del panda con un hueso adaptado a un uso necesario, de un modogrosero pero muy útil, demuestra, dice Jay Gould, que las soluciones óptimas delingeniero quedan descartadas por la historia. Son las torpezas, imperfecciones ydesproporciones en la evolución de la vida las que evidencian el curso de la propiahistoria de la naturaleza. Es algo, por otra parte, que no vale apenas para la biología. Las palabras, para incur-sionar en un terreno que sería propio de la lingüística, nos dan pistas acerca de suhistoria cuando su etimología no se corresponde con sus significados actuales. Asísospechamos que los emolumentos fueron en otro tiempo el dinero que se pagaba almolinero (del latín molere, moler). El sustantivo fue evolucionando para perder susignificado directo original y adaptarse a una nueva realidad, con la circulaciónmercantil y la creación de la moneda, pero nos da indicios sobre el cambio que surgecon el devenir de los acontecimientos permitiéndonos detectar un registro delpasado, designando lo nuevo con un viejo envase. Conclusión: las rarezas, en términos del presente, lo que no es perfecto ni óptimocomo diseño, son señas de identidad de la historia, arriesga Jay Gould. La teoría dela evolución es una de las más verificadas de la historia, como la de la relatividad deEinstein, de cuyos fundamentos se cumple ahora un siglo. Como dijo Laplace, o mejoraún, parafraseándolo, no necesitamos de otra hipótesis fuera de lo que la historianos enseña. Y nos enseña, entre otras cosas, los extremos de brutalidad del agota-miento de un sistema de explotación "global". Y que si hubiera un mundo de "diseñointeligente" los que no existirían son precisamente los criminales como Bush.

*Profesor de Economía II en la Carrera de Sociología.

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Cromañón, el juicio político y la crisis del discurso progresistapor Carlos Mangone*

IAunque resulte discutible, para analizar los comportamientos discursivos de los diferentes actores sociales con respec-to al juicio político seguido a Aníbal Ibarra, se propone en estas reflexiones dejar en suspenso y a la manera de un con-trol de sinceridad comunicacional un ejercicio de simulación política o de historia contrafáctica. Podemos volver aaquella noche del 30 de diciembre de 2004 y suponer que el jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, es sorprendi-do por el incendio de Cromañón en su descanso de fin de año en Punta del Este. A partir de allí tratemos de pensar lasposibles y lógicas reacciones del jefe de la oposición, Aníbal Ibarra, de los medios de comunicación por todos conocidos,de la dirigencia política y de las numerosas personalidades públicas que se definieron durante todo este período. Ten-gamos en cuenta también las posibles portadas de Página /12, las diferentes interpelaciones legislativas, la probableasimilación de lo ocurrido con el carácter capitalista prebendario del jefe de Gobierno y la actitud adoptada por el cam-po intelectual, cultural y artístico. Este ejercicio es efectivo y hasta legítimo si se conserva una importante cuota de ho-nestidad intelectual. Sólo así se puede comparar la oportunidad o el oportunismo de las diversas posiciones esgrimidashasta ahora.

IILas distintas argumentaciones planteadas por Ibarra y que circularon con generosidad en los medios de comunicación,sobre todo audiovisuales, partieron de instalar fuertemente la asimilación del juicio político (de responsabilidades) conun juicio penal (de culpabilidades). Esta táctica ayudó su circulación mediática porque se sumó al hecho de presentar-se Ibarra como el "único culpable" señalado. El carácter dramático de la individualidad enfrentada a una conspiraciónayudó a la presentación cotidiana del tema. De allí que a pesar de lo manifestado continuamente, el aspecto institu-cional es el menos destacado. La Legislatura y la Cámara acusadora son cuestionadas en su moralidad y legalidad, almismo tiempo que paradójicamente el "imputado" políticamente reconstruye su imagen pública a partir de sus conoci-dos antecedentes de respeto y salvaguarda de las instituciones democráticas (en el cierre de la campaña masiva a sufavor este hecho es decisivo y, en cierta manera, absurdo en las solicitadas de apoyo de los legisladores nacionales endonde se ataca directamente el instrumento de juicio político contra el que se opone el valor de las elecciones). Final-mente, a medida de que transcurrieron los meses la "injusticia" del juicio político ha ido transformando en los medios aIbarra en un chivo expiatorio de Cromañón, denominación que está más en boca de los apoyos de Ibarra que en él mis-mo. Este carácter de chivo expiatorio se refuerza con una argumentación seguida hasta el cansancio acerca de que, encircunstancias similares, en otros países no se había adoptado la misma respuesta institucional. A solo título de ejemplo,Ibarra en los medios, para ilustrar que las "tragedias no deben politizarse ni el dolor manipularlo", mencionaba el caso delhuracán Katrina y la "fotografía" conjunta de los políticos norteamericanos, olvidando que el primer día del Katrina di-putados demócratas, entre ellos el hijo de Jesse Jackson, habían pedido el impecheament del propio Bush.

A propósito del juicio político

Temaúnico

La realización de un juicio político para tratar la destitución de un gobernante electo por

el voto popular trasciende en importancia institucional a sus propias circunstancias. Por

ello convocamos aquí a dos profesores que, desde distintos enfoques, nos acercaron sus

visiones antes de que se conociese el resultado final del proceso.

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IIILo sucedido con Cromañón también instala un debate sobre la construcción de escenarios políticos a partir de los acon-tecimientos mismos. Es sabido de la recomendación de permanecer, en el comienzo de los sucesos, al margen, que unaasesoría planteó tanto para el jefe de Gobierno como para el presidente de la Nación. Otro ejercicio de historia contra-fáctica problematizaría la cuestión si ubica a Ibarra y a su gabinete trabajando, aun a riesgo de ser acusados de dema-gogia, en el terreno de los hechos esa misma noche. En cambio, paulatinamente, las tácticas político-mediáticas privi-legiaron, entre otros recursos, fundamentalmente tres aspectos. En primer lugar, lo que no es un asunto desdeñable pa-ra analizar la circulación mediática de los discursos políticos, el Gobierno de la Ciudad aumentó de manera extraordi-naria la pauta publicitaria en los medios masivos de comunicación, a tal punto que ya para julio de 2005 se había eje-cutado el presupuesto previsto para todo el año. Esta situación, que bien podría dar lugar a interpretaciones mecani-cistas acerca de los condicionamientos económico-financieros de las posturas frente al hecho, no debería dejar lugartampoco a ingenuidades en sentido contrario en donde se deje de lado el marco en el que se desenvuelven los medios decomunicación en nuestro país. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires es el principal anunciante y esto no resulta uncontexto inocuo para cualquier análisis.En segundo término, la cara más rescatable de la tarea ejecutiva del Gobierno dela Ciudad se potenció durante el período, nos referimos a sus políticas culturales.Debía hacerlo ya que Cromañón había golpeado, en cierta forma, en el corazón desu consenso histórico. Pero también esta postura ayudaba enormemente a resca-tar a Ibarra de su orfandad política. La inexistencia de un aparato que no fuera elpropio Estado hizo que se privilegiaran como voceros autorizados a las personali-dades de la cultura y del espectáculo, protagonistas muchos de ellos de las polí-ticas culturales de la Ciudad, actores nuevamente llamados al emblocamientodiscursivo de la segunda vuelta de las elecciones del año 2004. Este tercer aspec-to, el de los voceros autorizados, mostró una consecuencia inesperada de la po-tencia de las políticas culturales del Gobierno de la Ciudad y mantuvo a Ibarra enla línea de flotación hasta último momento.

IVA pesar de manifestar continuamente su decisión de no politizar lo ocurrido en Cromañón, el discurso progresista de Iba-rra fue derivando necesariamente al campo del enfrentamiento político. Si bien en los medios que lo apoyaban se man-tenía la categoría de "accidente", se desarrollaba cada vez más el tema de la responsabilidad de los padres (que Ibarraesgrimía de manera discontinua) y hasta se focalizaba en Callejeros (un caso clave es el grupo Hadad que había comen-zado por defender al conjunto de rock de las imputaciones hasta su pase a las filas del jefe de Gobierno); paulatinamenteIbarra fue reconstruyendo el escenario de la segunda vuelta para que todos fijaran posición. No obstante su intención dedesideologizar el debate, se auspiciaron afiches en los cuales las columnas derecha/izquierda y dictadura/democraciatrataban de volver homólogos los campos en disputa. La vuelta de Strassera a la consideración pública ayudaba en es-te sentido, la alianza político-mediática con el grupo Hadad producía un ruido ensordecedor.

VEl discurso progresista conlleva un funcionamiento paradójico, por una parte mantiene un componente ideológico quedivide campos con la "reacción" y por la otra mitiga fuertemente el aspecto político de todos los acontecimientos. Ha-cer de la educación, salud, empleo, etc., políticas de Estado más allá de partidos y posiciones, recuerda en cierta ma-nera el objetivo del discurso nacionalista para otras cuestiones. La eficacia del discurso progresista, incluso en la circu-lación mediática, descansaba en su capacidad de control y de gestión cultural. Ya que transformar radicalmente no sepuede o no se quiere, de controlar se trata. Cromañón hace estallar estos aspectos y lo lleva a una promiscuidad que,por lo menos aparentemente, había evitado y condenado. El mejor ejemplo es el comportamiento de la derecha mediá-tica en relación con Cromañón. Con sólo seguir de cerca las formas de interpelar a Aníbal Ibarra en Radio 10 se puedensacar algunas conclusiones. En el contexto de las elecciones de la Ciudad no se alejaba de la caracterización de ÁmbitoFinanciero de "izquierdista", sucesivamente se fue transformando en "de izquierda", "ex Fiscal", "doctor", "Ibarra" pa-ra llegar a "Aníbal". El abrazo mediático con el oso explica, junto con la pauta publicitaria, mucho más de las limitacio-nes del discurso progresista que innumerables tratados de ciencia política.

*Profesor de Teorías y prácticas de la comunicación I y II en la Carrera de Ciencias de la Comunicación.

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El juicio político al jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Airespor Jorge Mayer*

En la antigua China, durante el régimen del mandarinato existía un sistema político por demás curioso. Los mandarinesconcentraban la representación de dios y del Estado en su persona. No tenían atribuciones concretas y apenas dedicabansu vida al cultivo de la pintura y la poesía. En concreto, los asuntos públicos no eran una cuestión de su real incumbencia.En caso de una catástrofe natural, de sequías prolongadas o de malas cosechas, el pueblo decapitaba a su mandarín yotro era designado en su lugar. No hay registros estadísticos acerca de la eficacia de esta institución, pero es razonablepensar que la gente, ante las desgracias, espera que algo suceda y toma lo que tiene a la mano para hacer que algo quecree la ilusión de que alguna cosa va a cambiar. Por elemental y esotérico, esto no deja de ser sensato. Los daños que produce una catástrofe son imposibles de cuantificar de una forma acabada. Hay muertos y múltiplesvíctimas con grandes daños que los jueces tratan de poner en equivalencia con sumas de dinero que el gobierno de laCiudad y los responsables civiles deben pagar a sobrevivientes afectados de una manera terrible. Estas formas de repa-ración, como se sabe, nunca dejan conformes a los damnificados; sirven apenas cuando hay perjuicios civiles, peronunca el alcance de las responsabilidades termina allí. Estas cuestiones se dirimen en razón de leyes pero hay queobservar si ése es el límite real que una sociedad busca ante un hecho histórico determinado. Más allá de esto hay algo ineludible. No es posible que el sistema político quede al margen de un hecho de tal magnitudcomo el sucedido en diciembre de 2004. Mientras la causa judicial avanza en desconocer negligencias de parte de losorganismos de control, gran parte de la sociedad se niega a pensar que semejante hecho pueda desaparecer de lamemoria y a convencerse de que no pasó nada que no se pueda subsanar por la vía ordinaria de la justicia. La sociedadnecesita un mandarín y parece extraño que la clase política no asuma que en el juego del poder está latente esa respon-sabilidad, muchas veces más reñida con el azar que con otras cuestiones. En un debate en la Legislatura de la Ciudad unamadre de una víctima, exaltada, volcaba la afirmación más lúcida y certera de las que se escucharon en todo estetiempo: "Ibarra, te pasó a vos, le pudo haber pasado a cualquiera". Pero este hecho no exculpa a Ibarra ni a los funcio-narios del gobierno; tampoco les quita responsabilidad, sólo marca la triste circunstancia que a los porteños se losseduce más inaugurando obras y promoviendo actividades culturales antes que con el ejercicio responsable de funcioneselementales del Estado. Afirma que las redes de corrupción en los sistemas de control son tan viejas como la historia dela Ciudad, que todo el mundo lo sabe y que sólo es capaz de escandalizarse ante el aterrador espectáculo de una gigan-tesca pila de cadáveres. El proceso a Ibarra es pertinente y necesario. Todos los avatares del juicio responden a una lógica política fácil decomprender. El partido gobernante carece de peso electoral propio en el distrito. La derecha, por su parte, posee un elec-torado suficiente como para ganar elecciones si no se logra una coalición como la que llevó a Ibarra a su reelección. Laestrategia fue entonces victimizar al propio Ibarra. Asimilar un juicio político a un golpe institucional es una desmesura;tanto como querer consagrar la impunidad como norma en base al voto popular. Un juicio político no es un proceso jurídico común. La justicia ordinaria tiene su propia lógica de funcionamiento y avanza(no se puede decir que con normalidad). El fin de un juicio político es el de remover a un funcionario por causales rela-cionadas con el mal desempeño en sus funciones o la inhabilidad moral. ¿Qué es lo que se entiende por estas causales?Eso es algo que está expresamente ausente de cualquier normativa que regule el tema, en vista que esas causas, enmuchos casos, surgen de una evaluación puramente política de los hechos. Las acciones de separar al funcionario einhabilitarlo son las únicas consecuencias de este tipo de enjuiciamiento. En cualquier sistema parlamentario se puederemover a un funcionario sin siquiera llevar a cabo un proceso, con causales explícitas o no.

Historias mínimas

En tiempos recientes Argentina siguió juicios políticos a una buena cantidad de jueces de la Corte Suprema de Justicia.En el caso de los magistrados existe una limitación clara para evaluar su mal desempeño: el contenido de las sentenciasde un juez no puede ser usado como causal en la imputación de su mal desempeño. En muchos de los procesos llevadosa cabo recientemente se vulneró claramente ese principio y en forma alguna esto fue motivo de escándalo. El desgastepúblico de la imagen de esos jueces hacía que las cuestiones técnicas tuviesen un escaso valor ante la razón política quemotorizaba esos procesos. Hoy subsisten jueces en la Suprema Corte sobre los cuales pesan sospechas de hechos de

Temaúnico

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corrupción. ¿Por qué nunca llegaron a juicio? La única razón que se puede exponeres que las fuerzas políticas no acordaron en hacerlo. Varios años antes de esta seguidilla de juicios hubo un intento de juzgar a unministro de la Corte en donde estaba involucrada la muerte de una persona encircunstancias poco claras. Ese proceso estuvo latente durante años y sirvió comoprenda de negociación entre fuerzas políticas que acordaron finalmente no inves-tigar el hecho. Aun más atrás en la historia, en 1986, hubo una denuncia formal deuna empleada de la Corte por acoso sexual y abuso deshonesto contra un magis-trado de ese tribunal. Cuando el presidente se aprestaba a iniciar las actuaciones,siguiendo elementales reglas de buen gusto y sensatez, el tema fue archivado enmedio de un coro de risotadas de los jefes parlamentarios. La regla del juicio político está llena de melladuras, esto no lo invalida como unrecurso institucional necesario.

Rige la razón política: esto, objetivamente, no es ni bueno ni malo

Desde esta faceta política la resolución del proceso se dará en vista de un juego de mayorías que intentan optimizar losrendimientos políticos de dicha situación. Esto es así y hace a la lógica democrática de cualquier órgano legislativo. Loque es probable, y paradójico, es que las pérdidas comprometan a todos los actores involucrados. Cualquiera sea elresultado, todos pierden, con sutiles diferencias de medida. También en este caso hay vaivenes llamativos. En los inicios de los hechos el Poder Ejecutivo Nacional se sintió muy incó-modo con la permanencia de Ibarra en su cargo, pero urgencias electorales le aconsejaron no tomar medidas en el asuntoy evaluó como muy negativo el efecto de una intervención federal en el distrito. En ese mismo momento sectores oposi-tores de derecha se llamaban a cautela para no capitalizar la catástrofe; no por generosidad política, sino por una mani-fiesta impericia en el manejo de la situación que les tocaba vivir. Por otra parte, sectores de la centro izquierda, queacompañaron a Ibarra en su campaña, apostaban a ser lo más imprecisos posible en cuanto a cualquier definición sobreel tema; a pesar de las convicciones, el progresismo nunca reniega de un espacio en la vereda del sol. El tramo final del proceso de juicio político al Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires da una imagenmuy pobre para todos los habitantes de la ciudad. Ocultar una parte de la verdad es una forma de mentir y en esteproceso nadie es capaz de asumir totalmente y con franqueza lo que realmente sucedió. Hay una razón jurídica que sedebe cumplir en la forma más prolija posible. Hay una razón política que es saludable que se cumpla al solo efecto deque la población asuma que las instituciones funcionan y responden ante hechos de la gravedad de los ocurridos. Debehaber responsables y esas responsabilidades deben estar establecidas con claridad y precisión. Ibarra no puede sostenerque los mecanismos de control de la Ciudad de Buenos Aires fueran eficientes, ni nada cercano a ello (la larga cadenade clausuras y suspensiones luego del hecho es por mucho elocuente). La política también genera su propia virtualidad:por no haber cumplido con su deber, por obra de circunstancias desgraciadas y, sobre todo, en el medio de un juego defuerzas políticas que miden cada una sus movimientos, la suerte de Aníbal Ibarra se ha puesto en juego. La finalidad de este proceso, a diferencia de aquel que se daba en la China del mandarinato, no se agota en el hecho decastigar a los responsables, según su nivel de compromiso y culpabilidad, o simplemente por su posición dentro delsistema institucional de la Ciudad. Éste no es un fin en sí mismo, aunque es absolutamente necesario. Cromañón nodebería volver a suceder y en este sentido la sociedad ha avanzado bastante poco. Que ruede la cabeza de Ibarra, o no,no nos redime; en poco va a ayudar a que recuperemos la dignidad y a que pensemos en esquemas de seguridad real-mente efectivos. Cromañón fue un hito en la historia de la Ciudad de Buenos Aires. La política tiene la palabra y sólo nos resta escucharqué tiene para decir al respecto.

*Profesor de Instituciones políticas y procesos gubernamentales en la Carrera de Ciencia Política.

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Ciencias Sociales -Para empezar las invitamos a que se presenten y nos cuenten brevemen-te cómo fue su inserción en el área de la salud.Milca Cuberli -Me recibí en el año 2001 y al año siguiente comencé la residencia de Educa-ción para la Salud. Actualmente estoy como Jefa de residentes en el Centro de Salud nº 7,que depende del área programática del Hospital Santojanni. También trabajo como docen-te de la carrera de Ciencias de la Comunicación, en el taller cuatrimestral de ComunicaciónComunitaria, y como asistente de investigación en un proyecto UBACyT.Gabriela Guimarey -Terminé la carrera de Sociología en el 2001 y a continuación hice el pro-fesorado. En esa época pensaba dedicarme a la educación, y de hecho estuve dando cla-ses en escuelas secundarias cerca de tres años. Después concursé para la residencia deEducación para la Salud, en parte porque ya había trabajado, mientras cursaba la carrera,en el área de acción social de un municipio de la provincia de Buenos Aires, y tenía expe-riencia en intervención y trabajo comunitario. El equipo en el que estoy haciendo la resi-dencia depende del área programática del Hospital Durand. Además de esa sede, realiza-mos actividades en uno de los centros de salud y en organizaciones comunitarias que de-penden de la misma área.Julia Carriego -También me recibí en el 2001. Antes de empezar la residencia estuve traba-jando en una escuela secundaria vespertina, coordinando el equipo de orientación, junto auna psicóloga, y a un grupo de alumnas-mamás. Nuestra tarea tenía que ver con la cons-trucción de soportes para que no abandonen la escuela. En cuanto al sistema de residen-cias, los egresados de mi carrera pueden optar por la residencia de Educación para la Sa-lud o de Trabajo Social, e incluso después existe la opción de hacer una residencia pos-bá-

"Uno de los temas fundamentales en el área de salud es el de laparticipación de la población en la definición de los problemas"

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ENTREVISTA A GRADUADOS RESIDENTES EN SALUD

Las residentes Julia Carriego,

Gabriela Guimarey y Milca Cuberli

entrevistadas por Ciencias Sociales

EN LA ENTREVISTA CON

GRADUADOS DE LA FACULTAD,

DECIDIMOS EN ESTE CASO

CONVERSAR CON EGRESADAS QUE

ESTÁN TRABAJANDO EN EL SECTOR

SALUD. MILCA CUBERLI,

COMUNICÓLOGA, GABRIELA

GUIMAREY, SOCIÓLOGA, Y JULIA

CARRIEGO, TRABAJADORA SOCIAL,

COMPARTEN ADEMÁS, AUNQUE

DESDE DISTINTOS EFECTORES, LA

RESIDENCIA INTERDISCIPLINARIA EN

EDUCACIÓN PARA LA SALUD (RIEpS).

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sica, en Cuidados Paliativos. Dentro de la oferta de las dos primeras, a mí me pareció másacorde con lo que estaba buscando la de Educación para la Salud. En este momento tengocomo sede de mi residencia al Hospital Tornú, y desde ahí también desarrollamos proyec-tos en un centro de salud. CS -¿En qué consiste la residencia de Educación para la Salud?Julia -Ante todo hay que decir que esta residencia, junto a la de Salud Mental, son las úni-cas interdisciplinarias dentro de todas aquellas residencias a las que se puede acceder des-pués de recibirse. En el caso de Educación para la Salud, está integrada por psicólogos, so-ciólogos, antropólogos, licenciados en comunicación y educación, psicopedagogos, enfer-meros y médicos. Con graduados que provienen de algunas de estas disciplinas, en generalcon seis o siete, se organizan equipos, que están insertos en los tres centros de salud o enlos dos hospitales en los que está funcionando la residencia. Y como cada efector de saludtiene una realidad particular, las características de la residencia también son variables.Gabriela -Este año, por ejemplo, mi equipo está compuesto por dos psicólogas, una psico-pedagoga, una comunicadora social, una médica y yo. En general, en cada una de las se-des, realizamos acciones de prevención o promoción de la salud, sin considerar por sepa-rados a estos dos componentes. Lo que diferencia nuestra residencia de todas las otras esque nosotros no hacemos asistencia. Trabajamos sobre problemas definidos desde un con-cepto de salud integral: la salud no específicamente relacionada con los aspectos biológi-cos sino con condicionantes económicos, sociales, políticos y culturales. Es decir, defini-mos desde una perspectiva amplia los problemas de salud y enfermedad y a partir de estamirada estructuramos proyectos. Por ejemplo, uno de los proyectos en los que estamostrabajando ahora y que llevamos adelante en una escuela es el de la formación de forma-dores en prevención de HIV sida. Este proyecto, que podría ser considerado solamente co-mo de prevención, es un proyecto que también tiene que ver con un reposicionamiento delos alumnos, con fomentar la autonomía de los adolescentes en el ámbito escolar en cuan-to al cuidado de la salud en un sentido integral. CS -¿Cómo surgen los distintos proyectos?Gabriela -En principio la idea es trabajar en problemas de salud que son detectados comorelevantes a partir de criterios epidemiológicos. Después hay que atender a cuestiones deviabilidad para llevar adelante determinados proyectos de acuerdo a las característicasde las instituciones involucradas, y a cuestiones de sustentabilidad.CS -¿Cuál es la persona que tienen como referente en el hospital?Gabriela -Hay un coordinador de planta, que es el nexo entre el equipo de planta y los re-sidentes. Mi experiencia, de todas formas, es que tenemos bastante autonomía. No haydemasiados profesionales de las ciencias sociales en cargos de planta en el sistema públi-co de salud, y nosotros trabajamos en una perspectiva completamente diferente: cuandoel resto del sistema apunta a la asistencia, nosotros nos orientamos hacia la prevención ypromoción de la salud. Esto implica que trabajamos con una mirada y un lenguaje muy dis-tintos al resto. CS -¿No hay equipos de planta que realicen tareas que puedan servir como experiencia pa-ra ustedes?Gabriela -En general no, aunque para ser más precisos hay que reconocer que esta situa-ción es variable y depende de la historia de cada hospital.Milca -Quería insistir, para caracterizar la residencia, en que ésta es la única residencia en

el área de salud en todo el país que tieneprofesionales de las ciencias sociales. Yesto me parece fundamental en un cam-po tan complejo. También me parece im-portante resaltar que nosotros intenta-mos priorizar los problemas de saludconstruidos por la población. Por ejem-plo, cuando nos acercamos a un barrio,puede ocurrir que en el equipo conside-remos que tal o cual situación puede serpensada como un problema de salud, yque la población sin embargo no lo perci-ba de la misma manera. Entonces hacefalta un trabajo interdisciplinario con lacomunidad para construir con ellos elproblema de salud. Y esto lo podemoshacer porque partimos de una definiciónamplia de salud, que permite la cons-trucción de problemas como los de vio-lencia o salud ambiental. Gabriela -Muchas veces por esa defini-ción más amplia de la salud nos enfren-tamos a la mirada predominante en elsector médico, que tiene a nuestro en-tender una visión más reduccionista,fundamentalmente biologicista, y en laque se apuesta a soluciones más simples.Milca -El sistema de salud ya está orga-nizado desde esa mirada. Muchas veceshay profesionales que consideran quetienen que educar o informar a los pa-cientes, y reducen los problemas a unadimensión prescriptiva.Gabriela -Nosotros percibimos que losmédicos tienen en general una concep-ción asimétrica de la relación con la co-munidad, incluso ligada a una perspecti-va moralista. Para algunos de ellos, losprofesionales del equipo de Educaciónpara la Salud somos los que nos encon-tramos con los pobres, les enseñamos acuidarse y atendemos cuestiones quetienen que ver con la higiene. CS -¿Los médicos las consideran unasuerte de alfabetizadoras en salud?

Revista Ciencias Sociales 62 -UBA- abril de 2006

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ENTREVISTA A GRADUADOS RESIDENTES EN SALUD

Milca -Sí, e incluso hay que reconocer que esa era la concepción clásica de Educación pa-ra la Salud.CS -¿Tu experiencia, Julia, es similar en estos problemas a los de ellas?Julia -Sí, hay muchos puntos en común. Sin embargo, también hay casos en los que inte-gramos nuestras tareas con cargos de planta, como nos ocurrió en el caso específico deproblemas en nutrición, donde hicimos un trabajo en conjunto entre la nutricionista, losprofesionales de salud mental y los clínicos. Es decir, muchas veces pasa lo que contabanGabriela y Milca, pero a veces hay algunos espacios que no están encuadrados en esa mi-rada hegemónica que ubica a los profesionales de las ciencias sociales en el rol de simpleseducadores. En el proyecto al que me refería, por ejemplo, trabajaron en atención conjun-ta la antropóloga y la nutricionista. De todos modos, tengo que reconocer que éste es uncaso particular, y tal vez sea la excepción a la regla.Milca -Dentro de la hegemonía del modelo médico que se centra en aspectos biológicos,podemos hablar de ciertos espacios de negociación. Tampoco nuestra idea es hacer un tra-bajo independiente. Nos encontramos en un proceso de negociación permanente en el quemuchas veces obtenemos resultados satisfactorios. CS -¿Cómo evalúan su formación de grado a partir de los saberes que les exigió la residen-cia en el área de la salud?Julia -En Trabajo Social tenemos cuatro años con prácticas, talleres que se realizan en ins-tituciones y, por ejemplo, posibilidades de hacer diagnósticos comunitarios. Más allá deque en su momento no había elegido para estas experiencias el área de salud, todo esto mesirvió mucho como formación para la residencia. No puedo decir lo mismo en cuanto a laformación interdisciplinaria, porque no tuve en la carrera muchos espacios en este sentido.Gabriela -En mi tarea en el área de salud, en este lugar específico, percibo muchas falen-cias de mi formación. La carrera de Sociología no te prepara para la intervención. En el me-jor de los casos la carrera intenta prepararte para la investigación, cosa que no consiguehacer. Y aquí, la investigación es fundamental, es un conocer para pensar alternativas yestá articulada a la intervención. Además, integrar un equipo de trabajo interdisciplinariome llevó a replantear mi lugar. No tengo como referente la figura del sociólogo que va conlas respuestas. Primero porque eso generaría resistencias y además porque no consideroque sea sólo desde mi marco teórico desde el cual se pueda construir un problema de sa-lud. La residencia me llevó a posicionarme en un lugar de negociación y de construccióncon los otros. Es muy distinto estar en un ámbito en el que compartís el lenguaje con elotro, que sentarte con personas con las que se parte de puntos de vista totalmente dife-rentes. Pero esto último te da muchas posibilidades de aprendizaje, y te permite, en unmarco de negociaciones, producir avances paulatinos.Milca -A mí la formación de la carrera de Comunicación me aportó mucho. En cuanto a la in-terdisciplina, por ejemplo, desde que empezamos hasta que terminamos tenemos experien-cias en ese sentido. Particularmente en mi caso hice la orientación en comunicación comu-nitaria, y ahí tuve mis primeras prácticas preprofesionales en el campo de la salud. Tambiénrealicé tareas de intervención, diagnósticos comunitarios, armado de proyectos y trabajoscon organizaciones no gubernamentales. La carrera me dio muchas herramientas para tra-bajar. Desde la comunicación comunitaria trabajo desde el marco de investigación-acción,y en ese sentido sí percibo una falencia muy grande en metodología. CS -¿Qué perspectiva de inserción laboral hay después de finalizada la residencia?Milca -El problema es que después de la residencia cada uno termina trabajando otra vezdesde su disciplina, y no se trabaja desde Educación para la Salud como una especialidad.Por ejemplo, a mí me pueden convocar para trabajar dentro de un área o programa en co-

municación institucional. Pero no hayconcursos para abrir cargos dentro delsistema de salud para egresados de An-tropología, Sociología o Comunicación.Julia -Comparto esto que dice Milca,porque yo puedo llegar a concursar uncargo pero desde Trabajo Social, no des-de la especificidad de Educación para laSalud.Milca -Y en ese caso seguramente la de-manda que vas a tener va a estar rela-cionada con la asistencia.Julia -Se suele decir que Educación parala Salud no tiene un sustento académico,es éste un argumento sumamente ende-ble, pero se usa para no llamar a concur-sar cargos en este campo.Gabriela -La falta del reconocimientodel campo de Educación para la Saludtiene que ver también con los modos enque el sistema de salud mide el rendi-miento de los recursos humanos. Las ac-ciones de los profesionales de Educaciónpara la Salud tienen resultados que nopueden ser medidos con los parámetroscuantitativos que implementa el sistemaporque tienen una lógica completamen-te diferente. Para mí uno de los temasfundamentales en el área de salud es elde la participación de la población en ladefinición de los problemas, la toma dedecisiones y la evaluación posterior. Ylos profesionales de las ciencias socialestienen mucho para aportar en cuanto ala tarea de encontrarse con las organi-zaciones comunitarias y a partir de elloelaborar el trabajo conjunto. Lo principales no reproducir la misma lógica del sis-tema, es decir, no ubicarse en una posi-ción asimétrica con respecto a la pobla-ción. Nosotros podemos aportar unaperspectiva política diferente.

Más información sobre la residencia enwww.buenosaires.gov.ar/areas/salud/rrhh

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Al cumplirse el primer año en el poder de la dicta-dura más sanguinaria que sufriera el pueblo argenti-no, Rodolfo Walsh describía exhaustivamente loscrímenes de lesa humanidad cometidos hasta allí, sinembargo su lucidez política ya entonces le permitióavizorar el nefasto futuro que sobrevendría con ladrástica reestructuración de nuestra sociedad.La claridad meridiana con que Walsh planteó elcarácter instrumental del terrorismo de estado, sinembargo, no ha sido la lectura más extendida sobrelos años de plomo. Sin dudas más adeptos logró lallamada Teoría de los dos demonios, según la cualdos bandos "enloquecieron" y bañaron de sangre alpaís ante la mirada entre atónita y ajena de la inmen-sa mayoría de los argentinos.De allí resulta necesario, a treinta años vista, revisi-tar algunos de los indicadores de la auténtica restau-ración conservadora que se operó -lamentablemente-con particular éxito. Para ello convocamos a ungrupo de profesores que, sin pretender agotar todaslas miradas posibles sobre el período, nos presentanun abanico representativo del abordaje desde lasciencias sociales.

DOSSIER

30 golpea años del

"...Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada. En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar..."

Rodolfo Walsh - C.I. 2845022 (Fragmento de Carta abierta de un escritor a la Junta militar)

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DOSSIER

Las radicales trasformaciones econó-micas, sociales e institucionales intro-ducidas por la dictadura militar a lolargo de su gestión cerraron un largoperíodo anterior de confrontación so-cial y lucha política, cambiando defi-nitivamente las relaciones de predomi-nio económico y supremacía social enel país a favor de la gran burguesíamonopolista. La consolidación delpredominio de esa nueva clase domi-nante abrió un nuevo cauce que conte-nía potencialmente varios tipos dedesarrollos diferentes pero, por la for-ma en que se coludieron el Estado dic-tatorial y esa nueva burguesía en ex-pansión, se impuso la peor variante, lamás desventajosa y perversa que unifi-có endeudamiento externo, estanca-miento económico, hipertrofia del sec-tor financiero y destrucción del núcleoestratégico del sector industrial. Deuna economía de bajo crecimiento, in-estable y extremadamente vulnerable,propia de la estrategia industrial susti-tutiva, pasamos a una economía en-deudada y declinante, aun más frágil,inestable e inmersa, además, en un pe-

ligroso proceso de descomposición. Alos dilemas irresueltos del modelo an-terior le agrega uno mucho más com-plejo y casi irresoluble: el que dibujael círculo vicioso de la declinacióneconómica, combinada con la brutalexpansión de la demanda de recursospúblicos y divisas fuertes alimentadapor la incontenible elevación de losmontos de la deuda externa.La eliminación de antiguas conquistaseconómicas y sociales de los sectorespopulares, objetivo principal de la fe-roz ofensiva neoliberal que concibió yllevó adelante ese proyecto de restau-ración conservadora constituye, a suvez, el extremo opuesto, la contrapar-te de un proceso general de redistribu-ción regresiva del ingreso que, pormedio de la expropiación y el despojo,alimenta el enriquecimiento del sectorempresario, la expansión de un nuevonúcleo de grandes empresas, la con-centración del capital y la modifica-ción de la fracción principal de la cla-se dominante. El cambio de signo y, en cierto modo,la despolitización que la dictadura lo-gró imprimirle a la pugna distributivano sólo modificó los modos de redis-tribución del excedente entre las cla-ses en conflicto sino que fue responsa-ble del eclipse, la pérdida de peso es-pecífico y de capacidad de confronta-ción que muestran, por una parte, laclase obrera junto a los sectores popu-lares y, por otro, la mayoría de lasgrandes entidades corporativas, espe-cialmente de aquellas que habían de-fendido exitosamente durante la tresdécadas anteriores los intereses de lossectores populares y de las clases sub-alternas. Pero, su notorio desplaza-miento del centro de la escena y su ca-da vez más evidente pérdida de in-fluencia política dejó abierto un vacíode representación sectorial que no lle-gó a ser cubierto por otras fuerzas so-ciales ni asumido como parte de unasupuesta estrategia renovadora de lospartidos políticos.En efecto, durante los dos primeros

años de la dictadura, los partidos sebatieron en retirada, abandonaron lite-ralmente la lucha política, no se hicie-ron cargo de las pretensiones refunda-cionales de la nueva cruzada militarpero tampoco denunciaron la atroci-dad del terrorismo de Estado ni la po-lítica represiva que garantizó la aplica-ción de la series de medidas que redu-jeron brutalmente el nivel de ingresosde los sectores populares; prefirieronampararse en el estado de desorgani-zación a que los había llevado el de-sastroso período democrático anteriorpara justificar su negativa a asumir encondiciones altamente riesgosas suobvia responsabilidad como alternati-vas de resistencia civil y de oposición. Trataron de justificar su estratégicaopción por la opacidad y la inacciónpolítica elaborando una lectura errada,frívola y superficial del nuevo tipo decorrelación de fuerzas que generaba lausurpación militar y el pretendido pro-yecto refundacional del Proceso deReorganización Nacional. Consideraron que la usurpación delpoder era ilegítima pero necesaria pa-ra recomponer el orden social y el fun-cionamiento institucional cuestionado,tanto por los embates militares de lasorganizaciones revolucionarias, comopor la propia incapacidad del sistemade partidos y de las instituciones de lademocracia representativas para ha-cerse cargo de ambos desafíos.Colocaron, de ese modo, los cimientosde la concepción imposibilista quetantos estragos produjo en el imagina-rio y la voluntad política de los secto-res populares durante las décadas pos-teriores. Como no veían posibilidadalguna de modificar la correlación defuerzas existente, propusieron aceptar-la y justificarla no como lo que afir-maba ser, sino como lo que tenía quedevenir, o sea, como un inevitable in-terregno entre dos momentos demo-cráticos. Fundamentaron así una estra-tegia cómplice, o por lo menos com-placiente, con la devastadora ofensivadel primer período de la dictadura que

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ha quedado dramáticamente registra-do en los discursos y análisis de los di-rigentes de casi todos los partidos tra-dicionales. Esta posición funcionó como aval im-plícito al terrorismo de Estado perotambién como instrumento de depen-dencia y sujeción de las pocas instan-cias orgánicas de los partidos políticosque se mantenían en pie a las variablesy erráticas estrategias elaboradas endiversos momentos, por distintas frac-ciones del elenco militar para resolverel problema que por irresoluble termi-nó transformándose en un nuevo dile-ma político institucional: la continui-dad política del régimen militar.Después de haber diezmado a las or-ganizaciones guerrilleras y disciplina-do manu militari al resto de las fuerzassociales y políticas, el problema de lalegitimidad y de la continuidad dentrode un esquema a definir de articula-ción cívico militar se convirtió encuestión central de la estrategia políti-ca de la dictadura y, como tal, recorrióy condicionó dramáticamente el des-arrollo de toda su gestión; los distintosenfoques que orientaron su formula-ción y sus intentos de resolución divi-dieron al elenco militar en diversasfracciones, incidieron severamente so-bre la naturaleza de las decisionesadoptadas en otras áreas sobre otros ti-pos de cuestiones y se exacerbaronhasta límites insoportables durante suetapa de declinación.En esa última instancia los variadosproyectos anteriores de salida institu-cional pactada con los partidos políti-cos y organizaciones sociales fueronreemplazados por un intento de conti-nuidad lisa y llana, apoyado en el trá-gico intento de recuperar el control te-rritorial y la soberanía política de lasIslas Malvinas. El fulminante e inape-lable fracaso de esa aventura modificósúbitamente la correlación de fuerzaspolíticas y obligó al elenco militar deesa etapa a enfrentar aquello que habíaintentado evitar de varios modos dife-rentes a lo largo de toda la gestión: el

traspaso apresurado del poder a unodiado y además improvisado sistemade partidos políticos, mediante elec-ciones generales sin condicionamien-tos ni proscripciones. Fuertemente de-bilitados por largos años de ostracis-mo, los complacientes dirigentes quecontrolaron durante todo ese tiempolas estructuras orgánicas de las dosgrandes agrupaciones populares sevieron forzados a ocupar el centro dela escena impulsados tanto por la ne-cesidad militar de crear una válido in-terlocutor con quien negociar las con-diciones de una salida constitucionalcomo por la propia sociedad que, des-pojada de otros instrumento de con-frontación, los redescubrió y los "rein-ventó" para que se hicieran cargo depilotear el proceso de recuperacióndemocrática. Esta debilidad intrínseca de los elen-cos, las estructuras orgánicas y las for-mas de articulación social de los parti-dos políticos condicionó definitiva-mente la naturaleza del régimen políti-co que actuó como soporte y mecanis-mo de legitimación de la democraciarecobrada. Por ello, a pesar del repu-dio social generalizado, la retirada mi-litar del año '83 no fue completa ni de-finitiva, la lucha política y la dinámicainstitucional continuó condicionadapor la amenaza de la violencia militarvirtual o real, parcial o total. En efec-to, a pesar de hallarse aislada y en re-tirada, severamente lesionada por gra-ves conflictos internos, la corporaciónmilitar buscó y halló el modo de man-tener una amenaza permanente de des-estabilización, especialmente cuandoel poder civil, contrariando la historiade todos los procesos anteriores detransición, intentó enjuiciar el terroris-mo de Estado vulnerando por primeravez en nuestra historia el implícito pe-ro sagrado principio de impunidad mi-litar.Por ello, en el momento de construir lanueva institucionalidad democrática elEstado se encontraba mucho más dé-bil frente al poder en aumento del sec-

tor privado y también mucho más in-eficiente, heterónomo y dependientede las presiones sectoriales. Durante elperíodo que finalizaba, la puesta enpráctica de la falaz consigna inicial dela gestión de Martínez de Hoz "achi-car el Estado para agrandar la Nación"había logrado desarticularlo y despo-jarlo de casi todo su poder para poner-lo a disposición de las nuevas deman-das que en la etapa de recuperacióndemocrática comenzaba a generar laya consolidada coalición tecnoburo-crática pública, privada y empresarialcreada durante la gestión dictatorial.

*Profesor de Análisis de la sociedadargentina y del Taller "¿Crisis o deca-dencia? Análisis de las transforma-ciones recientes de la sociedad argen-tina" en la Carrera de Sociología.

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DOSSIER

A partir del golpe de Estado del 24 demarzo de 1976 comenzó a implemen-tarse un conjunto de medidas econó-micas que tuvieron un gran impacto,produciendo transformaciones sustan-ciales en el funcionamiento de la eco-nomía argentina. Analizando los dis-tintos indicadores económicos puedeadvertirse la magnitud de los cambios,en los que es posible encontrar el ori-gen de la mayor parte de los gravesproblemas que debió afrontar el paísen las décadas posteriores. Sin embar-go, probablemente su mayor repercu-sión haya sido la de modificar el pesoy el balance de poder entre sectores eintereses económicos, locales y exter-nos, dando paso a un tipo de economíaque se diferenciaría claramente de laprevaleciente en la etapa sustitutiva deimportaciones. Se iniciaba así un nue-vo modelo económico basado en laacumulación rentística y financiera, laapertura irrestricta, el endeudamientoexterno y el disciplinamiento social.Este proceso de cambio se encontrabaestrechamente vinculado a razones deorden interno, aunque también a la

evolución de la coyuntura económicainternacional y a la particular articula-ción entre ambos factores.Por una parte, la crítica situación eco-nómica mundial de principios de losaños '70, con la crisis del dólar prime-ro y la del petróleo después, creó unaamplia disponibilidad de capitales(eurodólares y petrodólares) dispues-tos a reciclarse para obtener mayoresrentabilidades en los países del TercerMundo, lo que permitió a dictaduraslatinoamericanas, como las de Pino-chet y Videla, tener el financiamientonecesario para poder imponer sus po-líticas económicas, precursoras delneoliberalismo en el mundo, antes aunde la llegada a sus respectivos gobier-nos de Margaret Thatcher y RonaldReagan. En esto tuvieron también unpeso decisivo los organismos financie-ros internacionales, como el FMI y elBanco Mundial, que querían facilitarla inserción de los países en desarrolloa los nuevos circuitos financieros.Por otra parte, los factores internos nofueron menos importantes. La Argen-tina vivió desde fines de los '60 y prin-cipios de los '70 agudos conflictos so-ciales y políticos que se tradujeron ensignificativas movilizaciones popula-res (tales como el "cordobazo" y el"viborazo") así como en la existenciade grupos radicalizados -armados ono- en la escena política nacional.Es por eso que, desde marzo de 1976,se produjo un verdadero punto de in-flexión en la historia del país, fundadoen la convicción, por parte de los prin-cipales responsables de la dictaduramilitar y de los sectores que los apo-yaron, de que las proscripciones polí-ticas ya no servían para eliminar lasalianzas populistas y sus presuntos pe-ligros sobre el orden social estableci-do. Había que ir más a fondo y, dadoque esas alianzas se asentaban sobre elaparato productivo industrial, era im-prescindible modificar radicalmente laestructura económica. Esto llevó a laadopción de una serie de políticas quefueron destruyendo las condiciones

para un desarrollo económico susten-table, a la reformulación del papel delEstado, a quien se obligó a asumir lacarga de un creciente e insostenibleendeudamiento externo, y a una drás-tica redistribución regresiva de los in-gresos. Para ello fue funcional el "te-rrorismo de Estado", que sirvió, sobretodo, para anular o impedir el accionarde instituciones y organizaciones polí-ticas, sociales y sindicales. Factores alos cuales se agregó, desde el punto devista de su incidencia futura sobre eldesarrollo del país, la pérdida de va-rias posibles generaciones de líderes ocuadros políticos o sociales como con-secuencia de ese "terrorismo", del"exilio" político o económico de mu-chos argentinos, y de la influencia pro-fundamente negativa que tuvo la dic-tadura en el sistema educativo y cultu-ral y en la transmisión de valores depertenencia con la sociedad en que sevivía. Una vez superada la conflictividad so-cial por medio de la represión, la im-plementación de un mercado libre quearbitrara en los diferentes reclamos so-ciales se convertía en un objetivo en símismo para acabar con el orden vi-gente y pasar a nuevas formas de re-gulación y de control del conflicto so-cial. En adelante, el mercado discipli-naría a la fuerza de trabajo, con unabrutal caída de los salarios reales enun 30%, al tiempo que las luchas cor-porativas se trasladarían también a esemismo ámbito.Ésta fue la tarea principal que realizóla dictadura militar inaugurando los 30años de predominio de un modeloneoliberal en el país. La Argentina te-nía hasta mediados de los '70 un apa-rato industrial con deficiencias y pro-blemas pero de dimensiones respeta-bles, ciertos niveles de protección,controles de cambio, tasas reguladasde interés, un sistema financiero bas-tante controlado y, a pesar de diversascrisis en la balanza de pagos y proce-sos inflacionarios, tasas de crecimien-to relativamente buenas. Todo eso se

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destruyó: se promovió la desregula-ción financiera y la apertura indiscri-minada de la economía, que afectó a labalanza comercial y a la cuenta co-rriente de la balanza de pagos; se pro-dujo un fuerte proceso de desindus-trialización y reprimarización de laeconomía y se estableció un sistemade pre convertibilidad que se llamó"tablita cambiaria". En particular, a principios de 1977 seimplementó una reforma que ubicaríaal sector financiero en una posiciónhegemónica en términos de absorcióny asignación de recursos, mediante suliberalización, el alza de las tasas deinterés y una mayor vinculación conlos mercados internacionales. La espe-culación financiera pasó a ser un fac-tor fundamental: se traían del exteriordólares que se convertían en pesos aun cambio sobrevaluado, se colocabaesos pesos a altas tasas de interés ycuando se pensaba que el dólar iba asubir, se volvía a cambiar pesos pordólares y se los fugaba al exterior: sehacían así negocios fáciles y altamen-te rentables.En la facilidad de obtener estos présta-mos no fueron casuales las vinculacio-nes del ministro de EconomíaMartínez de Hoz (perteneciente a unarancia familia de grandes propietariosrurales) y de parte de su equipo con labanca internacional, especialmentenorteamericana. El mismo Martínezde Hoz estaba vinculado al ChaseManhattan Bank y era amigo personaldel banquero norteamericano DavidRockefeller. Esta política se hallabainspirada, además, por los preceptosmonetaristas de la llamada Escuela deChicago.Pero, desde fines de los años '70 yprincipios de los '80, la Reserva Fede-ral norteamericana, frente a los cre-cientes déficit fiscales en EstadosUnidos, comenzó a elevar las tasas deinterés, que pasaron significativamen-te del 6% al 14%, volviendo a captarcapitales del exterior para la potenciadel norte y aumentando notablemente

el grado de endeudamiento externo delos países de América Latina, que ha-bían tomado préstamos en los años an-teriores y ahora debían pagar interesesmucho mayores. Esta situación llevó,en agosto de 1982, a la declaración demoratoria de México, uno de los prin-cipales deudores, desatando una gene-ralizada crisis de la deuda en la región. Sin embargo, antes aún, en 1981, ha-bía estallado la crisis en la Argentina,con una fuerte devaluación de la mo-neda y el retorno de procesos inflacio-narios y, sobre todo, con la inmensacarga del endeudamiento externo quepasó de 8 mil millones de dólares en1975 a 45 mil millones en 1983, cuan-do la dictadura militar dejó el poder.Ese endeudamiento había tenido quever, sobre todo, con la especulación fi-nanciera, los autopréstamos, los gas-tos militares y la corrupción. Inclusola deuda privada fue beneficiada conun seguro de cambio que de hecho lotransformó en deuda pública.El 13 de julio de 2000, el juez JorgeBallesteros, de acuerdo a una denun-cia efectuada el 4 de abril de 1982 porAlejandro Olmos, dictó una sentenciaen la que ratifica la ilegitimidad degran parte de la deuda externa contra-ída por el gobierno militar, aunque,dada la prescripción de la causa penalsobreseyó a sus principales responsa-bles, entre ellos Martínez de Hoz. Elfallo es, sin embargo, contundente:"Ha quedado evidenciado -dice en susconclusiones- en el trasuntar de la cau-sa la manifiesta arbitrariedad con quese conducían los máximos responsa-bles políticos y económicos de laNación en aquellos períodos analiza-dos". Por ejemplo, "las empresas pú-blicas, con el objeto de sostener unapolítica económica, eran obligadas aendeudarse para obtener divisas quequedaban en el Banco Central, paraluego ser volcadas al mercado de cam-bios". En cambio, "empresas de signi-ficativa importancia y bancos priva-dos endeudados con el exterior, socia-lizando costos, comprometieron toda-

vía más los fondos públicos con el ser-vicio de la deuda externa a través de lainstrumentación del régimen de segu-ros de cambio". Por último, señalatambién la responsabilidad de los or-ganismos financieros internacionales:"La existencia de un vínculo explícitoentre la deuda externa, la entrada decapital externo de corto plazo y altastasas de interés en el mercado internoy el sacrificio correspondiente del pre-supuesto nacional desde el año 1976-dice- no podían pasar desapercibidosen autoridades del Fondo MonetarioInternacional que supervisaban las ne-gociaciones económicas”.En síntesis, la dictadura militar, tenía,como mencionamos, objetivos quetrascendían lo meramente económico.Se proponía inclinar definitivamentela balanza de poder a favor de las eli-tes agrarias y de grandes grupos eco-nómicos y financieros locales y em-presas transnacionales, cercenando laindustria nacional y el mercado inter-no, sede de la fuerza del movimientoobrero y de los sectores empresariosvinculados a su desarrollo. Entre otrascosas, las transformaciones llevadasadelante en esos años incluyeron unadistribución crecientemente regresivade los ingresos, una amplia aperturaeconómica, un endeudamiento externoinsostenible y la "financiarización" dela economía. Las consecuencias delargo plazo de estas políticas, profun-dizadas en la década del '90, resultanhoy notorias y no pueden ser desliga-das de las otras facetas conocidas deeste siniestro capítulo de la historia ar-gentina.

*Profesor de Historia argentina contem-poránea en la Carrera de CienciaPolítica.

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DOSSIER

1976 fue, centralmente, un momento deruptura. Ruptura política, económica,social, cultural. Pero no constituyó unepisodio inesperado ocurrido en un pai-saje bucólico. 1976 tenía una serie deantecedentes económicos y, 1976 y lapolítica económica del Proceso deReorganización Nacional (PRN) se pro-longaron mucho más allá del derrumbede la dictadura militar.Argentina llegó a 1976 con un conjuntode problemas económicos irresueltos, yaque no terminaba de definir una orienta-ción industrial vigorosa, seguía depen-diendo fuertemente de las exportacionesagropecuarias, era atrasada en materiacientífica y tecnológica y contaba conun Estado considerablemente ineficientea la hora de gestionar las políticas dedesarrollo. Sus empresas públicas mos-traban numerosos problemas, no existíaninguna planificación estatal relevante yel desacuerdo social se expresaba en laescasa visibilidad de la orientación alargo plazo del país. Martínez de Hoz, el poderoso ministrode Economía del PRN, fue capaz, con el

apoyo incondicional de la fracción mili-tar que respondía al dictador Videla y deun amplio espectro de grandes empresasdel país, de imponer una transformaciónprofunda que sería muy difícil de rever-tir en las décadas siguientes.

Rupturas y continuidadesVisto en perspectiva histórica, en 1976se quebraron varias tendencias que habí-an arrancado en los años '40: la tenden-cia sistemática al crecimiento económi-co, la participación creciente de laindustria en el producto nacional, elpapel impulsor del Estado en la inver-sión, una distribución del ingreso mejorque el promedio latinoamericano, elrelativamente bajo nivel de pobreza, elascenso social "garantizado". Junto aesto, la economía era protegida de lasimportaciones "no deseadas" y se man-tenía un reducido grado de endeuda-miento con el exterior. Ese mundo sedestruyó a partir de la gestión Martínezde Hoz.Pero ese tipo de política venía siendoreclamada hacía bastante tiempo porsectores concentrados de la industria, elagro, el comercio y las finanzas. Abrir laeconomía, reducir el Estado y privatizarempresas públicas, achicar el poder sin-dical, permitir la concentración econó-mica, equiparar el capital extranjero allocal, etc., eran demandas frecuentes decámaras, lobbistas y publicistas del esta-blishment. Hasta el '76 no se había logrado vencerlas resistencias políticas y culturales alcambio reclamado. La calamitosa con-ducción del Estado en el período previoal golpe preparó las condiciones políti-cas para que éste se diera casi incruenta-mente.

Producción de la masacre y masacrede la producciónUna de las novedades fundamentalesque trajo la dictadura del '76 en relacióncon las precedentes fue su voluntad deexterminio. No fue matar por matar.Había que reducir el mercado interno, elpoder de consumo de vastos sectores, el

poder político del "bloque industrialpyme-sindical". Con menor actividadinterna, se reducirían las importacionesy quedarían mayores saldos exportables.No se volvería a las tradicionales crisisde balanza de pagos y se podría crecerestablemente. Bajaría la inflación.Salarios bajos favorecerían la competiti-vidad externa. Se aprovecharía la exce-lente coyuntura internacional: se habla-ba de "agropower".El problema era que en el robustomundo sindical previo al golpe de 1976existía competencia entre el sindicalis-mo peronista y las nuevas corrientes deizquierda, que implicaban un desafío alviejo gremialismo y lo obligaban a sermás "combativo" de lo deseado. El bajodesempleo, los buenos salarios, la orga-nización amplia de los trabajadores y lavigencia -muy debilitada por el gobiernode Isabel Perón- de las institucionesdemocráticas eran el soporte de los"altos costos salariales" locales. Lo que en otro contexto debería haberseresuelto con negociación y una estrate-gia sofisticada, en la Argentina se resol-vió vía masacre. Si se destruía lainfluencia de la izquierda sindical, se"liberaba" al sindicalismo más colabora-cionista de la molesta competencia paraque tomara su verdadero lugar, el quetuvo desde entonces hasta ahora, que esnegociar prebendas para los jerarcas acosta de las condiciones de vida de lostrabajadores.El exterminio de activistas, militantes ydelegados gremiales quebró el pisosocial para que el salario y las condicio-nes de vida se degradaran constante-mente en las décadas siguientes.

Como liberales, un fracaso. Comorentistas revolucionarios, un éxitoHabitualmente se sostiene que la políti-ca económica del proceso fue "liberal" o"monetarista". Si nos atenemos a la defi-nición precisa de esos términos en eco-nomía y los contrastamos con la prácti-ca de Martínez de Hoz, no encontramosvínculos serios, más que las apelacionesverbales y la instrumentación publicita-

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A la memoria de Agustín Tosco

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ria de algunos conceptos, para justificardecisiones que tenían otro sentido. Si bien el liberalismo económico es unaidea largamente obsoleta, no puede atri-buírsele, por ejemplo, el congelamientode salarios, la nacionalización de la Italoa un precio increíblemente alto, la elimi-nación del impuesto a la herencia, laobra pública masiva pagada por elEstado con notables sobreprecios, lasobras del mundial de fútbol sin contabi-lidad conocida, el gasto armamentistasin límite, el desorden monetario yfinanciero, las garantías a los depósitosen un sistema financiero sin controles, lapolítica insensata de endeudamiento delas empresas públicas, las compras esta-tales con sobreprecios, etcétera. Tampoco el manejo caótico de la mone-da, la emisión y el crédito subordinandola masa de dinero en circulación a lanecesidad de generar rentas financieraslocales y externas puede ser atribuido al"monetarismo". Desde una perspectiva liberal, o mone-tarista, ninguna de esas medidas tendrí-an sentido. Pero pensado como ungobierno "revolucionario", que viene acambiar determinado orden social, ycomo un gobierno que en lo económicova a orbitar en torno a intereses finan-cieros y rentísticos locales y externos,todo parece mucho más coherente: elconjunto de políticas tendientes a dete-riorar al sector público y endeudar alpaís, mientras se inducía la quiebra deporciones del aparato productivo, gene-raba una cantidad enorme de negociosvinculados a la especulación y a la rapi-ña. Ser contratista o proveedor delEstado, ser importador y ser financistapasaron a ser actividades de altísimarentabilidad.El creciente retraso cambiario más elresto de las políticas públicas aceleraronel ritmo de endeudamiento externodejando a las empresas públicas absolu-tamente endeudadas e incapacitadaspara seguir funcionando en forma acep-table. Así, se establecían hechos consu-mados "imposibles de revertir" y seclausuraba la posibilidad de una "vuelta

atrás", a los denostados "populismos,estatismos, dirigismos, y ¡socialismos!"culpables de la decadencia nacional.

Primer soborno social masivo víaretraso cambiarioEl PRN contó en sus inicios con unacompañamiento social importante, quefue menguando a medida que crecía lacrisis económica producto de las políti-cas implementadas. Especialmente inte-resante es la práctica del "populismoneoliberal", consistente en la distribuciónde bienes importados baratos debido alatraso cambiario. Esta práctica permitiódifundir cierta prosperidad para sectoresde medios y altos ingresos y fue mostra-da como prueba de la bondad de los polí-ticas en curso. La isla de prosperidad fic-ticia contribuía a minimizar los ecos delas denuncias de las atrocidades que seestaban haciendo en todos los planos.De más está decir que el costo de tantopoder de consumo era el endeudamientomasivo del sector y las empresas públi-cas. Ese endeudamiento era el que per-mitía que el Banco Central contara conlas divisas con las que se estaba soste-niendo la venta de "dólares baratos", ávi-damente consumidos por los argentinos.Caído Martínez de Hoz, las consecuen-cias de sus políticas erosionaron a lossucesores de Videla y terminaron en lossalvatajes masivos y la estatización de ladeuda privada, ejecutados por DagninoPastore y Cavallo. Todos los costos delaventurerismo y del rentismo financierofueron cargados al Estado nacional, esdecir, a las generaciones futuras deargentinos (que pagan impuestos).

Modificación en la auto-concienciasocialOtro efecto importante del Proceso fuela erradicación de un conjunto de deba-tes teóricos y políticos muy ricos que sevenían dando en el país. El estructuralis-mo latinoamericano, el desarrollismo, lateoría de la dependencia y diversos auto-res marxistas que buscaban comprenderla especificidad latinoamericana y plan-tear salidas concretas al atraso fueron

eliminados de cuajo de los programasuniversitarios… y nunca más volvieron.A la economía política se la amputó dela política, por lo que sólo quedó "eco-nomía" como disciplina abstracta, uni-versal, desvinculada de la historia y dela realidad.A pesar de la catástrofe económica, elrentismo financiero se transformó ensentido común de empresarios, sectoresprofesionales, partidos políticos mayori-tarios, medios de comunicación. Porotra parte, los sectores intelectuales crí-ticos e independientes no tuvieron fuer-za o capacidad para dar el debate públi-co y ofrecer otra forma de razonamientoeconómico a vastos sectores de la pobla-ción. Los sujetos sociales que podíanhaber sido sensibles a otra forma de pen-sar la economía estaban severamentedebilitados por la acción represiva y elterror cultural.

Herencia: postración económica yprofundización de la dependencia En 1976 se estableció un eje de podermuy concentrado a partir de una alianzade los ganadores económicos durante ladictadura y los acreedores externos(banca privada y organismos financierosinternacionales), que condicionó y redu-jo los márgenes de acción pública, entanto la sociedad sometida a crisis eco-nómicas y estancamiento permanente seempobreció y naturalizó el proceso desubdesarrollo. El poder creciente deestos sectores llegó a su cumbre en ladécada del '90, en la que gozaron de unaextraordinaria oportunidad para modelarla sociedad y el Estado de acuerdo a susintereses inmediatos.La crisis de 2001-2002 fue la conse-cuencia directa de la amplísima hege-monía del conjunto de intereses domi-nantes desde el PRN y demostró la in-consistencia estructural de las políticasderivadas directamente de sus deman-das, además de su carácter profunda-mente antinacional.

*Profesor de Economía política argentinaen la Carrera de Sociología.

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DOSSIER

"Me harté de que me enfocaran y me desenfocaran.

Y, a parte, estoy siempre en el centro.Me dije: 'yo soy una columna

transparente'.Sostén, pero no me ven"2

A treinta años del golpe de Estado de1976, muchos son los logros que los orga-nismos de Derechos Humanos y los ciuda-danos y ciudadanas comprometidos con lalucha por la verdad, la memoria y la justi-cia han conseguido. En el proceso dereconstrucción de la memoria colectivaentendida como campo de lucha simbólicase han ido construyendo las representacio-nes e identidades de los distintos actoressociales. Es indudable la contribución, eneste trabajo de la memoria, que realizaron,y aún realizan, las madres/abuelas/hijos,actores reconocidos socialmente. En supráctica han creado y luego reforzado elsentido que tiene brindar testimonio con-tribuyendo así a la producción social demarcos interpretativos. Dichos marcos sonnecesarios tanto para que los diferentesafectados por la dictadura -directos e indi-rectos- puedan dar testimonio y encuen-tren sentido en hacerlo, como para que sepueda contar con una "audiencia" que tam-

bién encuentre el sentido de escuchar yrecibir el testimonio. Esto ha podido con-trarrestar los esfuerzos que se hicieron,desde diferentes sectores sociales, a favorde borrar y/o tergiversar los crímenescometidos por el Estado terrorista y suscómplices menos visibles pero cada vezmás identificados. Siguiendo a Giorgio Agamben podemospensar a los hermanos y hermanas comotestigos en los dos sentidos que este autorle da al concepto: son testigos directosaquellos que han "vivido una determinadarealidad, pasado hasta el final por un acon-tecimiento y están en condiciones de ofre-cer un testimonio sobre él" (2000:15). Sontestigos indirectos aquellos que presencia-ron situaciones, o sea que fueron observa-dores (por ejemplo la del secuestro en con-diciones de extrema violencia del/los her-mano/a/s desaparecidos)3. Sostenemos,así, que los hermanos son testigos porquetienen, desde su lugar específico de her-manos, un testimonio para dar. Sin embar-go, esta posibilidad de construir un discur-so desde los hermanos no se ha logradoaún. Poco conocemos acerca de las carac-terísticas específicas y distintivas de suexperiencia, cuáles son sus miradas desdeun lugar generacional y fraterno; y cómosus testimonios aportan a la construcciónde la memoria familiar y social. Creemosque aún está por construirse la identidad dehermano de desaparecido como categoríao grupo afectado por la dictadura militar 4.

Hermanos de desaparecidosEn la cultura occidental, en particular enlas ciencias humanas y en las artes, hansido muy estudiadas las relaciones paren-to-filial e incluso la familia como grupo.Pero existen menos estudios sobre vínculofraterno5. Las experiencias y sentimientos de los her-manos de desaparecidos que nos ha tocadoentrevistar son múltiples, diversas y singu-lares. Hemos entrevistado a 16 de un uni-verso de 59 personas entre quienes encon-tramos hermanos mayores, menores, hom-bres, mujeres, militantes y no militantes.Han sido elegidos al azar dentro de cadagrupo familiar y, como se trata de unainvestigación que se desprende del proyec-to Archivo Biográfico Familiar, todos tie-nen sobrinos que fueron apropiados por laúltima dictadura militar. El primer contacto telefónico con los futu-

ros entrevistados arroja que pocos sevisualizan como una categoría específicade "hermano de desaparecido" sino for-mando parte de la "familia afectada". Pos-teriormente, en el transcurso de la entre-vista y ante las preguntas "¿qué significaser hermano de desaparecido?" y "¿quésignifica para la sociedad ser un/a herma-no/a de desaparecido/as?", se observarondiferentes respuestas. En algunas, se mani-fiesta la posibilidad de construirse comocategoría; pero en otras se nota la falta deun marco interpretativo que les permitaubicarse como "hermano".L: Me parece que la sociedad no tienemucha percepción de hermanos y de tíos,sobre todo porque no hay una presenciasocial ni de hermanos ni de tíos. HIJOS sí,HIJOS hicieron su lugar, se lo ganaron, ylo construyen todos los días, ¿viste? Perohermanos y tíos, no. E: ¿Se te ocurre por qué será?L: (Silencio prolongado) La verdad que nosé. Yo me he preguntado muchas veces porqué no me he juntado con hermanos y tíos.Eh…no sé, me parece que en parte es unpoco no exponerte al dolor nuevamente, noexponerte a la desilusión, porque como entodos los sectores, hay quiénes profesiona-lizan este tipo de cosas muy sencillas.Sin embargo, otros testimonios carecen deesta percepción, lo que da cuenta de unadificultad aún mayor para reconocersecomo hermano/a de desaparecido/a: "(...)cuando hablaba, sólo decía 'mi hermanomurió en la represión', y nada más. Reciénen ese momento [se refiere a la entrevistadel proyecto Archivo] es como que pudehablarlo, como que pude largar todo loque tenía adentro; pero eso fue un meca-nismo propio. No pasaba por la democra-cia, por represión, por nada exterior;pasaba por mí". Como mencionamos, laentrevistada no percibe la influencia quelos marcos interpretativos tienen sobre laconstrucción de identidades.Es pertinente diferenciar entre quienes hansido militantes y quienes no lo han sidopuesto que los primeros presentan caracte-rísticas específicas (respecto de cómosobrellevaron la pérdida, cómo encararon lalucha y cómo significan su rol en la socie-dad), propias de tener un grupo de perte-nencia y referencia que permite tramitar elduelo de la pérdida desde un lugar máscolectivo, lo que nos hace pensar que tienenotra manera de tramitar la desaparición.

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Pese a estas diferencias todos los testimo-nios reconocen en algún momento de laentrevista haber tenido un rol difícil en elseno de la familia víctima del terrorismode Estado. Algunos de los motivos hipoté-ticos que se pueden esbozar en relación aeste punto son:1- El dolor reinante en la familia les impe-día exteriorizar su propio dolor. Posible-mente no encontraron un espacio de diálo-go para plantear las problemáticas propiasde un hijo, puesto que todo quedaba mini-mizado al lado del trágico secuestro y pos-terior desaparición de su hermano: "(...)las malas rachas que me tocaron a mí6 nodieron para que yo pudiera hablar tam-bién de lo que a mí me había pasado, lomás importante siempre era en torno aJuana7 y para mí también era así, pero yono me daba cuenta de que yo tambiénnecesitaba un espacio donde hablar de miscosas (...)”2- Se exacerban las contradicciones pro-pias de la relación fraterna (relaciónamor/odio) ya que se construye sobre unaimagen idealizada (por el hermano y elresto de los familiares y conocidos) de lafigura del desaparecido. 3- Que el estatus de "hermano" sea social-mente considerado como menor al de"padres" o "hijos", obstaculiza el procesode duelo y quita valor testimonial a laexperiencia. "(...) recién ahora uno tomaconciencia de lo difícil que fue nuestro rol,(...) a medida que pasan los años uno se dacuenta que el rol de 'hermanos' fue decisi-vo para la familia, muy importante paramis viejos. Creo, estoy convencido de quesi yo no aparecía mis viejos no hubieran…hubieran quizás un tiempo luchado, y nolo hubieran podido soportar". Cabe seña-lar que este hermano también fue secues-trado varios días, y luego liberado.4- Creemos también que el silencio queinstaló la dictadura afecta especialmente alos hermanos por las razones esbozadasanteriormente. Y las consecuencias redun-dan en que el silenciamiento es percibidocomo una responsabilidad propia y desli-gada de los efectos de la represión.5- Finalmente, un factor que también pare-ce haber impedido la expresión del propiodolor, sobre todo entre quienes han sidomilitantes y que por ello tienen mecanis-mos para razonar políticamente la pérdidadel hermano/a, es la culpa: "Éramos treshermanos [militantes] y yo soy la única

sobreviviente. Eso en la familia tiene unpeso terrible. Yo salí de la cárcel, yo era lasobreviviente y la mayor. (...) recibís todalas facturas, como que vos habías llevado ala muerte a tus hermanos." U otro caso: "lomás jodido en ese momento, cuando desa-pareció mi hermana, fue: '¿por qué a ella yno a mí?’. Ese dolor lo seguís teniendo.”

A treinta añosComo ha explicado Fernando Ulloa "laoportunidad de elaborar el duelo se venotoriamente favorecida cuando estas per-sonas han podido desarrollar una actividadorgánica, solidaria y militante con otrosafectados. Ésta es una de las razones delsurgimiento de los organismos de Dere-chos Humanos como respuesta social a lametodología del 'terrorismo de Estado'".De esta manera, y siguiendo con lo des-arrollado, los organismos, y con ellos lasociedad, a lo largo de estos 30 años, hanlogrado -lentamente- ir construyendo dis-tintos marcos interpretativos para tramitarel duelo colectivo.Esta investigación lleva ya cuatro años.Hemos notado que hay diferencias abisma-les entre las primeras entrevistas, de 2003,y las que realizamos en el último año.Atribuimos estas diferencias -que seexpresan en una mayor facilidad paraconstruir relato, una profundización de lareflexión sobre la propia historia indivi-dual que se enriquece al poder vincularlacon la historia socio-política, etcétera- a lacoyuntura social y política, fundamental-mente a la mediatización y ocupación delespacio público de la problemática, que hapermitido a los hermanos que se hallabansolitariamente intentando comprender quéhabía pasado con su hermano desapareci-do, encontrar elementos de interpelaciónque les otorgan el "permiso para hablar".Insistimos: aunque queda mucho por pen-sar y actuar, los treinta años no han pasadoen vano.

BibliografíaAgamben, Giorgio (2000). "El testigo" enLo que queda de Auschwitz. Editorial PRE-TEXTOS. España.Calveiro, Pilar. Conferencia "Puentes de lamemoria: terrorismo de Estado, sociedad ymilitancia". Pronunciada el 17 de agosto de2004. Auditorio Gregorio Selzer, UPTBA,Ciudad de Buenos Aires.

1- El presente trabajo se basa en elProyecto de Investigación UBACyT(S130) "Hermanos de desaparecidos: suexperiencia y efectos de su participaciónen el Archivo Biográfico Familiar", cuyadirectora es Ruth Teubal. El mencionadoproyecto forma parte a su vez de uno másgrande: "Archivo Biográfico Familiar deAbuelas de Plaza de Mayo, Facultad deCiencias Sociales, UBA", que intentareconstruir la historia de los padres de-saparecidos de los jóvenes apropiados.2- Testimonio de una hermana de desapa-recida.3- En una muestra de dieciséis entrevista-dos, cinco han sufrido un secuestro tempo-rario. 4- Recién en el año 2003 comenzó a fun-cionar un grupo de hermanos actualmentedenominado "Hermanos de Desaparecidospor la Verdad y la Justicia".5- Si bien existen algunas contribucionesacerca del vínculo fraterno tanto en Freudcomo Lacan, desde el psicoanálisis, y endécadas recientes han surgido nuevos tra-bajos sobre el mismo tema, (Droeven, J.,2002; Assoum, P.L.; 1998. O Bank, S. yKahn, H.1988; Kehl, M. R 2000), aún es uncampo poco explorado. Para profundizaren lo referido a la relación fraterna, remitir-se a los trabajos publicados "Familiares dedesaparecidos en la sombra: las voces delos hermanos." En Cuadernos de TrabajoSocial, N° 16- 2005. (Revista de la Escuelade Trabajo Social de la UniversidadComplutense de Madrid). Autoras: RuthTeubal, Clarisa Veiga, Cristina Bettanín.También: "La experiencia de los hermanosde los desaparecidos", de Ruth Teubal,Dalila Bessio y Marcelo Giménez. TrabajoSocial - Revista Regional de TrabajoSocial, EPPAL. Uruguay (2005).6- Las malas rachas se refieren a que pade-ció dos secuestros temporarios.7- Se han modificado los nombres reales.

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"Este libro es una crónica cruda, secade lo que pasó. Sin ataques. Sin acen-to. Este libro cuenta y muestra. Quiereser un testimonio que viva cuando enla memoria se borren las tristes imáge-nes. Cuando las heridas estén cicatri-zadas. Por eso este libro."El párrafo anterior, que podría pasarpor una introducción al Nunca Más oun documento en el que se pretendedejar hablar los testimonios del horrorpor sí solos, es, muy por el contrario,parte del prólogo a una publicaciónque la Editorial Atlántida puso en cir-culación en 1976, poco después delGolpe de Estado. Se trata de un librode gran formato, compuesto principal-mente por fotos que habían sido publi-cadas por la Revista Gente en los añosprecedentes. La tapa en blanco y ne-gro presenta las imágenes de Cámpo-ra, López Rega e Isabel Perón, cruza-da por una banda roja donde se inscri-be el título: "Fotos-Hechos-Testimo-nios de 1035 dramáticos días" y un re-cuadro pequeño que firma: "Gente y laactualidad". El texto completo de la introducciónaclara, efectivamente, cuál es el perío-

do dramático al que se está haciendoreferencia: "25 de mayo de 1973 - 24de marzo de 1976". Y agrega: "En elmedio de ese período está encerradouno de los capítulos más negros de lahistoria argentina. Desenfrenada carre-ra inflacionaria, violencia, vacío de po-der, descomposición social, corrup-ción. Este libro es una crónica cruda,seca de lo que pasó. Sin ataques. Sinacento. Este libro cuenta y muestra.Quiere ser un testimonio que vivacuando en la memoria se borren lastristes imágenes. Cuando las heridasestén cicatrizadas. Por eso este libro."La última página, muestra la JuntaMilitar en una foto a todo color. Eltexto final dice: "El día 1036.Miércoles 24 de marzo de 1976, 11.30horas, Comando General del Ejército.Juran Jorge Rafael Videla, EmilioMassera y Orlando Ramón Agosti, je-fes de la Junta Militar. A las 21 horasdel martes 30 de marzo, Jorge RafaelVidela, ya presidente de los argenti-nos, dice: 'Debe quedar claro que loshechos acaecidos el 24 de marzo de1976 no materializan solamente la ca-ída de un gobierno. Significan, por elcontrario, el cierre definitivo de un ci-clo histórico y la apertura de uno nue-vo...'. Aquí termina también este libro.Aquí empieza otro libro".Lamentablemente, ese otro libro nun-ca se escribió. La Revista Gente y laEditorial Atlántida que no nos priva-ron de esta justificación celebratoriade un Golpe que se presentaba comoindispensable y reclamado por la"Gente", nunca nos iluminaron conuna publicación comparable a propó-sito de la Dictadura.Desde una mirada atravesada por losacontecimientos posteriores a laDictadura y por las lecturas que desdela transición a la Democracia se hicie-ron del período anterior, en fin, por lostreinta años pasados desde el Golpe,insistimos en que este documento re-sulta difícil de descifrar de un vistazodemasiado rápido. Su retórica es sor-prendentemente parecida a la que uti-lizarían muchos otros medios de co-municación igualmente sensacionalis-

tas, para hablar de los horrores de laGuerra de Malvinas o de las torturasdurante la Dictadura militar. Sus re-cursos dramáticos no son tan diferen-tes, inclusive, de los que utilizaríanmedios menos sensacionalistas peroque intentaron hablar directamente alcorazón de sus lectores y su público.El uso del blanco y negro para lamuerte, y del color para la vida. Lamostración de imágenes que "hablanpor sí solas". La denostación de la vio-lencia, representada en este caso porEzeiza, los secuestros extorsivos, losasesinatos políticos, la "guerra enTucumán" (la lista es larga para laRevista Gente) frente al orden que laJunta Militar venía a instaurar (sic: losmilitares son presentados como elsímbolo del orden frente al caos y laviolencia política precedente). La ima-gen de la última página del libro notiene desperdicio: la austeridad de losuniformes militares (después del des-pliegue de peinados batidos, anteojosenormes y trajecitos de falda demasia-do corta, lucidos por Isabel Perón, enclaro detrimento de la investidura pre-sidencial) sobre un fondo de cortinadoteatral cuya nota de color está dadapor un destacado escudo nacional decolores vivos.

Ocultamiento y exhibicionismo¿Por qué detenerse en este documentoinicial para hablar sobre los Medios deComunicación durante la Dictadura?En primer lugar, porque muestra enforma extrema el rotundo apoyo ini-cial que los medios de comunicaciónmasivos dieron al Golpe del '76. Algoque por sabido, no deja de exigir algúnanálisis. El nosotros que Gente cons-truye (y el hecho de que hubiera unmercado posible para un libro de estascaracterísticas) habla de un consensode una parte de la sociedad respectodel Golpe que todavía no ha sido sufi-cientemente pensado. En segundo lugar, este libro de laEditorial Atlántida es de un exhibicio-nismo que, lejos de haber quedado cir-cunscripto a este documento inicial,resultaría una marca característica del

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discurso de los medios de comunica-ción durante la Dictadura. La insisten-cia en el carácter velado de la infor-mación durante esos años, que subra-yó los aspectos ligados a la censura yla autocensura, y la necesidad de repo-ner la información que aquella habíaocultado, no habilita el análisis delotro aspecto que resulta la contracaravisible de la censura, esto es, la obsce-nidad de las imágenes que los mediosde comunicación efectivamente pusie-ron en circulación durante ese perío-do. ¿Por qué hablar de obscenidad?Porque se trata de una zona del discur-so mediático que, lejos de ocultar,mostró sin pudor. Puso en circulación,obviamente, las diatribas permanentesde los altos mandos militares, tanafectos a las palabras, pero no sola-mente esas diatribas. Ya sabemos queel hábito por la mezcolanza de muje-res desnudas junto a notas de actuali-dad política, no dejó de desnudar cier-tos aspectos de la política mediática.Pero durante la Dictadura, este aspec-to del discurso mediático, todavía seencontraba relativamente circunscrip-to. Me refiero, en cambio, al refuerzopermanente de un discurso que expu-siera valores de apoyo al régimen. Elorden, la familia y una moral del ocul-tamiento subsidiaria de la confesión,fueron el aspecto visible de la repre-sentación de los personajes "públicos"de la Dictadura. Sin embargo, en ningún lugar, aquelloque había que ocultar, fue tan visiblecomo en las zonas más claramente es-pectaculares de los medios de comuni-cación o inclusive, en las ficcionesque permitían una mínima elaboraciónde las historias. La televisión y el cinecomercial de este período, se llevan,en este sentido, todas las palmas. Loscomandos azules, que en 1979 inicióuna serie de filmes dirigidos a un pú-blico infantil algo incierto, ha sidomuchas veces mencionada como elejemplo más notable de representa-ción de un grupo de parapolicialesbuenos. Esta simplicidad ideológicano debiera impedir revisar la maneraen que los comandos azules trafican

cadáveres, ocultan y cambian cuerpos,al tiempo que borran identidades. Lohacen con la naturalidad que el génerode acción habilita, pero también con eldesparpajo que los hace detener autosy arrestar elegantes delincuentes, ves-tidos de civil. Se trata de un civil pocoelegante, más bien audaz y colorido,que resultaba la contracara mediáticaindispensable para los grises unifor-mes militares, tan útiles, sin embargo,para construir una imagen de seriedadinstitucional en medio de transgresio-nes permanentes a la ley.

DesmemoriaLa utilización de imágenes producidaspor la prensa "cholula" y la televisiónde la Dictadura para la construcciónde documentales recientes con un sig-no ideológico contrario al de aquellaprensa y al de aquella televisión, re-sulta inquietante. Dos soldados empujan a dos mucha-chos contra la pared de una casa de ba-rrio. Otro, saca a un hombre de esamisma casa o de otra. El hombre sos-tiene sus manos cruzadas detrás de lacabeza y el soldado lo toma ligera-mente con un brazo mientras sostieneuna ametralladora con el otro. Estefragmento, recuperado casi al pasarpor infinidad de noticieros en los últi-mos días, se inserta hoy como parte dela cotidianidad de las detenciones bru-tales efectuadas durante la Dictadura. ¿A qué hora ocurría esto? ¿Dónde es-taban los vecinos? ¿Ese hombre teníamujer, tenía hijos? ¿Quedaron dentrode la casa? ¿También fueron detenidospocos instantes después? ¿Dónde es-tán todos ellos ahora? Las preguntasque estas imágenes inspiran provienende múltiples relatos puestos en circu-lación en un momento posterior aaquel en que las imágenes fueron cap-tadas. La pregunta por la veracidad deestas imágenes (¿acaso no fueronconstruidas especialmente para serpuestas en circulación durante laDictadura y mostrar cómo el enemigoestaba siendo vencido y era arrestadomediante operativos que no tenían na-da que ocultar?) hoy queda oculta tras

su valor testimonial. Imágenes quemueven rápidamente a la reflexiónacerca de sus condiciones de produc-ción. ¿Quién fue el camarógrafo de es-tas detenciones? ¿Qué hacía allí en esemomento tan preciado? ¿Quién orde-nó captarlas? ¿Para quién? Resulta extraño que hoy esas imáge-nes permitan sostener un cierto tonode denuncia tan a destiempo en losmedios de comunicación masivos. Sinembargo, una buena parte de la "me-moria" de ese período se está constru-yendo en base a relatos provenientesde los medios de comunicación.Aunque dejar hablar las imágenes porsí solas, produce malentendidos delorden de lo que apuntamos al comien-zo: un discurso de apoyo al Golpepuede pasar como una página delNunca Más. La utilización acrítica delos medios de comunicación comofuentes históricas es un problemas in-clusive entre los historiadores, ¿porqué habría de ser distinto en los me-dios de comunicación? Sobre todo,cuando se trata de los mismos mediosque consensuaron el Golpe, festejaronel Mundial, exaltaron los ánimos du-rante la Guerra de Malvinas que "íba-mos ganando". El rol de los medios decomunicación durante la Dictadura esuno de los capítulos menos desarrolla-do de la historia de ese período. Se tra-ta de una historia por escribir, sin du-da, que definitivamente no pueden na-rrar los medios de comunicación.

* Profesora de Historia General de losMedios y Sistemas de Comunicación en laCarrera de Ciencias de la Comunicación

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Es bueno, es indispensable que la me-moria insista. En este trigésimo ani-versario del comienzo de la más si-niestra Dictadura que asoló a este de-solado país, volveremos a escuchar losmismos reclamos de justicia, oiremosllorar los mismos llantos, llevaremosen el rostro y en el alma las cicatricesno cerradas de los mismos duelos. El24 de marzo de 2006 habremos sidotestigos y participantes de la inmensacolumna de los que no olvidan. Sin embargo, no menos bueno e indis-pensable es que la memoria se esfuer-ce y se ensanche1. Que advierta queen el curso de estos treinta años pudohaber dejado de lado algo propio, algoque le concernía y la obligaba, y quese aperciba de que pudo permitir al ol-vido ganar -o casi ganar- una batalla.Esta nota quiere contribuir a que ellono ocurra.La Dictadura mató, torturó y nos dejócomo siniestra herencia millares dedesaparecidos. Por ello, ha sido y esjuzgada y condenada. Y cuando no loes, se exige que lo sea. Sin embargo,hay ciertos crímenes, ciertas muertes,

muertes -digamos- laterales, olvidadaso, en el mejor de los casos, apenas re-memoradas por unos pocos allegados;muertes de las que también la dictadu-ra es culpable, pero por las que no re-cibirá otro castigo que el de nuestroempecinado desprecio.Recuerdo al economista HoracioCiafardini, seis años preso, muerto re-pentinamente dos años después de ha-ber recobrado la libertad; recuerdo aDoris, la madre de un sociólogo ami-go Traful Álvarez, preso en la Unidad9, anciana, enferma, pero dedicada porentero a obtener la libertad de su hijo.Al cabo de dos años, Doris de Álvareztuvo la inmensa alegría de ver -unavez- a su hijo libre. Pero, poco tiempodespués, los inhumanos esfuerzos quedebió sobrellevar (colas interminablesy requisas denigrantes en las visitas;cientos de gestiones y trámites agota-dores en despachos oficiales) pudie-ron con su cuerpo debilitado y enfer-mo. Y aunque su misión estaba cum-plida, murió dos o tres meses después,sola o casi sola -su hijo había debidoabandonar el país. Hoy nadie la re-cuerda; nadie sabe siquiera quién fue.Traful Álvarez estuvo casi dos años enprisión, sin debido proceso como tan-tos otros, acusado de nada; como sedice, sólo culpable de existir. Esa pri-sión ilegal y sin sentido gastó la saludde la única que podía hacer algo porél. Doris Grunnman de Álvarez no es-catimó esfuerzo alguno para obtener lalibertad de su hijo. Y finalmente la ob-tuvo, pero las humillaciones y el des-gaste físico y psíquico sufridos, pro-ductos tanto de la sádica agresividaddel personal carcelario como de la im-piadosa indiferencia de los lacayos ci-viles y militares de la Dictadura le ro-baron la vida."El vasco", Mario Usarriaga2, tam-bién compañero de Traful, cumpliócomo aquél su cuota obligada de de-tención, de torturas y de años de pri-sión. Logró la libertad, fue un tiempoa México3 y por fin volvió a laArgentina…para morir súbitamente

de un infarto pocas semanas después.Los duros años pasados en la cárcel¿nada tuvieron que ver con esa inespe-rada muerte? De todos modos, nadiecargará tampoco con la culpa del tris-te y súbito fin de ese estudioso de se-miología, lleno de proyectos y de ta-lento, siempre estoico y discreto antela injusticia sufrida. Sé que hubo otros casos análogos, pe-ro me limitaré a los mencionados.Esas muertes calladas y terriblementeinjustas suscitan en mí, siempre quelas evoco, una profunda pena y una nomenos profunda indignación. La sagasilenciosa de la mujer anónima que lu-cha, triunfa y muere silenciosamente;el destino del intelectual y militante,aún joven y lleno de vida, a quien, derepente, quizá en la calle -como enotra inmensa cárcel- le dice "basta" elcorazón; la odisea del vasco sufrido yterco, que, de vuelta en la Argentina,sueña con que, a pesar de todo, vale lapena vivir…y nunca despierta de esesueño. Esas historias acongojadoras, esas tra-gedias sin ruido ni furia, mereceríantambién justicia4. Sabemos que no laobtendrán nunca. Que reciban al me-nos nuestro cálido homenaje y la cer-teza de nuestro recuerdo imborrable.

Buenos Aires, marzo de 2006

1- No menos bueno e indispensable es, porsupuesto, que la memoria no obstruya elanálisis ni la revisión honesta del pasado.Pero ésa es otra historia.2- En la grafía de este apellido y quizás enotro es posible que cometa algún error, fal-to de medios para verificar la ortografía.Lo cual es una prueba más de lo que inten-ta sugerir este texto.3- En México su compañera falleció decáncer.4- Sólo Horacio Ciafardini -que yo sepa-es hoy recordado y homenajeado por quie-nes fueron sus compañeros.

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Avances de investigación

ste proyecto se halla abocado a laconformación del Archivo Biográfico

Familiar de Abuelas de Plaza de Mayo apartir del convenio firmado en 1988 entrela institución y esta Facultad de CienciasSociales. Su abordaje se centra en lareconstrucción de la historia de vida de612 desaparecidos integrantes de los gru-pos familiares cuyos pequeños hijos fue-ron secuestrados y/o nacieron durante elcautiverio de sus madres durante la últi-ma dictadura militar. La reconstrucciónse realiza a través de entrevistas realiza-das a familiares, amigos, compañeros delbarrio, de estudios, de trabajo, de mili-tancia, de cautiverio. Todos aquéllosquienes pueden hablar de los tramos devida compartidos y de las diferentesdimensiones: estudios, laboral, afectiva,política, etcétera.El producto de la investigación es laconstitución de un archivo biográficofamiliar, con la reconstrucción de la his-toria de vida de los padres para entregara cada uno de los jóvenes apropiados almomento de la recuperación de su identi-dad. El mismo está organizado con trestipos de soportes: oral (las voces graba-das en CD y cassettes), escrito (trans-cripciones de las entrevistas) y fotográfi-co (registros actuales de los entrevista-dos, familiares y lugares, e históricosprovenientes de fotos familiares y objetosconservados).

La reconstrucción que se está realizandoparte de considerar que el "desapareci-do" es producto de la pérdida de la iden-tidad que comienza con la llegada alcampo de concentración. Los secuestros ydesapariciones seguidas de muerte dieronlugar a un "nuevo" sujeto social, produc-to del genocidio, que conduce a la nega-ción del pasado, de un pasado muy parti-cular: el familiar, social, cultural, políti-co, y que instala una grieta en la transmi-sión familiar y generacional. La condiciónde "desaparecido" estaría dada por loque de él se ignora (su cautiverio, sumuerte, el destino de sus restos). Lo quese ignora, la negación, es lo que social-mente lo define. La destrucción simbólicaen la memoria de la sociedad y en lamemoria de sus propios hijos se completacon la apropiación a la que éstos fueronsometidos. El círculo se quiebra en elmomento en que la sociedad, de diversasformas, recupera estas historias de vida,y cuando sus hijos encuentran su origen ypueden, a través de la relación con quie-nes compartieron la vida de sus padres,recuperar también sus historias. El Archivo Biográfico Familiar conservaráestos registros en sus tres soportes, parael momento en que aquellos niños apro-piados, ya adultos, puedan encontrar enél los relatos que hablan de todas lasdimensiones de vida de sus padres. El proyecto indaga también en las posi-

bles analogías entre las prácticas repre-sivas implementadas por la última dicta-dura militar y los procesos genocidas.Recuperar la identidad de los desapareci-dos en tanto sujetos sociales con sus pro-pias historias y prácticas y no sólo comovíctimas de delitos de lesa humanidad,constituye un ejercicio de memoria queno se limita al recuerdo del pasado sinoque permite la posibilidad de que dichopasado resignifique el presente.Esta investigación como aporte a lamemoria como práctica social requiere demateriales e instrumentos de soporte, eneste sentido, el Archivo BiográficoFamiliar constituirá un soporte materialde la memoria, operando en un doblesentido: se reconstruye la identidad decada uno de los desaparecidos, al tiempoque la conformación del ArchivoBiográfico Familiar de Abuelas de Plazade Mayo como totalidad posibilita larecuperación de la identidad de estegrupo social. Para su puesta en marcha se ha desarro-llado un andamiaje teórico-metodológi-co, estructurado a partir de tres tipos denarrativas: los relatos biográficos, lashistorias de vida y los biogramas. Los relatos biográficos, producto de lasentrevistas en profundidad a familiares yallegados, dan cuenta de la trayectoriavital de los desaparecidos. Los relatos biográficos múltiples cruzados

Reconstrucción de la identidad de los desaparecidos.

Archivo Biográfico Familiar de Abuelas de Plaza de Mayo

Proyecto UBACyT S/129Director: Enrique OteizaCodirectora: Mónica Muñoz

Integrantes: Manuel Barbosa, Flavia Battistiol, Lorena Battistiol, Mariana Biaggio, María Josefina Casado, Daniela Drucaroff,Julieta Escardo, María Laura Fabricio, Guadalupe Gaitán, Soledad Gesteira, Nuria Giniger, Gabriela Iuso, Leonardo Kordon,Ariel Korzin, Brenda Maier, Carolina Masclans, Luciana Mastromauro, María Josefina Nacif, Daniela Nahmad, Mariana EvaPérez, Nadia Rybak, María Marta Tropiano, Inés Ulanovsky, Virginia Urquizú, María Villalba

Contacto: [email protected]; [email protected]

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Revista Ciencias Sociales 62 -UBA- abril de 2006

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conforman estructuras polifónicas en lasque varios relatos convergen hacia unmismo punto de interés. En este caso par-ticular, no están sujetos a verificación, yaque las entrevistas recogen sin censuraaquello que los familiares desean trans-mitir al hijo apropiado, mostrando lasrepresentaciones contradictorias acercadel desaparecido.En cada Archivo que se produce, la multi-plicidad de relatos biográficos cruzadosconforma una historia de vida, un relatoque no tiene un único narrador ni ordencronológico estricto, pero que igualmenterecorre la vida del desaparecido. Los biogramas son registros biográficossucintos, orientados a estudios cuantita-tivos. Recogen los datos que surgen de lasentrevistas, en forma cronológica y per-miten sintetizar un recorrido de vida,desde el nacimiento hasta la desapari-ción. En algunos casos se han obtenidodatos del período en que permanecíandesaparecidos, pero aún con vida. Se han realizado y grabado hasta la fecha1760 entrevistas en todo el territorio delpaís, lo que ha permitido conformar 184archivos biográficos. Los equipos deentrevistadores viajaron a todo el país,realizando las entrevistas previamentepactadas y desgrabando a su regreso elmaterial recogido. Este material se vuelcaen CD y se guarda una copia de respaldoen MP3. El texto desgrabado pasa por unproceso de corrección y complementacióncon notas al pie que expliquen expresio-nes, citas históricas y nombres que apa-recen en los relatos.Al mismo tiempo se está consolidando elarchivo fotográfico que cuenta ya con2512 registros que corresponden a 59casos.Se han entregado 32 archivos biográficosen sus tres soportes a nietos restituidos ya los otros hijos que no fueron apropia-

dos, hermanos de ellos, para quienes esmuy importante recuperar las historias devida de sus padres desaparecidos.Se han confeccionado 30 biogramas queen forma conjunta con un soporte foto-gráfico de cada familia conformará unmaterial que compilará ciertos rasgos dela historia de vida de los desaparecidosde cada provincia y que será de ordenpúblico.A partir de la lectura de las entrevistas decada caso, se ha trabajado en la redac-ción de 60 textos de dramaturgia enforma de monólogos que desarrollan bre-vemente un pasaje de la historia de undesaparecido/a. En estos textos, donde elnarrador es un entrevistado, se recrean enotro lenguaje los relatos recogidos. Estostextos se han leído en Teatro por laIdentidad por actores de reconocida tra-yectoria, en los ciclos 2004 y 2005 deCapital Federal, Mar del Plata y Tierra delFuego, complementados con la proyec-ción de fotografías que forman parte delarchivo fotográfico.Dada la trascendencia e importancia depreservar la memoria social, el ArchivoBiográfico Familiar ha participado en la organización de las siguientes actividades: - I y II Jornadas de Jóvenes Investigadores"Reconstrucción de la identidad de losdesaparecidos" y "Actualidad de laMemoria" realizadas en 2002 en laUniversidad de Buenos Aires, y en 2004 enla Universidad Nacional de Entre Ríos. - 1° y 2º Coloquio Interdisciplinario deAbuelas de Plaza de Mayo "Identidad:Construcción social y subjetiva" y "El Porvenir de la Memoria", realizados en 2004 en Legislatura de la Ciudad deBuenos Aires, y en 2005 en la EscuelaSuperior de Comercio "Carlos Pellegrini" - UBA.

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a recuperación de empresas (RE) es laconceptualización con la cual se ha

denominado a un conjunto heterogéneode procesos, en los cuales empresas encrisis son puestas a producir por sus tra-bajadores. Desde fines de la décadapasada, y con particular intensidad apartir de 2001, miles de asalariados entodo el país se han hecho cargo deempresas en proceso de quiebra, cierrey/o importantes incumplimientos delcontrato salarial con sus trabajadores. Durante el apogeo de la crisis, la REadquirió una fuerte presencia social,alcanzando alta legitimidad y difusión enla sociedad. Desde 2003, nuestro trabajode investigación, objetivado en diversaspublicaciones, avanzó en la construcciónde un marco hipotético-causal del pro-ceso en el ámbito de la Ciudad de BuenosAires.La hipótesis central desarrollada pornuestra investigación afirma que el desa-rrollo de la RE es la resultante de la con-formación de una embrionaria alianzasocial. Los trabajadores de estas empre-sas logran avanzar en sus grados de uni-dad y construir una alianza que se estruc-tura en base al modo en que la crisis delorden social altera las condiciones dereproducción de diferentes identidadessociales. El asalariado estable, munido de su moraldel trabajo, encuentra en crisis sus con-diciones materiales de reproducción.Para estos trabajadores, reproducir suidentidad social pasa a presuponer rede-finirla. Si la normativa preexistente obs-taculiza su existencia, la única alterna-tiva es transgredirla. La moral deltrabajo, la valorización de la actividad

laboral como elemento estructurante desu identidad, rompe el encierro del apegoa lo estatuido, entrando en contradicciónpráctica con la moral de la propiedad. Decomplementarias, se convierten en con-tradictorias. Antes, trabajar presuponíael respeto a la propiedad del empresario ya su autoridad. Ahora, trabajar pasa apresuponer alterar las relaciones deposesión del espacio productivo. Legiti-midad y legalidad se distancian, emer-giendo la acción directa como mecanismode resolución de la tensión. La tomaemerge como la forma eficaz de asumiren los hechos el espacio de la fábrica,evitando su vaciamiento, permitiendoreiniciar la producción y conformandouna nueva relación de fuerzas. La legiti-midad de su causa convoca a la solidari-dad y apoyo a su accionar de muchasotras identidades afectadas por la crisis,conformando una articulación queexpresa una embrionaria alianza social.Diferentes personificaciones de asalaria-dos estables; asambleas vecinales; gru-pos universitarios y piqueteros, entreotros, se transformarán, con roles diver-sos, en participantes del proceso. Elavance mismo sobre la dirección de laproducción no nace espontáneamente delos trabajadores de cada empresa sino desu articulación con diversos grupos depromotores y organizadores. Serán éstosquienes demuestren la existencia de unaalternativa a la pérdida del puesto detrabajo, en un contexto de virtual desa-parición de la indemnización e imposibili-dad de conseguir otro empleo. En la perspectiva de los trabajadores, laacción directa no se restringe en su usu-fructo a la apropiación en los hechos de

un espacio. Es también la forma de acu-mular fuerzas para incidir en la institu-cionalidad superando la precariedad dela tenencia de hecho. En el contexto decrisis, fracciones de la clase política y elámbito estatal local van a mostrarsetolerantes ante las recuperaciones y pro-pensas a su apoyo. Las razones entreéstos son diversas: simplemente porqueno tienen costo político, por arreglo avalores y por estrategia de acumulaciónpolítica. Las leyes de expropiación seránla expresión institucional más acabadade este apoyo, no exento de conflictos, alproceso. Al producirse cambios legales ypolíticos que facilitan la tenencia legalde las empresas, se potencia la estruc-tura de oportunidades políticas favorablepara las recuperaciones. De este modo, elproceso no se reduce a la acción directa.El procesamiento que hace del mismo elEstado constituye embrionariamente unainstitucionalización que atenúa la dis-tancia entre legalidad y legitimidad. Estaasume tal intensidad que en varias expe-riencias no requiere apelar a la accióndirecta. Así, en más de un caso en larepresentación de los trabajadores, recu-peración y conflicto no serán equivalen-tes. Sin embargo, el carácter parcial de lainstitucionalización, expresión de loslímites de la alianza, conducirá a que laacción directa vuelva a emerger en másde una oportunidad. En suma, en la defensa del trabajo, seconforma una incipiente y original fuerzasocial que logra la obtención de unatenencia legal provisoria de la unidadproductiva y constituye condiciones parael inicio de la producción. De estamanera, el avance sobre la producción

Sociogénesis y desarrollo del proceso de recuperación de empresas por sus trabajadores

Proyecto UBACyT S050

Director: Julián Rebón

Integrantes: Gustavo Antón, Jorge Cresto, Gustavo Quintana y Rodrigo Salgado

Contacto: [email protected]

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logra desarrollarse en las condicionessociales existentes, viabilizando la pre-servación de la fuente de trabajo. Así, sinpretenderlo, será su lucha, y no la meradinámica de la acumulación capitalista,la que los conforme como una nueva per-sonificación de la fuerza de trabajo.El conjunto de avances investigativosacerca del proceso que sucintamentereseñamos fue elaborado en la etapa deexpansión de la RE. Nacida al calor deuna crisis de inédita magnitud, la rever-sión de la misma, conduce a su reflujo. Enla actualidad, el cierre, al menos provi-sorio, del marco de depresión económicay crisis política, nos plantea nuevos inte-rrogantes acerca de su desarrollo futuro. El fenómeno encuentra nuevos obstácu-los, como la reversión del proceso deabandono capitalista de la producciónpor cambios en los niveles de rentabili-dad; la mayor facilidad para obtener otrotrabajo por parte de los asalariados, enespecial los más calificados; la pérdidade peso o "cambios" de posición en anti-guos aliados; la aparición de nuevoscapitalistas dispuestos a "recuperar laempresa". En este contexto, ¿podrán lostrabajadores recuperar nuevas empresas?Y donde esto ocurra, ¿cuáles serán susfactores estructurantes? Por otra parte, ¿en qué medida los traba-jadores de los casos que se iniciaron en laetapa más aguda de la crisis logran arti-cularse y reproducirse como una fuerzasocial una vez que cada empresa resuelvesus necesidades más urgentes e ingresaplenamente en el ámbito de la produc-ción? Al avanzar sobre la producción, elconsumo productivo de fuerza de trabajoasalariada deja de ser lo dominante alinterior de la empresa, produciéndose unproceso de igualación y autonomizaciónde los trabajadores en diferentes dimen-siones. Sin embargo, su carácter centralcontinúa siendo el de un emprendimientoprivado. Además, distintos procesos obs-taculizan crecientemente la posibilidaddel desarrollo de las innovaciones intro-

ducidas. La autoexplotación; la burocra-tización; la explotación de otros trabaja-dores o el sometimiento a un capitalistaen el ámbito de la circulación son algunosde los riesgos latentes y, en ocasiones,manifiestos con los cuales se encuentrala embrionaria cooperación constituida.¿En qué medida se tiende al desarrollo deestos elementos? Si esto es así, ¿cuálserá el carácter social del orden socio-productivo resultante en estas empresas?En nuestra investigación, sostuvimos queen el plano de la conciencia predominanlas diferentes formas del corporativismoobrero, existiendo, no obstante, unaidentificación con los obreros y desocu-pados y una relación de diferencia y opo-sición con los empresarios. ¿En quémedida el desarrollo de estas cooperati-vas de trabajadores conduce a la elabo-ración de nuevas formas de representa-ción de su pertenencia social? ¿Cómo serepresentan a otras fracciones de traba-jadores? ¿Cómo perciben al procesomismo? ¿Valoran su nuevo rol en la pro-ducción o sienten "nostalgia de ser asa-lariados"?Por último, en forma simultánea al cam-bio del contexto político y al otorga-miento para las cooperativas de formasmás avanzadas de tenencia de la unidadproductiva, junto a la incorporación dealgunos de sus cuadros promotores a lainstitucionalidad política, pareceríaacentuarse la institucionalización de losmovimientos de empresas, al mismotiempo que se fragmentan y disminuyensu capacidad de movilización. ¿Se pro-fundizará la institucionalización del pro-ceso? ¿Adquirirá éste una forma corpora-tiva, excluyendo nuevos casos u otrasfracciones sociales? ¿Se convertirán losmovimientos en meros grupos de interés?Este conjunto de interrogantes acerca delas Transformaciones emergentes en elproceso de recuperación de empresasconforma la nueva etapa de nuestrainvestigación. cs

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a recuperación de empresas (RE) es laconceptualización con la cual se ha

denominado a un conjunto heterogéneode procesos, en los cuales empresas encrisis son puestas a producir por sus tra-bajadores. Desde fines de la décadapasada, y con particular intensidad apartir de 2001, miles de asalariados entodo el país se han hecho cargo deempresas en proceso de quiebra, cierrey/o importantes incumplimientos delcontrato salarial con sus trabajadores. Durante el apogeo de la crisis, la REadquirió una fuerte presencia social,alcanzando alta legitimidad y difusión enla sociedad. Desde 2003, nuestro trabajode investigación, objetivado en diversaspublicaciones, avanzó en la construcciónde un marco hipotético-causal del pro-ceso en el ámbito de la Ciudad de BuenosAires.La hipótesis central desarrollada pornuestra investigación afirma que el desa-rrollo de la RE es la resultante de la con-formación de una embrionaria alianzasocial. Los trabajadores de estas empre-sas logran avanzar en sus grados de uni-dad y construir una alianza que se estruc-tura en base al modo en que la crisis delorden social altera las condiciones dereproducción de diferentes identidadessociales. El asalariado estable, munido de su moraldel trabajo, encuentra en crisis sus con-diciones materiales de reproducción.Para estos trabajadores, reproducir suidentidad social pasa a presuponer rede-finirla. Si la normativa preexistente obs-taculiza su existencia, la única alterna-tiva es transgredirla. La moral deltrabajo, la valorización de la actividad

laboral como elemento estructurante desu identidad, rompe el encierro del apegoa lo estatuido, entrando en contradicciónpráctica con la moral de la propiedad. Decomplementarias, se convierten en con-tradictorias. Antes, trabajar presuponíael respeto a la propiedad del empresario ya su autoridad. Ahora, trabajar pasa apresuponer alterar las relaciones deposesión del espacio productivo. Legiti-midad y legalidad se distancian, emer-giendo la acción directa como mecanismode resolución de la tensión. La tomaemerge como la forma eficaz de asumiren los hechos el espacio de la fábrica,evitando su vaciamiento, permitiendoreiniciar la producción y conformandouna nueva relación de fuerzas. La legiti-midad de su causa convoca a la solidari-dad y apoyo a su accionar de muchasotras identidades afectadas por la crisis,conformando una articulación queexpresa una embrionaria alianza social.Diferentes personificaciones de asalaria-dos estables; asambleas vecinales; gru-pos universitarios y piqueteros, entreotros, se transformarán, con roles diver-sos, en participantes del proceso. Elavance mismo sobre la dirección de laproducción no nace espontáneamente delos trabajadores de cada empresa sino desu articulación con diversos grupos depromotores y organizadores. Serán éstosquienes demuestren la existencia de unaalternativa a la pérdida del puesto detrabajo, en un contexto de virtual desa-parición de la indemnización e imposibili-dad de conseguir otro empleo. En la perspectiva de los trabajadores, laacción directa no se restringe en su usu-fructo a la apropiación en los hechos de

un espacio. Es también la forma de acu-mular fuerzas para incidir en la institu-cionalidad superando la precariedad dela tenencia de hecho. En el contexto decrisis, fracciones de la clase política y elámbito estatal local van a mostrarsetolerantes ante las recuperaciones y pro-pensas a su apoyo. Las razones entreéstos son diversas: simplemente porqueno tienen costo político, por arreglo avalores y por estrategia de acumulaciónpolítica. Las leyes de expropiación seránla expresión institucional más acabadade este apoyo, no exento de conflictos, alproceso. Al producirse cambios legales ypolíticos que facilitan la tenencia legalde las empresas, se potencia la estruc-tura de oportunidades políticas favorablepara las recuperaciones. De este modo, elproceso no se reduce a la acción directa.El procesamiento que hace del mismo elEstado constituye embrionariamente unainstitucionalización que atenúa la dis-tancia entre legalidad y legitimidad. Estaasume tal intensidad que en varias expe-riencias no requiere apelar a la accióndirecta. Así, en más de un caso en larepresentación de los trabajadores, recu-peración y conflicto no serán equivalen-tes. Sin embargo, el carácter parcial de lainstitucionalización, expresión de loslímites de la alianza, conducirá a que laacción directa vuelva a emerger en másde una oportunidad. En suma, en la defensa del trabajo, seconforma una incipiente y original fuerzasocial que logra la obtención de unatenencia legal provisoria de la unidadproductiva y constituye condiciones parael inicio de la producción. De estamanera, el avance sobre la producción

Sociogénesis y desarrollo del proceso de recuperación de empresas por sus trabajadores

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logra desarrollarse en las condicionessociales existentes, viabilizando la pre-servación de la fuente de trabajo. Así, sinpretenderlo, será su lucha, y no la meradinámica de la acumulación capitalista,la que los conforme como una nueva per-sonificación de la fuerza de trabajo.El conjunto de avances investigativosacerca del proceso que sucintamentereseñamos fue elaborado en la etapa deexpansión de la RE. Nacida al calor deuna crisis de inédita magnitud, la rever-sión de la misma, conduce a su reflujo. Enla actualidad, el cierre, al menos provi-sorio, del marco de depresión económicay crisis política, nos plantea nuevos inte-rrogantes acerca de su desarrollo futuro. El fenómeno encuentra nuevos obstácu-los, como la reversión del proceso deabandono capitalista de la producciónpor cambios en los niveles de rentabili-dad; la mayor facilidad para obtener otrotrabajo por parte de los asalariados, enespecial los más calificados; la pérdidade peso o "cambios" de posición en anti-guos aliados; la aparición de nuevoscapitalistas dispuestos a "recuperar laempresa". En este contexto, ¿podrán lostrabajadores recuperar nuevas empresas?Y donde esto ocurra, ¿cuáles serán susfactores estructurantes? Por otra parte, ¿en qué medida los traba-jadores de los casos que se iniciaron en laetapa más aguda de la crisis logran arti-cularse y reproducirse como una fuerzasocial una vez que cada empresa resuelvesus necesidades más urgentes e ingresaplenamente en el ámbito de la produc-ción? Al avanzar sobre la producción, elconsumo productivo de fuerza de trabajoasalariada deja de ser lo dominante alinterior de la empresa, produciéndose unproceso de igualación y autonomizaciónde los trabajadores en diferentes dimen-siones. Sin embargo, su carácter centralcontinúa siendo el de un emprendimientoprivado. Además, distintos procesos obs-taculizan crecientemente la posibilidaddel desarrollo de las innovaciones intro-

ducidas. La autoexplotación; la burocra-tización; la explotación de otros trabaja-dores o el sometimiento a un capitalistaen el ámbito de la circulación son algunosde los riesgos latentes y, en ocasiones,manifiestos con los cuales se encuentrala embrionaria cooperación constituida.¿En qué medida se tiende al desarrollo deestos elementos? Si esto es así, ¿cuálserá el carácter social del orden socio-productivo resultante en estas empresas?En nuestra investigación, sostuvimos queen el plano de la conciencia predominanlas diferentes formas del corporativismoobrero, existiendo, no obstante, unaidentificación con los obreros y desocu-pados y una relación de diferencia y opo-sición con los empresarios. ¿En quémedida el desarrollo de estas cooperati-vas de trabajadores conduce a la elabo-ración de nuevas formas de representa-ción de su pertenencia social? ¿Cómo serepresentan a otras fracciones de traba-jadores? ¿Cómo perciben al procesomismo? ¿Valoran su nuevo rol en la pro-ducción o sienten "nostalgia de ser asa-lariados"?Por último, en forma simultánea al cam-bio del contexto político y al otorga-miento para las cooperativas de formasmás avanzadas de tenencia de la unidadproductiva, junto a la incorporación dealgunos de sus cuadros promotores a lainstitucionalidad política, pareceríaacentuarse la institucionalización de losmovimientos de empresas, al mismotiempo que se fragmentan y disminuyensu capacidad de movilización. ¿Se pro-fundizará la institucionalización del pro-ceso? ¿Adquirirá éste una forma corpora-tiva, excluyendo nuevos casos u otrasfracciones sociales? ¿Se convertirán losmovimientos en meros grupos de interés?Este conjunto de interrogantes acerca delas Transformaciones emergentes en elproceso de recuperación de empresasconforma la nueva etapa de nuestrainvestigación. cs

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Ciencias Sociales -¿Cuál fue la motivación paradesarrollar una investigación dedicada a compren-der la estructura económica y social de un áreageográfica en particular?Víctor Rau -Una primera motivación podría ser deíndole biográfica porque pasé mi infancia en unazona yerbatera de la provincia de Misiones. Estoresultó positivo para la formulación y el desarrollodel proyecto, me dotó de un trasfondo de saberesmuy productivos, por ejemplo, en relación a las po-sibilidades de comprensión del sentido de los dis-cursos y las prácticas de los agentes sociales. Altrabajar básicamente con entrevistas en profundi-dad y observaciones participantes, creo que esa si-tuación de primera cercanía con respecto al mun-do de vida regional fue sumamente provechosa.Además, los metodólogos acostumbran señalarque el tema de estudio, cuando se trata de un di-

seño cualitativo, si tiene algún punto de contacto con la biografía del investigador, potencia las posibilidades de lainvestigación en tanto que también asume la forma de un autodescubrimiento. Y suma al proceso de investigación lapasión personal. Por otra parte, en el momento de la formulación del proyecto ya estaba trabajando en el equipo deestudios sobre mercados de trabajo agrario del Instituto de Investigaciones Gino Germani. Conocía que en el comple-jo agroindustrial yerbatero se estaban produciendo importantes transformaciones disparadas en gran parte a partirde su desregulación, es decir, la desregulación de la producción y el comercio de materia prima decretada a principiosde los años '90 y que fue seguida de una fuerte caída en los precios de la hoja verde de yerba mate, un proceso de con-centración en la propiedad de los secaderos y un aumento en la rentabilidad y tecnificación de las industrias moline-ras. Pero no aparecía a la vista qué sucedía en el mercado de la fuerza de trabajo para la cosecha. Pensando en lastransformaciones que se estarían produciendo en ese espacio se formularon las primeras hipótesis de trabajo de la in-vestigación. Captar la estructura y el modo de funcionamiento asumido por el mercado laboral yerbatero en el marcode aquel proceso de transformaciones se constituyó en el objetivo disparador del estudio.CS -¿Cómo fue el proceso de investigación?VR -Involucró el uso de diferentes fuentes de información, pero sobre todo una prolongada labor dedicada a la gene-ración de datos primarios a través de sucesivos trabajos de campo desarrollados desde 1999 a 2004, y en un ida y vuel-ta entre la teoría y la empiria. Se partió de concebir al mercado del trabajo como una institución social con actorescon historia. La tesis busca trascender la perspectiva economista ortodoxa y de raigambre neoclásica que habla delmercado de trabajo en alusión a un objeto de estudio propio de la economía. Nosotros recuperamos los desarrollos quesurgieron como crítica dentro de la disciplina económica, en primera instancia en los Estados Unidos a partir de la Se-gunda Guerra Mundial, cuando algunos académicos comenzaron a incorporar elementos de las disciplinas humanísti-cas, como la sociología, la psicología y la antropología, generando una vertiente teórica heterodoxa. Actualmente sela identifica a veces como teoría sociológica de los mercados de trabajo, si bien contiene un conjunto relativamenteheterogéneo de corrientes no neoclásicas. Entre estas corrientes, la investigación sobre el caso yerbatero recuperamucho del enfoque propuesto por la escuela llamada radical de la dualidad de los mercados laborales. En buena me-dida esto forma parte de los resultados de la investigación. La perspectiva general con que nos acercamos al objetode estudio específico contribuía, desde luego, a orientar nuestras búsquedas y análisis de datos, pero también el con-tacto con la evidencia producida acerca de la dinámica de este mercado de trabajo agrario impactaba continuamen-

Víctor Rau es sociólogo y doctor en Ciencias Sociales. En elaño 2000 recibió una beca de formación interna de posgra-do por parte del CONICET para desarrollar el trabajo "Trans-formaciones en el mercado de trabajo para la producciónprimaria yerbatera en la provincia de Misiones". En 2001 sutrabajo "Transformaciones en el mercado de fuerza de traba-jo y nuevas condiciones para la protesta de los asalariadosagrícolas" resultó seleccionado por CLACSO en el concursopara la promoción de la investigación social para investiga-dores jóvenes de América Latina y el Caribe. Ha publicadovarios de sus trabajos en distintas revistas de actualidadcientífica y actualmente forma parte del equipo que desarro-lla el proyecto UBACyT "Mercados de trabajo rururbanos ytrayectorias laborales", dirigido por Susana Aparicio.

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"Las formas de protesta de los tareferos son territoriales y se desarrollan por fuera del espacio laboral"

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te sobre el enfoque, demandaba nuevas elaboraciones. De este modo también, por ejemplo, se incorporaron al estu-dio elementos de los desarrollos teóricos formulados por Bourdieu en torno a las estructuras sociales de la economía.CS -En el recorrido que emprendés para dar cuenta de la cuestión de los asalariados en el agro, aparece como clave laidea de balcanización de los mercados de trabajo introducida por Clark Kerr.VR -Precisamente, a partir de los años cincuenta y sesenta se comienza a trabajar cada vez más con la idea de la mul-tiplicidad de los mercados de trabajo: la mercancía fuerza de trabajo no es una mercancía homogénea ni cuenta condemasiada movilidad a lo largo de un mismo espacio. El de capacidades laborales es un mercado fuertemente frag-mentado y segmentado. Todo agente económico se encuentra inmerso en relaciones sociales que influyen sobre sucomportamiento, más allá de la supuesta orientación a la maximización de ingresos. Y sobre todo un vendedor defuerza de trabajo no se comporta como cualquier vendedor de mercancías. Esto tiene que ver con que la mercancía queenajena no puede separarse inmediatamente de su cuerpo y su subjetividad, y, por lo tanto, en la dinámica de los mer-cados de trabajo intervienen y tienden a reproducirse directamente características de la sociedad en la que se hallaninstituidos. La tesis se encuadra en estas teorías. Utiliza el concepto de la segmentación en sentido estricto, en tér-minos de la teoría dual, es decir, como criterio de estratificación aplicable a toda situación donde se reconozca laexistencia de un fragmento del mercado de trabajo con mejores condiciones de venta, relativamente más protegidode la competencia, y un segmento secundario caracterizado fundamentalmente por los más altos grados de precarie-dad laboral. Es una herramienta conceptual aplicable a diferentes niveles. En un nivel muy particular, observando laestructura interna del mercado de trabajo yerbatero, se reconocen dos fragmentos con características diferenciadas:en el segmento ligado al empleo directo por parte de las empresas agroindustriales se observan mejores salarios, con-tratos legales y una menor rotación de la población empleada, pero hacia fines de la década de los '90 se acrecientarápidamente un segmento secundario, con empleos mucho más precarios en términos relativos, absolutamente infor-mal. Este proceso se registra vinculado a la expansión de un sector de nuevos empleadores intermediarios en las rela-ciones laborales entre la oferta y la demanda última. Son los agentes contratistas de mano de obra que ofician de ne-xo entre la población oferente de fuerza de trabajo y las agroindustrias yerbateras.CS -¿Cuáles han sido las dificultades que se presentaron a la hora de emprender esta investigación?VR -Las técnicas de indagación cualitativas se valen de conocimientos y aptitudes previas y también de destrezas quese desarrollan en la práctica, en el ejercicio. La evaluación de la situación de entrevista, los roles, las emociones queintervienen. Todo lo referido al contrato comunicacional entre el entrevistador y los entrevistados es muy delicado.Por ejemplo, hay algunos contextos en los que la grabadora puede ser un obstáculo y es necesario utilizar cuadernosde campo. La mitad de las entrevistas fue realizada a tareferos y el resto a empresarios, capataces, contratistas, pro-ductores e informantes clave. Otro de los aprendizajes fue pensar realmente el diseño de la investigación en términosflexibles. Esto permitió que, durante la primera etapa del estudio, emergieran nuevas hipótesis y líneas de trabajo apartir de la información que se producía. Dos objetivos específicos resultaron emergentes de la propia investigación.Uno de estos objetivos llevó a rastrear en las tradiciones regionales el origen de ciertas prácticas, pautas de compor-tamiento y formas de interacción que aparecían difundiéndose como parte de las transformaciones recientes en elmercado de trabajo yerbatero. Se advirtieron características muy semejantes a las que se hallaban difundidas en elperíodo de institución histórica de este mercado de trabajo, que reaparecían como parte de las transformaciones re-cientes. "Estamos volviendo a estar como los mensú", se reiteraba en varias de las entrevistas realizadas a tareferos.De acuerdo con este objetivo, a partir del relevamiento y trabajo con fuentes escritas de la época, se examina con-cretamente el proceso histórico de institución social del mercado de trabajo yerbatero en la región. Este examen aca-ba adquiriendo fuertes implicancias teóricas. A partir del mismo aparece en primer plano del estudio la cuestión decómo un mercado laboral, para existir, debe encontrarse fundado en el terreno de la interacción social y en los habi-tus de los agentes que intervienen en él. CS -Tu estudio profundiza en la concepción sociológica del mercado de trabajo haciendo foco en las relaciones socia-les que se instituyen y definen a través de procesos históricos enmarcándose en los trabajos de Giarracca, que señalacríticamente al marco neoclásico para el cual el mercado antecede y genera conductas, así como en la definición deAparicio: "el mercado de trabajo como un proceso, como una institución social".VR -Sostenemos que la presencia de una masa de individuos desposeídos de todo medio de producción y jurídicamen-te libres, y una clase de individuos que concentran la propiedad de los medios de producción, que necesitan de manode obra ajena para ponerlos a producir, es condición necesaria pero no suficiente para que un mercado de trabajo co-bre existencia. Tampoco es suficiente que existan reglas jurídicas que reglamenten este tipo de relaciones laborales.Lo que se observa en el período de vigencia del frente extractivo altoparanaense, que identificamos con el proceso de

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institución histórica del mercado de trabajo yerbatero en la sociedad regional, es que ambas condiciones existen. Sinembargo, el proceso de fundación en la sociedad no se da inmediatamente y tampoco de cualquier manera, sino de unmodo muy particular que reproduce rasgos de las formas de interacción social previamente instituidas, que recoge elconjunto disposiciones prácticas adquiridas por los actores regionales a partir de una acumulación de experienciaspasadas. En la región, la cosecha de yerba mate estuvo durante siglos organizada a partir de la encomienda y del es-clavismo. Cuando se genera regionalmente un proletariado y por otro lado se instituyen en el plano del derecho for-

mal las legislaciones acerca de las relaciones laboralessalariales, sin embargo, las relaciones que se entablanentre trabajadores y demandantes de mano de obra en laregión conservan características propias de la encomien-da y del esclavismo. Se atraviesa un largo proceso hastaque las relaciones de tipo salariales en sentido estricto seinstituyen socialmente. Al mismo tiempo, la forma en quelo hacen expresa la existencia y las características de unmodo especifico de regulación social de este mercado detrabajo. De ahí, lo que sucede en los años '90, cuandovuelven a aparecer aspectos tales como la difusión de in-termediarios laborales, los adelantos, los pagos no mo-netarios, en mercaderías sobrevaluadas y ciertas formas

de restricción de la libertad incluso física de los trabajadores en los lugares de trabajo. Esto responde no sólo a la pre-sencia de fuerzas económicas, como la sobreoferta regional de fuerza de trabajo y la caída del precio de la yerba ma-te, que operan en el deterioro de las condiciones de venta de la fuerza de trabajo, o a la retracción de la regulaciónjurídica sobre estos espacios de relaciones laborales, sino que las vías y las formas que adquiere este proceso estánexpresando y adecuándose al particular conjunto de capacidades y propensiones con que se hallan dotados individualy colectivamente los actores regionales. Sobre todo es en estos períodos de cambio en las circunstancias contextua-les, cuando puede reconocerse la presencia y las características de aquel sustrato estrictamente sociológico que esconstitutivo y regulador de todo mercado laboral. CS -La importancia identitaria que posee la figura de quienes cosechan yerba mate en la región y las condiciones deopresión social y de bajo estatus que se asocian a dicha identidad son huellas, según comentás, del origen no campe-sino de la población.VR -En cuanto a la ascendencia guaranítica, sostenemos que efectivamente el empleo de cosechar yerba mate puedeconsiderarse étnicamente tipificado si se entiende a lo étnico no necesariamente ligado a características físicas obiológicas, tal como se pensaba a la raza, sino más bien a características culturales. Encontramos que en la fraccióncosechera de yerba mate aún existe cierta homogeneidad interna incluso en los aspectos más físicos y se reconocenal mismo tiempo claras fronteras de etnicidad sobre todo con respecto a algunas otras fracciones sociales agrarias deMisiones. Pero más allá de ello, sostenemos que se trata de un empleo étnicamente tipificado porque hay ciertas ca-racterísticas propias de la condición social, cultural y económica de aquella etnia que durante siglos estuvo ocupadaen cosechar yerba mate y que han sido transferidas al oficio. En varias entrevistas definiendo su situación en la so-ciedad regional, los cosecheros de yerba mate repetían una frase: "el tarefero es el más pisoteado, el que está porabajo de todos". Ese atributo tan amplio no parece provenir directamente de las mismas propiedades del empleo si-no que, fundamentalmente, proviene en realidad de los rasgos de aquellas poblaciones que se desempeñaron origina-ria y tradicionalmente en este empleo. La población tupí-guaraní y su descendencia, sobre todo. Una población re-gional fuertemente oprimida y segregada, de muy bajo estatus. Luego también la descendencia de los esclavos liber-tos provenientes del Brasil, entre otras. Hoy los procesos de mestizaje y sincretismo cultural se hallan ya muy avanza-dos en la fracción cosechera, pero existen atributos de aquellas poblaciones, relacionados con su etnicidad, que seperpetúan todavía asociados al oficio.CS -Otro objetivo emergente del diseño de investigación lo constituye la noción de lucha social entendida en el senti-do clásico de la teoría marxista del enfrentamiento de clases. ¿De qué modo las transformaciones de la década del'90 hicieron posible la reciente aparición de movilizaciones de protesta?VR -Ese objetivo emerge de la propia apertura de un importante proceso de conflictividad social al interior del com-plejo agroindustrial yerbatero, apertura que se produjo a partir del año 2000 en adelante, es decir, al poco tiempo dehaberse iniciado la investigación, y que involucró la movilización de cosecheros en acciones colectivas de protesta so-

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cial. Dado que se estaban realizando indagaciones históricas acerca del origen del mercado laboral yerbatero, se tra-bajó también en buscar las relaciones de correspondencia que existen entre diferentes configuraciones de ese merca-do de trabajo y diferentes formas de lucha y protesta social instrumentadas por los trabajadores cosecheros. Si-guiendo esta línea de indagación, encontramos fuentes que no habían sido utilizadas hasta ahora y pudimos recons-truir significativos procesos de conflictividad obrero rural en Misiones que permanecían soterrados en la memoria his-tórica. Con respecto al período actual, aparecen acciones de protesta muy semejantes a las que contemporáneamen-te venían siendo identificadas en la Argentina como propias de trabajadores desocupados. Protestas realizadas en es-pacios públicos, en las rutas sobre todo, y por fuera no sólo del ámbito laboral, sino también de los períodos de cose-cha. Las mayores movilizaciones autónomas de trabajadores cosecheros se registran inmediatamente después de fi-nalizada la estación de zafra. La principal demanda es pan y trabajo aunque los sujetos de protesta se identifican co-mo tareferos y no como desocupados. Existen motivaciones que tienen que ver con el fuerte deterioro en las condicio-nes de venta de la fuerza de trabajo para la cosecha. Pero existen también crecientes obstáculos para la aparición delas forma clásicas de protesta en el ámbito laboral, factores que contribuyen a desfavorecer las posibilidades de en-frentamiento corporativo en esta esfera. Hay nuevos obstáculos que tienen que ver con la sustitución del empleo di-recto de las empresas agroindustriales por el empleo intermediado a través de pequeños contratistas de mano deobra. Los agentes que intermedian la relación laboral impiden la visualización del adversario en la contienda ademásde que producen una multiplicación de empleadores que dificultan la unidad contra un mismo adversario. Y tambiénrotan continuamente las cuadrillas de cosecheros que emplean, por lo cual la relación obrero-patrón se vuelve difu-sa. Por otra parte, la propia actual sobreoferta de fuerza de trabajo agrícola en la región constituye, desde luego, unimportante obstáculo para el emprendimiento de resistencias laborales. No obstante, existen otros cambios que es-tablecen nuevas condiciones favorables, sobre todo con respecto al agrupamiento o cohesión para la acción colecti-va en espacios externos al laboral. En efecto, durante la última década se registra un notorio proceso de concentra-ción de la residencia de los trabajadores agrícolas en barriadas periféricas de las pequeñas y medianas ciudades pro-vinciales. Se estanca en estos espacios la población emigrante del campo en situación de pauperismo. Esta crecienteconcentración produce un estrechamiento y multiplicación de las relaciones mutuas entre números cada vez más im-portantes de trabajadores cosecheros que, en la estructura tradicional del mercado de trabajo agrícola, se encontra-ban en mayor medida mutuamente dispersos y aislados de las ciudades. De estas barriadas es de donde surgen las ac-ciones colectivas de protesta. Así como las nuevas condiciones desfavorables pueden ser entendidas no tanto comolaborales sino como territoriales, también las formas de acción colectiva son más bien territoriales y se desarrollanpor fuera del espacio laboral. Pero a diferencia de lo que sucede en algunas otras regiones del país, los manifestan-tes movilizados no se identifican como desocupados sino como asalariados agrícolas, como tareferos. La situación enMisiones presenta características que permiten comprender este fenómeno. Por una parte, el peso que posee la cose-cha de yerba mate como generadora de empleo es muy importante: en torno a esta actividad se desempeña la frac-ción asalariada definida por oficio numéricamente más importante de la provincia. Esto hace posible que exista unaelevada homogeneidad de oficios entre los pobladores de las barriadas periféricas en algunas ciudades. Por otra par-te, la extensión del período de zafra yerbatera es significativamente mayor a la de muchas otras cosechas agrícolas:entre seis y nueve meses, una longitud temporal que brinda posibilidades relativamente amplias de anclaje subjetivocon el oficio. Por último, la identidad es un recurso que los actores pueden hacer valer en su provecho. A partir de laapertura del conflicto al interior del complejo yerbatero, sobre todo a partir de las acciones emprendidas por produc-tores primarios en su confrontación de intereses con los empresarios del sector molinero, el problema de la yerba ma-te y sus consecuencias sociales se instaló en el primer plano de la escena pública provincial. En este contexto, la rei-vindicación de una identidad que remite directamente a ese problema resulta un importante recurso de intervenciónque favorece la receptividad social y política de los reclamos.

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El crítico y teórico del arte Juan Acha comienza su libro El consumo artístico y sus efectos (1988) dedu-ciendo que la lucha por la supervivencia obliga al hombre a entablar dos tipos de relaciones con la reali-dad, unas racionales y otras sensitivas, y que la sensibilidad interviene en todas las decisiones prácticas,pues cubre nuestra vida cotidiana. Es allí en donde otorga al arte un rol clave, porque al exigir éste el pre-dominio de relaciones sensitivas produce a su vez una subjetividad artística. Las artes "brotan de la sen-sibilidad y vuelven a ella para enriquecerla, renovarla o corregirla, un efecto que adquiere dimensionessociales" (Acha, 1988). Sabemos que las artes conforman sistemas sociales de producción, distribucióny consumo culturales y es en tal sentido que por lo general devienen objeto de estudio en nuestro campo

académico. Pero, ¿qué ocurre con el po-tencial disruptivo del arte que tras-ciende la contemplación, y la dimen-sión estética, entendida como un modode existir, de ser de las cosas, que seinscribe como una lente en la miradadel analista para volverla más comple-ja? Se trata aquí, entonces, de revisarel acercamiento que desde las cienciassociales se establece para dar cuentadel mundo artístico y estético. Y paraello hemos entrevistado a investigado-res de nuestra Facultad.

En principio, si la historia del arte parece permanecer aún prisionera dentro de las matrices acuñadas porlos autores de la Antigüedad -vida de los artistas, descripción retórica de las obras, instrucciones técni-cas y didácticas, y desarrollo de los estilos-, matrices que han entrado en crisis y no están en condicionesde dar respuesta adecuada a los fenómenos artísticos de nuestros tiempos (Maldonado, 1994), los estu-dios sociológicos sobre el arte, en cambio, lo definen como el resultado de sistemas productivos específi-cos. César Lorenzano, profesor titular de Sociología del arte, explica que al comprender que son sus pro-pios agentes sociales quienes generan la producción, distribución y apropiación por parte de los consumi-dores, el arte ha logrado desprenderse de la idea de que conformaría un subsistema dentro del sistemaeconómico.La sociología del arte nace como disciplina independiente alrededor de los años '30 y '40 a partir del tra-bajo de Arnold Hauser y simultáneamente con la sociología de la ciencia, al igual que a fines del siglo XIXlo hicieron las historias diferenciales de la ciencia y del arte. "Estas nuevas ramas del saber quiebran laidea de que existiría una sola sociología -explica Lorenzano- y de que los fenómenos artísticos no ten-drían importancia ni relevancia epistemológica".Para el profesor Nicolás Casullo, la asimilación del arte a los productos culturales que mencionábamosarriba y la aproximación a éstos a través de los consumos es una tendencia actual de investigación, liga-da a los Estudios Culturales, que da cuenta de cierta precariedad de las ciencias sociales para abordarun campo caracterizado por experiencias creativas. Algo que se traduce en una pobreza significativa a lahora de indagar en la cultura y en los aspectos esenciales de la época que estamos atravesando y que sevisualiza concretamente en la escasa cantidad de cátedras dedicadas al arte en nuestra Facultad. Enefecto, la esfera sociopolítica continúa en el presente situando a la dimensión estética como una di-mensión complementaria. Precisamente, Víctor Lenarduzzi, especialista en cultura estética y comunicación, sostiene que las histo-rias de las ideas son generalmente de las ideas políticas, económicas y sociales y muy pocas veces de lasideas estéticas. Sin embargo, lo estético es una de las grandes problemáticas para entender las nuevas subjetividades.Casullo expresa: "el debate sobre la posibilidad o no de una comunidad política está atravesado por laproblemática estética, tal como lo encaran Habermas y Derrida, entre otros". Pero nuestra comunidadacadémica, observa, aún interpreta el arte de manera anacrónica y funcionalista, "como una suerte de

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Más allá de pensar a los productos culturales como

caja de resonancia de lo que ocurre en otras esferas

de la vida cotidiana, la incorporación de una mirada

estética en la propia investigación social amplía de

modo radical sus posibilidades.

MAPA DE ESTUDIOS

por Ramiro Lehkuniec

y cienciassociales

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actividad lúdica o bien en tanto pueda abrir determinadas comprensiones de época de modo utilita-rista". Esta carencia también aparecería en relación con lo teológico y lo filosófico: "las ciencias so-ciales van en camino hacia una servidumbre de la política cada vez más manifiesta y por ello el retoconsiste en confrontar una tardomodernidad, en la que todo se pone en tela de juicio, desde las mi-radas madres del intelecto humano, que son la religión, el arte y la filosofía", insiste Casullo. Pero laintegración no vendría dada por un abordaje interdisciplinario, sino en la propia constitución del su-jeto indagador y crítico para que su mirada resulte más compleja. Por su parte, la investigadora Ana Longoni propone pensar la noción de arte de modo expandido, enarticulación con la política. Longoni, preocupada justamente en estudiar rupturas e integraciones enel vínculo de artistas y los programas de izquierda, comprende que estas cuestiones no solamentedeben observarse en relación con las organizaciones políticas o los movimientos sociales, sino que setrata de pensar al arte incidiendo en el contexto. Porque si bien la política entendida en términos tra-dicionales considera al arte en un lugar subordinado y decorativo, las nuevas formas de activismo in-corporan una dimensión estética en sus intervenciones y apelan además a recursos provenientes delas vanguardias. Detalla: "hoy en día es parte del sentido común la idea de generar contradiscursosen los medios masivos y medios alternativos para la militancia". De nuevo, reflexionar sobre el artesignifica verlo en su contexto y en tensión con su momento.Pero analizar materiales estéticos, para Lenarduzzi, exige algún tipo de competencia que responda aotras racionalidades o formaciones, vale decir, que redefina el lugar desde el cual el investigador seacerca a un problema social. "Incluso -señala- existen prejuicios en lo que hace a la producción enel marco de la propia comunidad académica, dado que producir imágenes se asocia casi de modo ex-clusivo a realizar documentales y, si es posible, sobre un repertorio que podamos llamar comprome-tido. En radio, sucede algo similar: el género predominante es el informativo. Estas operaciones can-celan otras posibilidades como si fueran accesorias, superficiales o supuestamente desvinculadas deuna praxis comprometida". Las excepciones que buscan abordar estas problemáticas aparecen en losdiseños curriculares como materias optativas. Lo mismo ocurre con aquellas manifestaciones que nose consideran arte en el sentido tradicional del término, como por ejemplo el diseño de moda, quetrabaja sobre la sensibilidad de época yendo mucho más allá de la indumentaria al presentar modosde estar en la sociedad. A pesar de que la incorporación de una impronta de problematización esté-tica debería englobar fenómenos como la moda, el diseño, las experiencias vanguardistas y la músi-ca, es notorio cómo se privilegia a la literatura o a las artes visuales dentro del propio campo, segúnsubraya Lenarduzzi. En nuestro entorno, Longoni afirma que cada vez son más los jóvenes investigadores que trabajan so-bre el par arte y política, y lo hacen desde marcos conceptuales que toman los aportes de Benjamin,Gramsci, Williams y Bürger. Y también Bourdieu, cuyas nociones de campo y autonomía se vuelvencentrales a la hora de pensar las formaciones artísticas.Este interés creciente por objetos cruzados entre el arte y la política pone en tensión los límites, porlo general poco abordados en el pasado. Un "avispero dentro del mundo académico que tiene su co-rrelato en la emergencia de grupos de arte colectivo que están transformando la escena del arte y lapolítica de manera radical", entiende Longoni, que advierte a su vez que muchas de las líneas deinvestigación, al desconocerse entre sí, acaban por superponerse. La eficacia en lo disruptivo que puede producir el arte viene dada, retomando el texto deAcha, por la sensibilidad, que interviene en todo acto y le imprime sus huellas. Por eso,Casullo concluye que el arte introduce en el territorio de las ciencias sociales una capaci-dad crítica inusual, radical: "en el arte es en donde aparece lo impronunciable, la pérdidade sentido y de fundamento. Las ciencias sociales, por el contrario, navegan en el curso delo ya iluminado. Se vuelve menester entonces incorporar un mirar crítico y estético atento auna representación del sujeto de forma distinta a lo que podría ser la mirada social". La cues-tión residiría entonces en ubicar a la experiencia estética como una experiencia de primer orden, experiencia que cuestiona las verdades de los otros mundos desde una perspectiva propia.

Apropiarse de esta mirada es,pues, el desafío para una mayorcomprensión del mundo en quevivimos. Porque, exalta Casullo,"el don del arte de otorgar unacrítica radical, sin concesiones,muchas veces ni siquiera esañorado por las ciencias socia-les".

Agradecemos las entrevistas a Víc-tor Lenarduzzi, docente de Teorías yprácticas de la comunicación I, aAna Longoni, docente de Taller deexpresión I y del Seminario "Artesplásticas e Izquierdas en la Argenti-na del siglo XX" y a Nicolás Casullo,profesor de Principales corrientesdel pensamiento contemporáneo yde Historia del arte y su relación conlos medios de la Carrera de Cienciasde la Comunicación, y a César Lo-renzano, profesor de Sociología delarte de la Carrera de Sociología. Y elasesoramiento brindado por Hora-cio González, profesor de Pensa-miento social latinoamericano y deTeoría estética y política en la Ca-rrera de Sociología.

Referencias bibliográficasAcha, Juan (1988): El consumo artístico y sus efectos,México, Trillas.Maldonado, Tomás (1994): Lo real y lo virtual, Barcelona, Gedisa.

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Libros de nuestros docentes

Amelia Dell'Anno, Ruth Teubal (comp.)Resignificando lo grupal en el TrabajoSocialBuenos Aires, Espacio Editorial, 2006, 222 páginas.Esta es una visión renovada del TrabajoSocial con grupos, que recoge aportes teó-ricos interdisciplinarios y los articula conaspectos metodológicos específicos yaprendizaje proveniente de la praxis. Lascompiladoras realizaron una indagación eintegración conceptual abierta a progresivasredefiniciones, en el marco de nuestrasociedad cambiante, inserta en un mundoglobalizado. Este vertiginoso proceso pro-duce un fuerte impacto en la interioridad delos seres humanos, que se traduce muchasveces en incertidumbre, aislamiento y vul-nerabilidad. La intervención del trabajadorsocial para el fortalecimiento de los gruposen diferentes contextos, apunta al afianza-miento de la persona, a su dignidad, al des-arrollo de la solidaridad, a la fuerza de laacción colectiva, al desarrollo cultural, a lapuja por la ampliación y la defensa de losderechos civiles, políticos y sociales, y a laequidad distributiva, tanto material comosimbólica.

Hugo CalascibettaLos alces pastan de nocheBuenos Aires, Editorial Dunken, 2006, 118 páginas.En este texto, escrito en clave autobiográfi-ca, se abordan pequeñas historias dentro deuna gran historia: la Guerra de las Malvinas.Se trata de una crónica narrativa de lasvivencias y peripecias de chicos, que luegode haber sido dados de baja del serviciomilitar, fueron convocados para ir al sur.Estos relatos, que nos trasladan a dichaépoca, son como un fluir de buenas anéc-

dotas, en algunos casos sumamente hila-rantes, sin de dejar de mostrar lo patéticode la situación vivida. Por otra parte, tratade ser un pequeño homenaje a los miles desoldados que pasaron por una situaciónparecida, y cuenta con el valor agregado depresentar un capítulo anexo final con unléxico de la jerga del servicio militar.

Fortunato Mallimaci, Agustín Salvia (coord.)Los nuevos rostros de la marginalidad. La supervivencia de los desplazadosBuenos Aires, Instituto Gino Germani(UBA), Editorial Biblos, 2005, 232 páginas.La marginalidad, la exclusión y la pobreza sehan reconfigurado a la par de las transfor-maciones sociales y económicas que ha vi-vido la Argentina en los últimos años: pique-teros, cartoneros, beneficiarios de planessociales, trabajadores de fábricas recupera-das, trabajadoras sexuales, etc.; nuevos yviejos actores sociales que crecen en visibili-dad en el nuevo escenario que inaugura lacrisis. ¿Emergentes de una economía socialo expresiones fragmentadas de la lucha porla subsistencia de millones de personas?Los artículos que integran este libro, asu-men el desafío de interrogar los nuevos ros-tros de la marginalidad, las prácticas y lasrepresentaciones que sustentan, centrandoel eje de la mirada sociológica en el trabajocontinuo, cotidiano, que las personas des-pliegan para garantizar su subsistencia.

Julián Rebón, Ignacio SaavedraEmpresas recuperadas. La autogestión delos trabajadoresBuenos Aires, Capital Intelectual, 2006, 109 páginas.Desde fines de la última década unos diezmil trabajadores de más de doscientasempresas en situación irregular (por quie-

bra, cierre o incumplimiento de contratosde trabajo), tomaron la decisión de condu-cirlas. Se analiza aquí ese difícil e inéditoproceso que también ha despertado curiosi-dad en otros países. La experiencia planteavarios interrogantes: ¿es viable la recupera-ción así encarada?, ¿están preparados losempleados fabriles para conducir emprendi-mientos que antes eran manejados por losempresarios siguiendo esquemas muy dife-rentes? Los autores profundizan en estascuestiones y concluyen que el fenómeno espositivo, que se instala como un nuevo ins-trumento de avance de la producción y quesirve, además, como un modelo a tener encuenta para situaciones críticas.

Pablo RieznikEl mundo no empezó en el 4004 antes deCristoBuenos Aires, Editorial Biblos, 2005. 111 páginas.El título niega una afirmación sobre el ori-gen del universo que en su momento fueconsiderada "palabra de Dios". Aunqueparezca absurdo, esta idea contiene algunaverdad vinculada al desarrollo y los resulta-dos del conocimiento científico. Un procesoen el cual las contribuciones de Darwin yMarx sirven aquí como pretexto para unareflexión general sobre el tema. Las conquistas científicas actuales permitendar satisfacción a todas las necesidadesfundamentales del hombre y sin embargomás de la mitad de la humanidad vive enuna miseria abismal. Se plantean así algu-nos interrogantes: ¿podemos alumbrar unaciencia más humana y un hombre máscientífico?, ¿es posible entender el mundosin aspirar a revolucionarlo?

Amelia Dell'Anno, Ruth

Teubal (comp.)

Resignificando lo grupal en

el Trabajo SocialHugo Calascibetta

Los alces pastan de noche

Julián Rebón, Ignacio Saavedra

Empresas recuperadas. La

autogestión de los trabajadores Pablo Rieznik

El mundo no empezó en

el 4004 antes de CristoFortunato Mallimaci,

Agustín Salvia (coord.)

Los nuevos rostros de la

marginalidad. La supervivencia

de los desplazados

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