ADONIS Y VENUS

ADONIS Y VENUS

Era la hora ardiente del medioda, y en la soledad del bosque no se oa otra cosa ms que el susurro laborioso de las abejas. A la sombra de un verde arrayn, Cupido bes con ternura la frente de su madre, y Venus le correspondi con una dulce caricia. Justo entonces, el rpido rumor de unos pasos rompi el silencio encantado del bosque. Desde detrs de unos rboles apareci un muchacho que llevaba un arco en la mano. Iba tras un ciervo al que quera dar caza, pero acababa de perderle el rastro, y se golpe la frente de pura rabia. Venus mir con ternura a ese muchacho, al que haba visto a menudo por el bosque. Se llamaba Adonis, y pareca demasiado bello para ser real. Venus admir su porte distinguido y su piel radiante, su frente orgullosa y su mirada clida y se sorprendi de que el tiempo, tan cruel con otros hombres, perfeccionase a diario los encantos de Adonis. Mir, enfin, a aquel muchacho con un deleite tanperceptible que Cupido acab por ponerseceloso. Qu miras, madre? Por qu has dejado de abrazarme?

http://2.bp.blogspot.com/_0-AhgiEvK3M/TP5ZTVJ4r4I/AAAAAAAAAj4/X2XXTBwWLOw/s1600/Adonis_%2528Northcote%2529.jpg

No esper a que su madre respondiera, sino que la estrech con mucha fuerza entre sus brazos, y de ese modo sucedi el accidente.Cupido llevaba su aljaba colgada al hombro, y al dar el abrazo, una de las flechas de amor rez por casualidad el pecho de Venus. El efecto fue inmediato: desde aquel da, Venus sinti autntica adoracin por Adonis. Lo busc con ansiedad, le declar su amor y, durante meses, lo sigui a todas partes como una novia entregada. Lo acompaaba incluso en sus caceras, con la tnica recogidahasta las rodillas para que no se le enredara entre las zarzas. Venus estaba tan pendiente de Adonis que ni siquiera se preocupaba por su propio aspecto, as que se mostraba deslucida, comn, casi humana. Segua siendo una diosa, pero andaba esclavizada por una poderosa pasin terrestre.

http://perfectamenteimperfecta.files.wordpress.com/2010/07/kauffmann-venus-and-adonis.jpgAl lado de Adonis, su felicidad era completa. Lo nico que empaaba su alegra era el miedo a que Adonis sufriera algn percance.

Una tarde, mientras se recostaba en el regazo del muchacho, Venus comenz a decir:Promteme que nunca intentars dar caza a un len. Los leones me odian a muerte y querrn hacerte dao para lastimarme a m.Adonis se qued tan intrigado que Venus tuvo que explicarse mejor.Te lo contar todo. Has odo hablar de Atalanta? Era una joven muy bella, tan hermosa como la luz del sol. Todos los hombres que la vean suspiraban por su melena de rizos rojos, por el aura de sus mejillas y el brillo de su mirada. Atalanta deseaba casarse, pero el Orculo le advirti: ``No te cases, o acabars privada de ti misma. Desde aquel da, pues, Atalanta rehuy de los hombres, pero ellos no la dejaban ni a sol ni a sombra. Ansiaban la mirada de sus ojos, la caricia de sus manos, los besos de su boca Un da, Atalanta se cans de aquel asedio y les dijo a sus pretendientes: ``El que quiera casarse conmigo, que corra contra m. Si me vence, me convertir en su esposa, pero, si lo derroto, lo matar con mis propias manos. Era una propuesta demencial, pues Atalanta corra tan deprisa que ni siquiera el trigo se doblaba bajo el peso de su cuerpo. Sin embargo, todos los pretendientes aceptaron el trato. Cada da, decenas de hombres corran contra Atalanta, y todos acababan del mismo modo: primero perdan la carrera y luego Atalanta les quitaba la vida.

As siguieron las cosas hasta que apareci un joven llamadoHipmenes. Vena de otras tierras y era casi tan bello como tu. Al saber cmo trataba Atalanta a sus pretendientes,Hipmenes se indign. ``Cmo se puede matar a quien te quiere? y de qu sirve morir por alguien que se ama? Imagin a Atalanta como una criminal indigna de todo amor, pero le bastcn verla para cambiar de parecer. Impresionado por sus ojos ardientes y su andar de gata, se acerc a decirle:``Por qu no corres contra mi? Si te venzo, no te avergonzars de ser mi esposa, pues soy hijo de reyes y desciendo del mismsimo Neptuno.Por primera vez en su vida, Atalanta se compadeci de uno de sus pretendientes.Hipmenesle pareci tan hermoso que le repugn la perspectiva de tener que matarlo.``Mrchate, forastero. No arriesgues tu vida si no quieres perderla.Hipmenes no hizo el menor caso. Estaba tan enamorado que prefera morir antes que renunciar a Atalanta. Iluso y temerario como todos los que aman de veras, insisti en correr contra aquella muchacha que negaba el amor. Atalanta no tuvo ms remedio que aceptar. Pareca queHipmenesno era consciente del riesgo que estaba asumiendo, pero, poco antes de la carrera, lo asalt la muerte. Entonces, alz sus ojos hacia el cielo y dijo:

``Venus querida, t que alientas el fuego del amor, no me abandones en este trance. Aydame, por piedad, y mi corazn te estar agradecido hasta el fin de mis das.Cmo poda negarle mi ayuda? En aquel mismo instante, sin que nadie ms se percatara de mi presencia, me hice visible a los ojos deHipmenes.

Llevaba conmigo tres manzanas de oro y se las entregu. Cuando le expliqu cmo deba utilizarlas, una sonrisa se expandi sobre su dulce rostro.La carrera comenz de inmediato. En el primer tramo,Hipmenes consigui mantenerse a la par de Atalanta, pero en la primera curva, Atalanta se puso a la cabeza con la facilidad humillante del atleta que ha nacido para vencer. Fue entonces cuandoHipmenes, siguiendo mis instrucciones, arroj al suelo la primera manzana de oro. El fruto resplandeci al rodar sobre la hierba y Atalanta qued tan hechizada por su brillo que fren en seco para recoger la manzana.

Hipmenes, claro, aprovech para ponerse por delante, y los curiosos que observaban la carrera, prorrumpieron en sonoros aplausos. Por una vez, pareca que el ms dbil iba a derrotar al ms fuerte.Sin embargo, en cuanto Atalanta se hizo con la manzana, ech a correr ms deprisa an que al principio y tard muy poco en ponerse de nuevo en cabeza.Hipmenes, viendo que Atalanta se le escapaba, lanz la segunda manzana y entonces sucedi lo mismo. Y entonces arroj la tercera manzana pero, en esta ocasin, Atalanta dud en si ir a coger la manzana o no. Al fin, cuando se hallaba muy cerca de la meta, volvi para recoger la manzana. As, vencida por el amor al oro, decidi su destino. Porque en cuanto se ech el fruto al regazo, yo multipliqu por diez el peso de la

manzana con lo que se volvi muy difcil de llevar. Atalanta avanz con un paso impropio de su fama y, de ese modo, contra pronstico,Hipmenes se impuso en la carrera. Los dos adversarios se casaron esa misma tarde. Atalanta, aunque vencida, no se mostraba triste en absoluto. Se haba enamorado deHipmenes nada ms velo y decidi olvidarse para siempre de la terrible advertencia del orculo.

Qu felices habran sido siHipmenes no me hubiese defraudado! Pero ya sabes, amado mo, que la ingratitud es moneda corriente entre los hombres.Hipmenes ni siquiera sacrific en mis altares una triste paloma. Al contrario: cada vez que alguien preguntaba por la carrera, responda que la haba ganado por sus propios mritos.Hipmenesme haba desterrado por completo de su memoria. Yo no contaba para nada en su vida, por ms que su fortuna estuviera fundada sobre mis tres preciosas manzanas de oro.Su actitud me doli tanto que lo castigu con severidad. Un da, cuandoHipmenes pasaba con Atalanta junto a un santuario consagrado a la diosa Cibeles, despert en su alma un deseo irrefrenable.Hipmenes empez a obrar como un animal en celo. Deseaba tanto a suespos que la llev al interior del santuario para gozar con ella de un rato de amor. Frente a las imgenes de los dioses que poblaban el templo,Hipmenes desnud a su esposa, la bes en los labios y acarici su vientre. Cibeles, indignada con la profanacin, no dud en castigar a los amantes. Apenas unieron sus cuerpos,Hipmenes y Atalanta notaron que su piel se endureca y que sus bocas se convertan en fauces. Ninguno de los dos se vea a s mismo, pero cada uno reconoci en el otro lo que haba empezado a ser.

Los esposos felices, perdidos por el deseo, acababan de transformarse en un par de leones. De ese modo, se cumpli el orculo: Atalanta, tras casarse, se vio privada de su forma y conciencia. Desde entonces, dos leones tiran del carro de marfil de la diosa Cibeles.

http://jcalamardo.blogia.com/upload/20080302165533-cibeles.jpgY por eso te odian?Por eso, s. Los descendientes de aquellos leones saben que fui yo quin despert en el alma de sus antepasados aquel intempestivo deseo, y buscan venganza. Por eso te ruego, amor mo, que esquives siempre a los leones, para que no puedan hacerte dao.

Cuando Venus se separ de Adonis aquella tarde, ninguno de los dos poda imaginar lo cerca que estaba la muerte.

Tras despedirse, Adonis comenz a perseguir a un jabal y logr acorralarlo en un claro del bosque. Confiado en sus propias fuerzas, temerario como todos los jvenes, el cazador se acerc ms de la cuenta a su enemigo, y el jabal le clav los colmillos en la ingle. Fue una embestida tan brutal que Adonis not el ntimo desgarro de sus entraas. Su grito desesperado ascendi en el aire, girando en espiral hasta sobrepasar las nubes ms altas.
Venus, que viajaba entonces por el cielo, reconoci al instante la voz del amado. Aterrada, volvi a tierra, ero no pudo hacer nada por salvar a Adonis. El joven ya haba traspasado la frontera que separa la vida de la muerte, y yaca en el suelo sobre un charco de sangre.

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/61/Adonis_Mort._Vers_1624-1628._Laurent_de_la_Hyre.JPG

Venus, rota de dolor, se rasg la tnica y se golpe el pecho. Vivir sin Adonis, sin or su voz ni mirarse en sus ojos, le pareca un suplicio insoportable. Incapaz de sobreponerse a la desgracia, pas varias horas junto al cuerpo sin alma. Al fin, cuando el sol del atardecer convirti el cielo en una llamarada, Venus bes por ltima vez los labios deAdonism blanqueados por la muerte. Entonces, para perpetuar la memoria del hombre amado, roci su cadver con oloroso nctar y, al instante, la sangre de Adonis se hinch como una burbuja y se transform en una flor de intenso color carmes. La llaman anmona y es tan delicada y efmera como la misma vida de Adonis, pues basta con un dbil soplo del viento para que eche a volar por los aires como un ave si rumbo.

http://www.todo-flores.com/images/anemona.jpg

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