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Algunas consideraciones en torno al Neoliberalismo, al desarrollo económico y la democracia - Axel Kaiser

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  • Revista Enfoques Universidad Central de [email protected] ISSN (Versin impresa): 0718-0241CHILE

    2007 Axel Kaiser

    ALGUNAS CONSIDERACIONES EN TORNO AL NEOLIBERALISMO, AL DESARROLLO ECONMICO Y LA DEMOCRACIA

    Revista Enfoques, primer semestre, nmero 006 Universidad Central de Chile

    Santiago, Chile pp. 135-147

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

    http://redalyc.uaemex.mx

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    Revista ENFOQUESN 6, Primer Semestre, Ao 2007

    Algunas consideraciones en torno alneoliberalismo, al desarrollo econmico

    y la democracia

    Axel Kaiser*

    Resumen

    En palabras del autor, el neoliberalismo posterior es el nico enfoque viable para lo-grar el desarrollo y consolidacin democrtica, y al mismo tiempo, ideologas como el socialismo, el comunismo o la prctica del populismo, conducirn inevitablemente a inestabilidad. Para demostrar esto, el presente trabajo realiza una revision al concepto de liberliso, su relacin con la democracia, el desarrollo y el Estado de derecho anlizando en forma general el caso de Amrica Latina y en particular el caso de Venezuela.

    El artculo sostiene que el desarrollo econmico de la regin no es sostenido en el tiempo se desconfa de la libertad y no se respesta el estado de derecho. Esto hace que los pases latinoamericanos esten constantemente expuestos a lderes con pretenciones hegemnicas y una constante debilidad institucional.

    Palabras clave: Democracia Liberalismo - Mercado Amrica Latina - Venezuela

    Abstract

    The author explains that the later neo-liberalism is the only viable approach to achie-ve development and democratic consolidation. At the same time, ideologies such as socialism, communism or the practice of populism will inevitably lead to instability. To demonstrate it this article carries out a revision of the concept of liberalism, its relationship with democracy, development and the case of Latin America and the case of Venezuela in particular.

    The article holds the view that the economic development of the region is not supported as time goes by; freedom is not trusted, the constitutional state is not respected. This situation causes that Latin America countries are constantly exposed to an institutional weakness and therefore to leaders with hegemonic pretensions.

    Key words: Democracy Liberalism Market - Latin America - Venezuela.

    * Licenciado en Ciencias Juridicas, investigador y consejero del Centro de Estudios Hemisfricos Alexis de Tocqueville, Buenos Aires, Argentina. Correo: [email protected]

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    Axel Kaiser

    Introduccin

    En tiempos en que en reas de Latinoamrica recobra fuerzas el discurso ideologizado, reapareciendo con virulencia la postulacin e implementacin de frmulas que, casi en forma alqumica, han de lograr la solucin fi nal para los grandes problemas sociales, es decir, cuando resurge lo que Carlos Alberto Montaner ha denominado ideas zombis; entender la naturaleza del liberalismo anglosajn o el neoliberalismo posterior resulta determinante para comprender por qu este es el nico enfoque viable para lograr el desarrollo y la consolidacin democrtica, y al mismo tiempo por qu las ideologas como el socialismo, el comunismo o cualquiera otra, as como la prctica del populismo, conducirn inevitablemente a sucesivos fracasos y permanente inestabilidad.

    Pero entender la naturaleza del neoliberalismo resulta adems de la mayor utilidad para dilucidar las razones por las cuales cualquier frmula, incluida la de bienestar, que deposite fundamentalmente en el Estado la funcin de corregir los problemas sociales desligando a los individuos de su responsabilidad por el bienestar personal y colectivo, cual es la contrapartida de la libertad, ha de colisionar irremediablemente cediendo ante ciertas dinmicas y realidades espontneas e indciles a la voluntad humana.

    Ya lo adverta Frederic Bastiat en tiempos de la Francia posrevolucionaria: en rigor el Estado puede tomar y no dar, lo cual se explica por la naturaleza porosa y absorbente de sus manos, que retienen siempre una parte y a veces la totalidad de lo que ellas tocan.1 Agregando luego que lo que no se ha visto jams ni jams se ver e incluso no se puede concebir es que el Estado d al publico ms de lo que ha tomado.2 Es entonces radicalmente imposible concluye conferir una ventaja particular a algunos individuos que constituyen la comunidad sin infl igir un dao superior a la comunidad entera.3

    El pensador francs detectaba perfectamente ya hacia comienzos del siglo XIX lo que la historia demostrara ser una de las causas ms recurrentes de las convulsiones sociales, a saber, la combinacin entre promesas imposibles de parte del Estado y quienes preten-den el poder, y el pblico quien ha concebido esperanzas irrealizables.4 Anticipaba as Bastiat lo que sera el germen de las ideologas y un factor esencial del populismo.

    El liberalismo anglosajn por el contrario5, como nos recuerda Jean Franois Revel, no es una ideologa, pues no es una teora basada en conceptos previos a toda expe-

    1 Bastiat Frdric, El Estado, editado por el Centro de Divulgacin del Conocimiento Econmico, Venezuela, 2002, pag. 18.

    2 Ibdem.3 Ibdem.4 Ibdem, pag. 19.5 Lo que se dice del liberalismo anglosajn se extiende al neoliberalismo posterior, cuyas premisas

    fundamentales son las mismas. Incluso hay quienes sostienen que la distincin entre ambos es arti-fi cial.

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    Algunas consideraciones en torno al neoliberalismo, al desarrollo econmico y la democracia

    riencia ni tampoco un dogma invariable e independiente del curso de las cosas o de los resultados de la accin.6 El liberalismo reposa y aqu radica su viabilidad sobre un conjunto de observaciones respecto de hechos que ya se han producido, no habiendo sido jams concebido con el objeto de solucionar todos los problemas, a diferencia del socialismo y su derivado, el nacionalsocialismo, por lo que cualquier crtica efectuada sobre la base de que este deja problemas pendientes resulta falaz e inaplicable.

    No es correcto entonces concebir la oposicin entre liberalismo y socialismo como la de dos ideologas aunque as lo planteen los socialistas y muchos liberales lo acepten, pues el liberalismo jams ha intentado plantearse como parmetro nico de la realidad en su conjunto ni menos como solucin fi nal. Este no pretende modelar la realidad en forma a priori, por el contrario, se sirve de ella derivando reglas para obtener el mejor de los resultados posibles aceptando espacios de imperfeccin sin resignarse necesariamente a la posibilidad de superarlos.7 Como dira Revel: no puede haber ideologa justa. Toda ideologa es intrnsicamente falsa por sus causas, motivaciones y fi nes, y no acepta la realidad ni como fuente de informacin ni como juez del correcto fundamento de la accin.8 Luego nos advierte que esta funesta invencin del lado oscuro de nuestra inteligencia engendra adems, en sus adeptos, ese curioso efecto que consiste en atribuir al otro la misma forma de organizacin mental. La ideologa no concibe que se le pongan objeciones ms que en nombre de otra ideologa.9

    El liberalismo por el contrario, jams deviene en totalitarismo porque la evaluacin de su xito se realiza en funcin de la aplicacin de ciertos medios empricamente fundados antes que de la consecucin de determinados resultados ideales, reconociendo siempre la libertad y la diversidad que es capaz de exhibir la especie humana.

    El populismo de otra parte, es un concepto difcil de precisar dada la multiplicidad de elementos que implica y la diversidad de formas en que se puede manifestar. Sin embargo, contiene algunos elementos generales en virtud de los que se puede identi-fi car e incluso emparentar con ciertas doctrinas ideolgicas.

    Dentro de los componentes fundamentales que es posible detectar se encuentran los siguientes:10

    6 Revel Jean Franois La gran masacarda, Taurus, Madrid, 2000, pag. 60.7 De hecho Adam Smith, como nos recuerda Revel, comienza su clebre obra La riqueza de las naciones

    efectuando observaciones sobre el manejo econmico de distintos pases para luego derivar, a partir del estudio de los pases econmicamente ms exitosos, reglas sobre las medidas ms recomendables.

    8 Ibdem, pag. 61.9 Ibdem.10 Benavente, Andrs y Cirino, Julio. La democracia defraudada, Grito Sagrado, Buenos Aires, 2005,

    pg. 37 - 39.

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    Axel Kaiser

    En primer lugar, el discurso antipoltico, el cual implica el rechazo de la poltica actual, sintonizando as con el desencanto popular.

    En segundo lugar, el estilo meditico de hacer poltica, el cual prescinde de las ins-tancias regulares de mediacin por considerrseles inefi cientes, estableciendo as un dilogo directo entre la conduccin y la base.

    En tercer lugar, una fuerte voluntad de movilizacin, donde importantes sectores de la poblacin son convocados para respaldar la accin y el discurso populista, lo cual es fi nanciado con recursos pblicos cuando se est en el gobierno.

    En cuarto lugar, una permanente retrica nacionalista que presenta a un lder protector de supuestos enemigos externos, de los cuales el ejemplo ms tpico en Latinoamrica es el imperialismo norteamericano.

    En quinto lugar, la conduccin personalizada, es decir, la existencia de un caudillo de gran carisma y con grandes capacidades de convocatoria popular.

    Por ltimo, la deslegitimacin de las instituciones frente a la poblacin, lo cual se pro-duce dada su inoperancia para resolver problemas relevantes muchas veces producto de la corrupcin, espacio del que se aprovecha el caudillo para alimentar su respaldo.

    Sin perjuicio de que como se puede advertir, lo ideolgico no es el elemento central, pues la fuente de poder radica en el lder y no en la ideologa, toda forma de populismo comparte por lo menos un mnimo comn denominador ideolgico: el estatismo. En efecto, ningn populismo ha sido ideolgica y polticamente antiestatal, sino por el contrario, ha acordado siempre al Estado un papel central y positivo11. Esta caracters-tica lo asimila particularmente a ideologas de izquierda y lo provee de un categrico componente antiliberal, derivando fi nalmente en cualquiera de sus manifestaciones a un inevitable quiebre con el perfi l de la democracia.12

    Democracia y Estado de Derecho

    Ahora bien, cuando hablamos de democracia la entenderemos bajo la ptica neolibe-ral, en palabras de Hayek, como un mtodo de gobierno cuyo verdadero valor radica en servir como una precaucin sanitaria que nos protege de los abusos del poder13. La libertad es para Hayek el factor que juega el rol fundamental. Por eso desde la perspectiva neoliberal la democracia se concibe como un medio y no un fi n; esta debe ser juzgada por sus resultados y es el consenso generado en torno a ella aquello que la provee de legitimidad, consenso referido, como se explic, a medios y no a fi nes,

    11 Ibdem, pg. 41.12 Ibdem, pg. 39.13 Hayek Friedrich, El ideal democrtico y la contencin del poder, en revista Estudios Pblicos N1,

    Santiago, diciembre 1980.

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    Algunas consideraciones en torno al neoliberalismo, al desarrollo econmico y la democracia

    pues de lo contrario la nocin misma de democracia implicara conceptualmente un rasgo totalitario y por tanto autodestructivo.

    En este sentido la democracia representa un instrumento que, como sugiere Popper, permite la resolucin de posiciones contrapuestas, siendo inaceptable que bajo el argumento de su incapacidad de resolverlo todo se permita a algn cuerpo electoral plantear su eliminacin.14 Es por ello que la democracia debe ser respetuosa del orden espontneo, de ciertas condiciones bsicas que constituyen la confi guracin de la na-turaleza y del hombre como parte de ella, donde conceptos como la libertad humana y el libre mercado concurren como aspectos fundamentales a los que ha de sujetarse el diseo y ejercicio del mecanismo democrtico. Por esta razn, los hombres libres no deben quedar sujetos a reglas que les sealen lo que deben hacer sino lo que no deben hacer.

    La democracia desde la perspectiva neoliberal no acepta en consecuencia la tesis del liberalismo racionalista francs en virtud de la cual la mayora puede determinarlo todo, posicin susceptible de interpretaciones y desviaciones totalitaristas como de hecho ocurri en la historia. En palabras de Hayek: la democracia no es, por su propia naturaleza, un sistema de gobierno ilimitado. No se halla menos obligada que cualquier otro a instaurar medidas protectoras de la libertad individual.15

    En Popper la metodologa democrtica implica una cultura de libertad, la cual ha de irse desarrollando progresivamente en aquellos pases con tradiciones democrticas dbiles de forma tal de establecer bases slidas para su posterior consagracin.

    La democracia no es a la luz de lo anterior, para los autores neoliberales, una liturgia meramente procesalista que guarda las formas y las apariencias sin considerar los resultados derivados de su aplicacin. Esta no cumple su funcin si no protege a los individuos de los abusos del poder y no puede servir como puente para legitimarlos, caso en el cual se destruye la convivencia pacfi ca y se permite la expansin desme-dida del Estado confi nando a la sociedad civil a un rol secundario y sumiso. Por eso la preocupacin fundamental de la democracia no es la forma en que se obtiene el poder -concepcin predominante en Amrica Latina y tributaria del liberalismo ra-cionalista francs- sino la forma en que este se ejerce, pues no existe democracia sin contencin del poder y esto ltimo no es posible cuando ella es concebida como un fi n en s mismo.

    Ahora bien, uno de los lmites al ejercido del poder lo constituye el Estado de De-recho, el cual implica, seala Hayek, que el Estado se encuentra sometido a normas fi jas conocidas previamente en todas sus acciones, por lo que se puede prever con

    14 Jaraquemada Roblero Jorge, Los lmites a la democracia en el neoliberalismo: Los pensamientos de Hayek y Popper, en revista Poltica N22/23, Instituto de Ciencias Polticas Universidad de Chile, Santiago, Junio 1990.

    15 Hayek Friedrich, Los fundamentos de la libertad, Unin Editorial, Madrid 1978, Pg.146.

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    Axel Kaiser

    sufi ciente certidumbre cmo usar la autoridad en cada circunstancia los poderes coercitivos, lo cual permite disponer as de los propios asuntos sobre la base de ese conocimiento.16

    El Estado de Derecho es, por lo tanto, un lmite cierto a la discrecionalidad en el ejercicio del poder, que implica respetar el orden espontneo para permitir as el mximo ejercicio posible de la libertad personal, razn por la cual este no se traduce en mera legalidad sino en el respeto irrestricto de ciertos principios. Y entre los prin-cipios modeladores de un Estado de Derecho, nos recuerda Hayek, se encuentra el de irretroactividad de la ley, siendo sta a su vez cierta y conocida, aspecto que incide determinantemente en la seguridad institucional y al que el economista austriaco califi car como el factor que ms ha contribuido a la prosperidad de Occidente.17 Pero adems se encuentran principios como la igualdad ante la ley y la sujecin del poder poltico a la misma.

    El Estado de Derecho constituye as un presupuesto fundamental de la democracia en la medida en que garantiza la libertad individual limitando los abusos del poder.18

    En este punto se encuentra, sin duda, la principal explicacin de la fragilidad de las democracias en Amrica Latina. En nuestra regin no se respeta sufi cientemente el Es-tado de Derecho, el que suele entenderse torcidamente como una serie de formalismos sujetos a la voluntad de mayoras o grupos de presin circunstanciales. Ello produce, adems de un atentado directo a las libertades individuales, un efecto indirecto de consecuencias nefastas sobre las democracias, cual es la obstaculizacin del desarrollo econmico de la regin al establecer una situacin de incertidumbre permanente que no permite afi anzar dinmicas econmicas liberales que, como se ha dicho, son las nicas capaces de mejorar las condiciones de vida de la poblacin.

    Francis Fukuyama lo expresa de modo sinttico pero esclarecedor: Es muy comn en Amrica Latina que si a usted no le gustan las normas inconvenientes que se atraviesan en su camino, usted trata de cambiarlas y slo usa su poder arbitrario para componer la Corte Suprema o para deshacerse de ella completamente. Esta es quizs el rea de desarrollo institucional que ha quedado rezagada en Amrica Latina. Ha debilitado el crecimiento econmico, y sin crecimiento no hay soporte para la democracia.19

    16 Ibdem, pag. 286.17 Ibdem, pag. 290.18 No puede haber democracia sin Estado de Derecho, pero pueden existir mrgenes de respeto al Estado

    de Derecho sin democracia. Un ejemplo de lo anterior lo constituye el Chile del gobierno militar, que gracias al respeto del Estado de Derecho en diversos aspectos, logr consolidar un desarrollo econmico perdurable hasta hoy, el cual facilit la consolidacin posterior de un sistema democrtico estable.

    19 Entrevista a Francis Fukuyama, en Revista Perspectiva, N8, Santiago, 2005.

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    Algunas consideraciones en torno al neoliberalismo, al desarrollo econmico y la democracia

    Fukuyama menciona un aspecto de la mayor relevancia en el que vale la pena detenerse un momento: el desarrollo econmico. El nexo entre desarrollo econmico y demo-cracia fue planteado ya hace ms de treinta aos por Martin Lipset quien concluy, realizando estudios comparativos en pases de diversas regiones del mundo, que este legitima la democracia como sistema y aun ms, que en los lugares donde no la hay termina por instalarla. En pocas palabras siguiendo la tesis de Lipset- a mayor desa-rrollo econmico mayor consolidacin de la democracia.20

    Lo anterior se explica porque el enriquecimiento de la poblacin en su conjunto mo-difi ca las estructuras de clase, la cultura, la relacin entre individuos y entre stos y el Estado, el cual se ve desplazado a un segundo plano. Las democracias entonces, no son compatibles con grandes desigualdades como las que caracterizan el panorama social latinoamericano, derivadas a su tiempo de un desarrollo econmico no transversal y mediocre, todo lo cual explica la razn fundamental de la inestabilidad institucional y el caudillismo en America Latina. Lo cierto es que, como dice Huntington, las de-mocracias no dan paso a revoluciones y estas a su vez no dan paso a democracias.21

    La relacin entre desarrollo econmico, Estado de Derecho y democracia es entonces directa y se expresa en diversas dimensiones. Desde luego no resulta superfl uo pre-guntarse por el sentido de las libertades individuales cuando las condiciones objetivas de vida las hacen prcticamente inviables, como ocurre con quienes viven la miseria. Esta situacin cuestiona la legitimidad del sistema democrtico al encontrase mar-ginados de los benefi cios derivados de su aplicacin sectores sociales considerables, generando una crtica destructiva al sistema en su conjunto, caldo de cultivo ideal para el populismo y caudillismo.

    En Latinoamrica el planteamiento antiliberal en materia econmica -caracterstica congnita de gran parte del discurso poltico y que ha alimentado histricamente el surgimiento de movimientos populistas o polticos de raigambre ideolgica de izquierda- explica una parte fundamental del subdesarrollo regional. La imposicin de la retrica antiliberal ha generado, sobre todo en parte de las masas populares, una conciencia conceptual colectiva de rechazo al sistema de la libertad econmica facilitando as la peridica aparicin de caudillos con propuestas efectistas sensibles a las difi cultades del contexto socio-econmico de gran parte de la poblacin.

    El discurso antiliberal, sea de corte ideolgico o populista, opera desarrollando un masivo sentimiento de dependencia generando simultneamente una sensacin de irresponsabilidad en las masas populares por su propia situacin. De esta forma, se espera siempre del Estado la solucin integral a los problemas y no una funcin de garante del correcto y libre funcionamiento de la economa y actividad de los indivi-

    20 Diamond Larry, Reconsideracin entre el nexo desarrollo econmico y democracia, en revista Estudios Pblicos N 49, Santiago, 1993.

    21 Huntington Samuel, El sobrio signifi cado de la democracia, en revista Estudios Pblicos N33, San-tiago, 1989.

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    Axel Kaiser

    duos, lo cual deriva circularmente en la proliferacin de aquellos polticos o caudillos que prometen satisfacer demandas irrealizables. A ese respecto, un estudio realizado por la CNI (central de estudios a largo plazo de la CIA) sobre los pronsticos para las diversas regiones del mundo hacia el ao 2020, sostiene sobre Latinoamrica que esta se encontrar dividida internamente, jaqueada por la inefi ciencia de sus gobiernos, amenazada por la criminalidad, y sujeta al creciente peligro de que surjan nuevos lderes carismticos populistas, histricamente comunes en la regin, que explotaran a su benefi cio la preocupacin de la sociedad por la brecha entre ricos y pobres, para consolidar regmenes totalitarios.22

    En defi nitiva puede sostenerse que es porque no hay desarrollo econmico sostenido porque son frgiles las democracias latinoamericanas, y es porque no se respeta el Es-tado de Derecho, desconfi ndose de la libertad, la razn por la cual no hay desarrollo econmico.23 Todo ello genera un cuestionamiento permanente al sistema, afectando gravemente la base cultural sobre la cual reposa, permitiendo como consecuencia el surgimiento de discursos efectistas que con mayor o menor infl uencia ideolgica ofre-cen una solucin fi nal a los diversos problemas sociales, de los cuales se responsabiliza a la aplicacin del modelo neoliberal que en realidad jams ha logrado consolidarse.

    Amrica Latina se encuentra plagada de ejemplos de trasgresin a los principios fundamentales del Estado de Derecho. As por ejemplo, respecto a la independencia del poder judicial -garanta de libertad de todos los pueblos civilizados de la Tierra en palabras de Andrs Bello-, basta observar los casos de Ecuador con la destitucin de la totalidad de los integrantes de la Corte Suprema en 2004 y la pugna posterior por cuotas de poder entre los partidos polticos dentro de ella. Argentina, cuyo go-bierno desconoce fallos de tribunales internacionales como el CIADI, amenazando que utilizar tribunales locales para invalidarlos, como si estos fueran instrumentos al servicio del Ejecutivo. Otro buen ejemplo lo constituye Venezuela, con un poder judicial controlado directamente por el gobierno a tal nivel que Human Rights Watch lo ha denunciado internacionalmente.

    En cuanto al respeto por los derechos de propiedad, de los contratos y la existencia de certeza legal o institucional los ejemplos de trasgresin sobran: Bolivia con la dictacin de leyes tributarias con efecto retroactivo para empresas de hidrocarburos, la revocacin de contratos vlidamente otorgados a empresas extranjeras en 2005 y la nacionalizacin de los hidrocarburos en 2006. Argentina en forma similar, con la revisin unilateral de tarifas a empresas prestadoras de servicios pblicos, a lo que se suman la fi jacin de precios y prohibicin de exportacin de ciertos productos.

    22 Oppenheimer Andrs, Cuentos chinos, Sudamericana, Buenos Aires, 2005, pag. 9.23 Un informe de principios del 2006 de la Fundacin Heritage remarca la relacin entre libertad

    econmica e ingreso per cpita de los habitantes. De los diez pases con mayor libertad econmica, todos, a excepcin de Estonia, son desarrollados. Chile por su parte, y a pesar de su retroceso, se sita como el de mayor libertad en Amrica Latina, siendo tambin la nacin econmicamente ms prspera de la regin.

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    Algunas consideraciones en torno al neoliberalismo, al desarrollo econmico y la democracia

    Venezuela, con intervenciones y expropiaciones masivas sin indemnizacin, de em-presas y predios agrcolas, con efectos devastadores para la economa y el bienestar de la poblacin. Se agrega a esto la creacin de leyes tributarias con efectos retroactivos para las empresas petroleras, adems de una creciente intervencin del Estado en la economa, que ha llevado a Venezuela a caer entre los ltimos pases del mundo en el ranking de libertad econmica realizado por la Fundacin Heritage, ubicndose al nivel de pases como Irn y Cuba.

    Estos son slo algunos ejemplos de la relatividad actual del Estado de Derecho en Amrica Latina, lo cual genera, en algunos casos, el caos social y econmico y en otros, como Venezuela, abusos de poder con resultados fi nales aun ms desoladores. Todo lo anterior destruye la certeza legal e institucional y la imparcialidad de la ley a que se refi ere Hayek, conculcando fi nalmente las libertades individuales y deslegitimando el sistema democrtico frente a una poblacin que se ve marginada de sus benefi cios por la inexistencia de un desarrollo econmico sostenido.

    Pero hay todava otro factor relacionado que sin duda merece una mencin especial en el contexto del subdesarrollo econmico latinoamericano, el cual dice relacin con la informalidad en materia de propiedad intelectual, fi gura fundamental para la creacin de bienes con valor agregado y que explica la ventaja de los pases desarrollados.

    Segn un informe del PNUD de 2005, los recursos naturales de nuestro continente, lejos de contribuir, perjudican nuestro desarrollo econmico. El informe denomina a este fenmeno la maldicin de las materias primas, sosteniendo que es la incapacidad de crear bienes con valor agregado y la dependencia de los recursos naturales aquello que nos relega a la pobreza. Tal maldicin se explica en parte importante por la existencia de una arraigada mentalidad tanto a nivel poltico como popular, que ve el problema no en la generacin de riqueza la cual se entiende existente en los recursos naturales sino en la reparticin de la misma. Esto alimenta las propuestas populistas efectuadas para lograr el poder e incentiva posteriormente medidas de la misma naturaleza adoptadas desde el poder con fi nes electorales. Se verifi ca as un fenmeno histricamente pre-dominante en la regin, detectado por el informe, en que los recursos derivados de la exportacin de materias primas se despilfarran en polticas de reparto normalmente asociadas a su vez a gran corrupcin, desaprovechando la oportunidad de mejorar las condiciones productivas con perspectivas de mediano y largo plazo.

    El referido informe del PNUD en lo respectivo a la generacin de riqueza es plenamente compatible con los estudios realizados por Robert Solow, premio Nbel de Economa en 1987, quien estableci que el 50% del aumento del producto interno bruto per cpita en el perodo 1948 1969 en EEUU se explica por el desarrollo tecnolgico. Este ltimo a su vez, no es posible sin la existencia de un rgimen jurdico de pro-piedad intelectual slido que cree condiciones sufi cientes para asegurar la adecuada proteccin a las multimillonarias inversiones realizadas en esta rea.

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    Axel Kaiser

    En Latinoamrica la realidad contrasta radicalmente con el caso norteamericano, pues en general no existen sistemas jurdicos adecuados de proteccin a la propiedad intelectual, e incluso se realizan desde los gobiernos cerradas defensas de la informa-lidad, la que ya el ao 1986 cost slo a EE.UU. ms de 61 mil millones de dlares en prdidas.

    La consolidacin de un sistema de propiedad intelectual, logrando incentivar in-versiones en esa rea, es en consecuencia un paso necesario para lograr el desarrollo econmico, de lo contrario ser necesario esperar hasta el ao 2177 para quizs ex-hibir niveles de bienestar similares a los que presenta EE.UU. en la actualidad, como concluye el mismo informe.

    Ahora bien, desde luego la sola existencia de leyes completas y sufi cientes para la re-gulacin de esta materia, como de cualquier otra, carece de utilidad si no se encuentra respaldada por un diseo y operatividad institucional que garantice una aplicacin efi ciente de las mismas as como un efectivo respeto por los contratos celebrados en tal contexto.

    Nuevamente entonces el tema de la estabilidad institucional asociada a la fragilidad democrtica y el Estado de Derecho cobra relevancia, siendo estas condiciones anterio-res a la dictacin de normativas que por s solas no corrigen las defi ciencias sistmicas y aun ms, contribuyen al desprestigio del sistema en su conjunto al demostrar la inefi ciencia de los gobiernos en lograr su aplicacin efectiva.

    Finalmente, resulta apropiado referirse a aquella idea de Huntington conforme a la cual las democracias no son compatibles con intervencionismos extremos del Estado en la economa, pues los costos de dejar el poder bajo tales condiciones son demasiado altos en la medida en que el gobierno, al relegar a la sociedad a un segundo plano de espectador sumiso, se convierte en la fuente no slo del poder sino tambin de la riqueza, del reconocimiento y de una serie de privilegios que convierten su manten-cin en un juego de todo o nada.24 Ello deriva en la bsqueda de frmulas cada vez menos democrticas para mantenerse en el poder, las cuales implican la exclusin o eliminacin -por lo menos poltica- de los opositores.

    La propiedad privada y la economa de mercado constituyen en este sentido un lmite a las pretensiones de poder ilimitado, pues permite a la sociedad civil fi gurar como referente en el diseo y determinacin de polticas pblicas representando al mismo tiempo la fuente principal de la riqueza, de privilegios y reconocimiento. Paralelamente, una sociedad civil con poder econmico goza de una mayor capacidad organizativa, encontrndose dotada adems de mayores herramientas para desempear un rol efectivo de fi scalizacin al poder poltico. Esto explica, me parece, por qu ciertos gobernantes atacan la propiedad privada como una primera etapa en la realizacin de

    24 Huntington Samuel, op, cit.

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    Algunas consideraciones en torno al neoliberalismo, al desarrollo econmico y la democracia

    proyectos de concentracin de poder cuyo resultado ms probable es la consolidacin de regmenes autocrticos.

    El caso paradigmtico de Venezuela

    Si bien es cierto en casi todos los pases latinoamericanos en general se verifi can constantes como la trasgresin a los principios formativos del Estado de Derecho, la dependencia de materias primas, regmenes de propiedad intelectual dbiles, una con-cepcin procesalista de la democracia, antiliberalismo econmico y la presencia latente de discursos de corte populista, sin duda el mejor ejemplo de los efectos perversos de la combinacin de estos factores lo constituye la Venezuela actual. El pas caribeo representa la ms clara expresin de un sistema en que la operatividad meramente funcional de la democracia ha permitido la consolidacin progresiva de un rgimen autocrtico por la va de la desestructuracin del Estado de Derecho, asociada a las polticas populistas de reparto y a la intromisin indiscriminada del Estado en la economa. Por ello resulta interesante realizar un somero repaso de algunos hitos que marcaron la forma en que se fue gestando el gobierno del presidente Hugo Chvez.

    Luego de una legtima victoria en la eleccin presidencial de 1998 Hugo Chvez -quien haba estado dos aos en prisin luego de fracasar en una intentona golpista en 1992 contra un rgimen democrticamente electo- asumi el poder en 1999 declarando explcitamente su intencin de crear una nueva Constitucin. En ella habra de realizarse la refundacin de la Repblica de Venezuela. El proceso para dictar la nueva Constitucin se limit, ignorando el procedimiento establecido en la de 1961, a realizar un referndum de aprobacin para luego establecer una asamblea constituyente. En la eleccin para delegados de la asamblea el ofi cialismo obtuvo el 42% de los votos contra un 38% de la oposicin, pero logr inexplicablemente el 93% de los escaos.

    Constituida la asamblea sta procedi a reemplazar a todos los miembros de la Corte Suprema Venezolana para integrarla con partidarios del rgimen. (En virtud de ello Human Rights Watch ha denunciado que no existe garanta de respeto a los derechos humanos en Venezuela debido al control que mantiene el rgimen de Chvez sobre el poder judicial).

    Finalmente y siguiendo con el proceso de gestacin constitucional, en 1999 la nueva Constitucin fue sometida a referndum, siendo aprobada con un 30% de los votos del total del electorado.

    Lo anterior abri las puertas a la intervencin indiscriminada del Estado en la economa, lo cual se tradujo en un hostigamiento permanente a los empresarios e inversionistas y en la expropiacin de tierras sin indemnizacin bajo el argumento de la subexplotacin. Esta ltima poltica se encuentra amparada directamente en el artculo 307 de la nueva Constitucin venezolana, el que declara al rgimen latifun-

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    Axel Kaiser

    dista como contrario al inters social, dotando as de rango constitucional a uno de los argumentos ms recurrentes en el discurso del presidente Chvez: que la propiedad privada sobre la tierra es una de las causas fundamentales de las desigualdades en la sociedad venezolana.

    Los resultados de la campaa intervencionista del gobierno del presidente Chvez son elocuentes: a pesar de un incremento sin precedentes en el precio del petrleo de 9 dlares por barril cuando asumi en 1999, a 45 dlares el 2004 y 75 dlares el 2006, el pas se empobreci como pocas veces en su historia. Ms de 7 mil fbricas productivas cerraron. La fuga de capitales ascendi a ms de 36 mil millones de d-lares y la contraccin de la economa alcanzaba el 20% hacia el 2004. A esto se suma un aumento de 15% a 18% en el desempleo urbano y un incremento en ms de dos millones y medio en el nmero de personas pobres en el mismo perodo.25

    En cuanto al polmico referndum revocatorio de 2004, anlisis estadsticos indepen-dientes de investigadores del MIT y la universidad de Harvard en agosto del mismo ao concluyeron que haba existido fraude -aunque sin especifi car las dimensiones del mismo-, conclusiones rechazadas por la OEA que en su momento aval el resultado.

    Esto explica el que la oposicin no haya presentado candidatos a las ltimas elecciones parlamentarias realizadas en 2005, evitando legitimar as con su participacin una eleccin que se anticipaba viciada, con lo cual el gobierno logr el control total del legislativo.

    La concentracin del poder en Venezuela se ha logrado entonces guardando las aparien-cias formales, lo que ha provisto al rgimen de Chvez de un alto grado de legitimidad internacional bajo al argumento de ser un gobierno democrtico. desviando de paso la atencin sobre la forma en que el gobierno ha ejercido el poder, el que ha restringido sistemticamente los espacios de libertad del pueblo venezolano.

    A modo de conclusin

    La fragilidad de las democracias latinoamericanas reconoce como una de sus causas fundamentales el escaso desarrollo econmico, el cual se deriva a su vez de la trasgresin sistemtica de los principios fundamentales que confi guran un Estado de Derecho.

    Producto de lo anterior ha sido imposible lograr una legitimacin a nivel popular del sistema econmico liberal, nico capaz de enriquecer transversalmente a las so-ciedades, desfi gurando de paso la esencia de lo que implica un sistema democrtico desde el punto de vista del ejercicio del poder, todo lo cual ha contribuido a generar un ambiente ptimo para el surgimiento de movimientos populistas que plantean la intervencin estatal y el reparto como la solucin a los problemas sociales.

    25 Oppenheimer Andrs, op. cit., pg. 236.

  • 147ENFOQUES

    Algunas consideraciones en torno al neoliberalismo, al desarrollo econmico y la democracia

    A la luz de lo anterior, es posible sostener que Amrica Latina no se aproximar al desarrollo mientras no logre asentar una conciencia colectiva de aceptacin del sistema de la libertad econmica y en consecuencia no respete los principios que confi guran el Estado de Derecho. En la medida en que no cambie esa realidad el continente continuar bajo el efecto de la denominada maldicin de las materias primas, sin posibilidades reales de lograr un desarrollo transversal y sostenido, el cual es viable nicamente bajo condiciones de seguridad jurdica que permitan la creacin de bienes con valor agregado y la armnica operatividad del mercado en general.

    Las democracias latinoamericanas se vern entonces constantemente expuestas a la arremetida de lderes con pretensiones de poder hegemnico y a una permanente inestabilidad institucional, todo lo cual derivar en una mayor confl ictividad y des-composicin social como se advierte con la mayor claridad en el caso de la Venezuela del Presidente Chvez.

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