el portal de botoneros
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El Portal de Botoneros
1. A modo de introducción
El Portal de Botoneros está ubicado en la primera cuadra del actual Jirón Huallaga al lado sur de
la Plaza Mayor, dicho portal desde su fundación hasta la actualidad se ha caracterizado por
albergar a todo tipo de comerciantes.
A continuación vamos a identificar los cambios que ha experimentado su fachada a lo largo de
tiempo (desde el siglo XVII hasta la actualidad) con la finalidad de establecer etapas que puedan
ser sustentadas en base a hechos históricos. Luego, haremos al análisis arquitectónico de las
fachadas, explicando el diseño y composición general de cada etapa determinada.
2. Marco teórico
Siglo VII (Virreinato)
Al comienzo Plaza mayor era un gran espacio abierto y sin equipamiento urbano, solo tenía en el
centro la picota que había sido clavada por el fundador pero luego se instaló una pila en el centro
de la plaza para que abasteciera de agua a la población y al mismo tiempo el virrey ordenó
construir a lo largo del frente la plaza unos portales con arquerías de ladrillos soportados por
pilares, el objetivo principal era facilitar el tránsito de las personas alrededor este espacio público;
Lo que impulsó a que el lugar tuviera una gran demanda comercial.
Con el tiempo plaza mayor se convirtió el en escenario principal de celebraciones; entre las
festividades laicas más importantes estaba el recibimiento a los virreyes, la bienvenida a los
arzobispos, la celebración por el nacimiento de infantes y príncipes (más aún si eran futuros
herederos del trono), etc. Además Lima al igual que otras ciudades hispánicas tenía un complejo
calendario litúrgico y la plaza mayor de los reyes también fue escenario de dichas demostraciones
de fe, estas celebraciones eran seguidas de procesiones que transitaban por las calles de la
ciudad, también se celebraban beatificaciones, canonizaciones de santos o por ejemplo los “autos
de fe” en los cuales la plaza quedaba convertida en un imponente teatro, todo esto sumado a las
fiestas populares como corridas de toros, celebraciones teatrales, juegos de cañas, cabalgatas de
caballeros, expendios de comidas, entre otras.
Otra de las funciones de la plaza era que el mercado ocupaba más de la cuarta parte de la plaza y
tenía el apelativo de “tiánguez”¹ esto produjo un desorden inminente en la plaza y en los
tenderetes instalados en los Portales de Botoneros (lado Sur) y Escribanos (lado Oeste), los
cuales contaban con mesas y bancos que obstaculizaban el tránsito.
¹El apelativo de “tianguez” tiene origen en la palabra nahualt tianquiztli, que significaba mercado ferial fue traída al Perú por los conquistadores españoles
En 1613 a estos portales se les llamaba: “Calle y Portal de los Sombrereros.” Ya que las casas de
este portal eran tiendas de sombrereros, sederos, pasamaneros y gorreros. En 1622 se
continuaba llamando de Sombrereros a éste portal. Así se le nomina en una relación de las fiestas
que se celebraron en la ciudad con motivo de la canonización de San Ignacio de Loyola y de San
Francisco Javier: “Salió (la procesión) del templo de la Compañía de Jesús, bajó hacia San
Agustín, dobló por Mercaderes, salió a la Plaza y fue por junto a los Portales de los Sombrereros
para entrar por una de las puertas principales de la Catedral”.
Los portales levantaron en la época del Virrey don Francisco de Toledo y se renovaron durante el
mando del Virrey Conde de la Monclova.
-
Posteriormente se llamó Portal de los Sederos y Portal de los Gorreros, según que predominaron
en sus establecimientos esos oficios. Finalmente se denominó Portal de Botoneros por los
fabricantes y vendedores de botones, o pasamaneros, allí instalados.
Los sombrereros, sederos y gorreros componían gremios distintos, aunque afines en sus
actividades. De las ordenanzas de los sombrereros se ha hablado ya. La de los sederos datan del
año 1608 y establecían que el sedero debía saber confeccionar un sombrero de seda para dama,
un sombrero plegado de arriba abajo hasta la falda, un sombrero pespuntado, un bolso con cairel
y guarniciones, un ramo de cordón de dalmática con sus anillos, borlas y redecillas, preparar un
sombrero de clérigo y hacer cordones de seda.
El primer mandatario del Perú que dispuso que se construyesen portales en la Plaza Mayor de la
ciudad fue el Conde de Nieva; pero fue bajo el gobierno del Virrey Toledo que ellos se llevaron a
ejecución. Para el acometimiento de la obra se obligó a los propietarios de inmuebles de dos de
las calles de la Plaza Mayor a construir por su cuenta los portales, recibiendo en compensación la
propiedad de sus aires o de la parte alta de los portales, ya que éstos se alzarían sobre terrenos
correspondientes a la plaza pública. El suelo de los portales quedó de propiedad del Cabildo, del
que obtendría renta con las mesas de venta de mercaderías que se colocarían en los arcos de los
mismos portales. En cumplimiento de lo dispuesto, el Ayuntamiento levantó arquerías en el área
fronteriza de su edificio y en la correspondiente a la capilla de la cárcel municipal. A continuación
los particulares dueños de inmuebles fueron levantando lo que les tocaba en la formación de los
portales. Es de advertir que en las ordenanzas de poblaciones dictadas para América por el Rey
Felipe II, se determinó que de la plaza de las ciudades debían salir cuatro calles principales con
sus respectivos portales para comodidad de los vecinos, ello es para resguardarlos de los rigores
del sol en el verano y de la lluvia en el invierno.
El terremoto habido en la ciudad en 1687 arruinó los portales ya nombrados de Escribanos y de
Mercaderes (éste, después, de Botoneros), así como los edificios que sobre ellos estaban. En
1690 se vio en el Cabildo un memorial que el Procurador Mayor de la ciudad D. Jerónimo de los
Reyes y Pimentel presentó al Virrey Conde de la Monclava.
Decía en él que con el temblor se arruinaron todos los portales de la Plaza Mayor y los edificios
que sobre ellos estaban labrados, y que aunque habían pasado tres años, no se había modificado
esa situación, de que se seguía la deformidad del aspecto público en la parte más principal de la
ciudad, ocasionándose este perjuicio en la omisión y negligencia de los dueños de las casas de la
plaza, quienes tenían obligación de fabricar los portales por gozar de los edificios de la superficie.
Solicitaba el procurador que el virrey dispusiese que el Cabildo hiciese planta o plano que
determinase la forma que se había de observar en la labor de los portales, continuando los que se
habían mantenido delante de las casas del
Ayuntamiento, cuya fábrica había mostrado ser la más permanente. Que se tasase el costo que
podrían tener las obras por el maestro mayor de fábricas y que se sacase la obra a remate, y,
hecho esto, se prorratease el costo para distribuirle entre los dueños de las casa, según la latitud
de cada una. El Virrey Conde de la Monclava proveyó que el Cabildo procediese a efectuar las
diligencias que pedía el procurador. El Ayuntamiento mandó que el Maestro Mayor de Fábricas
Fray Diego Maroto hiciese la planta y declarase el costo de laobra. Verificado el remate, los
portales fueron levantados nuevamente en las dos calles, occidental y sur de la Plaza Mayor.
Los portales de piedra construidos en tiempo del Conde de la Monclava subsistieron hasta el año
1943, en que, con motivo de la edificación del nuevo edificio del Palacio Municipal, fueron
reemplazados por otros, ya no de piedra, cuyo costo hubiera sido ingente.
-Portales con muros de piedra y arquería de ladrillo, grandes ventanas y balcones.
-Tiendas de diferentes oficios mayor parte sombrereros, sederos, mercaderes y gorreros, calle
está partida por en medio por una vía angosta que la llamaremos el callejón (callejón de
petateros).
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Historia
Figura1: Lima, 1843. Plaza Mayor. Esquina donde
Confluyen los portales de Escribanos con
Botoneros; detallado óleo de Juan Mauricio
Rugendas (1802 – 1858)
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