año xv. núm .17. madrid, 15 de junio de...

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» I Yà AMERICANA tóM4¡MA»W majMAJ um r u n ' U I OS 1 » E S I J S C U I C I O N . AÑO XV.-N Ú M . XVII. l’ K 1 K C I d S D E S C S I ' : U I C I O N AÑO. SKMKKtHR. TIUM K .s n iK . i.iiiT o i', H im c ro i!, u . ABELA II DO DE CARLOS. À$<>, HEM KST ME. T ttlM KATHE. Mn« 1ti't .................. l'rovinriH H . . SO pMBPtlW. :c> .> ir, iicMi tii» Í) |ii'w !tafl. j I h I III u I ru lm y |'u«*rto-|l H illp ltiftp y A n id ri Irò ... !» | m ? 8 ub ffl. rns .... I¿ « * peso« fa. 7 v 1 3 peso» la. 4 »» P ortugal .... 7 .fi 20 rem . 3 . 8 ÍK ) r e i» . 2 . KìU re in . M a d r i d , 15 ile .lim iti ile 1871 . K x irim jm i ............................................. 1« francos. 22 franco». 12 franco». MAD IUD .— INAlülKAClOS L’E I a Trauma ; LLEGALA I)t LO» COCHE» A 'A ESTACION LEL I'AHMO le » alamanca (|)ég.

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I

YàAMERICANA

tóM4¡MA»WmajMAJum

r u n ' U I OS 1 » E S I J S C U I C I O N . A Ñ O X V . - N Ú M . X V I I . l ’ K 1K C I d S D E S C S I ' : U I C I O N

AÑO. S K M K K t H R . T I U M K . s n i K . i . i i i T o i ' , H i m c r o i ! , u . ABELA II DO DE CARLOS. À $ < > , HEM KST ME. T t t l M K A T H E .

M n « 1 t i ' t ..................l ' r o v i n r i H H . .

S O p M B P t l W .:c > .>

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I r u l m y | ' u « * r t o - | lH i l l p l t i f t p y A n i d r i

I r ò . . . !» | m ? 8 u b f f l . r n s . . . . I ¿ «

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P o r t u g a l . . . . 7 . f i 2 0 r e m . 3 . 8 Í K ) r e i » . 2 . K ì U r e i n . M a d r i d , 1 5 i l e . lim it i i l e 1 8 7 1 . K x i r i m j m i ............................................. 1« f r a n c o s . 2 2 f r a n c o » . 1 2 f r a n c o » .

MADIUD.—INAlülKAClOS L’E I a Tr au m a ; LLEGALA I)t LO» COCHE» A 'A ESTACION LEL I'AHMO le » alamanca (|)ég.

282 N.° XVIIL A I L U S T R A C I O N E S P A Ñ O L A Y A M E R I C A N A .

S U M A R I O .T exto —11« vista general, por ol mar«|u«'-s «Ip V¡iIIo-.\I«,.:i «-. — T. rn o

Madrid.—s-ucesos de 1’a rK —L i ial'st < <IM It iyii Sm-«-- • <«i. Ma«li i liist-in». arqueología, por el conde «íe K.iPr.npier.—I.-- n i iront «r-- «!*■ I.t C 'o i i i i i i m r . — Madrid: la lál.rii-a de lapices.—Kl l 'r. II. .!'••• de 1.« t:i- meudi.—Libros nuevos, por I*. Knnlin llneliu.— It.-pi. i<«n |ob- tipogr ilica de la primera edición de E l «»e/.'«/«" /»»./.i ’• /• < I m u rn«i/..-tr i/i ' lii M m ir ln i— l.es liiii«*!|iétam'H.— t.e-¿iniiilires en lianas.— l ’reia*nación y saqueo d«' la iglesia de S in Kelip1*-.—llaiios «Je • ¿irlos 111.

< ¡H a ti a luis. Trato vía do Madrid : llegada do les .....bo- ¡ la . -me ion.—l’nris: capilla espinlona »!«■ l.nis \ VI —lian o nda rn la «ótiglinne.— l’ rnfariaoinii y saipioo de la ¡glo-ia 1«- San I-e,i|.e —t¿i-n- paln< ie do Mr. Tlii***’- : ,i--(ii et.. antign.. i estado »idn.il.—K o- id." ■!«• una barrienda.—Nuevo lolrales do indiv-iibios do la (..iii«iiii'ie — Lt tneinligo ciego, por <lrl«'go.— Historia natural: lii[iopúlaines.—lletralo del IIr. I.«'lamondi.—Mndn (I«1 viajar per «'I iiilt'i i«ir do la i-la i.. >¡uba. — Ki prodnri'ion fotii-li|Nigr¡it¡ea «!•• la página primera<!«• E l —Ajedrez.—i ’ans- incendio y desplome del nmii-leim d« lljiíionda.— Ti ilio: vista de los batios de Cirios III.

REVISTA GENERAL.Madrid 12 de Jimio de 1871.

La situación do la infeliz Francia lia adelantado muy (toco desde nuestra anterior Revista.—Cierto es que desaparecen los sangrientos vestigios de la última horrible lucha; que «•! órdon se afirma; que la tran­quilidad se restablece; que el gobierno adquiere fuerza y vigor... Pero son toda« estas ventajas de presente, y nn prendas seguras para el porvenir, que signo oscu­ro, amenazador, sombrío.Después de la entrada de las tropas en l'aris, no

se ha dado ningún paso decisivo cu la senda que Mr. Tltiers se proponga seguir. De las tres soluciones posibles,—la república, el impelió, y la monarquía de la casa de Rorhon,—la primera es la que ofrece más probabilidades de subsistir por ahora.Ks lo que llaman nuestros vecinos mi i>is allrr, y

simboliza el temor—¿por qué no el peligro? tle querer fundar algo definitivo.Mr. Tltiers, dueño y árbitro absoluto boy dia de los

destinos de su patria, recela adoptar una resoltn-jon que produzca mayores males que los que pretende evitar.Nunca lia sido el delecto tle su carácter la timidez

ni la indecisión; pero son las circunstancias tan graves, tan difíciles, tan excepcionales actualmente, que no nos causa sorpresa ni maravilla verle vacilar Antes de inclinarse á un partido cualquiera. Además, el eminente orador es casi octogenario; y á esa edad es imposible tener el valor,y la energía «le otra inénos avanzada.

lié aqui lo único que ha hecho desde el 2 del cor­riente , fecha «le la Crónica anterior.—Conociendo que para corresponder á lo« deseos de la mayoría «le la Asamblea necesitaba reformar su ministerio, lia hecho en él una modificación poco radical, que no sa­tisfará á ninguno, y que disgustará á lodos.El general Lefio, ministro de la Guerra, ha sitio

sustituido con él general Cissey, que lomó una parte activa en la ocupaeion militar tle París: en reemplazo de Mr. Pican!, ministro del Interior, se nombra á Mr. Lambrecbt, uno de los favoritos del autor déla llixloria de la rerolueion /»Ttncc.su; Mr. Víctor Lo- franc sucede á aquél en la cartera de Obras públicas que tenia á su cargo; y en fin. Mr. León Say ocupa el puesto tle prefecto de París, donde con escándalo ge­neral se veia aún á Mr. .tules Ferry.Pero permanecen en el gabinete MM. Favre y Si­

món, en departamentos tan importantes como Nego­cios extranjero.« y Cultos, ó sea Estado y Gracia y Jus­ticia; al anciano Lelló se le envía á Rusia de embaja­dor, y á Picanl «le gobernador al Raneo.Todo eso indica que Thiers quiere contar con el

■elemento republicano. y que no se separará por ahora •de lo« que le han auxiliado en la tremenda ludia «os- «tenida con la Commnne.

• •

Impulsado empero por la mayoría «1«? la Cámara, •que e< no sólo monárquica, sino legitimi-ta, se lia visto en la necesidad de acceder á que se abroguen las le­ves de destierro de los príncipes de Borhon y de < b - leans, habiéndose tomado semejante determinación por 48*» votos contra 103; siendo también admitidos «Diputados el duque de Anuíale y el principe de Join- ville por -Vi8 contra 113.—Poco después, los dos augustos hermanos presentaban la renuncia de sus respectivos cargos.¿Será esto, según muchas personas suponen, indi­

cio de que existe algún plan secreto entre Mr. Thier«.

la mayoría y l<>« principe«? ¿Es positiva, segura, in­dudable la fu-i»*n entre las «los ramas de la casa de Borhon?—Nada es posible afirmar; y lodo, sin em­bargo. es licito sospecharlo.El duque de Anuíale y el principe tle .humille re­

siden liá tiempo en «u pnis natal, aunque sin hacer alarde de su presencia; el resto de su familia no lar­dará tampoco en tornar á él; v se asegura que el conde de Chainbnrd vendrá á habitar la Ttirena, Insta tanto que su« compatriotas ciñan á sus sienes la co­rona régia de sus antepasados.¿Que hacen entre tanto los imperialistas? ¿Qué el

desterrado de Gbi-leburst, qué su ilustre y simpática compañera, qué, en lin.su primo Jerónimo Napoleón?

I odos hemos leido en los periódicos la ardiente y agresiva comunicación tle éste, destinada no tanto á atacará Mr. Julio Eavre, como á llamar la atención del país sobre la actitud tle los bono parí islas.Silenciosos, mudos ellos, cualquiera hubiera po­

dido creer que renunciaban á sus pretensiones ó á sus derechos al trono : levantando la voz altiva y enér­gicamente. revelan que mantienen las unas y los otro« y que están decidido« á no abandonar la partida hasta perder la última esperanza.El 2 tle Julio próximo es el tli.i señalado para que

el sufragio universal designe los que lian de ocupar má« de cien asientos vacantes en I i Asamblea por dobles ó múltiples elecciones, por defunciones y por diver-s is i ai»;a«.Ibies Ilien , el príncipe Jerónimo Napoleón y otros

personajes importantes de su partido si* presentan can­didatos á la diputación; si son elegidos, esto indicará que la I rancia no lia variado en sus antiguas simpa­tías, formuladas en el plebiscito deRde Mayode IS70; si por el contrario rechaza á los deudos y amigos «leí emperador, no podrá tener le sirio eo oo movimiento militar, segunda edición del golpe de Estado de 2 de Diciembre, lo cual no lo creemos fácil ni hacedero.Quizás lo seria si se encontrara al frente del ejér­

cito otro hombre que el mariscal Mac-Malion. Por carácter v por temperamento, el vencido de Woerth no es osado ni emprendedor; y hay un rasgo suyo re­ciente tpie le pinta de nn modo admirable y gráfico.

El emperador, que hacia grande aprecio de él, quiso nombrarle general en jefe al principio de la guerra que tan cara ha colado á la Francia; pero Mac-Mabon rehusó respetuosamente semejante honra.—; Yo no sé más que obedecer! — dijo con tanta re­

solución como modestia.

• •El corolario de lo que liemos expuesto corresponde

de lodo punto á las premisas que establecimos al co­menzar: no es posible prever los acontecimientos su­cesivos en la que boy es todavía república; no es po­sible adivinar la solución más ó menos próxima de sus conflictos y »le sus dificultades.Preténdese que Mr. Thiers, en su odio á los liona-

parte, se propone someter ;i la Asamblea una ley de proscripción y destierro contra los individuos de esta familia; pero no lo consideramos lógico ni prudente. El ilustre historiador trabajará cuanto pueda por los principios ó por las personas que merezcan sus sim­patía«: pero en su difícil y espinosa posición se verá obligado á no adoptar medidas violentas que podrían perjudicar más bien que favorecer sus intereses ó sus predilecciones.

• •

Lno de nuestros compatriotas, el distinguido poeta don José Heriberto García de Quevedo, ha sido vic­tima inocente de los bandidos que durante dos meses lian sembrado la muerte y el terror en París.Llegó á Versa lies, procedente de Ginebra, en los últi­

mos dias de la dominación comunista; y á pesar de los consejos y súplicas de sus amigos. se empeñó en pe­netrar en aquella capital. Iba, según parece, á comu­nicar a’gunas órdenes al señor Cassani. encargado de la guardia y custodia del palacio Basilewskv; y á pesar de su actitu I pacifica é inofensiva, le lucieron fuego desde una barricada inmediata, causándole una he­rida gravísima en la mano izquierda.

Todo indicaba, sin embargo, que al fin se sal varia la villa del noble y caballeresco escritor, cuando pre- sentósele una deesas calenturas purulentas, tan co­munes donde existe una atmósfera viciada é impura, y en breves horas puso término á sus dias.García de Quevedo, que apenas había cumplido

cincuenta años, era muy estimado generalmente, no sólo por su talento, sino por sus cualidades »le hon­radez é integridad. Dolado de un carácter ardiente é impetuoso, no ocultaba sus predilecciones ni sus an­tipatías, »pío en más de una ocasión le. hahinn llevado al campo del honor. No era, pues, él hombre de la época actual, dúctil, flexible, acomodaticio, sino una naturaleza varonil y enérgica, que no se plegaba nunca á las necesidades del momento, sitio que les hacia frente con arrojo y valor. Su divisa pudiera ser la que uno de los campeones tle la Edad media sim­bolizaba en su escudo con una maciza barra de hierro, y osla expresiva inscripción- «.líe rompo, pero no me doblo. <>¿Qué mejor oración fúnebre puedo hacerse de un

hombro que semejante inllexihilidad en un siglo de abdicaciones y tic apostaseis?

¡ I risle , doloroso contraste!Mientras París llora á sus muertos ó cura á sus llo­

ridos , Herliii y Londres viven entre la alegiíaylos placeres.

En la primera tle las dos capitales, se verificará e) mismo dia en que \enii la luz e«las lineas los festejos dispuestos en honor de los soldados prusianos vence­dores en la última guerra.Los diarios y las cartas de IVusia no hablan sino

de los preparativos que se hacen para aquella solem­nidad nacional. Las calles están engalanadas con los trofeos de la victoria : los cañones y las ametralladoras cogidas á lo« franceses su ostentan orgullosaincnte en las plazas y paseos: lis banderas apresadas al enemi­go ondean en la« fachadas de lo« edificios públicos.

Y por todas parles festones, guirnaldas, aclamacio­nes, cantes de júbilo: por todas partes la expansión atronadora y unánime de la alegría popular; por todas partes las manifestaciones ardientes de cariño v res­peto al monarca grande y venturoso que ha llevado á cabo la obra inmensa de la unificación de la Alema­nia y Ja derrota de la Francia.Pronto el telégrafo, pronto los periódicos traerán la

descripción do los actos y ceremonias con que se ha celebrado esa fiesta brillante y magnifica: y en el nú­mero próximo nos será posible dar á los lectores una ligera é imperfecta idea del cuadro que lia ofrecido Rerlin el lo tle Junio y los dias siguientes.Al misino tiempo. Londres se baila en el periodo

mas agitado y bullicioso de lo que allí se llama la SíTísvm (la estación ; es decir, la época de sus festi­nes, tle sus saraos, de sus diversiones; en una pala­bra . el verdadero carnaval londonense.Principia con la Pascua de Resurrección , v se pro­

longa por los meses tle Abril á Julio. — Durante ella están abiertos el Parlamento y los salones; durante ella se tlan grandes bailes, no sólo en el palacio de S. M., sino en los de la aristocracia británica . la más rica y poderosa del mundo: durante ella,en fin, se ve­rifican las carreras de caballos, las representaciones en los teatros italiano y francés, habiendo también otros espectáculos no ménos dignos de admiración.La desgracia de l’aris ha aprovechado ahora á su

rival la ciudad del Támesis : los innumerables extran­jeros que otras veces pasaban allá la primavera . los ingleses que acudían á presenciar los Steeplc-cha**e del Bois de Boulogne, de la Marche y de Chantillv. se han quedado este año en Londres.De modo que nadie recuerda una season tan bri­

llante ni tan animada como la actual; contribuvendo asimismo á tal resultado la emigración francesa, que es áun considerable, la exposición internacional, y varias cansa« que con éstas so relacionan.En lo« tío« teatros de ópera italiana cantan los pri­

mero« artistas do Europa: la Palli, la Lucca, la T¡- tiens. la Trebelli, la Marimon; Mario. Beltini, Gra-

i ziani, Faure, etc.I

L A I L U S T R A C I O N E S P A Ñ O L A Y A M E R I C A N A .N.° XVII m

Depilamos lo que dijimos arriba : ¡Qué triste, qué doloroso contraste!

Pió IN diú orden para que no se celebrasen en lio­rna la procesión ni las festividades del Corpus; y cree­mos que tampoco se solemnizará allí el ‘2.“)." aniversa­rio de su elevación al solio pontificio.Kn cambio, todas las naciones católicas se aprestan

á conmemorarlo dignamente. — Kn Madrid las princi­pales familias de la aristocracia hacen preparativos para adornar con coleaduras sus palacios por el dia, é iluminar sus fachadas la noche del IX do .Ionio; en los templos habrá también magnificas funciones; mien­tras las cofradías piadosas repartirán limosnas abun­dantes á los enfermos y mono: torosos, como homena­je el más grato á Dios y al Papa en semejante fecha.Es realmente consolador ver cuál renace y se fortifica

cu nuestro pueblo el espirito religioso, algo decaído v entibiado por sucesos que no necesitarnos recordar.Ituena prueba de ello es lo ocurrido en la precesión

del Corpus. — K1 Ayuntamiento de Madrid, escaso, ó mejor dicho, exhausto de recursos, resolvió que uo saliera; pero noticiosa del acuerdo la reina doña Maria Victoria, dispuso satisfacer todos los gastos de su bol­sillo particular. y se realizó con la mayor solemnidad dicho acto.En las calles de la carrera, que fueron las do ros-

luinhi'e, había una concurrencia inmensa, formada por todas las clases de la sociedad los halcones se ha­llaban también llenos de gente, y en los de la Gasa (.oilsislorial se ve i a á la esposa de Amadeo I, quien al pasar el palio lanzó sobre él, y ron su propia mano, cinco preciosos ramos de llores.

\ la procesión asistió también el rey . acompañado de la mayor parte de los ministros, de bis presidentes de los C.nerpos eolegisladores, de las autoridades ci­viles y militares de Madrid, y de senadores, dipu­tados v altos funcionarios del Estado.•iEste es el suceso más importante ocurrido desde la

Devista anterior; pues la política, por causa quizás del calor,—que no ha llegado todavía,—dormita tran­quila y plácidamente.I.a alta Cámara ha discutido un nuevo reglamento,

más severo v restrictivo que los que la habían regido hasta aquí; y el Congreso se halla muy ocupado en contestar al discurso que le dirigió el monarca al in­augurar la legislatura el 3 de Abril último.Es decir, que cuando llegue á los oidos de S. M. la

respuesta de los representantes del país, habrán tras­currido próximamente tres meses!Como cuestión de oportunidad y de cortesía , nos

parece que el sistema está pidiendo una reforma ra­dical.Mil veces mejor es el observado en Inglaterra, don­

de el mismo dia , esto es, la misma noche de la aper­tura,—porque sabido es que las sesiones son allí noc­turnas,— se presenta, discute y aprueba en cada Cá­mara la contestación al discurso de la Corona.—Esto es lo lógico, lo natural y lo decoroso.S¡ se quiere un exátnen general y profundo de la

política y de los actos del ministerio, no faltan nunca medios de provocarlo y conseguirlo; pero de todas maneras, se debe evitar la desatención de dejar sin respuesta las palabras del sol »era no durante meses en­teros, lo cual uo se hace con el último »le los ciuda­danos; v no se perderá además un tiempo precioso, que es fácil emplear más útilmente en otros asuntos. — Time ¡s moneij, dicen los ingleses: en cambio, los españoles decimos: «■ matar el tiempo. ->Yeso es precisamente lo que se hace con las largas,

estériles y enojosas discusiones del mensaje, que no producen nunca resultado alguno de importancia, no habiendo ejemplo de que á consecuencia de cual­quiera de ellas haya caído un gabinete./.Se examinarán los presupuestos antes »le que ter­

mine el año económico? Es muy dudoso, y lié ahí otro de los males »leí vicioso sistema establéenlo, v contra el cual levantamos nuestra imparcial y desapa­sionada voz. con más convicción de la justicia del <le- *>0, que esperanzas de que sea atendido.

E l muimi ls j>e Vallk- A i.eorl .

LA TRAMVÍA DE MADRID.

Pocas palabras emplearemos para explicar el graba­do de la página primera, que representa la llegada á la estación del barrio »le Salamanca de los elegantes y córnoiloscoches déla tramviaque acaba de inaugurarse en esta corte.Si nuestros lectores han tenido la amabilidad de leer

la liirrisín del último número, en ella habrán encon­trado curiosos detalles acerca de este asunto, los cua­les nos relevan ahora de nuevas repeticiones.

Debemos, sin embargo, anunciar que la empresa constructora se propone inaugurar en breve el tra­yecto desde la Puerta del Sol hasta el populoso barrio »le Arguelles, y bien pronto, según se anuncia, em­pezarán también á colocarse mils para tender otros »los 1 ramales hasta las estaciones »le las lineas férreas.El público <le Madrid ha acogido con marcada satis­

facción una mejora que reclamaba con urgencia nues­tra capital, desdi* que fueron construidos los barrios »le Salamanca y de Pozas.

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SUCESOS DE PARÍS.

Dos grabados ofrecemos en la pág. 2 Xr>, referentes á bis ú 11 i 11 ios acoiili*» iniii'iitos ile París.Ambos representan lii'lmentc la casa-palacio »le

M. I lliiM's, jefe del pmli,i ejecutivo, tal como se baila- lia ánli's del decreto expedulo por la I'.mumaee para ipil* fuese demolida, y tal como se encuentra Imv, des­pués de los primeros trabajos ejecutados para llevará cabo aquella vengativa resolución, en cuy" arto, aún no consumado completamente, fueron sorprendidos los comunistas por el ejéivilode Yersalles.M. Thiers habitaba un lindo palacio en la plaza de

San Jorge, y en sus salones bahía reunido el sabio historiador de la primera revolución francesa, á costa ile muchos dispendios y de un celo infatigable, nume­rosas colecciones de libros raros, bronces, estatuas, pinturas, copias selectas de las obras maestras de Ra­fael , Murilh» y Ti/.iano.Los revoltoso« parisienses, aceptando al pié de la

letra el decreto de la C.oona ane. entraron á saco en aquel escogido depósito de bellas obras de arle y pre­ciosidades de todo género, y en breves horas desapa­recieron. tal vez para siempre, los excelentes libros «pie M. Thiers poseía, y fueron quemados sus cuadros, v rolas sus porcelanas, y destruidos sus bronces.

En piquete de guardias nacionales ocupó desde en­tonces el edificio, y aunque algunos comunistas, más generosos y más caritativos que la muchedumbre de mujeres desesperadas que les seguían . propusieron (pie aquél se conservase y fuese destinado á hospital desangre, éstas, verdaderos energúmenos en todas las revoluciones , pero muy especialmente en los tras­tornos que lia sufrido la Francia desde los últimos años del siglo pasado hasta nuestros dias. alegando que el decreto de la ('.mamuae ordenaba la demoli­ción, gritaron con voces de coraje:—¡Ahajo!V asi fué. en efecto: comenzóse el derribo, y en

esta operación fueron sorprendidos los obreros por las tropas de M. de Troves, las primeras del ejército de Yersalles que entraron en París después de la toma de los fuertes de Issy y de Yanves.La casa no ha sido completamente destruida, pero

la Asamblea nacional luí votado un crédito de millón y medio de francos para que aquella sea construida de nuevo y ofrecida á M. Thiers en nombre de la Francia.El primer grabado déla pág. 28i, es una vista de la

capilla expiatoria erigida por Luis XY11I en honor de les desgraciados reyes Luis \\ I y Maria Anlonieta. victimas de la primera revolución.También la Conmiunr había decretado la destruc­

ción de este pequeño monumento, o.que era un insulto permanente—decía el decreto—á las glorias de la primera revolución.» y la capilla filé destruida por fin. no obstante alguna oposición que encontraba este acto en ciertas clases del pueblo.No sabemos aún si los comunistas habrán cuidado

de conservar los restos de los infortunados reyes que en ella yacían desde que fueron trasladados de la ca­pilla real de San Dionisio.

El segundo grabado es una vista, tomada del natu­ral. de la formidable barricada que la Guardia nacio­nal balda levantado en la entrada de la calle de Casti- glinue. por la parte de la plaza de Vendóme.Sabido e* que esta plaza era el centro de la defensa

de uno de los cuarteles en que la Cómanme había dividido París, y en ella y en sus alrededores se había acumulado un inmenso material de guerra y -e ha­

bían hecho innumerables obras para oponerse hasta 'd último extremo á la entrada de las tropas de Yer­salles. Fueron sin embargo, vencidos los comunistas; pero la barricada de la calle ¡le GastigUone permane­ció intacta durante varios dias. \ fué objeto de la cu­riosidad general.

Por último, el grabado de la pág. 2!*<» ofrece el as­pecto de la calle de Divoli en las terribles horas del incendio y de la destrucción: el ministerio de Hacien­da era devorado por las llamas, y casas enteras de am­bos- lados de la ancha avenida. se desplomaban con horrendo estrépito y formaban un inmenso montón de calcinadas ruinas..Eos últimos ¡lias de la dominación de los- rojos de­

jarán memoria eterna en los anales de la Francia.

----------?—-c- -r----------

EL CIEGO.El bello dibu jo del señor i >rtego que publicamos

en la pág. 281), es el tipo exacto, retrato acabado de "i"’ de esos mendigos ciegos (pie van de puerta en puerta, guiados por un lazarillo, implorando la cari­dad publica; ya balbucean algunas dolientes frases, para excitar la piedad de los transeúntes; ya rezan un l'ailre .\acnlro, mientras hacen pasar rápidamente por m i s descarnados dedos las cuentas de un añoso rosario; ya, más alegres \ decidores, cantan con voz aguardentosa, \ al compás de destemplada vihuela, coplillas parecidas á esta ;

Señoras y i ili.illerns i|uc |iiil la calle |..oai-,Hila lllll'iMlll.i al ciegii ‘l'ie lio |n |iuetle ganai .

Porque no lodos |os ciegos callejeros son tan buenos caalotires o ¡otpror¡satloves— i\\e\ut sea de paso como (d célebre Perico.

I'.l dibu jo ibd señor < trlego estamos seguros de que agradara a inieslros apreciables abonados.

LA IGLESIA DEL BUEN SUCESO DE MADRID.m - TOKI \.— AUQl'KoLtX'iÍA.

En una mañana de invierno del año loliT, pasaba por la calle de* Postas de la villa de «Madrid, donde babia sentado su corle entonces la majestad del rey l'elipe II. un apuesto y gallardo mancebo de veintisiete años, en cuyo pecho brillaba ya la roja insignia del apóstol Santiago. I u pobre mozo estaba limpiando el barro de la calle, y en mal hora debió de haber sal­picado con él al elegante caballero, cuando éste, ciego de ira y en el primer movimiento de la cólera, le dio en el rostro un recio bofetón.Sin alterarse el mozo que babia recibido la afrenta,

se hincó de rodillas delante de su ofensor y le dijo:— Agradezco, señor caballero! la merced y honra

que me habéis hecho, y en mi vida me vi más honrado que ahora.Admirado quedó al ver tanta humildad el caballero,

un momento ánles tan orgulloso y tan altivo.Ya no era el hombre de un instante antes, y ocul­

tando su cara entre sus dos manos, cediendo á la re­volución repentina, irresistible, que sentía en su inte­rior. cayó de rodillas y pidió perdón á aquel pobre, cuya venganza babia sido la humildad.Aquel caballero brillante, alegre, altivo, al levan­

tarse mostraba en su pálido rostro, en su incierto andar, que la felicidad babia huido de él, que la ma­riposa había perdido sus alas.Era aquel joven don Bernardino «le Obregon, que

babia nacido en las Huelgas de Burgos en LVtU. de una- noble familia que se babia distinguido por sus brillan­tes acciones en las guerras de Flandes, donde había ganado un hábito de Santiago, y que babia venido á la corte, donde su mérito y gentil apostura le habían adquirido grande valimiento.

Lo pasado, lo presente, el porvenir le sonreía; hijo de padres ricos, valiente y de gallarda persona, no babia un capricho que pasase por su mente y que no pudiese satisfacer. En los brillantes salones de la corte y «le los grandes, donde el egoísmo tiene su trono, se apresuraban todos á festejarle y le acogían con lison­jera sonrisa.

Felicitábanle por su valor, por su talento, v las ma­dres lo codiciaban para sus bijas. Asi la vanidad se babia deslizado en su corazón, y en su orgullo se creía casi un semidiós á quien la antigüedad hubiera levan-

2 8 iL A I L U S T R A C I O N E S P A Ñ O L A V A M ERI C A N A .

N.° XVII

INSfERECCION DE PARIS.

N.° XVII L A I L U S T R A C I O N E S P A Ñ O L A V A M E R I C A N A 28Ü

CULLI. EPi-'OUIO EN VNA BAHK1CADA ípá

28G L A I L U S T R A C I O N E S P A Ñ O L A Y A M E R I C A N A . N.° XVI I

lado altar«-«. Recibía aquellos olis* «juíoh que «toío It­eran muy debidos...De repente «u soberbia se habia halla«lo frente á

frente de la luuuihUiil más profunda. Dios había fo­rado en aquel in-dattlc su corazón. y haliia visto etiáii vana ora su granih*za y cuán injusto había sitio i-n no querer padecer la más pequeña contrariedad.

Vuelto á su casa condenó su vanidad, runlrmpló la humildad «l«'l Uedeiilnr de los hombres b-ndido sobre el vil instrumento .le su snpli'Mo. v al evocar también el recuerdo «le las penas que en medio do los placeres habían venido á perturbar su desordenada juventud, comparaba las contradicciones que balda padecido y que tanto baldan excitado <n cólera, ron lasque bahía silbado por él .lesas antes de llegar á la cima del ('.ai- vario. ¡Km mi grano «I«* arena al lado «le una inmensa montaña, miagóla do agua comparable al iusonda- lile mar!Obregon halda recibido «I«'sus padres una educa­

ción religiosa la IV* divina, la celeste esperanza que habi.ni culo«;ado en su corazón, habían volado después de un desigual combate con las más vergonzosas pa­siones; pero habían quedado los piadosos recuerdos d ■ la infancia, y bastó el ejemplo do la humildad del pobre .V quien halda ofendido-, para que alzándose de repente poderosos aquellos recuélalos rasgasen el Io— nebloso velo «pie á -ai vista ocultaba la radiante ventad que alegra y satisfice los ojos, <íu deslumbrarlos, y para que comprendiese la nueva misión á que |o d«*s- t¡nubil Dios sobre la tierra.Aquel hombre que rechazaba de si á lo- pobres y

miserables, se propuso consagrar su vida á -u servi­cio; detestó y maldijo «d orgullo y la vanidad, como en otro tiempo mahleci.m los profetas lastiudades cri­minales.I(enunció el empleo que tenia en la milicia, arrancó

de su pecho la noble cruz de Santiago, «pie con su es­pada balda ganado en los campas «!«• blandos. y aban­donando sus riquezas se hizo pobre para unirse con los pobres. Humillando su altivez se consagró á servir á los enfermos del Hospital Uenl, resignando su vo­luntad en la del administrador «le aquel estableci­miento, trocando las galas de que antes tanto se enva­neciera, v en lasque una sola mancha había sillo causa de la mudanza de su vida , en un tosco sayal negro.Asombro causó á la corte la repentina mudanza del

joven Obregon. Su celo encontró imitadores: v al año siguiente, con permiso del Nunciode.su Santidad, del arzobispo de Toledo y del rey lelipe II. dió principio á una congregación, llamando á sus hermanos Míni­mos . por la humildad que habían de ejercer en el ser­vicio de los pobres; pero el pueblo, cuya opinión e- irresistible, les dió el nombre de su fundador llamán­dolos Obregones, nombre «pie lian conservado por es­pacio de tres siglos.Prometían á Dios castidad, pobreza, obediencia v

hospitalidad.Grecia de «lia en día el número de los que venían á

alistarse en aquel nuevo ejército de la caridad.No conocía limites el celo de 1 tenían! i no de obre­

gon; fundó cusas de convalecencia, escuelas «le niños expósitos y varios hospitales, entre ellos .•! de Lisboa, la capital de Portugal, cuyo reino había agregado á la corona de España el rey Felipe 11.Bemardino de obregon, tan altivo y orgulloso en su

juventud, sufrió con la mayor paciencia y humildad graves persecuciones, de todas las que 1«; libertó la mano del Señor. Con grande sentimiento de la corte, que edificaban sus virtudes, murió el O de Agosto de 1599, siendo enterrado su cuerpo en el Hospital general.Quedaron sus hijos sin padre, y el hermano Gabriel

de Fontanet, «pie le haliia sucedido en el gobierno de la congregación, acompañado «leí hermano Guillermo Rigosa, determinó ir á Roma, á Gn de alcanzar para su instituto, cuya eficacia se labia probo*lo ya en el servicio de los pobres enfermos en el trascurso de tan­tos años, la sanción de la Silla apostólica, ocupada en­tonces por el pontífice Paulo V.Caminaban á pié: llegaron ¡i Valencia, «mi cuyo hos-•• • * i.-. .— l:— i---------- .i...

favorecidos por el venerable y santo patria rea don .luán de Rivera, arzobispo < aquella diócesi«.Continuaren su viaje, y u| llegar á los confines «le

Cataluña . al - ilir de Ti aiznera . pueblo «le la jurisdic­ción de Turtos.i . perdieren el camino. v una horrible tempestad lo- sorprendió durante la noche. Guia el agn t á torrentes, soplaban «lesoncadeiiados los vientos, resonaban pavorosos truenos, y los do.« piadosos pi*re- 1 grillos iban á perecer victimas del furor «le los chúñen­los, cuando enoomendimlose fcrvomsauionl«* a Dios, descubrieron en medio «I" la profunda oscuridad, á la luz «le los relámpago-, una- peñas, y corrieron á re­lujarse en ellas.Hallaren bastante huero para su abrigo; per© consi­

derando la disposición de la- peñas, vieron en lo alto un resplandor. que al pronto c.rey«*reii ser el rebojo «le los continuados relámpago«. Llamóles la alen« ion aquella novedad, viendo permanente la claridad, áun después de pasada la tormenta.

Difícil v penosa era la subida á I«« alto la peña; pero liosral/áudoso y uymláudose el uno al ulm, logra­ren trepar á su cima, y en un huero ib* la peña encon­traron un humilladero ó pequeña capilla labrada con toda perfección, y como engastada en el peñasco una imagen de la Virgen rumo de una media vara.Alóliilus quedaren los dos hermanos 1 * 1 n«■ c<>m■- . ñ

quienes piaban aplicarse las palabras del profeta Isaías (cap. lío) <i Me encontraron los que no me bus­caban. «> III l'i'lli'i'llill i/lli imii i/llil'^ii'i'lliil mi'.

Adoraron humildemente aquella imagen, lu con­templaren] detenidamente «lespues, y vieron «pie era de madera de ciprés, qm* tenia su divino Hijee» bra­zos al lado iz quieiilo, un cetro en la ui.niu derecha, v una corona hermosa en la cala-za \ «l<* extraña furnia, un vestido muy antiguo y oír«» reservado á su lado de la misma lela y hechura, v una lámpara encendida que estaba acolmillada en el peñasco, y cuya luz bas­taba á alumbrar las más oscuras tinieblas.Determinaron llevarse la santa imagen con el otro

vestido que junto á si tenia v que áun boy se conserva piadosamente, y ponerla por medianera de la preten­sión que lu< llevaba á liorna.

En la «luda «i«* si aquella santa imagen podia perte­necer á alguno de los pueblos inmediatos que la hu­bieran colocado allí en aquel humilladero para su ve­neración, y no queriendo robarles el objeto de su culto, se detuvieron algunos dias por los pueblos de aquellos alrededores, investigando cautelosamente so­bre la «‘.visteada «l«í una imagen de la Virgen, pregun­tando á los más ancianos, empero callando siempre su feliz hallazgo.Tranquilizada su conciencia. creyeron con tunda-

mentó que aquella imagen que tan milagrosamente ha­bían encontrad«'*, era una délas muchas que el celo piadoso dedos cristiano.« había ocultado en los triste« dias «le la dominación de los árabes en las entrañas «le la tierra, en la espesura de los bosques v en las más ocultas cuevas «le los montes.('.oíaprobaba esta creencia el vestido que junto á la

imagen líalo.m encontrado, porque ocultaban también ron las imágenes sus ornamentos; y as¡ dice el fénix de los ingenios, el gran Lope de Vega :

hn- imágenes enhenan ,V en l is campiñas las cierran i'.on los ornamentos - ici o- ,Mientras «I«- so- simúlanos Con ligrima- se ik-stierran.

Hicieron los dos hermanos una cesta de mimbres, forrándola con boca« i colocaron en ella la santa ima­gen. y colgándola á la espalda la llevaron alternativa­mente sin separarse un momento de ella, llegando asi á Roma, término «le su peregrinación.Se presentaron á besar el pié del Papa Paulo V, el

que viéndoles con la cesta que llevaban y que no deja­ban jamás de la mano, les preguntó con curiosidad qué era lo que en ella llevaban. Contaron al Papa el milagroso hallazgo qm- habían tenido d«* aquella «anta imagen . la que habían traído «:on-igo, porque de ella liaban el buen «uceso de -u- pretensiones, que humil­demente b* expusieron.*-*•-*•'“** I-1 s.mU im.i_.ru de la ce-A-t. \ Piule ■ ad­

mirando su belleza la venoréi, y «(Hitándose del cuello una cruz «!•* oro «le esiiialli* morado, si* la puso á la imagen, recomendándoles la tuviesen por particular patraña de su instituto y congregación, dando ú esta \ irgen el nombre de Nue-lra Señora del Buen Suceso, puf d feliz que hahiaii tenido su- pretensiones,Goticeihó á la imágen iiinchas indulgencias , ven

memoria de I i cruz «h* esmalte dorado que había co­lorado sobre ella, autorizó á lo- hermanos de la con­gregación que acababa de aprobar, para qm* usasen tilia cruz de paño morado sobre su túnica negra.Gozosos y alegres dieran la vuelta á España los her­

manos Fontanet y Rigosa, dirigiéndose otra vez á Valencia . rio tanto para volverá visitar, como lo hi­cieron , el sitio en que en una noche «le horrenda tempestad hahian encontrado la milagrosa imágen que tan buen suceso habia proporcionado á sus pretensio­nes con el Pontífice, como porque éste bahía cometi­do por sus bulas al arzobispo y patna'rra don .luán de Rivera, el arreglo do su rongregariuii, erigida ya en< halen religiosa.Alligia lu peste con todos us estragos ,1 la ciudad

do \ alein i.'i. Guando llegaron los hermanos, encontra­ron un vasto campo donde ojén dar su celo \ ardiente caridad «mi una ciudad «loiide , romo cu los días do la maldición del Egipto, id ángel ovtcrunnudur iba mar­cando con <d signo «le lu iiimu le lu mayor partí* de tus cu-as de >lis consternados habitantes, he trece her­ma líos mínimos o «»bregones qm* servían í lo enfer­mos, nueve babiaii sucumbido contagiados en <d ser­vicio de los pobres enfermos.El patriarca arzobispo «Ion .luán Rivera iba dilatan­

do cuanto podia el hacer electiva la luda del Papa y poner á los dos hermanos Fontanet y Rigosa la cruz morada que les haliia comedido Paulo \ , porque que­na de este modo detenerlos más tiempo cerca de -i, y «leseaba que accediendo á sus instancias se lijasen en Valencia para que residiese en ella el centro y la cabeza de la nueva Orden hospitalaria.

El hermano Gabriel «le Fontanet no lo creyó conve­niente á la congregación, y se vino con su compañero á Madrid. y colocaron en un altar su imágen «le la Virgen «leí Rúen Suceso en el hospital general de Ma­drid , basta que encargados los hermanos obregones del Hospital Real de la corte, la trasladaron á la en­fermería «le éste.Este hospital es el que hemos conocido en nuestros

dias siLuado en la Puerta del Sol, y que lia sido der­ribado para el ensanche «le ésta.Estaba al principio «le la Carrera de San Jerónimo,

á la parte fuera de la población, y era en su origen un humilladero ó ermita, donde lo fundaron los Reye« Galólicos Fernando é Isabel para el socorro y «>u ración de los «oblados contagiados. El emperador Garlos V lo construyó con rnás amplitud en 15*29, y lo erigió en Hospital Real «le corle para curación «le los soldados v de los empleados de su real servidumbre.El rey Felipe II, tan entendido y conocedor en la

arquitectura, trazó por si mismo la planta «le la igle­sia, que era de crucero y «le regular forma, aunque muy pequeña, decorada con pilastras v con una cú­pula en el centro proporcionada al edificio. Felipe 111 hizo la dedicación «1«? esta iglesia el G «le Julio de 1G1I, con asistencia de la reina doña Margarita y de toda la corte.

Entonces «e colocó la imagen do Nuestra Señora del Rqpn Suceso, que estaba antes en la enfermería, en la iglesia en la tercera capilla. El hospital de corte y su iglesia, habían sido declarados «le patronato real. Era su jefe el capellán mayor de los reyes, y un cape­llán «le honor su administrador.Se habia encargado labrar el altar mayor al exce­

lente arquitecto «Ion Pedro de la Torre, el «pie lo dis- pu-o. trazó y ejecutó con notable maestría, siendo una maravilla del arte.

tratábase «le la imágen que habia «le colocarse -«>- bre él. y la junta «le 1««- administradores del hospital de corte -«• bailaba casi decidida á colocar en él una imágen de plata «le la Virgen «I«* lo- Reyes, dona« ion 'l,,t rey Felipe H . ruando mi «lia. riitraiulo «*l hetma­lí" Gabriel I unían, t .*u |:« junta. <!.>n«b* con gran calori . • ••»» V

N.° XVII L A I L U S T R A C I O N E S P A Ñ O L A Y A M E R I C A N A 287

pe estaba apilando osle punto, hizo ver con irresisti­bles razones y elocuencia , que debía colocarse la irná- gen del Unen Suceso, que venerada en la tercera ca­pilla de la misma iglesia, al lado del Evangelio, res­plandecía con continuados milagros, atraía la frecuen­cia del pueblo y ofrendas de cera, vestidos y lámparas ile mucho valor.Determinóse su colocación en el altar mayor, ad­

mirable obra de escultura, y se quiso «lar á su trasla­ción desde el altar en que estaba, aquella extraordi­naria pompa, aquella inaudita magnilicenciu que Fe­lipe 111 desplegaba en las festividades religiosas, y que nos parecerían boy increíbles i no bailémoslas trasmi­tido con fidelidad, basta en sus menores detalles, la historia.El dia 1'.l de Setiembre de lliid se verificó esta so­

lemnidad , «pie se celebró con música real, justa lite­raria en que lucieron su talento los poetas é ingenios de la corle, con cañas y corridas de toros en la I'laza Mayor, compitiendo en todo la devoción con la in­mensidad de los gastos.l.a procesión para trasladar la santa imagen del

Ituen Suceso , que desde aquel dia dió su nombre al hospital de corle y á su iglesia, se dirigió por la Puerta del Sol , ralle Mover, la Plaza, calle de Atocha , la de <'.arrotas, á su iglesia.Dos arcos triunfales se habían levantado en la car­

icia, el uno «le cinco pínu las en los portales «le Gua­dal,ijara, donde se bailaba la antigua entrada oriental ile Madrid, y que áun boy conserva su nombre, «'slu es, entre la embocadura de la Cava de San Miguel y la de la callo de Milaneses, y el otro de tres buceos en la calle de Atocha, frente á la sala de alcaldes de la Iteal casa y corte.Se hahian colocado también en el tránsito que «lebin

recorrer la procesión, en que iba alumbrando el rey con toda la corle, todos los consejos y las innumerables t trdenes religiosas que entonces bahía en Madrid, ocho magnilicos altares para «pie en ellos hiciese estación la sagrada imagen, en este orden:El primero en la entrada de la calle del Carmen: el

segundo en la casa «le Correos, hoy ministerio de Ja Gobernación: el tercero en el portal de Cordobeses: el cuai lo en la estjuina de Roperos: el quinto en la puer­ta de Guada laja ra: el sexto en la Plaza Mayor: el sé­timo delante de la sala de alcaldes de casa y corte, boy Audiencia de Madrid, y el octavo en la esquina «le la calle de Carretas.Ocho dias duraron los festejos públicos, en que al­

ternaron la funciones de iglesia y los sermones con las corridas de toros, en que salieron también caballeros en plaza á quebrar rejoncillos en honor de la santa imagen, siendo unas verdaderas tiestas reales, y [tasan­do de cuatro millones las sumas invertidas cu estas tiestas.La iglesia del Buen Suceso recibió considerables pri­

vilegios. fué elevada á la clase de parroquia exenta de la jurisdicción ordinaria del diocesano, y sujeta sólo al patriarca de las Indias, como pro-capellan mayor de los reyes y vicario general de los ejércitos y armada.La cruz y el guión ó estandarte del Buen Suceso en

las procesiones marchaba al lado derecho de la cruz de Santa María, la rnás antigua de las parroquias de Ma­drid, cuando éstas pasaban del punto donde está situa­da, colocándose á la izquierda cuando caminaba por las calles del antiguo Madrid.En esta iglesia se decían misas desde las cinco de la

mañana hasta las dos de la tarde, siendo la única igle­sia en el mundo que disfruta del singularísimo privi­legio de celebrar al santo sacrificio por la tarde.Doscientos diez y siete años lia permanecido esta mi­

lagrosa imagen en su templo en la Puerta «leí Sol de Madrid. María velaba por su santuario y lo preservaba de la ruina en medio de los grandes trastornos que han pasado en torno suyo, ya durante la desastrosa minoría •• infeliz reinado de Carlos ll, último v moribundo rovo de sol brillante de la dinastía austríaca al eclipsarse én España, ya en la guerra de Sucesión, en que Ma­drid c s sucesivamente y varias veces ocupado por ale­manes, ingleses v franceses.Ll hu-pital v la iglesia del Rúen Suceso padecieron

mucho en la guerra de la Independencia. En el patio I del hospital fueron fusilados muchos héroes madrile­ños el famoso Dos de Mavo de 18H8, y el hermoso re­tablo del célebre Pedro de la Torro, «pie so había es­trenado en lf.il con magnificas fiestas, quedó tan mal­tratado, que no pudo volver á servir más.A él sucedió luego un simple hueco en la pared, en

el «píese colocó la santa imagen, hasta que se labró en 1882 un inodeslorelabb.de sólo un cuerpo con cua­tro columnas corintias y un nicho en el centro, de donde se lia sacado la imagen al derribarse la iglesia para el ensanche de la Puerta del Sel, trasladándola primero al Real colegio de Nuestra Señora de Loreto, y después á la Capilla Real de Palacio.El solar del sitio que ocupé el antiguo hospital é

iglesia del Rúen Suceso perteneciente al Patrimonio Real, fué destinado ik*s¡le luego á levantar un nuevo templo á la imagen del Rúen Suceso, templo (pie es­tuviese en armonía con la nueva ornamentación y ar­quitectura de la Puerta del Sol, convei lid.i eu una her­mosa y espacies,a plaza.Se comenzó la obra, se construyeron los rimhoiios,

pero de rept'iile se paralizaron los trabajos. Permane­cieron asi nim bo tiempo, inlciiu á su alrededor se al­zaban las nuevas y magnificas «■(instrucciones.Se abandonó la idea de reedilicar el templo y hos­

pital del Rúen Suceso, para levantarlo en olía parle; primero se pensó en el Prado, frente al .lardiu botá­nico. v llegó á comprar el terreno el Real Patrimonio,

I vendiendo el solarde la antigua iglesia del Rúen Su­ceso en el mes de Abril de 18(12, y que ha adquirido en la cantidad de cinco millones de reales la opulenta casa de Fonlanelles, del comercio de R.«rechina, y que es hoy café Imperial y fonda de París.Todavía volvió á abandonarse el proyecto de reedi­

ficar el templo y hospital del Rúen Suceso en el Prado: empero, exigiendo la reina Isabel 11 que no se queda­se sin construir el templo del Rúen Suceso, se ha le­vantado éste en el barrio de Pozas, enfrente del Hos­pital militar; si bien no de una manera tan grandiosa y magnifica como se había concebido en los primeros momentos en que se procedió á derribar, por una cues­tión «le ornato, el antiguo y tradicional hospital de los Reyes Católicos Fernando é Isabel, que había amplia­do Carlos V. y la iglesia cuya planta había trazado por si mismo el rey Felipe 11. y colocado en ella Felipe 111 la santa imagen, cual no lo había sido ninguna otra en España, y quizás en el mundo. Esta es la única iglesia en que se dice misa á las dos de la tarde. En Roma misino no hay iglesia que tenga tan singular pri­vilegio...

E l iu .n i .k h e F a i ;r a «,u e r .

LOS MIEMBROS DE LA COMMUNE.

Ya liemos publicado, en números anteriores «le La I l u s t r a c ió n . retratos y noticias biográficas «le varios individuos «le la Cóm anm e, y en la pág. 288 bailarán nuestros suscritores nueve retratos más de otros tantos miembros de aquella, que lia cabio entre sangre y ruinas, envuelta en la terrible catástrofe que lia sido el último y doloroso acto «le su efímero reinado en París.

A r s a u l d .—Escasas son las noticias que liemos po­dido proporcionarnos acerca «le este célebre agitador francés.Individuo de la sociedad La Internacional desde

hace algunos años. antes había sido empleado en las oficinas «leí ferro-carril «leí Este. y tomó una parte muy señalada en las famosas huelgas (<Jreces' del Creuzot, cuyos conatos de disturbios Rieron reprimi­dos con tanta energía por el gobierno de Napoleón III, en 18 de Marzo del año último.Después fué redactor del periódico La Marseilleise,

y últimamente, durante los dias «le la Commune. fué nombrado individuo de la comisión elegida para regu­larizar los Negocios extranjeros, y uno de los que tu­vieron la pretensión de invitar á las naciones de Euro­pa á que reconociesen el gobierno «le la Commune.Arnaubl parece que ha -ido lii-ilado por las tropa-

de \ «rsalles.

Jri.KS Valles.—Antiguo periodista y empleado, tomó parte en las turbulencias de Junio de 18-i‘J, y emigró á Inglaterra con Ledru Hollín.

Vuelto á Francia bajo el imperio, logró una «(.lo­cación en las oficinas de M. Haussrnan, el famoso prefecto de París: pero buho de abandonar su nuevo destino, á causa de las exageradas opiniones revo­lucionarias de que hacia gala, y volvió á Londres, en cuya población fué corresponsal del periódico

tugue.Presentóse en París después del \ de Setiembre

«le 187(1; fué uno de los más renombrados caudillos de la Cómanme en los «lias del gobierno provisional, y á la caitla de éste, hecha ya la paz con Alemania, la Caaimune le nombró ministro do Instrucción pú­blica.Sin embargo, tuvo la osadía de pedir en su perió­

dico la destrucción de la biblioteca del Louvro, peti­ción que lia sido satisfecha desgraciadamente por los incendiarios del 28 «le Mayo.Julos Valles también lia sido fusilado ó muerto en

una barricada.I'asi.i vi. Giuu ssi.r.—F.-le escritor republicano era

uno de los radicales más exagerados. Natural de Cór­cega, poro enemigo ¡rreenncHiulilc de los Ronapailes, fué el autor de aquel escrito célebre que «lió ocasión á una respuesta atrevida del principo Pedro Ronapar- Ir, principio de aquella serie «le hechos escandalosos que comenzaron con la muerte de M. Vidor Noir y concluyeron con el destierro del principe.

Elegido miembro de la (hanmune, fué agregado al ministerio de Negocios extranjeros, y á él se debió la proposición de dirigir una circular á las potencias, solicitando el reconocimiento de la Commune,—soli­citud apoyada luego ardientemente por Arnaubl, Ro- ebefort, A-si y otros.

Era director y propietario del periódico L ’ Affranrhi. Rícese que Pascual Grousset lia sido preso en Pa­

rís, mientras algunos telegramas anuncian que ha lo­grado fugarse y pasar á Suiza.Assi, Gamron v Corrnet , tres miembros de la

Commune casi desconocidos basta las últimas turbu­lencias de la Francia, á la caída del trono imperial.

El primero, agitador ardiente, como Flourens y Llanqui. en los «lias del gobierno provisional, cayó prisionero de las tropas de Yersalles en el combate de Asideros, y áun no lia sido juzgado por el consejo de guerra; el segundo, (¡ambón, abogado, se singularizó bajo el imperio por negarse á pagar la contribución «pie le correspondía, dando lugar á aquella célebre manilo, tacion «pie los parisienses dieron en llamar Yací te á Camban; y del tercero, Cournet, sólo liemos oido su nombre cuando fué nombrado por la Cóm­anme prefecto de policía, en sustitución «le M. Ri- gault.Delescll’zk.—Orador de clubs, mayor de París

durante el sitio, ó individuo del ayuntamiento luego, bajo el gobierno provisional, fué elegido diputado á la Asamblea de Burdeos; pero se negó á votar la ratifi­cación «le los preliminares de paz con Alemania, y se retiró de la Asamblea para volver á París cuando la Cómanme fué proclamada.Á juzgar por lo que dicen algunas cartas. Delesclu-

ze era uno «le los que firmaban las órdenes de incen­dio en la noche terrible del 28; y aunque se dijo que había sillo muerto en las calles «le París, delante de una barricada, hay también quien supone que ha lo­grado fugarse y esconderse en Bélgica.Gustavo Cüi'Ruet.—Ministro «le Bellas artes du­

rante el periodo efímero «le la Comm une, era bajo el imperio un pintor de no poca fama y «le gran habili­dad. que presentó algunas bellas obras en la Exposi­ción internacional de 18(>7.Napoleón III quiso condecorarle; pero Courbet,

émulo del anciano Raspad, rechazó la cruz de la Le­gión «le Honor que aquél le ofreciera, y se declaró públicamente como irreconciliable.

\ (’.ourbet se débenosos cuatro decretos «le la Cóm­anme que hemos ya mencionado en nuestras páginas.I.i demolición de la columna de Vendóme, de la capi­lla expiatoria «le Luis \\ I . de la casa de M. Tliiers y

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288 L A I L U S T R A C I O N E S P A Ñ O L A V A M E R I C A N A N.° XVII

ÜAMRON.

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DELESCLUZE.

r»t- Ha K ÍS —MIEMBROS DL l.\ » OMML'NE . p'.e*. •_»*T

V

N.° XVII L A I L U S T R A C I O N E S P A Ñ O L A Y A M E R I C A N A 289

200 L A I L U S T R A C I O N E S P A Ñ O L A Y A M E R I C A N A . N.° XVII

de |:i eslAtna Enrique IV que decoraba la fachada principal del Iíútel ViII«?.

Era rumpañeto < 1** clubs y de cale de límlielorl y ■lllles Valles, v siifunlor, corno ellos. (pie anludalia el triunfo *!*• la l.lmitniiim' ilnranl>- los apilados meses del gobierno provisional de li'oelill.

Filé herbó prisionero, cerra de las Tnlleri.as. pol­las tropas de Versalles, y neeinos «¡lie lie sido lu-ila- do, aiimpie algunas correspondencias alirinan 'pie s,- suicidó lomando vefleun, al verse encerrado en la ('.onserjeria.

Por i'illinid. Fi'.l.l\ l’YVT, el célebre agitador de 1SÍS. el iiileniionado escritor de /.e /•»//■/*#■/ y /.o (Hnehe, desleí l ado siduiilariauienle, como \ irl.ir llngo. durante el imperio, volvió ¡i Francia cuando se lucieron las liUinias elecciones peñérales, v Ilié ven­cido en París por M. .lides Favre, si no eslainos eqni- \ ocados.Marchó de nuevo .i Holanda y Suiza. y volvió ;i Pa­

rís ruando los ainnleiimieulos de Seliemhir den ili.i- rou 'd solio imperial de Napoleón IIP lomo desde en­lódeos parle adiva e|i la pnlilica, fundó lltégn el pe­riódico l.e \'eiujiieui‘ , v era un" de los ipie anhela- I mi i. como Floiirens v Blanqui. «pie el gobierno del peni-ral Thocliú hu-e réempla/ado por el pohierno comunal.

I’.liando ésle filé oshihleriilo, l eliv Pyal lid1 nom­inado v elegido más larde miembro de Ia <liiiiiiinuic, V lllépo individuo del (’Olílili** (le Salvación Puldica.Áun no se sahe A punto lijo si lia sido preso en

Suiza, como alpmms lelépramas lian alirmado, ó n permanece escondido en París, sepain asepuran cor­respondencias recibidas di’ aipiella dcsveullll¡ida ca­pital.

MADRID.—LA FÁBRICA DE TAPICES.

(Quisiéramos poder trasladar integro á las columnas de L a Jli stji vcio.n el discurso pronunciado en el Con­greso por el señor Cruzada Villamil, al defender una proposición que este señor diputado había presentado anteriormente, y en la cual se pedia que fuese excep­tuado de la venta el edificio conocido con el nombre que sirve de epígrafe á este articulo.En la imposibilidad de hacerlo, porque la abundan-

ría de originales de actualidad nos lo impide, nos li­mitaremos A ofrecer á nuestros lectores un extracto del citado discurso, interesante por las muchas noti­cias históricas que en él encontramos respecto á la fa­bricación de tapices en España.Comenzó el señor Cruzada V illamil demostrando

que la venta del edificio en cuestión apenas significaba nada para el Estado bajo el aspecto económico, y en­trando luégo á hacer consideraciones sobre la im­portancia histórica del viejo edificio, dijo entre otras cosas:

>■Cuando don Carlos V vino A España, trajo un La­picero llamen»o llamado .luán »le Nicolai.al cual hubo »le agradar Lauto la industria salmantina, »pie aconsejó al emperador que agregara A la real tapicería A un ta­picero »le nombre Gutierre/, y ocupando A otros mu­llios en iv tupir los que lia Lian menester esta restau­ración. l>ió ocupación lucrativa de este modo A muchos salmantinos, pero en cambio decayó algún tanto esta manufactura en aquella ciudad, porque estos indus­triales la abandonaban por venir A la corte, pretirien­do ocuparse en restaurar A trabajar su obru de nuevo, como entonces se decía.

»Asi siguió la industria durante ios reinados »le Gar­los V y Felipe li . languideciendo, perú sin desapare­cer de Salamanca........................................................

.»Pero A mediados del reinado de Felipe IV, esta in­dustria española había adquirido mayor preponderan­cia. pues vernos algunos fabricantes y maestros sala­manquinos trasladarse A Madrid é impetrar del rev que se les facilitara una casa ¡»ata plantear en ella una fábrica. Diúseles una que pertenecia al patrimo­nio, v eslalia situada en la calle »le Santa Isabel. To­dos vosotros conocéis una estancia »I»4 esta casa. por­que ¿quién un ha admirado el« uadro de l.n« Hilan- ili‘ i'i<*. piiiLidu ¡w.ir \'ela/quez . e*e cuadro célebre, de quien m* lia dicho (cuino »le oír»» berma.no suyot que•• -(■» i./., unís bien itliii LUn el hilll‘i'1. , l'OII 'vti<

cusa del estado en »pie se hallaba la fabricación de | tapice- en Madrid en aquel tiempo..............................|

• Para no cansaron, no diré todo lo que podría con- ] la ros de e>le cuadro y de esta m.ínula» luía en aque­llos tiempos de nuestro gran Vela/quez; pero no puedo niérios de ron.signar, que animados los lapiceros sala­manquinos que estaban en Madrid ron »■! éxito de sus obras, trataron, en el siguiente reinado de Carlos II. de pedir al rev que protegiera de alguna manera esta industria, que iba sien»!" ya en la corle de bastante importancia. \s¡ lo hicieron en una exposición A S. M.. quien, según costumbre de aquel tiempo, la trasladó para que diera su informe A la conocida Junta de obras V bosques, la cual opinó que era muy atendible aque­lla exposición, pero que no babia medios en el ’1 esoro para atender A lns gastos que exigía. I'¡érense muy buenas palabras A aquellos industriales; pero no se llevó A cabo la Inodación de la fábrica.

«Muerto l'.árlus II. viene la dinastía »lelos Buchones y ocupa el Iraun español Felipe V, quien . A pesar de »•star onipadó en las guerras que le toé preriso mari- len»T para afianzar su dinaslia. m» por eso olvidó prn- l.»,g»»r la- arles. I n ministro español (pn»*s aquel rey loé muy aficionado A lelierlos extranjeros i, don José l'afnui, l’iié el que mayormente contribuyó al estable '•ugranilia iiuieulo ib* esta industria, Por los años de l/Jn.i 1722. siendo ni’('i‘sari»i adornar ib* nuevo el palacio »Id Ibien IbTiro. asi rom»» algunos sitio- iva- l»*s, ipie entóneos cotislruia aipn l rey. eran precisos nueves lapices, pmqiio enlónees se conservaba la lia- diciun »le ii" profanar, para el adui'iin »1»' los apusenlos ríales, aipu'llos •obi*l'b¡"s lapices del tiempo »I»* los lleves Católico*, del Emperador y *!»• los l’idipes, oblas »le arle *1»* un a|i ulabli* valia, debidos va al ib biljo de Baloel y de Horero, va al (lo Yaniler-Weyden, por lorluiii enuservadas para ionsue|o(s¡ en ello i'nn- silelo cabe i de lautas preciosidades i onio liemos per­dido. •>

Cuenta aquí el señor Cruzada Villamil varios deta­lles históricos relativos á la venida del Limoso muestro lapicen» Vandergolen , y luégo añade:

el labia en Madrid una casa, que ocupaba el ecle­siástico encargado de despachar los Breves á liorna, situada fuera de la puerta de Fuencorra). y esa casa se llamaba ó era conocida con el nombre de Cuna del Abreviadnr: la misma precisamente que os actual­mente fabrica de tapices, de que me estoy ocupando. Aquella casa fue convertida por el rey en fábrica de tapices, y A ella se trasladó Vandergolen el viejo, ins­talando la nueva fabricación.»Terminado el reinado de Felipe V, siguió en el de

Fernando VI trabajando la fábrica, v al advenimiento de Carlos 111 , á quien no puede menos da concedér­sele amor A las bellas artes . no tan sólo quiso aclima­tar aquí el importanlisimo arte industrial, que trajo de Cufni di Mentí, estableciendo la fábrica de porce­lana del Buen Retiro, sino que encontrándose la ma­nufactura lapicera ya creada, decidió darla mayor im­pulso y vida, y para ello se valió de una persona cuya competente autoridad en esta materia era por todo el mundo conocida. Este hombre era don Antonio Rafael de Mengs, ■quien de acuerdo con el Vandergolen, hijo del que trajo Felipe V. se encargó de dirigir osLi in­dustria, que pudo establecerse de una manera más perfecta, porque el rey era muy pródigo entonces y dedicaba grandes cantidades de dinero á esa fabri­cación.»Sigue asi la fabricación en este reinado de Car­

los 111. basta que dirige los consejos del rey el primer ministerio, compuesto to»lo de españoles, que en Es­paña buho desde la extinción de la dinastía austríaca. Amante de las artes y la industria, uno de estos mi­nistros toma la tapicería bajo su patrocinio y la da gran impulso; me refiero, señores, al conde de Flo- ridablanca. Hay que advertir que cuando don José Moüino fija su vista en esta fabricación. llegaba de Roma A España el último de los grandes artistas es­pañoles que registra nuestra historia. Era éste un hombre que parecía nacido exclusivamente para ser- aquel que en el terreno del arte hiciera la historia, la fotografía, la síntesis, puede decirse, de lo que era entonces el pueblo español; un artista indómito, un artista de genio, un artista eminentemente nacional, pan» quien ni las reglas, ni los preceptos, ni la auto­ridad. hablando ser atendibles jamás. Comprendéis, señores diputados. que mi1 refiero A Coya.

••Con aprobación de Mengs. y más que nada, por deseos de Florida blanca. se llamó A Coya A pintar originales para ¡»alacio. ¿(Qué es lo que os ln* »!»• de­cir vo de (i ova. que tullir- vosutro- lio sepáis luejur que\n" ...................................................................

hasta el año de 180S, en el cual cesa, corno cesar de­bía todo lo que rio fuera lu bar y vencer.

"Al finalizar la guerra, arrojado de España *•! e\- Iranjeru, vuelve i-l año de li el re.\ desee do. (Quizá, señores. h» que voy A decir, sea la única cosa en que pueda al »liarse en poro ó en mucho el reinado de Fer­nando \1I. ó no tne posa, sino que, Autos por el contrario, me alegra ser yo. quizá, el primer dipu­tad" liberal que se levanta aquí A alabaren algo aquel reinado. Tengo que alabarle y grandemente bajo e| punto de vista de la fabricación de tapires, porque la verdad »-s que Eernando Vil, apenas llegó a«|iii y se le presenté el cuarb» ó quinto descendiente de los \ andergiileti manifestándole el estado de abandono en que vacia la fabricación . el rey Fernando mandó que se empezara ú trabajar inmediatamente'; v mandó más mandó que se empezara A trabajar reproducien­do únicami'iite obras de Coya. ¿V sabéis la noble y magnánima conduela que osle rey, anlimngnánimo en t"»lo lo demás, siguió con Coya? I'ues Cnva, que se en­contraba en España, y que ¡dolor grande me causa decirlo . pero lo diré porque es verdad ! Coya, que babia sido afrancesado , filé mandado llamar por »•! rey. y »’sle le dijo: o le vuelvo tus honores, te vuelvo lio pensiones;i» y Aun es fama que anadió: «seguirás siendo mi jn iiuiT piiilnr de cámara , mi primer ai lis­ia , aunque romo español debiera ahorcarle.» Pues ‘•le rey, l;m abominable en publica comí» los señóles diputados quieran, y yo mu ellos quiero, respeta á aquel artista , le signe considerando romo primei pin­tor de » Amala , v basta manila que la IVdirica de lapi­ce- reproduzca sus obras. Por lo demás, y aparle de t” lo . debeis suponer, señores diputados , que yo » reo que hubiera sel,, ima felicidad para España que este reinado un hubiera existido;»Eli conclusión : di quies de es le bello discurso, que

nos liemos visto pre< isados A dar en extracto, el Con­greso se dignó tomar en consideración la proposición del señor Cruzada Villamil.Es de creer que, merced A los nobles esfuerzos de

este señor diputado, no solo se exceptuará déla venta la conocida fábrica de tapices de Santa Bárbara, sino que la industria lapicera recibirá en adelante nuevo impulso para llegar A tener la importancia que logró adquirir en tiempos anteriores.

EL DOCTOR DON JOSÉ DE LETAMENDI.

Al publicar en I.v Ii.i'stk .vetos Española y Ame­ricana la biografía del doctor Obal los, inaugurába­mos una serie de artículos dedicados A dar A conocer los médicos más distinguidos de nuestra patria.Tócanos boy hablar, y no con la extensión que qui­

siéramos. del conocido doctor catalan don José de I.e- tamendi. aprovechando los curiosos dalos biográficos que nos fia proporcionado el licenciado señor Moreno Velasen, su grande y cariñoso amigo.Nació don José en Barcelona, el II do Marzo

de is-QS. y fueron sus padres don José de I.eLimendi y Borés. »le antigua familia vascongada, y dona Ma­riana de Manjarrés y Vahíos, de ilustre estirpe rio- jana; pero bien pronto quedó huérfano de padre, y destinado A sufrir privaciones y penalidades sin cuen­to. hasta el punto de que en I8i2, durante el bom­bardeo de Barcelona, la señora viuda del comisario de guerra don José de Letamendi. hubo de verse pre­cisada A aceptar el socorro de la beneficencia oficial, ¡»ara poder dar pan A sus hijos.Este suceso obró en el ánimo del adolescente como

un poderoso revulsivo, y le decidió. Antes de cumplir los quince años, A utilizar desde luego el fruto de sus primeros estudios, como lo realizó, anunciando que i lia A dar cursos privados del primer año de matemá­ticas. Inauguraron la serie de sus discípulos los dos hijo- mayores del ilu«lris¡mo señor don José Bertrán y Ros. poco después alcalde primero »le Barcelona, y más adelante regente de la audiencia de Canarias; y tal circunstancia influyó no poco para que muy luego contase el túnel profesor con una docena »le barbados alumnos, cuyos estipendios desalogaron A su familia y le permitieron mirar cara A cara A la fortuna y dar pábulo á su insaciable deseo »le saber v de experi­mentar.

Culi tales aii-pnio-. i-n 1S i matriculó en pri- 1(1' l añil (Ir medie:li.I. v a| Im del curso ganó p»»i opu-

. i.. 1.....1 . ••ikd’i'trli «1»«

N.° XVI I L A I L U S T R A C I O N E S P A Ñ O L A Y A M E R I C A N A 201

disección, y al terminar el seguidlo curso obtuvo, J también |ior npn*i< iun . la plaza pensionada ile setjiin- 1 tía iiiliiilintlr ti''. anatomía- , que conservó basta el lili de la carrera. ¿¡mamlo entóneos el einpl-iu tío ¡trimcr ni/mlante . i|lle corres pondia á la cale¿ui ia ib- pro­fesor.Kra hábil en el dibujo y muy (bolo á-las bellas le­

tras, que estudiaba con alan en nuestros mejores clá­sicos , y su agudo ingenio y natural gracejo le permi- tian ya entonces improvisir fácil y brillantemente, asi en prosa como en verso.Terminó su carrera, \ ilesile luego empezó á verse

favorecido por una numerosa clientela, que no le lia abandonado aún . después de lautos años: al contra­rio, creció su reputación de di:».■en dia , y en iS.Vr, cuando el cólera-morbo se cebaba horriblemente en las clases menesterosas de Barcelona , el joven bel a - ineiidi mereció ser nombrado por el señor don Pas­cual Mado/, á l.i sazón gobernador de aquella pro- viucia . para llevar el auxilio médico, en unión con el señor Morsa, al pueblo de San Rervasio, donde la terrible epidemia causaba innumerables victimas— renunciando en favor de los pobres á la gratificación de cien reales diarios que se le asignaran . y negán­dose luego á aceptar la cruz de Kpnleiuias . que el señor M ulo/, |e ntiwiu . en nombre del gobiernoMecibiii la bol la de doctor en 1M.‘ i7 , y ganó en se­

guida por upo ii iou una cátedra de anatomía , vacante en la universidad barcelonesa, y justo es mencionar aquí que en dicha cátedra el doctor Letamendi, mer­ced á su notable habilidad en el dibujo , lia logrado enseñar la anatomía con notables frutos, sin tener cadáveres de que disponer, por la mala organi/acioii que tiene en nuestro país este importantísimo ser­vicio.t'.oii el realce que le «lió la cátedra. Letamendi lué

extendiendo su clientela y colocándose en primera linea como operador: y además «le inventar procedi­mientos y aparatos que mejoraban de dia en dia la práctica, su terapéutica operatoria se distinguía por no sucumbir en ella ningún paciente de resultas de las operaciones; y esta particularidad demostró que el facultativo no se había limitado á ser especialista, sino que estaba dispuesto á que se Je tuviese por doctor en luda la medicina. y medico de todo el enfe.rmo— según feliz expresión de uno de sus amigos.Conocióse entóneos el fruto de los años de su apa­

rente retraimiento, y se comprendió que todo debía esperarse de quien tan sólidamente se halda pre­parado.

t dea de las particularidades de este concienzudo facultativo consistía, y consiste, en haber hecho ex­perimento en -u propia organización de luda la mate­ria médica: caso singular de cuya reproducción no tenemos noticias, pues sabido es que aun en la docta Alemania se experimenta todavía la acción de los me­dicamentos en personas mercenarias.El hábito de vencer dificultades y de sintetizar la

percepción en la práctica constante de las bellas arles, sus profundos estudios lilosólicos y mis aventajadas dotes naturales, permiten al doctor I.elamendi apo­derarse del enfermo ¡n inte<irnm desde los primeros momentos de una visita . y dar á su juicio una segu­ridad tal, que es el pasmo de los que no se paran bastante en el eximen de sus atinados procedimientos.Individuo nato de la Academia de medicina y ciru­

gía de Barcelona. ganó bien pronto justa fama de orador galano y correcto, y varios artículos que pu­blicó en diferentes periódicos, le abrieron las puertas de la Real Academia de Celias Letras de la misma capital.En 18&Í llamaron la atención de las clases cienlí-

eas y artísticas de Madrid y Barcelona los cuadros anatómicos que puso «le manifiesto c o i im resultado de su (labilidad pictórica, puesta al servicio de la ciencia, y efecto que produjeron lué tan grande, que el autor recibió diferentes excitaciones para que remi­tiese aquello* á la Exposición de París, en lSiíT. en cuyo universa! concurso merecieron entusiastas elo­gios de los célebres profesóle1 MM Nelalou v Tardieu.

Nuevamente iuv elid a Raiceloua p"i el cólera-morbo.

en el verano de I8(ir>. Letamendi lué nombrado di­rector y jefe do| hospital de coléricos establecido en Iloslaliancbs. cuyos cargos ejerció con tan buena suerte, que, segnii consta por parles oficiales, logró salvar el sellado >/ t inco ¡toe ciento de |a< entradas: entóneos *e acreditó una vez más su carácter hidalgo y generoso, pues renunció también en favor de los pobres su sobresueldo de veinte escudos diarios y el babel* mensual, integro, que le correspondía corno ealedrálico deaualoiuia, negándose igualmente á acep­tar la cruz de Menelireic ía . primera clase, que se le Ilabia conferido. en virtud de expediente.Publicó, con el doctor Rasas, el Vertía.* v los ,1c-

eliieim de Id medicina es/mimla, v en ü de Marzo de ISiiti, en e| arlo de presidirla sesión inaugural del lie titulo Módico, leyó un bello discurso que fue liltiv aplaudido.litro hisetirso so\,,-e la nal nraleza t¡ el oró/eu del

laiinliec, que proimneió en el Ateneo ralalan en las: noches del Id y I.‘i do Abril de lKtiT, y que «orre im­preso en esmerada edición, lia mere ido también s¡n- eeros elogios d>- murlms hombres eminentes en varios ramos de las ciencia.-' morales y políticas.I'.li ISBN, muchos electores independientes de |a

■ imiUM iiprimi de lierga presentáronle en candidatu­ra para diputado en las Rentes Roii-lduvenles; \ aun­que no filé apoyado por i I gobierno y s¡ mt.iv Comba- l.ido por las oposiciones radicales, obtuvo el no escaso minioro de .*1.11011 votoI'lié elegido presidente del Meneo ral dan en el

ano IXii'.t, y resumió lo- debate- que en aquella su-I irdad se celebraron . pronunciando lili erudito v bien escrito discurso, que -e lia publicado con esto titulo "/•. nsiii/o teñeieo-¡a'iicl ¡en saltee las metlins </<• me- ¡nrae la silitaenni eennnm tea tli‘ l'.x¡itiñii, habida razón ile los principios de ciencia, los fundamentos del derecho, las condiciones del suelo y el carácter nacional.»Declarada en Barcelona la liebre amarilla, á prin­

cipios del ultimo otoño, y ausente casi toda la nume­rosa clientela del doctor Letamendi, éste permaneció en la ciudad observando el mal en los casos que su clínica le ofrecía, y dió á luz, en 7 de Octubre, el Melado ¡to/mliir ¡mea eotnbalie ht /iebee o ota eil/a, que está en la memoria de tollos por lo reciente y pol­la favorable impresión que su publicación produjo en toda España.Anunciadas las oposiciones para proveer una cáte­

dra de anatomía en la facultad de Madrid, determinó el doctor Letamendi presentarse á ellas, sin perjuicio de ver luego lo que más le conviniese respecto á su traslación ó á su permanencia en Barcelona; \ con tal objeto, y para llenar los requisitos del programa, es­cribió su )h'iiinrni sabré las fuentes de eaaaeiniieatoII el metíalo de enseñanza de la antilnniia, obra de la que nos lian Itecho grandes elogios; pero la altera­ción introducida en las condiciones de la oposición por el decreto de *JX de Enero último, obligó al doctor Letamendi á retirarse del certamen y á dar á conocer los motivos de este paso, publicando en los periódicos de Barcelona la representación que dirigía al recto­rado de la Universidad central para que se le borrase de la lista de opositores y le fuese restituido el manus­crito de la Memoria que tenia presentada; y este cu­rioso incidente, d«d cual se han ocupado extensamente algunos periódicos, lia acrecentado muchísimo la po­pularidad que Letamendi ya tenia en la culta Bar­celona.

Pocos meses hace lia sido nombrado socio corres­pondiente de la Academia de Ciencias de la Habana, v hoy se ocupa en dar la última mano á una obra con­cienzuda que ha escrito y piensa publicar en breve, la cual entraña, según tenemos entendido, una total re­forma en los estudios anatómicos, y ofrece las bases ile una verdadera escuela encaminada á que la anato­mía preste á la práctica médica toda la inmensa utili­dad que debe prestarla.

Bien puede decirse-, en conclusión, que hombros tan beneméritos cumu el doctor don José do Lela- ini-u«l¡ son la honra do la patria.

LIBROS NUEVOS./ P . , 1 . 1 . 1 * . t ..................... f . , ‘i 1. ./■ / # . / . . , / • . . .11 >1. i ‘ . i i 11 ¡ i l t t | ,'/'■ ■ I f t i l l i

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Desde que el aloman I.Rler publicó su gran tratado sobre l'.l Arte del lhba¡n c.i ¡tiicaila teórica, ¡tracti- ca. bi'tnrtca t¡ t'slel tea m ente. lio se < mioria un tra­bajo mis completo é importante que e| anunciado ar­liba del señor BorreII acerca del arle inventado, como nadie ignora, en la Rre. ia pagana por la hija de Di- bulades, cuando trazó sobre 1111 muro la Mimbra del amante cruel que la dejaba.

Para encomiar > | método y las ventajas que retine el tratado cuyo titulo encabeza estas lineas, basta de­cir que lodos cuantos iuleligenles lo han examinado, declaran inmejorable el trabajo aludido, v semejante .juicio queda ejecutoriado con certeza notoria, puesto que la obra del señor Borre!I está señalada do texto para la enseñanza de dibujo lineal y «le aplicación, v lité además solemnemente premiada «mi la última Ex­posición universal de P.iris y en otras dos posteriores.

I.a publica ion que nos ocupa «• de miirba utilidad para propagar los conocimientos y aprender um per­lería,m el dibujo, coyas aplicaciones tienen tanta im­portancia, variedad \ magnitud , que hacen indispen­sable la obla referida. porque «mi alto grado facilita el vainillo y mejora la enseñair/u d<d ramo de «pie -a- trata.I I método que se ¡gne en osle tratado es el simul­

taneo v progresivo, procediendo ,|e lo simple á lo rom- pile lo. V¡ se alcan/au las ventajas de que cualquiera pueda aprender los principales trazados que exige el dibujo exacto; delinear V lavar fácilmente toda 1 lase de asnillo; dibujará pulso y por sentimiento lo rela­tivo á ornamentación do las- arles ¡ndu-dríales; tepre- M'iilar por medio de proyecciones los diseños de cons­trucción, y por último, conocer los principales estilos arquitectónicos y artísticos mutuamente relacionados, con lo cual se llega á apreciar y definir cuantas obras ó producciones se presenten en la esfera del arte.

De la importante publicación citada se lian repartido cinco partes, y tres cuadernos de la sexta, compren­diendo lodo esto lo relativo á la geometría, lavados, adornos, proyecciones y arquitectura. Esta última es la que lia proporcionado mayor número «le concepcio­nes y «le formas artísticas, que, en cierto sentido, im­presionan más intensamente nuestro espíritu al reve­lar el carácter y costumbres «le cada pueblo con las obras, edificios y monumentos que rellejau «le un modo perpetuo los progresos realizados en diferentes épocas «le la historia. Atendiendo á esto, el cuader­no que tenemos á la vista da á conocer por medio de láminas los principales estilos; expone los casos prácticos que ocurren en las artes, y presenta cuantos pormenores, definición«?« y datos son úlil«?s para los que tengan que hacer cualquier género de aplicacio­nes. Al propio tiempo, dicha entrega suministra todo lo necesario respecto á los elementos de construcción, y logra hacerlos comprender con facilidad, definiendo también y caracterizando los estilos: primitivo, fenicio, pelásgico, indio, egipcio, persa, griego, etrusco, ro­mano, latino, bizantino y románico.Las diez láminas de este cuaderno, dibujadas geo­

métricamente por el señor JJorrell y grabadas en dul­ce por los profesores señores Martínez, Xavarrete, Alegre y Lemus, están ejecutadas con una exactitud, belleza y perfección tan grandes, que igualan los me­jores trabajos de esta «dase publicados en los países extranjeros más adelantados. Rontiene también dicho cuaderno, intercalados en el testo, noventa diseños en madera, «pie representan pormenores y conjuntos, esmeradamente grabados por los artistas señores Se- verini y Ovejero.Todo* los adelantamientos referentes á la enseñan­

za del dibujo están contenidos en «-1 tratado que anun­ciamos, el cual demuestra la laboriosidad, inteligen­cia y conocimientos en la esfera de que se trata, del autor «le una obra declarada muy «uperior por cuan­to* inteligentes l.i lian examinado.

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292 L A I L U S T R A C I O N E S P A Ñ O L A Y A M E R I C A N A . N. XVII

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N.° XVII L A I L U S T R A C I O N E S P A Ñ O L A V A M E R I C A N A .

iinliinli'iiihx. si lose» 1« [ » ihmtria. por don .l< s*'* Airorer. ingeniero, l’rimera parie. Mni/mno* ile eapo>', eeg-unila eUiciun. Mailrid. 1*“ !.

Difundir en España el conocer la descripción completa de los proce­dimientos de cada industria, de las máquinas y demás aparatos em­pleados, y de cuantos «latos, noti­ciase observaciones forman el con­junto que asegure el éxito feliz de la fabricación correspondiente, tie­ne tanta utilidad éimportancia, que no necesita encarecimiento la opor­tuna i «lea «le publicar manuales prácticos conteniendo tales particu­lares, y de lo cual es un ejemplo el trabajo cuyo titulo queda arriba anotado.(ionio los motores son elementos

indispensables en gran número de industrias , empiezan oslas mono­grafías ron una que trata <le las má­quinas «le vapor, tan útiles siempre para produrli movimiento, y en su consoeucin ia «lo un interés cons­tantemente glande \ general. El trabajo está escrito para los que no lian lierbo «‘studio alunno «Ir la ma- leria , y rolli inie lodo In necesari«» para cono« or la parles esenciales «le dichas máquinas, asi como los tipos más frecuentemente emplea­dos, junto con las instrucciones y rielas principales relativas al ma­nejo y entretenimiento <le lides mo­tores.Eos diez y siete grabados de esta

monografia facilitan mucho el «•stu­dio «pie comprende de las máqui­nas de vapor, motor tan universal é inmensamente importante, que

constituyo «d distintivo «pie más ca­racteriza al presente siglo de gran­des descubrimientos y maravillosos progresos.

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11*'Mu-

El mini. íi del año anterior de Ea Ii.i - i iiación contiene en su He- vista identifica una reseña «le los «Ii versos sistemas propuestos para unir á I rancia é Inglaterra. Esto niismo es el objeto «le la memoria del conde de l ’.ro« kniann , titulo «lailo por el l’apa á dicho ingeniero español, por labor construido di- vei '-o lerro-earrilc.s en los Estados I '« a i ti lirios.

nuovo I"'oveolo onmpi un?de «lospaites una lija y otra mú-vil. I.apriiuera es una via en eltondo ■l' l mar y un muelle en cada1 0-1.1. 1 a «'gumía un gran aparatoumiliailo oble veintidós pares «letuoi les1 ileilns que encierra , «h'iill'nde oámaras impermeable- . la- ma­quinasque deben mover dicho apa-i alo , «•1 cual sostiene una plalafnr-nía que se eleva sobre el nivel delmar. 1i-te sistema puede cumpa-rarse a un gran tiuque «le vapor sin quilla, con ruedas en su parle in­terior y el lastre necesario para que coi t an sobre los carril«“ impulsadas por las Indices correspondientes.Eos viajeros van en los coches

sobre la plataforma, sin estar ex-

29 í L A I L U S T R A C I O N E S P A Ñ O L A Y A M E R I C A N A N.° XVII

puestos á las molestias «lo las navegaciones. La Me­moria, cuya aparición anunciamos, contiene extensos cálculos y pormenores, y todo su texto patentiza que el autor posee profundos conocimientos sobre un asun­to tan interesante como el referido.

Tin lililí I del I j l l ln 'n de !■■(* \rhnli ' fruíales n i /•>/.«•'<</1/ nnnln 11, ,,io- jaeaela, i.nr <li>n .!..“<■ i|" l l i ‘l:il^>i Tld'lndn. S"-uii'!;t ■•(lición. • ri.^idi, y aumentada om m u'' •*i 'lutos. Madrid. I* " l.

Es muy común la carencia de conocimientos ele­mentales "de fisiología vegetal en nuestra patria, donde ordinariamente cultivan los árboles sin ninguna no­ción de las funciones que desempeñan las raíces, Imnco, tallos, y procediendo casi siempre como ruti­neros, con cuyo sistema resultan A me­nudo faltos de todo vigor y lozanía dichos organismos, basta que terminan por per­derse. Para combatir semejante ignoran­cia, el libro que anunciamos principia retiñendo los elementos de que se compo­nen los árboles; la manera según la cual se nutren . reproducen y dan fruto; expli­cando todas las acciones de la vida vege­tal, y el modo de desarrollarse los órga nos que hacen vivir y crecer las pial ‘Con tales nociones, llega el lector de

este libro á cono« er la teoría del asunto, y puede explicare, auxiliado por la ciencia, los fenómenos que en la prácticas ocur­ren y que dentro modo nunca conseguirá interpretar. ¿De qué sirve á un hombre del campo saber por la experiencia que el árbol que se planta en determinadas con­diciones, vegeta y fructifica, si desconoce por qué se le caen las hojas unas ve< eg, otras se ponen amarillas, y las mas, des­pués de llevar abundantes llores, no cuaja una, y por consiguiente no da bula? 1.a teoría es la luz que ilumina y hace ver anticipadamente lo que se trata de con­seguir. Cuando aquella talla, solo queda la esperanza incierta, que desanimo, afli­ge v mala toda la actividad que el pro-

• ¡ ¿ f u J ' . i , . i i /V/'V. Su , , l . n t i -i I-i lt>>l i r a i > ' i > a I s i k K

I <•»'!« « f- >• ••*. fm,, , , , ,i . .</m, t rrtt fxi t f i ra. #••»/•*#>#/,i «-•*. >‘i ,i ni i !• ' I •i.-íh ni I , « •'/•«•»»» *•/ tlijta *’*

1 • f!on lis « * » - :. n < r .ir.,. «i.,rtr>r «*n in**«licina y fin í-

k¡v >;• . . f i - f . r r . m i r . 1 | | ( . | : l

•nlrul. ••x-in-tivnliu. le. M!clr;.l. l-CI.

•'»'•nit.ul de mcdu-inn In I ir ild Cuerpo mí-diea-ILren-e ll*

ersj-Mh-

Este trabajo es una recopilación de cuantos descu­brimientos importantes se han verificado en el tras­curso del año de lHitf, en el vasto campo de las cien-

ninguna de todas esas versiones aventaja ála de Are­na, pues forma un cuadro acabado con tanto tino y maestría, que empeña la atención, regala el oido y embelesa la mente.La breve composición intitulada los Mídanos, es

una pintura fantástica con motivo de unas manchas circulares que aparecen en las pampas, que el vulgo de buena fé v los poetas- por conveniencia literaria

cías farmacéutico-médicas. Contiene todas las aplica- creen son huellas que dejan las liadas en sus misle-ciones publicadas por la prensa científica en el ramo de que se trata. y sirve como el medio más sencillo, seguro y económico para estar al corriente del movi­miento v progresos de las materias indicadas.La obra cuya aparición anunciamos, satisface una

las.

P R I M E R A P A R T ED E L I N G E N I O S O

hidalgo don Quixote de Ja Mancha,

C a p ítu lo T r ím e ro . Q u e tra ta de la condi- clon , y e x e n te lo det fa m o jo h ida lgo don

• Q u ix o te de la A la n c h a .

El tralado que nos ocupa contiene ade­más algunas páginas consagradas a expli­car la germinación, la hibridación y los agentes de la vegetación, tales como el clima, suelo, riegos, aire. luz. tempera­tura, etc. Comprende asimismo la des­cripción de diez y siete géneros de árbo­les y trescientos trece entre especies y variedades. Para cada dase se advierte el clima, exposición y terreno qiierequh re, su cultivo, abono y medios de multipli­cación, el modo de dirigir cada planta, sus enfermedades, recolección del fruto v cuanto se necesita para formar, conser­vare hacer producir á los jardines de ár­boles frutales.

N V n lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiere acor­darme , no ha mucho tiempo que viuia vn hidalgo de los de lança en artillero, adarga anti­gua,rozin flaco,y galgocorrc- dor. Vna olla de algo mas vaca que carnero, falpicon las nías noches,duelos y quebrátos los

Sabados,lantcjas los Viernes algún palomino de ana­cí idura los Domingosioonfumian las tres partes de íu hazíenda. El relio della concluían, fayo de velarte, calcas de vcÍludoparala$rteAas,coníu$ pantuflos de

A loliE l'llO m V C K »- FOTo-TIPOCll \KICA PE 1.A I’ VUNA PHIMEUA l'E K I. I.'I IJOTK

EDICION HIIM ITIVA DE l '< l i

M i i n i l i l l p r á e lie a ih ' l ( ¡a n a d e e n , c a n iv lm i»M n i 1‘O l f i l 7 »•«!»■ 'IIP », Ita jo su« fres conceptos t ic ganado t ic la b o r , i lc cebo 'J r a r a s p a c id a s^ por don Agustín Casal Suarvz. Madrid. 1X71.

La ganadería es un elemento de riqueza importan­tísimo para la vida material de los pueblos, y según se advierte en este Manual, en España, pais de tan buenas condiciones agrícolas, aquella parte de seme­jante industria no se eleva á la altura que por todos conceptos exige. Para remediar tal atraso, el autor anotado arriba publica datos de la experiencia y algu­nas observaciones oportunas y útiles, refiriendo lo ne­cesario con objeto de que reciba impulso el ramo pe­cuario, á fin de que saiga del marasmo y abandono en que nuestros ganaderos lo tienen.Este Manual consta de 113 páginas: pero carece del

índice de materias, que es tan conveniente en toda obra de estudio, aunque tenga poca extensión.

verdadera necesidad en esta época en que los descu­brimientos se verifican con rapidez vertiginosa, y su estudio interesa en alto grado á lodos los protesores, tanto médicos como farmacéuticos . lo mismo que á industriales y agricultores, por las recetas útilísimas que contiene.

as de ! .. ,//.• •astellano. Luna.

j ratine nías t’ii i.PaCttaI .Intnjml. La- t¡castellano. Luna.

L Me l a n P'iema Pcntasilal"-'. Idem.

Mas. Mem *. 7 tu M u » i Mena*. Juguete cónc*o en un acto \ en verso, estrenado en el Teatro Principal de Luna la nodie del 10 de Enero de 1-~1.

Las tres publicaciones cuyos títulos quedan anota­dos. son originales de .luán Arona, seudónimo del re­putado autor peruano don Pedro Paz-Soldan y L'nanue.La versión do las Geórgicas está en versos armo­

niosos escritos con sencillez y naturalidad, y patentiza que el traductor ha hecho un estudio profundo y jui­cioso del poema del gran Virgilio. En varios idiomas y repetidamente se han traducido las Geórgicas: pero

l iosas y undosas danzas.Ll juguete cómico del mismo autor anotado arriba,

está escrito en verso con mucho arte, y enlazados sus varios incidentes de modo que excitan en alto punto el interés y la curiosidad. Tiene fuerza cómica, caractères

graciosamente dibujados, y un calor en la Ful i expresión que revelan dotes de primer or­

den en el poeta .luán de Arona. La fecunda imaginación de éste puede juzgarse por las numerosas composiciones poéticas que lia publicado, y de las que uqui sólo se anuncian tres de las más recientes.

leas ¡Id fritte I ‘Oesias ill' 'Inn .losé l'liimlii Simsfin.Mmlrió. 1*71.

En el prólogo de. este libro decían su autor que considera la poesía romo un sacerdocio, y que ha profesadnadniiracinii y basta cierto culto á mantos lian prefe­rido el (¡fulo de podas sobre billas las cosas.

No es general leiier de esla materia semejante elevado y sublime concepto , -i bien nadie niega que entre las bellas artes ninguna hay tan profunda y riquísi­ma cuino la poética. Las demás producen efectos por representaciones, ya plásticas, ya de colores, pero siempre externas: la música está limitada, por el estado lo- davia rudimentario, vago é indetermina­do de la naturaleza de los sonidos, á obrar sólo en la vida confusa y sin formas del sentimiento y de los afectos; mientras que la poesía reúne en cierto modo cuan­tas ventajas contienen Indas las bellas artes juntas, y forma su complemento esencial. su corona y elevadisimo punto. Al par que la música, toca la poesía el corazón y el sentimiento; mas no perma­nece como la primera desvanecida inter­namente, sino que llega con fuerza in­contrastable á crear ideas y conceptos lijos, concretos y permanentes.Puede, pues, concederse gran impor­

tancia á la poesía, sin darle la magnitud trascendental que el autor de los luios i ld Tcide. Palta ahora ver si éste lia lle­gado á la gran altura que él mismo seña­la: mas para semejante exámense carece en L.v I l u s t r a c ió n , que tanta variedad do asuntos trata, del espacio necesario.

Por consiguiente, forzoso es que los apuntes sobre libros nuevos se limiten á meros anuncios y a obser­vaciones muy rápidas y concisas.

E m ilio H u e l in .

REPRODUCCION FOTO-TIPOGRAFICADE LA TRIMERA EDICION DE

EL INGENIOSO HIDALGO DON OCHOTE DE LA-MANCHA I Pl.

En estos momentos llama grandemente la atención de las personas doctas esta curiosa y notable obra, cuya publicación lia emprendido, en honra de Cervantes y de las letras patrias, el coronel señor López Labra.La edición que anunciamos es tan igual á la pri—

i l l S - publica por en tregas de í-S na-, una rada tees de-de el puiMiii.i (la-ado .May*. i’ ie .ii ic n E-pana. 'Jo rs. la en­trega ■ en r it ia ih .i i lijan el precio lo» a g e n t o . <|ue pueden d i- i igii-c paia lo* pedido- al l i irer l ' ir de l.v 111 s t u .m .io n .

I."- pe li'l'i- de ti l ’ehiiinhli pueden dirigirse •' la '.'Telaría •le la A'O. i h t"h . Muerta'. V>, Madrid.

N.° XVII L A I L U S T R A C I O N E S P A Ñ O L A V A M E R I C A N A . 1 íl. i

mora (dada á luz on’líKir»), «pio no seria fácil <li-lin- jiuir una do otra, á no sor por la tersura y belleza del papel, porcierto fabricado en España, en Capel ludes (Cataluña ).

1.a nobleza, y «'1 cuerpo diplomático particularmen­te. figuran ya en las listas desuserieion publicadas orí mi Tmlelin repartido con la primera entrega, y os «le*. roer «pie no habrá en España ni en el ext ran jero nin­guna corporación ilustrada «pie deje de. adquirir tan notable edición del mejor de los libros españoles.l'ara «pie las personas «pie hayan usto alguno de los

dos únicos ejemplares «pie se conocen de la primitiva edición del (Juijnle (propiedad el uno déla Uiblioteca Nacional, y de la Academia Española el olroi puedan juzgar de la exactitud de la nueva edición folo-lipo- gráíira, riamos en la plana anterior una de las páginas de la misma, aquella en que empieza la inimitable obra «lei gran ingenio español.Esta obra la publica el señor Lope?. Labra sin auxi­

lio alguno olicial. y empleando en ella un respetable capital, l'ara su mayor publicidad se lia formado una Asoeineian ¡iropnijiidiira de ln primera eilieinn del (Jin jnh-, reproducida p o r la fnlo-lipmjrafin, cuyo presidente es el respetable y eminente escritor don .luán Eugenio llarlzoiihusch, y el secretario nuestro colaborador el señor Emulai ira.

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PARÍS — LOS HIPOPÓTAMOS DEL JARDIN DEMANIAS.

.lindo es que tributemos mi ceciierdo ¡i estos dns i i i i i m 111 i I ns , cuya e r ra rjñ/ñ's publicamos en la pá­gina ‘J'.l’i, siquiera porque también los desdichados lian sido víctimas de las catástrofes que lian llovido sobre la Erancia, desde el día »i de Agosto de |S7l), hasta el presente.En electo: ellos, como sus vecinos los elefantes

t'.ásior y l’olux, perecieron, durante el sitio de bajo el lilo do los cuchillos de los h o n e lte r s, un po­quito antes que los hambrientos parisienses so acor­dasen de las excelencias culinarias que podía ofrecerles en su situación poco grata, la carne telina y canina.A liba*-Pachá, gobernador del Lairn, diú órden ni

cierl i ocasión para que fuese cazado en el Nilo un lii- populamo hembra, con destino al Jan lili de Plantas de París; pero los cazadores indigenas se equivocaron , y despues de varios meses remitieron al paeliá un so­berbio hipopótamo... macho.Era un pobre cachorrillo de pocos dias, cuya ma­

dre li.tbia sido muerta por los crueles cazadores, v pesaba aquél—bajo la fe de M. Alejandro Diunas—|á miseria de doscientos kilogramos.Mamaba aún el poluecito. y M. Delaporle. encar­

gado de su conducción basta Marsella y París, le des­tinó. en calidad de nodrizas, vcinli-iote vacas v cua­renta cabras—siempre bajo la le de M. Domas —que bieron embarcadas, con el tierno ¡ufante, en el vapor Atí A//, de las mensajerías imperiales.Diez y seis dias después llegaron á Marsella. y luego

á París. en tren especial.Va tenia la Erancia, corno la Inglaterra , un hipo­

pótamo macho; pero nuestros vecinos son insociables, y tratan de humillar, siempre que pueden, á su f\rf alinda.lié aquí por qué se oia algunas veces entre los cu­

riosos que acudían al Jardín de Plantas:—¡t u hipopótamo hembra! ¡l’n hipopótamo hem­

bra! /.Para qué sirve un hipopótamo macho?Luyas voces debieron de atravesar el Mediterráneo,

v llegará los oidos de Alirri-Pacbá. sucesor de Abbas-P.’i'diá en el gobierno del Cairo.Porque Alim ordenó que fuese cazada una hem­

bra en el Nilú blanco, y enviada al .l.inlin de Plantas.Y como las órdenes de los pachas del Egipto se

« umplen siempre, ul cabo de un año y nueve meses M. Líela porte lué comisionado otra vez por el gobierno «leí emperador Napoleón 111 para conducir á París, desde Alejandría, un magnifico hipopótamo hembra «pie había sido cogido algunos dias antes en el rauda­loso Nilo. según las órdenes de Alim-Pacbá.Debemos figurarnos que el hipopótamo macho re­

cibió con gruñidos de especial satisfacción á su digna compañera.

lal es la historia de los dos uní mal Has que repre­senta el citado grabado.Hoy ya no existen, ni siquiera quedan vestigios del

Indio Jardín de Plantas.— ¡Mal rayo para los alemanes!—dirán seguramente

los buenos franceses, considerando que la Inglaterra conserva aún en llyde-Park el excelente hipopótamo

macho, que también liabia regalado á la reina Victoria el galante y dadivoso Ablias-Pacliá.

COSTUMBRESCUBANAS.Aunque silbe la locomotora al través de los feraces

campos de Pulía, la hermosa reiría de las Antillas, aún se usa en algunas localidades la antigua costum­bre «le atravesar ciertos parajes de la manera «pie in­dica nuestro grabado de la pág. 2!

Y tal modo de viajar, encima «le ese animal »1 • tanl'i pase, y >¡n igual rnclia/a.

como lia dicho cierto poeta, cubano por cierto, aunque im está muy en armonía con los progresos de las ar­tes y la industria. es sin disputa el más sencillo, y sobre todo el roas seguro, en varios puntos de la isla.

Eos cubanos son idólatras de las antiguas costum­bres que sus antepasados les legaron; y no obstante las locomotoras, y ias voluntas, \ todos los vehícu­los «pie en aquel país están en uso, subsistirá toda­vía por luengos años la costumbre que expresa tan gráficamente el ya rilarlo dibujo.

PARÍS.—PROFANACION Y SAQUEOHF. I.A U.I l-:SIA lU: SAN I KI.IPK.

A medida (jije e| tiempo pasa y la calma se resta­blece en l.i desgraciada capital de la vecina franela, las cartas y periódicos vienen amiuciaiidu nuevos de­talles que según mi diario por la espantosa per­versión que revelan . apenas pueden < unrebiive en una sociedad civilizada.

lié aquí tilia escena de la cual basta liare cuatro dias apenas *-r ti nía noticiaLoando la ('.oinmanr expidió la órden para que

fuesen despojados los templos de París di* los vasos sagrados y alhajas de oro y piala, á fin ider-ia el <|e- cretoi de destinar el metal i l.i la|n icaejou de mone­da, una i lio ana desvergonzada é insólenle se presentó en la iglesia de San Felipe, una de las más bellas de París, acompañando al delegado de la < '.ooimane que llevaba la (-Omisión de venlicar la requisa y la espo- liaetoii.Pero «*l registro filé en vano, pites los audaces emi­

sarios apenas encontraron en la sacristía algunas co­pas y ornamento*, imágenes, cuadros y muebles, mas no las preciosas alhajas que los miembros rio la Cmn- nntne codiciaban.

Exasperada la turba con este chasco, se entregó á

AJEDREZ.

Solu

III. ANCAS. KEGItAS.

• \ tolii.i I*. Jii'i'i e. c. ah.* I! a <11

n ; ais. i i i . i i . .

n t u .A 'i i iIl I i .11. inali..

1 *.................•g.a n :• o .a ■ a a li.V.* |I C lt. tn.it-*.

I ■ Il I-.111.1 A. — ;i•J * II j-ll—l.a « It jthv.i.

i." u o." u |M. ;

• i.1 11 j-irg.i.

i J n m i.- * li jm*g;i.a.* II jm-ga.

los excesos más deplorables. de los cuales dará una idea «*l grabado de la pág. 281, copia de un croquis, del natural, que so nos lia remitirlo.

Y lié aquí la verdadera causa de la prisión del dos- gr.u ¡ado monseñor Ilarhny. arzobispo de Paris, acusado .'miescabimiii'isatneiile de agente bonapartista; los ro­jos. que esperaban encontrar en la iglesia ríe San Felipe riquezas sin cuento, dijeron á voz en grito rjue el ilustre prelado las había escondido, por negarse á ciimpiimeutar las órdenes de la ( '.ammano ■ y los in­dividuos ile |.i banda roja, «lando oidos á las malévolas acusaciones ríe la plebe, decretaron la prisión de aquél á liu ríe obligarle, por este inerbo coercitivo, á entregar los vasos sagrados que se suponía estaban ocultos.

El desventurado anciano no debía salir «I«* la cárcel de la l'.oipielle *. en ella filé fusilado uditili.anamenle por los misinos que baciali alarde de preparar para la Erancia una era de paz y de ventura.De este mismo género es la escena que señala «*l

grabado do la pág. 285.I n digno eclesiástico, cora de una capilla cuyo

nombre no r«*cordanios, animado por el fuego de la caridad cristiana, en el momento en «pie las tropas riel ejército l«*al se disponían á tomai- por asalto ima barricada que los cojos guardaban, dirígese á éstos i'oii palabras i|e amor \ «I«' bnndud . \ les exhorta á «pie depongan las armas. en bien de la patria \ de ellos mismos.

P it o los iojm no escuchan aquella voz piadosa : al contrai jo. i ri'eii, ó Imgeii creer, que «-I clérigo r> ini espia, y enmelen la criM*lda«l horrible de colocarle s o ­

bre la barricarla, para que -¡mera «I«* blanco á lab.d.is ile los \i-|'snlb’si*s.Allí murió el inléliz sacerdote . perdonando segura­

mente del mismo morto que monseñor Parboy. á se « i líele*- asesinos.

I .as genera-m m - venideras , ol io o im t it las página? «le la última insurrección «le París, creerán «pie el vértigo de la ni alan/,i se liabia apoderado de los auto­res de I io inhumanas escenas.

¡ion al problema mím. t i , compuesto por la señora doña R. F. de G., de Villauueva y Geltrú.

P R O B L E M A N Ú M . 1 2 .COMPUESTO pon I>. .MATEO ZAMOIIA Y I). J AVI Eli MATt-.-UI/.

NECllAS.

BAÑOS DE CARLOS III.

I lio de los establecimientos balnearios de España que merecen lijar en alto grado la atención de los hombres de ciencia por su origen . esclarecida historia y provechosos resultados, es el llamarlo de Carlos III, en Trillo. Situado á ríos kilómetros de la villa de este nombre, en el partido judicial de Lifueutes, provincia de Lmadalajara. se baila casi en el centro de España; y esta circunstancia, unida á la más notable «1«* sus abundantes manantiales, muy apreciado por sus ad­mirables condiciones medicinales, han dado siempre á Trillo y continuarán dándole, cada ve/, en escala más creciente, una importancia justa y merecida.La situación topográfica de los establecimientos

balnearios de que nos ocupamos . es inmejorable bajo el punto de vista higiénico y recreativo. En una her­mosa cañada que se extiende desde el pueblo de Trillo hasta la coiillucncia de dos montañas, y á la orilla iz­quierda del Tajo rpu* corre impetuoso amenizando aquella saludable comarca, nacen, abundantes y pu­ros. nueve manantiales, algunos de los cuales, distin­tos entre si en sus propiedades y efectos. pueden ser y son aplicados á bien diferentes enfermedades.Los manantiales llamados del Establecimiento, por­

que sobre ellos -e ha ido edil ¡cando en distintas épo­cas. desde su fundación por Carlos 111, un magnifico edificio-hospedería que cuenta más de cien espaciosas habitaciones, constituyen un grupo muy notable divi­dido en siete departamentos designados con los nom­bres de /?«*;/. Tuina. Santa Teresa, San lose. Obis­po, San llafael y Salud, que comprenden veinticua­tro pilas, tres fuentes, duchas, baños de inyección é irrigación, generador de vapor, estufas, etc.. etc. Estas aguas son elorurado-sódicas, y sirven para el tratamiento de las afecciones reumáticas, artríticas y gotosas, muy particularmente en el reuma erético ó nervioso, en las neuralgias y parálisis dependientes de esta diátesis, ó en las que reconocen un origen ce­rebral, medular ó perversión en los diversos órganos del aparato locomotor. También se tratan con éxito en estas fuentes algunos padet ¡mientas gastrálgicos y dis­pépticos, de origen reumático ó gotoso.t »tro manantial clorurado-sinUm, pero fernojinoso

1 A I L U S T R A C I O N E S T A Ñ O L A V A M E R I C A N Am N.° X V I I

constituye un edificio separado ¡¡I final 'le la pro- modernos para las medicaciones liidro-lerápicas en l iosa alameda de Carlos 111. y sus apnas son virftio- las enfermedades nerviosas y especiales de los órga- sisimas en el tratamiento de las alecciones escrofu- nos de la locomoción, las parálisis, las afecciones his- losas v raquíticas, en los tumores blancos, en las I ó ricas, elorúlicas y atóxicas, y otras, enfermedades nervio­sas, convulsivas, epi­lépticas y dolorosos;■n el linfalismo y sus :onsecuencias, sobre odo en las personas lábiles y valetudina- •ias, y en los niños.I'orman. pues, además le sus especiales in- licaciones, una me- licacion preparatoria,■iempre útil y en oca- iones indispensable,’ara los baños de mar.La fuente llamada

leí Director, y situada d lado de una bonita tuerta, procede de un nanantial sntfa-fer- •HqinoxO á 23 grados.•ujas aguas se admi- fislran únicamenle en telada para el trata- nieulo de las afeccio- tes escrofulosas, ra- piilicas y herpeticas, ilterociones en la san­are y otras.

L a Condesa se li- ula otro manantial clo- •u rado-sód ico so t u - •odo á 2S grado« que

TRILLO — VISU EXTERIOR DE LOS BAÑOS Dr CARLOS 111 (pág. 2t*à ».

f rota enel fondo deuna granpila, cuyas aguas tienen análoga» indicacio- Ala fienos à lasdel manantialde la Princesa. conaplicacion bonilto pa:especial .á las afeccione■s d** la matriz. La Condesa cur.*<a de!constitnve también un >nliticifi separado, enel cual se editiiCÍO o

halla montada la (irán <lucha ó din ha fuer te. duchas del cnal rmóviles y lijas, lluvia. irrigación y otros aparatos cal. que !

A la d*-reciia del edificio de la Condesa empieza un •Xjnito pas«'o que. siguiendo en sentido encontrado el

ajo. es muy pintoresco, y termina en olio lucido por el nombre ile Piscina . debajo ce un manantial sol forado e d u c o ar-cni- uno de los .me mas nombre é importan, u

dan .i los establecimiento- balnearios de Trillo. Sus indicaciones se refieren a) tratamiento del lierpe- tismo en su.- diferentes manifestaciones. En este edi­ficio se van i establecer este año salas y gabinetes de

inhalación y pulveriza­ciones.El magnifico hospi­

tal hidrológico de Car­los III, donde se reci­be á los enfermos po­bres, tiene también un manantial especial,sul- ¡alado nilcico, á ‘27 grados.

La importancia de la parte científica de o>- tos célebres estableci­mientos, no nos deja espacio para ocuparnos de las condiciones de la Aída, que son muy fa­vorables. Sin embargo, diremos de paso que lia y una fonda espacio­sa y bien servida , con salón de baile y con­cierto, salas de juegos y otros recreos, y ga­binete de lectura.En España, donde

por mucho tiempo he­mos |>agado ostentoso tributo al extranjero, hasta cu lo referente á baños minerales. Inic­uo es que se vayan co­nociendo poco á poco las riquezas que en es-

mto Lene nuc-tro suelo: v este es el objeto que hem i- propuesto ,il publicar hoy estas lincas y

31.M)RID:—IMIMin.VI A DE T- FóltTANET,Ca íLK M. La I- ULUTAD, SCI!