apariencia y realidad

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EDICIONES DHARMA

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Las dos verdades son (1) verdades últimas (don dam bden pa,paramartha-satya) y (2) verdades convencionales (kun rdzob bdenpa, samvrti-satya). Las explicaciones de la diferencia entre las dosverdades podemos encontrarlas en las afirmaciones de cada unode los cuatro sistemas de principios, que son reconocidos por laescuela guelug del budismo tibetano como formulaciones autén-ticas de las enseñanzas del Buda. Como el sello de un notario quecertifica la autenticidad de un documento, cada uno de estos cuatrosistemas acepta cuatro “sellos” o visiones que lo identifica comodoctrina budista auténtica:

1) Todo lo que es producido es transitorio2) Todas las cosas contaminadas son dolorosas3) Todos los fenómenos carecen de entidad 4) El nirvana es la paz

Clasificándolos desde el más elevado (es decir, el más pro-fundo) al menos elevado, los cuatro sistemas que comparten estospuntos de vista son:

Sistemas de principios del Gran Vehículo (mahayana) 1) La escuela del Camino Medio (madhyamika)2) La escuela de Solo Mente (cittamatra)

Capítulo uno

Dos verdades en cuatro sistemas

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Sistemas de principios del Vehículo Menor (hinayana)3) La escuela del Sutra (sautrantika)4) La escuela de La Gran Exposición (vaibhasika)

Existen subdivisiones, como las ramas de la escuela del Ca-mino Medio llamadas Autonomista del Camino Medio y Conse-cuencialista del Camino Medio, o las de Seguidores de la Escrituray de Seguidores del Razonamiento en la escuela del Sutra, etc. Esmás, los guelugpas tradicionalmente proclaman que todos los quesostienen principios budistas pueden incluirse en una de estas cua-tro escuelas4. Esto no incluye a todos los budistas, puesto que haymuchas personas que han tomado refugio en las tres joyas desdelo más profundo de su corazón (y por tanto, son budistas), y nosostienen principios budistas. También se dice que para ser un de-fensor cualificado de un particular sistema, es necesario compren-der la ausencia de entidad que enseña dicho sistema. Así, porejemplo, uno no se convierte en defensor de los principios de laescuela del Camino Medio hasta que comprende por vez primerala vacuidad que se explica en la escuela del Camino Medio. Lapalabra que traducimos como “principio” (grub mtha, siddhanta)significa “conclusión establecida”, y así un defensor de principiosno es solamente una persona que meramente simpatiza con unaposición determinada, sino alguien que sabe que esa posición escorrecta y no tiene intención de abandonarla.

Sin embargo, lo que en un sistema se considera conocimientoprofundo y definitivo, puede ser superficial o incluso equivocadodesde el punto de vista de un sistema “superior”. El mejor símilpara reflejar el estudio de los principios de los guelugpas no esuna línea temporal, como en la erudición occidental, sino una es-calera en la que los peldaños son los sistemas de principios. Unpeldaño elevado proporciona una mejor visión del que está debajode él, pero sólo cuando uno alcanza el peldaño más elevado –laescuela Consecuencialista del Camino Medio– ve cómo existenlas cosas realmente. Por otro lado, cualquier peldaño de la escalerade los principios budistas proporciona una opinión del mundo

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mucho mejor de la que se tendría permaneciendo en el suelo. Lossistemas de principios inferiores, como los peldaños de una esca-lera, también proporcionan un buen medio para acceder a los prin-cipios o peldaños más elevados.

Si llevamos el símil un poco más lejos: los principios o pelda-ños más elevados pueden ser peligrosos para quienes no estén pre-parados. Para algunos puede ser mejor permanecer durante algúntiempo en un sistema de principios inferior. Por otra parte, no esnecesario que todo el mundo ascienda por la escalera de los prin-cipios peldaño a peldaño. Cuando se estudian los sistemas de prin-cipios, se avanza a través de los sistemas uno a uno, reflexionandoen lo que uno aprende en cada estadio. No obstante, llegado elmomento de adoptar como propia la visión de un sistema de prin-cipios y de desarrollar la comprensión de tal visión, el consejo tra-dicional es buscar la visión más elevada que permita mantener laconfianza en la ley de causa y efecto. No se debería cultivar lavisión de sistemas más bajos simplemente para dar muestras dehumildad.

Necesitamos desarrollar y mantener la confianza en que nues-tras acciones tienen consecuencias, en que lo que hacemos pro-duce cambios, en que hay personas que sufren, etc. En ciertosentido, estas enseñanzas son fundamentales en el budismo, másque las que versan sobre la vacuidad. Si observamos lo que enrealidad hacen la mayoría de los budistas en el mundo, descu-briremos que practican básicamente generosidad, ética, pacien-cia y esfuerzo, motivados por el simple deseo de ayudar a losdemás, y/o para mejorar las propias perspectivas en la existenciacíclica. La aspiración misma de escapar de la existencia cíclicay los esfuerzos que se realizan para realizar la vacuidad soncosas menos frecuentes. Puesto que se inician en la práctica conuna tendencia innata a la cosificación más que con una tendenciainnata al nihilismo, la fe de los budistas corrientes en las perso-nas, el karma, la ética, la compasión, etc., está imbuida de esatendencia a cosificar.

El yogui debe tratar de eliminar los factores de cosificación sin

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destruir la confianza en las personas, el karma, etc. Si actuar conuna visión en particular nos está empujando hacia la convicciónde que nada importa, nada existe, nada marca una diferencia, niimporta lo que se haga, etc.; entonces, se debe abandonar ese sis-tema y considerar la visión de un sistema de principios “inferior”.Los peldaños más elevados pueden ser peligrosos porque refutantipos progresivamente más sutiles de cosificación. Por lo que au-mentan el riesgo de resbalar hacia el nihilismo.

Las “visiones” que hacen que un sistema sea superior a otroincluyen consideraciones filosóficas y psicológicas –siendo la másimportante la cuestión de qué es la ausencia de entidad o vacuidad(stong pa nyid, sunyata)–. Los cuatro sistemas de principios, portanto, no deben ser confundidos con las cuatro escuelas o linajes(chos lugs) del budismo tibetano –guelug, sakya (Sa skya), ñingma(rNying ma) y kagyu (bKa brgyud)–, que se distinguen común-mente por las diferencias en los tipos de ritual y meditación queprefieren. Kensur Yeshe Tupden (Kensur Yeshey Thubden) ex-plica que dentro de cada linaje hay tanto defensores de los distin-tos sistemas de principios, como muchos otros budistas que nosiguen ningún sistema de principios5.

En las siguientes páginas, consideraremos las dos verdades taly como se presentan en cada uno de estos cuatro sistemas de prin-cipios, comenzando con el sistema de La Gran Exposición y con-tinuando hasta el sistema del Camino Medio. Sin embargo,debemos señalar que el sistema del Camino Medio, el sistema máselevado, es el que da más importancia a las dos verdades. El sis-tema de La Gran Exposición y el sistema del Sutra dedican muchamás atención a las cuatro nobles verdades (verdaderos sufrimien-tos, verdaderas causas, verdaderas extinciones y verdaderos ca-minos), mientras que el sistema de Solo Mente hace más hincapiéen las “tres naturalezas” (naturaleza completamente establecida,naturaleza por el poder de otro y naturaleza designable). El sis-tema del Camino Medio es el que explora las dos verdades conmayor profundidad y detalle y, por tanto, al centrarnos en las dosverdades tal y como son consideradas por los cuatro sistemas de

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principios, tenemos que aplicar hasta cierto punto el programa delsistema del Camino Medio a los sistemas de las tres escuelas in-feriores. Nos acercaremos a los sistemas inferiores desde una de-terminada perspectiva del sistema del Camino Medio,estableciendo así un telón de fondo con el que podremos apreciarmejor la presentación de las dos verdades en el sistema del Ca-mino Medio.

Nagaryuna, el filósofo pionero del sistema del Camino Medio,proclamó la importancia de las dos verdades en su Tratado delCamino Medio:

Las doctrinas que enseñó el Buda se basan en dos verdades: las verdades convencionales mundanas y las verdades que son

objetos últimos.Quienes no conocen las diferencias entre estas dos verdades,no conocen la profunda talidad de las enseñanzas del Buda6.

Al tratar de comprender las diferencias entre las dos verdades,es conveniente preguntarse: ¿A qué tipo de cosas nos referimos alhablar de las dos verdades? ¿Qué es lo que se divide en dos ver-dades? Jamyang Shayba, autor de un importante libro de textosobre el sistema del Camino Medio, señala que hablar de diferen-cias entre las dos verdades sin saber en qué se basa la división, escomo trepar por las ramas de un árbol que carece de raíces7. Fuerade la tradición guelug, hay muchas afirmaciones distintas sobrela base de la división, pero dentro de la tradición hay acuerdo enque la división se basa en los objetos de conocimiento (shes bya,jñeya). Los argumentos guelugpas, que serán tratados más ade-lante, se presentan específicamente desde la visión del sistema delCamino Medio, pero la conclusión de que los objetos de conoci-miento son la base para la división en dos verdades, puede seraplicada a los otros tres sistemas de principios.

Es crucial tener presente que las verdades convencionales y lasverdades últimas no son dos tipos de visiones o perspectivas delmundo, ni dos “niveles o realidades”, ni, como se podría esperar

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de manera natural, dos tipos de verdad. Son objetos que existen yque se pueden conocer. Existente (yod pa) y objeto de conoci-miento (shes bya) son equivalentes, es decir, lo que es uno, es otro.Puesto que todo lo que existe es un objeto de conocimiento, deello se desprende que todo lo que existe debe ser una u otra de lasdos verdades. Las dos verdades no están confinadas al reino delas ideas y de la abstracción, como podría presuponerse por fami-liaridad con expresiones como “belleza, verdad y bondad” y “laverdad siempre prevalece”. Con cualquier cosa que exista pode-mos preguntarnos: ¿Es una verdad convencional o una verdad úl-tima? Una mesa, por ejemplo, es una verdad convencional segúnel sistema del Camino Medio, el sistema de Solo Mente y el sis-tema de La Gran Exposición, pero es verdad última para los Se-guidores del Razonamiento del sistema de Sutra.

Al afirmar que los objetos de conocimiento son la base de ladivisión de las dos verdades, los maestros guelugpas apuntan quelas dos verdades se pueden conocer y son accesibles a la compren-sión. Algunos sistemas enseñan que hay misterios tan profundoso verdades tan insondables que nuestras mentes –no importa cuánentrenadas y purificadas estén– jamás podrán entender. Según elsistema guelug, éste no es el caso. Es más, algunos de los asuntosmás importantes, como la vacuidad, son extremadamente difícilesde entender y hay otros –como los detalles más sutiles de la rela-ción entre una acción específica y su efecto moral– que sólo losbudas pueden conocer. No obstante, incluso antes de que un serllegue a ser un bodisatva, es posible que realice la vacuidad másprofunda, una verdad última, por medio de la utilización habili-dosa del razonamiento en la meditación. Además, cada ser sensi-ble puede y debe aspirar a transformar su mente en la concienciade sabiduría omnisciente de un buda, mente que de forma simul-tánea y directa conoce todo lo que existe: cada verdad última ycada verdad convencional. Así, los dos tipos de verdades se pue-den conocer y debemos aspirar a conocer.

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Dónde debería empezar alguien que quierecomprender el budismo, tendría que explorar loque significa tomar refugio en las Tres Joyas? O,¿analizar las cuatro nobles verdades e inspirarse

en el primer sermón del Buda?En respuesta a esta pregunta el Dalai Lama sugiere que

para muchos occidentales, las dos verdades: la verdad convencional yla verdad última, son el mejor lugar para empezar a conocer el budismo.Argumentó que es mejor guiar en el dharma exponiendo al razonamientoy al análisis filosófico sobre la naturaleza de la realidad. En base a eseconsejo, Joshua Cutler (Director of the Tibetan Buddhist Learning Centeren Washington, New Jersey) organizó un seminario, invitando a eruditosprofesores tibetanos y occidentales para hablar sobre las dos verdades enlos sistemas budistas que mejor conocieran. Las cintas de este seminariome inspiraron a escribir este volumen.Cuando el Buda despertó del sueño, nosotros todavía soñamos, él viola realidad última de las cosas tal y como son. Existen las aparienciascambiantes y las convenciones, los modos y las tradiciones del vastoy diverso mundo; y después el misterio de las cosas tal y como son; larealidad al desnudo. Los filósofos budistas llaman a esta duplicidadlas dos verdades.Cada sistema de filosofía budista tiene su propio modo de explicarexactamente lo que estas dos verdades son y cómo se relacionan unacon otra. Al explorar estos sistemas, estamos escuchando a lospensadores budistas enfrascados en una cuestión básica: ¿Qué es real?Esta no es una cuestión intelectual de poca relevancia, sino un asuntoque apunta al núcleo de nuestra práctica diaria.

Guy Newland recibió un Ph. D. por la University of Virginia en 1988y es Profesor Adjunto de Religión en la Central Michigan University.Ha estudiado con varios de los más prestigiosos eruditos tibetólogosen los Estados Unidos e India. Junto con Joshua Cutler es el editorde la primera versión en inglés de El Gran Tratado de los Estadios enel Camino a la Iluminación (Lam Rim Chen Mo) de Lama Tsongkapa

y de Introducción a la Vacuidad tal y como la explica Tsongkapa en elLam Rim Chen Mo.

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ISBN: 978-84-96478-55-8

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