aprendiendo a ser sumisa

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  • 8/19/2019 Aprendiendo a Ser Sumisa

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     Aprendiendo a

    ser sumisaUn regalo para mi AmoPor Dhanko - www.juegosbdsm.com

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     Aprendiendo a

    ser sumisaPor Dhanko - www.juegosbdsm.com

    Es propiedad: Dhanko - www.juegosbdsm.com

    Copyright © 2013 Juegosbdsm.com

    email: [email protected]

    Queda prohibido: Copiar, reproducir, distribuir, publicar, o en cualquier modo explotarcualquier parte de este libro incluidas sus fotografías sin la autorización por escrito delautor de la obra.

    Registro de propiedad intelectual: Safe creative.

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    Índice

    Presentación 07

    Tabús y miedos 10

    Los roles 12

    El rol de Amo/a 12

    El rol de sumiso/a 13

    El rol switch 15

    Bases para la práctica 16

    Consenso y Metaconsenso 16

    Contratos 17

    SSC 18

    Palabra de seguridad 19

    Los nombres en el juego 21

    Tipos de relaciones 22

    Relación estable de pareja 22

    Relaciones profesionales 23

    Relaciones de amistad 23

    Relaciones virtuales 24

    Relaciones 24/7 25

    Relaciones sexuales BDSM 26

    Sesiones eróticas de poder 27

    Rituales Y S ímbolos 28

    El collar 28

    Marcas y tatuales 28

    Ceremonia de iniciación 29

    Ceremonia de iniciación de luna 30

    Vivir y sentir la sumisión 44

    Sumisa Vs esclava 45

    No tengo Amo ¿Cómo encontrarlo?  46

    ¿Qué debo conocer de mi Amo? 47

    Conocerme como sumisa 48

    El test 50Muestra de un test o cuestionario 51

    ¿Qué es el dolor? 63

    Conocer los límites del dolor 64

    Jugando con mi Amo 66

    Definición de roles 66

    Límites, gustos y fantasías 67

    Búsqueda de nombres 68

    Palabra de inicio y seguridad 69

    Protocolos básicos 72

    Posiciones de una sumisa 76Qué espera una sumisa, qué ofreceun dominante 77

    Cómo aceptar una orden 78

    Entrada, salida y permanendia en el

    rol 79

    Formas de comunicación 80

    Los preambulos del juego 82

    Los inicios de sesión 84

    Un pequeño resumen 89

    Practicas BDSM 90

    Privación de la visión 93

    Pinzas 95

    Azotes 100

    Azotes con la mano 104

    Ataduras 107

    Cera 110

    Humillación 113

    Despedida 117

    El autor 118

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    Presentación

    Querida amiga, hoy tienes entre tus manos un pequeño manual basado en

    mi taller “Aprendiendo a ser sumisa” que tanto éxito tiene entre las seguidoras

    de mi web.

    Aunque existen muchos “amos” que critican mis enseñanzas, soy consciente

    (porque conozco los resultados) que pequeñas ayudas, vistas desde el matiz

    dominante, hacen que ese acercamiento a la llamada “sumisa perfecta” sea

    buscado por muchísimas mujeres para ofrecer a sus parejas de juego eseapreciado regalo.

    Bajo mi humilde experiencia, no debe existir un patrón o protocolo estable-

    cido que deba ejecutarse en todos los casos por igual, pero sí que existen

    unas normas muy sencillas que siguiéndolas, daremos a nuestro Amo las

    armas necesarias para que también sepa acoplarse a vosotras de forma fácil

    y siempre bajo el prisma del juego BDSM.

    Este pequeño manual lo dividiré en t res partes, en la primera par te te hablaré

    de todo lo que considero como base fundamental del BDSM, visto desde un

    punto de vista conjunto de Amo y sumisa. En la segunda parte entraremos en

    materia más concreta tocando todos aquellos puntos que considero funda-

    mentales para “Aprender a ser sumisa” basados en mi taller. Y en la tercera

    parte hablaremos de algunos juegos básicos y prácticas, viendo, bajo mi pris-ma, cómo puedes hacer que la conexión con tu Amo sea perfecta.

    Bien, mi querida amiga, espero que sepa comunicarte por escrito lo que se

    me da bien oralmente, aun así ya sabes que puedes comunicarte conmigo

    para cualquier cosa a través de mi web ww w.juegosbdsm.com.

    Un afectuoso saludo.

    Dhanko.

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    Fundamentosdel

    BDSM

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    Tabúes y miedos

    Los miedos y tabúes son los puntos más importantes que debo abordar cuan-

    do me encuentro por primera vez con una mujer que se siente sumisa y que

    nunca ha experimentado el juego BDSM. El nerviosismo se palpa, ha visto,

    leído, pero nunca ha practicado, le atrae, le excita pero no sabe qué se encon-

    trará si se entrega a algún dominante que no conoce a la perfección.

    Cuando vienen a mis talleres me han llegado a decir incluso “pero si eres nor-

    mal y encantador” sí, para reír la verdad, pero te aseguro que lo he tenido que

    oír. Y todo ello es porque desde el exterior, el mundo BDSM se ve como algosucio, algo hecho solamente para enfermos de mente, seguro que has oído

    eso alguna vez, o incluso si has visto alguna práctica extrema lo has pensado,

    o quizá, sin que sea algo extremo, el hecho de considerarte sumisa ya te hace

    pensar que no eres normal. No temas, eres mucho más normal de lo que

    parece, eres más normal que muchos de esos que solo aparentan y critican,

    que lo sienten pero que no son capaces de dar un paso para descubrirse

    realmente por miedo a saber que hay algo escondido, que no aceptarán nun-

    ca, que es suyo.

    Llevo mucho tiempo intentando desmitificar este mundo y de ahí que me vean

    como persona “normal”, los que no están dentro y, en cambio, que me vean

    como “mal Amo” muchos de los que dicen serlo. De hecho, me cuesta mu-

    cho más trabajo dar explicaciones y convencer de que aquello que se ha leídopoco tiene que ver con lo que se vive y en cómo se siente, que en enseñar las

    bases e iniciar a cualquier persona en este mundo.

    Ha hecho mucho daño tanta información, pero hasta ahora se ha hecho con

    un fin, que no todo el mundo pudiese conocerlo, que no se convirtiese en

    algo común. Siempre se ha querido salvaguardar el BDSM y apartarlo para

    poder seguir siendo algo tremendamente misterioso al alcance de muy pocos

    y sectario.

    Es interesante ver las cosas así, por supuesto, pero no está nada mal dejar

    que la gente conozca otras formas de disfrutar de los juegos que se apartan

    del sexo vainilla (se llama sexo vainilla en argot “bedesemero” al sexo conven-

    cional) y además que lo hagan a su ritmo, a su medida, sin metas ni grandes

    logros. Por eso estoy aquí, para ayudarte a conocer y a partir de ahí lo puedas

    vivir libremente y a tu manera.

    El mundo BDSM es tan amplio o tan sencillo como tú quieras que sea. Te lo

    voy a comparar con el denominado “sexo vainilla”. En el sexo, puedes simple-

    mente dedicarte a hacer el misionero o puedes llegar a tener una vida sexualliberal. Todo cabe si la pareja lo admite, tríos, intercambios de pareja, orgías...,

    cada uno decide, y el BDSM es lo mismo. Tú marcas tus propios juegos y lle-

    gas hasta donde quieras llegar, es así de simple.

    Por ello, no hay que tener miedo, hay que tener la mente abierta, por supuesto,

    pero no busques el reflejo de nuestro juego en las cosas más extremas.

    En los últimos tiempos, hemos tenido la gran suerte de que libros de éxito

    mundial han acercado nuestro juego quizás más a la normalidad, enmasca-

    rado con historias de amor, pero que han hecho que ya no se vea tan com-

    plicado, perverso o sucio. Yo lo veo en mis talleres y sesiones, se me acerca

    mucha más gente, están algo más abiertos a aprender qué es esto del BDSM

    y cuando ven lo que es, ven el cielo abierto. En muchos casos, incluso, ven la

    salvación a una relación al borde de la ruptura, ven nuevas ilusiones que bien

    conducidas volverán a crear el vínculo necesario para que todo funcione casi

    a la perfección.

    Recordemos que para jugar es importante la comunicación, la con-

     fianza, la entrega, la libertad de expresar fantasías, el amor y la sin-

    ceridad absoluta con la pareja de juego.

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    Los Roles

     Vamos a hablar de los roles, de su importancia y de cómo llegamos a esta-

    blecerlos.

    Existen básicamente dos tipos de roles: dominante y sumiso. Sobre este res-

    pecto debemos aclarar que hay quienes se encuentran cómodos desem-

    peñando tanto un rol como el otro y a este tipo de personas, en el lenguaje

    BDSM, se les considera switch (ambivalente).

    No olvidemos nunca que hablamos en todo momento de un juego, tampoco

    olvidemos que la finalidad es disfrutar y que todo lo que te haga sentir bien,

    tanto a ti como al compañero de juego, está permitido.

    El rol de Amo/a.

    No es más que el rol dominante en una relación BDSM, nunca hay que con-

    fundirse con el denominado “puto amo”, de hecho es el rol más complicado

    de ejercer si se quiere hacer bien. El Amo debe denotar fuerza e inspirar res-

    peto a la parte sumisa. Del mismo modo, el Amo, siempre debe velar por la

    seguridad del sumiso o sumisa, pero nunca dejando de lado su papel. En los

    talleres que imparto de formación de Amos, siempre intento que entiendan

    la enorme responsabilidad que en ellos recae. Un Amo puede ser la perso-

    na más sensible y amorosa del mundo, pero llegado el momento del juego

    BDSM tiene que notarse su fuerza y seguridad. Una caricia y un azote no es-

    tán reñidos.

    Muchas veces me he encontrado con el “master” que llega al taller de forma-ción de Amos, diciendo que lo sabe todo, que lo que quiere es experimentar

    con una sumisa, que tampoco es tan difícil hacer un poco de spanking y echar

    cera, entre otras prácticas, así que le digo, ¡adelante! ¡enséñame lo que sabes

    hacer!... Entonces es cuando se les cae todo encima, no saben cómo empezar,

    cómo proceder, qué hacer ante una sumisa a la que no conocen, no hablan,

    simplemente piensan en ejecutar sin importarles, ante todo, la parte sumisa y

    sabiendo que ese hecho no va a aportar lo que debe a ninguna de las par-

    tes.

    La facilidad con la que los dominantes, ya sean ellas o ellos, que no están for-

    mados, cogen un juguete, látigo, por ejemplo, es impresionante. Un arma que

    denota quién manda aquí, pero no todo es tan elemental ni tan fácil. Cuando

    un llamado Amo sea obedecido por alguien casi desconocido (sumis@) por

    solo un simple gesto, por una palabra, por una mirada, entonces podrá ser

    llamado AMO, así en mayúsculas y merecedor de su significado.

    Otro apunte muy personal sobre los que se llaman “amos” sin serlo: bajo mi

    prisma, un Amo solamente puede llamarse así cuando tiene una posesión y

    esa posesión sin duda debe ser una sumisa, en caso contrario simplemente

    es un dominante, concepto que no entienden y que tiene una explicación tan

    sencilla como la que acabo de darte.

    Sí, mi querida amiga, como puedes ver, este es el rol más complicado, es el

    rol que hace que todo funcione a la perfección y que se disfrute al 100% del

    BDSM o por el contrario que sea un verdadero desastre y un cúmulo de malas

    experiencias para ambas partes. Por todo esto insisto en su correcta forma-

    ción, en que hay que formarse, hay que ser consciente de que nadie nace

    enseñado ni con las capacidades desarrolladas, hay que tener paciencia y

    sobre todo ser conocedor de quién está en nuestras manos.

    El rol de sumiso/a.

    Mi primera frase debe ser clara, este rol siempre tienen el mando del juego,

    ya irás entendiendo el porqué. El sumiso, debe ser el bien más preciado del

    dominante y, por ello, hay que cuidarlo como si fuera el juguete favorito, enten-

    diendo que si se rompe ya no se podrá jugar más con él.

    Parecerá una contradicción la frase con la que hemos empezado a descubrir

    el rol sumiso, ¿verdad? ¿Cómo puede ser que un sumiso lleve el mando?

    Pues es muy sencillo, el sumiso es el que indica al dominante a qué intensi-

    dad, forma o nivel es capaz de jugar.

    Imaginemos que estamos en un nivel de inicio, si el dominante no es capaz de

    ir a este nivel y hacer que el sumiso vaya descubriendo y ampliando el margen

    del juego, no se puede seguir adelante porque las experiencias van a ser ne-

    fatas para ambas partes y mucho perores para la parte sumisa. Teniendo en

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    cuenta todo lo dicho y para evitarnos males peores, vamos a empaparnos de

    información, vamos a ir despacio y a conocer antes de actuar.

    Muchas veces me encuentro con sumisas que lo son porque necesitan buscar

    el equilibrio perfecto en sus vidas. Esto es así, quizá podríamos decir que el

    BDSM es una buena terapia que hace que las personas se sientan equilibra-

    das y que gracias al juego se mejoren muchas vidas y, sobre todo, muchas

    mentes (aunque por el desconocimiento global pueda parecer todo lo contra-

    rio).

    La mayoría de sumisas que vienen al taller de “Aprendiendo a ser sumisa” o

    simplemente a una sesión, me comentan que en casa son ellas las que tienen

    que llevar la voz cantante, que en el trabajo tienen puestos de responsabilidad

    que les hace estar todo el día en tensión y vienen porque necesitan buscar

    ese yin o yang que les equilibre emocionalmente.

    Quiero trasladar también esta búsqueda del equilibrio a cualquiera de los roles

    del juego, tanto dominantes como sumisos. La necesidad de encontrar el equi-

    librio puede ser muy válido, no es quizás el que más valoro personalmente,

    ya que para mí, la pureza sumisa está en el alma sumisa por excelencia, pero

    esto es una opinión muy personal.

    Resumiendo, cualquier decisión que te haga sentir bien es totalmente acepta-

    ble y si te ayuda a mejorar no sólo es aceptable sino que es aplaudible.

    ¿Qué he querido decir con “alma sumisa”?. No creas que es fácil de expli-

    car, quizás parezca un tanto lioso entenderlo por la sencillez de lo que es. Un

    alma sumisa es aquella que pertenece a quien siente lo que es, quien vive su

    papel, quien ama la sumisión y siente orgullo de ser quien es, nada le influye

    para tomar ese rol; es la persona que no busca un mero disfrute en un juego

    donde el Amo es quien lleva la voz cantante sin más, sino que prácticamente

    otorga todo el poder a la parte dominante para el placer mental, físico y sexual

    de ambos.

    El rol de Switch.

    Al inicio de este capítulo ya hemos hecho una pequeña referencia a este tipo

    de rol pero para ser organizados vamos a darle su espacio.

    Switch se define como el rol cambiante, aquel que algunas personas pueden

    aplicarse y que les aporta igual placer siendo dominantes o sumisos. Hay pa-

    rejas que me han venido a los talleres y aplican el “hoy mandas tú, mañana

    mando yo” y se lo pasan “teta”, es otra opción. Es quizás algo más superficial,

    no tan profundo pero sin duda eficaz. Tengamos claro que si algo ayuda a

    mejorar y enriquece nuestra relación sea del tipo que sea, debemos darlo por

    bueno.

    Existen grandes Dominas que en sus principios han sido sumisas, ellas entien-

    den perfectamente ese sentimiento sumiso y por ello son buenas en lo que

    hacen, entienden el dolor, entienden la entrega y, por ello, pueden hacer vivir

    de forma extraordinaria la sumisión.

    Del mismo modo ocurre con dominantes que se han convertido en sumisos.

    Tengo un amigo que ha pasado de ser un gran Amo, muy bueno como tal,

    a ser sumiso. Cuando se descubrió como sumiso me lo hizo saber y me dijo

    “ahora que me he visto el culo ya sé lo que soy”, bueno, supuse que quería

    decir “me gusta ser sumiso y no lo cambio”, o algo así, porque nunca más

    me ha explicado nada como dominante. Este caso no se puede considerar

    como switch ya que juega con un único rol pero sí lo era durante el proceso

    del cambio.

    También me vienen sumisos que en realidad son dominantes, pero que ante

    la falta de poder practicar como Amos, quieren vivir tanto este mundo que lo

    hacen como sumisos, y lo disfrutan enormemente. Todo ello nos demuestra

    que este juego, no es más que eso, un juego que podemos disfrutarlo desde

    cualquiera de sus vertientes.

    Lógicamente, puedo ser criticados por “puristas del BDSM” pero como siempre

    digo, me da exactamente igual. Si somos capaces de hacer entender a las

    personas que hay muchas formas y maneras de disfrutar al máximo y con

    normalidad del sexo no convencional, me es suficiente.

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    Bases para la práctica

    En este apartado vamos a hablar de varias cosas a tener en cuenta, pero no

    vamos a profundizar en muchas de ellas porque, recordemos, estamos en un

    manual para aprender a ser sumisa y lo importante es saber que hay unas

    normas que seguir para que el juego sea seguro y sano. Irás viendo que este

    mundo puede ser tan complejo como quieras pero también verás que tenien-

    do unas bases sólidas y bien asimiladas el resto es añadir y completar.

    Durante este capítulo veremos conceptos como los que conocerás a continua-

    ción, que es el consenso y el metaconsenso, hablaremos de contratos y nor-mas que harán que el juego adquiera una mayor seriedad y por supuesto

    mayor morbo y, dicho sea de paso, seguridad. Hablando de seguridad, cono-

    ceremos qué significan las siglas SSC y la importancia de la palabra de segu-

    ridad o interruptor de apagado. Otro apartado considerado primordial, sobre

    todo si quieres vivir este mundo como un mundo paralelo en el que tú eres

    otra persona y no quieres ni confundirte ni identificarte con quien realmente

    eres, es la importancia del nombre.

    Teniendo en cuenta todo lo anteriormente expuesto vamos a conocer un poco

    más sobre ello.

    Consenso y Metaconsenso

    Hay dos formas principales para el buen funcionamiento en un juego BDSM

    lo que se denomina bajo “consenso” y bajo “metaconsenso”. ¿Qué es? y

    ¿cuál es la diferencia entre ambos conceptos?. Bien, jugar bajo consenso,

    nos implica seguir unos parámetros marcados por un contrato (que veremos

    a continuación) y una negociación de los límites establecidos donde, tanto la

    parte dominante como la parte sumisa, tienen potestad para parar el juego en

    cualquier momento, con la llamada palabra de seguridad que más adelante

    descubrirás. El metaconsenso va un poco mas allá. Es un concepto al que yo

    llamo confianza absoluta de la parte sumisa hacia la dominante. Aunque se

    respeten los límites pactados, solamente la parte dominante tiene potestad

    para parar el juego. Este tipo de funcionamiento solamente debe realizarse

    con el conocimiento absoluto del sumiso y lógicamente, repito una y mil veces,

    sobre los límites pactados. Si no se conoce ni se confía absolutamente en la

    parte dominante siempre se debe consensuar la sesión o el juego.

    Contratos

    Hay mucha literatura sobre este punto. Las parejas preguntan, ¿Por qué tengo

    que firmar un contrato con mi mujer, novia, amante? En realidad aunque lo pa-

    rezca no es nada absurdo ni ridículo, es parte del juego. Es tan simple como lo

    quieras ver o tan complicado como lo interpretes. No deja de ser una simbolo-

    gía que recoge pactos y límites, es quizás una forma de respeto superior a la

    palabra dada en un momento concreto. Un contrato BDSM puede ser revisado

    las veces que haga falta y su redacción puede ser tan abierta como ambas

    partes consideren oportuna.

    Sobre este punto marizaré para ayudarte a entender o responder a esa pre-

    gunta que hacíamos anteriormente y verás que aquello a lo que no damos

    importancia tiene mucha más de lo que parece. Recordemos que las cosas

    entre la pareja a veces se tuercen.

    Hace cosa de un par de años, un amigo (muy buena persona te lo puedo

    asegurar), recibió una demanda de malos tratos de su pareja. Ambos eran

    practicantes de juegos BDSM y con eso de que es un juego y que no hace

    falta porque hay confianza nunca firmaron ningún contrato. Durante la sepa-

    ración, para presionar y poderse quedar la vivienda, ella le interpuso la de-

    manda. Por suerte él tenía correos, fotografías de los juegos y argumentos

    que podía aportar, en el caso de llegar a juicio, para demostrar su inocencia

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    y explicar que lo que practicaban juntos era BDSM y no malos tratos. Aunque

    la cosa parecía complicada, ella entró en razón, quizá el exponer un juego así

    delante de desconocidos y poder llegar a quedar retratada la hizo entrar en

    razón y retirar la demanda.

    Quiero dejar claro con esta explicación que el maltrato me causa nauseas,

    pero también es injusto que por darle a tu pareja aquello que ella te pide,

    puedas terminar en prisión, ya sabes aquello que se dice “del amor al odio se

    pasa con muchísima facilidad”.

    Evidentemente el hecho de firmar un contrato no nos da libertad para nada

    que no esté reflejado en él, tampoco nos puede exculpar de delito ya que notiene validez legal pero sí moral y puede ayudar en casos como el que he

    expuesto anteriormente.

    El contrato solamente es una forma digamos de seguridad y rigor en beneficio

    de las dos partes.

    Mi consejo... redactarlo y firmarlo siempre. Para darle más elegancia e impor-

    tancia hazlo bajo una ceremonia de iniciación (más adelante te hablare de su

    importancia).

    Un último consejo, no cuesta nada hacer las cosas bien.

     SSC: Seguro, sensato y consensuado

    Una vez desvelado el secreto de las siglas poco más puede decirse. Es de

    libro que siempre debemos hacer las cosas con sensatez y de forma segura,

    si algo no lo ves claro no lo hagas. Se dice que el juego BDSM debe ser SSC,

    siempre.

    Hay personas a las que les atrae tener orgasmos en un grado de asfixia

    alto, a mí como Amo, en sesiones, me lo han pedido y sin embargo nunca lo

    he hecho, creo que no es sensato; pones al límite la vida de la otra persona

    y esa responsabilidad no la quiero para mí. Ni hagas nada que no te haga

    sentir segura ni dejes que nadie lo haga contigo. Y por supuesto, todo juego

    debe ser consensuado de inicio. Cuando te digo consensuado es bajo los dos

    participantes, si algo no está lo suficientemente claro debe hablarse y llegar a

    un acuerdo intermedio, si es necesario, a eso le llamaremos pactar y consen-

    suar.

    Palabra de seguridad

    Ya comentamos en la entrada del capítulo que esto era muy, muy, importante.

    La palabra de seguridad es aquella palabra, inventada por alguna de las par-

    tes y dada a conocer por ambas, que nos hace tener el control absoluto deljuego.

    En el momento que una de las partes la diga (siempre que estemos bajo

    consenso) el juego deberá parar, de inmediato, y por supuesto nunca hay que

    recriminar que se haya dicho y que por ello se haya dado fin al juego, no hay

    que enojarse por ello.

    Es aconsejable, por no decir necesario, que el que haya dicho la palabra de

    seguridad y haya parado el juego dé explicaciones del porqué se ha dicho.

    Conocer los motivos nos ayudará a entender, rectificar y mejorar.

    También debes tener muy claro que la palabra está en poder de los jugadores

    y quizás creas que no se dice por miedo o algo parecido, no te preocupes si

    llega el momento que se tenga que decir se dirá.

    Cuando empezamos a jugar mi sumisa y yo, ella pillaba unos cabreos increí-

    bles, porque yo, ante su actitud o sus gestos de dolor, cortaba el juego y ella

    simplemente me decía ¿pero he dicho la palabra de seguridad? A lo que yo

    le respondía que no, lógicamente. Así aprendí a respetar que la palabra de

    seguridad está para el momento en el que alguna parte cree que se debe

    decir, mientras no se diga, el juego puede continuar.

    Debo decir, así por lo bajo, que mi sumisa nunca la ha pronunciado en juegos

    entre los dos solos y sólo una vez con terceras personas. Quizás nos conoce-

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    mos tanto que nunca nos haga falta esa palabra de seguridad, pero sé, sin

    duda, que si algún día por cualquier circunstancia quiere decirla, la dirá y eso

    me da total tranquilidad y confianza.

    La palabra de seguridad debe ser algo sencillo y fácil de recordar, como rojo,

    fuego, sangre, etc., da igual la que elijas pero que sea sencilla de recordar

    para las dos partes.

    Hay un detalle que vamos a remarcar. Imagina que estás en medio de la se-

    sión, la parte sumisa lleva una máscara, una bola en la boca, una mordaza,

    etc., algún elemento que impide hablar y por supuesto vocalizar la palabra deseguridad, entonces ¿qué podemos hacer?. Como hablamos de que este

    juego es SSC, pues vamos a prever cualquier detalle y subsanar posibles pro-

    blemas. Vamos a pactar una señal o vamos a ir preguntando, quitando ese

    elemento que nos impide vocalizar y emitir palabras, de forma que vamos a

    asegurarnos de que todo está bien y que podemos seguir disfrutando, am-

    bos.

    Recuerda:

    El dominante siempre debe velar por la parte sumisa y tenerlo todo

    controlado, ES SU RESPONSABILIDAD.

    Como ves, ya vamos conociendo muchas cosas y sentando las bases para

    que pronto empieces a disfrutar como sumisa del juego BDSM.

    Hasta este punto, entendemos más o menos qué es el BDSM, ya podemos

    tener definido nuestro rol, ya hemos visto las bases más sencillas para la

    práctica, ahora vamos a otro punto fundamental como son los nombres para

    el juego.

    Los nombres

    Importantísimo también es definir un nombres que nos aporte fuerza, que nos

    defina, que nos haga entrar en el juego y que nos separe de la monotonía. Es

    un elemento clave para nuestra relación BDSM, pero quizás lo más importan-

    te es poder separarnos del mundo real, alejarnos de alguna forma clara de

    nuestra vida cotidiana.

    En el juego yo tengo potestad de castigar a mi sumisa (siempre bajo los lími-

    tes establecidos y marcados por ella), pero bajo ningún concepto sería capaz

    de hacerle daño a mi mujer, mi mente no me lo permitiría y aún menos micorazón. El hecho de tener unos nombres diferentes a los reales nos hace po-

    der separar realidad y ficción, el juego es el juego y nuestra vida de pareja es

    totalmente diferente a ello.

    Supongo que no pensabas que luna se llamaba luna y yo Dhanko en la vida

    real... ¿o sí?.

    Y para culminar este capítulo, un consejo para ti, si con quien juegas es con tu

    pareja. No tiene que ver con el nombre, consenso SSC, palabra de seguridad,

    etc., sino que es un consejo basado en la experiencia, que puede ser una de

    las bases para el juego pero de lo que no se habla en los libros:

    Nunca juegues si estás enfadado con la pareja en tu vida real. Si noeres capaz de apartarlo de tu mente, si hay algún problema entre la

    pareja, si hay rencor o temas sin aclarar es desaconsejable iniciar el

    juego. Siempre hay que solucionar cualquier atisbo de enfado antes

    de iniciar el juego, de lo contrario se volverá en tu contra.

    Resumiendo, si tu mente no está bien, no juegues al BDSM. Es mejor esperar

    que no poder volver a jugar, es mejor no jugar a que exista cualquier detalle

    que pueda destrozar tu vida de pareja.

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    Tipos de relaciones

    En este apartado no vamos a descubrir la panacea para la felicidad ni para

    un estado idílico y perfecto sino que revisaremos los tipos de relaciones que

    existen y la forma en cómo se viven dentro del BDSM.

    Si ya somos complicados individualmente cómo no va a serlo aún más si vivi-

    mos con una pareja estable. Evidentemente cada pareja es un mundo distinto

    así como cada individuo, si hacemos un subgrupo dentro de la propia pareja,

    por ello, si nos encontramos en este estado tenemos tres opciones o tipos de

    relaciones posibles:

    • Con la pareja: Haciendo partícipe a la pareja y jugar con ella.

    • Con Profesionales: Andando el camino en solitario haciendo uso de

    profesionales como puedo ser yo, como Amo.

    • Con amigos: También podemos encontrar amigos o amigas con quie

    nes poner en práctica este juego ya sea de forma física o de forma

    virtual.

    Dentro de estos tres grandes grupos existen subgrupos o tipos de juegos bá-

    sicos que suelen practicarse.

     Vamos a analizar estas relaciones y ver cómo funcionan o cómo pueden fun-

    cionar de forma general. La importancia de este capítulo se basa en quepuedas descubrir cómo o con quién poner en práctica el juego BDSM, dónde

    buscar y qué hacer cuando encuentres a tu pareja de juego.

    Relación estable de pareja

    Sin duda, y como te comentaba anteriormente, para mí la relación con pareja

    estable es la ideal. En esa relación puedes considerar que lo tienes todo, no

    hay nada mejor que jugar con nuestra pareja, ya que este tipo de juego une

    de forma increíble. La relación es algo más que perfecta porque no hay se-

    cretos, no hay fantasías ocultas, cualquier juego se puede proponer, no hay

    mentiras y la sensación de tenerlo todo existe. Lo único imprescindible es te-

    ner ganas de hacer partícipe a tu pareja y que los roles encajen, pero aún no

    siendo así, hay sistemas para que las parejas puedan disfrutar del BDSM sin

    tenerlo que hacer por separado.

    Relaciones profesionales

    Como su nombre indica no es más que buscar a un/a profesional para poder

    vivir el BDSM. Muchas sumisas que me visitan tienen claro que sus parejas

    no quieren jugar, aman a su pareja por encima de todo, pero necesitan esos

    momentos para sentirse realizadas, que por otro lado es totalmente lícito y

    respetable. Opino que si no tuvieran esa válvula de escape, la relación de pa-

    reja se rompería. También me visitan sumisas sin pareja que desean vivir este

    mundo, les atrae pero no tienen con quien practicarlo, así que intento que lo

    vivan en su máxima plenitud. Todo es permisible si entra dentro de nuestros

    límites. Intento realizar esas fantasías que sé que nunca podrán llevar a cabo

    y... ¿por qué no realizarlas si se puede?, por cierto, ¿tienes alguna? Piensa...

    Relaciones de amistad

    Muchas veces he juntado a gente con intereses afines que no se habían en-

    contrado, sobre todo en mis talleres o fiestas multitudinarias, que hago un par

    de veces al año. Allí se conocen todo tipo de personas y siempre encuentran

    con quién jugar. Me visitan amantes que no se atreven a insinuar a su pareja

    estable este tipo de juegos y prefieren buscar a quien le ocurre lo mismo, jue-

    gan entre ellos, con sus parejas estables solo viven el sexo de forma vainilla.

    En muchas ocasiones me cuentan que no son capaces de hacer entender a

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    su pareja que quieren ser sumisas, por ejemplo, sienten el miedo a que ese

    rol les invada para siempre y pierdan su parte igualitaria de pareja o, para

    más rizar el rizo, perder la falsa personalidad. Hay quien entiende que esto no

    es así y finalmente consigo que hablando con su pareja lleguen a jugar entre

    ellos. También hay quien se niega a hablar con la pareja de forma rotunda y

    con total seguridad, porque saben que no hay nada que hacer, a ni tan si-

    quiera plantearlo y por ello directamente buscan a esos llamados “amigos de

    juego”.

    Como ya te he comentado, este juego es adictivo. Conocer a alguien con quien

    disfrutar plenamente del BDSM resulta peligrosísimo porque une, engancha,libera y completa. Cuando tienes a quien te puede aportar todo lo anterior-

    mente te he dicho, si no hay una unión fuerte y especial con tu pareja estable,

    puede hacer que se desestabilice esa relación y te plantees un cambio.

    Por todo esto no voy a cansarme de decir que debemos intentar hablar de

    todo con la pareja, sin miedo, con tacto, con cariño y respeto y si aún así no

    se consigue entonces decide, pero nunca antes de haberlo intentado, porque

    ahora ya estás avisada del posible riesgo de ruptura.

    Relaciones virtuales

    Este es un tema complejo, muy complejo, y por ello voy a dejar patente mi

    punto de vista desde la parte dominante. Una relación virtual no es pensar

    que tengo una sumisa, le doy una orden, la ejecuta y me quedo tan ancho.

    Una relación virtual necesita mucho más esfuerzo que una física, necesita

    que nuestra dominación llegue con tal fuerza que produzca placer por sí sola.

    Si nunca lo has vivido, quizás no puedas entenderme pero voy a intentar ex-

    plicarme de forma muy clara.

    En este tipo de relación, y quizá más que en cualquiera de las otras que ya he-

    mos visto, necesitas conocer tan bien a tu compañera de juegos que te verás

    involucrado de tal manera que te producirá un enganche increíble.

    Debemos pensar que las relaciones virtuales “puras” no de divertimento, in-

    tensifican, sin duda alguna, los sentimientos.

    Si tienes una sumisa virtual, piensa en su soledad, piensa en que debes

    llenarle de tal forma que esa soledad se traduzca en adicción hacia ambos

    y, por supuesto, piensa que tendrás un enganche hacia ella que quizás te

    supere.

    Mi consejo es que si tienes pareja y la amas no juegues a esto, siempre que

    lo sientas y lo hagas intenso, porque el final puede volverse en tu contra, no

    siendo en absoluto lo que andabas buscando.

    Piensa que te entregarás en cuerpo y alma, te dará todo lo que anhelas y eso,querida amiga, conlleva un gran peligro.

    Para mí es la relación más compleja, he tenido varias experiencias y excepto

    una que encontró en su pareja al Amo perfecto, todas han sido muy compli-

    cadas y finalmente cesaron por motivos ajenos al BDSM.

    Relación 24/7

    Se denomina así a este tipo de relación porque significa que vivimos el BDSM

    24 horas, los 7 días a la semana.

    Imagínate estar metida siempre en tu rol, piensa en si podrías disfrutar de to-

    dos esos pequeños momentos “únicos e irrepetibles” que muy poco a nada

    tiene que ver con el BDSM, con tu nuevo papel, piensa en esos pequeños

    matices que nos hacen vivir plenamente cada minuto de nuestros días...

    No critico una relación 24/7, porque en una época de mi vida quería vivirla

    así, eran mis principios y todo era nuevo para mí, por ello buscaba poder con-

    seguirla. Pero me di cuenta (en uno de mis viajes en el que me acompañó

    mi sumisa de aquel entonces), que me dejaba vacío, sí, tenía aquello que

    había buscado, pero me faltaba la persona, me faltaba poder reír, hablar,

    sentir, dejarme llevar también... Ese viaje me hizo analizar las cosas buenas y

    las cosas malas que tiene considerar el 24/7 como una forma de vida (en su

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    más estricto significado). Me ayudó a entender que, si no quieres aborrecer el

    marisco, no debes alimentarte solamente de él; si tienes variedad en tu dieta

    podrás disfrutar de todos los platos como si los comieras por primera vez y sin

    que pueda repercutir negativamente en tu salud.

    Si no quieres que el BDSM se vuelva contra ti, si quieres disfrutarlo, que no te

    haga daño, saboréalo y deséalo, practícalo a pequeñas dosis y de vez en

    cuando intensamente, aunque sea de forma breve...

    Parejas de juegos, Am@s, sumis@s, han fracasado en el BDSM justo por que-rer vivirlo así. Cuando algo se vuelve monótono y una forma de vida puede

    llegar a aburrirte, pero es algo muy personal y la decisión, al final, siempre

    es tuya. Cuando me insisten mucho, aconsejo hacerlo por días, pero no más

    que eso, en un día puedes experimentar muchas cosas y sabes que al día

    siguiente tendrás de nuevo a tu pareja para reír, hablar y disfrutar juntos de la

    convivencia y ser tú por completo.

    Relaciones sexuales BDSM

    Aunque parezca mentira, hay personas que entienden el BDSM como “follar

    con dureza”, respetable sí, pero es un error confundir el sexo duro con lo que

    estamos hablando.

    Lógicamente el juego BDSM yo lo considero, en base, un juego sexual cuan-

    do lo realizamos en pareja, pero tiene todos los ingredientes de juego BDSM,

    ¿que puede terminar en sexo puramente? sí, por supuesto, pero después de

    disfrutar plenamente de un montón de prácticas. Por ello defiendo que no es

    un criterio adecuado decir que se practica BDSM cuando lo que se practica

    es simplemente sexo duro.

    Los juego sexuales BDSM son muy placenteros, la mezcla del dolor con el pla-

    cer puede hacerte llegar al éxtasis. Mi sumisa se vuelve loca cuando, con las

    pinzas puestas en sus pezones y en su vagina, la penetro y mientras azoto sus

    nalgas, disfruta de ese placer del dolor y del propio placer del coito.

    Se pueden realizar infinidad de juegos, ya sean previos o durante el acto

    sexual, pero eso es otra historia que debe ser siempre pactado con tu pareja

    de juegos.

     Sesiones eróticas de poder

    Una sesión erótica de poder es muy simple, en mis fiestas y talleres siemprelo pongo en práctica.

    Cada uno acude con su rol definido y, sin realizar ningún tipo de práctica, se

    desarrolla el juego. No es más que hacer bien patentes y diferenciados los

    roles. Es impresionante ver como los Amos o Dominas, vestidos con sus ro-

    pas protocolarias en la mayoría de los casos de color negro, sienten el poder

    sobre los sumis@s sin tocarlos, eso se palpa, se huele y se crea un ambiente

    intenso.

    En otras ocasiones organizo cenas con amigos y establecemos ese tipo de

    sesiones, l@s sumis@s nos sirven y están en todo momento pendientes de los

    dominantes, digno de película. Si nunca lo has vivido te lo recomiendo, cuando

    sepas que eres capaz de jugar y no juzgar, acude a alguna de estas fiestas o

    cenas que seguro existen en tu círculo BeDeSeMero.

     Vistos los tipos de relación en los que nos podemos mover ahora analizaremos

    un poco los símbolos, rituales y la simbología BDSM. Te relataré la ceremonia

    de iniciación de mi sumisa y lo importante que fue para nosotros, algo que

    siempre recomiendo a todas las parejas, sean estables o no, que quieran que

    su relación sea tan emblemática como una boda tradicional.

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    Rituales y símbolos

    El BDSM nos permite poder recrearnos en el uso de elementos que nos apor-

    tan mayor morbosidad y seriedad a nuestro juego, elementos como el collar,

    la ropa, las marcas y los tatuajes nos introducen de forma casi instantánea en

    este maravilloso juego. Hablemos un poco sobre ellos.

    El Collar

    Es quizás el símbolo por excelencia en el juego BDSM, el collar puesto a laparte sumisa nos introduce en el juego de forma inmediata. Particularmente

    lo consideramos esencial y algo muy personal, es como regalar un anillo de

    prometida. Siempre recomiendo que sea la parte dominante quien lo regale.

    El collar de mi sumisa es algo único y muy personal, ese fue mi regalo para

    nuestra ceremonia de iniciación, que en este capítulo podrás conocer. El collar

    debe ser algo muy valioso, por lo que representa, no por lo que cuesta. Más

    que un elemento de juego, lo considero una ofrenda de la sumisa al domi-

    nante al llevarlo puesto, marcando una pertenencia absoluta al Amo. En años

    atrás, en los que he tenido sumisas virtuales, mi deseo ha sido que ellas mis-

    mas lo realizaran con sus manos para empezar nuestros juegos y cuando nos

    hemos visto en persona yo les he regalado su collar, elegido por mí y que han

    llevado siempre que hemos jugado, sea de forma virtual o real.

    Marcas y tatuajes

    Este tipo de símbolos es algo muy personal, hay dominantes que desean

    que sus sumisas queden marcadas con un tatuaje muy especial. Yo, parti-

    cularmente, no comparto esa opinión, considero que aún siendo Amo de mi

    sumisa no tengo ningún derecho a marcarla para siempre, o... quizás sí, todo

    el derecho pero no quiero y te explicaré el porqué.

    Creo que el tatuaje tiene que ser algo muy personal y que nunca se te pueda

    volver en contra, hoy puede ser tu sumisa, ¿pero mañana?, quién sabe. Por

    ello mi consejo es no obligar y dejar pleno derecho a decidir si desean reali-

    zarte ese regalo o no.

    Un tatuaje o una marca evidentemente puede ser no vinculante al BDSM,

    en mi caso, sí que tenemos decidido uno para mi sumisa, no es un símbolo

    BDSM, es algo que nos aporta a los dos, que tiene un gran significado que,

    por otra parte, si algún día dejáramos de ser pareja o de jugar entre nosotros,

    pasará totalmente desapercibido como símbolo BDSM y siempre aportará ungrato recuerdo.

    Cabe decir, que supone un morbo muy especial saber que tu sumisa está

    marcada, que te pertenece en cuerpo y alma, pero debemos valorar siempre

    a la persona y en los cambios que nos puede traer la vida, por ello considero

    que como te decía antes, ha de ser una decisión muy personal, pensada,

    meditada y muy deseada por la parte sumisa. Aún hoy mi sumisa me suplica

    hacérselo... seguiré pensándomelo y dejar que suplique un poquito más.

    Ceremonia de iniciación o rituales

    Un punto importantísimo en una relación BDSM, y sin duda muy poco valo-

    rado, es la ceremonia de iniciación.

    Es un r itual clave para sentir esa unión irrompible que se puede llegar a crear.

    Es como una boda, llena de ilusión, de buenos deseos y que te marca para

    siempre. Una ceremonia de iniciación bien elaborada se recuerda gratamente

    y se convierte en el punto de partida de una unión difícil de romper.

    Ahora sí que quiero compartir contigo, querida amiga, nuestra ceremonia de

    iniciación, relatada por mi sumisa y que seguro que hará que valores igual que

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    nosotros ese día que fue tan especial. Espero que la disfrutes.

    Ceremonia de Iniciación de luna como sumisa (por luna)

    Esa noche sería el momento, mi gran momento... Dhanko, (que hasta más

    tarde no podía ser llamado “Mi Señor”) me citó a las doce de la noche en lu-

    gar especial. Un hotel que no se puede considerar típico ni “normal”, porque

    ni se encuentra en la gran ciudad, ni tan solo en sus cercanías, ni es una

    edicación, digámosle actual o moderna, tampoco es un lugar fácil de en -

    contrar en cualquier población. Se encuentra a 100 kilómetros de nuestras

    respectivas residencias, bueno, de la mía estaba un poquito más cerca. Yo

    ya había oído hablar de él y visitado sus alrededores, aunque nunca antes

    había estado en su interior.

    Desde la cima de una pequeña montaña, desde su trono, resta vigilante el

     paso de los años, envejeciendo silenciosamente y alimentándose de nue-

    vas historias que siempre deberán ser calladas y que guardará por siempre

    en su interior. Un castillo propiedad a lo largo de su historia de Señores,

    Duques, Vizcondes y Condes; reformado y transformado; castillo, fortaleza,

    casamata, residencia de nobles y poderosos...; edicio de Patrimonio Histó -

    rico Español conocido con el nombre de una de las familias que lo habitaron

    y que con igual nombre se bautizó al pueblo que besa sus pies...

    Sus piedras, muchas de ellas pertenecientes al inicio de su historia que data

    en el siglo VIII, aún desprenden ese aroma a misterio por todo lo que han

    vivido durante la Edad Media y períodos posteriores. De entre las paredes,

    asoman los espíritus que dejaron risas, gritos, llantos, música, sonidos que

    recuerdan torturas y luchas. Se pueden llegar a sentir las emociones que

    recuerdan su larga historia que cuenta exuberantes estas señoriales re-

     pletas de lujo y lujuria, amor, felicidad...; que cuenta batallas, odio, sangre,

    dolor y muerte...; que cuenta el inicio del poder y de la sumisión entre amos

    y esclavos; historia que cuenta en silencio mil historias.

    Empecé, a modo de ritual, a prepararme para mi gran noche. Las 21’30 de

    un 19 de octubre del mejor de mis años. Me sentía realmente nerviosa, ex-

    citada, capaz de notar cada uno de los latidos de mi corazón. No sabía qué

    me esperaba, solo sabía que lo que fuese, lo deseaba intensamente. Hoy

    era el día de mi coronación, del inicio de mi reinado como sumisa y sierva

    del mejor de los Amos, el hombre con más poder sobre mí, el hombre con

    el que toda sumisa seguro que ha soñado en algún momento, el hombre al

    que amaba y sigo amando por encima de todo.

    Me sentía fuerte y poderosa, deseada y amada, bella y frágil, orgullosa y en-

    vidiada, eufórica y feliz. El espejo reejaba un rostro de mujer serena, pero

    mi cuerpo temblaba y con más intensidad a medida que iban pasando los

    minutos e iba acercándose la hora.

    Necesitaba relajarme así que me preparé una tila, me senté en el sillón de

    la sala cómodamente y me puse Chill Out, mientras me tomaba la infusión.

    Estuve sentada durante algo más de media hora hasta que me sentí más

    tranquila. Ya anteriormente había intentado cenar pero me fue imposible

    comer nada, los nervios no me dejaron llenar el estómago, por lo que ahora,

    aunque me sentía mucho más calmada, no insistí.

    Eran las diez, así que creí oportuno empezar a prepararme con mimo para

    el evento. Cada movimiento debería ser pensando en él por lo que cada

     paso debía ser efectuado para poder ser entregado en su honor.

    Me preparé un fabuloso baño muy caliente, con sales aromáticas y me intro-

    duje en el agua; permanecí sumergida mientras disfrutaba de un cigarrillo y

    una copa de vino tinto, un Ribera de Duero, me encanta. Acto seguido, me

    dediqué caricias por todo el cuerpo enjabonándolo con una suave esponja

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    natural. Cuando salí de la bañera me sequé y volví a adorarme con una

    crema hidratante que contiene ese aroma que me hace ser reconocida por

    quien ha estado cerca de mí, mi propia esencia, mezcla de aromas que me

    identican.

    Me lavé la cabeza, los dientes y me puse hidratante en la cara. Me maquillé

    del mismo modo que en el resto de mi preparación, con gran cuidado, in-

    tentando no enmascarar la naturalidad, intentando ser yo, pero remarcando

    aquello que tiene mayor fuerza en mí, mis ojos. Lo conseguí, me sentía más

    bella que nunca, me sentía una mujer especial, pero sé que no era por el

    maquillaje sino por la felicidad que transmitía todo mi ser, lo cual se podía

    ver reejado en mi rostro.

    Sequé mi pelo y no lo peiné, dejé que él mismo decidiese cómo quería estar

    y su decisión me pareció algo más que perfecta, lo cual agradecí, ya que en

    ocasiones es rebelde, haciendo honor a la característica personal de quien

    lo posee.

    Empecé a vestirme. Él me había pedido asistir vestida de negro, mejor de

    una pieza, con vestido sin grandes cuellos, simple, sencillo y práctico para

     poder ser quitado con facilidad; con ropa interior del mismo color, medias y

    zapatos de altos tacones. Las medias las dejé para el último momento, ya

    que me conozco y siempre salen heridas de entre mis manos. Pensé que

    hoy las debería colocar con guantes y con más cuidado que nunca.

    Lo logré, todo estaba perfecto y yo lista para salir de casa...unas gotas de

    mi perfume, una última respiración profunda a la que le acompañó el sonido

    de un suspiro y, bolso en mano, cerré la puerta del apartamento y me dirigí

    hacia el parking. Eran las once y veinte, tiempo suciente para llegar al hotel

    sin tener que pisar demasiado el acelerador.

    Durante el viaje mil pensamientos bombardeaban mi mente, mil emociones

    inundaban mi alma, pero no dejé que nada de ello me poseyera como para

    romper la magia que desde todo el día me había acompañado. Las mari-

     posas revoloteaban en mi interior, el nerviosismo se hacía cada vez más

    evidente, temblaban mis manos y se aceleraba mi corazón...

    Llegué a la puerta del castillo y paré el motor. Pensé que él estaría allí para

    recibirme e indicarme qué hacer, pero no fue así. Dos hombres vestidos con

    traje oscuro y camisa negra se acercaron hasta el coche. Eran enormes, con

    semblante serio, uno de ellos con perilla, con pelo corto y negro, el otro pa-

    recía más joven aunque llevaba la cabeza totalmente rasurada y era difícil

    denir su edad. Dos hombres que desde luego imponían, reejaban misterio

    y causaban respeto. Uno de ellos, sin preguntarme ni el nombre, simple-

    mente diciéndome que Dhanko le había pedido que viniera a recogerme,

    me acercó su mano como invitación para que le acompañase. Así lo hice. El

    otro se sentó en el vehículo y se lo llevó para aparcarlo a lo que no puse nin-

    guna objeción, claro está, habían nombrado la palabra mágica “Dhanko”.

     Acompañé al que me lo pidió, hasta una sala del hotel y me hizo sentar en

    uno de los dos majestuosos sillones que la amueblaban. Al cabo de unos

    minutos apareció su compañero y se unió a nosotros. Se quedaron de pie,

    a mi lado, uno a la derecha y el otro a la izquierda, quietos, serios, como

    esperando al “Gran Señor” del reino mientras protegían a su amada...

    Yo me sentía contrariada, no sabía si podía preguntar y tenía un montón de

     preguntas por plantearles. Toda esa situación alimentaba mi nerviosismo,

    así que decidí observar y esperar el siguiente paso. Mientras tanto, dedi-

    qué el tiempo en intentar sentir la historia de lo que se podía haber vivido

    en esa sala. Imaginé a honorables hombres tratando asuntos importantes.

    Imaginé posesiones de señores a esclavas, historias de amantes, imaginé

    que podría haber sido un lugar para que los “locos bajitos” jugasen y no

    correteasen libres por el castillo molestando a toda la corte, imaginé... Mien-

    tras imaginaba, observaba la sala... sus paredes de piedra, las cortinas de

    terciopelo y color granate, los muebles que dejaban escuchar el sonido de la

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    carcoma royendo sus entrañas. No se oía nada más, solo el silencio.

    Habrían pasado unos diez minutos, desde que mi mente volaba y mis ojos

    observaban para poder volar con más libertad, hasta que apareció él.

    Entonces desperté con un sobresalto para situarme de nuevo en el lugar y

    en la historia real. Mi corazón dio un vuelco y sin que nadie me lo pidiese,

    me puse de pie, fue un acto reejo, no pude dominarlo. Los dos “gigantes”

    me pidieron sentar y se adelantaron para saludar a su amigo. Una vez se

    saludaron él se acercó hasta mí y acariciándome la mejilla, me besó con

    gran dulzura en los labios.

    Dhanko me ofreció su mano para incorporarme y me puse de pie. Me con -

    templó durante unos segundos y me dijo: “bien... todo está perfecto”.

    Cogiéndome de la mano me hizo acompañarle hasta una habitación, nos

    seguían los “hombres de negro”.

    Recorrimos varios pasillos, algunas de sus paredes eran de piedra, otras

     pintadas de granate intenso, pero todas ellas adornadas de cuadros, puer-

    tas de madera oscura. Pasamos por alguna sala en la que podía contemplar

    su interior; en alguna de ellas se veían estanterías con libros, ornamentos

    de bronce y plata, sillas y sillones con telas e imágenes de estilo gótico.

    Subimos un par de pisos con lo cual llegamos al último de los que disponía

    el castillo. Una vez llegamos a la puerta de la nueva habitación, se me soli-

    citó esperar fuera. Ellos desaparecieron dentro, yo mientras seguía obser -

    vando, nerviosa, excitada, expectante, esperando el siguiente paso. Todo

    esto era nuevo para mí, no para el resto del grupo, o al menos, realizaban

    cada movimiento como si hubiesen estudiado hasta el último detalle de lo

    que debía ser todo el ritual.

    Se abrió la puerta y salieron mis dos “amigos”. Me invitaron a entrar...

    La habitación era perfecta, algunas de las paredes eran de piedra, otras

     pintadas. Una cama con dosel era la protagonista de la estancia. El resto de

    la decoración, era de estilo medieval, acorde con el entorno y el lugar. A un

    lado de la habitación habían dos señoriales sillones rodeando una pequeña

    mesa de hierro forjado y de forma ovalada. Me esperaba sentado con un

     papel entre sus manos. Rápidamente deduje que era el documento que

    contenía los pactos redactados días antes, por los dos, pactos meditados y

    consensuados, los cuales hoy íbamos a jurar cumplir.

    Pasó el papel a uno de sus amigos, al de mayor edad, entonces entendí

    quiénes eran, representarían a los testigos, las personas que darían testi-

    monio del juramento. Desde luego que era un ritual efectuado en toda regla,

    con el máximo de respeto, seriedad y gran protocolo.

    Después de un frío silencio se prosiguió a dictar los pactos que fueron escu-

    chados con total atención por las cuatro partes. Una vez leídos y aprobados,

    seguidos por una tímida y dulce sonrisa por mi parte y por una mayor serie-

    dad pero brillo de felicidad absoluta en sus ojos, por la suya, me ordenaron

    incorporarme para su rma. Me colocaron en medio de la sala, ante la gran

    cama y frente a un espejo en el que podía verme reejada de cuerpo entero.

    Los dos testigos me quitaron la ropa, lenta y cuidadosamente, dejándome

    totalmente desnuda. Cuando acabaron, uno de ellos, y supongo que sabien-

    do mi ignorancia ante tal ritual, me dijo:

    - En cuanto Tu Señor se sitúe ante ti, se te prohíbe mirarle a los ojos. ¡re-

    cuérdalo sumisa!-

    ¿Recuérdalo sumisa? ¡Para él mi nombre debía ser luna! Eso fue lo que en

    un primer momento pasó por mi mente e hizo que mi rostro dejase de ser

    dulce, pero pensé “luna, tranquila... no rompas la magia, por hoy compórta-

    te, guarda tu ego, encierra a esa mujer que habita en ti, vuelve a ser quien

    debes ser, juega y disfruta del momento...” 

    Entonces volví a entrar en mi rol y ello hizo que me volviese a sentir feliz,

    dichosa... se me iba a colocar mi deseado collar, iba a culminar mi “puesta

    de largo”, sin ropa y con un cuerpo desnudo. Iba a empezar a vivir “mi nueva

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    vida dentro de un maravilloso juego”, una vida que compartiría con la vida

    real, monótona, aburrida y que daría la luz que necesitaba desde hacía mu-

    cho tiempo.

    Recogieron mi pelo y lo apartaron de forma que a Mi Señor no le costase

    colocar mi precioso collar. Se situó frente a mí y me miró dedicándome una

    casi inapreciable sonrisa, aparté mi vista de él y bajé la mirada, asintiendo

    con ello a su colocación. Una vez colocado alrededor de mi cuello me bau-

    tizó con mi nombre, luna, sumisa luna (luna, a partir de entonces, sería el

    nombre con el que se conocería a la el amante y servidora de su Amo y

    Señor Dhanko, pero debo confesar que luna se entregó muchos días antes,

    sin rituales, sin collar, sin ceremonia, sin testigos. Ya le pertenecía por com-

     pleto meses atrás).

    Recuerdo que mi excitación era máxima, sentía la humedad resbalar de en-

    tre mis piernas... lo cual me hacía sentir incómoda por creer que igual nadie

    lo podría entender. Supongo que inuía todo, el lugar, el ritual, el sentirme

    desnuda y observada minuciosamente por los tres hombres imponentes y

    misteriosos, el sentir mi total entrega, el no saber qué iba a ocurrir.... Con lo

    cual esa excitación se hizo más que evidente.

    Una vez colocado el collar, el semblante de Mi Amo cambió, se tornó más

    serio y autoritario, vi perfectamente cómo se introdujo de lleno en su papel...

    me apetecía seguir observándole y poder vivir y nutrirme de su felicidad,

     pero no debía hacerlo, él ya no era, digámosle...”normal”, así que yo debía

    meterme en el mío y hacer lo correcto, que en esos momentos era reejar

    mi sumisión, tal y como me habían recordado anteriormente.

    Para sellar mi total entrega, a modo de compromiso por todo lo pactado,

    mi Señor me tenía preparadas varias pruebas... Recuerdo que temía el si-

    guiente paso, aunque sí, lo esperaba, pero temerosa ya que pensé que

    serían una pruebas difíciles de soportar en una sesión. Sabía que pondría

    a prueba mucho de lo pactado y que algunos puntos aún no los habíamos

     puesto en práctica. Sería una nueva prueba quizá tanto para él como para

    mí, un acto que signicaría rubricar el juramento por ambas partes.

    Mi Señor pidió a sus amigos que procediesen...

    Me acompañaron hasta los pies la cama y me dejaron de pie, delante de

    ella. Me ordenaron abrir mis piernas, las cuales ataron con cuerdas a las pa-

    tas del lecho, cogieron mis manos y me ataron por las muñecas por encima

    de las barras del dosel. Cuando se aseguraron de mi inmovilidad y perfecta

    atadura se retiraron. Un silencio absoluto invadió la sala... nadie se acerca-

    ba, nadie se movía, me parecía estar sola aunque notaba la miradas de los

    tres clavadas en mí, expectantes, como lobos contemplando y estudiando a

    su presa antes de atacar.

    Sentía el corazón en mi sexo, lo sentía bombear, con lo cual sabía que es-

    taba haciendo de las suyas...que estaba dejando salir, para ver la luz, hilos

    de seda tejidos desde mi interior, húmedos sólidos y transparentes, hilos de

    seda que evidenciaban mi gran excitación.

    La espera no se hizo larga, un latigazo en mi espalda me hizo retorcer por lo

    inesperado y repentino ya que el dolor no fue intenso. No pude saber quién

    de ellos tres había sido el ejecutor. Le siguió un segundo más intenso, un

    tercero..., en ese instante levante la cabeza y vi a mi señor delante de mí,

    con los ojos clavados en los míos. Vi aquellos ojos que estaba deseando ver

    toda aquella noche, llenos de poder, de aquel negro intenso que es difícil ex -

     plicar si no los tienes delante de ti, eso me excitaba aún más. Clavé mis ojos

    en los suyos y así seguí, sabiendo que no podía hacerlo, sabía que, mien-

    tras le mirara, él no diría que parasen, así que dejé de contar para poder

    centrarme y aguantar el dolor sin gritar...No recuerdo los que fueron, pero

    llegó un momento en el que no pude aguantar más y le pedí que parasen.

    Dhanko se acercó, me besó. Al instante y posterior a ese beso, su rostro se

    tornó enfurecido y me recordó que yo no podía pedir, que sólo podía pronun-

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    ciar una palabra, la palabra de seguridad, nada más.

    Lo entendí, lo mismo que entendí que me había metido de lleno y que si

    quería seguir, debía cumplir con mi juramento o simplemente revocarlo, no

    había más opción. Las medias tintas se habían acabado a partir de ese mo-

    mento. Así que asentí con la cabeza y baje mi mirada sin mediar palabra.

    Me desataron las manos y los pies y me ayudaron a tumbarme en la cama,

    mi espal- da estaba totalmente marcada y eso me hacia estremecer; era una

    mezcla extraña, sentía dolor, me sentía llena de rabia, de deseo, de querer

    terminarlo todo, de pedir que siguiera y no terminara nunca, aquel descon-

    cierto me daba vida y me descolocaba por tanta contrariedad.

    Miraba la estancia, podía oler el poder que de ella manaba, poder de tantos

    siglos siendo testigo de amores, oídos, pasiones, dolor, y todo aquel conjun-

    to me excitaba más aún. Uno de los hombres se acercó a mí con una venda

    de seda negra entre sus manos y tapó los ojos. Aquella sensación no me

    gustaba, necesitaba ver qué ocurría a mi alrededor, pero nuevamente cerré

    los ojos y esperé..., sentí cómo acariciaban mi sexo, con mucha dulzura,

    cómo secaban los restos de mi excitación pasada. Aquel instante fue dife -

    rente y me ayudó a olvidarme del dolor de mi espalda marcada. No pensé

    qué podía venir a continuación.

     Alguien agarró los labios de mi vagina y iba colocando pinzas en ellos, pinzas

    que me mordían con fuerza. Mientras, mis pezones también eran castigados

     por unos alados dientes, supuse que me acariciaban con una alada es-

     puela. No podía ver quién tomaba mi cuerpo y esa incertidumbre hacia que

    me dejara ir todavía más. De pronto se acercaron a mi oído, era Dhanko,

    que con dulces palabras me dijo:

    -luna, mi niña, ya me perteneces en este mundo, eres mía para siempre, te

    quiero y sé que sabrás hacerme tan feliz como yo a ti .

     Aquellas palabras entraron tan dentro de mí que la seda negra, que hacía

    mis ojos prisioneros, secó las pequeñas lágrimas que brotaron. Ya no me

    importaba quién, ni qué me estaban haciendo o iban a hacer, mi Señor es-

    taba conmigo, feliz por tenerme, eso era lo único que me importaba en ese

    momento.

    Pasó un rato, no pude saber cuánto porque perdí la noción del tiempo. Me

    levantaron la cabeza con cuidado y quitaron la venda de mis ojos, al abrirlos

    nuevamente vi a mi Señor mirándome jamente a los ojos, me besó muy

    dulcemente en los labios y se retiró.

    Ordenó a sus dos amigos que me levantaran y me ataran nuevamente, como

    cuando me azotaron, mi Señor estaba sentado delante de mí jugando con un

    cuchillo que llevaba entre sus manos; sus ojos desprendían poder, recuerdo

    que sentí miedo, nunca antes habíamos jugado a ello y esa incertidumbre

    no me gustaba nada, así que no baje la mirada y mi Señor se enfureció. Se

    levanto del sillón y ordenó que me azotaran nuevamente, advirtiéndome que

    si no bajaba la mirada seguirían azotándome hasta que lo hiciera. Así que

    noté el cuero, de nuevo, en mi espalda, parecía que habían adquirido más

    fuerza que las anteriores, pero era debido a las marcas del primer castigo.

    Sentía rabia por la poca piedad de mi Señor, sentía tanta ira que ella misma

    me daba fuerzas, mi rebeldía era más fuerte que el propio dolor. Las gotas

    de sudor surcaban mi cara y acariciaban mi pelo. Mi Señor colocó pinzas en

    mis pezones; eran unas pinzas un tanto especiales, ya que tienen dientes y

    si tiras de la cadena que las une causan más dolor si cabe y que se añade

    a la propia presión. Era una verdadera tortura, el dolor ya era insoportable,

     pero aún y así mi Señor tiró de la cadena hacia abajo, así que nalmente

    dejé de retarle con la mirada.

    En ese instante, me levantó la barbilla, me besó nuevamente y me miró a los

    ojos ofreciéndome una suave sonrisa de complicidad y satisfacción.

    Me sentía extasiada y me dejé hacer, cerré los ojos y noté el frio metal del

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    cuchillo recorriendo mi cuerpo... mi cuello, mi pecho, lo que quedaba libre

    de mis pezones porque aún llevaba las pinzas puestas, mi abdomen, mi

    sexo, todo fue recorrido lentamente por aquella hoja alada que marcó toda

    mi piel. Después de estar un rato jugando con el cuchillo, se dirigió a sus

    amigos y les pidió una vela negra, la encendió y fue derramando gotas en mi

     pecho, aquello me enfureció por segunda vez durante la noche, no sopor -

    taba aquel calor concentrado y... levanté la cabeza con mirada desaante

    hacia mi Señor. Me agarró del pelo por detrás y me dijo que no le mirara, de

    nuevo mi rebeldía se apodero de mí y sin mostrarle temor alguno le dije que

    NO, cosa que le enfureció aún más. Pidió a sus amigos que me desataran y

    me colocaran en el lateral de la cama, me ataron las manos con cuerdas que

    salían del otro lateral y mis pies a los pies a la patas laterales, quedando con

    las piernas abiertas, con mi espalda y mi culo a merced de ellos.

    Sabía que por tercera vez sería azotada, o... algo mucho peor, pero me

    equivoqué, mi Señor estaba muy rabioso con mi actitud así que me dejó allí

    un rato, yo no sabía qué iba a sucederme, me desconcertó. No sé el tiem-

     po que pasó, ellos desaparecieron de la estancia un buen rato, mi mente

    lloraba, lloraba de rabia, de miedo, de temor, no podía hacer otra cosa que

    esperar.

     Al rato entró uno de los testigos y simplemente me preguntó si había pensa-

    do en mi error, si había recapacitado, le dije que sí y le pedí que le transmi-

    tiese que no volvería a pasar. Dhanko entró en la habitación seguido de su

    otro amigo, me levantó la cabeza por el pelo y ordenó que me desatasen.

    En aquel instante no entendía nada, me tenían nuevamente a su merced,

     podían castigarme pero eso no ocurrió.

    Me condujeron al baño y me introdujeron en la bañera. Aquellos dos hom-

    bres de los cuales nunca hemos vuelto a hablar, bañaron mi cuerpo con

    dulzura, primero pasaron sus manos, luego me recorrieron con una esponja

    suave e impregnada de un jabón con un aroma que nunca olvidaré. Me se-

    caron con sumo cuidado y me dieron una especie de bata muy transparente

    de color negro, me ordenaron maquillarme y que cuando estuviera lista,

    saliese del baño.

     Así lo hice, me maquille aún con manos temblorosas y cuando terminé, me

    dirigí a la habitación. En ella solamente estaba Dhanko, una botella de vino

    tinto y dos copas.

    - Ven mi niña, todo ha terminado,- me dijo tendiéndome su mano para que

    me acercara.

    Me senté en sus rodillas, me quitó lentamente el collar y me ofreció una

    copa. Brindamos sonrientes felices por nuestra nueva unión, nos besamos

    excitados y empezamos a hacer el amor con más pasión que nunca.

    El nal nunca es predecible.

    luna {Dk}

    ¿Increíble verdad?, algo que siempre recordamos como muy especial y que

    sin duda valoras cuando los problemas se acercan a ti.

    Es como mirar tu anillo de boda y saber que aquella mujer te pertenece para

    siempre, que todo fue maravilloso y que aún perdura.

    Creo que ahora entiendes por qué insisto tanto en la importancia de la cere-

    monia, es una experiencia inolvidable, solemne y que cada vez que la leo se

    me pone el vello de punta.

    Es sencillo, deja volar tu mente, créala a tu manera, piensa en ambos y hazla

    especial, con eso es suficiente, intenta vivirla porque seguro que nada tiene

    que ver con leerlo.

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    Conceptosbásicosde la

    sumisión

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     Vivir y sentir la sumisión en el juego BDSM

    Bien mi querida amiga, si estamos aquí es porque realmente te sientes sumi-

    sa, necesitas aprender a serlo y tu sueño es poder entregarte a tu Amo y que

    él se sienta orgulloso de ti .

    No temas no es complicado, el primer paso ya lo tienes realizado y es el de

    saber que lo eres y que realmente quieres aprender.

    A lo largo de mis años de experiencia se me han presentado sumisas que

    me han dicho “Señor vengo ante usted porque no sé si soy sumisa y quiero

    iniciarme para saber si es lo que quiero”, te aseguro que es perfectamente

    normal. Muchas sumisas idealizan sus roles porque han leído, visto o imagina-

    do la sumisión per fecta, aquella que hemos visto por ejemplo en la tr ilogía de

    Grey, pero esa literatura, mi querida amiga, poco tiene que ver con la vida real.

    Por ello existe ese miedo o temor a entregarse sin saber que experimentaré y

    con quién. Quizás es mucho más sencillo, como me dicen, hacerlo con alguien

    que sabe lo que toca y así no tener malas experiencias. El planteárselo a sus

    parejas, hacerse ilusiones y recibir una negativa como respuesta es demasia-

    do frustrante.

    Si tu caso es de total convencimiento ya tenemos mucho ganado, por lo cual

    avanzaremos de forma más sencilla hacia lo que es para mí “la sumisa per-

    fecta”.

    No debes nunca mezclar tu sentimiento sumiso con tu personalidad. En mi

    opinión, querer ser sumisa debe ayudarte a completarte como persona pero

    nunca marcarte en tu día a día. Te puedo asegurar que las mejores sumisas

    son las que consiguen equilibrar su parte dominante con su sentir sumiso.

    Lo más importante es que vivas y sientas tu sumisión cuando consideres que

    estás jugando, eso es lo que te hará saborear las mieles de tu rol, y te hará

    disfrutar plenamente de esos momentos, “siente tu sumisión cuando ne-

    cesites sentirla, vívela cuando realmente necesites equilibrarte”.

     Sumisa Vs esclava

    Muchos dominantes confunden esos términos y son claves para que sepas

    distinguir entre uno y otro.

    Bajo mi prisma, el valor de la sumisa (cuando debemos diferenciar estas dos

    palabras), es que ella decide qué quiere, en qué forma y a qué intensidad, y

    realmente para el Amo que ama a su sumisa, le hará plenamente feliz saber

    que todo lo que él está realizando, de una forma u otra, está causando placer

    a su compañera de juegos. Si planteamos a la sumisa como esclava mera-

    mente, sus deseos quedan apagados, dejando potestad absoluta al Amo.

    Es cierto que todos los dominantes y todas las sumisas podemos tener fanta-

    sías sobre juego con esclavas. Seguramente hemos visto series en televisión

    tipo Spartacus que nos han hecho soñar con momentos así. Pero como te de-

    cía en el capítulo anterior, eso no es la vida real, y dejar nuestra vida en manos

    de terceros es tremendamente peligroso si no los conocemos plenamente o

    confiamos ciegamente en ellos.

    Hace cosa de un año realizamos una fiesta con la temática Spartacus, fue

    con amigos habituales y, créeme, fue increíblemente morbosa. Aún así, antes

    de la fiesta, todos los dominantes nos reunimos para hablar de los límites de

    nuestras sumisas para que todo se desarrollase bajo consenso absoluto. Por

    esa noche sí que nuestras sumisas se convirtieron en esclavas pero fue la

    mera interpretación de un papel en un marco espectacular y excitante.Debo decir también que muchas veces he tenido discusiones con sumisas

    porque me argumentan que para ellas la magia de la sumisión está en entre-

    garse de forma absoluta a su Amo. Ni siquiera quieren oír hablar del test (del

    cual te hablaré más adelante), y ellas sí que quieren entregarse como escla-

    vas, pero en el 99’9 % de estos casos su entrega está pensada por ellas en

    la parte exclusivamente sexual (deducción mía), y eso, mi querida amiga, no

    es ser sumisa ni esclava con un sentir BDSM.

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    No tengo Amo, ¿Cómo puedo encontrarlo?

    Recibo multitud de correos de sumisas haciéndome esta pregunta, así como

    muchísimos correos de dominantes, pidiéndome que les ponga en contacto

    con sumisas y mi respuesta siempre es la misma, NO DEBO HACERLO.

    Para empezar, debes entender que yo no puedo asumir esa responsabilidad,

    lo hice en una ocasión y toda la vida me perseguirá el sentimiento de culpa

    por poner en juego la vida de una sumisa amiga mía en manos de un “tarao”

    que se creía cuerdo. Por suerte me di cuenta, gracias a que ella me explicaba

    las vivencias con él y yo veía detalles que no me gustaban para nada e intuía,

    por sus palabras, que si iba a más acabaría mal, así que le aconsejé apartar-

    se. Le costó, porque su sentimiento sumiso y su enganche con él era intenso,

    pero lo hizo. La experiencia fue altamente desagradable y decidí nunca más

    hacerlo con nadie. Creo que existen los suficientes canales y redes sociales

    para que cada persona, ya sea sumisa o dominante, encuentre a su pareja

    de juego, sea real o virtual.

    Mi consejo hacia ti como sumisa es que busques a “personas” y cuando

    realmente encuentres la que te llene, le compartas tus inquietudes, le hables

    de tus sentimientos sumisos. Seguro que esa persona, que ha empezado a

    sentir algo por ti, te ayudará a poder disfrutar del BDSM de forma plena y entre

    los dos descubriréis un mundo lleno de sensaciones que seguro que os unen

    más todavía.

    Para ello, tu estás dando este primer paso y podrás guiarle, podrás hacer que

    disfrute desde el primer momento del juego porque realmente se sentirá có-modo a tu lado.

    En la mayoría de los casos de relaciones D/s iniciadas por las redes sociales

    son de forma virtual, no las critico, pero ya sabes lo que pienso de ellas, son

    muy complejas y pueden hacerte mucho daño si no las controlas bien. Puede

    que valores más tener una relación virtual que ninguna, pero piensa en todo lo

    que te argumentaba en el capítulo de las relaciones y en los riesgos que ese

    tipo de relación conlleva.

    Para finalizar recuerda, “no desesperes y nunca desistas en tu búsqueda”.

    ¿Qué debo conocer de mi Amo?

    De forma rotunda te diré que lo más importante para conocer a un buen Amo

    es conocerlo como persona.

    Hace pocos días realicé un taller de formación de Amos, la idea de quien

    quería recibirlo no era otra que aprender a ser un buen Amo, porque había

    conocido a una sumisa en un chat e iban a verse. No se conocían en abso-

    luto porque siempre estaban en sus roles cuando chateaban. Finalmente ha-

    bían quedado para aquel mismo fin de semana y necesitaba imperiosamente

    aprender mínimamente las cosas fundamentales para no defraudarla. Lógica-

    mente yo me quedé a cuadros porque no lograba entender que (poniéndomeen la piel de la sumisa) una sumisa quisiera quedar con un Amo sin conocerlo

    como persona. Su explicación fue que así lo habían convenido para no romper

    la magia. Le advert í que se estaba equivocando pero pasó de mis consejos.

    El lunes siguiente me llamó diciéndome que había sido un desastre, que no

    conocerla había hecho que hubiera una falta de conexión absoluta, jugaron,

    si, follaron... también, pero todo se quedó en un “polvo mal echado”.

    Por ello, el conocimiento de la persona es la base de cualquier relación, es

    normal que te sientas excitada pensando en que vas a estar con un descono-

    cido, pero estos juegos, aunque teóricamente son consensuados, son peligro-

    sos y nunca debes entregarte a nadie sin un conocimiento de su personalidad

    real.

    Quizás estás pensado que a las sumisas que vienen a mí por primera vez

    les ocurre lo mismo, que no me conocen y en parte es cierto, solo en parte.Yo, antes de una sesión, taller o simplemente encuentro para un café, creo

    un mínimo de acercamiento entre ambos. Hablo sinceramente con la sumisa,

    pregunto y contesto, la dirijo hacia mi web para que conozcan más de mí, mi

    rostro, mis libros, mi forma de ser como Amo y como persona, eso fomenta la

    imprescindible confianza. Mis escritos dicen mucho de mí, en casi todos hay

    mucho de mi interior… y esas cosas, mi querida amiga, son las que hacen ver

    la transparencia de un buen Amo. Nunca te entregues a quien no conoces, tu

    miedo hará que no lo disfrutes.

    4746

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    Conocerme como sumisa

    El 100 % de las sumisas que he formado, han roto sus límites incluso en la

    primera sesión que he realizado con ellas, algo que debo decir es muy normal

    y, desde luego, gratificante para mí como persona y no solo como Amo.

    Cuando acuden a mí, desconocen qué pueden sentir con determinados jue-

    gos o prácticas y eso hace que, a la hora de cumplimentar el test (del que

    te hablare en el siguiente capitulo), todo sean preguntas y temores hacia ella

    misma.

    Solamente tú puedes conocerte a la perfección, solamente tú puedes ir rom-piendo esos límites que, aunque sea mentales, se establecen cuando se pien-

    sa en el concepto “sumisa”.

    Es de vital importancia que sepas hasta dónde llegar inicialmente, porque ese

    conocimiento otorgará a tu Amo la potestad para desarrollar el juego siempre

    bajo tu control absoluto, que no significa que debas guionarlo.

    Tu mente debe estar abierta a aprender y dejar que tu cuerpo pueda ir sintien-

    do cómo caen esos límites. No solamente te hablo de dolor, sino de cualquier

    práctica que esté relacionada con tu rol.

    Para que entiendas de lo que te hablo, pongamos un ejemplo: hablemos de

    la cera. Muchas sumisas me lo marcan como límite, que no quieren experi-mentar esa práctica. Su mente inicialmente les dice que no, aún sabiendo que

    su cuerpo la aceptará sin ningún problema, en este caso yo me encargo de

    hacerles entender que realizando esta práctica de forma controlada y bajo mi

    forma de hacer, sentirán placer. Fomento la confianza, que es la base para la

    práctica. Les pido que confíen, les explico el proceso para que esa confianza

    ofrecida sea aceptada. Les detallo cómo se va a desarrollar para que no te-

    man al dolor ni a inexistentes marcas. No me importa emplear tiempo en con-

    vencer porque estoy seguro de mí y quiero que se transmita ese gran detalle,

    sé lo que hago y sé lo que puedo hacer sentir, así que para una primera vez,

    para que puedan vivir la experiencia y luego decidir si la van a querer repetir y

    ampliar o ponerle un fin definitivo, les cuento: “No temas, no habrán marcas,

    no habrá un gran dolor, no voy a dañar tu piel, no hay nada intenso a excep-

    ción de la experiencia, confía en mí y deja que la sensación que ahora tienes,

    de incertidumbre, te excite y te llene. Voy a cubrir parte de tu cuerpo con film

    transparente para no dañarte. Las velas tienen una gran parte de parafina,

    que es lo que hace que la cera se caliente más o menos. La que tengo tiene

    gran cantidad de parafina, con lo cual quema menos, además la distancia enla que verteré la cera es de un metro. Esta primera vez no voy a acercarme

    más, esperaremos a la próxima y tú misma me pedirás que reduzca la distan-

    cia o que no te coloque el film, vas a querer más y mejor, pero si no pruebas

    nunca vas a tener esa opción”. Todo esto tranquiliza y finalmente consigo mi

    objetivo que es, ni más ni menos, el crecimiento de mi sumisa.

    Debo decir también que en la gran mayoría de ocasiones la experiencia in-

    creíblemente excitante y placentera.

    En este ejemplo has visto que la mente ha cedido el poder a su cuerpo y eso

    ha hecho que pueda disfrutar de algo inicialmente prohibido.

    4948

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    El test o cuestionario BDSMPara mí, conocer a la perfección a mi sumisa me da una enorme tranquilidad.

    Aún sabiendo que hay prácticas que estando vetadas, con la confianza, irán

    siendo permitidas, mi función como dominante es que la entrega de mi su-

    misa sea tal que esa confianza sea plena y pueda ir rompiendo sus propios

    límites, como veíamos en el ejemplo de la cera.

    El test es de vital importancia, quizás lo consideres un documento frío, un cues-

    tionario de preguntas y prácticas que leído así, sin más, en algunos apartados

    pienses “¡sí hombre, yo eso ni loca!”, pero te aseguro que muchas prácticas

    en plena sesión y bajo tu excitación se hacen totalmente admisibles.

    Siempre poniendo el mismo ejemplo (porque lo veo muy ilustrativo), el BDSM

    es como hacer una paella, el test son los ingredientes que tú permites que

    incluya esa paella y tu Amo, el Chef que debe hacer que esa suculenta paella

    te guste tanto que quieras repetir su degustación en cualquier momento.

    Normalmente las prácticas admitidas son muchas y eso hace que rara vez

    ese plato se parezca y te aburra.

    En mi web tienes el cuestionario que puedes bajarte gratuitamente, es auto

    editable y te permitirá rellenarlo y guardarlo para que puedas modificarlo en

    función a esos límites que tú misma iras rompiendo.

    El link para la descarga es este: http://juegosbdsm.com/aprendiendo-

    bdsm/la-importancia-de-realizar-un-test-a-nuestra-sumisa/ (a conti-

    nuación tienes el que suelo utilizar en mis sesiones profesionales) .No creas que, si tu Amo es tu pareja estable, esos límites siempre estarán

    anclados, sino que verás cómo poco a poco iras modificando cosas en ese

    cuestionario que ni podías imaginar. Te recomiendo que siempre que realices

    una sesión y notes que has avanzado un poquito lo revises concienzudamen-

    te, te sorprenderás.

    Y para terminar, animarte a que lo rellenes, sin prisas, que se lo des a tu Amo,

    te hará una paella de cine.

    5150

    Cuestionario     B     D     S     M

    Cuestionario de prácticas BDSMTu nombre de sumisa en el juego:Edad:Fecha de Nacimiento:Lugar de residencia:

    PREGUNTAS GENERALES ¿Cuál es tu nivel de experiencia?1. Muy experimentado2. Experimentado3. Experiencia limitada4. Principiante

    ¿Desde cuándo te interesa el BDSM?1. Desde siempre2. 5 años o más3. De 1 a 4 años4. Menos de 1 año

    ¿Cuál es tu orientación sexual?1. Heterosexual2. Bisexual3. Lesbiana4. Bi Curiosa

    ¿Qué tipo de relación personal prefieres?1. 24/72. Real, con encuentros frecuentes3. Real, con encuentros ocasionales4. Sumisión virtual5. No estoy segura

    El Interés principal del juego BDSM para ti es...1. Sexual2. Físico3. Psicológico4. Todos en la misma forma

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    Te consideras... (puntúa cada uno de 1 a 10)______Sádic@______Masoquista

    Tienes Interés por el bondage / Shibari1. Me gusta2. Bondage / Shibari light 3. No está entre mis prácticas favoritas4. No lo adminto bajo ningún concepto5. Estoy interesad@ pero nunca lo he probado

    Tipos de dolor que soportarias1. Dolor extremo2. Latigazos, Vara, azotes3. Latigazos, Vara, azotes suaves, sin señales4. Dolor como castigo solo cuando sea necesario5. Bajo ningún concepto6. Nunca lo he probado las prácticas con dolor 

    En una sesión ¿de qué o cómo calificarías el dolor?

    1. Como recompensa2. Como castigo3. Como correctivo4. Como mi Amo/a decida

    Humillación mental1. Humillación extrema2. Humillación suave3. No me interesa ni me excita pero lo haría por mi Amo/a4. No me interesa en absoluto. Es uno de mis límites

    En una sesión, el sexo para mí es...

    1. Una absoluta y total necesidad2. Deseable, salvo que esté siendo castigad@3. Mejora la sesión notablemente4. No lo considero necesario5. Está fuera de lugar 

    ¿En qué escenarios o de que forma te sientes cómodo “jugando”?1. En público2. En fiestas BDSM privadas3. Grupos pequeños de 1 a 3 parejas4. Tríos5. Pareja

    ¿Quién o quiénes conocen tu interés por el BDSM?1. Nadie2. Mis amigos íntimos3. Personas del “mundo BDSM”4. No me escondo

    INTERESES Y PREFERENCIAS

    En la siguiente lista te relaciono una serie de personajes que pueden ser represen-tados por ti.

    Señala aquellos que te gustaría representar sin limitaciones y aquellos que te gus-taría probar con ciertos pactos.

    PERSONAJE  SIN LIMITACIONES BAJO PACTOS Adolescente

     Animal

    Bebe

    Colegial/a

    Cowboy

    Cowgirl

    Cura

    Dios

    Diosa

    Doctor

    Enfermera

    Esclavo

    Femme fatale

    GuerreroHéroe

    Heroína

    Indio

    Jefe

    Mama

    Mentor

    Muñeca

    Objeto

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    Objeto sexual 

    Pirata

    Policía

    Ponyboy

    Cowboy

    Ponygirl

    Princesa

    Príncipe

    Diosa

    Profesor

    Puta

     Salvaje

     Secretaria

    Torturador

     Víctima de un secuestro

     Violador

    Enumera algún tipo de fetichismo específico como adoración de pies, etc.:

    Enumera cualquier preocupación médica, física o emocional (enfermedadescrónicas, fobias, etc.):

    Relaciona aquí los límites que realmente tengas claros:

    Relaciona tus preocupaciones o inquietudes en cuanto a la seriedad deuna relación BDSM:

    ¿Usas métodos anticonceptivos? Relacionalos a continuación:

    PRÁCTICAS BDSM - LIMITES

    En la columna REALIZACIÓN pon SI o No y LIM como límite.En la columna EXPERIENCIA señala si lo has hecho o no.

      ACTIVIDAD  REALIZACIÓN EXPERIENCIA

     Aceite caliente (en los genitales)

     Adoración con la lengua (no en los genitales)

     Adoración de botas Adoración en los testiculos

     Adoración de los pies

     Adoración del pene

     Adoración tacones

     Afeitado (cabello)

     Afeitado (vello corporal)

     Afeitado (vello genital)

     Anillos para pezones (Piercing)

     Arneses (cuero)

     Arrodillarse

     Asfixia

     Ataduras (en público, bajo la ropa)

     Ataduras (fuerte)

     Ataduras (suave)

     Ataduras de cuero

     Ataduras de senos

     Aumento de peso (forzado)

    Baile erótico (con público)

    Bajada de peso (f