arqueologia del paleolitico

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  • 7/25/2019 Arqueologia Del Paleolitico

    1/11

    Espacio Tiempoy Forma Serie I rehistoriay Arqueologa t. 10

    1997

    pgs. 15-25

    Apuntes sobre el desarrollo de la

    arqueologa paleoltica en la cornisa

    cantbrica: las ltimas dcadas

    J .

    G O N Z L E Z E C H E G A R A Y \

    V .

    C A B R E R A V A L D S ^

    Y F .

    B E R N A L D O

    D E

    Q U I R S ^

    RESUMEN

    Este artculo tiene como objetivo

    observar el desarrollo de los

    estudios del Paleoltico en el Norte

    de la Pennsula Ibrica durante las

    ltimas dcadas. El trabajo consiste

    en una rpida visin de los aos

    setenta a noventa de los estudios de

    arte rupestre y trabajos y

    excavaciones arqueolgicas

    relacionados con los cazadores-

    recolectores pleistocenos con

    especial mencin del Grupo de

    Prehistoria Cantbrica.

    Paleoltico cantbrico ltimas

    dcadas.

    ABSTRACT

    The aim of this paper is to offer

    the development of Palaeolithic

    studies in North Cantabrian Spain in

    the last decades. The work consist in

    a quick vew over the different

    approaches carried on from the

    seventies until the nineties on cave

    art and hunter-gathe rers studies

    and excavations. One of the most

    significant step in this bref history

    is the formation of the so called

    Group of Cantabrian

    Prehistory.

    Palaeolithic times cantabrian rea last

    decades.

    ANTECEDENTES. LOS AOS CINCUENTA Y SESENTA

    El f i na l de la gu er ra C iv i l es pa o la 193 6-19 39) co inc id i , com o se

    s a b e ,

    con e l com ienzo de la S egu nda Gu er ra Mund ia l 1939-194 5) , con

    InstituteforPrehistoric Investigations Santander/Chicago.

    DepartamentodePrehistoriaeHistoriaAntigua UNED, Madrid.

    readePrelnistoria Universidad de Len.

    5

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    J . GONZLEZ ECHEGARAY, V. CABRERA VALDS Y F. BERNALDO DE QUIRS

    SUS secuelas de escasez de medios y restricciones drsticas en el mbito

    de la colaboracin internacional. Esto quiere decir que la investigacin

    prehistrica en las regiones de que hablamos sufri un parntesis de prc-

    tica paralizacin en un perodo de ms de diez aos.

    No vamos a referirnos a la historia de las investigaciones realizadas

    en la cornisa cantbrica desde finales del siglo pasado hasta los aos de

    la Guerra Civi l . M. S. Sautuola, H. Alcalde del Ro, H. Breuil , H.

    Bouyssonnie, H. Obermaier, J. Carballo, L. Sierra, el Conde de la Vega

    del Sella, E. Hernndez Pacheco, J.M. Barandiarn son entre otros, los

    nombres que llenan este perodo tan fecundo en el descubrimiento y es-

    tudio de los yacimientos paleolticos de esa rica zona de la Pennsula

    Ibrica.

    En los primeros aos cincuenta, resist iendo con notable mrito,

    mantenan an el fuego sagrado J. Carballo en Cantabria y J.M.

    Barandiarn en el Pas Vasco, pero ambos, sobre todo J. Carballo, eran

    ya hombres muy entrados en aos. Este tena ms de 75 aos, y J.M.

    Barandiarn en 1953, cuando regres del destierro, contaba ya con 64

    aos.

    Por entonces aparece en Oviedo una f igura nueva, Francisco

    Jo rd, en la plenitud de su vida unos 40 aos), bien preparado, con ni-

    mos de trabajar y en contacto, sobre todo a travs de su maestro Luis

    Pericot, con los prehistoriadores extranjeros. La labor realizada por F.

    Figura 1. Visita a Cueva Ctiufn, 197 4 Foto P. Saura).

    6

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    Apuntes sobre el desarrollo de la arqueologa paleoltica en la cornisa

    Jord en Asturias, pese a las reducidas posibil idades reales de que dis

    pona, es digna de todo elogio. Otra persona, que por entonces destaca

    por su aportacin al mundo de la prehistoria, es el ingeniero E. Garca

    Lorenzo en Santander, aunque en este caso se trata ms bien del des

    cubrimiento de nuevas estaciones de arte rupestre Monedas , Chim enea s,

    Cullalvera) y del estudio sobre los problemas de conservacin de los

    con

    juntos de arte rupestre. Tampoco puede olvidarse la labor de E. Ripoll,

    quin,

    aunque desarrollando sus principales investigaciones en Catalua,

    dedica igualmente su tiempo a estudiar y publicar el arte rupestre de

    Cantabria.

    Hay un hecho, que marca un hito importante en la historia de la inves

    tigacin en esos aos. Se trata de la reanudacin de las excavaciones ar

    queolgicas en la Cueva del Pendo, a cargo de J. Martnez Santa Olalla

    1953-1957), para las que rene un equipo internacional, en el que figura

    ban cientficos tan destacados como el Dr. A. Cheynier o el matrimonio

    Andre y Arlette Leroi-Gourhan. Desgraciadamente el resultado de dichas

    excavaciones no fue por entonces publicado, y slo con las limitaciones

    del caso pudo reconstruirse y estudiarse lo obtenido en las mismas 25

    aos despus en una publicacin conjunta, dir igida por J. Gonzlez

    Echegaray.

    As llegamos a los aos sesenta, en los que se van a producir he

    chos particularmente importantes para la historia de las investigaciones

    prehistricas de la cornisa cantbrica. El primero es el descubrimiento de

    importantes cuevas con arte rupestre, tanto en el Pas Vasco Altxerri y

    Ekain) en este caso bajo la responsabilidad cientfica de J.M. Barandiarn,

    y en Asturias Tito Bustillo ) gracias a M. Berenguer.

    El segundo hecho importante fueron las excavaciones arqueolgicas

    de Cue va Morn 196 6-196 9), donde confluye n por una parte sus direc

    tores, J. Gonzlez Echegaray y L. G. Freeman, el primero de los cuales,

    por su edad, podra marcar la transicin entre las generaciones anterio

    res y las nuevas, y por otra parte, aparece con ellos un nuevo grupo de

    colaboradores representantes de estas nuevas generaciones: J. Altuna,

    J.M. Apellniz, A. Moure, A. Querol, S. Cerchn, G.A. Clark y otros. La

    excavacin de Morn fue, en realidad, la primera realizada con criterio

    cientfico moderno en la cornisa cantbrica. El yacimiento presenta una

    amplia estrat igrafa, ha sido excavado dejando a la vista complejas

    reas de ocupacin en sentido horizontal, que han permitido profundizar

    en los problemas tcnicos de distr ibucin espacial de las piezas, y,

    en definitiva, ha resultado de una gran riqueza en cantidad y calidad de

    objetos. Adems, los resultados de la excavacin fueron estudiados y

    7

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    J . GONZLEZ ECHEGARAY V. CABRERA VALDES Y F. BERNALDO DE QUIROS

    publicados en un tiempo rcord dndose a conocer a toda la comunidad

    cientfica internacional. Los trabajos en cueva Morn tuvieron gran

    inci

    dencia en el desarrollo ulterior de las excavaciones en cueva. Desde un

    punto de vista tcnico el registro intent conciliar la excavacin estrati-

    grfica en vertical con la excavacin extensiva en reas que por idnti

    cos motivos slo pudo rentabilizarse a partir de la primera capa muste-

    riense.

    La utilizacin de los sistemas de F. Bordes y D. de Sonneville-

    Bo rdes no slo fueron un instrum ento de clasificacin del instrum ental

    Utico

    sino que el primero de ellos permiti la amplia discusin del mo

    delo de ese autor sobre la cuestin musteriense y el problema de las

    facies.

    EL GRUPO DE PREHISTORIA CANTBRICA

    Si a la excavacin de Morn se aade la convocatoria en Santander

    del Simposio Internacional de Arte Rupestre en 1970 o SANTANDER

    SYMPOSIUM organizado por M. Almagro Basch y M.A. Garca Guinea al

    que asisten todos los mejores especialistas del mundo en aquel momento

    y cuyas actas fueron esplndidamente publicadas se consuma as todo un

    ciclo en el mundo de la investigacin p rehistrica que podra desembocar

    en un apogeo de los estudios paleolticos de la regin ya en manos de la

    nueva generac in a cuyos nombres ya citados habra que aadir los de I.

    Barandiarn B. Madariaga V. Cabrera M. Cano Herrera F. Bernaldo de

    Quirs A. Mou re J .M . Apellniz P. Utr il la M. Gonzlez Morales A.

    Balden M.G. Mrquez Ura J. Fernndez Tresguerres y otros. Todos

    eran amigos entre s y estaban dispuestos a llevar adelante un gran pro

    yecto de investigacin seria sobre el Paleoltico de la cornisa cantbrica.

    As se form el Grupo de Prehistoria Cantbrica que se present como

    tal en el Simposio Le fin des temps glaciaires en Europe celebrado en

    Burdeos en 1977.

    Ya en esta lnea entusiasta de colaboracin se haban llevado a cabo

    en 1974 las exca vac iones de la cueva de Rasca o dir igidas por J .

    Gonzlez echegaray e I. Barandiarn donde colaboraron adems de P.

    Utrilla

    Ana Cava M. Hoyos y L.G. Straus. Por su parte tanto J . Altuna

    como J. M . Ape llniz estudian conjuntam ente y presentan la publicacin

    definitiva de Altxerri y Eka in mientras que J. Altuna excava el yacim ien

    to de E kain y J .M . Ape llniz el de la cueva de Arena za en la que tam

    bin se descubrirn pinturas. Parte del grupo se aglutina en otras exca

    vaciones comenzadas pocos aos antes. Los aos que permaneci

    unido el grupo se relaciona con una serie de excavaciones arqueolgicas

    8

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    Apun tes sob re el desarrollo de la arqueologa paleoltica en la cornisa...

    que supusieron una react ivacin de los estudios de paleol t ico en la

    zona. Haban comenzado por las campaas realizadas por A. Moure en

    la cueva de Tito Bustillo en 1972 para continuar en las prac ticada s en

    Los Azules por J. Fernndez Tresgue rres am bas en Asturias y en el ya

    cimiento soltrense de Cueva Chufn en Cantabria por V. Cabrera y F.

    Bernaldo de Quirs. Estas campaas supusieron una constante relacin

    entre s de todos los miembros del grupo. En estos aos se realizaran

    otros trabajos en la cornisa cantb rica entre los que cabe destacar las

    excavaciones de Cova Rosa por F. Jord y el inicio de las excavaciones

    en la Cueva de las Caldas por S. Cerchn ambas en Asturias.

    El Grupo de P rehistoria Can tbrica se reuna al menos una vez al

    ao

    a 4 Km . de Santander en la casa-m useo de J. Ve larde el hroe

    del dos de mayo de 1808 por lo que dada su ubicac in entre el grupo

    de amigos era conocido como Grupo de Muriedas. Una de sus actua

    ciones desconocidas pero importantes fue la protesta que se realiz en

    1977 al entonces Ministerio de Educacin y Ciencia por el estado la

    mentable que presentaban las representaciones del techo de Altamira.

    La situacin de deterioro en la que se encontraba el Gran Panel fue

    cons tatado du rante el Curso de Arte R upestre P aleolt ico en julio de

    1976

    en la Universidad Internacional Me nnd ez-Pe layo en el cual nos

    encontrbam os los miem bros de grupo unos como becar ios y otros

    ti

    r l

    Figura 2. Curso de Arte Rupestre Universidad Menn dez Pelayo 1976.

    9

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    J .

    GONZLEZ ECHEGARAY, V. CABRERA VALDS Y F. BERNALDO DE QUIROS

    como profesores del curso. Durante el mismo realizamos un calco que

    firmamos todos como colaboradores del grabado de la galera de la

    Cola de Caballo que representa una escena de dos bisontes y que

    haban sido interpretados por H. Breuii como un mamut superpuesto a un

    bisonte. El calco fue publicado por L.G.Freeman algn tiempo despus,

    con el consentimiento de todos nosotros. La depuracin de la subjetivi

    dad a la hora de realizar el calco fue asumida por todos los autores del

    mismo, pues cada trazo se realizaba con el asentimiento de tres o ms

    personas cada vez.

    Gomo ya se ha indicado antes, el trabajo ms emblemtico del grupo

    lo consti tuye el presentado al Coloquio Internacional, organizado por

    Denise de Sonnevi l le-Bordes en 1977 en Burdeos. De acuerdo entre

    todos los firmantes se distribuy un trabajo colectivo que representaba

    la sntesis de los problemas cl imticos, econmicos y culturales del

    Tardiglaciar en la Cornisa Cantbrica, tal y como se encontraban los es

    tudios en 1977. Como ancdota podemos recordar que los miembros del

    grupo invitados en solitario, cedieron una parte de su tiempo de presen

    tacin para que pudiera ofrecerse al pblico la que se haba realizado en

    comn.

    Junto a los trabajos de campo citados se realizaron en los aos se

    tenta numerosas revisiones de los materiales depositados en los museos

    y que con stituyeron la base, en muchos casos, de Tesis Doctorales, cuya

    publicacin se realizara en la dcada de los ochenta, en su mayora en la

    serie de monografas del Centro de Investigacin y Museo de Altamira.

    As tendramos la secuencia del Paleoltico Superior prcticamente al da,

    ya que las investigaciones surgidas se centraron en la revisin del

    Paleoltico Superior a fin de establecer una base sobre la que situar las

    nuevas excavaciones. As pueden destacar los trabajos o tesis doctorales

    de F. Bernaldo de Quirs para los inicios del Paleolt ico Superior

    Auriaciense-Gravetiense), L. G. Straus y, ms recientemente M. de la

    Rasil la para el Solutrense; P. Utri l la para el Magdaleniense Inferior y

    Medio, A. Moure y, ms recientemente C. Gonzlez Saiz para el

    Magdaleniense Superior-Final; J. Fernndez Tresguerres para el Aziliense

    y G.A. Clark y M.R. Gonzlez Morales para el Asturiense. Dentro de estas

    revisiones cabe sealar la realizada para el gran yacimiento de la cueva

    del Castillo por parte de V. Cabrera y la revisin del Paleoltico Medio en

    el Pais Vasco realizada por A. Baldeen. No podramos pasar por alto los

    trabajos de actualizacin de los datos realizada por T. Chapa y M. I.

    Martnez Navarrete con otros investigadores sobre los materiales que se

    encontraban en el Museo de Ciencias Naturales de la Cueva de La

    Paloma.

    20

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    puntes sobre

    e l

    desarrollo

    de la

    arqueologa paleoltica

    en la cornisa ..

    LAS LTIMAS DCADAS

    Resulta imposible una enumeracin de trabajos sin cometer un agravio

    comparativo por omisin. Entre las numerosas excavaciones en estaciones

    del Paleoltico Medio y/o Superior realizadas en las dos ltimas dcadas,

    algunas han retomado el anlisis de lugares ya conocidos y estudiados

    hace aos, mientras que en otros casos se inician investigaciones sobre

    yacimientos intactos. En el primer apartado debemos citar una vez ms los

    trabajos sobre la Cueva del Castillo en Puente Viesgo, el estudio previo de

    la documentacin y materiales y la excavacin del yacimiento posterior-

    mente y que an contina, as como num erosas revisiones de materiales

    que no fueron documentados en su momento como es el caso de las ex-

    cavaciones de los aos cincuenta en la cueva del Pendo Ca ntabria).

    En la regin asturiana deben researse ios trabajos de excavacin del

    proyecto Valle Medio del Naln, en los yacimientos en cueva y abrigo de

    La Via, La Lluera, Entrefoces, Entrecueves, bajo la coordinacin de J.

    Portea, y Las Caldas, dirigida por S. Corchn. Estos trabajos han puesto

    de relieve la importancia especialmente de La Via y Las Caldas como

    yacimientos de amplia estratigrafa. El conjunto de abrigos y cuevas pre-

    sentan sobre todo una importante secuencia del Solutrense y del

    Magdaleniense Medio, en el caso de este ltimo muy importante , pues, se

    pone de relieve los contactos con el rea pirenaica que hasta este mo-

    mento formaba un grupo regional con muy marcado carcter.

    Un yacimiento fuera del valle del Naln, pero as mismo estudiado en

    los ltimos aos por J. Portea y M. de la Rasilla, es el de la cueva de

    Llonn,

    descubierto en los 70, que ha ofrecido un santuario especial de

    poca solutrense. Cabe destacar asimismo la excavacin de la cueva del

    Buxu por M . Menndez en los ochenta y que presenta un definido nivel so-

    lutrense y, por ltimo, la continuacin de los trabajos en el yacimiento

    nico por la secuencia y enterramiento azil iense de la Cueva de Los

    Azules, estudio a cargo de J. Fernndez Tresguerres. En ios aos noven-

    ta hay que mencionar las campanas en el yacimiento de la Gelga, con

    una rica secuencia solutrense y magdaleniense. Todos estos trabajos se

    recogen de forma habitual en los sucesivos

    Excavaciones Arqueolgicas

    en Asturias.

    No podramos dejar la zona asturiana sin referirnos, aunque sea bre-

    vemente, a las investigaciones que se realizaron en los aos ochenta en la

    cueva de la Riera. Los trabajos fueron dirigidos por L. Straus, G. A. Clark

    y M. R. Gonzlez Morales, dejando al descubierto una larga secuencia

    solutrense y magdaleniense.

    2

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    J .

    GONZLEZ ECHEGARAY, V. CABRERA VALDS Y F. BERNALDO DE QUIRS

    En Cantabr ia en los l t imos ve in te aos se ha cont inuado la labor em

    prend ida en dos yac imientos impor tan tes como son la Cueva de l Juyo y la

    Cueva del Castillo. En el primer caso la direccin de los trabajos ha corri

    do a cargo de L.G.Freeman y J.Gonzlez Echegaray y estas investigacio

    nes han revalorizado la gran secuencia del Magdaleniense Inferior

    Cantbrico que posee. Merece asimismo mencionar la campaa de 1981

    en la cueva de Altamira, en la que se pudieron constatar una importante

    serie de dataciones y la complejidad de la disposicin de las capas de

    ocupacin del Magdaleniense Inferior y Solutrense en su base. El Castillo,

    asimismo, ha presentado, adems de su formidable secuencia, los resul

    tados a finales de los aos ochenta de dos subniveles auriacienses, uno

    de ellos con una media de 40.000 aos y que se inserta en la polmica ac

    tual sobre la formac in e inicio del Pa leoltico Superior.

    A mediados de los aos ochenta dos yacimientos cantbricos pre

    sentan una secuencia del f inal del Magdaleniense Superior y Azil iense:

    son la Cueva de La Pila y del Perro. En los aos noventa se han conti

    nuado trabajos y realizado varias campaas en La Fuente del Saln, bajo

    la direccin de A. Moure y M. Gonzlez Morales, que dieron como re

    sultado el descubrimiento de un hogar del Perigordiense Superior. En

    los i j l t imos aos se ha comenzado la excavacin de una parte de la

    Cueva del Pendo, yacimiento muy complejo y con una variada estrati

    grafa. En los dos lt imos aos se ha comenzado la excavacin del ya

    cimiento de la cueva del Mirn, por parte de un equipo hispano-nortea-

    mericano dirigido por L. Straus y M. R. Gonzlez Morales que ofrece

    unos resultados alentadores.

    La presencia de equipos de nacionalidad mixta han enriquecido sobre

    manera la investigacin en todos los campos. En nuestro caso debemos

    destacar la estrecha colaboracin que siempre han mantenido L.G.

    Freeman con J. Gonzlez Echegaray, ya desde los tiempos de Morn y

    que ha culminado en la creacin en 1983 de la I.P.I. Institu for P rehistoric

    Investigations) que colabora eficazmente en publicaciones cientficas o es

    sede de investigaciones determinadas. De todas maneras, conviene re

    cordar que por las especiales caractersticas de los inicios de la investiga

    cin en la cornisa cantbrica, la relacin internacional ha sido siempre un

    elemento primordial en la investigacin prehistrica de esta zona.

    Todas estas investigaciones cuentan con los mtodos ms modernos y

    los equipos interdisciplinares necesarios para poder llevar a buen fin los

    resultados obtenidos a travs de los anlisis ms sofisticados, con los que

    podemos contar. En este apartado es menester citar los trabajos de M.

    Hoyos que es uno de los investigadores, del campo de otras ciencias, que

    22

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    Apuntes sobre el desarrollo de la arqueologa paleoltica en la cornisa.

    ms re lac in ha ten ido con todos aquel los que nos dedicamos a l es tud io

    del Paleo l t ico en la corn isa cantbr ica.

    Las investigaciones en el Pas Vasco han continuado la fructfera lnea

    establecida desde los tiempos de J.M. de B arandiaran en ella debemos

    destacar por un lado en Guipzcoa la figura de J. Altuna quien ha mante

    nido una importante lnea investigadora a travs de la Sociedad de

    Ciencias Naturales Aranzadi y su revista

    Munibe

    y en Vizcaya los trabajos

    eman ados de J.M . Apellaniz y su equipo expuestas a travs de Kobie.

    Entre los yacimientos principales debemos citar las publicaciones de

    las monografas de Ekain y Am alda donde se m antiene una clara lnea in-

    terdlscipllnar en la que los distintos elementos estudiados se sintetizan en

    sus conclusiones lo que les convierte en claros ejemplos a seguir. No po

    demos olvidar los trabajos de E. Berganza en el yacimiento de Santa

    Catalina donde encontramos materiales Azil lenses asociados a u apro

    vechamiento de recursos marinos semejante a los citados de La Pila o El

    Perro tamb in se cita Aziliense en la Cue va de Aren aza donde la Impor

    tancia de sus niveles Neolticos nos permiten relacionarla con el mundo

    del Valle del Ebro a travs de la presencia de cermica cardial. Otro

    yaci

    miento interesante publicado recientemente es la Cueva de Lamlak II en

    la que se ha realizado dentro del los problemas del yacimiento un buen

    aprovechamiento de la Informacin disponible.

    Una aportacin que debemos destacar es la edicin anual de

    Arkeoikuska

    del Centro de Patrimonio Cultural Vasco de la Direccin

    de Patrimonio Cultural del Gobierno Vasco. Esta publicacin permite un

    seguim iento constante de las novedades y de los trabajos realizados lo

    que la convierte en un documento nico en la perspectiva arqueolgica

    espaola y un claro ejemplo a seguir por las dems Comunidades

    Autnomas. En el la tenemos el seguimiento de lugares como Santa

    Ca talina Antn Koba Lum entxa Ga razabal o AItzbItarte III entre otros.

    EL

    RTE PALEOLTICO

    El arte debe ser considerado dentro del conjunto de manifestaciones

    con

    servadas del Paleoltico que han sido objeto de especial atencin en los l

    timos aos. Un aporte original es el desarrollo del denominado anlisis de

    autora por parte de J.M. Apellaniz. En estas dos ltimas dcadas varios

    equipos estn desarrollando una lnea de Investigacin sobre documenta

    cin del arte parietal y su interrelacin con los yacimientos arqueolgicos

    situados en las reas de asentamiento de las respectivas cavidades.

    23

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    J . GONZLEZ ECHEGARAY, V. CABRERA VALDS Y F. BERNALDO DE QUIROS

    Respecto a la docum entacin, hay que diferenciar una vez ms entre las re-

    visiones que se han llevado o se estn llevando a cabo en alguna de las ca-

    vernas descubiertas en ocasiones hace casi un siglo por ejemplo, la cueva

    de La Pasiega de Puente Viesgo y cuevas de Covalanas y La Haza en

    Ramales de la Victoria, en Cantabria) del estudio de nuevos descubrimientos

    La Garma en Cantabria y Covaciella en Asturias).

    En otros casos el registro no se ha limitado a las figuras parietales,

    sino que es posible y se pretende ponerlas en relacin con los respectivos

    yacimientos arqueolgicos: el proyecto Naln , cuevas de T ito Bustillo y de

    Llonn en Asturias, Chufn y Fuente del Saln en Cantabria y de Ekan en

    el Pais Vasco.

    Como continuidad del ya citado SANTANDER SYMPOSIUM se cele-

    bro en 1979, diez aos despus otro congreso internacional, que reuni a

    los ms brillantes investigadores de la poca. Conocido como ALTAMIRA

    SYMPOSIUM represento la puesta al da de las investigaciones realiza-

    das hasta el momento. Esta reunin cientfica, celebrada dentro del

    cen-

    tenario de la Cueva de Altamira, sirvi tambin para sensibilizar al Estado

    de los problemas de la misma, al dedicar una parte importante de las se-

    siones a los problemas de conservacin. La sensibilizacin hacia los pro-

    blemas del Arte Rupestre se plasmaron en la creacin del Centro de

    Investigacin y Museo de Altamira, cuyo fin es conservar la cueva, y dar

    a conocer los problemas y eventuales soluciones que a el se presentan, y

    cuyo ultimo proyecto es la realizacin de la tan esperada replica de la

    cueva.

    Otro aspecto que no podemos olvidar son los trabajos de sntesis sobre

    industria sea y arte mueble de I. Barandiarn y S. Cerchn, que sirvieron

    de base hacia toda una nueva serie de estudios, al permitir a los investi-

    gadores contar con un corpus exhaustivo sobre el Arte Mueble. Una visin

    ms completa de su importancia se expone en el trabajo de M. Menendez

    en este mismo volumen.

    En los ltimos aos hay que destacar la importancia de varios proyec-

    tos encaminados a la datacin directa de las pinturas por el sistema del

    acelerador de partculas iniciado en 1991 por F. Bernaldo de Quirs, H.

    Valladas, y V. Cabrera, que ha sido ampliado y complementado en los l-

    timos aos por el equipo de la Universidad de Cantabria dirigido por A.

    Moure en Cantabria y por J. Portea en Asturias. Estos trabajos represen-

    tan un punto de inflexin en la investigacin del Arte Rupestre, y estn

    sirviendo de base para nuevos acercamientos al tema, que permiten a al-

    gunos autores hablar de un momento postestilistico, en el que se re-

    nueva nuestra perspectiva hacia este fenmeno artstico.

    24

  • 7/25/2019 Arqueologia Del Paleolitico

    11/11

    Apuntes sobre

    el

    de sarrollo

    de la

    arqueologa paleoltica

    en la

    cornisa...

    SELECCIN BIBLIOGRFICA MENCIONADA EN EL TEXTO

    A L T U N A ,

    J .

    et

    all

    1 9 8 4 ,

    El

    yacimiento prehistrico

    de ia

    cueva

    de

    El