autoorganización planetaria

32
AUTO-ORGANIZACIÓN PLANETARIA LA ALTERNATIVA A LA GLOBALIZACIÓN Luigi De Paoli INTRODUCCIÓN El siglo XXI se abre con dos crisis profundas, motivo de inquietud en los cinco continentes. En primer lugar, la económica que ha provocado la quiebra de bancos seculares, el aumento del desempleo, y el estancamiento del crédito y de la producción, con resultados tan negativos que algunos Estados se encuentran al borde de la bancarrota. La segunda causa de ansiedad radica en la gran cantidad de informes sobre el calentamiento del planeta, erosionado por el creciente empobrecimiento del suelo, la extinción de especies animales y vegetales y el aumento creciente de la contaminación en los alimentos y en el agua. Paradójicamente, estos desastres - ecológicos y económicos - tienen su punto de partida en comunidades como las de los EE.UU., Europa y Japón que se complacen en llamarse "democracias", es decir, organizaciones cuyo poder reside en el pueblo. El epicentro de la crisis está ubicado en los Estados Unidos, por ser este país el responsable de la mayor parte de las emisiones de CO2 hacia la atmósfera y de la actividad bancaria- financiera más "tóxica" del mundo. El colapso económico y el desorden de la biosfera pueden dar la sensación de que todos estamos viajando en un tren de alta velocidad que corre vertiginosamente hacia el progreso, pero... sin conductor. Los siete mil millones de pasajeros no tienen alternativa: o aceptan conscientemente ir al desastre, o deciden tirar del freno y... cambiar de tren. ¿Pero, cuál es el tren alternativo? Los repetidos fracasos de las cumbres políticas del G- 20, de la FAO y de Copenhague (2009) han contribuido a liquidar la ilusión de que los gobiernos pueden tomar medidas oportunas en sintonía con la urgencia actual. Por ello los ciudadanos del mundo no pueden seguir esquivando preguntas inquietantes como las siguientes: 1. ¿Es razonable seguir confiando en el capitalismo, considerando la magnitud de los desequilibrios socio-económicos y ecológicos que engendra? 2. ¿Es válido el sistema político de la democracia occidental, siendo así que no se fundamenta en la soberanía del pueblo, y que tampoco salvaguarda la naturaleza?

Upload: comunidadsta-csta

Post on 29-Mar-2016

220 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Taller 2012-13_2T Documento Base

TRANSCRIPT

Page 1: Autoorganización Planetaria

AUTO-ORGANIZACIÓN PLANETARIALA ALTERNATIVA A LA GLOBALIZACIÓN Luigi De PaoliINTRODUCCIÓN

El siglo XXI se abre con dos crisis profundas, motivo de inquietud en los cinco continentes. En primer lugar, la económica que ha provocado la quiebra de bancos seculares, el aumento del desempleo, y el estancamiento del crédito y de la producción, con resultados tan negativos que algunos Estados se encuentran al borde de la bancarrota.

La segunda causa de ansiedad radica en la gran cantidad de informes sobre el calentamiento del planeta, erosionado por el creciente empobrecimiento del suelo, la extinción de especies animales y vegetales y el aumento creciente de la contaminación en los alimentos y en el agua.

Paradójicamente, estos desastres - ecológicos y económicos - tienen su punto de partida en comunidades como las de los EE.UU., Europa y Japón que se complacen en llamarse "democracias", es decir, organizaciones cuyo poder reside en el pueblo. El epicentro de la crisis está ubicado en los Estados Unidos, por ser este país el responsable de la mayor parte de las emisiones de CO2 hacia la atmósfera y de la actividad bancaria- financiera más "tóxica" del mundo.

El colapso económico y el desorden de la biosfera pueden dar la sensación de que todos estamos viajando en un tren de alta velocidad que corre vertiginosamente hacia el progreso, pero... sin conductor. Los siete mil millones de pasajeros no tienen alternativa: o aceptan conscientemente ir al desastre, o deciden tirar del freno y... cambiar de tren. ¿Pero, cuál es el tren alternativo?

Los repetidos fracasos de las cumbres políticas del G-20, de la FAO y de Copenhague (2009) han contribuido a liquidar la ilusión de que los gobiernos pueden tomar medidas oportunas en sintonía con la urgencia actual. Por ello los ciudadanos del mundo no pueden seguir esquivando preguntas inquietantes como las siguientes:

1. ¿Es razonable seguir confiando en el capitalismo, considerando la magnitud de los desequilibrios socio-económicos y ecológicos que engendra?

2. ¿Es válido el sistema político de la democracia occidental, siendo así que no se fundamenta en la soberanía del pueblo, y que tampoco salvaguarda la naturaleza?

3. ¿No es hora de tomar conciencia de que la vida procede, no desde arriba, sino desde abajo, a partir de las formas más sencillas hasta las más evolucionadas, por medio de un paciente trabajo de auto-organización?

Estas preguntas requieren una cuidadosa reflexión. En primer lugar hay que aclarar cómo y por qué la humanidad ha llegado al borde del desastre anunciado, ciertamente, por profetas no escuchados. Al mismo tiempo, la magnitud de la crisis exige la adopción de una perspectiva sistémica para identificar la terapia convincente y adecuada a la gravedad de la degradación actual.

Por lo tanto es oportuno tomar en cuenta el consejo evangélico según el cual “nadie pone un parche de tela nueva a una prenda vieja”, ni “el vino nuevo en odres viejos." El traje raído del capitalismo y de la democracia muestra evidentes signos de un desgaste tal que ya no es conveniente arreglarlo con parches, es decir, con reformas de emergencia propuestas por demagogos e ilusionistas. Más vale hacer una prenda nueva y fabricar artesanalmente un odre nuevo, sin pretensiones de impecabilidad y sin marca de fábrica, mucho menos con el sello de "made in" Occidente.

Eso es lo que nos proponemos hacer en este ensayo, con una mezcla de titubeo y de pudor, pero también confiados en la comprensión del lector. En la primera parte desarrollaremos algunas consideraciones analíticas relativas al Capitalismo (Capítulo 1) y a la Democracia (Capítulo 2), como factores determinantes de un desequilibrio difícilmente compatible con la supervivencia humana. En el tercer capítulo pondremos en evidencia

Page 2: Autoorganización Planetaria

cómo en el mundo subterráneo del planeta se agitan ideas y se entrelazan movimientos que, sin saberlo, anticipan el amanecer de una humanidad decidida a pasar de una cosmovisión antropo-céntrica a una eco-centrica, que no pone tanto al hombre sino a la vida en el centro de la atención colectiva. Atesorando las nuevas aportaciones, tanto teóricas como producto de la experimentación, intentaremos delinear una eco-democracia entendida como auténtica soberanía popular (monetaria, económica, educativa, alimentaria y mass-mediática), fundada sobre la auto-organización, proceso que desde hace millones de años permite una ramificación cada vez más extraordinaria de la vida.

Mucha gente así como muchas comunidades aconsejan y practican ya soluciones que demuestran ser particularmente previsoras. Con algunos de esos profetas de esperanza se ha venido fraguando este ensayo. El uso de la Primera Persona Plural quiere ser una muestra de gratitud hacia aquellos que son invisibles y desconocidos coautores.

Si el lector está movido por la curiosidad de saber por qué un médico comprometido desde décadas con el trabajo de psicoanálisis de grupo e instituciones se ha dedicado a profundizar temas que comprenden economía, democracia y bio-ética, ese intuirá fácilmente que, si por un lado existe el problema de regenerar la bio-capacidad de la Tierra, por otro lado no es menos urgente sanar la mente de un homo sapiens a punto de volverse insipiens (que presume de saber). A menos que se disponga a escuchar la sugerencia de los sabios africanos: “Si no sabes adónde vas, acuérdate de dónde vienes”.

Las páginas que siguen intentan demostrar que la salvación de la comunidad humana depende de su capacidad de “convertirse” al sistema viviente donde todos sus componentes, desde hace millones de años, conviven entre caos y orden, entre autonomía e interdependencia, entre vida y muerte. Si los bosques, las nubes, los océanos y los cuadrúpedos se han auto-regulado en la Tierra sin obedecer a ningún monarca y a ninguna oligarquía, ¿por qué no han de poder hacerlo hombres, mujeres y niños en el siglo XXI? La auto-organización planetaria no es un sueño, ni una utopía, sino la quintaesencia de la “realidad” que nos genera y nos mantiene sin demora.

CAPÍTULO III AUTO-ORGANIZACIÓN Y SOBERANÍA POPULAREl reciente éxito de la democracia en muchas regiones del mundo ha abierto grandes

esperanzas a la humanidad, fomentando una mayor transparencia de los poderes, una mayor eficiencia del Estado, una participación más amplia de los ciudadanos. Es indiscutible que ha incrementado el bienestar y la protección a los trabajadores, mejorado la salud, favorecido el conocimiento entre los pueblos, ampliado la instrucción y el tiempo libre. Aún queda mucho por hacer, bien sea porque muchas democracias son formas “recicladas” de anteriores gobiernos autoritarios o, también, por no estar en condiciones de desacelerar la vertiginosa carrera que ha impuesto al progreso.

En todo caso, a nuestro juicio, sería más coherente afirmar en los programas de los partidos y escribir en los manuales académicos que:

1. La democracia es una meta noble, aun cuando no haya coincidido con la soberanía popular.

2. Todas las democracias son genéticamente capitalistas, potencialmente subversivas del orden social y natural.

Por consiguiente, se impone una purificación lingüística, con relevantes inferencias geo-políticas. Ya no se podrá afirmar, por ejemplo, que Occidente quiere llevar la democracia a Afganistán, sino más bien que desea proponer (o imponer) la democracia capitalista, a sabiendas de que la misma es incompatible con la soberanía popular y con el respeto a las tradiciones de autogobierno vigentes en ese país, desde hace siglos, a través de la Loya Jurga. En resumen: la democracia es una forma de aristocracia, relativamente

Page 3: Autoorganización Planetaria

tolerante, dirigida por una reducida fracción de políticos, utilizados como peones de la oligarquía económica y financiera.

Soberanía del puebloAun admitiendo que la democracia puede coincidir con su raíz etimológica (poder

del pueblo), la definición no deja de ser ambigua, ya que allí donde hay un soberano hay súbditos. Es verdad que dicha antinomia se supera al suponer que el pueblo es soberano y súbdito al mismo tiempo, en el sentido de que crea libremente sus ordenamientos y se somete voluntariamente a ellos. Pero todavía queda un cabo suelto: ¿Cuál es la relación entre el pueblo soberano y el sistema viviente? Es este, a nuestro criterio, el punto álgido que ha sido esquivado por los científicos y los líderes de partidos. La pregunta podría ser reformulada así: ¿también el pueblo está llamado a ejercer su propia soberanía sobre la flora y la fauna, sobre los océanos y la atmosfera? O, por el contrario, ¿debe ser súbdito de ellos?

En una visión no-binaria (o/o), sino integrada (y/y), vale la hipótesis de que los seres humanos pueden relacionarse con el sistema viviente en calidad de súbditos, respetuosos de las dinámicas de las biosfera, y de soberanos, aptos para establecer, de manera autónoma, sus leyes. Eso impide que los seres humanos continúen ejerciendo una excelencia hegemónica sobre las otras especies, utilizándolas a su antojo. Esto ha ocurrido especialmente con la democracia capitalista, la cual, en nombre de una soberanía popular postiza, ha realizado, en breve tiempo, el saqueo más aterrador de la Tierra. Por lo cual resulta oportuna la pregunta de Platón que flota desde hace siglos sobre la corruptibilidad de la democracia y que hoy puede ser formulada así: ¿qué garantía puede ofrecer la democracia con respecto a una dictadura, si no logra impedir que la sociedad y el planeta converjan hacia el auto-aniquilamiento?

Avanzamos la hipótesis de que la única póliza de seguros para pueblos angustiados por las múltiples crisis es la eco-democracia, o sea, un proceso de autogestión de los bienes coherente con la maravillosa evolución que rige la naturaleza. La soberanía popular coincide, por ende, con la eco-democracia cuando se adecúa al modelo del sistema viviente, teniendo en cuenta, la auto-formación, el auto-conocimiento y la auto-regulación. La democracia se revela como un método irracional y anti-sistémico si, además de basarse sobre una lucha permanente de una mayoría parlamentaria contra la minoría, no logra poner un límite insuperable a la extracción e introducción de energía compatible con la eco-esfera.

[Saltamos aquí desde la página 4 a la 32 donde se reflexiona sobre la bio-mímesis, la bio-soberanía y la ecosoberanía popular que incluye: soberanía monetaria, soberanía económica, soberanía mass mediática, soberanía alimentaria y soberanía educativa, y se cierra con el tema bio-democracia y cristianismo]

1. La democracia es auto-organizaciónEl Tercer Milenio se abre con un evento histórico, que consiste en la auto-

convocatoria de muchedumbres que no obedecen a consignas de partidos, de gobiernos o de religiones. El ejemplo más evidente viene de la oposición a la guerra en Iraq, que impulsó a millones de adultos y niños a salir a la calle, usando únicamente una red invisible de mensajes y de slogans auto-planificados. La mutación en acto es la prolongación de la evolución cósmica que continúa su propia marcha ascendente, desde el núcleo infinitamente pequeño del Big Bang al astronómico desarrollo de las galaxias, contando con la auto-dinamización. Del mismo modo, ciudades, empresas, instituciones y sociedades pueden evolucionar sin la intervención de un soberano o de un esquema directivo, puesto que las capacidades auto-poieticas y mentales no están concentradas sino extendidas. En efecto, todos los habitantes del planeta gozan, sobre todo hoy en día, de nexos sofisticados que les permiten reaccionar a trastornos y errores manteniendo la propia autonomía, sin desligarse del sistema viviente. Aunque estén atrapados en una red invisible, liderada por un

Page 4: Autoorganización Planetaria

gigantesco poder que es simultáneamente bancario-financiero-militar-industrial-audiovisual, poco preocupado por la vida, ellos pueden encontrar la salvación en la bio-mimesis, expresión de aquella interconectividad que une moléculas de agua, células y conjuntos bio-dinámicos.

Si fuera cierto que la democracia con genotipo capitalista ha introducido visiones liberales irrenunciables, consiguiendo éxitos notables, sin embargo no se puede negar que semejante sistema crea fracturas insensatas. Han fracasado los intentos para maquillarla con adjetivos como los de “cristiana”, “socialista”, “liberal o humanista”. Queda el hecho de que la democracia no puede ser creíble ni útil mientras los pueblos no lleguen a ser sus propios directores, actores y guionistas.

Democracia reticular Cuando la mente humana se deja guiar por la estrella polar del sistema viviente,

vira desde el modelo reduccionista (vigente en el capitalismo) hacia el contextual-holístico (holon=todo, entero). La visión es más cartográfica que fotográfica. No se toma en cuenta lo particular o cada una de las fases, sino la transformación, el proceso, el esquema. La organización ya no es vertical-descendiente, más bien se constituye “desde abajo” como “red” ascendiente-horizontal (o network, retículo), formada por una multiplicidad de grupos o subsistemas, que poseen competencias específicas y visiones de conjunto, cada uno con su propio objetivo, aun manteniendo un vínculo operativo común. La información no está centralizada. El líder es un coordinador que fomenta la libertad expresiva, pero también la empatía, aglutinante esencial para cada comunidad de trabajo. La frontera entre grupos y sectores es permeable. El control se reduce, siendo la responsabilidad diluida. La organización reticular es bio-céntrica, en el sentido de que energía e información ya no son amo-dependientes, como sucede en los Estados anti o pseudo-democráticos, sino que nace y se enriquece en la red periférica, que puede transformarse en confederaciones de micro-democracias, estados plurinacionales o autonomías locales. Cuanto más está descentrado está un sistema, más es auto-gobernable, principalmente en períodos de recesión.

La democracia reticular, antítesis de las actuales democracias sin democracia, rehúsa por antinatural un organigrama confeccionado por una Cúpula. La organización es bio-mimética: se inspira en la dinámica asociativa de la materia viviente. Es notorio que el corazón, el hígado y el cerebro de un organismo pueden funcionar como estaciones de servicio porque están entrelazados y respaldados por una constelación infinita de células que reciben, metabolizan y, a su vez, generan energía e información. Igualmente, una sociedad es democrática cuando opera como un retículo de agregados, cada uno de los cuales logra el máximo de autonomía conectándose con un sinnúmero de ellos, en un contexto de interdependencia. La historia muestra que los más grandes tesoros del arte, de la ciencia y de la cultura se encuentran en aquellas ciudades que se han desarrollado gracias al encuentro y al contraste entre grupos de ciudadanos que han mantenido por siglos un modelo de auto-organización, interiorizando estilos y sensibilidades también exóticas, sin renunciar a su propia autonomía y diversidad.

Creatividad colectivaLa característica de la personalidad creativa es la de otorgar importancia a

intuiciones o aspectos marginales, aparentemente desconectados entre ellos, pero con la convicción de que la solución existe, aun cuando no sea la más obvia. Conclusiones científicas, ideológicas o religiosas están suspendidas, a pesar de que puedan ser nobles o tranquilizantes, con el fin de liberar la mente de la trampa del pensamiento repetitivo. La dinámica eco-democrática es, de por sí, creativa, capaz de penetrar en el desorden y de entrelazar experiencias, imágenes e ideas, aunque aparezcan extrañas e incoherentes. Es pariente de la creatividad propia de los artistas, hábiles en medirse con el caos y lo impredecible, mientras tratan de organizar la materia (colores, palabras, sonidos, etc.) a

Page 5: Autoorganización Planetaria

través de repetidos intentos, acercamientos y contrastes, sin estar condicionados por críticas o fracasos. La dinámica creativa es la prolongación de la evolución de la vida que procede del caos, auto-organizándose a través de fusiones, contrastes, quiebras y éxitos. El artista es la personificación de la auto-poiesis. Él es el artesano silencioso de la complejidad y de la variedad. Experimentando, apostando y corrigiendo, hace germinar increíbles realidades desde microscópicas moléculas de imágenes mentales, no importa que sean poesías, sinfonías o catedrales. El arte confirma que, acogiendo al extraño, al hereje, al rechazado, es posible mezclar y conjugar realidades aparentemente incompatibles, confiando en que hechos inusuales van a emerger de ellas. Un fresco ya no es un muro sobre el cual están dibujadas figuras, ni los colores con que está impregnado. Es otra cosa, es el nacimiento de lo impredecible, suspendido entre el cielo y la tierra, entre materia y espíritu, entre ausencia y presencia.

Nos parece que los ciudadanos del mundo van rápidamente madurando hacia un grado de concientización y de competencias que los habilita para emprender la vía de la creatividad política, diseñando sobre los muros de la historia composiciones realmente auto-poiéticas, imitando el modelo de la biosfera. Desde hace tiempo ellos demuestran poder ejercer el pensamiento creativo, que:

Es inconformista, en el sentido de que no teme encarar ideas y sistemas de manera distinta de aquella considerada “lógica”, normalmente hija de tradiciones, funcionales del poder.

Desconfía de las soluciones más sencillas o inmediatamente aplicables, porque las considera un modo de sofocar la concepción de ideas y visiones heterodoxas.

Reconoce que entre las cosas buenas o malas, verdaderas o falsas, hay un tercer estadio, consistente en hipótesis, incertidumbres y ambigüedades, elementos indispensables para la actividad creativa.

Yunus, el banquero independiente, es un excelente ejemplo. Cuando se enfrenta con la guerrilla en Bangladesh no crea la contra-guerrilla, sino un modo novedoso para atraer a los jóvenes y apartarlos de conductas destructivas y con ellos ensambla una organización en la que participan como co-operadores del Banco de los Pobres, el “Grameen Bank”.

En Venezuela, acosada por bandas juveniles violentas, el maestro de música José Antonio Abreu, crea “la música para todos, de todos, en todas las aldeas”. Después de 30 años de trabajo apasionado saca a 300.000 niños y jóvenes de la calle y los moldea en las “escuelas de música”, formando 300 orquestas.

En el Burundi (África), azotado por el odio inter-étnico y las masacres indiscriminadas, Mama Maggy, Marquerite Baekitse, recoge - sin dudarlo un instante - a los primeros niños que huyen del horror. Termina adoptando a diez mil de ellos, funda la Maison Shalom, donde afluyen miles de huérfanos, provenientes también de zonas limítrofes. Con ayudas modestas, Mama Maggy monta un hospital pediátrico y varios ambulatorios. Ése es el prodigio que logra realizar quien cree en la auto-organización.

Hasta en el fútbol, en el que todas las sociedades son “patronales”, se dan casos de creatividad heterodoxa. Esa excepción es el Barcelona, cuyos accionistas son los 172.000 socios, que justamente se jactan de ser los “soberanos” del club con el mayor número de accionistas, puesto que eligen al presidente, con quien comparten las estrategias. Ellos son conscientes de pertenecer a la sociedad deportiva más democrática del mundo, que promueve el deporte entre millones de jóvenes, organiza campañas anti-drogas y ayuda a países del Tercer Mundo.

Más allá de los partidosTras la Segunda Guerra Mundial partisanos, intelectuales y sindicalistas dan un

empuje extraordinario a la formación de los partidos políticos, cuya acción es decisiva para la elevación del nivel de vida. Pero en el Tercer Milenio pierden adeptos y simpatizantes.

Page 6: Autoorganización Planetaria

No son capaces de pasar de una estructura vertical y polémica a una reticular-compleja, en donde todos los ciudadanos sean tratados como protagonistas. Los actuales partidos políticos no logran conectar con las dificultades de los electores que se declaran impotentes frente a problemas apremiantes como el desempleo masivo o los problemas debidos a la globalización. Las decisiones serían menos problemáticas si todos tuviesen las informaciones adecuadas. En realidad, casi ningún gobierno tiene interés en suministrar elementos clarificadores, como investigaciones científicas, documentaciones y análisis comparados. Si esto no ocurre se debe al hecho de que la democracia, tal como se ha desarrollado en Occidente, está modelada por una organización económica, el capitalismo, que es anti-sistémica, en el sentido de que desatiende la totalidad para ocuparse de la fracción más acaudalada. La sociedad se halla, así, divida no solamente entre ricos y pobres, sino también entre partidos de gobierno y de oposición. Ambos, por el miedo de perder consensos electorales, evitan enfrentarse a los problemas reales. Les resulta más fácil conseguir las simpatías de los votantes con promesas cautivadoras, ensalzando los éxitos. De hecho, los partidos democráticos reproducen la estructura propagandística del capitalismo, que, utilizando el eslogan publicitario “mi jabón lava más blanco que el tuyo”, logra convencer a multitudes de consumidores, aun cuando no conozcan el contenido específico. No es una casualidad que casi toda la actividad de los partidos “democráticos” se base en la creación no de la reflexión y del análisis, sino de la imagen, cuyo vector fundamental es la publicidad, la cual no sirve para comprender y resolver temas tan sobrecogedores como la especulación financiera, las fuentes energéticas o la injusticia social.

Cuando legiones de obreros y empleados de los Países Avanzados (PA) son despedidos porque las empresas encuentran que es más rentable trasladar la producción a los Países en Vías de Desarrollo (PVD), logrando, de esa manera, una neo-esclavización planetaria oculta, entonces, los partidos solo saben quejarse de las consecuencias catastróficas. Todos, pertenezcan a los PA o a los PVD, aceptan con resignación la amputación de los derechos “liberales” (tanto constitucionales como laborales, sanitarios, sindicales, etc.), convencidos de que no hay alternativa para una sociedad tele-guiada por un anónimo y omnipotente dueño como lo es la Clase Capitalista Transnacional. Si se abdica del derecho a ejercer una soberanía monetaria, económica, alimentaria, educativa y audio-visual hay que resignarse a la inevitable consecuencia: la servidumbre perpetua!

Para invertir una ruta equivocada es preciso salirse de un sistema basado en la polarización dominio-subordinación, sadismo-masoquismo, rebelión-pasividad, para activar otro que favorezca la negociación y formas de renuncias bilaterales en beneficio de ventajas bilaterales. En un sistema eco-auto-organizado, en principio, no existen excluidos. Nada es descartable. Todas las personas, como todas las células, son vectores de energía y de información. Disponen de comunicación apta para co-generar instituciones que se auto-disciplinan y se inter-fecundan en tres niveles: local, regional-nacional y mundial. Ellas tienen los medios para comprender y jerarquizar los problemas hasta conciliar soluciones que el poder ejecutivo (gobierno) está obligado a ejecutar. La función de este último es de tipo “mayéutico”, consistente en hacer emerger la vida a través de la interacción colectiva, con la paciencia de una partera. Es signo de una preocupante patología sostener que el gobierno debe gobernar: en realidad debe convertir en realidad la voluntad de los ciudadanos. Estos últimos son los verdaderos soberanos, no la exigua mayoría electoral de un 51 o 53%. Los partidos tienen la noble función de movilizar ideas, tensiones y proyectos, pero se salen de sus propias competencias cuando se proponen dirigir una colectividad.

Procesos democráticos, procedentes de los niveles más bajos hacia los más elevados representan la norma en muchas congregaciones religiosas, formadas por millares de miembros. Programas de trabajo y elecciones de superiores son objeto de estudio y de debates que duran meses, con una progresión desde lo local hasta lo internacional. Las

Page 7: Autoorganización Planetaria

comunidades indígenas, que han podido resistirse a la colonización, deben su supervivencia a estrategias de decisión que involucran a los miembros adultos. El mínimo común denominador de estas experiencias de auto-organización estriba en que:

1- Prevalece la visión de conjunto y el amor a la comunidad.2- La formación de corrientes crónicamente opuestas (o partidos) es rechazada,

pues es una señal de incapacidad de llegar a un arreglo.3- La autoridad es temporalmente delegada a aquellas personas que dan garantía

de sabiduría, disponibilidad al servicio y apertura a la novedad.El modelo, al fin y al cabo, se asemeja al que rige una manada de vertebrados. Basta

observar una bandada de pájaros: viajan, viran, aterrizan, se unen y se separan sin chocar, teniendo como referencia algunos componentes, cuyo rol cambia constantemente. El control está distribuido, la jerarquía es flexible, delegable, suficiente para preservar la autonomía y la variedad de la auto-organización. El modelo de la “bandada” está entrando en la política del tercer milenio, sobre todo en las pequeñas ciudades, donde los partidos desaparecen, reemplazados por “listas cívicas”, o por “mayorías” que son recombinaciones de “trozos” de derecha-centro-izquierda. Personalidades carismáticas y asociaciones bien implantadas en el territorio logran movilizar simpatías e intereses que cristalizan en nuevas formaciones electorales, cuya duración es ciertamente limitada en el tiempo, pero que son capaces de abrir nuevos horizontes a la gestión de la política. Es indudable que las personas que luchan contra los armamentos, la privatización de los bienes comunes y la injusticia son hoy consideradas como la vanguardia más fiable de la sociedad.

La selección de los representantes del puebloAntes de esbozar temas relativos a la gestión de una comunidad es oportuno recordar

el consejo de Albert Einstein: “No podemos resolver los problemas si no abandonamos la manera de pensar que los ha creado”. Si la manera de pensar que ha producido la degeneración del sistema ecológico, económico y democrático depende de una clase política que trama con la Capitalista Transnacional, entonces, es esencial que el pueblo aprenda a seleccionar delegados que estén interesados en realizar dos objetivos: la soberanía del pueblo y la coherencia con el sistema viviente, ambos incompatibles con la filosofía neoliberal. Es de sentido común que para cumplir con dichas tareas sea oportuno recurrir a las mentes más preclaras, es decir, a aquellas personas que tradicionalmente son calificadas como sabias y que raramente coinciden con los dirigentes de partidos, puesto que estos tienen un explícito interés por una “parte” de la sociedad.

Nosotros adelantamos la hipótesis de que los candidatos a la cogestión de una sociedad han de ser hombres y mujeres que:

a- Hayan madurado y compartido con la comunidad un ideal programático de democracia respetuosa del ecosistema y defensora de la justicia y de la paz social.

b- Estén dispuestos a debatir, en forma explícita y transparente, programas y resultados en los distintos medios de comunicación.

c- Logren un amplio consenso popular, superior a los 2/3, sin el cual no pueden disfrutar de una confianza razonable.

d- Representen imparcialmente los distintos intereses sociales y las diferencias de género.

e- No sean titulares de capitales, poderes y patrimonios que violen el principio de igualdad.

f- Hayan demostrado una coherencia moral. Los aspirantes no pueden ni siquiera estar sometidos a investigaciones judiciales.

La selección de los dirigentes es un problema que afecta a las grandes organizaciones, públicas y privadas. En las mejores universidades del mundo, los docentes son examinados por comisiones formadas por especialistas de comprobada fama, con la

Page 8: Autoorganización Planetaria

tarea de escrutar dos requisitos: la competencia técnico-científica y la madurez humano-directiva. También en las grandes empresas el aspirante a un alto cargo es evaluado por seleccionadores externos y grupos internos. Por lo tanto, no se entiende por qué ministros, deputados, alcaldes, asesores y jefes de instituciones o de empresas públicas no deban estar sometidos a un riguroso examen por parte de una comisión de alto nivel, que refiera a la ciudadanía los datos esenciales. Los candidatos gozarían de un indiscutible prestigio, inclusive por el solo hecho de haber aceptado someterse a una evaluación pública.

Además del problema de la selección existe el de la perpetuación en el poder, que se consigue fácilmente con el patrocinio de grupos criminales y/o financieros. No sólo los dictadores, sino también los líderes democráticos transmiten el poder a los hijos, esposas o gregarios. Son famosos los casos de verdaderas dinastías democráticas (Kennedy, Nehru, Gandhi, Perón, Clinton, Bush, Kirchner, y otros) quienes, a semejanza de las monarquías, consideran el poder político como una herencia transferible. Muchos escaños de los parlamentos más celebrados, (Japón, Europa, USA.) son ocupados por diputados durante más de 40 años. Esa “aristocracia parlamentaria” no tiene ningún interés en promover una movilidad socio-económica, ni tiene tiempo para proyectar programas innovadores. El recurso electoral cada 4 o 5 años se muestra insuficiente para reformar una asamblea parlamentaria que tiende hacia su auto-momificación.

Por lo tanto, es sensato que los pueblos contrasten la distorsión doblemente aberrante de los actuales sistemas electorales prohibiendo las re-candidaturas más allá de los razonables 6 u 8 años y la elegibilidad de los familiares. Estas contramedidas son incuestionables, siendo cada vez más frecuente que los políticos se adhieran a un partido desde la juventud, planificando su carrera en sentido comercial y no como una profesión de servicio. Existe, además, un argumento aún más grave para cerrarle el paso a los políticos de profesión, puesto que ellos optan por mantener un sistema ambiguo, que se presenta formalmente (fenotípicamente) como democrático, pero que es esencialmente (genéticamente) capitalista. Esta escisión crea, inevitablemente, una conducta evasiva y oportunista, por lo cual los políticos-profesionales simulan defender los intereses de los electores cuando en realidad practican formas de amiguismo invisible, de acuerdo con los businessmen. La corrupción y el colapso económico-ecológico son hijos de ese comportamiento bifronte. Para reducir el riesgo de que los políticos se hagan los camareros de los banqueros y de los mega-empresarios, es más innovador limitar drásticamente el afán de las carreras políticas y fijar por ley la exclusión de quienes tengan relaciones con potentados económicos o pueden usar la inmunidad parlamentaria para huir de condenas judiciales. Movimientos populares ya están actuando en este sentido. En 2009 un millón y medio de brasileños han firmado una propuesta de ley, promovida por el Movimiento para Combatir la Corrupción Electoral (MCCE) y apoyada por la Conferencia Episcopal Brasileña, que hace obligatorio el certificado de antecedentes penales para cualquier candidato. Para luchar contra la corrupción es preciso hacer algo más, como lo ha comprendido la mayoría de los diputados del Congreso de la India, que han aprobado la ley Derecho a la Información, que reconoce a los ciudadanos la posibilidad de solicitar todas las informaciones esenciales y el de denunciar a las autoridades que pongan resistencia.

Cambios constitucionalesEl lector que quisiese objetar que el núcleo vertebrador de las propuestas arriba

mencionadas es incompatibles con los actuales ordenamientos democráticos, contaría con nuestro total apoyo. La transición de una estructura aristocrático-capitalista a una estructura eco-mimética, marcada por la auto-regulación del sistema viviente, trae consigo la adopción de un nuevo modelo y, por ende, un cambio constitucional, problema con el cual se han encontrado todas aquellas sociedades que han decidido deshacerse de regímenes monárquicos o autoritarios. La filosofía que inspira las actuales estructuras constitucionales

Page 9: Autoorganización Planetaria

tiene su fulcro en los derechos de la persona y de la propiedad privada, pero menosprecia aquellos que atañen a todos los “parientes” de los cuales desciende la especie humana. Aire, agua, animales y bosques no son citados en los estatutos democráticos ni siquiera como subsistemas merecedores de atención y cuidado, a pesar de ser fuentes esenciales de vida. Cuando una sociedad evoluciona hacia la bio-democracia estima que los principios constitucionales deben proteger la contextura entera que ha permitido el desarrollo de la vida, de la cual la especie humana representa la parte final. La Constitución eco-democrática protege, in primis, el sistema viviente, del cual el homo sapiens depende radicalmente: por esto es bio-céntrica, no andro-céntrica (andrós= hombre). La libertad y la propiedad del individuo, pilares del liberalismo, son legítimas únicamente si se integran al delicado equilibrio de las fuerzas que interactúan en el planeta. El mismo derecho de matar una presa, de construir una ciudad o de modificar el curso de un rio no es absoluto, sino relativo al contexto auto-conservativo de la biosfera.

En la eco-democracia, la soberanía popular es tanto más iluminada cuanto más se harmoniza con el principio de la libertad personal, con el de la igualdad y con el de la hermandad entre los seres vivientes, por ser todos hijos de la Madre Tierra. El espíritu de solidaridad filial no es un destilado de las religiones, sino la condición que hace posible la autopoiesis de la biosfera. El paso hacia adelante que la humanidad del Tercer Milenio está llamada a dar es el de identificarse con los mismos procesos de auto-formación y de auto-conocimiento que permiten a los peces convivir con las algas, los pájaros con los bosques, las bacterias con el cuerpo humano. Todos los inventos de la especie humana, sean ellos la ciencia o el deporte, los ferrocarriles o la televisión, constituyen las nuevas ramificaciones de la evolución, si están en harmonía con el proceso de la vida y no son simples caprichos de “bípedos desplumados” (Miguel de Unamuno).

Modelos de democracia no-neoliberal Los grupos sociales que se estructuran de acuerdo con las reglas de los sistemas

vivientes son espontáneamente democráticos. Su dinámica es “horizontal, abierta y auto-productiva”. Un buen ejemplo es la familia, en cuyo interior la confianza en las relaciones verticales (padres-hijos) y horizontales (padre-madre, hermanos-hermanas) hace brotar la empatía hacia el más débil, el dialogo para superar el conflicto, la tolerancia hacia el error, el respeto hacia el extraño. Aun cuando la representación tenga los tintes de la idealidad, no hay duda que es esta la fuerza inercial que mueve a la familia en cualquier latitud.

La democracia despega espontáneamente en comunidades que, a consecuencia de una cálida experiencia familiar, consideran tarea común devolver lo que han recibido de las generaciones anteriores con un plus de mejoras. Las múltiples formas de comunidades democráticas constituyen la evolución política de la familia, puesto que comparten métodos que permiten encontrar soluciones que no sean perentorias, más abiertas a la corrección. Por eso la bio-democracia no tiene necesidad de peculiares centros de formación política si se practica la co-responsabilidad desde temprana edad. Todos aprenden que es más funcional y más digno participar que delegar, cuidar más los bienes comunitarios que los individuales, resolver los conflictos a través de la contratación en lugar de contiendas guerreras.

La creencia occidental, según la cual el parlamento y el gobierno escogido con la mayoría de los votos son importantes, subvalora que la vida democrática se realiza más coherentemente en tribus, comunidades agro-ganaderas y agrupaciones anónimas impregnadas del espíritu de solidaridad, pero también de rebelión frente a situaciones de degradación. Especialmente en el Tercer Mundo y en las grandes periferias urbanas, individuos responsables y generosos crean movimientos y comités locales que son verdaderos centros de socialización, animosos contrapoderes populares, espacios alternativos a instituciones congeladas. Tienen sedes fijas o transitorias, a menudo en edificios abandonados. Otras veces, montan una casa del pueblo que alberga las más

Page 10: Autoorganización Planetaria

diferentes iniciativas, desde las actividades deportivas hasta los mercados auto-gestionados. Ofrecen asistencia a desempleados y a extranjeros. Fundan centros de meditación, celebran liturgias y fiestas tradicionales. Dan importancia a encuentros culturales, cinefórum y festivales.

Unas 750.000 cooperativas en todo el mundo, con cerca de 775 millones de socios, atestiguan que es posible construir una economía social auto-emprendida, desde la pesca hasta el crédito. Son ellas una escuela de democracia: no quieren influenciar el poder, sino transformar los intereses privados en “colectivos”, o en pre-políticos.

Representan una auténtica novedad las experiencias de diferentes naciones del Atlantico Norte que han creado urbanizaciones planificadas para vivir en forma eco-sostenible y comunitaria, inspiradas en la amistad y en la ayuda reciproca. Un ejemplo significativo es la Ciudad de Ithaca (New York). Muchos de los 28.000 habitantes, de manera autónoma, han ideado un plan de la ciudad, cuyas residencias están ubicadas alrededor de placitas, libres de tráfico y con instalaciones recreativas para los niños. Tienen una moneda local, una Bolsa de Valores y un fondo para Proyectos Ecológicos, una Cooperativa de Crédito y otra de Alimentos, un Fondo Médico para las emergencias y el Servicio Dental, grandes pistas para bicicletas y peatones, producciones de música y casas discográficas. La vida comunitaria se desarrolla en un centro social, donde se realizan seminarios. Todos son invitados a donar 2 o 3 horas a la semana para el buen funcionamiento de la comunidad. La difusión de la experiencia ha engendrado congresos nacionales e internacionales (National-International Cohousing Conference).

Elinor Ostrom, Premio Nobel de Economía (2009), contribuye a justipreciar la auto-organización. Con sus estudios experimentales desafía la creencia según la cual la propiedad común es siempre mal administrada y destinada al fracaso, a menos que no exista la intervención pública o privada. La economista, luego de haber monitoreado los métodos con los cuales las diferentes comunidades locales enfrentan la administración de los bienes naturales, desde la pesca hasta la utilización de las fuentes acuíferas, llega a la conclusión de que hay comunidades que cuidan eficazmente los recursos colectivos, de pasto y bosques en áreas de montaña (Suiza y Japón), o sistemas de riego (España e Islas Filipinas). A pesar de la gran diversidad de los contextos ambientales, la gestión de hábitat complejos e inciertos es posible cuando los ciudadanos comparten los conocimientos relativos al sistema socio-económico, saben en quién confiar, evalúan beneficios y costos, se valen de un amplio repertorio de reglas justas y de sanciones progresivas. El dato más impresionante de estas experiencias de auto-gobierno es que pueden durar más allá del un siglo, desmintiendo, así, el prejuicio común y corriente según el cual las instituciones auto-administradas no son nunca dignas de confianza. No es cierto, por lo tanto, que entre sujetos aislados y bienes colectivos exista el vacío o el caos. Pueden surgir acciones colectivas, según Ostrom, no sólo en el campo agro-ecológico, sino también en el sistema judicial y en la seguridad ciudadana.

Democracia eco-céntrica y multicultural En muchas etnias, aún hoy en día, los temas comunes se discuten públicamente

buscando el consenso de todos, sin recurrir a elecciones cada cuatro años. Gran parte de las sociedades no-occidentales se han desarrollado a lo largo de los siglos sobre la base de procesos de diálogo, en una compleja telaraña que no excluye antepasados, brujos, divinidades y tradiciones, dentro del respeto a la naturaleza. La India, por ejemplo, se ha constituido pacíficamente sobre la base, no de la homogeneidad, sino de la más chocante heterogeneidad, tanto idiomática como religiosa, étnica y de castas - pasar a través de guerras - gracias a la adopción de una constitución plurinacional. También la Gran Asamblea Afgana, la Loya Jirga, es multiétnica e incluye jefes tribales, políticos y militares,

Page 11: Autoorganización Planetaria

que discuten los temas de la comunidad sin recurrir a votaciones, pues prefieren la vía del dialogo hasta alcanzar la unanimidad.

Después del año 2000 aparecen relevantes cambios políticos llevados a cabo por pueblos de antiguas tradiciones que plantean el problema del Estado Plurinacional Eco-céntrico. Los Pueblos Indígenas, que desde hace miles de años se han establecidos en las cadenas montañosas del Norte de América y de los Andes, son paradigmáticos. Ellos admiten que existen diferencias de grado ente humanos, plantas y animales, pero no de esencia. Ellos han soportado una historia de opresión por parte de monarquías europeas y de sus descendientes hasta lograr el derecho a fundar Estados pluriculturales y plurinacionales, sin guerras de independencia o revoluciones: a través de campañas auto-educativas, de movilizaciones de masas (Quito, 1990; Bolivia, 1990; Perú, 1999) y manifestaciones en contra de la privatización de la tierra (Amazonia, Brasil 2008). La meta no es formar Estados separados o soberanos, pero tampoco quedarse integrados a un Estado con un solo derecho, una sola justicia, una sola lengua, una sola economía. Los 269 pueblos indígenas, que suman más de 15 millones de personas, con sus 188 lenguas, luchan por la defensa de sus tierras y el derecho de impartir la justicia según sus tradiciones. En otras palabras, reclaman una Democracia Intercultural y de Participación que les permita elegir sus propias autoridades y mantener su identidad histórica, espiritual y ecológica. Tienen muy claro que el poder se construye desde la base hacia arriba y que todos son llamados a “mandar obedeciendo”.

Un ejemplo de las mutaciones políticas iniciadas por los Pueblos Indígenas es la Constitución Pluri-nacional de Ecuador, (2008), que establece, por primera vez en la historia de las modernas democracias, que “Pacha Mama”, la Madre Tierra, es sujeto de derechos: “debe ser respetada integralmente por su existencia, el mantenimiento y la regeneración de los ciclos vitales, las funciones y los procesos evolutivos”. En el 2009, Bolivia, otro Estado con mayoría indígena, aprueba una nueva constitución y, con ella, un Estado Social de Derecho Comunitario. A la comunidad se le reconoce el derecho a “ejercer el control sobre la gestión pública del Estado a todos los niveles y en las empresas e instituciones públicas”, con particular atención al desarrollo eco-compatible. La participación está asegurada en los sectores de la salud, de la educación y también de la planificación económica. De manera expresa está prohibido el latifundio y el Estado se declara independiente de la Iglesia.

El elemento que aproxima estas nuevas Constituciones es que “Cada eco-sistema, especie animal o vegetal, glaciar, río o lago, tiene derecho a existir sin la amenaza constituida por las actividades de los seres humanos”. Si el paradigma de los ordenamientos occidentales es antropocéntrico, el de los Pueblos Indígenas es claramente eco-céntrico. La relación con la Tierra no es intelectual sino “umbilical”, y eso modifica el concepto mismo de democracia, por lo cual todos los ciudadanos adquieren el derecho a gobernar en sintonía con la Pacha Mama.

Simbiosis buro-democráticaTodas las organizaciones complejas utilizan una estructura burocrática y jerárquica,

cuya utilidad es indiscutible, puesto que asegura la imparcialidad de un servicio según criterios racionales. A pesar de esto, la organización burocrática levanta una serie de perplejidades a causa de su misma matriz impersonal y mecánica, carente de aquella dinámica de comunicación retroactiva (feedback), que distingue un sistema viviente. Los funcionarios públicos, por ejemplo, están normalmente obligados a relacionarse con la cúspide de la pirámide jerárquica, pero no con la base. El policía de barrio, así como los empleados de una alcaldía o de cualquier institución, no tienen la facultad de entrevistar o de escuchar a los ciudadanos para conocer sus necesidades y críticas. El engranaje burocrático impide que los sub-sistemas se comuniquen entre sí, lo cual le corta las alas a cualquier

Page 12: Autoorganización Planetaria

forma de evolución. Según Michel Crozier, la organización es burocrática cuando el circuito error-información-corrección no funciona adecuadamente y la rectificación de los esquemas para reparar las lagunas es inapropiada o presenta fallos. En lugar del equilibrio entre conservación y cambio, proprio del sistema viviente, hay una ambigua oscilación: por un lado, los burócratas se quejan de un exceso de centralización y de impersonalidad y, por el otro, rehúsan el principio de la rotación y de la evaluación de su trabajo.

Una burocracia que quiera ser coherente con el sistema viviente debe, según nuestra sensibilidad, lograr dos objetivos: 1) mantener un cierto grado de racionalidad y de impersonalidad que obstaculice el arbitrio; 2) favorecer la integración social a través de la participación. Con estas cláusulas es posible una simbiosis buro-democrática, es decir, una inter-fecundación funcional entre dos procesos diferentes, uno más impersonal y el otro más personal. El primero está defendido por dirigentes y empleados de la organización burocrática, mientras que el segundo está patrocinado por los protagonistas de la sociedad civil que hacen sugerencias críticas. A pesar de que en el panorama social existen numerosas agrupaciones espontáneas formadas por voluntarios que se dedican a las más diversas actividades, tal disponibilidad es subestimada por la dirigencia política y burocrática, que se resiste a comprender que el funcionamiento de hospitales, alcaldías, servicios sociales, escuelas y territorios puede ser más exitoso, si miembros de la sociedad civil son parte integrante de la institución jerárquica. La razón es sencilla: ellos tienen las antenas justas para captar y regular las numerosas patologías que abarcan los desajustes familiares, los abusos en la construcción y la pauperización del habitat. Está fuera de discusión que las Fuerzas de Policía son indispensables para garantizar la seguridad, pero es bastante demencial esperar que puedan capear los miles de episodios diarios de criminalidad o de inadaptación social que ocurren en condominios, estadios y plazas. Administradores y responsables de la seguridad pública no acaban de entender que el uso predominante de medidas represivas e impersonales hace retroceder a los ciudadanos al nivel de niños inconscientes que necesitan protección por parte de los (supuestos) adultos. La paz social es más concreta cuando se establece un “hermanamiento” entre Fuerzas de Policía y ciudadanos, que se conectan mediante Comités Permanentes, en donde la profesionalidad de los burócratas se complemente con las competencias y las expectativas de los habitantes. En una sociedad democráticamente auto-gobernada éstos tienen que ser protagonistas, no simples espectadores. Una simbiosis entre aparatos burocráticos y representantes de la sociedad es imprescindible para que todos se sientan, recíprocamente, responsables de la vida.

Un sector que requiere una profunda democratización es el del Poder Judicial, verdadero cuerpo separado, si se piensa que los jueces son seleccionados, en el mejor de los casos, con base a criterios de competencia jurídica. De aquí que los sacerdotes de la justicia sean propensos a constituirse en una casta, propietaria absoluta del juicio y de la pena. Es realista pensar que no sea posible prescindir de Cortes de Justicia formadas por togados rectos y acreditados, pero está también documentado que muchos pueblos han logrado regular las desviaciones y los conflictos internos apelando a Consejos de Sabios o a Tribunales nombrados por el Pueblo. Sobre la base de estas experiencias hay espacio para experimentar formas de justicia popular, como los “Consejos de los Ancianos” o los “Jurados Populares” que utilizan el conocimiento y el sentido común de personas equilibradas, más que suficiente para resolver los casos menos complicados. De todas maneras, nos parece que en la gestión de la Justicia deban ser asociados los representantes del pueblo, inclusive con el fin de contener dos fenómenos que causan zozobra: el de la dependencia (inclusive psicológica) del poder político por parte de los magistrados y el de la corruptibilidad de los mismos, verdadera plaga mundial, bien analizada por Transparency 2008.

Page 13: Autoorganización Planetaria

2. Formas inéditas de auto-organizaciónSon numerosas las experiencias de “democracias desde abajo” que están creciendo

en el mundo, prácticamente ignoradas por los mass media y los partidos. Se trata de Fórum Temáticos, los Consensus Conferences, el Sondeo Deliberativo, los Town Meeting, las Asambleas Ciudadanas, los National Issue Fórums y otros. El tercer milenio se perfila rico en procesos interactivos, creados espontáneamente por ciudadanos, expertos y administradores. Señalamos algunas de las evoluciones más significativas.

a. La e. DemocraciaCon la aparición del ordenador se ha desarrollado en todo el mundo una

comunicación escrita, enriquecida por imágenes y voces, realmente bidireccional, no sujeta al control de empresas e instituciones. A través de Internet, del correo electrónico, de los blogs y sitios personalizados o asociativos se desarrollan debates políticos, se difunden documentos y programas, se convocan asambleas, se recogen firmas y fondos. Para los usuarios de la e-(electrónica) Democracia, la finalidad primaria es aumentar la transparencia de los programas y de las cuentas y, sobre todo, monitorear los procesos decisorios, a todos los niveles, mediante el ágora virtual. La e-Democracy está desatando una abundante literatura, fruto de un pluralismo crítico y de novedosas formas de creatividad, que no tienen nada que ver con la “democracia del teclado”.

Asociaciones privadas y organismos públicos incentivan la Democracia Electrónica. En los EE.UU. el Presidente crea un sitio web, Data.gov (2009), con el objetivo de “hacer más transparente el trabajo del gobierno, brindando en un único sitio web las informaciones sobre economía, salud, ambiente y otros argumentos, permitiendo al público acceder a los datos brutos y utilizarlos de forma innovadora”. Se trata de un almacenamiento electrónico, lleno de datos, estadísticas, gráficos y mapas que los usuarios pueden evaluar y votar. La Unión Europea comprende la utilidad de la tecnología informática y publica a través de la Open Declaration on Public Services, con la que alienta el acceso a todas las informaciones relativas a las instituciones públicas.

b. La democracia deliberativaLa insatisfacción por la democracia parlamentaria-elitista provoca un nuevo método

de inclusión activa y crítica de los ciudadanos, consistente en la Democracia Deliberativa, proceso que se puede definir “enzimático”, pues sirve para acelerar la digestión y asimilación de pendencias complejas por medio de grupos mixtos creados ad hoc. Éstos están formados por voluntarios y/o personas elegidas por la administración pública, con diferentes orientaciones político-culturales, cuya tarea es desentrañar un tema relevante para la comunidad, con el apoyo de expertos, encargados de facilitar las informaciones necesarias.

La Democracia Deliberativa facilita la reflexión sobre programas controvertidos, previa aceptación de algunos principios metodológicos. Los participantes se comprometen a exponer sus propias razones y a escuchar las objeciones de los demás, para luego construir, conjuntamente, un punto de vista transpersonal y provisional. Los puntos más destacables del debate son divulgados para permitir que la ciudadanía comprenda las razones de la resolución final. El objeto de la asamblea no consiste tanto en escoger lo mejor, sino en encontrar las razones que sean convincentes para todos. Se habla y se escucha, no para negociar o mediar un resultado, sino para mejorar los criterios de un desenlace compartido. Por eso, inclusive los que no están de acuerdo, hecho saludable e inevitable en democracia, son más propensos a aceptar lo convenido, en cuanto el método utilizado es considerado razonable.

Esta experiencia democrática se va enriqueciendo constantemente con otras iniciativas como las del Día de la Deliberación, de Los Jurados Ciudadanos, de los Sondeos Deliberativos y de las Conferencias para el Consenso, eventos que transforman la

Page 14: Autoorganización Planetaria

democracia neoliberal, de baja intensidad por la gran distancia entre gobernantes y gobernados, en una democracia de mayor intensidad, por el creciente involucramiento de los electores.

c. Balance ParticipadoEl Balance Participado es una práctica del Gobierno de la Ciudad que se inicia en

1989, en Puerto Alegre (Brasil) y se propone incorporar a los residentes en la elaboración de los planes financieros y en la gestión del territorio, de acuerdo con las autoridades constituidas. El proceso comienza con reuniones en los barrios, donde se escogen algunas prioridades dentro de los servicios más importantes. Después de haber recibido y debatido datos e informaciones esenciales, la asamblea del barrio remite las decisiones al Departamento de la Planificación, que las integra en el Balance Oficial de la Alcaldía. Según G. Allegretti y C. Herzberg:

“Se trata de la transición desde sistemas “ptolemeicos” de gestión del territorio (decisionales, centralizados, incapaces de superar una gestión separada entre los mundos de la política y de la técnica…) hacia sistemas “copernicanos”, en los que varios mundos se observan, interactúan, construyen equilibrios reticulares de inteligencias en diálogo”.

Según dichos autores, el éxito de la experimentación es proporcional a la voluntad política del Ente local, a su capacidad administrativa y financiera, a la fuerza propulsora del asociacionismo y a la coherencia metodológica. El proceso requiere una fuerte propensión al “bien común” y una determinación a transformar los intereses particulares en un proyecto compartido que asuma la forma de “documento contable”, en el cual están jerarquizadas las prioridades de los gastos y de las inversiones.

En muchas ciudades de América Latina, de la India, de África y de Europa se realizan experiencias de Balance Participado, que han dado origen a puentes entre ciudadanos y administradores y entre democracia representativa y democracia directa.

d. El Fórum Social MundialEn el año 2000, los responsables de movimientos democráticos, incómodos con

partidos y gobiernos, preocupados por el desajuste mundial, se reúnen en Puerto Alegre (Brasil, 2000) para “realizar un debate democrático de ideas, elaborar propuestas, articular acciones eficaces que se opongan al neoliberalismo y a cualquier forma de imperialismo, con el compromiso de construir una sociedad orientada hacia una relación fecunda entre los seres humanos y de estos con la Tierra”.

En el curso de los años el WSF (FSM) se transforma en un espacio auto-convocado, totalmente autofinanciado. Alrededor de 100.000 participantes, cada dos años y durante cuatro días, conviven juntos en situaciones multi-idiomáticas, para debatir los temas más urgentes o comunes. Todos están libres de proponer, meses antes del Fórum, una serie de seminarios o reuniones sobre asuntos específicos, indicando los expertos que van a animar cientos de mesas redondas. Durante el Fórum los participantes seleccionan libremente el tema y el lugar (aula o carpa), consultando una publicación que contiene las informaciones esenciales del evento. El WSF está animado por fiestas, danzas exóticas, bandas musicales, marchas de sensibilización, eventos religiosos, exposiciones de libros y de artesanía.

El WSF alterna encuentros mundiales (Mumbai, India en 2005, Nairobi-Kenia en el 2007, Belem-Brasil en el 2009, Dakar-Senegal en el 2011) con foros continentales que permiten entablar alianzas operativas a nivel macro-regional. Lo interesante es que los foros mundiales han generado foros monotemáticos, dedicados a problemas como los del Agua, la Educación, la Comunicación, la Diplomacia Pública Alternativa y la Ciudadanía Mundial.

4. Eco-Democracia planetariaA mediados del Siglo XX, Mahatma Gandhi, el estadista democrático más

innovador, coherente e implacable defensor de la biosfera, avisaba que la civilización moderna:

Page 15: Autoorganización Planetaria

“intenta incrementar los placeres materiales, pero falla…Solo hay que esperar con paciencia que esta civilización se autodestruya…y no se puede siquiera prever el número de víctimas de su destrucción. Su efecto es nefasto hasta el punto que los seres humanos se entregarán a la muerte, convencidos de actuar por su propio bien”.

Predicción gandhiana aparte, la verdad es que todos los sistemas políticos se hallan en una encrucijada: o entregarse a la muerte, auto-envenenándose junto con la biosfera, o reconciliarse con la auto-organización de un sistema viviente, puesto que muestra una creatividad exitosa desde hace millones de años. La evolución biológica y tecnológica hace obsoletos todos los modelos centralizados o manejados desde afuera, ya sean aristocráticos, militares, autoritarios o mesiánicos. La vida prueba que las conexiones entre las minúsculas centrales energéticas contenidas en las células, que forman y reparan millones de especies animales, vegetales y de microorganismos, operan sin la mediación de ningún presidente. A esta comunidad natural pertenece la especie humana, la cual ya no está obligada a obedecer a los Dueños del Universo.

Info-esfera: el nuevo espacio políticoLa transición hacia una bio-democracia mundial es innegablemente favorecida por

la acelerada difusión de la comunicación telemática y el desarrollo del “ciberespacio”, que hace a los ciudadanos:

Independientes de los centros de poder y sin necesidad de intermediarios. Conectados entre ellos en tiempo real, prescindiendo del espacio. No motivados por factores económicos (salario, precios, cánones, etc.). Capaces de intercambiarse varias clases de mensajes (video, film, escritos, fotos,

música, etc.) con costos muy bajos.El resultado es que cada cual puede saltarse la antigua cadena jerárquica y tomar

iniciativas enlazándose con otros usuarios. El ciberespacio es el primer sistema de interconexión en donde todos son emisores y receptores, consumidores y productores al mismo tiempo. El beneficio se extiende a cada elemento. Aun cuando no está exento de riesgos, incluido el uso criminal, la info-esfera se presenta ensamblada para estar en sintonía con la biosfera, siendo casi totalmente auto-regulada, ultra-diversificada y con un mínimo de requerimientos energéticos. El intercambio a distancia entre internautas, que comienzan a desvincularse del monopolio de los magnates de los mass media, está destinado a incentivar el desarrollo de una eco-democracia planetaria. Muchos gobernantes son conscientes de que problemas como el hambre, las epidemias, el terrorismo, la emigración y los cambios climáticos ridiculizan sus poderes. De todo eso se dan cuenta los habitantes del planeta, ya sean residentes en caseríos lejanos o en metrópolis, desheredados o pudientes, cristianos o budistas. Una nueva fase política se divisa en el horizonte. Gracias a las nuevas tecnologías digitales es posible planificar campañas sociales y hacerse cargo de decisiones con implicaciones planetarias, pasando por alto parlamentos y centros de poder. Celulares, internet y correo electrónico son cada vez más utilizados para una nueva praxis política. Todos los que se sienten amenazados por eventos de incalculable envergadura ya tienen a su disposición medios sencillos para conectarse entre sí, gastando pocos centavos, con el fin de poner en marcha contramedidas defensivas y acciones inconformistas.

Un ejemplo nos es propuesto por los ciudadanos norteamericanos quienes, respaldados por expertos y ex militares, han iniciado el despertar, dándole vida al “Movimiento por la Verdad” del 11 de septiembre 2002. No se conforman con las explicaciones oficiales, considerando que el 35% de sus conciudadanos piensa que es “probable” o “verosímil” que el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York hubiese acontecido con la complicidad de funcionarios del Estado (Sondeo Sripp-Howard, 2006).

No se puede excluir que la misma demanda de verdad impulse a otras personas a auto-dinamizarse para indagar sobre mil fechorías, ocultamientos e injusticias. O que

Page 16: Autoorganización Planetaria

lleguen a preguntarse: ¿por qué debemos aceptar que las patentes científico-farmacéuticas y la propiedad artística duren décadas, en vez de unos pocos años? Los niños indígenas, que han recorrido el país denunciando la explotación laboral, están hoy en la condición de utilizar la info-esfera para rebelarse a contra adultos y gobernantes que amenazan su futuro. Con unos cuantos “clics” los muchachos del Tercer Milenio pueden fácilmente organizarse y reaccionar ante situaciones intolerables, como los monopolios, el paro y las ciudades degradadas.

Desde la “governance” a la eco-soberanía de los pueblosUn reequilibrio geopolítico aparece inaplazable: naciones como Brasil, Rusia, India y

China (B.R.I.C.), a pesar de representar la mitad de la población mundial, el 25% del PIB del mundo y el 40% de la superficie del planeta, tienen un peso reducido tanto en el FMI, dominado por los europeos, como en la BM, en manos norteamericanas. Para dirimir cuestiones insolubles por parte de los Estados, se han intentado varias soluciones, que van desde la Global Public Policy al Global Government. La opción más en boga es la de la “Global Governance”, una suerte de puente provisional entre gobiernos nacionales, sin el aval del parlamento. La “governance” mundial es, de hecho, una forma cooperativa de liderazgo, de coordinación entre Estados, sectores públicos e instituciones internacionales que moldean un sistema integrado de reglas, redes y agencias, nominalmente aptas para guiar la sociedad hacia la prevención y la mitigación de los antagonismos más agudos. La “Global Governance” no tiene nada que ver con el gobierno democrático mundial, que supone una constitución y unos procedimientos compartidos por los pueblos de la Tierra, los cuales, a su vez, eligen sus propios representantes en un parlamento a escala planetaria, sobre la base de una ciudadanía cosmopolita.

Los ordenadores de la ONU almacenan más de doce proyectos de reforma de la institución, que no han sido nunca discutidos, ni por la opinión pública, ni por los representantes de los Estados miembros. La razón por la cual la Asamblea de las Naciones Unidas (ONU) no tiene la energía suficiente para efectuar un viraje hacia la democracia, depende de su misma historia y composición. De hecho, la ONU no es representativa de los ciudadanos del mundo, sino de los Estados nacionales. Muchos son de pequeña o modesta dimensión y tienen el obvio interés de mantener firmemente en sus manos el poder de interdicción o de boicot contra los más poderosos. Una facultad simétrica de veto es ejercida por las Grandes Potencias que componen el Consejo de Seguridad, hasta el punto de que una sola de ellas puede invalidar las decisiones de todas las demás naciones. En síntesis: la ONU está secuestrada por gobiernos refractarios a cualquier forma de constitución supranacional y popular.

Patria nacional contra auto-organización La oposición a la auto-organización de los pueblos tiene muchos partidarios. Son

suficientes unas pocas consideraciones para demostrar quiénes tienen interés en oponerse muy tenazmente a la democracia mundial.

1. Se da hecho la reacción violenta de políticos y managers dependientes del complejo militar-industrial so pretexto de defender a la madre patria de posibles agresores. No se debe pasar por alto que las cinco naciones pertenecientes al Consejo de Seguridad de la ONU poseen armas nucleares y gozan de una superioridad política paralela a la ventaja de controlar el comercio mundial de las armas, del cual detentan el monopolio. Los altos mandos militares de todos los Estados se resisten a eliminar a sus respectivos ejércitos a favor de una fuerza multinacional, a pesar de que esta posición sea contraria a la de los habitantes del mundo, por el significativo ahorro de dinero, que pudiera ser invertido en sectores más vitales como son los de la salud, de la educación y del trabajo.

2. Otro tipo de oposición a la democracia planetaria es aquella liderada por los caciques autoritarios y por las dictaduras de todo tipo. En nombre de la seguridad nacional,

Page 17: Autoorganización Planetaria

ellos logran impedir la formación de partidos y restringir o eliminar la libertad de los medios de comunicación. Los ciudadanos que viven en el túnel de la desesperación pueden ver la luz de la emancipación creando organizaciones autónomas que sobrepasen las fronteras que las oligarquías erigen para esconder sus inconfesables negocios privados.

3. Un tercer frente de inevitables resistencias a una plena democratización de la sociedad mundial viene de los gobiernos sensibles a las presiones de los bancos centrales y de las mega-corporaciones. A pesar de sus repetidas aseveraciones de contar con la auto-regulación del mercado, en realidad se sienten como peces fuera del agua sin la ayuda del Estado nacional, siempre disponible a suministrarles leyes, privilegios fiscales y subsidios, necesarios para conseguir ventajas sobre la competencia más débil. Las corporaciones no podrían ostentar tanto poderío en el mundo sin el auxilio de las instituciones extra-nacionales como la OMC, creada y controlada por los Estados que dominan el mundo. Todavía más indispensable es el amparo del Estado cuando se trata de la moneda: las dos divisas, dólar y euro, emitidas por dos bancos centrales, FED y BCE, ambos privados, no podrían ser hegemónicas sin el escudo protector de sus respectivos gobiernos y parlamentos.

4. Existen, por último, las envidias de ministros y de jefes de gobierno que, so pretexto de una erosión de la soberanía nacional, en realidad temen una merma de su prestigio personal. Una comprobación evidente viene de la Unión Europea que desarrolla actividades comerciales y monetarias, pero no logra planificar una estrategia común a causa de antagonismos intra-comunitarios de tipo económico y narcisístico.

A la luz de esas consideraciones y aun apreciando la opinión de quienes piensan que sea suficiente “reformar la ONU”, es difícilmente tolerable que ese organismo cueste tan caro frente a resultados tan modestos. Basta con pensar en la FAO, organismo encargado de estimular la agricultura para asegurar la comida para todos. En la primera de sus Conferencias (1948), admite que la pobreza sea es la primera causa del hambre, pero 70 años más tarde la Asamblea General de la FAO (Roma 2009) toma nota de que, por lo menos, mil millones de personas presentan situaciones crecientes de malnutrición con respecto a los años anteriores. El escándalo dentro del escándalo es que el 70% del presupuesto de la FAO es auto-consumido por la misma organización, mientras sólo el 30% se utiliza para ayudar a los campesinos a mejorar la producción de los alimentos. El cirujano Gino Strada, fundador de Emergency, tiene la impresión de que la FAO sirve más a “mantener el hambre en el mundo” que a combatirla.

La miniaturización y la transformación de la ONU son auspiciadas por muchos movimientos, pero se encuentran con la oposición de las oligarquías gubernamentales, lo cual hace aleatorio que los 192 embajadores de los Estados miembros se…suiciden, puesto que reciben jugosas prebendas, no para buscar el bien común, sino para proteger los intereses de sus gobiernos. Se corre el riesgo de ser víctima de un espejismo si no se comprende que la ONU es, estructuralmente, impotente para abordar problemas mundiales, teniendo que actuar dentro de las jaulas nacionalistas que la componen. Consecuentemente, una verdadera reforma se puede dar solo pasando de la composición actual, fundada sobre Naciones (Unidas), a una nueva que encuentre su propia legitimidad en representantes designados directamente por los ciudadanos del mundo entero. Esto implica la desaparición de embajadores para dejar el espacio a delegados de los Pueblos de la Tierra que decidan auto-gestionarse a través de un verdadero “Parlamento Mundial”, expresión de una red democrática y planetaria, en consonancia con la biosfera.

Soberanía transfronteriza de los pueblosLa Carta de la ONU (1948) establece que los seres humanos son libres e iguales en

dignidad y derechos. Por lo tanto, sean ellos orientales u occidentales, blancos o negros, hombres, o mujeres, todos tienen el derecho de a auto-organizarse como lo hacen desde tiempos inmemoriales las aún incontables especies animales y vegetales, que se integran

Page 18: Autoorganización Planetaria

usando su aparato cognitivo, sensorial y reproductivo, evitando desigualdades y guerras de exterminio.

A los pueblos de la Tierra, aunque asustados por la crisis multifactorial, se les abren perspectivas inusualmente creativas, con la sola condición de reconocer que es inapropiado seguir confiando en oligarquías venales y ansiosas de poder, que se mueven en dirección contraria a la auto-organización de la Madre Tierra. Hasta ahora la esperanza de desembrollar los nudos críticos ha sido confiada a las Naciones Unidas, notablemente paralizada por vetos y conflictos de diferentes orígenes. Si por un lado, hay que apoyar y encomiar el trabajo de quienes creen en la necesidad de mejorar, y aun de reformar las organizaciones transnacionales (ONU, OMC, FMI, BM, UE, etc.), según el cuerdo principio de “mejor un huevo hoy que una gallina mañana”, por el otro, la única respuesta realista a los desequilibrios planetarios consiste en la conversión de toda la familia humana al método de la auto-organización, que implica la gestión de los bienes de la Tierra en comunión con mares, montañas y mariposas. Obviamente, todo esto no comporta la eliminación de los Estados, así como tampoco la creación de un Estado presupone la supresión de las ciudades y de sus autonomías. Los nostálgicos de las identidades nacionales y del individualismo posesivo tienen dificultades para entender que se corren riesgos menores si se establecen reglas y métodos compartidos y si la autoridad es participativa y representativa de los pueblos, pues sólo ella tiene la neutralidad y el talento necesarios para imponer procesos bió-filos (amantes de la vida).

No hace falta ser un genio para imaginar un “Parlamento de los Pueblos” que pase por alto Estados y gobiernos nacionales. Teniendo en cuenta que los habitantes del planeta suman alrededor de siete mil millones, el Parlamento Mundial podría estar formado por 700 delegados, cada uno en representación de cien millones de ciudadanos, con doble identidad (y pasaporte): nacional y cosmopolita. Tarea de la Asamblea sería la de elegir un Gobierno Mundial con el objetivo de resolver conflictos y problemas transnacionales.

Somos conscientes de que la organización de un Parlamento Mundial de los Pueblos requiere un tiempo de maduración, que no podrá ser muy largo a causa de los peligros que nos amenazan. Para acelerar la evolución democrática del planeta, son previsibles tres fases preliminares:

1. La elaboración de un “Contrato Social Mundial”, fruto de un acuerdo filosófico-jurídico-político entre los pueblos.

2. La constitución de una “Authority”, planetaria y temporal, una forma de leadership moral, voz crítica de los pueblos. Ésta “Autoridad” estaría formada por un reducido grupo de sabios, escogidos por los movimientos y asociaciones que comparten la idea de una eco-democracia (en sintonía con los sistemas vivientes).

1. Dicha Authority tendría el objetivo de encauzar un movimiento de ciudadanía universal, premisa indispensable para la creación de un Parlamento, como expresión de una auto-organización de los pueblos, respetuosa de sus idiomas, culturas, formas de economía y de Estados. En este caso nacería la Asamblea de los Pueblos, no de las Naciones.

El proyecto de una eco-democracia, creada por pueblos soberanos que se sientan hijos de la misma Madre Tierra y parientes del Hermano Sol y de la Hermana Agua, pudiera haber sido escarnecido en el reciente pasado por considerarlo utópico e ingenuo. Pero hoy en día, el desequilibrio eco-sistémico, financiero, alimentario, migratorio, energético y político no admite otra solución, realista y a la vez utópica, que no sea una conciliación de intereses, auto-dirigida por mujeres, hombres y niños de todo el mundo.

Solo cuando las situaciones se vuelven críticas e insolubles, surgen inesperados procesos auto-construidos, como sucede en los sistemas vivientes, cuya evolución se desarrolla siempre al “margen del caos”, en zonas de no-equilibrio, entre orden y desorden.

Page 19: Autoorganización Planetaria

Si el orden está representado por el sistema racional, los humanos cuentan también con un “desorden vital”, el sistema inconsciente. Su estructura, tal y como lo demuestra la práctica psicoanalítica, no tiene en cuenta el espacio y el tiempo y no se somete a la lógica racional, es decir, al principio de no-contradicción. Gracias también a la fuerza del inconsciente, la humanidad puede introducir en su propia historia una singular vibración ética y una cinética de la esperanza que parecen chocar con “el pesimismo de la razón”.

Si empezamos a suponer que autócratas y supuestos semidioses pueden estar ya jubilados se debe exactamente a la emergente formación de la network, modelados por la pasión de personas que intuyen que es más rentable vivir en libertad, fraternidad e igualdad, aun, aceptando los conflictos.

Nosotros no conocemos recetas, mapas o senderos para alcanzar ese objetivo, tan imaginativo como aventurero y contrastado. El modo para no fracasar está patentado, gratuitamente, por la naturaleza misma: la auto-organización. Es suficiente asumir este método, procediendo, paso a paso, creando cadenas, redes, entrelazamientos, mestizajes, hibridaciones, amistades entre personas, grupos y pueblos, reconociendo las diversidades y compartiendo las metas comunes: el conocimiento, la belleza, la justicia, la compasión, el amor a la vida, incluida la propia. Teniendo en cuenta novedades sorprendentes, pero también, dándole a veces un compás de espera, como ha ocurrido durante milenios.

Queremos despedirnos del lector con esta historieta de un autor anónimo que llegó a nuestro ordenador. Le damos las gracias.

Hubo una vez una carrera de hormiguitas. Todas ansiaban ser la primera en llegar a la cima de una gran torre. Mucha gente se congregó para ver y animar a las hormiguitas. Y la carrera empezó. En realidad, la gente no creía que las hormiguitas pudieran llegar a la cumbre. Los comentarios que circulaban iban así:”¡Qué pena! Nunca lo van a lograr!” De hecho, poco a poco, algunas hormigas empezaron a desistir, excepto una que seguía caminando a duras penas. La gente continuaba: “¡Qué pena! Nunca lo lograrán!” Una tras otra, las hormiguitas empezaron a darse por vencidas, salvo la hormiguita cabezona. Finalmente, todas abandonaron menos aquella hormiguita que, sola y con gran esfuerzo logró llegar a la cima de la torre. Las otras hormigas, sorprendidas, de pronto quisieron saber cómo había hecho para no dejarse influenciar por los juicios negativos de los espectadores. Una de las hormiguitas se acercó y valientemente preguntó.

Y así supieron, que la hormiguita…¡estaba sorda !!!