carisma v.4
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Motivación para el estudio del tema del CARISMATRANSCRIPT
CARISMA
Un carisma es un don, fruto del amor de Dios, que el Espíritu Santo concede a determinadas personas, no para ellas
mismas, sino para los demás, para la construcción de la Iglesia.
Supone una inspiración, una novedad no prevista por las leyes vigentes. El carisma es provocado y producido por una coyuntura
que lo condiciona y justifica, en su génesis y estructura, dándole una originalidad
imprevista. El carisma tiende a innovar la Iglesia, que tiene que dinamizar.
EL CARISMA DE SANTO DOMINGO
Cada familia humana tiene sus peculiaridades y sus notas
distintivas que la hacen diferenciarse de las demás
Familias.
Toda familia religiosa dentro de la Iglesia se ha formado con unos ideales de futuro, con un deseo de servicio y vivencia del Evangelio, según la visión de los fundadores y las circunstancias históricas a las cuales querían dar una
respuesta.
INTENCIÓN DE SANTO DOMINGO AL FUNDAR LA ORDEN:
Un órgano de colaboración a la predicación ordinaria.• Un instrumento de Evangelización
universal.• Una comunidad cuya vida colabore
directamente en la proclamación del Evangelio.
• Un modo propio: la humildad evangélica.
El carisma de la Familia Dominicana es el mismo de Santo Domingo: "Dedicados por entero a la Evangelización de la Palabra de Dios" (LCO. 1,III) Libro de las Constituciones
de la Orden, en SUBSIDIOS O.P., No. 10
Cada una de las ramas de la Orden tiene su carácter propio, su
estatus particular y su autonomía (Capítulo General de México, 116)
La idea de Domingo se halla sintetizada en la fórmula de Santo
Tomás: "contemplar y trasmitir a los demás lo contemplado"; contemplar,
alcanzar la verdad en la escucha y en la comunión con Dios, y compartir con
los demás el fruto de la contemplación.
El papa Honorio III, llama a la Orden fundada por Santo Domingo, "Orden de
Predicadores". El nombre pone de manifiesto el fin propio de la nueva
familia religiosa. La predicación dominicana se ha de entender, en
sentido genérico.
La vida dominicana se ha mantenido viva a través de casi ochocientos años, porque las bases sobre las cuales se ha fundamentado son claves dentro de la vida de la Iglesia, vividas con estilo y
forma propia, bajo la óptica de la predicación de la verdad.
La oración es el primer fundamento básico de un dominico.
Una dominica sin talante orante, reflexivo, meditativo, contemplativo, es una religiosa con insuficiencia cardiaca.
(Cfr. Solórzano, un paisaje interior...)
El centro de toda la actitud de alabanza, es la Eucaristía. Ella es resumen y síntesis de la acción de gracias debida al Padre, fue la herencia que nos dejó Jesucristo ante de su misterio pascual. Con la Eucaristía, tenemos también la liturgia de las horas, como plegaria comunitaria por el mundo, por nosotros mismos, por el éxito de nuestro trabajo, por las personas amadas, por las necesidades eclesiales y sociales.
El segundo elemento o pilar de la vida dominicana, es la vida comunitaria que, en la Regla de San Agustín ocupa el primer lugar: "Lo primero, que es el fin principal porque estáis congregadas en comunidad, es que viváis unánimes en el Señor, no teniendo más que un alma y un corazón en Dios" (Regla de San Agustín. No. 2)
El tercer pilar o elemento fundamental de la vida dominicana es el estudio .
La "caridad de la verdad” expresa la esencia del propósito de Santo
Domingo: una vida consagrada al culto de la verdad amada, estudiada, contemplada, vivida, predicada,
defendida y testimoniada.
La orientación que Santo Domingo le dio a su vida y a su obra, el
cuarto pilar o fundamento fue la "vida apostólica«, que evoca a
Cristo que envió a sus discípulos de dos en dos (Lc 10, 1ss) a evangelizar a
todas las naciones (Mt 28,19).
La predicación dominicana tiene las siguientes características:
• Itinerante• Pobre• Universal• Predicación por mandato (Aceptar
el envío es un acto de obediencia)
La inspiración surge en Domingo de la necesidad de su
tiempo, su ideal es perenne, porque no está ligado a un
momento histórico particular.
El conocimiento y la difusión de la verdad es la tarea principal
del cristiano de todos los tiempos, puesto que es la tarea que se fijó Cristo, quien vino al mundo "para dar testimonio de
la verdad" (Jn 18,37)