causas de la intervención estadounidense en méxico
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Un resumen de los motivos que llevaron a los estadounidenses a utilizar la vía armada y cuáles eran sus objetivos.TRANSCRIPT
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Causas y factores que propiciaron el estallido de la guerra entre México y Estados Unidos
(1846-1848)
Yerko Álvarez B.
Constanza Vollaire A.
Universidad de Tarapacá
Facultad de Educación y Humanidades
Fecha: 21/08/2015
Académico: Carlos Choque M.
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Índice
Introducción 4
1. Doctrina del Destino Manifiesto 6
2. Afán Expansionista 7
3. Estados Esclavistas y su relación con el expansionismo 9
4. Independencia y anexión de Texas 12
5. Intenciones sobre California 16
5.1. Reclamaciones 17
6. Situación de México 19
Conclusión 22
Apéndices 23
Referencias 25
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Resumen
El deseo de una parte de los Estados Unidos de obtener más territorio para su beneficio
económico, principalmente mediante la venta y uso de esclavos, llevó a un conflicto bélico con
México. La resistencia por parte de los gobiernos mexicanos de ceder gran parte de su territorio,
llevó a los estadounidenses a desarrollar una serie de mecanismos para alcanzar sus objetivos:
como propuesta de compra, colonizar los territorios deseados, ejercer presión mediante
reclamaciones que equivalían a grandes sumas de dinero, entre otros.
México se negaba a pesar de su delicada situación política y económica, mas Estados
Unidos no podía declarar la guerra sin razón aparente, por lo que lograron hacer que el territorio
mexicano de Texas se independizara para posteriormente anexarlo. Al no resultar sus estrategias
para hacer lo mismo con California y el rechazo por parte de México de los límites del territorio
anteriormente anexado, desencadenaron una guerra en que la preparación y superioridad
estadounidense era evidente.
Palabras claves: Guerra, Estados Unidos, México, Santa Anna, Polk, Taylor,
Expansionismo, Destino Manifiesto, Texas, California, Independencia, Anexión.
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Introducción
La guerra entre Estados Unidos y México fue declarada por el congreso estadounidense el
13 de mayo de 1846 enunciando que “por actos de la República de México existe un estado
de guerra entre ese país y los Estados Unidos” (Jay, 2013: 346), conflicto bélico que México
también declaró diez días después, el hecho detonante que llevó a Estados Unidos a iniciar la
guerra fue que el comandante Thornton, quien formaba parte de los soldados que se encontraban
al mando del general Taylor en Río Grande, fue atacado por soldados mexicanos, como el
territorio que se encontraba entre el Río Nueces y el Río Grande (llamado Río Bravo en México),
los estadounidenses lo consideraban como suyo, el presidente James K. Polk anuncia “México ha
traspasado la frontera de los Estados Unidos; ha invadido nuestro territorio y ha derramado
sangre americana en suelo americano. Ha roto las hostilidades y lo ha proclamado así, y las dos
naciones se encuentran ya en estado de guerra” (Jay, 2013: 197) (Ver Apéndice A).
En dicho conflicto Estados Unidos tenía a sus tropas y flota preparadas de antemano,
lograron avanzar desde Texas y por California, la superioridad de su ejército dejó sangre y
muerte en miles de mexicanos, como en la batalla de Cerro Gordo, las tropas lograron avanzar
hasta la capital de México, tomándola por completo el 13 de septiembre de 1847. Las
negociaciones para establecer un tratado que terminara con el conflicto comenzaron en ese año,
hecho que se concretiza el 2 de febrero de 1848, con el Tratado de Guadalupe Hidalgo, firmado
en una villa homónima al norte de la ciudad de México (Soberanés y Vega, 1998) (Ver Apéndice
B).
Este tratado significó, entre otros asuntos, el restablecimiento de la paz entre estas dos
naciones, el retiro de las tropas estadounidense del territorio mexicano, la responsabilidad del
gobierno de Estados Unidos de las reclamaciones de sus ciudadanos, una indemnización a
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México de 15 millones de dólares, y el establecimiento de la nueva frontera, que para Estados
Unidos implicaba la incorporación de nuevos territorios como lo son los actuales estados de
Arizona, California, Nevada, Utah, Nuevo México y parte de lo que ahora son Wyoming,
Colorado y Oklahoma. En total, México entregó 3 millones de kilómetros cuadrados
aproximadamente, “esto significó la ruina para México que nunca pudo recuperarse del todo
del golpe, sumiéndose en el desorden político y en la quiebra económica que llevará a diferentes
caudillos al poder, a una invasión francesa y a la Revolución Mexicana en 1910” (Navarrete,
2012: 76).
En las siguientes páginas nos enfocaremos en exponer y analizar causas y factores que
propiciaron este conflicto bélico, comprendiendo el trasfondo ideológico de Estados Unidos
detrás del conflicto, sus intenciones y los diversos mecanismos y estrategias para llevarlas a
cabo, así como quienes estaban detrás de esas estrategias. Sin olvidar las desventajas,
inestabilidad que sufría México en esta época, lo que lo llevó a ser un blanco accesible para las
intenciones estadounidenses.
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1. Doctrina del Destino Manifiesto
El destino manifiesto es una doctrina que vio luz por vez primera en la “U.S. Magazine
and Democratic Review” publicada por John L. O’Sullivan en Julio de 1845. (…) Esta doctrina
justifica la expansión norteamericana hacia el oeste y hacia el sur, limitando el país con el
Océano Pacífico y Atlántico (Borja, s, f). Tuvo una gran influencia en la conquista de las tierras
del norte de México que limitaban con el Océano Pacífico.
Los expansionistas norteamericanos usaron esta ideología para tomar posesión del
territorio mexicano, argumentando un deber moral de Estados Unidos para expandirse hacia las
costas del Pacífico (King, 2000: 64). Por lo tanto, el destino manifiesto no es una ideología que
no se haya puesto en práctica. Una evidencia clara son los territorios mexicanos de la costa norte
del pacífico que fueron tomados por Estados Unidos.
Los medios que usaron los gobiernos de Estados Unidos no fueron para nada pacíficos, a
excepción de algunos diplomáticos que fueron enviados a México para adquirir tierras,
comprándolas directamente o negociándolas. Por ejemplo, “el Congreso de los Estados Unidos
intento comprar territorio mexicano adyacente entre la década de 1820-1830” (King, 2000: 65).
Queda claro que el destino manifiesto es una doctrina que hipnotizó a muchos ciudadanos
de los Estados Unidos y que además la llevaron a cabo.
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2. Afán expansionista
Luego de su independencia, México estaba en bancarrota y descapitalizado, por lo que se
volvió un blanco fácil para los expansionistas europeos y estadounidenses y también el país más
amenazado del continente durante gran parte del siglo XIX (Vázquez, 1997: 289).
En 1804 México y Estados Unidos tenían características similares, y para 1821 se notaba
una asimetría entre ambos que en 1840 ya era totalmente visible. Estados Unidos tenía casi
20000000 de habitantes y México apenas tenía 7000000 (Vázquez, 1997: 290).
Queda claro que México al tener menos población y una economía desecha será más fácil
de quitarle tierras e ir a colonizarlo. Además, un extenso territorio para una escasa población.
La amenaza del expansionismo estadounidense era de tal magnitud que los gobiernos de Francia
y Gran Bretaña deseaban detener el expansionismo que atentaba contra el equilibrio de poderes
en el Nuevo Mundo (Vázquez, 1997: 294).
El afán expansionista cobro tanta fuerza que llego hasta el interior de México y Estados
Unidos a través de los medios de comunicación, tal como se expresa en la siguiente cita:
Con el incremento de la retórica expansionista en las declaraciones de los políticos y la
prensa estadounidense, que fue reproducida por la mexicana, el problema cobró difusión.
Los mismos planes políticos se convirtieron en eficientes vehículos de información sobre
el tema y la noticia del peligro del norte llegó hasta las regiones más remotas.
La conciencia popular mexicana registró de esa forma cada insulto que el país recibía de
texanos y estadounidenses, hecho que limitó la posibilidad de maniobra de sus diversos
gobiernos para resolver el problema. (Vázquez, 1997: 295)
La anexión de Texas hacia Estados Unidos no solo le sirvió al país angloparlante para
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adquirir nuevo territorio, sino que también para poder provocar la guerra contra México y así
poder obtener los codiciados territorios mexicanos que tanto querían los estadounidenses.
La autora menciona que “Gran Bretaña reconoció a la República de Texas en 1840, con
lo que se incrementó su insistencia ante el gobierno mexicano para pactar con éste” (Vázquez,
1997: 294).
En aquel contexto:
En Noviembre de 1844, bajo presión británica y un mes antes de ser destituido, López de
Santa Anna había aceptado fijar las condiciones del reconocimiento a Texas, las que
sirvieron para que el ministro británico Charles Bankhead instara al gobierno de José
Joaquín de Herrera a aceptar su negociación. (…) en Julio de ese año [1845] una
convención texana aprobaba la incorporación de la república a la Unión.
En tanto, Polk tomaba medidas tendientes no sólo a asegurar la anexión y seguridad de
Texas, sino para provocar la guerra entre ésta y México. (Vázquez, 1997: 296)
La situación ya era crítica y se veía venir la guerra de todas formas, y a para México eso
sería totalmente desastroso.
La avaricia por nuevas tierras era tal, que “mientras los mexicanos pensaban en
solucionar el problema de Texas, los estadounidenses deseaban obtener más territorio”
(Vázquez, 1997: 298)
Era totalmente factible una solución diplomática al hecho, pero de todas formas Estados
Unidos iba a conseguir sus ambiciones a cualquier costo.
A causa de la ambición territorial, la política interna estadounidense dividida por el
faccionalismo y secesionismo quedo neutralizada (Vázquez, 1997: 305).
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3. Estados Esclavistas y su relación con el expansionismo
Los Estados Esclavistas del sur de Estados Unidos que limitaban con el territorio de
Texas, ya sea bajo gobierno español o mexicano (de este último, sólo durante algún tiempo),
tenían ciertos beneficios para ejercer la esclavitud dentro del territorio.
Aquellos beneficios vienen de la adquisición de Luisiana por parte de Estados Unidos. El
territorio fue cedido por Francia a España en 1762 y en 1800 le fue devuelta. En 1803 Francia
cedió Luisiana a Estados Unidos. En ninguna tramitación se especificó el límite de los territorios
(Jay, 2013: 65).
En 1820 el estado de Misuri, formado con territorio de Luisiana, fue admitido dentro de
la Unión como Estado Esclavista. Los dueños de esclavos iniciaron el “Arreglo de Misuri”, para
facilitar la admisión de dicho estado al grupo confederado y para vencer a los estados del norte
que se oponían a aceptar otro Estado Esclavista. Dicho arreglo, establece desde el paralelo 36°
30’ de latitud norte la prohibición de la esclavitud (Jay, 2013: 65).
Con el Arreglo de Misuri quedaba limitada la acción de los esclavistas, que al no poder
avanzar hacia el norte, fueron hacia el oeste, específicamente hacia Texas.
Separaba el Estado de Luisiana de la provincia española de Texas el Río Sabinas, y su
suelo, su clima y su posición geográfica hacían su adquisición muy deseable para los
intereses esclavistas. De cuando en cuando se concibieron planes para poder apoderarse
de tan codiciado territorio; tomarlo por la fuerza, colonizarlo, comprarlo, provocar su
independencia y efectuar después su anexión. (Jay, 2013: 66)
Con dichas características, Texas se volvió un apetecible territorio para los Estados del
sur.
Los planes para apoderarse de Texas no tardaron en llegar. En 1819, un sujeto llamado
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James Long con un grupo de individuos, salió de Nátchez hacia Nacogdoches, en Texas. Al
llegar, Long proclamó lo que se considera la primera fase de sucesos que terminaron en la
anexión de Texas y la guerra con México. En aquel documento, Long menciona: “los ciudadanos
de Texas habían abrigado por mucho tiempo la esperanza de que al ajustarse las fronteras de las
posesiones españolas de América y los territorios de los Estados Unidos, se incluyese su región
dentro de los límites de este último país” (Jay, 2013: 66).
Aquel grupo fue disperso cuando los españoles acabaron con ellos. En 1826, un grupo de
emigrantes estadounidenses en Nacogdoches liderados por un hombre llamado Edwards, lanzó
una bandera de insurrección y una declaración de independencia, pero pronto fueron aniquilados
por fuerzas mexicanas (Jay, 2013: 67). Es evidente que ni españoles ni mexicanos querían la
independencia del territorio, y es deducible que ambos tenían los ojos puestos en Texas.
En México aún no estaba prohibida la esclavitud cuando se firmó el tratado de límites.
Los dueños de plantaciones podían cruzar el límite junto a sus esclavos y no temían a las
dificultades para perseguir a los fugitivos que se internaban en territorio mexicano (Jay, 2013:
67). Estas relaciones fronterizas cambiaron por un decreto del Congreso mexicano del día 13 de
julio de 1824, en el cual se prohíbe llevar esclavos de países extranjeros a su territorio. Las
provincias unidas de Coahuila y Texas formaban un solo Estado, y su Constitución de 1827
contenía un artículo el cual daba libertad a los hijos de esclavos que hayan nacido después de esa
fecha y también prohibía la introducción de esclavos (Jay, 2013: 68).
La frustración producida por estas disposiciones desmotivaban la emigración posterior
procedente de los Estados Esclavistas, además de que irritaron y alarmaron a las empresas
explotadoras de esclavitud. El territorio en que podían ejercer ese negocio ya se había reducido
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bastante debido al tratado de límites y al Arreglo de Misuri, pero existía un área limitada de
libertad que se extendía por el sur y por el este, así como por el norte. (Jay, 2013: 68)
A Estados Unidos sólo le quedaba una opción, apoderarse de Texas. Pero Estados Unidos
no tenía motivos para declararle la guerra a México, y el tratado de límites era muy reciente y
explícito para presentar una reclamación sobre ese territorio. El único recurso para satisfacer
aquella ambición fue la compra de Texas (Jay, 2013: 68).
Esta idea fue excelente para los surianos, quienes efectuaron grandes esfuerzos para
demostrar la importancia de Texas a la opinión pública y la necesidad de adquirirla (Jay, 2013:
69).
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4. Independencia y anexión de Texas.
Las intenciones de Estados Unidos sobre Texas, su independencia y anexión, son un
punto clave para entender esta guerra, ya que en este territorio ocurrieron los hechos que llevaron
a su declaración y las primeras batallas, como señala Vásquez, los mexicanos denominaban a
este conflicto como “la guerra de Texas” hasta que las tropas del general Winfield Scott
bombardean la ciudad de Veracruz, pasando a llamar esta guerra como “la intervención
estadounidense”, uno de los nombres con que se conoce actualmente (1997: 287).
Estados Unidos en un principio quería evitar tener un conflicto bélico con su país vecino,
por lo que Henry Clay, secretario de Estado, propuso la idea de comprar Texas, idea inspirada en
la compra de tierras que habia realizado Inglaterra a territorios ocupados por indígenas y por
países como España y Francia. Esta misión fue dada a Joel Poinsett, quien ofreció la suma de 1
millón de dólares por casi la totalidad del territorio de Texas, opción que fue rechazada por el
gobierno mexicano.
Los medios de comunicación de los estados del sur intentaron jugar un importante rol en
la difusión de la importancia de Texas a la opinión pública de estos estados, mencionando entre
los beneficios de esta compra, la creación de nuevos estados, un aumento del número de votantes
esclavistas en el senado de Estados Unidos. También algunos periódicos, sobretodo de Virginia,
empezaron a esparcir el rumor de que Gran Bretaña quería adueñarse de Texas, esto para
presionar al gobierno estadounidense, ya que se suponía que con la anexión de Texas subiría el
precio de los esclavos:
Como Virginia era un Estado que se dedicaba principalmente a la crianza de esclavos
para su venta, esos caballeros estaban ansiosísimos de adquirir a Texas, porque creían
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que llegaría a ser un mercado más, y muy grande por cierto, para la venta de ese artículo.
(Jay, 2013: 70)
Por esta razón en 1829, Poinsett hizo un nuevo ofrecimiento, esta vez de 5 millones de
dólares para la compra de Texas, posteriormente ofreció un préstamo en hipoteca sobre Texas de
10 millones de dólares, ambas proposiciones fueron rechazadas por México, se sintieron
ofendidos por tales propuestas, Jay menciona que un periódico mexicano declara que es una
“proposición insidiosa cuyo propósito verdadero era llenar el territorio de Texas con
angloamericanos y con esclavos, para quedarse con él después a toda costa” (2013: 71).
Los fracasos de las propuestas de compra de Texas, obligaron a un cambio de estrategia
para obtener dicho territorio, según Jay, los partidarios de la esclavitud pensaron como último
recurso para evitar la guerra y conseguir sus objetivos trabajar por la separación de la provincia
de Texas de México, para posteriormente anexarla a Estados Unidos (2013: 73).
Durante las décadas anteriores se permitió el ingreso de estadounidense a Texas para que
se establecieran como colonos, se permitió su ingreso porque en su mayoría profesaban la
religión católica y porque, según Vásquez, Estados Unidos si bien representaba una amenaza,
también era un modelo a imitar, y vieron en la colonización en un método para alcanzar la
prosperidad (1997: 290), colonización que finalmente sería la principal herramienta para
independizar Texas. Estos colonos pudieron entrar con mayor facilidad al territorio en 1832, ya
que las tropas mexicanas se retiraron de Texas debido al conflicto político interno entre tropas de
Santa Anna y Anastasio Bustamante.
Para que Texas pudiera independizarse de México, los colonos de allí debían rebelarse, el
conflicto armado cuando México no quiso que Texas se separara de Coahuila, provincias que en
esa época estaban unidas en un mismo estado y en una misma jurisdicción, y cuyos
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representantes de Texas en la legislatura estatal eran menores a los de Coahuila, siendo una de
las principales razones por las que los colonos querían separarse de Coahuila y que fue uno de
los factores que derivó a la lucha por la independencia de Texas ante México (Jay, 2013: 75).
Dentro de esta guerra destaca el triunfo de los texanos en El Álamo, resaltado
principalmente por la industria cinematográfica estadounidense en el siglo XX y la batalla de San
Jacinto el 21 abril de 1836, que marca el fin del conflicto, con la victoria de los texanos, Texas se
declaró independiente poco más de un mes antes, pero logró separarse de México en esta batalla,
en la que capturaron al general Antonio Santa Anna y fue forzado a firmar los Tratados de
Velasco el 14 de mayo, en el cual “aceptaba la independencia de Texas, se comprometía al cese
de las hostilidades y se establecía la frontera en el Río Grande” (Navarrete, 2012: 74). Sin
embargo, el gobierno mexicano no reconoció ni la independencia de Texas ni la frontera en el
río anteriormente mencionado, Navarrete, expone que fue rechazado por los políticos mexicanos
“por haber sido firmado por un prisionero que no tenía la facultad legal para hacerlo,
motivo por el cual hubo varias incursiones mexicanas en Texas en los años siguientes... aunque
los texanos nunca pudieron mantener su pretendida frontera” (Navarrete, 2012: 74).
La tan esperada anexión a los Estados Unidos ocurrió el 22 de diciembre de 1845 durante
el mandato del presidente James K. Polk, anteriormente no se pudo hacer debido a que durante el
gobierno anterior del presidente Tyler intentaron anexar Texas mediante un tratado:
Pero los esclavistas hubieron de recordar, por obra de acontecimientos recientes, que se
requería el voto favorable de una mayoría de dos tercios del Senado para anexarse un
territorio extranjero de acuerdo con los preceptos de la Constitución, y que, como la
mitad de los senadores representaban a Estados libres no era posible por el momento
lograr una mayoría anuente (Jay, 2013: 159).
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La resolución conjunta bicameral fue el resquicio legal que encontraron para poder
alcanzar este objetivo, ya que se requería simple mayoría en cada una de las cámaras legislativas.
A pesar de esta anexión, no había claridad en las fronteras, Estados Unidos, debido al
Tratado de Velasco, establecía la frontera en el río Grande, cuando esta provincia cuando
formaba parte de México, su frontera era más al oriente, en el río Nueces, el territorio entre estos
dos ríos correspondía a Coahuila y a Tamaulipas. Esta disyuntiva es la que da lugar al hecho
desencadenante de la guerra en 1836: la expedición de Taylor al río Grande por órdenes del
presidente Polk, la orden emanada el 15 de julio de 1845 en la que da las siguientes razones:
Donde escogerá y ocupará usted en el Río Grande del Norte o cerca de esa corriente,
el punto que sea más conveniente para la salud de las tropas y más adecuado para
repeler cualquier invasión, protegiendo lo que, en caso de que se efectúe la anexión, será
nuestra frontera occidental (Jay, 2013: 182).
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5. Intenciones sobre California
Si bien la anexión de Texas juega un rol clave y la intervención estadounidense en
México comienza en ese territorio, la guerra, según autores como William Jay, se toma como
opción cuando se quieren llevar a cabo los planes de ocupar Nuevo México y California, para
que así la esclavitud se pudiera extender por las costas del Pacífico. En 1841 comenzaron a
recorrer el Golfo de California con barcos a cargo del Comodoro Jones (Jay, 2013: 140).
Esta ambición que tenía Estados Unidos de obtener California no vienen de esa década,
sino que ya eran evidentes algunos años antes, el presidente Andrew Jackson ya había expresado
su intención de comprar parte de California por la suma de 3500000 de dólares:
Las descripciones de California publicadas por Alexander Forbes y Eugene Duflot de
Maufras avivaron el deseo sobre el territorio y el empeño del secretario de Estado
Daniel Webster, a quien el ministro Waddy Thompson había convencido de que
"Texas tiene poco valor comparado con California, la tierra más rica, la más hermosa
y saludable. (Vásquez, 1997: 300)
Al igual que pasó durante los esfuerzos para adquirir Texas, los medios de comunicación
jugaron un importante rol en la difusión de las bondades de un territorio fértil como California y
sobre las intenciones de Gran Bretaña de obtenerla. En México, con el fracaso sobre Texas, no
tenían muchas esperanzas al ver que Estados Unidos utilizaba las mismas estrategias esta vez
sobre California, “en el Congreso se oyeron opiniones sobre la conveniencia de venderla o
cederla a Gran Bretaña, a cambio de la deuda. El ministro mexicano en Londres sugirió
constituir un estado independiente, garantizado por Francia y Gran Bretaña” (Vásquez, 1997:
300).
Más notaron la posibilidad de perder California cuando el Comodoro Jones, en el marco
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de sus acciones sobre dicho territorio desde 1841, en 1842 asaltó el puerto de Monterrey (Alta
California).
Ya con la llegada del presidente James Polk al poder, se intensificaron las acciones para
lograr la toma de California, ayudado por la débil presencia mexicana, al notar que no iba a
poder obtener California por medio de negociaciones, comenzó a preparar a sus tropas aún antes
de la anexión de Texas, “el nuevo presidente Polk no ocultó durante su campaña política que dos
de sus miras principales serían la anexión de Texas y la adquisición de California” (Valadés,
1994: 375).
Por este motivo, ya con la intención de conquista, el 24 de julio de 1845, dio órdenes en
este sentido al Comodoro Jones. Si bien esta conquista se consumó después de declararse la
guerra, antes de que ésta empezara, tropas estadounidense ya habían comenzado a invadir ese
territorio, en marzo de 1846, ya habían tomado posesión de territorios cercanos a Monterrey
(Alta California).
5.1. Reclamaciones. Durante los conflictos y tensiones que tuvo Estados Unidos y
México debido a la situación de Texas antes de que comenzara la guerra, el gobierno
estadounidense empezó, según Jay, a efectuar diversas reclamaciones contra México, para luego
utilizarlas como pretexto, estas reclamaciones estaban calculadas en millones de dólares, que un
país pobre como México no iba a poder pagar. Éstas eran por diversos asuntos como por
ejemplo; daños a la propiedad durante disturbios, préstamos forzosos, asesinatos, concubinato,
etc. Muchas de estas acusaciones causaron indignación tanto en el gobierno como en el pueblo
mexicano.
Durante el gobierno de Van Buren, éste accedió a petición de México, que las
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reclamaciones se sometieran a arbitraje internacional en 1839, dentro del tribunal se encontraba
un representante del rey de Prusia, quien redujo de 7585114 a 2016139 las reclamaciones
estadounidenses, más:
El gobierno estadounidense se negó a incluir las reclamaciones mexicanas, por su
carácter nacional, lo que dio inicio a esta injusta práctica. Al concluir el arreglo de la
primera Convención en 1842, ya había otras nuevas reclamaciones...La nueva
Convención se firmó en 1843 y México empezó a pagar aunque no sin retrasos dada su
delicada situación económica. (Vásquez, 1997: 292)
También se utilizaron como estrategia para obtener California antes de emprender las
hostilidades bélicas. El ministro Slidell llegó a ofrecer “el total del monto de esas reclamaciones,
más 5 millones de dólares, por Nuevo México, y el monto de las reclamaciones más 25 millones
de dólares, por Nuevo México y California juntos” (Jay, 2013: 176). Estrategias que al fallar
fueron la causa para que finalmente Polk decidiera emprender la guerra.
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6. Situación de México
La independencia de las trece colonias y del reino de la Nueva España, incluyendo el
resto de Hispanoamérica, es resultado de la guerra europea de los siete años y de la bancarrota
que se produjo en los países involucrados. Gran Bretaña y España reorganizaron sus gobiernos y
establecieron nuevos impuestos a sus colonias para resolver la bancarrota, lo que generó un
malestar en sus habitantes. (Vázquez, 1997: 287)
Para 1800, la Nueva España estaba descapitalizada y en bancarrota, y aun antes de luchar
por su independencia estaba en la mira de las ambiciones de los poderes comerciales. (…)
cuando México logro su independencia estaba desangrado y con una mala economía. La
bancarrota, descapitalización e inexperiencia política fueron sus bases para levantar un Estado
sobre su inmenso territorio, sin una comunicación efectiva y con una población dispersa.
(Vázquez, 1997: 289)
Durante este periodo, México aún no era una nación y sus ciudadanos se identificaban
nada más que con sus líderes locales, como lo eran caciques y caudillos, jefes locales, etc. Que
mandaban en sus propias tierras (King, 2000: 64).
México, además de ser un país devastado, tenía todas las condiciones para estar propenso
a una guerra contra Estados Unidos y otros países. Al tener una economía arruinada, no tener un
sentimiento de nación hacia el estado y territorio que ocupaban, y una población dispersa,
México no podría haber sostenido una guerra y su última opción sería ceder territorio.
A mediados de 1840, la relación entre Estados Unidos y México se deterioró hasta el
punto en que cada nación se consideraba una amenaza para su territorio nacional (King, 2000:
65).
El día 7 de diciembre de 1845, Washington recibió una nota del Ministro de Relaciones
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Exteriores Peña, quejándose de la entrada de un barco de guerra estadounidense al puerto
mexicano de Manzanillo, en la costa del Pacífico (McAfee, 1980: 55).
La agresividad de Estados Unidos para obtener tierras es muy visible. De la forma que
sea, el gobierno estadounidense no iba a quedarse con los brazos cruzados esperando el momento
en que México estuviera más débil de lo que estaba para atacarle.
“En la última generación, la erudición histórica ha tendido a la conclusión de que el
presidente James K. Polk maniobró agresivamente a México a la guerra” (McAfee, 1980: 49).
“La estrategia del Ministro Peña fue primero obtener la opinión de los ministros
mexicanos de finanzas y guerra acerca de los recursos del país, para poder llevar a cabo una
guerra real con Estados Unidos” (McAfee, 1980: 57).
El 11 de mayo de 1846, el gobierno de Estados Unidos declaró la guerra a México, dos
días después, antes de que México hiciera su declaración formal de guerra, el Ministro de
Justicia y Negocios Eclesiásticos envió una circular al vicario capitular de la
arquidiócesis a fin de convocar a una reunión de eclesiásticos para auxiliar al gobierno
con un préstamo económico. Con esos recursos se podría combatir al Ejército invasor
que, según el plan que se había trazado, tenía la intención de “absorberse toda la
República de México”. (García, 2002: 50)
Cuando el Congreso de los Estados Unidos declaró la guerra, la fuerza total del ejército
era aproximadamente 6500 soldados con una autorización para enlistar a 50000
voluntarios adicionales. (…) la fuerza total del ejército mexicano era aproximadamente
65000 hombres en 1845. (…) sin embargo, el ejército carecía de uniformes, comida,
abrigo, armas y municiones para combatir efectivamente a las tropas estadounidenses. En
adición a los recursos limitados, el ejército mexicano fue también paralizado por luchas
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internas entre líderes políticos y militares y por reclutas mal entrenados con relativamente
poca experiencia en el campo de batalla. (King, 2000: 65)
Esas condiciones son clara evidencia de que México no estaba preparado para una guerra
y tampoco iba a resistir una. Como se ha mencionado anteriormente, el ejército estadounidense
tenía la intención de apoderarse de México por completo y podría haberlo hecho fácilmente
debido a las malas condiciones en que estaba el ejército mexicano en aquella época.
La única esperanza mexicana estaba en que el deterioro de relaciones entre Gran Bretaña
y Estados Unidos desembocara en una guerra. Más ésta se desvaneció a mediados de
1846 con la firma de un tratado entre Gran Bretaña y Estados Unidos. (Vázquez, 1997:
302)
De todas formas México estaba solo ante su vecino sin ninguna posibilidad de evitar la
guerra e incluso de no poder ganarla.
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Conclusión
La Guerra México – Estados Unidos, conocida en México como Intervención
Estadounidense, fue una guerra desarrollada bajo pretextos expansionistas para el propio
beneficio de Estados Unidos. Esta expansión fue justificada bajo la ideología del destino
manifiesto que ayudó a fomentar el afán expansionista de Estados Unidos.
Un astuto gobierno estadounidense llevó a México a la guerra cuando esta república
estaba en sus peores días. El territorio que Estados Unidos incorporo a su mapa le ayudó a crecer
económicamente y además poblacionalmente, debido al boom económico producido en
California y Texas.
Esta guerra significó el desastre para la política de México y gran parte de su población,
mientras que para Estados Unidos, más allá de las consecuencias que hubo para el país, significó
un acontecimiento más dentro de un largo proceso que le hizo alcanzar la hegemonía regional, y
con posterioridad la hegemonía mundial en el siglo XX, dominación política, militar y
económica que sigue siendo de las más cruciales en este siglo XXI, y que para mantenerla aún
son claves dentro de su estrategia los conflictos bélicos contra países más desfavorecidos dentro
del escenario mundial.
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Apéndices
Apéndice A
Mapa que muestra, entre otros elementos, el territorio correspondiente a la República de
Texas en 1845 (zona pintada de rosado), y el territorio que reclamaba Texas, una vez
anexado a los Estados Unidos, como suyo (zona delineada con rosado). Recuperado de:
http://www.zonu.com/images/0X0/2009-11-13-11063/Mexico-y-Texas-1845-1848.jpg
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Apéndice B
Mapa que ilustra, entre otros aspectos, la totalidad de los territorios cedidos por México
en el Tratado de Guadalupe Hidalgo, así como las principales batallas y rutas ocupadas
durante la guerra de 1846. Recuperado de:
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