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Ruben V. Pranevicius Crítica del Amor Impuro

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  • Ruben V. Pranevicius

    Crtica delAmor

    Impuro

  • Ruben V. Pranevicius

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    Vidella Pranevicius, Ruben ArielCrtica del amor impuro.1a ed. - Buenos Aires: Dunken, 2009.80 p. 16x23 cm.ISBN 978-987-02-3946-81. Ensayo. I. TtuloCDD 864

  • Crtica del Amor Impuro

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    NDICE

    I - Consideraciones sobre la Confianza ______ Pg. 4II - Diferencias entre Egosmo e Individualismo ______ Pg. 21

    III - El Amor y la Pasin ______ Pg. 27

    IV - La Felicidad, el Deber y el Destino ______ Pg. 39V - La Infidelidad ______ Pg. 44

    VI - El Desamor ______ Pg. 54VII - Apndice ______ Pg. 60

    VIII - Bibliografa ______ Pg. 76

  • Ruben V. Pranevicius

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    I

    Consideraciones sobre la Confianza

    ien, comenzaremos diciendo que la confianza (seguridad,certeza, conviccin, fe o creencia en algo o alguien) tieneun valor cuantificable: de hecho, el valor de la confianza es

    binario: cero o uno, true or false, A o B. Las dos variables posiblesson confiar o no confiar; por ende, queda descartada (y segn lossiguientes fundamentos) la posibilidad de confiar mucho o confiarpoco, as como los matices que entre las dos variables primarias(confiar o no confiar) pueden imaginarse. Veamos un ejemplosimple: Juan le pide prestado una gran suma de dinero a Luis,aduciendo que necesita el dinero urgentemente y que sin duda lodevolver una vez que lo consiga. Luis dispone de ese dinero parapoder prestarlo sin problemas, pero inmediatamente piensa:

    - Desde que conozco a Juan no ha faltado a ninguna de suspromesas; sin embargo, esta cantidad de dinero que l mepide es elevada y no quisiera arriesgarme a perderla, puesuno nunca sabe qu puede suceder...

    Da lo mismo si Luis piensa en otras posibilidades como darleel dinero sin siquiera dudar, o por el contrario, negarle el prstamorotundamente: no importa cuntos pensamientos y reflexiones tengancabida en la mente de Luis, pues tarde o temprano l deber decidirentre las dos posibilidades existentes, prestar el dinero, o no prestarlo.

    Invito al lector a que indague y busque otras posibilidades paraeste ejemplo y para cualquier otro que imagine: comprobar conasombro, que mediante un simple proceso de decantacin

    B

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    concluiremos en la existencia de estas dos variables: hacer o nohacer.

    Confiar en alguien o algo siempre implica una tangiblerespuesta de nuestra parte. El carcter binario de la confianza es casisiempre confundido con todas las ideas y conjeturas que solemospensar e imaginarnos cuando debemos elegir entre una opcin u otra.

    Bien, hemos visto que la confianza trata fundamentalmentesobre un tema de decisin: as pues, para poder decidir es necesarioque exista por un lado, voluntad, y por otro, un criterio de seleccin.La voluntad es una facultad nica en el ser humano, ya que en ningnotro ser vivo se ha apreciado esta virtud: los animales por ejemplo,son guiados por el instinto: comen cuando sienten hambre, copulancuando es la estacin de apareamiento, atacan o permanecen dcilessegn los estmulos externos. Incluso muchas veces creemos que losanimales realizan actos heroicos o de carcter noble, cuando enrealidad esos actos son forzados por los estmulos externos queinvaden al animal, sin posibilidad de que ste decida entre hacerlo ono hacerlo (ver Apndice). El hombre por el contrario, puedenegarse a los instintos que tambin posee, puede consolidar susprotestas realizando huelgas de hambre, puede abstenerse de tenerrelaciones sexuales, puede permanecer dcil ante la hostilidad en lugarde contraatacar.

    Muchos piensan que la voluntad se encuentra realmentesubyugada por los sentidos, y que por ende, toda decisin no es sinouna respuesta a esos estmulos. Sin embargo, la existencia de laconciencia (abarcar y comprender la idea de que por un lado estamosbajo la fuerza de coercin de los sentidos, y que por otra partetenemos un pensamiento abstracto independiente a esa fuerza) permiteque la direccin del vector de nuestros actos est orientada haciaobjetivos abstractos an cuando el motor que impulsa esa lneaimplique factores sensibles, por ejemplo, cuando pensamos a futuro.Estas cuestiones son comnmente confundidas entre s, dando a lugara la idea de que la voluntad est sujeta a nuestros deseos, pero esnecesario dejar en claro que es posible abstraernos para orientar ladireccin de nuestros actos hacia fines nobles.

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    Los criterios de seleccin son mltiples y variados; cito porejemplo, el criterio del tipo materialista, basado exclusivamente en laobtencin y prdida de bienes materiales en torno a las decisionestomadas. Sin embargo y obviando todos los ejemplos posibles, existeun criterio de seleccin muy particular, cuya nobleza lo mantiene muycerca de la voluntad y le permite a sta desarrollarse y crecer: lamoral, la distincin entre lo bueno y lo malo.

    Antes que nada, debemos recordar un punto muy importante:la voluntad es como un msculo: si no se la utiliza, se debilita, semarchita y acaba por morir o inhabilitarse si el trmino anterior resultainadecuado. Por qu sucede esto? Pues porque existen otros factoresque continuamente intentan sobreponerse a la voluntad (el instinto, laspulsiones, las conductas hedonistas), factores externos que estimulannuestros sentidos as como sucede con los animales. Debo destacar aldiscernimiento moral por encima de los dems criterios de seleccinya que ste es el nico que no se basa en estmulos fsicos sinoabstractos.

    Es por eso que las conductas hedonistas atentan contra lamoral, pues esa tendencia lleva a la destruccin de algo que yatenemos, ya que las pasiones se caracterizan por generarprogresivamente mayor dependencia en quien las disfruta debido aque el hombre posee la aptitud de adaptarse a cualquier circunstancia(tanto las hostiles como las ms placenteras), haciendo que cada veznecesite renovar esos placeres hasta rozar la locura. Progresivamenteel hombre se inclina por tomar decisiones basadas en el placer,dejando de lado la razn que muere opacada por la pasin. Muere?Efectivamente, aunque hay casos en los que simplemente quedaincapacitada, daada, como los nios que durante sus primeros aosde vida no reciben la alimentacin bsica necesaria como paradesarrollar sus rganos plenamente.

    El lector deducir con toda razn, que si las decisiones sonestablecidas sobre la base de criterios materialistas o de naturaleza noabstracta, la voluntad corre riesgo de inhabilitarse como consecuenciade los factores tangibles que constantemente estimulan nuestrossentidos, incluso hasta convertirnos en autnticos esclavos de ellos.De este modo vemos que el discernimiento moral es el criterio

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    fundamental para poder tomar decisiones, pues ya se haba dicho quepara permitir la existencia de la decisin es necesario un criterio y lavoluntad que la ejecute, la cual depende del ejercicio de la mismasobre bases no tangibles o sensibles, puesto que stas pueden incidirsobre la voluntad mediante el instinto incluso hasta inhabilitarlaseriamente: de ser as, nuestra existencia como seres humanosinvolucionara hasta ser semejante a la de un animal, sin posibilidadde decidir, totalmente esclavizado a nuestros instintos.

    Estos ltimos juegan muchas veces en contra de las decisionesque son producto de nuestra razn, castigndola constantemente bajola coercin que ejerce la pasin y las necesidades que sta implica. Aspues, el hambre, el instinto de la perversidad, la pasin carnal, inclusola pasin por la ternura, no son sino sensaciones que influyen (pero nocoartan) la voluntad del hombre, as como tambin influye elpensamiento lgico (que a diferencia de la pasin no es una sensacin)proveniente de la razn y la capacidad de abstraccin. Lo mismosucede con las pulsiones, que si bien inciden en la conducta delhombre a nivel subconsciente, no lo coartan en sus decisiones que dehecho son conscientes.

    Quin no se ha encontrado, cientos de veces, cometiendouna accin vil o estpida, sin ms motivo que saber que no debehacerla? No estamos constantemente inclinados, en pleno uso denuestra razn, a violar lo que constituye la ley, por el mero hecho deser la ley? El instinto de perversidad, repito, acab de hundirme.

    Fragmento de The Black Cat, Edgar Allan Poe,publicado en United States Saturday Post, 1843.

    Pues no Sr. Poe, el instinto de perversidad no lo ha coartado austed a hundirse, slo se ha dejado llevar por l, pues aunque suvoluntad haya estado bajo la coercin de ese instinto, nunca ha sidoobligada a hundirse, tentada en todo caso, pero nunca, repito,coartada. La ltima frase del fragmento revela el subconsciente deseode todo ser humano de querer expiar sus faltas con una absurda

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    excusa, que usualmente pretende conmover la pasin en lugar deapaciguar el hambre de la razn.

    Es sabido que en mis textos la pasin es estigmatizada y hastamaldecida. Sin embargo, esas no son sino consecuencias de mi malalabor como escritor, ya que se no es el resultado buscado, por elcontrario, pienso que la pasin es indispensable para el crecimientodel ser humano, y en segunda instancia, resulta indispensable paraobtener gozo.

    El abuso de la pasin y sus orgenes son los pilares de estostextos, debo hacer esta aclaracin ya que muchos han decidido tomarel tema con pinzas ya sea por miedo o por mera inseguridad, y esimperante hacer un extenso anlisis que produzca claramenteresultados que puedan aplicarse al reino de lo tangible, nuestromundo, el mundo en el que vivimos.

    Al menos yo no vivo en un cuento de hadas, debo trabajar deocho a doce horas al da, comer, dormir, hacer cosas que son de miagrado y otras que no lo son, mientras que otras me tientanconstantemente al hedonismo y sus consecuencias.

    La enfermedad me haba aguzado los sentidos, no los habadestruido, no los haba embotado (...) No os haba dicho ya que loque pasa por ser locura no es sino hipersensibilidad?

    Fragmento de The Tell-Tale Heart, Edgar Allan Poe,publicado en Pioneer, 1843.

    Un gran acierto de Poe, aunque yo lo he puesto al revs: lahipersensibilidad conlleva a la locura; el orden de los factores noaltera el producto: locura es hipersensibilidad y viceversa, sinnimosdel mal al cual todo ser humano debe enfrentarse para as forjar lavirtud de la voluntad, ya que podemos perderla en el intento... oincluso al no intentarlo. Estando pues, entre la espada y la pared,prefiero dar batalla e intentarlo, eso... eso es una decisin de cada uno.El nihilismo peca de arrogancia, pues al conjeturar que no existe unfin inherente al ser humano sin antes haber experimentado los cambiospropios del progreso y la evolucin, resulta soberbio en extremo

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    determinar que el progreso no lleva a ningn lado, pues aunque la ideade progreso parezca (para los nihilistas) tonta e irracional, es una delas dos opciones que efectivamente tenemos: intentarlo o nointentarlo. Por cul se decidir usted?

    El determinismo por otra parte, si bien podra teorizar sobre lasprimeras etapas en la vida de un ser humano (en las cuales sedeterminan -valga la redundancia- significativamente ciertas variablesy factores que sern pilares de futuras oportunidades esenciales paratener la posibilidad de utilizar la voluntad propia) no puede serabsoluto o bien no puede ser tomado en serio al definir el futuro de unhombre: las tendencias propias de ciertas condiciones (la riqueza,pobreza, etc.) no determinan destinos absolutos (una vez ms, valga laredundancia), y aunque las posibilidades conlleven a que le sea msfcil o difcil elegir la senda a seguir, sin importar incluso el resultado,el hombre puede, tiene la oportunidad, y mientras la tenga, no hay unfuturo certero y determinado.

    La nica salvedad del determinismo est en aquellos factoresque como he sealado perjudican las etapas iniciales en la vida de unindividuo, por ejemplo una mala alimentacin durante la infancia,impidiendo un correcto desarrollo de los rganos vitales, afectandoseriamente el desempeo de un ser humano en la sociedad.

    En un camino que es la vida, sin obstculos que sortear, nohabra posibilidad de progreso, y el cuerpo, ya sea por divinaintervencin o por natural seleccin, nos brinda la posibilidad desentir para que de ese modo podamos forjar las virtudes ajenas a lossentidos que se nos han obsequiado, una oscuridad necesaria parapoder contrastar esas cualidades en su constante crecimiento, virtudesque no son sino el discernimiento moral, la razn, la capacidad deabstraerse, en definitiva, pensar.

    Durante siglos el hombre ha tratado de definir la moraldebatiendo en singular combate qu es lo bueno y que es lo malo.Algunas definiciones de la moral se basan errneamente en lossentidos y las pasiones. Por ejemplo el clebre Ernest Hemingway(1896 1961, escritor estadounidense) dijo que es moral lo que haceque uno se sienta bien, e inmoral lo que hace que uno se sienta mal;pues bien, debo suponer que el personaje principal de The Tell Tale

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    Heart de Edgar Allan Poe asesina al viejo en un acto revestido demoral (o sea, no inmoral) ya que a lo largo del monlogo el personajese excusa diciendo que as lo senta: quizs su esquizofrenia (nadams alejado de la realidad, no vale decir que aquel es un personaje deficcin y que por ende no puede aplicarse a la vida real) y suseventuales alucinaciones sensoriales sean consideradas moralmentecorrectas segn el paradigma Hemingway. Obviamente mi ironaapunta a que la moral no puede estar basada (ligada tal vez) a lossentidos, que como veremos en lo que resta de este ensayo atentacontra ella, ms precisamente, atenta contra el entorno que la rodea: elasesinato pues, es un acto redundante y autodestructivo con respecto ala moral, y eso es lo que lo convierte en incorrecto.

    Aqu podemos hacer un alto y determinar de una vez qu esbueno y qu es malo (correcto e incorrecto, moral e inmoral; en elcaso de utilizar la palabra bueno no debemos confundirla conbeneficioso), desde una ptica objetiva y prcticamente libre depasiones: diremos entonces, que lo malo es todo aquello que atentacontra la virtud del discernimiento moral (de la cual nacen losconceptos de bondad y maldad justamente) y que por ende no lepermite crecer y desarrollarse. Lo bueno, es lo que fomenta elprogreso de esa virtud, lo que asegura la continuidad de la evolucindel hombre, que durante miles de aos ha conseguido obsequiarnoscon estos dones de la razn: ahora, es nuestro trabajo desarrollarlos operderlos, pues as se ha bifurcado el camino de la vida, y no hay unatercera opcin.

    Pero la anterior definicin peca de redundancia: dice lo quehace tanto lo bueno como lo malo y lo toma como una definicin deambos, cuando lo que son en realidad no es precisamente lo que hacencada una (atentar o promover el progreso del discernimiento, segnsea el caso). Pero a partir de saber qu es lo que hace tanto el bien y elmal, es posible definir lo que son de forma contundente: racionalidad,capacidad de abstraccin que busca aumentar su poder y dominio; esen definitiva, como si desde el principio de los tiempos, nosotroshubisemos tenido estas cualidades del razonamiento, y en algnpunto de la historia, se nos habra proporcionado un cuerpo en el cual

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    pudiramos poner a prueba esas virtudes para hacerlas crecer, como siel cuerpo humano fuese un gimnasio de la conciencia.

    El bien y el mal son, en definitiva, consecuencias del progresodel hombre; nacieron de forma orgnica para que el razonamientopudiese continuar con su progreso.

    Hemos realizado un interesante descubrimiento, que nos abrelas puertas a un entendimiento an mayor: por qu hacer lo bueno?, ylo que es an mejor, por qu el mal est destinado a ser destruido?.Aquello que es moralmente incorrecto o malo, la maldad endefinitiva, resulta tan pura que atenta contra s misma. Con esto quierodecir, que el mal es malo consigo mismo. Esto se debe y segn ladefinicin anterior, a que el mal destruye el entorno sobre el cual eldiscernimiento moral se desarrolla. Por ende debe llegar un momentoo instancia en el cual el entorno quede completamente inhabilitadopara promover el desarrollo de esta virtud, la cual se estancara y sevolvera intil. En ese caso, el mal se habra destruido a s mismo,junto con el bien, ya que no habra discernimiento moral que distingaentre uno y otro.

    Sin embargo, mientras exista un pice de bondad prctica (lanica bondad que existe, he pecado de redundancia para darentendimiento de una obviedad) en el entorno sobre el cual crece lamoral, sta tendr la oportunidad de seguir creciendo ydesarrollndose, aunque es preciso destacar una curiosa tendencia: elbien podra existir eternamente mientras se reconozca aquello que esmalo aunque sin practicarlo (pues para distinguir una cosa de otra, espreciso que ambas cosas existan o se tengan conocimiento de ellas).Por el contrario, la prctica del mal puede existir al igual que el bien,pero solamente hasta que el entorno sobre el cual se desarrolla exista,ya que como se ha dicho anteriormente, el mal colapsara consigomismo, acabando con el discernimiento moral que paradjicamente leda vida a ambas posibilidades.

    Por otra parte, quin se ha atrevido a decir que lo natural esbueno? Escucho cotidianamente frases como no te aflijas, es algonatural, no te preocupes, frases que no saben sino torcer la realidaduna vez ms para ajustarse as a las necesidades del hombre (qutiene de malo ajustarse a las necesidades de esa manera? dirn los

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    ms despistados... pues, eso es mentirse a uno mismo). El hombre ensu estado ms primitivo (o sea, al nacer), no ha vivido justamente lonecesario como para haberse relacionado con la sociedad de modo quesu criterio moral pueda crecer y convertirse en un autntico hombre(ya que esa capacidad, me refiero a la moral, es lo nico que nosdiferencia de los animales). Podemos decir entonces, que el hombre esnaturalmente malo.

    El error de creer que lo natural es bueno proviene de laidiosincrasia, nuestra cultura, impregnada de productos que en suartificialidad dejan entrever lo perjudicial que pueden ser con respectoa sus pares naturales (por ejemplo, el caso de los alimentostransgnicos, las dietas, determinadas prcticas, seguramente el lectorencontrar muchos ms ejemplos de los que ahora cito). Pero seamosjustos, no generalicemos: la filosofa contempornea nos dice que nopodemos hacer de una premisa particular otra universal. Por lo tanto,no podemos afirmar que lo natural es bueno, y viceversa, ya que elfalsacionismo se encarga de observar que sean abarcados todos loscasos existentes para aseverar que todo lo natural sea bueno: si existeun slo caso en el que esta idea sea refutada, todo el sistema cae.

    Muchos se han aferrado a la idea de que lo natural es buenopara expiar as sus faltas, creyendo en vano que los diversossentimientos de una persona son buenos, justificando as sus actos. Silo sientes, pues hazlo; esa frase es tan tonta que me cuesta realmentecreer que existen personas que la utilizan como piedra angular de supensamiento. As es como actan los animales, guiados por lo quesienten, sin discernimiento alguno de sus actos dada su falta deabstraccin. En cambio el hombre posee esta virtud, y sin embargo,insiste en involucionar y retroceder hacia su lado ms primitivo yanimal, slo porque llegados a este punto de la evolucin, resultadifcil dar el siguiente paso. Slo por eso, por pereza, por hedonismo,por querer que la vida sea un trnsito fcil y placentero. Pienso, comosiempre a riesgo de ser jactancioso, que el hombre adopta esta posturapor cobarda ante la vida.

    Cuntos problemas sociales se resolveran de inmediato si loshombres adoptaran una postura ms comprometida con su propiaesencia? Cuntas parejas evitaran el divorcio al no dejarse guiar por

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    las pasiones, pensando en primera instancia en el otro? Ni hablarentonces de la infidelidad, cun fieles seran las personas a susconsortes! Pues las pasiones seguiran instando a saciar el hambre deplacer, pero la razn, fuerte y enraizada en la mente del hombre, nopermitira que ste sucumbiera ante tales eventualidades. Insisto, hacerlo que uno siente no es siempre lo correcto, pues los sentidos son unaespada de doble filo, que satisfacen por un lado pero por el otrogeneran dependencia, eso sin mencionar que nos apartan de nuestrarazn llevndonos a esa hipersensibilidad de la cual habla Poe.

    La idea es que el hombre se ocupe de crecer en primerainstancia, para forjar su discernimiento de modo que pueda disfrutarde los placeres de la pasin sin resultar perjudicado, pues como hedicho anteriormente, las personas no pueden vivir sin pasiones, nopodran crecer, y en definitiva, la vida sera por dems aburrida. Aesto me refera en un principio cuando deca que en mis textos sueloestigmatizar a la pasin y los placeres, cuando en realidad, el objeto desemejantes escritos apunta a el desarrollo del hombre de modo quepueda garantizar as una vida mejor y ms sana, pues sin duda elhedonismo puede sin ir ms lejos, perjudicar la salud. Pero dejmosloclaro una vez ms: una vida sin placer, una vida sin pasiones, no esvida.

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    Criterio de SeleccinMoral

    (distinguir entrelo bueno y lo malo)

    Lo Bueno:Cualquier acto que

    promueva la existenciade este criterio y

    fomente su crecimiento.

    Lo Malo:Cualquier acto que

    atente contra el mediosobre el cual se

    desarrolla elcrecimiento y existenciadel mencionado criterio

    La existencia de estecriterio permite que la

    voluntad pueda ejercer suoficio sin estar coartada aobedecer el instinto y la

    tentacin que implican losplaceres tangibles (valga la

    redundancia)

    Sin entorno, no hay vida(un constante estado de

    toma de decisiones), sinosupervivencia (mantenerlas funciones vitales del

    cuerpo solamente)

    El Individuo Muere(an cuando mantengaactivas las funciones

    vitales de su organismo)

    El Individuo Vive(mientras est

    constantemente tomandodecisiones)

    FIGURA 1.1

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    Bien, estas teoras sobre la confianza no son nada desdeablesen cuanto a su aplicacin a la vida comn y corriente, msprecisamente en el terreno de las relaciones de pareja y el amor. Enprimera instancia podemos concluir varias ideas prcticas, porejemplo, que debido al valor binario de la confianza, resulta absurdoconfiar en cualquier persona, ya que el ser humano es naturalmentefalible, por ende sus promesas y juramentos tambin estn expuestos aesa falibilidad. De esta manera y como se ha dicho anteriormente, esimposible confiar mucho o confiar poco en una persona, y lo quees peor, confiar en otro ser humano implicara negar su naturalezafalible, es decir, negaramos o le volveramos la espalda al hecho deque todo ser humano puede equivocarse a causa de su debilidad. Laexpresin o palabra correcta para designar esas ocasiones en las cualesdebemos confiar (aparentemente) en una persona, sera arriesgarsecon fulano en lugar de decir confiar en fulano.

    La confianza por ende slo puede ser ejercida con aquellos queno poseen tal falibilidad; es por ello que esta virtud debera serreservada para lo Divino, es decir, que slo podemos confiarrealmente en las Divinidades (sin importar la religin), ya que stas secaracterizan por su perfeccin en la mayora de los casos.

    Existe un aspecto muy importante a destacar una vez llegadosa este punto de entendimiento sobre las cuestiones de la confianza: elcompromiso. Muchas veces las parejas deciden no contraermatrimonio basndose en la idea de que si existe una mutua confianzaentre los consortes no es necesario comprometer la unin de la parejaante la justicia. Pues bien, he aqu un error muy frecuente en la pareja,pues considerando que la confianza resulta nula o tonta si la aplicamosa las personas (debido a la falibilidad de stas) y por ende slo es tily aplicable cuando est dirigida hacia una Divinidad (puesto que lasleyes y condiciones impuestas por stas no pueden ser doblegadas otergiversadas), el compromiso debe regirse por leyes externas a lapareja que no se encuentren influenciadas por las partes y que inflijanuna fuerza de coercin sobre los consortes, de modo que el temor arenunciar a la pareja sea una virtud que detenga los pasos de aquel quese precipite a una ruptura para que de esta manera pueda pensarloframente dos veces antes de actuar.

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    De otra forma, el compromiso carece de valor si no existenreglas que lo rijan, y no dejara de ser sino meras palabras en boca delos consortes. El ser humano tiene la implcita necesidad de estarregido por leyes externas a su dominio, pues de tener completo controlsobre las reglas del compromiso, stas podran variar a voluntad encualquier momento y circunstancia: no olvidemos que la libertad estgarantizada por las leyes que ejercen una fuerza de coercin en laspersonas, pues de otro modo, la libertad se tornara en libertinaje.

    Adems es imprescindible destacar que los compromisos en lapareja nunca se deben hacer el uno hacia el otro, sino que cadaconsorte debe comprometerse consigo mismo, ya que profesarpalabras que expresen el compromiso no tiene fin alguno ms queendulzar los odos de quien las escucha, porque cmo es posibleasegurar la veracidad y perdurabilidad del compromiso, las promesasy los juramentos?.

    Las intenciones de un individuo, sean buenas o malas, nodeben tener una relevancia mayor en este mundo. El pensamiento debeser traducido en un acto, una accin, un hecho, para que la voluntadsea. Como he dicho en alguna oportunidad anterior, vivimos en elreino de lo tangible, lo sensible: por ende, todo aquello que escapa a lasensibilidad tiene un valor nfimo si no se la traduce en hechos. Aspues, el discernimiento moral carece de sentido si no logra salir denuestras mentes convertido en un hecho, de qu sirve pasarse todo eltiempo pensando qu es bueno y qu no lo es, si tales conocimientosno sern aplicados a la vida cotidiana, la cual exige convivencia paradesarrollar as el propio discernimiento moral?

    Quizs los lectores ms incisivos dirn que los pensamientosson en definitiva impulsos elctricos que vagan en nuestro cerebro, yque por lo tanto tales movimientos representan en s un hecho fsico.Admito que esos hechos tienen una importancia en el sistemacatico que nos rodea, pero he aqu que si el vector de esepensamiento no est dirigido a esa maquinaria que nos permite estaren contacto con el mundo sensible (maquinaria que no es sino elcuerpo humano) para que la convivencia comience a surgir efecto, eseconstante movimiento elctrico representa una fuerza nimia y casiabsurda comparada con los hechos provenientes de esos mismos

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    movimientos enfocados en el cuerpo humano. Sera una hipocresaquedarse pensando todo el tiempo cuando podra aprovecharse esetiempo traduciendo ese pensamiento en un acto mucho ms fuerte ytil para el propio crecimiento del discernimiento moral.

    Vemos entonces, que si la abstraccin fuera un hecho fsico,quedara opacada y dbil ante la fuerza que representa ese mismopensamiento pero aplicado en el cuerpo de quien lo produce. Endefinitiva y para no ir tan lejos, quedarse postrado en la camameditando carece de la fuerza suficiente como para que la moralpueda crecer en base a las diferentes situaciones que cotidianamentese nos presentan. Si la moral es un msculo, el pensamiento en eseestado es como un juego de pesas cuyo peso es casi nulo.

    A nivel de la pareja, existen incluso hechos que no pueden serconsiderados con la suficiente seriedad como para ser tomados comoactos de amor (que como veremos en los siguientes captulos, essacrificio); por ejemplo y sin ir ms lejos, decir te amo, te quiero,incluso te odio, no son sino meras frases, palabras en definitiva. Eltema aqu es la confianza: resulta necio poner nuestra confianza enotro ser humano (suena crudo, pero es lgico), pues cmo confiar enun sistema que es absolutamente inestable? Y lo que es peor, cmoconfiar nuestros ms preciados tesoros, nuestras debilidades, fuerzas,nuestro afecto y cario, cmo confiar nuestras vidas en manos desistemas (personas) que son falibles? Sera como construir loscimientos de nuestras casas sobre la cima de un volcn. Y es quenunca podemos estar absolutamente seguros de algo, aunque a vecesla pasin por la ternura doblegue nuestras rodillas ante palabras queslo saben explotar justamente, la pasin, en lugar de alimentar larazn.

    No debemos olvidar que una de las principales caractersticasdel ser humano es su falibilidad: siempre puede estar equivocado,siempre existe esa posibilidad, simplemente porque no lo sabe todo,porque le resulta casi imposible abarcar todas las variables de unhecho para confirmar su absolutidad. Confiar en otra persona (inclusoen nosotros mismos), es en definitiva tirar una moneda al aire y ver sicae cara o ceca.

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    La traicin siempre ha sido un factor omnipresente en lasrelaciones humanas, que ha generado infidelidad, o en casos menosextremos, celos y recelos (que bien manejados pueden incluso mejorarla calidad de la pareja). Uno no puede emprender una relacin sinevaluar la posibilidad de la traicin, y resulta lgico, porque incluso anivel subconsciente, el hombre nunca puede olvidar que es falible, quepuede fallar, aunque eso no lo absuelva de ningn pecado, ya que essu decisin caer o resistir. Recuerde, todo ser humano apasionado queprolifere frases tan poticas como pasionales, son los mismos quedespus vienen al hombro del amigo a contar cmo le han roto elcorazn, y todo por no haber hecho caso a la razn, que antes de serun enemigo, intenta darle ms color y durabilidad a una relacin yasea de pareja como laboral, o incluso familiar o una amistad.

    Muchos hablan con la pasin ganando la simpata de quienoye, ya que estas palabras mas, lo admito, son fras y atacan la pasinpropia; pero insisto, recuerden, y sobre todo, piensen, usad la razn,antes de arriesgarse tomando la mano de los sentidos. Ambos, pasiny razn, pueden convivir para lograr el progreso del hombre y el plenogozo de las pasiones (sin verse coaccionado por stas), pero porseparado, son tan intiles e inservibles que acaban con su propiaexistencia, haciendo de la propia existencia un fracaso.

    Es imperativo pues, ser demostrativo en el amor. He escuchadoa muchas parejas decir yo no suelo demostrar mi amor, pero dehecho amo a mi pareja, sonora contradiccin, ya que el amor es unhecho (sacrificio): el slo pensar que amo a mi pareja, no sirve paranada.

    He ah la importancia del rito, hacer las cosas en lugar de sloconcebirlas en nuestras mentes, tiene una relevancia importantsimapara el correcto desempeo de las virtudes que tenemos. Incluso es seel porqu de las diversas prcticas que las religiones imponen,prcticas que usualmente vemos como innecesarias y tontas: hacer lascosas implica compromiso con el mundo en el que vivimos, un mundoen donde valen los hechos y lo material, y es necesario comprometersecon este mundo pues ste y no otro el campo de batalla en el cual esasvirtudes que la natural evolucin o la Divina potestad nos hanentregado para que puedan crecer o, de no ofrecer batalla, perderlas

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    bajo las tendencias inherentes a nuestra parte primitiva y animal, elhedonismo, el placer y la idea de que lo sensible lo es todo en la vida.

    La religin y las distintas filosofas de vida (tanto lasmilenarias como las que predican las ms recientes obras de autoayuda) promueven mediante los rituales (que analizndolosprofundamente nada deberan tener de mecnicos) la persistencia yconstancia en el estado alcanzado (segn lo determine el progreso dela persona que lo aplica) que definitivamente se encuentraconstantemente propenso a decaer a causa de todo ese mundo sensibleque intenta abarcar el cuerpo de aquel que pone en prctica talesconvicciones.

    El matrimonio es uno de los rituales ms frecuentes en lasociedad moderna, con la salvedad de que ste se practica solamenteuna vez con la pareja, o bien, no mantiene un ritmo determinado (unsegundo matrimonio es una buena idea pasional, pero de hecho elmatrimonio no es un rito que se cumpla todos los fines de semana); oen ocasiones decir que para contraer matrimonio, lo fundamental esque ambos consortes estn enamorados: falso, pues, cmo basar uncompromiso tan importante (que supuestamente dura toda la vida) enalgo tan inestable como lo es el enamoramiento, que no es sinopasin? Es posible amar sin estar enamorado, y tambin es posible quehaya pasin en un matrimonio (y es lo ideal), pero de ninguna manerase puede esperar que un compromiso as funcione si sus cimientos sedesgastan con el paso del tiempo, cosa que ocurre en todas las parejasque basan sus compromisos en la pasin y no en el amor; insisto,enamorarse no es amar, la decisin est en cada uno: su propioprogreso, sus vidas plenas y llenas de gozo, estn en sus manos y enlas de nadie ms.

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    CONFIANZAPosee un valor Binario:

    Confiar o No Confiar

    no es posibleConfiar Mucho

    oConfiar Poco

    INSTINTOS YPLACERES

    Atentan contra elCriterio de SeleccinAbstracto (Moral).

    TOMA DEDECISIONES

    Implica el ejerciciode la voluntad y el

    criterio deseleccin entre una

    opcin u otra.

    PROMESAS, JURAMENTOS Y COMPROMISOS

    Cada integrante de la pareja debera hacrselas a smismos en lugar de hacerlas el uno al otro, pues estoltimo no tiene finalidad prctica alguna o manera decomprobacin de la fidelidad y permanencia de esas

    palabras.

    FIGURA 1.2

  • Crtica del Amor Impuro

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    II

    Diferencias entre Egosmo e Individualismo

    ara continuar el desarrollo de estas teoras resulta de granimportancia saber distinguir entre egosmo eindividualismo, dos conceptos que si bien estn ligados

    por variables comunes entre s, representan autnticos estandartes paraexplicar estas vicisitudes de la voluntad, el sacrificio y por ende, elamor. Por un lado, el egosmo es la falta de inters por las prioridadesde los dems, caracterizada por la satisfaccin de las demandaspropias por encima de las ajenas; debo poner un marcado nfasis enaquella definicin, ya que evidentemente, el egosmo es una cuestinde prioridades, palabra muy importante para definir estos conceptos.

    El individualismo por otra parte, tiende hacia el progresopersonal, es en definitiva, la bsqueda del mejor yo para seraplicado en su entorno, ya que el ser humano es un ser social, y nopuede vivir fuera de la sociedad (puede sobrevivir, subsistir, pero deninguna manera puede hacer una vida plena sin una sociedad con lacual relacionarse).

    Escuch durante una clase de sociologa que uno puede serindividualista apuntando hacia el progreso personal como una metafuera de lo social, es decir, como un fin mximo ms all de laposibilidad de volcar todo ese progreso en la sociedad en la que elindividuo se desenvuelve. Pues bien, no es eso egosmo acaso? puesel vector de las acciones de un individualista de esta clase se orientanhacia l mismo, la prioridad por ende est sobre l tambin; si no loestuviera, en cualquier acto orientado hacia la sociedad se veraimplicado el progreso de la persona logrado con ese individualismo,ya que no puede despojarse de l para actuar en la sociedad, y esto en

    P

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    definitiva, eliminara la posibilidad en s de que exista una clase deindividualismo con las caractersticas anteriormente mencionadas.

    Eso sin mencionar que, de actuar conforme a esta clase deindividualismo, cierta indiferencia se vera orientada hacia lasociedad, lo cual tambin significa una repercusin, un acto que tienecaticas consecuencias (y con ello me refiero a las ramificaciones quecualquier accin posee) en la sociedad: por ende, no hay talindividualismo fuera de la posibilidad social, esto es, conconsecuencias que no afecten a la sociedad y sus actores, y para ello,tanto como para ser egosta o individualista, debe existir en el vectorde cada accin un sentido, una direccin, aunque a veces, lasconsecuencias sean meramente inconscientes (sin que esto impliqueque sean inevitables, todo lo contrario, la informacin y el correctoconocimiento de estos conceptos pueden ayudarnos en gran manera aobtener los resultados deseados segn nuestros actos voluntarios).

    Es posible que una persona que se haya inclinado hacia elindividualismo, realice actos egostas: esto quiere decir, que una cosano excluye a la otra, una persona puede ser egosta e individualista almismo tiempo, y tambin es posible por otra parte, que sea egosta yno individualista o viceversa.

    Estas aclaraciones son muy importantes para entender una yotra corriente, vale criticar todos los casos para intentar encontrar (pormedio del falsacionismo) un ejemplo que pueda refutar estas teoras,ya que por ms lgicas y coherentes que parezcan estas sentencias, esnuestro deber ser crticos y estimular nuestro propio criterio, y si esque no encontramos casos para refutar estas ideas, entonces lasmismas son vlidas hasta que se demuestre lo contrario. Quien quieraser sabio, que dude.

    Bien, Ivn, mi amigo de hace ya muchos aos y compaero enla Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin, insiste enque todos los actos del hombre son egostas, y que cuando realizamosalgo por otra persona (un aparente sacrificio), en realidad nosengaamos a nosotros mismos ya que lo que en verdad buscamossegn l es dejar de sufrir o abandonar las molestias que en todo casonos provoca la situacin del otro. A eso, Ivn le llama egosmo, encierto nivel, pero en definitiva, l dice que es un acto eglatra.

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    Yo debo discrepar en esta ocasin (como en muchas otras), yaque existen ciertos aspectos en aquella teora que son pasados por alto,como por ejemplo, el hecho de que cuando decidimos realizar un actopor otra persona existen variables que no podemos manejar,generalmente, derivadas de la pasin y por ende, de los sentidos. Meexplico: mi novia Juanita se siente muy mal con la relacin quellevamos; yo lo noto, pero segn mi criterio, la relacin va muy bien,y yo me siento cmodo en ella. Entonces, al notar que Juanita estmuy mal con esta relacin, decido terminar con ella, aunque yo nodesee hacerlo, quiero hacerlo (ntese la diferencia entre desear yquerer, la primera palabra, ligada a los sentidos y las pasiones, la otra,ligada a la voluntad y al discernimiento de cada persona).

    En aquel caso, segn Ivn, yo en realidad dejo a Juanita porqueme siento incmodo con su dolor (bh, dolor, desacuerdo, molestia enfin) y para ya no sentir esa incomodidad propia, la dejo, y as disfrutodel placer inherente a la ausencia del dolor (algo tan cotidiano para lamayora- que suele ser pasado por alto). Si bien es muy cierto que lasituacin de Juanita me provoca un desagrado (sta es una de esasvariables que en un principio dije que no podamos manejar), esedesagrado no es la direccin del vector de mi acto, es el motor, es loque me impulsa a hacerlo, pero de ninguna forma insisto, es ladireccin de la lnea. Es decir que mi acto no est dirigido hacia m,aunque me mueva el dolor propio, mi criterio y discernimiento estndirigidos hacia Juanita: los rditos al igual que las prdidas propias demi acto, son consecuencias sobre las cuales generalmente no tenemosdominio. Adems, yo estoy muy conforme con la relacin quellevamos Juanita y yo, y al dejarla, provoco un inmenso vaco dentromo, que si bien en el futuro puede ser sofocado por la presencia de untercero, el inminente carpe diem me obliga a sufrir el aqu y el ahora:pensar en el futuro slo acrecienta el dolor que ahora siento por haberdejado a mi querida Juanita.

    Si bien yo obtengo un rdito por haberla dejado, el sacrificio serealiza porque genero una ganancia para alguien ms y mi prdida esmayor que el provecho propio, no el ajeno. As podemos deducir quesi:

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    A = Lo que gano (placer por ver que Juanita ya nosufre)

    B = Lo que pierdo (placer) C = Lo que Juanita gana (placer por no sufrir ms)

    Entonces:

    Si B > A y a su vez genera un C, el sacrificio se realiza.

    Quizs sea importante en este punto del ensayo recordarle allector que no debemos ser extremistas: no hay que decir por un lado,que la voluntad no se encuentra bajo la coercin de los sentidos, o porotra parte afirmar lo contrario, que la voluntad slo es una respuesta alos estmulos: ambas posibilidades conviven en nuestros seres, a diariolas decisiones que tomamos gracias a la virtud de la voluntad queposeemos se encuentran bajo la coercin que ejercen los sentidos ascomo los criterios abstractos. La idea del progreso se basa justamente,en comenzar a despegarse de esa esencia animal (basada en loinstintivo) para continuar con la evolucin propia, alcanzando nuevoshorizontes que nos otorguen firmes propsitos de vida.

    As pues, luego de esta aclaracin y volviendo al ejemploanterior, mi sacrificio es vlido, pues la prdida es mayor que laganancia propia (la ganancia ajena es la consecuencia de mi sacrifico,en definitiva, el bienestar de Juanita), el vaco producido no escomparable con la satisfaccin de dejar de pensar en el sufrimiento deJuanita a causa de vivir una relacin que no quiere. Por ende, yo debosoportar una gran afliccin al sufrir la soledad para que Juanita puedarehacer una relacin con la cual ella se sienta cmoda.

    De todas formas, analicemos otras posibilidades de este casopara reafirmar (o refutar) estas teoras. Es verdad que algn que otrocanalla se mienta a s mismo diciendo que se sacrifica por Juanita aldejarla por causa de su incomodidad, cuando en realidad el fulanotambin se siente incmodo con ella, y utiliza este acto sublime ysacrificado valga la redundancia como un pretexto para fingir unapostura honrosa al dejarla. Eso est ligado a las caractersticaspersonales del fulano, y si es que en verdad puede asumir una actitud

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    tan vil para quedar bien consigo mismo (la forma mas fcil esmentirse a uno mismo, pero definitivamente no es la mejor), lo nicoque puedo hacer por l es recomendarle un par de amigos psiclogosque seguramente podrn ayudarlo. Otra posibilidad, es el egosmo:puedo optar por no dejar a Juanita, porque yo estoy cmodo con larelacin tal y como est, y mi comodidad es prioritaria por sobre laincomodidad de Juanita.

    Vemos entonces que segn sea el caso, uno puede optar tantopor una actitud individualista y/o egosta, pero de todas formas esposible que exista (y en esto pongo nfasis) la posibilidad de efectuarun verdadero sacrificio, aunque genere rditos como puede ser ciertacantidad de placer, si lo sacrificado es mayor (y si el otro aceptanuestro sacrificio) entonces tal acto conserva su solemnidad sin caeren las fauces del egosmo, aunque el motor de tal acto haya sido eldolor propio, nuestra conciencia est vectorizada, dirigida hacia elotro, y no hacia nosotros mismos, cosa que en el egosmo, resultaimposible.

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    INDIVIDUALISMO EGOSMO

    La direccin delvector es

    conscientementela satisfaccin

    propia por encimade la ajena.

    La direccin delvector es

    conscientementela bsqueda del

    mejor yoposible paradevolver el

    producto a lasociedad. El motor que

    impulsa laejecucin del acto

    es el deseo(pulsiones).

    El motor queimpulsa la

    ejecucin delacto es abstracto(ideas), aunque

    los deseostambin puedeninfluir en ello.

    Su ejecucinimplica un dao alentorno, que atentacclicamente contra

    el individuo.

    Su ejecucin favoreceel crecimiento del

    entorno, alimentandoel progreso propio y el

    ajeno.

    FIGURA 2.1

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    27

    III

    El Amor y la Pasin

    eclamo a Ovidio que me entregue el ttulo de su obraEl arte de Amar, ya que la suya y segn la sapiencia ylgica que el estudio de la misma nos brinda, invita a

    llamarla El arte de la seduccin y el cortejo mucho antes que usar elverbo amar para designar con ella a prcticas que realmente nadatienen que ver con el amor.

    En fin, lo que me gusta de conversar con Ivn, es que podemosabarcar temas filosficos y metafsicos, utilizando un amplio lenguaje(aunque l diga que el suyo no es muy amplio) mientras los dems sequedan callados y empiezan a jugar con la textura de las cortinas, casidesconcertados, buscando la mascota que anda por ah para jugueteary olvidarse de esas reflexiones que agotaran a cualquier otro mortal.

    En esta ocasin, el eje de nuestra conversacin metafsica es elamor. Sin perder el tiempo, Ivn afirma que el amor no existe, sloexiste el enamoramiento. Una vez ms, debo discrepar, pues pienso locontrario: creo en la existencia del amor, pero no creo que una personapueda enamorarse solamente. Ambos explicamos nuestras razones,comienzo por las suyas para no perder la cordialidad y la camaradera.

    El amor segn Ivn, es una idiotez, una idea absurda propiadel pensamiento Occidental que nos contamin con tantas escenas almejor estilo Hollywood, tergiversando trminos en pos de una buenaficcin, y para refutar mis pensamientos (aunque sin un slidofundamento), Ivn concluye que el amor como sacrificio resultaimposible, debido a la propia imposibilidad de realizar un actototalmente libre de egosmo. Aade a su desarrollo terico, que elenamoramiento es una tendencia infundada en caracteres externos,

    R

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    entendindose por esto que es totalmente sensible (por lo cual esnecesaria la aplicacin de los cinco sentidos que todos conocemos), endefinitiva, el enamoramiento es una cuestin de los sentidos, paranada Platnica.

    Hay ideas que son tergiversadas por l quizsinconscientemente para apoyar sus propias afirmaciones. Yo busco laverdad (que no es sino los hechos concebidos fuera de cualquierparadigma que los interprete, ya que todo paradigma est sujeto a latediosa falibilidad del hombre y yo no confo en l, por ende, noconfo ni en mi mismo) y no suelo torcer las ideas que intentanescaparse de los paradigmas regentes para afirmar mis creencias ypensamientos: si la verdad debe doler, que duela, o si por el contrariodebe llevar por caminos de superacin y alivio, mejor an.

    Creo que el pensamiento Occidental efectivamente ha hechodel amor una parodia que resulta pasional a ojos de la masa que nolleva su criterio y sus dudas mucho ms all de sus propias narices.Comparto la idea de que los medios han tergiversado al amor, lo hantraducido a una pareja llena de pasin bajo la lluvia. Eso no es amor,pero eso tampoco quiere decir que no exista. Pienso que el amor essacrificio, y nada ms. Qu ms puede ser? acaso la definicin deenamoramiento de Ivn implica amor?; pues no, ya que en verdad, alo que l llama enamorarse en realidad es apasionarse, debido aque tal definicin es bastante clara en lo que respecta a las emocionesproducidas por las sensaciones externas. Eso es pasin, sentir, y unosiente con los sentidos valga la tonta redundancia, vivimos en elmundo de lo tangible, de lo prctico, no creo que el amor y la pasinnos remitan a un mundo de fantasa en donde reinan hadas y magoscon sombreros en forma de puntiagudos conos.

    El amor por otro lado, es una decisin, ya que el sacrificio loes, y si bien en un sacrificio estn implicados los sentidos, lo queimporta de semejante acto es hacia dnde est dirigido, no lo que lopromueva o sus resultados (ya que debido a la teora del caos notenemos dominio sobre ellos, prcticamente sobre nada ms que sobrenuestra propia voluntad, al estar basada en variables abstractas). Si losdems no pueden alcanzar decisiones que impliquen un sacrificio(para amar realmente) me tiene sin cuidado alguno, no puedo hacerme

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    responsable por los dems, slo puedo poner mi granito de arena ycompartir estas palabras con ellos: que las apliquen o no, es sudecisin, no la ma.

    Si es posible efectuar un verdadero sacrificio (no un acto queen apariencia lo es, pero que en realidad satisface a nuestro ego), esposible amar entonces. Aqu el camino se bifurca en variasdirecciones y vale considerar todas las opciones. Podemos decirentonces que existe la pasin a primera vista, ya que la propia fraseindica lo ligada que est la pasin a los sentidos. Sin embargo, decirque hay amor a primera vista resulta ridculo, pues el amor al seruna decisin, puede nacer en todo momento mientras el ser humanotenga vida: puede tomar una decisin tanto en su juventud como en suetapa adulta, en la edad provecta e incluso antes de inhalar la ltimabocanada de aire. La pasin sin embargo, como todas aquellas cosasque satisfacen a los sentidos, genera en el ser humano dependencia enocasiones; recordemos que el ser humano se caracteriza por sucapacidad de adaptacin, por lo que cualquier cosa en exceso, acabapor aburrirnos. As, la fuerza de la pasin disminuye (como se puedecomprobar en casi cualquier pareja hoy en da) y suele extinguirse o esadaptada a nuestra vida cotidiana, pasando desapercibida debido a suconstante presencia.

    Por si no ha quedado en claro: insisto, amor no es pasin.

    Y redoblo la apuesta: es posible amar sin estar enamorado?

    Una antigua fbula relata el engao del marido a su esposa, lacual al enterarse de la situacin, llora tantas lgrimas que desbordan elGanghes. La sudestada moja los pies de un antiguo Efrit que,conmovido por el incesante llanto de la mujer, le ofrece la posibilidadde acabar con la vida de su consorte, pero la mujer, cegada por eldespecho y la humillacin, ruega al coloso que slo maldiga alhombre mediante su divino poder, dndole muerte a toda mujer que del se enamore. El Efrit accede a su pedido, e inmediatamente, la mujerfallece y cae al suelo. La absurda moraleja deja a flor de piel una

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    condicin humana que resulta ineludible en este ensayo: la pasin queen ese caso nubla el entendimiento, no es amor.

    Es por ello que muchos suelen confundirse y pensar queexisten diversos tipos o clases de amor, cuando en realidad lo quediversa es la pasin. Reflexionemos, no sentimos la misma pasin connuestro consorte que con nuestro padres, hermanos o amistades. Peroun acto de amor, un sacrificio, es igual para todos ellos, no haymedida para el amor, simplemente es posible amar y nada ms. Elpadre que salta al arroyo para salvar a su hijo que se ahoga, an sinsaber nadar lo hace, salta y lo intenta, sacrifica su propia vida por suhijo. No discuto sobre los resultados que sin duda estn sometidos alas leyes del caos, a las leyes que rigen los elementos, el universo endefinitiva. Solamente puedo versar sobre el acto, el momento y ladecisin del hombre. Dejar voluntariamente la sala principal denuestras casas porque a nuestra pareja se le ocurre traer a todas susamigas y reunirse en singular (y tortuosa) tertulia an cuando nosmolesta mucho, es un acto de amor que no difiere del anterior salvopor el precio de la dote ofrecida: en la primera, es la vida, en la otra, ladote, lo sacrificado, es la comodidad propia, quizs por andar encalzoncillos rascndose libremente cualquier zona de nuestros cuerpossin que nadie moleste ya que con su mera presencia, uno tiene quehacer uso de la cortesa y la camaradera.

    En ambos casos, existe un sacrificio, y aunque a primera vistaparezca que uno es un acto de amor puro y el otro una meraformalidad, en realidad los dos representan un acto de sacrificio,insisto, cuya dote puede diferir en su valor, y justamente el valorqueda a criterio de su dueo: quizs algunos canallas prefieran dar lavida antes que dejar a su novia traer a sus amigas a su casa con laexcusa de querer ver el ftbol cmodamente sentado en el silln de lasala, no lo s, no puedo abarcar todas las posibilidades porque soy unsimple ser humano, algo se me escapa y no me creo culpable por ello,pero me acerco mucho a la verdad con estas teoras que conforman unnuevo paradigma, bh, en realidad el paradigma ni es mo ni es nuevo,slo ha estado oculto bajo la pasin durante siglos.

    Muchos dicen que el amor es una plantita que hay que regarlatodos los das, pues bien, yo digo que la pasin es la plantita a regar,

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    sino se marchita, es cierto. Pero uno puede amar incluso cuando nohay pasin entre el sacrificado y el que recibe los beneficios delsacrificio. La pasin es dbil, porque puede perecer, pero el amor nacemil y una veces, tantas como pueda dar vida el individuo en eltranscurso de sus das. La pasin est sujeta a la carne, las decisionescorren el riesgo de perecer ante la pasin: somos mortales porque lacarne puede matar al discernimiento; anhelo pues, el da en el que seperfeccione la toma de decisiones de modo que al decidir no morir,la carne obedezca y as sea

    He aqu el por qu del fracaso de tantas parejas: basan surelacin en la pasin, en el enamoramiento que no es sinoapasionamiento, y sta, por ms que se cuide, es tan frgil y dbilque resulta tortuoso mantenerla con vida. No recuerdo en qu aosucedi con exactitud, pero en los comienzos de este milenio (sigloXXI, por las dudas de que alguien se haya dormido) una estadsticademostr que aqu en Uruguay hubo ms divorcios que casamientos.Triste, pero real y verdadero, la teora se materializa en la prctica, ylo que es peor an, las tasas de divorcio siguen en aumento. Es muydifcil amar verdaderamente en esta era hipermoderna ya que lamisma se caracteriza por el gran dominio del hedonismo y de otrastendencias placenteras, que sin duda dependen de la pasin y de lossentidos. Es posible apreciarlo en la vestimenta de las personas, cadavez ms sugestiva y provocadora, eso sin mencionar las prcticas, lasrelaciones ocasionales, la desvalorizacin del compromiso y por endela inseguridad que genera una persona en otra, todo eso lleva asatisfacer el ego, todo eso lleva al egosmo.

    Y el egosmo es la contraposicin al sacrificio, que es endefinitiva el amor. Por lo tanto, no me asusta admitir que vivimos enla era del no al amor, y si bien no se ha extinguido, sin dudas corre elriesgo de perecer hasta no ser recordado jams. ste es mi granito dearena contra el egosmo y en pos del verdadero sentido de la vida, elindividualismo, fomentado por la prctica del amor razonable y puro,para que de una vez por todas, saltemos de esta hipermodernidad haciauna era en la que se retomen esos valores que no responden a lossentidos, sino al criterio propio, a la voluntad y al discernimientonico en los hombres, jams visto en otro ser vivo.

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    Soy realista, no estigmatizo a los placeres, de hecho, admitoque yo no podra vivir sin ellos. El problema reside en que el placer esun fuego, y jugar con fuego quema. La solucin est en buscar unequilibrio, que nos permita disfrutar libremente (con libertad y no conlibertinaje, prestad especial atencin a ello) de los placeres mundanossin que ellos se adueen de nuestra capacidad para tomar decisiones,he aqu el verdadero peligro del hedonismo, ya que la extincin delamor es causada en un principio, por la fatiga que conlleva a tomardecisiones desapegadas de lo mundano. Por qu no hacerlo? qutiene de malo tomar decisiones basndonos en lo mundano?; simple:por el anhelo de libertad, el no estar atado a la fuerza de los placeres,teniendo la posibilidad de decidir sin estar encadenado a un vicio ouna tendencia, elegir utilizando pautas abstractas y no bajo el yugo delos sentidos e incluso la dependencia que ellos generan a causa de laausencia de los placeres (segn sea el caso), resultando imperanteutilizar el criterio porque de no hacerlo, lo perdemos, pues a loshechos me remito, el criterio que no se estimula y no crece terminapor deteriorarse como el msculo que no es trabajado.

    S, es posible amar sin estar enamorado, e incluso es posibleodiar cuando uno est enamorado: en definitiva, el amor nada tieneque ver con el enamoramiento, que en realidad no es sinoapasionamiento bajo un nombre que hace referencia al amor paraencontrar un absurdo justificativo, quizs, porque la palabraapasionamiento suena ruda y descorts, por lo menos frente a lapalabra enamoramiento, pero en realidad y a criterio de cualquieraque quiera ver la realidad desde un punto de vista objetivo, insisto,nada tiene que ver el amor con el enamoramiento, nada. La absurdanecesidad del hombre de justificar el apasionamiento (ya que enmuchas ocasiones, culturas y tiempos, incluso en nuestra erahipermoderna, la pasin es mal vista a causa de su reminiscencia allibertinaje) lleva a utilizar el nombre del amor para encubrirlo con laverdadera virtud honorable de ste. Cabe destacar que muchas vecesse utiliza el trmino qumica (muy frecuente en el sur de AmricaLatina) para designar al lazo que une a dos personas y que tiene comobase la pasin: es muy comn escuchar que tal y tal pareja tienequmica o rompieron la relacin porque no haba qumica entre

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    ellos, haciendo referencia insisto (y aunque muchas veces quien usaese trmino no lo sepa) a la ligadura de la pasin.

    Tanto se ha hablado sobre la pasin (y se continuar versandosobre ello) y ni siquiera he dado una definicin concisa de ella: direntonces, que a pesar de las diferentes acepciones que pude encontraren el diccionario, no encontr por el contrario una definicinrazonablemente satisfactoria, debiendo emprender la tarea de crearuna definicin propia y exponerla ante el lector para que pueda sersometida a su sentido crtico: la pasin segn mi opinin, no es sinoun arraigo a lo sensorial, nada ms sencillo que eso. El amor... bueno,ya he dicho que es sinnimo de sacrificio, no creo tener queexplayarme mucho en ello, simplemente decir al respecto que creofervientemente en que a eso he venido al mundo, es decir, a amar,pues el ejercicio de esa virtud me permite utilizar los das que me hansido otorgados para que progreso mediante, pueda ver ms all de minariz, para luego volver y compartirlo con los dems e inclusivellevarlos hasta all, o dejarme ser llevado por alguien ms. Por esoquiero amar, por individualismo, no por egosmo: quien est libre depecados que arroje la primera piedra.

    Analicemos ahora las aberraciones en el comportamientosexual de las personas: stas no pueden sostenerse con un fundamentotan dbil como por ejemplo lo es me siento un/una hombre/mujeraunque mi cuerpo diga lo contrario, ya que segn lo que se haexplicado anteriormente en comunin con la palabra sentir implcitaen el mencionado fundamento (tpico de cualquier persona que sedeclare como hombre o mujer cuando sus caracteres biolgicosdemuestran lo contrario) desembocan en una fisura que acaba porderrumbar semejante justificativo.

    Ha quedado en claro, que sentir implica una enormeposibilidad de falibilidad, es decir que en definitiva, confiar en lo quesentimos resulta irrisorio. Siempre existe la posibilidad de estarequivocados, incluso yo mismo lo puedo estar ahora al escribir estaspalabras; sin embargo, no me baso en las pasiones para sostener estasconclusiones sino en la razn, en la lgica. En realidad, la confianzadebera estar reservada para lo divino, ya que en ninguna cosa o serviviente podramos poner nuestra confianza, dada la falibilidad del

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    mundo que nos rodea. Los sentidos slo interpretan la realidad en laque se encuentran: la interpretacin siempre est sujeta a la falibilidad.

    Pensar o creer que el gnero de una persona difiere del que sucuerpo manifiesta es un asunto serio: asumir un comportamiento deestas caractersticas se debe por lo general a variables culturales, locual limita a quien asume ese comportamiento a la sociedad quecomparte esos mismos caracteres culturales. La idiosincrasia puededarnos un modelo abstracto de lo que es un hombre y una mujer, y sinembargo, otra idiosincrasia puede diferir en tales definiciones. Saberqu es uno mismo basndose en los caracteres biolgicos quedeterminan a un hombre y una mujer resulta entonces lo ms acertadopues, ya que la interpretacin segn variables culturales y/otradicionales puede estar sujeta al error.

    Es cierto que existen factores a nivel psicolgico que ejercenuna fuerza de coercin en el individuo produciendo estos efectos(quizs la palabra trastornos no sea indicada), pero insisto, en todocaso, el individuo est bajo una fuerza de coercin pero nunca bajouna fuerza coactiva. Siempre est la posibilidad de elegir, aunque seadifcil bajo el influjo de la coercin de agentes externos, es muy difcilobservar un efecto coactivo de un factor sobre un individuo. El SuperYo al cual Freud hace referencia no es una mera utopa, en todo caso,es un horizonte difcil de alcanzar, aunque no imposible.

    Por otro lado y para ser ms puntuales, hacer lo que uno sienteno parece ser lo ms acertado. Como se ha dicho, confiar en lossentimientos resulta absurdo (ya que stos en ocasiones puedenbrindar informacin falsa, errnea), no es necesario que me explayems de la cuenta en el asunto, ya que resultara tedioso despus detodo lo que se ha teorizado.

    Existen sin embargo, otras aberraciones como lo es porejemplo la antropofagia, y digo aberracin segn sea el caso, ya que esel asesinato lo que es considerado como una anomala y no el hechode consumir la carne humana. Por ejemplo, los rugbiers uruguayosque en los aos setenta se estrellaron en la cumbre de los Andessobrevivieron gracias a la ingestin de carne humana. Moralmente, eldilema no pasa a ser ms que la impresin (que de por s debe serhorrible) de consumir justamente la carne, ya que solemos confundir

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    costumbre con discernimiento moral; hubiera resultado incorrecto elsuicidio como causa de la inanicin, sujetos a la idea de no consumirla carne que yaca bajo la nieve. La aberracin estara en todo caso, enmatar para consumir luego la carne. Este tema debo aclarar, esabarcado aqu debido a la importancia que tiene para definirclaramente el discernimiento basado en la moral y su actuacin, no sehabla aqu del tema solamente como un capricho personal: esimperante observar las distintas situaciones en las cuales se pone aprueba la moral de un individuo para determinar de esa manera qudecisiones corresponden a ese discernimiento y cules respondensimplemente a los sentidos y la costumbre.

    Podramos preguntarnos entonces, por qu es moralmenteincorrecto el asesinato? Aqu y all, tanto en nuestra idiosincrasiacomo en la ms remota cultura indgena, por qu es universal ymoralmente incorrecto el asesinato?; pues bien, esa prctica atentadirectamente contra el sistema en el cual nos encontramos parafomentar el crecimiento de las virtudes de las cuales se ha hablado, sinmencionar el hecho de privar a otro ser de ese derecho. La leygarantiza la estabilidad del sistema mediante la coercin: de atentarcontra ella, slo estaramos atacndonos a nosotros mismos, aunqueno lo percibamos a priori. El asesinato atenta contra la sociedad, y sinsociedad no hay posibilidad de individualismo, no hay posibilidad deprogreso: sin sociedad, no hay vida, sino supervivencia.

    Quizs y despus de estas definiciones, el dilema moral secentre en aquellas cuestiones que no son tan lineales como la anterior,cito un ejemplo: los mtodos empleados durante la guerra para obtenerinformacin de prisioneros que en su derecho se niegan a hablar,implican la tortura hasta rozar el lmite del asesinato. La justificacin,la excusa, es que con tal informacin pueden salvarse centenares devidas que comparadas cualitativamente con la vida del prisionero,significan una justificacin aparentemente valedera. As inclusive,muchos hablaran del sacrificio de un slo hombre (el prisionero) enpos de la salvacin de muchos otros. Las naciones, es sus secretascombinaciones, creen as justificar el asesinato y la tortura.

    Veamos.

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    Segn la anterior definicin de moral que os he dado, elrazonamiento de quien practica esas torturas y asesinatos sera vlidode no ser por una pequea variable que no debe ser pasada por alto:aunque el asesinato de un solo hombre signifique la salvacin demuchos otros (lo que a priori significa la preservacin del espaciovital en el cual se desarrolla la moral, el mundo integrado por loshombres-, y segn la definicin citada de moral, esto sera bueno, puesno atenta contra ella sino que la promueve) el crimen debe aseguraresa consecuencia como primera ramificacin catica de tal acto, deotra manera, la idea de matar a un hombre para salvar a otros no essino una mera especulacin, sin mencionar que ya de por s elasesinato sera totalmente ilcito al no poder contar con la seguridadde que tal sacrificio d como seguro resultado la salvacin decentenares de vidas.

    En definitiva, si aquel que comete el asesinato no puedeasegurar cien por ciento que con tal acto se salvarn otras miles, elasesinato se convierte pues en un acto moralmente incorrecto, ya queatentara contra la vida de uno que es parte de ese ecosistema vital enel cual se desarrolla propiamente la moral.

    La historia nos ha dejado ejemplos de las dos caras de lamoneda: bblicamente, podramos enumerar las narraciones deaquellos hroes que apelan al asesinato como una forma de conservarla vida de muchos otros, generalmente matando a tiranos (Goliat esuno de los casos): el crimen reclamara el precio de su ejecucin, porlo que un Dios recto e inquebrantable no podra negar condena a quienlo haya protagonizado (David, citando el ejemplo anterior); sinembargo, el acto es moralmente bueno si consideramos la definicinanterior y adems, el hecho de que David ejerci en ese caso elsacrificio de su propia vida (no la terrenal, sino la venidera, ya que unpecado de semejante magnitud quitarle la vida a otro ser humano- escasi imperdonable) en pos de la estabilidad de la sociedad que se veaamenazada por la guerra con los Filisteos.

    As comprobamos que en ese caso el acto es correcto y almismo tiempo, la justicia Divina puede reclamar lo suyo: de nohacerlo, si Dios fuese blando con su sentencia, el sacrificio de Davidno tendra validez, ya que el discernimiento moral de ste tambin fue

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    beneficiado con la ejecucin del sacrificio, y la no existencia de unapenitencia hara del suyo un sacrificio invlido.

    Si aquello es la cruz de la moneda, la ceca seguramente estararepresentada con los crmenes sucedidos durante el perodo de laInquisicin y las Cruzadas, durante las cuales este razonamiento moralse dej de lado para que se cometiera el delito (dejndose llevar porpasiones propias, monstruosas, inhumanas) en nombre de unaSantidad, entregndose a las caticas posibilidades que representaarrojar una moneda hacia el cielo, dejndola caer en nuestra diestra: sias planeamos nuestros das, nuestra rutina, si basamos nuestra vida enel azar (que nada ms alejado est de la superchera y lo fantasioso),slo puedo adjudicar un adjetivo muy preciso a quien piensa de esemodo: tonto.

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    AMOR=

    SACRIFICIO

    CAPITALISMO=

    INVERSIN

    EL SACRIFICIOREQUIERE UNA

    PRDIDA PROPIA,DE OTRO MODO

    SERA UNAINVERSIN. BSQUEDA DE

    LA FELICIDADPROPIA

    (RDITOSPARA UNO

    MISMO).

    BSQUEDA DELPROGRESO Y

    FELICIDAD AJENASIN ANHELAR

    RDITOS PROPIOS.

    LA FELICIDADDEPENDE DE LOS

    PLACERES:STOS GENERANDEPENDENCIA YSUBYUGAN LA

    VOLUNTAD.

    REQUIERE UNPLENO USO DE LA

    VOLUNTAD,AN SI STA SE

    ENCUENTRA BAJOLA COERCIN DELOS PLACERES.

    FIGURA 3.1

    ENAMORAMIENTO=

    APASIONAMIENTO

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    IV

    La Felicidad, el Deber y el Destino

    uede el dinero comprar la felicidad? Esta preguntapuede refinarse un poco ms an, dando lugar a otramucho ms interesante: existe una verdadera

    felicidad, es decir algn tipo de sentimiento que no sea consecuenciade gozar los bienes materiales que s pueden ser adquiridos con eldinero?; pues bien, as como anteriormente se habl acerca de laconfusin que existe en las culturas con respecto al amor y elenamoramiento (cuya similitud es meramente semntica, pues enrealidad, una cosa es muy distinta de la otra), la felicidad suele serconfundida con las abstracciones que significan ciertos logros ohechos, por ejemplo, la paz.

    Efectivamente, la paz y la amargura pueden coexistir, sin irms lejos, cuando un individuo realiza un verdadero sacrificio. Comose ha especificado anteriormente, el sacrificio requiere una dote queno puede ser capitalizada en beneficio propio, porque de lo contrario yvalga la redundancia, eso sera capitalismo (invertir para obtener unaganancia mayor a lo invertido). Esa dote sacrificada, en menor omayor medida provoca un sentimiento desagradable en el individuoque efecta tal acto (an cuando puedan sobrevenir a ste sentimientoshermosos a causa de ese sacrificio sin que hayan sido procurados conanterioridad), pues ah es donde radica la belleza de sacrificio:soportar la amargura en pos de un fin mucho ms sublime (y ajeno)que el placer propio.

    As pues, el individuo podra efectuar un sacrificio obteniendoa cambio estos desagradables sentimientos provenientes de la prdida;sin embargo, la paz, aunque est ligada a los sentidos en cierta

    P

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    manera, puede establecer armona en los aspectos morales que elindividuo est enfrentando, que no son sensibles sino abstractos: noprovocan dolor o angustia directamente al organismo, pero analizadosdesde la definicin de moral dada anteriormente, es posible queatribulen las ideas (lo contrario a la paz, de ms est decirlo)otorgando algo ms que dolor: confusin.

    El hecho es que no existe felicidad alguna que no est basadaen la estimulacin del organismo. De este modo vemos que toda lateora psicolgica sobre las pulsiones, el Ello, el Yo, y el Superyoconcuerdan con esta versin, concluyendo en cierta manera que elorganismo procura a lo largo de su vida la obtencin de felicidad.

    Sin embargo, el hombre tambin posee la posibilidad denegarse a esa felicidad, lo cual lo orienta hacia fines ms nobles ysublimes. Pero el hecho de que ciertas abstracciones conlleven asituaciones placenteras no implica que esas mismas abstracciones oideas sean la felicidad en s, porque en esas instancias y como se hadicho, la felicidad sera lo que provocan esas ideas, no ellaspropiamente.

    En definitiva, si todas las cosas que pueden brindar placerpudieran ser compradas, entonces la felicidad puede ser compradatambin. Pongamos un ejemplo que aclare estas ideas: un individuo Xhurta una cifra millonaria de dinero y huye con xito. El resto de suvida disfruta de esas ganancias (sin reparar en el dao moral queimplica) y al final, muere, habiendo disfrutado ese botn. El individuoen cuestin ha sido feliz durante su vida (sobreentendiendo que eldinero le brind placer) y as ha muerto. Podran existir otrassituaciones y hechos que no pudiesen ser adquiridos con dinero (segnlas circunstancias), por ejemplo, la compaa de los seres queridos.Sin embargo ambas situaciones (disfrutar de un botn robado o lacompaa de los seres queridos) desembocan en una misma vertiente:el placer, que puede ser explicado perfectamente en trminosbiolgicos.

    Debido a la inexistencia de un ejemplo fehaciente sobre un tipode felicidad que no est vinculado al placer (sin ser confundido conideas como la paz, etc), debemos admitir que la felicidad es sinnimode placer. A pesar de esta definicin, debo confesar que hay buenas

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    noticias al respecto: si bien un individuo cualquiera puede optar tantopor la felicidad como meta primaria en su vida as como tambinpodra elegir el deber, tanto una opcin como otra no son excluyentesentre s.

    Con esto me refiero a que es posible disfrutar una vida llena deplaceres y felicidad an cuando la finalidad de nuestras vidas escumplir con el deber inherente a nuestro papel como seres humanosque somos. No es necesario renunciar completamente a la felicidadpara cumplir con los designios moralistas, y tampoco es necesarioabandonar este mismo criterio para entregarse a una vida hedonistapor completo.

    Solamente existe una condicin para que esto pueda llevarse acabo: el individuo en cuestin debe poseer un firme sistema deprioridades, que ubiquen al deber por encima del placer, pues de hacerlo contrario (colocar la felicidad por encima del deber, incluso sihablamos de felicidad ajena), las tendencias hedonistas pueden acabarcon los criterios que determinan las decisiones como se ha explayadoen el primer captulo de este ensayo.

    Quizs el argumento ms irracional que existe para evadir estaresponsabilidad sea la existencia de un destino predeterminado.Debemos aclarar sin demora alguna las vicisitudes que rigen estasideas para comprenderlas mejor, incluso para comprendernos mejor anosotros mismos. Por un lado, no es posible decir que no existe undestino: todo acto tiene un comienzo, y por ende tiene un final, sinimportar si el objeto buscado mediante la ejecucin de ese acto fueseobtenido con xito, el final o destino es inminente.

    Sin embargo, el destino no es absoluto: con esto nos referimosa que durante el transcurso de nuestras vidas podemos modificarlosegn nuestros designios, incluso el destino propio es alterado porvariables ajenas a nosotros. sta es la base del problema, y la solucinal mismo tiempo: el destino no est escrito en ninguna parte, y siacaso el lector piensa que segn los designios divinos el destino s estplasmado en anales absolutos, debe saber tambin que ya ha apelado ala subjetividad, o sea que el carcter objetivo del anlisis se ha perdidoal mencionar a una Divinidad y sus correspondientes profecas comoobjeto de estudio.

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    El nihilismo por ejemplo, si bien argumenta que el ser humanono tienen finalidad alguna en esta vida, encerrara paradjicamenteuna finalidad abstracta para la humanidad: la nada. As pues, elhombre vivira su vida valga la redundancia, para morir en laintrascendencia: se sera su destino, y aparentemente sera absoluto.Sin embargo, esta corriente del pensamiento no puede basarse enteoras tan arrogantes debido a que los propios seres humanos que lapromulgan no se han sometido al progreso inherente que implica lavida, que no termina con la muerte, de hecho, no termina.

    As pues, la filosofa ms adecuada a seguir sera la del CarpeDiem (vivir el presente, vivir el momento), aunque esto no sea unainvitacin directa al libertinaje, por el contrario, vivir el momento noimplica vivir como si no hubiera maana: vivir el presente significa noespecular sobre absurdos destinos absolutos, sino permanecer en esesagrado estado vital (tomar decisiones en todo momento) centrando suactividad en el progreso como meta primaria de la existencia, seguidainmediatamente por la segunda meta de todo ser humano, inherente astos: la felicidad.

    El futuro as como el destino, son meras abstracciones quecarecen de irrefutabilidad y absolutismo, pues stas existen slo en lamente del hombre, y es consabido que ste es falible. Incluso sidurante el transcurso de nuestras vidas hemos luchado y trabajadohasta alcanzar ciertos objetivos anhelados, no podemos considerar enesas instancias que hemos alcanzado tambin un destino, sino que,como en todas las etapas de la vida, slo hemos transformado elpresente hasta adecuarlo a nuestras circunstancias preferidas, y ascontinuar cclicamente hasta que sobrevenga la muerte: cada destino,cada final, el futuro en definitiva, es un nuevo comienzo para elhombre.

    Tal vez la muerte cese cuando hayamos desarrollado yevolucionado la capacidad para decidir, de modo que la mentecontrole al cuerpo eternamente; pues al fin y al cabo, si existe unvnculo entre los sentidos (la pasin que hostiga al razonamiento),por qu no pensar que transcurrido el tiempo, el hombre evolucionehasta lograr someter la carne con el pensamiento?

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    FIGURA 4.1

    DEBER (CIMIENTOS)

    Felicidad

    Cimientos:impiden que las

    demsprioridadescolapsen.

    Bloque de Felicidad: si nohay control sobre ellos, el

    individuo puede tenderhacia el hedonismo y el

    egosmo, atentandoparadjicamente contra su

    propia felicidad.1 2

    ORDEN DE PRIORIDADES(sin l, el sistema se derrumbara)

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    V

    La Infidelidad

    olvamos a aquello de que para amar es necesaria unavoluntad que escoja entre efectuar o no la expiacin.Para efectuar cualquier decisin, es necesario un

    criterio para discernir entre las opciones que hayan, y tal criterio nopuede ser constituido sin la existencia de leyes que rijan lascircunstancias.

    La infidelidad es una de las peores incapacidades del serhumano, que refleja cun falible puede ser si se deja seducir poraquello que no quiere controlar (el deseo). Es comparable a la primerapitada, seguida de la muy comn sentencia yo puedo dejarlo cuandoquiera, cuando en realidad, es en ese preciso instante en el cual unose vuelve un adicto. En este caso, uno se deleita en la seduccin ajena,y es justamente en ese preciso instante cuando se produce lainfidelidad, cuando uno en lugar de detener la situacin haciendopatente el compromiso que se tiene con otra persona (y en primerainstancia, el compromiso que se ha forjado con uno mismo) se dejaseducir pensando en que eso no agravia ninguna situacin ya quepuede controlarlo, cuando en realidad ultraja en gran medida el pactoo contrato de la pareja al no poder hacer patente justamente lacondicin propia, debido a la decisin voluntaria de dejarse seducir.

    Muchos piensan que el beso, la caricia o incluso el coito sonquienes determinan la infidelidad, pero pocos comprenden sta segenera en ese instante nico en el cual la persona seducida debedetener todo ese artificio seductor para poder amar realmente (a supareja, no a la persona con la que puede consumar la infidelidad),

    V

  • Crtica del Amor Impuro

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    sacrificando el placer propio de un halago a cambio de mantener unapaz interior que garantice la estabilidad y control de los sentimientos.

    Tambin existe el falso pensamiento de que el estar enamoradofacilita la fidelidad: esto no es cierto debido a que la fidelidad requierede voluntad, y sta no debe apegarse a lo sensible para cumplir consus funciones, ya que como se ha explicado anteriormente, laexistencia de placer y/o sensibilidad en el criterio de decisinpromueven la inhabilitacin del criterio abstracto (la moral); de estemodo, cuando estamos enamorados y somos fieles, no es nuestravoluntad quien se encarga de cumplir con la fidelidad, sino que enrealidad estamos siguiendo los designios del placer causado por elenamoramiento, procurando (mediante las pulsiones de vida)mantener esa felicidad.

    Qu tiene esto de malo si a fin de cuentas, la fidelidad est allpresente? Bien, lo malo reside en una eventual posibilidad de que untercero (indispensable en estos temas de la infidelidad) quiebre launin sensible y/o placentera que garantiza esa fidelidad y felicidadpropiamente dicho. Para decirlo de una manera ms sencilla, lafidelidad en este caso estara basada en cimientos sensibles, por lotanto, si apareciera un tercero que nos agradara ms (sensiblemente),esa fidelidad correra el riesgo de quebrarse.

    Es por ello que resulta indispensable basar la fidelidad encriterios de decisin abstractos, pues stos si bien se encuentraninfluenciados por lo sensible, no estn por otra parte coartados aseguir los dictmenes de los sentidos, as como los animales siguen asu instinto.

    Cuando decimos que la fidelidad es ms fcil al estarenamorado, en realidad aquella fidelidad no es tal, sino que es unapego a lo sensible, no es verdadera fidelidad en realidad, pues stadebe prevalecer por encima de esas pruebas sensibles quecotidianamente enfrentamos.

    Por ejemplo, si yo mantengo una relacin de fidelidad con miesposa, eso no significa que otras mujeres puedan llegar a agradarme,pues el mero hecho de verlas, sentir un perfume, or una voz, endefinitiva, lo sensible continuar agradndome aunque haya pactadoun compromiso de fidelidad con mi esposa. Y lo mismo es aplicable

  • Ruben V. Pranevicius

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    para ella: el que ella y yo tengamos un compromiso no significa que aella le dejarn de gustar o agradar los dems hombres. Resulta tonto eirracional pretender que nuestra pareja modifique sus gustos de modoque slo nosotros podamos complacer esas demandas.

    Sin embargo, la fidelidad verdadera debe prevalecer en esoscasos en los cuales ella o yo podamos sentirnos tentados por el placerque nos causan otras personas, ya que al estar basada en criteriosabstractos, lo sensible no tiene fuerza coactiva sobre ella, aunque sposee una fuerza coercitiva. Esto significa que si bien la fidelidadtendr ms probabilidades de tener xito (o sea, tendr msposibilidades de que no se rompa ese compromiso) no significa quesea totalmente invulnerable.

    La infidelidad por otro lado, no hace infeliz al damnificado siste nunca se entera de lo sucedido. Es crudo, pero es la verdad,mientras no se entere, seguir siendo feliz. Muchos piensan que si nose entera, no le estoy siendo infiel, pero la verdad es que aunque lainfidelidad brinda placer, tambin carga consigo la tristeza de sabersobre la impotencia propia ante la presencia del placer, esto es, elremordimiento de quien comete la infidelidad a causa delentendimiento de la situacin, observando su propia rendicin ante elplacer como un animal en lugar de poner lmites como lo hara un serhumano, pues eso es justamente lo que nos distingue de los animales,el discernimiento moral, y sin aplicarlo no somos sino animales quesiguen sus instintos primitivos, y de vivir conforme a esos dictmenes,moriramos tal y como nacimos, y nuestro paso por la vida habra sidoen vano.

    En definitiva, uno no es solamente infiel a la pareja,sino que en primera instancia y mucho antes

    de que se entere nuestro consorte, uno es infiel a s mismo.

    Dejar la pareja para despus empezar a dejarse ser seducidopor otra persona tambin representa un acto de infidelidad, pues lacausa del rompimiento no es sino esa otra persona que cautiv alinfiel, y aunque no hayan habido contactos impdicos entre losamantes, el propio rompimiento ya es en s un acto de infidelidad.

  • Crtica del Amor Impuro

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    Qu provecho obtenemos pues, al ser fieles? Bien, este rditono es sino el progreso personal, que obtenemos indirectamente al tenerun compromiso con nosotros mismos cuando estamos en pareja. Lassituaciones en las cuales se pone a prueba la fidelidad del/la esposo/a(utilizo estos vocablos esposo, esposa- para referirme a las partesintegrantes de la pareja, que bien pueden ser suplantados pornovio/novia, pareja, consorte, etc) son obstculos cuya ganancia porsuperarlos reside en el crecimiento de los valores propios, al rechazarlo proveniente de lo sensible (aquello que nos causa placer comoconsecuencia de la infidelidad) para garantizar as la supremaca de loabstracto sobre lo mundano; incluso puede que estas situaciones jamslleguen a ser conocidas por la pareja de quien debe enfrentar estosobstculos, por ende sta no obtendra rdito alguno de aquellosmomentos.

    Aqu podemos establecer claramente una premisa muyimportante: si basamos una relacin de pareja en los sentimientos (esdecir, si estoy con l/ella porque me gusta, porque me hace sentirbien, en definitiva, si estoy enamorado/a de l/ella) entonces quedaabierta la puerta para una eventual posibilidad: el da que mi pareja yano me haga sentir bien, buscar esos sentimientos y placeres en otra,pues la relacin tiene como cimientos lo sensible, y aunque puedetambin basarse en otras circunstancias, si la base principal que lafundamenta es un sentimiento la infidelidad tendr mayoresoportunidades de vencer.

    Recordemos que el hombre se adapta fcilmente a cualquiersituacin y ambiente, ya sea hostil como placentero: puede instalarseen el medio del Sahara as como puede aburrirse de tener los mismosplaceres a diario, convirtindose en un ocioso. As pues, las relacionesbasadas en lo sensible tienden a este estado hedonista que conlleva auna profunda debilidad en aquellos momentos cuando se debe poner aprueba la fidelidad, lo cual promueve considerablemente la infidelidady la satisfaccin del ego.

    Por ende resolvemos que la fidelidad es una idea abstracta quesirve para imponerse sobre lo sensible, segn la voluntad de quien laponga en prctica. La pareja entonces sirve como complemento, noslo mediante el intercambio de opiniones y experiencias de vida

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    (motivadas por la convivencia) sino tambin con el meroconocimiento de su existencia, sobre todo en esos momentos ysituaciones donde el/la esposo/a debe enfrentar estas difciles pruebascuando el otro miembro de la pareja no est presente.

    Se refuerza as la idea de que al estar enamorados resultamucho ms difcil ser fieles, pues basar las acciones y decisiones en losensible carga consigo la falibilidad que ste posee. Quienes afirmanque resulta mucho ms fcil ser fiel cuando uno est enamoradoolvidan que en realidad eso a lo que llaman fidelidad no es sino elarraigo a lo placentero, el arraigo a ese enamoramiento, que si bien escierto promueve la estabilidad en las decisiones (pues uno va aprocurarse felicidad, a nivel subconsciente, y por lo tanto noabandonar o tratar de no abandonar ese arraigo del que se hahablado) resulta totalmente inestable a causa de la propia falibilidadde los sentidos, amenazando con convertirnos en seres hedonistas,egostas y/u ociosos: en definitiva, cuando creemos ser fieles a causade nuestro enamoramiento, no estamos sino siendo esclavos de esossentimientos, que tarde o temprano mutarn en otros, pues nada espara siempre, por el contrario, todo se encuentra en constantetransicin y cambio.

    Digmoslo sin prembulo alguno: el amor trae consigosentimientos desagradables, ya que ste no es sino sacrificio, y elsacrificio por ende requiere una prdida que no puede ser capitalizada(capitalizacin es invertir la prdida en pos de una ganancia mayor) enbeneficio propio: la propia definicin de sacrificio hace nfasis en lanobleza de su naturaleza, jams intenta ganar algo para s mismo acambio de la prdida que supone su ejecucin.

    Sin embargo, el amor no sera tal sin autonoma, una voluntadque tomara la decisin de sacrificar pasin y/o bienestar a cambio deun bien ajeno a nuestra propia existencia, para que de ese modosemejante sacrificio tenga efecto. Tenemos tambin una sonoracontradiccin, ya que si el fin inherente a todo ser humano es lafelicidad, y el amor que es sacrificio pretende quitrnoslo (ya quedeberamos renunciar a lo placentero) podramos suponer que el amorva en contra de la propia naturaleza humana. Pues en este caso, elamor posee un valor ambivalente: el sacrificio casi siempre garantiza

  • Crtica del Amor Impuro

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    placentera felicidad a quien recibe los frutos de quien se sacrifica,pero por otro lado, efectivamente el amor va en contra de la naturalezahumana. Y es que nadie nace para morir as como ha nacido, la vida esun camino de transicin y cambio, y la manera de elevar al mximolas virtudes nicas en nuestra especie (ajenas a cualquier otro ser vivoantes conocido) es ejercitarlas, imponindonos ante nuestros instintosy pulsiones.

    Ivn me dice al or estas palabras, que de un modo u otro nadiemuere como ha nacido, pues nada es para siempre, todo se encuentraen constante transformacin: sea cual sea el camino que tome un serhumano, cambiar, nunca ser el mismo de antes.

    Sin embargo, lo que Ivn ignora es que existen virtudes que sino las potenciamos las perdemos, como lo son por ejemplo el criterioy el discernimiento moral. Obviamente todo permanece en constantemutacin, pero hacia dnde est dirigido ese cambio?, nadie dice queun hombre no pueda nacer y ser peor de lo que era, pues esorepresenta un cambio s, y efectivamente no morira como ha nacido.Sin embargo, vemos que ser peor hace referencia a perder atributosque logramos obtener tarde o temprano.

    Cualquiera sea el resultado de poner en prctica el progreso delas virtudes nicas con las que hemos nacido (la autonoma, lavoluntad, el albedro, el discernimiento, la conciencia) vale la pena, yaque de conservar una posicin esttica e indiferente ante estaposibilidad caminando por los senderos del hedonismo, moriramos taly como nacimos.

    Renace el dilema de Pascal: si llegada la muerte todo esfuerzode progreso ha sido en vano, jams lo sabremos, y en esa instancia noseremos sino carne para gusanos. Apostar al progreso no slo vale lapena, tambin es otro de los fines inherentes al ser humano. La buenanoticia, es que no tenemos que renunciar para siempre al placer paraque el amor garantice nuestro progreso, pues una cosa no excluye a laotra, de lo que se trata aqu es de establecer un criterio de prioridades.

    En esa palabra radica la belleza del verdadero amor: prioridad,el criterio que permite al sacrificado efectuar su expiacin a travs dela decisin que conlleva ejecutarla o no. Durante el transcurso de lavida, uno puede amar y entregarse voluntari