centro superior de estudios de la defensa nacional 50 · 2015. 7. 29. · ficha catalogrÁfica del...

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CENTRO SUPERIOR DEESTUDIOS DELA DEFENSA NACIONAL MONOGRAFÍAS deI CESEDEN 50 CONCLUSIONES DEL XXXIX CURSO MONOGRÁFICO UNNUEVO CONCEPTO DE LA DEFENSA PARA EL SIGLO XXI MINISTERIO DE DEFENSA

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  • CENTRO SUPERIOR DE ESTUDIOS DE LA DEFENSA NACIONAL

    MONOGRAFÍASdeI

    CESEDEN50

    CONCLUSIONES DEL XXXIX CURSO MONOGRÁFICO

    UN NUEVO CONCEPTODE LA DEFENSA PARA EL SIGLO XXI

    MINISTERIO DE DEFENSA

  • CENTRO SUPERIOR DE ESTUDIOS DE LA DEFENSA NACIONAL

    MONOGRAFÍASdeI 50

    CESEDEN

    UN NUEVO CONCEPTODE LA DEFENSA PARA EL SIGLO XXI

    CONCLUSIONES DEL XXXIX CURSO MONOGRÁFICO

    Diciembre, 2001

  • FICHA CATALOGRÁFICA DEL CENTRO DEPUBLICACIONES

    Un NUEVO concepto de la defensa para el siglo XXI : conclusiones del XXXIX Curso Monográfico. — [Madridi: Ministeriode Defensa, Secretaría General Técnica, 2001. — 132 p.24 cm. — (Monografías del CESEDEN 50). — Precede al tít.Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional.NIPO: 076-01-167-1. — D.L. M-6419-2002ISBN: 84-7823-887-51. Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (España).II. España. Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica, ed.III. Serie

    Defensa Nacional / Fuerzas Armadas / Profesionalizacíán /Reforma / Política militar / Política Exterior y de SeguridadComún / Presupuestos militares / Organizaciones internacionales / Relaciones internacionales / OTAN / Estudios estratégicos / 5. XXI

    Edita:

    DEDEFENJSA SECRETARIATÉCN(CAa. a

    NIPO: 076-01-167-1ISBN: 84-7823-887-5Depósito Legal: M-6419-2002Imprime: Imprenta Ministerio de DefensaTirada: 1.250 ejemplaresFecha de edición: diciembre 2001

  • UN NUEVO CONCEPTO DE LA DEFENSAPARA EL SIGLO XXI

  • SUMARIO

    Primera parte EggJa

    GRUPO DETRABAJOA9

    Segunda parte

    GRUPO DE TRABAJO B73

    ÍNDICE127

    —7—

  • PRIMERA PARTE

    GRUPO DE TRABAJO A

  • GRUPO DE TRABAJO A

    Vivir es constantementedecidirlo que vamos a ser

    J. ORTEGA Y GASSET

    Introducción

    Nueva concepción de la Defensa Nacional en el siglo xxi

    Desde los albores de la Historia, la guerra ha sido una constante en el devenirde los pueblos, hasta el punto de que todos ellos han sentido la necesidad dedefenderse frente a cualquier agresión y han adoptado multitud de medidasencaminadas al logro de la ansiada seguridad.

    Pero independientemente de la permanencia de las ideas de defensa yseguridad, las coordenadas que enmarcan estos conceptos han idomodificándose a lo largo del tiempo, constituyendo un claro ejemplo deello el espectacular cambio producido en los últimos años.

    Tras la promulgación de la Constitución de 1978, que en su artículo 8establece las misiones de las Fuerzas Armadas, la Defensa Nacional esdefinida en el artículo 2 de la Ley Orgánica 6/1 980, de 1 de julio (reformada por la Ley Orgánica 1/1 984, de 5 de enero) como:

    «La disposición, integración y acción coordinada de todas las energías y fuerzas morales y materiales de la Nación ante cualquierforma de agresión, debiendo todos los españoles participar en ellogro de tal fin. Tiene por finalidad garantizar de modo permanente

    — 11 —

  • la unidad, soberanía e independencia de España, su integridad territorial y el ordenamiento constitucional, protegiendo la vida de lapoblación y los intereses de la Patria, en el marco de lo dispuesto enel artículo 97 de la Constitución.»

    Es evidente que el concepto expuesto permanece inalterado, pero no esmenos cierto que los cambios vertiginosos de finales de siglo obligan areconsiderar, cuando menos, el sistema de aportación de medios para laDefensa Nacional, e incluso el ámbito de la misma.

    En efecto, la sofisticación y capacidad destructiva de las armas proporciona una fisonomía diferente a la defensa. Junto a ello se ha podido comprobar que conflictos bélicos lejanos y de alcance, en principio, reducidohan puesto en peligro la estabilidad de amplias zonas y afectado a grannúmero de países.

    Por otra parte, aunque desde la caída del muro de Berlín ha desaparecido la confrontación entre bloques, los Estados son incapaces de mantener por sí solos sus mecanismos de defensa, al existir intereses colectivos cuya protección ha de abordarse a escala regional o mundial. De ahíla necesidad de abandonar las viejas ideas basadas en la defensa aislada frente a agresiones exteriores y la importancia de colaborar en el logrode la estabilidad en grandes espacios supranacionales.

    Las anteriores consideraciones sobre la nueva concepción de la DefensaNacional sirven para poner de manifiesto y justificar la evolución de lasFuerzas Armadas en las últimas décadas y la obligada —y también deseada— integración de España en diversos organismos internacionales dedefensa.

    Las Fuerzas Armadas de España en el último cuarto del siglo xx

    Con carácter previo a la formulación de propuestas sobre el modelo dedefensa para el siglo xix, se estima oportuno efectuar una breve referencia a la evolución de las Fuerzas Armadas en las últimas décadas, puessólo desde el conocimiento del camino recorrido y de los cambios operados, con sus éxitos y fracasos, se puede tratar de construir un futuroque, superando los errores e insuficiencias del pasado, satisfaga las aspiraciones y necesidades de la sociedad española.

    Prescindiendo de antecedentes más remotos, cabe referirse, a los efectos que aquí interesan, a la situación de nuestros Ejércitos a finales de losaños setenta, sintetizada en las siguientes notas características:

    — 12 —

  • 1. Un despliegue sobre todo el territorio nacional dirigido a la defensa aultranza frente a cualquier agresión externa o interna, que obligabaa mantener un gran número de establecimientos militares de muycostoso mantenimiento.

    2. Unos cuadros de mando muy numerosos y con formación profesionalheterogénea, calificable como buena en los niveles medios y superiores y desigual en los suboficiales, debido a que este colectivo, salvo elgrupo de especialistas, procedía en su mayor parte de soldados dereemplazo con escasa formación, que continuaban en filas una vez terminado el periodo obligatorio de servicio militar.

    3. Un gran volumen de tropa, con reemplazos muy numerosos y ausencia de profesionales, que, pese al largo periodo de permanencia enfilas, no proporcionaba a los Ejércitos un elemento personal suficientemente capacitado para el desempeño, strictu sensu, de las funciones inherentes a la defensa.

    4. Una doctrina y unos procedimientos anticuados, si bien las relacionesbilaterales con otros países de nuestro entorno permitieron una ciertamodernización y actualización de aquéllos.

    5. Unos presupuestos de Defensa insuficientes, por lo que a inversionesy material se refiere, y destinados fundamentalmente a financiar losgastos de personal.

    6. Un material anticuado y obsoleto, procedente en su mayor parte de laguerra civil o de excedentes norteamericanos, unido a un escasodesarrollo de la industria nacional dedicada a la defensa.

    7. Una invertebración de todos los recursos de la defensa, organizadossobre la base de tres ministerios independientes, lo que propiciabapolíticas y actuaciones descoordinadas de los Ejércitos.

    Durante la década de los años ochenta se operaron profundos e importantes cambios en la situación antes descrita, pudiendo destacarse a esterespecto los siguientes:1. Unificación en un solo Departamento ministerial de los tres preexistentes.2. Integración en organizaciones defensivas supranacionales la Organización

    del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Unión Europea Occidental(UEO) principalmente, a las que posteriormente se hará referencia.

    3. Progresiva reducción de los efectivos de tropa, con la consiguienteconcentración geográfica de las unidades (especialmente en el Ejército de Tierra).

    4. Iniciación de procesos de reorganización en los Ejércitos, aunquedichos procesos fracasan en gran medida debido a la insuficiencia de

    — 13 —

  • los presupuestos militares para cubrir los gastos inherentes a talesreorganizaciones.

    A lo largo de todos estos años hay un hecho que destaca sobre todos losdemás, en la medida en que condiciona cualquier avance o intento demodernización de nuestras Fuerzas Armadas. Se trata del histórico déficit de España en materia de defensa.

    Nuestro reducido esfuerzo presupuestario en este campo ha supuestorelegar a España al último lugar de los países de la OTAN, según se ponede manifiesto en la figura 1, donde se reflejan los gastos en defensa entérminos de porcentajes del Producto Interior Bruto (PIB).

    Analizando las cifras de gasto en defensa, cuadro 1, prescindiendo de países como Grecia o Turquía, que efectuaron elevados gastos por especia-

    Cuadro 1. Porcentaje del PI 8 de gasto en defensa de los países de la OTAN y EstadosUnidos.

    AñoPaises

    1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 19991 Bélgica 2,37 2,29 1 85 1,80 1,74 1 66 1,61 1,55 1,50 1,49

    Republica Checa* 2,33 2,39 2 18 1,96 1,90 208 2,23Dinamarca 1,99 1,99 1,91 1,89 1,74 1,67 1,62 1,58 1,53 1,51

    1 Francia 3,50 3,50 3 35 3,34 3,29 3 08 2,99 2,93 2,76 2,77Alemania 2,82 230 2,13 1,94 177 1,71 1,67 159 155 1,55Grecia 4,66 4,27 4,45 4,41 4,39 4,37 4,52 4,61 4,83 4,87

    Hungrra* 2,28 2,16 2,17 1,86 1,81 1,61 1,55 1,70 1,57 1,61Italia 2,14 207 2,09 2,12 203 1,78 1,78 174 1,76 1,72Holanda 2,62 2,49 2,42 2,24 2,12 2,00 1,97 1,89 1,80 1,73Noruega 2,94 276 2,91 2,64 2,61 2,29 2,20 2,08 2 17 2,08Polonia* 223 247 243 228 229 226 2,24 2,21Portugal 2,71 2,70 2,68 2,62 2,47 2,55 2,39 2,34 2,19 2,20España 1,84 1,72 1,57 1,73 1,53 1,55 1,48 1,44 1,36 1,35Turquia 3,53 3,59 3 56 352 3,53 3 33 333 3,26 3,29 353¡ Reino Unido 4,02 4,10 3,65 3,45 3,18 284 2,79 2,53 2,52 2,41

    Media 2,77 2,67 2,58 2,50 2,40 2,28 2,24 2,18 2,16 2,13TOTAL 37,42 35,94 36,97 38,36 36,04 34,90 34,15 33,40 33,15 33,26

    ¡ Estados Unidos 5,33 467 4,85 4,48 4 09 3,80 3,50 335 3 14 3,08Los datos correspondientes a la República Checa, Hungria y Polonia no se incluyen en el TOTAL y la Media hasta

    el año 1999. año en el que se produce su integración en la OTAN.

    Fuente: Estadística OTAN. diciembre de 1999.

    — 14 —

  • ciO)O)

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  • les razones de conflictividad regional, se observa que en el año 1999Francia realizó un esfuerzo en defensa con relación a su riqueza en unaproporción del 2,77% de su PIB, el Reino Unido se situó en el 2,41% yPortugal en el 2,20%. Por el contrario España sólo alcanzó la reducidacota dell ,35%.

    Esta desproporción de los gastos militares no se corresponde con el diferencial que España mantiene en términos económicos con dichos paises,porque Francia gasta en defensa cinco veces más que España y su PBes sólo el doble que el nuestro, y el Reino Unido, que gasta cuatro vecesmás que nosotros, tiene un P18 que no llega a doblar al español, resultando innecesario cualquier comentario acerca de Portugal.

    La endémica insuficiencia de las inversiones en defensa fue compensadadurante años con un incremento de los medios personales, pero al día dehoy la dimensión de nuestras Fuerzas Armadas está también por debajode la media de los países europeos occidentales, e incluso la calidad dealgunos de estos efectivos personales tampoco resiste la comparación,pues frente a una inversión española de 52.000 dólares estadounidensespor soldado en el año 1999, la media europea de los países de la OTANse situó en 62.000 dólares.

    Las anteriores afirmaciones y datos no pueden sin embargo, conducirnosa un injustificado desaliento, ya que durante los últimos años se ha venido produciendo una cierta convergencia en materia de defensa; convergencia, por otra parte, análoga a la que se está operando en otras áreaseconómicas y sociales.

    Así, mientras los países europeos de la OTAN con mayores gastos endefensa (salvo Grecia y Turquía) han reducido fuertemente sus presupuestos en esta década, España es el único país que ha seguido incrementándolos en los últimos tres años, y si se ponen en conexión losgastos en defensa con el PIB, resulta que la media del área OTAN hadescendido en 0,64 puntos porcentuales, en el periodo 1990-1999,siendo tal reducción de sólo 0,49 puntos para España (en el ReinoUnido la reducción ha sido el 1,61 puntos en Alemania de 1,27 y enFrancia de 0,73).

    La tendencia a una mayor convergencia en los niveles de gasto no sólose mantiene sino que parece acentuarse para los presupuestos del 2000y del 2001, por lo que quizá no sea éste un momento para el pesimismosino todo lo contrario.

    — 16 —

  • Dejando a un lado las anteriores comparaciones, cabe destacar que alfinalizar el siglo, las Fuerzas Armadas de España se han visto notablemente reducidas en su volumen y despliegue, aunque han mejorado ensu forma de operar conjuntamente con otros países, gracias a la integración en la OTAN y a las actividades internacionales de mantenimiento dela paz. El proceso de transformación en el que se han visto inmersasnuestras Fuerzas Armadas ha venido impuesto por la actual situaciónestratégica, que demanda unas fuerzas operativas y polivalentes, en lasque prima el aspecto tecnológico, con menor volumen pero con mayorcalidad de los efectivos personales.

    Subyacen, sin embargo, determinados problemas estructurales (porejemplo: plena vertebración de los tres Ejércitos) y otros derivados de lafalta de un claro diseño de objetivos, horizonte y escenario que permitanprogramar el mañana con acierto (por ejemplo: política de adquisiciones).No obstante lo anterior, parece que se está en el buen camino y todoinduce a pensar que la actuación del Gobierno, del Parlamento, de laspropias Fuerzas Armadas y, en suma, de toda la Sociedad, harán posibleun futuro mejor para la Defensa Nacional.

    La participación de España en los organismosde defensa internacionales

    Anteriormente se ha hecho referencia a la necesidad de la asociaciónentre Estados para garantizar la seguridad de todos ellos. Dicha necesidad fue también sentida por España poco después de finalizar la guerracivil, pero el aislamiento internacional de nuestro país impidió su accesoa los organismos de defensa que entonces se crearon.

    Sin embargo, la especial posición geoestratégica de nuestra Patria reclamaba su concurso a la hora de establecer mecanismos supranacionalesde defensa y seguridad, por lo que el primer paso hacia la integración endichos mecanismos, sin salir todavía plenamente del periodo de aislamiento mencionado, lo constituyó la firma en el año 1953 de un tratadobilateral con Estados Unidos; tratado que aún se mantiene en la actualidad, convertido en convenio de cooperación para la defensa.

    El siguiente jalón de este proceso vino determinado por el ingreso en laOTAN en 1986, Organización con la que España comenzó a colaborarprimero «a la carta» (participaba en la Estructura Civil, en el Comité Military en el Estado Mayor, aunque no en la Estructura de Mando Integrado) ydespués ya plenamente.

    — 17 —

  • Durante estos años el camino hacia la integración se convirtió en algo inexorable y de obligado recorrido, pues no podía pensarse en la ComunidadEconómica Europea sin colaborar también con nuestros socios en laconstrucción defensiva de Europa.

    Por ello, tras recibirse una carta de invitación desde la Presidencia dela UEO, en marzo de 1987, se iniciaron los trámites que terminaron con lapublicación en el Boletín Oficial del Estado de 8 de mayo de 1990 delInstrumento de Ratificación del Protocolo de Adhesión al Tratado deBruselas del día 17 de 1948, enmendado por el Protocolo de París de 23de octubre de 1954. Con ello España contribuía a la construcción de laseguridad europea, participando como miembro de la UEO.

    Otro foro europeo especialmente significativo es la Organización parala Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), primera Organizaciónpaneuropea encargada de velar por la paz y la estabilidad en el interiorde su área, entre cuyos objetivos figuran el de solución pacífica de losconflictos en la región y el erigirse como un instrumento clave de alerta temprana, prevención de conflictos, gestión de crisis y rehabilitaciónposconflicto.

    Por lo que respecta al Mediterráneo la búsqueda de la estabilidad y seguridad en la zona pasa necesariamente por profundizar los cauces abiertospor la Conferencia de Barcelona de noviembre de 1995 (seguidos porla Conferencia de Malta de 1997), con la mirada puesta en impulsar lacreación de una Conferencia para la Seguridad y Cooperación en elMediterráneo.

    No puede, por último, terminarse este breve resumen de la presenciaespañola en los organismos internacionales de defensa y seguridad, sinhacer referencia a la participación de nuestras Fuerzas Armadas en diversas fuerzas multinacionales y en operaciones de gestión de crisis y demantenimiento de la paz.

    España participa en el Cuerpo de Ejército Europeo (EUROCUERPO) en laFuerza Marítima Europea (EUROMARFOR) en la Eurofuerza OperativaRápida (EUROFOR) y en la Fuerza Anfibia Hispano-Italiana (FAHI/SIAF).

    También en el campo de las operaciones de paz y en el seno de la OSCEla contribución española ha sido especialmente activa en BosniaHerzegovina, Chechenia, Moldavia, Croacia, Georgia, Kosovo y Albania;sin olvidar tampoco la participación auspiciada por la OTAN en el conflicto de la antigua Yugoslavia.

    — 18 —

  • Los hombres no han establecido la sociedadso/amente para vivir, sino para vivir felices.

    ARISTÓTELES

    El escenario estratégico de defensa actual

    La defensa europea como defensa común

    EL NUEVO ESCENARIO DE DEFENSA EUROPEO

    Transcurridos 40 años desde la firma del Tratado del Atlántico Norte, el finde la década de los años ochenta coincidió con el inicio de un nuevoperiodo de cambios profundos en las relaciones internacionales y enespecial de las relaciones Este-Oeste. El alcance de dichos cambios produjo grandes transformaciones del escenario de seguridad.

    Además de haber cumplido los fines para los que había sido creada, asaber: proporcionar los cimientos para la defensa y seguridad colectivade los paises miembros y la conservación del equilibrio estratégico enEuropa durante la guerra fría, la OTAN tenía que enfrentarse con nuevosretos y misiones.

    Era necesario construir sobre los cimientos de lo ya, creado una estructura que promoviese a lo largo y ancho de toda Europa la estabilidadbasada en los valores democráticos comunes y en el respeto de los derechos humanos, bajo el imperio de la Ley.

    LOS ORÍGENES DEL CAMBIO DEL ESCENARIO DE DEFENSA EUROPEO

    Para poder entender las causas que originaron el cambio del escenario dedefensa europeo, hay que recordar tres hitos fundamentales ocurridosen la década de los años sesenta y los setenta: la adopción de la Alianza, en

    — 19 —

  • el año 1967 de la Doctrina Harmel (adopción por los dos bloques de políticas de defensa paralelas al tiempo que se profundizaba un clima de distensión en las relaciones Este-Oeste); la introducción en 1969 de laostpolitik de la República Federal Alemana y por último, en 1975 la adopción en el Acta Final de la Cumbre de Helsinki de la Conferencia deSeguridad y Cooperación en Europa (CSCE), rebautizada en 1995 comolaOSCE, que estableció un nuevo marco para la discusión de los temasrelacionados con los derechos humanos e introdujo medidas para acrecentar la confianza mutua Este-Oeste.

    Igualmente, el desarrollo de importantes acontecimientos de políticainternacional acaecidos durante la década de los ochenta marcó el rumbode las relaciones entre los dos grandes bloques. Baste citar el despliegue delas Fuerzas Nucleares de Alcance Medio en Europa a fines de 1979; lafirma posterior del Tratado de Washington, en 1987 que condujo a la eliminación casi total a nivel global de los misiles nucleares con base en tierra; la aparición del movimiento sindicalista «Solidaridad» en Polonia amediados de 1980, la invasión de Afganistán por las Fuerzas Armadassoviéticas en 1979 y su retirada en 1989, y el nombramiento de Gorbachov como secretario de Partido Comunista soviético en 1985.

    En el año 1989, en el marco de la CSCE se iniciaron conversaciones enViena para la reducción de fuerzas convencionales entre los 23 miembrosde la OTAN y el Pacto de Varsovia y durante el mismo año, en mayo de1989, coincidiendo con el cuadragésimo aniversario de su creación, laAlianza formuló la Declaración de la Cumbre de Bruselas, en la que estableció nuevos objetivos: vencer la división de Europa y la consecución desu objetivo a largo plazo consistente en alcanzar un orden europeo justoy pacífico.

    EL ESCENARIO INTERNACIONAL A FINALES DE LOS AÑOS OCHENTA

    A finales de 1989 y en los primeros meses de 1990, se habían alcanzadoavances muy significativos para los intereses de todo el continente europeo y para las relaciones internacionales, así por ejemplo recordemoslas reformas llevadas a cabo por aquellas fechas en los sistemas políticosy económicos de Polonia y de Hungría, Bulgaria, Checoslovaquia y en laRepública Democrática Alemana y con algo menos de normalidad, enBulgaria.

    La caída del muro de Berlín en noviembre de 1989 puso fin a la divisiónde Alemania y supuso un símbolo que sirvió de guía a un proceso más

    — 20 —

  • amplio y de mayor alcance que los países miembros de la Alianza contemplaron como el arranque del camino que conducía hacia una Europamás libre y más unida. Un año después en el mes de octubre de 1990 seprodujo la reunificación de las dos Alemanias con el apoyo de la comunidad internacional y el consentimiento soviético.

    Las perspectivas de cambio y de reforma en las relaciones Este-Oesteenriquecieron el diálogo entre ambos bloques e hicieron realidad importantes cambios en las relaciones de Europa Central y del Este, reemplazando el temor a la confrontación y la desconfianza mutua por un nuevodiálogo basado en propuestas reales de cooperación.

    El desarrollo de los acontecimientos en el seno de la Unión Soviética y endiversos países de Europa Central confirmaba las dificultades existentespara conseguir los cambios citados, lo que originaron nuevas preocupaciones sobre la estabilidad y la seguridad europea. No obstante la OTANdurante este turbulento periodo ha continuado jugando un papel clave alproporcionar el marco de consulta y coordinación de las políticas de susmiembros con la finalidad de disminuir los riesgos de crisis que pudiesenperjudicar sus intereses comunes de seguridad.

    LA DEFENSA EUROPEA

    En el mes de julio de 1990, tras la Cumbre de Lpndres, los jefes de Estadoy de Gobierno de la Alianza formularon la declaración de mayor alcancee importancia desde la fundación de la OTAN.

    En ella anunciaban medidas para la transformación de la Alianza de formaque se adaptase al nuevo entorno de seguridad y conducentes a ponerfin a la confrontación Este-Oeste. Ofrecían a los países de Europa Centraly a la Unión Soviética el establecimiento de relaciones diplomáticas cona OTAN y el trabajar en común para el establecimiento de una nueva relación basada en la cooperación en diferentes áreas.

    Esta iniciativa condujo a que en noviembre de 1990 se firmase en Parísuna declaración conjunta de no agresión al tiempo que simultáneamentese firmaba el Tratado de Fuerzas Convencionales en Europa y se hacíapública por los países miembros de la CSCE la «Carta de París para unaNueva Europa». La declaración conjunta reafirmaba la intención de lossignatarios de renunciar al uso de la fuerza o de la amenaza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, conforme con los principios de la Carta Fundacional de Naciones Unidas y elActa Final de Helsinki.

    — 21 —

  • Esta iniciativa llevó en un corto espacio de tiempo a que se estableciesennuevos contactos militares. Se avanzó hacia la consecución del acuerdoopen sic/es que permitiese el sobrevuelo del territorio nacional de formarecíproca sobre la base del aumento de la confianza y respeto mutuo respecto a las actividades militares. Se iniciaron conversaciones para la limitación de fuerzas en Europa y para la reducción de fuerzas convencionales del Atlántico a los Urales.

    Se alcanzaron acuerdos para intensificar el papel de la CSCE y para facilitar un foro en el que se fomentase la confianza mutua y un diálogo másabierto en el seno de una Europa unida.

    Por su parte la OTAN inició un proceso de revisión interna para adaptar suestrategia a las nuevas circunstancias. En noviembre de 1991 tras laCumbre de Roma, y posteriormente en abril de 1999, tras la Cumbre deWashington, celebradas con motivo del cumplimiento de los 40 y 50 añosde su existencia, la OTAN publicó su nuevo Concepto Estratégico, quereafirmaba las funciones básicas de la Alianza de establecer una paz yorden duradero en Europa mediante la utilización de medios políticosy militares y reafirmaba la importancia de mantener el lazo trasatlántico.

    Este nuevo Concepto Estratégico reafirma la necesidad de tener en cuenta el contexto global de seguridad, señala la aparición de riesgos másamplios, tales como la proliferación del armamento de destrucción enmasa y la aparición de actos de terrorismo que pueden afectar a los intereses vitales de la Alianza.

    Entre las decisiones adoptadas en 1999 destaca la de impulsar laIdentidad Europea de Seguridad y Defensa (IESD) dentro de la Alianza,la renovación del compromiso de ampliación de la Alianza a todos losEstados europeos que lo deseen y cumplan ciertas condiciones para ello,así como la intensificación de las relaciones con los países miembros dela Asociación para la Paz, del Consejo de Asociación Euroatlántico y delDiálogo Mediterráneo.

    La OTAN reconoció en el año 1999 el papel de interlocutor de la UniónEuropea en el futuro esquema de seguridad europea y ésta en su reunióndel Consejo Europeo en Colonia acordó dotar a la Unión de las capacidades necesarias para acometer operaciones de prevención de riesgos yde gestión de crisis. Esta autonomía de decisión y conducción requieredisponer de una organización permanente, evitando, en todo caso, lasduplicidades innecesarias con la estructura de la Alianza.

    — 22 —

  • La posibilidad de utilización de las mismas fuer±as para diferentes operaciones lideradas por una u otra organización bajo el concepto de «separables pero no separadas» mantiene toda su importancia en este nuevocontexto de relaciones. Ello no excluye la posibilidad de que todos losmiembros de la Unión, independientemente de su pertenencia a la OTANo a la UEO, puedan participar plenamente en las operaciones si optan porhacerlo así.

    Por tanto la política de seguridad de la Alianza se basa en la actualidaden tres elementos que se refuerzan mutuamente, el diálogo, la cooperación y el mantenimiento de una capacidad de defensa colectiva. Estopuede resumirse en cuatro principios fundamentales:1. El objetivo de la Alianza es puramente defensivo.2. La seguridad es indivisible: el ataque a uno de sus miembros significa

    un ataque a todos ellos. El lazo trasatlántico es vital para la supervivencia de la Alianza.

    3. La política de seguridad de la Alianza se basa en la defensa colectivaque comprende una estructura militar, así como acuerdos de cooperación y coordinación.

    4. A corto plazo, es previsible el mantenimiento de fuerzas nucleares yconvencionales con base en Europa.

    NUEVAS AMENAZAS

    En agosto de 1990 la invasión de Kuwait por Irak surgió como unanueva amenaza a la estabilidad y es un claro ejemplo de la rapidez conque pueden generarse circunstancias y situaciones totalmente impredecibles.

    La fuerza de coalición liderada por Estados Unidos para repeler la invasión no implicaba directamente a la OTAN, pero los países integrantesalcanzaron un grado de solidaridad que les asignó un papel muy importante en el conflicto.

    La unidad de objetivos y la determinación en contra de las acciones quetomó Irak fueron una evidencia altamente positiva de la transformaciónque había tenido lugar en las relaciones Este-Oeste. Rápidamente sehicieron patentes los beneficios derivados del establecimiento de unaumento en la cooperación y de mejores contactos.

    Este reconocimiento de los intereses comunes respecto a la seguridad yestabilidad de todo el área euroatlántica contribuyó a la consiguiente evo

    — 23 —

  • lución positiva de las relaciones con Rusia que culminó con la firma en1997 del Acta Fundacional OTAN-Rusia.

    Los peligros derivados de la crisis del Golfo reforzaron la determinaciónde la Alianza para desarrollar su cooperación con los países de EuropaOriental y Central, de acuerdo con los principios establecidos en laDeclaración de Londresde 1990. Esta determinación se vio reforzadapor los sucesos del año 1991, que comprendían las medidas represivasdel Gobierno soviético respecto a los Estados bálticos, previas a la concesión de su derecho a la independencia; el deterioro de la situación enYugoslavia que condujo a la ruptura de la Federación Yugoslava y alintento de golpe de Estado que tuvo lugar en la Unión Soviética en agosto de 1991.

    Sirva de expresión de estas nuevas amenazas las palabras del secretariogeneral de la OTAN, lord Roberston en enero del corriente año:

    «Los conflictos de Bosnia y Kosovo han desvelado que la prevención de los conflictos y el mantenimiento de la paz no siguen siendoconceptos aplicables a otras regiones del mundo, sino que lo son ala Europa actual. Tampoco son conceptos que únicamente afectena Naciones Unidas. Muy al contrario, Europa tiene que aceptar queeste continente todavía está sometido a presiones políticas, militares y económicas que pueden conducir a desembocar en un conflicto abierto. En consecuencia, todas nuestras instituciones debenprepararse para ello.»

    En los albores del siglo xxi, la aparición de nuevas tensiones y conflictosensombrecen la esperanza de un mundo en paz. Estos conflictos, provocados en la mayoría de los casos por factores de inestabilidad consecuencia de diferencias culturales, económicas, étnicas y religiosas y denacionalismos excluyentes alentadores de reivindicaciones territorialesocultadas y olvidadas por el orden geopolítico anterior, se han unido a losproblemas sociales generados en épocas de tránsito a libertades políticasy económicas que delinean un nuevo panorama de riesgos.

    Pero no es sólo en Europa donde han estallado genocidios y explosionesde violencia. Ciertos países de Africa, el largo y siempre latente conflictode Oriente Medio o los frecuentes enfrentamientos y crisis que sucedenen Asia, evidencian la lejanía de la meta de la paz en este mundo. Y enesto Europa no es una excepción como atestiguan las sucesivas crisisbalcánicas en propio suelo europeo, idea que sólo se nos ocurría posibleen otras regiones del mundo.

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  • En resumen, la década de los noventa ha transcurrido como un periodode búsqueda de la seguridad y estabilidad internacionales dentro de unnuevo espíritu de cooperación.

    La política de defensa española

    POLÍTICA DE DEFENSA Y POLÍTICA E)CFERIOR

    Los intereses y aspiraciones nacionales así como la protección de nuestros intereses se materializan en la acción exterior del Estado. Pero estaacción exterior encarnada en nuestra política exterior no tendría sentidosi no se complementase con la política de defensa. Ambas tienen objetivos diferentes pero ambos están enmarcados en la idea global de nuestra Concepción estratégica.

    La misión de la defensa es contribuir a la garantía de la paz, la libertady la estabilidad, así como a la protección de nuestros derechos, denuestros bienes y nuestros intereses, allí donde se encuentren. Peroesta misión ha de desarrollarse en un marco geopolítico concreto queenmarca nuestra seguridad, vinculándola a la de nuestro entorno, esdecir, a la de nuestros vecinos y a la de aquellos que aún no estandofísicamente próximos a nosotros están situados en áreas de nuestrointerés estratégico.

    Por ello, estamos inmersos en la consecución de un orden internacionalmás estable y seguro fundamentado en la defensa de la democracia, enla convivencia en paz, en la defensa de los derechos humanos y el imperio de la Ley, valores todos ellos recogidos en nuestra Ley de Leyes. Paranuestra política de defensa viene condicionada por la necesaria armonización de los medios con que se cuenta con las aspiraciones deseablessin olvidar los compromisos contraídos con nuestros aliados en la defensa y seguridad común.

    PAPEL DE ESPAÑA EN EL MUNDO

    El escenario estratégico actual, marcado por la globalización, y la posición geoestratégica de nuestro país imprimen una orientación universalista a la percepción de nuestros intereses y al papel que España tiene en elmundo.

    España está situada en la encrucijada de dos grandes ámbitos geopolíticos; forma parte al tiempo que es frontera de dos continentes: Europa yAfrica y también es fiel entre dos áreas de proyección exterior de muchos

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  • países, el Atlántico y el Mediterráneo. Históricamente nuestros intereses,nuestra presencia y nuestra paz y estabilidad han estado situados en estemarco.

    Dentro de este marco geográfico, España tiene sus propios intereses deseguridad cuya salvaguarda merece el esfuerzo de defensa. Estos intereses nacionales son bienes y valores inmateriales que constituyen susaspiraciones en el orden internacional y que son el fundamento de laprosperidad y bienestar de los españoles.

    Pero sería de todo punto utópico pretender una autarquía plena en ladefensa de esos intereses. El sistema de alianzas es la mejor herramienta para garantizar de la mejor manera posible nuestra seguridad con unesfuerzo conmensurado. La suma de nuestra propia capacidad de defensa a la de nuestros aliados garantizan —con un esfuerzo razonable—nuestros intereses de seguridad.

    Histórica y tradicionalmente la política de defensa de España, ha vivido alo largo de los siglos, desde la pérdida de su hegemonía como granpotencia, la alternancia de la alianza con la nación que asumía el papel delíder mundial.

    Estas alianzas bilaterales no eran el mejor instrumento para salvaguardarnuestros intereses nacionales de seguridad. España por razones históricas de todos conocidas, ha vivido hasta muy recientemente apartada delentramado de defensa colectiva y de seguridad compartida que a lo largodel siglo presente se ha ido construyendo entre las naciones que tienenprincipios y valores comunes que son fundamento de similares modelosde orden político, económico y social y que tienen planteamientos deseguridad vinculados a los de los demás.

    Para salvaguardar sus intereses nacionales de seguridad, España haadoptado la opción multinacional de defensa colectiva cerrando un ciclohistórico de aislamiento y autarquía y aportando sinergias a nuestra capacidad de defensa propia.

    Dos grandes áreas, a veces coincidentes, a veces complementariasenmarcan estos intereses de defensa colectiva y de seguridad compartida. De una lado la Alianza Atlántica y del otro la Unión Europea. En el primer foro España comparte plenamente el principio que guía a la Alianza:

    «El compromiso común y la cooperación mutua en apoyo de la indivisibilidad de la seguridad de todos sus miembros.»

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  • En el segundo, el decidido impulso a la IESD y al desarrollo de una política de defensa común europea.

    Por otra parte este sistema de alianzas hará muy probable que en estemarco de defensa colectiva las Fuerzas Armadas españolas participen enacciones multinacionales. Esta participación pasa por una gradación queva desde la gestión y conducción de cualquier situación de crisis en nuestros espacios de soberanía y zonas de interés, hasta el eventual uso de lafuerza como instrumento militar para la resolución de un conflicto.

    LOS OBJETIVOS DE LA POLÍTICA DE DEFENSA

    La finalidad de la política de defensa es dotar a España de un eficaz instrumento de disuasión, prevención y respuesta para garantizar de modopermanente su soberanía e independencia, su integridad territorial y elorden constitucional, así como la protección de la vida, la paz, la libertady la prosperidad de los españoles y de los intereses estratégicos nacionales, allí donde se encuentren.

    Para alcanzar y asegurar el mantenimiento de la capacidad defensiva, laDirectiva de Defensa Nacional 1/96 que fue sancionada el día 20 de diciembre de 1996 por el presidente del Gobierno, y cuyo contenido conoció laJunta de Defensa Nacional, en su reunión de 14 de enero, celebrada bajola presidencia de Su Majestad el Rey y con la presencia de Su Alteza Realel Príncipe de Asturias, estableció tres objetivos básicos de actuación:1. Consolidar la presencia de España en las organizaciones internacio

    nales de seguridad y defensa, asumiendo plenamente las responsabilidades y compromisos derivados de su participación en ellas.

    2. Mejorar la eficacia de las Fuerzas Armadas españolas para que esténplenamente capacitadas para llevar a cabo las misiones que tieneencomendadas constitucionalmente, para contribuir, en la medida delas posibilidades nacionales, a la seguridad y defensa colectiva con losaliados y para colaborar al mantenimiento de la paz y estabilidad internacionales, particularmente, en nuestro entorno geográfico y cultural.

    3. Conseguir que la sociedad española comprenda, apoye y participecon mayor intensidad en la tarea de mantener un dispositivo de defensa adaptado a las necesidades, responsabilidades e intereses estratégicos de España.

    En la consecución del primer objetivo señalado España ha dado en losúltimos años importantes pasos en orden a la construcción del pilar europeo de seguridad y defensa sin menoscabo del vínculo trasatlántico.

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  • Siguiendo la política expresada por el ministro de Defensa en su primera comparecencia parlamentaria en el pasado mes de junio, diremos que:

    «Los objetivos que definirán la vertiente internacional y exterior de ladefensa serán un decidido impulso a la política europea común deseguridad y defensa.»

    Respaldando como elemento esencial para la defensa de Europa unadecuado sistema de consultas entre la Unión Europea y la AlianzaAtlántica.

    Asimismo un decidido respaldo a la integración de la UEO en la UniónEuropea de forma que ésta posea una capacidad militar propia que le permita realizar operaciones de las que se han denominado tipo Petersberg,capacidad que, sin duda, ha de ser compatible y complementaria con lade la OTAN.

    España apoya el objetivo general de crear antes de que finalice el año2003 una fuerza europea de gestión de crisis, constituida por unos 60.000efectivos, con los correspondientes medios navales y aéreos, capazde desplegarse en un máximo de dos meses y mantenerse en la zona deoperaciones un periodo mínimo de un año.

    Además, España ha contribuido activamente al desarrollo de este objetivo, proponiendo que la fuerza europea disponga de un componente dereacción inmediata como medio más cualificado para gestionar las crisisen sus momentos iniciales.

    En definitiva, España defiende la idea de una Europa más integrada quedesarrolle su propia dimensión de seguridad y defensa, capaz de actuarcon capacidades propias, si bien considera que la OTAN sigue siendo elsoporte básico de la defensa colectiva de sus miembros.

    En esta línea se han producido acontecimientos importantes en los últimos días. El pasado día 13 de noviembre de 2000, los representantes dela Unión Europea se reunieron para resolver sobre el traspaso de las competencias de la UEO a la Unión Europea. Abandonada la idea de integrarla UEO en la Unión Europea, se decidió crear un polo europeo de seguridad y defensa a partir de nuevas estructuras propias de os países comunitarios, dotándose de capacidad para gestionar las crisis militares. LaUEO no desaparece todavía, quedará en pie su Estado Mayor hasta quese cree uno propio de la Unión Europea. Además la UEO permanecerácomo foro de debate sobre la seguridad y defensa para los parlamen

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  • tarios europeos y, a través del Grupo de Armamento de la EuropaOccidental (GAEO) como foro de discusión sobre la cooperación en materia de armamento.

    El Gobierno español ha expresado a través del ministro de Defensa elcompromiso de mantener el Centro de Satélites de Torrejón de Ardoz,para que siga cumpliendo su excelente papel como generador de inteligencia espacial de los aliados y socios europeos y continúe dedicándoseexclusivamente a finalidades militares.

    En relación con el segundo objetivo, la participación española en lasfuerzas multinacionales europeas, complemento indispensable del objetivo general de la Unión Europea y expresión de la solidaridad y complementariedad entre las iniciativas europeas y atlánticas, se ha concretado en la presencia relevante en el EUROCUERPO, dirigido en losúltimos meses por un general español; así como la participación enEUROFOR y EUROMARFOR y la presencia relevante en ejercicios internacionales como el desarrollado en territorio español bajo la denominación de Eolo.

    Asimismo, es especialmente significativo el esfuerzo español para mejorar las relaciones de defensa con los países ribereños del norte de Áfricay Oriente Medio colaborando en la consolidación política, social y económica de una zona del Mediterráneo esencial para el futuro de Europa, deacuerdo con los principios de la Conferencia de Barcelona.

    Dentro de este mismo objetivo es preciso también resaltar que se haproducido la integración completa de España en la estructura de laAlianza Atlántica con el importante hito de la activación del cuartelgeneral del Mando Subregional del Sudoeste, con sede en Madrid apartir de 1999.

    El tercer y último objetivo citado se refiere a la cultura de defensa.Concienciar a los españoles en los temas de defensa no es una novedad.Hace más de 30 años ya expresaba el general Díez-Alegría que:

    «La defensa de una nación no es un asunto exclusivo de militares,sino que es una labor conjunta de todos los elementos nacionales,en definitiva, de todos los ciudadanos de una nación.»

    De acuerdo con lo anterior, y aunque este tema se trata con mayor extensión en otra parte de este capítulo, cabe decir aquí que es absolutamente necesario redoblar los esfuerzos para conseguir la máxima integraciónsocial en las necesidades derivadas de la Defensa Nacional.

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  • La concepción estratégica de la defensa

    LA GLOBALIZACIÓN DEL ESCENARIO ESTRATÉGICO

    La globalización es una de las características fundamentales del escenario estratégico en los albores del siglo XXI. Nadie puede considerarseajeno a lo que sucede en cualquier otra parte del mundo, ni permaneceraislado de su entorno próximo o lejano. Los enormes avances en los campos de las comunicaciones y de los sistemas de información, así comolas relaciones comerciales de extensión mundial, han propiciado la integración de los mercados financieros y la circulación de ideas, personas ybienes.

    En principio, la globalización debe de ser un factor de estabilidad puesgenera desarrollo. En la medida en que se entrecruzan las economías yse afianza la interdependencia de unos países con otros, las relacionesy los vínculos se ven reforzados, abriéndose paso la idea de que la inestabilidad es un factor perjudicial para todos. Sin embargo, no se puedeasegurar que el desarrollo sea siempre equilibrado, ni que la globalizaciónesté exenta de riesgos. Resulta preocupante que las desigualdades entrepaíses en vías de desarrollo y países industrializados tiendan a ser cadavez mayores. Y este efecto es más difícil de corregir en la medida en queciertas entidades privadas multinacionales se convierten en centros dedecisión con considerable impacto político y capaces de evadir el controlde los poderes nacionales e, incluso, de condicionarlos.

    Quiere ello decir que la globalización como factor de progreso, tambiénlleva aparejado un germen de inestabilidad que, de no adoptarse a lasmedidas correctoras adecuadas, puede ahondar en las desigualdades ycrear situaciones potencialmente peligrosas desde el punto de vista de laseguridad. Por ello, la voluntad política de mantener y expandir la estabilidad, destaca hoy en día entre los fines prioritarios de la seguridad compartida y concita los esfuerzos de las organizaciones de defensa colectiva.

    Así pues, en menos de 50 años, se ha evolucionado desde el concepto tradicional de la defensa como preservación del territorio a un concepto dedisuasión colectiva y concebir aquélla como una proyección de la estabilidad. Por tanto, la defensa ya no puede ser hoy en día una cuestión queresponda a una concepción estrecha de los intereses sobre un territorio ounos bienes determinados, sino que debe convertirse en una herramienta privilegiada para exportar seguridad y paz a un mundo en el que la violencia es una tentación, desgraciadamente, frecuente. Los gobiernos

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  • sienten la necesidad de garantizar la estabilidad mundial, pues son la pazy prosperidad de sus naciones lo que acaba estando en juego; pero también sienten la presión moral de hacer algo en respuesta al disgusto desus sociedades frente a la barbarie.

    Lo anterior supone un giro radical respecto a las concepciones tradicionales sobre lo que debía ser la defensa de un país y las alianzas militaresy defensivas. A partir de ahora, las misiones, las estructuras de mando,los procedimientos para actuar colectivamente; en suma, la forma deconcebir las fuerzas y su empleo se entenderán de otra forma, el ámbitode actuación cambia y las misiones modifican su naturaleza.

    LA RESPUESTA DE OCCIDENTE ANTE EL NUEVO ESCENARIO ESTRATÉGICO

    La Alianza Atlántica fue la respuesta de Occidente ante un modelo alternativo asentado en la Europa del Este, con manifiesta tendencia a expandirse por la fuerza al resto del continente. Así, se creó un espacio de libertad y progreso en el que no sólo pudo reconstruirse Europa después dela Segunda Guerra Mundial, sino también germinar la semilla de su integración económica.

    La caída del sistema soviético, a principios de los años noventa, arrastróconsigo el viejo orden de Europa Central y pareció que daba por alcanzados los fines fundacionales de la Alianza. Pronto se comprendió, sinembargo, que una Organización que había sido capaz de concitar losesfuerzos defensivos de un buen número de naciones soberanas podíaarticular también una respuesta común ante los riesgos que se cerníansobre el proyecto de construir en paz una nueva Europa, libre ya de divisiones y amenazas.

    El proceso de adaptación de la OTAN, a la que España pertenece desde1982, al nuevo escenario estratégico, se desarrolló a lo largo de la década de los años noventa, formulándose, para ello, nuevas ideas para mantener la estabilidad en un ámbito libre de amenazas, con nuevas misionespara sus fuerzas, sin perjuicio de la esencial que es la defensa colectiva,con una nueva estructura militar capaz de llevarlas a cabo y, como colofón, con un nuevo Concepto Estratégico, síntesis de todo ello.

    Como consecuencia, se han creado nuevos instrumentos y estructuraspara aplicar del modo más flexible las capacidades militares. La ampliación de los límites de seguridad ha hecho necesario, y esto es lo verdaderamente innovador en el nuevo marco estratégico, desarrollar las ideasde diálogo, cooperación y de asociación con otros países de la región,

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  • con el fin de incrementar la transparencia, la confianza mutua y la capacidad para llevar a cabo acciones conjuntas con la Alianza.

    LA CONCEPCIÓN ESTRATÉGICA ESPAÑOLA

    La concepción estratégica española, en la que se inscriben la acciónexterior y la defensa de los intereses nacionales, representa la maneraglobal que los españolés tenemos de entender nuestro papel en elmundo, de afirmarnos como nación en el tablero internacional y de definir nuestra vocación a partir de nuestros condicionantes geográficos,razones históricas, realidad política y proyecto de futuro.

    Se exponen a continuación, de forma sucinta, algunas de las líneas fundamentales de dicha concepción estratégica que servirán para enfocar,desde una perspectiva global, los diferentes aspectos de la política dedefensa.

    PERCEPCIÓN UNIVERSALISTA DE LA PRESENCIA DE ESPAÑA EN EL MUNDO

    La posición geopolítica española confiere indiscutiblemente una orientación universalista a la percepción y consiguientemente a la protección denuestros intereses, a nuestra presencia en el mundo y a nuestros esfuerzos de cooperación internacional en apoyo de la paz y la estabilidad. Noobstante, España históricamente ha tenido una mayor presencia y proyección en tres ámbitos geopolíticos: europeo, mediterráneo y atlántico,por lo que los mayores esfuerzos deberán proyectarse en esas tres direcciones.

    PROTECCIÓN DE LOS INTERESES ESPAÑOLES

    España, como toda nación, tiene sus propios intereses nacionales queson valores y bienes inmateriales que constituyen sus aspiraciones básicas en el orden internacional y el fundamento del bienestar y la prosperidad de los españoles. Entre los anteriores destacan, con particular transcendencia, los intereses nacionales de seguridad, que son los fines quedebe alcanzar la política de defensa.

    SEGURIDAD COMPARTIDA Y DEFENSA COLECTIVA

    La seguridad y defensa nacionales se basan en la conjunción de dos factores: el primero, la capacidad de defensa propia que cumple con la doblefunción de constituir un poder disuasorio genuinamente nacional, siemprenecesario en el escenario estratégico inestable, y de contribuir al peso de

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  • España aportando fuerzas a los ámbitos europeo y aliado; el segundo factor es la seguridad compartida y la defensa colectiva, resultado de la solidaridad y cohesión entre Españay sus socios y aliados.

    La opción multinacional de defensa colectiva que España ha adoptadorepresenta un giro copernicano en relación con nuestros planteamientosdefensivos tradicionales, cierra un ciclo histórico caracterizado por el aislamiento y la autarquía y ratifica nuestra plena incorporación a la comunidad occidental.

    LAS FUERZAS ARMADAS, GARANTÍA DE LA SEGURIDADY FUNDAMENTO DE LA DEFENSA

    Las Fuerzas Armadas deben estar preparadas para defender los interesesnacionales de seguridad bajo la dirección del Gobierno, según disponela Constitución española. El cumplimiento de esta misión en el marco de ladefensa colectiva, que es también instrumento de nuestra propia seguridad, implicará muy probablemente la participación de las FuerzasArmadas en acciones multinacionales.

    Los cometidos que deberán desempeñar las Fuerzas Armadas abarcandesde la presencia habitual en nuestros espacios de soberanía y zonas deinterés hasta el eventual uso de la fuerza como instrumento militar pararesolver un conflicto, pasando por todas las opciones que el Gobiernopueda decidir en la gestión y conducción de cualquier situación de crisis.

    NATURALEZA DEFENSIVA DE LA ESTRATEGIA MILITAR

    En coherencia con la concepción estratégica española y enmarcada en laestrategia aliada, nuestra estrategia militar es puramente defensiva y sebasa en la disuasión, en la prevención y, llegado el caso, en la respuestamilitar. Se trata, en primer lugar, de impedir la aparición de conflictos; ensegundo término, de atajarlos en sus primeras fases y en los lugares deorigen; o, como última opción, responder militarmente si nos viésemosobligado a ellos.

    La respuesta militar contra una agresión exterior es una exigencia de lamáxima prioridad en el ámbito nacional y un firme compromiso de asistencia mutua en el de la Alianza Atlántica, en virtud de lo dispuesto en elartículo 5 del Tratado de Washington. De cualquier modo, aunque en el escenario estratégico previsible a medio plazo no parece probable que losriesgos que se ciernen sobre la estabilidad de la situación internacionaldesencadenen situaciones en las que tales agresiones puedan llegar a

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  • producirse, no debe olvidarse que ello depende, a su vez, de la disuasiónque proporciona una capacidad de defensa adecuada.

    LAS FUERZAS ARMADAS INSTRUMENTO DE APOYO DE LA ACC/ÓN EXTERIOR

    Las Fuerzas Armadas son también un instrumento necesario para el mantenimiento de la estabilidad internacional. Este nuevo campo comprendediversas actividades que representan su contribución y apoyo a la políticaexterior y de seguridad. El control de armamento, con sus correspondientes medidas de verificación, y el fomento de la mutua confianza con otrospaíses, incluyendo los intercambios de personal militar y visitas de unidades, alcanza hoy un significado pleno como instrumento al servicio de lapaz que debe ser adecuadamente atendido, valorado y sistematizado.

    El empleo de las Fuerzas Armadas en apoyo de la acción exterior delEstado expresa con hechos el compromiso de contribuir a un orden internacional más justo y seguro y a respaldar el respeto en todo el mundo delDerecho Internacional y de los derechos humanos. Al actuar de estemodo, se contribuye directa e indirectamente a la protección de los intereses de seguridad de España. De forma directa, porque nuestros intereses siempre se verán mejor servidos en una situación mundial exenta defocos generadores de conflictos; indirectamente, porque una Españacomprometida en el mantenimiento de la estabilidad internacional puedehacer sentir su influencia en cualquier otro campo, económico, cultural osocial en que se concreten sus intereses.

    Hacia una nueva cultura de la defensa

    Hace pocos años, gran parte de la población podía pensar que la defensa se generaba de manera espontánea, sin ser conscientes de la cuidadosa planificación que requiere. Afortunadamente, la Sociedad estáempezando a darse cuenta de que tiene a su servicio un auténtico instrumento de paz, cuya actuación otorga a las naciones credibilidad y relevancia internacional, por no mencionar otros beneficios ligados al desarrollo industrial y tecnológico.

    Las Fuerzas Armadas deben ser el instrumento específico de la defensay la garantía, en último extremo, de la seguridad de los países. Ésta es suauténtica razón de ser, que implica la exigencia permanente de adaptarse a los tiempos y de renovar sus capacidades para actuar con eficaciaplena en la prevención y gestión de crisis y, en su caso, en los posibles

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  • conflictos que puedan surgir en el futuro. La voluntad de poner a puntoestas fuerzas destaca, por lo tanto, entre los objetivos prioritarios de cualquier política de defensa.

    EL NUEVO MODELO DE FUERZAS ARMADAS

    Para comprender el rol de las Fuerzas Armadas en el mundo actual, conviene exponer y analizar los sentimientos de las Sociedades occidentalesante la nueva situación. En síntesis, los aspectos fundamentales podríanser los siguientes:1. Inicialmente, una sensación de seguridad que minimiza la necesidad e

    NIa defensa de los propios territorios nacionales —la amenaza delPacto de Varsovia ya no existe— y como consecuencia, la opiniónpopular se manifiesta a favor de que, tanto los presupuestos deDefensa en sí mismos como las Fuerzas Armadas de cada nación,sean reducidos sustancialmente.

    2. Un rechazo total al envío de soldados de reemplazo a los conflictosque, como norma se producen en territorios lejanos y con interesesnacionales poco definidos, por lo que para las Sociedades no constituyen algo tan importante como para ser defendido a costa de la vidade sus ciudadanos.

    3. Por ello, al rechazo al envío de soldados de reemplazos se une otrosimilar, es decir la negativa a soportar bajas de compatriotas en dichosconflictos.

    4. Sin embargo, y en contraposición a todo lo anterior, las Sociedadesque viven en directo a través de los medios de comunicación, losgenocidios, hambrunas y éxodos masivos que sufren las poblacionesciviles inmersas en las guerras, reaccionan ante ello con gran fuerza yexigen a los gobiernos que adopten medidas para evitarlos.

    Estas reacciones sociales obligan a los gobiernos y, como consecuencia,a las organizaciones internacionales, a adecuar sus políticas de defensa adichas demandas, lo que se traduce en que, de hecho, se inicia unareducción drástica de las Fuerzas Armadas que, como en el caso deEstados Unidos, disminuyen casi un 50% sus efectivos y despliegue entodo el mundo; comienza una mayor profesionalización de la tropa en losejércitos que, inexorablemente, en la mayoría de las naciones lleva a ladesaparición del tradicional servicio militar obligatorio, nacido a comienzosdel siglo xix; surgen nuevas misiones para las Fuerzas Armadas —imposición y mantenimiento de la paz, ayuda humanitaria, lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, etc.— por lo que éstas, sin olvidar sus misiones

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  • permanentes, deben adaptar su orgánica y materiales a los nuevos cometidos; se potencia el concepto de fuerza expedicionaria con el consiguiente desarrollo de las capacidades de transporte, movilidad, supervivencia y permanencia de las fuerzas territoriales hostiles y alejados de lasmetrópolis; y, finalmente, el concepto de defensa compartida se amplíacon la creación y proliferación de fuerzas multinacionales de composicióny activación permanentes, la Brigada Franco-Alemana, el EUROCUERPO,las Fuerzas Anfibias Anglo-Holandesas, el Cuerpo de Ejército deReacción Rápida (ARRC), las EUROFUERZAS, la SIAF, etc.

    LA POSICIÓN ESPAÑOLA

    Dentro del entorno internacional descrito, el proceso de transformación denuestras Fuerzas Armadas, ya iniciado en los años ochenta, se acelera conobjeto de adaptarlas a las nuevas necesidades nacionales y, simultáneamente, a los compromisos internacionales asumidos por España. La adaptación del modelo español a la nueva situación se acelera en los últimosaños y, merced a las intervenciones militares españolas en apoyo de la pazy en misiones de ayuda humanitaria, se está consiguiendo que la Sociedadespañola sepa apreciar, de manera progresiva, que las Fuerzas Armadasconstituyen un instrumento de paz, cuya acción otorga a España credibilidad y prestigio internacional. La participación de militares españoles entareas humanitarias y la progresiva asunción de mayores responsabilidades en misiones de paz ampliamente entendidas, está modificando laforma en que los españoles ven y valoran sus propias Fuerzas Armadas, alas que ya no sólo encuentran un sentido, sino de las que se aprecia suinestimable entrega y buen hacer en zonas muy alejadas de nuestro propio suelo. No obstante, queda mucho camino que recorrer en este campohasta conseguir que la Sociedad responda con coherencia y asuma lanecesidad de dotar a las Fuerzas Armadas españolas de los recursos suficientes para hacer frente a este mayor protagonismo internacional.

    El esfuerzo dedicado a impulsar en la Sociedad española una nueva «cultura de defensa’> ha sido y es muy notable, habiéndose conseguido avances significativos, fruto de las iniciativas y trabajos desarrollados en estecampo. A este respecto, merecen destacarse los estudios sociológicos yproyectos de investigación orientados a conocer los parámetros y lasmotivaciones que determinan el grado de interés de la Sociedad hacia ladefensa.

    Por otra parte, se han impulsado de forma notable las relaciones de colaboración y la realización de una variada gama de actividades relaciona

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  • das con cuestiones de defensa, paz y seguridad y se han incrementadolas colaboraciones y actividades realizadas con universidades y centrosde investigación españoles. A pesar de ello, no deben esperarse resultados espectaculares a corto y medio plazo, dados los vientos antimilitaristas que, hasta no hace mucho tiempo, soplaban en nuestro país.

    Nuevas m/s/ones y escenar/os. Los r/esgos emergentes

    NUEVAS MISIONES Y ESCENARIOS

    El mundo y el entorno estratégico en el que España se mueve han cambiado radicalmente en los últimos diez años. En términos de defensa yseguridad puede decirse que el Tercer Milenio comenzó en el ya lejano1989, cuando la caída del muro de Berlín, la desaparición de la amenazamonolítica y potencialmente inmediata del Pacto de Varsovia, y el colapso de la Unión Soviética, pusieron fin al mundo bipolar.

    Sin embargo, hoy, once años después, no podemos calificar la situacióninternacional como realmente estable. Por el contrario, en esta década sehan hecho evidentes importantes factores de riesgo, derivados de unasituación internacional mucho más compleja y dinámica que la que caracterizaba al mundo bipolar.

    En el siglo XXI, la esperanza de un mundo en paz se verá ensombrecidapor la aparición de nuevas tensiones y conflictos provocados, en la mayoría de los casos, por factores latentes de inestabilidad, derivados de diferencias étnicas, religiosas y culturales, por reivindicaciones territorialesbasadas en razones históricas, o por fuertes desequilibrios económicos.

    En muchas partes del mundo, incluso en lá propia Europa, todavía sigueimperando el recurso a la amenaza y a la violencia. En el año 1990, fuimos testigos de la invasión de Kuwait. En la misma década, asistimos alas guerras civiles que acompañaron el desmembramiento de la antiguaYugoslavia. Por último, pese a todos los esfuerzos de la comunidad internacional por evitarlo, el recurso a la fuerza se ha hecho patente otra vezen el todavía reciente conflicto de Kosovo.

    Por otro lado, la nueva situación ha obligado a Occidente a un cambio dementalidad notable. Acostumbrados a la amenaza localizada, evaluadavigilada y contenida, nos encontramos ahora ante la multipolaridad, yante la incertidumbre de unos riesgos que abarcan un amplio abanico deformas de acción, y que han llevado a los países aliados del concepto

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  • defensa colectiva al de seguridad compartida. Este concepto se basa enabordar la defensa desde un ámbito supranacional, desde el convencimiento de que la seguridad es cosa de todos y sus problemas hay queresolverlos entre todos. Es el fundamento de la defensa aliada, un concepto que supera la mera autodefensa y se orienta hacia la prevención delos posibles riesgos.

    En este escenario es preciso dotar a las Fuerzas Armadas de mayor movilidad estratégica, mayores capacidades de proyección, sostenimiento ylogística para las operaciones en teatros distantes, mayor capacidad deintervención y más completa interoperabilidad con nuestros aliados.Hemos pasado de una filosofía estratégica estacionaria, a otra claramente expedicionaria.

    La nueva filosofía ha tenido sus consecuencias en las políticas de defensa de las naciones occidentales, por:1. La tendencia generalizada a reducir los gastos de defensa.

    Desaparecida la amenaza soviética, los países de nuestro entorno hantratado de cobrar los llamados dividendos de la paz, mediante reducciones presupuestarias en defensa. Sin embargo, en España no debería hablarse de tales dividendos, puesto que nuestro país fue másespectador que actor en la guerra fría y mantuvo unas inversiones muypor debajo de la media de nuestros aliados.

    2. La naturaleza de los nuevos riesgos hizo necesario dar una nuevaorientación a la fuerza, para adaptarla al nuevo escenario, y paraalcanzar un nuevo equilibrio que evitase que las reducciones presupuestarias afectasen notablemente a la seguridad.

    El cambio afecta también a las lineas estratégicas de actuación. En términos generales, la actuación en este escenario de múltiples riesgosobedece a una estrategia puramente defensiva que se asienta en trespilares básicos:1. Disuasión, basada en una credibilidad entendida como producto de

    capacidades por voluntad de emplearlas.2. Prevención, basada en una cooperación fruto del diálogo, la ayuda y

    la transparencia.3. Respuesta como último recurso, medida en términos de eficacia

    militar.

    Las Fuerzas Armadas tienen que estar preparadas para defender los intereses nacionales en esta estrategia defensiva, mediante:

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  • 1. Mejora de su eficacia operativa sobre su tamaño.2. Desarrollo de la acción conjunta.3. Capacidad de proyección.

    Los escenarios de actuación de las nuevas misiones para las FuerzasArmadas en el siglo xxi son:1. Seguridad colectiva europea, mediterránea y atlántica.2. Escenario doméstico y prestación de servicios a la Sociedad.3. Control de crisis.4. Operaciones de paz.5. Ayuda humanitaria, sobre todo en fenómenos catastróficos que son

    mucho más visibles y vivibles por la Sociedad debido al fenómeno dela televisión.

    Estas misiones darían lugar, sin duda, a una mejora de la imagen de lasFuerzas Armadas al apreciarse de manera inmediata un beneficio para losciudadanos.

    Por otra parte, estas labores deben ser en todo caso complementarias alos servicios públicos y, en ningún caso, ser sustitutivo de los mismos nitraer una incidencia laboral o económica.

    LOS RIESGOS EMERGENTES

    En este escenario los riesgos emergentes, entre otros, son los siguientes:1. La inestabilidad política y social de algunos países de nuestro entorno,

    debido al tránsito a la libertad, la democracia y la economía de mercado, de la que Argelia ha sido en la pasada década el ejemplo más claro.

    2. Los nacionalismos y las tensiones étnicas, como ha sido el caso de lareciente crisis de Kosovo.

    3. Las desigualdades económicas entre paises desarrollados y países envías de desarrollos, por la falta de soluciones en el campo de la cooperación y la ayuda al desarrollo.

    4. Las presiones demográficas, que diariamente sentimos en nuestro territorio a través del estrecho de Gibraltar, estos movimientos de poblacióndeben ser controlados para ajustarlos a la evolución del factor trabajo,evitando, el tráfico ilícito que supone la inmigración clandestina.

    5. El terrorismo, que por su universalidad es factor de desestabilizaciónde primera magnitud.

    6. El fanatismo religioso.7. La proliferación de armas de destrucción masiva, también llamadas de

    destrucción indiscriminada, y de las plataformas para su lanzamiento.

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  • Las medidas de control y la lucha contra la proliferación de armamentos se encuentran con la dificultad añadida de que muchas de las tecnologías empleadas también son de uso civil, conocidas como «dobleuso» y están disponibles en las redes de comercialización, que soncada vez más sofisticadas.

    8. El fenómeno de la droga manejada por las mafias del contrabando. Eldinamismo social y tecnológico del mundo de nuestros días es tal, quela lucha contra la delincuencia organizada apenas puede ya plantear-se bajo una perspectiva estrictamente interna, pues adquiere dimensión internacional.

    9. La alteración importante del flujo de recursos básicos, energéticos ymaterias primas. Una crisis aparentemente lejana puede tener repercusiones de gran transcendencia para el mantenimiento del sistemaeconómico general.

    Además de estos riesgos, el nuevo escenario estratégico ha dado lugar aun nuevo tipo de conflictos.

    Es muy poco probable que en un futuro inmediato o a medio plazo, puedan volver a surgir guerras totales como las que caracterizaron la primera mitad del siglo xx, y todavía más escasa es la probabilidad de un intercambio generalizado de ataques con armas nucleares; se acentuarán, porel contrario, algunos de los rasgos ya presentes en los conflictos que seestán produciendo hoy.

    Por el contrario, es previsible que los conflictos del futuro, dentro de losescenarios que puedan afectarnos, no se midan exclusivamente en términos de autodefensa y movilización general, sino que presenten, si cabeacentuadas, algunas de las características que ya vemos en los que seestán produciendo hoy.

    Sin ánimo de ser exhaustivo, se pueden señalar como características másprobables de estos futuros conflictos las siguientes:1. Alcance limitado. Los futuros conflictos serán de alcance limitado,

    tanto en finalidades y en objetivos políticos como en duración ymedios empleados. A modo de ejemplo podemos citar la guerra delGolfo y el conflicto de Kosovo. La limitación de los conflictos representa, de alguna manera un retorno a épocas pasadas y el abandono del modelo de confrontación total del siglo xx, que, en la eranuclear, podría conducir a situaciones en las que todas las partes enconflicto serían perdedoras y ninguna podría alcanzar sus objetivospolíticos.

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  • 2. Influencia de los medios de comunicación. La opinión pública juega unpapel cada día más importante como condicionante de la toma dedecisiones. Las relaciones con los medios de comunicación, que yason capaces de difundir las imágenes de las operaciones en tiemporeal, tienen una importancia creciente.

    3. Asimetría militar entre los contendientes. Es de esperar una asimetríaen la entidad, composición y medios de las fuerzas que se enfrenten.La superioridad en efectivos de un potencial agresor deberá ser compensada con una sólida preparación y con una decisiva superioridadtecnológica. Habrá también que tener presente la disposición de unade las partes a sufrir bajas, o a responder produciendo daños indiscriminados, sea mediante ataques terroristas o por medio del empleo dearmas de destrucción masiva.

    4. Carácter multinacional. Finalmente, es razonable esperar que los conflictos del futuro estarán orientados, más que a la defensa de un territorio, a la de valores e intereses comunes, como el mantenimiento dela paz y de la estabilidad internacionales, lo que les imprimirá un marcado carácter multinacional. En estas circunstancias, la legitimaciónpara el empleo de la fuerza residirá en la comunidad internacional, através de Naciones Unidas o, en su caso, de organizaciones de carácter regional como la OSCE, la OTAN o la propia Unión Europea. El interés compartido por la comunidad internacional de evitar el desarrollode los futuros conflictos y su expansión excede el ámbito puramenteterritorial e inducirá a los Estados a emplear sus fuerzas, aún a grandistancia de sus fronteras, con el decidido propósito de preservar dela mejor manera posible la estabilidad internacional.

    En este escenario España debe jugar un papel importante. No en vano,nuestro país se encuentra en »na auténtica encrucijada entre mundosdiversos, Europa y el norte de Africa, el Atlántico y el Mediterráneo. En lafrontera entre un continente desarrollado y otro en vías de desarrollo.

    No debemos olvidar que España está a caballo entre el Atlántico y elMediterráneo. El Atlántico nos abre las puertas al mundo.y nos une connuestros aliados. El Mediterráneo nos enlaza directamente con la mayoría de los focos de conflicto e inestabilidad actuales: la antigua Unión deRepúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), os Balcanes, el Oriente Medio,el norte de Africa. Y en posición dominante, se encuentra el estrecho deGibraltar, punto focal del tráfico marítimo mundial.

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  • El arte de/progreso es preservarel orden en el cambio y el cambio en el orden

    WHITEHEAD

    El desafío de la defensa en el siglo XXI

    La pro fesionalización

    INTRODUCCIÓN

    Los apartados precedentes han establecido las causas del paso el ejército de conscripción a otro más reducido, eficaz y profesional, procesocomplejo que es algo más que una simple evolución.

    El proceso gradual de profesionalizar a los Ejércitos tuvo su punto de partida en el modelo Fuerzas Armadas 2000, que definía un modelo mixto entropa profesional y de reemplazo. La transformación a Fuerzas Armadasprofesionales se determinó el día 9 de junio de 1998 —Comisión MixtaCongreso-Senado, que estableció los efectivos totales entre 150.000 y170.000 hombres— y que la Ley 17/99 concretó fijando el número detropa y marinería profesional en la horquilla 102.000 y 120.000, para quedar en 110.500 (Objetivo de Fuerza Conjunto 2000) y con esta distribuciónentre Ejércitos, cuadro 1.

    El objetivo de 110.500 (tropa), debería alcanzarse antes del 31 de diciembre del año 2002, suspendiéndose en esa fecha el servicio militar obliga-

    Cuadro 2. Distribución entre Ejércitos para e/año 2001.

    j;::;a:a OdeIA Total T68275 18465 15260 102000

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  • tono o antes si el proceso lo permitiese, previsión esta última ya adoptada por cuanto a partir del 1 de enero del 2002 no se contará con soldados de reemplazo.

    SITUACIÓN Y CONDICIONAMIENTOS

    Consecuentemente, desde el inicio de este proceso las Fuerzas Armadastuvieron que diseñar, planear y ejecutar la total profesionalización de supersonal, básicamente el personal de tropa y marinería pues los cuadrosde mando eran ya profesionales y la profesionalización tenía desde su inicio los siguientes condicionamientos clave:1. Acusada diferencia entre los índices de profesionalización de los tres

    Ejércitos. Este hecho sería determinante en la transición hacia el nuevomodelo profesional por cuanto el índice del Ejército de Tierra —26%frente al 45% y 47% de la Armada y el Ejército del Aire respectivamente— requería en el Ejército de Tierra unas incorporaciones anualesmuy superiores a las de los otros Ejércitos.

    2. El elevado volumen de personal a reclutar tenía un horizonte demográfico poco halagüeño —promedio de 250.000 hombres potencialesaspirantes— y, además, con el conflicto en Kosovo como telón defondo.

    3. El acusado descenso en la incorporación de personal del servicio militar obligatorio en la transición que ha complicado los planes de profesionalización.

    4. El reducido plazo de tiempo para ejecutar un proceso tan complejo(tres años escasos).

    5. La falta de estabilidad y consiguiente incertidumbre en el futuro queestablece la Ley 17/99 para los nuevos soldados al limitar para lamayoría el tiempo de permanencia en las Fuerzas Armadas.

    6. La bonanza económica en España en los últimos años que ha influidonegativamente en el número de aspirantes que ha pasado de un 2,6por plaza en el periodo 1996-1 998 a inferior a un en el año 2000.

    Estos condicionamientos han incidido negativamente en e! proceso. Secontaba con incorporar 17.500 soldados anuales a partir de 1999(1), paracompletar la transición al nuevo modelo garantizándose la operatividadde los Ejércitos. En el año 1999 finalizó, sin embargo, con unos 67.000nuevos soldados, calculándose en 85.000 el número a alcanzar a fines delaño 2000 para culminar con los 102.500 a finales del 2001.

    (1) El punto de partida era de 50.000 soldados en 1998.

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  • El año 2000 ha mantenido la pauta deficitaria en incorporación, causandoque las previsiones actuales apunten al logro de unos 90.000 efectivos parafines del 2000 (67.000 de 1999+23.000 en el 2000), de los que deducidaslas bajas por no renovación de compromiso (10.000 aproximadamente),podría situar el déficit cercano a los 5.500 soldados para fin de este año.

    Consecuentemente, para alcanzar, el 31 de diciembre del 2000 (2), la cifrade 102.000 deberán captarse aproximadamente 23.000 durante el añopróximo —17.500 del cupo más los 5.500 de déficit— más las bajasanuales. Es deci una cifra bruta próxima a los 33.000 en el año 2001. Unesfuerzo enorme con una bolsa menor y consiguiente reducción en elnúmero de solicitudes.

    Este rápido repaso permite apreciar que la incorporación, renovación decompromisos y la reintegración a la vida civil son los pilares del procesode profesionalización, las tres R (el Reclutamiento, la Retención y laReincorporación).

    A continuación, analizaremos sus elementos constitutivos, sus vulnerabilidades y posibles soluciones o medidas correctoras.

    EL RECLUTAMIENTO

    Éste es, sin duda, el aspecto clave. Para cubrir las necesidades de personal expuestas debe competirse abiertamente en el mercado laboral,obligando a todos a presentar y mejorar los atractivos de la profesión militar proporcionando prestaciones similares, al menos, a las ofrecidas en elmundo laboral. Debemos atraer a los jóvenes y ello implica conocer susexpectativas y lo que les atrae para tratar de captar su atención e interéshacia la milicia.

    Estamos en la era de la comunicación y deben utilizarse todos los mediosde comunicación para trasladar a los potenciales aspirantes —hombres ymujeres— los mensajes fundamentados en esas expectativas y motivaciones para que conozcan y aprecien la realidad de las Fuerzas Armadasy los aspectos positivos de su incorporación.

    Las campañas de promoción así concebida deben tener presente —además del factor demográfico (jóvenes en edad de alistamiento que es suobjetivo)— estos otros aspectos:

    (2) Este número incluye los que estén en los Centros de Formación (no son todavía soldados) sino aspirantes.

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  • 1. Las preferencias mostradas para cubrir ciertas especialidades en unidades que les son más atractivas; la presencia de unidades que ofertanplazas en su zona de residencia por el doble atractivo de trabajar cercade la familia o residencia, y por el generado por la presencia habitual demilitares en los años de juventud, y, no menos importante, el gradode identificación de la Sociedad local o regional con las Fuerzas Armadas.

    2. Por un lado, las campañas deben ser generales, orientadas al conjunto de la sociedad —campañas «institucionales»— y, por otro, específicas, y centradas en los jóvenes en edad de alistarse —campañas«promocionales»—. Transparentes ambas para evitar la aparición defalsas expectativas que generarían frustración y propaganda negativay centradas en ofrecer un futuro profesional estable o con salida viable, evitando dar una imagen frívola de la profesión militar, con el trasfondo de la necesidad de la defensa y de la participación activa de laSociedad para fomentar su interés y acercamiento hacia sus Ejércitos.

    3. Paralelamente, deben potenciarse las actividades de los Centros deReclutamiento y las de las «células de captación» dirigidas por especialistas en todas las unidades, que acerquen y «vendan el producto’> recorriendo continuamente sus áreas de responsabilidad para mantener vivoel esfuerzo de captación evaluando continuamente las áreas deficitarias.

    Esto requiere «dinero y organización amplia’> para esa labor empresarial. Losactuales esfuerzos —con grandes dosis de energías e imaginación— estánorientados a las líneas de acción expuestas y es obvio —a tenor de los resultados— que será «difícil de lograr el objetivo propuesto en el plazo previsto’>.Hay dos aspectos relevantes. El primero, que las «retribuciones actuales» delsoldado profesional «no son competitivas» en el mercado laboral y es, sinduda, el primer freno a la captación. El segundo, corolario del anterior, el peligro de dirigir las campañas de captación «exclusivamente hacia las bolsasde paro juvenil», ya que solucionaría presumiblemente a corto plazo el problema de reclutamiento pero condicionaría el reclutamiento a medio y largoplazo, degradaría el nivel medio de formación de los soldados (3) y afectaría, a largo plazo, muy negativamente a la propia institución militar.

    Estas reflexiones conducen al concepto de «la cultura de defensa»:«Es necesario que la Sociedad española perciba que la protecciónde la libertad, independencia y prosperidad, la defensa de sus valo

    (3) Esto no es obstáculo para la adopción de medidas que amplien la base del reclutamientoy faciliten el acceso a profesional siempre que permita la selección para asegurar la calidad precisa.

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  • res, forma de vida, derechos e intereses, así como la salvaguarda dela soberanía, de la integridad territorial y del ordenamiento constitucional demanda una adecuada política de defensa.»

    Dice la Directiva de Defensa Nacional 1/96 en vigor, que ya entoncesapuntaba no sólo a la necesidad de concienciar a los ciudadanos sobrela defensa sino de hacerles partícipe en ella.

    LA RETENCIÓN

    Siendo importante el reclutamiento para atraer jóvenes, no lo es menos elsaber retenerlos durante un tiempo razonable. En la actualidad, el compromiso inicial es de dos o tres años, aunque son posibles compromisosde corta duración (18 meses). Los sucesivos son de dos o de tres años,hasta cumplir 12 años de servicio o alcanzarlos 35 años de edad.

    Eneste campo también es preciso Conocer los deseos y necesidades delos soldados profesionales para actuar positivamente sobre ellas: condiciones económicas; estilo y calidad de vida; trabajo estimulante; mejorasprofesionales y de promoción en la carrera militar son requisitos que estánen cabeza de sus prioridades.

    Consecuentemente, la actuación positiva sobre la retención demanda:a) Establecer un modelo de carrera atractivo mediante:

    — Una secuencia progresiva en los destinos, comenzando por destinos en unidades de la fuerza y finalizando en las de apoyo.

    — Facilitar el acceso del personal —un porcentaje— de tropa a unarelación de servicios de carácter permanente.

    — Permitir el cambio desde una especialidad operativa —Infantería,Artillería, Logística, etc.— a una técnica —administración, mecánica, etc.—. Esta alternativa favorece el acceso del soldado almundo civil, y beneficia a las Fuerzas Armadas al disponer enpuestos técnicos de personal con experiencia operativa.

    — Retribuciones atractivas tanto en sueldo básico como en primas dereenganche para que este personal permanezca en activo.

    b) Mejorar la calidad de vida de este personal mediante:— La modernización de las instalaciones de bases y acuartelamien

    tos, en especial en las áreas de alojamiento y de servicios, asícomo en las recreativas.

    — El perfeccionamiento de los servicios de apoyo al personal a fin deinformar y asesorar sobre las posibilidades de formación profesional en el ámbito militar y en el del entorno civil.

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  • — El incremento paulatino de las prestaciones de acción social dirigidas al personal de tropa y a sus familias.

    Entre las medidas adoptadas en el apartado a) destacan la implantaciónde medidas para el cambio de trayectoria profesional (4); gratuidad de laprimera comida y las próximas primas de reenganche previstas instaurar;el nuevo sistema de instrucción y adiestramiento para hacer más atractivas y eficaces las actividades diarias en las unidades. De las del apartado b), resaltan las cuantiosas inversiones en la mejora de la calidad devida de la tropa profesional.

    En la actualidad estos esfuerzos están produciendo un índice de renovaciones entre el 70 y el 80% si bien este porcentaje presenta oscilaciones en los empleos y en los Ejércitos. Los esfuerzos deben multiplicarse para mantener al menos ese porcentaje de renovaciones, ya queun índice inferior al 70% conduciría a una situación de permanenteesfuerzo en el reclutamiento que, aunque inferior al actual, sería insostenible.

    LA RElwcoRPoRAcóN

    Esta fase del proceso tiene también especial relevancia porque incidesobre uno de los factores limitativos de mayor peso específico en lasaspiraciones del potencial soldado: la incertidumbre sobre su futuro.

    Es un compromiso moral favorecer la reinserción laboral del profesional,y es también la mejor publicidad para el reclutamiento. Actualmente, lapolítica de reinserción sigue estas lineas de acción:a) En el ámbito de las Fuerzas Armadas y Guardia Civil mediante:

    — La asignación anual de un 10% de los puestos de tropa permanente en las plantillas de las unidades y de porcentajes similares enlos otros Ejércitos.

    — La reserva para tropa profesional de todas las plazas de ingreso enla Academia de Suboficiales, y al menos el 50% de las plazas parael ingreso en la Guardia Civil.

    — Cursos de preparación para acceso a las Academia de Suboficiales y a la Guardia Civil, y de formación profesional y ocupacionalrealizados en las instalaciones militares.

    (4) Esta medida ya está en marcha. concretamente, el Ejército de Tierra ha publicado esteaño el Tercer curso de cambio de Especialidad Técnica y está previsto publicar a primeros de 2001 un nuevo curso.

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  • b) Relativas al mundo laboral civil:— Esta orientación es clave pues la anterior sólo cubre una parte (5)

    de la tropa profesional que finaliza su compromiso con las FuerzasArmadas. Las medidas en este campo apuntan hacia:

    — La reserva de plazas para funcionarios en la Administración. (Proyecto).— Desarrollo de normas para que el tiempo y las actividades realizadaspor este personal en las Fuerzas Armadas tengan influjo positivo en lasoposiciones a plazas en la Administración Pública. (Proyecto)— Establecimiento de acuerdos con los Ministerios de Educación y deTrabajo y Asuntos Sociales para que este personal, al final de su compromiso con las Fuerzas Armadas, y en función de los cursos de formación realizados, obtenga una titulación reconocida en el ámbito civil. (Proyecto).— Enlaces con empresas para facilitar la incorporación de los soldadosal mercado laboral en función de las aptitudes y actividades desarrolladasen las Fuerzas Armadas. En la actualidad hay acuerdos firmados entreDefensa y tres grupos de empresas (6).

    La ejecución de estas medidas está dando frutos si bien de forma desigual. En el ámbito de las Fuerzas Armadas se han establecido normasgraduando este apoyo al establecer prioridades entre los años deservicio y los cursos de formación y preparación de diversa naturalezadesde preparación para pruebas del artículo 32 de la Ley deOrdenación General del Sistema Educativo (LOGSE), los módulos depreparación para los distintos cursos al acceso a las bolsas de trabajo.

    Los mayores incentivos para el del regreso al mundo laboral civil deberían aplicarse a partir del sexto año de permanencia para no bloquear porsaturación el acceso a la tropa permanente —cuyos potenciales aspirantes podrían causar un acentuada presión hacia el 2005-2006 resultado delas incorporaciones masivas recientes— y evitar que alcancen el fin de sucompromiso sin una opción de futuro con la consiguiente presión social y

    (5) La capacidad de asimilación anual es limitada. En el Ejército de Tierra, por ejemplo, estáentre 1.500-1.600 (300-400 para suboficia(S, 550 para guardia civil y 600 para tropa permanente).

    (6) Éstas son: Asociación Empresas contratistas con el Ministerio de Defensa (AESMIDE),confederación Empresarios de Andalucia (CEA) y confederación de