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Coaching Nutricional MÓDULO 4: La importancia del objetivo en el proceso de Coaching Nutricional

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Page 1: Coaching Nutricional. Modulo 4

Coaching Nutricional

MÓDULO  4:  

           La  importancia  del  objetivo  en  el  proceso  de  Coaching          

           Nutricional      

 

 

 

 

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Módulo 4 La importancia del objetivo en el proceso de Coaching Nutricional

OBJETIVOS DEL MÓDULO 4 ¿Para qué este módulo?

El proceso de Coaching sigue una estructura que permite mantener conversaciones valiosas y ayuda a enfocarse en las soluciones. El disponer de una metodología específica ayuda a la persona que conduce la sesión de coaching a abordar todos los factores relevantes para el asunto. Con este módulo el alumno conocerá la primera de las fases en un proceso de coaching nutricional, como es la definición del objetivo.

Tanto si se está llevando a cabo un proceso de coaching nutricional, como si únicamente se están usando habilidades de coaching en la consulta, el trabajar a fondo con el paciente el objetivo que se plantea le ayudará a despertar y afianzar su motivación para conseguirlo.

¿Qué encontrarás en este módulo?

4. La importancia del objetivo en el proceso de coaching nutricional. Pág. 2

4.1. Famular el objetivo correctamente. Pág. 4

4.2. Los beneficios del objetivo: despertar la motivación. Pág. 8

4.3. Bibliografía. Pág. 11

4.4. Actividad práctica. Pág. 12

4. La importancia del objetivo en el proceso de coaching nutricional.

El proceso en general, y también las sesiones de coaching en particular, se estructuran pasando por diversas fases o etapas por las que el coach dirige la conversación que mantiene con el cliente. En este módulo se trabajará una de las fases más importantes en el proceso de coaching nutricional, como es la definición del objetivo. El importante destinarle tiempo a trabajar el objetivo porque de esto dependen la motivación y la confianza del paciente para conseguirlo.

Una de las habilidades más importantes del coaching consiste en ayudar a los demás a definir y consolidar objetivos (Dilts, 2004) . Las metodologías de coaching se enfocan hacia las soluciones y se orientan hacia los resultados, más que hacia los problemas o el origen de éstos. Sin duda, en ausencia de un objetivo no es posible establecer ningún sistema de recompensas o de seguimiento de su cumplimiento.

El diccionario define la palabra objetivo como “el fin hacia el que se dirigen el esfuerzo o la ambición”. Es la respuesta a la pregunta “¿Qué quiere usted? Los objetivos son la fuente de la motivación y pueden estimular poderosos procesos de auto-organización susceptibles de movilizar recursos, tanto conscientes como inconscientes.

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Dada su relevancia, es importante que los profesionales que se dedican a acompañar a sus pacientes en la modificación de hábitos, ayuden a sus clientes a establecer objetivos apropiados y significativos.

El paciente tiene que saber a dónde quiere ir para poder emprender el camino. No conseguirá cambiar su situación si se limita a quejarse o si en lo único en lo que se enfoca es en aquello que no quiere.

En la fase de definición de objetivos, el profesional ayuda a pensar, a articular lo que busca el paciente, a establecer enlaces entre el proceso de cambio que quiere llevar a cabo y su vida, y actuará como catalizador de sus pensamientos.

• ¿Qué quiere el paciente?

• El profesional debe animarle a imaginarse en el futuro, en la situación deseada.

El profesional le pide al paciente que “traiga” el futuro al presente y que empiece a imaginar cómo son las cosas ahora que el problema está resuelto.

A menudo el paciente expresa el resultado que quiere conseguir, por ejemplo: quiero estar delgada, quiero sentirme mejor conmigo misma, quiero dejar de pensar todo el tiempo en la comida,…

Para que el profesional de la salud le ayude a conseguir estos resultados, debe ayudarle a convertir esos deseos en metas mensurables, realistas y concretas sobre las cuáles se puedan establecer indicadores y se pueda realizar un seguimiento de su progreso.

Por ejemplo, si recogemos la expresión “quiero estar delgada”, lo primero que se observa es que, en realidad, este es un objetivo abstracto ¿Qué significa estar delgada para el/la paciente? ¿Según el/la paciente, cuál será el peso concreto en el que se considerará delgada? Estar delgado/a es un resultado que obtendrá cuando realice cambios en su manera de comer, ¿cuál es el cambio principal en su manera de comer que debe realizar? ¿Cuál es el principal obstáculo que le impide realizar ese cambio?

Cuando trabajamos a fondo el objetivo con el paciente, cuando le destinamos un tiempo a conversar acerca de él, a formularle preguntas que le ayuden a tomar conciencia, se consigue una mayor claridad y compromiso respecto de lo que concretamente se propone conseguir.

Cápsula para la reflexión:

Lo más habitual es que cuando acuden a la consulta, los pacientes tengan más claro lo que no quieren, que lo que quieren: no quiero estar gordo/a.

Podemos ayudarles a tomar conciencia de sus objetivos en positivo de la siguiente manera:

- “Dime, ¿para qué quieres hacer una dieta? No ¿por qué? sino ¿para qué? Tu respuesta son los motivos que te han llevado a estar hoy aquí, es tu energía motivacional. Acuérdate siempre de ellos y te darán fuerza para seguir adelante”.

 

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4.1. Formular el objetivo correctamente.

¿Cómo debe ser el objetivo?

Un objetivo debe ser expresado en positivo. Para alcanzar un objetivo, primero debes empezar a marcar el camino por donde vas a andar y a donde quieres llegar. Para ello debes establecer tus objetivos en positivo, menciona lo que quieres alcanzar, no lo que no quieres (Goleman, 1995).

Un resultado describe lo que verdaderamente queremos conseguir. Expresa algo que queremos, no algo que no queremos. Nos sentimos muchísimo más motivados para lograr un resultado positivo que un resultado negativo (Bodenhamer, 2008).

Por lo tanto, no debemos establecer resultados utilizando negaciones: Voy a dejar de estar gorda. Ese enunciado describe lo que tratamos de no hacer (una negación). Cada vez que pensemos en el resultado de dejar de estar gorda, nos imaginaremos internamente en el estado en el que queremos dejar de estar. Y tal como pensamos, así seremos.

Debemos formular el enunciado como un resultado positivo: “Estaré en mi peso correcto”. Al pensar en este resultado nos imaginamos con un buen aspecto, con el cuerpo firme y delgado y sintiéndonos ligeros. Y si pensamos (representamos) en nuestro peso correcto, es más probable que lo experimentemos ya que enviamos mensajes positivos no sólo a nuestra mente, sino también a nuestro sistema neurológico.

Es recomendable que en la construcción mental de la imagen el paciente se vea a si mismo en ella. De esta manera la visualización tiene más fuerza.

El objetivo debe ser realista. Para ello el paciente necesita situarse donde estás ahora y ser consciente de lo que le hace falta y marcarse acciones realistas para ir alcanzando todo aquello que le llevará a realizar tu sueño. Que el objetivo sea realista evitará sentimientos de frustración en el paciente. No obstante, para mantener el entusiasmo, debemos mantener la “tensión motivacional”, evitando coartar las aspiraciones del paciente a conseguir su sueño.

El objetivo debe ser acordado por el paciente. El profesional puede orientarle a la hora de establecer un objetivo saludable y realista, pero debe ser el paciente el que en última instancia de ese objetivo como válido. Cuando el objetivo es impuesto por alguien externo, el paciente no tiene la suficiente motivación para conseguirlo.

Los objetivos deben ser mensurables, es decir, que se puedan medir. Si te planteas un objetivo a conseguir en tres años, ¿Dónde estarías dentro de dos años? ¿Qué verías, sentirías u oirías que te indicase que estás en el camino hacia tus objetivos? ¿Y en un año? ¿Y al día siguiente?

Si una meta no es REALISTA, no existe ninguna esperanza, pero si no es DESAFIANTE, no hay motivación

John Whitmore

Cuando lo deseo, tengo un mejor desempeño que cuando sé que es una obligación.

El deseo es mío, el deber es con los otros. La automotivación es una cuestión de elección.

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El modo más eficaz de conseguir grandes metas consiste en descomponerlas en pasos sencillos y manejables.

El objetivo debe estar planeado por etapas. Debes pensar en una programación por etapas en el tiempo.

Quienes se plantean cambios que desbordan sus posibilidades, se hallan inexorablemente abocados al fracaso. Por esto, la descomposición de nuestros objetivos en una serie de pasos pequeños hace que resulte más fácil superar los retos y alcanzar el éxito.

Los pequeños éxitos repetidos nos alientan y permiten que nos mantengamos más motivados y comprometidos, impulsados por una sensación creciente de eficacia propia, aunque no podemos olvidar tampoco que cuanto más ambiciosa sea la meta a que aspiremos, mayor será el cambio resultante. Llevar a cabo cambios en dosis manejables nos hace sentir que estamos efectuando algún proceso en dirección a nuestro principal objetivo y, en consecuencia, también mantiene elevada nuestra moral y nuestra esperanza de éxito.

El objetivo también tiene que ser específico. Debes ofrecer el máximo de detalles posible. Cuanto más detalle el paciente el estado deseado mayor predisposición emocional va a presentar. Invitemos al paciente a describir este estado usando los diferentes sistemas de representación: visual, auditivo, cinestésico:

“Imagínate que ya has conseguido el objetivo: ¿Qué ves concretamente? ¿Dónde estás? ¿Qué estás haciendo? ¿Qué sonidos oyes? ¿Cómo te sientes?”.

Para asegurarnos de que el objetivo se ha formulado correctamente podemos usar la

técnica PRAMPS® creada por Nutritional Coaching, Experts en Nutrició.

Una vez se ha descrito el objetivo, realiza las siguientes comprobaciones:

- ¿Está formulado en positivo? - ¿Es realista? - ¿Ha sido acordado con el paciente, y no impuesto por alguien externo? - ¿Es un objetivo mesurable, del cual podemos hacer un seguimiento? - ¿Depende del cliente o está fuera de su control? - ¿Está especificado y detallado al máximo?

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 Ilustración  1  Técnica  PRAMPS  

Métodos para definir objetivos

Conseguir que los clientes definan objetivos y resultados deseados puede resultar a veces muy complicado. Normalmente, los objetivos suelen establecerse en relación a un estado problemático actual. Supongamos, por ejemplo, que una persona acude a tu consulta porque dice tener sobrepeso. En relación a esta situación, veamos diferentes maneras de definir un mismo objetivo:

1º La forma más sencilla de fijar el objetivo consiste en definirlo mediante la negación del estado problemático. Entonces podría decir: “Quiero dejar de estar gorda”. Sin duda, esta es una forma corriente de definir los objetivos, y puede ser sin duda, un buen punto de partida. El problema es que esta formulación no responde a la pregunta de ¿Qué quiere? Si no más bien a la de ¿Qué no quiere? Entonces no se considera un verdadero objetivo. De hecho las afirmaciones negativas como ésta acostumbran a orientar la atención de la persona hacia el estado problemático más que hacia el estado deseado. Veamos si no, la paradoja de la siguiente instrucción: Durante los siguientes treinta segundos NO PIENSES EN UN ELEFANTE AZUL.

Ahora dime: ¿En qué has pensado? En un elefante azul, por supuesto.

O si por ejemplo, en el terreno deportivo, me planteo una meta de: “No debemos perder este partido”. ¿Dónde se concentra la atención? En perder el partido.

Sin embargo, es fácil convertir las metas que se plantean en negativo en una formulación positiva. Siguiendo con el ejemplo anterior de “no quiero estar gorda”, una alternativa sería “quiero tener un peso adecuado y saludable con el que me sienta a gusto”.

2º Un segundo método corriente para fijar objetivos consiste en definirlos como la polaridad o lo opuesto al estado problemático. Si el estado problemático es “tener sobrepeso”, lo opuesto a ese estado sería “Quiero estar en mi peso correcto”.

P   • POSITIVE  (FORMULADO  EN  POSITIVO)  

R   • REALISTIC  (REALISTA)  

A   • AGREED  (ACORDADO,  CONSENSUADO,  NO  IMPUESTO)  

M   • MEASURABLE  (MEDIBLE,CUANTIFICABLE)  

P   • PERSONAL  (PERSONAL,  DEPENDE  DE  TÍ)    

S  • SPECIFIC  (ESPECÍFICO,  DETALLADO)  

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3º El tercer tipo implica el uso de una referencia externa o modelo de referencia como medio para definir el estado deseado. En el mundo de la planificación estratégica empresarial esta estrategia es conocida como marcación de hitos. En el caso de la persona que quiere adelgazar , se puede fijar el objetivo de “Quiero tener el cuerpo de … (modelo de referencia)”.

Esta estrategia presenta algunas ventajas sobre la simple negación o la polarización, en la medida en que proporciona una referencia concreta con la que poder comparar, y ayuda a dirigir la atención lejos del estado problemático. Una de las dificultades que presenta es que fija objetivos que no están al alcance de la mano, por lo que puede resultar difícil identificarse con ellos. Por otro lado, está claro que puede conducir a falsas expectativas o a la falta de sinceridad que nace de la imitación. No obstante, para la mayoría de pacientes, tener un modelo de referencia les sirve para mantener un estado de motivación alto.

4º Consiste en utilizar características clave que definan la estructura del estado deseado. Por ejemplo, la definición del objetivo se podría realizar de la siguiente manera: “Quiero tener unos muslos firmes, un abdomen plano, unos glúteos duros y unos brazos finos”

5º Establecimiento de un resultado generativo. Los resultados generativos son afirmaciones sobre aquello de lo que uno quiere más, caracterizándose precisamente por la presencia de la palabra más. “Quiero estar más delgada y en forma”. Un aspecto importante de este método consiste en que se da por sentado que la persona ya posee al menos una de las cualidades y características deseadas, y es capaz de ponerla en práctica.

6ª Actuar como si uno ya hubiese alcanzado el estado deseado. Cuando permanecemos ligados al estado problemático, nos resulta más difícil definir los objetivos que queremos alcanzar. Con la estrategia “como si” nos retiramos del estado problemático y nos desplazamos en el tiempo al estado deseado.

“Si ya hubiera alcanzado el estado deseado, ahora mismo me sentiría delgada y segura de mi capacidad de mantener mi peso”.

Todas las estrategias descritas de fijación de objetivos tienen sus correspondientes ventajas, y ayudan al cliente y al profesional a comprender mejor el estado deseado. De hecho, lo más efectivo es utilizarlas todas como parte integrante del proceso de definición de objetivos. En su conjunto, forman una poderosa secuencia para explorar y construir, desde perspectivas distintas, objetivos alcanzables.

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4.2. Los beneficios del objetivo: despertar la motivación.

La definición del objetivo tiene una relación directa con la motivación del paciente para llevarlo a cabo.

Existen dos aspectos relacionados con el objetivo que condicionan directamente el nivel de motivación que tiene el paciente:

1. La importancia que tiene el objetivo para el paciente. 2. La percepción de que es capaz de conseguirlo.

A continuación se detallan algunas preguntas en relación al OBJETIVO que puedes formular al cliente durante esta fase.

• ¿Cuál es el asunto que quieres tratar? • ¿Que más hay acerca de este tema que nos pueda interesar? • ¿Cual es el problema que quieres solucionar? • ¿Cual es la oportunidad que quieres aprovechar? • ¿Que quieres cambiar de esta situación? • Concretamente, y con respecto al asunto que te ha traído aquí ¿qué quieres

sacar de esta sesión? • ¿Cómo te puedo ayudar yo en eso? ¿Qué resultado(s) específico(s) y

mesurables quieres que te dé esta sesión conmigo? • ¿Qué te reportará y qué es lo más importante para ti? • ¿Cómo te sentirías si alcanzaras el peso que deseas? • ¿Depende solo de ti, es de tu responsabilidad? • ¿A qué debes renunciar para alcanzar tu objetivo? • ¿Puedes alcanzar tu objetivo haciendo lo mismo que estás haciendo hasta

ahora? • ¿Qué necesitas para alcanzar el objetivo? • ¿Cuál es el cambio que debes hacer tu para lograrlo? • ¿Qué te ha hecho decidirte a cambiar, concretamente en este momento? • ¿Hay algún inconveniente para ti, para personas de tu entorno? • ¿Cómo sabrás que has alcanzado tu objetivo o vas por el buen camino? • ¿Cuál sería tu próximo paso? ¿Cómo? ¿Para cuándo? • ¿En cuánto evalúas tus probabilidades de éxito? (Escala del 1 al 10)

 

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- La importancia que tiene el objetivo para el paciente

En el módulo 2 donde se abordan las teorías acerca de la motivación humana, ya se mencionó lo importante que es hacer conectar el objetivo a los valores del paciente para conseguir aumentar la motivación. Esto significa que conversemos con el paciente para saber qué cosas le importan y cómo se relaciona su alimentación y su relación con la comida con esas cosas que verdaderamente le importan.

A pesar de que, desde el punto de vista del profesional de la salud, se considere que el valor más importante para el cambio debe ser precisamente la salud, no para todos los pacientes éste va a resultar el factor motivacional más importante.

Por lo tanto, es importante saber para qué el paciente se plantea este cambio en su alimentación. Es muy útil ayudar al paciente a verbalizar sus motivos y éstos deben ser específicos, personales y detallados.

Por ejemplo, para un paciente uno de los beneficios que más valora del hecho de conseguir su objetivo puede ser el poder volver a ponerse un pantalón vaquero que usaba hace unos años y que tiene guardado con cariño a la espera de perder el peso necesario; para otro, puede ser volver a ser capaz de atarse los zapatos, para otro poder correr con sus hijos o nietos y jugar con ellos en el parque; para otro, tener el aspecto físico que desea para aumentar su confianza en el trabajo, etc.

En realidad, lo que se logra al trabajar estos beneficios del objetivo con el paciente es conectar con sus emociones y aumentar su entusiasmo y motivación para llevar a

Confianza  en  que  puedo  conseguirlo

El  objetivo  es  

importante  para  mi

MOTIVACIÓN

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cabo el cambio. Las emociones, son lo que nos mueven, más allá de lo que consideremos que debemos hacer desde el punto de vista racional, lo que finalmente determina si lo hacemos o no, es el hecho de conectar con alguna de nuestras emociones.

- La percepción de que es capaz de conseguirlo.

Por otro lado, por muy importante que sean los beneficios que me va a reportar el objetivo, si no creo en que soy capaz de conseguirlo, mi motivación para llevar a cabo las acciones, ya sea seguir la pauta nutricional, el tratamiento, o realizar actividad física, por ejemplo, va a ser baja y es muy probable que, ante el menor contratiempo, abandone o ni siquiera me plantee el iniciar el cambio, quedándome permanentemente en la etapa de contemplación.

Por lo tanto, es importante definir objetivos a corto plazo, evitando marcar una meta que sea excesivamente desafiante para el paciente. Los objetivos pueden ser semanales, quincenales o mensuales, y se trata de enfocar al paciente en la consecución de esas metas a corto plazo, y no en el objetivo final.

Otro de los momentos en los que el paciente puede perder la confianza en su capacidad para conseguir el objetivo, es cuando se enfrenta a obstáculos que considera imposibles de salvar. Por ejemplo, un paciente puede tener el hábito de comer dulces por la tarde. Plantearse el dejar de comer esos dulces le puede ser realmente difícil. El profesional de la salud debe ayudarle a minimizar su angustia definiendo estrategias de afrontamiento de dicho obstáculo.

Primero, para ayudarle a aumentar su confianza, se debe conversar con el paciente para que sea más consciente de las circunstancias en las que se da esa conducta automática. Por ejemplo, ¿es cuando está sólo, o acompañado? ¿concretamente qué está haciendo cuando siente la necesidad de comer dulce?

Segundo, es importante identificar la recompensa que busca con esa conducta automática: ¿come para saciar el hambre? o ¿come para combatir el aburrimiento?

Tercero, una vez se ha identificado la señal y la recompensa, el siguiente paso es ayudar al paciente a encontrar una alternativa que substituya la conducta automática y le produzca la misma recompensa. Por ejemplo, si realmente come para saciar el hambre y le gusta algo dulce, el profesional le puede aconsejar sobre las opciones más saludables que existen que puedan satisfacer al paciente. Si por el contrario come para combatir el aburrimiento, la clave está en encontrar alguna actividad a realizar en ese momento para evitar usar la comida como recurso para la distracción. Es importante que el paciente colabore con el profesional a la hora de identificar esas alternativas, y que no sean impuestas o decididas sin contar con él, para conseguir un mayor compromiso en su seguimiento.

Tener el objetivo en mente nos sirve para valorar qué cambios debemos hacer para conseguirlo. Todas las acciones se pueden recoger en un plan de acción, sirviendo como hoja de ruta para el paciente y como hilo conductor para el profesional entre sesión y sesión.

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 Ilustración  2  Fórmula  del  Plan  de  acción

Para diseñar el Plan de acción

1. Comienza por el objetivo. Acláralo. Comprueba que queda claro y cumple los requisitos PRAMPS.

2. Ten en cuenta, a modo de brainstorming, todas las acciones que deben llevarse a cabo para conseguirlo. ¿Cómo? Lanzando las ideas sobre el papel.

3. Relee lo que acabáis de escribir, valorar si falta algo o hay algo que sobra. Se trata de ver que las acciones contempladas en el plan de acción conducen al objetivo.

4. Prever juntos una fecha de inicio y de final para cada acción, así como los criterios de evaluación parcial.

5. Organiza por orden secuencial las acciones, temporalizando cada una de ellas.

6. Establece un sistema de indicadores que sirvan para valorar la progresión del cliente en el cumplimiento de las acciones. Por ejemplo: indica el % de cumplimiento de la acción.

7. Dáselo al paciente para que pueda colocarlo en un sitio que pueda verlo cada día

8. En las siguientes sesiones se puede ajustar el plan de acción en función de su progresión y los cambios que puedan producirse.

4.3. Bibliografía

• Bodenhamer, B.; Hall, M. (2008) Manual del cerebro para usuarios. Madrid. Ed. Palmyra.

• Dilts, Robert. (2004) Coaching: herramientas para el cambio. Barcelona: Ed. Urano.

• Goleman, D. (1995). Emotional Intelligence. Nueva York: Bantam Books. (Trad. Cast. Kairós 1996).

• Whitmore, John (2003) Coaching: el método para mejorar el rendimiento de las personas  

Acciones  que  me  llevan  al  objetivo  

PlaniRicación  en  el  tiempo  

Plan  de  acción  

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4.4 Actividad práctica.

Para despertar la motivación debemos identificar cuales son los factores motivacionales principales. En documento adjunto encontrarás una ficha llamada “Cuestionario de Motivaciones”. Imagina que tú eres un paciente y sigue las intrucciones de la ficha.

1º Busca tus motivaciones principales en las 4 áreas indicadas.

2º Crea un recurso visual transformando esos factores motivacionales en una imagen.

Esta actividad es opcional.