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Escuela Superior de Guerra ConjuntaFuerzas Armadas de la República Argentina

EL ARTE OPERACIONAL DE CLAUSEWITZ EN LA SEGUNDA

GUERRA DEL LÍBANOPor Omar Alberto Locatelli

Columnista invitado:

ALGUNOS ASPECTOS DE LA INDEPENDENCIA Y

LA ORGANIZACIÓN DE NUESTRO PAÍS (1806-1852)

Por Juan José Cresto

LA ENERGÍA: EVOLUCIÓN Y PERSPECTIVAS ESTRATÉGICASPor Hugo Carranza

Descripción del escudo distintivo y significado heráldico

En el centro se destaca la insignia del EstadoMayor Conjunto de las Fuerzas Armadas.

El fondo está formado por el ajedrezado, quesimboliza el Arte Militar, con los colores celeste yblanco de la bandera nacional. El azul representa lajusticia, el celo, la lealtad, la verdad; y el blanco, lapureza, la integridad, la obediencia, la firmeza, lavigilancia, la elocuencia.

Como contorno, en la parte superior se destacael nombre de la Escuela en letras doradas y en laparte inferior, tres palabras en latin, emban de -radas: Nexus, Sententia y Actio, que significanUnión, Pensamiento y Acción.

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Normas de presentación de colaboraciones para larevista Visión Conjunta

DirectorJosé María Félix Martin

Contraalmirante

Subdirector Luis López Mazzeo

Comité editorialRoberto Enrique FigueroaCarlos Alberto CalmelsPedro José Tur BaigorriJorge Mazorra Mariño

Secretario de redacciónPedro Jofré

Asistente técnicoMarisa Lenti

Editor y propietarioEscuela Superior de Guerra Conjunta

de las Fuerzas Armadas

Dirección postalMaipú 262, 3º piso CP (C1084ABF) CABA

Dirección de correo electró[email protected]

Diseño e impresión: Edivérn SRL

Registro de la Propiedad Intelectual Nº 924871

ISSN: 1852-8619

Visión Conjunta es una publicación propiedad de la Es-cuela Superior de Guerra Conjunta de las Fuerzas Arma-das de la República Argentina. Las opiniones de losautores de cada uno de los originales publicados no re-presentan necesariamente la opinión de la dirección de larevista. Se autoriza la reproducción parcial o total de losartículos publicados debiéndose mencionar autor y fuente.Todos los derechos se encuentran reservados.

Nuestro ícono

Es el conocido Cubo de Rubik, orna-mentado con los colores de la ban-dera argentina y con el escudo queidentifica al Estado Mayor Conjuntode las Fuerzas Armadas Argentinas. La elección de este ingenioso meca-nismo para nuestra revista se debe aque éste es la representación visualde la compeljidad del accionar con-junto. La imagen simboliza el desafío decombinar armónicamente los ele-mentos constitutivos de las FuerzasArmadas para lograr el eficiente em-pleo del instrumento militar.

La adecuada utilización de las fuer-zas permite configurar, en un mismoplano, el escudo del Estado MayorConjunto, que presupone un procesomental para combinar variables enun escenario sumamente compejo. Para obtener el éxito en la resolu-ción de la situación planteada se ne-cesita un esquema intelectual degran amplitud que permita tener lapercepción general del objetivo quese quiere lograr; esto define la “vi-sión conjunta”.

Normas de presentación de colaboraciones para larevista Visión Conjunta

ColaboracionesPodrán ser artículos de opinión originales, re-sultados de trabajos de investigación seleccio-nados, traducciones y recensiones o co men -tarios de artículos, libros u otra fuente de con-sulta.

La revista de la Escuela Superior de GuerraConjunta es de difusión pública y, en cualquiercaso, la dirección de la revista se reserva el de-recho de aceptar la colaboración.

Aceptado y publicado el material original,queda amparado por las prescripciones de laLey de Propiedad Intelectual Nº 11.723 y seautoriza la reproducción parcial o total de lascolaboraciones publicadas con la expresa men-ción del autor y la fuente.

Exigencias formales de presentaciónSe encuentran especificadas en la versión di-gital de la publicación y pueden solicitarse a ladirección de correo electrónico de la revista.

Remisión y correspondencia con la revistaLas colaboraciones serán remitidas o presen-tadas en la dirección de la revista, firmadas,con aclaración de firma, e indi - cación del gradoy destino o título, domicilio y teléfono del autor.Asimismo, toda la correspondencia relacionadacon la publicación será dirigida a la direcciónde la revista:

Secretario de redacción de la revista Visión ConjuntaLic. Pedro JofréSecretaría de ExtensiónEscuela Superior de Guerra Conjunta delas Fuerzas ArmadasMaipú 262, 3º piso CP (C1084ABF) CABACorreo electrónico: [email protected]

Reconocemos y agradecemos por su invalorablecooperación a todos aquellos que con su apoyohicieron posible el proyecto Visión Conjunta.

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Nuestra revista también está disponible en su versión digital

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Escuela Superior de Guerra Conjunta • Fuerzas Armadas de la República Argentina 1

Año 3 - Nº 3 - 2011

Sumario

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38

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EditorialPalabras del Director de la Escuela Superior de Guerra Conjunta de las Fuerzas ArmadasJosé María Félix Martin

Contenido generalEl arte operacional de Clausewitz en laSegunda Guerra del LíbanoOmar Alberto Locatelli

El liderazgo militar y sus nivelesMiguel Ángel Podestá

La Argentina en su Bicentenario. El nacimiento de la nación Argentina y su soporte territorialAdolfo Koutoudjian

El renacer de los dinosauriosSergio Rubén Chiacchio

La energía: evolución y perspectivas estratégicasHugo Alberto Carranza

Producción de docentes y alumnosLos planes y las operaciones de velo y de engaño en el teatro de operacionesIgnacio Zubeldía

Columnista invitadoAlgunos aspectos de la Independencia y la organización de nuestro país (1806-1852)Juan José Cresto

galeras VISION CONJUNTA Nº 3:Maquetación 1 5/24/11 10:19 AM Page 1

Escuela Superior de Guerra Conjunta • Fuerzas Armadas de la República Argentina2

El tercer número de la revista nos encuentra nue-vamente persiguiendo objetivos que buscan optimizarla oferta académica de nuestro instituto: tratamos demejorar el contenido y el continente.

Las obras edilicias correspondientes a la cons-trucción del nuevo Centro Educativo de las Fuerzas Ar-madas (CEFA) están en plena ejecución. Este poloeducativo estará ubicado en el predio que albergase ala Escuela Superior de Guerra del Ejército Argentino enla avenida Luis María Campos Nº 480 de la Ciudad Au-tónoma de Buenos Aires. De acuerdo con las directivasimpartidas por el Ministerio de Defensa y por el jefedel Estado Mayor Conjunto, allí funcionarán las tres es-cuelas de guerra específicas y este instituto.

Como todo proyecto en ejecución, además de los ne-cesarios cambios edilicios que hoy comienzan a visua-lizarse, este también contiene anhelos, expectativas y,por qué no, cierta cuota de incertidumbre. Todo indicaque, al momento en que el lector reciba el próximo nú-mero de esta revista, ya estará en marcha la mudanzadel mobiliario de las escuelas hacia los nuevos edificiosque albergarán a los oficiales, los alumnos, las biblio-tecas, los salones de reuniones, etcétera.

En cuanto al contenido, nuestra preocupación se-guirá siendo perfeccionar la preparación de nuestrosjefes y oficiales superiores alumnos, adecuando losprogramas y desarrollando el ciclo lectivo dentro de unmarco de libertad académica que permita a los profe-sores transmitir sus conocimientos, perspectivas y ex-periencias, sin limitación alguna, y a los alumnos poderexpresarse desarrollando su creatividad.

Deberemos también procurar una mayor aperturahacia la comunidad, desarrollando jornadas, seminarios,debates, simposios conjuntamente con otras organiza-ciones que hacen a la Defensa Nacional y compartir es-tudios de casos con otros institutos universitarios.

Será también nuestra obligación inculcar una in-claudicable actitud de investigación, de desarrollo defacultades, quizás no utilizadas en la magnitud que de-beríamos, la creatividad y voluntad para alcanzar lasmetas que nos proponemos.

Como expresa un viejo adagio: “Hay hombres quehacen que las cosas pasen, hay otros que miran cómo

pasan las cosas y finalmente hay quienes nunca seenteran de lo que pasó”.

Formamos parte del primer grupo, por formación ypor personalidad. Solo con voluntad y perseveranciapodremos seguir haciendo que las cosas pasen, porel bien de nuestras familias, la defensa y el país.

Tal como reza nuestro lema: “Pensar es un privile-gio que debemos ejercer para no perder”. Sigamosdicho lema, que arribaremos a buen puerto.

Tengamos siempre presente las palabras de SirFrancis Bacon:

“Quien no quiere pensar es un fanático,Quien no puede pensar es un idiota,Quien no se anima a pensar es un cobarde”.

En la esperanza de que el próximo número nos en-cuentre ya cerca del muelle de arribo que significa elnuevo edificio del Centro Educativo de las Fuerzas Ar-madas, me despido saludando a todos y cada uno delos lectores con el aprecio de siempre.

Palabras del director

CONTRAALMIRANTE JOSÉ MARÍA FÉLIX MARTIN

DIRECTOR DE LA ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA

CONJUNTA DE LAS FUERZAS ARMADAS

Editorial


Escuela Superior de Guerra Conjunta • Fuerzas Armadas de la República Argentina

Año 3 - Nº 3 - 2011Editorial

La misión de la Escuela Superior de Guerra Conjunta será:

“Capacitar a los alumnos en el ejercicio de la con-ducción en el nivel Estratégico Operacional y en eldesarrollo de las funciones del estado mayor en losniveles Estratégico Operacional y Estratégico Militaren el marco de la acción conjunta y conjunta-combi-nada, a fin de optimizar el empleo del InstrumentoMilitar de la Nación, y perfeccionar profesionales in-teresados en la Defensa Nacional, mediante el desa-rrollo de ofertas educativas de posgrado, proyectosde investigación y acividades de extensión”.

A ese efecto, la Escuela dictará carreras de pos-grado en dos niveles:

Nivel I: para ser impartida a oficiales jefes de lasFuerzas Armadas y de otros países, en la jerarquíade mayor o equivalente.

Nivel II: para ser impartida a oficiales superioresy jefes de las Fuerzas Armadas Argentinas y deotros países, en la jerarquías de coronel y tenientecoronel o equivalentes.

Visión La Escuela Superior de Guerra Conjunta será el

instituto académico militar de mayor nivel en elperfeccionamiento del Personal Militar Superior ar-gentino y de otros países y graduados universita-rios, en conocimientos y habilidades afines a laDefensa Nacional.

LA EDUCACIÓN SUPERIOR

EN EL NIVEL ESTRATÉGICO DE LA

ESCUELA SUPERIOR DE

GUERRA CONJUNTA (ESGC)

“La educación superior ha dado sobradas pruebas desu viabilidad a lo largo de los siglos y de su capacidad paratransformarse y propiciar el cambio y el progreso de la so-ciedad. Dado el alcance y el ritmo de las transformaciones,la sociedad cada vez más tiende a formarse en el conoci-miento; razón por la cual la educación superior y la inves-tigación forman hoy en día una parte fundamental deldesarrollo cultural, socioeconómico y ecológicamente sos-tenible de los individuos, las comunidades y las naciones.

Por consiguiente, y dado que tiene que hacer frente aimportantes desafíos, la educación superior ha de em-prender las transformaciones necesarias para que la so-ciedad contemporánea, que en la actualidad vive unaprofunda crisis de valores, pueda trascender las conside-raciones económicas y asumir dimensiones de moralidady espiritualidad más arraigada”. UNESCO (1998).

Es importante señalar que la planificación estratégicaes un proceso de evaluación sistemática en la cual se de-finen objetivos, lineamientos y políticas, y donde se plan-tean además tres grandes interrogantes: ¿dónde estamoshoy?, ¿dónde queremos ir? y ¿cómo podemos llegar adonde queremos ir?

El interrogante ¿dónde estamos hoy? permite hacerun análisis de la situación, es decir, del entorno internoy de la competencia que en nuestro carácter es inter-nacional por estar reflejada en otras Fuerzas Armadas;el ¿dónde queremos ir? se refiere a los objetivos ymetas a largo plazo y el ¿cómo podemos llegar a dondequeremos ir? nos lleva a comprender lo institucional denuestra escuela.

La planificación estratégica como instrumento clavepara el desarrollo educativo va a incidir en el crecimientoy el desarrollo económico, en la toma de decisiones, en lainversión productiva y en cambios estructurales en el sis-tema estratégico de la Escuela Superior de Guerra Con-junta. Por lo tanto, el sistema educativo del nivel que nosocupa está estrechando aún más los lazos entre la do-cencia, la investigación y la extensión, instaurando con-venios de cooperación entre los sectores educativosnacionales y privados en un marco de reciprocidad.

La educación superior en la Escuela Superior de GuerraConjunta de nuestras FF.AA. ha asumido un nuevo modeloparadigmático de planificación estratégica, que es eficaz yeficiente en los diferentes ámbitos especiales (estratégicooperacional y estratégico militar), adaptado a la estructuray funcionamiento organizacional, el cual proporciona consu hacer cotidiano un mecanismo instrumental a la con-ducción superior.

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OMAR ALBERTO LOCATELLI es coronel retirado. Se desempeñócomo agregado argentino de Defensa en el Estado de Israel,entre los años 2005-2006. Durante el conflicto del Líbanoen 2006 fue designado decano de los agregados internacio-nales en Israel y participó en las principales reuniones acla -ratorias relacionadas. Actualmente es profesor adjunto de lamateria Estrategia Operacional en la Escuela Superior deGuerra Conjunta. Además ha sido invitado a participar comoexpositor en la Red de Asuntos Estratégicos Militares del Mi-nisterio de Defensa y de la Jefatura de Inteligencia del Ejér-cito Argentino. Entre sus obras publicadas se encuentranChipre, la misión de la esperanza, Soberanía y terrorismo y LaSegunda Guerra del Líbano. Causas y consecuencias. Tam-bién ha escrito el libro Crónica de la Segunda Guerra del Lí-bano de próxima aparición.


Contenido general

Si la interpretación de un conflicto en la actualidadpuede tener variadas aristas de difícil pulido, más complejoaún puede ser tratar de interpretar cómo los comandantesmilitares tradujeron esas razones políticas para el desarro-llo del conflicto. La Segunda Guerra del Líbano presenta undesafío mayor por las diversas razones que movieron a lapolítica dentro de su juego.

La interpretación del arte operacional de cada bando enesta guerra es el reflejo de una finalidad especial acordecon las necesidades iniciales y su posterior evolución, queprovocó un final militar planificado. El cumplimiento de lasmetas políticas iniciales solamente quedará en la mente dequienes las concibieron. Los testimonios de los comandan-tes y de los respectivos analistas dan cuenta de cómo fue-ron modificándose según las necesidades.

Tal vez, solo en la interpretación del método de Clause-witz se pueda confirmar qué fue lo que facilitó al poder po-lítico cumplir con las metas iniciales y salir airoso en losniveles inferiores. Quizás esta nueva forma de traducir lasfinalidades superiores en acciones tácticas facilite el en-tendimiento de cómo se desarrollaron las acciones y el por-qué de ellas. Únicamente la mente de los comandantesmilitares podrá desentrañar el interrogante de saber si secumplió con la planificación inicial, más allá de los resulta-dos obtenidos.

El arte operacional de Clausewitz en la

Segunda Guerra del Líbano

ANÁLISIS INICIAL

por Omar Alberto Locatelli*

Mapa de la región en conflicto

Ataque aéreo israelí sobre la ciudad libanesa de Tiro el 26 de julio

*

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Contenido general

Cuando se incursiona en el nivel operacional, se descu-bre que no hay ley ni principio lo suficientemente aptos quepermitan lidiar con un ambiente tan cambiante e inestablecomo la guerra1.Uno de los principales estudiosos del fe-nómeno de la guerra, el barón Antoine Henri Jomini, consi-deraba que “si el arte de la guerra consiste en llevar lamayor fuerza posible al punto decisivo del teatro de opera-ciones, la elección de la línea de operaciones (en su carác-ter de medio primario para obtener este fin) debe ser vistacomo fundamental en el diseño de un buen Plan de Cam-paña”. Desde esta premisa se revoluciona el pensamientomilitar tratando de planear el enfrentamiento de la mejormanera para darles modernas posibilidades a los conten-dientes.

Después de la Guerra Franco-Prusiana de 1870, surgenlos niveles de planeamiento, como análisis metodológico delos hechos que suceden en una guerra, para facilitar su con-ducción, como forma lógica de razonamiento. Ellos original-mente fueron el nivel estratégico, el operacional y el táctico.Luego de la Segunda Guerra Mundial al nivel estratégico selo dividió en estratégico nacional y estratégico militar. La fi-nalidad de esta división reside en que cada nivel pueda fijarqué es lo que busca como meta para terminar el enfrenta-miento, cuáles son los objetivos que lo materializarán y qué

medios necesita para lograrlos. Si esto no se logra en unnivel, pasa a ser un problema del nivel superior que deberábuscar una solución de su nivel.

En el caso del nivel operacional, que nos ocupa, traducelo que busca la estrategia militar para que sea interpretadocomo misiones para las fuerzas de empleo en el nivel tác-tico. A esta denominación obedece lo que se conoce comoplan de campaña, que es la forma creativa y única en quecada comandante de teatro o comandante operacional con-junto combina los elementos del diseño operacional, en-tendido como arte operacional.

El arte operacional comprende la habilidad, la imagina-ción, la creatividad y la intuición para planear y conducir eldespliegue y el empleo de una fuerza multinacional conjuntay sus capacidades, coordinar con actividades no militares,en una serie de operaciones relacionadas en el tiempo y elespacio, para establecer las condiciones militares que per-mitan alcanzar el estado final deseado. Elaborar estrategiaen el nivel operacional significa disponer de recursos paralograr fines e implica el uso creativo de esos recursos paradiseñar caminos o métodos para alcanzarlos2. El arte ope-racional no se aplica específicamente a ningún nivel con-creto de mando, sino que es la forma creativa en que secombinan los elementos del diseño operacional.

EL DISEÑO OPERACIONAL

LOS ELEMENTOS DEL DISEÑO OPERACIONAL

Estado finalEl estado final (o situación final, final state, en inglés)

corresponde al fin político y no es otra cosa que el “objetode la guerra”. Describe las condiciones que tienen que exis-tir una vez alcanzados los objetivos político-estratégicos(por ejemplo: paz y seguridad en la zona). El estado final,para poder llevar a cabo con éxito las operaciones, ademásde tener que ser medible a través de unos criterios que re-ciben el nombre de “criterios de finalización”, debe estarclaramente definido por el nivel político antes de iniciar elplaneamiento y, por supuesto, antes de comenzar la ope-ración. El propósito político no siempre expresa un objetivomilitar adecuado. La suma de los diferentes estados fina-les deseados (militar, económico, social) constituye el es-tado final u objeto por el cual un gobierno decide ordenarque se emprenda una acción militar.

En el caso de Israel era forzar al Líbano a actuar comoun Estado soberano en el sur de su territorio, evitando queHezbollah parezca un estado dentro de otro estado3. Mien-tras que para Hezbollah era (y es) la destrucción del Estadode Israel y la liberación de Palestina y Jerusalén4.

Estado final militarEl estado final militar contribuye, junto con el resto de

las situaciones finales deseadas definidas en términoseconómicos o de otra índole, al logro del estado final pro-piamente dicho. Si se confunden el estado final militar conel estado final o fin político, se corre el riesgo de obtenerla victoria a nivel operacional pero la derrota a nivel polí-tico. Según Clausewitz: “(…) No se comienza ninguna gue-rra, o no debería comenzarse ninguna, sin preguntarse loque se debe realizar en la guerra y por la guerra. Lo pri-mero es el fin inmediato o preliminar, lo otro es el objetivofinal (…)”.

En operaciones en amplios espacios y con pocas tropas,donde es de esperar que se pierda el contacto y las comuni-caciones entre las fracciones, es necesario que los coman-dantes de todos los niveles conozcan el estado final de los

3Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), exposición durante las operacio-nes donde el autor estuvo presente, 13 de julio de 2006.

4Anthony Cordesman, George y William Sullivan, Lessons of the 2006Israeli-Hezbollah War, Washington DC, Center for Strategic and InternationalStudies CSIS, 2007, p. 33.

1Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas Argentinas, Manualde estrategia y planeamiento para la acción militar conjunta. Nivel opera-cional, La campaña (Proyecto), capitulo I, Buenos Aires, 2009, p. 8.

2Ibídem, capítulo III, p. 25.



Contenido general

objetivos que se deben lograr o sea la finalidad del escalónsuperior. Ello les va a permitir actuar sin esperar órdenes quepuedan llegar tarde o nunca. Este ambiente operacional, ca-racterizado por la incertidumbre y la ausencia de órdenes,motivó la aparición de un nuevo párrafo en el punto 3 de losplanes y órdenes: la intención del comandante, que inclusiveprecede al “concepto de la operación” tradicional.

El estado final militar, también expresado como objetivoestratégico-operacional, se puede interpretar como un pro-pósito que tiene que ser alcanzado. En el caso israelí era:debilitar la infraestructura de Hezbollah y crear las condi-ciones favorables para que el gobierno libanés se respon-sabilice de su territorio y desarme a las milicias.5

Mientras que para Hezbollah se interpretó como la reti-rada completa de los territorios libaneses limítrofes con Is-rael, incluidas las Granjas Sheeba.6

Objetivo operacionalLas operaciones conjuntas multinacionales deben diri-

girse directamente a objetivos claramente definidos y com-prendidos por todos, que contribuyan a alcanzar el estadofinal.

Una vez establecidos los criterios de finalización, los es-tados mayores operacionales continúan con el desarrollo delos objetivos estratégicos que marcarán el fin de las opera-ciones militares. Este fin representa un punto en el tiempomás allá del cual el Gobierno no requiere del instrumento mi-litar para lograr los objetivos remanentes del estado final.

Mientras el estado final militar contiene varios de los ob-jetivos del estado final, también puede poseer otros quecontribuyan o apoyen a éste. Aparte del obvio papel que tie-nen para cumplimentar los objetivos estratégicos nacionalesy militares, claramente definen las condiciones que pro-mueven la acción unificada, facilitan la sincronización y ayu-dan a clarificar (eventualmente reducir) los riesgos de lasoperaciones conjuntas. Los comandantes deben incluir ensu orientación e intención el estado final militar.

Los comandantes establecen objetivos a su nivel paracentrar la acción de sus subordinados y para proporcionarun claro propósito a sus fuerzas. Los objetivos determinanmetas propias que se deben lograr. Los efectos describencomportamientos del sistema en el ambiente operacionalque condicionan el logro de los objetivos. Las tareas sonacciones propias directas.

En el caso de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) susobjetivos militares fueron:

1 Dañar o mutilar Hezbollah, entendiendo que no se lopodría destruir como fuerza militar y que continuaríasiendo una fuerza política en su país.

2 Destruir el comando Oeste iraní antes de que Iránobtuviera sus armas nucleares.

3 Restituir la credibilidad de disuasión israelí despuésde la retirada unilateral del Líbano del año 2000.

4 Retornar vivos a los dos soldados capturados sinmayores intercambios de prisioneros.7

Las acciones armadas de Hezbollah fijaron sus objeti-vos en:

1 Debilitar la resolución de Israel de entrar en contactocon Hezbollah mediante el bombardeo de territorioisraelí tan frecuente y profundo como sea posible, eincrementando las bajas militares en el terreno.

2 Debilitar la imagen invencible de Israel, limitando sucapacidad militar de cumplir sus objetivos estratégi-cos, a través de daños a infringir en las poblacionesdel norte del territorio israelí, tan frecuente y pro-fundo como sea posible.8

Centro de gravedadEl centro de gravedad es la capacidad propia o del ene-

migo, que derrotada o eliminada va a forzar a rendirse o anegociar la paz. También puede ser esa característica, ca-pacidad o fuente de poder de la cual una fuerza militar de-riva su libertad de acción, fuerza física o voluntad de lucha.Es deber de todo comandante identificar el centro de gra-vedad del enemigo y ocultar el propio.

Para Israel era de fundamental importancia la protecciónaérea y terrestre de la población e instalaciones del norte ycentro del propio territorio.9 Mientras que para Hezbollah,en palabras de su secretario, era la supervivencia de la es-tructura del comando militar de Hezbollah.10

Capacidades, requerimientos y vulnerabilidades críticas

Del análisis profundo de las condiciones, los componen-tes y los recursos necesarios para generar, aplicar y soste-ner la fuerza sobre los centros de gravedad surgen lascapacidades críticas. Una vez establecidas las capacidadescríticas que constituirán los centros de gravedad para el opo-nente y de las fuerzas propias, el siguiente paso es determi-nar el camino crítico para poder alcanzar los centros degravedad. Los centros de gravedad raramente estarán cons-

5FDI, exposición durante las operaciones donde el autor estuvo pre-sente, 13 de julio de 2006.

6David Makovsky, “Israel’s Policy and Political lessons from the war”,Lessons and Implications of the Israel-Hezbollah War, Washington Institutefor Near East Policy, Police Focus # 60, Washington, 2006.

7FDI, exposición durante las operaciones donde el autor estuvo pre-sente, 7 de agosto de 2006.

8Anthony Cordesman, George y William Sullivan, ob. cit. supra, nota 4,p. 34.

9FDI, exposición durante las operaciones donde el autor estuvo pre-sente, 13 de julio de 2006.

10Hassam Nasrallah, discurso televisado por Al Manar del 14 deagosto 2006.



Contenido general

tituidos por un elemento simple, por lo general será un sis-tema complejo, estructurado y organizado para que su fuerzay poder provenga de un cierto número de capacidades críti-cas, que proporcionarán los primeros objetivos específicos.

Las capacidades críticas que constituyen los centros degravedad están por lo general interrelacionadas y funcionande una forma conjunta para obtener la sinergia necesariapara proporcionar libertad de acción, equilibrio y poder.Estas capacidades, a su vez, dependen de condiciones es-pecíficas, de componentes o recursos que son esencialespara sostenerlas. Así entenderemos como requerimientoscríticos aquellos que permitan degradar o eliminar por com-pleto una capacidad crítica, y pueden ser tanto físicos, ci-bernéticos o morales.

La vulnerabilidad crítica existe cuando un requerimientocrítico es deficiente, está degradado o se ha perdido, de ma-nera que expone a una capacidad crítica a su pérdida o daño.

En el caso israelí la capacidad crítica que afectaba elcentro de gravedad de Hezbollah estaba materializada en ladestrucción y neutralización de misiles y cohetes de largo,mediano y corto alcance, que a su vez, afectaban su propiocentro de gravedad. A tal efecto su principal requerimientocrítico era la obtención de información adecuada y actuali-zada de los diferentes emplazamientos de los lanzadoresde vectores.11 Mientras que como vulnerabilidad crítica sedestacaron la falta de actualización de blancos en el surdel territorio libanés y la falta de preparación de las FDI paraun combate convencional.12

Para Hezbollah su capacidad crítica eran los lanza-mientos de misiles y cohetes de corto, mediano y largo al-cance sobre las poblaciones del norte de Israel, porquefueron el sustento de su centro de gravedad, que afectabael de Israel. En cuanto a su requerimiento crítico era la ubi-cación fidedigna de las concentraciones de tropas en pro-ximidades del límite internacional para su neutralización y/ocaptura de soldados, para disminuir su capacidad ofensivay facilitar la obtención de prisioneros para intercambio. Laprincipal vulnerabilidad crítica manifestada fue la falta deprevisión de la magnitud de la respuesta israelí al secues-tro de los soldados.13

ManiobraLa maniobra es una combinación de movimientos y ac-

ciones que permiten aproximarse o sustraerse en un teatrode operaciones para colocarse en una posición ventajosa res-pecto del enemigo, puede ser ofensiva, de detención o dedesgaste. Suele confundirse la maniobra táctica con la ope-racional. La maniobra táctica trata de los enfrentamientos yla maniobra operacional trata del mejor posicionamiento de

las tropas para librar esos enfrentamientos. A veces, la ma-niobra operacional disloca al enemigo antes de los enfrenta-mientos, que es la esencia de la aproximación indirecta.También suele confundirse a la maniobra con las líneas deoperaciones. Aunque ambas significan movi mientos, las líneasde operaciones se dirigen a los puntos decisivos del centro degravedad. Finalmente, se debe conocer que algunos paísesconsideran como maniobra únicamente a la ofensiva.

Para Israel el tipo de maniobra fue ofensiva. Estuvo cons-tituida por una campaña aérea inicial, una campaña terres-tre de incursiones hasta la conquista de Bint J’Beil, paraconcluir con una ofensiva general que aseguró una franja li-mítrofe de 10 km al sur del río Litani y permitió el desplieguede una fuerza internacional.

Por el contrario, para Hezbollah la maniobra fue de des-gaste. Se inició con la preparación territorial al sur del río Li-tani en el año 2000, cuando se retiraron las FDI del territoriolibanés. A partir de la captura de los soldados israelíes, serealizó una acción retardante hasta atraer a la masa de lasfuerzas en la zona de Bint J’Beil a fin de destruir efectivosdelante de las posiciones preparadas. Luego del rechazo dela ofensiva israelí se limitó a ocasionales combates en lazona fronteriza al sur del río Litani.

Líneas de operacionesLas líneas de operaciones conectan a la propia fuerza

desde su base de operaciones hasta los objetivos milita-res. En términos geográficos, comunican una serie de pun-tos decisivos que llevan a obtener el objetivo final o a laderrota del enemigo. Lo difícil es tener más de una línea deoperaciones conduciendo operaciones simultáneas, porqueello requiere fuerzas ágiles, de gran capacidad de res-puesta y un sistema eficaz de comando y control. Las lí-neas de operaciones, cualquiera sea el lugar de laclasificación donde se las quiera poner, son líneas interio-res (que también se denominan divergentes) y líneas exte-riores (que también se denominan convergentes). Porlíneas interiores se entiende cuando la fuerza opera enforma divergente respecto a un punto central. Por líneasexteriores se entiende cuando la fuerza opera en formaconvergente sobre un enemigo, de allí que Clausewitz lasdenominase líneas convergentes.

Las líneas de operaciones permiten planificar todas lasactividades de cada componente o sector involucrado a lolargo de las diferentes fases de la campaña. A su vez posi-bilitan que cada componente o similar conozca cuál es elpunto decisivo dentro de cada fase y a quién se deberá apo-yar para lograrlo.

Punto decisivoUn punto decisivo es una ubicación geográfica, un su-

ceso clave específico o un sistema de capacidades que per-mite a los comandantes obtener una ventaja marcada sobreun enemigo e influir sobremanera en el resultado de unaoperación. Un centro de gravedad está compuesto por unaserie de puntos decisivos.

11Anthony Cordesman, Preliminary Lessons of the Israeli-HezbollahWar, Working draft for outside comment, Washington, Center for Strategicand International Studies CSIS, 2006, p. 16.

12Alon Ben-David, “IDF Introspective prior to withdrawal from Lebanon”,Jane´s defence weekly, 20 de septiembre de 2006.

13Amal Saad-Ghorayeb, “Hezbollah’s outlook in the current conflict,part One: Motives, Strategy and Objectives”, Carnegie Endowment for In-ternational Peace, Policy Outlook # 27, agosto de 2006



Contenido general

Líneas de operaciones de Israel

Op(s) Ae: a-Destrucción de los misiles delargo y mediano alcance (01)*, b-Destrucción/neutralización de los misiles y cohetes de cortoalcance, c-Neutralización de envíos de arma-mento desde la frontera libia (04), d-Apoyode fuego cercano a las operaciones terres-tres, d-Operaciones en la profundidad del terri-torio enemigo (Valle del Bekaa), e-Aislamientodel sur del territorio libanés p/evitar apoyo a laoperación defensiva, f-Apoyo de fuego cercanoa la ofensiva terrestre.

Op(s) Terr: a-Incursiones para recuperar lossoldados y para la obtención de informaciónsobre la ubicación de los lugares de lanza-mientos cercanos (03), b-Operaciones de co-mandos en las costas para ubicar lugares delanzamientos medianos y cercanos, c-Ofen-siva para asegurar una franja de 5/10 kmsobre el límite (05), d-Ofensiva sobre BintJ´Beil (06), e-Mantenimiento y ampliación dela zona fronteriza alcanzada (10), f-Ofensivahasta el sur del río Litani (11).

Op(s) Nav: a-Bloqueo Naval (02), b-Apoyo defuego a las operaciones de los comandospara neutralizar los lugares de lanzamientoscosteros., c-Neutralización de envíos maríti-mos a las posiciones costeras.

Op(s) Frente interno: a-Desplazamientos de ci-viles desde las ciudades del norte hacia elcentro del país, b-Protección de objetivos es-tratégicos (centrales nucleares y bases nava-les de Haifa y de Ashdod), c-Mantenimientode la moral de la población (07), d-Controlde movimientos desde los territorios palesti-nos, especialmente del norte del país.

Op(s) logísticas: a-Movilización de reservas paracompletar las reservas de una división (1ra se-

mana), b-Completado de los depósitos de movili-zación, c-Movilización de reservas para com -pletar dos divisiones más (3ra semana) (08).

Op(s) Comando: a-Detección y señalamientode emisiones costeras hasta Beirut, b-Neu-tralización de posiciones avanzadas al sur delLitani, c-Acciones en la profundidad del dis-positivo enemigo (Valle del Bekaa) (07).

Op(s) psicológicas: a-Lanzamientos de pan-fletos sobre las poblaciones libanesas al surdel río Litani para evitar el apoyo a los com-batientes de Hezbollah.

-Acciones diplomáticas: a-Demostración interna-cional de la condición de AGREDIDO; b-Consolida-ción del apoyo internacional (reunión de ROMA);c-Obtención de mayor cantidad de tiempo paraconsolidar la ofensiva terrestre (09), d- Ob-tención del consenso internacional, e-Consoli-dación del consenso internacional paraacordar la Resolución del Cese de Hostilida-des y del refuerzo internacional de UNIFIL (12).

Puntos decisivos de Israel

1 Destrucción de misiles de largo alcance ydel puesto de comando enemigo.

2 Bloqueo naval y neutralización de puertos.3 Incursiones para la búsqueda de soldados

y misiles de corto alcance.4 Interdicción frontera siria.5 Incursiones para asegurar la zona fronteriza.6 Ofensiva sobre Bint J ’Beil.7 Mantenimiento del frente interno.7 Operaciones sobre Valle Bekaa.8 Movilización de reservas.9 Obtención de consenso para continuar la

ofensiva.11 Ampliación de la zona de seguridad fronte-

riza.11 Ofensiva hasta el sur del río Litani.12 Despliegue de fuerzas internacionales y li-

banesas como refuerzo de UNIFIL.

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ISRAEL

En el caso de Israel hubo uno principal en cada fase dela operación. En el inicio fueron los suburbios de Beirut,donde se encontraba el comando de Hezbollah y la ubica-ción de los misiles de mediano y largo alcance14. A partir defijar la ofensiva terrestre fue la conquista de la localidad deBint J’Beil, centro del dispositivo defensivo de Hezbollah alsur del río Litani. Cuando fue rechazada la ofensiva, paraseguir evidenciando una disuasión creíble fueron los ata-ques a los centros de entrenamiento y abastecimiento deHezbollah, en el Valle de Bekaa15. Antes del cese de hosti-lidades, durante la ofensiva final que aseguró la zona fron-

teriza de despliegue de la fuerza internacional, fue necesa-rio neutralizar los lugares de acceso de abastecimientos yrefuerzos de personal de Hezbollah, en la frontera sirio-li-banesa y en los puertos libaneses al sur de Beirut16.

Para Hezbollah en cambio se inició con los lanzamientosde corto alcance sobre la localidad de Safed (norte de Is-rael), centro del Comando Norte de las FDI. Continuó conlos lanzamientos de corto y mediano alcance sobre elpuerto y la ciudad de Haifa en el norte de Israel. Como finalse extendieron los lanzamientos de drones no tripuladoshacia el centro de Israel17. También es destacable como

* El texto y el número entre paréntesis resaltado indican el orden general del punto decisivo a conquistar dentro del plan de campaña, mencionadoscorrelativamente al final y explicados en forma teórica a continuación.

14FDI, exposición durante las operaciones donde el autor estuvo pre-sente, 7 de agosto de 2006.

15Anthony Cordesman, ob. cit., supra, nota 11.

16Ibídem, p. 18.17David Fulghum y Douglas Barrie, “The Iranian Connection”, Aviation

week and Space Technology, 14 de agosto de 2006, p. 20.



Contenido general

punto decisivo las coordinaciones de Hezbollah con Hamaspara mantener fuerzas israelíes aferradas en Gaza.

Punto culminanteEl punto culminante es un concepto de aplicación en los

tres niveles de la guerra. En el nivel estratégico el punto cul-minante puede ser resultado de la erosión de la voluntadnacional, una disminución del apoyo popular, cuestiona-miento de la legitimidad o restricciones o vacíos en la pro-tección conducentes a excesivas bajas. La relevancia en elnivel operacional y táctico se refiere tanto para operacionesofensivas y defensivas. En operaciones ofensivas, el puntoculminante es el punto en el tiempo y en el espacio dondeel poder de combate efectivo del atacante ya no excede el

del defensor o el momentum del atacante ya no puede man-tenerse más o ambos casos. En las operaciones defensi-vas se alcanza el punto culminante cuando las fuerzas ya nopueden defender con perspectivas de éxito o contraatacarpara restaurar la cohesión de la defensa.

Para las FDI, fue alcanzado cuando se produjo el rechazode la ofensiva terrestre sobre Bint J’Beil. También fue pro-ducto de la suspensión de la ofensiva aérea por 48 hs,luego del ataque a Qana (donde fue denunciado un ataquea un edificio con civiles). Además hubo de suspender las ac-ciones aéreas por la destrucción por el fuego de un puestode observación de la ONU en Khiam con la muerte de cua-tro observadores.

En el caso de Hezbollah, si bien no estuvo tan marcado,se evidenció una disminución de sus acciones cuando se

Líneas de operaciones de Hezbollah

Op(s) lanzamientos: a-Lanzamientos de co-hetes de corto alcance sobre ciudades delnorte de Israel (01), b-Lanzamientos demediano y largo alcance sobre blancos na-vales y depósitos de combustible de lazona de Haifa (03), c-Incremento de loslanzamientos sobre las poblaciones israe-líes cercanos a la concentración de reser-vas (07), d-Lanzamientos de drones notripulados sobre el centro del territorio is-raelí (10), e-Mantenimiento del volumen delanzamientos sobre la frontera.

Op(s) Terr: a-Acciones de atracción de pa-trullas hacia emboscadas fronterizas(01), b-Acciones sobre blancos navalescosteros, c- Defensa de posiciones fortifi-cadas al sur del río Litani, d- Defensa elás-tica sobre Bint J´Beil (07), e-Asegurar lazona fronteriza alcanzada, f-Defensa gene-ral desde el sur del río Litani hasta lafrontera (11).

Op(s) Frente interno: a- Incremento del re-clutamiento e instrucción de reservas (05),b-Desplazamiento de civiles hacia el nortedel país para enmascarar el traslado decombatientes heridos (12).

Op(s) psicológicas: a-Difusión de proclamasradiales y televisivas acusando de la inva-sión israelí (02), b-Convocatoria para utili-zar lugares civiles como depósitos dearmamento (06), c-Influencia sobre el go-bierno libanés para fomentar el apoyo po-pular (08), d-Contactos con Hamas paraejecutar operaciones en Gaza que aferrenfuerzas de las FDI en el sur de Israel.

Op(s) logísticas: a- Desplazamiento de co-hetes para reforzar a los utilizados en elfrente al sur del río Litani (04), b-Movi-mientos de abastecimiento desde la fron-tera siria (09).

Acciones diplomáticas: a- Presión sobre lospaíses árabes para apoyo a las acciones mi-litares, b- Incremento sobre la Liga Árabepara establecer un cese de hostilidades, c-

Incremento de acciones internacionalespara forzar una resolución de la ONU sobreel cese de hostilidades, d- Contactos conHAMAS para aferrar militarmente tropas is-raelíes en la Franja de Gaza (13).

Puntos decisivos de Hezbollah

1 Lanzamientos de corto alcance sobre lo-calidades limítrofes.

1 Ataque y captura de soldados israelíes.2 Difusión de proclamas radiales y televisi-

vas condenando la invasión israelí.3 Lanzamientos de mediano alcance

sobre blancos navales y depósitos enHaifa.

4 Desplazamientos de cohetes al sur delrío Litani.

5 Incremento del reclutamiento y adiestra-miento de reservas.

6 Convocatoria para utilizar diferentes lu-gares civiles para depósitos de arma-mento.

7 Defensa y reacciones ofensivas en BintJ´Beil.

7 Incremento de lanzamientos de corto ymediano alcance.

8 Influencia sobre el gobierno libanés paraasegurar el apoyo popular.

9 Incremento del movimiento de abasteci-mientos desde la frontera siria.

10 Lanzamientos de drones no tripulados delargo alcance.

11 Defensa desde posiciones fortificadas alsur del río Litani.

12 Desplazamientos de civiles hacia el nortepara ocultar el movimiento de heridos.

13 Contactos con Hamas para aferrar fuer-zas israelíes en Gaza.

HEZBOLLAH



Contenido general

produjo el inicio de operaciones de tropas de comandos enla profundidad del territorio libanés (Baalek). También se po-dría citar una disminución de actividades cuando se pro-mulgó la resolución de la ONU 1701 sobre el cese dehostilidades.

Esfuerzo operacionalEl esfuerzo operacional es la concentración de medios o

fuerzas en un área particular, donde el comandante buscaobtener resultados favorables. Los esfuerzos cambian deacuerdo a cada momento de la operación según sean prin-cipales, secundarios y de apoyo. No deben enunciarse porseparado, sino en conjunto.

Para Israel en el inicio de la campaña, su esfuerzo prin-cipal estuvo a cargo de la fuerza aérea para destruir los lan-zadores de mediano y largo alcance, y el esfuerzosecundario estuvo en las operaciones terrestres con la fi-nalidad de rescatar a los soldados capturados. Durante laofensiva terrestre para la conquista de Bint J’Beil estuvomaterializado en el apoyo al avance de la división Galili y enel apresto de la división Golani.

En el final de la campaña, cuando se trataba de asegu-rar una zona de seguridad para el despliegue de la fuerza in-ternacional, el esfuerzo principal fue el apoyo al desplieguede dos divisiones más para asegurar una franja desde lafrontera de 10 km al sur del río Litani.

En el caso de Hezbollah su esfuerzo principal estuvo enlas incursiones terrestres para capturar soldados israelíesen el norte de Israel. Durante el desarrollo de la campaña,se materializó en el incremento de los lanzamientos decorto alcance sobre las localidades del norte de Israel, quefavorecían la concentración de efectivos militares para serempleados en las divisiones en contacto. Al final de la cam-paña, se concretó en el mantenimiento del refuerzo de per-sonal y material al sur del río Litani.

Alcance operacionalEl alcance operacional es todo aquello que sucede den-

tro de una distancia compatible con la magnitud y los apo-yos de la fuerza para obtener los puntos decisivos. Cuandoel alcance operacional se agota, surgen las pausas opera-cionales.

Para Israel estuvo dentro de las previsiones durante lasoperaciones de las tres fuerzas.

Para Hezbollah se mantuvo durante toda la campaña.

Pausa operacionalLa pausa operacional es un cese temporal de ciertas ac-

tividades durante el curso de una operación mayor o unacampaña, normalmente durante la finalización de una fasede las operaciones, con anterioridad a lograr los objetivos ensu totalidad, para evitar el riesgo de alcanzar el punto cul-minante de las fuerzas propias y regenerar la capacidad decombate y preparar el golpe decisivo. Las pausas operacio-nales conspiran contra el tempo de una operación, porquepermiten que el enemigo se recomponga.

En el caso de Israel fue impuesta, no por falencias enel alcance operacional sino por cambio de los objetivosestratégicos, luego del rechazo a su ofensiva sobre BintJ’Beil.

Para Hezbollah no hubo durante la campaña.

Enlace operacionalEl enlace operacional es la sincronización de las accio-

nes de los elementos subordinados en tiempo, espacio yefectos para enlazar la estrategia del teatro y diseñar unaoperación mayor para su ejecución táctica. El enlace opera-cional requiere coordinar operaciones sucesivas y simultá-neas, y operaciones lineares y no lineares.

Las Fuerzas de Defensa de Israel realizaron operacionessimultáneas durante toda la campaña, incluyendo operacio-nes con tropas especiales en la profundidad el territorio li-banés (Valle del Bekaa).

En el caso de Hezbollah se efectuaron operaciones su-cesivas para atraer tropas al territorio destinado para sudestrucción consistentes en lanzamientos de corto alcancesobre las poblaciones fronterizas para atraer tropas blinda-das y mecanizadas en las zonas preparadas a tal efecto.Luego de ser atraídas, en los lugares específicos se trató decapturar soldados de las patrullas de reconocimientos. Den-tro del territorio libanés, al sur del río Litani, Hezbollah pre-paró su accionar como una operación de desgaste hacia lasposiciones fortificadas, con centro del dispositivo en la lo-calidad de Bint J’Beil.

MomentumEl momentum es la oportunidad, en el sentido de ejecu-

tar una acción ahora y no antes ni después, para aplicar unplan en el instante adecuado, puede ser bueno para el éxito.Las condiciones del momentum se crean si el diseño ope-racional es adecuado.

Momentum de IsraelIsrael no tuvo la oportunidad de aplicarlo pues fue sor-presivo el inicio de las operaciones de Hezbollah con elsecuestro de los soldados, ocasionando que la res-puesta aérea inicial fuera magnificada con relación alhecho original para compensar la falta de respuesta te-rrestre. Luego las operaciones terrestres no tuvieron unadecisión firme de aplicarlo hasta que se determinó lafracasada conquista de Bint J´Beil. Después de la reso-lución de la ONU 1701 se lanzó una tardía ofensiva paraasegurar una franja de seguridad al sur del río Litani, sinque tampoco alcance el momentum esperado por tenerun plazo para que finalice.

Momentum de HezbollahHezbollah lo aplicó cuando debió reforzar las posiciones deBint J’Beil, que estuvieron a punto de ser conquistadas. Sibien logró una pausa operacional en las FDI, cuando logróque se suspendan las operaciones aéreas, luego de eje-cutar lanzamientos desde edificios ocupados por civiles



Contenido general

que fueron bombardeados por la FAI en Qana18, no estuvoen fuerza para aprovechar ese momentum para disminuirnotoriamente el potencial bélico de su oponente.

TempoEl tempo es mantener la presión constante para no dar

respiro al enemigo, creándole nuevos problemas antes deque pueda resolver los anteriores. El tempo permite man-

tener la iniciativa y evita que el enemigo se reorganice y, portanto, se desmorone más rápidamente. El buen uso de lasreservas facilita la obtención del tempo.

En el caso de Israel tuvieron tempo las operaciones aé-reas iniciales (con ritmo rápido), en la ofensiva sobre BintJ´Beil (con ritmo lento) y en la ofensiva final al sur del río Li-tani (con ritmo rápido).

Para Hezbollah hubo tempo con ritmo lento durante todala campaña, por la regularidad de los lanzamientos y en losrechazos y neutralización de efectivos delante de las posi-ciones defensivas al sur del río Litani.

EPÍLOGO

CONSIDERACIONES FINALES

El arte operacional interpretado en la Segunda Guerradel Líbano es un análisis actual de cómo se pueden fijarobjetivos iniciales que obedecen a las necesidades políti-cas iniciales. No obstante, también demuestra que esosobjetivos políticos pueden variar según el desarrollo de lacampaña. Además, evidencia que no siempre la estrategiaoperacional guarda relación directa con la disponibilidad demedios (Israel confió que su ofensiva aérea inicial serviríapara concluir exitosamente su campaña). Más aún, enseña

que una buena planificación operacional a veces carece devinculación con los resultados que se quieren obtener o conaquellas necesidades que los objetivos políticos impongan(Hezbollah suponía terminar su campaña luego de rechazarla ofensiva de las FDI sobre Bint J’Beil, cuando la presión in-ternacional le extendió el tiempo para el cese de hostilida-des, a fin de que las FDI ampliaron la zona de seguridadpara el desembarco de una fuerza internacional en territoriolibanés).

Más allá de las consideraciones militares, esta guerradesarrolló procesos estratégicos de consideración: el for-talecimiento de radicalismos islámicos, el debilitamiento dealgunos Estados árabes, el crecimiento de actores no es-tatales que explotan la debilidad del sistema estatal y evi-denció la dificultad de la comunidad internacional paragerenciar estos procesos19.

El mundo deberá aprender a vivir con el hecho de que,al menos, por cincuenta años más habrá conflictos con ac-tores no estatales conducidos ideológicamente, que noestán sujetos a ningún tipo de presión o control, ni tampocopor las cuestiones legales de la guerra ni por sus derechoshumanos20.

Los frentes de combate serán difusos, tanto en lugaresabiertos como en centros urbanos, con diversidad de blan-cos a cubrir y a obtener. La vinculación entre los actores noestatales de los diferentes frentes será casi una norma. Elintercambio y abastecimiento de materiales de guerra, dedistinto origen, impedirá distinguir con exactitud a tercerosactores con intereses comunes.

La receta para este tipo de enfrentamiento hoy está ba-sada en limpiar el área y sostenerla hasta que las opera-ciones de seguridad en la retaguardia permitan mantenerun esfuerzo civil de apoyo a la población afectada: limpiar,sostener y construir. La solución es simple, pero requieregran cantidad de tropas, por largo tiempo, con alto costo ycon demasiada vulnerabilidad. Además, necesita de un es-fuerzo civil, fácil de convocar pero difícil de implementar21.No obstante, en este tipo de conflictos es imprescindibleque quien conduzca el enfrentamiento tenga muy claro ensu planeamiento cómo deberá terminar. De no ser así, lasexperiencias recientes demuestran que sin una terminacióncreíble, tanto interna como externa, se convertirá en un pe-ligroso preludio a una fallida paz22.

La elección seguirá siendo difícil: intervenir en guerrasy conflictos donde no está claro cuál es lado bueno, sin co-meter abusos y en constante incertidumbre de cómo ba-lancear el combate efectivo con acciones que rayan lalegalidad, o aferrarse a una alta ética de combate y cubrirde seguridad a las acciones con escaso resultado táctico,pero con consenso internacional favorable. La escala de va-lores legales que utilizan los actores en conflicto distamucho de ser la misma y aún hasta de contar con alguna.19Shlomo Brom y Meir Elram, The Second Lebanon War: Strategic

Perspectives, Tel Aviv, Institute for National Security Studies (INSS), 2007,p. 7.

20Anthony Cordesman, “Wikileaks and the real face of Modern War”,Washington, The Center for Strategic and International Studies Press, 25de octubre de 2010.

18Alon Ben-David, ob. cit., supra, nota 12.

21Anthony Cordesman, ob. cit. supra, nota 11, p. 6. 22Ibídem, p. 15.



Contenido general

La proporcionalidad de la respuesta en estos enfrenta-mientos es una materia que sigue siendo discutible porsus efectos posteriores al tener diferente interpretación yconsecuencias por cada tipo de actor involucrado23. En mu-chos casos, la única regla es el resultado.

La preparación de las fuerzas debe ser para las gue-rras que se deban pelear y no para las que se quieran pe-lear. ¿La consabida frase del El Príncipe sobre fines ymedios cobra vigencia nuevamente? La representación mi-tológica de la guerra basada en la diosa griega Atenea enel siglo XX, ¿en el XXI se la debería reemplazar por el equili-brio representado en la diosa romana Iustitia, que ademásde buscar el equilibrio en el fiel de la balanza se la sitúasobre un león para señalar que la justicia debe estar acom-pañada de la fuerza?

23Omar Locatelli, “Soberanía y terrorismo”, Revista Militar, Ene/Marde 2003, p. 63.

LibrosBrom, Shlomo y Meir Elram, The Second Lebanon War:

Strategic Perspectives, Tel Aviv, The Institute for National Se-curity Studies/INSS, 2007.

Cordesman, Anthony, Preliminary Lessons of the Israeli-Hezbollah War, Washington, The Center for Strategic and In-ternational Studies Press, 2006.

Cordesman, Anthony, George y William Sullivan, Lessonsof the 2006 Israeli-Hezbollah War, Washington D.C, Centerfor Strategic and International Studies/The CSIS Press,2007.

Exposiciones Dekel, Udi, brigadier general jefe de Planeamiento de las

FDI, exposición en la Jefatura de Planeamiento EMGFDI,131030Jul06 y 282300Jul06.

ArtículosBen-David, Alon, “IDF favors land forces in new five-years

plan”, Jane’s Defence Weekly, 12 Sep 07.Cordesman, Anthony, “Iran’s Support of Hezbollah in Le-

banon”, Centre for Strategic and International Studies, 17Jul 2006.

—, “Wikileaks and the real face of Modern War”, Was-hington, The Center for Strategic and International StudiesPress, 25 Oct 2010.

Croke, Alistair y Mark Perry, “How Hezbollah defeated Is-rael” [en línea], Asia Times on Line, 13 Oct 2006, <www.atimes.com>, [consultado: 27 de enero de 2011].

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Lindemann, Marc, “Laboratorio de Asimetría: La Guerradel Líbano 2006”, Military Review, Jul/Ago 2010.

Locatelli, Omar, “Soberanía y terrorismo”, Revista Mili-tar, Ene/Mar 2003.

Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel (MFA), “Is-rael-Hizbullah conflict: Victims of rocket attacks and IDF ca-sualties”, Jul/Ago 2006, <www.mfa.gov/MFA/htm>.

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Post y Maariv de junio, julio y agosto de 2006.Resúmenes de Al-ManarTv (órgano de difusión de Hez-

bollah), “Israel’s aggression against Lebanon”, <www.almanar.com.lb/newssite> de junio, julio y agosto de 2006.

Crónicas de BBC, “Lebanon Crisis. Day by day” <www.bbc.co.uk/> y New York Times, “The war day by day”, <www.nytimes.com/middleeast/> de junio, julio y agosto de 2006.

Informe Winograd, investigación oficial entregada el 30de enero de 2008 al premier Ehud Olmert, en presencia delministro de Defensa Ehud Barak.

Tanque israelí Merkava destruido por Hezbollah

Soldados y blindados destruidos por Israel



Contenido General

En nuestra lengua la palabra líder significa2 “persona ala que un grupo sigue, reconociéndola como jefe u orienta-dora”. Lograr este reconocimiento en un tiempo histórico endonde el comportamiento militar se ajusta más a múltiplesnormas que al antiguo sentido épico de las campañas delsiglo XIX presenta un desafío singular a todos aquellos quie-nes ejercen el mando de personas y aspiran a algo más quea sostener su acción en la autoridad, con la que son formaly legalmente investidos cuando asumen un comando.

El liderazgo militar es un tema de estudio permanente enacademias y escuelas castrenses, cómo formar a los futu-ros oficiales, cuáles son las competencias esenciales parafacilitarles un correcto ejercicio del mando suelen ser ejesde debate y preocupación. Al respecto, es de destacar que,en los últimos cincuenta años, ha habido una saludable evo-lución del conocimiento científico en los aspectos que es-tamos tratando.

En un reporte técnico (Nº 1148), realizado en el año2004 en el Instituto de Investigación del Ejército de EE.UU.para el Comportamiento y las Ciencias Sociales,3 en el quese aspiraba a determinar los “Requerimientos del LiderazgoFuturo basado en Competencias”, los autores (Jon Falleseny otros) reconocen la existencia de cerca de diez teorías (oderivaciones naturales de estas) referidas al liderazgo, queimpactan, en distinta medida, en el análisis para la actuali-zación de la doctrina militar sobre el tema4.

Un interrogante inicial que nos surge es: ¿hasta quépunto la evolución de estas teorías ha tenido impacto ennuestra propia doctrina? Pareciera que muy poca.

Esta afirmación se hace evidente si recurrimos, porejemplo, al Manual del Ejercicio del Mando del Ejército Ar-gentino publicado hace más de cuarenta años,5 aunque re-

conocido en el imaginario militar terrestre, debido a la clari-dad y contundencia de sus afirmaciones, como una publi-cación que contiene verdades casi inmutables. Se advierteen él una gran influencia de una de las teorías conocidas, lade los rasgos y características del líder (Trait Approaches,Stodgill’s, 1948)6.

Sin embargo, una nueva versión del mencionado manualpareciera necesaria porque el mando militar se ejerce hoyen contextos que han sufrido notables cambios en los últi-mos años.

No obstante, a los efectos de este artículo nos interesamás destacar que, en su propia introducción,7 este manualestablece que su objeto es “fijar conceptos básicos doctri-narios en los que se apoya el ejercicio del mando, espe-cialmente a nivel unidad o subunidad”. Podemos deducirentonces que su contenido se orienta al nivel táctico u ope-rativo.

Es a partir de esta circunstancia que surgen las pre-guntas a las que pretende dar respuesta este artículo: ¿po-demos considerar distintos niveles de liderazgo?; y si ellofuera cierto, ¿cuáles serían sus características distintivas?

En opinión de Jacobs y Jacques (1987),8 la primera pre-gunta tiene una respuesta afirmativa distinguiendo tres ni-veles: el estratégico, el organizacional y el táctico uoperativo9.

1W. G. Bennis, On Becoming a Leader, New York, Addison Wesley Pu-blishing Company, 1988.

2 Palabra de raíz inglesa contemplada por la Real Academia Española(ver al respecto www.rae.es). En general, es poco usada en nuestro ámbitomilitar, que ha preferido emplear los términos mando o comando.

3http://www.hqda.army.mil/ari/pdf/TR_1148.pdf4Este reporte fue uno de los insumos principales para actualizar la

doctrina de liderazgo del USARMY, dando origen al reglamento vigente ac-tualmente el FM 6-22 Army Leadership (octubre 2006)

5Otro libro muy empleado es El arte de mandar de André Gavet publi-cado por la Editorial del Círculo Militar en el año 1996 (Vol. 765). Está pro-logado por el autor en el año 1899.

6Al respecto ver capítulo III “Condiciones Personales para el Mando delMFP-51-13”.

7“Introducción”, Objeto, MFP-51-13 Manual del Ejercicio del Mando, p.1.Publicado en 1968 y reimpreso en 1990 por el Instituto Geográfico Militar(hoy Instituto Geográfico Nacional).

8T. O. Jacobs & E. Jacques, “Leadership in complex systems“, in J. Zei-der (Ed.), Human productivity enhancement: Organizations, personnel anddecision making (vol. 2), New York, Praeger, 1987, pp. 7-95.

9El autor advierte sobre el error de vincular estos niveles con los de laguerra (estratégico, operacional y táctico), aunque admite que pueden exis-tir relaciones.

MIGUEL ÁNGEL PODESTÁ es general de brigada (R), oficial del Es-tado Mayor del Ejército Argentino y del Reino de España y másteren Educación Superior de la Universidad de Palermo. Actualmentese desempeña como profesor de la Escuela Superior de GuerraConjunta de la Fuerzas Armadas en las materias Conducción y Pla-neamiento.

*

“El cambio enla última genera-

ción ha sido tanradical que pare-

ciera... no solo quelas reglas han cam-

biado (sino que) es unjuego diferente.”1

W. G. Bennis

EL LIDERAZGO MILITAR Y SUS NIVELES

por Miguel Ángel Podestá*



Contenido General

Esta consideración tiene puntos de contacto con la es-tructura de organización tipo considerada por Mintzberg(2002),10 que consta de un ápice estratégico, una líneamedia (que incluye también al estado mayor y la estructuratécnica), el núcleo operativo y finalmente la cultura organi-zacional,11 como parte intangible de la organización.

Los liderazgos estratégicos y organizativos se consideran in-directos y el táctico, directo en atención a las características desu vinculación con las personas que integran la organización.

A esta altura del relato pareciera necesario aclarar quenos estamos refiriendo principalmente al liderazgo ejercidoen tiempo de paz, reconociendo que existen singularidadespropias del practicado en las organizaciones militares en unconflicto, que podrían merecer consideraciones especiales.

En términos generales una primera aproximación al se-gundo interrogante planteado nos presenta un nivel estra-tégico que establece los fines, uno táctico que cuenta conla capacidad de ejecución real para alcanzarlos y uno orga-nizativo que se orienta a la adecuación de fines y medios;pero en realidad el tema es un poco más complejo y procu-raremos desarrollarlo brevemente por niveles.

En el liderazgo directo, propio de las unidades, predo-mina el lenguaje verbal adecuado a una relación en que loslíderes están visibles para sus subordinados la mayor partedel tiempo. Una singularidad de este nivel es que conoceen detalle sus propias capacidades: “lo que efectivamentepuede hacer con los medios disponibles”, circunstancia quesiempre debe ser tenida en cuenta cuando se le asignan mi-siones desde las instancias superiores. Existen también

más certeza y menos complejidad que en los otros niveles,y por ello los procedimientos de actuación, que contribuyena simplificar la conducción, son posibles.

Una paradoja de las organizaciones militares es queeste fue casi siempre su nivel originario12 y principal, pero eltiempo y la burocracia han promovido, en ocasiones, un des-arrollo a veces desproporcionado de los niveles superiores.

En este nivel, el ejemplo personal, la disposición y ca-pacidad para hacer lo que se exige adquieren una relevan-cia singular, lo expresa sabiamente el dicho “la palabrasconvencen, los ejemplos arrastran”.

El liderazgo directo también es el más conocido por lamayoría de los integrantes de la organización porque hansido educados en este nivel en las escuelas de formacióny han estado destinados en unidades tácticas la mayorparte de su tiempo de servicio. Esta doble circunstancia,frecuentemente, produce que el oficial que es destinadoen niveles de liderazgo indirecto se encuentre con reali-dades diferentes a las de su capacitación y experienciaprevia13.

Pero ya que este artículo aspira principalmente a intro-ducir en las características que distinguen al liderazgo indi-recto, continuaremos por el estratégico.

10H. Mintzberg, La estructuración de las organizaciones, Barcelona,Ariel, 2002.

11Mintzberg la llama la “ideología” de la organización.

12La Primera Campaña Auxiliadora al Alto Perú (julio de 1810) contabacon un millar de hombres al mando del general Ortiz de Ocampo, depen-diendo directamente de la Secretaria de Guerra de la Primera Junta de Go-bierno, que era ejercida por Mariano Moreno.

13Los oficiales del Curso Conjunto de Estrategia y Conducción Superior,que en su mayoría acaban de finalizar su experiencia de liderazgo directoal mando de una unidad, han estado inmersos casi treinta años en esenivel y en los próximos diez años deberán enfrentar los desafíos que lespresentará el ejercicio del liderazgo indirecto.



Contenido General

El contexto en que actúa este nivel es complejo, ambi-guo, cambiante, incierto y, por naturaleza, conflictivo. Estoes consecuencia de interactuar con agencias externas a lapropia organización, que poseen otra cultura, lenguaje e in-tereses, y con las que se establecen básicamente relacio-nes de coordinación que requieren del líder una altacapacidad de persuasión.

La capacidad de comprender otras culturas organiza-cionales y negociar efectivamente con ellas adquiere rele-vancia a luz de lo anterior, así como el disponer de unaadecuada perspectiva nacional, regional y global.

En este nivel las decisiones tienen mayor alcance, in-volucran más recursos y generan mayores implicancias queen los otros niveles, apareciendo, con el tiempo y a conse-cuencia de las decisiones tomadas, lo que habitualmentese conoce14 como efectos de segunda y tercera generación.

A su vez las decisiones se adoptan sobre problemas detal complejidad que suelen originar análisis inconveniente-mente extensos produciendo lo que se conoce por “la pa-rálisis de la organización por el análisis”, muchas vecesoriginada en la propia conciencia de la dificultad de cam-biar una decisión una vez implementada. Los resultados deestas decisiones superan, con frecuencia, los de la propiagestión de los líderes y requieren por la dinámica de la si-tuación ajustes periódicos y/o previsiones presupuestariasplurianuales.

Precisamente este nivel emplea gran cantidad detiempo en obtener los recursos necesarios para sostenerlas direcciones conceptuales de su gestión. El contenidode las decisiones está fuertemente vinculado a la evolu-ción futura de la fuerza, a los recursos para alcanzarla y apreservar los aspectos sustanciales de la cultura organiza-cional que la distinguen.15

La comunicación de lo que se hace y por qué se lohace adquiere gran importancia, tanto hacia los integran-tes de la organización que necesitan saber hacia dónde sedirigen, como hacia la sociedad que es la que la sostienecon sus ciudadanos y también... con sus impuestos. Eneste nivel la comunicación tiene un alto contenido simbó-lico, tanto en lo que se dice como en lo que se hace y conquién se lo hace.

En la tarea de comunicación externa a la organizaciónse requiere de una especial cuota de prudencia, que os-cilará entre la necesidad de comunicar y a su vez de evi-tar la percepción de los actores gubernamentales de quese pretende extender la influencia más allá de la propiaorganización.

Asimismo, el contacto directo con las unidades opera-tivas se verá fuertemente condicionado por el desplieguede la organización y el factor tiempo, por lo que resultará im-portante determinar a dónde y cuándo ir.

Los líderes de estos niveles deben vivir de acuerdo alos valores que sostiene la institución y su principal objetivodebe ser hacerla avanzar rumbo a sus metas hasta un

punto más cercano a ellas del que la recibieron. Tambiéndeben ser conscientes de la propia finitud de sus mandatosy procurar promover la generación sucesoria para evitar dis-continuidades en las transiciones. En esta tarea que resultavital para cualquier organización tendrán que enfrentarsecontra aspectos de su propia condición humana como lasensación de “imprescindibilidad”.

Finalmente, cabe aclarar que cuando hablamos del lide-razgo estratégico no nos referimos exclusivamente a losjefes formales de las Fuerzas Armadas sino también a aque-llas áreas concurrentes, por ejemplo la de planeamiento,que trabajan y asesoran sobre los cambios que exigen losdesafíos del futuro16.

El nexo de este nivel con el liderazgo directo lo consti-tuye el liderazgo organizacional que se ejerce en las grandesunidades y en las direcciones que integran el estado mayoro la tecnoestructura que sostiene a la organización.

En este nivel se convierten los conceptos complejos pro-pios del nivel estratégico en términos entendibles y facti-bles de cumplir para el nivel táctico.

Si bien, el lenguaje empleado es mayoritariamente es-crito se debe procurar estar presente en los lugares y mo-mentos críticos de los procesos en desarrollo para producirlos ajustes necesarios.

También, es el ámbito natural de la doctrina funcional ydel análisis de las lecciones aprendidas, que permiten me-jorar los procedimientos de empleo, establecer nuevos o de-terminar caducidades.

En este nivel se necesita normalmente de un estadomayor de asesoramiento que procese la gran cantidad deinformación disponible que debe ser analizada y sintetizada,controle los recursos críticos y sincronice el funcionamientodel sistema.

El líder debe incorporar competencias como la adminis-tración de recursos, entre ellos, el talento disponible, la com-prensión general de los sistemas que dispone la orga–nización, y con los que se vincula, y saber distinguir las di-ferencias en su estilo de comunicación con los otros dos ni-veles de liderazgo. Tiene que mantener al nivel estratégicoal tanto de los resultados alcanzados y de los requerimien-tos esenciales para su funcionamiento, a la vez que enfocarlos procedimientos de nivel táctico hacia la misión, a la luzde los resultados y procurándose anticipar a los cambios decontexto.

En ocasiones deben encontrarse soluciones en un ám-bito desconocido que invalida, limita o restringe las que sehan empleado tradicionalmente.

Ahora bien, hasta aquí han sido desarrolladas las sin-gularidades de cada nivel, el siguiente paso podría ser es-bozar las competencias necesarias para ejercer el mandoen cada uno ellos.

En este punto, las opiniones oscilan entre los que es-grimen que para desempeñarse en el nivel estratégico hayque “olvidarse” de todo lo aprendido en el nivel táctico y los

14Según la Teoría de la Causalidad. 15Por ejemplo: el concepto de “orden” es central en los ejércitos.

16El Ejército de EE.UU. tiene identificado en su organización 600 rolesvinculados al liderazgo estratégico (FM 6-22 Army Leadership, capítulo 3,p. 7).



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que sostienen que debe existir una natural evolución en elaprendizaje, para ejercer el liderazgo indirecto, que vaya pro-gresivamente incorporando nuevas competencias a la vezque profundizando o minimizando otras.

No es intención de este artículo ingresar en el tema delas competencias deseables en cada nivel18, pero sí resal-tar la necesidad de su determinación o ajuste e inclusiónen la doctrina, porque ellas orientan el sistema educativomilitar en el tema liderazgo y forman parte en última ins-tancia de los perfiles necesarios para la promoción y la ges-tión del talento de las personas que integran una orga-nización.

Una primera aproximación al problema pone en eviden-cia que el liderazgo directo ha sido tradicionalmente el que

ha concentrado los mayores esfuerzos en la educación mi-litar y la elaboración de doctrina. Por lo tanto, la creacióndel Centro Educativo de las Fuerzas Armadas (CEFA-2006),en un espacio educativo que compartirán las escuelas su-periores, se vislumbra como el ámbito indicado para avan-zar en el conocimiento y capacitación para los complejosniveles del liderazgo indirecto.

En definitiva la educación del militar está naturalmenteorientada a formar personas que ejerzan el mando con laidoneidad necesaria para cada nivel y situación, y el ejerci-cio de un buen liderazgo demanda formar adecuadamente alos que un día nos sucederán.

“El mejor liderazgo no generará seguidores, generaráotros líderes.”19

17En esta tabla el autor ha empleado aportes efectuados por los ofi-ciales del Curso Conjunto de Estrategia y Conducción Superior, año 2010.

18El Manual de Liderazgo del Ejército de los EE.UU. (FM 6-22 Army Le-adership [octubre 2006]) contempla (figura 2 y 3) un núcleo de ocho com-petencias con distintos grados de desarrollo según el nivel de liderazgoque se trate.

19Extraído de las conclusiones del artículo de W. B. Howieson y H.Kahn, “Leadership, Management and Command: The Officer’s trinity”,http://www.raf.mod.uk/pmdair/rafcms/mediafiles/225F3A4A_5056_A318_A8F33369F4C3B15F.doc

Comparación de los niveles de liderazgo17

Niveles

Categorías Táctico Organizacional Estratégico

Ambiente Cierto Inconstante Ambiguo

Ámbito Acción Vinculación Pensamiento

Área prioritaria Operaciones Logística Finanzas

Doctrina De procedimientos Funcional Básica

Lenguaje Verbal/gestual Escrito Simbólico

Mente Disciplinada Sintética Creativa

Observa Personas Unidades Sistemas

Perspectiva Unidad Funciones y procesos Nacional-regional-global

Plazos Inmediatos Anuales Plurianuales

Problemas Técnicos Funcionales Legales


ADOLFO KOUTOUDJIAN es profesor de Geografía Económicaen la Universidad de Buenos Aires, de Geopolítica en la Es-cuela Superior Conjunta de las FF.AA., en la Escuela de De-fensa Nacional Argentina y en la Escuela de Guerra Naval.


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La Argentina, como gran parte de América Latina, ha lle-gado al bicentenario de su independencia. Siguiendo los im-pulsos de la Revolución Norteamericana y de la RevoluciónFrancesa, las actuales repúblicas hispanoamericanas des-arrollaron con dificultades y mucho trabajo, a lo largo de dossiglos, una política para construir los actuales estados na-cionales. Como otros países hermanos del continente, la Ar-gentina, que nació de otra arquitectura geopolítica y que nisiquiera se llamaba como hoy, fue atravesando diversos ci-clos geopolíticos que han hecho de su espacio geográfico untablero dinámico y vivo que es necesario conocer, entender,desarrollar y defender. Creemos que con avances y retroce-sos, la Argentina ha construido y consolidado un país quemerece estar entre los mejores del mundo por lo amplio desu espacio geográfico, la riqueza de su territorio, la inteli-gencia de sus habitantes y la necesidad futura de construiruna nación que contenga a todos ellos.

Deberá superar sus fragmentaciones económicas y so-ciales, para integrarse democráticamente a una Sudaméricaque, en este siglo XXI, deberá cuidar sus recursos naturales,proteger a sus habitantes, conectarse más entre sí para queel concepto de “vacío demográfico” sea una simple marcade su historia.

La arquitectura del Virreinatodel Río de la Plata

En este artículo trazaremos una mirada geopolítica sin-tética sobre la evolución territorial argentina que es nece-sario entender para poner en adecuado contexto losavatares históricos.

El Estado Argentino nace, desde el punto de vista geo-político, con la creación del Virreinato del Río de la Plata, en1776, como respuesta defensiva de España a la creación

del Virreinato del Brasil y a las crecientes incursiones lusi-tanas y británicas, principalmente en el flanco sudeste deSudamérica y en especial en el Río de la Plata.

Bien podemos decir que este Virreinato, conceptual-mente, está articulado con la lógica de unir a las goberna-ciones de la Cuenca del Plata, soldar el Alto Perú con el Ríode la Plata para obtener salida material de la producción delPotosí e integrar Cuyo al hinterland de Buenos Aires, dadala formidable barrera que implicaban los Andes en las sali-das al Pacífico.

Por otro lado, el Virreinato extendía la jurisdicción deBuenos Aires al Atlántico Sur, la Patagonia y los estrechosbioceánicos, de manera que ese protoestado naciente abar-caba más de cinco millones de kilómetros cuadrados y casitres millones de habitantes, tenía salida a los dos océanos,y Buenos Aires consolidaba su capitalidad en el Cono Suramericano. Este conjunto geopolítico duró casi cuatro dé-cadas hasta que los vientos de la historia mundial lo gol-pearon y lo transformaron en un conjunto de estadosindependientes, poco consolidados y sin claros límites es-tablecidos.

El proceso independentista

El grito independentista del 25 de Mayo de 1810 no fuegratuito. La asunción de la soberanía popular de los Cabil-dos de las ciudades y provincias de ultramar del Imperio Es-pañol, como consecuencia de la invasión napoleónica a la

*

La Argentina en su bicentenarioEl nacimiento de la Nación Argentina y su soporte territorial

por Lic. Adolfo Koutoudjian*



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península, provocó el pronunciamiento emancipador de Bue-nos Aires, invitando a adherirse a las provincias interiores.Esta convocatoria fue respondida de maneras disímiles. Al-gunas provincias la aceptaron con reservas, guardando por-ciones de la soberanía, y otras regiones, de mayor tradicióny luchas autonomistas, fueron sucesivamente manifestán-dose independientes: Asunción del Paraguay en 1811, elAlto Perú (Bolivia) en 1825 y la Banda Oriental del Uruguayen 1828. En síntesis, Paraguay rechazó por la vía armadalas pretensiones hegemónicas de Buenos Aires, y Bolivia yUruguay las desestimaron debido a las guerras de la inde-pendencia contra España, la primera y la Guerra con el Bra-sil, la segunda.

independencia (el Alto Perú) y otras que no fueron invitadas(las del litoral).

En las décadas del 30 al 50 del siglo XIX, el mayor méritohistórico del gobierno de Juan Manuel de Rosas fue haberpreservado la unidad geopolítica de un país confederado, fuer-temente basado en el poder económico, político y militar deBuenos Aires. Esta provincia no solo realizó tratados de co-laboración y paz con las provincias históricamente más rele-vantes, sino que amplió la frontera hasta el Río Negro,apelando en gran medida a los acuerdos político-comercialescon los pueblos originarios. También mantuvo firmemente,con gran gallardía, la soberanía nacional en el Litoral frente alas pretensiones francesas y británicas de “dictar” el modelode relaciones comerciales del mundo. Del mismo modo, en-frentando en 1838-39 a la Confederación Boliviano-Peruanadel mariscal Santa Cruz, evitó la secesión de las provincias deSalta y Jujuy, que demostraban claras pretensiones de adhe-rirse a esa tan importante Confederación.

Por lo tanto el período de la Independencia hasta Ca-seros (1852) y Pavón (1861) fue una época de rearticula-ciones territoriales, definiciones de fronteras y adscripcióna un nuevo modelo de vínculos económicos con el mundoeuropeo, a través de la producción pampeana y la revolu-

Fuente: Instituto Superior Olga Cossettini de la ciudad de Rosario

El territorio entre 1820-1825

Geopolíticamente, la arquitectura del Virreinato fue des-gajándose a causa de un cambio de época histórica en Eu-ropa, como factor externo, y la debilidad de los lazosinternos, tanto económicos como políticos de las regionesdel Virreinato platense. De esa separación, de casi dos dé-cadas, nacen las Provincias Unidas del Río de la Plata, in-dependientes desde 1816, con provincias que votaron la

El territorio entre 1878 -1881

Fuente: Instituto Superior Olga Cossettini de la ciudad de Rosario



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ción técnica del transporte marítimo y ferroviario. Estenuevo valor geoeconómico y político de Buenos Aires llevóa la provincia a su autonomía (1852-61) y, a partir dePavón, comenzó la primera gran soldadura de la RepúblicaArgentina, cuando Bartolomé Mitre en Buenos Aires, apesar de ser vencido militarmente por Urquiza, asumió lapresidencia de la Nación Argentina, delegado por las pro-vincias del interior.

Cabe señalar que de haber sido otro el resultado polí-tico en Pavón, la actual Argentina podría haberse dividido entres repúblicas: Buenos Aires, Litoral y Mediterránea. La sa-biduría política de entonces sentó las bases de la Argentina.Ese período histórico –denominado de organización nacio-nal– duró dos décadas con fuertes luchas de las provinciasinteriores tratando de mantener la autonomía frente a Bue-nos Aires. Esta, por otra parte, aliada de las corrientes po-líticas predominantes en ese fluido período históricomundial, participó de una guerra casi fraticida contra el Pa-raguay, que fue definiendo su identidad nacional fuerte-mente aporteñada.

Territorialmente se amplió el ecúmene estatal argentinoen el casi vacío geopolítico chaqueño entre 1870 y 1884(confirmación de la soberanía argentina hasta el río Pilco-mayo y ocupación de la llanura chaqueña). Por otro lado, enel Sur, la campaña de Roca, para la ocupación definitiva delvacío geopolítico patagónico, hizo que, después del tratadocon Chile de 1881, definitivamente se estableciera la Pata-gonia oriental para Argentina, a partir de las líneas de lasaltas cumbres que dividen aguas prácticamente hasta elcanal de Beagle y el cabo de Hornos. Así, la república con-solidó la incorporación efectiva a su patrimonio de casi500.000 kilómetros cuadrados en el Norte y 1.000.000 dekilómetros cuadrados en el Sur; una verdadera hazaña ge-oestratégica para un país, que en 1869 tenía tan solo1.800.000 habitantes y su capital se acercaba apenas alos 300.000 habitantes.

La dura lucha por la capitalización federal de BuenosAires terminó de consolidar el Estado moderno argentino,que desarrolló un enorme crecimiento de la producción pri-maria, construyó una gigantesca red de ferrocarriles y detransporte fluvial e hizo de la Argentina del Centenario unpaís que hacia 1910 tenía casi ocho millones de habitantes,las más altas tasas de crecimiento de la producción prima-ria, recibía un enorme flujo migratorio europeo, solo supe-rado por Estados Unidos, y era visto, por los observadoresdel mundo, como el más promisorio de América Latina. En1912 democratizó su sistema político con la Ley Sáenz Peñay frente a las presiones europeas, con gran dignidad, per-maneció neutral en la Primera Guerra Mundial.

La Ley 1420 de educación obligatoria gratuita educó alsoberano e hizo del variopinto pueblo argentino, mezcla decriollo, europeo e indígena, uno de los más educados delmundo que le permitió llevar orgulloso su bandera desdeCentroamérica a Europa, Asia y la Antártida; hizo de sus uni-versidades las más prestigiosas del mundo y sentó lasbases de un Estado geopolíticamente consolidado en loscomienzo del siglo XX.

La Argentina moderna

La Argentina moderna era un país que, en los comienzosdel siglo XX, sería señalado como uno de los más promete-dores del mundo. Con solo ocho millones de habitantes en1914 y 2,8 millones de kilómetros cuadrados de superficie,recibió –a la par de los Estados Unidos– los mayores contin-gentes migratorios provenientes de Europa; tanto es así que,en ese entonces, el 30% de su población era extranjera. Bue-nos Aires sobrepasaba los 1.500.000 habitantes y había ungran crecimiento de Rosario y las ciudades pampeanas.

La población urbana superaba la mitad del total y la regiónpampeana representaba el 46% de la población del país, de-finiendo su hegemonía regional desde entonces hasta hoy.

Densidad de población por provincias, 1914

Fuente: Lobato y Suriano, Nueva Historia Argentina

La región metropolitana de Buenos Aires ya llegaba, enla segunda década del siglo XX, a la cuarta parte del totalnacional. Buenos Aires se convirtió en la “París” de AméricaLatina y los sistemas de transporte ferroviario y fluvial en lacuenca del Plata le permitieron ampliar su influencia. El pre-dominio porteño se extendió desde Buenos Aires a los te-


Pese a estos importantes planes y proyectos, no solohubo jalones positivos en el desarrollo nacional; tambiénhubo retrocesos significativos de fuerte repercusión geopo-lítica, como el desguace de gran parte del sistema ferrovia-rio sin modernizaciones adecuadas, la paralización de losdesarrollos atómico, misilístico y aeronáutico y un significa-tivo divorcio de la Universidad Argentina de las necesidadespolíticas del país, durante largos períodos en las últimas dé-cadas. En lo regional, la Argentina acentuó la concentracióngeoeconómica en la región metropolitana y pampeana, conel 76% del PBI y el 67% de la población nacional. El grandesafío geopolítico del siglo XXI es tender al reequilibrio te-rritorial del país.

Poblaciónextranjera/ Población

Año Población Población total Urbana

(%) (%)

1895 4.044.911 24,9 37,4

1914 7.885.237 30,3 52,7

2001 37.156.195 4,2 89,3

2010* 40.518.951 5,0 94,0

Fuente: Elaboración propia en base al censo 2001 del INDEC

Regiones argentinas: PBI y población 2000 (en % sobre el total del país)


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rritorios nacionales del Noreste argentino y a la Patagonia.Paralelamente, la democratización del sistema político per-mitió acceder al poder a los sectores medios, especial-mente migratorios, dando nacimiento a la dinámicaaparición política de la clase media urbana y rural.

El año treinta implicó un paréntesis en este desarrollo,como resultado de la crisis económica mundial de 1929,donde algunos sectores de poder pretendieron resolver lacrisis económica mediante la interrupción del sistema de-mocrático e institucional y la vuelta al poder de los sectoresconservadores menos dinámicos de la sociedad argentina.La Argentina, que ya estaba inmersa en un fuerte procesode sustitución de importaciones desde la Primera GuerraMundial, acentuó este proceso, a fines de los treinta, y estose repitió durante y después de la Segunda Guerra Mundial(1939-45).

La Argentina de posguerra salió otra vez fortalecida eco-nómicamente con su transformación en país agroexporta-dor, acreedor de Europa y con creciente industrializaciónsustitutiva de importaciones. Por otro lado, en un formidableproceso de ingeniería social se incorporaron los trabajado-res y la mujer al poder político.

La ideología industrialista y autonomista de las FuerzasArmadas de entonces, con importante presencia en el poderpolítico, llevaron hacia la mitad del siglo XX a sentar las basesde las industrias pesadas (acero, mecánica y petroquímica),las avanzadas tecnológicamente en el sector de la energíaatómica y las industrias aeronáuticas y automotrices.

Esto permitió al país situarse, en esos años, entre losprimeros lugares del mundo, y recibir nuevas olas migra-torias, tanto europeas como latinoamericanas y asiáticas.En esa época, la Argentina retomó sus impulsos de ex-pansión territorial pacífica, lanzándose decididamente alcontrol del Atlántico Sur occidental, y la Antártida proclamóen 1946 la isóbata de los 200 metros de profundidadcomo límite de nuestra plataforma submarina. Desde 1947en adelante, se crearon las bases antárticas; se convir-tieron en provincias los territorios nacionales patagónicosy del Noreste, en este caso, impulsando las hidrovías de laCuenca del Plata.

En medio de permanentes crisis políticas, durante la se-gunda mitad del siglo XX, y a pesar de las dificultades insti-tucionales, la Argentina alcanzó varios logros técnicos:desarrolló la industria nuclear en base a uranio natural–hasta alcanzar en 1983 el enriquecimiento de uranio (hoynuevamente retomado)–; fomentó la industria misilística,con la cual alcanzó en los ochenta el Sistema Cóndor, y ob-tuvo muchos otros logros tecno-productivos semejantes, apesar de las ineficientes gestiones políticas en gran partede este período.

En el plano geoeconómico, la Argentina fue quien desa-rrolló en América Latina los primeros planes económico-te-rritoriales de desarrollo: el Primer Plan Quinquenal de 1947,planes como los del CONADE (Consejo Nacional de Desa-rrollo) en los sesenta, planes trienales en los setenta hastael actual Plan Nacional de Infraestructura del Bicentenario. Fuente: Elaboración propia con datos del MECON



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La Argentina bicentenaria

El Bicentenario encuentra a la República Argentina com-partiendo el Foro del G-20, que representa a los veinte es-tados de mayor incidencia, directa o indirecta, en la políticamundial. Esta situación no es fruto de una administraciónpolítica en particular sino la constatación efectiva por partede la Comunidad Internacional –representada en las Nacio-nes Unidas (193 países) y, en particular, por el grupo de 7u 8 países decisivos para la política mundial– de que la Ar-gentina, por su territorio, sus recursos y la capacidad de sushabitantes, debe estar presente en las grandes decisioneseconómico-sociales del mundo.

Como señalamos en el cuadro siguiente, nuestro país esun gigante potencial, pero, en nuestro concepto, subdesarro-llado. Territorialmente, comprende cuatro macroregiones ge-opolíticas: Norte, Centro, Sur y Marítima. El centro del país,que se extiende desde el Río de la Plata a los Andes Medios,abarca las regiones pampeana, metropolitana, Cuyo y el Co-mahue, suficientemente desarrolladas y consolidadas. Haybolsones de pobreza, como el conurbano bonaerense, queson una verdadera anomalía de gestión sociopolítica.

La tercera macroregión es la Patagonia, pletórica de ri-quezas, con el 7% del PBI y el 5% de la población –poco másde dos millones de habitantes en un millón de km2–, que re-quiere una sistemática política de desarrollo en la medidade sus potencialidades. Y finalmente la región marítimo-an-tártica, usurpada en las Malvinas, Georgias y Sándwich delSur, con un fuerte proceso de internacionalización en la An-tártida, cuyos mares y lechos submarinos son pretendidosde manera inconsulta y agresiva. Desde el año 2009, estaregión, por mandato de la ONU, logró la extensión jurisdic-cional de la plataforma submarina hasta las 350 millas ma-rinas, lo que implica una ardua tarea de consolidación de lapresencia soberana argentina en el frente marítimo.

Esta descripción de la Argentina geopolítica señala la ne-cesidad de reafirmar este espacio geográfico de casi 7 mi-llones de km2 entre tierras y aguas, y es un verdaderodesafío político para las actuales y futuras generaciones.

El Norte Grande (NEA-NOA), con un millón de kilómetroscuadrados, 11% del PBI y el 21% de la población, es una regiónempobrecida, con bolsones localizados de riqueza; pero, enconjunto, el ingreso per cápita de sus habitantes se asemejaa los países vecinos con quienes comparte el subdesarrollo.

ARGENTINA GEOPOLÍTICA

¿Y qué hacemos con la Argentina?

¿Qué pasa con el actual equilibrio interregional argentino?PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS

GEOPOLÍTICAS DE LA ARGENTINA

1 Península templada en el hemisferio Sur.

2 Octavo país del mundo en extensión.

3 Población étnicamente homogénea, con creciente polarización social.

4 Posición excéntrica al grueso del tráfico mundial.

5 Oposición de estaciones climáticas con el hemisferio Norte.

6 País atlántico por su geografía y su historia.

7 País antártico por su geografía.

8 País de convergencia de tráficos y culturas.

9 País–síntesis en lo histórico –cultural con ten-dencia a ser un mosaico cultural.

10 País de ardua institucionalidad.



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La Argentina, como lo indican los gráficos del estanca-miento productivo de las últimas tres décadas hasta princi-pios de este siglo, casi no creció en términos per cápita.Pero el enorme capital territorial que posee en sus llanuraschaco-pampeanas, de más de 800.000 km2, permitió endos décadas triplicar la producción; nuestro mar territorialposibilitó duplicar la producción pesquera; la minería está al-canzando niveles históricos de producción y algunas de lasindustrias –caso de la automotriz– han duplicado la produc-ción en solo un lustro. El sistema científico-tecnológico vol-vió a poner en marcha su plan nuclear y la industria espacialestá logrando que la Argentina sea tomada nuevamente enconsideración por el sistema mundial.

La economía ha superado los permanentes ciclos decrisis de las balanzas externas, pero aún falta orientaciónpara las inversiones estratégicas, tanto en lo sectorialcomo en lo regional. El Estado Nacional debe procesar lascrecientes tendencias al desarrollo de los corredores bio-ceánicos, que nos entrelazan todavía más con el Cono SurAmericano.

Pautas políticas para el EstadoArgentino

El Estado, como institución jurídico-política de la nación,tiene una tarea primordial en el siglo XXI, que es la de reflejar ycontener una nueva Argentina. El nuevo Estado deberá actuar

sobre las imperfecciones del mercado y los conflictos so-ciales como equilibrador de fuerzas antagónicas. El capita-lismo, como sistema de acumulación económica, sim -plemente optimiza la concentración de fuerzas de mercadoen la búsqueda de crecientes montos de excedente econó-mico. El sistema, a veces, no es un buen asignador de re-cursos, partiendo del supuesto filosófico de dar a cadahombre posibilidades y accesos a una vida digna. El mer-cado no va a integrar y desarrollar las regiones o territoriospostergados o de pocas ventajas de la Argentina. Esto nosignifica la vuelta a un Estado empresario omnipresente,pero también, en este siglo, se deberá recuperar para la so-ciedad crecientes porciones de autodecisión, aunque lejosde los sistemas colectivistas del siglo XX, todos fracasados.

A continuación, presentamos doce orientaciones estra-tégicas para la Argentina:

1. Desarrollar un nuevo paradigma económico-so-cial de inclusión social, evitando o limitando laexclusión, tanto en lo económico-social como enlo regional. No es compatible la pobreza con elnivel de riqueza del país.

2. Recuperación de un rol para el Estado y el sis-tema cultural preservador de valores histórico-culturales de la nación y protector de la identidadnacional.

3. Incorporar la planificación estratégica a todo nively regular las actividades donde el mercado noactúe con eficiencia, evitando la monopolizaciónde las mismas actividades y lograr la promociónde sectores postergados o de valor estratégico.

4. Promocionar las inversiones en función de unaestrategia de desarrollo consensuada. La naciónno puede quedar sujeta a los intereses privadosde pocos sectores económico-sociales, sean pú-blicos o privados.

5. Rediscutir el rol de la sociedad y el del Estado enla dirección de los fenómenos económico-socia-les. No se puede volver a las características delEstado Benefactor de posguerra, ni por sus be-neficios, ni tampoco por sus evidentes vicios.

6. Considerar la urbanización acelerada del mundosubdesarrollado y de nuestro país y los impactospolítico-económicos. Las redes de grandes ciu-dades son uno de los fenómenos más importan-tes del siglo XXI.

1810* 1910 2010

Superficie(millones 5 3 3 + 3de km)

Población(millones) 1 8 40

PBI(millones de 586 23.938 386.704pesos de 1993)

Núcleo Pampa +dinámico Potosí Pampa húmeda industria neoeconómico extractiva

Identidad Difusa Argentina Argentinanacional hispana catolicismo Euroamericana

criolla migración europea

*Actual territorio argentino.

Fuente: A. Koutoudjan/M. Reyes. Datos en base a O. Ferreres



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Suárez, Odilia E., El territorio argentino, Buenos Aires, FADU,2000.

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7. Rediscutir el rol y la orientación de la educaciónde masas, apuntando a valores nacionales tras-cendentes, como así también a las nuevas reali-dades tecnológico-productivas. La Defensa Na--cional debe acompañar las realidades geopolíti-cas de estos tiempos.

8. Reconsiderar el concepto de seguridad en lassociedades modernas. Las naciones y los sec-tores sociales postergados son los que más lanecesitan.

9. Discutir el problema de la exclusión de los terri-torios marginales en esta nueva onda larga delcapitalismo de superproductividad. Es histórica-mente evidente que la economía de mercado nocorrige distorsiones sociales o territoriales.

10. Recuperar el valor del espacio geográfico en unmundo con crecientes problemas de desarrollodemográfico. La densificación de los espaciossemivacíos debe ser prioridad nacional (Patago-nia, Puna, Chaco).

11. Discutir el tipo de equilibrio ecológico y el res-guardo de recursos naturales es el tema que seavizora. La destrucción de la naturaleza de losúltimos siglos, y su escasez en países de másaltos ingresos, no puede dar paso a la inexis-tencia de políticas ambientales ni a fundamen-talismo ecológicos paralizantes.

12. Rediscutir el valor de lo regional contra lo nacio-nal en la conformación territorial de entidades ge-opolíticas. Hoy, el mundo está entreviendo laredefinición de la arquitectura geopolítica de lasdos posguerras del siglo XX.

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MAPA CON LAS 350 MILLAS MARINAS PRESENTADO ANTE LA ONU



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Varios autores han definido la nuevanaturaleza de las guerras por venir lla-mándolas guerras de cuarta generación,entre ellos William Lind1, a quien podríaadjudicársele la creación de la teoría.Después de la derrota de la Unión Sovié-tica en Afganistán y del final de la GuerraFría, este nuevo tipo de guerras se ca-racterizaría entre otras cosas por la am-pliación de los denominados campos decombate, en donde las fronteras estata-les ya no son tan claras, se conformanelementos de pequeña magnitud con ca-pacidad de autosos te nimiento, la dife-renciación entre civiles y militares sehace muy difícil, los objetivos se identifi-

can en lugares físicos con gran vulnera-bilidad, cobra fundamental importancia lotecnológico y la información, y en dondelas acciones tácticas adquieren relevan-cia estratégica. El ar ma predominante esla propaganda para la conquista de lasmentes, haciendo uso de la revolucióntecnológica en informática.

Esto haría perder importancia al com-ponente militar convencional transfor-mando los conflictos en asimétricos,desaparecería el concepto de la guerratrinitaria de Clausewitz y aparecería laguerra en la forma de conflicto de baja in-tensidad (insurgencia) en donde el Es-tado pierde el predominio del uso de laviolencia.

Sin embargo, es difícil definir una di-ferencia concreta entre las guerras deinsurgencia/contrainsurgencia, y lo quesería esta nueva naturaleza de la gue-rra. Quizás este tipo de guerra irregular

haya sido una transición a un nuevo tipode guerra.

Es aquí donde surgen algunos inte-rrogantes: ¿desaparecen las generacio-nes anteriores de la guerra y loscon flictos interestatales? ¿Qué diferen-cia hay entre insurgencia y guerras decuarta generación? ¿Las guerras decuarta generación tienen una entidadclaramente diferenciable?

En este artículo se contrastarán lasteorías sobre las llamadas guerras decuarta generación de diversos autorescon la realidad y se extraerán conclusio-nes al respecto de la vigencia de estas,entendiendo que si bien tienen caracte-rísticas propias que permiten diferenciar-las de las guerras contra la insurgencia,esta nueva naturaleza identificable no hareemplazado las denominadas otras ge-neraciones de guerra ni eliminado la po-sibilidad de guerras interestatales.

SERGIO RUBÉN CHIACCHIO, coronel delEjército Argentino, egresó del Curso Con-junto de Estrategia y Conducción Superior(CECS) de la Escuela Superior de GuerraConjunta de las Fuerzas Armadas en elaño 2010. Actualmente presta funcionesen la Dirección de Comunicaciones e In-formática del Estado Mayor del EjércitoArgentino. 1William Lind, K. Nigthengale, J. Schmitt, J. Sutton & G. Wilson, “The Changing Face of War: Into the

Fourth Generation“, Marine Corps Gazette, 1989, pp. 22-26.

*

EL RENACER DE LOS DINOSAURIOS

Transición o nueva naturaleza de la guerra

por Sergio Rubén Chiacchio*“Hacer la guerra contra insurgentes es sucio y lento, como comer sopa con un cuchillo”

T. E. Lawrence



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De la primera a la cuarta generación

William Lind2 describe perfecta-mente las distintas generaciones de laguerra. La primera generación es la quese corresponde con la aparición de lasarmas de fuego y su comienzo puedeubicarse en las guerras napoleónicas,donde primaba el orden táctico, las for-maciones lineales y en columna que per-mitían al conductor controlar la granmayoría del campo de combate y la apli-cación de masas de hombres contramasas de hombres, no existía el arte enlo táctico.

La segunda generación es la carac-terizada por la aparición en escena dela artillería junto con el advenimiento dela revolución industrial y de los medios yrecursos necesarios para el desplaza-miento de masas de hombres y equiposde un lado a otro (los ferrocarriles). Sepuede decir que la Primera Guerra Mun-dial fue el paradigma de las guerras desegunda generación.

Si bien el orden se mantuvo, se co-mienza a notar “la mano del coman-dante” en la conducción de la batalla.La frase por excelencia que caracterizalas guerras de segunda generación es“La artillería conquista, la infanteríaocupa”.

En la llamada tercera generación, losdos ingredientes principales son la ve-locidad y la sorpresa, sintetizados en lafrase guerra relámpago, conceptos quetienen plena aplicación durante la Se-gunda Guerra Mundial, para infiltrarseen la retaguardia del enemigo y producirel colapso de las fuerzas. Se prioriza eluso de la iniciativa (resolver en el menornivel, iluminados por el fin superior quese persigue) por sobre el orden táctico,desaparecen definitivamente las forma-ciones lineales y los enfrentamientosfrontales directos y se da lugar a la ma-niobra que busca las debilidades del

oponente (manejo del espacioy del tiempo). Aquí es cuandosurgen los tanques y la avia-ción.

Por último, aparecen lo queha venido en llamarse “guerrasde cuarta generación”. Otrosestudiosos de los conflictos,además de Willand Lind, lashan caracterizado y descripto.Martin van Creveld3 sostieneque este tipo de guerras, naci-das después de la Guerra Fría,el 11S y la posterior derrota deUnión Soviética en Afganistán,se caracterizan entre otrascosas por bases militares re-emplazadas por escondites,control de la población me-diante el uso de la propaganday el terror, transformación de las fuerzasregulares, desaparición de los principa-les sistemas de combate convenciona-les, incremento de los conflictos de bajaintensidad, uso del “terrorismo mediati-zado” para la manipulación y control so-cial, empleo de operaciones psico ló-gicas, desaparición de fronteras, terro-rismo global, la no distinción entre com-batiente y no combatiente, por lo cualexpone que las guerras tal cual las plan-teaba Clausewitz (concepto trinitario)han perdido vigencia.

Otras características son el reem-plazo de los ejércitos por pequeños gru-pos de operaciones descentralizadosque se especializan en insurgencia ycontrainsurgencia, cuentan con gran mo-vilidad y tecnología y con el apoyo de es-pecialistas en comunicaciones y psi -cología de masas, en donde lo tácticocobra mayor importancia que lo estraté-gico y los teatros de operaciones no sonvisibles; la pérdida del monopolio deluso de la fuerza por parte del Estado yla inexistencia de leyes de guerra paraeste tipo de conflictos. El enemigo se or-ganizará de forma anárquica sin una es-tructura fija.

Por otro lado, los avances tecnoló-gicos y la posibilidad de disponer deellos y de sistemas informáticos quefacilitan el intercambio de informaciónen forma mediática, global e informalconvierten a las acciones psicológicasen el arma más poderosa de este tipode guerras.

De esta manera, las operaciones talcomo se conocen, con un orden de ba-talla y unidades militares convenciona-les, son sustituidas por operacionesque emplean los medios masivos de co-municación social para sembrar el terrore influir en la opinión pública mundial.Es lo que ha dado en llamarse guerrapsicológica o guerra sin fusiles, endonde el blanco es el cerebro humano.“El objetivo ya no es (solo) matar, sino(fundamentalmente) controlar. Las balasya no apuntan (solamente) a su cuerpo,sino a sus contradicciones y vulnerabili-dades psicológicas. Su conducta estásiendo chequeada, monitoreada y con-trolada por expertos. Su mente y su psi-cología están siendo sometidas aoperaciones extremas de guerra decuarta generación”4.

Dice Manuel Freytas5 al respecto delcerebro como blanco: “los bombardeosmediáticos con consignas están desti-nados a destruir el pensamiento refle-xivo (información, procesamiento ysíntesis) y a sustituirlo por una sucesiónde imágenes sin resolución de tiempo yespacio (alienación controlada). Cuando

2William Lind, “Comprendiendo la guerra de cuarta generación“, Military Review, enero-febrero2005.

3Martin van Creveld, La transformación de la guerra, Buenos Aires, Editorial Huemul, 1998, p. 10.4Javier Hernández Alpízar, “Discutiendo la ‘guerra de cuarta generación’” [en línea], Indymedia Ma-

drid, <http://madrid.indymedia.org/node/12694>, [consultado: 24 de mayo de 2010].5Manuel Freytas, “Guerra de Cuarta Generación: cuidado, su cerebro está siendo bombardeado“

[en línea], iarNoticias.com, <http://www.iarnoticias.com/secciones_2006/norteamerica/0019_guerra_cuarta_generacion_21mar06.html>, [consultado: 24 de mayo de 2010].

Encuentro Latinoamericano vs. Terrorismo Me-diático, que reunió a periodistas e investigado-res de América Latina, el Caribe y Canadá, en elCentro de Estudios Latinoamericanos RómuloGallegos (Celarg), Venezuela, 2008



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usted consume titulares con ‘BinLaden’, ‘Al Qaeda’, ‘terrorismo musul-mán’, su mente está consumiendo con-signas de miedo asociadas con‘terrorismo’, y su cerebro está sirviendode teatro de operaciones a la ‘GuerraContraterrorista’ lanzada para controlara las sociedades a escala global.Cuando usted consume prensa interna-cional sin analizar los qué y los paraqué, los intereses del poder imperialque se mueven detrás de cada noticia oinformación periodística, usted estáconsumiendo Guerra de Cuarta Genera-ción”. Leo Hamon6 agrega a todo lo yadicho que el respaldo técnico, industrialy económico son aspectos clave en eldesarrollo de este fenómeno.

Mencionadas las principales ca-racterísticas de las guerras de cuartageneración, puede agregarse que hayotros factores que las diferencian delas anteriores, como el surgimientodel crimen transnacional (narcoterro-

rismo), la desaparición del conceptode disuasión (no hay a quién disuadir),la disolución de las fronteras ante latecnología y la aparición de otros ac-tores no estatales.

Los conflictos interestatales

En realidad, estas guerras actualesno han reemplazado a las de anterioresgeneraciones ni a los conflictos interes-tatales. En América Latina y el Caribe,en la última década del siglo XX han ha-bido varios conflictos que tuvieron sus

orígenes en cuestiones territoriales. Elcuadro a continuación muestra estarealidad7.

La invasión de Irak a Kuwait en 1990,las invasiones de los Estados Unidos deAmérica o de la coalición a Irak en 1991y 2003, el conflicto entre Ecuador y Perúen 1995 y 1996, la disputa entre India yPakistán por Cachemira, el enfrenta-miento permanente entre las dos Coreasy la invasión de los Estados Unidos deAmérica en Afganistán en 2002 marcanclaramente que los conflictos entre na-ciones siguen vigentes.

José Enrique Fojón8 dice que la de-nominación 4GW (fourth generation war,guerras de la cuarta generación) es solo

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001

Belice Gua Gua Gua Gu

Colombia Ven Ven Ven Ven

Cuba Nic Nic Nic

Ecuador Per Per Per Per Per

El Salvador Hon Nic / Hon Hon/ Nic Hon

Guatemala Bel Bel Bel

Guyana Bel

Haití EE.UU. EE.UU. EE.UU. EE.UU. Ven

Honduras Nic El Sal Nic El Sal / Nic Nic Nic Nic El Sal / Nic Nic / El Sal

Nicaragua Hon Hon El Sal / Hon Hon /CR Hon / CR Hon CR Hon

Panamá EE.UU.

Perú Ecu Ecu Ecu Ecu Ecu

Estados Unidos Pan Hai Hai Hai Hai

Venezuela Col Col Col Guy Col

6Citado por Jorge Corrado en “Las guerras de la tercera especie en las Américas, en el ámbito dela guerra mundial antiterrorista”, Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires.

7“América Latina: Cuadro de conflictos interestatales 1990-2002” [en línea], Futuros. Revista tri-mestral latinoamericana y caribeña de desarrollo sustentable, <http://www.revistafuturos.info/futuros_10/oea_cuadro1.htm>, [consultado: 2 de junio de 2010].

8Jorge E. Fojón, “Vigencia y limitaciones de la guerra de cuarta generación“, Real Instituto Elcanode Estudios Internacionales y Estratégicos, 2005.

América Latina: cuadro de conflictos interestatales 1990-2001



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un recurso para explicar una realidad yes más importante el debate sobre lanaturaleza “no trinitaria” del conflicto.Hay quienes opinan que no hay diferen-cias significativas entre lo descrito porClausewitz como “trinidad” y la situaciónactual. “Los elementos de la ‘trinidad’pueden ser identificados en cualquierperíodo histórico y en realidades no es-tatales. Por ‘gobierno’, puede enten-derse cualquier entidad directora o,como anotaba el prusiano, una ‘inteli-gencia personificada’. En la actualidad,podría aplicarse a Bin Laden y su estre-cho círculo de colaboradores. Por ‘ejér-cito’, hay que entender cualquier entidadarmada, sea cual fuese la forma queadopte, como pueden ser los miembrosactivos de al-Qaeda. Quedaría represen-tado el ‘pueblo’ por la población de cual-quier sociedad o cultura, en cualquierépoca histórica, pudiendo aplicarse, enel ejemplo en uso, a las masas islámi-cas radicales”.

La insurgencia

¿Es esto aplicable a la insurgencia,si se entiende por ello “las acciones queun grupo minoritario realiza dentro de unEstado para forzar un cambio políticomediante una combinación de subver-sión, propaganda y presión militar, per-suadiendo o intimidando a la gran masade la población para aceptar dicho cam-bio”9? ¿No es también cierto que notodas las formas de insurgencia soniguales sino que se diferencian por lascausas que las generan, el entorno en elque cada una se encuentra y la culturaen la que está inserta?

En la resistencia francesa de la Se-gunda Guerra Mundial, puede coincidirseen decir que tuvo un gran protagonismola lucha de los aliados contra la ocupa-ción alemana. Los aliados usaron losservicios de los irregulares quienes,entre otras cosas, se encargaban del sa-botaje de las vías férreas, las estacionesde tren, las autopistas y atacaban las co-lumnas de abastecimientos alema-nas10. Además, eran una inagotablefuente de reunión de información. Enalgún momento, llegaron a contar conmás de 70000 hombres armados. Enestas acciones, se pueden encontrar al-

gunas de las características de las 4GW:emplear elementos de pequeña magni-tud, difícil diferenciación entre comba-tiente y no combatiente, predominio delnivel táctico, buscar el colapso en la re-taguardia enemiga, enfrentamientos ar-mados de pequeña magnitud atransportes o abastecimientos, no re-girse por regulaciones convencionales yutilizar escondites.

Si se considera la guerra civil en Ar-gelia, iniciada en 1991, el detonante fueexclusivamente político. La suspensiónde las elecciones en primera ronda pro-vocó el enfrentamiento entre el Go-bierno y varios grupos rebeldes isla -mistas, principalmente el Frente Islá-mico de Salvación (FIS), que había ga-nado en esa ronda; el MovimientoIslámico Armado (MIA), fuerte en lasmontañas, y el Grupo Islámico Armado(GIA), fuerte en los pueblos11. Iniciada laguerra de guerrillas, fijaron como centrode sus ataques objetivos militares a tra-vés del Ejército Islámico de Salvación(EIS), brazo armado del FIS12. Incluso semontó una red clandestina con periódi-cos ilegales y una radio clandestina conla cual realizaban emisiones desde elexterior. Al poco tiempo, algunos de losgrupos rebeldes empezaron a atacartambién a civiles. Argelia se vio envueltaen masacres muy sangrientas, dondemurieron centenares de civiles. Estasmasacres se siguieron produciendohasta finales de 1998. Recién en 2006se aplicó una amnistía por decreto, loque logró poner calma en la región, perono poner fin al conflicto. También gruposarmados de al-Qaeda actuaban hasta2008 en Argelia.

En Medio Oriente, si bien Hezbollahes considerada una organización terro-rista debido a la campaña de secues-

tros y a los atentados suicidas que sus“mártires” cometieron contra objetivosisraelíes y occidentales durante losaños ochenta empleando tácticas deataque por sorpresa y artefactos explo-sivos improvisados, sus operacionespertenecían claramente a un esquemade guerra de guerrillas13.

En el sudeste asiático, tanto la in-surrección del Viet Minh contra la domi-nación francesa (1946-1953) como laprolongada lucha del Viet Cong para ex-pulsar a los estadounidenses (1961-1975) son casos claros de guerra deguerrillas. Ambos comenzaron por unafase de agitación/propaganda, incluidoel asesinato de funcionarios locales.Posteriormente, la mayor parte de losenfrentamientos se produjo en las jun-glas, los campos de arroz y en las re-motas montañas.

Si se habla de Chechenia, se veráque se repiten muchos patrones queaplicaron otros movimientos de insur-gencia, en este caso por la indepen-dencia y el dominio de un territorioclave en la región del Cáucaso, ya quees paso obligado de recursos energéti-cos. Durante el colapso soviético, en1991, el ex general de la Fuerza AéreaSoviética y presidente de Chechenia,Dzhokhar Dudayev, proclamó unilateral-mente la independencia. Apareció en-tonces Shamil Basayev, quien sería ellíder emblemático de la insurgenciachechena14. Hubo secuestro de avio-nes, toma de edificios públicos, comoun hospital, un colegio y un teatro, ne-gociaciones con centenares de rehenesmuertos, intercambio de prisioneros yla inclusión del terrorismo nuclear. Tam-bién se incorporaron combatientes quetenían vínculos con organizaciones is-lámicas terroristas, que argumentaban

9Citado por Jesús A. Blanco en “La contrainsurgencia en los actuales escenarios”, Las nuevasguerras y la polemología, Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional, 2009.

10“La resistencia francesa” [en línea], Univision.com, <http://foro.univision.com/t5/Historia-Universal/La-Resistencia-Francesa/m-p/216552225>, [consultado: 28 de mayo de 2010].

11“Guerra civil argelina” [en línea], Wapedia, <http://wapedia.mobi/es/Guerra_Civil_Argelina>,[consultado: 29 de mayo de 2010].

12Marta Arroyo, “Argelia. Una guerra civil encubierta” [en línea], elmundo.es, <http://www.elmundo.es/documentos/2003/04/guerras_olvidadas/argelia.html>, [consultado: 29 de mayo de2010].

13Leonard Weimberg, “Sobre insurgencia y terrorismo” [en línea], Bitácora Almendrón,<http://www.almendron.com/tribuna/14105/sobre-insurgencia-y-terrorismo/>, [consultado: 4 de juniode 2010].

14Christian Reyes Méndez, “Chechenia en el tablero de la política exterior de Rusia” [en línea], Labandera negra, <http://labanderanegra.wordpress.com/2009/02/18/chechenia-en-el-tablero-de-la-politica-exterior-de-rusia/>, [consultado: 3 de junio de 2010].



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que la naturaleza del conflicto era la de-fensa del Islam en contra de los infie-les. David Kilcullen afirma: “LaInsurgencia Global Islámica es una hi-pótesis que argumenta que varios gru-pos no estatales islamistas se dedicana hacer política utilizando métodos te-rroristas y operaciones informativas,estando interconectados por medio devínculos sociales informales con ac-ceso a modernas tecnologías de la in-formación y con el respaldo de algunosEstados, ciertas organizaciones benéfi-cas islámicas y/o individuos de granpoder económico; se describe mejorcomo una rebelión a escala mundial,contra el orden establecido”15.

Como se puede observar se agreganelementos hasta ahora no reconocidosen la insurgencia. A esto Krauthammerlo calificó como terrorismo al referirse al11S: “Ya no tenemos que buscar unnombre para la era post guerra fría. Apartir de ahora, será conocida como laera del terrorismo. El terrorismo organi-zado ha demostrado lo que puedehacer: llevar a cabo la mayor masacrede un solo golpe en la historia de los Es-tados Unidos [de América], colapsar lamayor potencia del mundo y hacer quesus dirigentes se escondan en refugiossubterráneos. Todo ello sin tan siquierarecurrir a armas químicas, biológicas onucleares de destrucción masiva”16.

A pesar de lo que se ha descripto,las grandes potencias han insistido enenfrentar estas nuevas amenazas sindesarmar sus ejércitos; por el contrario,cada vez disponen de un instrumentomilitar más sofisticado, mejor equipadoy más numeroso. Mucho están evolu-cionando en adaptar sus doctrinas, pro-cedimientos y tácticas de empleo.

Conclusiones

Las llamadas guerras de cuarta ge-neración no han eliminado a las otrasgeneraciones de la guerra. Las guerrasinterestatales siguen existiendo, soloque ahora se lucha por otros objetivos

que no tienen que ver con la conquistadel territorio. Los objetivos de hoy estánrelacionados con los recursos, con bus-car espacios sociales que se creen abo-lidos, por reconocimientos de origenétnico o religioso.

La insurgencia en general es unproceso que se desarrolla dentro delos Estados y, en casi todos los casos,se puede identificar una razón de in-conformismo social o de segregaciónreligiosa o étnica, de discriminación ode statu quo contra la que se reac-ciona, y que se caracteriza, como seha analizado, por llevarse a cabo conpequeños elementos operacionalesque, además de perpetrar ataques enforma de guerrilla contra objetivos mi-litares o civiles estratégicos, utilizan elsecuestro, el asesinato, la toma de re-henes y la confusión entre civiles ycombatientes, y no respetan en abso-luto las regulaciones internacionalesde los conflictos armados.

Entonces, si se compara la insur-gencia tradicional con las 4GW, se notaque estas últimas se diferencian de lasprimeras por el uso exclusivo de la pro-paganda y la acción psicológica, el em-

pleo de tecnologías de última gene -ración, la desaparición de fuerzas con-vencionales, el control social, la de-saparición de fronteras y el empleo noprioritario de la violencia física.

En tal sentido, se puede afirmar queexisten marcadas diferencias entreambas y quizás la insurgencia sea untipo de guerra de cuarta generación, otal vez estemos asistiendo a la transi-ción hacia este nuevo tipo de guerras.

De hecho, el caso de la llamada in-surgencia islámica global muestra unanueva insurgencia que tiene proyecciónmás allá de las fronteras de una nación,que además recibe apoyos estatales en-cubiertos o de organizaciones o dirigen-cias de algunos estados; entonces dejade ser insurgencia para convertirse enalgo más aproximado a las guerras decuarta generación.

Lo que queda claro es que ningunapotencia militar ha resignado ni va a re-signar el disponer de una fuerza letal enrelación con el poderío armamentista yhumano, capacidades logísticas e in-dustria militar que le permitan aplicarlodonde crean conveniente para la de-fensa de sus intereses, sean estos te-rritoriales, económicos, recursos, ciuda -danos o del tipo que se traten.

En definitiva, los dinosaurios no handesaparecido, sino simplemente hanvuelto a nacer.

15Sebestyén L. v. Gorka, “¿Vencerá la nueva doctrina de contrainsurgencia norteamericana a al-Qaeda?” [en línea], Real Instituto Elcano, <http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano_es/programas/terrorismo+global/publicaciones/publ-politicas+anterrorista+democs/dt1-2008>, [consultado: 5 de junio de 2010].

16Idem.

11 de septiembre. Atentado a las torres gemelas. Sin armas químicas, biológicas o nucleares de destrucción masiva


HUGO ALBERTO CARRANZA se graduó de ingeniero electricista en laUniversidad Tecnológica Nacional (UTN). Posee un posgrado de Es-pecialización en Gas Natural del Instituto del Petróleo de la Univer-sidad de Buenos Aires. Se ha desem peñado por más de treintaaños en el sector energético: en Gas del Estado fue jefe del Des-pacho Nacional de Gasoductos. Actualmente, es gerente técnico enTOTAL Gas y en Electricidad Argentina. Es docente de grado en laUTN Facultad Regional General Pacheco, de posgrado en el InstitutoTecnológico Buenos Aires (ITBA) y en la Escuela Superior de GuerraConjunta (ESGC). En el ejercicio 2003-2004, fue presidente de laSección Argentina de la Society of Petroleum Engineers, instituciónque le otorgó el “2010 Regional Service Award” para Latinoamé-rica y el Caribe. Es coautor del libro Sistemas Eléctricos de Potencia,editado por Librería y Editorial Alsina en 2007, y de varios artículosy presentaciones sobre temas energéticos publicados en la Argen-tina, Brasil, Colombia, Chile, Perú y EE.UU.


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Introducción

Durante el siglo XX, la energía ha emer-gido como la causa motora de casi todas lasactividades humanas, constituyéndose enparte esencial de la vida moderna, en objetode análisis estratégicos y en detonante deconflictos geopolíticos.

Pasada la primera década del siglo XXI, semanifiesta el problema de abastecer una de-manda creciente de energía y afrontar si-multáneamente una genuina preocupaciónpor la afectación del medio ambiente. Asíqueda desplazada la discusión que tuvolugar durante el último cuarto del siglo pa-sado sobre cuándo se produciría el pico deproducción del petróleo (peak oil) y la con-secuente declinación de la producción poragotamiento del recurso.

Este artículo comienza con un análisis dela irrupción del fenómeno energético ocurridoa partir del inicio del siglo XX y muestra algu-nos vínculos entre la energía y la historia del pensamiento.Luego se describen los elementos fundamentales de inter-pretación estadística para permitir evaluar los datos de la re-alidad y las tendencias que se presentan como probablespara el escenario mundial energético de largo plazo. Final-mente, se expone una reflexión sobre la relación entre ener-gía, sociedad y defensa en el contexto del mundo globalizado.

El origen

Los expertos estiman que la tierra se formó hace 5.000millones de años y que la vida apareció sobre el planetaaproximadamente 3.500 millones de años atrás. Sus dife-rentes manifestaciones, asociadas a diversos cambios ope-rados en la tierra, dieron origen a la formación del petróleoy del gas natural. Estos se produjeron entre el Paleozoico yel Cenozoico y, durante el Terciario, hace 65 millones deaños, se formaron la mayoría de las reservas actualmenteidentificadas de hidrocarburos.

LA ENERGÍA: EVOLUCIÓN Y PERSPECTIVAS ESTRATÉGICASEn la década del bicentenario de la formación de nuestra nación

por Hugo A. Carranza*

Es claro que esta serie de compuestos de carbono, deltipo carbono-hidrógeno, se anticipó en algunos millones deaños a la aparición del hombre en la tierra.

Períodos de formación del petróleo

*



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Durante el Cuaternario aparecen los primeros antepa-sados del hombre, el homo sapiens sapiens surge hace100.000 años durante el Pleistoceno, con una clara dife-rencia respecto de sus antecesores: la capacidad craneanaalcanza los 1350 cm3. El hombre, el homo sapiens sapiens,

el animal racional, el ser que piensa y cuyo pensamientoconstituye la posibilidad de existencia del conocimientoemerge por sobre todo lo existente como un ser capaz detransformar, de innovar, de anticiparse a un futuro siemprecontingente.

Composición del gas natural y del petróleo

400/600 cm3600/800 cm3

800/1200 cm3

1300 cm3

1200-1600

Capacidad craneana cm3

AustralopitecusHomo erectus

Homo neanderthalensis

Homo sapiens sapiens

4-2 M años 0,750 M años 100 a 40 mil años 40 mil años - hoy


31

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Hace 10.000 años aparecen las primeras manifestacio-nes de la civilización: la agricultura, la pintura, la alfarería, elculto a los muertos, el lenguaje. Al final del Holoceno, losgriegos clásicos establecen las bases esenciales del pen-samiento humano. Aristóteles enuncia que “el ser” se dicede muchas maneras, materia y forma, potencia y acto, esen-cia y existencia.

En el siglo XVII, Descartes reforma las bases de la filo-sofía, en el Discurso del método postula que toda relaciónde conocimiento se establece entre el sujeto cognoscentey un objeto a ser conocido. El “Yo pienso, entonces existo”(cogito ergo sum), enunciado como verdad evidente y basede su filosofía, establece la idea de un sujeto cognoscente,capaz de reconocer la existencia de sí mismo.

Más adelante John Locke, además de cuestionar la teo-ría del conocimiento de Descartes y de dar inicio al llamadoempirismo inglés, enuncia los principios básicos que danorigen a la formación de los estados nacionales modernos.En su Ensayo sobre el gobierno civil declara que todos loshombres son creados iguales por Dios, con derecho a lavida, a la libertad y a disponer de sus personas y bienes, yque para la preservación propia y mutua requieren organi-zarse como sociedad civil.

Es notable que hasta mediados del siglo XIX la poblaciónmundial permaneciera debajo de los 1.000 millones de ha-bitantes. Pero en 1900 la población mundial llegó a 1.600millones, 2.500 millones en 1950, 6.000 millones en 2000y se estima alcanzará los 9.500 millones en 2030.

Este enorme crecimiento es simultáneo a la apariciónde las nuevas tecnologías, que aplicadas al campo de lasalud, la alimentación, la energía y otras actividades delhacer humano transformaron las condiciones de vida de lahumanidad.

Sin pretender establecer relaciones causa-efecto entreenergía y sociedad, identificamos cuatro ejemplos de des-cubrimientos sin los cuales el mundo tal como hoy lo cono-cemos no sería posible: el electromagnetismo, la extracciónde petróleo por perforación y la invención del automóvil, ocu-

rridos a mediados del siglo XIX, y el uso pacífico de la ener-gía nuclear producido a mediados del siglo XX.

La energía, como fenómeno emergente del siglo XX, dejade ser un tema de ingeniería para constituirse en una es-pecialidad multidisciplinaria que requiere el concurso deeconomistas, abogados, ambientalistas, sociólogos, milita-res, médicos y de casi todas las especialidades asociadasa las actividades del hombre contemporáneo.

En los párrafos siguientes se describirán los conceptosbásicos para interpretar la información estadística sobreenergía, que permitirá un análisis cuantitativo sobre la ac-tual situación del mundo y de la Argentina, y evaluar los pro-nósticos y las tendencias elaborados por los especialistas.

La energía y sus estadísticas

En primer lugar es necesario distinguir entre “formas deenergía” según su concepto físico, por ejemplo, calor, tra-bajo mecánico, energía cinética, energía potencial y el “pro-ducto energético” asumido como recurso, según su dispo -nibilidad en la naturaleza o su producción por extracción opor transformación, por ejemplo, carbón, petróleo, gas na-tural, viento. Así el recurso hidráulico se transforma de ener-gía potencial, cinética, a trabajo mecánico en el eje de laturbina y en energía eléctrica en el generador.

Los productos energéticos se clasifican en primarios ysecundarios, esta clasificación es convencional y varía entrelos organismos que elaboran estadísticas. Primarios sonaquellos productos energéticos que se encuentran en elmismo estado en que se extraen de la naturaleza, con unacondicionamiento mínimo para ser comercializados. Se-cundarios son los productos que han sufrido algún tipo detransformación físico-química o simplemente de estatus co-mercial, típicamente son considerados secundarios: la elec-tricidad, los productos de la refinería de petróleo, el gasnatural por redes, los biocombustibles. Los productos ener-géticos también se clasifican en recursos renovables y no re-novables.

En el proceso de transformación delcalor en trabajo mecánico existe unarestricción física estudiada por S. Car-not, ingeniero militar francés, y genera-lizada por R. Clausius, físico alemán,que establece que es imposible con-vertir todo el calor producido por unafuente caliente a temperatura T1 en tra-bajo mecánico, porque siempre se cedeuna cantidad importante a una fuentefría a temperatura T2. Un ejemplo típicoes el llamado ciclo de vapor o ciclo Ran-kine (steam turbine o turbina de vapor)donde el calor producido en una cal-dera a temperatura T1 brinda energía auna turbina que la convierte en energíamecánica y a la vez cede una impor-tante cantidad de calor a un condensa-

Evolución mundial - Consumo de energía y población




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dor a temperatura T2. Esta restricción conocida como Se-gundo principio de la termodinámica es la principal causade las llamadas pérdidas por transformación.

Interesa también quién consume la energía. Por con-sumo final se entiende la suma de los consumos de los di-ferentes sectores: residencial, comercial, público, agro -pecuario, transporte, industrial, minero.

Según la Agencia Internacional de la Energía, el total dela producción anual de productos energéticos alcanzó, en2008, las 12.267 millones de TOE (tons of oil equivalent) oTEP (tonelada equivalente de petróleo) de las cuales el71,3% son de origen fósil. En el mismo año el consumo finalllegó a 8.428 millones de TOE.

La unidad de medida de referencia es la TOE o TEP y esla que corresponde a la cantidad de energía liberada en lacombustión completa de una tonelada de petróleo crudo de

Fuente: IEA, Manual de estadísticas energéticas

Fuente: IEA, Key World Energy Statisticts 2010

densidad 0,88 kg/m3 (tipo API 30°), cuyo poder calorífico in-ferior es de 10.000 kcal/kg. De manera que:

1TEP = 10*106 cal= 41,89 * 106 Joule

Producción de energía primaria y consumo final Total mundial, año 2008

12.267 Mtoe

8.428 Mtoe



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Los datos estadísticos se presentan en los balanceenergéticos anuales, cuyo formato generalmente es de tipomatricial, por ejemplo, el Balance Energético Nacional Ar-gentino tiene forma de matriz abierta en tres grupos de co-lumnas: oferta, transformación y consumo, y dos grupos defilas: la energía primaria y la energía secundaria.

En la Argentina los datos del balance son presentadosen una matriz que puede considerarse compuesta por seissubmatrices, de las cuales prioritariamente importa conocerla producción de primarios (cuadro superior izquierdo –ce-leste– en el gráfico siguiente) y el consumo final, (cuadro in-ferior derecho –naranja–). Conociendo los datos estadís -ticos de la oferta de primarios (es decir, el consumo brutode primarios) y del consumo final por tipo de producto ener-gético y por sector de consumo se obtiene mucha informa-ción útil que permite tener una visión clara de naturalezacuantitativa y conceptual.

El consumo final fue de 52,8 millones de TEP, de loscuales el 97,4% eran productos energéticos secundarios;integrados por un 40,8% de gas natural y el 34,2% de de-rivados del petróleo –incluyendo el gas licuado–, entreambos aportaron el 75% de la energía consumida.

PRODUCCIÓN YOFERTA

DE PRIMARIOS

TRANSFORMACIÓNDE PRIMARIOS

CONSUMO FINALDE PRIMARIOSPOR SECTORES

TRANSFORMACIÓNDE SECUNDARIOS

CONSUMO FINALDE SECUNDARIOPOR SECTORES

PRODUCCIÓN YOFERTA DE

SECUNDARIOS

La Argentina tuvo en 2008 una demanda interna deenergía primaria de 80 millones de TEP, de los cuales el 90%fueron combustibles fósiles y solo el petróleo y el gas na-tural aportaron el 88,4% del total de primarios.

Es útil comparar los consumos per cápita de la Argen-tina con el mundo y con los países desarrollados, en par-ticular los integrantes de la Organización para laCooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, Organiza-tion for Economic Co-operation and Development), queagrupa a los países de Europa y Norteamérica y otros,como Japón, Corea del Sur, etc. En el cuadro siguiente sepuede observar que a los países de la OCDE pertenece el18% de la población mundial, esta produce entre el 50% yel 75% del producto bruto interno del mundo, consume el44% de la energía primaria y el 54% de la electricidad pro-ducidas en el mundo, también es responsable del 43% delas emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) mun-diales. La Argentina presenta valores de consumo per cá-pita ligeramente superiores al promedio mundial, pero, encomparación con los países de la OCDE, es apenas el 42%de la energía primaria y el 33% de la electricidad consu-mida per cápita en la OCDE. En términos de emisiones deGEI per cápita, la Argentina presenta valores ligeramenteinferiores al promedio mundial y del orden del 40% del totalproducido per cápita en la OCDE.

Argentina: oferta interna 80 MTEP

Consumo final 52,8 MTEP



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Las tendencias en discusión. Algunos de los futuros posibles

En la actualidad hay varios organismos, agencias o de-partamentos gubernamentales encargados de elaborar pro-nósticos. Se destaca, entre todos, por su constitución laAgencia Internacional de la Energía (IEA, International EnergyAgency), que produce y publica un informe de prospectiva aveinte años llamado World Energy Outlook (WEO, Prospec-tiva Energética Mundial). Otro productor regular de pronósti-cos es la Administración de la Información de la Energía(EIA, Energy Information Administration), que depende delDepartamento de Energía de los Estados Unidos y produceanualmente el informe International Energy Outlook (IEO,Prospectiva Internacional Energética).

Hasta hace apenas unos años atrás, estos pronósticosse basaban en un caso o escenario de referencia del tipo“orientado a la demanda”, sobre la hipótesis de que no seoperan grandes cambios en las políticas energéticas de lospaíses y que existen recursos suficientes para satisfacerlos requerimientos de la demanda. Desde el año 2006, laIEA comenzó a publicar cada dos años un informe de pros-pectiva llamado Energy Technologies Perspectives, (ETP,Perspectivas Tecnológicas Energéticas), que contiene esce-narios del tipo “restringido por emisiones”, en los que seplantea cuáles son las tecnologías disponibles que haríanposible la satisfacción de la demanda reduciendo las emi-siones a los niveles de 2008.

En el gráfico siguiente se muestran los pronósticos deproducción mundial de energía primaria tomados del esce-nario Baseline, donde se supone que no se modifica la po-lítica energética global con gran aumento de la demanda, laproducción y las emisiones, y el escenario BLUE Map, en elcual se aplican fuertes programas de eficiencia energética,diversificación de las fuentes de producción y una efectivareducción de emisiones de gases de efecto invernadero(GEI).

Resto del 2008 Mundo OCDE Mundo Argentina Chile Brasil

Población (Mhab, %) 6688 18% 82% 0,6% 0,3% 2,9%

GDP (%) 75% 25% 1,0% 0,3% 2,1%

GDP PPP (%) 51% 49% 1,0% 0,2% 2,6%

TPES (MTOE, %) 12267 44% 56% 0,6% 0,3% 1,9%

Electricidad (TWh, %) 18603 54% 46% 0,6% 0,3% 2,3%

Emisiones (Mtn CO2, %) 29381 43% 57% 0,6% 0,2% 1,2%

GDP/Capita (usd/cap) 6.053 25.634 1.815 9.914 6.205 4.448

GDP-PPP/Capita (usd/cap) 9.549 27.620 3.107 15.567 6.504 8.584

Intensidad TPES/GDP (toe/Musd) 0,30 0,18 0,69 0,19 0,30 0,27

TPES/Capita (toe/cap) 1.834 4.556 1.245 1.915 1.879 1.118

Electricidad/Capita (kwh/cap) 2.782 8.485 1.547 2.789 3.329 2.232

CO2 tn/Capita 4,39 10,61 3.047 4,27 4,35 1,90

Población (10^6 hab) 6688 1190 5498 39,88 16,76 191,97

GPD (10^9 ’00 usd) 40482 30504 9978 395,37 104 853,82

GDP PPP (10^9 ’00 usd) 63866 32868 30998 620,81 109 1647,85

TPES (Mtoe) 12267 5422 6845 76,36 31,5 228,13

Electricidad (TWh) 18603 10097 8506 111,21 55,8 428,53

Emisiones (10^6 tn CO2) 29381 12630 16751 170,38 72,98 364,61

Fuente: IEA-Key World Energy Statisticts 2010

Producción mundial de energía primaria



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Como resultado se pretende una fuerte reducción de lasemisiones, como se ve en el grafico siguiente. Hasta el año2030 se muestran las reducciones contenidas en el informede prospectiva de 2009, bajo el escenario de 450 partespor millón de GEI o CO2 equivalente contenidas en la at-mósfera (caso WEO 2009, 450 ppm). Entre 2030 y 2050, in-corpora el efecto del uso de las tecnologías disponibles parareducción de emisiones. El resultado presentado atribuyeun 19% de la reducción de emisiones planificada a los pro-gramas de captura y almacenaje de carbono (CCS, CarbonCapture and Storage), un 17% al uso de las nuevas tecno-logías renovables, solar, eólica, etc., un 6% al uso nuclear, un5% al incremento de eficiencia y uso de combustibles parageneración eléctrica y un sorprendente 53% originado enprogramas de eficiencia de utilización de la energía, es decirproducir más o igual con menos energía a nivel de uso final.

novables. Mucho se ha escrito sobre este tema, perola realidad muestra que, hoy y en el horizonte de es-tudio prospectivo, las reservas mundiales no consti-tuyen una restricción.

2) Evolución de los precios de los productos energéti-cos y de los montos de las inversiones que se van arealizar.

3) Impacto del cambio climático, no solo en evidenciasfísicas, sino en la percepción de la población mundialen particular la de los países de la OCDE.

4) Evolución de la tecnología, los recursos humanos, yel eventual impacto del NOVUM, aquello hoy no imagi-nado.

5) Grado de avance en los procesos de implementaciónde mejoras de la eficiencia energética.

6) La evolución de los proyectos para ampliar la ofertaenergética mundial, no solo incorporando renovablessino además incrementado el uso de fósiles de bajaproducción de GEI.

7) El escenario político mundial y la manifestación deconflictos sobre los recursos energéticos.

8) Desarrollo de infraestructura y la vinculación oferta ydemanda.

Es importante definir algunos términos. Por oferta en-tendemos aquellas cantidades producidas, disponibles parasu transporte, distribución y consumo. Consideramos pro-ducción a aquellas cantidades de productos energéticos ob-tenidas por extracción o por transformación de otrosproductos energéticos. Reserva son las cantidades poten-cialmente producibles que tienen existencia física demos-trada y son factibles de comercialización, utilizando lainfraestructura existente a los precios vigentes. Recursosenergéticos son aquellas cantidades descubiertas, inferidaso aún no descubiertas con cierta probabilidad de ocurrencia.

En síntesis, los ejercicios de prospectiva conocidos pre-sentan escenarios de demanda de energía creciente, con pro-bables restricciones en la oferta, originadas en cuestionesde prevención y mitigación de efectos de cambio climático,en la distancia física y política entre la oferta y la demanda.En el largo plazo, la tecnología y la inteligencia humana paraprever situaciones y preparar anticipadamente los planes decontingencia jugarán un papel fundamental. Por el contrario,la improvisación y la falta de preparación de recursos huma-nos especializados solo incrementarán la falta de recursosenergéticos en cualquier comunidad nacional.

Relación entre energía, sociedad y defensa

Hoy, en pleno siglo XXI, la población mundial es de casi7.000 millones de habitantes organizados en naciones,cuyos ciudadanos con pasaportes cruzan fronteras, comer-

Cuando se analiza un pronóstico cualquiera, se partecon una certeza, que nunca se cumplirá exactamente comofue concebida, sin embargo su utilidad principal consisteen que da respuestas concretas a las preguntas del tipo:“¿qué pasa si?”. Como el número de datos y variables asu-midas como base de una proyección puede ser muygrande, la incertidumbre sobre el resultado también lo es.Se puede generalizar identificando las principales fuentesde incertidumbre, estas se presentan en la siguiente lista,no necesariamente ordenadas según su importancia:

1) Ocurrencia del peak oil o pico mundial de produc-ción de petróleo y, en general, de recursos no re-

Tecnologías clave para reducir las emisiones deCO2 conforme al escenario del BLUE Map

Fuente: IEA, Perspectivas Tecnológicas Energéticas 2010



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cian, se identifican e ingresan a un mundo globalizado. Sinembargo, emergen cotidianamente “conflictos de intereses”por razones económicas, étnicas, religiosas o ideológicas; aveces aun entre sectores de un mismo país.

Es interesante analizar el informe que elaboró el Natio-nal Petroleum Council (NPC, Consejo Nacional del Petróleo–a pedido del secretario de Energía de los Estados Unidos–,publicado en 2007, bajo el título Hard Truth about Energy(Las duras verdades sobre la energía). El informe identificalos siguientes 5 objetivos estratégicos y recomienda las ac-ciones necesarias para alcanzarlos:

1) Moderar la demanda mediante el incremento de laeficiencia.- Vehículos, edificios, equipos y dispositivos.

2) Expandir y diversificar la oferta de energéticos.3) Fortalecer la seguridad energética global y de los Es-

tados Unidos.4) Reforzar las capacidades para afrontar los nuevos

desafíos.- Infraestructura, recursos humanos, tecnología e in-formación.

5) Afrontar las restricciones de emisiones de CO2 equi-valente (GEI).

En particular, sobre la seguridad del suministro, reco-noce la dependencia de los EE.UU. de la importación deenergéticos, y afirma que la seguridad del suministro re-quiere mantener el “libre comercio”, en lugar de proponersela “independencia energética”, entendiendo que no puedehaber seguridad energética en los EE.UU., si no hay seguri-dad energética en el mundo.

Fuente: Schlumberger Business Consulting study, 2001. Extraído del informe Hard Truths about Energy - NC 2007

Desbalance regional de graduados en petróleo y afines

El informe advierte que el mundo está ingresando a un pe-ríodo en que el comercio y las inversiones internacionales endesarrollos energéticos se verán más afectadas por conside-raciones geopolíticas que por las reglas y usos del “libre co-mercio” en mercados abiertos. El crecimiento de la demandaen países desarrollados liderados por Asia, más la crecientehostilidad hacia la “globalización”, aún en países industriali-zados que se benefician de esta, generan un clima de conflictoque puede fracturar el sistema de comercio internacional. Mu-chos países en desarrollo basan sus planes de generación derecursos en razones geopolíticas que en los beneficios eco-nómicos que pueden obtener en el comercio internacional.

Por último, el informe sugiere desarrollar y aplicar una po-lítica de seguridad energética en común con los departa-mentos de Estado, Energía, Defensa, Tesoro y ComercioExterior, basada en la promoción de un efectivo comercio in-ternacional, que asegure la provisión de energía a los EE.UU.

Este cuadro de creciente conflictividad internacional, queafecta la libre disponibilidad del recurso energético interna-cional, pone en riesgo no solo la seguridad energética sinotambién la seguridad global de las naciones. Los conflictosde intereses se traducen a menudo en acciones de fuerza yconflictos de variada intensidad, que llegan a alterar la in-tegridad territorial, el derecho de autodeterminación de lasnaciones y los derechos básicos de vida y libertad de losciudadanos de determinado país.

Para la protección y la garantía del derecho a la vida y ala libertad de los individuos y de los derechos soberanos delas naciones a las que estos pertenecen, existen políticasde defensa nacional y de las fuerzas armadas. En algunoscasos, como en nuestro país, estas constituyen una de lasinstituciones fundacionales del proceso histórico que da ori-gen a la formación de la actual República Argentina.



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Con la mirada del contemporáneo, podemos afirmar quesin la formación de los regimientos criollos en 1806-1807y sin el punto 1º del Acta capitular del 25 de mayo de 1810,que designaba a Cornelio Saavedra presidente de la Juntay le ordenaba la formación de una fuerza expedicionaria de500 hombres, que constituiría la base del primer ejércitodel Norte dirigido por Castelli y Balcarce, la Argentina, talcomo hoy la conocemos, no existiría.

En la actualidad, la política de Defensa Nacional de laRepública Argentina se halla establecida en la Ley 23554,promulgada en 1988. La Ley de Defensa Nacional, en suartículo segundo, dice: “La Defensa Nacional (...) tiene porfinalidad garantizar de modo permanente la soberanía e in-dependencia de la Nación Argentina, su integridad territo-rial y capacidad de autodeterminación: proteger la vida y lalibertad de sus habitantes”, y más adelante, en su artículo6, establece: “(…) la defensa nacional constituye un dere-cho y un deber para todos los argentinos en la forma y tér-minos que establecen las leyes (…)”. En síntesis, asegurarla defensa nacional es una obligación moral y legal paratodos los argentinos.

Hay tres aspectos que nos interesan en la relación entreenergía y defensa. La primera es la identificación del con-flicto potencial por el control del recurso energético, cuyocaso más evidente, pero no necesariamente el de mayorpeso, es la exploración de petróleo en las Islas Malvinas. Esimportante determinar cuáles recursos son vulnerables oplausibles de transformarse en objetos de conflicto.

En segundo lugar, la identificación, protección y mitiga-ción de los daños de instalaciones energéticas estratégi-cas para el funcionamiento de la nación en caso de con-flictos requiere de un profundo trabajo de investigación yejercitación de impacto y mitigación con gran apoyo de em-presas y organizaciones civiles.

En tercer lugar, interesa analizar la disponibilidad y la se-guridad del recurso para hacer frente a las obligaciones deejercer la defensa nacional en tiempos de paz y durante unahipótesis de conflicto. Nada más oportuno que recordar las re-flexiones del ingeniero civil y militar, general de División EnriqueMosconi, publicadas en el prólogo de su libro El petróleo ar-gentino, cuando en agosto de 1922, siendo director del Ser-vicio Aeronáutico del Ejercito, la Wico le niega la provisión decombustible para los ejercicios aéreos, hecho que hace a Mos-coni preguntarse: “¿y si en lugar de un simple raid de entre-namiento se tratara de defender la ciudad de Buenos Aires?”.

Esto está asociado al nivel de operatividad establecidopara ejercer las funciones correspondientes al instrumentomilitar en tiempos de paz e incluye todo el inventario nece-sario para sostener la operatividad anual. Abarca no solo alos combustibles necesarios para movilizar vehículos, bu-ques y aviones, sino a todo medio e instrumento asociadoal funcionamiento normal del instrumento militar, en cual-quier teatro de operaciones del territorio nacional. Por ex-tensión, asegurar la disponibilidad es el factor de mayorincertidumbre y de mayor necesidad de análisis.

Queda claro, con solo hojear un diario, que los conflic-tos de intereses personales y colectivos emergen cotidia-

namente y que en muchos casos se expresan con violen-cia causando pérdidas de vidas, de bienes y de derechos.Es por esta razón que los países establecen políticas dedefensa de sus ciudadanos, sus territorios y sus bienes.La energía es una de las causas de conflictos y a su vezuna de las herramientas fundamentales de la defensa.

Conclusiones, en ocasión de celebrarel bicentenario de la formación denuestra nación

Nuestro país está celebrando el bicentenario de su for-mación como nación. Cualquier lectura o análisis que ha-gamos nos llevan a concluir que los valores fundamentalesde nuestro origen fueron asegurar el derecho a la vida y a lalibertad, inspirados en el principio de que todos los hom-bres nacen iguales y son sujetos iguales ante la ley. Paradefender estos valores nuestros antecesores dieron su san-gre, sus vidas, sus fortunas y postergaron sus proyectos,planes y desarrollos personales. Tales principios han que-dado establecidos en la Constitución Nacional.

Al comienzo del artículo hablamos del origen de todo loconocido, está claro que el sistema económico mundial sederrumbaría sin la energía comercial tal como hoy la cono-cemos y entonces nos preguntamos: ¿cómo se arreglaríaun hombre del siglo XXI aislado, sin el acceso a la energía co-mercial? Sin pilas, sin bencina para la cocina, etc. Es tam-bién evidente que la pérdida del acceso a la energía decualquier ciudadano afectará otros derechos esenciales delhombre contemporáneo.

Podríamos concluir que los conceptos de “Defensa parala energía” y “energía para la Defensa” constituyen dos as-pectos de un mismo problema, en tanto objeto de estudio,que requieren un análisis y un monitoreo permanente exigi-dos por la Constitución Nacional, la Ley de Defensa y nues-tra obligación moral de ciudadanos.

Bibliografía

BEN 2008–SEE Argentina.Constitución de la Nación Argentina, 1994.Energy Information Administration, International Energy

Outlook 2010. Facing the Hard Truth about Energy, National Petroleum

Council, 2007.International Energy Agency, Key World Energy Statisticts

2010.International Energy Agency, Perspectivas Tecnológicas

Energéticas 2010.International Energy Agency, World Energy Outlook 2010. Ley de Defensa Nacional,1988.Mosconi, general Enrique, El petróleo argentino 1922-

1930, Buenos Aires, Círculo Militar, 1983.


En el ámbito militar se entiende porvelo al “conjunto de medidas destina-das a ocultar un plan, operación o acti-vidad de reunión de información sobreel enemigo”1. Por su parte, el engañoes definido como el “conjunto de acti-vidades destinadas a proporcionar alenemigo un cuadro físico falso de la si-tuación, para desorientarlo e inducirlo aproceder erróneamente o a deducir fal-sas conclusiones”2.

En definitiva el propósito de lasoperaciones de velo y de engaño es lo-grar que el enemigo actúe errónea-mente, y de esto obtener ventajas queno se podrían conseguir de la simpleconfrontación de fuerzas, de manera talque le demande un esfuerzo, que le in-suma desgaste o un desperdicio de supoder de combate.

En el nivel operacional, las opera-ciones de velo y de engaño tambiénpersiguen aumentar la incertidumbreen las estimaciones del enemigo. Espor eso que son útiles los indicios con-tradictorios y la profusión de datos quecambian con rapidez. Así, la incerti-dumbre y la duda se elevarán perma-nentemente y los analistas encontrarándificultades en dirigir su esfuerzo dereunión, o bien se saturarán sus me-dios con pedidos de búsqueda que cae-rán en el vacío.

Estos indicios deben ser lo sufi-cientemente lógicos y creíbles de ma-nera tal de que quien los reciba no losignore. La idea es que permitan man-tener la incertidumbre durante un lapsoque posibilite el éxito de la operaciónprincipal.

El velo y el engaño tienen relacióndirecta con la sorpresa, ya que en defi-nitiva se busca ocultar nuestras pro-pias intenciones y acciones hasta un

determinado momento de la campaña,de forma de sorprender al enemigo enel lugar y el momento menos esperadopor aquel. Son dos los factores queproducen sorpresa, uno es la rapidez yel otro es el secreto. La sorpresa es elmedio para adquirir superioridad aun-que, por su efecto psicológico muy em-parentado con el velo y el engaño,debería ser considerado como un ele-mento independiente.

Particularizando sobre los niveles deguerra, cada nivel tiene responsabilidaden las actividades de velo y de engañoconforme a los fines que persigue,como así también a los medios que dis-pone. En el nivel estratégico nacional ymilitar, la finalidad de las operacionesde velo y de engaño es producir en el ad-versario reacciones que permitan obte-ner nuestros objetivos operacionales.En estos casos suelen ser operacionesque deben obtener resultados en ellargo plazo, con duraciones de meses,en las cuales no solo se involucran alpotencial o factor militar, sino que habráque involucrar al resto de los factorescomponentes del poder nacional.

En el nivel operacional también sebusca engañar al enemigo, pero la di-ferencia reside en el factor tiempo, elcual, en comparación con el nivel ante-rior, es mucho más breve. Puede diri-girse a la obtención del objetivo de lacampaña o a la consecución de algunode los puntos decisivos.

EL VELO Y EL ENGAÑO

EN LA HISTORIA

Fueron muchos los comandantesque se valieron del velo y del engañopara ocultar sus intenciones o bien

para confundir a su oponente. Mostra-remos dos ejemplos de los más recor-dados en la historia.

El Plan Continental del general José de San Martín yla “Guerra de Zapa”

El general José de San Martín, du-rante la organización y preparación delEjército de los Andes para llevar a cabosu Plan Continental, previo al cruce delos Andes, se dedicó encarecidamentea llevar a cabo acciones de velo y deengaño, que se dieron a conocer como“Guerra de Zapa”.

Para ello empleó un servicio de es-pionaje bien organizado con el fin deneutralizar hábilmente a Marcó delPont. El historiador Félix Best, en suobra Historia de las guerras argentinas,nos dice: “Envió al mismo Álvarez Con-darco con una comunicación destinadaal Jefe realista, sobre la declaración dela independencia argentina, indicándoleque hiciera el viaje de ida por la ruta deLos Patos”3. La idea consistía en queMarcó del Pont al leer el mensaje delgobernador de Mendoza “(…) despa-charía al emisario por el camino máscorto, lo que así ocurrió, permitiendo aÁlvarez Condarco reconocer también laruta de Uspallata”4.

Con relación a la “Guerra deZapa”, se materializó por medio de ac-ciones tendientes a desorientar a losespañoles sobre cuál sería el caminoque iba a seguir el centro de gravedaddel Ejército de los Andes. La finalidadde estos velo y engaño del general


Producción de docentes y alumnos

1Ejército Argentino, Terminología castrense en uso en el Ejército Argentino RFD-99-01, BuenosAires, Instituto Geográfico Militar, 1991, p. 277.

2Ibídem, p. 109.3Félix Best, Historia de las guerras argentinas, Buenos Aires, Graficar SRL, 1983, p. 242.4Idem, p. 40.

IGNACIO ZUBELDÍA, mayor del arma de Ca-ballería, egresó del Curso de Estado Mayory Planeamiento Conjunto (CEMPC), de laEscuela Superior de Guerra Conjunta delas Fuerzas Armadas en el año 2010. Ac-tualmente presta funciones en la Escuelade las Armas-Escuela de Caballería.

*

LOS PLANES Y LAS OPERACIONESDE VELO Y DE ENGAÑO EN ELTEATRO DE OPERACIONES Por Ignacio Zubeldía*




San Martín era desorientar a los rea-listas acerca del verdadero lugardonde pasaría la masa principal desus fuerzas. Los realistas descono-cían si pasarían los Andes al norte o alsur de Santiago, razón por la cual du-daban del lugar donde concentrar sustropas.

Finalmente, alertados de que elEjército de los Andes atravesaría losAndes al norte de Santiago, de maneraapresurada comenzaron su concentra-ción hacia los campos de Chacabuco,razón por la cual el general San Martíndecidió adelantar dos días la batallapara no darles el tiempo suficientepara concretarla.

Segunda Guerra MundialA partir de la Segunda Guerra Mun-

dial, las operaciones de velo y de en-gaño comenzaron a tener continuidaden el tiempo, lo que obligaba a dispo-ner de organizaciones especiales paraejecutar dichas actividades. Son mu-chas las operaciones de velo y de en-gaño que pueden ser tenidas en cuentacomo ejemplos históricos para este ar-tículo, pero nos limitaremos solamentea citar a la operación Bodyguard (guar-daespaldas).

Con este nombre encubierto se de-nominó a la gran operación de velo y deengaño que contribuía a lograr el éxitoen la operación Overlord, de desem-barco de los aliados en las playas deNormandía el 6 de junio de 1944. Ladenominación Bodyguard responde alas palabras del primer ministro britá-nico, Winston Churchill, quien dijo enuna oportunidad: “En tiempo de guerrala verdad resulta algo tan preciado quedebería estar siempre protegida por unguardaespaldas de mentiras”.

La operación tenía dos finalidades:por un lado, fijar a las fuerzas alema-nas en zonas alejadas al lugar endonde se produciría el desembarco; porotro lado, convencer a los alemanes deque la invasión en Normandía no eramás que una demostración que bus-caba ocultar que el verdadero desem-barco se realizaría varias semanasdespués en el paso de Calais.

Los objetivos estratégicos falsosque se determinaron para que Hitler cre-yese que eran los verdaderos fueron:

Las operaciones de invasión co-menzarían en la primavera de1944, con una fuerza combinadapero en Noruega.

• Los aliados continuarían su avancehacia Europa Central desde el Sur,buscando romper la Línea Gustav ycontinuarían hacia Grecia y los Bal-canes.

• La invasión a Francia se haría por elpaso de Calais, no antes de julio de1944.

• Distraer la atención de las fuerzas ale-manas con intentos de desembarcoen las playas del Sur de Francia.

La operación preparada para el es-cenario del Atlántico Norte se deno-minó Fortitude North, a través de lacual se simulaba un esfuerzo combi-nado en el que participarían fuerzas delos EE.UU., el Reino Unido de Gran Bre-taña y la Unión de Repúblicas Socialis-tas Soviéticas para invadir Noruega, yluego dirigirse hacia el Sur. El objetivoque se buscaba era retener las nume-rosas fuerzas alemanas allí situadaspara evitar que pudieran reforzar lasque se encontraban en Francia.

A las operaciones montadas para elescenario del Mediterráneo y el golfode Vizcaya se las denominó Zeppelín yVendetta. La primera, Zeppelín, teníanpor finalidad evitar que los alemanestrasladasen parte de sus fuerzas ubi-cadas en el Mediterráneo con direcciónNormandía, para lo cual se simuló unataque a través de los Balcanes. Estaregión reunía importancia para Hitlerpor ser Bulgaria, Hungría y Rumania–además de sus aliados en ese frente–una de las principales fuentes de pe-tróleo con la que contaban sus fuerzas.Entre otras actividades de engaño,como simular concentraciones de fuer-zas que no existían, se debe destacarque por medio de esta operación seveló el desplazamiento de ocho divisio-nes británicas con experiencia de com-bate, desde Italia hasta el Reino Unido,las cuales serían empleadas más tardeen el desembarco en Normandía.

Con respecto al Mediterráneo occi-dental, se llevaría a cabo la operaciónde engaño Vendetta, también con la fi-nalidad de mantener a las fuerzas ale-manas alejadas de las playas de

Normandía al menos veinticinco díasdespués del desembarco. En esta ope-ración se preveía el desembarco delVIImo Ejército en la región de Carbona,para lo cual se incrementó la actividadaliada en puertos desde los cuales par-tiría la supuesta fuerza expedicionaria.Para esta operación se había filtrado lainformación de la ficticia invasión enTrieste, Italia, por parte del general Ge-orge Patton. Todos estos esfuerzos deengaño obtuvieron el éxito deseadoporque el mariscal Erwin Rommel, almando del IIdo Cuerpo de Ejército Pan-zer y una división blindada, reservasalemanas en Francia, fue enviado a losBalcanes para hacer frente a la su-puesta amenaza, aunque pronto regre-saría a su lugar de origen.

Por último, para el escenario delcanal de La Mancha, se preparó la ope-ración de engaño intitulada FortitudeSouth, que tenía por finalidad repre-sentar una invasión ficticia en Bélgica yen el norte de Francia a través del pasode Calais.

El Estado Mayor alemán sosteníaque era lógico que la invasión, de pro-ducirse, se llevara a cabo por estepaso debido al gran esfuerzo logísticoque la operación demandaba. Por estarazón era también lógico para ellos quela mayor concentración de fuerzas ale-manas se ubicase en esta región,como además que las reservas se si-tuasen en ese lugar y orientasen suscontraataques en aquella dirección.

Casualmente esta operación de en-gaño, Fortitude South, se constituyó enla más importante de las tres, razónpor la cual se creó el ficticio Ier Grupode Ejércitos norteamericano (FUSAG).La unidad fue activada el 19 de octu-bre de 1943 y desactivada un año des-pués, el 18 de octubre de 1944. Almando de este Grupo de Ejércitos es-taría el general Patton, quien era con-siderado por los alemanes como elmejor de los generales aliados. Suelección resultaba correcta para unaoperación de tal envergadura.

De esta manera, mientras el XXIerGrupo de Ejércitos británico, a órdenesdel general Montgomery, y el XIIdoGrupo de Ejércitos norteamericano, aórdenes del general Bradley, se con-centraban en el sur del Reino Unido

•




para la verdadera invasión, se hizocreer que la tercera fuerza, FUSAG, sepreparaba de igual manera para invadirEuropa por el paso de Calais.

Ante este cuadro, los alemanesmantuvieron su unidad de mayor po-tencia, el XVto Ejército, concentrado enla zona prevista, incluso después deldesembarco en Normandía.

Bodyguard fue uno de los mayoresy mejores elaborados planes de velo yde engaño llevado a cabo en toda laSegunda Guerra Mundial. En él se em-pleó toda la experiencia y los recursosde velo y de engaño conocidos hastaese momento.

EL VELO Y EL ENGAÑO EN LA

DOCTRINA ESPECÍFICA Y

CONJUNTA DE LAS FUERZAS

ARMADAS ARGENTINAS

El concepto de velo y de engaño en nuestro cuerpo doctrinario

El glosario de términos de empleomilitar para la acción militar conjuntadefine al engaño como: “conjunto deactividades destinadas a proporcionaral enemigo un cuadro falso de la situa-ción para desorientarlo e inducirlo aproceder erróneamente o a deducir fal-sas conclusiones”5. Cabe destacar queesta publicación conjunta no hace men-ción a los siguientes conceptos: velo,operaciones de engaño, operacionesde velo y operaciones de velo y engaño.

En el reglamento de terminologíacastrense de uso en el Ejército Argen-tino se contempla el concepto de velo,definiéndolo como “el conjunto de me-didas destinadas a ocultar un plan, ope-ración o actividad de reunión deinformación sobre el enemigo”6. Para elconcepto de engaño, esta publicación

específica presenta dos acepciones,pero la que nos importa para este artí-culo es aquella que entiende por engañoal “conjunto de actividades destinadas aproporcionar al enemigo un cuadro falsode la situación, para desorientarlo e in-ducirlo a proceder erróneamente o a de-ducir falsas conclusiones”7.

Cabe resaltar, que en esta mismapublicación, también se hace referen-cia al velo y engaño como operacióncomplementaria, definiéndola como“operación complementaria que se re-aliza durante las operaciones tácticas,mediante la ejecución de múltiples ac-ciones que, debidamente sincroniza-das, permitan ocultar al enemigo lasverdaderas intenciones de las propiasfuerzas”8. Nótese que se refiere a lasoperaciones del nivel táctico.

En la doctrina de la Fuerza Aérea Ar-gentina, los conceptos de velo y en-gaño son desarrollados en formasimilar a los conceptos que emplea elEjército Argentino. El reglamento Dic-cionario de la Fuerza Aérea Argentina-RAG 21 hace referencia al velo yengaño, pero simplemente lo limita alnivel táctico9. En ninguna otra parte desu contenido menciona los planes y lasoperaciones de velo y de engaño.

El reglamento Manual de Procedi-mientos de Defensa Pasiva-MAP 19, ensu capítulo V “Medidas para mejorar lasupervivencia”, desarrolla el tema enforma muy similar, casi idéntica, comoestá explicado en el reglamento Conduc-ción para el Instrumento Militar TerrestreROB-00-01, del Ejército Ar - gentino.

En las restantes publicaciones dela Fuerza Aérea, que tienen relación di-recta con el tema en cuestión, simple-mente se limitan a detallar acciones arealizar para la protección del personal,la defensa de sus instalaciones ve-lando la verdadera ubicación de susmedios aéreos e instalaciones y/o en-gañando acerca de cantidades, des-

pliegue, etcétera, de dichos medios y/oinstalaciones. Estos son los casos quepodemos apreciar en el reglamentoConducción Operacional-RAC 3, que, enpocas palabras, limita el tema del veloy del engaño a las acciones de defensaaérea pasiva (DAP) y a la defensa ae-roespacial directa pasiva (DADP).

En el caso particular de la Armadade la República Argentina, la doctrinavigente al día de hoy no hace referenciaal tema de velo y engaño en forma di-recta. Para esta Fuerza, lo que más seaproxima al tema de estudio que pode-mos encontrar, y en un sentido muy am-plio, son las maniobras u operacionesde diversión y todo lo relacionado a de-mostraciones anfibias.

En líneas generales, la Armadahace referencia al tema como simplesacciones de carácter táctico, pero notiene concebida, dentro de la clasifica-ción de sus operaciones, una operaciónque sea específicamente de velo y en-gaño, ni hace referencia al tema delplan de velo y engaño u operaciones develo y engaño en el nivel operacional10.

Las operaciones de velo y engaño en la doctrina específica y conjunta argentina

Si bien como surge del párrafo an-terior las operaciones de velo y engañoen la teoría están definidas, en la im-plementación de su planeamiento y eje-cución están muy poco desarrolladas.Son escasas las publicaciones especí-ficas que hacen referencia al tema enparticular, sobre todo en el nivel opera-cional. Quien más hace hincapié al res-pecto es el Ejército Argentino, seguidopor la Fuerza Aérea Argentina, perodesde un punto de vista más bien delnivel táctico.

En cuanto a las publicaciones con-juntas podemos decir que es casi in-existente el tema del velo y engaño. Aldía de la fecha, las publicaciones con-juntas que más hacen referencia altema, pero en forma generalizada, sonel reglamento Planeamiento para la Ac-ción Militar Conjunta de los nivelesOperacional y Táctico RC 20-01 y el Ma-nual de Estrategia y Planeamiento parala Acción Militar Conjunta. Nivel Opera-cional MC-20-01.

5Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Glosario de términos de empleo militar para laacción militar conjunta, Buenos Aires, Estado Mayor Conjunto, 2010.

6Ejército Argentino, Terminología castrense de uso en el Ejército Argentino RFP-99-01, BuenosAires, Instituto Geográfico Militar, 2001, p. 277.

7Ibídem, p. 109.8Ibídem, p. 277.9Fuerza Aérea Argentina, Diccionario de la Fuerza Aérea Argentina-RAG 21, Buenos Aires, 1970,

p. 339. 10Armada Argentina, Doctrina fundamental para la conducción de las Fuerzas de la Armada Ar-

gentina, 2da ed., Buenos Aires, Estado Mayor General de la Armada, 1989.




Para el caso particular de la doctrinaespecífica del Ejército Argentino, es el re-glamento Conducción para el instru-mento militar terrestre ROB-00-01 quiendetermina que las operaciones de velo yengaño están incluidas dentro de la ca-tegoría “operaciones complementarias”,y las define como aquellas que “(…) serealizan durante las operaciones tácti-cas, mediante la ejecución de múltiplesacciones que, debidamente sincroniza-das, permitan ocultar al enemigo las ver-daderas intenciones de las propiasfuerzas”11. Dicho reglamento, tambiénsostiene que si bien las actividades develo y de engaño son dos actividadesbien diferenciadas una de otra, se com-plementan entre sí, a punto tal de pro-ducir un único efecto.

Algo para destacar es que las pu-blicaciones que se refieren al tema veloy engaño, tanto del Ejército, como de laFuerza Aérea, hacen referencia al temaen forma casi idéntica. Ello surge de lacomparación entre el reglamento Con-ducción para el Instrumento Militar Te-rrestre ROB-00-01 (Ejército) y el Manualde Procedimientos de Defensa Pasiva-MAP 19 (Fuerza Aérea).

Con respecto a la Armada Argen-tina, este tipo de operación, tal cual estratada por el Ejército y la Fuerza Aérea,podría llegar a enmarcarse dentro delas operaciones de demostración anfi-bia o de diversión como dice el regla-mento Doctrina Fundamental para laConducción de las Fuerzas de la Ar-mada Argentina, pero no hay más deta-lles al respecto.

Pasando al análisis de la doctrinaconjunta, el reglamento Planeamientopara la acción militar conjunta de los ni-veles Operacional y Táctico RC 20-01,en su capítulo IV, “Desarrollo del PlanGeneral”, considera que este tipo deoperaciones deben ser tenidas encuenta dentro de las acciones u opera-ciones previas a realizar en la cam-paña12. No obstante, no hace másmención respecto del tema operacio-nes de velo y engaño en todo su conte-nido. Vemos así que, lamentable -

mente, es un tema poco desarrolladoen el nivel operacional.

Por su parte, el Manual de Plane-amiento para la Acción Militar Con-junta. Nivel Operacional MC-20-01cita en varias oportunidades a lasoperaciones de velo y de engaño,dando a entender que tienen una im-portancia tal que ya durante el pro-ceso mismo de la determinación delplan, las operaciones de engaño ocu-pan un lugar destacado en el procesode planeamiento. La concepción delplan supone imaginar y diseñar unafalsa maniobra operacional, con altogrado de credibilidad para inducir acometer errores al oponente.

En definitiva, todo parece indicarque los conceptos de velo y de engaño,desde el punto de vista de la definición,se encuentran con énfasis diversos enlos manuales y reglamentos. Donde sehallan lagunas importantes es en lo co-rrespondiente a la concepción e imple-mentación. El manual más completo,en el sentido que relaciona la accióndel comandante del teatro de operacio-nes en los planes reales y de velo y en-gaño, es el Manual de Estrategia yPlaneamiento para la Acción MilitarConjunta. Nivel Operacional, MC 20-01,aunque quizás sea muy convenienteampliarlo en este aspecto.

ConclusionesSe observa que el tema velo y en-

gaño está poco desarrollado y ejercitadoen las Fuerzas Armadas Argen tinas, enparticular en el nivel operacional.

Los planes de velo y de engaño enla mayoría de los casos pueden re-querir mayor tiempo y mayor cantidadde medios, humanos y materiales, esdecir mayores costos, en comparacióna un plan principal. Esta investigaciónestá apuntada principalmente al niveloperacional, pero se debe tener encuenta que para la ejecución de pla-nes y operaciones de velo y engaño serequiere asistencia de todos los nive-les de la conducción, los cuales debe-rán coordinar las acciones a realizar.

Hasta en ciertas ocasiones, un exitosoplan de velo y engaño puede llegar areemplazar el plan original.

Vale aquí resaltar que si bien el te-atro de operaciones puede tener suspropios planes de velo y engaño paraconquistar el objetivo operacional, laEstrategia Militar puede condicionar odirigir ciertas operaciones de este tipo.Es posible así hablarse de un plan develo y engaño del nivel estratégico-polí-tico, como sería llevar a cabo negocia-ciones para demorar o movilizar tropasen otra dirección o crear conflictos arti-ficiales con otros países. En otras pa-labras, hacer ruido en un lugar y actuaren otro, principio viejo como el mundo,pero que aún funciona como lo de-muestra la historia militar.

Estos planes del nivel estratégico-político van a influir necesariamente enlos planes del nivel operacional. El plande velo y engaño operacional debetener en cuenta la orientación del nivelsuperior, puesto que hasta pueden de-terminarse pausas operacionales o ne-gociaciones o intercambios de prisio-neros o invocar respeto por fechas sig-nificativas de los contendientes, entremuchas otras medidas.

El comandante operacional debesaber que un plan de velo y engaño exi-toso puede transformarse en cualquiermomento en la operación principal. Unplan de velo y engaño se constituye asíen un plan de alternativa. Es en estesentido que su plan original debe serflexible, no sólo para crear el momen-tum o para mantener el tempo, sinopara cambiar el rumbo de los aconteci-mientos inicialmente previstos.

Un buen plan de velo y de engañomuchas veces dependerá de la imagi-nación creadora y del conocimientoprofundo de la naturaleza del opo-nente. Se desarrollará en el tiempo yen muchas oportunidades, deben pre-pararse desde la paz.

La mayoría de los casos van a re-querir mayor tiempo y cantidad de me-dios, humanos y materiales, es decirmayores costos, en comparación de unplan real. La ejecución de operacionesde velo y engaño antes y durante unacampaña, no garantiza su éxito, peropuede contribuir sensiblemente a lo-grarlo.

11Ibídem, p. 218. 12Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Planeamiento para la acción militar conjunta.

Nivel operacional, Buenos Aires, Estado Mayor Conjunto, 2006, p. 31.


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Columnista invitado

La historia argentina es rica en aconteceres que nos brindan enseñanzas, perotambién nos permiten evaluar la vida de ayer, lo ocurrido en tiempos que ningún lec-tor de nuestros días estaba presente. Se ha discutido si hay un “espíritu de época”,una especie de forma de existencia que distingue a un momento determinado decualquier otro. Ello, sin duda, es cierto.

Así, pues, la historia es el estudio del paso del hombre en un lugar dado y en untiempo dado, mediante testimonios, documentos, objetos, informaciones, etcétera,transmitidos por los más diversos medios que, en suma, nos permite conocer y com-prender sus aconteceres.

Los orígenes de la historia argentina

La historia de una nación siempre tiene orígenes desconocidos si pretendemosbucear en el pasado remoto. Es habitual, por eso, iniciar el estudio de nuestra his-toria con la revolución de 1810, pero nosotros hemos sostenido reiteradamente quenuestra fecha liminar se lleva a cabo en la Plaza Mayor de la ciudad de BuenosAires1 con la rendición de las tropas inglesas del general Guillermo Carr Beresfordy en el acto multitudinario posterior llevado a cabo en el Cabildo de dicha de ciudadel 14 de agosto de ese año, en cuya oportunidad se expulsó a un virrey que debíasu nombramiento al Rey legítimo, por su conducta desempeñada y se nombró aquien había salvado la ciudad, el capitán de navío Santiago de Liniers y Bremond.Era la primera rebelión institucional exitosa que originaba un gobierno propio aun-que en nombre del rey de España.

Debe comprenderse que el gobierno quedó en manos criollas por primera vez, yese solo hecho es un planteo político hasta ese entonces desconocido, porque elcriollo no tenía acceso a los cargos públicos de importancia, salvo excepciones pun-tuales2. El 14 de agosto de 1806 es una de las fechas más importantes de nues-tra historia nacional; en nuestras opiniones, más trascendentes que el 25 de mayode 1810. En esas dramáticas circunstancias, con la flota inglesa anclada en lasaguas del Río de la Plata, a la vista del público, con el pequeño pero aguerrido ejér-cito inglés, aunque mermado por los muertos y los heridos, ahora prisioneros de lasfuerzas españolas, se registra la fecha de nacimiento de nuestro país. Un grupo decriollos se hizo cargo del gobierno municipal y juró fidelidad al supuesto Rey, el prín-cipe Fernando, hijo de Carlos IV y prisionero francés en el castillo de Chambord. Esla fecha primera o liminar.

JUAN JOSÉ CRESTO es argentino, profesor y doctor en Historia porBuenos Aires y Madrid; profesor de la Universidad de Buenos Aires,ingresado por concurso publico, autor de unos sesenta trabajos de in-vestigación histórica que incluyen alrededor de veinte libros. Fue con-decorado por Honduras, Francia y Perú, entre otros países. Preside eintegra numerosas instituciones culturales: la Academia Argentina dela Historia, la Junta de Estudios Históricos de San Nicolás, el InstitutoCultural Argentino Peruano y el Instituto Nacional de Historia Militar.

Algunos aspectos de la Independencia y la organización de nuestro país (1806-1852)

por Dr. Juan José Cresto*

1Buenos Aires, como nombre de ciudad, es el resultado de la costum-bre. El fundador de ella, capitán general Juan de Garay, la llamó, de acuerdoal acta fundacional “Ciudad de la Trinidad”, aunque el acta tiene un error por-que dice “Trenidad”. Fue, por la costumbre reiterada, Puerto del Buen Ayre,nombre que, efectivamente, le había dado don Pedro de Mendoza en febrerode 1536, la que había sido despoblada y destruida en 1541.

2 El general ( ) Vértiz y Salcedo, último gobernador de la colonia de Bue-nos Aires, y segundo virrey del Río de la Plata, era mexicano y sucedió al ma-riscal don Pedro de Cevallos.

Desembarco británico en 1806

Plaza Mayor, antigua Recova

*



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Columnista invitado

Cuando el pueblo de Buenos Aires invadió la sala consistorial del Cabildo, inte-rrumpió las deliberaciones, exigió la renuncia de Sobremonte, un buen funcionarioen días de paz, pero incapacitado para enfrentar las situaciones políticas en el cursode una invasión externa, lo llevó a ser el único virrey de América, es decir “el repre-sentante de la persona del Rey”, expulsado por decisión de las fuerzas populares.Era un acontecimiento único, de importancia excepcional, porque en la teoría, los ve-cinos habían expulsado a la misma persona del Rey.

Pero esta situación se robusteció en la llamada erróneamente “segunda invasióninglesa”. Decimos erróneamente porque no hubo dos invasiones sino una sola quetuvo varias etapas que la incluyen: desembarco y ataque a Buenos Aires, asedio delRío de la Plata, invasión a Maldonado, ataque y toma de la ciudad amurallada deMontevideo, e invasión y segundo ataque a Buenos Aires, con un ejército que eraseis veces mayor en el número e importancia que el primero3.

Estos dramáticos acontecimientos concluyeron con un hecho político trascen-dente: la definitiva expulsión del virrey que había sido nombrado por las autoridadesregulares de España y la entronización de otro –el capitán de navío Liniers– por lasimple voluntad ciudadana. La historia ya no sería la misma. Todo había cambiado.Había muchos vecinos muertos, muchos heridos, muchos esclavos habían muertoal lado de sus amos, y otros fueron liberados; mucha sangre había corrido por lascalles de la ciudad. El futuro habría de ser diferente después de estos aconteci-mientos. Allí nacía la Patria.

En cambio, la fecha indiscutiblemente más importante de nuestro país es el 9de julio de 1816, porque en la pequeña ciudad de Tucumán –apenas un caserío–,se juró la Independencia “de los pueblos” del virreinato cuyos diputados estabanpresionados desde lejos por el gobernador de Cuyo, el general San Martín.

Llegaron los profundos odios suscitados por posiciones políticas y, sobre todo,económicas, dispares, opuestas y antagónicas. Había salido de su encierro secularla opinión pública y ya no se la podría acallar. El Rey sí, el Rey no. Había una mayo-ría manifiesta a favor del monarca y las pocas oposiciones que podían manifestarselo hacían en defensa de intereses económicos generales, de libertad de ideas, detemas puntuales. No existía un sentimiento contrario a la Corona como tal, porqueel Rey, más que un gobierno, simbolizaba a la nación, al país. Esa nación era España,no el Río de la Plata, no América. Por eso se lo llama al joven príncipe prisionero deNapoleón en el castillo de Chambord, “el Deseado”. Era un sentimiento generali-zado, sin oposiciones. Fernando, a quien no se lo conocía ni se sabía cómo pensaba,y ni si pensaba, era lo nuevo, lo desconocido, contra la penosa época del reinadode Carlos IV, su padre, cuya esposa, María Luisa de Parma, tenía una escandalosaconducta cortesana, con total ignorancia de su marido, pero con información gene-ralizada y detallada en toda la población española. La ausencia de poder en Españase sintió bien pronto en sus colonias de Indias, hoy América.

Las desavenencias con España

La conducta de Liniers fue irreprochable, pero debió sortear el enfrentamientode los comerciantes de mayor fortuna, unidos en una verdadera logia abierta, cualfue la Casa de Contratación. El poder del dinero, la influencia de estos mercaderesen la Corte, que de Madrid se había instalado en Sevilla y después en la isla deLeón, terminó por minar las fuerzas morales de la nación.

Por lo tanto, las fuerzas oscuras lograron hacer caer a Liniers de su cargo y nom-brar en su lugar a un funcionario que no tenía ningún interés ni deseo en venir a

estos remotos parajes. Así, el capitán de navío Baltasar Hi-dalgo de Cisneros fue arrancado contra su manifiesta volun-tad4 de su Valencia, donde residía y tenía a su cargo ladefensa frente a las tropas francesas, y trasladado con sunumerosa familia a una ciudad lejana, casi en las antípodas,la Trinidad y Puerto del Buen Ayre, para conducir los destinos

3Expresar que hubo dos invasiones implicaría el abandono de los inva-sores de la primera de ellas, lo cual no ocurrió. Se confunde con los dosefectivos desembarcos ingleses en las costas de Buenos Aires.

4Su correspondencia así lo demuestra. Se negó reiteradamente a acep-tar el destino militar de “Virrey del Río de la Plata” hasta que debió acep-tarlo por subordinación militar.


Congreso de Tucumán

La Junta de Sevilla dio a losoficiales de color que se

distinguieron en la defensa unamedalla de otro y plata. En el

anverso está grabado el bustodel Rey con la leyenda

“Fernando VII Rey de España yde Las Indias. 1808”


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Columnista invitado

del último virreinato español creado por Carlos III, a instancias de otro pundonorosoy valioso hombre de armas, el capitán general don Pedro de Cevallos.

El capitán Hidalgo se hizo cargo del poder cuando España caía. Tuvo, pues, maldestino, mala suerte, mala fortuna. Debió reemplazar al funcionario más popular dela Corona,5 lo que era un inconveniente para su propia gestión. No hay reprochesconcretos contra este funcionario que, tras haber sido reemplazado por la PrimeraJunta de Gobierno criolla, ha recibido injustamente el estigma de los réprobos. Loshistoriadores lo han menospreciado aunque nadie puede objetar su conducta conmayor encono que cualquier otro sin justificación, lo cual nos indica cuán adheridaestá la calificación del poder político de los protagonistas de la historia a los pro-pios objetivos de las sociedad y de los historiadores, menospreciando a menudo lainformación objetiva de los documentos.

La llamada Revolución de Mayo no es más que un cambio de personas. Sin em-bargo, lentamente, pero con creciente aceleración, se fueron produciendo cambios ma-nifiestos y públicos que concluyeron por hacer la verdadera revolución esperada.

Organización apresurada de campos militares, entusiasmos, largas distancias,sacrificadas marchas, duros contratiempos, escasos medios materiales y una firmevocación libertaria, superior a todas las contingencias es el sentido general de losprimeros pasos políticos.

La política de la Primera Junta debía chocar necesariamente contra la autoridadespañola que se hallaba en retirada en Europa y en dudosa estabilidad en América,porque aducían sus funcionarios haber sido designados por el monarca, pero esteno podía convalidarlo porque permanecía preso en Francia y su misma autoridad es-taba cuestionada.

La nueva Junta que gobernaba se vio obligada a tomar medidas militares vio-lentas, algunas de ellas innecesarias. Se ha cuestionado el fusilamiento de Liniersy de sus amigos, en la provincia de Córdoba, como crímenes y de efectos políticosopuestos a lo cual, en general, se procuraba. En cambio, era evidente que la opo-sición del general Goyeneche en el Norte, funcionario de mala reputación moral, quela historia ha condenado, requería una fuerza militar opositora. Como consecuenciala guerra se desató en todos los frentes, muchos de ellos alejados entre sí por dis-tancias que harían palidecer a las naciones de la vieja Europa. La joven revoluciónbuscaba un camino apto para formar gobierno y organizarse. Lamentablemente esabúsqueda le llevó cuarenta y tres años hasta la sanción de la Constitución Nacionalen 1853 y en ese lapso se produjeron numerosos enfrentamientos armados entodos los campos de la nación con el objeto de lograr consenso político.

Las guerras por la independencia política se iniciaron el 22 de mayo de 1810 yconcluyeron el 8 de diciembre de 1824 en los campos de Ayacucho, en las estriba-ciones andinas de ¡Perú! Nuestros ancestros cabalgaron o marcharon distancias es-tremecedoras, lo cual honró y honrará siempre a nuestra historia, cuya sola menciónnos enorgullece. Muchos partieron de Buenos Aires o de otras ciudades argentinas,llegaron hasta el Alto Perú, atravesaron la Puna de Atacama, retornaron a BuenosAires, partieron a Mendoza, cruzaron las montañas “mas altas del globo” según elparte del general San Martín, atravesaron el océano Pacífico, treparon las cumbresandinas de Perú, llegaron hasta los valles de Ecuador, batallando sin cesar, y enalgún lugar de nuestra América dejaron para siempre la envoltura física de sus vidas,hoy olvidadas en tumbas anónimas o desconocidas, que las nuevas generaciones,beneficiarias de su herencia, ignoran o, peor aún, menosprecian.

Los avatares políticos y económicos

Libre de ataduras reales, que significaban orden y previsibi-lidad, después de la ruptura con España, se ensayaron todaclase de formas de gobierno, esa difícil tesis de ordenamientode las sociedades para permitir la convivencia civilizada y poderlanzarse hacia metas de progreso. A la situación imprevista se

Columnista invitado

Cruce de los Andes

Primera Junta

5Liniers era muy popular. Su propio carácter ajeno a las formalidades,sus numerosos hijos, algunos de ellos pequeños, su viudez y sus habitua-les galanterías y, finalmente su sencilla humanidad, opuesta a la pompa desu cargo, así como su permanente contacto con las gentes, hizo del fuerte,que era su obligada residencia, un lugar de habitual visita de cualquier ve-cino, para escándalo de la pacata sociedad española vinculada al alto co-mercio. Todo ello hizo de él un vecino apreciado y sinceramente querido porel pueblo. Probablemente fue el funcionario real tan popular como Hernan-darias, a principios del siglo XVII.




Columnista invitado

agregaban algunos inconvenientes propios: las largas distancias, la vida casi autónomade regiones que habían vivido una existencia propia y diferente, la geografía argentinaque tiende, como única salida posible, al Río de la Plata, lo que obliga a una diferenteconcentración demográfica entre regiones, y que en los días actuales ha incrementadosu distorsión de manera socialmente preocupante.

La Primera Junta de Gobierno tuvo vida efímera por sus disidencias internas ypor la naturaleza de gobierno compartido por varios responsables de manera si-multanea. Justificados celos personales, conflictos regionales, estrechez por laausencia de provisión de bienes básicos, antes provistos por España, interrupcióndel comercio, carencia de metálico, disensiones políticas sobre la organización dela nueva nación, resultado de una ausencia de prácticas en el manejo de la cosapublica, y, finalmente, ambiciones personales, ínsitas en el ser humano e inte-grantes de la personalidad de cada uno; en fin, una larga lista de acontecimien-tos cambiaron la vida de las Provincias Unidas. Era una verdadera revolución enel más profundo e intimo sentido.

Llegaron bien pronto las luchas por el poder y la forma de organizarlo: la PrimerJunta dio paso a la Junta Grande y cuando se comprendió que un Poder Ejecutivo nopuede ser deliberativo, se la redujo a un solo Director Supremo. Cuando cayó elpoder central, después de la batalla de Cepeda, el 20 de febrero de 1820, el poderquedó acéfalo, y cada región, cada ciudad, cada provincia, cada zona, creía tener de-recho a formalizar un gobierno propio. De estas aspiraciones –personales o colec-tivas– nacen las provincias argentinas. El único intento de gobierno unificado fue elde Rivadavia, en 1826, porque el país había entrado en guerra con el poderoso Im-perio del Brasil.

¿Cómo hacer la guerra? Se había pedido un empréstito externo de un millón delibras, a la firma inglesa de banca de los hermanos Baring, que se logró en condi-ciones bastante afortunadas para el prestamista, lo que ha sido bastante criticadopor una historiografía miope. Ciertamente, las condiciones no fueron liberales, pero¿quién lo hubiera concedido de manera mejor? Hubo tres intermediarios, conocidosbeneficiarios, y tal vez otros que no trascendieron pero es de preguntar ¿quién lepresta a un insolvente? Las Provincias Unidas, que habían creado una moneda en1822, no eran fiables. Su economía se basaba en la exportación de cueros vacunoscrudos, sin trabajo adicional, es decir, era materia prima básica porque se vivía delganado que pacía en nuestros campos sin alambrados y sin cultivos. Por otra parte,la cifra prestada era ciertamente muy elevada para una nación que balbuceaba susprimeras palabras y daba sus primeros pasos, endeudada por las guerras de la in-dependencia.

Contra lo que suele creerse, gracias a ese crédito hubo dinero suficiente paracomprar en Londres el armamento que se usó luego en la Guerra del Brasil. La Re-pública del Uruguay le debe su nacimiento a ese empréstito, a la vez que al esfuerzode sus hijos y del Ejército Argentino, pero, salvo raras excepciones, no hay una co-rriente de historia económica que lo señale porque aquella operación lo merece.Sin duda de que se trata de una acción indirecta, pero sin ella los resultados habríansido penosos.

El empréstito fue después una carga financiera sobre la espalda de la joven na-ción. Se dejaron de pagar los servicios y los intereses de la deuda y debió refinan-ciarse en varias oportunidades, cuyos detalles son ajenos a este trabajo. La últimacuota se abonó en el curso de la segunda presidencia de Roca, cuando la Argentinase ufanaba de honrar todas sus deudas y tenía concedida la calificación de crédito¡ilimitada! Sin embargo, una historiografía tan errónea como ignorante ha conside-rado que aquellas épocas de notable crecimiento ¡fueron adversas para el país!

Por estas razones fue, después, muy difícil organizar un gobierno central que tu-viera consenso generalizado. La villa de Buenos Aires, recostada sorbe el cenagosoRío de la Plata, carente de puerto, cuyo embarque y desembarque era un grave pro-blema económico fue solucionado con la construcción de Puerto Madero (1886-1898), cuando la gran mayoría de los valerosos y sacrificados miembros de laGeneración de la Independencia ya reposaban el sueño eterno.

Batalla de Cepeda

Tte Gral. Julio A. Roca



Columnista invitado

Las guerras civiles

Al término de la guerra con el Brasil, nuestro país podía haber iniciado un largoy contractivo periodo de paz y desarrollo, como lo estaban haciendo en esos mismosdías las excolonias inglesas de América del Norte. Pero en su lugar se iniciaron lasguerras civiles –las peores, decía Tito Livio–, el derramamiento de sangre entre her-manos.

Había en esos días un enfrentamiento entre los partidos Federal y Unitario, deideologías todavía imprecisas, pero que, de cualquier modo, se enfrentaban con al-gunos argumentos más o menos consistentes al que adherían diferentes sectoresde la sociedad argentina, y terminaron de manera irreconciliable. Las propuestaspolíticas se fueron diluyendo más tarde con la sanción de la Constitución Nacionalque adoptó el sistema federal, al que adscribían las provincias del interior, que enesos días lideraba el gobernador de Entre Ríos. La Constitución Nacional recogió sa-biamente ambas ideas, dando mayor peso al federalismo por así convenirle comoforma de gobierno a una nación muy extensa y despoblada, pero conservando parael Poder Ejecutivo Nacional suficiente poder para gobernar sin impedimentos inne-cesarios.

Las diferencias entre ambos partidos se basaban en la defensa del gobiernopropio a que aspiraba cada provincia, por un lado, y a la cohesión nacional quesostenía el partido Unitario. No se puede afirmar a ciencia cierta cuál de ambosera mayoritario porque padecieron cambios cuantitativos de acuerdo a las condi-ciones políticas. Cuando el general Paz regresa del Brasil con una parte del Ejér-cito, subleva a la provincia de Córdoba, vence a su gobernador el general Bustosy, luego, cuando es atacado por el caudillo riojano Juan Facundo Quiroga lo vencea este en dos oportunidades. El general Paz queda dueño de la situación políticaen el interior del país. En aquellas circunstancias puede presumirse que habíauna mayoría de adherentes unitarios en el interior. Sin embargo, nada prueba queasí lo fuera desde el punto de vista de la consideración mayoritaria de la pobla-ción.

Otro tanto ocurre en Buenos Aires, pero de manera más dramática. El general La-valle, otro de los jefes del Ejército Argentino en la Guerra del Brasil, a su regreso,intentó tomar el poder en su provincia natal. Pero Lavalle no era Paz, aunque su fi-gura tal vez era más atractiva, porque era personalmente más arriesgado, con unadosis de aventurerismo casi romántico, aunque sin las condiciones profesionales desu socio político, terminó en un gran fracaso.

Tuvo tropiezos militares y terminó firmando un acuerdo con Rosas, de quien erapariente lejano, por lo que se retiró provisoriamente de la escena pública. Rosas, asu vez, estanciero de la provincia de Buenos Aires, consolidó su poder, fue repuestoen el gobierno y comenzó una lucha sin límites contra el general Paz. Firmó con suscolegas de Entre Ríos, Santa Fe y Corrientes el “Pacto Federal”, el 4 de enero de1831, cuya propia designación expresaba su ideología, en contra de la “Liga Unita-ria” del general Paz, que incorporó a las provincias del interior.

La nación estaba peligrosamente dividida en dos regiones y en dos ideologíasde gobierno. Había unitarios y federales en todas las provincias, pero un aconteci-miento fortuito llevó a la prisión al general Paz de manera inesperada y bien prontolas provincias del interior, carentes de su dirección, de su personalidad y de su genio,se redujeron y dispersaron. Lamadrid, transitoriamente a cargo del Ejército, no teníalas condiciones intelectuales de Paz.

Bien pronto, Facundo Quiroga, el derrotado en la Tablada y Oncativo por el geniode Paz, retornó a su provincia y su influencia se hizo notar en toda la zona andina.

Cada provincia organizó su gobierno, se sancionaron constituciones y docu-mentos similares, pero nada había cambiado porque todos se hicieron tributarios deBuenos Aires, esperando el día que una ley les permitiera usufructuar una partici-pación de la Aduana de Buenos Aires, que era la única fuente rentística de impor-tancia. Así, pues, todas las ciencias de gobierno consistían en recibir una porción

Pacto Federal

Grl José María Paz



Columnista invitado

del precio del cuero crudo y otro tanto de los productos importados. Se aplicabantambién otros impuestos de carácter municipal y, también, provincial, pero de mon-tos muy limitados.

Las ideas libertarias

La larga dictadura de Rosas –1835-1852– coincidió con el notable crecimientode las naciones europeas y de los Estados Unidos. En ese periodo hubo dificulta-des políticas internas e internacionales porque no hubo crecimiento económico. Seseguía exportando la misma producción, a veces con precios unitarios disminuidos.Los disidentes, acallados políticamente, se fueron yendo del país paulatinamente,sin pausa, a veces corriendo graves riesgos, de tal modo que numerosos argentinosemigrados residían en los países vecinos –Chile, Bolivia, Brasil, Uruguay– y tambiénen Europa. Ejércitos argentinos al mando del general Oribe –expresidente uruguayo–asediaban Montevideo conjuntamente con tropas orientales, y así permanecierondurante años. El general Paz fue el autor de las defensas de la ciudad amuralladaque resistió durante mucho tiempo un asedio implacable6.

Parte de la juventud universitaria emigró de Buenos Aires, así como otros ciu-dadanos librepensadores, muchos de ellos autores de obras que han enriquecido elacervo literario nacional. Echeverría, residente en Montevideo, había traído de Fran-cia las novedades literarias, y fue pionero del romanticismo francés; otros se ocu-paron de publicar poemas, como José Mármol, o ensayos literarios, como el jovenBartolomé Mitre. En Chile se destacaron la pluma vigorosa del joven Sarmiento y lade Vicente Fidel López, un abogado, hijo de Vicente López y Planes, que en esos mis-mos días era funcionario judicial en Buenos Aires, bajo el gobierno de Rosas.

Nada podía ser más penoso para aquella juventud que el exilio político, de modotal que se mantuvieron expectantes ante los acontecimientos nacionales, pero la si-tuación no solo era políticamente complicada, sino que había variado en el largotiempo transcurrido. Los levantamientos sucesivos de Berón de Astrada en Co-rrientes, que culminaron con su muerte y la destrucción de su ejército; los asediosde la escuadra francesa primero y de la anglofrancesa después, en el Río de laPlata; el levantamiento del general Lavalle, que nos recuerda a los héroes de la mi-tología antigua por la larga retirada de su ejército, sucesivamente derrotado, cuyasmarchas dibujan un sendero de pena, valentía y honor a lo largo de toda la republica;el levantamiento del coronel Brizuela y de Marco Avellaneda en las provincias andi-nas; la desesperada lucha de Lamadrid, que comisionado por Rosas se dirige a suTucumán natal y allí se transforma en jefe del ejército rebelde; en fin, los sucesivosdesastres militares de los levantiscos y el afianzamiento de las fuerzas de Rosasexplican, no solamente la firme voluntad de poder del gobernador de Buenos Aires,sino también las sólidas adhesiones populares que su persona y su gobierno des-pertaron.

La situación política varió cuando el general Urquiza, gobernador de Entre Ríos,provincia que en esos días era la segunda potencia del país, detrás de Buenos Aires,rompió públicamente con el brigadier Rosas, su aliado, se acercó a Corrientes yfirmó un tratado con Brasil para atacarlo, lo que se llamó “Pronunciamiento”. Se hadiscutido bastante esa conducta, pero el hombre que tuvo esa determinación era elgobernador más prestigioso del interior del país. Su conducta no fue un acto re-pentino e intempestivo, sino largamente meditado a través de un plan de variosaños. Por esa razón había logrado incorporarse en la vecina y valiente provincia deCorrientes mediante la colaboración de un gobernador que era su amigo y aliado y

así lo fue después. Pretendía Urquiza organizar el país, comolo disponía el art. 4º del Pacto Federal del 4 de enero de1831, instrumento político que había reemplazado la inexis-tente constitución nacional y unía precariamente los intere-ses de todos. El brigadier Rosas, gobernador de la provincia

6Alejandro Dumas, el novelista francés, escribió en esos días una obraque tituló Montevideo, la nueva Troya. El general Paz, conjuntamente conSan Martín y Roca, fue una de las mayores figuras de técnica militar delsiglo XIX nacidos en nuestro país.

Juan Manuel de Rosas

Grl Justo José de Urquiza


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Columnista invitado

de Buenos Aires, había rechazado en forma permanente todo propósito para redac-tar, discutir o aprobar cualquier intento de constitución, a la que llamaba despecti-vamente “el cuadernito”. No era una posición política; por el contrario, ella constituíauna profunda convicción personal, que siguió sosteniendo en los años de exilio.

A las fuerzas de Urquiza se agregó la incorporación de los soldados argentinosque sitiaban Montevideo y las propias tropas uruguayas de ambos bandos, de talmodo que se constituyó un ejército cuyo número se aproximaba al del enemigo. Ur-quiza adoptó como lema “¡Olvido del pasado, fusión de los partidos!”, fórmula con-ciliadora que reemplazaba la de “¡mueran los salvajes unitarios!”, que regía desde1835. Con esa política reunió un considerable ejército y cruzó el río Uruguay. El 3de febrero de 1852 se enfrentaron en la chacra de Diego Caseros, cuyo palomar eraemblemático, en una batalla que reunió la mayor cantidad de combatientes de todala historia argentina y de la América española, con más de cuarenta mil soldadosen el campo, entre ambos contendientes. Urquiza enfrentaba a Rosas. No fue nila más bravía, ni la más sangrienta, ni la más encarnizada batalla, porque salvoun violento tiroteo en los alrededores del palomar allí existente y del duelo deartillería que protagonizó el coronel Chilavert, todo lo demás se limitó a unasimple retirada de las tropas de Buenos Aires7.

Hubo saqueos en la ciudad de Buenos Aires hechos por soldados deambos bandos fugados del encuentro bélico, lo que fue reprimido con el fu-silamiento de los autores, sorprendidos en actos de pillaje.

Rosas se fugó del campo de batalla, se refugió en casa del ministro in-glés, Mister Gore, quien le facilitó su partida esa misma noche. Después

de un trasbordo a la fragata Conflict, partió a Londres buscando protección ¡encasa de Palmerston!, el autor material y efectivo de la toma de las Islas Malvinasen su carácter de titular del Foreign Office8.

Con la batalla de Caseros concluye un periodo de la historia argentina. El paísno era muy diferente de aquel cuyos diputados juraran la Independencia en 1816.Aquel acto jurídico llevado a cabo por prominentes patriotas que han merecido la gra-titud de la posteridad, realizado en momentos de mayor crisis de nuestra vida pu-blica, sin aliados, sin recursos, sin hombres y con la amenaza española porcumplirse.

En 1852, con los antecedentes de la declaración del Tucumán de 1816 y delPacto Federal de 1831, libres de obstáculos políticos, aunquesin instituciones, sin dinero, sin recursos, con reducida pro-ducción, pero bajo la inspiración de Urquiza, los gobernado-res aceptaron deponer sus rencillas y constituir “una nuevay gloriosa nación”, como lo había escrito el inspirado poetaVicente López y Planes en la canción patria.

7Salvo con los integrantes del batallón del coronel Aquino, que habíanasesinado a su jefe y se habían pasado al bando de Rosas. Urquiza habíafirmado la resolución de fusilar a sus integrantes después de la batalla, loque cumplió con todo prisionero que encontró de ese batallón.

8Juan José Cresto, Historia de las Islas Malvinas, Buenos Aires, Dun-ken, 2008.

Batalla de Caseros



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