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    Edicin preparada por Virginia Odorizzi SGBPy Angelo Colacrai SSP Sociedad de San Pablo, Casa General, 2001

    Visto, se autoriza la impresinRoma, 26 de noviembre de 2001SAC. PIETRO CAMPUS, Sup. Gen. SSP

    Sigla de la obra:ATP

    Traducido porR. Prez Real

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    SUMARIO

    Siglas y abreviaturas ..................................................... pg. 10

    Presentacin.......................................................................... 11I. Formacin del texto deATP II. Las tresediciones de ATP III. ATP en la teologa

    pastoral de su tiempo IV. Los temas msimportantes deATP- Conclusin

    Advertencias ......................................................................... 47

    APUNTES DETEOLOGA PASTORAL

    Pginalibro

    original

    Pginapresente

    libro

    Foto de las dos primeras pginas del original............... III 49

    Dedicatoria.................................................................... V 51

    [Presentacin] (Card. Richelmy)................................... VII 53Prefacio a la 1 edicin.................................................. IX 55

    Prefacio a la 2 edicin.................................................. XI 57

    EL PUNTO DE PARTIDA

    Cap. nico El sacerdote ................................................ 1 59Su vida prctica Divisin de la materia Advertencias

    PARTE PRIMERA

    LOS FUNDAMENTOS DEL CELO

    Introduccin.................................................................. 5 65

    Cap. I La piedad en general ................................. 7 66Cap. II Las prcticas de piedad............................. 10 69

    Mtodo de vida (Horario-Reglamento) Me-ditacin Libros ms aconsejados para la me-

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    6 APUNTES DE TEOLOGA PASTORAL

    ditacin Lectura espiritual Libros de lecturaespiritual Vidas de santos ms aptas para lalectura de los sacerdotes Breviario Santa

    misa Visita al Smo. Sacramento Examen deconciencia Unin apostlica Confesin Devocin a Mara Sma. Devocin a san Jos

    Devocin al ngel de la guarda Las almasdel purgatorio Asociacin de SacerdotesAdoradores Unin Sacerdotal Reparadora

    Cap. III Los frutos de la piedad Virtudes sacer-dotales ......................................................... 36 94Obediencia Unin Sacerdotal pro Pontifice

    et Ecclesia Castidad Humildad Caridad Signos de relajamiento

    Cap. IV El estudio .................................................... 52 108El estudio en general Materias que elegir Recreos

    Cap. V La administracin de los bienes materiales 62 117Concepto general Quintero, arrendatario,colono? Cuidado de los inmuebles Cui-

    dado de los bienes muebles Limosna y aho-rro Testamento

    PARTE SEGUNDA

    LA ACCIN PASTORALY SUS MEDIOS GENERALES

    Prembulo.................................................................... 79 135

    Advertencia ................................................................. 79 136Cap. I La accin pastoral en general ................... 81 137

    Cap. II Normas para el clero en generalsobre la cura de almas ............................... 88 143

    Cap. III Relaciones del sacerdote........................ 97 151Entre prroco y coadjutor Relacin entre p-rroco y prrocos cercanos Relaciones entre

    prroco y sacerdotes que viven en la parroquia Relaciones entre sacerdotes y laicos, entre

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    SUMARIO 7

    prroco y familiares Relacin entre prrocoy personas de servicio Entre prroco y auto-ridades municipales Entre prroco y maes-

    tros Entre prroco y sacristn Entre prro-co y enfermos Entre prroco y familias Entre prroco y religiosas Entre prroco yasilo Entre prroco y hospital Entre prro-co y malvados o enemigos

    Cap. IV La accin pastoral de algunos sacerdotes 144 191La accin pastoral del prroco Algunas ha-

    bilidades para la accin pastoral de los vica-rios forneos Normas para los capellanes

    Normas para los sacerdotes maestros

    PARTE TERCERA

    ALGUNAS OBRAS PARTICULARESPROPIAS DEL CELO SACERDOTAL

    [Prembulo] .................................................................. 164 208

    Cap. I Confesin.................................................... 164 209

    Importancia y principios generales Avisossobre la confesin en general Cmo com-

    portarse en el confesionario con las diversasclases de penitentes La penitencia Aperci-

    bimientos La absolucin Avisos generalesms habituales Avisos particulares ms ha-

    bituales Conducta del confesor Dos cues-tiones prcticas El confesor y el celibato Elconfesor y el estado matrimonial Cmo pro-curar la frecuencia de la confesin

    Cap. II La santa comunin .................................... 198 238Cmo conseguir la frecuencia Asociacin

    para la comunin frecuente Educacin eu-carstica de los nios Triduos eucarsticos Cmo asegurar el fruto de la comunin Signos de provecho de la comunin

    Cap. III Funciones.................................................... 211 250Las funciones en general Santa misa (festi-

    va) Misa (ferial) Vsperas Hora de ado-racin Las cuarenta horas Otras funciones

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    8 APUNTES DE TEOLOGA PASTORAL

    eucarsticas Mes de mayo Corte a Mara Rosario Fiestas y solemnidades de MaraSma. Pequeo clero Escuelas de canto

    Las siervas del Smo. Sacramento Unin delos nios para el acompaamiento del santoVitico Los pajecitos

    Cap. IV Predicacin................................................. 240 276Necesidad Dotes del predicador Notas[sobre dos casos particulares] Cualidadesdel sermn Algunos avisos prcticos Dnde conseguir materia Temas para losdiversos tiempos Algunas predicaciones

    menores sugeridas por el celo Cmo com-batir el baile en la predicacin Los ejerci-cios espirituales Hablar a clases diferentes

    Libros tiles para la predicacin y la lectura Para jvenes predicadores Hacer posibley duradero el fruto de la predicacin Con-clusin

    Cap. V Catecismo ................................................... 281 313Mtodos en la entrega de premios Dar bien

    el catecismo Algunos medios para ayudaral catequista Catecismo en la Iglesia o Es-cuela Parroquial de Catecismo Oratorio Apndice Algunas notas Sociedad de laDoctrina cristiana

    Cap. VI Principales devociones y asociacionesque el sacerdote debe difundir ................. 314 343Devociones convenientes a todos Devocio-nes convenientes a clases especiales de per-

    sonas Medios de difundirlas Diversasasociaciones accesibles a todos

    Cap. VII Accin catlica ........................................... 323 352Principios generales

    Cap. VIII Obras particulares de accin catlica...... 332 360Unin popular La cuestin escolar Losoratorios masculinos Los oratorios femeni-nos Clase de religin Clases nocturnas y

    clases invernales Biblioteca circulante Labuena propaganda Crculos de cultura

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    SUMARIO 9

    Formacin de los cooperadores en la accincatlica Obras particulares de accin Ac-cin catlica religiosa Juventud catlica

    Crculo juvenil Asociacin catlica interna-cional de las obras de proteccin de la joven Accin electoral Mujeres catlicas Ac-cin econmica Notas

    Cap. IX Las vocaciones religiosas........................... 354 382Algunas normas prcticas

    Cap. X Organizar fiestas ....................................... 359 387

    Cap. XI Construccin de iglesias ............................ 369 389Limpieza en las iglesias Sociedad de losAmigos del Arte Cristiano

    NDICES

    NDICE DE CITAS BBLICAS ................................................... 401

    NDICE DE DOCUMENTOS DE LA IGLESIA ............................. 402

    NDICE DE PERIDICOS Y REVISTAS ..................................... 403

    NDICE DE LA BIBLIOGRAFA CITADA................................... 404

    NDICE DE AUTORES ............................................................. 407

    NDICE DE ASOCIACIONES .................................................... 416

    NDICE DE LUGARES ............................................................. 418

    NDICE DE NOMBRES DE PERSONA ....................................... 419

    NDICE ANALTICO................................................................ 423

    NDICE GENERAL .................................................................. 429

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    SIGLAS Y ABREVIATURAS

    AAS = Acta Apostolicae Sedis

    AD = Abundantes divitiae gratiae suae

    ASS = Acta Sanctae Sedis

    CC = La Civilt Cattolica

    DIP = Dizionario degli Istituti di Perfezione

    EC = Enciclopedia Cattolica

    E.Ec. = Enciclopedia Ecclesiastica

    DSMCI = Dizionario Storico del Movimento Cattolico inItalia 1860-1980

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    PRESENTACIN

    El motivo que justifica la presente edicin de Apuntes deteologa pastoral (ATP)hay que buscarlo en la intencin deofrecer una sistematizacin unitaria de los escritos del P.Santiago Alberione y de entender ms fcilmente los factoresesenciales de su carisma.

    Precedida cronolgicamente por un librito titulado LaBienaventurada Virgen de las Gracias,1esta obra constituyeel comienzo de la produccin editorial del P. Alberione. Ellibro, del que contamos con tres ediciones (de los aos 1912,1915 y 1960),2nos parece uno de los frutos ms significati-vos de la primera fase de la vida del P. Alberione, caracteri-zada por el apostolado parroquial en contacto directo con losfieles. Efectivamente, fue despus de sus primeras experien-cias pastorales en algunas zonas de la dicesis de Alba y co-mo formador de clrigos en el seminario cuando el joven sa-cerdote decidi escribirATP.

    Esta relacin directa con la pastoral, practicada en primerapersona, no volver a ser tan visible en el instituto de la Socie-dad de San Pablo, a la que dar vida en 1914 y cuyo apostola-do, centrado al principio en la buena prensa, ser teorizado ydesarrollado sucesivamente mediante los diversos medios decomunicacin social. Precisar cmo madur el P. Alberioneel paso de un ministerio directo y tradicional a otro ms indi-recto y moderno, no es tarea de esta introduccin.3Hay, no

    obstante, una unidad de fondo entre las dos orientaciones que

    1G. ALBERIONE,La Beata Vergine delle Grazie in Cherasco, Tip. AlbeseN. Durando, Alba 1910.

    2A. DAMINO,Bibliografia di don Giacomo Alberione, Ediciones del Archi-vo Histrico de la Familia Paulina, Roma 31994, pp. 25-28.

    3Sobre el cambio del apostolado directo al indirecto, a la espera de estudiosms esmerados, pueden consultarse L. ROLFO,Don Alberione, appunti per unabiografica,San Paolo, Cinisello Balsamo (Miln) 31998, p. 75 [Trad. esp., Madrid21980]; R. F. ESPOSITO,La teologia della pubblicistica, EP, Roma 1970, p. 71ss

    [Trad. esp., Madrid 1980]; E. SGARBOSSA, La formazione presbiterale e il sa-cerdozio di Don Alberione, enPalestra del Clero, marzo-abril 1996, pp. 661-684.

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    12 APUNTES DE TEOLOGA PASTORAL

    merece ser sealada: la voluntad de llegar al mayor nmeroposible de almas de la mejor manera y con la mayor plenitud.

    Esta unidad puede sintetizarse con la expresin, clsica paratoda la Familia Paulina, de carisma pastoral.El espritu pastoral es, pues, el criterio que nos permite leer

    y entender el pensamiento, la obra y las opciones del P. Albe-rione, primeramente como sacerdote en la experiencia pastoraldirecta, luego como educador en la formacin de los semina-ristas y finalmente como fundador de la Familia Paulina.

    I. Formacin del texto deATP

    1.Primeras experiencias pastorales.La dicesis de Albacont entre sus pastores figuras eminentes de santidad y de-dicacin pastoral. Crecidas en la escuela de los santos pia-monteses de finales del siglo XIX (Jos Benito Cottolengo,1786-1842; Jos Cafasso, 1811-1860; Juan Bosco, 1815-1888,y otros), promovieron en el clero y los fieles un clima de es-pecial atencin a los problemas de la gente. Recordamos en-

    tre otros a monseor E. Galletti, que se distingui en Albapor su trabajo en las visitas pastorales, por un snodo (1873),por la devocin eucarstica, por la formacin del clero y porel catecismo; a monseor Lorenzo Pampirio, que introdujoen el seminario de Alba la neoescolstica en su forma msrigurosa, seguido en esto por monseor Francesco Re, quetambin se distingui entre el clero piamonts por su intran-sigente defensa de la ortodoxia y su oposicin al modernis-

    mo, pero no a la modernidad,4

    probablemente.Los obispos de Alba son recordados por haber promovidoel Movimiento Catlico en su dicesis, que en 1911, despusde un perodo de decadencia, desemboc en una intenssimapropaganda a favor de la Unin Popular.5

    4L. ROLFO,Il buon soldato di Cristo,EP, Alba 1978, p. 106.5G. MAGGI, Temi politici e sociali nellazione dei cattolici albesi del primo

    novecento, en Alba Pompeia, Nuova Serie IV (1983), pp. 5-18; P. REGGIO,

    Alba: Lambiente socioreligioso nella citt e dintorni, en Conoscere Don Al-berione, Ed. Centro de Espiritualidad Paulina, Roma 1994, pp. 79ss.

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    PRESENTACIN 13

    En este clima de intenso compromiso eclesial y social hizoel joven P. Alberione sus primeras experiencias pastorales.

    Ejercit el ministerio en algunas parroquias, entre ellas la deSan Bernardo, en Narzole (Cneo).6 Aqu tuvo las primerasresponsabilidades como coadjutor, dando prueba de una inicia-tiva y una voluntad de bien sin lmites.7Finalmente, fue aqudonde encontr nueva claridad en su vocacin de un ministeriodiferente al de la cura directa de almas,8al comprender la nece-sidad de implicarse en un campo nuevo, dado que los habitua-les esquemas pastorales no respondan a las nuevas exigencias.

    2. Cmo naci el libro ATP.Llamado por el obispo al se-minario como director espiritual y profesor de historia civil yeclesistica, el P. Alberione recibi el encargo de la forma-cin de los clrigos y los sacerdotes recin ordenados. Paragarantizar a stos un gua que con la mayor sencillez con-duzca sus primeros pasos en la vida pblica, pero que sea ungua prctico y seguro,9decidi escribirATP.

    Ms que una transmisin rida de conceptos, sus leccio-nes sobre el ministerio se caracterizaban por el dilogo, elintercambio de ideas y la experimentacin. Al redactar losapuntes intua que era necesario un conocimiento ms rea-lista de la situacin de la dicesis. De ah que, en concomi-tancia con la enseanza terica, pusiera en marcha una refle-xin sobre la praxis. Propuso cuestionarios sobre la pastoralen vigor en la dicesis y los envi a algunos prrocos. Entrestos sobresalan Bartolomeo Dallorto, Luigi Sibona y Au-gusto Vigolungo.10 Adems consult tratados, opsculos y

    6Cf. G. BARBERO, Il sacerdote Giacomo Alberione, Un uomo - unidea, So-ciet San Paolo, Roma 21991, pp. 155-158; D. RANZATO-G. ROCCA,50 Anni diuna presenza pastorale, Roma 1988, p. 17ss.

    7L. ROLFO, Don Alberione..., o.c., p. 71.8G. ALBERIONE,Abundantes divitiae gratiae suae. Historia carismtica de

    la Familia Paulina (AD),Roma 1998, n. 82 y 86.9G. ALBERIONE,Appunti di Teologia,II ed., Pietro Marietti editore, Turn

    1915, p. XI. Todas las citas de ATP,si no se dice lo contrario, pertenecen a estaedicin.

    10

    Monseor Natale Bussi (1907-1988), profesor en el seminario de Alba,en una entrevista que le hicieron el 17-8-1982, hablaba de esta metodologa

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    14 APUNTES DE TEOLOGA PASTORAL

    revistas. Pidi la ayuda de otros sacerdotes en la labor de re-coger notas y reflexiones, cribarlas, ordenarlas y corregirlas.

    Y lleg el momento de la redaccin de la obra y de su pu-blicacin.11

    El P. Alberione escribira ms tarde, hablando de s mis-mo en tercera persona: Durante dos aos, con doce sacer-dotes, en conferencias semanales, estudi los medios parauna nueva y renovada pastoral. Sobre este tema consult yobtuvo sugerencias escritas (que transmita a los seminaristasy a los jvenes sacerdotes) de unos quince vicarios for-neos.12

    ATPnaci, por tanto, de la experiencia directa de opcio-nes pastorales comprobadas en la realidad, acompaada deuna gradual profundizacin terica y de una reflexin sobreexperiencias hechas por otros. En cualquier caso, el P. Albe-rione exclua ya de partida un tratado terico-cientfico de lamateria. S muy bien deca que as no tendr el gusto dellegar a un nmero notable [de personas], pero tambin sque stas pueden encontrar lo que buscan en otros autores.13

    Su objetivo era ayudar a los jvenes sacerdotes a afrontarcon serenidad los primeros aos de ministerio. En ATP po-dran encontrar una referencia constante y segura, ya queaquellos apuntes

    haban nacido de la experiencia y de la aportacin com-petente de pastores entregados durante mucho tiempo a lacura de almas;

    respetaban las races culturales de la poblacin diocesana;

    estaban enriquecidos con una sabrosa bibliografa queremita a otras aportaciones especficas.usada por el P. Alberione. Los cuestionarios incluan preguntas sobre cmohacer pastoral qu deberes tena el prroco. A continuacin identificaba aalgunos sacerdotes a los que haba enviado el cuestionario: a monseor Bar-tolomeo Dallorto (1886-1953), prroco en Monforte; a monseor Luigi Sibona(1874-1947), prroco en Canale-Castellinaldo, y a monseor Augusto Vigo-lungo (1869-1941), prroco en Vezza.

    11Cf.ATP,p. IX.12

    AD, n. 83.13ATP,p. XI.

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    PRESENTACIN 15

    3.Acogida y difusin de ATP. Como se desprende de es-tudios hechos en diversas bibliotecas,14 la obra fue pronto

    conocida y bien acogida por el clero italiano.Ya en 1912 la revista mensual del clero Difesa ed azione,de la archidicesis de Turn, inclua una amplia y lisonjeraresea del libro (publicado entonces con tcnica ciclostil):Son todava pocos los tratados que distinguen claramente elpunto de vista pastoral del de los afines y estos pocos casinunca descienden a una forma prctica realmente apta paralas circunstancias especiales en las que vivimos hoy. Y, mirapor dnde, aparece ante nosotros un libro de lo ms oportu-no... que con sorprendente perfeccin llega para satisfacernuestro deseo... El rico y vasto contenido, el estilo sencillo yclaro, la uncin que lo penetra, todo coopera en hacer quemerezca los mayores elogios.15 Incluye un agradecimientopara el autor por su excelente servicio al clero.

    En 1913, al redactar el prefacio del libro a punto de im-primirse, el cardenal A. Richelmy resaltaba lo provechosoque era insistir especialmente en los modos prcticos de

    ejercitar con celo y con fruto el ministerio pastoral; ben-ditos pues los queridosApuntes de teologa pastoraldel buentelogo Alberione, en los que resplandecen laslida doctrinay elsentido prctico, todo lo cual hace fcil y seguro el ejer-cicio de un verdadero pastor de almas.16

    Se advierte en estas breves reseas que la teologa pasto-ral (TP) era considerada una sntesis prctica de enseanzaspara uso del pastor de almas. Se trataba de una idea tpica

    de aquel tiempo, compartida tambin por La Civilt Cattoli-ca,que al hacer la resea de ATPcolocaba al P. Alberioneentre los cultivadores egregios de esta ciencia, y ademspona de relieve que la obra contena un autntico tesoro de

    14El texto de 1915 ha sido encontrado en las mayores bibliotecas italianas,

    por ejemplo en las de Turn, Roma y Npoles, adems de en la benedictina deCava de Tirreni (Salerno).

    15Difesa ed azione, Mensual de la Asociacin del Clero de la Archidicesis

    de Turn, 11 (1912), p. 135.16A. RICHELMY,Presentacin,enATP,p. VII, 2 de febrero de 1913.

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    16 APUNTES DE TEOLOGA PASTORAL

    normas prcticas y oportunos consejos, especialmente para elclero joven.17

    Algunos aos despus de su publicacin, la obra seguaan citndose por pastoralistas como G. Stocchiero, quien en1921 publicaba su Pratica Pastorale,y por E. Naddeo, quepublic el mismo aoIl vero Pastore di anime.18

    Surge aqu una pregunta muy razonable, y es por qu el P.Alberione, viendo la aceptacin favorable de su libro, noprepar, u orden que alguien lo hiciera, otras ediciones yque esperara hasta 1960. La respuesta quiz haya que bus-carla en la cronologa de aquellos aos. Despus de 1914, enefecto, se siente casi totalmente absorbido por sus nacientescongregaciones: la Pa Sociedad de San Pablo (1914), lasHijas de San Pablo (1915), las Pas Discpulas del DivinoMaestro (1924), las Hermanas de Jess Buen Pastor (1938),las Hermanas de Mara Reina de los Apstoles (1957) y fi-nalmente los institutos de consagracin laical (1958-1960).El Fundador se senta apremiado a dedicar sus afanes, susenergas y su tiempo al desarrollo de estas fundaciones.

    No obstante, no olvid del todo el discurso pastoral.Entre 1912 y 1916, dirigida personalmente por el P. Albe-

    rione, comienza a publicarse Vita Pastorale,19una revista pa-

    17A. TAVERNA,Rassegna di Teologia PastoraleenLa Civilt Cattolica,67(1916) IV, p. 456. Sin embargo, en la misma resea el P. Alberione recibe algu-nas crticas sobre la conducta del confesor en relacin con los penitentes escru-pulosos (cf. nn. 185-201). Con especial dureza se le censura por una afirmacinsobre la revelacin a los jvenes de los llamados misterios de la vida. El P.Alberione sostiene, en efecto, que esta revelacin debe hacerse... para una me-jor educacin (cf. n. 192). La Civilt Cattolica afirma que este mtodo deeducacin, lejos de conseguir la finalidad de preservar a los jvenes del vicio,abre ms bien las puertas de par en par a la corrupcin (cf. p. 459). No sabemoscul fue la reaccin del autor a esta resea, pero en la edicin de 1960 se repitelo mismo sin ningn cambio, excepto en un punto en materia de moral (cf. ATP,III ed., p. 254).

    18G. STOCCHIERO,Pratica pastorale a norma del Codice di Diritto Canoni-co e in rappoorto alla legislazione ecclesiastica italiana, Marietti, Turn 1921.El libro del P. Alberione se cita en la p. VII. E. NADDEO, Il vero pastore dianime,Norme Pratiche di Teologia Pastorale dei Parroci Italiani, vols. 2, Ferrari,

    Roma 1922. La obra del P. Alberione se cita en la p. IX.19Cf. A.DAMINO,Bibliografia..., o.c., pp. 148-150.

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    PRESENTACIN 17

    ra la prctica del ministerio sacerdotal. De acuerdo con laorientacin carismtica de sus instituciones, el P. Alberione

    crey ms eficaz que les llegara peridicamente a los pasto-res su reflexin escrita. Entre los primeros volmenes encua-dernados de la revista encontramos un nmero con fecha deenero de 1921 en el que se public un texto de ATPtituladola Relacin entre prroco y prrocos. Para favorecer la con-cordia. Para evitar la discordia.20

    De la necesidad de una actualizacin, o de una revisin deATP, encontramos detalles en una pltica del P. Alberione alas jvenes de la naciente congregacin de las Hermanas deJess Buen Pastor, las Pastorcitas, del ao 1939: Conven-dra [que] os proveyerais de un tratado de teologa pastoral yde misApuntes de Teologa Pastoral, teniendo en cuenta quealgunos puntos estn ya superados y no son acertados. Estaslagunas podis subsanarlas con Stocchiero.21

    La actualizacin efectiva deATPse llev a cabo en la ter-cera edicin, a cargo de monseor Giuseppe Pistoni, en 1960.De la documentacin epistolar22que hubo entre el P. Alberio-

    ne y monseor Pistoni se desprende que este sacerdote, que sedispona a asumir la enseanza de la Teologa pastoral en elseminario de Mdena, pensaba adoptar justamente el libro

    ATPcomo texto para sus alumnos. Como el libro estaba ago-tado, el padre Alberione le propuso que asumiera la responsa-bilidad de una nueva edicin. La respuesta fue positiva.

    La tercera edicin, lista en poco tiempo, fue impresa en1960.

    20 Vita Pastorale, Revista para la prctica del ministerio sacerdotal, IV

    (1921), pp. 4-6. Cf.ATP, n. 104ss.21S. ALBERIONE, Prediche alle Suore Pastorelle,vol. 1, EP, Albano La-

    ziale (Roma) 1961, p. 35.22La documentacin, amablemente cedida por el padre Antonio Speciale,

    est compuesta por una relacin de monseor Giuseppe Pistoni al propio pa-dre Speciale y por los anexos A, B, C, D, E, F. En la relacin, con fecha 16-10-1989, monseor Pistoni expone sintticamente sus relaciones epistolarescon el P. Alberione. Los anexos son cartas de respuesta a las peticiones del

    responsable de la edicin, excepto el anexo B, que es el prefacio a la terceraedicin del libro.

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    18 APUNTES DE TEOLOGA PASTORAL

    En 1965, al final del Concilio Vaticano II, monseor Pisto-ni propuso una nueva edicin del libro, a cargo del propio au-

    tor, para adecuarlo a las nuevas perspectivas conciliares. Confecha del 21-12-1965, el P. Alberione le respondi manifes-tndole su agradecimiento por la sugerencia de revisar y con-formar con el Concilio Vaticano II el libroApuntes de Teolo-

    ga Pastoral, y aadiendo: El progreso ha sido enorme...Hemos entrado de manera ms perfecta en la Pastoral de JessBuen Pastor... [Hay] muchas cosas que quitar del libro y mu-chas que introducir. Esta vez, sin embargo, aunque conven-cido de lo acertado de la propuesta, el P. Alberione, ya muyentrado en aos, no la concret. El lector de hoy puede puesaprender del propio autor a historiar y contextualizar lo que leeen esta obra antigua.

    II. Las tres ediciones de ATP

    Como ya dijimos,ATPpas por diversas fases de compo-sicin.

    1. La primera redaccin se remonta a 1912 y es la con-clusin de una fatigosa y enriquecedora experiencia de refle-xin.23La obra, mecanografiada y en impresin fotosttica,apareci con el ttulo Appunti di Teologia Pastorale, Turn,lit. A. Viretto, 1912.

    La dedicatoria es A mis queridos amigos, los MM. RR.[muy reverendos] Alumnos de las conferencias morales delseminario de Alba.

    El texto va precedido de una presentacin del autor, que ex-pone los motivos de la obra. Lleva fecha del 1-8-1912. UnNBinvita as a los lectores: Para cualquier cosa, dirigirse al Tel.Alberione S[antiago], director espiritual del seminario de Alba.

    La obra consta de tres partes: la primera, tituladaLos fundamentos del celo, se articula

    en tres captulos: La piedad y el estudio; El estudio; La ad-ministracin de los bienes materiales;

    23ATP, Prefacio a la 1 edicin,p. IX; p. 55 de la presente edicin.

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    la segunda,La cura pastoral y de las obras en generalque debe realizar el sacerdote, tiene seis captulos: I. De la

    accin pastoral en general; II. De la accin pastoral del p-rroco; III. Algunas habilidades para la accin pastoral de losvicarios forneos; IV. Normas para los capellanes; V. Nor-mas para los sacerdotes maestros; VI. Relacin de los sacer-dotes;

    la tercera,Algunas obras especiales propias del celo sa-cerdotal,est compuesta de diez captulos. La reflexin pasaahora del mbito puramente sacramental: confesin, comu-nin y oficio, al de la predicacin y la catequesis. Al final sepresentan las devociones principales y todas las obras rela-cionadas con la accin catlica. Los tres ltimos captulostratan de las vocaciones religiosas, de la organizacin de lasfiestas y de la construccin de iglesias.

    Este es el contenido de la primera edicin, mecanografia-da y fotosttica.

    2.Edicin de 1915. Con cierta inquietud,24y a peticin

    de algunos prrocos, el P. Alberione se decide a publicar laII Edicin - revisada - corregida - ampliada, Turn, cav.Pietro Marietti editore, 1915.

    En el frontispicio, al ttulo Apuntes de Teologa Pastoralse aade un subttulo entre parntesis: (Prctica del ministe-rio sacerdotal para el clero joven),y un lema con dos vers-culos de la primera carta de Pedro: Pascite, qui in vobis est,

    gregem Dei... et cum apparuerit princeps pastorum, perci-pietis immarcescibilem gloriae coronam (1Pe 5,2-4), invi-tacin a sus jvenes lectores a apacentar al rebao de Diosno a la fuerza, sino de buena gana; no por una vil ganancia,sino con generosidad (1Pe 5,2), para participar con el Seoren la gloria por l prometida.25

    Sigue la dedicatoria, que modifica la de la primera edicinen los siguientes trminos: A mis queridsimos amigos los

    24ATP, Prefacio a la 2 edicin,p. XI; p, 57 de la presente edicin.25

    Para una profundizacin del tema, cf. E. BOSETTI, Il Pastore. Cristo e laChiesa nella I lettera di Pietro,EDB, Bolonia 1990.

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    MM. RR. Sacerdotes jvenes y a los Venerables Clrigos de la Dicesis Albesa.

    La breve presentacin del cardenal Richelmy, arzobispode Turn, que bendice la obra y anima al autor, tiene fechadel 2 de febrero de 1913. Se refera pues a la primera edicinde la obra, como confirma el ndice.26

    En la nueva edicin figuran dos introducciones, ambas delP. Alberione: la primera, escrita para la edicin de 1912, y laotra, ms concisa, para la actual, que confirma los motivos dela precedente.

    En relacin con la edicin de 1912, sta de 1915 tienemejor estructuradas algunas secciones del texto. La obra esttodava dividida en tres partes. La primera trata De los fun-damentos del celo, identificados en una profunda piedad,considerada prioritaria para una accin eficaz del sacerdoteen medio de su pueblo. A la lista de las prcticas sigue ladescripcin de las virtudes, desde la invitacin al estudiocontinuo, o estudiosidad, para que el sacerdote sea hombredel presente, no de tiempos pasados.27Concluyen esta parte

    algunas informaciones sobre normas elementales para la ad-ministracin de los bienes materiales.

    La cura pastoral y de sus medios generaleses el ttulo dela segunda parte, donde se intenta una definicin tanto de laaccin pastoral (como se la llama a continuacin), como delos principios que deben regular su prctica. Con la solicitudde siempre, el autor escribe: Se dirn solamente cosas prc-ticas y entre ellas se elegirn las que hoy parecen ms aptas

    en las necesidades actuales.28

    La tercera parte, Algunas obras especiales propias delcelo sacerdotal, ofrece normas para una intervencin mseficaz en algunos momentos especficos de la vida sacerdo-tal: la liturgia, la catequesis, la presencia caritativa y asisten-cial. No se olvida la descripcin del multiforme asociacio-

    26 En el ndice de la segunda edicin, en la p. 373, se lee: Juicio delEmmo. Card. Richelmy sobre la I edicin.

    27

    ATP,n. 52.28ATP, n. 79.

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    nismo, eclesial o no, que el joven sacerdote-pastor puedepromover en su actividad pastoral.

    Al final se dedican algunos prrafos a la construccin y alos constructores de iglesias. Entre otras sugerencias y afir-maciones, el P. Alberione escribe: Se dice: lo que ms faltaen las grandes obras es dinero. Como regla, esto es falso: loque por el contrario falta son hombres que sepan idear gran-des cosas, que tengan la osada de comenzarlas, que estnprovistos de sentido prctico, que trabajen con perseveranciay con gran espritu de sacrificio.29

    En el prlogo a la segunda edicin, el P. Alberione escri-be que no es su intencin exigir un trabajo muy completo,casi cientfico, bien ordenado al menos, con un estilo mselevado.30 Esto impedira, o casi impedira, segn l, elfruto deseado.

    En realidad, tras una verificacin entre las dos ediciones,se advierte de inmediato un notable salto cualitativo, tanto enlo lingstico como en lo estructural. Excepto la segundaparte del libro, muy cambiada, casi todo el material de la

    primera edicin se encuentra en la segunda. Se advierten pe-queas aadiduras, con nuevas reflexiones y clarificacionesen la primera y en la segunda parte. Toda la obra, en suma,ha sido notablemente renovada en el lenguaje, que resultams apropiado y fluido.

    La segunda parte, como ya dijimos, sufre los mayorescambios, tanto en la titulacin como en la estructura. El ttulo

    La cura pastoral y de las obras en general que debe realizar

    el sacerdote, de la primera edicin, se cambia por La curapastoral y de sus medios generales. Los captulos, que anteseran seis, se reducen a cuatro, distribuidos diversamente, conotra lgica: de una reflexin general, La accin pastoral engeneral (cap. I), y Normas al clero en general... (cap. II),se pasa a otra particular, Relaciones del sacerdote (cap. III)y La accin pastoral de algunos sacerdotes (cap. IV).

    29

    ATP,n. 363.30ATP, Prefacio a la 2 edicin,p. XI; p. 57 de la presente edicin.

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    La edicin de 1915 se estructura pues de forma ms ar-moniosa que la precedente. El material aadido es ms deta-

    llado.Al comienzo de la obra se aade una nueva seccin, Losfundamentos del celo, introduccin a la primera parte. Ade-ms, los prrafos 7-8-9, concisos en la primera edicin, tie-nen ahora una redaccin ms orgnica.

    Se aaden tambin breves introducciones en otras partesdel texto, con frecuencia en forma de entradilla, para pre-sentar el captulo que sigue;31se aaden nuevos ttulos paraordenar mejor la materia;32se introducen nuevas informacio-nes sobre la pastoral.33Se omiten o sintetizan breves textosde 1912.34En general, todos los cambios tratan de completarel texto ms que de modificar el pensamiento.

    3. Tercera edicin, 1960.El ttulo esApuntes de TeologaPastoral, para la escuela y el ministerio.La obra fue publi-cada en la Collezione Pastorale-Regimen de EdicionesPaulinas de Italia. El texto fue refundido totalmente por el

    cannigo Giuseppe Pistoni, de acuerdo con el P. Alberione.En septiembre de 1957, el P. Alberione escriba al can-nigo que se senta agradecido y feliz por haber aceptadorehacer (o hacer?) el libro de pastoral y le invitaba a hacerde l un verdadero tratado de ndole sumamente prctica yactualizada.

    El P. Alberione sintetizaba en nueve puntos lo que en la re-visin no se deba descuidar, especialmente la preocupacinpor la formacin del clero: que sienta que vive en el cuerpomstico como minister - dispensator - forma gregis... y beba

    31Cf. n. 36 de la presente edicin. La primera edicin omite el captulo III

    y Los frutos de la piedad, virtudes sacerdotales, prosiguiendo el tratado sinninguna solucin de continuidad.

    32Cf. n. 70 de la presente edicin.33Cf. n. 37, donde se describe la Unin sacerdotal pro Pontifice et Ecclesia,

    creada en 1913 y constituida en Piamonte en 1915.34Cf. n. 45: se omiten las noticias sobre los misioneros gratuitos. En el n.

    204 reaparece una breve frase que se refiere a ellos: sirvindose tambin dela asociacin de los misioneros gratuitos.

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    en las fuentes de vida: el Evangelio, la Eucarista, el Vicariode Cristo.35Se pone ms atencin en la vida apostlica del

    sacerdote, que debe partir de una unin afectiva y efectivacon los hermanos, estar dispuesto y atento a todas las perso-nas, de cualquier clase social y abierto a los problemas socio-polticos y culturales del ambiente. El P. Alberione terminabasus indicaciones exhortando al revisor a integrar el texto actua-lizndolo convenientemente, segn los recientes documentospontificios y las publicaciones pastorales ms recientes.

    El cannigo Pistoni prepar la nueva edicin dividiendola materia en dos partes. En la primera rene la reflexin so-bre la teologa pastoral y sobre la figura del pastor, sin des-cuidar el conocimiento del rebao y las normas que regulanla accin pastoral. En la segunda ilustra los diversos mediosde accin deducidos de la misin o los poderes de la Igle-sia, orientados a la triple misin: magisterial-sacerdotal-real.

    El material de las ediciones precedentes se distribuye ahorade forma diferente y el revisor aade dos nuevos captulos. Elprimero, La teologa pastoral, desarrolla una reflexin gene-

    ral sobre la TP ilustrando sus cometidos y sus medios; el se-gundo, El conocimiento de la parroquia, pone de relieve loimportante que es orientarles bien, utilizando incluso las cien-cias psicosociolgicas como medios de intervencin pastoral.

    Las nuevas condiciones socioculturales y especialmentelas nuevas orientaciones de la TP36hubieran podido encami-

    35Anexo A de la documentacin relativa a la correspondencia entre el P.

    Alberione y el cannigo Pistoni. Cf. nota 22 de esta presentacin.36Entre los aos 1920 a 1930 muchos pastoralistas abandonaron la estructu-

    ra manualista, muy recargada e inadecuada, y decidieron tratar de forma ms ri-gurosa y tempestiva las problemticas emergentes debidas a las nuevas situacio-nes pastorales. Se perfila tambin en este perodo una presencia nueva en la ac-tividad pastoral, la presencia del laicado y especficamente de la mujer. Con F.X. Arnold, conocido pastoralista de Tubinga, la teologa pastoral adquiere unpuesto nuevo y una definicin precisa en un cuadro teolgico de referencia. Porotra parte, desde la Segunda Guerra Mundial hasta la dcada de los 60 se abrepaso decididamente un movimiento complejo conocido en el campo catlico

    como Pastoral de conjunto. Cf. M. MIDALI, Teologia Pastorale o pratica,LAS, Roma 1985, pp. 61-83.

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    nar de modo diverso la nueva publicacin, que por el contra-rio parece no querer alejarse de los viejos esquemas de co-

    mienzos del siglo XX.La confrontacin de las diversas ediciones de ATP queacabamos de exponer explica los motivos de que en la pre-sente edicin adoptemos como texto base el de la segundaedicin (1915), que a nuestro parecer es el que mejor expresael pensamiento original del autor y la estructura de su trata-do, y nos permite comprobar mejor su estilo: sobrio, esen-cial, descuidado a veces, pero siempre claro.

    4. La autenticidad: un autor o varios autores? La pre-gunta, aparentemente gratuita, nace de una lectura atenta delos prlogos a las diversas ediciones deATP, redactados todospor el P. Alberione. Una confrontacin entre ellas evidencia,efectivamente, algunas afirmaciones problemticas. En el pri-mer prlogo el autor considera el texto obra suya, aunque ad-mite que ha contado con sugerencias de dieciocho prrocosentre los ms celosos y ancianos de la dicesis y que se ha

    servido de diversos tratados, opsculos y revistas.El prlogo a la segunda edicin confirma esto mismo. Pe-ro en la tercera, como tambin en un paso de Abundantes di-vitiae gratiae suae,37el autor afirma: A los reverendos sa-cerdotes... les complacer saber que la primera edicin fue

    preparada por doce prrocos [la cursiva es nuestra], de losms expertos, entre quienes se distribuy la materia, que lue-go fue coordinada y concordada en varias conferencias entreotros sacerdotes.38

    Estas ltimas afirmaciones parecen contradecir a las pre-cedentes. Para garantizar su autenticidad, hemos hecho algu-nas preguntas sobre si el prlogo de la tercera edicin esrealmente del P. Alberione. El padre A. Speciale, entonces

    37AD,n. 83: Durante dos aos, con doce sacerdotes, en conferencias se-manales, estudi los medios para una buena y renovada pastoral. Sobre estetema consult y obtuvo sugerencias escritas (que transmita a los seminaristasy a los jvenes sacerdotes) de unos quince vicarios forneos. De aqu naci el

    libro (1913)Apuntes de Teologa pastoral....38ATP,III edicin, p. 7.

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    PRESENTACIN 25

    secretario personal del Fundador, ha respondido afirmativa-mente, y en sus notas diarias se expresa en estos trminos:

    El 12 de noviembre de 1958 el P. Alberione prepar elprlogo para la tercera edicin de Apuntes de Teologa pas-toral. Las respuestas de otros, entre ellos el padre G. Roatta,y la entrevista a monseor Natale Bussi del 17 de agosto de1982, no nos han permitido llegar a conclusiones diferentes.

    Por consiguiente, las afirmaciones ms recientes del P.Alberione sobre la redaccin de ATP son autnticas. Perocmo conciliarlas con las primeras?

    La hiptesis ms creble es que se debe tener en cuentaque la composicin del texto es gradual:

    la consulta a dieciocho sacerdotes-prrocos parece serla ms antigua, la que facilit las primeras sugerencias, am-pliadas luego por el propio P. Alberione con lecturas y otrosmedios;

    los doce sacerdotes recordados en AD y en el tercerprlogo al texto, parecen ser los que colaboraron, en las confe-rencias pastorales semanales, con el P. Alberione en la elec-

    cin y elaboracin del material recogido, con investigacionesy cuestionarios, para la preparacin de la primera edicin.

    Esta hiptesis parece ser la ms verosmil, aunqueADy eltercer prlogo de ATPsean de 1954 y 1958. La posible im-precisin de los recuerdos quiz pueda hacerlos menos cre-bles, pero no como para cuestionar la paternidad alberonianadel libro. Por otra parte, si los sacerdotes consultados se hu-bieran considerado coautores, habran reivindicado sin duda

    sus derechos al autor declarado.Se puede pues considerar al P. Alberione como autor dellibro en cuanto inspirador de la iniciativa y coordinador delmaterial recogido.

    Es conocida la costumbre del Fundador de eliminar lo queconsideraba que ya no era necesario cuando publicaba algunode sus escritos. Probablemente corri la misma suerte todo elmaterial preparatorio de ATP. El hecho de que no nos hayan

    llegado manuscritos ni posibles hojas mecanografiadas de nin-guna de las dos primeras ediciones, no nos permite llevar a

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    26 APUNTES DE TEOLOGA PASTORAL

    cabo, por tanto, un trabajo de anlisis crtico, que facilitaranoticias sobre la redaccin, sobre la escritura (presumiblemen-

    te a mano) y sobre el origen de las aportaciones utilizadas.

    39

    III. ATPen la teologa pastoral de su tiempo

    1.El contexto general.40Para una comprensin y una ubi-cacin ms adecuadas deATPnos parece oportuno referirnosa algunos aspectos de la reflexin teolgico-pastoral de fi-nales del siglo XIX que influyen en el P. Alberione. El pe-rodo que va de la mitad del siglo XIX a la mitad aproxima-damente del siglo XX se caracteriza por una abundante pro-duccin de manuales de TP.

    En ellos encontramos una parecida visin eclesiolgica,heredada de la tradicin postridentina y del Concilio Vatica-no I, que trata de construir la Iglesia alrededor del Papa,principio de la autoridad y de la unidad y garanta ltima desu autenticidad.41Es evidente que, con este esquema de in-terpretacin, los fieles se convierten en objeto y no en sujeto

    de la accin pastoral de la Iglesia.

    39En realidad, en el Cuaderno 60se conserva el manuscrito de las pginas9-31 de la primera edicin deATP. El caso merece una breve consideracin. DelCuaderno 60,en efecto, se dispone actualmente de las pginas 7-128. Pero las p-ginas 7-41, correspondientes a dichas pginas de ATP, no son autgrafas del P.Alberione. Se trata probablemente de la obra de un colaborador suyo a quien ha-bra confiado un manuscrito para contar con un ejemplar con letra ms legible. Dosson, de todos modos, los motivos que nos llevan a considerar al P. Alberione autorde estas pginas: que las enumerara con su letra, considerndolas a la par con lasotras del Cuaderno 60,y la dificultad que encontr el amanuense en la interpreta-cin del texto que tena delante, dado que dej algn espacio en blanco para com-pletarlo posteriormente. Por ejemplo, en la pgina 39, despus de la palabraadoran sigue un espacio en blanco y dos puntos de exclamacin. Seal de queno haba sabido interpretar la palabra temblorosos del manuscrito original.

    40Cf. sobre este tema F. ARNOLD,Storia moderna della Teologia Pasto-rale, Citt Nuova, Roma 1970, pp. 172-182; C. FLORISTN y M. USEROS,Teologa de la accin pastoral, BAC, Madrid, 1968 [Ed. it. EP, Roma 1970,pp. 119-121]; M. MIDALI, Teologia...,o.c., pp. 18-83; S. LANZA,Introduzionealla Teologia pastorale, Queriniana, Brescia 1989, pp. 36-67.

    41

    S. DIANICH,Lecclesiologia in Italia dal Vaticano I al Vaticano II, enDi-zionario Storico del Movimento Cattolico, vol. II, Marietti, Turn 1981, p. 164.

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    Tambin la dimensin pneumatolgica permanece en lasombra, mientras que la cristolgica est presente de forma muy

    sealada. Cristo instituye la Iglesia y le confiere su autoridad ysu triple poder: de magisterio, de jurisdiccin y de orden.Esta concepcin eclesiolgica, fuertemente jurdica y je-

    rrquica, configura la formacin seminarstica de generacio-nes de sacerdotes y pastores y caracteriza consiguientementea los manuales de TP. Las lneas que definen esa teologapueden sintetizarse as:

    La actividad pastoral es esencialmente la cura de al-mas, es decir, el conjunto de ministerios eclesisticos quellevan a las almas ms que a las personas a la salvacin.42Enesta definicin subyace una visin antropolgica dualista yuna concepcin reductiva de la salvacin que parece ignorarel elemento corporal en beneficio casi exclusivo del alma.

    La cura pastoral se especifica en funcin de las almasindividualmente consideradas, mientras que se concibe lacomunidad como una suma de individualidades.43No se ponede relieve el doble precepto del amor a Dios y al prjimo, es

    decir, al mundo. El destinatario de esta cura es el hombre cado, que

    necesita conocer a Dios y conocerse a s mismo, as como lagracia, y que debe tener acceso a todos los bienes salvfi-cos.44La respuesta a estas tres exigencias procede slo y es-pecficamente de la predicacin de la palabra y de la admi-nistracin de los sacramentos, ambas cargadas de normaseclesisticas.

    La figura del agente pastoral, segn la visin tpica pre-sentada hasta aqu, se establece y determina exclusivamenteen relacin con el sacerdote, es decir, ligada a su consagra-cin y misin presbiteral, adems de a su santidad y prepara-cin personal. Esta figura de sacerdote-pastor45se caracte-

    42Cf. C. KRIEG, Cura danime speciale, Marietti, Turn 1913, pp. 5, 16-24.43Cf.Idem,pp. 9-15.44

    Cf.Idem,pp. 1-41.45Cf.Idem,pp. 65-95.

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    riza por la triple dimensin magisterial-sacerdotal-real, pro-pia solamente de los poderes eclesisticos.

    La metodologa adoptada por la mayora de los manua-les es ms bien aproximativa, sin pretensiones cientficas,considerando la materia como simple introduccin a la praxisconcreta para uso del pastor y de su rebao.46Los pocos ma-nuales que reivindican una concreta intencin cientfica defi-nen la pastoral como la ciencia que aplica los principios de ladogmtica y de la moral a la prctica del ministerio.47

    Las fuentes de la TP son la Sagrada Escritura, con fre-cuencia citada dogmticamente, alejada de su contexto his-trico-literario; las actas conciliares y sinodales, los libroscannicos y no raramente las experiencias de los santos ode los grandes pastores de almas. Slo en el momento de suaplicacin se recurre a las ciencias positivas relacionadascon una situacin concreta en sus diversos aspectos: psico-loga, pedagoga y en alguna ocasin medicina en lo relati-vo a la situacin del sujeto; estadstica y sociologa en lorelativo al conocimiento de los factores socioeconmicos y

    culturales.48

    2.El contexto italiano. En los tiempos en que el P. Albe-rione escriba sus Apuntesno exista en Italia una teora pas-toral importante. S circulaban pequeos manuales que tenanun xito diverso y cuyos contenidos eran conservadores.Convendra hacer alguna referencia especial al contexto his-trico, caracterizado por la poltica de un Estado que defen-da a ultranza su laicidad y por la reaccin de una comunidadeclesial nada libre todava de una lgica a la defensiva delpoder temporal. En este contexto, la reflexin pastoral se si-ta fuera del mbito universitario, a diferencia de lo que enaquellos tiempos aconteca en los pases de lengua alemana,donde las ciencias religiosas tenan presencia propia en las

    46Cf. notas 52-53 en las pginas siguientes.47Cf. C. KRIEG, Cura danime...,o.c., pp. 61-63.48

    Idem,p. 61; H. SWBODA, La cura danime nelle grandi citt,Pustet,Roma 1912, pp. 9-15.

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    tos en latn, los dos manuales estn dirigidos al clero en cura dealmas y describen sus caractersticas y deberes fundamentales.

    Otros autores, como Giuseppe Calandruccio, GiuseppeBartolotti y Giuseppe Corazzini,53ofrecen reflexiones de ca-rcter ms jurdico-cannico. En 1917 aparece una obra demonseor Fortunato De Santa, obispo de Sessa Aurunca,Spunti di teologia pastorale, que en 1926 llega a la cuartaedicin ampliada y corregida.54 Despus de la publicacindel Cdigo de Derecho Cannico (1917), otros pastoralistasactualizan la reflexin sobre la prctica pastoral segn lanueva normativa. Recordemos a E. Naddeo, quien en 1922publicaIl vero pastore di anime,en dos volmenes, y espe-cialmente G. Stocchiero, autor dePratica Pastorale.55Publi-cado en 1921, este libro fue acogido por el clero italiano muyfavorablemente, como demuestran las numerosas ediciones ysu adopcin en los seminarios hasta el Vaticano II.

    Gran influencia comenzaron a tener tambin en Italia dospastoralistas alemanes, C. Krieg y H. Swboda,56cuyas obrashaban sido ya traducidas en las primeras dcadas del siglo

    53Cf. G. CALANDRUCCIO, Vademecum del parroco italiano,o sea manual

    terico-prctico de leyes eclesiastico-civiles concernientes a los prrocos, Tip.dellncora, Npoles 1901. - G. BARTOLOTTI,Il parroco italiano ne suoi rap-porti con le leggi dello stato, Manual terico-prctico que contiene doctrina, le-gislacin, jurisprudencia sobre las leyes civiles, penales, administrativas y finan-cieras concernientes al rgimen parroquial, Pustet, Roma 31910. - G. CORAZZINI,Il parroco. Cenni storici, diritto, legislazione, G. C. Sansoni, Florencia 1913.

    54Cf. F. DE SANTA, Spunti di teologia pastorale, Marietti, Turn 1926, 4 ed.55Cf. E. NADDEO, Il vero Pastore di anime, normas prcticas de teologa

    pastoral para prrocos italianos, 2 vols., Ferrari, Roma 1922; G. STOCCHIERO,Pratica pastorale,a norma del CIC en relacin a la legislacin eclesistica ita-liana, Marietti, Turn 1921.

    56Cf. C. KRIEG, Scienza Pastorale, Teologia Pastorale, en cuatro vol-menes, versin autorizada sobre la edicin alemana por el arcipreste A. Boni,Marietti, Turn. La obra se qued incompleta por la muerte del autor. Se pu-blic el I vol.: Cura danime speciale (ed. Alemana 1904), Marietti, Turn1913; II vol.: Catechetica, ossia scienza del catecumenato ecclesiastico (ed.Alemana 1907), Marietti, Turn 1915; III vol.: Omiletica o scienza dellevan-gelizzazione della parola di Dio, de la que el autor dej el manuscrito, publi-

    cado pstumamente. En Italia apareci en 1920. - H. SWBODA, La curadanime nelle grandi citt,o.c.

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    el Cura de Ars. El pastor de almas debera alimentarse tambincon las obras espirituales de san Julin Eymard, san Ignacio de

    Loyola y el padre Faber. No se olvida, evidentemente, de laSagrada Escritura ni de los Santos Padres de la Iglesia, comotampoco de otros grandes pastores, aunque se les cite sin nin-guna preocupacin de contextualizacin histrica o geogrfica.

    3.Fermentos de renovacin y movimientos eclesiales.Alpaso que la produccin literaria italiana en el plano de la re-flexin pastoral se encuentra la mayor parte de las veces vin-culada a los esquemas de la neoescolstica y la eclesiologa

    del Vaticano I, en el mbito de la praxis pastoral nacen en lasvarias iglesias locales iniciativas interesantes y una nueva re-flexin que preparan el Vaticano II.

    En general, teora y praxis estn relacionadas con la ini-ciativa y el celo pastoral de figuras individuales de obispos osacerdotes, atentos a los movimientos culturales de allendelos Alpes y a los fermentos innovadores de las respectivascomunidades colocadas en una situacin histrica que evolu-ciona con rapidez.

    Se trata de actividades que se acompaan e interactancon los movimientos eclesiales que preceden y preparanindirectamente el Concilio Vaticano II: catequtico, litrgico,caritativo o social.

    El despertar del movimiento catequstico italiano est re-lacionado con los nombres de monseor G. Bonomelli, G.B.Scalabrini, A. Capecelatro, L. Pavanelli, etc., que juntamentecon los miembros de diversos institutos religiosos promue-

    ven congresos y reuniones de estudio, adems de la revistaIlCatechista Cattolico. Este despertar se confirma con la ac-cin y el magisterio de Po X a travs de laAcerbo nimisy elnuevo Catecismo.62

    El movimiento litrgico, que surgi en Blgica y se ex-tendi a Alemania e Italia, est relacionado principalmentecon el nacimiento de la Rivista Liturgica(1914), promovida

    62

    Cf. L. NORDERA,Il catechismo di Pio X. Para una historia de la cateque-sis, LAS, Roma 1988, pp. 221-290.

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    Preceden en orden de tiempo las obras de instruccin pro-fesional para la juventud: la Obra de los Artesanos, de los

    Hermanos de las Escuelas Cristianas, de los Josefinos deMurialdo y de los Salesianos de san Juan Bosco. Todas estasestructuras sirven para preparar a los jvenes en alguna pro-fesin en los diversos sectores de la vida econmico-social.Promueven de manera especial slidos vnculos asociativosmediante una adecuada formacin espiritual.67

    Otra actividad importante, aunque menos institucionaliza-da, es la paciente obra de un clero apasionado tanto del ser-vicio pastoral como de la vida rural,68 que imparte a loscampesinos, de diversos modos, noticias y enseanzas tilespara la modernizacin de sus mtodos y tcnicas.

    No menos importante es la aportacin de la prensa catli-ca local, relacionada especialmente con el fenmeno de losperidicos diocesanos y de los boletines parroquiales, enlos que, adems de la catequesis religiosa y las noticias de lavida diocesana, se dan informaciones sobre oportunidades deinstruccin tcnica y profesional. Cabe notar al respecto que

    el P. Alberione sita la buena prensa entre las limosnas quemerecen una atencin especial de los fieles.69

    La mayor organizacin destinada a inspirar a los catli-cos italianos a partir de 1875, y durante casi treinta aos,fue la Obra de los Congresos, cuyas figuras seeras fueronmonseor Radini-Tedeschi, G. B. Paganuzzi y N. Rezzara.70

    Un notable impulso a la reflexin y a propuestas operativasproceda de las Semanas Sociales de los Catlicos italianos,

    que se celebraban anualmente desde 1907 y estaban anima-das por eminentes personalidades como el cardenal Maffi ylos profesores G. Toniolo, A. Boggiano-Pico, A. Caldana yotros, en las que se trataban temas de candente actualidad,como la familia, la escuela, la situacin obrera, el sindicato,

    67S. ZANINELLI,La situazione..., o.c., pp. 331-332.68Idem,p. 332.69Cf.ATP, n. 71.70

    Cf. S. TRAMONTIN, Un secolo di storia della Chiesa. Da Leone XIII alConcilio Vaticano II, Studium, Roma 1980, p. 5.

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    PRESENTACIN 35

    la emigracin; en pocas palabras, los modernos problemaspastorales.

    4. Po X y el modernismo. El P. Alberione se inspirasustancialmente enATPen la visin de Iglesia de su tiempoy especialmente en el magisterio de Po X, cuyo lema pro-gramtico, Instaurare omnia in Christo, hizo suyo.71

    El pontificado de Po X, que se haba preparado con signi-ficativas experiencias de prroco y obispo, se present desdeel principio con un programa marcadamente pastoral, orien-tado a la restauracin de una vida eclesial acorde con sus

    componentes tradicionales: el depsito de la fe, la disciplinamoral y cannica, la vida sacramental. De ah la serie de susdocumentos para la promocin de la catequesis, de la forma-cin cristiana y sacerdotal y de la liturgia.72

    Un fenmeno de alcance histrico, aunque marc de for-ma ambigua y dolorosa aquel pontificado, fue la crisismodernista, que desgarr muchas conciencias entre loscatlicos y sus pastores. Ya a finales del siglo XIX se haba

    encontrado la humanidad ante una explosin de descubri-mientos cientficos y culturales sin precedentes. Dentro de laIglesia, en el mbito del pensamiento, entr en crisis la meta-fsica y la filosofa tradicional, barridas por la moderna dia-lctica de Hegel y por el subjetivismo de Kant. La idea msrevolucionaria del siglo escribira Fergus Kerr es que elpensamiento y la verdad estn relacionados, de alguna mane-

    71Cf. PO X, E supremi apostolatus cathedra, Litterae Encyclicae, 4-10-

    1903, CC, 1903, IV, pp. 129-149.72Promotor entusiasta de los congresos eucarsticos internacionales, cuyo

    nmero 25 se celebr en Roma en 1905, Po X anim la participacin activade los creyentes en los misterios divinos y promovi el canto y la msica sa-cra. En esta empresa le secund Lorenzo Perosi (Tortona 1872-Roma 1956),sacerdote e inspirado compositor musical (muy conocido en la Familia Pauli-na), que fue llamado a Roma para dirigir la Capilla Sixtina. Po X fue espe-cialmente activo en el campo de la catequesis y dedic a este tema la encclicaAcerbo nimis (15 de abril de 1905), en la que trataba el tema de la instruccinde los nios, y promovi la obra de la Hermandad de la Doctrina Cristiana. En

    1912 promulg para las dicesis de la provincia eclesistica de Roma un cate-cismo que se distingue por su carcter didctico.

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    36 APUNTES DE TEOLOGA PASTORAL

    ra al menos, con la sociedad y la perspectiva histrica en laque se afirman o suponen.73

    El modernismo contaba pues con sus razones, pero se po-na el nfasis en la experiencia individualista, incluida la re-ligiosa, ms que en el corpusobjetivo de la doctrina.74 Lospensadores religiosos buscaban a Dios en la aspiracin psi-colgica del alma humana ms que en los dogmas de la Igle-sia. El modernismo trataba la Escritura no como un corpusdogmtico, sino ms bien como cualquier otro corpuslitera-rio antiguo, y se la estudiaba con los instrumentos sofistica-dos del anlisis histrico, la filologa, la retrica, la arqueo-loga... Lo que muchos, seguramente la mayor parte, dentroincluso de la propia Iglesia, aceptan hoy como un mtodocientfico de investigacin, era considerado entonces opuestoa la tradicional lectura bblica admitida en la Iglesia, deacuerdo con la Contrarreforma y, por consiguiente, en claveantiprotestante. Con esta visin, tradicionalista y conservado-ra, la funcin del magisterio pontificio se acentuaba comonorma nica del control de la fe.

    La encclicaPascendi dominici gregisde Po X (8 de sep-tiembre de 1907), precedida por un syllabus75de errores, su-puso justamente la condena oficial del modernismo, conside-rado simplemente como una ideologa agnstica y relativista,y por tanto como una hereja que destrua la verdad revelada.

    Exista en Europa, en efecto, cierto nmero de intelectua-les que hoy llamaramos progresistas y que entonces eran

    73F. KERR, O.P., Rahner Retrospective II: The Historicity of Theology,enNew Blackfriars, 61 (1980), 339.

    74Publicaciones que se remontaban a 1854, como el Enchiridion symbolo-rum, definitionum et declarationum de H. Denzinger, eran el aval de pronun-ciamientos romanos para los estudiosos que, hostiles al sentir filosfico generalde los tiempos, ignoraban los progresos en el estudio de la Escritura y de la his-toriografa.

    75Lamentabili Sane Exitu, del 4 de julio de 1907. Syllabus(coleccin) es elnombre del elenco de las 80 proposiciones condenadas por Po IX el 8 de di-ciembre de 1864. El ttulo completo era Syllabus complectens praecipuos nos-trae aetatis errores, y haba sido publicado como apndice a la encclica Quanta

    cura. El Syllabusnegaba sustancialmente que la Iglesia debiera o pudiera llegara pactos con las ideologas modernas.

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    ante el avance del socialismo y el yugo de la dominantemasonera, la gran turbaciny desorientacin de las al-

    mas,

    78

    los conflictos sociales y polticos, el uso sectario (esdecir, no dogmtico) de los nuevos medios de informacin yde la enseanza.79

    Ante tanto descarro, el P. Alberione escribe en otro lugar:Ms tarde la pastoral tom una orientacin en conformidadcon el ejemplo y la obra de Po X, siguiendo vas constructi-vas, ya que (ntese la original observacin) Po X aparecay se presentaba en una luz fascinadora: el nuevo Jesucristovisible ante la multitud.80

    El P. Alberione extrajo de la crisis modernista una leccinprctica para su futuro ministerio. Lejos de toda contestacinpolmica, intent descubrir los fermentos positivos del dis-cutido movimiento y convertir en praxis pastoral muchasinstancias propuestas por los innovadores.81Como normaprogramtica de la actividad editorial de sus fundaciones,estableci dar en primer lugar la doctrina que salva. Empa-par de Evangelio todo el pensamiento y el saber humano. No

    hablar slo de religin, sino de todo hablar cristianamente;algo parecido a [lo que se hace en] una Universidad catlica,que si es completa debe incluir teologa, filosofa, letras,medicina, economa poltica, ciencias naturales, etc., pero to-do enfocado cristianamente, todo ordenado al catolicismo.As la sociologa, la pedagoga, la geologa, la estadstica, elarte, la higiene, la geografa, la historia, todo progreso huma-no, etc., segn la razn subordinada a la fe....82

    No es esta la misin pastoral de la Familia Paulina?

    78Con la rpida expansin del modernismo se haba producido una granturbacin y desorientacin: en la literatura, en el arte, en la disciplina eclesisti-ca, en el periodismo, teologa, filosofa, historia, [sagrada] Escritura, etc. Mu-chos, sobre todo del clero joven, se desviaron (AD51).

    79La escuela se converta en el campo donde incrdulos y catlicos se dis-putaban las almas (AD 54). Sobre estos temas, cf.AD49-55.

    80AD, n. 50.81Cf. Ges, il Maestro, ieri, oggi e sempre, Actas del Seminario Internacional

    sobre Jess, el Maestro, Sociedad de San Pablo, Roma 1997, pp. 45-63 (p. 56).82AD, nn. 87-88.

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    PRESENTACIN 39

    IV. Los temas ms importantes de ATP

    El libro refleja el contexto eclesial de su tiempo y descri-be sus caractersticas fundamentales, sus sombras y espe-cialmente sus luces.

    1. La primera de todas, la fidelidad a la Iglesia,que el P.Alberione expresa en su constante alusin a la legislacineclesistica y a la doctrina teolgica y asctico-moral deaquel tiempo, especialmente con una continua referencia almagisterio pontificio, en particular el de Po X, que fue elque ms influy en su formacin y que encontramos cons-

    tantemente en los puntos ms importantes de su exposicin.Como ya vimos, el Fundador asumi como suyo el programapastoral del nuevo Papa, que se propona:

    una renovacin general de la vida cristiana; un retorno al Evangelio y a la Iglesia, comunidad de es-

    peranza y lugar de salvacin; la formacin de los sacerdotes a la santidad y al ministe-

    rio, doble empeo que se unifica en la caridad sacerdotal, es

    decir, en la cura de almas.El libro ATPcomienza con una cita de la exhortacin de

    Po X al clero en Haerent animo, que al P. Alberione le sue-na como una especie de manifiesto: El sacerdote no puedeser un hombre que vive slo para s; no puede tener comolema las palabras: yo-Dios.Es absolutamente necesario quetrabaje por la salvacin de los dems, y que en la propia ban-dera escriba: yo-Dios-pueblo.83Confirma este concepto en

    una obra posterior,La mujer asociada al celo sacerdotal: elsacerdote que redujera su vida sacerdotal a la misa y al bre-viario; o bien quien escribiera en la propia bandera y tomaracomo lema slo estas palabras: Yo-Dios, ese tal no sera unsacerdote: le ira mejor el claustro... Tngase, pues, comolema: Yo-Dios-Almas-Pueblo.84

    Los ATP estn sembrados de otras referencias a docu-

    83

    ATP,n. 1.84S. ALBERIONE,La mujer asociada..., o.c., nn. 16-17.

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    mentos de Po X, como el decreto Sacra Tridentina Syno-dusy el motu propio Inter plurimas pastoralis officii solli-

    citudines.

    85

    Dedica una atencin especial a las encclicasAcerbo nimisy aIl fermo proposito. La primera ofrece citaspara una revisin de la actividad catequstica diocesana, quetiene al P. Alberione entre los protagonistas de la comisincatequstica querida por el obispo para la elaboracin de losprogramas y los textos de catequesis.86La segunda sugierela orientacin para la accin social de los catlicos en unmomento decisivo y conflictivo. El documento se presentacomo magisterio de renovacin de un Papa que no destru-ye sino que gua.87

    2. Otra dimensin evidente deATPes lafidelidad al hom-bre,considerado en su estado de hombre cado y necesitadode salvacin. Esta fidelidad se propone con la tpica descrip-cin de los manuales del tiempo: descripcin de la normativajurdico-moral y de las sugerencias de los maestros del esp-ritu, as como de la administracin de los sacramentos y el

    anuncio de la Palabra mediante la predicacin y la cateque-sis.Aunque sigue vinculado a una configuracin nacida en el

    marco de una eclesiologa clericalizada, el P. Alberione seabre a perspectivas nuevas. El estudio de los autores Swbo-da y Krieg, como ya vimos, integra y actualiza los modelosclsicos de los grandes pastores, tanto de la edad patrsticacomo de los tiempos posteriores al Concilio de Trento.

    3. Temas especficos. En cuanto a las ideas dominantes enATP, debemos reconocer que las dependencias, las conexio-nes, incluso los lmites que se evidencian en estas pginas noobscurecen la aportacin que el P. Alberione trat de dar a lareflexin pastoral en la Iglesia de su tiempo, previa al Vati-cano II.

    85ATP,nn. 198, 202 y 234.86Cf.AD, n. 80. Cf. G. PRIERO, Il lavoro di un anno ad Alba, en Il Cate-

    chista Cattolico(1915), p. 267.87ATP, n. 324.

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    sea cristiano en la mente, en el corazn, en las obras90hastasu total cristificacin personal y social.

    Esta formulacin, que el autor desarrollar posteriormenteen otras obras,91a la que apenas se alude aqu, manifiesta ya laadopcin del mtodo camino-verdad-vida, destinado a ser elfundamento de la espiritualidad y la formacin de los miem-bros de la Familia Paulina, as como su actividad pastoral.92

    Otro elemento caracterstico de ATP es la insistencia enque los destinatarios de la pastoralson todos los miembrosdel pueblo de Dios, con especial atencin a los hombres, amenudo alejados de la Iglesia. El sacerdote-pastor debe te-ner en cuenta a todo el pueblo. En muchos lugares... el prro-co slo se preocupa de un pequeo grupo de almas devotas...El prroco es pastor de todos, y hasta debe dejar las noventay nueve ovejas a salvo para ir en busca de la nica prdida, yan ms cuando las ovejas seguras son un pusillus grexy lasperdidas son ms numerosas.93

    El pastor, enviado a todo el pueblo, debe pues realizar unadoble conversin:

    en cuanto a los destinatarios, que no son solamente lospequeos grupos que van habitualmente a la iglesia, sino to-das las personas de la parroquia;

    en cuanto a su cometido, que no consiste solamente enpresidir el culto en el que participan los devotos, sino en em-prender una bsqueda de los alejados y favorecer las ocasio-nes de encuentro con ellos.

    El P. Alberione intuye la urgencia de superar los angostos

    espacios de ciertas parroquias.94

    Intenta mantener en equili-

    90ATP, n. 81.91 Cf. S. ALBERIONE, Donec formetur Christus in vobis, Pia Societ San

    Paolo, Alba-Roma 1932. Cf. Introduzioneen la nueva edicin, Roma 2001, nn.49ss (hay edicin en espaol); AA.VV., Leredit cristocentrica di Don Albe-rione, EP 1989, pp. 241ss.

    92Cf. A. F. DA SILVA,Il cammino degli esercizi spirituali nel pensiero didon Giacomo Alberione, Centro de Espiritualidad Paulina, Ariccia 1981.

    93ATP, nn. 86, 132, 139, 140, 141.94

    Esta orientacin del P. Alberione ser ms intensa en los aos 1936-38,cuando madura la idea de crear un Instituto para la Pastoral, como le gustaba

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    brio la relacin masa-individuo y, mientras por una parte sepreocupa por hacer llegar a todas las personas la palabra que

    salva, por otra se hace esta pregunta: Cmo conseguir quela predicacin sea fructfera incluso para quien no va a orla?Se trata de un grave inconveniente en la cura de almas demuchas ciudades que nicamente se tenga en cuenta en laaccin pastoral al grupo de los ya convertidos y no a losotros, que lo necesitan mucho ms. Pues bien, a stos... sobretodo se les puede hacer llegar un buen peridico.95La pren-sa es pues un vlido instrumento pastoral.

    Es verdad que Swboda haba ya afrontado esta proble-mtica e invitaba a mantener en equilibrio los dos trminosde la relacin mediante una accin especial entre las diver-sas clases sociales.96Se conoce al individuo y se llega a ldentro de su clase social. El P. Alberione evidencia esta ar-gumentacin y comparte la propuesta de superar fciles ab-solutismos con un atento planteamiento de la situacin de lasdiversas clases sociales.97Pero sabe ver al mismo tiempo enel contexto una nueva instancia, es decir, la posibilidad de

    atender a la masa con medios distintos a los tradicionales:hacerles llegar una buena publicacin.

    4. Mtodos nuevos. El P. Alberione respeta las formastradicionales de presentar la Palabra, como son la predica-cin y la catequesis, pero propone otras posibilidades, comoes su apuesta por la buena prensa98 y por otros mediosmodernos como instrumentos de evangelizacin, todos ellosdefinirlo, adems de otras iniciativas como la revista Pastor Bonus(1936-39), elCurso de Teologa Pastoral, la direccin de una parroquia en Roma, que quisofuera dedicada a Jess Buen Pastor. Cf. R. F. ESPOSITO, Lo specifico paolinodelle suore di Ges Buon Pastore,en AA.VV., Un Carisma Pastorale,o.c., pp.54-79; cf. D. RANZATO-G. ROCCA, 50 anni di una presenza...,o.c., pp. 43ss.

    95ATP,n. 277.96H. SWBODA,La cura danime..., o.c., p. 281.97Cf.ATP, n. 87.98ATP, n. 277. Para una interpretacin exhaustiva de las iniciativas a favor

    de la prensa en las primeras dcadas del siglo XX, cf. G. ROCCA, La formazio-

    ne della Pia Societ San Paolo (1914-1927), en Claretianum, XXI-XXII (1981-1982), 477-482.

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    44 APUNTES DE TEOLOGA PASTORAL

    capaces de llevar la palabra de Dios y la voz de la Iglesia alugares no eclesiales.

    Merece tambin atencin otro breve texto deATP: El p-rroco no debe proceder con mtodo apriorista; es decir, nodebe entrar en un pueblo con un programa bien definido encada una de sus partes..., debe elegir las obras y el modo enese lugar despus de conocer a la gente.99Y en otro lugar,con una referencia al Divino Maestro, dice: el sacerdote debetener un conocimiento preciso de las miserias y de las nece-sidades, [conocimiento] adquirido al tratar directamente conel pueblo, porque, cmo se puede hacer el bien a quienno se conoce? Cmo nos van a buscar si no nos conocen?Acaso Jess se comportaba as?.100

    Se pone pues de relieve la necesidad de conocer a la gen-te, a las almas, para actuar de manera constructiva.

    5. Concrecin y globalidad. Todos estos elementos estnunificados, o polarizados, por una gran ansia pastoral y una

    fuerte sensibilidad social. Gracias a la formacin recibida en

    la dinmica dicesis de Alba,

    101

    el P. Alberione est decididoa intentar la evangelizacin y la cristificacin de la sociedady a excluir todo lo que no se orienta a ellas.

    La accin social del clero y la accin catlica se justificannicamente en esta perspectiva. Alguien puede pensar en-seguida que bajo este ttulo [la accin social... catlica] slose deba hablar de cajas rurales, de cantinas sociales, de ban-

    99ATP,n. 327.100ATP, n. 84; cf.ATP, 145-146.101Sobre la situacin socio-religiosa de la dicesis de Alba, cf. G. MAGGI,

    Temi politici e sociali nellazione dei cattolici albesi del primo novecento, enAlba Pompeia, o.c., pp. 5-18. El autor se refiere explcitamente a la obra realiza-da por el cannigo Francisco Chiesa y por el P. Alberione, enviados por el obis-po a las parroquias para dar a conocer el documento pontificio Il fermo propo-sito y a comenzar la actividad de la Unin Popular. En 1909, tras un perodo decrisis y de polmicas, los dos enviados comenzaron en la dicesis una intensaaccin de propaganda insistiendo en presentar la Unin Popular como una nece-sidad alternativa al socialismo. Consiguieron notables resultados, pues al final

    de 1911 la Unin Popular estaba presente en 91 parroquias y contaba con 2.352inscritos, 800 ms que el ao anterior.

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    PRESENTACIN 45

    cos. Y no es as, porque estas cosas, aunque pueden incluirsey el clero debe participar en ellas de forma moderada, no

    constituyen el servicio pastoral.

    102

    El P. Alberione, cuando escriba estas pginas, estabacomprometido con el cannigo Francisco Chiesa en propagarla Unin Popular en las diversas parroquias de la dicesis deAlba.103Su orientacin es clara: la presencia del sacerdote-pastor no debe distinguirse por el compromiso; dice noalpuro espiritualismo y dice noal socialismo y al fundamenta-lismo. Los prrocos no deben ser slo hombres de sacrista nislo de la calle. Deben saber estar sabiamente en lo socialpara que toda realidad sea cristificada, incluida la agriculturay la industria naciente en el mbito parroquial.

    Llegados aqu, y teniendo en cuenta los elementos funda-mentales del texto, es posible descubrir en el trmino tota-lidadla idea maestra de la concepcin pastoral del P. Albe-rione, idea que expresa la necesidad de llegar a toda la realidadhumana en su globalidad y a todos los hombres, de toda con-dicin social, con todos los medios que el progreso humano va

    poniendo al alcance del evangelizador para conseguir el fin decristificar a todo el hombre y a toda la historia.104

    La aportacin de su novedad consiste no solamente en lautilizacin de las nuevas mediaciones instrumentales, sinoespecialmente en sus numerosas fundaciones, que en su desa-rrollo histrico estn llamadas a actualizar la nueva pasto-ral en los contenidos y en los medios.

    Conclusin

    El P. Alberione escribi un texto que no puede, evidente-mente, considerarse revolucionario. Es ms bien un testimo-nio de cmo se pueden conjugar tradicin y novedad. Sinprovocar fracturas intiles, introduce nuevos grmenes en la

    102ATP, n. 323.103

    AD, n. 61.104Cf.ATP, nn. 81-82, 86-87.

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    pastoral tradicional que, una vez aplicados, garantizan uncambio notable en el plano de la reflexin y de la praxis.

    Ser sta, por lo dems, la caracterstica que distinguir alP. Alberione a lo largo de su vida de pastor-fundador, unacualidad indudable que debemos heredar los que trabajamosen la Iglesia de Dios al servicio del reino.

    * * *Queremos dar las gracias a todos los que han colaborado

    en este trabajo, especialmente a sor Lucia Varo HJBPy a lospaulinos Andrea Damino y Giancarlo Rocca, que nos facili-taron datos muy tiles, a Antonio F. Da Silva y Eliseo Sgar-bosa por sus sugerencias y su colaboracin en esta introduc-cin, a Luigi Giovannini por la revisin de la obra, y a Mau-rizio Tirapelle por su labor en la parte tcnica.

    VIRGINIA ODORIZZI, HJBPANGELO COLACRAI, SSP

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    ADVERTENCIAS

    1. El texto sobre el que se ha trabajado y que aqu ofrece-mos corresponde a lasegunda edicin(1915). Las notas a piede pgina han sido elaboradas por los editores de la presenteedicin.

    2. Los corchetes indican que los editores han introducidoen el texto palabras o citas que no figuran en el texto origi-

    nario.

    3. Se han respetado las formas gramaticales no habitualesen el lenguaje corriente por respeto al estilo del autor.

    4. Los ndices incluyen: las citas bblicas, segn la numeracin de la Biblia Vul-

    gata;

    los documentos de la Iglesia; los autores de obras mencionados en el texto y de los quese ha completado la cita;

    las asociaciones y las revistas; los nombres propios que se refieren a personas y lugares; los temas tratados (ndice analtico); una lista bibliogrfica sobre la documentacin consultada.

    5. La numeracin marginal remite a las pginas de la edi-cin tpica (II edicin, de 1915) del texto alberoniano. A esanumeracin hacen referencia todas las citas y los ndices alfinal del libro.

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    Reproduccin de la primera pgina del original.

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    Reproduccin de la segunda pgina del original.

    IV

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    PRESENTACIN1

    Conseguir santos sacerdotes para nuestras poblacioneses obra verdaderamente digna de un superior de seminario(el autor es director espiritual de seminario); insistir espe-cialmente en los modos prcticos de ejercitar con celo y

    fruto el ministerio pastoral es obra doblemente encomiable ymuy necesaria en los das que corren. Sean pues benditosestos Apuntes de teologa pastoral del buen telogo Alberio-ne, en los que resplandecen simultneamente la slida doc-trinay el sentido prctico, lo que hace fcil y seguro el ejer-cicio de un verdadero pastor de almas. Que los jvenes, e in-cluso los ancianos, lean estas pginas dictadas por un vivoamor a la virtud, juntamente con el estudio de las normasms adecuadas a nuestros tiempos para hacer florecer la vidacristiana. Y especialmente que el Seor, con la efusin abun-dante de sus gracias ms selectas, haga que sus ministros enla tierra, vencindose a s mismos y apagando toda llamadaa la indolencia y al amor propio, quieran adoptar estas lec-ciones que les propone la Divina Providencia.

    Turn, 2 de febrero de 1913.

    XCardenal A. RICHELMYArzobispo de Turn

    1

    En el ndice original esta presentacin se titula Juicio del Emmo. Card.Richelmy sobre la primera edicin.

    VII

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    PREFACIO A LA PRIMERA EDICIN

    En el ao escolar 1911-12 se pens en dictar algunosconsejos de teologa pastoral a los MM. RR. Alumnos del se-

    gundo curso de las conferencias morales del seminario deAlba. Se deseaba sugerirles algunos apuntes prcticos paravalerse de su piedad, ciencia y celo en beneficio de las almas.

    Los propios alumnos lo haban pedido. Pero dado que quiendeba drselos careca an de la experiencia, que en tal

    asunto vale mucho ms que ningn maestro, se dirigi a die-ciocho de los prrocos de la dicesis con ms celo y mayoredad para que le hicieran sus sugerencias; se sirvi de tra-tados de teologa pastoral, de opsculos, revistas y artculosde peridicos sobre la materia, y fue ayudado en la labor derecogerlos, seleccionarlos, ordenarlos y corregirlos por al-

    gunos otros sacerdotes.A todos ellos se les debe por justicia, y sinceramente,

    agradecimiento y elogio.El resumen de aquellos apuntes se publica ahora por tresrazones: aceptar el consejo y el deseo de varias personasbuenas; dejar a los jvenes sacerdotes que salen ao tras aodel seminario un recuerdo de la instruccin y la educacin

    sacerdotal recibidas en l; obtener de todos los sacerdotes ex-pertos que lean estas pginas las observaciones, correcciones,aadiduras que crean| convenientes. Y esta tercera razn es

    la ms fuerte, puesto que nadie ensea con ms derecho yms competencia que quien ha practicado lo que inculca alos dems. Por eso se ruega muy de corazn al lector a ex-presar su parecer y sus sugerencias, en la seguridad de quetodo se tendr en la debida cuenta y ayudar a que estosapuntes sean menos incompletos. De este modo el autor ha-br colaborado, aunque sea indirectamente, en la gran obrade salvar a las almas.

    Por lo dems, nadie ignora que el campo de la teologapastoral prctica es inmenso; que de hecho se produce tal

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    56 APUNTES DE TEOLOGA PASTORAL

    variedad de casos que es imposible hablar de todos, y que lapropia cura pastoral est atravesando en el presente un pe-

    rodo de transicin muy difcil...Aqu se ofrece solamente un pequeo esbozo de un estu-dio ms extenso que deber realizar quien tenga ciencia, ex-

    periencia y constancia suficientes para resolver los dificil-simos problemas que las condiciones de nuestros tiemposhan creado a los pastores de almas.

    Que Mara Sma., reina y consejera de los Apstoles, ben-diga los trabajos y las habilidades de tantos sacerdotes que

    con el mayor celo trabajan en la mstica via del Seor.[Alba, 1 de agosto de 1912]

    EL AUTOR

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    PREFACIO A LA SEGUNDA EDICIN

    Me decido a publicar esta segunda edicin con cierta in-quietud, ya que la primera, al sermecanografiada, tena ca-rcter privado, de simples anotaciones (me pareca un cua-derno del sacerdote). Esta segunda, impresa, parece en cam-bio exigir un trabajo muy completo, casi cientfico, bien or-denado al menos, con un estilo ms esmerado. Pero me pa-rece que todo esto quitara mucho, si ya no es que impedira

    totalmente, el fruto especial que deseo.Mi finalidad es presentar a los jvenes sacerdotes una

    gua que con la mayor sencillez dirija sus primeros pasos enla vida pblica, pero que sea una gua prctica y segura. Smuy bien que as no tendr el gusto de llegar a un nmeronotable, pero tambin s que stos podrn encontrar lo quebuscan en otros autores cuya lectura aconsejar en su mo-mento. Y no quiero dejar pasar ms tiempo sin recordar la

    mejor obra de pastoral que poseemos actualmente:KRIEG,Ciencia pastoral, en cuatro volmenes, de los que han sidopublicados el primero, Cura especial de almas, y el se-gundo, Catequtica.1

    1C. KRIEG,Scienza Pastorale, Teologia Pastorale, en cuatro libros, versin

    de A. Boni, Marietti, Turn. La obra no se complet. Se publicaron: Curadanime speciale,Marietti, Turn 1913; Catechetica, ossia scienza del catecu-

    menato ecclesiastico, Marietti, Turn 1915; Omiletica o scienza dellevange-lizzazione della Parola di Dio,Marietti, Turn 1920.

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    con otras palabras: Posui vos ut eatis et fructum afferatis etfructus vester maneat.4

    Pesa sobre el sacerdote una gran responsabilidad: un pa-dre de familia responder ante el tribunal de Dios de sus hi-jos, un maestro de sus alumnos y el sacerdote de las almasque puede salvar. El Apstol, casi aterrorizado ante esta res-ponsabilidad, deca: Vae autem mihi si non evangelizavero!5

    Y animaba a los buenos ministros al trabajo: Qui bene prae-sunt presbyteri duplici honore digni habeantur.6Y la dobleremuneracin es: Centuplum accipietis et vitam aeternam

    possidebitis:7

    el ciento por uno de consuelos espirituales enla vida presente y el paraso en la futura.El sacerdote no es un simple docto,ni es un simplesanto;

    es un docto-santo,que se sirve de la ciencia y de la santidadpara hacerse apstol, es decir, para salvar almas.

    La vida prctica.Es innegable que en la vida prctica lossacerdotes, especialmente los jvenes, se encuentran ante

    graves y diversos peligros de perder de vista este justo con-cepto del sacerdote. Y cuntos, desgraciadamente, lo hanperdido! San Alfonso de Ligorio escriba sobre su tiempoque los sacerdotes buenos eran pocos, por no decir poqusi-mos.No s qu dira si escribiera hoy.

    1. Hay quienes creen ser buenos sacerdotes porque reci-tan devotamente el breviario, celebran la santa misa y aadenalguna prctica de piedad. Pero no | se examinan sobre el uso

    del tiempo, sobre el celo, sobre el modo de preparar los ser-mones, de escuchar las confesiones, etc. No son verdaderossacerdotes porque carecen de celo.

    4Jn 15,16: Os design para que vayis y deis fruto y vuestro fruto perma-

    nezca.51Cor 9,16: Ay de m si no evangelizare!.61Tim 5,17: Los presbteros que cumplen bien su misin son merecedores

    de una doble remuneracin.7Cf. Mt 19,29: Recibiris el ciento por uno y heredaris la vida eterna.

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    2. Hay quienes se dedican casi totalmente a obras buenasen favor de los dems, y mientras tratan de ser apstoles y

    luz del mundo, se olvidan de echar aceite en sus lmparas, esdecir, descuidan el estudio y la piedad. Luego, como susfuentes estn secas, decae tambin el celo.

    3. Y hay quienes, aunque cuidan estos dos elementos desu formacin, el estudio y la piedad, cuando se disponen aejercitar el apostolado, o no conocen suficientemente sus ta-reas, con lo que fcilmente se vuelven perezosos, o se entre-gan totalmente a obras externas, olvidando las ms necesa-

    rias, las espirituales; o bien cuidan nicamente stas, dejandoaparte o tal vez despreciando aqullas. De ah los fataleserrores en la orientacin de las obras, el pesimismo en unos yel optimismo en otros, la desproporcin entre el trabajo y elescaso fruto en relacin con los sacrificios hechos. Cuntasutilsimas energas desaprovechadas o atrofiadas!

    Esos son los peligros del clero joven en cuya eliminacino por lo menos disminucin se quiere colaborar con las suge-rencias prcticas que damos aqu.

    Divisin.Se hablar de:1. Cules son los medios que debe usar el sacerdote para

    no slo formarse,sino tambin mantenersecomo hombre deciencia sana y piedad ferviente, de modo que tenga una basesu vida de celo.

    2. Cul es la verdadera idea de la cura de almas, culeslos mediosgeneralesque pueden ayudarla, cmo debe regu-

    lar sus relacionespara abrirse camino en ella, qu atencinexigen ciertas categoras de sacerdotes.3. Entre las obras especiales exigidas por el celo sacer-

    dotal estn los santos sacramentos, la predicacin, las devo-ciones, la accin catlica, etc.

    Advertencias. Aqu no pretendemos decir cosas nuevas,sino slo presentar brevemente muchas de las obras que de-ben realizarse, con algunas reglas prcticas sugeridas porpersonas experimentadas.

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    62 EL PUNTO DE PARTIDA. CAPTULO NICO

    Tampoco queremos elaborar tratados; por ejemplo, ha-blando de predicacin, decir lo que expone un libro de elo-

    cuencia. Se trata slo de ofrecer algunos avisos que no apa-recen en los libros de teologa, de elocuencia o de derechocannico estudiados en el seminario, y que sirven para poneren prctica lo que en esos mismos tratados se ha aprendido.Hasta ahora la teologa pastoral se ha relacionado excesiva-mente y casi se ha confundido con los tratados de teologamoral, de elocuencia o de derecho cannico. Ni especulativani prcticamente hablando son stos sus campospropios.8

    Y permtasenos, aunque slo sea por una vez, suponer allector muy instruido no solamente en teologa y derecho, si-no tambin en elocuencia, en liturgia, en las disposiciones si-nodales, etc., adems de santo y experto en los temas de as-ctica y deseoso siempre de mejorar.

    8Para un estudio ms profundo de la evolucin histrica de la teologa pas-

    toral, cf. M. MIDALI, Teologia pastorale o pratica, cammino storico di una ri-flessione fondante e scientifica, LAS, Roma 1985, pp. 17-44.

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    PARTE PRIMERA

    LOS FUNDAMENTOSDEL CELO

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    INTRODUCCIN

    La Iglesia, con el fin de realizar la misin divina de guiara las almas al cielo, estableci a lo largo de los siglos reglasy normas determinadas, a veces con amenaza de penas, paralos sacerdotes. Pero por poca prctica que se tenga de la vida,se admitir que, desde evitar las penas cannicas a ser sacer-dotes santos y buenos pastores de almas, hay un gran trecho.Podra fcilmente suceder que un prroco estuviera en regla

    ante sus superiores eclesisticos y ante el derecho cannico yver que en pocos aos se vaca su iglesia, que cesa la fre-cuencia de los santos sacramentos, que aumenta la ignoranciad