La Ciencia del Humor

Tres destacados dibujantes y humoristas, Sendra, Crist y Rep, cuentan sus experiencias laborales y hablan sobre la importancia del humor en la vida cotidiana. Y también del humor en la relación entre docentes y alumnos porque, dicen, mejora el proceso de enseñanza-aprendizaje en el aula.

Diálogos

DiálogosCrist, Rep y Sendra

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Miguel Repiso (Rep): Dibujante autodidacta. Nació en 1961 en San Isidro. Colaboró con las revistas Humor, Caras y Caretas, El Brulote, Feriado Nacional, La Sombrilla y Magazine, entre otras, y con el diario El País de España. Actualmente publica en el diario Página 12 y sus suplementos. Es autor de más de 15 libros.

Fernando Sendra:Trabajó en Satiricón y Siete Días, entre otras revistas. Su tira “Yo, Matías”, que publica diariamente el matutino “Clarín”, cautivó a madres y padres. Gran parte del material para sus chistes lo aportaron las vivencias con sus cuatro hijos.

Cristóbal Reinoso (Crist): Nació en Santa Fe en 1946, y está radicado en Córdoba. Publicó en Rico Tipo, Patoruzú, Mengano, Satiricón, Chaupinela y Humor, e integró el grupo fundador de la revista Hortensia. Trabaja en Clarín desde 1973 y ha publicado una decena de libros.PERF

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Recomendado como la mejor medicina para

un buen estado de ánimo, el humor, con sus variantes, es también el método utilizado por muchos docentes para lograr que sus alumnos se interesen por el tema del día en la clase. Por eso ABC indagó en los secretos de la actividad que más benefi cios trae a grandes y chicos. Precisamente, el humor.Para conocer de qué se trata este conocimiento, nada mejor que la fuente: una entrevista a tres dibujantes, maestros del humor gráfi co, premiados a nivel nacional e internacional, que cuentan con una treintena de años de trayectoria, duran-te los cuales han hecho disfrutar a adultos y niños por igual con sus chistes en las tiras de los diarios y en los libros.

ABC: ¿Qué es el humor?Rep: Debería ser una actividad humanística y liberadora. Es una defi nición bastante seria de una actividad que no es sólo para hacer reír sino para hacer refl exionar. Sucede que se confunde humor con comicidad, cuando son dos cosas absolutamente distintas. Yo soy humorista, no cómico. Am-bos trabajamos con las costumbres de la época en la que producimos el material. Nos reímos de las mismas costum-bres, pero el cómico busca la carcajada, la risa colectiva, y el humorista la sonrisa íntima e individual. Hay otra catego-ría que es la sátira, esencial a todos los tiempos y que no se ríe de una costumbre pasajera o de una moda, sino de aquellas cosas que son la esencia del ser humano. A veces

a uno le sale una producción satírica, pero la mayoría de las veces estás trabajando de humorista gráfi co.Sendra: El humor es una forma de expresión y quienes ha-cemos humor tenemos un canal de comunicación que po-siblemente no lo encontremos de otra forma. Cada una de las artes tiene un punto de llegada y de partida que el hu-mor también tiene. Por eso cuando me preguntan cómo se puede hacer humor de cosas serias o graves, siempre digo que el humor parte de algún confl icto. Si uno tiene pocos confl ictos, tiene pocas cosas que decir. Y eso al humorista le signifi ca poca materia prima, como a otro artista.Crist: Defi nir el humor es tan difícil como defi nir el amor. Sirve como mecanismo de defensa. Uno empieza a tener sentido del humor cuando se ríe de sí mismo. Un meca-nismo natural de las personas es hacerse el gracioso para comunicarse con los otros. Cuando los pavos reales quieren mostrarse a la gente, abren la cola. Hay un abanico de seducción y ahí podría entrar el humor en una de las va-riantes más simpática. Una de las características que tiene el humor es romper momentos de solemnidad. Sirve para romper esa estructura sólida, dramática. Por eso los cuen-tistas de los velorios se dan mucho en el interior, como un mecanismo de defensa para romper ese temor a la muerte. El humorista es un observador que no es inocente, ve lo mismo que los otros, pero da un paso al costado y desde ahí mira la situación. Máximo, un dibujante español, dice que el humor gráfi co es un género literario porque tiene un

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La escuela primaria no enseña una actividad eminen-temente humana que es el arte. Nos enseñan la histo-ria de las batallas y del poder, pero no la del arte. De esa manera podríamos desarrollar más sensibilidad, leer la historia del hombre con más honestidad y no haciéndole el favor a la historia de los vencedores. La historia del arte es la de los ganadores, de los perde-dores, la del inconsciente humano. Es embellecedora del quehacer humano y uno llegaría en mejor manera a ver a sus propios artistas, a los que elige, no a los que le imponen. Pero para eso hay que saber historia del arte. Por eso escribí el libro “Bellas Artes”, para difundir ese conocimientoHay que hacer una historia del arte en la escuela primaria: empezar por las cuevas y terminar con la actualidad. Como se enseña la historia universal: primero la prehistoria, después los egipcios, los roma-nos, la edad media, contemporánea y luego historia argentina. Tendría que ser el mismo desarrollo en la primaria y luego, ¿por qué no?, en la secundaria. Uno cuando estudia las batallas no puede hacer de guerre-ro y desplegar un mapa y jugar a que es un militar. En cambio, en la historia del arte uno puede acompañar pintando, copiando, recreando obras. También puede ser que el chico utilice esa herramienta de la historia del arte para algo lúdico. Es una cosa maravillosa y me encantaría poder trabajar en la preparación de eso alguna vez.

Propuestas

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argumento y eso es literatura. Creo que tiene razón, por más que yo pertenezca a otra clase de dibujante donde la gráfica es más del 50 por ciento. ABC: ¿Para qué sirve?Rep: ¿Acaso sirven el drama, la comedia, el cine, las artes plásticas?, ¿sólo sirve lo que es tangible y lo que tiene alguna utilidad práctica y evanescente? Ésta es una cultura de la productividad y todo lo que tenga que ver con lo inte-lectual pareciera que no sirve. No estoy de acuerdo, creo que el ser humano avanza o retrocede, o cambia por las dos actividades, las prácticas y las del pensamiento, no hay una cosa más útil que otra. ¿Qué es más útil, Shakespeare o un tornero?Sendra: Sirve como arte para decir algo sin saber lo que uno dice para que el otro lo entienda sin saber lo que está entendiendo. Es una comunicación más allá de lo conscien-te. El humor tiene la posibilidad de que un dato ingrese por un lugar que lo sorprende. Nos resulta más fácil identificar una manzana entre corbatas que en la heladera, porque fuera de su contexto natural, las cosas son más sorpren-dentes. La función del humor es ésa: poner algo fuera del contexto natural para sorprendernos y resaltar, de alguna forma, una idea. Crist: El arte es interpretación, nunca es verdadero. Por más que sea hiperrealista, jamás va a ser la realidad con-creta en tres dimensiones, con aroma y todo. La pintura siempre será interpretación, en dos dimensiones. Jamás La Gioconda va a ser una persona, jamás el Guernica va a llegar a trasladar lo que fue el horror del bombardeo. Los humoristas tratamos de encontrar respuestas dignas a las mismas preguntas y llegamos a la conclusión de que el dibujo nuestro en el diario es el edulcorante de la realidad. El diario tiene dos páginas, la primera plana con los temas de la realidad, que son terribles, y después, la versión que le damos nosotros con la contratapa. Ahora ¿quién nos da a nosotros el Uvasal para digerir los temas y después trans-formarlo en eso, en el tema final que realizamos? Eso es interesante, porque lo tenemos que mandar digerido.

El poder del humor y sus contextos

ABC: ¿Hay un poder del humor?Rep: Debería ser el de liberar de la angustia y de la toxi-cidad del sentido común. Siempre que hubo política hubo humor político, así que siempre debe haber existido, desde Eurípides. Pero lo que vemos últimamente, en el último si-glo y pico, es el humor político dentro de los medios. Los medios multiplican a la farándula política y, por ende, multi-plican la reacción humorística dentro de lo que es la políti-ca. El humor político convive con el poder político y no trata de derrocarlo o destruirlo. Más salvaje fue con las dictadu-

ras, pero en las democracias liberales se trata de convivir y de no herir de muerte al poder que se critica. Al poder, más que el humor, le molesta el malhumor de la gente.Sendra: Creo que tiene más que ver con los medios que con el humor, con la posibilidad de que algo se publique. En ese sentido, tiene poder algo que se difunde, pero ya está fuera de la pieza humorística en sí. A lo mejor tiene poder el medio donde uno trabaja, y si uno consigue a través de ese medio publicar sus ideas, de alguna forma tiene una pequeña pátina de poder. Pero es un poder relativo, porque si tu opinión es transgresora a un punto intolerable para el medio donde vos trabajás, en algún momento te van a decir su trabajo es muy bueno pero hágalo en otra parte.Crist: El humor es también nuestro medio de vida. Es un trabajo. Ahora nos dicen humoristas gráficos, que parece más pomposo, más pretencioso. Antes, en la época de Oski, Divito, Garaycochea, Rico Tipo, Patoruzú, que fueron nuestros maestros, eran todos dibujantes. Esa definición como humorista gráfico nació en los años 60, una intelec-tualización. Tal vez hubo una jerarquización de tipos como Quino, que realmente lo elevaron un poco más. También el nivel del público y de la crítica creció. Empezaron a descubrir que las tiras cómicas eran también inteligentes y opinaban, que para nosotros fue todo un descubrimiento. Entonces aparecían críticos, semiólogos, que nos explicaban qué era lo que hacíamos nosotros. A mí me resultaba gracioso. Nos daban argumentos acerca de lo que hacíamos y, en ese tipo de estudios, aparecían todas estas novedades de que ejercemos cierto poder. Pero antes éramos más ingenuos, trogloditas del dibujo. Me acuerdo que Dorfman y Mattelart explicaban que el Tío Patilludo de Donald era representante del capitalismo. Y debe ser cierto porque se tiraba a nadar arriba de las monedas. Yo me preguntaba ¿cómo puede hacer para nadar en las monedas?, un planteo que se hacen los chicos, ¿cómo hará para meterse debajo de las monedas, para nadar en esa sala llena de plata?, porque debe costar trabajo…ABC: ¿Cómo se utiliza en la Argentina la expresión humo-rística?Rep: No vislumbro demasiadas diferencias entre el humor de un uruguayo y un porteño, pero sí entre un jujeño y un porteño. ¿Qué es el país, Latinoamérica, Occidente? Me parece que somos occidentales y que tenemos diferentes barrios dentro de Occidente. Yo relativizaría si hay un humor argentino. Me parece que hay humores regionales y, según las costumbres y los tiempos, la gente se ríe de cosas que le son comunes. El humor más universal del mundo es algo que habla de lo esencial del hombre o de códigos comparti-dos de la mayor cantidad de gente. Woody Allen hace reír a la gente urbana, pero es muy posible que sus chistes sobre el psicoanálisis no hagan reír a la gente de la zona rural.

Hay artes que están establecidas y que tienen hasta musas propias. Son las tradicionales: la música, la pin-tura, la danza. Pero no podemos negar que muchas veces nos sorprendemos cuando vemos a una perso-na haciendo una actividad que nos resulta novedosa, totalmente diferente. Por ejemplo, me atrevería a de-cir que lo que hace “De La Guarda” no es danza ni teatro, es una cosa nueva que surge por la necesidad del hoy y de golpe nos sorprende. O nos sorprende “Cirque du soleil” cuando hace un circo totalmente novedoso, que responde a una cosa nueva. O cuando vemos un tipo que a lo mejor hace una cosa tan sim-ple como decoración de interiores, pero que lo lleva a un punto que ningún otro decorador en el mundo lo podría igualar. De golpe vemos que hay gente que lleva su oficio a un punto inimaginable. Que incluso hasta pierde utilidad como decoración, o cuando, por ejemplo, pone a las modelos en las pasarelas con unos vestidos insoportables a la vista y al uso y a todo, pero que son la expresión de ese modisto o modista que tiene el placer de hacer algo totalmente inservible. El humor también es un arte inigualable.

El arte inigualable

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Por eso no estoy muy de acuerdo con que haya un humor ar-gentino. Yo hago un humor urbano, de una ciudad portuaria en un país centralista. Me río de las cosas que hacen reír a cierta gente del sur de Europa, de España e Italia. Pero veo también que empieza a invadirnos lo anglosajón por medio de la televisión. Así que toda esa mezcla hace este humor urbano en el cual uno trabaja. Sendra: Hace más de 20 de años que yo siento una gran libertad para trabajar. Siento que el humor en algunos lugares está sesgado por alguna mano superior a la del dibujante. Pero no puedo decir que eso me haya pasado. Creo que en gráfica el poder pasa por otro lado, por traccio-nar lectores hacia el medio. El humor tiene cierto grado de fascinación para la gente, que hace que entre a una nota a través del humor. Si hay un chiste, la gente lee primero el chiste y después la nota. Como un lugar donde traccionar lectores, el humor es un lugar de poder. Pero es un poder etéreo, no en el sentido del valor de la denuncia sino en función de ser algo que a la gente le gusta. A la vez, hay algo curioso en el humor: no se entiende al dibujante cada día sino tras una cantidad de años. Porque cada día varía el tema sobre el cual dibuja, pero en el concierto de los años refleja una postura frente a la realidad. La suma de todos sus dibujos revela el grado de coherencia. Lo bueno y lo malo está en la realidad, no en el dibujo.Crist: El humor es universal. Tenés sentido del humor o no, tenés ingenio o no. Los cordobeses quieren adjudicarse un patrimonio del humor, de la gracia; me parece bien, pero de ahí a que hayan inventado el humor, hay un largo trecho. Siempre se busca algo folklórico para definir una situación. La revista Hortensia ayudó a que la identidad del humor pasara por Córdoba, pero siempre hubo gente ingeniosa en la calle, son realmente pícaros, te sobran. Yo más que gozarlos, al principio, los padecí porque te toman el pelo, pero es un humor dentro de todo más ingenuo. En Buenos Aires es más agresivo, la gente es más dura.

El humor gráfico y la escuela

ABC: ¿Cómo influye el humor en el aprendizaje escolar?Rep: Es una actividad humana que no se puede soslayar en la educación, es como soslayar los momentos serios. La educación está más llena de momentos serios y sacra-lizadoramente serios, supuestamente serios, que muchas veces es vecino de la solemnidad, y el humor –precisamen-te- ataca esa solemnidad. Cuando alguien tiene el poder de enseñar por sobre los que van a ser enseñados, se da cuenta que está utilizando ese poder de lo que sabe, está enseñando, y se toma las cosas demasiado serias. Entonces debería hacer algún tipo de maniobra como para determinar que también está del lado de los que van a ser

Yo trabajo en Clarín desde 1973, 35 años publicando todos los días. Al principio las tiras que hacía se po-dían publicar en la Biblia o en Playboy, con todo lo que entre en el medio, porque eran chistes mudos, atemporales. Pero después, para que formara parte del diario, la viñeta tuvo que reflejar algo de las noticias, algo de lo que habla el medio. Eso se va aprendiendo, es un oficio.Una vez intenté enseñarle a dibujar a los chicos. Tuve que hacerme mi propio método, cada clase era inven-tada y ahí me di cuenta en el lío que me estaba me-tiendo, porque si uno pretende que el otro aprenda, es mucho trabajo. No es sólo sentarlo a que dibuje, hay que explicar muchísimas cosas. Es muy difícil la docencia. Para colmo fue en 2001: la situación eco-nómica era terrible, e incluso yo le tenía que pagar el ómnibus a los chicos para que vinieran a la escuela. Además, me di cuenta que así solo y sin un programa no podía, tenía que estructurarlo. Hay pasos elemen-tales que tienen que ir en progreso y despertar no sólo el interés permanente. Me di cuenta que yo tenía que estudiar también, volver a repasar las cosas que ni siquiera me daba cuenta que sabía. Tenía que volver a estudiar y darme cuenta de cuáles eran las partes de un chiste gráfico que tiene un texto y del componente de la gráfica y de qué es lo más importante.

Experiencias

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enseñados, porque el que enseña también tiene que seguir aprendiendo, y decir no se crean que yo sé todo y hacer algún tipo de movimiento humorístico como para relativizar y, por sobre todas las cosas, humanizar. Nadie que tiene el poder de saber más que el otro debe tomarse en serio ni debe ejercer por eso un miedo, y para eso debería utilizarse más un lenguaje humorístico.Sendra: Yo siempre digo que el Ministerio de Educación utiliza la matemática, la historia, la geografía y la lengua para juntar con esa excusa a todos los chicos en la es-cuela y que aprendan en los recreos. El recreo es el lugar donde más se aprende, porque se aprenden las cosas más importantes de la vida que son el amor, la tradición, el odio, la amistad, la libertad, un montón de valores que los consolidamos en esos espacios de diversión. Por eso creo que el humor tiene mucho que ver, porque es el punto de juego donde la realidad está incluida. Cualquier aporte que desestructure, que vuelva las cosas más deseables y no obligatorias, hace muy bien al vínculo de las partes. El humor da un matiz humano a la relación entre profesor y alumno. Uno recuerda a los profesores con sentido del humor, porque cuando uno se anima a jugar con las cosas es porque siente que las domina. Y el alumno res-peta a quien hace humor con algo, porque se da cuenta que domina la materia. Yo tuve el gusto de ver docentes que habían tomado el personaje mío como eje de edu-cación para todo el año por varios motivos, entre ellos, porque percibieron que a través de un personaje los chicos se ablandan, se abren más. Muchas veces me piden tiras mías para libros de educación de diferen-tes materias.Crist: A los docentes mu-chas veces les cuesta que los alumnos presten aten-ción o estudien y, a veces, el humor puede tornar más atractiva la enseñanza. Pero si vos le das un ambiente jocoso al aula, cuesta luego imponer disciplina. Por eso tiene que ir en cuentagotas para no hacer una parranda. Dosifi car el humor en una clase es la sabiduría de quien enseña. Recuerdo profesores del colegio secundario que eran asombrosos en esa dosi-fi cación. Especialmente un pro-fesor de Física en tercer año. A mí no me interesaba mucho la

física, yo dibujaba. Hacía caricaturas de compañeros, del profesor. Era algo inocente pero de alguna forma le boicotea-ba la clase, porque el resto le prestaba menos atención. Un día paró la clase y dijo a ver, mostrame, eso es muy lindo. Voy a hacer un trato con vos. Me encantan las caricaturas estas, pero para evitar problemas, te voy a califi car como profesor de dibujo. En cada clase, me vas a mostrar todo 15 minutos antes de terminar y vamos a gozar todos de esta cosa paralela que hacés, pero no me vas a interrumpir. Y fue al único profesor que logré entenderle por qué “todo cuerpo sumergido en el seno de la masa líquida recibe un empuje de abajo hacia arri-ba igual al peso del líquido desalojado”, porque me empezó a interesar. Fue muy hábil el trato que hizo conmigo.

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los consolidamos en esos espacios de diversión. Por eso creo que el humor tiene mucho que ver, porque es el punto de juego donde la realidad está incluida. Cualquier aporte que desestructure, que vuelva las cosas más deseables y no obligatorias, hace muy bien al vínculo de las partes. El humor da un matiz humano a la relación entre profesor y alumno. Uno recuerda a los profesores con sentido del humor, porque cuando uno se anima a jugar con las

imponer disciplina. Por eso tiene que ir en cuentagotas para no hacer una parranda. Dosifi car el humor en una clase es la sabiduría de quien enseña. Recuerdo profesores del colegio secundario que eran asombrosos en esa dosi-fi cación. Especialmente un pro-fesor de Física en tercer año. A mí no me interesaba mucho la