FACULTAD DE HUMANIDADES
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
DOCENTE:
Marisol López Alegre
CURSO:
Computación 1
ALUMNA:
Cruzado Montalván, Rosalía
Trujillo-Perú
2013
i
Tabla de contenidos
1. DEFINICIÓN: 1
2. CARACTERITICAS: 1
2.1. EL DESEO DE MORIR. 1
2.2. LA REPRESENTACIÓN SUICIDA. 1
2.3. LAS IDEAS SUICIDAS. 2
2.4. LA AMENAZA SUICIDA. 2
2.5. EL GESTO SUICIDA. 2
2.6. EL INTENTO SUICIDA. 2
2.7. EL SUICIDIO FRUSTRADO. 3
2.8. EL SUICIDIO ACCIDENTAL. 3
2.9. SUICIDIO INTENCIONAL. 3
3. EPIDEMIOLOGÍA 3
4. CAUSAS 5
5. MÉTODOS 7
6. ASPECTOS CLINICOS 7
6.1. SUICIDIO CONSUMADO: 7
6.2. TENTATIVA DE SUICIDIO 9
7. FACTORES DE RIESGO SUICIDA 10
7.1. INDIVIDUALES: 10
7.2. FAMILIARES: 11
7.3. FACTORES SOCIALES 12
8. DETECCIÓN DE LOS COMPORTAMIENTOS SUICIDAS 14
9. PREVENCIÓN 15
9.1. TRATAMIENTO DE LOS INTENTOS DE SUICIDIO 16
ii
10. IMPACTO DEL SUICIDIO 17
11. PERFIL DE UN SUICIDA: 18
12. CONCLUSIÓN: 20
TABLA DE ILUSTRACIONES
ILUSTRACIÓN 1: SOLEDAD................................................................................................................................... 1
ILUSTRACIÓN 2: INTENTOS .................................................................................................................................. 2
ILUSTRACIÓN 3: MUERTE ................................................................................................................................... 3
ILUSTRACIÓN 4: DECISIONES ............................................................................................................................... 4
ILUSTRACIÓN 5: AUSENTISMO ............................................................................................................................. 7
ILUSTRACIÓN 6: PESADILLA ................................................................................................................................. 9
ILUSTRACIÓN 7: MÚLTIPLES FACTORES ................................................................................................................ 12
iii
INTRODUCCIÓN
El suicidio ocupa un lugar entre las primeras 10 causas de muerte en las estadísticas de la
Organización Mundial de la Salud. Se considera que cada día se suicidan en el mundo al
menos 1 110 personas y lo intentan cientos de miles, independientemente de la geografía,
cultura, etnia, religión, posición socioeconómica, etcétera. Cualquier sujeto puede, en
determinado momento de su existencia, sentir que la vida no tiene sentido por diversas
causas, como la enfermedad física o mental, la pérdida de una relación valiosa, un
embarazo oculto o no deseado, la soledad, las dificultades cotidianas en personalidades
poco tolerantes, lo que convierte el suicidio en la mejor y única opción para ellos.
El suicidio es un fenómeno complejo que incluye componentes biológicos, psicológicos,
interpersonales, cognitivos, intrapsíquicos, conscientes e inconscientes, culturales,
sociológicos, filosóficos y morales. Es por esta irreducible multicausalidad que las
estrategias de prevención del suicidio deben ser también múltiples y deben aplicarse en
conjunto para lograr efectividad.
No existe “la solución” en la prevención del suicidio y nuestro mejor abordaje del
problema se centra en un enfoque multidisciplinario, basado en la investigación científica
del suicidio y del comportamiento suicida y apuntando hacia la salud individual y la salud
pública.
Comportamiento Suicida
1 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
Comportamiento suicida
1. DEFINICIÓN:
El comportamiento suicida abarca los gestos suicidas, los intentos de suicidio y el
suicidio consumado. Los planes de suicidio y las acciones que tienen pocas
posibilidades de llevar a la muerte son llamados gestos suicidas. Las acciones suicidas
con intención de muerte pero que no logran su propósito se llaman intentos de
suicidio. Algunas personas que intentan suicidarse son descubiertas a tiempo y
salvadas. Otras personas que intentan suicidarse tienen sentimientos contradictorios
acerca de la muerte y el intento puede fallar porque en realidad es una petición de
ayuda combinada con un fuerte deseo de vivir. Finalmente, un suicidio consumado
tiene como resultado la muerte. Todos los pensamientos y los comportamientos
suicidas, ya se trate de gestos o de tentativas, deben ser tomados en serio.
El comportamiento autodestructivo puede ser directo o indirecto. Los gestos suicidas,
los intentos de suicidio y el suicidio consumado son ejemplos de comportamiento
autodestructivo directo. El comportamiento autodestructivo indirecto implica la
participación, generalmente de modo repetido, en actividades peligrosas sin que
exista una intención consciente de morir. Ejemplos de comportamiento
autodestructivo indirecto incluyen el abuso del alcohol y de las drogas, el abuso del
tabaco, el comer con exceso, el descuido de la propia salud, la automutilación, el
conducir un vehículo de modo temerario y el comportamiento criminal. De las
personas con comportamiento autodestructivo indirecto se dice que tienen un “deseo
de muerte”, pero generalmente existen
muchas razones para ese
comportamiento.
2. CARACTERITICAS:
2.1. El deseo de morir.
Representa la inconformidad e
insatisfacción del sujeto con su modo de vivir en el momento presente y que
puede manifestar en frases como: 'la vida no merece la pena vivirla', 'lo que
quisiera es morirme', 'para vivir de esta manera lo mejor es estar muerto' y otras
expresiones similares.
2.2. La representación suicida.
Ilustración 1: Soledad
Comportamiento Suicida
2 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
Constituida por imágenes mentales del suicidio del propio individuo, que también
puede expresarse manifestando que se ha imaginado ahorcado o que se ha
pensado ahorcado.
2.3. Las ideas suicidas.
Consisten en pensamientos de terminar con la propia existencia y que pueden
adoptar las siguientes formas de presentación:
Idea suicida sin un método específico, pues el sujeto tiene deseos de matarse
pero al preguntarle cómo lo va a llevar a efecto, responde: 'no sé cómo, pero lo
voy a hacer'.
Idea suicida con un método inespecífico o indeterminado en la que el individuo
expone sus deseos de matarse y al preguntarle cómo ha de hacerlo,
usualmente responde: 'De cualquier forma, ahorcándome, quemándome,
pegándome un balazo.'
Idea suicida con un método específico no planificado, en la cual el sujeto desea
suicidarse y ha elegido un método determinado para llevarlo a cabo, pero aún
no ha ideado cuándo lo va a ejecutar, en qué preciso lugar, ni tampoco ha
tenido en consideración las debidas precauciones que ha de tomar para no ser
descubierto y cumplir con sus propósitos de autodestruirse.
El plan suicida o idea suicida planificada, en la que el individuo desea
suicidarse, ha elegido un método habitualmente mortal, un lugar donde lo
realizará, el momento oportuno para no
ser descubierto, los motivos que sustentan
dicha decisión que ha de realizar con el
propósito de morir.
2.4. La amenaza suicida.
Consiste en la insinuación o afirmación
verbal de las intenciones suicidas, expresada
por lo general ante personas estrechamente
vinculadas al sujeto y que harán lo posible por impedirlo. Debe considerarse como
una petición de ayuda.
2.5. El gesto suicida.
Es el ademán de realizar un acto suicida. Mientras la amenaza es verbal, el gesto
suicida incluye el acto, que por lo general no conlleva lesiones de relevancia para
el sujeto, pero que hay que considerar muy seriamente.
2.6. El intento suicida.
Ilustración 2: Intentos
Comportamiento Suicida
3 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
También denominado parasuicidio, tentativa de suicidio, intento de
autoeliminación o autolesión intencionada. Es aquel acto sin resultado de muerte
en el cual un individuo deliberadamente, se hace daño a sí mismo.
2.7. El suicidio frustrado.
Es aquel acto suicida que, de no mediar situaciones fortuitas, no esperadas,
casuales, hubiera terminado en la muerte.
2.8. El suicidio accidental.
El realizado con un método del cual se desconocía su verdadero efecto o con un
método conocido, pero que no se pensó que el desenlace fuera la muerte, no
deseada por el sujeto al llevar a cabo el acto. También se incluyen los casos en los
que no se previeron las complicaciones posibles, como sucede en la población
penal, que se auto agrede sin propósitos de morir, pero las complicaciones
derivadas del acto le privan de la vida (inyección de petróleo en la pared
abdominal, introducción de alambres hasta el estómago o por la uretra, etc.).
2.9. Suicidio intencional.
Es cualquier lesión autoinfligida deliberadamente realizada por el sujeto con el
propósito de morir y cuyo resultado es la muerte. En la actualidad aún se debate
si es necesario que el individuo desee morir o no, pues en este último caso
estaríamos ante un suicidio accidental, en el que no existen deseos de morir,
aunque el resultado haya sido la muerte.
De todos los componentes del comportamiento suicida, los más frecuentes
son las ideas suicidas, los intentos de suicidio y el suicidio consumado, sea
accidental o intencional.
Las ideas suicidas son muy frecuentes en la adolescencia sin que ello
constituya un peligro inminente para la vida, si no se planifica o se asocia a
otros factores, llamados de riesgo, en cuyo caso adquieren carácter mórbido
y pueden desembocar en la realización de un acto suicida.
El intento de suicidio es muy común entre los adolescentes con
predisposición para esta conducta y se considera que por cada adolescente
que comete suicidio, lo intentan cerca de trescientos.
3. EPIDEMIOLOGÍA
Como las estadísticas de suicidio se basan
principalmente en los certificados de
defunción y en las pesquisas judiciales,
existe seguramente una subestimación de
Ilustración 3: Muerte
Comportamiento Suicida
4 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
la verdadera incidencia. Aun así, el suicidio se encuentra entre las 10 primeras causas
de muerte. El suicidio es la causa del 30 por ciento de las muertes entre los
estudiantes universitarios y del 10 por ciento de las muertes en personas entre 25 y 34
años. Es la segunda causa de muerte entre los adolescentes. Sin embargo, más del 70
por ciento de las personas que se suicidan son mayores de 40 años y la frecuencia
aumenta dramáticamente en los mayores de 60 años, sobre todo en los varones. Las
tasas de suicidio son mayores en las áreas urbanas que en las rurales.
En contraste, los intentos de suicidio son más frecuentes antes de llegar a la mediana
edad. Los intentos de suicidio son particularmente frecuentes entre las adolescentes
solteras y entre los solteros alrededor de los 30 años. Aunque las mujeres intentan
suicidarse con una frecuencia tres veces mayor que los hombres, éstos consuman el
suicidio en una proporción cuatro veces mayor que ellas.
Las personas casadas tienen menos probabilidades de intentar o de llevar a cabo un
suicidio que las personas separadas,
divorciadas o viudas que viven solas. Los
suicidios son más frecuentes entre los
familiares de quienes han realizado un intento
o se han suicidado.
Muchos suicidios ocurren en las cárceles,
particularmente entre los varones jóvenes que
no han cometido crímenes violentos. Estas
personas generalmente se ahorcan, a menudo
durante la primera semana de cárcel. Los
suicidios en grupo, tanto si implican un gran
número de personas como si sólo son dos
(como un par de enamorados o cónyuges), representan una forma extrema de
identificación con la otra persona. Los suicidios de grandes grupos de gente tienden a
ocurrir en situaciones con una gran carga emocional o en los fanatismos religiosos que
superan el fuerte instinto de supervivencia.
Las tasas de suicidio entre abogados, dentistas, médicos (especialmente del sexo
femenino) y personal militar son mayores que en la población general. La intoxicación
con fármacos es una forma frecuente de suicidio entre los médicos, posiblemente
porque pueden obtener los fármacos con facilidad y saben cuál es la dosis letal.
El suicidio ocurre con menos frecuencia entre los miembros practicantes de grupos
religiosos (particularmente los católicos), que generalmente se apoyan en sus
creencias, tienen lazos sociales cercanos que les protegen de la autodestrucción y
además tienen prohibido por sus creencias el cometer tal acto. Sin embargo, la
afiliación religiosa y las creencias profundas no impiden necesariamente la realización
Ilustración 4: Decisiones
Comportamiento Suicida
5 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
de actos suicidas por motivos de frustración, ira y desesperación, especialmente
cuando se acompañan de sentimientos de culpabilidad o de indignidad.
Una de cada seis personas que se suicida deja una nota escrita. Las notas a menudo
hacen referencia a relaciones personales o a acontecimientos que deben suceder
después de haber muerto la persona. Las notas escritas por las personas de edad
avanzada a menudo expresan preocupaciones por los que dejan atrás, mientras que
las notas escritas por los jóvenes pueden ser de enfado o de reivindicación. Una nota
dejada por alguien que intenta suicidarse pero no lo consigue indica que el intento fue
premeditado; el riesgo de que lo vuelva a intentar es, por lo tanto, elevado.
4. CAUSAS
La conducta suicida generalmente resulta de la interacción de varios factores:
Trastornos mentales (fundamentalmente depresión y abuso de sustancias).
Factores sociales (desilusión, pérdida y ausencia de apoyo social).
Trastornos de la personalidad (impulsividad y agresión).
Una enfermedad orgánica incurable.
Más de la mitad de la gente que se suicida está deprimida. Los problemas
matrimoniales, una relación amorosa rota o problemática o una reciente pérdida
personal (particularmente entre las personas de edad avanzada) pueden precipitar la
depresión. A menudo, un factor como la ruptura de una relación personal, se
considera la gota que desborda el vaso. La depresión combinada con una enfermedad
orgánica puede llevar a intentar el suicidio. Una minusvalía física, especialmente si es
crónica o dolorosa, tiene mayor probabilidad de acabar en un suicidio consumado. La
enfermedad orgánica, especialmente aquella que es grave, crónica y dolorosa, tiene
un papel importante en cerca del 20 por ciento de los suicidios entre las personas de
edad avanzada.
El suicidio es a menudo el acto final de una serie de comportamientos
autodestructivos. El comportamiento autodestructivo es especialmente frecuente
entre las personas con experiencias traumáticas en su niñez, especialmente las que
padecieron abusos o negligencia o el sufrimiento de un hogar monoparental, quizás
porque éstas son más propensas a tener mayores dificultades en establecer relaciones
profundas y seguras. Los intentos de suicidio son más probables entre mujeres
maltratadas, muchas de las cuales también sufrieron abusos de niñas.
Comportamiento Suicida
6 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
El alcohol incrementa el riesgo de conducta suicida porque agrava los sentimientos
depresivos y disminuye el autocontrol. Alrededor de la mitad de los que intentan el
suicidio están intoxicados en el momento de hacerlo. Puesto que el alcoholismo por sí
mismo, particularmente si hay ingestión exagerada de forma aguda, causa a menudo
sentimientos profundos de remordimiento en los periodos entre una ingestión y otra,
los alcohólicos son particularmente propensos al suicidio incluso cuando están sobrios.
La autoagresión violenta puede ocurrir durante un cambio de humor hacia una
depresión profunda pero transitoria. Los cambios de humor pueden estar causados
por fármacos o por enfermedades graves. Una persona que está experimentando un
cambio de su humor hacia la depresión es, con frecuencia, consciente sólo de modo
parcial, y probablemente después, recuerde sólo vagamente su intento de suicidio. Los
que padecen epilepsia, especialmente aquellos con epilepsia del lóbulo temporal, con
frecuencia experimentan episodios depresivos breves pero intensos lo que, unido a la
disponibilidad de fármacos para tratar su enfermedad, incrementa el factor de riesgo
para la conducta suicida.
Además de la depresión, existen otros trastornos mentales que aumentan el riesgo de
suicidio. Por ejemplo, los esquizofrénicos, particularmente los que también están
deprimidos (un problema bastante frecuente en la esquizofrenia), son más propensos
a intentar el suicidio que aquellos que no tienen dicho trastorno. Los métodos de
suicidio que eligen los esquizofrénicos pueden ser insólitos y con frecuencia violentos.
En la esquizofrenia los intentos de suicidio acaban generalmente en la muerte. El
suicidio puede ocurrir en las primeras fases de la enfermedad y puede ser la primera
indicación clara de que la persona padecía esquizofrenia.
Las personas con trastornos de la personalidad están también en riesgo de suicidarse,
especialmente las inmaduras, con poca tolerancia a la frustración y que reaccionan al
estrés de modo impetuoso con violencia y agresión. Estas personas pueden beber
alcohol en exceso, abusar de drogas o cometer actos criminales. La conducta suicida se
exacerba a veces por el estrés que inevitablemente conlleva la ruptura de relaciones
problemáticas y las cargas que supone el establecer nuevas relaciones y estilos de
vida. Otro aspecto importante en los intentos de suicidio es el método de la ruleta
rusa, en el que la gente decide dejar que sea la suerte la que determine el desenlace.
Algunos individuos inestables encuentran emocionantes las actividades peligrosas que
implican flirtear con la muerte, como conducir un vehículo de modo temerario o los
deportes peligrosos.
Comportamiento Suicida
7 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
5. MÉTODOS
El método escogido por una persona para suicidarse es a menudo determinado por la
disponibilidad y por los factores culturales. También puede reflejar la seriedad del
intento, puesto que algunos métodos, como saltar desde un edificio alto, hacen que
sea virtualmente imposible sobrevivir, mientras que otros, como la sobredosis
farmacológica, dejan abierta la posibilidad del rescate. Sin embargo, el usar un método
que demuestra no ser mortal no indica necesariamente que el intento de la persona es
menos serio.
La sobredosis de fármacos es el método usado con más frecuencia en los intentos de
suicidio. Dado que los médicos no prescriben barbitúricos a menudo, ha descendido el
número de sobredosis con estos fármacos; sin embargo, está aumentando el número
de sobredosis con otros fármacos psicotrópicos como los antidepresivos. La sobredosis
de aspirina ha descendido desde más del 20 por ciento de los casos hasta
aproximadamente el 10 por ciento. En cerca del 20 por ciento de los suicidios se usan
dos métodos o más o una combinación de fármacos, lo que aumenta el riesgo de
muerte.
Entre los suicidios consumados, el arma de fuego es el método más usado en los
países donde su tenencia es legal. Es un método usado predominantemente por niños
y varones adultos. Las mujeres son más propensas a usar métodos no violentos, como
el envenenamiento (o la intoxicación farmacológica) y la inmersión, aunque en los
últimos años han aumentado los suicidios por arma de fuego entre las mujeres. Los
métodos violentos, como las armas de fuego o los ahorcamientos, son poco utilizados
por aquellas personas que sólo quieren llamar la atención porque generalmente
conducen a la muerte.
Un acto suicida a menudo contiene evidencias de agresión hacia otros, como puede
verse en los asesinatos seguidos por un suicidio y en la alta incidencia de suicidios
entre los prisioneros que cumplen condena por crímenes violentos.
6. ASPECTOS CLÍNICOS
6.1. Suicidio consumado:
El suicidio consumado suele producirse más
a menudo en los últimos años de la
adolescencia. En muchos países
industrializados, el suicidio es la segunda
Ilustración 5: Ausentismo
Comportamiento Suicida
8 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
causa de muerte en población de edades comprendidas entre los 15 y los 24 años,
siendo la primera los accidentes de circulación. Se ha señalado (7) que en los niños y
adolescentes las tasas de suicidios aumentaron entre los años 1979 y 1992, pero
disminuyeron entre los años 1998 y 1999. En Francia, el 7,9% del conjunto de
fallecimientos por suicidio afectaba a jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y
los 24 años. La mortalidad media por suicidio en dicho período de edad es de 7,7 por
100.000; en Estados Unidos, es de 1,5 por 100.000 a los 10-14 años y de 8,2 por
100.000 a los 15-19 años. La relación por sexos es de 8 varones por dos chicas. Los
métodos usados tienen un fuerte potencial letal: ahorcamiento, armas de fuego,
defenestración.
La relación de los actos suicidas (suicidios consumados) con los trastornos
psicopatológicos es muy clara. Así, en un estudio realizado en 1991 se pudo
establecer que sobre 53 suicidios de adolescentes de 13-19 años, un 94% presentaba
algún tipo de trastorno psiquiátrico. Desglosando por categorías diagnósticas se
obtuvieron los siguientes datos: 51% tenían depresión; 26% alcoholismo y un 21%
tenían trastornos adaptativos. Además, uno de cada 3 suicidados presentaba un
trastorno de la personalidad. De ello se infiere la importante correlación existente
entre actos suicidas y trastornos mentales. De éstos, los estados depresivos (depresión
mayor, trastorno adaptativo depresivo) resultan los más importantes. Debe
destacarse, sin embargo, la circunstancia de que una proporción considerable de los
adolescentes que se suicidaron no habían recibido ningún tipo de atención psicológica
antes del acto.
Se ha constatado, además que el suicidio consumado puede producirse, entre jóvenes
que ya tenían tendencias suicidas, a partir de tener conocimiento del suicidio de otra
persona. El tratamiento que dan actualmente los medios de comunicación a los actos
suicidas puede, en ocasiones, no ser el más adecuado ya que favorece los fenómenos
de identificación, a los que tan proclives son los adolescentes.
Dos son las enseñanzas que se desprenden. Por un lado, es claro que las conductas
suicidas tienen un trasfondo psicopatológico muy heterogéneo, que se debe articular
con el contexto psicosocial y con la capacidad de comunicación del individuo. Por otro,
que muchos casos de adolescentes pre-suicidas pasan desapercibidos en los servicios
asistenciales o bien su gravedad no es apreciada. Es aquí donde hay que poner el
acento: en muchos casos, los actos suicidas han estado precedidos de tentativas
suicidas o bien de ideaciones suicidas o actos que suponen una situación de alto
riesgo. No valorar de manera adecuada dichos actos comporta no apreciar una
situación de alto riesgo y, en consecuencia, no adoptar las medidas oportunas para su
prevención.
Comportamiento Suicida
9 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
6.2. Tentativa de suicidio
Si bien la frecuencia del suicidio tiene a disminuir, no ocurre lo mismo con las
tentativas de suicidio, que en población joven de los países desarrollados tiende a
aumentar en los últimos años. Se ha constatado que los intentos de suicidio empiezan
a producirse a la edad de 12 años, con un aumento de la incidencia que alcanza un
pico a los 16-18 años. El perfil típico en individuos que cometen intentos de suicidio es
el de una chica, de edad entre los 15 y los 17 años, que lleva a cabo el intento
ingiriendo una dosis pequeña o media de un analgésico o bien algún otro
medicamento utilizado por algún miembro de la familia. El acto tiene las
características de un acto impulsivo, es decir, un acto escasamente reflexionado, que
aparece en el contexto de un conflicto familiar o de pareja. Las manifestaciones
clínicas son la irritabilidad, la agitación, el comportamiento amenazador y un deseo de
morir.
Algunos autores han señalado dos tipos de intentos de suicidio. El primero de ellos,
que los autores denominaron “maligno”, se caracteriza por ser un acto impulsivo, muy
peligroso, vinculado con una estructura y un proceso psicopatológicos que han
marcado la historia previa del individuo, y sin que se puedan detectar factores
desencadenantes claros. Sobre este
punto, sin embargo, debe ponerse un
interrogante ya que los factores
desencadenantes se pueden localizar,
siempre que se les busque con la
suficiente atención. Este tipo de acto se
caracteriza, además, por comportar
una ruptura del vínculo con la realidad,
con el entorno, con los otros. No hay,
por tanto, una llamada al otro, no hay
una petición de ayuda.
El segundo tipo, el “benigno”, se caracteriza por tratarse de un acto compulsivo, de
menor peligrosidad, de características reactivas ante situaciones de cambio o pérdida,
en un contexto clínico de tono depresivo. Aquí, no hay ruptura de vínculo con la
realidad, sino un intento – a veces desesperado – de re-establecer vínculos con los
otros. Es una petición de auxilio, que debe ser escuchada y atendida de manera
adecuada.
Ilustración 6: Pesadilla
Comportamiento Suicida
10 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
Los intentos de suicidio malignos se desarrollan, en la mayor parte de las ocasiones, en
la calle, sin testigos, lo que es indicativo de que el sujeto busca un lugar en el que no
resulte posible ayudarlo.
Por otro lado, la peligrosidad de los medios utilizados en los intentos de suicidio
malignos indica la búsqueda de la muerte como finalidad primordial. Esta prevalece
sobre otras posibles significaciones en juego.
En este mismo estudio se destacan las diferencias entre los efectos en uno y otro tipo.
Así, después de un intento de suicidio maligno se produce un agravamiento de la
tensión emocional y de la persistencia del deseo suicida. Por el contrario, después de
un intento de suicidio benigno lo que se produce es, a menudo, un alivio de la tensión
llegando a expresar el individuo un cierto arrepentimiento de lo realizado.
En general, en los casos benignos se puede afirmar que algo ha ocurrido, algo se ha
consumado, y ese algo promueve un cambio de dirección y de las perspectivas del
sujeto. A partir de ese momento sus relaciones con el entorno – básicamente el
entorno familiar – y las relaciones con los dispositivos asistenciales variarán y se darán
las condiciones para reconducir la situación, claro está, siempre que ese entorno esté
por la labor de hacerlo.
7. FACTORES DE RIESGO SUICIDA
Muchos son los factores de riesgo suicida en los adolescentes. Desde el provenir de
medios familiares desestructurados hasta la presencia de trastornos psicopatológicos
como la depresión o el abuso de sustancias, sin olvidar la exposición a situaciones de
riesgo suicida, como es el caso de haber tenido problemas con la justicia, todos ellos
constituyen un campo heterogéneo que conviene revisar.
Estos factores pueden clasificarse en tres grandes grupos: a) individuales; b) familiares,
c) sociales.
7.1. Individuales:
Dentro de los factores individuales cabe destacar los siguientes:
Antecedentes de haber realizado tentativas de suicidio anteriores. Algunos autores
han señalado que aproximadamente un 25 % de los adolescentes que realizaron un
intento de suicidio lo habían realizado con anterioridad. La tentativa de suicidio
multiplica por treinta el nivel de Riesgo. Por otro lado, se considera también que el
nivel de riesgo es mayor cuanto más joven es el suicida
Comportamiento Suicida
11 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
Patología psiquiátrica. Ya ha sido señalado que una proporción muy elevada de
individuos suicidas presentan patología psiquiátrica. Esta circunstancia también se
cumple en población adolescente. Los estados depresivos, los trastornos de ansiedad,
el abuso de alcohol y de otras drogas, los trastornos de la personalidad y los trastornos
psicóticos, son todos ellos estados psicopatológicos que comportan un riesgo de
conductas suicidas. Sin embargo, los más relevantes son las depresiones, cuya
existencia eleva el riesgo suicida hasta un 27% con respecto a la población general. La
esquizofrenia, clásicamente citada como un factor de riesgo suicida en población
adulta, no desempeña el mismo papel en población adolescente. Ello puede ser
debido, entre otras razones, a que es precisamente en este período cuando suele
iniciarse por lo que no se suelen dan las condiciones que favorecen el pasaje al acto
suicida (por ejemplo, la toma de conciencia de las consecuencias sociales que tiene el
trastorno. El sujeto se ve, de un día para otro, aislado de su entorno, ve que ha
perdido su lugar en la red social)
Factores biológicos. Es ya clásico citar cierto tipo factores neurobiológicos como los
causantes o desencadenantes de todo un conjunto de comportamientos anómalos. En
este contexto, los desequilibrios en diversos sistemas de neurotransmisores ocupan un
lugar destacado. En consecuencia, no resulta sorprendente que también en el caso de
los comportamientos suicidas se hayan documentado ciertas disfunciones en los
neurotransmisores. La más citada es la disfunción en el sistema serotonérgico. De
hecho, la hipótesis de un desequilibrio serotonérgico constituye uno de los principales
argumentos neurobiológicos del trastorno depresivo, la patología más suicidógena, sin
embargo, dicha hipótesis no ha podido ser verificada en población adolescente. Quizá
más precisa podría ser la correlación entre la 6 desregulación de la serotonina y la
respuesta impulsiva a un estrés. En este sentido, la correlación tendría más relación
con el factor impulsividad que con el factor depresión.
7.2. Familiares:
En el apartado de factores de riesgo inherentes a la familia se han citado los
siguientes:
Existencia de trastornos psicopatológicos en los padres. En los padres de adolescentes
suicidas es frecuente encontrar trastornos psiquiátricos. Los más habituales son los
estados depresivos y el abuso de sustancias tóxicas. Estos datos son susceptibles de
diversas interpretaciones. Se pueden interpretar en términos de vulnerabilidad
determinada genéticamente, pero también pueden pensarse en términos del impacto
que dichos trastornos pueden ocasionar en el adolescente. Resulta claro que unos
Comportamiento Suicida
12 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
padres que se encuentran en una precaria situación personal, que comporta para ellos
mismos un importante riesgo suicida, no van a poder ayudar a su hijo a enfrentarse
con todo lo que la adolescencia supone, tal y como se ha explicado en la primera parte
del artículo.
Antecedentes de tentativas de suicidio o de suicidio en los padres. Se ha constatado
que en el caso de muerte por suicidio de la madre o del padre el riesgo de tentativa de
suicidio en el hijo adolescente se multiplica (por 2-5).
Maltrato y abuso sexual. Se ha constatado la existencia de correlación entre el
maltrato en la infancia y la conducta suicida. Además, las conductas violentas en el
seno familiar, tanto si el adolescente es testigo de ellos como si es víctima, también
presentan una correlación positiva con los comportamientos suicidas.
Otros factores, como el divorcio o las relaciones entre los padres y los hijos
adolescentes pierden peso específico si se tienen en cuenta tanto los factores
psicopatológicos asociados como los factores de riesgo psicosocial.
7.3. Factores sociales
En el apartado de los factores sociales resulta obligada la referencia a la obra de
Durkeim, sociólogo francés que destacó el importante papel de los factores sociales en
el desencadenamiento de conductas suicidas. Este autor resaltó en su libro El suicidio,
de 1897, que el suicidio era un fenómeno mucho más social que psicológico, ya que,
según él, el hombre está desbordado por una realidad circundante que es la
colectividad en la que está inmerso, quiéralo o no. En la monografía citada, el autor
señala la conocida influencia que tuvieron las crisis económicas sobre el suicidio. Para
ilustrarlo citó los casos de Viena,
ciudad que entre los años 1873 y
1874 sufrió una crisis financiera
cuyo correlato fue un incremento de
los casos de suicidio del 41%
(referido a los casos de suicidio
registrados en 1874 y 1873). Sin
embargo, el mismo autor añadió
que dichos incrementos no se
podían explicar simplemente por un
empobrecimiento de la población ya
que ciertos períodos de prosperidad
podían también acompañarse de
incrementos en las tasas de suicidios. Para poder explicarlos, Durkheim recurrió a la
Ilustración 7: Múltiples factores
Comportamiento Suicida
13 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
noción de anomia, concepto clave de la sociología que, sin embargo, ha sido usado con
significados diferentes. Así, en La división del trabajo social, Durkheim concibe la
anomia como una ruptura de la solidaridad. La anomia, en esta primera acepción, es
expresión de una crisis de diferenciación, que es consecuencia de una división del
trabajo coercitiva, que tiene una influencia disolvente en la sociedad. Por tanto, en
esta primera acepción la anomia sería un vacío de las reglas. En cambio, en la segunda
acepción, la que aparece en El suicidio, la anomia es concebida como el fracaso de la
norma para regular los comportamientos individuales. En otras palabras, la anomia no
sería el resultado de la ausencia de normas, sino el hecho de que éstas hayan perdido
eficacia en la sociedad. En este caso, la anomia se manifiesta como transgresión de
normas por parte de individuos que se resisten a ser integrados en la sociedad. La
anomia expresa la incapacidad del individuo para poner coto a sus deseos y traduce la
existencia de un tipo de personalidad mórbida a la que lugar la sociedad moderna.
Para Durkheim , el hombre que siempre lo ha esperado todo del porvenir, que ha
vivido con los ojos puestos en el futuro, nada tiene en su pasado que lo consuele de
las amarguras del presente, pues el pasado sólo ha sido para él una serie de etapas
impacientemente atravesadas. Si este hombre que vive con su mirada en el horizonte,
en lo que ha de venir, ve, de pronto, detenida su marcha hacia ese ideal, se encontrará
con que no hay nada ni detrás ni delante de él que le sirva de soporte. En
consecuencia, el desencanto y la depresión pueden hacer mella en él. Esta es la
hipótesis durkheimiana, hipótesis que es preciso articular con otras aportaciones. Así,
Sennett , plantea en La cultura del nuevo capitalismo, que el hombre posmoderno
debe hacer frente a diversos desafíos, el más importante es el que se refiere a cómo
desprenderse del pasado. Se trata de un fenómeno característico de la época actual,
marcada por las condiciones sociales de inestabilidad y fragmentariedad. Es una época
en la que los servicios prestados en el 8 pasado no garantizan al empleado un lugar en
la empresa. La noción de mérito ha entrado en crisis y en su lugar aparece una nueva
versión de sujeto caracterizada por su habilidad y presteza en poner entre paréntesis
las experiencias vividas. Se trata de asumir un yo orientado al corto plazo, centrado en
la capacidad potencial. Un tipo de personalidad que se asemeja más al consumidor
que al propietario que se aferra a lo que ya posee.
Nuestros adolescentes han de enfrentarse, pues, a un nuevo marco social que les
plantean unas exigencias que sólo unos pocos estarán en condiciones de asumir. Para
los adolescentes actuales, la idea de proyecto tiene escaso o nulo sentido, de ahí que
muchos no puedan responder a la pregunta sobre sus planes para el futuro. De hecho,
ni se la plantean más allá de un ideal de felicidad basado en el nivel económico pero
con poca inversión personal. Es esta configuración social la que constituye un marco
Comportamiento Suicida
14 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
que puede favorecer los comportamientos suicidas, tal como las historias de
adolescentes que han realizado tentativas o suicidios consumados nos enseñan.
En este contexto social emerge un factor que ha ido cobrando importancia en los
últimos años: el escolar. Las dificultades escolares, el llamado fracaso escolar y, sobre
todo, las situaciones de acoso moral en el ámbito educativo, constituyen factores de
riesgo de comportamientos suicidas. El caso Jokin, el adolescente de 14 años del
pueblo de Hondarrabía, que se suicidó tras sufrir humillaciones y agresiones de sus
compañeros, constituye una señal de alarma al tiempo que debe ser motivo de serias
reflexiones sobre lo que ocurre en las aulas, reflejo muchas veces, de lo que ocurre en
el medio familiar. Más aún, las aulas constituyen un marco complejo en el que las
demandas y expectativas de los diversos actores implicados (adolescentes, padres y
docentes) se entrecruzan de manera no
armoniosa dando lugar, en bastantes
ocasiones, a desencuentros que pueden
devenir en serios conflictos.
8. DETECCIÓN DE LOS COMPORTAMIENTOS
SUICIDAS
La gravedad de los comportamientos suicidas
conlleva la necesidad ineludible del
diagnóstico precoz. Además, como ha sido
señalado en diversos estudios (17), del 7 al
15% de los suicidados suele haber consultado en el mes que precedió al suicidio, y
entre un 20 y un 25% lo había hecho en el año anterior. Sin embargo, la experiencia
clínica del día a día indica que, a menudo, en las consultas previas no se suelen
detectar los indicios de comportamientos suicidas. Además, ciertas ideas ampliamente
circulantes entre ámbitos profesionales están impregnadas de prejuicios, uno de ellos,
quizá el más relevante, es el que se refiere a la comunicabilidad. Según este prejuicio,
el nivel de riesgo guarda una correlación con la comunicabilidad: Si el sujeto realiza
una comunicación indirecta de la idea de suicidio el riesgo es mayor; por el contrario,
si el paciente comunica su idea de suicidio de forma directa el riesgo es menor. Esto
puede cumplirse en algunas ocasiones, así, por ejemplo, un joven que ha sufrido una
crisis psicótica, que ha dejado como secuela un estado depresivo inherente a la toma
de conciencia de lo que dicha crisis le ha acarreado, puede realizar un acto suicida sin
que haya comunicado previamente su idea. Se trata de un acto suicida que sólo ha
sido comunicado de una manera muy indirecta.
Comportamiento Suicida
15 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
Sin embargo, esta recomendación general tiene excepciones: un individuo puede
comunicar de manera directa su intención suicida y llevarla a cabo como acto
consumado. Es lo que ocurrió en un centro de justicia juvenil hace pocos años: un
joven magrebí de 17 años comunicó de manera clara su intención de poner fin a su
vida si se llevaba a cabo su repatriación. El acto suicida se consumó a los dos días.
Debe advertirse que ante la generalización de las amenazas suicidas, el equipo
profesional puede tender a interpretarlas en términos de “manipulación” y, en
consecuencia, puede no tomar demasiado en serio los riesgos. Parece claro, no
obstante, que es mejor pecar de prudencia aun corriendo el riesgo de ser objeto de
manipulación.
Aunque los esquemas pueden pecar de simplicidad, los siguientes puntos pueden
servir de orientación al profesional:
La ideación, los intentos o planes suicidas.
El acceso a medios para suicidarse
La existencia de delirios de negación, de ruina o de indignidad
La existencia de elementos alucinatorios de carácter imperativo
El consumo de alcohol y otras sustancias tóxicas.
La historia de intentos de suicidio anteriores.
La historia familiar de suicidios o de intentos de suicidio
Todo ello se debe completar con una evaluación de las circunstancias particulares del
sujeto así como de sus posibilidades y de su motivación para pedir ayuda. En
ocasiones, se dan comportamientos en forma de autolesiones como ingerir objetos
metálicos o bien provocarse lesiones en los brazos y antebrazos con instrumentos
cortantes. Si bien estos comportamientos no constituyen por sí mismos
comportamientos suicidas no es menos cierto que deben ser valorados como graves y
jamás pueden ser considerados banales. Debe advertirse que en bastantes casos, los
individuos pueden llegar a ingerir objetos muy peligrosos que pueden causar
importantes hemorragias internas. En una ocasión, un interno de un centro de justicia
juvenil ingirió dos hojas de afeitar provocándose una grave hemorragia en el tubo
digestivo.
9. Prevención
Cualquier acto o amenaza suicidas deben ser tomados en serio. El 20 por ciento de las
personas que intentan suicidarse repite el intento en el plazo de un año. Todas las
personas que realizan gestos suicidas o que intentan suicidarse necesitan ser tratadas.
Cerca del 10 por ciento de todos los intentos de suicidio resultan mortales.
Comportamiento Suicida
16 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
Aunque a veces un suicidio consumado o un intento de suicidio se presenta como algo
totalmente sorpresivo o chocante, incluso para los familiares cercanos, los amigos y
los compañeros, generalmente existen signos premonitorios. En general, los que se
suicidan están deprimidos y por ende el paso práctico más importante para prevenir el
suicidio es diagnosticar y tratar correctamente la depresión. Sin embargo, el riesgo de
suicidio se incrementa cerca del comienzo del tratamiento de la depresión, cuando la
persona se vuelve más activa y decidida pero aún sigue deprimida.
Un buen cuidado psiquiátrico y social después de un intento de suicidio es el mejor
modo de prevenir nuevos intentos de suicidio. Como mucha gente que se suicida ya
había previamente intentado hacerlo, se debe realizar un asesoramiento psiquiátrico
inmediatamente después del intento. El asesoramiento ayuda al médico a identificar
los problemas que contribuyeron al acto y a planear un tratamiento apropiado.
9.1. Tratamiento de los intentos de suicidio
Mucha gente que intenta suicidarse es llevada todavía inconsciente a un servicio de
urgencias. Cuando se sabe que una persona ha tomado una sobredosis de un fármaco
o de un veneno, el médico sigue los siguientes pasos:
Retirar la máxima cantidad posible del fármaco o del veneno del cuerpo de
la persona, tratando de impedir su absorción y acelerando su excreción.
Controlar los signos vitales y tratar los síntomas para mantener a la
persona viva.
Administrar un antídoto si se conoce exactamente el fármaco que ha sido
ingerido y si existe ese antídoto.
Aunque por lo general las personas se
encuentran físicamente bastante bien para ser
dadas de alta tan pronto se haya tratado la
lesión, a menudo son hospitalizadas para recibir
asesoramiento y tratamiento psiquiátrico.
Durante la valoración psiquiátrica, la persona
puede negar todo problema. Con bastante
frecuencia, la depresión grave que condujo al
acto suicida es seguida por un período corto de
mejoría del humor, así que raras veces se
Comportamiento Suicida
17 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
producen nuevos intentos suicidas inmediatamente después del inicial. Sin embargo,
el riesgo de otro intento de suicidio es alto a menos que sean resueltos los problemas
de la persona.
Existen variaciones tanto en el tiempo de estancia en el hospital como en el tipo de
tratamiento requerido. El enfermo psiquiátrico grave generalmente es ingresado en la
unidad psiquiátrica del hospital para un control de forma continuada hasta que se
resuelvan los problemas que lo han inducido al suicidio o hasta que tenga capacidad
de afrontarlos. En caso de necesidad, se puede mantener al paciente en el hospital
aun en contra de sus deseos porque representa un peligro para sí mismo o para otros.
10. IMPACTO DEL SUICIDIO
Un suicidio consumado tiene un fuerte impacto emocional en cualquier persona
implicada. La familia de la persona, sus amistades y su médico pueden sentirse
culpables, avergonzados y con remordimientos por no haber podido evitar el suicidio.
También pueden sentir ira contra la persona que se ha suicidado. Finalmente, se dan
cuenta de que no podían estar al corriente de todo o de que no son todopoderosos y
que el suicidio, la mayoría de las veces, no puede impedirse.
Un intento de suicidio tiene un impacto similar. Sin embargo, los que son más
cercanos a la persona tienen la oportunidad de calmar sus conciencias respondiendo a
la llamada de ayuda de ésta.
Sin embargo, las cosas no son tan simples en la realidad. En ocasiones, existen intentos
de suicidio en los que la muerte no se ha consumado por casualidad. En cambio, en
otros casos la muerte ni se buscaba ni se pretendía remotamente.
En general, la conducta suicida tiene un carácter episódico aunque no deben olvidarse
aquellos casos en los que la conducta suicida tiene un carácter recidivante. Un
episodio de ideación o acción suicida puede ser agudo y breve, o bien puede durar
varias horas o días. En general, ello dependerá de los factores psicopatológicos
implicados. Así, por ejemplo, un episodio de tentativa suicida en un sujeto melancólico
puede durar varios días ya que es la consecuencia de una ideación delirante de
indignidad que persiste en el tiempo. En otros casos, como un trastorno adaptativo, la
acción suicida tendrá una duración más breve ya que se trata de un acto fuertemente
reactivo.
La ideación suicida consiste en pensamientos de matarse, planes sobre las
circunstancias (dónde, cuándo, cómo) así como pensamientos sobre el posible
impacto del propio suicidio en los demás. Se trata de un fenómeno frecuente en
población adolescente cuya gravedad y significación requieren de un adecuado
entrenamiento por parte del profesional.
Comportamiento Suicida
18 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
11. PERFIL DE UN SUICIDA:
En investigaciones actuales en Europa y Estados Unidos las cifras de ideación suicida
oscilan entre el 5% y el 27% (Thompson, Kuruwita y Foster, 2009). En algunas
ocasiones, la conducta que acompaña la ideación suicida es el suicidio consumado,
que hoy aparece como una de las primeras causas de muerte en la adolescencia. En el
Reino Unido y Francia, por ejemplo, es la segunda causa de muerte entre los sujetos
de 15-24 años después de los accidentes de tráfico. En España aproximadamente unos
1000 jóvenes con edades entre 15 y 24 años se suicidan anualmente siendo más
frecuente en los chicos (Buendía, Riquelme y Ruíz, 2004). Las tasas de suicidio se han
triplicado en los últimos años, mientras que las tentativas se mueven entre el 9% y el
11% en la franja de edad anteriormente citada. Para la OMS, el suicidio es la causa de
la mitad de todas las muertes violentas y se traduce en casi un millón de víctimas al
año; la misma organización estima que en el año 2020 las víctimas podrían ascender a
1.5 millones.
Los intereses de nuestra investigación se dirigen hacia la ideación suicida como factor
de riesgo de posibles comportamientos imprudentes, relacionado con un perfil
personal que en principio desconocemos y que como objetivo deseamos detectar.
Para ello, la utilización de cuestionarios de aplicación sencilla como el Inventario
Clínico para Adolescentes (MACI) de Millon (2004), se presenta como un instrumento
que permite el acceso a una población que tiene dificultades para comunicar su
padecimiento.
En los resultados sobre una población de 1194 adolescentes, aparecen 65 casos con
índices significativos de ideación suicida. De estos 65 casos, 32 son mujeres y 33
varones, y la proporción más elevada se encuentra entre los jóvenes de 15-16 años de
edad. Los hallazgos posteriores indican lo siguiente:
Existen rasgos significativos que correlacionan con la ideación suicida como la
introversión, el pesimismo y la inhibición.
En las preocupaciones expresadas, quedan reflejadas la intensidad de los sentimientos
y los aspectos que más perturban a los adolescentes, como la desvalorización de sí
mismo, el desagrado por el propio cuerpo o los abusos en la infancia, entre otros.
Entre los síndromes clínicos más cercanos a la ideación suicida aparece la inclinación al
abuso de sustancias, la propensión a la impulsividad y el afecto depresivo.
A partir de los resultados obtenidos de ideación suicida patológica, y desde los
apartados del MACI podemos hacer una aproximación a la descripción psicológica de
los casos encontrados:
Son jóvenes que presentan tendencia a la introversión y muestran dificultades a la
hora de expresar sentimientos y hacer amigos, porque no confían en la amistad de los
Comportamiento Suicida
19 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
otros. Al mismo tiempo, son vulnerables y emocionalmente lábiles cuando se
encuentran en situaciones difíciles, llegando a veces a situaciones de negación del
placer e intensificando aspectos negativos de su vida.
En línea de las preocupaciones que expresan, se sienten inseguros consigo mismos,
desanimados, confundidos con su identidad y no se gustan. Han sufrido situaciones
violentas, de abusos y/o de estrés en la familia, y/o la falta de comunicación y afecto,
una circunstancia que les ha llevado a la no aceptación de su ser y del entorno en el
que viven.
Son jóvenes que consumen alcohol, drogas, o fuman en exceso. También presentan
impulsividad/tensión y se muestran indecisos. El humor deprimido está presente y
piensan en la propia muerte o en lesionarse como salida a sus situaciones de dolor.
Más allá de las consideraciones cuantitativas inherentes a este trabajo, creemos que la
adolescencia es una etapa importante del desarrollo donde pueden aparecer ideas y
comportamientos suicidas. Para muchos autores esto hace que el adolescente sea
especialmente vulnerable al estrés y a la desadaptación psicológica (Girón, Rodríguez y
Sánchez, 2003).
Para poder trabajar en la detección de estas ideas perturbadoras, los centros de
enseñanza son un lugar idóneo, ya que constituyen el principal espacio en el que los
adolescentes desarrollan gran parte de su
actividad diaria. De ahí, que la detección
temprana en individuos con ideación o
conducta suicida pueda realizarse, en muchos
casos, en el ámbito escolar tal y como se
desprende de los resultados obtenidos en
nuestro estudio.
Deseamos que la investigación realizada pueda
servir como incentivo para que otros
investigadores en este campo (ideación y
conducta suicida) contribuyan con su labor al
conocimiento ya existente desde una
perspectiva multidisciplinar. De esta manera se
podrán diseñar y llevar a cabo medidas
preventivas y de acción social, especialmente
desde las áreas educativas y de salud, para dar
respuesta a las situaciones que plantea el
desarrollo de problemas de ajuste en la adolescencia.
Comportamiento Suicida
20 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
12. CONCLUSIÓN:
Los comportamientos suicidas en adolescentes constituyen una situación de extrema
gravedad que requiere la toma de medidas de carácter preventivo. Los centros de
justicia, en general, y de justicia juvenil, en particular, constituyen contextos
institucionales en los que el riesgo de comportamientos suicidas es elevado. Esto es así
debido a la convergencia de diversos tipos de factores de riesgo (trastornos
psiquiátricos, consumos de sustancias, factores sociales, factores inherentes al propio
marco penitenciario). La correcta valoración del riesgo de comportamientos suicidas
requiere preparación técnica y un sólido y articulado trabajo en equipo, marco
necesario para la detección precoz y para la toma de medidas adecuadas. Estas
medidas pueden incluir la derivación del individuo suicida a un centro hospitalario. No
obstante, es preciso añadir que, en ocasiones, el acto suicida se realiza a pesar de una
intervención profesional adecuada y correcta. No debe olvidarse que en los centros de
justicia convergen las tres profesiones imposibles: gobernar, educar y curar; en
consecuencia, no siempre es posible evitar los efectos de la pulsión de muerte del ser
humano. En cualquier caso, de la desgracia hay que saber extraer las enseñanzas
oportunas. Con ello, el equipo gana en saber y en salud.
Comportamiento Suicida
1 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
Bibliografía Cabodevilla, F. (Setiembre de 2011). Infocop. Obtenido de
http://www.infocop.es/view_article.asp?id=3674
Mansilla, F. (s.f.). Psicologia Online. Obtenido de http://www.psicologia-
online.com/monografias/9/conducta6.shtml
Moya, J. (2007). Osamcat. Obtenido de
http://www.osamcat.cat/cat/Publicacions/Articles/ConductaSuicida.pdf
Comportamiento Suicida
2 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
A
acto compulsivo, 13
anomia, 16
ansiedad, 14
autoagresión, 9
B
barbitúricos, 10
C
coercitiva, 16
D
depresión mayor, 11
F
fragmentariedad, 17
frustración, 10
H
heterogéneo, 12
I
ideación delirante, 21
insólitos, 9
N
neurotransmisores, 14
P
parasuicidio, 6
Patología, 14
pesquisas judiciales, 7
prejuicio, 18
psicopatológicos, 11
psicotrópicos, 10
psiquiátricos, 15
pulsión, 23
S
serotonérgico, 14
sociólogo, 16
T
trastorno adaptativo depresivo, 11
trastornos psicóticos, 14
Comportamiento Suicida
3 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
ANEXOS:
84%
8%
3%
1%2% 2%
Frecuencia de los Metodos de Suicidio
Ahorcamiento
Arma de fuego
Ingesta fungicida
Traumatismo
Ingesta medicamentos
Ingesta diluyente
Comportamiento Suicida
4 CRUZADO MONTALVÁN, Rosalía
La representacion
suicida
La idea de autodestruccion
La idea suicidaSuicidio
Deseo de Morir
Factores Sociales
Factores Individuales
Factores Individuales