Transcript
  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    1/252

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    2/252

    Ursula K. Le Guin

    PODERESAnales de la Costa Occidental III

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    3/252

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    4/252

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    5/252

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    6/252

    PRIMERA PARTE

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    7/252

    1

    No hables de ello me dice Sallo.

    Y si sucede, como aquella vez que vi la nieve?Por eso no hay que hablar de ello.Mi hermana me rodea con el brazo y nos mecemos de un lado a otro, de

    izquierda a derecha, sentados en el banco de la clase. El calor, el abrazo y elvaivn relajan mi mente, y me balanceo contra Sallo, golpendola un poco. Sinembargo, no puedo olvidarme de lo que he visto ni de la horrible agitacin queme ha provocado, y no tardo en exclamar:

    Pero debera decrselo! Era una invasin! Podran advertir a los soldadosde que estuviesen preparados!

    Y ellos preguntaran: Cundo?.Eso me deja perplejo.Pues dentro de poco.Y si no ocurre durante mucho tiempo? Se enfadaran contigo por haber

    dado una falsa alarma. Adems, si un ejrcito invadiese la ciudad, querransaber cmo lo has sabido.

    Les dira que lo he recordado!No dice Sallo. Nunca les digas nada sobre recordar de la forma en que

    t lo haces. Diran que tienes un poder, y no les gusta que la gente tenga

    poderes.Pero no lo tengo! Slo a veces recuerdo cosas que van a suceder!Lo s. Gavir, escchame atentamente, no debes hablar de ello con nadie.

    Slo conmigo.Cuando Sallo dice mi nombre en voz baja, cuando me dice Escchame

    atentamente, la escucho con mucha atencin. Aunque discuta.Ni siquiera con Tib?Ni siquiera con Tib.Su cara redonda y bronceada y sus ojos oscuros estn tranquilos y serios.

    Por qu?Porque slo t y yo somos del Pantano.Tambin lo era Gammy!Precisamente fue Gammy la que me dijo lo que yo te estoy diciendo ahora,

    que los del Pantano tienen poderes y los de la ciudad tienen miedo de ellos. Aspues, no hablemos nunca de nada que nosotros podamos hacer y ellos no. Serapeligroso. Muy peligroso. Promtemelo, Gav.

    Ella levanta la mano con la palma hacia arriba, y yo pongo encima mi manosucia para pronunciar mi juramento.

    Lo prometo digo.Y a la vez, ella dice:

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    8/252

    Lo oigo.Con la otra mano, ella agarra el pequeo Ennu-M que lleva colgado del

    cuello con una cuerda.Me besa en la coronilla y luego me empuja tan fuerte que casi me caigo del

    banco. Pero no me ro; estoy tan colmado de lo que he recordado, y eso era tanhorrible y espantoso que quiero hablar de ello, decrselo a todo el mundo,exclamar: Cuidado! Cuidado! Vienen soldados, enemigos, con una banderaverde, y van a incendiar la ciudad.'. Sentado, balanceo las piernas, sombro yafligido.

    Hblame de ello otra vez dice Sallo. Todos los detalles que no me hascontado.

    Eso es lo que necesito, y vuelvo a contarle mi recuerdo de los soldadosavanzando por la calle.

    A veces, lo que recuerdo hace que me sienta como si tuviera un secreto, algoque me pertenece, un regalo que puedo quedarme, sacar y contemplar cuandoestoy solo, como la pluma de guila que me dio Yaven-d. Mi primer recuerdo,ese lugar con los juncos y el agua, tambin me hizo sentir as. Nunca se lo hecontado a nadie, ni siquiera a Sallo. No hay nada que contar; slo el agua azulplateada y los juncos ondeando al viento, la luz del sol y una colina azul a lolejos. ltimamente tengo un nuevo recuerdo: un hombre en una sala de techoalto y en penumbra que se da la vuelta y dice mi nombre. No se lo he contado anadie. No necesito hacerlo.

    Sin embargo, hay otro tipo de recuerdo, o visin, o lo que sea, como aquellavez que recordaba haber visto al Padre volviendo a casa desde Pagadi sobre sucaballo, que andaba cojo. Slo que eso no sucedi hasta el verano siguiente,cuando regres de la forma en que lo haba recordado, montado en su caballocojo. En una ocasin, record que todas las calles de la ciudad se haban vuelto

    blancas. Los techos eran blancos y el cielo estaba lleno de pequeos pjarosblancos que revoloteaban y volaban en picado. Era tan asombroso que queracontrselo a todo el mundo, y as lo hice. La mayora no me escuch. Yo slotena cuatro o cinco aos. Aquel invierno nev. Todo el mundo sali afuera paraver caer la nieve, algo que en Etra slo ocurre quiz una vez cada cien aos, por

    lo que los nios ni siquiera sabamos cmo se llamaba. Gammy me pregunt:Esto es lo que t viste? Era as?Yo le dije a ella y a todos que eso era exactamente lo que haba visto, y ella,

    Tib y Sallo me creyeron. Entonces debi de haber sido cuando Gammy le dijo aSallo lo que Sallo acaba de decirme, que no hablase de esa forma de cosas querecordase. En aquel entonces, Gammy estaba vieja y enferma, y muri laprimavera despus de la nevada.

    Desde entonces slo he tenido los recuerdos secretos. Hasta esta maana.A primera hora de la maana estaba solo, barriendo la sala del exterior de la

    guardera, y entonces empec a recordar. Al principi slo recordaba quemiraba hacia abajo y vea una calle de una ciudad. Del tejado de una casa se

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    9/252

    elevaba un fuego y se oan gritos. Los gritos eran cada vez ms altos, y reconocla calle Larga, que cruza en direccin norte desde la plaza que se encuentradetrs del Santuario de los Ancestros. En el otro extremo de la calle se elevabannubes de humo enormes y grasientas, en cuyo interior se divisaban llamas rojas.

    La gente pasaba corriendo ante m y atravesaba la plaza. La mayora de esoshombres y mujeres corran gritando hacia la Plaza del Senado, pero los guardiasde la ciudad corran en la otra direccin con sus espadas desenvainadas,Entonces vi soldados en el otro extremo de la calle Larga bajo un estandarteverde. Portaban largas lanzas, y los que iban a caballo llevaban espadas. Losguardias se enfrentaron a los soldados y se oyeron gritos desgarrados, repiquesy choques de objetos metlicos. El tropel de hombres, un nudo retorcido dearmaduras, yelmos, brazos desnudos y espadas, se estrechaba cada vez ms. Uncaballo se separ del grupo y galop por la calle hacia m, sin jinete y

    empapado de sudor teido de rojo; del lugar donde deba de haber tenido el ojomanaba sangre. El caballo relinchaba. Yo me apart de l, y de pronto estaba enla sala con una escoba en la mano, recordndolo. An estaba aterrorizado. Eratan vivido que no poda olvidarlo. Segu vindolo de nuevo, y cada vez veams. Tena que contrselo a alguien.

    As que, cuando Sallo y yo fuimos a preparar el aula y estuvimos solos, se lodije. Ahora se lo he vuelto a contar de nuevo, y eso me ha hecho recordar otravez, slo que he podido verlo y contarlo mejor. Sallo me ha escuchadoatentamente y ha sentido escalofros cuando he descrito el caballo.

    Cmo eran los yelmos que llevaban?He contemplado el recuerdo de los hombres que luchaban en la calle.Negros, en su mayora. Uno de ellos tena un penacho negro, como la cola

    de un caballo.Crees que eran de Ose?No tenan esos largos escudos de madera como los de los prisioneros

    oscanos que haba en el desfile. Sus armaduras eran de metal, de bronce o dehierro, y hacan ese ruido metlico cuando luchaban contra los guardias con susespadas. Creo que eran de Morva.

    Quin vena de Morva, Gav? dijo una voz agradable detrs de nosotros,

    y los dos saltamos como marionetas tiradas por hilos.Era Ya ven. Absortos en mi historia, ninguno de los dos lo haba odo llegar, y

    no tenamos idea de cunto tiempo nos haba estado escuchando. Hicimos unarpida reverencia y Sallo dijo;

    Gav me estaba contando una de sus historias, Yaven-d.Parece buena dijo Yaven, aunque las tropas de Morva marcharan bajo

    un estandarte blanco y negro.Quin va de verde? pregunt.Casicar,

    Se sent en el banco de delante y estir sus largas piernas. Yaven AltanterArca tena diecisiete aos, y era el hijo mayor del Padre de nuestra casa. Estaba

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    10/252

    preparndose para ser oficial del ejrcito de Etra, y casi siempre estaba fuera deservicio, aunque cuando estaba en casa vena a las clases igual que antes. Nosgustaba mucho tenerle all porque, como era mayor, nos haca sentir mayores.Adems, siempre estaba de buen humor y saba cmo convencer a Everra,

    nuestro maestro, para que nos leyese cuentos y poemas en lugar de estudiargramtica y hacer ejercicios de lgica.Las nias empezaron a llegar, y Torm, sudando, lleg corriendo con Tib y

    Hoby desde la cancha de pelota. Finalmente entr Everra, alto y solemne con sutoga gris. Todos saludamos al maestro y nos sentamos en los bancos. ramosonce, cuatro nios de la familia y siete de la casa.

    Yaven y Torm eran los hijos de la familia Arca. Astano era la hija, y Sotur erasu prima.

    En cuanto a los esclavos de la casa, Tib y Hoby tenan doce y trece aos,

    respectivamente, yo tena once, y Ris y mi hermana Sallo tenan trece. Oco y suhermano pequeo Miv eran mucho menores, y estaban aprendiendo las letrasdel alfabeto.

    Todas las nias seran educadas hasta que se hiciesen mayores y fuesenentregadas. Al llegar la primavera, despus de que hubiesen aprendido a leer ya recitar fragmentos de poemas picos, Tib y Hoby seran licenciadosdefinitivamente de la escuela. Estaban impacientes por salir y aprender atrabajar. Yo estaba siendo educado para ser maestro, as que mi trabajo siempreestara all, en la larga aula de altas ventanas. Cuando Yaven y Torm tuviesenhijos, yo les enseara a ellos y a los hijos de sus esclavos.

    Yaven invoc a los espritus de sus ancestros para bendecir nuestro trabajo deese da, Everra nos reprendi a Sallo y a m por no haber puesto los libros detexto en su sitio, y nos pusimos a trabajar. Casi inmediatamente, Everra tuvoque llamar la atencin a Tib y a Hoby por pelearse. Pusieron las palmas de lasmanos hacia arriba y l les dio un golpe en cada una con su regla. En Arcamandapenas se pegaba, y no se infligan torturas como de las que se oa hablar enotras casas. A Sallo y a m nunca nos haban pegado; la vergenza de serreprendidos era suficiente para que nos portsemos bien, Hoby y Tib no tenanvergenza, y al parecer tampoco miedo de ser castigados, aunque s unas

    manos duras como el cuero. Hacan muecas de dolor mientras se aguantaban lasonrisa cuando Everra los golpeaba, y lo cierto es que l lo haca sin conviccin.Como ellos, Everra no vea el momento de que se marchasen de su aula. Lepidi a Astano que les escuchase mientras recitaban su fragmento diario dehistoria de los Hechos de la ciudad de Etra, mientras Oco ayudaba a su hermanomenor a escribir su alfabeto y el resto de nosotros seguamos leyendo las

    Moralidades de Trudec.En Arcamand sola hablarse con frecuencia de las antiguas costumbres y la

    tradicin con absoluta aprobacin. No creo que ninguno de nosotros tuviese la

    ms mnima idea de por qu tenamos que memorizar al pesado y antiguoTrudec, y ni siquiera se nos haba ocurrido preguntarlo. As era como la casa de

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    11/252

    Arca haba educado siempre a su gente. La educacin significaba aprender paraleer a los moralistas, los poemas picos y los poetas a los que Everra llamaba losclsicos, adems de estudiar la historia de Etra y de las ciudades estado, unpoco de geometra y rudimentos de ingeniera, de matemticas, de msica y de

    dibujo. As haba sido siempre, y as segua siendo.Hoby y Tib nunca haban ido ms all de las Fbulas de Nemec, y Torm y Risdependan en gran medida del resto de nosotros para comprender a Trudec. Sinembargo, Everra era un maestro excelente y nos haba dado a conocer a Yaven,a Sotur, a Sallo y a m las historias y los poemas picos, que nos gustaban atodos, especialmente a Yaven y a m. Cuando finalmente terminamos dediscutir la importancia del autocontrol tal como se ejemplificaba en lacuadragsima primera parbola, cerr de golpe el libro de Trudec y alargu lamano para coger el ejemplar de El asedio de Oshir que comparta con Sallo.

    Habamos empezado a leerlo el mes anterior pero yo ya me saba de memoriatodos los versos que haba ledo.Nuestro maestro me vio. Sus cejas, largas y de color gris oscuro, se

    levantaron.Gavir dijo, por favor, escucha a Tib y a Hoby recitar, para que Astano-

    o pueda leer con nosotros.Yo saba por qu lo haca Everra. No era por mezquindad, sino por

    moralidad. Me estaba enseando a hacer lo que no quera hacer y a no hacer loque s quera, porque sa era una leccin que tena que aprender. Lacuadragsimo primera.

    Le di el libro a Sallo y fui al banco de al lado. Astano me dio el libro de losHechos de la ciudad y me sonri dulcemente. Tena quince aos y era alta ydelgada, de piel tan blanca que sus hermanos la llamaban la Ald, como a lagente de los desiertos, de la que se dice que tiene la piel blanca y el pelo comolas ovejas, aunque ald tambin significa estpido. Astano no era estpidapero era tmida, y quiz haba aprendido muy bien la cuadragsimo primeramoralidad. Era callada, correcta, modesta e independiente; la perfecta hija de unsenador. Haba que conocer muy bien a Astano para saber lo afectuosa que eray las ideas inesperadas que poda tener.

    Es duro para un chico de once aos jugar a ser el maestro de chicos msmayores que estn acostumbrados a darle rdenes y a pegarle, y quenormalmente le llaman Gamba, Rata de pantano o Piquito. Adems,Hoby odia que le d rdenes. Hoby naci el mismo da que Torm, el hijo de lafamilia. Todo el mundo lo saba pero nadie deca que era el hermanastro deTorm y de Yaven. Su madre haba sido una esclava, y l tambin lo era. Noreciba ningn tratamiento especial pero se molestaba si algn esclavo loreciba. Siempre haba estado celoso de mi posicin en la clase. Me mirabafijamente, frunciendo el ceo, mientras yo estaba sentado en el banco entre l y

    Tib.Astano haba cerrado el libro, as que les pregunt:

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    12/252

    Por dnde ibais?He estado todo el rato aqu sentado, Piquito dijo Hoby, y Tib solt una

    risilla.Se me haca difcil soportar que Tib, que era mi amigo, cuando estaba con

    Hoby fuese amigo de Hoby y no mo.Sigue recitando por donde te quedaste le dije a Hoby, intentando sonartranquilo y firme.

    No me acuerdo de por dnde iba.Entonces empieza de nuevo por donde has empezado hoy.No me acuerdo de por dnde he empezado.Sent la sangre agolpndose en mi cara y zumbando en mis odos.

    Imprudentemente, le pregunt:De qu te acuerdas?

    No me acuerdo de qu me acuerdo.Entonces empieza por el principio del libro.No lo recuerdo dijo Hoby, entusiasmado por el xito de su estratagema.Eso me dio ventaja.No recuerdas absolutamente nada del libro? le pregunt, alzando un

    poco la voz, y Everra dirigi la mirada hacia nosotros.Muy bien dije. Tib, recita la primera pgina para Hoby.No se atreva a hacerlo bajo la mirada de nuestro maestro, y empez a

    farfullar el Origen de los Hechos, que haca meses que ambos se saban dememoria. Le hice detenerse al final de la pgina y le dije a Hoby que lorepitiese. Eso le molest mucho. Haba ganado yo, y saba que tendra quepagar por ello ms tarde. Sin embargo, mascull las frases.

    Ahora sigue por donde lo habas dejado con Astano-o le dije, y lobedeci y salmodi montonamente el Hecho del Reclutamiento.

    Tib dije, parafrasalo.Eso es lo que siempre nos peda Everra que hiciramos para demostrar que

    habamos entendido lo memorizado.Tib dijo Hoby con un dbil chillido, padafdasalo.Tib solt una risita tonta.

    Venga le orden.Venga, padafdasalo chill dbilmente Hoby.Tib no pudo evitar soltar una risita.Everra estaba hablando de un fragmento del poema pico. Mientras daba su

    charla, los ojos le brillaban y el resto de alumnos escuchaban atentamente.Yaven, por el contrario, sentado en el segundo banco, nos miraba. Tena los ojosclavados en Hoby y el ceo fruncido. Hoby se acobard, baj la mirada hacia elsuelo y dio un golpe en el tobillo de Tib, que dej de sonrer inmediatamente.Despus de agitarse y titubear, dijo:

    Eh... dice, eh... significa que... eh... si la ciudad est amenazada, eh... por unataque, eh... el Senado... qu?

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    13/252

    Se reunir dije.Se reunir y debilitar...Debatir.Debatir el reclutamiento de hombres libres y aptos fsicamente.

    Deliberar es lo contraro de liberar?Ese era uno de los motivos por los que quera a Tib: l oa palabras, hacapreguntas y tena una mente extraa y rpida. Sin embargo, nadie ms lovaloraba, as que l tampoco lo haca.

    No, significa debatir algo.Si lo padafdaseas musit Hoby.Todos farfullamos y nos atascamos durante el resto de la recitacin. Despus,

    cuando ya estaba guardando los Hechos con gran alivio por mi parte, Hoby seacerc desde su banco, me mir fijamente y dijo entre dientes:

    Enchufado.Ya estaba acostumbrado a que me llamasen enchufado del maestro. Erainevitable, porque era cierto. Sin embargo, el profesor no era un maestro; era unesclavo como nosotros. Esta vez era diferente. Significaba pelota, chivato,traidor, y Hoby lo haba dicho con autntico odio.

    Estaba celoso y avergonzado por la intervencin de Yaven ponindose de miparte. Todos admirbamos a Yaven y buscbamos su aprobacin. Hoby parecatan brusco e indiferente que me costaba entender cmo poda amar a Yaventanto como yo, aunque con mucha menos habilidad para agradarle, lo cual erarazn de ms para sentirse humillado cuando Yaven se pona de mi parte y ensu contra. Yo slo saba que lo que me haba llamado era despreciable e injusto,y grit:

    No lo soy!No eres qu, Gavir? dijo Everra framente.Lo que ha dicho Hoby... no importa... lo siento, Maestro. Siento haber

    interrumpido. Pido perdn a todos.Un fro asentimiento de cabeza.Entonces sintate y cllate dijo Everra.Yo fui a sentarme de nuevo con mi hermana. Durante un rato no poda leer

    las lneas del libro que Sallo sostena frente a nosotros. Mis odos seguanzumbando y vea borroso. Lo que Hoby me haba llamado era horrible. Nuncasera un enchufado. Yo no era un chivato y nunca sera como Rif, una criadaque espiaba a las otras y cotilleaba, pensando que as caa en gracia. Sinembargo, la Madre de Arca le dijo No me gustan los chivatos, e hizo que lavendiesen en el mercado. Rif era la nica esclava adulta que nuestra casa habavendido en toda mi vida. Haba confianza por ambas partes. Tena que haberla.

    Cuando termin la clase de la maana, Everra castig a los que habanperturbado la clase: Tib y Hoby tendran que aprender una pgina adicional de

    los Hechos y nosotros tres debamos escribir la cuadragsima leccin de lasMoralidades de Trudec. Yo tena que copiar treinta versos del poema pico de

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    14/252

    Garro El asedio y la rendicin de Sentas en el cuaderno de copias en limpio ymemorizarlas para el da siguiente.

    No s si Everra se dio cuenta de que, para m, la mayora de sus castigos eranrecompensas. Quiz lo saba. Sin embargo, en aquel entonces yo consideraba

    inconscientemente a mi maestro tan anciano y tan sabio que no se me ocurrique pudiese pensar en m en absoluto o le pudiese importar lo que yo sintiese.Y puesto que l llamaba castigo a copiar poesa, yo intentaba creer que as era.De hecho, apretaba los dientes contra la lengua mientras escriba los versos. Miletra era desmaada e irregular. El cuaderno de copias en limpio se utilizara enfuturas clases, igual que nosotros usbamos los libros que anterioresgeneraciones de estudiantes haban copiado en esta aula cuando nosotrosramos nios. Astano haba copiado el ltimo fragmento en este libro. Bajo suletra pequea y elegante, casi tan clara como los libros impresos de Mesun, mis

    versos eran garabatos desordenados que se extendan lastimosamente. Miautntico castigo era ver lo enmaraados que eran. En cuanto a memorizarlos,ya lo haba hecho.

    Mi memoria es excepcionalmente exacta y excelente. Cuando era nio yadolescente poda recordar una pgina de un libro, una habitacin que hubiesevisto o una cara, aunque apenas las hubiese mirado con atencin, y verlas comosi estuviesen delante de m. As pues, quiz confundiese mis recuerdos con loque yo llamaba recordar, lo cual no era memoria, sino otra cosa.

    Tib y Hoby se fueron corriendo afuera, dejando sus tareas para ms tarde, yyo me qued en el aula y termin las mas. Luego fui a ayudar a Sallo a barrerlas salas y los patios, que era nuestra tarea perpetua. Despus de barrer lospatios de las habitaciones de seda, fuimos a la despensa para que nos diesen untrozo de pan y de queso, y hubisemos seguido barriendo si Torm no hubieseenviado a Tib para decirme que fuese a hacer de soldado.

    Barrer los patios y los pasillos de esa casa enorme no era poco trabajo. Debaestar siempre limpia, y Sallo y yo emplebamos gran parte del da en que asfuese. No me gustaba dejar a Sallo con el trabajo que an haba por hacer, sobretodo porque ya haba hecho mucho mientras yo cumpla mi castigo, pero nopoda desobedecer a Torm.

    Oh, vete dijo ella, arrastrando perezosamente su escoba por la sombra delos arcos del atrio central, slo falta esto.

    As pues, corr alegremente hacia el parque de sicmoros junto a las murallasde la ciudad, algunas calles hacia el sur de Arcamand, donde Torm ya estabaentrenando a Tib y a Hoby. Me encantaba que fusemos soldados.

    Yaven era alto y gil como su hermana Astano y como la Madre, pero Tormse pareca al Padre y era fornido y musculoso. Sin embargo, algo fallaba conTorm, algo estaba torcido. No cojeaba, pero caminaba con una especie deinclinacin extraa. Los dos lados de su cara no parecan cuadrar, y por ello

    pareca ladeado. Adems, tena arrebatos de ira impredecibles, a vecesautnticos arranques, durante los que gritaba y golpeaba violentamente o se

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    15/252

    rasgaba sus propias ropas y se araaba el cuerpo. Estaba entrando en laadolescencia y pareca estar madurando. Su furor se haba calmado y se estabaconvirtiendo en un excelente atleta. Todos sus pensamientos estaban puestos enel ejrcito, en ser un soldado y en ir a luchar con las legiones de Etra. Sin

    embargo, el ejrcito an no lo aceptaba, ni siquiera por un perodo de dos aoscomo cadete, as que nos oblig a Hoby, a Tib y a m a entrar en su ejrcito.Llevaba meses entrenndonos.

    Guardbamos nuestras espadas de madera y escudos en un escondite secretobajo uno de los enormes y antiguos sicmoros del parque, junto a lasespinilleras y los cascos de tiras de cuero que Sallo y yo habamos hecho bajo ladireccin de Torm. Su casco tena una pluma de pelos rojizos de crin de caballoque Sallo haba recogido en los establos y cosido, lo que le confera un aspectomagnfico. Siempre entrenbamos en un largo callejn cubierto de hierba en

    plena arboleda, junto a la muralla. Era un lugar retirado. Cuando me acercabacorriendo entre los rboles vi a los tres marchando por el callejn. Cog migorra, mi escudo y mi espada y, resoplando, me ca al suelo. Estuvimosentrenando durante un rato, cambiando de direccin y detenindonos a lasrdenes de Torm. Despus tuvimos que cuadrarnos mientras nuestrocomandante de vista de lince recorra su regimiento arriba y abajo,reprendiendo a uno de sus hombres por llevar su casco torcido, a otro por noformar erguido, por mudar su expresin o por mover los ojos.

    Qu tropa ms torpe gru. Malditos civiles. Cmo va a poderderrotar Etra a los votusanos con chusma como sta?

    Nosotros, impertrritos, seguamos con la mirada al frente, resueltos ennuestros corazones a derrotar a los votusanos como fuese.

    Muy bien dijo finalmente Torm. Tib, t y Gav seris los votusanos, yyo y Hoby seremos Etra. Vosotros emplazaros en las defensas y nosotrosharemos un ataque de caballera.

    Siempre les toca ser los etranos me dijo Tib mientras corramos parasituarnos en las defensas, una zanja de desage vieja y medio cubierta devegetacin que desembocaba en el exterior desde la muralla cercana. Porqu no podemos ser los etranos alguna vez?

    Era una pregunta retrica; no haba respuesta. Nos metimos en la zanja y nospreparamos para afrontar el violento ataque de la caballera de Etra.

    Por alguna razn, tardaron un poco en llegar, y Tib y yo tuvimos tiempo deconseguir una buena provisin de proyectiles: pequeos terrones duros y secosde un lado de la zanja. Cuando por fin omos los relinchos y los resoplidos delos caballos, nos pusimos de pie y arrojamos furiosamente nuestros proyectiles.La mayora no llegaron o fallaron, pero un terrn consigui alcanzar a Hoby enplena frente. No s si lo haba tirado Tib o yo. El golpe detuvo a Hoby duranteunos instantes y lo aturdi; su cabeza se balanceaba sorprendentemente de

    atrs a adelante y se qued mirando fijamente. Torm, en pleno ataque, gritabaA por ellos! Por los ancestros! Erra! Erra!, y baj de un salto a la zanja. Se

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    16/252

    acord de relinchar mientras saltaba. Por supuesto, Tib y yo nos tiramos haciaatrs antes del furioso ataque, lo que dio tiempo a Torm para mirar a sualrededor en busca de Hoby.

    Hoby se acercaba a toda velocidad. Su cara estaba negra de tierra y de rabia.

    Salt a la zanja y corri directamente hacia m con su espada de maderalevantada para asestarme con ella. Con la espalda apoyada en unos arbustos dela zanja, no poda ir a ningn sitio; slo poda levantar mi escudo y arremetercon mi espada lo mejor posible para parar su golpe.

    Las hojas de madera se deslizaron una contra otra, y la ma, desviada por elfuerte impacto, le golpe en la cara. Su espada cay a plomo sobre mi mano ymi mueca. Yo solt mi espada y aull de dolor.

    Eh! grit Torm No se vale golpear!Nos haba dado reglas muy estrictas sobre cmo usar nuestras armas.

    Debamos luchar como si bailsemos con nuestras espadas; podamos empujary esquivar, pero no golpear al adversario.Torm se interpuso entre nosotros. Al principio dirigi su atencin hacia m,

    puesto que yo lloraba y alargaba la mano, que me dola intensamente, ydespus se volvi hacia Hoby. Hoby segua teniendo las manos en la cara, ymanaba sangre entre sus dedos.

    Qu te pasa? Djame ver dijo Torm.No puedo ver, estoy ciego contest Hoby.No haba agua cerca de la Fuente del Arca. Nuestro comandante mantuvo la

    calma, y nos orden a Tib y a m que escondisemos las armas en el lugarhabitual y lo siguisemos inmediatamente, mientras l llevaba a Hoby a casa.Los alcanzamos en la fuente de la plaza frente a Arcamand. Torm estabalavando la tierra y la sangre de la cara de Hoby.

    No te dio en el ojo dijo. Estoy seguro de que no. No del todo.No se poda estar seguro. La tosca punta de mi espada de madera, que Hoby

    haba levantado hacia arriba, le haba hecho un corte desigual en el ojo o encimadel mismo, del que an manaba sangre. Torm hizo una bola con una tirarasgada de su tnica e hizo que Hoby se la apretase contra la herida.

    Est bien le dijo a Hoby. Estar bien. Una herida honorable, soldado!

    Hoby, al darse cuenta de que al menos poda ver por su ojo izquierdo graciasa que la sangre y la tierra ya no le cegaban, dej de llorar.

    Yo permanec en posicin de firmes cerca de all, muerto de miedo. Cuandovi que Hoby poda ver, fue un gran alivio, y dije:

    Lo siento, Hoby.l volvi la cabeza hacia m y me mir con el ojo que no estaba cubierto con

    la bola de tela.T, pequeo chivato dijo, t tiraste esa roca y luego fuiste a por mi

    cara!

    No era una roca! Slo era tierra! Y no tena intencin de darte... con laespada, me refiero... Se levant cuando t golpeaste...

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    17/252

    Tiraste una roca? me interrog Torm.Tib y yo lo negbamos y le dijimos que slo habamos lanzado terrones,

    cuando de pronto la cara de Torm cambi y tambin l se cuadr.Su padre, nuestro Padre, el Padre de Arcamand, Altan Serpesco Arca, nos

    haba visto junto a la fuente cuando caminaba hacia casa desde el Senado. Enese momento estaba a uno o dos metros de nosotros cuatro, y nos mirabafijamente. Detrs de l estaba su guardaespaldas Metter.

    El Padre era un hombre de anchas espaldas y fuertes brazos y manos. Susfacciones (frente y mejillas redondeadas, nariz respingona y ojos entornados)estaban llenas de energa y de mpetu. Le hicimos una reverencia y nosquedamos quietos.

    Qu pasa aqu? pregunt. Est herido el muchacho?Estbamos jugando, Padre dijo Torm. Se ha hecho un corte.

    Se ha lastimado el ojo?No, seor. No creo, seor.Enviadlo a Remen inmediatamente. Qu es eso?Tib y yo habamos tirado nuestros cascos en el escondite de las armas, pero

    tanto el casco con penacho de Torm como el menos adornado de Hoby seguanen sus cabezas.

    Es una gorra, seor.Es un casco. Habis estado jugando a soldados? Con estos chicos?Nos volvi a echar una ojeada a los tres.Torm segua callado.T me dijo el Padre, suponiendo que yo era el ms joven, dbil e

    impresionado de los tres, estabas jugando a soldados?Yo mir aterrorizado a Torm para saber qu hacer, pero l sigui callado e

    impertrrito.Entrenando, Altan-d musit.Ms bien parece que hayis estado luchando. Ensame esa mano no

    habl amenazadora o airadamente, sino con perfecta y fra autoridad.Yo alargu la mano, que ahora estaba hinchada y de color rojo y morado en la

    base del pulgar y en la mueca.

    Con qu armas?Volv a mirar a Torm con una splica agnica. Deba mentir al Padre?Torm miraba al frente. Yo tena que responder.De madera, Altan-d.Espadas de madera? Qu ms?Escudos, Altan-d.Est mintiendo dijo Torm de pronto, ni siquiera se entrena con

    nosotros, es slo un chiquillo. Estbamos intentando trepar a unos rboles de laarboleda de sicmoros, Hoby se cay y una rama le hizo un corte profundo.

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    18/252

    Altan Arca se qued callado durante un instante. Yo senta la extraa mezclade esperanza desenfrenada y absoluto temor que me recorra por dentro,siguiendo el camino de la mentira de Torm.

    El Padre habl lentamente.

    Pero estabais entrenando?A veces dijo Torm, e hizo una pausa, a veces les entreno.Con armas?Torm volvi a quedarse callado. El silencio se prolong hasta el lmite de lo

    soportable.Vosotros nos dijo el Padre a Tib y a m, llevad las armas al patio

    trasero. Torm, lleva a este muchacho a Remen y procura que lo cuiden. Despusven al patio de atrs.

    Todos nos inclinamos en una reverencia y nos fuimos tan rpido como

    pudimos. Tib estaba llorando y parloteaba asustado, pero yo estaba en unestado extrao y enfermizo, como si tuviese fiebre, y nada pareca demasiadoreal. Me senta bastante tranquilo pero no era capaz de hablar. Fuimos alescondite, sacamos las espadas de madera y los escudos, los cascos y lasespinilleras, y las llevamos de vuelta al patio trasero de Arcamand. All hicimosuna pequea pila con todo ello y nos quedamos esperando.

    El Padre sali, despus de haberse puesto ropa de calle, y se acerccaminando hacia nosotros. Poda sentir a Tib encogindose de terror. Yo hiceuna reverencia y me qued quieto. No tena miedo del Padre, no tanto como deHoby. Me senta intimidado por l. Confiaba en l. l era absolutamentepoderoso y justo. Hara lo correcto, y si tenamos que sufrir, sufriramos.

    Torm sali, caminando como una versin ms baja de su padre. Se detuvojunto al pequeo montn de armas de madera y salud al Padre, manteniendola barbilla levantada.

    Torm, sabes que es un crimen darle un arma a un esclavo.Torm farfull:S, seor.Sabes que no hay esclavos en el ejrcito de Etra. Los soldados son hombres

    libres. Tratar a un esclavo como a un soldado es una ofensa, una falta de respeto

    al ejrcito y a los ancestros. Ya lo sabes.S, seor.Eres culpable de ese crimen, esa ofensa, esa falta de respeto.Torm se qued quieto, aunque su cara temblaba horriblemente.Entonces, deben ser castigados los esclavos por ello o t?En ese momento los ojos de Torm se abrieron como platos. Esa posibilidad no

    se le haba ocurrido. Sigui sin decir nada. Hubo una larga pausa.Quin mandaba? dijo el Padre finalmente.Yo, seor.

    Entonces?Otra larga pausa.

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    19/252

    Yo debera ser castigado.Altan Arca asinti ligeramente.Y ellos? pregunt.Torm se debati consigo mismo y finalmente susurr:

    Ellos hacan lo que yo les haba ordenado, seor.Deberan ser castigados por seguir tus rdenes?No, seor.De nuevo un asentimiento de cabeza. Mir a Tib y a m como si estuvisemos

    a mucha distancia.Quemad esa basura nos dijo. Tened en cuenta esto, chicos: obedecer

    una orden criminal es un crimen. Slo quedis libres porque vuestro maestrocarga con la responsabilidad. T eres el chico del Pantano. Gav, no? Y t?

    Tib, seor. Cocina, seor susurr Tib.

    Quemad eso y volved al trabajo. Ven le dijo a Torm, y los dos marcharonjuntos bajo los largos soportales. Parecan soldados en un desfile.Nosotros fuimos a la cocina a por fuego, llevamos un palo ardiendo de la

    chimenea y prendimos fuego laboriosamente a las espadas de madera y losescudos, pero al poner encima las gorras de cuero y las espinilleras, stassofocaron las llamas. Raspamos las piezas de madera medio quemadas y elcuero apestoso, lo que nos caus no pocas quemaduras en las manos, yenterramos el revoltijo con la basura de la cocina. Por entonces ambosestbamos lloriqueando. Ser soldados haba sido duro, espantoso, glorioso; nossentamos orgullosos de haber sido soldados. A m me encantaba mi espada demadera. Sola ir a solas al escondrijo para sacarla y cantarle, pulir su tosca hojallena de astillas con una piedra y encerarla con grasa que haba guardado de micomida. Sin embargo, todo era mentira. Nunca habamos sido soldados, sloesclavos. Esclavos y cobardes. Yo haba traicionado a nuestro comandante. Measqueaban mi fracaso y mi deshonra.

    Llegbamos tarde a las clases de la tarde. Atravesamos la casa corriendo atoda velocidad hacia las aulas y entramos, resoplando. El maestro nos mir conindignacin.

    Id a lavaros fue todo lo que dijo.

    No habamos visto nuestras manos y ropas sucias. Entonces vi la cara de Tibmanchada de holln y de mocos, y supe que la ma estara igual.

    Ve con ellos y haz que se limpien, Sallo aadi Everra.Creo que la envi con nosotros por magnanimidad, al ver que ambos

    estbamos muy apenados.Haba visto a Torm en su sitio habitual en el banco de clase, pero Hoby no

    estaba.Qu ha pasado? nos pregunt Sallo mientras bamos a lavarnos.Y en el mismo momento yo pregunt:

    Qu ha dicho Torm?

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    20/252

    Ha dicho que el Padre os orden quemar algunos juguetes, as que igualllegabais tarde a clase.

    Torm nos haba encubierto, haba puesto una excusa por nosotros. Fue ungran alivio, y tan inmerecido despus de mi traicin hacia l que poda haber

    llorado de gratitud.Pero qu juguetes? Qu estabais haciendo?Yo negu con la cabeza, y Tib dijo:Haciendo de soldados para Torm-d.Cllate, Tib! le espet, aunque demasiado tarde.Por qu debera callarme?Es buscarse problemas.No fue culpa nuestra. El Padre lo dijo. Dijo que era culpa de Torm-d.No lo era. No hables de ello! Le ests traicionando!

    Bueno, l minti dijo Tib. Dijo que estbamos trepando a los rboles.Intentaba librarnos del problema!O librarse l dijo Tib.Ya habamos llegado a la fuente del patio, y Sallo casi empuj nuestras

    cabezas bajo el agua y nos restreg hasta limpiarnos. Le llev un rato. El aguaescoca, y sent fro en las quemaduras y en mi mano hinchada y dolorida. Entrefrotar y aclarar, Sallo nos sac la historia. Apenas dijo nada, excepto a Tib:

    Gav tiene razn. No hables de ello.Mientras volvamos al aula, yo pregunt:Hoby va a quedarse ciego de ese ojo?Torm-d dijo que estaba herido dijo Sallo.Hoby est muy enfadado conmigo dije yo.Y qu? espet Sallo. T no queras herirle, y l no quera herirte a ti. Si

    lo vuelve a intentar se buscar un verdadero problema.Sallo haba dicho la verdad. Aunque era dulce y despreocupada, se enardeca

    y luchaba por m como una gata por sus gatitosTodos lo saban, y a ella nunca le haba gustado Hoby.Antes de entrar en el aula, me rode con el brazo durante un momento,

    apoyndose en m y empujndome. Yo me apoy en ella y la empuj, y todo

    volvi a estar bien. Casi.

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    21/252

    2

    El ojo de Hoby no estaba daado. La fea herida le haba cortado la ceja por la

    mitad pero, como dijo Torm, no haba mucha belleza que estropear. Cuandoregres a la escuela al da siguiente haca bromas, estaba resignado por sucabeza vendada y simptico con todo el mundo, excepto conmigo. Fuese cualfuese el autntico motivo de su rivalidad y humillacin, tanto si pensabaverdaderamente que yo le haba tirado una piedra a la cara como si no, habadecidido considerarme como un enemigo y a partir de entonces estuvo en micontra.

    En una casa grande como Arcamand, un esclavo que quiera causar problemasa otro esclavo tiene muchas oportunidades de hacerlo. Afortunadamente, Hoby

    dorma en los barracones mientras que yo an estaba en la casa. Sin embargo,mientras escribo esta historia para ti, mi querida esposa, y para cualquiera quequiera leerla, me encuentro pensando de la forma en que lo haca en aquelentonces, hace veinte aos, como un muchacho y como un esclavo. Misrecuerdos me traen el pasado tan vvidamente como si fuese el presente, aqu yahora, y olvido que hay cosas que explicar, no slo a ti sino quiz tambin a m.Al escribir sobre nuestra vida en la casa de Arcamand, en la ciudad estado deEtra, me repliego en ella y la veo como la vea entonces, desde dentro y desdeabajo, sin compararla con nada, como si fuese la nica forma de vida posible.

    As ven el mundo los nios, y tambin la mayora de los esclavos. La libertad es,en gran medida, darse cuenta de que hay alternativas.Etra era lo nico que yo conoca entonces. Las ciudades estado estaban casi

    siempre en guerra, por lo que los soldados eran importantes. Los soldadospertenecan a las dos clases ms altas, los bien nacidos, entre los cuales se elegaal Senado regente, y los hombres libres: campesinos, comerciantes, contratistas,arquitectos, etctera. Los hombres libres varones tienen derecho a votar algunasleyes pero no a ocupar cargos pblicos. Entre los hombres libres hay unpequeo nmero de esclavos liberados. Por debajo de ellos se encuentran los

    esclavos.Los trabajos fsicos los realizan mujeres de todas las clases en la casa, y losesclavos tanto dentro como fuera de la casa. Los esclavos son capturados en las

    batallas y en las incursiones o criados en casa, y las familias de las dos clasessuperiores los compran o los regalan. Un esclavo no tiene derechos legales y nopuede casarse ni atribuirse padres o hijos.

    Los habitantes de las ciudades estado veneran a los antepasados de los vivos.Los que no tienen antepasados, como los esclavos liberados y los esclavos, slopueden venerar a los antepasados de la familia a la que pertenecen o a losantepasados de la ciudad, grandes espritus de tiempos pasados. Adems, los

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    22/252

    esclavos veneran a algunos dioses conocidos en las tierras de la costaoccidental: Ennu, el Seor de Raniu, y Suerte.

    Es evidente que yo nac esclavo, porque estoy hablando sobre todo de ellos.Si uno lee una historia de Etra o de cualquier otra ciudad estado, en ella

    aparecen reyes, senadores, generales, valientes soldados y ricos comerciantes;los hechos de la gente poderosa y libre para actuar. No trata sobre esclavos. Lacualidad y la virtud de un esclavo es la invisibilidad. Los que no tienen ningnpoder necesitan ser invisibles incluso ante ellos mismos. Eso era algo que Salloya saba, y que yo estaba aprendiendo.

    Nosotros los esclavos, la gente domstica, comamos en la despensa, dondesiempre nos daban gachas de cereal o pan, queso y olivas, fruta fresca o seca,leche y sopa caliente de noche o en las maanas de invierno. Nuestras ropas yzapatos eran buenos, y nuestra cama estaba limpia y caliente. Arcamand era

    una casa prspera y generosa. La Madre hablaba con desprecio de los maestrosque enviaban a sus esclavos a la calle descalzos, hambrientos o marcados congolpes. En Arcamand, los esclavos ancianos que ya no servan para trabajareran mantenidos, alimentados y vestidos hasta su muerte. Gammy, a quienSallo y yo queramos y que haba sido la niera del Padre, fue tratada conespecial amabilidad en su vejez. Presumamos ante esclavos de otras casas deque nuestra sopa estaba hecha con carne y de que nuestras sbanas eran delana, y mirbamos con suficiencia los uniformes que algunos de ellos tenan quellevar, y que nos parecan llamativos y de mala calidad. No eran tradicionales,ancestrales, consistentes y robustos, como lo era todo en nuestra casa.

    Los esclavos varones adultos dorman en un gran edificio separado, en losbarracones junto al patio trasero, y las mujeres y los nios en un grandormitorio cerca de las cocinas. Los bebs de la familia y de la gente de la casa ysus nodrizas disponan de una guardera cerca de las habitaciones de la familia.Las muchachas regalo vivan y entretenan a sus visitantes o amantes en lasestancias de seda, agradables apartamentos junto al jardn interior occidental.

    Las mujeres decidan cundo un muchacho deba mudarse a los barraconesde los hombres. Haca unos meses que haban enviado a Hoby al otro lado delpatio para librarse de l, puesto que intimidaba mucho a los chicos ms jvenes

    del dormitorio. Creo que los muchachos ms mayores de los barracones fueronduros con l al principio, pero aun as l lo consideraba como una promocin ala edad adulta y se burlaba de nosotros por dormir en el pajar.

    Tib tambin deseaba que le enviasen al otro lado del patio, pero yo era muyfeliz en el dormitorio, donde Sallo y yo tenamos nuestro pequeo rincn conuna taquilla y un colchn para nosotros solos. Al morir Gammy, que nos habacriado, nos dejaron cuidarnos el uno al otro. Puesto que los esclavos no tenanpadres ni hijos, una mujer poda cuidar a uno o a varios nios en un dormitorio.Ningn nio dorma solo, y algunos tenan a varas mujeres cuidando de l. Los

    nios llamaban a todas las mujeres ta. Nuestras tas decan que yo no

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    23/252

    necesitaba una cuidadora puesto que tena una hermana tan buena, y yo estabade acuerdo.

    Mi hermana ya no tena que protegerme de las persecuciones de Hoby en eldormitorio, pero empeoraron en el resto de lugares. Mis tareas de barrer me

    llevaban por toda la casa, y Hoby no me perda de vista en ningn patio opasillo, donde era probable que no hubiese nadie ms. Cuando me encontraba asolas, me agarraba por la nuca, me levantaba y me sacuda como un perrosacude a una rata para partirle el cuello, sin dejar de sonrer delante de mi cara.Despus me tiraba con fuerza al suelo, me golpeaba y se iba. Era horrible serlevantado de esa forma sin poder defenderme. Yo le daba patadas y golpesfrenticamente, pero mis brazos eran mucho ms cortos que los suyos y nopoda alcanzarle, y si consegua darle una patada no pareca que le doliese. Nome atreva a gritar pidiendo auxilio, puesto que una pelea entre esclavos que

    molestase a miembros de la familia sera severamente castigada. Supongo quemi indefensin acrecent su crueldad, porque sta aument. Nunca me sacudani me golpeaba delante de otras personas, sino que me esperaba cada vez conms frecuencia y me haca una zancadilla o me tiraba el plato de comida deentre las manos, entre otras cosas. Lo peor de todo era que contaba mentirassobre m a todo el mundo, acusndome de robar y de ser un chivato.

    En el dormitorio, las mujeres apenas prestaban atencin a los chismes deHoby, pero los muchachos mayores de los barracones le escuchaban yempezaron a tratarme como un pequeo espa despreciable y un enchufado delmaestro. Yo no los vea mucho, puesto que su trabajo los mantena alejados demi itinerario. Sin embargo, vea cada da a Torm en clase. Desde la batalla en lazanja, Torm haba dejado de vernos a Tib y a m y haba escogido a Hoby comonico compaero. A Hoby le haba dado por llamarme estircol, y Tormtambin empez a hacerlo.

    Everra no poda reconvenir a Torm directamente. Torm era el hijo del Padre.Nuestro maestro de escuela era un esclavo; era su papel, no su persona, lo queera respetado. Poda corregir los errores de Torm al leer, medir o tocar msica,pero no su comportamiento. Poda decir Tienes que volver a hacer eseejercicio, pero no Deja de hacer eso!. Sin embargo, los arrebatos de clera

    cuando era ms joven le haban dado a Everra una excusa y un recurso que anempleaba para controlarlo. Cuando Torm empezaba a gritar y golpear, Everrasola arrastrarlo fuera de la clase y encerrarlo en un cuarto trastero al otro ladodel pasillo, con la amenaza de que si sala, les contara su mala conducta a laMadre y al Padre. All, Torm superaba su arrebato a solas y esperaba hasta serliberado. De hecho, ser encerrado quiz fuese una ayuda para l, porque inclusocuando gritaba y echaba espuma por la boca, cuando haba crecido tanto queera demasiado fuerte para que Everra pudiese controlarlo, si el maestro decaTorm-d, al cuarto del pasillo, l se iba corriendo hacia all y dejaba que

    cerrasen la puerta. Haca ya casi un ao que no haba tenido arrebatos de esetipo, excepto en una o dos ocasiones en las que haba estado inquieto y agitado,

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    24/252

    molestando a todo el mundo hasta Everra le haba dicho en voz baja Al cuartodel pasillo, por favor, y l haba ido, obediente como siempre.

    Una maana de primavera, en la clase, Hoby estaba empeado en acosarme:movi el banco cuando yo estaba escribiendo, tir la tinta, me acus de intentar

    echar a perder su cuaderno y me pellizc con todas sus fuerzas cuando tuveque pasar por su lado. El maestro lo pesc haciendo eso y le dijo:Quita tus manos de Gavir, Hoby. Levntalas!Hoby se puso de pie y puso las palmas hacia arriba para ser castigado,

    sonriendo avergonzado y estoico.Sin embargo, Torm dijo:No ha hecho nada para ser castigado.Everra se qued callado y perplejo. Finalmente dijo:Estaba atormentando a Gavir, Torm-d.

    Ese chico es estircol. l debera ser castigado; no Hoby. l tir la tinta.Eso fue un accidente, Torm-d. Yo no castigo accidentes.No lo fue. Hoby no ha hecho nada para ser castigado. Castiga al chico

    estircol.Aunque Torm no caa en el agitado frenes de sus antiguos arrebatos, lo tena

    en su rostro, en su gesto y en su mirada perdida. Nuestro maestro se quedcallado. Lo vi echar un vistazo a Ya ven, que estaba al otro lado del aula,inclinado sobre la mesa de dibujo, absorto en medir un plano arquitectnico. Yotambin esperaba que el hermano mayor se diera cuenta de lo que suceda, perono fue as; Astano no se encontraba ese da en clase.

    Finalmente, Everra dijo:Al cuarto del pasillo, por favor, Torm-d.Torm, obedeciendo automticamente, dio uno o dos pasos, y luego se detuvo.Se dio la vuelta para mirar al maestro.Yo, yo, yo le ordeno que castigue al chico estircol dijo torpemente,

    apenas capaz de pronunciar las palabras.Su rostro temblaba y se estremeca como aquel da en que lo reprendi su

    padre.El rostro de Everra empalideci. Se qued quieto, y pareca dbil y anciano.

    De nuevo dirigi su mirada a Yaven.sta es mi clase, Torm-d dijo finalmente, con dignidad, pero casi no se le

    oy.Y t eres un esclavo y yo te he dado una orden! grit Torm.Su voz, que an no le haba cambiado, son estridente.En ese momento, Yaven oy algo y, enderezndose, mir a su alrededor.Torm? exclam.Ya he tenido bastante de esta porquera y esta desobediencia! grit Torm

    con su voz resonante y estridente como la de una vieja loca. Quiz fue eso lo

    que hizo rer a Miv, de cuatro aos. Su pequea risita reson en el aula. Torm

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    25/252

    atac al chiquillo, propinndole un golpe en la cabeza que le tir del bancocontra la pared.

    Yaven se acerc hasta all y, disculpndose solemne y precipitadamente anteel maestro, cogi del brazo a su hermano y lo sac del aula. Torm no se resisti

    ni dijo nada. An tena la mirada perdida, pero su rostro se haba relajado ypareca confundido.Hoby sigui mirando hacia atrs con la misma expresin apagada y afligida.

    Yo nunca haba visto tan claramente que era casi la misma expresin que tenahabitualmente.

    Sallo haba cogido en brazos al pequeo Miv, que no haba hecho ningnruido. Durante unos instantes pareci desorientado, y luego se retorci y pusola cara contra el brazo de Sallo. Si llor fue en silencio.

    El maestro se arrodill a su lado e intent asegurarse de que el nio no

    hubiese sufrido ninguna herida adems del moratn, que no tardara enextenderse por la mitad de su cara. Le dijo a Sallo y a Oco, la hermana de Miv,que le llevasen a la fuente del atrio y le lavasen la cara. Despus se volvi haciaRis, Sotur, Tib, Hoby y yo, los nicos alumnos que quedbamos.

    Vamos a leer a Trudec dijo, con voz an ronca y dbil. La decimosextamoralidad. Sobre la paciencia.

    Le dijo a Sotur que comenzase, y ella ley, atrancndose valientemente.Soturovaso era la sobrina del Padre. Su padre haba muerto en el asedio de

    Morva, poco despus de que su madre muriese en el parto, as que era unahurfana en la familia, la ltima y la ms pequea entre ellos. Tena la mismatranquila modestia que su primo mayor Astano, en quien confiaba y al queimitaba, pero su carcter era muy diferente. No era una rebelde pero tampocoestaba resignada. Era un alma solitaria.

    En ese momento estaba muy disgustada por el desafo de Torm y sudescortesa hacia nuestro maestro, a quien ella amaba. Puesto que ella era lanica de la familia en el aula, se senta responsable de esa herida y de lasdisculpas que deban pedirse a continuacin. Ella, una nia de doce aos, nopoda hacer nada, excepto obedecer de inmediato y mostrar al maestro la mayorcortesa, lo cual hizo. Sin embargo, ley muy mal. El libro temblaba en sus

    manos. Everra no tard en darle las gracias y me dijo que siguiera leyendo elfragmento.

    Cuando empec a leer, o que Hoby, sentado en el banco detrs de m, semova impaciente y susurraba algo. El maestro le dirigi la mirada y se call,pero no del todo. Mientras lea, yo era plenamente consciente de que l estabadetrs de m.

    De algn modo, conseguimos terminar las clases de la maana. Cuando casihabamos acabado, Sallo volvi y nos inform de que haba dejado al pequeoMiv y a su hermana con el curandero Remen, porque Miv estaba mareado y se

    quedaba dormido una y otra vez. La Madre haba sido informada y vendra aver al nio. Eso era tranquilizador. El viejo Remen slo era un esclavo que

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    26/252

    arreglaba cosas, cuyo nico remedio para todo consista en una pomada deconsuelda y t de hierba gatera, pero la Madre era una curandera renombrada yexperimentada.

    Arca cuida de los suyos, incluso de los ms pequeos dijo Everra con

    gratitud solemne. Cuando os vayis, id a rendir culto a los ancestros.Pedidles que bendigan a todos los nios de la casa, a todos sus nios y a suamable Madre.

    Todos lo obedecimos. Slo Sotur poda entrar donde estaban los ancestros,cuyos nombres e imgenes talladas llenaban las paredes de la gran salaabovedada y dbilmente iluminada. Los domsticos nos arrodillbamos en laantesala. Sallo sostena su pequeo Ennu-M en su mano cerrada y murmurabaEnnu, bendcenos y s bendecido, haz que Miv se cure. Yo te sigo, Ennu-M,querido gua. Yo hice una reverencia y me arrodill por mi ancestro elegido,

    Altan Bodo Arca, que haba sido Padre de la casa de haca cien aos, y cuyoretrato, tallado en relieve sobre piedra y pintado, poda verse desde donde yome arrodillaba. Tena un rostro hermoso, como un halcn bondadoso, y sus ojosme miraban directamente. Desde muy pequeo haba decidido que l sera mprotector especial, y tambin que l saba lo que yo estaba pensando. No tuveque decirle que en esos momentos tena miedo de Torm y de Hoby. l ya losaba.

    Gran Sombra, Antepasado, Abuelo Altan-d, haz que me libre de ellos leped en silencio, o que no estn tan enfadados. Gracias; Despus de uninstante, aad: Y, por favor, hazme ms valiente.

    se era un buen pensamiento. Iba a necesitar coraje ese da.Sallo y yo barrimos juntos y no nos separamos mientras ella teja y yo copiaba

    nuestros deberes de geometra. No vimos a Hoby en la despensa ni por la casa.Al caer la tarde, pens que me haba librado. Mientras volva de las letrinashacia el patio de las mujeres, preguntndome si deba ir a dar gracias alAncestro, o la voz de Hoby detrs de m:

    Ah est!Empec a correr, pero l y sus robustos amigos no tardaron en atraparme. Yo

    golpe, grit y luch, pero era un conejo entre perros de caza.

    Me llevaron al pozo que haba detrs de los barracones, sacaron el cubo y,por turnos, me metieron en el pozo cabeza abajo, agarrndome por las piernas y

    bajndome hasta que me metieron la cabeza bajo el agua. Yo me asfixiaba yrespiraba agua, y entonces me suban lo justo para que me recobrase.

    Cuando volvan a subirme, sofocado, retorcindome y vomitando, Hoby seacercaba a m y me deca con un tono de voz extrao y montono:

    Esto es por traicionar a tu maestro, pequeo traidor. Por hacerle la pelota aese maestro viejo y asqueroso, rata de pantano. Ahora veremos si te gustamojarte, rata de pantano.

    Entonces me volvieron a meter en el pozo, y no importaba que yo apoyase losbrazos contra las piedras y apartase la cabeza del agua; ellos seguan

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    27/252

    empujndome ms y ms abajo hasta que el agua inundaba mis fosas nasales yempezaba a jadear y a asfixiarme. Me ahogaba. No s cuntas veces lo hicieron,puesto que perd la conciencia, pero deb de quedarme como un peso muerto yellos debieron de asustarse mucho al pensar que me haban matado.

    Es un crimen capital que alguien que no sea su amo mate a un esclavo. Aspues, huyeron y me dejaron all tirado junto a la boca del pozo.Fue el viejo Remen, el esclavo reparador, quien me encontr cuando iba al

    pozo de la parte de atrs, pues siempre deca que su agua era ms pura que lade las fuentes.

    Me ca encima de l en la oscuridad deca al cabo del tiempo cuandocontaba la historia. Pens que era un gato muerto! No, demasiado grandepara ser un gato. Quin ha ahogado a un perro en el pozo? No, no es un perroahogado, es un chico ahogado! Por el dios Suerte! Quin ha estado ahogando

    a chicos aqu?Yo nunca respond a esa pregunta.Supongo que los chicos pensaron que su tortura no dejara heridas visibles,

    por lo que mis acusaciones contra ellos podran ser rechazadas por falta depruebas pero, de hecho, mis brazos, manos y cabeza quedaron magullados ehinchados con moratones por mis forcejeos en el pozo. Incluso mis tobillosestaban negros y azules a causa de sus manos despiadadas. Como eran fuertes yrobustos, probablemente no se dieron cuenta de que me estaban haciendoautntico dao, adems de aterrorizarme.

    Esa noche fui a la pequea enfermera de Remen. Aunque me dolan el pechoy la cabeza, me qued tendido tranquilamente, flotando en una laguna pocoprofunda de luz dbil y amarillenta y sintiendo el silencio que sala de m comolas ondas sobre el agua calma. Poco a poco fui consciente de que mi hermanaSallo dorma a mi lado, y eso hizo an ms dulce mi placidez maravillosa. Mequed as largo tiempo, a veces viendo slo dbiles luces doradas y sombras, yen ocasiones recordando cosas. Acudieron a mi memoria los juncos y el aguaplcida, sedosa y azul, y la colina azul en la distancia. Despus slo vi la lagunade luz y las sombras, y volv a escuchar la respiracin de Sallo durante un rato.Entonces me acord de la voz de Hoby Ah est!, pero el miedo era como el

    dolor en mi cuerpo y en mi cabeza, remoto y tranquilo. Gir un poco la cabeza yvi la pequea lmpara de aceite que verta esa interminable laguna de luz cliday dorada de su grano de fuego. Record al hombre en la habitacin alta yoscura. Estaba sentado frente a un escritorio lleno de libros y papeles, con unalmpara. La mesa estaba bajo una ventana alta y estrecha. El hombre se dio lavuelta para mirarme cuando yo entr en la habitacin. Esta vez le vi muyclaramente. Su pelo se estaba encaneciendo y su rostro, fiero y amable, separeca un poco al del ancestro, con la diferencia que el del ancestro estaba llenode orgullo y el suyo de tristeza. Al verme sonri y pronunci mi nombre, Gavir.

    Gavir, dijo de nuevo... y yo estaba en la laguna de luz dbil, mirando haciaarriba y a lo lejos, al parecer, al rostro de una mujer. Un pauelo de lana blanca

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    28/252

    le cubra parcialmente la cabeza. Su rostro era terso y solemne. Se pareca aAstano pero no era ella. Pens que estaba recordndola. Poco a poco me fuidando cuenta de que era la Madre, Falimer Galleco Arca, cuyo rostro no habaobservado abiertamente en mi vida. En esos momentos estaba tumbado,

    sooliento y sin miedo, mirndola como si fuese una imagen tallada, unAncestro.A mi lado, Sallo, profundamente dormida, se movi ligeramente.La Madre puso el dorso de la mano en mi frente durante unos instantes y

    asinti ligeramente.Ests bien? murmur.Yo estaba demasiado cansado y sooliento para hablar, pero deb de asentir o

    sonrer, porque ella esboz una sonrisa, me toc una mejilla y dio unos pasos.Cerca de mi cama haba una cuna, y ella se detuvo junto a ella durante unos

    instantes. All estara el pequeo Miv, pens, mientras regresaba al silencio de lalaguna de luz. Record cuando fuimos a enterrar a Miv, junto al ro, y que lossauces eran como lluvia verde en la lluvia gris de la primavera. Record a Oco,la hermana de Miv, que estaba junto a la pequea tumba negra con una ramafloreciente en la mano. Record cuando todos fuimos al ro para enterrar a laanciana Gammy. Eso era en invierno. Los sauces, pelados, se inclinaban sobrelos mrgenes del ro, pero yo entonces no estaba tan triste porque era como unda de fiesta, un festival. Mucha gente haba acudido para enterrar a Gammy, ydespus se celebrara una comida en su honor. Yo record brevemente otrasocasiones pasadas all, tambin en primavera, pero no saba quin estaba siendoenterrado. Pens que quiz fuese yo mismo. Vi la tristeza en los ojos del hombresentado al lado de la lmpara que estaba encima de la mesa en la habitacin altay oscura.

    Lleg la maana. La suave luz del sol luca en lugar de la dbil lagunadorada. Sallo se haba ido. Miv era un pequeo bulto en la cuna cercana. En elotro extremo de la habitacin yaca un anciano en la cama. Era Loter, que habasido cocinero hasta que envejeci y enferm, y que se encontraba all paramorir. Remen le estaba ayudando a sentarse encima de una almohada, y Lotergema y refunfuaba. Yo me sent bien y me levant, pero en ese momento sent

    un dolor en la cabeza y me mare. Me dola en muchos sitios, as que me senten la cama durante un rato.

    Te has levantado, rata de pantano? dijo Remen, acercndose a m.Me toc algunos chichones de la cabeza. Me haba entablillado un dedo

    dislocado de mi mano derecha, y me explic el dislocamiento mientras loexaminaba.

    Lo superars dijo. Vosotros los chicos sois fuertes. Por cierto, quin telo hizo?

    Yo me encog de hombros.

    l me mir, asinti ligeramente y no volvi a preguntar. Tanto l como yoramos esclavos, y vivamos en una complicidad de silencios.

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    29/252

    Remen no dej que me fuese de la enfermera esa maana, y dijo que laMadre ira para vernos a Miv y a m, as que me sent en la cama y examin mischichones y cortes, que eran numerosos e interesantes. Cuando me aburr deellos recit fragmentos de El asedio y la rendicin de Sentas, cantando los versos.

    Poco despus del medioda, Miv se despert finalmente, y yo pude acercarme yhablar con l. Estaba muy aturdido y deca cosas sin sentido. Me mir y mepregunt por qu yo era dos.

    Dos qu? le pregunt, y l respondi:Dos Gav.Ve doble dijo el anciano Remen, acercndose. Ha sido el golpe en la

    cabeza... Ama!Se inclin en una reverencia, y yo tambin lo hice, cuando la Madre entr en

    la sala.

    La Madre examin a Miv a conciencia. Su cabeza pareca deforme en el ladoizquierdo debido a la hinchazn, y la Madre le mir el odo y apretligeramente su crneo y sus pmulos. Su rostro tena una expresinpreocupada, pero filialmente dijo: Est volviendo en s, con su voz dulce yprofunda, y sonri. Lo tena sentado en sus rodillas, y le habl con ternura:

    No es cierto, pequeo Miv? Ests volviendo con nosotros.Me duele mucho dijo Miv lastimeramente, entornando los ojos y

    parpadeando. Va a venir Oco?Remen, escandalizado, intent que se dirigiese apropiadamente a la Madre,

    pero ella le hizo un gesto de rechazo con la mano.Es slo un cro dijo. Me alegro de que decidieras volver, pequen.Lo sostuvo durante un rato, con la mejilla del nio contra su pelo, y despus

    lo volvi a poner en su cuna y le dijo:Ahora vulvete a dormir. Cuando te despiertes tu hermana estar aqu.Vale dijo Miv, antes de acurrucarse y cerrar los ojos.Qu corderito dijo la Madre, y me mir. Ah, ests despierto y

    levantado. Bien hecho! aadi.Se pareca a su esbelta hija Astano, pero su cara, como su cuerpo, era rolliza,

    suave e impactante. La mirada de Astano era tmida, pero la de su madre era

    segura. Por supuesto, yo baj la mirada inmediatamente.Quin te ha hecho dao, muchacho? me pregunt.No responderle al viejo Remen era una cosa, pero no responderle a la Madre

    era muy diferente.Despus de una tensa pausa, dije lo nico que se me ocurri:Me ca al pozo, mi ama.Oh, ven dijo, con tono de reproche y de que le haca gracia.Yo segu callado.Eres un nio muy torpe, Gavir dijo con su voz musical, pero eres

    valiente.Examin mis chichones y moratones.

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    30/252

    Yo lo veo bien. Remen. Cmo est la mano? Me cogi la mano y mir eldedo dislocado. Eso llevar algunas semanas. T eres el estudiante, no esas? Nada de escribir durante un tiempo. Everra sabr mantenerte ocupado. Yapuedes irte.

    Le hice una reverencia a la Madre, le di las gracias al viejo Bremen y sal.Corr hacia la despensa y all encontr a Sallo. Mientras nos abrazbamos y ellame preguntaba si de verdad me encontraba bien, yo le contaba que la Madresaba mi nombre y quin era yo, y que me haba llamado el estudiante!

    No le dije que me haba dicho que era valiente. Eso era demasiadodesmesurado para hablar de ello.

    Cuando intent comer me di cuenta de que no poda tragar bien y meempez a doler la cabeza, as que Sallo me acompa al dormitorio y me dejen nuestra cama. All pas esa tarde y la mayor parte del da siguiente,

    durmiendo mucho. Me despert muerto de hambre y sintindome bien, exceptoque pareca, como dijo Sotur, que me hubiesen abandonado en un campo debatalla para los cuervos.

    Slo haba pasado dos das sin ir a clase, pero me recibieron como si mehubiese ausentado meses, y yo tena la misma impresin. El maestro me tom lamano herida entre sus manos, largas y de fuertes dedos, y me dio un solo golpe.

    Cuando se cure, Gavir, voy a ensearte a escribir bien y con claridad dijo. Se acab el garabatear en el cuaderno. De acuerdo?

    Sonrea, y por alguna razn, lo que dijo me hizo muy feliz. Su frase implicabaque yo le importaba y revelaba un inters por m tan agradable como su tacto.

    Hoby observaba. Torm observaba. Yo me di la vuelta y les mir a la cara. Lehice una ligera reverencia a Torm, y l gir la cabeza. Luego dije:

    Hola, Hoby.Tena mala cara. Creo que se asust al ver mis chichones y moratones en toda

    su gloria verde y morada, pero saba que no me haba chivado de l. Todos losaban, y casi todo el mundo saba quin me haba atacado. Podran habersilencios, pero no haban secretos en nuestra vida.

    Por el contrario, si yo no acusaba a nadie, no era asunto de nadie, ni siquierade los amos.

    Torm se haba alejado de m con un gesto adusto, pero Yaven y Astano eranamables y amistosos. En cuanto a Sotur, era evidente que ella pensaba quehaba sido desconsiderado o cruel por su parte decir que pareca que me habanabandonado para los cuervos, porque cuando pudo hablar conmigo sin quenadie pudiese orla me dijo:

    Gavir, eres un hroe.Habl solemnemente, y pareca estar a punto de llorar.Yo an no entenda que la cuestin iba ms all de mi insignificante

    participacin en el asunto.

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    31/252

    Sallo haba dicho que el pequeo Miv se quedara en la enfermera hasta queestuviese bien, y sabiendo que estaba al cuidado de la Madre no pens ms enl ni en mis sueos febriles sobre el funeral.

    Sin embargo, esa misma noche en el dormitorio, Ennumer, que cuidaba a Miv

    y a Oco, estaba llorando. Todas las mujeres y las chicas se agruparon a sualrededor, Sallo entre ellas. Tib se acerc a m y me susurr lo que haba odo:Miv estaba sangrando por su odo, y ellas pensaban que el golpe de Torm lehaba roto la cabeza. Entonces record los sauces verdes junto al ro y se mehel el corazn.

    Al da siguiente, Miv tuvo convulsiones varias veces. Supimos que la Madrehaba ido a la enfermera y se haba quedado con l esa tarde y esa noche.Record cmo haba estado junto a mi cama bajo la luz dorada. Esa noche,cuando estbamos sentados en nuestro colchn, les dije a Tib y a Sallo:

    La Madre es tan buena como Ennu.Sallo asinti y me abraz, pero Tib dijo:Sabe quin le ha golpeado.Y qu cambia eso?Tib puso mala cara.Yo estaba enfadado con l.Ella es nuestra Madre dije. Se preocupa por todos nosotros. Es buena.

    T no sabes nada sobre ella.Sent que la conoca de la manera en que el corazn conoce lo que ama. Ella

    me haba tocado con su suave mano. Me haba dicho que era valiente.Tib se encorv, se encogi de hombros y se qued callado. Estaba

    malhumorado y triste desde que Hoby se haba alejado de l. Yo an era suamigo, pero siempre haba deseado la amistad de Hoby mucho ms que la ma.Ahora vea mis cortes y moratones con lstima y desasosiego, y se comportabatmidamente conmigo. Haba sido Sallo quien le haba convencido para queviniera a nuestro rincn a sentarse y a hablar con nosotros antes de que lasmujeres apagasen las luces.

    Me alegro de que deje que Oco se quede con Miv dijo Sallo. Pobre Oco,est tan asustada por l.

    A Ennumer tambin le hubiese gustado estar con l dijo Tib.La Madre es una curandera! dije yo. Ella cuidar de l. Ennumer no

    poda hacer nada. Lo nico que hubiese hecho es aullar, como ahora.De hecho, Ennumer era una joven estpida y escandalosa, y con la mitad del

    sentido comn que Oco, que slo tena seis aos. Aunque los haba cuidado deforma un tanto irregular, quera mucho a Oco y a Miv, al que llamaba mimueco. Ahora su pena era real, y muy ruidosa.

    Oh, mi pobre muequito! gritaba. Quiero verlo! Quiero tenerlo entremis brazos!

    La directora se acerc a ella y le puso las manos en los hombros.Clmate le dijo. Est en brazos de la Madre.

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    32/252

    Con lgrimas cubrindole el rostro, la asustada Ennumer se calm.Haca muchos aos que Iemmer era directora de Arcamand, y tena gran

    autoridad. Informaba a la Madre y a la familia, naturalmente, pero nunca sacprovecho personal a costa de causar problemas a otra gente de la casa, como

    pudo haber hecho. La Madre haba dejado muy claro que no le gustaban loschismosos ni los pelotas al vender a una chismosa y escoger a Iemmer comodirectora. Iemmer jugaba limpio. Tena preferidos (entre nosotros, Sallo era supredilecta), pero nunca favoreca ni se meta con nadie.

    Para Ennumer, ella era una figura imponente, mucho ms poderosa que laMadre.

    Ennumer lloriqueaba sin hacer ruido y se dejaba consolar por las mujeres quela rodeaban. Ella haba llegado all cinco aos atrs. Haba sido un regalo decumpleaos para Soter, el hermano mayor de Sotur. Por aquel entonces era una

    hermosa muchacha de quince aos, sin formacin y analfabeta, puesto que lafamilia Herra, como tantas otras, pensaba que era una ostentacin innecesaria eincluso un riesgo el educar a los esclavos, en especial a las esclavas jvenes.

    Yo saba que Ennumer haba tenido hijos, quiz dos o tres. Los dos hermanosmayores de Sotur requirieron de sus servicios. Ella se qued embarazada ydieron a su hijo a una de las nodrizas, y poco despus fue canjeado por esclavosde otra casa. Miv y Oco haban sido parte de esos intercambios. Los nios solanser vendidos o canjeados. Gammy sola decirnos:

    Yo par a seis y no cuid a ninguno. Despus de amamantar a Altan-d, noquise hacer de madre de ningn otro nio. Y entonces llegasteis vosotros paramolestarme en mi vejez!

    Rara vez se venda una madre en lugar del hijo; Eso fue lo que sucedi conHoby. Haba nacido el mismo da que Torm, el hijo de la familia, y alegando esocomo presagio o augurio, el Padre orden que se quedase. Su madre, unamuchacha regalo, haba sido vendida inmediatamente para evitar lascomplicaciones derivadas del parentesco. Una madre puede pensar que el hijoque pari es suyo, pero alguien que es una propiedad no puede tenerpropiedades. Pertenecemos a la familia, la Madre es nuestra madre y el Padrenuestro padre. Yo lo entenda.

    Tambin entenda por qu lloraba Ennumer, pero para un muchacho de miedad las penas de una mujer eran demasiado turbadoras para podersoportarlas. Yo las evitaba; me cerraba ante ellas.

    Juegas a la emboscada? desafi a Tib.Sacamos las pizarras, marcamos las casillas con tiza y jugamos a la

    emboscada hasta que apagaron la luz.Miv muri al alba del da siguiente.

    Normalmente, la muerte de un nio esclavo no hubiese alterado la vida de

    una gran casa como la de Arcamand. Las mujeres esclavas lloraran y lasmujeres de la familia acudiran con palabras amables y regalos con envoltorios

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    33/252

    funerarios o dinero para comprarlos. Muy de maana, un pequeo grupo deesclavos ataviados de color blanco fnebre llevaran la camilla hasta elcementerio al lado del ro y rezaran en la tumba de Ennu para que condujese ala pequea alma a casa, regresaran llorando y se pondran a trabajar.

    Sin embargo, esta muerte no era muy normal. Todos en Arcamand sabamospor qu haba muerto Miv, y era un conocimiento turbador. En esta ocasin,fueron los esclavos los que hablaron y los maestros los que guardaron silencio.

    Por supuesto, los esclavos slo hablaron con otros esclavos.Sin embargo, se habl como yo nunca haba odo: con ira amarga y con

    indignacin, y no slo las mujeres, sino tambin los hombres. Metter, elguardaespaldas del Padre, respetado por todos por su fuerza y su dignidad,dijo en los barracones que la muerte del nio era una deshonra para la familia yque los ancestros exigiran una reparacin. Sem, el encargado de las cuadras, un

    hombre vigoroso, inteligente e intrpido, dijo que Torm era un perro malvado.Esas afirmaciones fueron susurradas por los patios, los pasillos y en eldormitorio, adems de la historia de Remen, quien nos haba contado que laMadre tena a Miv en el regazo cuando muri, que lo haba abrazado durantelargo rato y que le susurraba:

    Perdname, pequeo, perdname.Remen nos cont esto con la esperanza de que fuese un consuelo para

    Ennumer, porque ella estaba loca de pena. De hecho, no le confort saber que elnio haba estado entre brazos ms cariosos al morir ni que la Madre sufrapor no haber podido salvarlo. A pesar de eso, otros lo entendieron de formadiferente.

    Podra pedir perdn! exclam Iemmer, y otros estuvieron de acuerdo.La historia de cmo Miv haba sonredo inocentemente a Torm y cmo ste le

    haba atacado y enviado de un golpe al otro lado de la habitacin la habacontado Oco entre sollozos el mismo da en que ocurri, y no se escatimningn detalle cuando fue contada nuevamente en los barracones y en losestablos.

    Hoby defendi a Torm, diciendo que slo pretenda darle una bofetada alnio por su impertinencia y no haba sido consciente de su fuerza. Sin embargo,

    Hoby estaba disgustado. Nadie le ech la culpa abiertamente de mi aventura enel pozo, puesto que yo no le haba acusado, pero tampoco nadie le admirabapor ello. Ahora, su lealtad a Torm provoc que se le guardase rencor. Parecaque se pona del lado de los amos y en contra de los esclavos. O que los mozosde cuadra le llamaban el Gemelito a sus espaldas, y Metter le dijo:

    Un hombre que no conoce su propia fuerza debera medirse luchando conhombres, no pegando a bebs.

    Esas palabras de culpa y perdn eran muy angustiosas para m. Pareca comosi abriesen grietas y hendiduras en el mundo para zarandear las cosas. Fui a la

    antesala de los ancestros e intent rezar a mi protector, pero sus ojos pintados,altivos e indiferentes, me atravesaban. Sotur estaba en la sala, arrodillado en

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    34/252

    silenciosa adoracin. Haba encendido incienso en el altar de las Madres, y elhumo se elevaba hacia la alta y oscura cpula.

    Esa noche, despus de la muerte de Miv, so que barra uno de los patiosinteriores de la casa y me di cuenta de que conectaba con un pasillo que no

    haba visto nunca, el cual conduca a estancias que no conoca. Al entrar en ellasme saludaban desconocidos como si supieran quin era yo. Yo tena miedo deestar haciendo algo inapropiado, pero ellos sonrean, y uno me tendi unestupendo melocotn maduro.

    Cgelo me dijo, y me llam por un nombre que no pude recordar cuandome despert.

    Alrededor de su cabeza haba un resplandor semejante a una vibrante luzsolar. Yo volv a dormirme y a soar, explorando las nuevas habitaciones. Enesa ocasin no me encontr con nadie, pero oa sus voces en otras habitaciones

    mientras recorra los altos pasillos de piedra. Llegu al interior de un pato llenode luz en el que manaba una fuente, y un animal dorado se acerc a mconfiado y me dej acariciar su pelo. Cuando me despert, segu pensando enesas habitaciones, en esa casa. Era Arcamand y no era Arcamand. Mi casa, lallam mentalmente, porque tena la libertad para hacerlo. All, la luz del sol erams brillante. Tanto si era un recuerdo como un sueo, deseaba soarlo denuevo.

    Por el contrario, los sauces verdes junto al ro haban sido un recuerdo de loque iba a suceder.

    Esa maana bajamos al ro a enterrar a Miv. Los primeros rayos de luz de lamaana llegaban al mundo; an no haba amanecido. Una fina llovizna gris caaentre los sauces y sobre el ro. Lo record y lo vi a la vez.

    Una gran muchedumbre sigui a los dolientes vestidos de blanco y a lacamilla, cubierta con una tela tambin blanca. Era una muchedumbre tannutrida como la que haba ido al funeral de Gammy; casi todos los esclavos deArcamand. Slo faltaban aquellos a los que no les estaba permitido ausentarsede sus tareas, ni siquiera a esa hora de la maana y para acudir a un funeral.Era inusual ver a tantos hombres en el funeral de un nio. Ennumer y algunasmujeres lloraban y geman, pero los hombres y los nios permanecamos en

    silencio.Pusieron el pequeo fardo blanco en la tumba poco profunda y lo cubrieron

    con tierra negra. La hermana de Miv, Oco, se acerc, temblorosa ydesconcertada por la pena, y coloc encima un largo ramillete de sauce condelicadas flores amarillas de candelilla. Iemmer la tom de la mano y, de pieante la tumba, pronunci la oracin a Ennu, el gua del alma hacia la muerte.Para no llorar, miraba al ro y el tamborileo de las gotas de lluvia en susuperficie. Estbamos muy cerca del ro. A poca distancia de nosotros, dondedescenda la ribera, poda ver las antiguas tumbas baadas por la corriente, que

    chocaba contra la curva de la tierra. Todo el borde exterior del gran cementeriopara esclavos estaba inundado por el ro que desbordaba en primavera. Los

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    35/252

    sauces se desplegaban hasta el agua, arrastrando sus nuevas hojas verdes.Imagin el agua acercndose hasta la nueva tumba y deslizndose por la tierraalrededor de Miv, envuelto en tela blanca. El agua suba, inundaba la tumba yse llevaba a Miv junto con la tierra y las hojas. La tela blanca ondeaba en la

    corriente como humo. Sallo me cogi de la mano y yo me estrech contra ella. Elagua lo lavaba todo, lo arrastraba a la deriva, excepto a mi hermana Sallo.Excepto ella. Ella estaba all. Conmigo.

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    36/252

    3

    Regresamos a la casa y al trabajo. Everra no dio clase ese da. Sallo y yo

    barrimos. Cuando estbamos barriendo el patio de la estancia de seda, ella seacerc a m y me tom la mano de repente. Estaba llorando, y me dijo:

    Oh, Gav, no dejo de pensar en Oco... Me morira si perdiese a mi hermanopequeo!

    Me abraz con fuerza y, al ver que yo tambin lloraba, me volvi a abrazar ysusurr:

    T no te irs nunca, a que no, Gav?Nunca. Te lo prometo le contest.Lo s dijo, intentando sonrer.

    Ambos sabamos lo que vale la promesa de un esclavo, pero nos consolaba.Cuando terminamos de barrer, Sallo fue con Ris a la sala de tejer. Yo fui a la

    despensa y all encontr a Tib; juntos estuvimos merodeando por el patiotrasero, donde estaban algunos de los chicos mayores. Yo me contuve, puestoque no estaba seguro de quines haban ayudado a Hoby a mojarme, pero noshablaron educadamente. Estaban jugando a tirarse la pelota, y uno de ellos mela lanz a m. Yo slo tena una mano libre, pero la cog y la pas pasablemente.Luego me apart y los observ mientras la tiraban y la cogan. Uno de ellospregunt:

    Dnde est Hoby?Otro, llamado Tan, contest:En un buen lo.Por qu?Por hacer la pelota respondi Tan, tirando una bola alta hacia Tib, pero a

    ste se le cay y otro la cogi y se la tir de vuelta a Tan. l la cogi, la lanzbien alto y, despus de atraparla, se volvi hacia m. Tan era un mozo de cuadrade diecisis o diecisiete aos. Era bajo y delgado, y su piel era casi tan morenacomo la ma.

    Tu idea era buena, joven Gav dijo. Qudate con los tuyos. No vayasbuscando gratitud por ah.Mir la muralla con ventanas de Arcamand, que dominaba el patio, y

    despus a m. Me gui el ojo. Tena un rostro hermoso y radiante. Siempre mehaba cado bien Tan, y me halagaba su atencin. Cuando los chicos mayores sefueron, uno de ellos me golpe ligeramente en el hombro, un gesto decamaradera que parece poco y significa mucho. Eso me dio el cario quenecesitaba. Mi mente haba estado en el ro durante toda la maana, en la lluviagris, el silencio y el fro.

    Tib corri hacia la cocina para trabajar. Yo no tena nada que hacer, y fui aclase porque no haba otro sitio al que ir. Si poda considerar ma alguna sala en

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    37/252

    Arcamand, era sta. Le tena cario a la clase, con sus cuatro altas ventanasmirando hacia el norte, sus bancos, pupitres y mesas tallados y mugrientos, elatril del maestro y el gran recipiente de vidrio del que llenbamos nuestrostinteros. Sallo y yo nos encargbamos de barrerla, de limpiar el polvo y de

    ordenarla, y aunque pareca bastante arreglada y tranquila, me dispuse aordenar los libros en las largas estanteras, lo que se me hizo difcil debido a midedo entablillado. De vez en cuando me detena y hojeaba algn libro que anno haba ledo. Sentado en el suelo junto a las estanteras, abr la Historia de lasciudades estado de Trebs de Saltoc Asper y me puse a leer sobre la larga guerraentre Hill Trebs y Carvol, que termin con la rebelin de los esclavos de HillTrebs y la destruccin total de la ciudad. Era una historia apasionante, ytambin turbadora, porque era lo que haba atisbado a travs de esas grietas enlas murallas. Estaba completamente absorto en la historia cuando Everra dijo:

    Gavir?Yo me incorpor de un salto, le hice una reverencia y le ped disculpas. lsonri.

    Qu libro es?Yo se lo ense.Lelo si quieres me dijo, aunque sera mejor que leyeses primero a

    Asham. Asper es poltico, mientras que Asham est por encima de lasopiniones.

    Se acerc a su atril, ech un vistazo a algunos papeles y luego se sent en untaburete alto y me mir de nuevo. Yo estaba cambiando libros de lugar.

    Hoy es un da duro dijo.Yo asent.Esta maana he estado con el Padre Altan-d. Tengo algunas noticias que

    quiz te alegren un poco el da. Se llev la mano a la boca y a la barbilla Lafamilia ir al campo a principios de ao, a comienzos de mayo. Todos misalumnos y yo iremos con ellos, excepto Hoby. Por consiguiente, est exento devenir a clase y estar a las rdenes de Haster. Torm-d ha recibido permiso parapermanecer en la ciudad y estudiar esgrima con un maestro. No se reunir connosotros en el campo hasta finales del verano.

    sas eran muchas noticias para asimilarlas de una vez, y al principio slotuve en cuenta la promesa de un largo verano en el campo, en la granja de lasmontaas Ventinas. Entonces me di cuenta de lo dems: sin Hoby! sin Torm!Fue un momento de felicidad. Pas un rato antes de que empezase a considerarla cuestin en otros trminos.

    Tan y los otros chicos ya lo saban por la maana en el patio; las noticiassiempre se propagaban rpidamente por la casa: Hoby est en los por hacer lapelota... Hoby no haba sido recompensado por su lealtad hacia Torm, sinocastigado por ello. Servir a las rdenes de Haster significaba ser enviado a

    trabajar como mano de obra de la ciudad, a la que cada casa contribua con una

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    38/252

    cuota de esclavos varones para realizar las tareas ms pesadas y duras y viviren los barracones de la ciudad, que eran apenas mejores que una crcel.

    Por el contrario, Torm no haba sido castigado por haber matado al pequeoMiv, sino recompensado por ello. Estudiar las artes de la guerra era su sueo.

    Me revienta. No es justo!Gavir dijo el maestro.Pero no lo es, Maestro-d! Torm mat a Miv!No tena intencin de hacerlo, Gavir, y a pesar de ello se le ha impuesto un

    castigo. No podr venir con la Madre y el resto de nosotros a Vente. Vivir consu maestro y estar sujeto a una disciplina muy severa. Los alumnos delmaestro de esgrima Attec llevan una vida espartana de entrenamientoconstante, sin otra recompensa que la mejora de sus habilidades. El Padre lehabl de ello a Torm-d mientras yo estaba all. Le dijo: Debes aprender

    autocontrol, hijo mo, y con Attec lo aprenders. Torm-d asinti con la cabeza.Pero entonces, qu hizo Hoby para ser castigado?El maestro se sorprendi.Qu hizo? repiti mi pregunta mientras miraba mis costras, mis

    chichones y mi dedo entablillado.Pero eso... eso no da a la familia dije, sin saber cmo expresar lo que

    senta.Lo que quera decir era que si Hoby era castigado por lo que me haba hecho,

    deba ser castigado por su gente y por mi gente, por los esclavos. Por eso nohaba dicho quin me haba hecho dao. Eso quedaba entre nosotros, fuera delconocimiento de la familia. Sin embargo, si Hoby era castigado por haberintentado defender a Torm, por muy torpe que hubiese sido, era tan injusto quedeba tratarse de un error, de un malentendido.

    Lo que sucedi no fue un accidente dijo Everra, aunque por lealtad atu compaero de clase dijeses que haba sido as. Hoby fue insolente conmigo, ya travs de m se ejecuta la autoridad del Padre en esta clase. Eso no puedetolerarse, Gavir. Ahora escchame; ven y sintate aqu.

    l fue a sentarse en la mesa de lectura y yo me sent a su lado, como lo hacacuando leamos juntos.

    La lealtad es admirable, pero la lealtad extraviada crea problemas y espeligrosa. S que ests preocupado. Todos en la casa lo estamos. La muerte deun nio es horrible. Es posible que ests oyendo afirmaciones absurdas yairadas en los barracones y en el dormitorio. Cuando las oigas, debes pensarqu es esta casa. Acaso es una selva? Un campo de batalla? Es una guerrainterminable y oculta de la furia contra una fuerza implacable? Es sa laverdad de tu vida aqu? O ms bien has vivido aqu como un miembro de unafamilia bendecida por sus ancestros en la que cada persona tiene un papel quedesempear y se esfuerza siempre por comportarse con justicia?

    Me dej pensar sobre ello un minuto, y luego prosigui:

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    39/252

    Cuando lo dudes, Gavir, mira hacia arriba, no hacia abajo. Mira haciaarriba en busca de gua. La fuerza viene de arriba. Tu papel atae a lo mselevado de esta casa. T, que naciste salvaje, que eres esclavo como yo y que notienes familia, has sido aceptado en el corazn de una gran casa y has recibido

    todo lo que necesitas: cobijo y comida, grandes ancestros y un Padre bondadosopara guiarte. Tambin se te ha dado aumento para tu espritu, la educacin quese me dio a m y que yo puedo transmitirte a ti. Se te ha dado confianza, elregalo sagrado. Nuestra familia confa en nosotros, Gavir. Me encomiendan asus hijos e hijas! Cmo puedo ser digno de ese honor? Por mi esfuerzo leal pormerecerlo. Me gustara que cuando muriese se dijese de m: Nunca traicion alos que confiaban en l.

    Su voz seca se haba vuelto suave, y me mir un instante antes de seguirhablando:

    Sabes, Gavir, detrs de ti, en la selva de la que provienes, no hay nada parati. En las arenas movedizas que has dejado atrs no puedes construir nada.Pero mira hacia lo alto! Delante de ti, en el poder que te sustenta y la sabiduraque se te ha ofrecido, puedes encomendar tu corazn y poner tu confianza. Allencontrars un tesoro. Encontrars justicia y la bendicin de una madre, algoque nunca has tenido.

    Era como si hablase de la casa con la que haba soado, esa casa soleadadonde me senta seguro, acogido y libre. l me la dibuj en la vida real.

    Por supuesto, no poda decir nada. A pesar de ello, l se dio cuenta delconsuelo que me haba proporcionado y se acerc a m para darme unapalmadita en el hombro, como haba hecho ese muchacho en el patio, un toqueligero y fraternal.

    El maestro se puso de pie para mitigar la tensin.Qu nos llevaremos para leer en verano? pregunt.Yo respond sin pensarTrudec no!

    La familia se haba quedado en la ciudad durante los dos ltimos veranos,

    puesto que la granja no se haba considerado segura debido a las bandas

    errantes de soldados votusanos que saqueaban las montaas Ventinas. Enaquellos momentos, nuestro ejrcito tena un campamento cerca de Vente, yhaba hecho retroceder a los votusanos hacia las murallas de su ciudad.

    Yo recordaba la granja como un lugar maravilloso, y casi poda sentir el calordel verano cuando pensaba en ella. Incluso los preparativos para la partida eranemocionantes, y cuando emprendimos la marcha, la larga procesin de carros ycarromatos tirados por caballos, de carretas tiradas por burros, de escoltas y degente que iba a pie por las calles de Etra hacia el ro Paso era tan magnficacomo un desfile de hroes, aunque nosotros no tenamos tambores ni

    trompetas. Los carros en los que iban las mujeres, las nias y los ancianos de lafamilia eran altos y toscos, y parecan demasiado anchos para cruzar el puente

  • 7/30/2019 Poderes Ursula K Le Guin

    40/252

    sobre el Nisas, pero Sem, Tan y todos los conductores y escoltas guiaronperfectamente a los caballos. Los cascos castaeteaban sobre el puente y lospenachos de los arneses se movan, asintiendo. Los hermanos mayores de Soturiban delante junto a Yaven, montando esplndidos caballos ensillados. Los

    carromatos y las carretas les seguan, con crujidos, gritos y restallar de ltigos,adems del inevitable burro que no quera cruzar el puente. Algunas mujeres ynios pequeos iban en los carromatos, sentados encima de los vveresapilados, pero la mayora de nosotros bamos a pie. Cuando la gente se detenapara vernos pasar, Tib y yo los saludbamos con conmiseracincondescendiente, porque nosotros bamos al campo, mientras que ellos, pobrescucarachas, tendran que pasar todo el verano en la ciudad.

    Tib y yo ramos como perros que fuesen de excursin y recorramos tresveces ms distancia que nadie, porque no dejbamos de avanzar hasta la cabeza

    de la procesin para volver a retroceder despus. A medioda no tenamos tantaenerga y solamos caminar junto al carromato de las mujeres, en el que ibanSallo y Ris, porque casi estaban en la edad en la que las muchachas no podan irsolas. Oco iba con ellas, adems de muchos bebs y de las cocineras, quesiempre nos daban algo de comida cuando Tib y yo nos acercbamosresoplando.

    La carretera ascenda y serpenteaba entre pequeos campos sobre las laderasde las montaas y bosques de robles. Delante de nosotros estaban las cumbresredondeadas y verdes de las montaas Ventinas. A medida que subamospodamos volver la vista atrs hacia la campia y veamos el meandro plateadodel Nisas al desembocar en el ro Morr, ms caudaloso. Al otro lado del Nisasestaba Etra, nuestra ciudad, un cmulo borroso de techos de paja, madera ytejas rojas en el permetro de las murallas, con cuatro entradas con torres depiedra amarillenta. Se vea la mole del Senado y la cpula del Santuario de losAncestros. Intentamos divisar los techos de Arcamand, y estbamos seguros deque podamos distinguir las copas de los sicmoros junto a la muralla, dondesolamos entrenar con Torm. Estaba a muchas leguas, y haca tantos aos...

    Los carromatos crujan cada vez ms despacio, los caballos se tensaban en lasubida, los conductores hacan restallar sus ltigos y la parte superior de los

    carros que iban delante oscilaba y se balanceaba cuando las ruedas altas dabanbandazos en los surcos de la


Top Related