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REIVINDICACIÓN DEL ABSTENCIONISMO ELECTORAL COMO UNA
ALTERNATIVA REAL Y VÁLIDA DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN EL
DEVENIR DE UNA NACIÓN
Por Pedro Guadiana García
¿Son acciones mutuamente excluyentes el abstencionismo y el sufragio en el
acontecer de un país? ¿Son las únicas formas de actuar antes, durante y después
de los procesos electorales? ¿El voto es contribución y participación, en tanto la
abstención es retroceso y exclusión? ¿Son los votantes el noble linaje de la
democracia y somos los abstencionistas su anatema o estirpe bastarda?
En grandes segmentos de las sociedades occidentales no se ha superado la
lógica dicotómica –esa del sí ó no, blanco ó negro, cristiano ó islámico, castrista ó
anticastrista, la de izquierda ó derecha (con esa “ó” acentuada que solo admite
una decisión, un rumbo, una acción)- en lo que se refiere a la forma y el fondo de
participación activa de la sociedad civil, organizada o no, en la construcción de su
devenir cuando lo que realmente estamos viviendo es una Antiperístasis1
Exponencial, fenómeno que supone la incidencia de más de dos actores contrarios
y enfrentados, con toda su lógica borrosa intrínseca que es la que opera en la
realidad: la del sí y no (parte sí, parte no), la de esto o aquello (con esa “o” sin
acento que deja abierta la posibilidad de esto o aquello o ambos), la de la
probabilidad mínima, baja, media, alta y muy alta, la de los niveles entre lo mínimo
y lo superlativo, la de los intermedios entre lo relativo y lo absoluto, la de acciones
basadas simultáneamente en la razón y la emoción, la de los entresijos entre lo
objetivo y lo subjetivo…la de los motivos para votar o abstenerse. La lógica
bivalente busca la supremacía sobre la polivalente y se erige en un factor
importante de confrontación y polarización: el buen ciudadano es el que vota y
participa; el mal ciudadano es el que se abstiene y no participa, el que vota tiene
derecho a evaluar, el que se abstiene no tiene voz ni derecho para juzgar.
Claro está que existen decisiones o resultados dicotómicos o bivariados: la final de
la Copa del Mundo de Futbol se gana ó se pierde -en tiempo regular, tiempo extra,
penales, un volado o lo que sea- pero no ambas cosas. Hay un campeón y un
subcampeón. No se puede ser medio campeón y tampoco se puede empatar y
compartir el título. Pero también es cierto que ambos contrincantes pueden
conformar el grupo de “los mejores” y que a los equipos restantes, adversarios
deportivos también, pueden agruparse en “los muy buenos”, “los mediocres”, “”los
malos”, “los muy malos”, “los peores”… Esta situación, conocida como la acción
conjunta de los contrarios, es uno de los ejes del devenir histórico.
1 Diccionario de la Lengua Española, 21ª. ed., Real Academia Española. www.academia.org.mx/rae. Acción de dos cualidades contrarias, una de las cuales excita por su oposición el vigor de la otra.
Sucede lo mismo en la cuestión electoral. Con independencia de la forma en que
se logre, en una contienda presidencial y de relevo en el Congreso un candidato
presidencial gana o pierde pero su partido, en el caso mexicano, puede obtener
pocos votos y ser minoría en el Congreso. En otras palabras, el candidato y su
partido ganan y pierden (lógica multivariada o borosa)
En momentos extermos, como sucede en el actual contexto poselectoral, la
borrosidad se torna kafkiana, al presenciar las victorias de priístas y ex priístas
“conversos”2, algunos de ellos en el último momento, bajo las siglas de otro partido
o de varios partidos aliados. Por ejemplo, el famoso Malova ganó la gobernatura
de Sinaloa bajo las siglas del PAN siendor con licencia ¡del PRI! Esta
circunstancia empeora la confrontación entre posturas y visiones de
abstencionistas y votantes, hábilmente alentada a favor de éstos por grupos de
poder, influencia e interés. Aún en miembros de círculos intelectuales causa cierto
resquemor la sola insinuación de reconocimiento, simpatía o proclividad hacia la
temida acción maligna -el abstencionismo como forma legítima y legal de
manifestación en las “fiestas ciudadanas electorales”- por la previsible reacción de
condena y denostación.
La democracia supone un proceso dialéctico3 ascendente que, a través de la
interacción de los contrarios, genera estadios superiores o de evolución, pero la
democracia mexicana ha evidenciado procesos degenerativos que provocan
decadencia, degradación y polarización… involución en una palabra. La
democracia es más que pluralismo, elecciones y alternancia. La existencia de “n”
partidos y su rotación en el poder, como resultado de un sufragio necesariamente
cambiante para que esa rotación se dé, no garantizan la transformación social de
la realidad en dirección de una visión de futuro mínima común… de existir ésta.
La acción del voto es un evento estático importante, fundamental y crítico que
sucede en un momento determinado, porque determina el destino de una nación y
que, en estricto sentido, en un escenario optimista, debiera ser el disparador de
abajo arriba de eventos dinámicos –acompañados, retroalimentados, vigilados,
auditados y evaluados con y por los gobernados– para que los representantes de
todos los ciudadanos –votantes afines, votantes adversos y abstencionistas–
incluyan sus propuestas en sus programas de gobierno y, con base en ellas y en
una visón de futuro consensuada, planeen, organicen, programen, presupuesten,
2 George Benjamin Clemenceau, destacado político y periodista francés, uno de los actores fundamentales en la elaboración del Tratado de de Versalles que puso fin a la Primera Guerra Mundial (1914-1918) es recordado por esta cita: “un traidor es un hombre que dejó su partido para inscribirse en otro; un convertido es un traidor que abandonó su partido para inscribirse en el nuestro”. 3 Diccionario de la Lengua Española, 21ª. ed., Real Academia Española. www.academia.org.mx/rae. Diálogo, argumentación, discusión, debate, razonamiento, tesis, antítesis, síntesis, cambio.
lideren, coordinen, supervisen, ejerzan, ejecuten, sean eficientes, eficaces,
productivos, efectivos, funcionarios y estadístas de alta calidad profesional y moral
que informen, rindan cuentas y reconozcan errores, equivocaciones y desvíos,
ajusten, se retracten, rectifiquen, ofrezcan disculpas cuando sea necesario,
reparen daños, tengan gestos de compensación, hagan la firme promesa de no
volver a cometer daños a la sociedad y lo cumplan. En síntesis, el evento estático
del voto impulsa los eventos dinámicos –antes, durante y después de las
elecciones– de gobernanza y gestión pública.
Por lo tanto, si por democracia entendemos el tránsito a la libertad de elección, la
satisfacción de necesidades básicas –seguridad y sobrevivencia– y superiores –
convivencia y trascendencia–, grandes acuerdos para velar por el interés común,
Estado de Derecho, profesionalización de la política, control y dominio sobre el
territorio y la población, procuración de justicia, estabilidad política y económica,
movilidad social, instituciones consolidadas que sean ejemplo de Gestión Pública,
ejercicio responsable del poder, calidad de vida y bien común, podemos deducir
que “pluralismo”, “elecciones”, “alternancia” son un subconjunto de la democracia.
Podemos deducir también que una prueba de verdad de la democracia es la
reciprocidad tangible entre gobierno y gobernados, algo de sobra conocido pero
soslayado flagrantemente, con honrosas excepciones, por nuestra clase política y
la sociedad en su conjunto desde el origen de nuestra nación. Dicha reciprocidad
solo puede constatarse con la participación permanente de los miembros y grupos
de la sociedad civil, desde muchas trincheras, no solo las del voto.
DEMOCRACIA (evento dinámico)Más actores, más hechos
Pluralismo
Elecciones
Alternancia
Pluralismo
Elecciones
Alternancia
Pluralismo
Elecciones
Alternancia
Evento estático
PASADO
Evento estático
PRESENTE
Evento estático
FUTURO
Tiempo
A diez años del prometido y, a priori, sobredimensionado cambio, se logró una
inflexión pero en sentido inverso al bien común, acentuando y reforzando prácticas
negativas sociales, institucionales, constitucionales, metaconstitucionales,
anticonstitucionales que se cohesionan para formar un explosivo coctel.
En el ámbito político se incrementan:
El voto corporativo, coptado, comprado, traicionado, zizagueante,
prostituible.
La traición del sentido del voto. La gente que vota por un partido de
izquierda, derecha o centro repentinamente amanece “representado” por un
expriísta que no va a gobernar apoyado en la docrtrina del partido que
“representa” en una elección. Nada más patético que leer a Santiago Creel
festinando el triunfo de las alianzas y diciendo a Yunes, presunto pederasta
corrupto que desvió fondos del ISSSTE para financiar su campaña y que
enfrenta problemas con la justicia de Estados Unidos: “no estás solo”.
Ahora también los panistas piden voto por voto y casilla por casilla.
Todos los posibles candidatos, de todos los partidos, le tienen miedo a la
democracia o la desprecian.
El sometimiento de la clase política a grupos de poder, de interés y de
presión.
Las alianzas y pactos inconfesables, traiciones entre pares e impares o
entre iguales y desiguales.
La kakistocracia, el gobierno de los peores: los improvisados, los amigos,
los leales, los corruptos, los narcos.
El alejamiento, el cinismo y la burla hacia la ciudadanía. Los responsables
de la conducción del país se toman vacaciones en momentos críticos.
La hipocresía, falta de liderazgo, credibilidad y autoridad social ¿Cómo
hablar de mejorar si la cabeza, el presidente legal, miente, roba, traiciona,
es cínico, abusa del poder, corrompe y se corrompe? Es curioso ver cómo
los políticos gastan dinero del erario en sus campañas, llegan a las
posiciones deseadas, se enriquecen ilícitamente y después nos informan
que ¡no hay dinero! y que requerimos reformas fiscales.
En la esfera jurídica:
El Estado no tiene control y dominio sobre el territorio y la población. Los
toques de queda los “decretan” los narcos quienes obstruyen el libre
tránsido por el país, uno de los derechos consagrados en la Constitución.
Se incrementan los asesinatos, levantones, secuestros…
México es un país de leyes y no de justicia ha sentenciado Human Right
Watch. Se promulgan de leyes y reformas que atentan contra la justicia y
que favorecen intereses de predominio del status quo. En el papel se
favorece la participación pero se criminaliza la lucha social y la acción
conjunta de grupos de ciudadanos agraviados. Por ejemplo, algunos
consumidores de ciertos sectores de servicios no pueden demandar en
grupo la solución de problemas conjuntos y, por ley, deben hacerlo a título
personal minando la fuerza de grupos ciudadanos. Las cárceles están
llenas de pobres mientras los pudientes contratan abogados cuya fuente de
ingresos es defender y ganar lo indefendible.
Persiste la impunidad ante el saqueo de recursos de la nación4.
En la esfera social crecen:
La desalineación a principios y reglas.
La concepción de la ley como algo lejano y negociable.
El desinterés, la negligencia.
La incertidumbre.
La escasa posibilidad de movilidad social. La fuga de cerebros por falta de
oportunidades. Tristemente, muchos jóvenes ven en su inserción en el
crimen organizado una oportunidad.
Vivimos ya un estaliido social o, según otras perspectivas, una implosión
social. Están pelenado mexicanos contra mexicanos, en la que otros
analistas identifican como guerra civil. Al hablarse de 1810, 1910 y 2010,
mucha gente quizá pensaba o piensa en adelitas e insurrectos guerrilleros
pero no: la convulsión está aquí y es peor. En 1810 estabamos iniciando en
la construcción accidentada del Estado, en 1910 hubo revolución (o
distintas revoluciones: la del norte, la del centro y la del sur, la de los
hacendados, la de los campesinos, la de los anarquistas…) contra un
gobierno, no contra el Estado. En 2010 es peor, el que está en peligro es el
Estado mismo5.
Se agudizan las contradicciones. Este es el escenario propicio para quienes
tienen, legítimamente también, el derecho a querer cambiar las cosas por la
vía de las armas.
En el terreno institucional:
4 Documentada, por lo menos, en los libros “Los cómplices del Presidente” de Anabel Hernández, “Las manos sucias del PAN” de José Reveles y “Camisas azules, manos negras. El saqueo de Pemex desde los Pinos” de Ana Lilia Pérez. 5 Giovanni Falcone, el juez antimafia italiano, arteramente asesinado en 1992 por la mafia italiana, dijo alguna vez que la destrucción de una iniciativa de Estado tiene cuatro fases: 1) corromper, 2) amenazar, 3) descreditar y 4) la violencia. En 2010 ya vivimos en ella.
Degradación de instituciones fundamentales del Estado. Por poner un
ejemplo, hablemos de la SEP. Ahí impera el abandono, desprecio y
manipulación de la educación al impulsar, como única forma de alcanzar
una mejor calidad de vida, la mera transferencia de saberes técnicos y
prácticos (competencias) que conecten a las escuelas con el aparato
productivo, con la rentabilidad económica. Adiós a la filosofía (al pensar,
razonar, la lógica, la ética, la estética), la historia, las artes, la astronomía,
la ciencia, es decir, adiós a la rentabilidad social, a la transformación social.
En lo económico:
Dominio de oligopolios que inhiben la competitividad y el crecimiento.
Estancamiento económico con baja inflación: estanflación.
Las remesas, el narcotráfico y la informalidad sostienen gran parte de la
economía.
Incremento del desempleo.
Evasión de impuestos en todos los niveles. En los niveles altos se actúa
con indecencia y deshonestidad pagando cantidades irrisorias. En los
niveles medios y bajos, al no sentir reciprocidad6, se busca regatearle el
estado lo poco de renta que se genera.
¿Podemos negar que a este entorno pertenecen votantes y abstencionistas y que
todos hemos contribuido para generar este escenario de caos sistémico, donde los
problemas descritos son regla y no excepción? Estamos en límite de convertidos
en un Estado Fallido. Empeoramos al ubicarnos en la posición 98 (de un total de
177 países estudiados) en el ranking del Índice de Estados Fallidos 20107. La
posición 177, que representa al país más estable, es ocupada por Noruega, primer
6 Cuando alguien siente correspondencia desearía hacer contribuciones para que, por lo menos, el status quo se mantenga de acuerdo con sus intereses. Es el caso de Alemania, país que de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en su último reporte de 2009 (el de 2010 se dará a conocer en octubre), tiene un Indice de Desarrollo Humano de 0.947, ubicándose en el lugar 22 del grupo de naciones con el más alto índice. Ahí, un grupo de 51 millonarios que se hace llamar Club de la Riqueza ofece pagar 10% de sus ingresos adicionales a los que ya paga para alivirar los problemas tributarios del Estado. No se trata de altruismo sino de tributación. Claro está que este club desea mantener o acrecentar sustatos quo pero lo hace sabiendo que con mayor recaudación y mejor gestión de recursos se mantendrán o mejorarán las condiciones que permitirá sostener ese club. Cfr. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. http://hdr.undp.org/es/estadisticas/ Cfr. González, Roberto. Millonarios proponen pagar nuevo impuesto para ayudar a Alemania. La Jornada, México, 16 de julio de 2010, p.25. 7 Cfr. The Failed States Indez 2010. Foreign Policy. http://www.foreignpolicy.com/articles/2010/06/21/2010_failed_states_index_interactive_map_and_rankings.
lugar en índice de Desarrollo Humano8, donde “el noruego medio es miembro de
cuatro organizaciones y aproximadamente el 70% de la población adulta es
miembro al menos de una organización”
Salvo el voto cautivo o duro y el corporativo de los tres principales partidos, se
sabe que quienes deciden las elecciones son los indecisos y/o los moderados,
muchos de los cuales eligen en el último momento. El votante individual o
corporativo es rehén de prácticas de gobierno de arriba abajo y de la manipulación
de poderes fácticos9. El de arriba ofrece. El de abajo valora la oferta pero no
demanda o si lo hace sus demandas se pierden en el camino hacia arriba. El de
arriba es asistencialista, atiende marginalmente, casi siempre por presión social
nacional –generalmente bajo la forma de brotes de hartazgo reprimidos y
condenados severamente fuera del país– e internacional, como son: requisitos
para firmar un tratado, suscribir un convenio o para pertenecer a determinados
organismos internacionalales o agrupaciones de naciones.
El Establishment10, se da a la tarea de impulsar el “cambio” para que nada cambie,
mover piezas aquí y allá pero sin modificar radicalmente estructuras11, o sea,
manteniéndolas incólumes. Y para lograrlo, utiliza al electorado. Es decir, los
poderes fácticos colocan indirectamente a los gobernantes a través de los votos
de los ciudadanos ¿Cómo hacen las cuentas? Los políticos así: “mi voto duro,
militante, es de tantos millones, eso lo comparo contra el voto duro de mis
contendientes, ubico el número de moderados e „indecisos‟, calculo el
abstencionismo, hago proselitismo para obtener una proporción importante de los
8 http://www.noruega.es/About_Norway/policy/political/general/. “La participación del pueblo en la política tiene lugar a través de las elecciones directas y la afiliación a las organizaciones políticas. El noruego medio es miembro de cuatro organizaciones y aproximadamente el 70% de la población adulta es miembro al menos de una organización. Dichas organizaciones pueden ejercer influencia sobre las autoridades por medio de contactos formales e informales con la administración pública. Ese contacto estrecho entre los comités parlamentarios, los ministerios y los grupos políticos demuestra que la política noruega está orientada hacia segmentos como la industria, la agricultura y la educación”. La participación electoral normalmente alcanza casi un 80%. El sufragio universal para los hombres se introdujo en 1898, y para las mujeres en 1913. La mayoría de edad está actualmente en los 18 años. 9 Término políticamente correcto que no provoca urticaria en los detentadores de dichos poderes y que supera con mucho, en plena posguerra fría o “poshistoria”, en concordancia con la tesis hoy retractada de Francis Fukuyama, al concepto de Luis Althusser de Aparatos Ideológicos de Estado, cuya sola mención puede provocar una cacería contra el autor de este artículo, acusándolo de marxista trasnochado, chavista, castrista, lopezobradorista, miembro de células boliviarianas, guevaristas, maoístas, troskistas, leninistas, estalinistas… o algo peor: la percepción, tan en boga en este sexenio, de que esta publicación está lanzando arengas incendiarias filo comunistas, un auténtico “peligro para México”. 10 “Lo establecido”, el mundo que nos heredó las generaciones precedentes, contra el que lucharon y al que pretendieron transformar en sus inicios algunos iconos rebeldes célebres de todas latitudes y todas las trincheras, para al final terminar formando parte de él. nuevamente, con sus honrosas excepciones. 11 Hacer cambios graduales o radicales, lo que incluye dejar de poner parches a la casa vieja. A veces es mejor tirarla y reconstruirla. La forma de hacerlo es lo que entraría a debate.
zizagueantes y si los convenzo gano esto, pierdo aquello, tengo estas monedas de
cambio, negocio adhesiones, carteras, contrato consultores en golpes bajos,
mapachería incluida, claro que con baños de pueblo y concesiones o dádivas que
mantengan mi clientela electoral, porque mi proyecto es transexenal…” y así por el
estilo. Los poderes fácticos públicos y privados invierten recursos (dinero, tiempo,
espacio, personas, materiales, etc.) en todas las fuerzas políticas, contribuyen en
la manipulación de la percepción, provocan preferencias hacia unos y miedos y
terrores hacia otros, realizan aportaciones por medios lícitos e ilícitos para el logro
de la victoria de su favorito, a cualquier precio, como sea y finalmente exigen el
pago de facturas: “pongan a este en tal secretaría, a este otro en tal institución, a
este como coordinador de la comisión, „a mí me dejan las telecomunicaciones‟,
„esa ley no pasa papá‟, „como tú digas mi rey‟, a mí no me toquen el sindicato, a mi
no me toquen mi dominancia en el mercado, es más requiero ampliarla, a mí
háganme ganar estas licitaciones, a mi déjenme hacer mi sindicato blanco,
desalinearme a principios, reducir salarios y prestaciones, despedir y vomitar
gente a la informalidad, violar sus derechos para luego acusarla de ser informal y
endilgarle campañas „a favor de lo mejor‟, „no a la piratería{, claro usando siempre
la decente „voz de las empresas‟ porque los que violan principios son otros y no
nosotros, nuestras empresas, nuestros organismos o nuestros grupos”.
Luego entonces ¿para quién gobiernan? ¿Para los votantes moderados o
indecisos que eligieron inclusive en el último momento? ¿Esos que espetan a los
abstencionistas su condición de ciudadanos no responsables? “Si no votas
¡Cállate!” decía un conocido eslogan. “No critiques, no opines porque no votaste”
me han dicho y, generalmente suelo contestar:
“¿Votaste tú por Ricardo Salinas, Emilio Azcárraga, Carlos Slim, el cardenal
Norberto Rivera, Elba Esther Gordillo, Carlos Romero Deschamps y tantos
otros? Porque ellos contribuyeron con recursos a escoger al presidente y los
legisladores, el presidente pone a los ministros de la Corte que tienen
ingresos insultantes si se comparan con el tuyo y que protegen a
gobernadores corruptos, pederastas, con antecedentes criminales y
condenan a activistas que defienden niños y a luchadores sociales; los
legisladores hacen las leyes que te perjudican y benefician a los grupos de
esos personajes que te acabo de mencionar que, como seguramente sabes,
y si no lo sabes te estoy enterando ahora, son los que gobiernan de hecho
(de facto), no de derecho, son los poderes fácticos: empresarios, iglesia
católica, escuelas, sindicatos, etc.”
He hecho, a lo largo de los años, ejercicios exploratorios con diferentes amigos y
conocidos que votan, es decir, con el hombre de la calle, el empleado, el
profesionista, el ama de casa, algunos miembros del círculo rojo. Finalmente, los
intelectuales son desafortunadamente minioría decisoria en cuanto a la cantidad
de sus votos y conozco sus erudiciones. Me interesa conocer el pensamiento no
ilustrado, dicho esto sin ningún afán peyorativo. El común denominador durante la
hegemonía priísta, quienes votaban por el candidato me decían: “voto por el PRI
porque siempre gana”. Diez años después con toda la decadencia panista,
secuela del foxismo y tragedia del calderonismo, pregunte solo a los que votaron
en 2006 por FCH, dado que me interesaba conocer sus motivos y hacer una
evaluación ex post. Las preguntas o afirmaciones fueron: “¿por qué votaste por
Calderón?” o ya de plano, cuando se quejaban de la situación: “¡tú votaste por él!”
y “¿qué opinas de la grave situación actual?” las respuestas fueron: “porque soy
empresario” me dijo más de un emprendedor o microempresario (luego entonces,
identifican al PAN y a FCH con la “libre” empresa y a los otros como el terror
izquierdista), varios más coincidieron: “Porque no había de otra. De no hacerlo
estaríamos como Venezuela o Cuba” (es notorio que en ellos permeó la campaña
del “peligro para México”) o “era el menos malo”, “el mundo está mejor sin El
Peje”, “todos hacen lo mismo ¿quién me garantiza que Obrador lo haya hecho
mejor?”, “si tú estuvieras ahí ¿a poco no harías lo mismo?”.
¿Qué común denominador encontramos? El que comentó María de las Heras en
2006 y que se mantuvo en este 2010: la mayoría de los indecisos vota contra
alguien, no por alguien ni por una doctrina política o plataforma electoral. Algunos
analistas afirman que el voto es meramente emocional: “El Peje es naco, no sabe
hablar, no sabe hacer cuentas”. Los escenarios futuros están igual, hasta antes de
la muerte de Juan Camilo Mouriño, se perfilaba el duelo de los tres guapos: Peña
Nieto, Ebrard y el fallecido Mouriño. Atrás quedarán las trapacerías de Peña Nieto
y destacará el copete que, por cierto, tiene que poner a remojar porque se lan
complicado los escenarios). Atrás quedaría el salinismo-camachismo de Ebrard.
Atrás queda el corrupto Mouriño y queda la estatua en su memoria por sus
inconmensurables aportaciones a la patria (segón Calderón). Predomina, pues, la
forma sobre el fondo. Una cosa es cierta: el voto no ha encontrado reciprocidad en
los ciudadanos pero los poderes fácticos si la han encontrado, aunque siempre se
quejarán porque son insaciables.
Es cierto que el votante ha quitado a los caciques de Oaxaca y Puebla, pero
Gabino Cue es gente de Diódoro Carrasco (ex secretario priísta, actual legislador
panista) y José Murat (el corruptazo que fabricó un autoatentado). Rafael Moreno
Valle es gente de esa prócer nacional que es Elba Esther Gordillo.
En consecuencia, podemos decir que la gente volvió a votar para que ejerzan el
poder los mismos: esos que ayudan o de plano ponen y quitan gobernantes en los
tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) y en los tres niveles de gobierno
(federal, estatal y municipal). Qué importa si gana Marcelo Ebrard o el autoritario y
soberbio López Obrador (quien como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, en las
inauguraciones de sus obras, se hacía acompañar con miembros de las élites a
las que hoy critica. Por cierto, le regaló un predio a la Arquidiócesis de México, al
lado de La Basílica), qué importa si gana el autoritario Lozano (“coopelan o
cuello”), el patético Creel (el ex “hombrecito” de Bucareli que tenía oficinas de
campaña en Televisa, a la que regaló concesiones de casas de juego y luego,
cuando dejó de ser útil fue atacado por aquellos a quienes benefició), el dinosauro
tan joven pero con un historial ya largo de perversidad, opacidad y antidemocracia
que es Peña Nieto (el favorito del público femenino, a pesar de manifestar en
entrevistas serias, según Sergio Aguayo, que carece de neuronas), o el maestro
de los sótanos malolientes de la política mexicana que es Manlio Fabio Beltrones
¿Quién garantiza que alguien que contienda bajo las siglas del PRI (quien sabe si
sea priísta), PAN (quién sabe si sea panista), PRD (seguro es ex priísta)
modificará las estructuras del establishment? Surge aquí otra pregunta clave: ¿Por
qué diantres se ha de votar por alguien que no cumpla con las características
deseadis y debidamente analizadas? Los estadistas suelen ser guías, no
“sabelotodo” ni “hazlotodo”. Luego entonces, si ellos no pueden ¿por qué votar por
ellos? ¿No sería mejor hacer lo que ellos no hacen (algo así como “mandar
obedeciendo”? ¿No es mejor impulsar el cambio desde abajo? ¿No sería mejor
complementar los distintos tipos de cambio de abajo arriba, arriba abajo, dentro
afuera, fuera adentro?
Lamentablemente, no podemos esperar que esta tendencia cambie en el corto o
mediano plazo pues la falta de reciprocidad es motivada, entre otras cosas, por la
ausencia de una cultura de participación ciudadana la que, desde una perspectiva
reduccionista, muchos identifican solo con la acción de no votar.
El problema de la no participación es endémico e incluye por igual a votantes y
abstencionistas, quienes tienen más en común de lo que creen, dado que
comparten muchas características. Si evaluamos los motivos y el nivel de
conocimiento y percepción con que ambos grupos deciden (Tabla 1)
encontraremos que tanto votantes –principalmente los moderados e indecisos que
influyen decisivamente en los resultados de las elecciones– como abstencionistas
que toman decisiones en un nivel especializado de análisis son los menos.
Leonardo Curzio se ha planteado esa duda respecto de los abstencionistas pero
yo pienso que lo mismo aplica para los votantes. Además, sería una sinrazón
exigir a ambos grupos ubicarse en un alto nivel de análisis porque tendrían que
dedicar a esto mucho de su tiempo laboral, social, personal, familiar y eso no les
corresponde porque ellos han cedido sus derechos individuales al Estado para
que éste, en su representación, garantice la seguridad, sobrevivencia, convivencia
y trascendencia de los integrantes de la nación. Esa es la razón de ser del Estado.
Ambos, votantes y abstencionistas envían mensajes con sus acciones que son
dignas de tomarse en cuenta con seriedad. Por eso, la polémica entre votar y no
votar resulta bizantina si no apreciamos desde la borrosidad lo que realmente
sucede o puede suceder:
Situación actual. Todos somos responsables de lo que está pasando en le
país. Los votantes no son los buenos y los abstencionistas los malos.
Situación deseable y posible que se debe impulsar e incrementar en el
corto y mediano plazo:
o Votar y participar activamente en política antes y después de los
comicios. Hacer valer derechos, organizarse, hacer sentir la fuerza
de la unión.
o No votar y participar activamente en política antes y después de los
comicios es totalmente válido y legítimo, porque se impulsa desde
abajo lo que ya se sabe que no se va a hacer desde arriba, porque
no existe la voluntad política y el entorno es de descomposición.
Situación no deseable pero, desafortunadamente tendencial o probable,
que se debe acotar a corto y mediano plazo:
o Votar y no participar activamente en política antes y después de los
comicios. Ello equivale a extender un cheque en blanco.
o No votar y no participar activamente enpolítica antes y después de
los comicios. También equivale también a extender un cheque en
blanco.
De acuerdo con lo anterior, la cita popular “tenemos el gobierno que
merecemos porque no hay participación de la sociedad civil”, es
responsabilidad de todos los que hemos construido o destruido este país:
Los males endémicos mencionados y sus representantes más conspicuos
no vienen de otro planeta: salen de nosotros, somos nosotros. Solo
echemos un vistazo retrospectivo a publicaciones críticas, de denuncia, y
veremos los mismos hechos, solo que con otros nombres, otras fechas y
otras siglas.
Tabla 1. Nivel de toma de decisiones de votantes y abstencionistas
En conclusión:
Es reduccionista suscribir el problema del binomio elecciones-democracia a
condenar a los abstencionistas y elogiar a los votantes, si ambos no
participan activa y organizadamente para hacer valer sus derechos. En
países como Canadá la ciudadanía y los sindicatos han logrado detener la
incursión en algunos lugares de ese gran depredador que es Wal Mart. En
San Francisco, organizaciones de ciudadanos se organizan para revertir
El votante
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
El abstencionista
Su voto es más emocional que
racional, contra alguien (por odio,
aversión, rechazo, prejuicios,
porque cree que es "malo",
porque se le da la gana) o a favor
de alguien (por simpatía,
galanura, presencia, voz, le cae
bien, porque cree que es
"bueno", porque se le da la
gana), su percepción intuitiva o
de sentido común es manipulada
por candidatos, medios y
poderes fácticos. Casi no accede
a información o ésta es básica
Su voto es más racional que
emocional. Sus niveles de
percepción son lógicos, analiza y
evalúa antes, durante y después,
ideologías, plataforma política,
cultural, económica,
institucional, causas, efectos,
indicadores. Posse sólida
formación o argumentos teóricos,
doctrinarios, prácticos, accede a
información crítica y
especializada que le permite
hacer analogías, vislumbrar
futuros y sustentar su decisión
porque es muy poco o nada
manipulable. Puede considerar
que es la mejor opción para el
país o que, siendo lo contrario,
conviene a su interés particular
Posee bases
suficientes para
discernir pero no
accede a información
crítica. Se nutre de
percepciones e
información de
algunos medios, es
susceptible de
manipulación. Puede
concluir que "no hay
de otra", "más vale
malo por conocido",
"es el menos malo"
Nivel Mínimo Nivel Medio Nivel Máximo
Su abstención es más emocional
que racional, es negligente,
ignorante, ningún gobierno le da
nada, no necesita hacer análisis
elevados cuando no ve reflejadas
las acciones de gobierno en sus
bolsillos y en su calidad de vida.
Ningún discurso le permea ni le
convence. Concluye por intuición
o sentido común que "todos son
iguales"
Posee bases
suficientes para
discernir pero no
accede a información
crítica. Se nutre de
percepciones e
información de
algunos medios que
le permiten deducir
que algo no está
bien, que "todos son
iguales", es poco
susceptible de
manipulación. Puede
decidir de antemano
o en el útlimo
momento su
abstención
Su abstención es más racional
que emocional. Sus niveles de
percepción son lógicos, analiza y
evalúa antes, durante y después,
ideologías, plataforma política,
cultural, económica,
institucional, causas, efectos,
indicadores. Posse sólida
formación o argumentos teóricos,
doctrinarios, prácticos, accede a
información crítica y
especializada que le permite
hacer analogías, vislumbrar
futuros y sustentar su abstención
porque es muy poco o nada
manipulable y concluye que no
tiene sentido votar por el "menos
malo", dado que "todos son
iguales"
Nivel Mínimo Nivel Medio Nivel Máximo
incrementos a bienes que ellos consideran necesarios. John Lennon, un
célebre abstencionista que decía “usualmente no me tomo la molestia de
votar” contribuyó de otra manera a la concientización contra la guerra de
Vietnam. Fue espiado por la CIA, dado sus contactos con izquierdistas
norteamericanos, devolvió su Medalla del Imperio Británico recibida cuando
formó parte de Los Beatles como protesta por la guerra de Vietnam. Movió
conciencias en el mundo, no solo en un país.
El problema no son las alianzas. En todo el mundo se hacen. La cuestión
de fondo son los RESULTADOS que deben ser tangibles, además de
medibles, lógicos y auditables. No solo de cifras se trata. La ecuación es
RESULTADOS = INDICADORES + TANGIBILIDAD ¿De qué sirve tener
“indicadores” (habilmente manipulados) si nos van a decir que el problema
de la seguridad es de percepción? ¿Sirve de algo tener algunos indicadores
macroecnómicos cuando ello no se refleja en los bolsillos de los
mexicanos? Cito la frase con que durante años iniciaba Julio Boltvinik su
columna “Economía Moral” del periódico La Jornada: “La economía moral
es convocada a existir como resistencia a la economía del „libre mercado‟:
el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan,
pero no resuelve el hambre de la gente”.
Existe solución. El Pacto de la Moncloa y el fin del apartheid con Nelson
Mandela son pruebas de que sí se puede.
En resumen, las perspectivas de participación en tiempos pre-electorales,
electorales y post electorales trascienden posturas reduccionistas respecto al voto
o la abstención. Se circunscriben en el Estado, las políticas públicas, la
Gobernanza, la Gestión Pública, la Administración Pública. Pero eso sería asunto
a tratar en otra colaboración.