reivindicación del abstencionismo

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REIVINDICACIÓN DEL ABSTENCIONISMO ELECTORAL COMO UNA ALTERNATIVA REAL Y VÁLIDA DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN EL DEVENIR DE UNA NACIÓN Por Pedro Guadiana García ¿Son acciones mutuamente excluyentes el abstencionismo y el sufragio en el acontecer de un país? ¿Son las únicas formas de actuar antes, durante y después de los procesos electorales? ¿El voto es contribución y participación, en tanto la abstención es retroceso y exclusión? ¿Son los votantes el noble linaje de la democracia y somos los abstencionistas su anatema o estirpe bastarda? En grandes segmentos de las sociedades occidentales no se ha superado la lógica dicotómica esa del sí ó no, blanco ó negro, cristiano ó islámico, castrista ó anticastrista, la de izquierda ó derecha (con esa óacentuada que solo admite una decisión, un rumbo, una acción)- en lo que se refiere a la forma y el fondo de participación activa de la sociedad civil, organizada o no, en la construcción de su devenir cuando lo que realmente estamos viviendo es una Antiperístasis 1 Exponencial, fenómeno que supone la incidencia de más de dos actores contrarios y enfrentados, con toda su lógica borrosa intrínseca que es la que opera en la realidad: la del sí y no (parte sí, parte no), la de esto o aquello (con esa “osin acento que deja abierta la posibilidad de esto o aquello o ambos), la de la probabilidad mínima, baja, media, alta y muy alta, la de los niveles entre lo mínimo y lo superlativo, la de los intermedios entre lo relativo y lo absoluto, la de acciones basadas simultáneamente en la razón y la emoción, la de los entresijos entre lo objetivo y lo subjetivola de los motivos para votar o abstenerse. La lógica bivalente busca la supremacía sobre la polivalente y se erige en un factor importante de confrontación y polarización: el buen ciudadano es el que vota y participa; el mal ciudadano es el que se abstiene y no participa, el que vota tiene derecho a evaluar, el que se abstiene no tiene voz ni derecho para juzgar. Claro está que existen decisiones o resultados dicotómicos o bivariados: la final de la Copa del Mundo de Futbol se gana ó se pierde -en tiempo regular, tiempo extra, penales, un volado o lo que sea- pero no ambas cosas. Hay un campeón y un subcampeón. No se puede ser medio campeón y tampoco se puede empatar y compartir el título. Pero también es cierto que ambos contrincantes pueden conformar el grupo de “los mejores” y que a los equipos restantes, adversarios deportivos también, pueden agruparse en “los muy buenos”, “los mediocres”, “”los malos”, “los muy malos”, “los peores”… Esta situación, conocida como la acción conjunta de los contrarios, es uno de los ejes del devenir histórico. 1 Diccionario de la Lengua Española, 21ª. ed., Real Academia Española. www.academia.org.mx/rae. Acción de dos cualidades contrarias, una de las cuales excita por su oposición el vigor de la otra.

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REIVINDICACIÓN DEL ABSTENCIONISMO ELECTORAL COMO UNA

ALTERNATIVA REAL Y VÁLIDA DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN EL

DEVENIR DE UNA NACIÓN

Por Pedro Guadiana García

¿Son acciones mutuamente excluyentes el abstencionismo y el sufragio en el

acontecer de un país? ¿Son las únicas formas de actuar antes, durante y después

de los procesos electorales? ¿El voto es contribución y participación, en tanto la

abstención es retroceso y exclusión? ¿Son los votantes el noble linaje de la

democracia y somos los abstencionistas su anatema o estirpe bastarda?

En grandes segmentos de las sociedades occidentales no se ha superado la

lógica dicotómica –esa del sí ó no, blanco ó negro, cristiano ó islámico, castrista ó

anticastrista, la de izquierda ó derecha (con esa “ó” acentuada que solo admite

una decisión, un rumbo, una acción)- en lo que se refiere a la forma y el fondo de

participación activa de la sociedad civil, organizada o no, en la construcción de su

devenir cuando lo que realmente estamos viviendo es una Antiperístasis1

Exponencial, fenómeno que supone la incidencia de más de dos actores contrarios

y enfrentados, con toda su lógica borrosa intrínseca que es la que opera en la

realidad: la del sí y no (parte sí, parte no), la de esto o aquello (con esa “o” sin

acento que deja abierta la posibilidad de esto o aquello o ambos), la de la

probabilidad mínima, baja, media, alta y muy alta, la de los niveles entre lo mínimo

y lo superlativo, la de los intermedios entre lo relativo y lo absoluto, la de acciones

basadas simultáneamente en la razón y la emoción, la de los entresijos entre lo

objetivo y lo subjetivo…la de los motivos para votar o abstenerse. La lógica

bivalente busca la supremacía sobre la polivalente y se erige en un factor

importante de confrontación y polarización: el buen ciudadano es el que vota y

participa; el mal ciudadano es el que se abstiene y no participa, el que vota tiene

derecho a evaluar, el que se abstiene no tiene voz ni derecho para juzgar.

Claro está que existen decisiones o resultados dicotómicos o bivariados: la final de

la Copa del Mundo de Futbol se gana ó se pierde -en tiempo regular, tiempo extra,

penales, un volado o lo que sea- pero no ambas cosas. Hay un campeón y un

subcampeón. No se puede ser medio campeón y tampoco se puede empatar y

compartir el título. Pero también es cierto que ambos contrincantes pueden

conformar el grupo de “los mejores” y que a los equipos restantes, adversarios

deportivos también, pueden agruparse en “los muy buenos”, “los mediocres”, “”los

malos”, “los muy malos”, “los peores”… Esta situación, conocida como la acción

conjunta de los contrarios, es uno de los ejes del devenir histórico.

1 Diccionario de la Lengua Española, 21ª. ed., Real Academia Española. www.academia.org.mx/rae. Acción de dos cualidades contrarias, una de las cuales excita por su oposición el vigor de la otra.

Sucede lo mismo en la cuestión electoral. Con independencia de la forma en que

se logre, en una contienda presidencial y de relevo en el Congreso un candidato

presidencial gana o pierde pero su partido, en el caso mexicano, puede obtener

pocos votos y ser minoría en el Congreso. En otras palabras, el candidato y su

partido ganan y pierden (lógica multivariada o borosa)

En momentos extermos, como sucede en el actual contexto poselectoral, la

borrosidad se torna kafkiana, al presenciar las victorias de priístas y ex priístas

“conversos”2, algunos de ellos en el último momento, bajo las siglas de otro partido

o de varios partidos aliados. Por ejemplo, el famoso Malova ganó la gobernatura

de Sinaloa bajo las siglas del PAN siendor con licencia ¡del PRI! Esta

circunstancia empeora la confrontación entre posturas y visiones de

abstencionistas y votantes, hábilmente alentada a favor de éstos por grupos de

poder, influencia e interés. Aún en miembros de círculos intelectuales causa cierto

resquemor la sola insinuación de reconocimiento, simpatía o proclividad hacia la

temida acción maligna -el abstencionismo como forma legítima y legal de

manifestación en las “fiestas ciudadanas electorales”- por la previsible reacción de

condena y denostación.

La democracia supone un proceso dialéctico3 ascendente que, a través de la

interacción de los contrarios, genera estadios superiores o de evolución, pero la

democracia mexicana ha evidenciado procesos degenerativos que provocan

decadencia, degradación y polarización… involución en una palabra. La

democracia es más que pluralismo, elecciones y alternancia. La existencia de “n”

partidos y su rotación en el poder, como resultado de un sufragio necesariamente

cambiante para que esa rotación se dé, no garantizan la transformación social de

la realidad en dirección de una visión de futuro mínima común… de existir ésta.

La acción del voto es un evento estático importante, fundamental y crítico que

sucede en un momento determinado, porque determina el destino de una nación y

que, en estricto sentido, en un escenario optimista, debiera ser el disparador de

abajo arriba de eventos dinámicos –acompañados, retroalimentados, vigilados,

auditados y evaluados con y por los gobernados– para que los representantes de

todos los ciudadanos –votantes afines, votantes adversos y abstencionistas–

incluyan sus propuestas en sus programas de gobierno y, con base en ellas y en

una visón de futuro consensuada, planeen, organicen, programen, presupuesten,

2 George Benjamin Clemenceau, destacado político y periodista francés, uno de los actores fundamentales en la elaboración del Tratado de de Versalles que puso fin a la Primera Guerra Mundial (1914-1918) es recordado por esta cita: “un traidor es un hombre que dejó su partido para inscribirse en otro; un convertido es un traidor que abandonó su partido para inscribirse en el nuestro”. 3 Diccionario de la Lengua Española, 21ª. ed., Real Academia Española. www.academia.org.mx/rae. Diálogo, argumentación, discusión, debate, razonamiento, tesis, antítesis, síntesis, cambio.

lideren, coordinen, supervisen, ejerzan, ejecuten, sean eficientes, eficaces,

productivos, efectivos, funcionarios y estadístas de alta calidad profesional y moral

que informen, rindan cuentas y reconozcan errores, equivocaciones y desvíos,

ajusten, se retracten, rectifiquen, ofrezcan disculpas cuando sea necesario,

reparen daños, tengan gestos de compensación, hagan la firme promesa de no

volver a cometer daños a la sociedad y lo cumplan. En síntesis, el evento estático

del voto impulsa los eventos dinámicos –antes, durante y después de las

elecciones– de gobernanza y gestión pública.

Por lo tanto, si por democracia entendemos el tránsito a la libertad de elección, la

satisfacción de necesidades básicas –seguridad y sobrevivencia– y superiores –

convivencia y trascendencia–, grandes acuerdos para velar por el interés común,

Estado de Derecho, profesionalización de la política, control y dominio sobre el

territorio y la población, procuración de justicia, estabilidad política y económica,

movilidad social, instituciones consolidadas que sean ejemplo de Gestión Pública,

ejercicio responsable del poder, calidad de vida y bien común, podemos deducir

que “pluralismo”, “elecciones”, “alternancia” son un subconjunto de la democracia.

Podemos deducir también que una prueba de verdad de la democracia es la

reciprocidad tangible entre gobierno y gobernados, algo de sobra conocido pero

soslayado flagrantemente, con honrosas excepciones, por nuestra clase política y

la sociedad en su conjunto desde el origen de nuestra nación. Dicha reciprocidad

solo puede constatarse con la participación permanente de los miembros y grupos

de la sociedad civil, desde muchas trincheras, no solo las del voto.

DEMOCRACIA (evento dinámico)Más actores, más hechos

Pluralismo

Elecciones

Alternancia

Pluralismo

Elecciones

Alternancia

Pluralismo

Elecciones

Alternancia

Evento estático

PASADO

Evento estático

PRESENTE

Evento estático

FUTURO

Tiempo

A diez años del prometido y, a priori, sobredimensionado cambio, se logró una

inflexión pero en sentido inverso al bien común, acentuando y reforzando prácticas

negativas sociales, institucionales, constitucionales, metaconstitucionales,

anticonstitucionales que se cohesionan para formar un explosivo coctel.

En el ámbito político se incrementan:

El voto corporativo, coptado, comprado, traicionado, zizagueante,

prostituible.

La traición del sentido del voto. La gente que vota por un partido de

izquierda, derecha o centro repentinamente amanece “representado” por un

expriísta que no va a gobernar apoyado en la docrtrina del partido que

“representa” en una elección. Nada más patético que leer a Santiago Creel

festinando el triunfo de las alianzas y diciendo a Yunes, presunto pederasta

corrupto que desvió fondos del ISSSTE para financiar su campaña y que

enfrenta problemas con la justicia de Estados Unidos: “no estás solo”.

Ahora también los panistas piden voto por voto y casilla por casilla.

Todos los posibles candidatos, de todos los partidos, le tienen miedo a la

democracia o la desprecian.

El sometimiento de la clase política a grupos de poder, de interés y de

presión.

Las alianzas y pactos inconfesables, traiciones entre pares e impares o

entre iguales y desiguales.

La kakistocracia, el gobierno de los peores: los improvisados, los amigos,

los leales, los corruptos, los narcos.

El alejamiento, el cinismo y la burla hacia la ciudadanía. Los responsables

de la conducción del país se toman vacaciones en momentos críticos.

La hipocresía, falta de liderazgo, credibilidad y autoridad social ¿Cómo

hablar de mejorar si la cabeza, el presidente legal, miente, roba, traiciona,

es cínico, abusa del poder, corrompe y se corrompe? Es curioso ver cómo

los políticos gastan dinero del erario en sus campañas, llegan a las

posiciones deseadas, se enriquecen ilícitamente y después nos informan

que ¡no hay dinero! y que requerimos reformas fiscales.

En la esfera jurídica:

El Estado no tiene control y dominio sobre el territorio y la población. Los

toques de queda los “decretan” los narcos quienes obstruyen el libre

tránsido por el país, uno de los derechos consagrados en la Constitución.

Se incrementan los asesinatos, levantones, secuestros…

México es un país de leyes y no de justicia ha sentenciado Human Right

Watch. Se promulgan de leyes y reformas que atentan contra la justicia y

que favorecen intereses de predominio del status quo. En el papel se

favorece la participación pero se criminaliza la lucha social y la acción

conjunta de grupos de ciudadanos agraviados. Por ejemplo, algunos

consumidores de ciertos sectores de servicios no pueden demandar en

grupo la solución de problemas conjuntos y, por ley, deben hacerlo a título

personal minando la fuerza de grupos ciudadanos. Las cárceles están

llenas de pobres mientras los pudientes contratan abogados cuya fuente de

ingresos es defender y ganar lo indefendible.

Persiste la impunidad ante el saqueo de recursos de la nación4.

En la esfera social crecen:

La desalineación a principios y reglas.

La concepción de la ley como algo lejano y negociable.

El desinterés, la negligencia.

La incertidumbre.

La escasa posibilidad de movilidad social. La fuga de cerebros por falta de

oportunidades. Tristemente, muchos jóvenes ven en su inserción en el

crimen organizado una oportunidad.

Vivimos ya un estaliido social o, según otras perspectivas, una implosión

social. Están pelenado mexicanos contra mexicanos, en la que otros

analistas identifican como guerra civil. Al hablarse de 1810, 1910 y 2010,

mucha gente quizá pensaba o piensa en adelitas e insurrectos guerrilleros

pero no: la convulsión está aquí y es peor. En 1810 estabamos iniciando en

la construcción accidentada del Estado, en 1910 hubo revolución (o

distintas revoluciones: la del norte, la del centro y la del sur, la de los

hacendados, la de los campesinos, la de los anarquistas…) contra un

gobierno, no contra el Estado. En 2010 es peor, el que está en peligro es el

Estado mismo5.

Se agudizan las contradicciones. Este es el escenario propicio para quienes

tienen, legítimamente también, el derecho a querer cambiar las cosas por la

vía de las armas.

En el terreno institucional:

4 Documentada, por lo menos, en los libros “Los cómplices del Presidente” de Anabel Hernández, “Las manos sucias del PAN” de José Reveles y “Camisas azules, manos negras. El saqueo de Pemex desde los Pinos” de Ana Lilia Pérez. 5 Giovanni Falcone, el juez antimafia italiano, arteramente asesinado en 1992 por la mafia italiana, dijo alguna vez que la destrucción de una iniciativa de Estado tiene cuatro fases: 1) corromper, 2) amenazar, 3) descreditar y 4) la violencia. En 2010 ya vivimos en ella.

Degradación de instituciones fundamentales del Estado. Por poner un

ejemplo, hablemos de la SEP. Ahí impera el abandono, desprecio y

manipulación de la educación al impulsar, como única forma de alcanzar

una mejor calidad de vida, la mera transferencia de saberes técnicos y

prácticos (competencias) que conecten a las escuelas con el aparato

productivo, con la rentabilidad económica. Adiós a la filosofía (al pensar,

razonar, la lógica, la ética, la estética), la historia, las artes, la astronomía,

la ciencia, es decir, adiós a la rentabilidad social, a la transformación social.

En lo económico:

Dominio de oligopolios que inhiben la competitividad y el crecimiento.

Estancamiento económico con baja inflación: estanflación.

Las remesas, el narcotráfico y la informalidad sostienen gran parte de la

economía.

Incremento del desempleo.

Evasión de impuestos en todos los niveles. En los niveles altos se actúa

con indecencia y deshonestidad pagando cantidades irrisorias. En los

niveles medios y bajos, al no sentir reciprocidad6, se busca regatearle el

estado lo poco de renta que se genera.

¿Podemos negar que a este entorno pertenecen votantes y abstencionistas y que

todos hemos contribuido para generar este escenario de caos sistémico, donde los

problemas descritos son regla y no excepción? Estamos en límite de convertidos

en un Estado Fallido. Empeoramos al ubicarnos en la posición 98 (de un total de

177 países estudiados) en el ranking del Índice de Estados Fallidos 20107. La

posición 177, que representa al país más estable, es ocupada por Noruega, primer

6 Cuando alguien siente correspondencia desearía hacer contribuciones para que, por lo menos, el status quo se mantenga de acuerdo con sus intereses. Es el caso de Alemania, país que de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en su último reporte de 2009 (el de 2010 se dará a conocer en octubre), tiene un Indice de Desarrollo Humano de 0.947, ubicándose en el lugar 22 del grupo de naciones con el más alto índice. Ahí, un grupo de 51 millonarios que se hace llamar Club de la Riqueza ofece pagar 10% de sus ingresos adicionales a los que ya paga para alivirar los problemas tributarios del Estado. No se trata de altruismo sino de tributación. Claro está que este club desea mantener o acrecentar sustatos quo pero lo hace sabiendo que con mayor recaudación y mejor gestión de recursos se mantendrán o mejorarán las condiciones que permitirá sostener ese club. Cfr. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. http://hdr.undp.org/es/estadisticas/ Cfr. González, Roberto. Millonarios proponen pagar nuevo impuesto para ayudar a Alemania. La Jornada, México, 16 de julio de 2010, p.25. 7 Cfr. The Failed States Indez 2010. Foreign Policy. http://www.foreignpolicy.com/articles/2010/06/21/2010_failed_states_index_interactive_map_and_rankings.

lugar en índice de Desarrollo Humano8, donde “el noruego medio es miembro de

cuatro organizaciones y aproximadamente el 70% de la población adulta es

miembro al menos de una organización”

Salvo el voto cautivo o duro y el corporativo de los tres principales partidos, se

sabe que quienes deciden las elecciones son los indecisos y/o los moderados,

muchos de los cuales eligen en el último momento. El votante individual o

corporativo es rehén de prácticas de gobierno de arriba abajo y de la manipulación

de poderes fácticos9. El de arriba ofrece. El de abajo valora la oferta pero no

demanda o si lo hace sus demandas se pierden en el camino hacia arriba. El de

arriba es asistencialista, atiende marginalmente, casi siempre por presión social

nacional –generalmente bajo la forma de brotes de hartazgo reprimidos y

condenados severamente fuera del país– e internacional, como son: requisitos

para firmar un tratado, suscribir un convenio o para pertenecer a determinados

organismos internacionalales o agrupaciones de naciones.

El Establishment10, se da a la tarea de impulsar el “cambio” para que nada cambie,

mover piezas aquí y allá pero sin modificar radicalmente estructuras11, o sea,

manteniéndolas incólumes. Y para lograrlo, utiliza al electorado. Es decir, los

poderes fácticos colocan indirectamente a los gobernantes a través de los votos

de los ciudadanos ¿Cómo hacen las cuentas? Los políticos así: “mi voto duro,

militante, es de tantos millones, eso lo comparo contra el voto duro de mis

contendientes, ubico el número de moderados e „indecisos‟, calculo el

abstencionismo, hago proselitismo para obtener una proporción importante de los

8 http://www.noruega.es/About_Norway/policy/political/general/. “La participación del pueblo en la política tiene lugar a través de las elecciones directas y la afiliación a las organizaciones políticas. El noruego medio es miembro de cuatro organizaciones y aproximadamente el 70% de la población adulta es miembro al menos de una organización. Dichas organizaciones pueden ejercer influencia sobre las autoridades por medio de contactos formales e informales con la administración pública. Ese contacto estrecho entre los comités parlamentarios, los ministerios y los grupos políticos demuestra que la política noruega está orientada hacia segmentos como la industria, la agricultura y la educación”. La participación electoral normalmente alcanza casi un 80%. El sufragio universal para los hombres se introdujo en 1898, y para las mujeres en 1913. La mayoría de edad está actualmente en los 18 años. 9 Término políticamente correcto que no provoca urticaria en los detentadores de dichos poderes y que supera con mucho, en plena posguerra fría o “poshistoria”, en concordancia con la tesis hoy retractada de Francis Fukuyama, al concepto de Luis Althusser de Aparatos Ideológicos de Estado, cuya sola mención puede provocar una cacería contra el autor de este artículo, acusándolo de marxista trasnochado, chavista, castrista, lopezobradorista, miembro de células boliviarianas, guevaristas, maoístas, troskistas, leninistas, estalinistas… o algo peor: la percepción, tan en boga en este sexenio, de que esta publicación está lanzando arengas incendiarias filo comunistas, un auténtico “peligro para México”. 10 “Lo establecido”, el mundo que nos heredó las generaciones precedentes, contra el que lucharon y al que pretendieron transformar en sus inicios algunos iconos rebeldes célebres de todas latitudes y todas las trincheras, para al final terminar formando parte de él. nuevamente, con sus honrosas excepciones. 11 Hacer cambios graduales o radicales, lo que incluye dejar de poner parches a la casa vieja. A veces es mejor tirarla y reconstruirla. La forma de hacerlo es lo que entraría a debate.

zizagueantes y si los convenzo gano esto, pierdo aquello, tengo estas monedas de

cambio, negocio adhesiones, carteras, contrato consultores en golpes bajos,

mapachería incluida, claro que con baños de pueblo y concesiones o dádivas que

mantengan mi clientela electoral, porque mi proyecto es transexenal…” y así por el

estilo. Los poderes fácticos públicos y privados invierten recursos (dinero, tiempo,

espacio, personas, materiales, etc.) en todas las fuerzas políticas, contribuyen en

la manipulación de la percepción, provocan preferencias hacia unos y miedos y

terrores hacia otros, realizan aportaciones por medios lícitos e ilícitos para el logro

de la victoria de su favorito, a cualquier precio, como sea y finalmente exigen el

pago de facturas: “pongan a este en tal secretaría, a este otro en tal institución, a

este como coordinador de la comisión, „a mí me dejan las telecomunicaciones‟,

„esa ley no pasa papá‟, „como tú digas mi rey‟, a mí no me toquen el sindicato, a mi

no me toquen mi dominancia en el mercado, es más requiero ampliarla, a mí

háganme ganar estas licitaciones, a mi déjenme hacer mi sindicato blanco,

desalinearme a principios, reducir salarios y prestaciones, despedir y vomitar

gente a la informalidad, violar sus derechos para luego acusarla de ser informal y

endilgarle campañas „a favor de lo mejor‟, „no a la piratería{, claro usando siempre

la decente „voz de las empresas‟ porque los que violan principios son otros y no

nosotros, nuestras empresas, nuestros organismos o nuestros grupos”.

Luego entonces ¿para quién gobiernan? ¿Para los votantes moderados o

indecisos que eligieron inclusive en el último momento? ¿Esos que espetan a los

abstencionistas su condición de ciudadanos no responsables? “Si no votas

¡Cállate!” decía un conocido eslogan. “No critiques, no opines porque no votaste”

me han dicho y, generalmente suelo contestar:

“¿Votaste tú por Ricardo Salinas, Emilio Azcárraga, Carlos Slim, el cardenal

Norberto Rivera, Elba Esther Gordillo, Carlos Romero Deschamps y tantos

otros? Porque ellos contribuyeron con recursos a escoger al presidente y los

legisladores, el presidente pone a los ministros de la Corte que tienen

ingresos insultantes si se comparan con el tuyo y que protegen a

gobernadores corruptos, pederastas, con antecedentes criminales y

condenan a activistas que defienden niños y a luchadores sociales; los

legisladores hacen las leyes que te perjudican y benefician a los grupos de

esos personajes que te acabo de mencionar que, como seguramente sabes,

y si no lo sabes te estoy enterando ahora, son los que gobiernan de hecho

(de facto), no de derecho, son los poderes fácticos: empresarios, iglesia

católica, escuelas, sindicatos, etc.”

He hecho, a lo largo de los años, ejercicios exploratorios con diferentes amigos y

conocidos que votan, es decir, con el hombre de la calle, el empleado, el

profesionista, el ama de casa, algunos miembros del círculo rojo. Finalmente, los

intelectuales son desafortunadamente minioría decisoria en cuanto a la cantidad

de sus votos y conozco sus erudiciones. Me interesa conocer el pensamiento no

ilustrado, dicho esto sin ningún afán peyorativo. El común denominador durante la

hegemonía priísta, quienes votaban por el candidato me decían: “voto por el PRI

porque siempre gana”. Diez años después con toda la decadencia panista,

secuela del foxismo y tragedia del calderonismo, pregunte solo a los que votaron

en 2006 por FCH, dado que me interesaba conocer sus motivos y hacer una

evaluación ex post. Las preguntas o afirmaciones fueron: “¿por qué votaste por

Calderón?” o ya de plano, cuando se quejaban de la situación: “¡tú votaste por él!”

y “¿qué opinas de la grave situación actual?” las respuestas fueron: “porque soy

empresario” me dijo más de un emprendedor o microempresario (luego entonces,

identifican al PAN y a FCH con la “libre” empresa y a los otros como el terror

izquierdista), varios más coincidieron: “Porque no había de otra. De no hacerlo

estaríamos como Venezuela o Cuba” (es notorio que en ellos permeó la campaña

del “peligro para México”) o “era el menos malo”, “el mundo está mejor sin El

Peje”, “todos hacen lo mismo ¿quién me garantiza que Obrador lo haya hecho

mejor?”, “si tú estuvieras ahí ¿a poco no harías lo mismo?”.

¿Qué común denominador encontramos? El que comentó María de las Heras en

2006 y que se mantuvo en este 2010: la mayoría de los indecisos vota contra

alguien, no por alguien ni por una doctrina política o plataforma electoral. Algunos

analistas afirman que el voto es meramente emocional: “El Peje es naco, no sabe

hablar, no sabe hacer cuentas”. Los escenarios futuros están igual, hasta antes de

la muerte de Juan Camilo Mouriño, se perfilaba el duelo de los tres guapos: Peña

Nieto, Ebrard y el fallecido Mouriño. Atrás quedarán las trapacerías de Peña Nieto

y destacará el copete que, por cierto, tiene que poner a remojar porque se lan

complicado los escenarios). Atrás quedaría el salinismo-camachismo de Ebrard.

Atrás queda el corrupto Mouriño y queda la estatua en su memoria por sus

inconmensurables aportaciones a la patria (segón Calderón). Predomina, pues, la

forma sobre el fondo. Una cosa es cierta: el voto no ha encontrado reciprocidad en

los ciudadanos pero los poderes fácticos si la han encontrado, aunque siempre se

quejarán porque son insaciables.

Es cierto que el votante ha quitado a los caciques de Oaxaca y Puebla, pero

Gabino Cue es gente de Diódoro Carrasco (ex secretario priísta, actual legislador

panista) y José Murat (el corruptazo que fabricó un autoatentado). Rafael Moreno

Valle es gente de esa prócer nacional que es Elba Esther Gordillo.

En consecuencia, podemos decir que la gente volvió a votar para que ejerzan el

poder los mismos: esos que ayudan o de plano ponen y quitan gobernantes en los

tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) y en los tres niveles de gobierno

(federal, estatal y municipal). Qué importa si gana Marcelo Ebrard o el autoritario y

soberbio López Obrador (quien como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, en las

inauguraciones de sus obras, se hacía acompañar con miembros de las élites a

las que hoy critica. Por cierto, le regaló un predio a la Arquidiócesis de México, al

lado de La Basílica), qué importa si gana el autoritario Lozano (“coopelan o

cuello”), el patético Creel (el ex “hombrecito” de Bucareli que tenía oficinas de

campaña en Televisa, a la que regaló concesiones de casas de juego y luego,

cuando dejó de ser útil fue atacado por aquellos a quienes benefició), el dinosauro

tan joven pero con un historial ya largo de perversidad, opacidad y antidemocracia

que es Peña Nieto (el favorito del público femenino, a pesar de manifestar en

entrevistas serias, según Sergio Aguayo, que carece de neuronas), o el maestro

de los sótanos malolientes de la política mexicana que es Manlio Fabio Beltrones

¿Quién garantiza que alguien que contienda bajo las siglas del PRI (quien sabe si

sea priísta), PAN (quién sabe si sea panista), PRD (seguro es ex priísta)

modificará las estructuras del establishment? Surge aquí otra pregunta clave: ¿Por

qué diantres se ha de votar por alguien que no cumpla con las características

deseadis y debidamente analizadas? Los estadistas suelen ser guías, no

“sabelotodo” ni “hazlotodo”. Luego entonces, si ellos no pueden ¿por qué votar por

ellos? ¿No sería mejor hacer lo que ellos no hacen (algo así como “mandar

obedeciendo”? ¿No es mejor impulsar el cambio desde abajo? ¿No sería mejor

complementar los distintos tipos de cambio de abajo arriba, arriba abajo, dentro

afuera, fuera adentro?

Lamentablemente, no podemos esperar que esta tendencia cambie en el corto o

mediano plazo pues la falta de reciprocidad es motivada, entre otras cosas, por la

ausencia de una cultura de participación ciudadana la que, desde una perspectiva

reduccionista, muchos identifican solo con la acción de no votar.

El problema de la no participación es endémico e incluye por igual a votantes y

abstencionistas, quienes tienen más en común de lo que creen, dado que

comparten muchas características. Si evaluamos los motivos y el nivel de

conocimiento y percepción con que ambos grupos deciden (Tabla 1)

encontraremos que tanto votantes –principalmente los moderados e indecisos que

influyen decisivamente en los resultados de las elecciones– como abstencionistas

que toman decisiones en un nivel especializado de análisis son los menos.

Leonardo Curzio se ha planteado esa duda respecto de los abstencionistas pero

yo pienso que lo mismo aplica para los votantes. Además, sería una sinrazón

exigir a ambos grupos ubicarse en un alto nivel de análisis porque tendrían que

dedicar a esto mucho de su tiempo laboral, social, personal, familiar y eso no les

corresponde porque ellos han cedido sus derechos individuales al Estado para

que éste, en su representación, garantice la seguridad, sobrevivencia, convivencia

y trascendencia de los integrantes de la nación. Esa es la razón de ser del Estado.

Ambos, votantes y abstencionistas envían mensajes con sus acciones que son

dignas de tomarse en cuenta con seriedad. Por eso, la polémica entre votar y no

votar resulta bizantina si no apreciamos desde la borrosidad lo que realmente

sucede o puede suceder:

Situación actual. Todos somos responsables de lo que está pasando en le

país. Los votantes no son los buenos y los abstencionistas los malos.

Situación deseable y posible que se debe impulsar e incrementar en el

corto y mediano plazo:

o Votar y participar activamente en política antes y después de los

comicios. Hacer valer derechos, organizarse, hacer sentir la fuerza

de la unión.

o No votar y participar activamente en política antes y después de los

comicios es totalmente válido y legítimo, porque se impulsa desde

abajo lo que ya se sabe que no se va a hacer desde arriba, porque

no existe la voluntad política y el entorno es de descomposición.

Situación no deseable pero, desafortunadamente tendencial o probable,

que se debe acotar a corto y mediano plazo:

o Votar y no participar activamente en política antes y después de los

comicios. Ello equivale a extender un cheque en blanco.

o No votar y no participar activamente enpolítica antes y después de

los comicios. También equivale también a extender un cheque en

blanco.

De acuerdo con lo anterior, la cita popular “tenemos el gobierno que

merecemos porque no hay participación de la sociedad civil”, es

responsabilidad de todos los que hemos construido o destruido este país:

Los males endémicos mencionados y sus representantes más conspicuos

no vienen de otro planeta: salen de nosotros, somos nosotros. Solo

echemos un vistazo retrospectivo a publicaciones críticas, de denuncia, y

veremos los mismos hechos, solo que con otros nombres, otras fechas y

otras siglas.

Tabla 1. Nivel de toma de decisiones de votantes y abstencionistas

En conclusión:

Es reduccionista suscribir el problema del binomio elecciones-democracia a

condenar a los abstencionistas y elogiar a los votantes, si ambos no

participan activa y organizadamente para hacer valer sus derechos. En

países como Canadá la ciudadanía y los sindicatos han logrado detener la

incursión en algunos lugares de ese gran depredador que es Wal Mart. En

San Francisco, organizaciones de ciudadanos se organizan para revertir

El votante

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

El abstencionista

Su voto es más emocional que

racional, contra alguien (por odio,

aversión, rechazo, prejuicios,

porque cree que es "malo",

porque se le da la gana) o a favor

de alguien (por simpatía,

galanura, presencia, voz, le cae

bien, porque cree que es

"bueno", porque se le da la

gana), su percepción intuitiva o

de sentido común es manipulada

por candidatos, medios y

poderes fácticos. Casi no accede

a información o ésta es básica

Su voto es más racional que

emocional. Sus niveles de

percepción son lógicos, analiza y

evalúa antes, durante y después,

ideologías, plataforma política,

cultural, económica,

institucional, causas, efectos,

indicadores. Posse sólida

formación o argumentos teóricos,

doctrinarios, prácticos, accede a

información crítica y

especializada que le permite

hacer analogías, vislumbrar

futuros y sustentar su decisión

porque es muy poco o nada

manipulable. Puede considerar

que es la mejor opción para el

país o que, siendo lo contrario,

conviene a su interés particular

Posee bases

suficientes para

discernir pero no

accede a información

crítica. Se nutre de

percepciones e

información de

algunos medios, es

susceptible de

manipulación. Puede

concluir que "no hay

de otra", "más vale

malo por conocido",

"es el menos malo"

Nivel Mínimo Nivel Medio Nivel Máximo

Su abstención es más emocional

que racional, es negligente,

ignorante, ningún gobierno le da

nada, no necesita hacer análisis

elevados cuando no ve reflejadas

las acciones de gobierno en sus

bolsillos y en su calidad de vida.

Ningún discurso le permea ni le

convence. Concluye por intuición

o sentido común que "todos son

iguales"

Posee bases

suficientes para

discernir pero no

accede a información

crítica. Se nutre de

percepciones e

información de

algunos medios que

le permiten deducir

que algo no está

bien, que "todos son

iguales", es poco

susceptible de

manipulación. Puede

decidir de antemano

o en el útlimo

momento su

abstención

Su abstención es más racional

que emocional. Sus niveles de

percepción son lógicos, analiza y

evalúa antes, durante y después,

ideologías, plataforma política,

cultural, económica,

institucional, causas, efectos,

indicadores. Posse sólida

formación o argumentos teóricos,

doctrinarios, prácticos, accede a

información crítica y

especializada que le permite

hacer analogías, vislumbrar

futuros y sustentar su abstención

porque es muy poco o nada

manipulable y concluye que no

tiene sentido votar por el "menos

malo", dado que "todos son

iguales"

Nivel Mínimo Nivel Medio Nivel Máximo

incrementos a bienes que ellos consideran necesarios. John Lennon, un

célebre abstencionista que decía “usualmente no me tomo la molestia de

votar” contribuyó de otra manera a la concientización contra la guerra de

Vietnam. Fue espiado por la CIA, dado sus contactos con izquierdistas

norteamericanos, devolvió su Medalla del Imperio Británico recibida cuando

formó parte de Los Beatles como protesta por la guerra de Vietnam. Movió

conciencias en el mundo, no solo en un país.

El problema no son las alianzas. En todo el mundo se hacen. La cuestión

de fondo son los RESULTADOS que deben ser tangibles, además de

medibles, lógicos y auditables. No solo de cifras se trata. La ecuación es

RESULTADOS = INDICADORES + TANGIBILIDAD ¿De qué sirve tener

“indicadores” (habilmente manipulados) si nos van a decir que el problema

de la seguridad es de percepción? ¿Sirve de algo tener algunos indicadores

macroecnómicos cuando ello no se refleja en los bolsillos de los

mexicanos? Cito la frase con que durante años iniciaba Julio Boltvinik su

columna “Economía Moral” del periódico La Jornada: “La economía moral

es convocada a existir como resistencia a la economía del „libre mercado‟:

el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan,

pero no resuelve el hambre de la gente”.

Existe solución. El Pacto de la Moncloa y el fin del apartheid con Nelson

Mandela son pruebas de que sí se puede.

En resumen, las perspectivas de participación en tiempos pre-electorales,

electorales y post electorales trascienden posturas reduccionistas respecto al voto

o la abstención. Se circunscriben en el Estado, las políticas públicas, la

Gobernanza, la Gestión Pública, la Administración Pública. Pero eso sería asunto

a tratar en otra colaboración.