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EDICIÓN ESPECIAL Domingo 31 de Agosto de 2014 Así SOMOS

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Edición Especial Así Somos los venezolanos, en conmemoración del V Aniversario del Correo del Orinoco

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E D I C I Ó N E S P E C I A LDomingo 31 de Agosto de 2014

Así SOMOS

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Domingo 31 de Agosto de 20142 Así SOMOS

La irrupción del petróleo generó movilización de población de un lado a otro

Hace 10 mil o 15 mil años comenzó el poblamiento de Venezuela

El antropólogo Mario Sanoja sostiene que la nación tuvo dos fachadas: una oriental y una Pacífica. Millones de africanos, secuestrados y traídos por la fuerza, fueron usados como mano de obra esclava, recuerda Beatriz Aiffil

T/ Héctor EscalanteF/ Jonathan Manzano, María Isabel Batistay Roberto GilCaracas

El poblamiento de Venezuela no se puede desvincular del poblamien-to de América, que comenzó hace 40 o 60 mil años –por lo menos–

con el traslado de los llamados paleoasiáti-cos que venían de Asia, África y Oceanía.

Según la teoría clásica, explicó el antro-pólogo Mario Sanoja, esos grupos atravesa-ron el Estrecho de Panamá y bajaron hacia Suramérica: “Una parte se dirigió al norte, a lo largo de la costa del Caribe colombia-no; otros siguieron hacia el sur, y por la vía del litoral pacífico llegaron a la Tierra del Fuego, mientras que el resto se enrumbó hacia el este y entraron a lo que es hoy la Amazonia”.

Durante miles de años esos grupos vivie-ron aislados en el territorio suramericano

y formaron comunidades que empezaron a diferenciarse “genéticamente, cultural-mente y lingüísticamente”.

Dos fachadas. Hace unos 10 o 15 mil años, prosiguió, estos comenzaron otra vez a expandirse. Una parte se movió ha-cia el norte y logró atravesar el Amazonas hasta llegar a la Guayana venezolana, para establecerse en el estado Bolívar y la costa oriental de Sucre.

Partiendo de esa nueva movilización, el investigador sostiene que Venezuela tuvo dos fachadas: “Una oriental, cuyos pue-blos están vinculados con la Amazonia y fundamentalmente con toda la parte sur de Brasil y norte de Argentina; y otra, Pa-cífica, que está vinculada con esas prime-ras poblaciones y todos los grupos que se asentaron en el área del Pacífico y crearon una sociedad diferente”.

Los pueblos del Pacífico desarrollaron so-ciedades mucho más complejas debido a las características del área. “La afinidad tan estrecha que existe entre los valles mon-tañosos andinos y la costa del pacífico, por ejemplo, hizo que se acelerara el proceso de domesticación de animales como la llama y la alpaca, así como el cultivo de papa y maíz”, asintió.

Por otra parte, refirió que los grupos que se extendieron hacia la costa atlántica colombiana crearon posteriormente en el occidente de Venezuela enclaves con planta-ciones de auyama y yuca, además de socie-dades que también fueron muy complejas.

Sociedad clasista. De esta manera, acota el antropólogo, hace 5 mil años se fueron conformando las bases de lo que hoy se conoce como la sociedad clasista originaria de Suramérica.

“En el siglo XVI, cuando llegaron los es-pañoles, en Lara existían sociedades tipo Estado que tenían regadíos, terrazas de cul-tivo y especies de centros urbanos con una gran cantidad de montículos que formaban como enclaves en distintas partes del esta-do”, describió.

En Táchira también encontraron otras sociedades que, aunque más pequeñas, te-nían un desarrollo similar, con regadíos y terrazas de cultivo, entre otras propuestas.

Sostiene que todo esto marcó una dife-renciación entre occidente y oriente: “La sociedad occidental ha tenido un desarro-llo socioeconómico mucho más complejo y más rápido que la de oriente, que era una sociedad igualitaria”.

Esa característica, resalta, ha seguido manifestándose: “Hoy día se nota clara-mente la diferencia en la gente, en la cultu-ra, en la forma de vida, aunque eso ha ido disminuyendo en la medida en que Vene-zuela empezó a convertirse en una sociedad más moderna”.

Deslocalización de poblaciones. Ex-plica Sanoja que en el siglo XVI no solo hubo una ocupación del territorio venezo-lano, sino que se presentó una deslocaliza-ción de las poblaciones originarias.

“Las misiones comenzaron a desinte-grar a las comunidades indígenas y a crear otras comunidades donde reunían a gente de distintas etnias, de distintas culturas y distintos lenguajes, y eso rompió en buena parte la unidad estructural que estas te-nían”, apuntaló.

Esa situación, refiere, se suscitó básica-mente en el oriente del país. En el occiden-te, por el contrario, se conservó por mucho más tiempo la homogeneidad de las comu-nidades indígenas.

“Es por eso que la región andina es más conservadora que otras, debido a que las estructuras sociales capitalistas sobrevi-vieron más y sobreviven todavía ahí con mucha fuerza”, esgrimió.

Influencia petrolera. A partir del año 1936, con el inicio de la explotación del pe-tróleo, comenzaron a movilizarse esas po-blaciones de un lado a otro. “A raíz del auge petrolero, comienzan a moverse poblacio-nes de Margarita, de Sucre, de Anzoátegui al norte del estado Zulia para trabajar en el área, y eso dio origen a la formación de enclaves de cultura oriental en los alrede-dores del Lago de Maracaibo”, expresó.

Incluso, sostiene que mucha gente de los llanos se movilizó hacia occidente en busca de trabajo, y eso potenció los grandes cen-tros urbanos como Caracas, donde también convergieron poblaciones procedentes de distintas partes de Venezuela.

Impacto europeo. La llegada de los eu-ropeos a Venezuela –en 1498– tuvo un gran

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impacto en la población nativa que allí re-sidía, precisó por su parte la socióloga Bea-triz Aiffil.

“Hacia Cumaná, donde habitaba un gru-po de indígenas que se destacaba por ser muy aguerrido, hubo enfrentamientos. Incluso la ciudad fue fundada tres veces porque hubo resistencia indígena desde el primer momento”, relató.

“Los indígenas fueron prácticamente desaparecidos de todos los territorios coste-ros del Caribe donde llegaron los españoles. Además, los obligaban a trabajar en condi-ciones infrahumanas”, reseñó.

Las presiones que se aplicaban a los co-lonizadores para poner a producir esas tie-rras, inicialmente para el reino de España y luego para otros reinos con los que des-pués comenzaron a disputarse el territorio, asintió, se usaron para “justificar” el uso de esas personas para el trabajo forzado.

“Se inventaron una cantidad de justifi-caciones religiosas, filosóficas, biológicas y científicas, incluso, para explicar que los indígenas americanos podían ser utiliza-dos para el trabajo como si fueran animales y eso ocasionó la desaparición de una gran parte de esa población”, fustigó.

Llegan los negros. La devastación en la población indígena fue violenta, ase-veró; por ello, a comienzos del siglo XVI, los religiosos y misioneros asentados en territorio americano “solicitan la impor-tación de mano de obra proveniente del continente africano”, la cual es inmedia-tamente aprobada.

Dijo que los negros africanos, que esta-ban adaptados al trabajo fuerte bajo el sol debido a las condiciones geográficas y cli-matológicas en las que vivían, fueron ex-plotados como los indígenas, pero con ma-yor intensidad.

“Ellos tenían algún tiempo sufriendo la esclavitud, pero las condiciones en la que esta se dio a raíz de la trata negrera hacia el continente americano fueron exagera-das”, ilustró.

A partir de este momento, detalla la so-cióloga, empieza el encuentro de tres mun-dos, es decir, Europa, África y América, que para ese momento tenía mucho de Asia.

“Los negros e indígenas se mezclan por-que ya no había ningún impedimento que los frenara, ni trabas éticas de las que ma-nejaban los colonos españoles”, referenció.

Por esta razón es fácil encontrar en la po-blación venezolana una gran cantidad de zambos. Sin embargo, sostiene que el mes-tizaje en sí comenzó con la llegada de los españoles y su interrelación con el pueblo indígena.

Esta situación, esgrime, marca un nuevo capítulo en sus vidas, porque como a ellos “se les consideraba animales, seres irra-cionales, sin alma”, las hijas e hijos de esos supuestos “bastardos” que resultaban de la mezcla con los españoles “eran subvalo-rados y despreciados”.

Aiffil, quien además labora en el Instituto Nacional contra la Discriminación Racial (Incodir), comentó que ese tipo de actitu-des, que fueron asumidas por las mujeres que esperaban en España a sus maridos, o que ya se habían trasladado a este terri-torio para reunirse con ellos, marcaron el inicio del racismo en Venezuela.

Pero cuando llegan los negros africanos, refiere, “el desprecio fue mucho más fuer-

te, porque el color determinaba claramen-te que había una relación que para ellas era ilegítima y extranatura y eso fortifica el racismo”.

Neorracismo que engaña. Con el paso de los años, evalúa Aiffil, se ha mantenido la esencia del desprecio, de la descalifica-ción y del “ninguneo” hacia los grupos de negros e indígenas.

“Hay una teoría, por llamarla así, de los grupos que se consideran blancos o merece-dores de títulos nobiliarios, de alta estima en los pueblos y en las ciudades, que fomen-ta la creencia de que hay personas superio-res a otras, que pueden más que otras o que tienen más derechos que otras”, fustigó.

Esa idea que, según la socióloga se en-cuentra subjetivamente en las personas, “está respaldada por leyes, decretos, bulas papales, que han hecho entender a muchos venezolanos y venezolanas que se merecen cosas mejores que los demás”.

Señala que esta hipótesis ha quedado evi-denciada cuando en los distintos procesos electorales celebrados en el país “hay gente que dice públicamente que su voto vale más

que el de los pobres, o que su voto vale más que el de los estudiantes”.

Cuando ese tipo de conductas son legi-timadas por la sociedad, refiere, eso cons-tituye un indicio de racismo, “y esa legiti-mación llega hasta tal punto que un buen porcentaje de las y los venezolanos piensa que no hay racismo en el país”.

Cambios. “El gran cambio que hubo en la sociedad venezolana ocurrió con la Revolu-ción Bolivariana, la cual alteró el patrón de pobreza que amenazaba al país e hizo que su sociedad fuera ser más inclusiva”, afir-mó Sanoja.

De acuerdo con el investigador, la histo-riografía que comenzó a escribirse sobre todo a partir de la Cuarta República, “in-tentó justificar la hegemonía de la burgue-sía liberal y capitalista que se apoderó del Estado con el argumento de que tenían que gobernar porque los demás no servían”.

Dice que todas las teorías que explican el origen de la sociedad venezolana se funda-mentan en esa historiografía construida a partir de los siglos XVIII y XIX, donde se muestra a una sociedad dividida entre una minoría burguesa y hegemónica y una mayoría que no tiene nada. “Una historia construida sobre esa base no puede ser cierta, porque es una historia interesada en legitimar la hegemonía de esa minoría burguesa”, reiteró.

Según esas élites, rememoró, los po-bres, que constituían alrededor de 90% de la población venezolana “eran una masa indisciplinada, que no tenía consciencia de lo que estaba haciendo, ni planes de vida, y a la que le gustaba la rochela y el relajo, por lo que no eran capaces de cons-truir nada”.

En su opinión, ese sector de la sociedad ciertamente presentaba muchas limitacio-nes, pero no porque sus integrantes fueran naturalmente incapaces, sino porque no contaban con las herramientas necesarias para educarse y sobrevivir.

Agricultores y alfareros Antes de Cristo

“Desde aproximadamente 1000 años Antes de Cristo, la cuenca del río Tocuyo había estado habitada por poblaciones agricultoras alfareras aborígenes, quienes lograron domesticar diversas razas locales de maíz y de yuca, de modo que para 1545 ya existían en la cuenca del río Tocuyo sociedades aborígenes estratificadas que habían desbrozado extensos campos de cultivo y construido terrazas y montículos agrícolas y sistemas de riego”.

Mario Sanoja: Historia Socio-cultural de la Economía Venezolana: 14.500 años

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Mario Sanoja

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Domingo 31 de Agosto de 20144 Así SOMOS

“Desde 1830 hasta 1998, cuando llega Hugo Chávez al poder, la mayoría del pueblo ve-nezolano no contaba con las posibilidades de tener buena salud, de tener una buena educación, de tener vivienda, de tener una cultura laboral aceptable. Esos, por supues-to, son factores de atraso”, criticó.

Por tal motivo considera que elementos como la jocosidad extrema y la flojera con que suelen relacionar a las venezolanas y los venezolanos de manera exclusiva “son estereotipos construidos a nivel mediático”. A su criterio, “tanto en Venezuela como en todos los países del mundo hay gente alegre, gente triste, gente seria, gente ordenada y gente desordenada”.

En transición. Sanoja insiste en que vi-vimos un momento de transición y que toda transición es violenta e inestable, porque como decía el presidente Hugo Chávez, el orden antiguo se niega a morir y el orden nuevo todavía no nace.

Asegura que esa transición se da no solo en términos de la población en general, sino también en los conceptos que guían la prác-tica social. En tal sentido, cree que la so-ciedad capitalista venezolana ya dio lo que tenía que dar.

“Si en todos estos años en los que ha sido hegemónica no ha podido resolver los pro-blemas de la sociedad, si llegamos a finales del año 2000 con 60% de pobreza, eso es un fracaso”, sentenció. Eso ha demostrado, a su juicio, que el capitalismo no puede re-solver los problemas a las mayorías, sino a las minorías.

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Petróleo y estilo de vida “usamericano”

“A partir de 1936, el auge de la industria petrolera quebrantó tanto la antigua estructura geohistórica regional como la cultural que había caracterizado la población venezolana desde el siglo XVI debido al volumen de las corrientes migratorias internas de población hacia las ciudades más favorecidas por las mejoras en las condiciones laborales, de salario y asistencia social: Caracas, Valencia, Maracaibo, Maturín, Puerto Cabello, Barcelona, Puerto La Cruz, y por el innovador estilo de vida ‘usamericano’ que se vivía en los nuevos campamentos petroleros”.

Mario Sanoja: Historia Socio-cultural de la Economía Venezolana: 14.500 años

La nación cuenta con una ley que la condena

Todavía hay sectores del país que venla discriminación racial como algo naturalT/ Héctor EscalanteF/ Jonathan ManzanoCaracas

La socióloga Beatriz Aiffil señaló que el esfuerzo que se ha hecho en Venezue-la durante los últimos 15 años para

contrarrestar el racismo ha sido muy gran-de. El primer empujón lo dio el presidente Hugo Chávez cuando puso el tema en la pa-lestra pública “al asumir que él era afrodes-cendiente y que tenía una parte india, una parte negra y un poquito de blanco”.

Ese reconocimiento, acotó, hizo que la gente empezara a preguntarse dónde estaba su parte negra y su parte indígena, y que se comenzaran a defender con mayor ahínco los derechos de los pueblos aborígenes. Una prueba de ello, alega, es que se le dedicó un capítulo especial en la Constitución. Men-cionó, además, que en Revolución se creó la Ley Orgánica contra la Discriminación Racial, herramienta legal que ha servido de base para fortalecer esa lucha.

También señaló que la presión de los movimientos sociales ha servido de mu-cho, aunque a su parecer estos no han sido lo suficientemente contundentes. “Los grupos sociales, y en algunos casos personas que levantaron su voz en contra del racismo y la discriminación racial en Venezuela fueron vistos como locos, como gente que estaba trayendo problemas, y el movimiento no se dio como debió haberse dado”, lamentó.

Aiffil asevera que, “basados en el hecho de que Venezuela es un país mestizo, de que

aquí todos nos queremos, de que aquí todos somos iguales, que somos un pueblo soli-dario –lo cual no es falso– nosotros hemos asumido la discriminación racial como un hecho cotidiano, que incluso se toma a ma-nera de chiste”.

Visibilizar el problema. La investiga-dora insiste en que la situación ha sido así simplemente porque “el problema no esta-ba visibilizado”, ya que no se trataba de un asunto preocupante para muchos sectores de la sociedad venezolana que “pensaron que podían seguir avanzando porque no había enfrentamientos ni matanzas, y por eso no lo vieron significativo”.

Ahora, destaca, así lo sufra en carne pro-pia, la mayor parte de la población “entien-de la discriminación racial como algo na-tural, y asume su color como un defecto”, hecho que a juicio de la experta es suma-mente grave.

“Cuando hay gente que dice que por den-tro son buenas, nobles, lo que están pidien-do es que la perdonen por su color; enton-ces es discriminada y se autodiscrimina”, argumentó.

En ese sentido, esgrime que el trabajo de los colectivos busca que la gente concienti-ce y visibilice, “porque si no ven esto como un problema no vamos a encontrar nunca las soluciones”. Hoy día se siguen abriendo cada vez más espacios para la población afrodescendiente y los indígenas, situación que, a su criterio, “es una muestra de que hay una preocupación y la voluntad de su-perar el problema”.

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Domingo 31 de Agosto de 2014 5Así SOMOS

Diferentes culturas se han fusionado con las costumbres criollas

Por las venas de muchos venezolanos está la marca de sus antepasados inmigrantesDespués de la Segunda Guerra Mundial miles de europeos arribaron a Venezuela en busca de una nueva oportunidad. El boom petrolero de los años 70 atrajo a los latinoamericanos

T/ Janet Queffelec PadrónF/ José Luis Díaz y Miguel Romeroy Ángel De Jesús-Archivo COCaracas

Por las venas de muchas venezola-nas y venezolanos está la marca de sus antepasados inmigrantes que llegaron a esta tierra para

buscar un mejor futuro.Al culminar la Segunda Guerra Mundial muchos portugueses, españoles e italianos arribaron a los diferentes puertos venezo-lanos. También lo hicieron, aunque en me-nor cantidad, franceses y hasta alemanes. Las culturas se fusionaron en un apacible encuentro.

Las profesoras de la Universidad de Ca-rabobo Yamile Delgado de Smith y Mónica Abellana Chaybub refieren en un trabajo titulado Venezuela y migración que duran-te el periodo del boom petrolero, en la dé-cada de 1970, nuestro país fue un receptor de emigrantes latinoamericanos, especial-

mente colombianos, peruanos y ecuatoria-nos: “En nuestra población está presente una rica variedad étnica, producto de la constante mezcla de nacionalidades”.

Y con las dictaduras del Cono Sur, chile-nos y uruguayos buscaron una mejor vida en Venezuela.

“Venezuela es mi madre de crianza”. José Ariolfo Pullas Sánchez se radicó en Ve-nezuela hace 67 años. Este reportero gráfico nació en la población de Cuenca, Ecuador, y vino a Venezuela cuando tenía ocho años de edad: “Mi padre fue contratado, era ebanista y tallador. Llegamos aquí como residentes”.

Estudió en el Colegio La Salle y en la escuela de Artes Plásticas de Caracas: “Tuve el honor de conocer al gran escul-tor venezolano Francisco Narváez que fue mi profesor”.

Dice que no ha dejado de lado su “patria de nacimiento”, pero a Venezuela la consi-dera su “madre de crianza; la otra me dio la luz; yo siempre digo que la cigüeña se equivocó, me debió haber dejado en la plaza Bolívar (de Caracas) que haberme llevado más al Sur. Yo digo que América Latina es nuestra patria grande”.

Subrayó: “Caracas ha sido mi primera pa-tria, mi segunda patria y mi tercera patria”.

En esta ciudad formó a su familia. Tiene dos hijos, uno egresado de la Universidad Central de Venezuela, su hija es profesora en el liceo Andrés Bello. Y en Venezuela le nacieron las tres nietas: “Ahora mis hijos quieren ser también ecuatorianos”.

Dijo que está nacionalizado. Trabajó du-rante 39 años en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, y en el diario Vea lleva cinco años: “He hecho mi vida aquí en Venezuela completamente y con mucha facilidad”.

En nuestro país hay muchos clubes de ecuatorianos, pero Pullas no los frecuen-ta. Pero sí fue nombrado socio activo de la Sociedad Bolivariana de Venezuela. Con-sidera que esta distinción representa “un pago espiritual” que le otorgó el Padre de la Patria: “Es ser reconocido como hijo legítimo”.

Relató que cuando se mudó a Caracas con su familia encontró muy pocas variaciones en la gastronomía: “Allá se come en nues-tra provincia el maíz cocinado que se llama mote”. Este plato Pullas lo asocia con la arepa: “Esa es la arepa de Cuenca, es algo especial como la arepa”.

Comparó los tamales con nuestras tradi-cionales hallacas.

Comentó que su adaptación al país fue rá-pida: “Yo soñé con ser venezolano. Mi san-gre, mis células son bolivarianas. Primero Dios, María Santísima, el Padre de la Patria y mis padres”.

Apuntó que en Ecuador se celebra el 10 de agosto “porque en Quito se dio el primer grito de libertad de América Latina”, pero acota que no era costumbre celebrar en su hogar esta fecha patria.

“Este es un país magnífico”. Joao Carlos De Nóbrega es un comerciante por-tugués que pisó suelo venezolano en el año 1981.

Es dueño de la lunchería Faial 2003, ubi-cada en la parroquia Candelaria de Cara-cas. Todos los días se levanta a las 4:30 am para iniciar su jornada de trabajo: “Al que madruga Dios lo ayuda”.

Llegó a Venezuela procedente de la isla de Madeira, Portugal, junto a su esposa Gra-cia Sosa.

Por muchos años se residenció en Chacao y actualmente vive en Candelaria. En estas dos zonas hay una colonia de portugueses, aunque De Nóbrega comentó que están “re-gados por todo el mundo”.

Contó que en 1981 la situación económica en Portugal “era un poco difícil, entonces buscamos otros mundos. Trabajé como em-pleado durante ocho años y después busqué algo propio”.

José Ariolfo Pullas Sánchez Continúa en la página siguiente

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Domingo 31 de Agosto de 20146 Así SOMOS

Sus cuatro hijos nacieron en el país. Una hija se casó y tiene un nieto: “En la casa preparamos el plato típico de Portugal como el bacalao, el cocido portugués, pero también los platos venezolanos que son muy buenos, como la arepa, el pabellón y las empanadas”.

Confesó que se ha acostumbrado al país y que cuando se va de vacaciones a Por-

tugal, a los dos meses se quiere regresar: “Uno recuerda mucho a Venezuela. Ya es-tamos acostumbrados a este país”.

Lo que más le gusta de las venezolanas y los venezolanos es “su forma de ser y de trabajar”.

Subraya: “Este es un país magnífico”.Cada 13 de mayo celebra la fiesta en ho-

nor a la Virgen de Fátima. Aunque no sue-le reunirse con sus paisanos, sí asiste a las fiestas religiosas.

“Por mi sangre corre caña de azúcar con petróleo venezolano”. Rafael Le-yva Ricardo es cubano y periodista. Llegó a nuestro país en el año 2003, después de que se casó con una venezolana: “Nos casamos allá en Cuba. Yo la conocí siendo su profe-sor de Comunicación Social. Ella pertene-cía al Frente Francisco de Miranda”.

En aquel momento dictaba clases en la Escuela de Trabajadores Sociales Celia Sánchez Manduley, de la provincia de Holguín.

En su país era periodista: “Me gradué en la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Allí trabajé en dos medios, en la Agencia de Información Nacional y luego pasé a un periódico regional que se llama Ahora. Siempre estuve relacionado con la prensa escrita. Estando allá se asignaron varios periodistas para que dieran clases a los integrantes del Frente Francisco de Mi-randa. Dicté alrededor de siete cursos, y en uno conocí a mi actual esposa”.

Leyva subraya: “Yo no vine de misión, yo vine por una misión de amor. Tengo dos hi-jos, un varón de 3 años y una hembra de 2 años”.

Confesó que no sabe cocinar: “Aunque no cocino cosas de Cuba, siempre procuro comerlas. Mi esposa sabe preparar algu-nos platos porque ha viajado seis veces a Cuba”.

Dice con nostalgia que recuerda a su país “todos los días”. Y agrega: “Yo sigo siendo cubano, y lo seguiré siendo hasta morirme. Adaptarse a otro país es un proceso que nunca termina. A pesar de que Cuba y Ve-nezuela son muy parecidas, tanto en idioma como en tradición, también hay muchas di-ferencias sociales.

“Quizás este es el choque más fuerte que pueda tener un migrante cubano en Vene-zuela. Son dos sociedades muy diferentes. En Cuba vivimos una Revolución desde hace 50 años. Y es un proceso similar al que se vive acá.

“Pasar de un socialismo en formación a lo que se vive acá, es difícil”.

Considera que se ha adaptado “bastante bien”, aunque reconoce que tiene muchos retos que enfrentar: “En Cuba el proceso revolucionario está mucho más avanzado. Aquí creo que soy muy útil. Desde donde estoy trato de aportar ese granito de arena para tener una sociedad más cercana a lo que soñaron nuestros grandes héroes como Bolívar y José Martí, y el propio Chávez”.

Y agregó: “He tratado de lidiar con las co-sas buenas, y las cosas malas desecharlas para avanzar y ser feliz en este país al que le agradezco todo. Me ha dado todo, a mis hijos que son mi mayor felicidad, y a mi fa-milia que me motiva a seguir luchando”.

Leyva comentó que todos los días está regresando a Cuba: “Ya sea por mis pen-samientos, por mis añoranzas. Trato de ir cada vez que puedo, pero los los viajes están limitados por el trabajo. Cuando voy trato de ayudar a mis viejos, allá están mi padre, mi madre y hermano”.

Relató que de su país nunca se va a des-prender: “Por mi sangre corre caña de azú-car con petróleo venezolano. Siempre le voy a Venezuela en todos los eventos deportivos, exceptuando el beisbol”.

Indicó que mantiene contacto permanen-te con la Asociación de Cubanas y Cubanos Residentes en Venezuela.

Joao Carlos De Nóbrega

Rafael Leyva Ricardo

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Domingo 31 de Agosto de 2014 7Así SOMOS

“Todo lo que tengo, y lo que soy, es gracias al pueblo venezolano”. Caro-lus Wimmer, presidente del Parlamento La-tinoamericano, nació al sur de Alemania, en el estado libre de Baviera, en la ciudad de Münich.

Llegó en 1970 y ya suma 44 años en nues-tro país. Vive en Barinitas, estado Barinas.

Dos factores impulsaron a Wimmer a emigrar: “Yo pertenezco a la generación de la rebelión estudiantil del mayo fran-cés, y estábamos motivados por América Latina, por la revolución socialista en Cuba, por el Che Guevara. Por casualidad y causalidad conocí en Alemania al capi-tán Víctor Hugo Morales, héroe de El Por-teñazo, y a través de él conocí algo de la Cuarta República como la represión y la prisión. Él estaba en Alemania por exilio político”.

Al poco tiempo se casó con una venezola-na. Decidió que necesitaba “un cambio de vida; saliendo de Alemania y no conocien-do nada de Venezuela, yo dije ‘más nunca voy a regresar’. Y así fue”.

Se adaptó al país: “Todo lo que tengo y lo que soy es gracias al pueblo venezolano que

recibe con los brazos abiertos a todas y to-dos que vinimos desde afuera”.

Fue en nuestro país que pudo continuar sus estudios superiores e incorporarse a la política. A los pocos meses ingresó a la Es-cuela de Biología en la Universidad Central de Venezuela. Ese año, en 1970, el gobierno de Rafael Caldera intervino esta casa de estudios y comenzó a trabajar en la planta de la General Motors en La Yaguara. Allí participó en el sindicato y se involucró en una lucha laboral que duró más de un año, lo que le permitió conectarse con el Partido Comunista (PCV).

En Venezuela tuvo la posibilidad de in-gresar a la Escuela de Educación en la UCV. Ha dado clases de idiomas y se ha desem-peñado como traductor. También ha incur-sionado en la comunicación social con la impresión de la revista Debate Abierto, y es articulista en los diarios Correo del Ori-noco, De Frente de Barinas, y El Regional de Portuguesa.

“A diferencia de Europa, donde normal-mente la integración de los extranjeros siempre es muy difícil, aquí es todo lo con-trario. Si hay voluntad y disposición, es fá-cil integrarse”, manifestó.

“Traté desde el primer momento de rom-per cualquier idea de vivir en una colonia alemana, a diferencia de otras personas de nacionalidad europea que viven en un círcu-lo vicioso, lo que les dificulta conocer al pue-blo venezolano”.

Indicó que en las décadas de los 50 y los 60 “era usual que los extranjeros no se in-tegraran porque tenían prejuicios hacia el pueblo venezolano”.

De una cultura cerrada que predomina en el norte de Europa, donde cada quien anda por su lado, Wimmer se encontró en Vene-zuela con “la amabilidad, la hospitalidad del pueblo”, lo que calificó de “excepcional”.

Señaló que gracias a la calidez de los venezolanos pudo desarrollar sus habili-dades en la política y formarse en la uni-versidad: “Me siento comprometido con la lucha, con el destino, con el futuro del pueblo venezolano”.

Dijo que tiene un compromiso por este país que le dio tanto.Carolus Wimmer

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Domingo 31 de Agosto de 20148 Así SOMOS

Ha sido vista como un espacio de transacciones y clientelismo

Venezolanos mantienen una relación de amor y de odio con la política

T/ Vanessa DaviesF/ Luis Franco y Archivo COCaracas

¿Ha sido la política en Vene-zuela una forma de apro-vecharse de las prebendas del Estado o una manera

de servir al país? Quienes durante déca-das observaron la actividad con cierta gri-ma podrían pensar lo primero. De hecho, el país ya transitó por el camino de la des-ilusión y la antipolítica, entre los años 80 y 90 del siglo XX.

“A finales de la década de los 80 y toda la década de los 90 hubo una situación de deslegitimidad o deslegitimación de la política, de los partidos políticos y de los

líderes de política. Nosotros dejamos de creer en esas instancias y la abstención se convirtió en la segunda fuerza política”, analiza la socióloga y docente Maryclen Stelling. “Ya no votábamos, y ese era un indicador muy claro de que no creíamos en esas instancias, de que nos retiramos de la política y de que la política se convir-tió en algo sucio; imperaba la creencia de que yo no soy responsable de lo que está pasando, y por eso vamos a dejarles el país a los adecos y copeyanos”.

En ese contexto irrumpió Hugo Chávez; lo hizo públicamente el 4 de febrero de 1992, con la rebelión cívico-militar o golpe de Es-tado contra el presidente Carlos Andrés Pé-rez, electo en 1988 y políticamente golpeado por la rebelión del 27 de febrero de 1989 y por su respuesta a la protesta popular.

A juicio de Stelling, Chávez fue “un rena-cer de lo político”, ya que ofreció “otra cara de la política y la posibilidad de irrumpir contra aquel sistema en el cual ya no creía-mos”, porque “no solamente era que había-mos dejado de creer en las instituciones políticas, sino también en las instituciones

económicas, ya que había un quiebre ético, un quiebre valorativo”.

La aparición de Chávez ofrece “un pre-sente continuo” con la frase Por ahora, que supone “algo que se va a hacer ahora, y si no se hace ahora se hace después”.

Una imagen diferente ofrece el profesor Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católi-ca Andrés Bello (UCAB). “Ni la Cuarta fue todo lo malo que de ella se dice, ni la Quinta vino a corregir los problemas de la Cuarta sino a profundizarlos, tomando ventaja de la peor manera de las debilidades del pa-sado y construyendo sobre ellas toda una estructura que les permitiera mantener el poder en el largo plazo”, evalúa.

El proceso de la antipolítica. Stelling argumenta que, culturalmente, venezola-nas y venezolanos “hemos generado una tradición mesiánica, salvacionista, y siem-pre necesitamos a un Mesías que nos va a salvar”.

Entre los años 80 y 90 el rechazo hacia la política, vista como una actividad de co-rruptos y aprovechadores, se convirtió en la norma. También se impulsó al sector empresarial como el que estaba preparado para tomar las riendas del país, por encima de una clase política supuestamente no pre-parada para ello. Un libro emblemático de aquellos años fue La generación de relevo versus el Estado omnipotente, del empresa-rio Marcel Granier, propietario de RCTV, en el que Granier criticaba la acción estatal por despilfarradora e inhibidora de la ac-ción de los particulares.

“La antipolítica en Venezuela, al igual que en otros países, se genera a partir de la acción de grupos con poder que aspiran a manejar directamente o indirectamente el poder político”, puntualiza Benigno Alar-cón. Para ello, comienzan una campaña “que busca desacreditar a los partidos y al establishment político”.

En el caso venezolano “se dedicaron muchos centímetros de prensa y muchas horas de radio y televisión para hablar mal de todo lo que tuviese que ver con el quehacer político”, rememora. Fue así como “los escándalos por corrupción, los enredos sentimentales de gobernantes, así como sus gustos y debilidades ocupa-ron nuestro tiempo de ocio mediante una campaña mal orquestada de quienes supo-nían que, destruyendo a los partidos polí-ticos, se terminaba con los males del país y se permitía el ascenso al poder de una generación de virtuosos”. Para la histo-ria quedaron las historias de barraganas, amigos, ladrones de cuello blanco y otros ejemplos similares.

Este “no es un proceso exclusivamente nuestro, sino una tendencia lamentable-mente presente en muchos países”, comen-ta Alarcón. Pero, tal como lo registra el pro-fesor, “la antipolítica no es sino otra forma de hacer política, quizá la peor de todas por su potenciales efectos perversos sobre la to-talidad del sistema”.

El docente atribuye a la antipolítica el hecho de que Venezuela pasara de ser, siempre de acuerdo con su visión, “una de-mocracia electoral, una democracia que no disfrutaba de todas las condiciones de una democracia plena pero aun podía conside-rarse como democracia, a lo que se conoce como un autoritarismo competitivo, que es

En 1998, el país se activa “para amar o para odiar a Chávez”, sentencia Maryclen Stelling. “Ni la Cuarta fue todo lo malo que de ella se dice, ni la Quinta vino a corregir los problemas de la Cuarta”, señala Benigno Alarcón

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Domingo 31 de Agosto de 2014 9Así SOMOS

una subcategoría de lo que se conoce como regímenes híbridos”.

Rafael Caldera, fundador y líder histórico de Copei, se convirtió –luego del 4 de febre-ro de 1992 y de renunciar a la tolda verde y ganar la Presidencia en diciembre de 1993– “en digno representante de la antipolíti-ca, para luego dar paso al protagonista de aquella intentona golpista, quien sin lugar a dudas era la mejor expresión del odio ha-cia el establishment político que gobernaba Venezuela desde hacía 40 años”.

Los números indican que lo que en 1958 comenzó con un gran entusiasmo popular evidente en las urnas de votación (con una abstención oficial de solo 6,58%) paulatina-mente se convirtió en poca participación, hasta llegar al punto de que en las eleccio-nes regionales de 1995 la abstención llegó a 53,85%.

Relación clientelar. En Venezuela “la política se ve como un espacio transaccio-nal en donde hay una atmósfera de mercado en la que si yo te doy, tú me das”, lo que fue “verdaderamente fuerte en los años adecos y socialcristianos” pero “no desapareció con este proceso”, alega Stelling.

El venezolano es “un petroestado”, con una cultura petrolera que marca también la relación entre la ciudadanía y la políti-ca. Esa “cultura petrolera” es descrita por la socióloga como “un papá Estado y unas ciudadanas y unos ciudadanos que esperan que papá Estado les dé todo, con derechos pero sin reconocimiento de deberes”. Es la cultura de la renta, de la riqueza fácil.

“Los sistemas políticos, al igual que todo sistema que funciona, están estructurados sobre bases que permitan generar una con-ducta deseable independientemente de la buena fe o disposición de las personas”, ex-plica Alarcón. En sistemas presidencialis-tas, como el venezolano, “la baja institucio-nalización, aunada a una desproporcionada disponibilidad de recursos, pone en manos de quienes gobiernan todo el poder para controlar, no solo los aspectos macro de las dinámicas políticas, económicas y sociales del país, sino incluso para inmiscuirse en el día a día de las personas haciéndolas cada vez más dependientes del Estado”.

Alarcón considera que la relación clien-telar ciudadanía-Estado expresada en aquella frase famosa “con los adecos se vive mejor” se ha visto agravada en el presente. La relación entre la población y la política “ha sido y es clientelar, pero hoy muchísi-mo más agravada, ya que el clientelismo se ha perfeccionado y sistematizado con el ob-jetivo de hacerlo más eficiente a los fines de mantener el poder”.

A su juicio, en 2012 las ofertas electora-les ofrecían “más de lo mismo”, tanto la del chavismo como la de la oposición. La postu-ra de ambas corrientes políticas las define como “clientelismo puro en una especie de subasta”.

La “perspectiva de permanencia limita-da en el Gobierno tenía como consecuencia positiva que quienes pasaran por estas po-siciones trataran de trascender poniendo en práctica lo mejor de su conocimiento mediante la ejecución de políticas sustenta-bles en el tiempo, de cuyo reconocimiento podría depender una futura carrera públi-ca o política”, opina Alarcón.

“Estas ambiciones impulsaron en el país proyectos fascinantes” pero “en medio de

estas grandes olas de modernización los gobiernos descuidaron a una parte de la población que, mientras crecía a ritmos nunca vistos, gracias a una importante mejora en las condiciones de salubridad, se iba quedando marginada del sistema económico y laboral”, explicó.

Si el vínculo con la política era así, el nexo con los partidos políticos no podía ser distinto. La relación con los partidos políticos “fue y sigue siendo básicamen-te clientelar”, asevera. Lo fue con Acción Democrática y Copei, lo sigue siendo –de acuerdo con Alarcón– con el PSUV: “La pregunta que cabe hacerse es cuál es el ni-vel de lealtad política en una relación uti-litaria de esta naturaleza: ¿Están ambas partes, partido y miembro, comprometi-dos incondicionalmente, o el compromiso está condicionado al cumplimiento de de-terminadas expectativas?”.

Aunque algunos apuntan “hacia una baja lealtad de estas relaciones clientela-res, que creo cierta, el partido de gobier-no ha generado mecanismos que apuntan hacia una relación más estable”; es, aña-de, “lo que los estudiosos de la teoría de juegos llaman un juego secuencial, lo que permite siempre aumentar las posibilida-des de cooperación mutua mediante re-compensas o retaliación”.

Volver a creer. El 6 de diciembre de 1998, Hugo Chávez ganó los comicios pre-sidenciales con 4,6 millones de votos, para 62,46%. En segundo lugar llegó Henrique Salas Römer, con 31,48%, según datos ofi-ciales del Consejo Nacional Electoral. La abstención fue de 33%. Salas triunfó en el exterior, pero Chávez conquistó la volun-tad –y los sufragios– en estados como An-zoátegui, Zulia y Miranda.

Stelling ofrece un panorama de la acción política de Chávez diferente del que plantea

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Maryclen Stelling

Un campo de batalla

¿Cómo entendemos la política las venezolanas y los venezolanos? “Como un terreno de batalla donde el adversario es el enemigo a destruir. No es un terreno en el que es posible utilizar el poder, la política para construir, para edificar una sociedad, un proyecto, un sistema político ideológico. Nosotros tenemos la concepción del poder como la manera de dominar y aniquilar a quien percibimos como adversario”, señala Maryclen Stelling.

Para Benigno Alarcón, la gente da “respuestas políticamente deseables” pero a la hora de elegir opta por el cortoplacismo y el utilitarismo. Alarcón, no obstante, insiste en que la política “debería ser vista como la profesión más noble”, y quienes ocupen los puestos de dirección política “deberían ser las personas más responsables y mejor preparadas”.

Desde la óptica del ciudadano la política “no puede limitarse a un simple proceso de cambio de liderazgo”, ya que “se trata primero de ser capaces de cambiar nosotros mismos” para “cambiar la forma en que elegimos, vivimos y nos relacionamos con la política”.

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Domingo 31 de Agosto de 201410 Así SOMOS

Alarcón. Con él “comienza un nuevo dis-curso político, un nuevo manejo político, un ejercicio de la política mucho más cerca-na al pueblo en la conceptualización como en el manejo”, sentencia, y con su habilidad comunicacional “comenzamos a redescu-brir la política, a redescubrir canales de participación política, porque Chávez in-sistió mucho en eso”. Las venezolanas y los venezolanos “siempre habíamos pensado que el único canal de participación eran las elecciones”, por lo que al no votar “no está-bamos participando, no éramos cómplices de aquel derrumbe social y económico”.

La socióloga lo sintetiza en una frase: “Volvimos a creer en la política”, con la creación de diversas instancias de parti-cipación. “La sociedad entendió que debía organizarse, que las bases debían organi-zarse para participar”.

Con la Constitución de 1999 “se saca del juego a la sociedad civil, el tercer sector que además se hace golpista inmediatamente”, y ese espacio es llenado por la sociedad que asume que debe organizarse. “Comienza a imperar el principio de corresponsabilidad; el Estado es corresponsable porque la socie-dad civil también es corresponsable, ese es el principio de la corresponsabilidad”.

Según su análisis, la población volvió a creer en la política por la palabra de Chávez. “La primera promesa que él cum-ple es la Constituyente y la Constitución, y ya ahí empezó a correr primero el rumor y luego se hizo cierto: él cumple todo lo que promete, ya sean premios y castigos”. Cita, también, los programas Aló, Presidente, en los que semana a semana el Mandatario co-municaba lo que iba a hacer y las institucio-nes que pensaba crear: “Nombraba y despe-día a ministros, consultaba al pueblo”.

También rememora las llamadas tele-fónicas que se registraban durante el pro-grama dominical. “Fue un populismo que tuvo consecuencias políticas importan-tes, porque la gente llamaba y le ofrecían solventarle sus necesidades particulares, lo que generaba un vínculo político con las instancias decisorias en la persona de Chávez”, precisa Stelling. Sin embargo, ad-vierte que “no es bueno que se haga el vín-culo, no con instituciones sino con aquella figura que está en la cúpula”, lo que llegó “a su extremo máximo cuando Chávez en-fermo hace la campaña en un camión, y la gente le entregaba papelitos enloquecida-mente. Esos papelitos, ¿qué indicaban? Ni funcionan las alcaldías ni las gobernacio-nes ni tus ministros, no hay instancia, no funcionan las instancias mediadoras ni las instituciones”.

Con la nueva interpretación “de la redis-tribución de la renta petrolera”, que ha sido “una redistribución desde la concepción de la justicia”, no murieron la pasividad ni “la atmósfera transaccional asistencialista”.

Cambios electorales. Hay que incluir en este análisis el cambio en el sistema electoral. “El sistema de votación en Ve-nezuela es totalmente automatizado y puede ser auditado en todas sus fases”, re-cuerda el Consejo Nacional Electoral en su página web. “En el año 2004 Venezuela se convirtió en el primer país del mun-do en realizar una elección nacional con máquinas que imprimen el comprobante

del voto”. El organismo comicial destaca entre sus fortalezas que la electora o el elector manejan su voto, los resultados son “exactos y rápidos” y el sistema de respaldo es automático.

La inclusión de la figura del referéndum revocatorio, y su activación en el año 2004 (con el triunfo de Chávez) abrió una nue-va oportunidad de participación. El 15 de agosto de ese año el Mandatario, con la op-ción del no, triunfó con 59% de los votos, mientras la oposición, con la opción del sí, fue derrotada con 40%. En 2007, la opo-sición logró la victoria en el referéndum constitucional con 50,7% de los sufragios, y el chavismo quedó en segundo lugar con 49,49%, según reportes del CNE. Dos años más tarde, la reelección presidencial inde-finida se convertía en norma con 54,85% de las voluntades.

La frecuencia electoral no necesariamen-te es percibida como más democracia. De acuerdo con Alarcón, “los regímenes híbri-dos, que son estas combinaciones de autori-tarismo con elecciones, no son más que la adaptación inteligente de los gobiernos auto-ritarios a las presiones democráticas que se produjeron tras las caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética”,

Activación política. Los años 60 fueron los de los macroproyectos, sostiene Stelling. Con el modelo neoliberal y el paradigma del libre mercado la juventud comenzó a luchar por sus microproyectos o “los proyectos au-tobiográficos”. Chávez hizo que retornaran los macroproyectos, y no solo en Venezuela sino en el mundo, con el ser humano como el centro de la vida en lugar de la defensa de un sistema económico.

La realidad es que, en 1998, “el país se ac-tiva políticamente para amar o para odiar a Chávez”, sentencia Stelling. Es decir, que quienes se oponían –de acuerdo con la so-cióloga– lo hicieron de manera sistemática. “Esa oposición se va haciendo gradualmen-te una oposición automática, sistemática, que se oponía sistemáticamente y automá-ticamente a todo lo que implicaba la figura de Chávez y al proyecto que Chávez lidera-ba”, subraya. Eso, a su juicio, “la descalifica como oposición, porque la oposición debe ser una opción alternativa de poder orga-nizada con una propuesta alternativa para gobernar”.

Chávez “vio la expresión de la lucha de clases de los oprimidos, de los olvidados de siempre” y los puso sobre la mesa, los hizo visibles, expresó el diputado socialis-ta Fernando Soto Rojas en una entrevista reciente.

Todas y todos “vibramos políticamente”, lo que fue “positivo en los primeros mo-mentos, que eran aquellos momentos en los que éramos una sociedad activada política-mente que asistía a las marchas, tanto de oposición como gobierno; las marchas eran una forma de participar, de decir en lo que yo creo, en lo que yo quiero, de apoyar o de oponerse a un proyecto”, agrega Stelling.

Sin embargo, la socióloga enfatiza que la activación política “se perdió” porque “el hecho de la exacerbación de las elecciones nos convirtió de una sociedad activada, participativa, propositiva, en una democra-cia electoral o electorera”. Observa que “de democracia participativa volvimos a caer contra lo que estábamos luchando: en una democracia yo diría hasta electorera, elec-ciones, elecciones y eso de alguna manera negaba los canales de participación que nos ofertaba el nuevo momento político, la Constitución y lo que proponía Chávez”.

Las elecciones se convirtieron “en la ma-nera de derrotar al enemigo, y entonces era la fiesta previa a la derrota, y luego la fiesta por haber derrotado al enemigo, y de fiesta en fiesta se nos fue pasando el tiempo”.

El uso de la palabra “enemigo” no es gra-tuito, sostiene Stelling. “Yo creo que la rela-ción gobierno-oposición la hemos plantea-do como una guerra a muerte, eso expresa quizás una incapacidad de negociación que tenemos con el otro, con el diferente, y en donde resolvemos el problema con el otro, con el diferente, a través de la derrota abso-luta o la desaparición física”. A su criterio, eso existía antes de Chávez, pero se exacer-bó con su gestión.

La experta reporta también lo que deno-mina “el fusilamiento simbólico” en el cual “fue experto Chávez y la oposición intentó hacerlo, pero no lo logró”. Chávez “era un experto en fusilar simbólicamente, lo hacía muy bien y ahí quedaba aniquilado y anu-lado para siempre”. Era una forma de ha-cer política, un ciclo histórico abierto por un líder que se marchó físicamente el 5 de marzo de 2013.

Benigno Alarcón

El político, antes y ahoraEl profesor Benigno Alarcón expresa que hay elementos en común entre cómo era visto el político antes y cómo es visto ahora: “El político en general, desde tiempos inmemoriales, es visto, unas veces justificadamente y otras no, con desconfianza”.

El analista recalca que la política, “como la lucha por el poder, destapa lo mejor y lo peor de cada ser humano”. Hace alusión, en este sentido, a la frase “si quieres conocer a alguien realmente, tiene que conocerlo cuando esté en el poder”. En el país “se generó progresivamente una actitud de rechazo generalizado hacia la política y sus protagonistas”.

La situación del país, según el analista, “ha generado un interés sano y legítimo por la política”, con jóvenes que “se sienten motivados a hacer algo en lo público, a involucrarse”.

El rol de los partidos políticos “como mecanismo de participación política o el vehículo que pone en contacto a la gente con el liderazgo político” hace mucho “que no está presente”. Incluso, “la gente percibe a los partidos, desde antes del ascenso de Hugo Chávez al poder, como organizaciones lejanas que les son ajenas a su día a día”. Esto ha dado paso, a su juicio, a intentos de canalizar la participación mediante organizaciones no gubernamentales o asambleas de ciudadanos.

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Domingo 31 de Agosto de 2014 11Así SOMOS

El modelo consumista llegó a su cénit con el “está barato, dame dos”

La relación de los venezolanos con el petróleo ha estado marcada por el rentismo

El crudo se convirtió en la fuente de riqueza fácil

T/ Manuel LópezF/ Archivo CO, Roberto Gil y María Isabel BatistaCaracas

El modelo rentista petrolero en Venezuela tiene más de un siglo. A partir de 1908 se dieron los primeros pasos con el Gobierno

del general Juan Vicente Gómez, después de derrocar de la Presidencia a su compa-dre, Cipriano Castro, recordó el profesor universitario Miguel Jaimes, politólogo y doctor en gerencia.

Así “comenzó un modelo económico diri-gido por las transnacionales petroleras que poco a poco fue ganando terreno en el país, propiedad de holandeses, ingleses y estado-unidenses. Fue el modelo que duró hasta los años 70 del siglo pasado”.

Fue a mediados de esa década cuando se nacionalizó la industria petrolera, lo que coincidió con el boom petrolero. En esos días el precio del barril pasó de alrededor de 2 dólares a 18 dólares por barril en 1978. En ese año, la industria produjo alrededor 3,8 millones de barriles diarios, una cifra

que hasta ahora no ha logrado superarse, indicó el profesor.

Venezuela alcanzó unos ingresos nunca registrados en la historia económica del país, una vieja aspiración del presiden-te Isaías Medina Angarita, quien en 1943 promulgó una ley que establecía que las transnacionales petroleras debían pasar a manos del Estado todos sus activos después de 40 años.

Aunque la industria pasó a manos del Es-tado, el modelo de consumo de masas esta-dounidense no se cambió. A juicio del ana-lista, se fomentó la cultura rentista de una manera exacerbada. “Fue una imposición de las grandes multinacionales para imitar el modelo consumista de masas estadouni-dense”, apuntó.

Con el despunte de los precios del petróleo vino un aumento exponencial de la renta petrolera y se fue cimentando una mentali-dad de despilfarro que tiene una expresión cuantificable en el consumo energético, sostuvo el doctor en gerencia.

“Esa indigestión de petrodólares no solo tuvo un efecto cultural en la población, sino que no hubo una visión de invertir ni siquiera una cuarta parte de los que le sacábamos al subsuelo; por eso la sociedad venezolana se vio imbuida en un modelo

perverso, anacrónico y distorsionado que acentuó la dependencia en el rentismo pe-trolero”, recalcó el especialista.

Cuantiosos recursos. El rentismo pe-trolero llenó al país de ranchos, de miseria por la migración a las grandes ciudades y esos contrastes, consideró Jaimes, se nota-ron con mayor claridad en la década de los 70 del siglo XX.

Evaluó que se agravó la dependencia del petróleo, no se utilizó para diversificar la actividad productiva, ni mucho para rever-tir las consecuencias sociales de una pobla-ción empobrecida que veía a la ciudad como su tabla de salvación, se lamentó Jaimes.

La dependencia del petróleo y la preva-lencia de una sociedad de dispendio tuvie-ron consecuencias, de las cuales todavía no logra recuperarse. “Fue en esa época cuan-do se dio el ‘está barato, dame dos’, ‘Vámo-nos para Miami’. La importación exagerada de güisqui. Es decir, se trató de un modelo consumista. Esa fue la Venezuela Saudita, de la borrachera petrolera”, lamentó.

La relación centro-periferia impidió la creación de una industria nacional que tu-viera posibilidades de exportación, como

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Visión soberana

La visión soberana de la industria petrolera que actualmente tiene Pdvsa fue el sueños de muchos durante el siglo XX. Además de Salvador de la Plaza, Miguel Jaimes mencionó a Francisco Mieres, Juan Pablo Pérez Alfonzo y Gastón Parra Luzardo, entre otros autores.

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más tarde lograron economías como las del sureste asiático.

“Inculcaron un estilo de vida que emu-lara al consumista estadounidense. Co-piamos hasta el modelo eléctrico de 110 voltios que requiere una alta generación de energía. Esa demanda exacerbada de bienes y servicios se acentuó con el cre-cimiento de la clase media en el país que surgió junto con el modelo rentístico pe-trolero”, argumentó.

Cambió la estructura económica del país. Los hidrocarburos marcaron la his-toria económica de Venezuela en el siglo XX y lo seguirán haciendo en el XXI. Sus con-secuencias en todos los ámbitos de la vida del país han sido profusamente analizadas por numerosos autores. “El petróleo esta-ba llamado a cambiar la estructura de la economía venezolana”, sentenció hace seis décadas Mario Briceño Iragorry en su libro Mensaje sin destino.

Como muchos otros intelectuales, histo-riadores y analistas del devenir venezola-no, el autor consideró que es indudable que el petróleo cambió la vida y la cultura del país. Briceño Iragorry consideraba que “su explotación era necesaria desde todo punto de vista”.

En esa obra, el intelectual venezolano se-ñaló que es necesario reaccionar contra los valores extranjeros. “No debemos ponernos nosotros de lado de quien nos está explotan-do, no solo en el orden económico, sino en el cultural. La deformación que está sufrien-do nuestro idioma, nuestras comidas. Todo esto es consecuencia de la cultura que ha formado no el petróleo, sino a quienes la nación ha entregado la explotación mono-polista del mineral”.

Además, alertó sobre la tentación que su-pone la obtención de una riqueza fácil: “El mal estuvo, no en que saltase el aceite, sino en la obnubilación que ocasionó en muchos la perspectiva de una brillante mejora en las posibilidades individuales de vida. Esta circunstancia hizo que solo se pensara en el interés personal de los hombres que cami-naban a millonarios y que se olvidasen los intereses del pueblo”.

Federico Brito Figueroa, en su obra His-toria económica y social de Venezuela, sos-tiene que todavía en 1899 cerca de 80% de la fuerza de trabajo en Venezuela estaba empleada en la agricultura. “Venezuela era en esencia productora de café y ca-cao”, apuntó en su obra, pero a medida que aumentó la producción petrolera a partir de 1920, comenzó a decaer la actividad en el campo.

El impacto de la actividad petrolera debió contribuir a dar un gran impulso moder-nizador a la agricultura, pero los recursos fueron invertidos en otra áreas, observó Salvador de la Plaza, en su obra El petróleo en la vida venezolana.

En su libro Capital y desarrollo, la Vene-zuela Agraria, Domingo Alberto Rangel sostiene que fue en el comienzo de los años 40 del siglo pasado cuando los ingresos al fisco por la renta petrolera comenzaron su ascenso vertiginoso.

Fue precisamente durante este auge de la renta petrolera que se produjo la revolución burguesa en Venezuela, un proceso que se inició durante la presidencia de Rómulo

Gallegos, según Harrison Sabin Howard. Este autor estadounidense sostiene que ese periodo tuvo como peculiaridad el creci-miento de la clase media y la lucha de esta por llegar al poder.

Con el paso de los años, en vez de ir co-rrigiéndose las distorsiones por la renta petrolera, se fueron instituyendo en lo que uno de los fundadores de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Juan Pablo Pérez Alfonzo, llamó la “defor-mación petrolera”, que tuvo su mayor ex-presión durante los años 70 y que él lo ilus-tró, en uno de sus numerosos trabajos, con una expresión de una caricatura de Pardo que decía: “El petróleo es nuestro, lo demás lo importamos”.

Pérez Alfonzo denunció el carácter des-igual de la bonanza petrolera. En 1975 es-cribió, en su obra Hundiéndonos en el ex-

Miguel Jaimes

Venezuela tiene 20% de las reservas de petróleo del mundo

Para los próximos cinco años se proyecta un crecimiento de la demanda petrolera mundial impulsado por China e India

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Domingo 31 de Agosto de 2014 13Así SOMOS

cremento del diablo: “Venezuela marcha a la deriva. Nunca supimos bien hacia dónde queríamos o podíamos ir. Somos negligen-tes, inestables y contradictorios. Pero nun-ca habíamos sufrido una indigestión econó-mica como la actual, y con la inundación de capital perdimos la cabeza”.

Importar lo que sea. La renta poco a poco fue permeando hacia capas de la población que demandan cada vez más bienes que fueron suplidos mediante las importaciones. “El rentismo petrolero le

ha producido un gran daño a la nación, no solo por la cultura que impulso, sino por-que no se dirigió a la consolidación de una sólida estructura económica”, ratificó.

Eso no quiere decir que no hubiera ha-bido intentos de darle un mejor uso, acotó. Desde los inicios de la era petrolera en el país, gobiernos nacionalistas como el de Cipriano Castro en 1908 tuvieron la in-tención de invertir la renta petrolera en el desarrollo. En el periodo presidencial de Isaías Medina Angarita se aumentó la captura de la renta con una nueva legis-lación; posteriormente, Carlos Delgado Chalbaud establece controles a la extrac-ción en los municipios.

Marcos Pérez Jiménez modificó la ley de hidrocarburos en 1955 y por esa razón presumiblemente perdió el apoyo militar de Estados Unidos y cayó en 1958.

En 1983 el Gobierno de Luis Herrera Campins se vio obligado a decretar una devaluación del bolívar, día que los medios lo bautizaron como “El Viernes Negro”. Pdvsa inició un cronograma de compra de refinerías en el mundo, en un proceso que se denominó la internacionalización petrolera.

Durante su segundo gobierno, en 1989, Carlos Andrés Pérez, ante la baja recauda-ción por renta petrolera, tuvo que estable-cer el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el débito bancario.

El proceso de inversión de la renta pe-trolera en el exterior llevó a que, en 1994, Pdvsa facturara 34 mil millones de dóla-res, de los cuales 30 mil millones se des-tinaron a la compra de Citgo y la adquisi-ción de la empresa de asfalto más grande de Estados Unidos.

Salir del atolladero. Durante el segun-do Gobierno de Rafael Caldera se registró la apertura petrolera. Jaimes opinó que esos activos de la internacionalización petrolera no generaron réditos al país. Cuando el presidente Hugo Chávez asu-mió el poder el 2 de febrero de 1999 todas

esas compañías daban pérdidas: “La ma-yoría estaban quebradas”, sentenció.

Con su mandato esas empresas comen-zaron a administrarse de manera eficien-te y a generar dividendos para el país, aunque la tributación que se exige en esos países es muy alta. En Estados Unidos se debe pagar un impuesto por el galón de ga-solina (3,7 litros) de 1,5 dólares, la mayoría de las ganancias se quedan ahí, indicó.

“No es políticamente geoestratégico para nosotros seguir manteniendo un conglomerado internacional, cuando la prioridad es desarrollar la Faja Petro-lífera del Orinoco, en la que el Gobierno Bolivariano dio un giro estratégico en la política petrolera. Pdvsa se ha asociado con alrededor de 32 empresas de 26 paí-ses”, resaltó.

Con este giro, se dio un vuelco a la pe-trodiplomacia, aseguró el catedrático, que contribuyó a la recuperación del precio del crudo que estaba en 9 dólares el barril en febrero de 1999, para mayo subió a 12 dólares y en noviembre ya rondaba los 17 dólares.

Todo esto fue posible, según el analis-ta, por la convocatoria que hizo Chávez de la segunda cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la OPEP, en Caracas. Es a partir de ahí que el precio del crudo co-menzó su tendencia alcista, hasta la fecha que está alrededor de los 100 dólares por barril. También se comenzó una política de captación de ingresos vía impuestos. Se elevó el Impuesto Sobre la Renta de 34% a 66% y la regalía que estaba en 1%, se vol-vió a restablecer en 16%.

Durante la década de los 90 Pdvsa puso en manos privadas los buques, taladros, la inyección de gas, suministro interno de combustibles, entre otros. El presidente Chávez dio un vuelco a la industria para independizarse de las llamadas “siete her-manas”. A juicio de Jaimes, la estatal pasó al servicio de los intereses del país y sus aportes han contribuido a pagar la enor-me deuda social.

“El número de personas que trabajaban en el conjunto de las empresas petroleras nunca representó un gran segmento de la fuerza productiva del país. En 1941 el número de personas en el empleo de las empresas correspondía al 1,55% de la fuerza laboral del país y en 1948 llegó a representar el 4,5%. No obstante, su situación estratégica como una vital fuente de ingresos para la nación y para una emergente clase media, le permitió ejercer tremenda influencia sobre las normas sociales y culturales del país”.

Miguel Tinker Salas: Cultura, poder y petróleo: Campos petroleros y la construcción de ciudadanía en Venezuela

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Domingo 31 de Agosto de 201414 Así SOMOS

Expertos insisten en que es un asunto multifactorial que requiere respuestas diversas

La criminalidad es uno de los problemas que más inquieta a los venezolanos

Hay una continuidad en el ascenso de los delitos violentos desde 1989 que no se ha podido revertir

T/ Héctor EscalanteF/ Girman Bracamonte y Archivo COCaracas

La seguridad es uno de los temas que más inquietan a las venezola-nas y a los venezolanos. Estudios recientes –como el de Gallup– re-

velan que Latinoamérica encabeza la lista en cuanto a inseguridad ciudadana –con Venezuela en el primer lugar como el país más inseguro del mundo– a pesar de los avances. Aun cuando las encuestadoras del país reportan que la economía despla-zó a la criminalidad del primer lugar de preocupaciones, lo cierto es que la insegu-ridad figura en los primeros lugares de la agenda nacional.

Desde que existen leyes penales existen los delitos, comenta el sociólogo Antonio González Plessman. “Las leyes penales de-

finen las acciones u omisiones que son con-sideradas como delitos o crímenes, en cada momento histórico, como producto de las relaciones de poder, así que se puede decir que es en la ley en donde está el origen del delito”, analizó.

Explicó que hay leyes como las que pe-nalizan el consumo de drogas, por ejem-plo, que convierten a quienes las usan –con o sin problemas de adicción, que es un problema de salud– en delincuentes. “Con ello se llenan las cárceles de peque-ños consumidores o vendedores pobres y se promueve el inicio de carreras delicti-vas”, ponderó.

González señaló que, sobre lo que la ma-yoría llama “inseguridad”, que está más vinculada a la ocurrencia de delitos vio-lentos (robo, lesiones, homicidios, secues-tros) y al temor a ser víctima de ellos, el agravamiento de la situación venezolana tuvo lugar en los años 80. “Y digo el agra-vamiento porque siempre han ocurrido, pero es desde entonces que el temor social viene aumentando en correspondencia con las estadísticas delictivas”, teorizó.

Para el especialista, la fragmentación social generada por el empobrecimiento y la desigualdad que vivieron el país desde principios de los 80 y la deslegitimación radical de las instituciones públicas desde finales de esa década originaron un aumen-to sostenido de la violencia delictiva de los últimos 30 años.

“Estos procesos implicaron un progresi-vo resquebrajamiento de los mecanismos de control social informal –como la fami-lia, la escuela o la comunidad– y de control social formal –como el sistema de adminis-tración de justicia penal– que previenen la ocurrencia delictiva”, apuntó.

Se trata entonces, a su juicio, de un con-junto de factores interrelacionados que debilitaron la posibilidad de un control democrático, ejercido tanto por la sociedad como por el Estado, y que a su vez facilitan el aumento de delitos violentos.

Origen multifactorial. Detalla el también integrante de la Red Alternati-va de Derechos Humanos (SurDH) que son múltiples los factores que explican la delincuencia violenta, y que estos se “refuerzan y retroalimentan” sin que sea posible demostrar plenamente cuál es el más influyente.

Aunque la disminución de la pobreza y la desigualdad son logros sostenidos de la Revolución, advierte que en este momento todavía persisten “bolsones de exclusión” a los que no se ha podido llegar:

“Existen en el país cerca de un millón de jóvenes que no estudian o trabajan, y que en un contexto cultural altamente consumista y machista son muy vulnera-bles a encontrar en la violencia un camino para obtener reconocimiento de sus pares y para obtener recursos que les permiten acceder a un modo de consumo que au-mente su estatus”, dijo.

Por otra parte, como factores institucio-nales, destaca “la corrupción policial, el clasismo del sistema de administración de justicia penal y las políticas punitivistas –como la penalización de la posesión de pe-queñas cantidades de drogas– que aumen-tan la población penitenciaria y estimulan el inicio de carreras delictivas”.

Considera que, en materia penal, el Poder Legislativo, tanto del lado de las fuerzas bo-livarianas como de las de oposición, ha sido muy conservador y los tribunales han ac-tuado como “corporación impermeable” a los intentos de transformación. “Es por eso que en el plan de la patria el comandante Chávez denunció el clasismo del sistema de administración de justicia y planteaba la necesidad de una transformación radical”, acentuó.

Otro factor de tipo situacional que tiene gran relevancia para explicar la violencia venezolana, añade, es el alto número de ar-mas de fuego en manos de particulares. “El grueso de esas armas ingresó legalmente al país por presiones de las clases media y alta, que vivieron, en 1989 y 2001, procesos intensos de armamentismo, por su temor a la inseguridad, primero, y al chavismo, después. Paradójicamente, muchas de esas armas fueron robadas y están facilitando, ahora, un aumento del problema”, evaluó.

Briceño León: Ciclos. El investigador Roberto Briceño-León, del Laboratorio de Ciencias Sociales de la UCV, señala que

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“la violencia en Venezuela fue hasta los años 60 un problema de las áreas rura-les, vinculado a los conflictos locales y a la ausencia del estado, en unos casos, o al abuso de sus representantes, en otros. El rápido proceso de urbanización que llevó a más de la mitad de la población a vivir en ciudades en los años 50, cambió ese pa-norama. La dictadura militar de la década del 50 impuso un orden policial que si bien tenía propósitos de control político, per-mitió mantener la violencia en unos nive-les muy bajos”. En su trabajo, disponible en la página web observatoriodeviolencia.org.ve, identifica un primer periodo, entre 1989 y 1994, como de crisis institucional. “En el Caracazo, con los saqueos colecti-vos y la destrucción de bienes se quiebra la convivencia y el orden social de respeto del otro y de la propiedad”, evalúa. Seña-la un segundo periodo, de 1994 a 1998, de estabilidad instiucional, y refiere que en 1994 “se alcanzó una cifra récord en los homicidios. Para ese momento se supera-ron las 4 mil víctimas por primera vez en la historia y se llegó a una tasa de 20 fa-llecidos por cada 100 mil/habitantes. Ese año se instauró un nuevo gobierno en el país, luego de unos turbulentos años de inestabilidad”.

A juicio de Briceño-León, el ciclo 1999-2011 sería de destrucción institucional. “De una manera muy sorprendente, en el primer año de Gobierno del presiden-te Chávez, los homicidios subieron a casi 6 mil: 5.974 en 1999. Luego de cinco años de estabilidad, se producen 1.500 asesi-natos adicionales, de un año para otro, y sin mediar en apariencia ningún evento especial. Y el año posterior vuelven a au-mentar, pero esta vez con 2 mil víctimas más, para llegar a 8.022 en el año 2000, casi duplicándose la cifra de homicidios en dos años”, sentencia.

El investigador apunta que “la percep-ción general de la población y de algunas autoridades es que el delito y la violencia es un asunto de policías y ladrones, y en su énfasis situacional y pragmático se olvida del marco simbólico del pacto social”. Insis-te en que los policías “no son uniformes ni armas, la justicia no son tribunales o cár-celes, son una relación social, un mundo de símbolos que se expresan en ellos y son aceptados o no por la población”.

Menos violencia. De acuerdo con Gon-zález, hay una continuidad en el ascenso de los delitos violentos desde 1989 que, lamen-tablemente, no se ha podido revertir: “Por ejemplo, el número de vehículos robados o hurtados anualmente es más o menos simi-lar en las últimas décadas, pero antes, ha-bía más hurto que robo de vehículos”.

Detalla que el hurto no implica violencia, mientras que el robo sí. “Eso significa que se mantiene el número de delitos contra la propiedad, pero aumenta la violencia con la que se cometen”, reveló. El sociólogo aña-de que también han venido aumentando los homicidios de manera sostenida desde 1989, que son los hechos más dramáticos y que generan gran conmoción social.

“Tanto en Venezuela como en el resto de América Latina las principales víctimas de estos delitos violentos son jóvenes de

los sectores populares urbanos. Eso era así antes y sigue siendo así ahora. Se trata de una violencia que ocurre, fundamen-talmente, al interior de las clases popula-res”, asintió.

Recordó que antes de 1998 la política criminal consistía, por una parte, en mantener a los sectores populares con-tenidos mediante la represión en los ba-rrios y por otra, en el cuidado policial de las zonas de clase media y alta y de las zonas comerciales. “Entre tanto, había una tolerancia a los delitos de los podero-sos (sector público y sector económico); por ello, más que un combate al delito, había un combate a los pobres, y eso fue lo que fomentó la inseguridad frente al delito”, reflexionó.

A toda vida. González precisa que los delitos van cambiando a lo largo de la histo-ria “por la tecnología y por los contextos”, entre otros aspectos. Dice que ahora, por ejemplo, hay delitos asociados a los cajeros automáticos que antes no existían, o han aumentado los tipos de secuestros, como el exprés, o el robo de celulares.

Reseñó que, con el paso del tiempo, los delitos violentos continuaron su ascenso y en este momento, la victimización de los sectores populares sigue siendo la más im-portante. No obstante, destaca que ante a esa situación se hizo un intento de reforma policial (con la Conarepol en 2006 y el Con-sejo General de Policía y la UNES, en 2009), con políticas de inclusión social.

“El discurso del comandante Hugo Chávez fue siempre muy crítico con respec-to al uso de la policía como un instrumento de represión y violación de los derechos hu-manos de los sectores populares, y eso puso un freno importante a las políticas del pasa-

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Antonio González Plessman

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Domingo 31 de Agosto de 201416 Así SOMOS

do y permitió iniciar un proceso de reforma policial que, lamentablemente parece estar detenido actualmente”, aseveró.

Según el especialista, Chávez fue madu-rando su visión de las políticas de seguri-dad frente al delito, “desde una ingenuidad que asumía que una mayor justicia social traería, por sí sola, una reducción de la vio-lencia, hasta el diseño de una política inte-gral en la materia: la Gran Misión A Toda Vida Venezuela (Gmatvv), que articula ac-ciones de prevención y acciones de control penal basadas en los derechos humanos”.

La Gran Misión A Toda Vida Venezuela tiene una página web, misionatodavidave-nezuela.gob.ve, en la que se detalla que se atienden principalmente las zonas priori-zadas donde “se reúne la mayoría de las ac-ciones programáticas”. Recuerda que “los territorios elegidos son los 79 municipios que concentran la mayor parte de los homi-cidios en el país (86%). Esto apunta a atacar

el problema en donde golpea con más fuer-za para bajar los índices del delito”. La gran misión tenía seis vértices: prevención inte-gral y convivencia solidaria, fortalecimien-to de los órganos de seguridad ciudadana, transformación del sistema de justicia pe-nal y creación de mecanismos alternativos de resolución de conflictos, modernización del sistema penitenciario venezolano, sis-tema nacional de atención integral a vícti-mas de violencia, creación y socialización de conocimiento para la convivencia y la seguridad ciudadana. Después se le suma-ron dos: lucha contra el uso indebido y tráfi-co ilícito de drogas y fortalecimiento de los mecanismos de control sobre los sistemas financieros y no financieros para la pre-vención de la legitimación de capitales y el financiamiento al terrorismo.

A juicio del sociólogo, en la actualidad “no hay un enfrentamiento efectivo ni eficaz de la inseguridad frente al delito”. Aduce que aunque hay “principios correctos” que se han mantenido en estos últimos 15 años, como la promoción del Poder Popular, de la inclusión social y el respeto a los derechos humanos, “se ha sido más efectista que efi-caz” en las políticas públicas.

A su parecer, “el Sistema de Justicia Penal no ha sido tocado y las políticas clasistas que aumentan la población pe-nitenciaria son la norma. Hay mucho pensamiento de derecha encubierto con discursos revolucionarios”.

En cuanto al trabajo de inclusión de la juventud, reconoce que sí ha habido un en-foque correcto en torno a las políticas pú-blicas y mucha voluntad política, pero cree que le falta capilaridad.

El padre Alejandro Moreno, sicólogo, filósofo y teólogo, fundador y director del Centro de Investigaciones Populares, pun-tualiza que los malandros activos no son tantos. “Los malandros realmente activos en un barrio generalmente no pasan de 5 o 6, 10 cuando mucho. En un barrio de 8 mil habitantes 10 personas no es mucho. Es que la gente se cree que nosotros en Vene-zuela tenemos infinidad de malandros. No es verdad. No son tantos los malandros. Lo que pasa es que tienen una capacidad de muerte que es asombrosa. Tienen las armas que quieren, no tienen consecuen-cias negativas porque hay completa im-punidad, tienen cómo moverse de un lado

Pablo Fernández Blanco

Jóvenes son víctimas y victimarios

Estudios vinculados a la reforma policial y al desarme, refiere Pablo Fernández Blanco, permitieron identificar que la tasa de homicidios en el país era muy grande, pero al analizar la causa que generaba esos homicidios detectaron que “la inmensa mayoría de los muertos, producto de homicidios con arma de fuego, que constituyen el 99% de las muertes, son jóvenes varones entre 15 y 28 años de edad”.

Dijo, además, que estos procedían de sectores populares concentrados en los grupos D y E, que son los sectores de pobreza y pobreza extrema: “Ahí se consigue el perfil de las víctimas y del victimario, lo que quiere decir que, tanto el que mata como el que muere son las mismas personas; es decir, jóvenes varones, que vienen del mismo sector social y tienen la misma edad”.

Esos jóvenes, explica Fernández, quien además fue director del servicio de policía del Ministerio de Relaciones Interiores, “son carne de cañón para las grandes corporaciones criminales” desde las necesidades que tienen, pero además

porque la sociedad no ha sido capaz de darles una respuesta desde una perspectiva positiva de vida.

“Cuando esos chamos que crecen en un marco de antivalores y con una necesidad insatisfecha, pero además con un bombardeo permanente cultural-comunicacional, no tienen elementos suficientes para construir una identidad positiva, se convierten en personas violentas, machistas que obtienen una identidad concebida sobre el poder que da la violencia y socializan con sus pares, que están en lo mismo, dando origen a la dinámica de la pandilla”, precisó.

En Venezuela, reflexionó, ese es un fenómeno preocupante, aunque todavía no llega a los niveles que hay, por ejemplo, en Centroamérica, donde existen estructuras criminales muchos más complejas, pero eso no le quita relevancia al problema que hay con los jóvenes.

En tal sentido, reitera que cuando se habla del fenómeno de la delincuencia o de la criminalidad de forma genérica, “se pierde la perspectiva de fondo que está en esto como elemento social, por ello las políticas del Gobierno Bolivariano han hecho tanto énfasis en entender la seguridad desde una óptica no represiva, sino humanista con bases científicas”.

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para otro. Tienen todas las facilidades”, expresó en una entrevista reciente. “El porcentaje de delincuentes asesinos que nosotros tenemos no pasa del porcentaje de potenciales delincuentes de este tipo que pueda haber en cualquier sociedad. Lo que pasa es que en esas sociedades es-tán controlados”.

Problema mundial. La criminalidad, la violencia y la inseguridad no son un pro-blema exclusivo de Venezuela, refiere Pablo Fernández Blanco, secretario técnico de la extinta Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme. “Estas se presentan a escala mundial, pero contextualizadas con características dife-rentes en cada región”.

Señaló que los problemas que afectan a Venezuela en materia de seguridad son muy similares a los que tenemos en el con-texto latinoamericano: “Si hablamos con un hondureño, con un argentino, con un brasilero, con un colombiano, siempre va-mos a encontrar elementos comunes”.

Dice que esos elementos “están ligados a factores como la exclusión que han vivido las grandes mayorías populares durante mucho tiempo”, proceso en el cual, a su jui-cio, algunos países han comenzado a tran-sitar hacia una reversión y otros no tanto.

En el caso venezolano, asegura que “en la década de los 90 nos caracterizamos por ser un país con una franja de exclusión y desigualdad social abismal”. No obstante, precisa que en los últimos 10 o 15 años se empezó a revertir ese proceso histórico, aunque “con una deuda acumulada que es gigantesca”.

Pero aclara que hablar de desigualdad no quiere decir que todos los pobres son

los delincuentes, que ha sido siempre la perspectiva de la derecha. “Lo que genera la criminalidad no es la pobreza, de hecho, científicamente nosotros hemos demostra-do que en los municipios más pobres del territorio venezolano es donde hay menos niveles de criminalidad”, teorizó.

Esto ocurre, a su criterio, porque hay mayor volumen de ingresos, mayor circu-lación de dinero, pero también porque hay disparidades más notorias que se combinan con otros aspectos de carácter cultural, co-municacionales, publicitarios”.

En un trabajo publicado en la Revista Venezolana de Economía y Ciencias Socia-les, Luis Gerardo Gabaldón, profesor de Derecho en varias universidades del país, manifestó: “De acuerdo con las estadísti-cas oficiales, entre 1990 y 2000, la tasa de homicidios pasó de 13 a 33 por cada cien mil habitantes (CMH). Entre 2000 y 2002 se incrementó otro 21%, pasando a 40/CMH. La tasa de lesiones disminuyó entre 1990 y 2000 de 152 a 105/CMH, aunque en 2002 se incrementó en un 20%. Los robos y robos de vehículos experimentaron en el decenio un incremento de la tasa, desde 132 hasta 145/CMH y desde 51 hasta 124/CMH, registran-do, para 2002, incrementos adicionales de 11% y de 35%”.

Tráfico y armas. Otros factores, acota el activista por los derechos humanos, tie-nen que ver con la dinámica de las “gran-des corporaciones transnacionales del cri-men”, que abarcan el tráfico de drogas, el tráfico de armas y la trata de personas.

“Venezuela ha estado permanentemente afectada por estar muy cerca de un produc-tor de drogas como es Colombia, constituido como país de tránsito, pero en el cual, pro-gresivamente, al igual que ha ocurrido en otros países de la región, la droga ya no solo pasa sino que también se queda”, describió.

Esto hace que se generen unas dinámicas criminales, añade, que van absorbiendo a las personas que hacen funcionar a esa es-tructura que tiene dos niveles, uno inferior y otro superior.

El inferior, detalla, está compuesto ma-yoritariamente por jóvenes de los sectores populares que se dedican al microtráfico. “Cuando el microtráfico se territorializa, esos jóvenes se articulan en bandas y se ar-man para defender el ámbito en el que ne-gocian, lo que trae como consecuencia una

incidencia de violencia armada entre ellos mismos”, esgrimió.

El superior, por su parte, es “el delito de cuello blanco” que, aunque siempre se invi-sibiliza, a su parecer es el más “perverso” de todos. “Ahí están los que manejan el bi-llete de la droga; El político corrupto, el em-presario corrupto, el que tiene el manejo de la red territorial más grande, el que tienes los contactos afuera, el que se vincula con los carteles”, reveló.

Vinculado a todo esto, agrega, está el tema de las armas, que si bien no es un ele-mento de origen, sino instrumental, tam-bién repercute muy negativamente en los efectos nocivos de la violencia, porque au-menta sus niveles de letalidad.

“No es lo mismo una sociedad donde pue-den haber ciertos niveles de acción delic-tiva-criminal, pero la delincuencia actúa con un arma blanca, a una sociedad como la nuestra, donde el hampa anda con armas de alto calibre”, contrastó Fernández, quien también fue secretario de la Gran Misión A Toda Vida Venezuela.

Factores históricos. La criminalidad, la violencia y la delincuencia también de-penden de factores históricos, reseña el experto. En su opinión, hay hitos en la historia de Venezuela que son detonantes de rupturas de códigos de convivencia que han traído como consecuencia más crimi-nalidad, más violencia y más delincuencia.

“El Caracazo significó un quiebre, aun-que en los 80 ya empezaba a hablarse del fenómeno de la criminalidad. Se agravó en los 90 con la crisis económica, después lle-ga Chávez, tenemos el golpe de Estado del 2002 y así vamos viendo que en cada episo-dio hay curvas que se relacionan con esos indicadores”, describió.

Sostiene que si ante esa situación no hay capacidad de respuesta efectiva del Estado, es decir; fiscales que funcionen, tribunales que funcionen, cárceles que ayuden a rege-nerar y no a aumentar la capacidad delicti-va, no estaríamos tan complicados.

Una de las grandes y profundas debilida-des históricas que tenemos en Venezuela y que aún no hemos logrado transformar, critica Pablo Fernández, es el sistema de administración de justicia.

Por otra parte, refiere que las inconvi-vencias sociales también tienen su cuota de responsabilidad en la violencia y la cri-minalidad: “En nuestra cultura hemos ido perdiendo un esquema de valores compar-tidos, donde hay un respeto por unas reglas mínimas de convivencia social”.

Referenció que la encuesta para el des-arme permitió conocer que el porcentaje de víctimas de la criminalidad entendida como robo, es reducido en comparación a la cantidad de víctimas que existían por inconvivencia social, es decir, “situaciones que se pudieron haber manejado con una visión preventiva si en la sociedad tuvié-ramos más internalizados mecanismos de resolución de conflictos”.

Esto fuese prevenible, agrega, “si tam-bién tuviéramos instancias donde ir a re-solver los conflictos y efectivamente los resolvieran, sin funcionaran las fiscalías, las defensorías y los tribunales de manera oportuna, y si contáramos con una forma-ción desde el hogar y la escuela orientada a que eso se asuma como valores esenciales de la vida en sociedad”.

Programas masivos y que sean capilares

En opinión de Antonio González, quien también se desempeña como activista por los derechos humanos, para abordar de manera efectiva la inseguridad y los delitos urge implementar programas “masivos y capilares” para la inclusión de las y los jóvenes de los sectores populares.

Exhortó a las autoridades a desarrollar una reforma del sistema de justicia penal, “desde una visión garantista que disminuya la población penitenciaria, que despenalice delitos inocuos y visibilice los delitos de los poderosos, la mayoría de los cuales siguen quedando impunes”.

También indicó que es necesario darle un tratamiento no punitivo al consumo de drogas y a las políticas de reconversión económica de la población que se dedica al microtráfico, y que al mismo tiempo comiencen a aplicarse políticas de control penal firme a los grandes distribuidores y sus cadenas de cómplices, incluyendo funcionarios públicos y empresarios.

Además resaltó que es importante darle continuidad a la reforma policial y a la ampliación de la reforma de otros cuerpos de seguridad como el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, la Guardia Nacional Bolivariana y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, así como a la política de desarme.

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Domingo 31 de Agosto de 201418 Así SOMOS

En el país conviven los principales credos

La religión no es motivode enfrentamiento entre los venezolanos

La Iglesia católica fue la predominante por el proceso de colonización, pero otras confesiones han ido ganando espacio sin que ello genere un conflicto

T/ Romer VieraF/ Miguel Romero, José Luis Díaz,Jonathan Manzano, Joel Aranguren,Luis Franco y María Isabel BatistaCaracas

En Venezuela nadie mata o se mata por la religión. Lo que en otros países es causa de guerras y con-flictos, en el territorio venezola-

no es una señal más de la convivencia que, mal o bien, ha funcionado. Representantes de los distintos credos que conviven en la nación concluyen que esta paz se debe, en-tre otras razones, a que no hay una com-petencia por el espacio y los fieles.

Para el historiador Vladimir Acosta, los conflictos promovidos por las religiones “constituyen la forma de guerra civil más espantosa y terrible que puede haber, por-que quienes matan a otros hermanos lo ha-cen en nombre de Dios y con la certeza de que su acción significará la entrada al cielo, lo que les da todo el derecho a matarlos”.

Acosta reiteró: “Aquí no ha habido lucha entre religiones porque el dominio del catoli-cismo es muy grande y el Estado ha impuesto de alguna forma que la Iglesia quede subor-dinada a sus políticas”. El escritor sostuvo que el separar la Iglesia del Estado y tratar de convertir el tema religioso en un asunto sin injerencia sobre el aparato estatal ayudó a que Venezuela no tuviese los problemas de otros países, como México y Colombia.Vladimir Acosta

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Domingo 31 de Agosto de 2014 19Así SOMOS

El reverendo Ramón Castillo, pastor de la Unión Evangélica Pentecostal Venezolana, aseguró qué aunque en las últimas décadas ha habido una convivencia pacífica y armó-nica entre las distintas corrientes religio-sas, “no siempre fue así”.

Como historiador de la corriente evangé-lica, considera que “el predominio de una iglesia históricamente dominante”, como es el caso de la católica, hizo difícil el desa-rrollo de otras fuerzas religiosas.

Bruno Renaud, sacerdote católico que de-sarrolla su actividad en los barrios de Pe-tare, recordó que cuando llegó a Venezuela hace casi 50 años, las disputas entre católi-cos y evangélicos eran frecuentes, pero su posición actual coincide con la de Castillo al afirmar que “eso ya no existe”.

Con base en su experiencia de tres años en el país, el líder espiritual musulmán Sheij Rouhollah sostiene que en Venezuela están dadas las condiciones para que per-dure la paz entre cultos. No obstante, cree que esa convivencia se encuentra en manos de los líderes religiosos. “Debemos estar siempre despiertos y conscientes de lo que pasa en el mundo, y no permitir que intere-ses extranjeros promuevan conflictos entre nosotros, y si suceden bajo cualquier excu-sa, debemos trabajar unidos para presen-tar la verdad y evitar que se profundicen las disputas”, expresó.

Paz en las bases. Acosta se remontó a los años de la Colonia. Manifestó que en Venezuela hay varias religiones, con pre-dominio de la cristiana en su versión cató-lica. Aseguró que, afortunadamente para el país, después de que se produjo la división de la Gran Colombia en 1830, el Gobierno de entonces, con José Antonio Páez a la cabe-za, tuvo el buen juicio de separar los asun-tos religiosos de las decisiones de Estado.

En el periodo colonial la Iglesia había ob-tenido ciertos privilegios mediante conve-nios con la Corona llamados concordatos, privilegios que trató de mantener después del triunfo de la Independencia, dictaminó. Fue Páez quien, a pesar de encabezar un go-bierno conservador, hizo saber a los líderes religiosos de la época que “la Iglesia depen-día del Estado y no el Estado de la Iglesia”.

A partir de allí, “hubo un intento claro de separar estos poderes”. En 1870, cuan-do Antonio Guzmán Blanco llegó al poder, llevó a cabo una serie de reformas que le permitieron al Estado asumir actividades que hasta el momento eran potestad de la Iglesia católica: la ejecución de censos, la potestad de ofrecer créditos agrícolas y principalmente el registro de los nacimien-tos, los matrimonios y las defunciones. Con esto “se logró una separación mucho más clara de la iglesia y el Estado”.

A partir de allí, la Iglesia en Venezuela, aunque ha tenido injerencia en la política, “como siempre, no ha ejercido un predo-minio político”, lo que para Acosta “repre-senta un elemento positivo de la historia venezolana.

Protestantes con la migración. En la época de la Independencia de Venezuela, se-ñaló Castillo, ya había evidencias de la pre-sencia de feligreses protestantes. Sin em-bargo, relató, la principal avanzada llegó al país a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Indicó que este proceso de penetración ocurrió por la inmigración de misioneros

evangélicos de origen estadounidense y nativos de Canadá e Inglaterra, quienes fueron “estigmatizados como sectas con-trarias a la fe del pueblo”.

“Se predicaba que eran fuerzas exógenas, por lo que no se les reconocía su carácter cristiano, y se les tildó de grupos disiden-tes que llegaron al país para atacar las con-vicciones católicas”, contó Castillo, quien agregó que la agresión fue tan violenta que muchos evangélicos se convirtieron en an-ticatólicos y fueron acusados “de ser idóla-tras que no adoraban al verdadero Dios”.

Aseguró que todavía se puede apreciar en algunas iglesias evangélicas un gran sustrato anticatólico producto de aquellas pugnas. A su juicio, “lo mismo sucede con algunos líderes de la Iglesia católica”.

Según Acosta, en la época de la Colonia era difícil que se estableciera en América la religión musulmana. Relató que fue en la segunda parte del siglo XIX cuando se impulsó la inmigración europea, lo que ge-neró el desplazamiento de muchos musul-manes provenientes de Siria, Egipto y del Líbano, naciones que formaban parte del

imperio turco. “Esta es la razón por la que mucha gente llamaba turcos a los árabes radicados en Venezuela, sin importar su procedencia”, relató.

Choque cultural

El padre Bruno Renaud, de Petare, es de quienes piensan que hay potencias en el mundo que intentan tomar partido del tema religioso y convertirlo en “un problema económico y militar”. Aseguró que, por medio de diversas vías, intentan influir en la población mundial y prepararla para un supuesto choque cultural entre religiones.

Continúa en la página siguiente

Ramón Castillo

Bruno Renaud

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Domingo 31 de Agosto de 201420 Así SOMOS

En su opinión, la forma como el presiden-te Chávez acercó lo religioso a lo político no fue en muchos casos del agrado de los líde-res católicos, pero sí de un buen número de los evangélicos. “No se había visto en la historia religiosa del país a un presidente que valorara la Biblia y además defendiera con tanta fuerza su militancia cristiana en cualquier escenario. Esto ayudó a que el Presidente fuera entendido por las masas”.

Religión y política. “Las religiones siempre han estado mezcladas con la políti-ca, aseveró Castillo. “Solo basta con leer la Biblia para ver como en el Antiguo Testa-mento, 700 años antes de Cristo, se da fe del control que tenían las monarquías sobre el judaísmo y cómo los profetas denunciaron a los reyes que traicionaban la verdadera fe para seguir al paganismo y entregarse a los imperios”.

El reverendo afirmó que siempre ha exis-tido una relación entre los factores políticos y los religiosos. “Esto ha sido imposible de separar”, consideró.

Mantener el principio laico. Para el historiador Vladimir Acosta, el proceso bolivariano, “en medio de toda su grande-za y de todos sus logros, llegó de alguna forma, y por diversas circunstancias, a darle mucho peso a la religión y eso hizo que la Iglesia católica cobrara una pre-ponderancia política que prácticamente no tenía”.

En cuanto al presidente Chávez, opinó que, además de ser un revolucionario, era un cristiano que creía en el Jesús de los po-bres, el de la igualdad y la solidaridad, por lo que en algún momento llegó a decir que el Hijo de Dios había sido el primer socialista.

Esa religiosidad del líder revolucionario “llevó de alguna forma a que la Iglesia se metiera mucho más en la política”. En Ve-nezuela se ha mantenido la claridad sobre el principio laico del Estado, puntualizó. Para Acosta, “el Estado laico es una heren-cia extraordinaria que tenemos y que debe-mos cuidar”.

Ni fu ni fa. En América Latina, acotó Ren-aud, el tipo de fe cristiana que se ha recibido provino de dos potencias imperialistas de la época de la Colonia, España y Portugal, lo que originó un monopolio de esta religión que se prolongó hasta casi la totalidad del siglo XIX y gran parte del siglo XX.

Pero hoy por hoy, y esta es la opinión del sacerdote, “para la mayoría de la gente la religión es ni fu ni fa: simplemente no les interesa”. Opinó que “estamos en época de descalabro, de bajada progresiva”.

Según datos manejados por Renaud, en 1993 el catolicismo movilizaba 88% de la po-blación; es decir, de cada 100 personas, 88 se definían como católicas. En 2011, esta pro-porción habría bajado a 71%, “lo que, dicho en términos del paracaidismo, representa un caída libre. Y, por supuesto, va a seguir bajando”.

Para el padre, esa es la razón principal por la que en Venezuela no hay “ninguna pelea activa” entre religiones. “En este escenario no hay razón para pelear”, dijo el sacerdote, “porque en todo caso, la Iglesia católica está cediendo libremente su espacio”.

No cede espacios. El problema de la Iglesia católica, aseguró Acosta, es que tie-ne muchos problemas que asumir. En su criterio “siempre ha sido una institución con una alta jerarquización, profundamen-te reaccionaria y burocratizada. Una Iglesia que ha dejado desde hace mucho tiempo de ocuparse de los pobres, de los humildes”.

El historiador evalúa que la Iglesia cató-lica no cede espacios, pero a la vez no tie-ne el poder de antaño para hacer frente a quienes pudieran competir con ella. “Antes cualquier disidencia, cualquier opinión era condenada, y si insistías, te expulsaban, te excomulgaban o te quemaban vivo. Intole-rancia absoluta”, refirió.

Ahora tiene menos poder para imponer su voluntad, continuó el historiador, y ade-más “el burocratismo que la consume” la lleva a abandonar los espacios, los que son ocupados por otros sectores. Este es el caso de los evangélicos, “una iglesia que se mue-ve con mucho más dinamismo y trabaja di-rectamente con los sectores más pobres”.

Se democratizó la religión. Para Castillo la democratización del espectro re-ligioso hizo que el protestantismo se trans-formara en una fuerza social importante, “e incluso con presencia política”.

Opinó que la Constitución Nacional aprobada en 1999 fue un paso importante en materia religiosa, ya que en su artículo 59 se reconoce no solo a la Iglesia católica, sino que se les garantiza a todas las igle-sias en el país el derecho a ejercer su culto siempre que no sea contrario a las bue-nas costumbres y al orden público. “Esta situación ha permitido la atenuación de conflictos”, aseveró.

“Se han visto obligados al diálogo, y creo que en este acercamiento contribuyó mucho lo que yo llamo la espiritualidad de la Revo-lución Bolivariana. Con Chávez se inaugu-ra una forma de hacer política que no esta-ba ajena al aporte espiritual. Él comienza a incorporar a su discurso político frases de la Biblia. Con su acciones, nos mostró que el cristianismo también formaba parte de este proceso de cambios”, analizó.

Sheij Rouhollah advierte sobre las malas interpretaciones

“Ningún libro sagrado aconseja tener conflictos con otras religiones”

T/ Romel VieraF/ Jonathan ManzanoCaracas

El líder espiritual musulmán Sheij Rouhollah llegó a Vene-zuela con la intención de “pre-

sentar el islam verdadero a todo el mundo y corregir la imagen negativa que puedan tener algunos latinoame-ricanos de esta religión”.

Aseguró que las referencias del is-lam que llegan a esta parte del mundo son, principalmente, por informacio-nes transmitidas por los medios de comunicación, las cuales –a su jui-cio– son falsas.

De acuerdo con el líder religioso, detrás de toda esa desinformación se encuentran “intereses imperiales” a los que les sería beneficioso malpo-ner la religión musulmana ante los pueblos del mundo. “Son malas inter-pretaciones que se pueden observar en artículos de prensa, programas de televisión y hasta en novelas, con lo que intentan crear matrices de opi-nión que alejen a los pueblos y a las religiones unas de otras”, opinó.

Para Rouhollah lo que hay detrás es la intención de “hacerse con las riquezas de los pueblos, y para eso se valen de todas sus posibilidades. Lo hacen de cualquier forma posi-ble, sin importarles que sus acciones vayan contra los valores o contra la humanidad”.

Manifestó que el origen de muchos de los conflictos políticos que hay ac-tualmente en el mundo son propicia-dos por supuestas causas religiosas. Al respecto, afirmó que de ser la re-ligión la fuente de los problemas, “en-tonces la mayoría de las naciones de planeta sufrirían guerras internas, y no es así, porque al igual que en Ve-nezuela, en la mayoría de los países del mundo conviven en paz diversas religiones. Ningún libro sagrado aconseja tener conflictos con otras religiones”.

Sin embargo, no desestimó que en el futuro pueda haber sectores inte-resados en promover conflictos inter-nos en Venezuela con el argumento de presuntas divergencias entre los diferentes cultos que conviven en el país.

Señaló Rouhola que, en el caso de Venezuela, no han sido pocas las oportunidades en las que el presiden-te Nicolás Maduro ha convocado a los líderes de las religiones para que jun-tos participen en la construcción de una nueva nación. Consideró que el Gobierno intenta generar un espacio para todas las religiones.

Según información suministrada por el Sheij, desde hace más de 200 años los musulmanes de distintas partes del mundo han arribado a tie-rras venezolanas. Estimó que, en su centro de oración en Caracas, entre 5 y 10 personas aceptan al Islam como su forma de vida cada año.

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Domingo 31 de Agosto de 2014 21Así SOMOS

Expertos señalan el surgimiento de los “adultos emergentes”

Quince millones de venezolanostienen 29 años de edad o menos

Más de 7 de cada 10 jóvenes no quieren irse del país, de acuerdo con los estudios de Min-Juventud y de la UCAB

T/ Alex CarmonaF/ Archivo CO, Jhonatan Manzano y Roberto GilCaracas

Más allá de los debates políticos y las transformaciones socia-les en el país, la mayoría de la juventud venezolana se sigue

caracterizando por ser “soñadora y em-prendedora”. El Instituto Nacional de Es-tadística mostró que en el país, de 27,2 mi-llones de habitantes, hay 7,5 millones de personas de 15 a 29 años de edad, y otros 7,5 millones tienen menos de 15 años.

Diversos estudios evidencian que ese contingente se preocupa por cultivarse aca-démicamente y trabajar, por convertirse en una fuerza productiva.

Según un sondeo hecho por el Minis-terio del Poder Popular para la Juven-tud (Min-Juventud), hasta el año pasado 4.094.199 jóvenes estaban en el sistema de educación universitaria; la mayoría en instituciones públicas. Exactamente 67% de ellos lo hacen sin pagar, de acuerdo con la investigación. Al menos 7 de cada 10 afirmaron estudiar “para superarse”.

En 2013 el ministerio entrevistó a más de 10 mil jóvenes sobre aspectos como “las aspiraciones que tienen en la actualidad”,

dijo Mervin Maldonado, viceministro de la Juventud.

La razón de querer superarse está por en-cima del conformismo de “querer tener una profesión” solo por tenerla.

Radiografía. A los números del organis-mo de la Juventud se suman otros, como

los de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), que recientemente presentó los re-sultados de la Encuesta Nacional de Juven-tud 2013 como parte del Proyecto Juventud UCAB que coordina Anitza Freitez.

Esta investigación determinó que uno de los problemas que más afecta el desa-rrollo de las y los jóvenes en el país es el en el alto consumo de alcohol y drogas (43%), de acuerdo con las propias encuestadas y encuestados. La UCAB trabajó con 4 mil personas de 15 a 29 años de edad.

La creatividad y el emprendimiento pare-cieran ser los motores de las entrevistadas y los entrevistados; de hecho, entre las res-puestas a la interrogante de lo que significa “ser joven”, 45% respondió que es “ser em-prendedor y 23% “ser creativo”.

De acuerdo con Carmen Cubillos, profe-sora de sicología de la UCV, la etapa de la juventud es definida como un periodo en el que la persona define hacia dónde va; sin embargo, explica que en los últimos años han detectado que muchos indivi-duos tardan más años que otros para de-finir lo que quieren hacer en su vida. Este tipo de casos los catalogan como “adultos emergentes”.

“Antes, el joven de entre 18 y 25 años po-día conformar su identidad, pero eso ha cambiado mucho”, explicó Cubillos.

La especialista precisó que en los últimos años se han dado cuenta de que muchos jó-venes, después de los 25 años, no terminan de definir qué carrera seguir, qué rumbo to-mar o en qué área se quieren desarrollar.

“Uno de los factores es que la globalización ha traído una gran variedad de espacios y cambios sociales en los que los jóvenes no terminan de definir lo que quieren; es decir,

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Domingo 31 de Agosto de 201422 Así SOMOS

tardan más. Al muchacho le cuesta elegir con mayor madurez”, agregó Cubillos.

Los cambios en el cuidado familiar, el tipo de atención que reciben en sus hogares y las orientaciones específicas en distintas áreas han incidido en que estos “adultos emergentes” tarden en centrarse y tomar decisiones puntuales.

“Muchos lo que buscan es el placer, el in-dividualismo, porque lo material sustituye otros aspectos de atención. Esto permite que varios se desarrollen de una manera hedonista; por ello, crecen con la idea de que tienen el derecho a tener todo”, agregó Cubillos.

La especialista percibe que esto sucede, en su mayoría, en sectores de la clase me-dia, la misma que “ha tenido ciertos pri-vilegios y posibilidades porque los padres ayudan a que aprovechen las oportunida-des que se les presentan”.

En estratos de menores recursos las y los jóvenes tienen una visión distinta; sin embargo, aclara que la necesidad de supe-rarse los hace esforzarse más, pero “se ge-

neran cambios y eso puede producir una crisis de identidad”, además de aumentar las exigencias.

“Para hacer a un joven nuevo, se necesi-ta una mejor formación desde que está en preescolar, que vaya acompañado por la formación de buenos valores familiares”, puntualizó.

El contraste. Maldonado reconoció que en algunos de los sectores de la juventud venezolana puede existir la sensación de que en el país no son bien atendidos; no obs-tante, señaló que programas como el de la Tarjeta Somos (una especie de tarjeta de crédito con bajos intereses), las tabletas y computadoras Canaimas, entre otros, ra-tifican que hay una gestión específica para mejorar la calidad de vida de las y los jóve-nes venezolanos.

“Eso sin contar que de los 67 centros uni-versitarios que hay en el país, 33 han sido creados en Revolución. Nosotros reconoce-mos que el país tiene problemas y deficien-cias, pero si comparamos de dónde venimos, nos damos cuenta de que hemos avanzado mucho”, puntualizó el funcionario.

El viceministro indicó que no es casual el hecho de que –según la encuesta de Min-Juventud– 78% de los jóvenes rechacen la idea de emigrar. Sin embargo, el estudio de la UCAB reveló que 36% se quiere ir del país y 74% no quiere hacerlo.

“Los jóvenes saben que en el país hay oportunidades. Cuentan con la garantía de que tienen servicios gratis como la salud y oportunidades de trabajo, en distintas áreas”, consideró Maldonado.

Según el trabajo de la UCAB, para 43% son la falta de oportunidades lo que más afecta. El viceministro asegura que 14% está des-ocupada, y lo compara con la tasa europea, que de acuerdo con sus cálculos, supera 50%. Hay tres sectores en los que los jóvenes venezolanos desean desarrollarse: el área agropecuaria, industrial y turística, enu-meró. Por ello, “trabajamos para orientar el aprovechamiento de los fondos públicos a través de las carteras crediticias que existen por ley. A los jóvenes tenemos que orientar-los para que accedan a estos créditos”.

Mervin Maldonado

Carmen Cubillos

Los adultos emergentes

El término adulto emergente se aplica a quienes pasan de la adolescencia a la adultez (18-25 años) sin tener la madurez necesaria para ser adultos; por ende, terminan siendo “adultos forzados”.

¿Lo bueno? La persona tiene más tiempo terminar de decidirse a cumplir sus proyectos. En la actualidad el promedio de vida de la venezolana y el venezolano es de 74 años; es decir, tiene más tiempo para lograr sus objetivos planteados.

Antes, el promedio de vida era de 60 años; por lo tanto, a los 18 años se le exigía a una persona comenzar a ser adulta.

Por el costo de la vida a una persona le cuesta más independizarse y salir de su casa familiar.

¿Lo malo? Hay personas que llegan a los 30 años sin identificar lo que quieren. No tienen responsabilidad desde temprana edad.

Este fenómeno afecta la construcción de su entorno.

Muchos siguen viviendo en casa de sus padres y con ellos; incluso, hasta pueden desarrollar la codependencia.

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Domingo 31 de Agosto de 2014 23Así SOMOS

T/ Alex CarmonaF/ María Isabel BatistaCaracas

Venezuela es un país en el que sus habitantes se someten a cirugías plásticas y procedi-

mientos estéticos por razones como el culto al cuerpo y el mantenerse joven físicamente.

De acuerdo con la Sociedad Interna-cional de Cirugía Plástica y Estética, las intervenciones más demandadas por las mujeres en el mundo son el au-mento de las mamas, la liposucción, la blefaroplastia y la lipoescultura. En 2013, Venezuela fue el quinto país en el mundo con mayor cantidad de procedi-mientos estéticos mamarios.

Además de la exagerada importancia que le dan a la belleza, una de las razo-nes principales que tienen las personas para hacerse cirugías plásticas y esté-ticas es el rechazo a la vejez.

De acuerdo con la sicóloga Danielle Benmamán, la búsqueda de la juventud tiene que ver con “la autoapreciación que tiene cada quien” de sí mismo. La especialista también refirió que el mie-

do a morir y al deterioro físico hace que muchas de las personas quieran sentir-se jóvenes de una manera casi eterna.

“Muchas personas se resisten a enve-jecer por todo lo que implica el deterioro físico y que también puede traer deterio-ro emocional”, explicó Benmamán.

“Hay gente que tiene temor a morir. Eso es un tema que debe ser bien tra-tado en cada persona, pero otro factor es que sienten miedo, porque al enveje-cer ya no tendrían las condiciones para mantenerse económicamente y pasan a depender de la familia”, recalcó. Tam-bién se suma el rechazo al cierre de ci-clos vitales.

La sicóloga Carmen Cubillos indicó que en el estudio de la mente huma-na también catalogan la adolescencia como un “estilo de vida” y; de hecho, la estudian así.

“Muchos se inclinan por la idea de querer mantenerse jóvenes como sea, bien sea por su forma de ser, moda, ali-mentación y otros aspectos. A ellos los llamamos la generación light”, recalcó.

“Hay muchos adultos que no quiere madurar, ni llegar a la vejez con digni-dad ya que las exigencias de la sociedad así se lo hacen ver”, puntualizó.

Realidades. Benmamán, por su par-te, destacó que en el país hay realidades laborales según las cuales una persona con más de 45 años ya no es aceptada. Cubillos también acotó que muchos se hacen mejoras en el cuerpo físico para mantenerse en ese mercado.

“Este tipo de personas tienen un problema de autopercepción. Muchas ven que no logran algunas metas en su tiempo como jóvenes y se resisten a de-jar de ser lo que siempre fueron en años anteriores”, explicó Benmamán. “No entienden que las etapas se deben vivir en su momento preciso. Es cuestión de saber que hay etapas que se deben sa-ber vivir”, recalcó.

Cubillos también resaltó que en el país se ha manejado el mensaje de que la ma-yoría de las personas son jóvenes, por ende, “se debe seguir siendo joven”.

Soluciones. “La sociedad no ha elabo-rado una atención integral al anciano; por lo tanto, no se han cubierto varias de sus necesidades. A la mayoría no se les mantiene activos, ni se les coloca a hacer una actividad, dejamos que se les muera el cerebro. Al ver esta realidad, muchas personas jóvenes no quieren llegar a ese estado”, puntualizó la experta.

Benmamán también explicó lo que muchos llaman “la crisis de los 50”: se destaca el temor a conseguir pareja, mantener un alto nivel sexual y seguir un ritmo de vida propio de quienes tie-nen 30 o 20 años menos.

“Hay casos de mujeres que se operan para arreglarse y estar con hombres más jóvenes”, comentó.

La sicóloga indicó que lo mejor para combatir este problema de autoestima es que cada persona acepte que cada etapa en la vida tiene su momento, con un alto grado de aceptación personal.

Otra visión. Rosalba Teyes es orien-tadora y docente de La Universidad del Zulia (LUZ). Tiene contacto a diario con estudiantes de la Facultad de Ingeniería y con otros que cursan la escolaridad en liceos públicos. Todos tienen un promedio de edad de entre 17 y 23 años.

Teyes percibe que las y los jóvenes con los que trata “son visionarios” y están cen-trados en un proyecto de vida que incluye un buen trabajo y una buena familia.

“Lo primero que quieren hacer es cul-minar su carrera universitaria para in-sertarse en el campo laboral y realizar posgrados”, explicó la especialista; sin embargo, destacó que la mayoría “sien-te incertidumbre por lo que observa en el país”.

“Ellos están seguros de sus sueños y lo que quieren lograr. De lo que no están tan seguros es en el destino que tiene el país; no obstante, hay que aclarar que

no debemos generalizar, ya que es una percepción personal como profesional”, puntualizó.

Una opinión muy distinta tiene Marga-rita Uzcátegui, orientadora y especialista en familia de LUZ, quien estima que la mayoría de las y los jóvenes “quieren vi-vir al límite y de manera desenfrenada”; incluso, buscarían “situaciones de riesgo y drogas”.

Uzcátegui evalúa que “muchos lo que quieren es hacer dinero y vivir sin ma-yores responsabilidades. La clase media tiene claro que la posibilidad de alcanzar un buen empleo es difícil por la situación actual que vive el país. Algunos piensan en irse del país”, puntualizó.

Las razones. Cubillos indicó que la to-lerancia cada vez es menor y el sentido colectivo luce perdido.

“Se ha implementado mucho el egoís-mo. Todo hace que el sentido colectivo se pierda; por ello, Venezuela se ha desvalo-rizado para muchos de ellos. Esa es una de las razones por las que se quieren ir del país”, recalcó.

El hogar no reemplaza a la escuela, insiste. “Los valores, ideas y creencias se cumplen en la casa. A los jóvenes de ahora les cuesta dejar de ser el centro de atención. Muchos de los padres dejan que el valor y la ética lo aprendan solo en la escuela, mientras que en esa misma escuela dicen que no enseñan eso. Ante esta situación el muchacho anda en el aire”. Cubillos aseveró que, si no se to-man medidas, el tejido social se puede ir deteriorando.

Danielle Benmamán

Recurren a cirugías y tratamientos

Venezolanos quieren ser “eternamente jóvenes”

Zulia, Carabobo y Miranda son los estados donde, según el último censo del INE, se concentra la mayor cantidad de jóvenes: 371, 210 y 235 mil, respectivamente

La iniciación sexual de los hombres llega a los 15,3 años y en las mujeres a los 17,8 años (UCAB)

4 de cada 5 jóvenes tiene algún interés en la política (UCAB)

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Textos:

Héctor Escalante, Manuel López, Janet Queffelec Padrón, Alex Carmona, Vanessa Davies, Romer Viera

Fotos:

Miguel Romero, Girman Bracamonte, María Isabel Batista, Joel Aranguren, Luis Franco, José Luis Díaz, Roberto Gil, Jonathan Manzano, Ángel Dejesús

Diseño y diagramación:

Pablo Valduciel L.

Corrección: José Brito, Eliécer Aché,

Franklin Hurtado

Así SOMOS