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Edita: Sociedad Cooperativa del Arte de las CosasDiseño y maquetación: Beybe Diseño y ProducciónISBN: 978-84-614-6218-6Depósito legal:

Puedes descargar este libro en formato epub o leerlo en tu navegadordesde http://lasindias.org/libros

LA NEUTRALIDAD DE LA REDY por qué es una pésima idea

acabar con ella

Jose Alcántara

BIBLIOTECA DE LAS INDIAS

INDICE

Información general sobre este libro . . . . . . . . . . . . . 9

I. La Internet que conocemos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

La Internet neutra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17Neutralidad, el principio rector . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

Neutralidad: libertades y diversidad . . . . . . . . . . . . . 21

La Internet distribuida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27Topologías de red. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28

Abundancia, escasez y los actores no inocentes . . . 31

La lógica del hardware distribuido . . . . . . . . . . . . . 33

La lógica del software distribuido . . . . . . . . . . . . . 34

Por la distribución hacia la libertad. . . . . . . . . . . . . 36

II. Internet en peligro de extinción. . . . . . . . . . . . . . 39

Quién . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45Estado, agente público . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48

Corporaciones, agente privado . . . . . . . . . . . . . . . . 50

El papel del estado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53Reforma legal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54

Vacío legal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56

Cómo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59Las leyes de tres avisos y la neutralidad. . . . . . . . . 63

Proveedores de acceso cobrandomúltiples veces un mismo servicio . . . . . . . . . . . . . 63

Internet móvil: allí donde nuncahubo neutralidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66

La recentralización de la infraestructura . . . . . . . . 83

El objetivo final de la recentralización . . . . . . . . . . 83

Hacer un mejor pan o quitárselo al vecino . . .103

III. Rediseñar Internet: una pésima idea . . . . . . . . .105

Nadie saldría indemne . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .109Rediseños, Internet y control . . . . . . . . . . . . . . . . . 112

La neutralidad y la libre competencia . . . . . . . . . . 117

Una pésima idea. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .121

Los mundos en que viviremos el restode nuestras vidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .125

Información general sobre este libro

Créditos y reconocimientosEste libro ha sido escrito por Jose Alcántara y está basado entextos cedidos al dominio público por el autor entre 2008 y2010. La maquetación y el diseño de la edición en papel sonobra de Beatriz San Román y Beto Compagnuci que tambiénceden su aportación al dominio público. Si las personas queestán a mi alrededor, comenzando por la comunidad indiana,no me hubiera animado a ello, es muy probable que este librono hubiera llegado a nacer. Gracias.

Qué puedes hacer con este libroPuedes, sin permiso previo del autor, copiarlo en cualquierformato o medio, reproducir parcial o totalmente sus conte-nidos, vender las copias, utilizar los contenidos para realizaruna obra derivada y, en general, hacer todo aquello quepodrías hacer con una obra de un autor que ha pasado aldominio público.

Qué no puedes hacer con este libroEl paso de una obra al dominio público supone el fin de losderechos económicos del autor sobre ella pero no de losderechos morales, que son inextinguibles. No puedes atri-buirte su autoría total o parcial. Si citas el libro o utilizaspartes de él para realizar una nueva obra, debes citar expre-samente tanto a los autores como el título y la edición. Nopuedes utilizar este libro o partes de él para insultar, inju-riar o cometer delitos contra el honor de las personas y, engeneral, no puedes utilizarlo de manera que vulnere losderechos morales de los autores.

La internet que conocemos

La irrupción de las tecnologías digitales en nuestrasociedad brinda una serie de posibilidades de de-sarrollo que hacen palidecer, por su profundidad ysus implicaciones, a la transformación acontecidacomo consecuencia de la invención del telégrafo.Esa afirmación no es arriesgada, pese a que loparezca. Si el telégrafo hizo emerger los grandesbloques internacionales que evolucionaron y sedesarrollaron hasta la estructura política de blo-ques de la guerra fría, las nuevas telecomunicacio-nes digitales conllevan la sincronización de laagenda pública no sólo entre determinados paísesque den lugar a un bloque, sino a escala global. Seda lugar así a un mundo en que se reacciona, másque nunca, de forma instantánea a los grandeseventos que tienen lugar en cualquier remotolugar del planeta.

La nueva situación va mucho más allá de lamera superación de la política de bloques de nacio-nes para dar paso a un mundo en que la instanta-neidad de las comunicaciones iguala y crea unaagenda pública global. Hemos visto crecer y desa-

12 La neutralidad de la red

rrollarse Internet, desde un espacio marginal–ocupado por hackers y soñadores a finales de ladécada de 1980, capaces de declarar la independen-cia del Ciberespacio1–, hasta llegar a ser en 2010una matriz en la que se encuentran embebidas lascomunicaciones de millones de personas. En mitadde la mayor crisis económica acaecida desde losaños treinta del s. XX, cada vez más ojos –inclui-dos sectores de la economía que la ignorarondurante años– se vuelven hacia ella en búsquedade soluciones, de unas aspiraciones de crecimientoeconómico desde dentro y desde fuera.

No cabe, por tanto, minusvalorar la importan-cia que las nuevas tecnologías de la comunicación,cristalizadas en Internet, tienen para el devenir delmundo tal y como lo conocemos. El mundo en elque vivamos dentro de diez años será el reflejo deluso, extensión y desarrollo que hagamos de estastecnologías. En ese sentido, vale la pena detenerse aobservar qué características tiene Internet que lahayan ayudado a convertirse en lo que es, para sermás conscientes de qué se puede mejorar en la Redy, sobre todo, de qué podemos perder si permitimos

1 «Declaración de Independencia del Ciberespacio» porJohn Perry Barlow. Davos, 1996.

que sucesivas modificaciones de su estructuramodifiquen drásticamente el modo en que funciona.

Para acometer esta tarea, resulta muy valiosoanalizar cómo ha funcionado Internet desde el díaen que fue diseñada hasta ahora, deteniéndonos ensus principios rectores –siendo el de la neutralidadde la Red el mayor de ellos–, pasando por las con-secuencias directas que nacen de tener esos princi-pios rectores y no otros –y siendo su estructuradistribuida el más destacado–, para llegar a verqué se esconde tras el discurso que aboga por unaruptura con la tradición de Internet y las conse-cuencias prácticas e inmediatas que, para todosnosotros, tendría la adopción de una reforma quedestruya el modo en que se concibió la Red y aque-llo que la ha convertido en la herramienta a la querecurrimos cada vez más para informarnos, comu-nicarnos y, de forma creciente, desarrollar nuestraactividad económica. Este viaje es el que vamos arealizar a lo largo éste y los siguientes capítulos.

La Internet que conocemos 13

La Internet neutra

Existe una gran ambigüedad en torno a qué se afir-ma cuando se dice que Internet es neutra, quéimplica y qué se requiere para que se mantengaeste carácter neutro. Por ello resulta de gran inte-rés aclarar qué es y qué representa exactamente laneutralidad de la Red, y de qué profundidad es lahuella que deja en Internet, al permitirle ser esetejido en el que todo se desarrolle.

Neutralidad, el principio rector

La neutralidad de la Red es no la columna verte-bral sino la médula espinal que mantiene aInternet como lo que es; no es el esqueleto sino elsistema nervioso que mantiene viva y alerta, capazde emitir respuestas, a la Red. Que Internet sea unared neutra equivale a afirmar que en ella nadiepuede privilegiar ni bloquear una conexión entredos nodos cualesquiera de la Red. Una vez tenemosacceso a Internet –lo cual conlleva generalmente el

pago de la tarifa convenida con un operador quepreste servicios de acceso a la misma– nada ninadie, ni siquiera –y especialmente– el operadorcon el que tengo contratado mi acceso a Internet,puede impedirme que conecte con un nodo cual-quiera.

Esto significa que, además del carácter distri-buido de Internet sobre el que volveremos en pro-fundidad en el próximo capítulo y que dificultamucho las labores de censura y control de la infor-mación, existe un factor más que vela para quenadie ni nada en Internet tenga el poder de ejercerun bloqueo que restrinja la libre interconexión,información y comunicación de los usuarios. Estefactor no es sino el carácter neutro de la Red yemana de algo tan sencillo, y breve de explicar,como que un bit –la únidad básica de informaciónen la era digital– es siempre, y únicamente, un bit.Sin importar el todo, sin importar para nada la piezamayor de información –mensaje, noticia, obra cul-tural o de ocio– de la cual el bit forma parte, un bites siempre un bit. Tomado de forma independiente,resulta indistinguible de cualquier otro.

Sin atentar contra nuestra lógica ni contratodo lo que atendemos como razonable, es imposi-

16 La neutralidad de la red

ble pretender tratar de forma diferente el tráfico dedatos en Internet en función del tipo de mensajeque se transporta o de cuál es el servidor que ofre-ce esos datos. Esta noción tan básica es la que nosayuda a entender por qué la neutralidad es algoconsustancial a la Red y por qué, más allá de todaexcusa, su eliminación obedece únicamente aldeseo de crear escasez artificial. En la Red opera lalógica de la abundancia (como veremos en elsiguiente capítulo) y la creación de escasez artifi-cial de un producto por medio de manipulacionesbusca un mayor control sobre el mercado con el finde que sea menos mercado real, y así seguir jugan-do en la era y el entorno digital con unas reglaspropias de una época y un medio ahora anacróni-cos para alcanzar un futuro ucrónico, en el que laRed y todas las nuevas oportunidades que nos brin-da –desde nuevas vías de aprendizaje y comunica-ción a la emancipación y la internacionalización dela pequeña y mediana empresa, cuyo acceso a mer-cados remotos depende de que la Red siga siendoneutra– no existirían ni habrían existido nunca.

Es muy importante resaltar que la neutralidadde la Red no hace referencia, en ningún caso, alcoste del acceso a la misma ni al de los servicios de

La Internet que conocemos 17

que se pueda hacer uso en ella. Contra toda falaciaque desde sectores interesados se pueda lanzar alviento, la neutralidad de la Red hace referencia tansólo al carácter indistinguible de los bits, esas uni-dades mínimas de información digital. Toda limi-tación artificial al modo en que estos bits fluyenatendiendo a criterios espurios representa un aten-tado contra la razón y contra el bien general, quese beneficia mucho más de una Red libre en la quela presencia de más y más personas es un acicate ala participación y a la innovación.

Así, la defensa de la neutralidad de la Red sepresenta no como una opción sino como la únicapuerta válida para los que sabemos que Internettiene el potencial de transformar el modo en que seorganiza la sociedad, dando origen a un mundomucho más humano y cercano que el que se cons-truyó en torno a bloques con la revolución indus-trial y los sistemas de comunicaciones del sigloXIX, un mundo en el que las personas se vean másdesarrolladas y más representadas.

Para los que creemos que Internet es muchomás que una nueva jukebox digital, para los quecreemos que es una herramienta destinada a trans-formar el mundo de forma que emerja otro mejor,

18 La neutralidad de la red

más justo y meritocrático, defender la Red tal ycomo la hemos conocido desde sus inicios –ydefender por tanto la existencia de una red neutraen la que no sea posible la priorización ni el blo-queo arbitrario de conexiones– es mucho más queuna opción. Cuando se tiene el compromiso dedefender el mundo que conocemos para que seatan libre, tan rico y tan justo como pueda llegar aser, defender una red neutra es el único camino.

Neutralidad: libertades y diversidad

Por todo lo anterior, la neutralidad de la Red es lagarante de todas las libertades que tenemos enInternet. Aunque aún existen personas que seempeñan en diferenciar las libertades existentes enla Red como algo diferente a nuestras libertades,eso es una falacia.

La falacia que afirma que en la Red existe unaespecie de libertinaje ilimitado al que hay queponer freno a toda prisa se ampara en la erróneaasunción de que la extinción de las libertades enInternet no tiene consecuencias para nuestraslibertades fundamentales. Eso sería cierto en unmundo donde todas nuestras comunicaciones ynuestras principales herramientas, desde el teléfo-

La Internet que conocemos 19

no a la banca pasando por el correo electrónico yel comercio online, no usaran tecnología digital yno estuvieran canalizadas a través de Internet. Sinembargo, resulta que el mundo en que vivimoshace un uso intensivo y creciente de la tecnologíadigital y de Internet. No hay marcha atrás, deforma que no tiene sentido diferenciar unas pre-tendidas libertades digitales como si fueran unsubgrupo de algo mayor y más general. Existensolamente libertades que hay que respetar si noqueremos sucumbir ante un totalitarismo rampan-te que devenga una sociedad de control. No haylugar para la diferenciación de esas libertades nipara asumir que unas son prescindibles.

La defensa de las libertades en Internet, con lalibertad de información y la libertad de comunica-ción a la cabeza, pasa necesariamente por la defen-sa de la neutralidad de la Red. Sólo en una Redneutra se puede garantizar que, de forma arbitra-ria, no se impida ni se bloquee la conexión con unadeterminada fuente, un determinado nodo de laRed. Sólo en una Red neutra se puede garantizarque no se impida ni se bloquee la capacidad deemisión de información de un determinado usua-rio de la Red de forma arbitraria.

20 La neutralidad de la red

Esto es de vital importancia porque, pese a loque se repite desde el tópico fácil, ésta no es «la erade la información»; no en el modo en que la entien-de el tópico fácil. Desde ciertas instancias, se man-tiene que la revolución consiste en que la informa-ción otorga autonomía y poder a quien la posee. Esono es nada revolucionario: fue siempre así, desde elprincipio de los tiempos. Lo revolucionario es queahora todos podemos tener acceso a esa informa-ción y, sobre todo, que todos podemos emitir nues-tra propia información. Todo ello depende de que laRed siga siendo neutra.

De esta neutralidad nace también la diversi-dad tan propia de la Red: diversidad de ideas, desa-rrollos y conocimiento. Diversidad, también, deproyectos empresariales. Si algo caracteriza aInternet y las nuevas oportunidades que encarna,es la capacidad de desarrollar negocios con unamenor barrera de entrada, que es marginal ennumerosos ámbitos que se centran en el aprove-chamiento de las tecnologías digitales. No obstan-te, su capacidad de subsistencia depende de que laRed siga siendo neutra.

La reducción de las barreras de entrada conlle-va que un mayor número de actores puedan jugar

La Internet que conocemos 21

2 Este coste puede no ser evidente pero existe: Google supe-ró en 2007 los 218.000 millones de dólares de capitalizaciónteniendo como único valor real para los accionistas, comoúnica fuente de facturación, la monetarización de estainformación personal recogida de sus servicios «gratui-tos» gracias al empleo de sus herramientas de publicidadsegmentada.

un papel como proveedores de diversos servicios, loque se traduce en una mayor competencia y, final-mente, en una serie de beneficios para el ciudadanoy para la sociedad en general. A menudo, desde elentorno de las grandes corporaciones, se comentacon cierta malicia que los defensores de la neutrali-dad de la Red lo que exigen es que todo sea gratis.Eso es falso. En la Red muy pocas cosas son gratui-tas y ninguno de los grandes servicios prestados porestas corporaciones lo es. En la Red neutra queconocemos existe mayor competencia que en elviejo mundo regido por normas materiales dondeimpera la escasez de producto como ordenador demercados. Sin embargo, no hay que igualar ese cam-bio de reglas a «todo es gratis» porque no es cierto:desde la cuota de acceso al coste de mantenimientode un servidor si se desea tener presencia online enInternet, pasando por el precio –a veces en metálico,a menudo en transferencia de información personal

22 La neutralidad de la red

La Internet que conocemos 23

con propósitos publicitarios2 de todos y cada uno delos servicios de los que hacemos uso en Internet.

La diversidad, las libertades, la sana compe-tencia y todo lo que hace de Internet ese nuevomundo de la riqueza y oportunidades pende de quela neutralidad siga siendo su principio rector.Mantener y cuidar esta diversidad, alentarla y per-mitir su desarrollo, es imprescindible para teneruna sociedad digital sana. Ya que el mundo en elque viviremos el resto de nuestra vida va a serdigital, es algo que vale la pena preservar.

La Internet distribuida

La Internet que conocemos nos enamora. Nos ena-moró desde el principio y, aunque seamos ligera-mente inconscientes de que le abrimos todas laspuertas de nuestra actividad –lo cual ha facilitadoenormemente su integración en nuestras vidas–, lohicimos porque era un mundo lleno de posibilida-des de comunicación e interacción personales,capaz de permitir la formación de comunidadesconversacionales y de desarrollo cooperativo deproyectos. Internet se convirtió en esa biblioteca ala que acudir en búsqueda de aquellas noticiassobre las que, habida cuenta de la escasez de tiem-po y espacio en los medios de comunicación mayo-ritarios, resulta imposible recoger información enotro lugar. Así mismo, resultó ser esa librería en laque comprar aquel libro que, por no estar destina-do al público masivo, era imposible encontrarfuera de las urbes más grandes.

26 La neutralidad de la red

Si Internet se ha convertido en la herramien-ta que utilizamos para alcanzar la informaciónque es inalcanzable de otra forma, para comercia-lizar y adquirir productos que no resultaría renta-ble ofertar ni comprar de otra forma, y paracomunicarnos de forma instantánea y directa conlas personas que más nos importan sin importarla distancia a la que se encuentren, es debido aque entre sus características más importantes seencuentra la de poseer una topología de red dis-tribuida.

Topologías de red

Cuando hablamos de redes, podemos definir trestopologías de red básicas que denominaremosredes centralizadas, descentralizadas y distribui-das. Estas tres topologías –cuya estructura pode-mos ver gráficamente adaptada por David deUgarte3 en la imagen que se reproduce en la si-guiente página– fueron descritas por Paul Baranen la década de 19604.

3 El poder de las redes, por David de Ugarte. Ediciones ElCobre, 2005.

4 En una serie de artículos aparecidos entre los años 1960 y1964.

La Internet que conocemos 27

Una red centralizada es aquella en la que todacomunicación pasa necesariamente por un nodocentral, de forma que la desaparición del mismodesarticula efectivamente la Red, al quedar el restocomo un conjunto inconexo. La desaparición de unnodo periférico no destruye la Red, aunque la hagamenos rica al disminuir el número de nodos parti-cipantes. El poder del nodo que actúa como centroe interconector de los demás es muy alto: sobre élrecae la posibilidad de filtrar información, decidirqué conecta con qué o frenar todas las conexiones,si tal cosa fuera estimada oportuna.

RED CENTRALIZADA RED DESCENTRALIZADA RED DISTRIBUIDA

Topologías de red: centralizada, descentralizada y distribuida.

Partiendo de este diagrama de red centraliza-da, podemos formar una red descentralizada siinterconectamos varias redes centralizadas. Eneste tipo de redes, dos o más nodos centrales seconectan de forma que la información pueda ir deuna red a otra siempre que pase por los nodos cen-trales. En esta topología, la ruptura del enlaceentre un nodo periférico y su nodo central tieneconsecuencias idénticas a las que tenía en una redcentralizada. En cambio, la ruptura del enlaceentre los nodos centrales no destruye totalmente laRed. Tan sólo la devuelve a su estado original dered centralizada.

La última topología, la de red distribuida, esradicalmente diferente a la anterior. En esta nuevaestructuración, no existen nodos centrales, nisiquiera nodos que actúen como centros locales–como los que había en una red descentralizada–.Cada nodo está conectado con otros y la Red esuna malla en la que ninguno tiene el poder de ais-lar a otro o de decidir qué conecta con qué. Estopodría parecer trivial, pero no lo es: en una reddistribuida, la caída de un nodo cualquiera noimposibilita que la información fluya hasta todoslos que estaban conectados con él. Existen multi-

28 La neutralidad de la red

La Internet que conocemos 29

tud de rutas posibles para que este flujo de infor-mación tenga lugar, tantas más cuantos más nodoshaya en la Red.

Que ningún nodo pueda imposibilitar la trans-misión significa que es muy difícil impedir que unainformación circule por la Red, ya se trate de unanoticia o del último libro de moda. Bajo toda arqui-tectura de la información se esconde una estructurade poder5. Este carácter indómito, tan poco jerar-quizado y tan humano, es lo que ha conseguidoque Internet se convierta en la médula espinal detodo lo que le pedimos a nuestro mundo para lospróximos años. Esto, y no otra cosa, es lo que con-siguió que abriéramos a la Red las puertas de paren par.

Abundancia, escasez y los actores no inocentes

En 2001, Juan Urrutia teorizó lo que denominó lalógica de la abundancia6, sobre la que habló deforma más extensa en trabajos posteriores7 y cuyas

5 Eslogan del grupo Ciberpunk español, década de 1990.6 «Redes de personas, Internet y la lógica de la abundancia:

un paseo por la nueva economía». Juan Urrutia enEkonomiaz, 2001.

7 Economía en porciones. Juan Urrutia, 2003.

30 La neutralidad de la red

implicaciones se entreven en El capitalismo queviene8.

Partiendo de un análisis económico clásico –enel cual el valor del producto reside en su escasez yel controlador del producto escaso tiene una graninfluencia en el mercado– Urrutia deduce losiguiente: dada una red suficientemente grande ydonde el efecto red sea lo suficientemente notable,ésta se comporta como un mercado perfecto, en elque no existe la posibilidad de imponer un preciomás alto que el coste marginal del producto. Seproduce así la disipación de las rentas nacidascomo consecuencia del control que sobre un pro-ducto escaso –y por tanto sobre su precio– tenía unactor en concreto. El coste de los productos se equi-para al marginal y la distribución de nuevos pro-ductos en la Red tiene un marginal despreciable,desapareciendo la necesidad de filtrar productos.

Si nos centramos en el medio que ha domina-do Internet desde su creación, el texto escrito, lalógica de la abundancia vendría descrita por el con-junto de webs existentes y estaría encarnada en el

8 El capitalismo que viene, por Juan Urrutia. Ediciones ElCobre, 2008.

La Internet que conocemos 31

fenómeno de los blogs, cuya aparición rompe ladependencia del escaso espacio disponible en losmedios escritos.

La lógica de la abundancia es la propia de unaestructura de red distribuida y es consecuencia deesta topología. Puede, sin embargo, manifestarsetambién en redes centralizadas en las que el nodocentral tiene un interés especial en actuar no comofiltro de la información sino como un potenciadorde esos movimientos, convirtiéndose así en unapieza imprescindible de la estructura y consiguien-do que la abundancia juegue a su favor.

En las siguientes páginas de este libro, aborda-remos determinados factores que juegan un papel–como el interés de diversos actores de recentrali-zar la red sobre sí mismos– y ciertas paradojasrelativas al trabajo creciente de Internet.

La lógica del hardware distribuido

Internet debe su éxito al modo en que está consti-tuida la estructura misma de la Red. Sus principiosconstituyentes son implícitos a veces, apenas men-cionados, pero conforman la médula espinal de lagran Internet distribuida en y con la que trabaja-mos diariamente.

La Red fue construida utilizando una lógicaimplícita que en su día nadie osó siquiera cuestio-nar: sencillamente, se aceptó la premisa máximade que no había alternativa. Esta lógica implícitaes la que nos dice que Internet debe tener unainfraestructura de hardware distribuida. Todaconexión, todo servidor (tuviera o no conexiónpermanente a la Red) necesitaba una máquinacorriendo allí donde estuviera. Estos servidores seencontraban dispersos y no se podía tener una pre-sencia pública en Internet sin tener una máquina.

La lógica del software distribuido

Una consecuencia lógica, casi un corolario, de ladistribución de hardware es la necesidad de laexistencia de software que funcione localmente encada servidor, de forma distribuida en el ámbitogeneral de una Red.

Durante muchos años, todo el software que sedesarrolló fue pensado para ejecutarse en unaúnica máquina. Estas máquinas eran muy simila-res, cuando no idénticas, a las que millones de per-sonas tienen en sus casas para uso doméstico.Como consecuencia, la petición fundamental porparte de los ciberactivistas que querían defender

32 La neutralidad de la red

La Internet que conocemos 33

una Red libre y neutra era la de solicitar que elsoftware fuera libre, esto es, que respetara las cua-tro libertades básicas tal y como las definió la FreeSoftware Foundation9.

Aunque no se mencionara de forma expresa,el software siempre estuvo diseñado para funcio-nar de manera distribuida, es decir, cada programavinculado únicamente a una máquina. Es por elloque la defensa de la Red depende tanto de exigirque el software sea libre, como de exigir que elmismo pueda funcionar de forma distribuida. Deesta forma, se garantiza que cada uno puede tenersu propia computadora funcionando de formaindependiente. De forma análoga a la lógica delhardware distribuido, una Red libre como laInternet que conocemos requiere un software libreque pueda operar de forma distribuida.

Por la distribución hacia la libertad

La Internet que conocemos es distribuida y es éstauna característica que no le debería ser sustraída.Esta topología estructural tan particular –al menossi la comparamos con otras estructuras informa-

9 FSF, Free Software Foundation, http://www.fsf.org

34 La neutralidad de la red

cionales que históricamente han sido dominantes–es la fuente de la que manan sus virtudes: la abun-dancia de información, la eliminación de barrerasde entrada a multitud de negocios, la eclosión decomunidades conversacionales y deliberativas quegeneran enormes cantidades de conocimiento quees devuelto a la Red para que se extienda y siga ali-mentando más conversaciones y más desarrollosque revierten en una Red más rica, capaz de crecery desarrollarse sin incentivos externos. Ahorabien, si un cambio estructural modificase y subyu-gase esta inexistencia de nodos capaces de domi-nar el modo y el sentido en que la información cir-cula, esta Red no se sostendría.

Reclamar que la Red siga siendo distribuida es,por tanto, una petición básica. Esta topología dis-tribuida es uno de los aspectos irrenunciables deInternet y le otorga su carácter y sus propiedades.Las mismas propiedades que nos entusiasman, quenos permiten navegar, consultar nuestro correoelectrónico y desarrollar una vida enriquecida eneste entorno tan favorable a la innovación y la par-ticipación libre, tanto para conectar como paracomunicar sin filtros ni controles con cualquierpersona. El otro gran factor, más importante aún

La Internet que conocemos 35

que éste y que lo hace posible, es el carácter neu-tro de la Red. A él dedicaremos el próximo capítu-lo. Y ello incluye el que Internet fuera construidasobre protocolos –códigos que hacen posible lacomunicación libre e igual entre computadoras,– yno sobre controles, aunque sobre este tema concre-to ya hicimos hincapié en La sociedad de control10.

En esta ocasión, en una monografía dedicadaen exclusiva a Internet, resulta más pertinente des-tacar otros aspectos subyacentes a la mismaestructura de la Red. Como ya hemos mencionado,éstos son implícitos a veces, apenas mencionados,pero constituyen el sistema nervioso de la granInternet distribuida en la que desarrollamos nues-tro día a día. De su mantenimiento, o no, depende-rá cómo se estructure la Red el día de mañana.

10 La sociedad de control, por Jose Alcántara. Ediciones ElCobre, 2008.

Internet en peligro de extinción

Internet no es una red de computadoras cualquie-ra. Internet es una red de computadoras altamentedistribuida en la que, bajo la lógica de la inexisten-cia del derecho a veto –esa limitación a las opera-doras para que no abusen de su posición monopo-lística como puerta de acceso a la Red que conoce-mos como neutralidad– han prosperado nuevasformas de desarrollar actividades, relaciones per-sonales y negocios en los que con pocos recursosse conseguía plantar cara a las empresas más pode-rosas del mundo. Esta lógica, que ha configuradonuestra sociedad digital como hoy la conocemos,está en peligro.

Internet representa un nuevo ámbito dondeexisten oportunidades que históricamente no hanestado disponibles para gran parte de las personasque pueden beneficiarse de este nuevo entorno dedesarrollo y competencias –y de las posibilidadesde interconexión con cualquier persona en cual-quier parte del mundo– que nos abre Internet y elresto de comunicaciones digitales. Se trata de uncambio nada despreciable en las reglas de juego

40 La neutralidad de la red

tradicionales, en las que los estados y los grandescapitales estaban al mando del timón que dirigíael mundo en que crecimos. El mundo en que vivi-mos tiene más posibilidades que aquel en que cre-cimos: más posibilidades de gestión, de desarrollo,de emprender negocios que te hagan dueño de tupropio destino. Demasiados cambios que son aco-gidos con tibieza y temor por gran parte de esaminoría que ha estado históricamente acostum-brada a controlar la economía y la política a sugusto, sin rendir cuentas ni explicaciones. El obje-tivo de todos sus ataques es Internet. En particu-lar, y dado que es el código rector que permite queInternet sea ese ámbito donde muchas más cosasson posibles, el objetivo es la neutralidad de laRed.

Internet tal y como la conocemos actualmenteestá en peligro. Los continuados ataques contra laneutralidad de la Red la ponen directamente alborde de la extinción. Ella es el pilar sobre el quese apoyan todas las cosas buenas que nacen deInternet: su carácter radicalmente democrático ylibre. La neutralidad de la Red es el equivalenteelectrónico del binomio democracia y libertad deexpresión.

41

Adquirir una comprensión profunda de esteproblema y de sus implicaciones, así como de lamejor forma de defender nuestros intereses,requiere desglosar la problemática general –elpeligro real que se cierne sobre la neutralidad de laRed–. Su análisis global es complejo. Sus diferen-tes componentes juegan un papel relevante en elmarco global pero representan, en sí mismos,aspectos sobre los cuales podemos echar una mira-da que nos permita diagnosticar adecuadamentecada uno de ellos.

En este caso concreto, vale la pena detenerse apensar quién querría destruir la neutralidad, de quéherramientas dispone para lograrlo y a quién afec-taría principalmente la eliminación de la neutrali-dad de la Red. De esta forma, sabremos con quéherramientas contamos para su defensa y por quéestaríamos dispuestos a luchar por mantenerla.

Quién

Los principales interesados en destruir la neutrali-dad de la Red son aquellos actores que tengan algoque ganar en ausencia de las condiciones de diver-sidad, mayor competencia y meritocracia propiasde este entorno neutro. Estos actores resultan serde dos tipos fundamentales, sean estatales o corpo-rativos, que se reducen a uno solo si los observa-mos adecuadamente: aquellos que controlan lasherramientas de poder y control tradicionales.

Los estados temen lo que de conversacionalhay en la Red. Temen la capacidad de Internet parapermitir que grandes y pequeños grupos socialesarticulen su actividad y se estructuren de formahorizontal sin prestar atención a los medios decomunicación tradicionales, encargados habitual-mente de ser la correa de transmisión de la agendapública impuesta por el estado. Al reducir la aten-ción prestada a estos medios y articular su trabajo

y su tiempo al margen de ellos, estas comunidadesdan origen a su propia agenda pública, con suspropios intereses más o menos ambiciosos: desdedebatir sobre temas que interesen sólo a los parti-cipantes a decidir en qué invertir el tiempo propiosin atender a motivos promocionados desde elestado, pasando por desplegar estructuras comple-jas que permitan desarrollar toda una vida deforma autónoma al margen del estado.

Las personas pueden de este modo recuperarparte de la autonomía que tuvieron para decidirqué temas les preocupan y qué problemas quierenresolver prioritariamente. El estado ve afectado sumonopolio de gestión de la agenda pública. Poreso, allí donde tiene medios para ello –como entodo occidente–, dedica grandes esfuerzos a conse-guir colocar Internet bajo control político. Es laruta hacia la instauración de un régimen post-democrático, basado en el control intensivo yexhaustivo sobre lo que los ciudadanos puedenhacer y hacen.11

En lo relativo al control de Internet, estosesfuerzos se han demostrado estériles hasta ahora.

44 La neutralidad de la red

11 La sociedad de control, por Jose Alcántara. Ediciones ElCobre, 2008.

Internet en peligro de extinción 45

No obstante, los estados persiguen la eliminaciónde la neutralidad de la Red a sabiendas de que ellohará a la ciudadanía más pobre y más dependien-te. Su esperanza es que ese empobrecimiento y esadependencia reinstaurada les devuelva el monopo-lio social perdido.

Por su parte, las grandes corporaciones, queposeen el acceso al capital y a la financiación paraentrar en cualquier mercado por elevada que sea labarrera de entrada económica al mismo, tambiénobservan la neutralidad de la Red como esa espinaque les impide repartirse entre ellas –un selectooligopolio– toda la tarta de beneficios económicosen una economía que reposa, cada vez más, sobrelo digital. Para ellos, sería una bendición la elimi-nación de la neutralidad de la Red bajo la excusade una falsa liberalización de mercados.

Estos oligopolios no están nada interesados enuna verdadera liberalización de mercado. El mer-cado es lo único que favorece la competencia real,que en definitiva es el verdadero motor de la inno-vación y el agente encargado de conseguir que losavances tecnológicos y la bonanza económica setraduzcan en beneficios sociales y mejora de lacalidad de vida para las personas de a pie. El mer-

cado, transmisor y redistribuidor de riqueza, esalgo tan positivo que los oligopolistas de toda lavida se apropian de ese concepto y, en nombre deuna falsa liberalización y de una falsa ampliacióndel mercado y la competencia, defienden la elimi-nación de la neutralidad de la Red para conseguirlo contrario: reducir la competencia y eliminartodos esos factores que hacen que muchos actorespequeños puedan competir cada uno en su nicho,disputándoles un éxito comercial que de otraforma será completo, pues sólo ellos podrán acce-der al desarrollo y comercialización de productos.

Estado, agente público

Los ataques del estado a Internet pretendenaumentar significativamente el control social. Elprogresivo endurecimiento de la legislación sobrepropiedad intelectual ha sido el paraguas bajo elcual se han introducido sistemas de monitoriza-ción intensiva de la actividad de los usuarios enInternet.

Cuando la estructura de la Red es distribuida,el control que impide emitir información es muydifícil de lograr. En este contexto, el agente de con-trol centra sus esfuerzos en una auditoría intensi-

46 La neutralidad de la red

Internet en peligro de extinción 47

va que permita saber qué usuario ha emitido quéinformación: El Vigilar y castigar bajo el queFoucault12 actualizó el diseño de la cárcel perfectaque Jeremy Bentham realizara en el s. XVIII al s.XX13. Este tipo de mecanismos –que se introducencon la excusa de controlar y hacer valer una artifi-cial e innecesariamente dura legislación sobre pro-piedad intelectual– son los que, con posterioridad,permitirán analizar toda la actividad de un ciertousuario en la Red.

La extensión de la monitorización desde elámbito que persigue el mero respeto a una ley, seaésta justa o excesivamente dura, tiene lugar alamparo de la lucha contra el terrorismo, aunqueeste conflicto esté también desvirtuado y sea exa-gerado por parte de la propaganda estatal y losmedios de comunicación. Es parte de la prolifera-ción de mensajes de miedo para manipular la opi-nión pública y controlar la población de maneraefectiva. Sin embargo, ya sabemos que la política

12 Surveiller et punir. Naissance de la prison por MichelFoucault. Gallimard, 1975.

13 «El panóptico, la cárcel perfecta de Jeremy Bentham», porJose Alcántara. Disponible en Internet:http://www.versvs.net/anotacion/panoptico-carcel-perfecta-jeremy-bentham

48 La neutralidad de la red

del miedo, tan partidaria de anunciar cataclismos ypeligros para conseguir la aceptación social demecanismos de control propios de regímenes tota-litarios, es la forma de manifestación de la descom-posición14 en el primer mundo15.

Corporaciones, agente privado

Gran parte de la estrategia de reducción de laslibertades y las posibilidades que se abren conInternet por parte de los estados se encuentran conel apoyo incondicional de las grandes corporacio-nes, aliados de éstos en esta batalla concreta.Ambos ven en Internet una herramienta que ame-naza el statu quo en el que estas grandes corpora-ciones mantenían un control absoluto de sus res-pectivos mercados.

Obviamente, los sectores que ven en Internetuna amenaza y deciden aliarse con los estados paraquitarle todo el potencial que posee son aquellos

14 Los futuros que vienen, por David de Ugarte. El Arte de lasCosas, 2010.

15 En esencia, lo que en el libro publicado en 2008 titulába-mos La sociedad de control, el surgimiento de un régimentotalitario y post-democrático es la manifestación en eloccidente más desarrollado de ese fenómeno global quellamamos descomposición.

que basan su negocio en bienes digitales o digitali-zables. De forma general, esto incluye a las opera-dores de telefonía y proveedores de acceso aInternet, a los medios de comunicación tradiciona-les y a quienes basan su modelo de negocio en lageneración de contenidos para el entretenimientoy la cultura.

Por distintos motivos –que van desde el deseode eliminación de competencia por parte de quie-nes se dedican a la generación y distribución decontenidos hasta la ambición de ser el controladorúltimo de cómo fluyen esos contenidos a través dela Red para poder facturar dos veces un mismo ser-vicio en el caso de las operadoras de Internet–,todos estos sectores aúnan esfuerzos para organi-zar sus intereses. Se presiona al estado para des-arrollar leyes que les favorezcan, leyes que el esta-do desarrolla y aprueba con la tranquilidad desaber que el éxito de estos sectores es también suéxito: la misma ley que permite controlar el flujode contenidos permite disciplinar a la población.

Aparte de las operadoras de telefonía eInternet, existen otras corporaciones cuyas prácti-cas podrían desembocar, de tener el éxito que pre-tenden, en la muerte de la neutralidad de la Red y,

Internet en peligro de extinción 49

50 La neutralidad de la red

en consecuencia, de Internet tal y como la conoce-mos. Se trata de las grandes empresas de Internet(con Google y Amazon a la cabeza) que utilizan lainfraestructura como ventaja competitiva y que,en su afán por acaparar tráfico y datos de los usua-rios de Internet (que puedan ser monetarizados),se ofrecen a subvencionar la infraestructura de laRed misma, a suplantarla y convertirla en su pro-pio jardín. De alcanzarse una situación de estetipo, la neutralidad de la Red desaparecería tam-bién, con todos los problemas que apareja. En estecaso, percatarse de la pérdida de la neutralidad esbastante más complicado, por tratarse de unaestructura de red centralizada con un nodo centralpermisivo.

El papel del estado

Las herramientas con las que se puede destruir laneutralidad de la Red van desde la reforma legal res-paldada por el estado hasta el polo opuesto: la per-misión consciente de un vacío legal en el que diver-sos agentes puedan abusar de su posición oligopo-lista e imponer condiciones contractuales que, defacto, no estén respetando la neutralidad de la Red.

Tradicionalmente, la neutralidad de la Red hasido defendida en base a equiparar la libre comu-nicación en la Red al uso de otras herramientas ysistemas de comunicación: una limitación artificialen las posibilidades de comunicación de un ciuda-dano es interpretada como un menoscabo de suslibertades; el bloqueo de uso o acceso de los servi-cios ofrecidos por un tercero a través de Internet,como un menoscabo de la libertad de prensa. Estoha garantizado hasta ahora que se necesite autori-zación judicial para la desconexión de Internettanto de usuarios como de un servidor que, porejemplo, esté alojando un sitio web.

Reforma legal

Sin ceñirnos a la jurisprudencia de un único esta-do, podemos afirmar que existe un amplio catálo-go de leyes desarrolladas por y para Internet. Estasleyes persiguen someter Internet al control totaldel estado. Tienen como objetivo último el conten-to de los sectores que, de este modo, pueden man-tener una posición ventajosa en sus respectivosmercados, sin llevar a cabo procesos de autocríticaque desemboquen en la búsqueda de la innovacióne incluso en la creación de órganos internos dedi-cados a innovar. Estas leyes permiten a determina-dos sectores subsistir sin la necesidad de interiori-zar la innovación como algo inalienable a la propiaexistencia de una organización.

Manteniendo una mirada más o menos gene-ral, encontramos una escalada beligerante porparte de los estados en forma de leyes de propie-dad intelectual endurecidas, que dan paso a nor-mas específicas en las que se intenta poner trabasa comportamientos básicos, como el de compar-tir información y archivos en la Red, general-mente en redes de p2p16. Se llega incluso a la cri-

52 La neutralidad de la red

16 Acrónimo prestado directamente del inglés y que repre-senta peer to peer, o de igual a igual.

Internet en peligro de extinción 53

minalización (con penas mayores a delitos conviolencia)17 y a la rescisión-prohibición de contra-tar acceso a Internet por usar redes p2p. Estenuevo formato de leyes –conocido como leyes delos tres avisos o respuesta graduada– ha sidoaprobado recientemente en algunos países de laUnión Europea18, Nueva Zelanda y Corea19. Sufantasma planea ya sobre muchos otros gracias alas reformas para el mercado de las telecomuni-caciones aprobadas en el denominado PaqueteTelecom20.

Estas leyes constituyen un marco que preten-de que Internet esté bajo el control del estado, yque se materializa en una monitorización de laactividad de los usuarios, unas condenas desequili-bradas y cobertura legal de ese control y esa moni-torización con la excusa de la propiedad intelec-

17 Copia este libro, por David Bravo. Dmem, 2005.18 «Hadopi adoptée, Slate, 12 de mayo de 2009». Disponible

en http://www.slate.fr/story/5149/hadopi-adopt%C3%A9e.19 «Three strikes, copyfight or copytight?». John Ryan, 24 de

abril de 2010. Disponible en http://johnnyryan.wordpress.com/2010/04/24/three-strikes-copyright-and-copytight

20 «La UE avala que se pueda cortar el acceso a Internet sinorden judicial previa». El Mundo, 5 de noviembre de 2009.Disponible en http://www.elmundo.es/elmundo/2009/11/05/navegante/1257414681.html.

54 La neutralidad de la red

tual. Con todo, estas leyes no son un atentado realcontra la neutralidad de la Red.

La verdadera amenaza legal contra la neutra-lidad de la Red viene de la mano del AcuerdoInternacional Antifalsificación21, y toda la nuevaola de reformas que pretende legitimar el controlque las operadoras de telefonía ejercen sobre lasactividades de los usuarios que les contratanInternet con servicios de movilidad y a través delteléfono móvil. En todo caso, es mucho más perti-nente tratar este tipo de reformas más adelante, enla sección sobre operadores de telefonía y provee-dores de acceso a Internet.

Vacío legal

Mientras se mueven los hilos de una reforma legalque permita a las operadoras bloquear con la leyen la mano la conexión a Internet de sus usuarios,la gran herramienta con la que el estado permiteque dicho bloqueo tenga lugar consiste en nolegislar nada en absoluto.

Al no existir una regulación mínima que indi-que qué tipo de prácticas son inaceptables y qué21 ACTA, por su acrónimo inglés: Anti-counterfeiting Trade

Agreement.

Internet en peligro de extinción 55

tipo de limitación impuesta por vía contractualresulta excesiva, las operadoras de telefonía hacemucho tiempo que liquidaron la neutralidad de laRed cuando el acceso a Internet se contrata a tra-vés del teléfono móvil.

En el entorno de la Internet móvil, la Rednunca ha sido neutra. Y ello está detrás del fracasoen la extensión de este tipo de servicios. Pese a quecada uno de nosotros tiene un teléfono móvil en elbolsillo y este mercado se encuentra saturado hacemás de una década, no han conseguido despegar yse mantienen aún en el año 2010 como un serviciode lujo y superfluo para una minoría de usuarios.La inmensa mayoría tiene esa extraña percepciónde que puede esperar sin mirar el correo y usarInternet de verdad al llegar a casa. Y ello no sedebe a que los servicios de movilidad no aportenbeneficios, sino a que el vacío legal existente hasido utilizado por las operadoras para bloqueardurante años los servicios de Voz sobre IP22 y p2p,que fueron adoptados de forma masiva y naturalen la Internet doméstica.

El vacío legal tiene como finalidad, precisa-mente, permitir este tipo de limitaciones por vía22 VoIP, por su acrónimo inglés: Voice over IP.

contractual que moldeen y dobleguen la percep-ción social de que Internet es inevitablemente neu-tra. Cuando la percepción social de Internet hayacambiado, introducir leyes que liquiden formal-mente la neutralidad será menos costoso para losestados.

56 La neutralidad de la red

Cómo

El papel del estado determina las estrategias quedeberán seguir todos los demás actores interesadosen ver la evolución de la neutralidad de la Red.Cualquier cambio en sus políticas modificará, sinduda alguna, la manera en que éstos se comportany adaptan a las políticas vigentes. Sin embargo,pensar que se detendrán ante la inacción estatalsería equivocado.

Los proveedores de acceso a Internet (o ISPpor sus siglas en inglés, Internet Service Providers)llevan años intentando ignorar la neutralidad de laRed. Así ha sucedido desde siempre, con sus cono-cidos intentos por bloquear el uso de redes p2p asus usuarios.

Las protestas de los usuarios frente a este tipode bloqueos siempre ha sido enérgica y se mues-tran públicamente en la Red. Las operadoras losjustifican alegando que la infraestructura no es

58 La neutralidad de la red

suficiente23, y culpando de esa saturación a la neu-tralidad de la Red24. Sin embargo, la infraestructu-ra y su capacidad crecen a un ritmo aún mayor queel tráfico de Internet25. Parece claro, pues, quedetrás de las restricciones impuestas sobre el acce-so a Internet contratado por los usuarios seencuentran tan sólo una serie de excusas vagaspara conseguir una renta excesiva, un beneficiopor encima del ya abultado beneficio que, con jus-ticia, les otorgaría el mercado.

Para evitar tener que justificarse con excusaserróneas, los ISP han buscado la aprobación deleyes que permitan el filtrado de las conexiones delos usuarios, de forma que se puedan tarifar porseparado diferentes servicios de Internet como sirequirieran y consumieran algo diferente, como si

23 «Ono admite que penaliza la actividad P2P en caso desaturación». Asociación de Internautas, 23 de junio de2005. Disponible en:https://www.internautas.org/html/3006. html

24 «False Pundits, Forbes and Broadband». Paul Kaputska, 1de febrero de 2007. Disponible en http://gigaom.com/2007/02/01/false-pundits-forbes-and-broadband.

25 «Internet traffic is growing fast – but capacity is keepingpace». TeleGeography, 3 de septiembre de 2008. Dispo-nible en http://www.telegeography.com/cu/article.php?article_id=24888.

Internet en peligro de extinción 59

todos ellos no fueran inevitablemente envío yrecepción de bits idénticos e indiscernibles. Deeste modo, se pretende tratar los bits de diferentemanera según la información que contengan,haciéndonos creer que los bits no son sólo bits yque una determinada conexión (VoIP, o vídeo enstreaming) les cuesta más que otras (como navegarla web).

La aprobación de las leyes que den amparo aestas prácticas requiere el visto bueno del estado,razón por la que estas corporaciones han dedicadono pocos esfuerzos tanto a hacer saber su posiciónante el gobierno26 como a lanzar campañas masivasen contra de la neutralidad de la Red27, cuyo obje-tivo final era aparecer como víctimas incompren-didas –y así ganar fuerza de cara a la negociaciónde un hipotético proyecto de ley que derogue laneutralidad de la Red–.

26 «Tambores de guerra en Internet». La Gaceta de los Nego-cios, 29 de noviembre de 2007. Disponible en: http:// www.internautas.org/html/4613.html.

27 «Telecos: todas contra la tarifa plana». Público, 1 de sep-tiembre de 2010. Disponible en http://www.publico.es/334470/-telecos-todas-contra-la-tarifa-plana.

60 La neutralidad de la red

Las leyes de tres avisos y la neutralidad

Aunque en origen las leyes de respuesta graduada–o de los tres avisos– persiguen castigar la viola-ción de la restricción de copia, su introducción hadado desde muy pronto madera a las operadoraspara comenzar a cargar por servicios extra, destru-yendo efectivamente la neutralidad de la Red alládonde se ha aprobado.

Es el caso de Francia, uno de los estados pione-ros en la aprobación de este tipo de leyes. AllíOrange anunció en el verano de 2010 un servicionuevo a sus clientes: a cambio de dos euros, lesofrecía bloquear sistemáticamente el acceso a redesp2p desde su conexión a Internet28. La propuesta esexactamente lo que parece ser: el usuario debepagar para que le bloqueen la conexión. Una per-versión sólo concebible en un entorno perverso, enel que las penas por compartir archivos en redesp2p superan a las de crímenes con violencia, ade-más de conllevar la desconexión y la incapacidadde contratar nuevamente un servicio de acceso.

28 «Piratage: un logiciel d’Orange prend l’Hadopi de court».Rue 89, 11 de junio de 2010. Disponible en:http://eco.rue89.com/2010/06/11/piratage-un-logiciel-dorange-prend-lhadopi-de-court-154501.

Internet en peligro de extinción 61

De esta forma, una ley antipopular en sentidoestricto –una ley que va dirigida contra el pueblo–deja a los operadores en una posición en la que sólopueden ganar: si el cliente paga para «garantizar suseguridad» porque el cliente paga y, si no paga,porque el responsable ante la ley es el cliente.

Proveedores de acceso cobrando múltiplesveces un mismo servicio

La ruptura de la neutralidad de la Red tiene elobjetivo último de que las operadoras puedancobrar más de una vez –y tantas como sea posible–un mismo servicio. Sin embargo, éstas no sólo cen-tran sus esfuerzos en cobrar el mismo serviciovarias veces a los usuarios finales. Parte de suestrategia persigue que el mismo servicio que seráfacturado en varias ocasiones al usuario final seatambién facturado al cliente que está del otro ladodel cable: los proveedores de servicios a través deInternet.

Aunque esta fórmula ha sido propuesta ennumerosas ocasiones, en muy pocas ha tenido elrespaldo que obtuvo cuando el presidente deTelefónica, César Alierta, solicitó en febrero de2010 que las grandes empresas de Internet –princi-

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palmente los buscadores– pagaran una tasa a losproveedores de acceso: la conocida como TasaAlierta29. La justificación de dicha tasa vendríadada, según las operadoras, en base a que los pro-veedores de acceso son con frecuencia los dueñosde la infraestructura que sirve a los buscadores yotros prestadores de servicio para articular unnegocio viable. Estas declaraciones recibieron elapoyo inmediato del entonces ministro de indus-tria del estado español, Miguel Sebastián30, que yahabía remitido la petición a la Unión Europea parasu evaluación31.

Éste es, sin duda, uno de los movimientos encontra de la neutralidad de la Red más importantesque se han visto, envuelto además de populismo ymuchos problemas implícitos. Populismo porquela propuesta intenta ganar el apoyo masivo delpueblo al estar explícitamente dirigida a las

29 «La intención de Alierta de cobrar a Google por sus redesgenera debate en la Red». El Mundo, 8 de febrero de 2010.Disponible en http://www.elmundo.es/elmundo/2010/02/08/navegante/1265634875.html

30 «El ministro Sebastián defiende cobrar una tasa a los bus-cadores». El País, 19 de febrero de 2010.

31 «Proposals from Spain on the Granada Strategy for aDigital Europe». 29 de enero de 2010.

empresas más grandes. Peligroso porque, comotoda propuesta populista que merezca tal nombre,en el fondo tiene para la ciudadanía más proble-mas que ventajas. Y es que los proveedores deacceso no se conformarán con cobrarle a Google,Amazon o Facebook. Imponer la tasa a las grandesempresas les permite sentar un precedente: el deque en algún momento se acepte como justo queuna empresa pague una tasa especial (además delos impuestos asociados que ya debe pagar y delcoste de mantenimiento de sus infraestructuras)tan sólo por operar en Internet. Si a los proveedo-res de acceso se les otorga este privilegio, sin dudaharán uso de él, aplicándolo cada vez a más nego-cios de menor tamaño.

Incluso si se limitasen a cobrar a las grandesempresas, sería una propuesta injusta. Injusta por-que se basa en penalizar al negocio que ha tenidoéxito. Si intento detenerme a pensar formas dedesincentivar la innovación y el éxito, creo que noencuentro una mejor que prometer a los proyectosexitosos el ingreso en el poco deseado grupo deafectados que será forzado a pagar la tasa Alierta.

Por último, este tipo de propuestas es desola-dor. Con esta perspectiva, lo único que podemos

Internet en peligro de extinción 63

afirmar es que el nuevo Google no surgirá enEuropa. Nadie con un proyecto innovador sentarásu base en una Unión Europea que va a necesitarprecisamente de estos proyectos innovadores,intensivos en conocimiento y no en mano de obra,innovadores y generadores de un valor añadidomucho mayor que la mera transformación indus-trial de materias primas.

Internet móvil: allí donde nunca hubo neutralidad

Huelga añadir que las operadoras no están conten-tas con las tarifas planas, esa modalidad de accesoa Internet a cambio de una cuota fija mensual. Conellas, los beneficios escalan sólo cuando el costedel servicio prestado disminuye más que el precioaplicado al cliente final, dejándoles un margenmayor. Las tarifas planas fueron durante años unareclamación de los usuarios, si bien sólo se hicie-ron realidad en una situación en la cual el merca-do de Internet residencial estaba por explotar, conla gran mayoría de la población sin acceso contra-tado. Ofrecer este tipo de tarifas suponía una ven-taja comercial. Posteriormente, la lucha por robarclientes a otros proveedores vino emparejada a un

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incremento de la velocidad del servicio.Actualmente, cuando la gran mayoría de las perso-nas cuenta ya con acceso a Internet, esa perspecti-va no es suficiente para calmar las ambiciones delas operadoras.

Las operadoras llevan años ambicionandopoder tarifar por separado servicios que en elfondo son la misma cosa, y cobrar por lo mismo avarios clientes diferentes: de una parte, el usuariodoméstico que pagaría el acceso a diferentes webspor separado –como paga el acceso a diferentescanales de televisión por cable–; de otra, el provee-dor de servicios por Internet, al que cobraría pormantener el acceso disponible para sus usuariosdomésticos. Para ellas, la Internet móvil represen-ta todo lo que desean: un entorno en el que impo-nen por contrato al usuario qué tipo de conexionespodrá realizar, y en el que la ausencia de neutrali-dad les ha permitido bloquear la Red durante unadécada hasta conseguir que los usuarios desarro-llen una cultura de pago. Ahora y sólo ahora, estánpreparados para permitir el uso de Internet en elmóvil. Sólo ahora tienen esperanzas de extenderlos hábitos de pago ultrasegmentado, tan comúnen el móvil, a la Internet en general.

Internet en peligro de extinción 65

66 La neutralidad de la red

Antes corrían el peligro de que justamentesucediera lo contrario: que se extendiera al móvilel modelo de tarifas planas habitual en la Internetde uso doméstico. Ello no les impide limitar el usode p2p y VoIP en nombre de «la ley, la moral, lasbuenas costumbres generalmente aceptadas y elorden público»32. Supongo que en ciertos ámbitosse puede pensar que el uso de redes p2p no está niextendido ni resulta moral y socialmente acepta-ble, pero creo que no son representativos de lo quepiensa la mayoría de la población.

Pongamos por ejemplo el lucrativo negocio delos tonos de móvil: en la Internet normal nadiepagaría más de un euro por apenas veinte segundosde algo que no es ni siquiera una canción, sino unamelodía, un mero jingle para usar como tono demóvil33. Este tipo de asociación con fabricantes no

32 Extraído de las Condiciones Generales del servicioNavega y Habla que Vodafone España ofrece a sus usua-rios. Disponible en http://tienda.vodafone.es/transversal/condiciones_navega.jsp, a día 17 de octubre de 2010.

33 En algunos de los dispositivos más codiciados por elpúblico, como el Apple iPhone, es imposible –sin romperla licencia de uso del dispositivo– seleccionar como tonode móvil una melodía que no haya sido descargada, pre-vio pago, desde la tienda del fabricante.

Internet en peligro de extinción 67

es un fenómeno aislado. Desde hace bastante tiem-po es conocida la asociación de operadoras y fabri-cantes de chips para ordenadores portátiles, deforma que todos tengan de serie un chip idéntico alos utilizados por los teléfonos móviles. Puede pen-sarse que el objetivo de esta asociación es dotar alos portátiles de nuevas capacidades, pero la reali-dad resulta algo diferente: la intención es potenciar«la Internet móvil» en los portátiles por encima dela conectividad WiFi que, sin coste adicional, per-mite al usuario conectarse a Internet usando redesque tenga disponibles (WiFi abierta, de accesomunicipal o, incluso, la formación de hipotéticasredes malladas ciudadanas)34.

A las operadoras les encantaría volver a 1995,a los tiempos en que tenían a todos los clientespagando abultadísimas facturas por hacer llamadaslocales. Romper la neutralidad de la Red es impres-cindible para lograrlo. Vale la pena destacar la opi-nión de Howard Rheingold (novelista y crítico cen-trado en las implicaciones culturales y sociales de

34 «A la industria no le gusta el WiFi», por Miguel AngelCriado, Público, 2 de octubre de 2008. Disponible en:http://www.publico.es/ciencias/160893/a-la-industria-no-le-gusta-el-wifi.

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las nuevas tecnologías) quien, en una entrevistaconcedida en 200835, afirmaba: «es importante resis-tir los embates de los proveedores de banda anchapara romper la neutralidad de la Red y recentrali-zar el control de Internet». En este sentido, TimWu (profesor de derecho de la Universidad deColumbia, Nueva York) preguntaba abiertamenteen 200936: «¿Se parecerán los móviles a los ordena-dores o a las televisiones? ¿Serán abiertos o discri-minatorios?». Según Tim Wu, esta es la cuestiónpara los próximos cinco años.

Internet móvil y el final de las tarifas planas

Desde antes de que Internet apareciera en losmedios, desde antes de que la mayoría de personasque ahora usan la Red la hubieran usado por prime-ra vez (basta comparar por ejemplo el número desuscriptores a Internet en 1997 y 2008), hubo unalucha por parte de las personas que querían usar la

35 «Entrevista con Howard Rheingold». Andrés Lomeña, 8de marzo de 2008. Disponible en http://www.versvs.net/anotacion/entrevista-howard-rheingold.

36 Entrevista con Tim Wu, Andrés Lomeña, 4 de junio de2009. Disponible en http://www.versvs.net/anotacion/entrevista-con-tim-wu.

Internet en peligro de extinción 69

Red de forma más libre, entendiéndose en ello lalibertad de horarios y de permanecer conectadosdurante el tiempo que fuera necesario sin tener quepreocuparse por el precio final de la factura37.

Se exigía «mayor horario de tarifa reducida ytarifa plana en ese horario» en un servicio emer-gente que las telecos querían ver despegar (ya querepresentaba otra vía de entrada de dinero). Fueasí como surgieron las tarifas planas, con no pocosudor y no pocas movilizaciones. En 1999, las tari-fas planas se extendieron globalmente. Con ellas,Internet llegó al público mayoritario, poco a pocomás hogares fueron conectándose a la Red: prime-ro con viejos módems estridentes; luego a travésde elegantes routers y cable-módems inalámbricoscon conexión permanente.

Como sucede con frecuencia, la realidad esmuy diferente según desde el ángulo desde el quesea observada. Ahora mismo, los usuarios nos ale-gramos porque tenemos la posibilidad de contrataruna tarifa plana que nos permite navegar, charlar,bajar música ocasionalmente, compartir nuestros

37 Huelga a favor de la tarifa plana y la ampliación del hora-rio de tarifa reducida, 3 de septiembre de 1998.

70 La neutralidad de la red

vídeos caseros y, si queremos, ver nuestro progra-ma preferido de televisión a través de Internet. Lastelecos, por contra, lamentan incesantemente susituación –y ya querrían muchos esa penosa situa-ción–. El tráfico de Internet representa una por-ción creciente del tráfico total de telecomunicacio-nes. Sin embargo, según las operadoras estadouni-denses38, la mayor parte de sus beneficios proveníaen 2008 de los servicios tradicionales no incluídosen las tarifas planas (llamadas de voz, mensajes detexto39 y mensajes multimedia40). Piden, por tanto,reformas legales que les permitan ganar aún másdinero transfiriendo menos bits, tanto en EstadosUnidos41 como a este lado del Atlántico42.

38 «Here Comes Trouble: The Future of Free» por DanielBerninger. GigaOM, 31 de enero de 2008. Disponible enhttp://gigaom.com/2008/01/31/here-comes-trouble-the-future-of-free.

39 SMS, Short Message Service.40 MMS, Multimedia Message Service.41 «Bandwidth Barons Want More Money for Fewer Bytes».

Allan Leinwand, 3 de julio de 2008. Disponible enhttp://gigaom.com/2008/07/03/bandwidth-barons-want-more-money-for-fewer-bytes.

42 «French telcos seek cash from web traffic rules». Reuters,13 de abril de 2010. Disponible en http://www.reuters.com/ article/idUSLDE63C1ZU20100413.

Internet en peligro de extinción 71

Para conseguir éxito en estas peticiones, nocesan en la invención de historias y quejas queles permitan satisfacer su afán de cobrar más porlo mismo, bien cobrando dos veces a dos perso-nas diferentes, bien cobrando más a una mismapersona. Ello sólo será alcanzable si se deroga laneutralidad de la Red, de forma que el proveedorpueda cobrar dos veces el mismo servicio (lo queacabaría con toda startup de Internet imaginable)o filtrar el contenido al que accede el clientesegún su tipo y cobrar «paquetes» adicionales(paquete de p2p, de VoIP, de YouTube, de correoelectrónico, etc.) del mismo modo que ahora en latelevisión por cable te cobran por canales adicio-nales.

El poder político contempla esa petición comouna oportunidad para permitir el filtrado de conte-nidos, lo que derrocaría la neutralidad de la Red ybeneficiaría a ambas partes (aunque no a los usua-rios finales ni a la sociedad en general). No es des-cabellado pensar que unos y otros se guiñen un ojoy legislen al respecto, como hemos observado en lapetición de las operadoras españolas, rápidamenteatendidas por el gobierno español y transmitida ala Unión Europea para su debate.

72 La neutralidad de la red

Dentro de estas estratagemas, historias oquejas, entran actividades como organizar gruposde presión frente a los gobiernos de los estados;ideas falsamente revolucionarias sólo aplicablessi se renuncia a una red neutra, como el p4p43; odesinformación al respecto de un hipotéticocolapso de Internet si continúa aumentando eltráfico44. Sin temor alguno a resultar exagerados,podemos afirmar que las telecos están usandoactualmente menos de un 10% de su capacidadreal para los clientes que las contratan. El resto selo reservan para uso propio.

Es cierto que el peor de los escenarios posiblessólo se daría si la neutralidad de la Red es elimina-da. Sin embargo, también hay otra forma de hacerescalables las tarifas que hasta ahora eran planas.Las compañías pueden imponer contractualmenteun límite de tráfico mensual, a partir del cual elusuario deba elegir entre que la velocidad sea

43 Acrónimo derivado del nombre inglés: Proactive networkProvider Participation for P2P. Un mecanismo de inter-vención del proveedor en las redes p2p para bloquearespecíficamente unas conexiones en favor de otras, algosólo compatible con una red no neutral.

44 Ya hemos comentado anteriormente en este mismo libroel mayor crecimiento de infraestructuras que de tráfico.

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reducida hasta lo exasperante o el tráfico adicionalle sea facturado aparte. Es un modelo muy habitualen la Internet móvil, que da no pocas sorpresasdesagradables al usuario confiado. Es importanteconsiderar estas opciones cuando vemos que enEstados Unidos la tendencia es imponer en lasconexiones domésticas este tipo de límites45 –quegeneralmente sólo existían en el mundo de laInternet móvil–, con los recelos que ello levanta46.

En un contexto que acepta que un usuariopague más por enviar un SMS de lo que cuestarecibir datos desde el telescopio Hubble47, no pare-ce que las operadoras tengan un modelo de nego-cio en crisis. Toda medida de extorsión destinada aeliminar las tarifas planas y convertirlas en escala-bles resulta rechazable, pues se ampara en excusasdifícilmente justificables.

45 «40GB for $55 per month: Time Warner bandwidth capsarrive». Ryan Paul, 3 de junio de 2008. Disponible enhttp://arstechnica.com/old/content/2008/06/40gb-for-55-per-month-time-warner-bandwidth-caps-arrive.ars

46 «Time Warner Cable Broadband Tiers Lead to Fears» porStacey Higginbotham. GigaOM, 2 de junio de 2008.Disponible en http://gigaom.com/2008/06/02/time-warner-cable-broadband-tiers-lead-to-fears.

47 «SMS costs more than using Hubble Space Telescope»,por Lewis Page. The Register, 14 de mayo de 2008.

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¿Internet llega al móvil? No, el móvil llega a internet

Si analizamos los términos en que se debate sobrelas tarifas de Internet para móvil, no podemos sinopensar que las tarifas planas van a ser realmentedifíciles de obtener. A menudo nos dicen que In-ternet llega al móvil pero la realidad podría estarsiendo justo la inversa: no es que Internet llegue almóvil, sino que el móvil y la cultura de pago en élpresente se extienden hasta alcanzar a Internet.

En octubre de 2010, datos publicados porNielsen mostraban que los adolescentes estadouni-denses entre trece y diecisiete años envían, en pro-medio, casi 3.500 SMS al mes48. En el mismo estu-dio, se prevé que el salto no se dará de los SMS ala web, donde rige la abundancia, sino a esa seriede pequeños corralitos gobernados mediante laescasez: las aplicaciones específicas para cadacanal, tan populares en el móvil. Son las mismasaplicaciones que representan el final de la web

48 «U.S. Teen Mobile Report: Calling Yesterday, TextingToday, Using Apps Tomorrow». NielsenWire, 14 de octu-bre de 2010. Disponible en http://blog.nielsen.com/niel-senwire/online_mobile/u-s-teen-mobile-report-calling-yesterday-texting-today-using-apps-tomorrow.

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abierta y el triunfo de la escasez en Internet, comobien recogió Virginia Heffernan en un artículopublicado en New York Times49.

En 2010, no existen tarifas de móvil verdadera-mente planas. La inmensa mayoría de las ofertastienen un límite de descarga de datos a partir delcual la conexión se ralentiza o aumenta el costefinal para el usuario. El segundo operador de Esta-dos Unidos en número de clientes, AT&T, anuncióen junio de 2010 que eliminaba de su oferta las últi-mas tarifas planas, incluso las que ya eran real-mente caras50. «No más tarifas planas» es el mensa-je transmitido por el antiguo monopolio públicoestadounidense y uno de los mayores ISP delmundo.

Hay quien argumentó que 2GB mensualesparece una cantidad correcta porque «el 95% de los

49 «The Death of the Open Web, Virginia Heffernan, NewYork Times, 23 de mayo de 2010. Disponible enhttp://www.nytimes.com/2010/05/23/magazine/23FOB-medium-t.html.

50 «AT&T Eliminating “Unlimited” Internet For iPhones:Now You’ll Pay For What You Eat», por HenryBlodget.Business Insider, 2 de junio de 2010. Disponible enhttp://www.businessinsider.com/att-eliminating-unlimi-ted-internet-for-iphones-2010-6.

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clientes no alcanza ese límite»51. Cada vez quealguien justifica los límites de descarga me acuer-do de los tiempos pre-tarifa plana y de la famosísi-ma frase erróneamente atribuida a Bill Gates,según la cuál 640 kb de memoria deberían ser sufi-cientes para siempre52. Hay una sutil diferencia.Una vez los operadores logren implantar topes enlas tarifas y segmentar el mercado, será muchomás difícil volver a conseguir que implanten tari-fas verdaderamente planas. No es como un pactoen el cual, cuando la tecnología les permita ahorrarcostes, el ISP te regalará la tarifa plana. No, el ISPestrujará el limón al máximo mientras tenga jugo.El fin de las tarifas planas hace que el limón delacceso a Internet tenga mucho más jugo.

Estas medidas que proponen los proveedoresde acceso son aceptadas con mayor facilidad si se

51 «The Good, the Bad and the Ugly of AT&T’s New PricingPlan», por Stacey Higginbotham. GigaOM, 2 de junio de2010. Disponible en http://gigaom.com/2010/06/02/the-good-the-bad-and-the-ugly-of-atts-new-pricing-plan.

52 No es que la atribución sea totalmente errónea: Gates, dehecho, pronunció esta frase. Es errónea por cuanto Gatesno hacía mención a «para siempre», sino que se refería ala situación en aquel momento. Corría el año 1981 y suafirmación no era descabellada.

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considera que, durante una larga década, los usua-rios han desarrollado un hábito de pago por todoen lo referente a servicios móviles. Mientras quedejar de ofertar tarifas planas domésticas seríamuy difícil, conseguir que se acepten como inevi-tables los planes de datos con consumo limitado yservicios bloqueados les resulta bastante más acce-sible, pues no tienen en contra la inercia de losusuarios y en cambio tienen a favor la existenciade una cultura de pago y centralización de servi-cios en el operador móvil.

Seis claves sobre tarifas con límite de descarga

Existe una serie de cosas que vale la pena conocer–y que seguramente no resultarán agradables–cuando hablamos de los planes de acceso aInternet no planos, es decir, aquellos que tienenlímite de descarga o en los que la factura está seg-mentada.

1. Son una vieja ambición de las operadoras quesólo pudo ser aplicada en el ámbito de la tele-fonía móvil, donde el número de proveedoresde acceso era aún más reducido y la compe-tencia menor.

2. En la defensa de los límites de descarga sesuele subrayar que sólo afectarán a un peque-ño grupo de usuarios, a los que se culpa de lamala calidad del servicio.

3. Un límite elevado puede no afectar a muchagente hoy, pero cualquier cosa que incite a lagente a pensárselo dos veces antes de ofrecero utilizar servicios que impliquen Internet ten-drá un impacto negativo sobre la innovacióny, en consecuencia, es una mala idea.

4. Significa que nadie se arriesgaría a montaruna gran empresa que haga un uso intensivode Internet, o cuya actividad pivote exclusiva-mente en torno a ella. No más Googles, niAmazon, ni YouTube, ni WordPress.com.

5. En el futuro, nuevos servicios que podríanemerger –como los servicios médicos a distan-cia– o seguir creciendo –como la teleconfe-rencia para aliviar las reuniones de grupos detrabajo dispersos en diferentes lugares– podrí-an estancarse o ni siquiera ver la luz.

6. Por último, y pese a lo que digan los provee-dores de acceso, Internet seguirá creciendo ennúmero de personas conectadas y en la canti-dad de tráfico que tendrá lugar. Todo plan

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para afrontar ese crecimiento que pase porlimitarlo, bloquearlo o intentar segmentarlo,en lugar de favorecerlo y hacerle frente, repre-senta una desventaja competitiva con aquellosque no se esfuercen en poner freno a su uso nia la innovación en torno a Internet. Esta des-ventaja competitiva y esta falta de innovaciónno harán sino conseguir que las regiones bajocontrol de los estados que lo permitan se que-den retrasadas en cuanto al uso y desarrollo denuevas tecnologías.

Internet en peligro de extinción 79

La recentralización de la infraestructura

Aparte de los proveedores de acceso a Internet,cuyo objetivo principal es el de hacer valer su posi-ción privilegiada –actualmente son la única puertade acceso real a Internet– para obtener un benefi-cio desproporcionado, existe otro grupo de empre-sas que pretenden desequilibrar la balanza de laneutralidad de la Red a su favor: los grandes pres-tadores de servicios por Internet.

En esencia, estos prestadores de servicio ac-túan ofreciendo sus computadoras al público gene-ral, de forma que éste utiliza la infraestrecturacomo si de un servicio centralizado más se tratase.Son lo que se conoce por el nombre de Infraestruc-tura como Servicio53. Estos servicios de infraestruc-tura centralizados incluyen desde los servicios decomputación en la nube54 hasta los servicios de

53 IaaS, por su acrónico inglés: Infrastructure as a Service.54 Cloud computing, en inglés. El prestador de servicio

alquila computadoras y potencia de cálculo para el propó-sito que el cliente desee.

software centralizado en los que el prestador deservicio no sólo centraliza la infraestructura sinotambién el software. Tanto uno como otro dismi-nuyen el grado de distribución de la Red.

Mientras en el primer caso la infraestructuraestá centralizada, el segundo tiene el agravante deque, además de constar de una infraestructura cen-tralizada, ésta se encuentra generalmente subven-cionada: las máquinas no se alquilan al usuariofinal, sino que éste disfruta del servicio sin abrir lacartera. El hecho real es que lo que no pagas no tepertenece y que, al decidir no costearlo, el usuariorenuncia a tener control alguno sobre el hardware.

Cuando se cede el control de la infraestructu-ra, de los datos y del software con el que se gestio-na, la Red pierde uno de sus grandes encantos: sucarácter distribuido. No parece buena idea rendirtanto tributo en nombre de la nube.

¿Por qué tanta fanfarria con la nube?

En primer lugar, cabe preguntarse qué tiene la com-putación en nube que la haga merecedora de toda lafanfarria mediática que la acompaña, así como cues-tionar cuál es el motivo real que tienen sus partida-rios para no parar de hacer ruido al respecto.

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Internet en peligro de extinción 83

Los medios especializados se deshacen en elo-gios hacia la nube y las maravillas a que quedaráreducida nuestra vida cuando todo nuestra capaci-dad de almacenamiento, procesamiento y softwareestén centralizadas en vastos centros de datos yproceso de información propiedad de una granempresa de Internet.

Los aspectos negativos no reciben la mismaatención. Incluyen la generación de una dependen-cia continua respecto al proveedor del servicio, lacesión del control de todos nuestros datos y la capa-cidad de procesarlos, así como un debilitamiento dela estructura distribuida de la Red misma. Tambiénincluyen una importante cesión de información pri-vada, que es crucial en el proceso de convertir todasnuestras acciones diarias en un producto que haráricos a algunos y por la que tú no recibirás nada.

Esta lógica es la que subyace a la eclosión de ser-vicios de software y hardware centralizado queexplotó con el boom del dospuntocerismo55 y no hacesado hasta ahora. Nos quieren vender la nube y, en

55 En alusión al término Web 2.0 popularizado por TimO’Reilly en 2004. Más información en http://oreilly.com/web2/archive/what-is-web-20.html y http://lasindias.net/indianopedia/Dospuntocerismo.

84 La neutralidad de la red

la nube, estamos perdiendo la Red... así, tan ligeritos,tan descuidadamente. En la nube llevada al extremoque nos quieren amasar, habrá algo que quizá llama-rán Red, quizá incluso la seguirán llamando Internet,pero no lo será. Internet es un ente distribuido; lanube es el Caronte destinado a llevarla al mundo delos muertos. Internet ha llegado hasta aquí agarradaa su carácter distribuido; ese corralito propiedad deun único proveedor de servicios online no seránunca distribuido, por mucho que así quieran deno-minarlo. Cada vez es más urgente luchar por conver-tirse uno mismo en nodo y proveedor de todos losservicios que pueda: si hace ya unos años tuvimosque saltar a la búsqueda de software libre para nues-tros ordenadores, ahora ha llegado el momento deevitar que la Red acabe subyugada a los deseos de unreducido grupo de empresas que la usen y la tiren enfunción de unos intereses que no son los nuestros.

Como afirmaba Cory Doctorow56 en un clarifi-cador artículo titulado «No todas las nubes tienenun perfil plateado»:

56 «Not every cloud has a silver lining», por Cory Doctorow.The Guardian, 2 de septiembre de 2009. Disponible enhttp://www.guardian.co.uk/technology/2009/sep/02/cory-doctorow-cloud-computing.

el mayor atractivo de la nube para inversores yemprendedores es la idea de hacer dinero de ti,de forma recurrente y perpetua, por algo queactualmente consigues por una tarifa plana o deforma completamente gratuita sin necesidad derenunciar a tu dinero ni a la privacidad que lascompañías de la nube esperan convertir en for-tunas.

La infraestructura como ventaja competitiva

Cuando hablamos de cloud computing, centraliza-ción de infraestructuras y servicios centralizadosde software a través de Internet, resulta inevitablehablar de Google.

Google lleva años siendo una de las empresaslíderes en innovación en Internet y acaparandotitulares. La cantidad de servicios basados en soft-ware que Google ofrece lo hace merecedor de titu-lares, en ocasiones recibiendo una atención des-proporcionada. Aquí no vamos a hablar de eso másque de pasada dentro de unos párrafos. Si Googlemerece una atención especial llegado este punto,es porque está empleando una de las estrategiasmás agresivas que hemos visto en Internet paraconseguir y mantener una posición ventajosa en la

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Red como ninguna otra empresa ha tenido nuncaen ella. Esa estrategia agresiva no es otra que la deutilizar la intraestructura como una ventaja com-petitiva. Google no ha sido el primero en intentar-lo, pero sí el primer caso de empresa que consiguedesarrollar esta estrategia con éxito en la Red.

Lo más sencillo será detenernos a analizar unejemplo de cómo se puede utilizar esta infraestruc-tura como ventaja competitiva en la Red. Para ellonos detendremos sobre un caso protagonizado porel mismo Google: las consecuencias que en el mer-cado de webmail tuvo el lanzamiento de GMail, suservicio de correo.

GMail fue lanzado el 1 de abril de 2004. Enaquel momento el buzón de correo promedio teníaun tamaño de unos pocos megabytes (2MB enHotmail, 5MB en Terra, 10MB en Lycos) y habíadecenas de proveedores de correo electrónico gra-tuito vía web. Google lanzo el gigamail con unacapacidad precisamente de 1GB (quinientas veces lade Hotmail, doscientas veces la de Terra, cien vecesla de Lycos) y, en cuestión de meses, la inmensamayoría de proveedores de correo web gratuitodesaparecieron. El huracán desatado por Google losborró del mapa. ¿Qué había hecho Google?

86 La neutralidad de la red

Google se había limitado a proponer su vastainfraestructura como una ventaja competitivafrente a otros proveedores de webmail. Ganaba asíuna parte del mercado tan sólo recurriendo a ante-poner una barrera de entrada muy elevada almismo (y apoyándose en público más técnico abase de proponer una aplicación bien resuelta yelegante que, por cierto, no es software libre).

Desde abril del 2004 hasta el momento deescribir este libro, a finales de 2010, Google no hacesado de dar pasos en la misma dirección, uncamino que les apareció virgen, visto el enormeéxito cosechado con el webmail. Así, Google selanzó a la carrera de ofrecer aplicaciones en línea.Entre las varias decenas de productos que oferta,se incluyen un editor de texto, una hoja de cálcu-lo, y el almacenamiento de imágenes y vídeos.Todos tienen en común una cosa: se apoyan en lainfraestructura del gigante para reducir la compe-tencia. El gigante se apoya en ellos para eliminar asus rivales y el éxito de esta estrategia representael primer caso de éxito de una vieja aspiración porparte de aquellos que tienen capacidad financierasuficiente: convertir los negocios en Internet paraque sean tan intensivos en capital como lo son

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fuera de Internet. Como con la legislación directacontra la neutralidad, lo único que se persigue conesta estrategia es limitar la competencia.

El círculo en que se enmarca esta estrategiase cerró cuando decidieron entrar al mercado decomputación en nube, ofreciendo ésta como ser-vicio sobre el que correr aplicaciones específicasque no son las desarrolladas por Google y queéste ofrece a todos los usuarios. El servicioGoogle App Engine ofrecía hacerse cargo detodos los problemas aparejados al desarrollo deaplicaciones para muchos usuarios (escalabilidad,balance de carga, continua disponibilidad del ser-vicio). A cambio, Google lo controlaba todo, y esaquí donde el tema se vuelve espinoso. Con todoello, Google ponía de manifiesto su voluntad desubsidiar totalmente la infraestructura de la Red.Pero aquello que no pagamos, no nos pertenece.No tardaron en aparecer voces críticas haciendola pregunta precisa: «¿cuánto pagarías por esalibertad?»57.

57 «Google App Engine: how much will you pay for free-dom?», por Tim Anderson. The Register, 14 de abril de2008. Disponible en http://www.theregister.co.uk/2008/04/14/google_app_engine.

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La Red es lo que es (lo que a todos nos gusta,ese lugar donde encontrar cualquier cosa que bus-camos desde información a música, gente afín odescargas) porque era altamente distribuida. SiGoogle centraliza servicios y continúa acumulandopeso (por hablar en términos de ponderación mate-mática) dentro de la misma, la Red no podrá consi-derarse verdaderamente distribuida. Si permitimosque Google sea el poseedor de toda la infraestruc-tura –y bien sabemos que se ofrecerá–, la Red nopodrá considerarse distribuida. Ello no tendrá con-secuencias dramáticas mientras Google se compor-te como una especie de dictador benévolo, como elque considerábamos en el caso de una red altamen-te centralizada con un nodo que actúe siendo extre-madamente permisivo. Lo que sucede es queGoogle ya ha sido descubierto en el pasado favore-ciendo sus propios servicios frente a los ajenos58.Decía J.R.R. Tolkien que la capacidad corruptoradel poder alcanza incluso a los dioses, ¿por qué vaa estar Google al margen de cometer un abuso?

58 El buscador fácilmente prima sus propios servicios sobrelos de la competencia, incluso cuando resulta obvio que labúsqueda persigue encontrar éstos últimos.

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Aún no estamos viviendo en una especie deGoogleNet, pero Google gana preeminencia en casitodos los frentes de mercado de Internet y corre-mos el riesgo de que se convierta en un monopolioincontestable. Si no pudiéramos acceder más que apáginas de Google, ¿quién levantaría la voz? Mejoraún: ¿te dejarían Google y su algoritmo acceder aesas páginas que levantasen la voz?

Google tiene cientos de miles de computado-ras y un montón de datacenters repartidos por todoel planeta para que tu búsqueda sea resuelta enapenas unas centésimas de segundo. ¿Para hacertemás feliz ahorrando tiempo? Responder sí a esapregunta es dar sólo una parte de la verdad.

Dándote la búsqueda en 0.04 segundos enlugar de en 0.09, Google te ahorra tiempo pero noes menos cierto que, de esa forma, se consigue eldoble de búsquedas por unidad de tiempo, el doblede anuncios, el doble de clicks y el doble de bene-ficios para ellos. Lo terriblemente cierto es que, alrebajar ese tiempo al máximo, consiguen al mismotiempo expulsar de la carrera por «ofrecer resulta-dos rápidos» a cualquier otro competidor. A pesarde tener casi el 80% de cuota de mercado global,Google no deja de innovar en este mercado, ara-

ñando centésimas, poniendo la barrera de entradacada vez más alta59.

Los problemas para la competencia ahorapasan a ser de otra naturaleza. ¿La competencia hadesarrollado un algoritmo de búsqueda mejor queel de Google? Más le vale tener, además, cientos demiles de máquinas tirando del carro o será derro-tada con estrépito en la batalla por ofrecer buenosresultados en tiempo récord.

Si la manera de expulsar al resto de competido-res es mejorar los productos, ¿dónde está el proble-ma? El problema es que, una vez se expulsa al restode competidores, no existe la necesidad de invertirpara seguir mejorando. Cuando no puedes ganarcuota de mercado y nadie te la puede quitar, elmayor rendimiento pasa por no mover un dedo encambiar y dejar que la maquinaria permanezca enun status quo inamovible. El problema es que, cuan-do estás sólo en el mercado, puedes imponer condi-ciones draconianas a los compradores/usuarios.¿Cuántas funciones nuevas incluyó Microsoft Office2007 que no estuvieran ya en Microsoft Office 2000?¿De verdad transcurrieron siete años sólo para eso?

Internet en peligro de extinción 91

59 En septiembre de 2010, Google presentó una nueva función:búsquedas instantáneas conforme se teclea la petición.

La nube de servidores de Google es cada vezmayor y su cuota de la Red crece, amenazando suneutralidad mediante la supresión de la lógica quela constituye: la lógica del hardware distribuido.Google se postula a sí mismo como central mun-dial del hardware pero una Internet así construídale da demasiado poder a un único nodo (www.goo-gle. com) frente a los demás. Y eso no es nuncadeseable.

Google ha puesto rumbo hacia la recentraliza-ción de la Red, hacia la concentración de la Redbajo su control. Quizá no tuviera elección. Es posi-ble que, con la tecnología de búsquedas actual,Google no se pueda permitir otro tipo de estructu-ra de red que no sea la estrictamente centralizadasobre sí mismo. Puede que sea cierta la paradoja delcontrol en Internet según la cual en una Internetcada vez más grande, en la que participan cada vezmás personas, la infraestructura necesaria paraconectar dos puntos de Internet en el tiempo quedemandamos tenga que ser enorme y controladapor una única entidad. Quizá es la gran paradoja deInternet. Sin duda alguna, Google se siente cómodoen esta situación debido al papel que le toca desem-peñar. En una Internet cada vez más grande, son

92 La neutralidad de la red

cada vez menos los que tienen la infraestructuranecesaria para conectar dos nodos cualesquiera dela Red en el tiempo que le pedimos a la misma.

Acuerdos bilaterales operador-prestador

Hay otras situaciones en las que el prestador deservicio utiliza su capacidad financiera para sub-vencionar el acceso a los servicios propios. Es eltipo de escenario que agrada a los operadores: elprestador de un servicio por Internet decide pagaral operador para que privilegie sus servicios fren-te a los de la competencia, de forma que le resultemás sencillo atraer a los usuarios. En consonanciacon lo anterior, este tipo de acuerdos rompe laneutralidad de la Red.

Los proveedores de acceso a Internet, pormedio de un acuerdo con el prestador de servicio, segarantizan un ingreso. El prestador generalmenteintentará conseguir beneficios en número de usua-rios y, para ello, se asegurará de recibir un tratopreferente: puede que los usuarios accedan con másfluidez a sus servicios o puede que vean subvencio-nado parte del coste de conexión al mismo.

Este último caso es el que nos encontramoscon acuerdos como los alcanzados por Facebook

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con diferentes operadores de Internet móvil endiversos lugares del mundo, que se materializaronen el servicio Facebook 0. Estas alianzas contem-plan que el tráfico de datos entre los servicios deFacebook y los clientes de Internet móvil no fueracargado en la factura de los usuarios, ya queFacebook lo subvencionaría. Obviamente, y paraevitar ser criticado por vulnerar la neutralidad dela Red, Facebook no lanzó este servicio ni en la UEni en Estados Unidos60.

Una vez más, las empresas recurren a impo-ner una Red no neutral allá donde hay menosresistencia social. Allí donde la penetración deInternet fue más temprana los operadores recu-rren al mercado móvil para destruirla; los presta-dores de servicio por Internet encuentran másoposición y sus movimientos son más tímidos,aunque no por ello menos peligrosos. Este tipo deacuerdos son de la misma naturaleza que los quealcanzaron Google y Verizon –el mayor provedorde acceso a Internet de Estados Unidos– durante60 «Facebook Launches 0.facebook.com, A Mobile Site That

Incurs Zero Data Fees», por Jason Kincaid. TechCruch, 18de mayo de 2010. Disponible en http://techcrunch.com/2010/05/18/facebook-launches-0-facebook-com-a-mobile-site-that-incurs-zero-data-fees.

Internet en peligro de extinción 95

2010 y que levantaron una gran cantidad de críti-cas muy duras61.

¿Cómo sería un mundo en el que las nuevasgeneraciones no hayan conocido Internet, sino quetan sólo hubieran tenido acceso a los servicios deFacebook? Eso es lo que está en disputa cuando sepermite la subvención del acceso a servicios espe-cíficos en países donde los usuarios a duras penaspueden pagar un acceso a Internet doméstico, y nihablemos del móvil.

Cuando se propone que aquellos que no tienendinero para gastar –como todos los niños del pri-mer mundo, a los que los padres regalan un teléfo-no pero a los que, a buen seguro, no van a contra-tar un caro servicio de Internet móvil que conllevael enorme riesgo de no ser una tarifa plana–. Estápor ver cómo sería un mundo en el que sólo seconozcan los servicios de aquellos con el dinerosuficiente para hacerse conocer, en el que la diver-sidad que nacía de la neutralidad de la Red hubiera

61 «Lluvia de críticas a Google y Verizon por su postura ‘con-tra la neutralidad de la Red’», por Pablo Romero. El Mundo,10 de agosto de 2010. Disponible en http://www.elmundo.es/elmundo/2010/08/10/navegante/1281424726.html.

desaparecido, en el que la revolución de Internet nofuera más que una valdía promesa del pasado. Laperspectiva no resulta especialmente alentadora.

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El objetivo final de la recentralización

El objetivo de todas las estrategias que persiguenuna recentralización de Internet no es otro que elde acaparar cuota de mercado, en este caso, cuotade beneficios publicitarios y de información perso-nal de todos y cada uno de los usuarios que pueda,posteriormente, ser monetarizada.

Estas empresas –con Google a la cabeza– persi-guen que entres a sus servicios y, si es posible, aca-bes entrando únicamente en ellos –como sería elcaso si no pudieras pagar acceso pleno a Internet ytuvieras que limitarte a entrar en aquellos quehayan acordado una cierta subvención con el opera-dor–. Si es desde edades muy tempranas mejor, yaque aniquilarían tu capacidad para pensar y necesi-tar alternativas, así como razonamientos que deven-gan quejas ante el monopolio que desea controlar tuactividad, que pretende que toda ella quede atrapa-da en sus servidores sin posibilidad de alternativa.

En sus últimas consecuencias, pretenden com-plicar tanto el acceso a servicios provistos por otros

98 La neutralidad de la red

prestadores que la neutralidad queda también rota,aunque en esta ocasión se quiebre por el extremocontrario al que querían usar los proveedores deacceso para fracturarla. O quizá no sea el extremoopuesto sino el mismo y único: el extremo en elcual el tamaño, el capital disponible y la capacidadpara vetar la participación del mercado a la compe-tencia es lo único que cuenta. La muerte de la neu-tralidad conlleva la desaparición de la diversidad:sin neutralidad sólo los más fuertes, capaces prime-ro de centralizar la Red en su infraestructura yluego de mantenerla en pie con los beneficios obte-nidos de ello, pueden ofrecer sus servicios.

Posiblemente no sea más que eso: el bloqueodel tráfico y la recentralización de la Red, unamisma moneda con dos reversos siniestros en lacual lo que se está evaluando es quién tiene mayormúsculo financiero. Nosotros, reducidos a usua-rios, no somos más que actores sin voz ni voto,aunque de nuestras acciones y nuestro pago finaldependa la viabilidad última de los fantásticosnegocios por los cuáles todos están en disputa.

Internet está cada vez más centralizada. Sereduce la competencia hasta dejarla, en muchosámbitos, limitada a un oligopolio o a un conjunto de

monopolios (si todas deciden desarrollar un modeloultracerrado «tipo Apple»). Con la progresivafusión, las adquisiciones de unas grandes empresaspor otras y la barrera de entrada nuevamente eleva-da gracias al coste de la infraestructura mínima, elnúmero de actores disminuye poco a poco. Con estareducción, la neutralidad de la Red vuelve a caminarpeligrosamente sobre el filo de la navaja.

La semántica de combate de aquellos que pre-tenden monopolizar la Red se empeña en robarnoslos atributos que hicieron a Internet lo que es y que,por eso, son recibidos tan agradablemente por todos:resulta que ahora hay una «computación en nube»que es distribuida. Se trata de un uso brillante de laneolengua, pues hay que ser muy necio o muy mal-vado para estar en contra de una organización distri-buida. Sin embargo, hay un pequeño detalle pen-diente, apenas una nimiedad que los tejedores de esasemántica de combate olvidan reflejar en sus discur-sos: si la infraestructura pertenece a un único agen-te, la Red pertenece a un único agente. Si el hardwa-re está centralizado, el sistema no puede ser distri-buido. Si el software no se reparte sino que operacomo un mero servicio privativo vía web, el sistemano puede nunca ser distribuido. Pese a lo evidente

que resulta todo eso, ahí está «la nube», la seducciónde la simplicidad, encandilando a todos los que esténdispuestos a aceptar, sin cuestionarlo, el mensajetransmitido por los encantadores de serpientes.

100 La neutralidad de la red

Hacer un mejor pan...o quitárselo al vecino

Las operadoras, ante la encrucijada de cómoaumentar sus beneficios, han concluido que noquieren innovar: en lugar de buscar formas mejo-res de hacer pan, optarán por obligar a todos losdemás a entregarles un trozo del bollo que tantoles costó preparar.El problema aquí no es que Telefónica, el estado,Google, y la SGAE pretendan romper la neutrali-dad de la Red (bueno, Google «sólo» pretendesuplantarla a su favor). El problema es que estamossolos una vez más. Nadie nos defenderá sino noso-tros mismos. En esta batalla no estamos de partede nadie –poco me importa que el gato se lo lleveal agua Alierta, el estado, la SGAE o una combina-ción lineal de todas las anteriores– más que de lanuestra, porque nadie está de nuestro lado.

Quizá va a llegar el momento en que debamos irpensando en acceder directamente a Internet, deforma autónoma. Quizá no es factible hoy a gran

escala, pero no está tan lejos y no hay otra si quere-mos equilibrar una situación en la que la falta demesura de la concentrada élite estatal-empresarialcomienza a resultar… irritante y peligrosa paratodos.

102 La neutralidad de la red

Rediseñar Internet: una pésima idea

Ahora que hemos paseado por cómo es laInternet que conocemos y cómo podría ser laInternet que quieren construir –si es que su pro-yecto mantiene un parecido mínimo con laInternet actual que lo haga merecedor de tal nom-bre–, podemos evaluar dónde están los peligros derediseñar Internet, de eliminar su carácter neutroy castrar la naturaleza distribuida que nace de él,de olvidar las promesas de progreso y futuro quetrajo consigo para aislarnos en lo que no sería sinouna negación de la realidad, una de esas fiestas frí-volas llevadas a cabo por María Antonieta mien-tras sus rivales afilaban la guillotina. Esperar a queaquellos que están interesados en destruir la neu-tralidad de la Red lo consigan no es una opción. Laguillotina pende sobre aquellos que podrían obte-ner, en una Red neutra, oportunidades de creci-miento y desarrollo que de otra forma tendránvedadas.

Ya sabemos que contra Internet cualquier argu-mento les sirve, que los medios no son imparciales–la mayoría ven en la abundancia de la Red el fin asu monopolio informativo– y que, desde la propie-dad intelectual al terrorismo, pasando por la exage-ración cuantitativa de otro tipo de abusos, todoargumento les resulta válido como arma arrojadiza.

Sabemos también que, si la libertad de uso dedeterminadas herramientas produce enormesbeneficios ocasionalmente empañados por unabuso, debe ser permitida. El uso positivo debeprevalecer sobre el negativo, que ha de ser tolera-do como un daño colateral, un mal menor frente atodos los beneficios que la herramienta ofrece. Ésa,y no otra, es la lógica imperante en numerososámbitos de nuestra vida diaria; ésa, y no otra, es lalógica que permite que se puedan encontrar en loscomercios utensilios tan dispares como cuchillos,encendedores y coches. ¿Por qué entonces deberíaser diferente con Internet?

Si hay algo que nos resta por analizar adecua-damente, más allá de cómo es la Internet que cono-cemos y quiénes –y cómo– pretenden destruirla, esa quién y de qué modo afectaría más su destrucción.Así, quizá, podamos llegar a entender por qué la

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herramienta con mayor potencial y mayor promesade progreso y beneficios de cuantas se han inventa-do en el último siglo sufre tal cantidad de ataquesque su futuro es ahora, cuanto menos, incierto.

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Nadie saldría indemne

Si hay un grupo social, si existe un conjunto depersonas que pueda recibir tal calificativo quesufrirá intensivamente la caída de Internet, es pre-cisamente el de los desposeídos: los carentes detodo sello social, de todo marchamo y renombre,los que no tienen otro patrimonio que su pericia ysu capacidad de trabajo. Los más perjudicadosserán aquellos a quien el poder es incapaz de reco-nocer como nada más que contribuyentes porqueno pertenecen a ningún elevado círculo social nipodrán entrar a formar parte de esa élite social unavez cerradas las puertas, restituidas las barrerasdel amiguismo y el fondo de cartera necesario paraemprender todo proyecto vital –que necesaria-mente ha de pasar por un negocio, a menudohumilde, sostenible–.

Aunque no todos los que de alguna forma seengloban en esta categoría sean conscientes de las

implicaciones de la destrucción de la Red quehemos conocido, existen personas que están enposición de alerta desde hace años. No obstante, ladestrucción de la Red tiene implicaciones y conse-cuencias negativas para otros muchos sectoressociales que, en su vanidad, ni ven ni quieren veresa realidad.

Toda modificación de la Red que empuje a laspersonas a pensar dos veces antes de usar Internet–como sucederá si las tarifas planas ceden ante losplanes con límite de consumo o si el proveedor deacceso consigue poderes legales para cobrar elmismo servicio varias veces y a varias personas–tiene unas consecuencias negativas para la innova-ción observables ya a corto plazo. La innovaciónaflora de manera mucho más eficiente en redesdistribuidas, donde nadie tiene poder de veto ytodas las ideas pueden ser probadas, lo cual asegu-ra que aquellas buenas ideas que parecen descabe-lladas también tengan su oportunidad. Son, preci-samente, los grandes capitales los que tienen laoportunidad de aprovechar las ideas innovadoras,de ponerlas a su servicio –tanto usando la ideacomo contratando los servicios de las personas quedemuestren ese talento–. Al cerrar las puertas para

vetar toda competencia, se cierra toda oportunidadde mejora. Eso podría parecer una buena idea perono lo es cuando el resto del mundo está ahí afuera,buscando vías para no detener la innovación. Enestos tiempos de cambio, todo lo que no impliquehacer de los procesos de innovación y desarrolloalgo intrínseco a las organizaciones genera unadesventaja competitiva para éstas (por no hablarde las consecuencias de aquello que, lejos de incen-tivar estos procesos, supone un freno manifiesto alos mismos).

Lo mismo puede afirmarse de los estados: aun-que en el control de las redes de comunicación dis-tribuida ven la oportunidad de revertir los proce-sos de cambio social que les han restado poder enlas últimas décadas, frenar la innovación no seríamás que una repetición, a escala estatal, del mismoerror: convertir en desventaja competitiva laherramienta más potente del último siglo. Peoraún, ésa sería la situación si los estados tuvieranpoder para imponer su lógica decimonónica frentea las nuevas estructuras. Sucede, sin embargo, quetienen fuerza suficiente para resistir frente alavance de las nuevas estructuras alterestatales sur-gidas de la primera Internet y las redes de comuni-

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cación distribuida pero no tienen, no obstante,fuerza para imponerse a ellas. Este estancamientose manifiesta en los fenómenos de descomposicióndescritos por David de Ugarte62, y que son la con-secuencia de la obstinada resistencia al avancesocial por parte de unos estados cuyo poder noalcanza para cubrir la luz digital bajo una campa-na sostenida y amparar en el s. XXI su vieja hege-monía.

Pese a todo lo que pueda pensarse, nadie sal-drá indemne de la destrucción de Internet: ni aque-llos que están en contra de esta reforma ni aque-llos que, obstinados en su vanidad, no quieren verlas profundas implicaciones negativas que conlle-va dicha reducción para todos.

Rediseños, Internet y controlLos protocolos que rigen la Red permiten una granlibertad de acción. La Red que nos permite com-partir música es la misma que permite a disidenteschinos leer noticias emitidas fuera de aquel país yque su gobierno censuraría. Es, también, la misma

62 Los futuros que vienen, por David de Ugarte. El Arte de lasCosas, 2010.

red que permite a la dictadura china detener a losmencionados disidentes, a menudo con la incómo-da colaboración de las grandes empresas occiden-tales de Internet. El diseño de la web permite elintercambio de pornografía infantil y, también,que las fuerzas de seguridad atrapen a los pederas-tas. La libertad de la Red asusta a algunos, queinsisten en criminalizarla. Sin embargo, la Red noes ni buena ni mala. La Red es lo que hagamos conella. En otras palabras, los cuchillos no matan a laspersonas: las personas matan a las personas.

Sin embargo, ése no es el mensaje que día a díanos transmiten las noticias. Las noticias no noshablan de disidentes que evitan la censura de regí-menes dictatoriales, ni del acceso a la información yla cultura por parte de una población que quizá nopodría acceder a ella de otro modo porque nopodría pagarla. Las noticias sobre Internet noshablan de pederastia y de propiedad intelectual.Nos dicen que los terroristas del 11-S y el 11-M lautilizaron unos días antes de los atentados. El rela-to de obviedades olvida comentar que también usa-ron un ascensor, comieron fruta, durmieron y seducharon. A nadie se le ocurre plantear el cierre delas fruterías ni prohibir la venta de camas y bañeras.

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¿Mejoraría la seguridad en la Red con un redi-seño? No lo sabemos pero podemos estar segurosde que quienes estén interesados en delinquir ave-riguarán cómo hacerlo y dispondrán de los medioseconómicos para lograrlo. En cambio, los cientosde millones de personas que ni lo hacen ni lo pre-tenden estarán bajo un control desmedido. Su vidaestará vigilada y, si deciden opinar en contra de ungobierno o de una gran corporación, muy posible-mente serán observados. No parece que este tipode controles respete la libertad de expresión de lassupuestas democracias en que vivimos y que pre-tenden defender esta reforma.

En Estados Unidos, la coyuntura del 11-S fueutilizada para emprender una cruzada contra ladisponibilidad de acceso público a Internet en lasbibliotecas. Las acusaciones contra la libertad quela Red nos permite son fruto del miedo que las cla-ses dirigentes tienen a la democratización del acce-so a muchas oportunidades y la disolución de susmonopolios. La persecución contra Internet no esazarosa: se criminaliza injustamente aquello que seteme. Los medios y los gobiernos atacan la Redporque la posibilidad de libertad de información ycomunicación que abre, la posibilidad de un futuro

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sostenible económicamente al margen de ellos, lesproduce miedo.

Por absurdo que parezca el comentario, hayque expresarlo explícitamente: la libertad no nosconvierte en peores personas. La inmensa mayoríade la población no cometería un asesinato o abusoscontra menores aunque tuviera ocasión de hacer-lo; la exigua minoría de asesinos restante encon-traría el modo de llevar a cabo dichos abusos, conInternet o sin ella.

Una herramienta de comunicación libre, enmanos de una población que mayoritariamenteno tiene pensado cometer ningún crimen, es unproblema para aquellos que solían controlar losnodos a través de los cuales circulaban tanto lainformación como las oportunidades de una vidadigna y provechosa, y los flujos que moldeaban laagenda pública y sus aspiraciones. Eso es, preci-samente, la sociedad digital nacida y alimentadapor una Internet neutra y distribuida: un cambioradical en el modo en que nos comunicamos yaccedemos a la información, y en la forma en quese determinan la agenda y las preocupacionespúblicas, un medio cada vez menos controladopor los poderes político y mediático convencio-

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nales. Por eso sufre ataques y persecuciones, con-virtiéndose en el paradigma de lo que hay quedestruir mientras todavía les quede algo depoder.

Frente a la euforia que suelen mostrar algunaspersonas, es prudente recordar que no todo estádecidido sobre la forma en que se estructurará lasociedad digital. Más aún, nada está decidido. Nopocas veces hemos oído hablar de que un rediseñode la Red haría de ella un lugar más seguro, librede abusos terroristas y pederastas. Es una retóricamuy persistente, que hace hincapié en el argumen-to más utilizado por nuestros políticos en los últi-mos años: la defensa de la nación, todo sea ennombre de la seguridad nacional.

Por ello, por quiénes lo persiguen y por cuálesserán las implicaciones de su éxito, no hay quedejar de considerar lo que podría significar. Si laRed nos ofrece una experiencia de comunicaciónúnica e incomparable a todo lo que podamos teneractualmente, se debe precisamente al modo en queestá construida. Un rediseño de la web podría cam-biar el sistema actual basado en protocolos y reem-plazarlo por un sistema distinto, basado en contro-les. O, lo que es lo mismo, reemplazar el amigable

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apretón de manos por un sistema basado en impo-siciones, por un sistema en el que unos pocos con-trolen quién hace qué y cómo, y cuándo y dóndepuede hacerlo.

Hace unos años nos parecía que «un rediseñode la Red» era algo tan difícil de hacer como peli-groso y, por eso mismo, intentarán antes o despuésabordarlo. Quienes se resisten al cambio trataránde recuperar el paraíso de control que acaban deperder»63. La mascarada ha finalizado, ya sabemosquién es quién. Destruir la neutralidad de la Red esla forma escogida para ese rediseño.

La neutralidad y la libre competenciaLa Red es, por ahora, un espacio de libertad. Si

hay algo que permite que eso sea así, es su neutra-lidad: la incapacidad legal –que no técnica– de blo-quear conexiones entre nodos de la Red. Es el lími-te que impide el abuso y regula que los proveedo-res de acceso a Internet mantengan sus posibilida-des de negocio sin que adquieran poder paraextorsionar al resto del mundo.

Las consecuencias que tendría la eliminaciónde esta barrera se dejan ver a veces, como cuandoTime Warner impidió el acceso a la iTunes Store

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de Apple64. Uno de los mayores proveedores deacceso de Estados Unidos bloqueando el servicio auna de los mayores servicios de descargas de pagodel mundo no es el clásico ataque contra las redesp2p. Esto va mucho más allá: una empresa bloqueaa otra que compite con sus mismas herramientas(generando escasez de forma artificial), tan sóloporque técnicamente tiene en su mano el hacerlo.Para los amantes de la libre competencia –y debe-ríamos ser todos porque a todos nos beneficia–, heaquí algo que tendría que hacernos pensar si eso esverdaderamente lo que queremos.

Podemos argumentar que la lógica de distri-bución de las redes de pares suponen un nuevoparadigma económico (la lógica de la abundancia)frente al que proveedores de acceso, gestoras dederechos y discográficas intentan imponer la lógi-ca de la escasez. Ya hemos visto, a eso hemos dedi-cado la mayor parte del libro que estamos cerca deconcluir, que el estado de concentración creciente

64 «Time Warner users say company filtered iTunes Storetraffic», por Julian Berka. Ars Technica, 5 de febrero de2010. Disponible en http://arstechnica.com/apple/news/2008/02/time-warner-users-say-company-filtered-itunes-store-traffic.ars.

en Internet sólo puede ser superado mediante elfortalecimiento de todos y cada uno de nuestrosnodos personales en la misma, y que ello sólo seráposible mientras exista neutralidad entre losnodos de la Red. Resulta obvio afirmar que yasabíamos que la neutralidad de la Red es el pilarsobre el que se asienta todo lo que de positivo ynovedoso nos ha traído Internet, pero es muyimportante tenerlo claro.

Hemos visto cómo recurren a la cultura depago desarrollada en el móvil durante una décadapara fomentar y extender los hábitos ahí desarro-llados al uso cotidiano de una Internet que, en susaspiraciones, debe dejar de ser neutra y distribuida.

¿Qué opciones hay verdaderamente de que losISP adopten un sistema de pago por tarifa planauniversal para todos los servicios? Ciertamente, nolo harán con facilidad. Y ahí es donde comienzan avenir los problemas, como el que tu ISP bloquee elacceso al mayor servicio de alquiler de músicaonline. ¿Quieres acceder a iTunes? Pasa por caja.¿Quieres acceder a Amazon? Pasa por caja.¿Quieres BitTorrent? Pasa por caja. Todos quierenel control. En esta problemática reside la lucha porobtener una posición de intermediario inevitable,

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como las que sólo son posibles en condiciones deescasez de competencia y centralización de la Red,donde no haya libertad de opciones ni de mercado.Los objetores a la neutralidad de la Red ansían lle-gar a ser un intermediario necesario, para así tenerla capacidad de distribuir el juego, ordenar la eco-nomía e imponer un acomodo de la misma a supropio interés. Si no tenemos cuidado, la clasepolítica les acabará otorgando el privilegio queexigen en nombre del estado. No nos lo podemospermitir.

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Una pésima idea

Las implicaciones que tendría sobre la libertad decomunicación la eliminación de esta libre interco-nexión son dramáticas. La Internet a la que acudi-mos cada día en busca de noticias es diversa, poreso la usamos. Es diversa porque es neutra, y nohay diversidad sin neutralidad. No existen riquezade información ni libertad de comunicación sinneutralidad.

Desde hace años, la neutralidad de la Red seha visto amenazada por el interés de las operado-ras de telefonía en segmentar las facturas de sususuarios. Desde 1998 a 2009, el tráfico de datospasó de ser una pequeña parte del volumen asuponer más del 50% del total. Sin embargo, lasoperadoras siguen obteniendo la mayor parte desus beneficios de las llamadas de voz convencio-nales y mensajes de texto en el móvil. Aunquetienen grandes beneficios, quieren remodelar su

modelo de negocio. Acabar con la neutralidadparece la solución más fácil, la menos imaginati-va. Lástima que sea, también, la más contrapro-ducente.

Los operadores desearían que la tarifa planadejase de serlo. Si lo consiguen, para acceder a unservicio por Internet habría que pagar una cuotaadicional a la suscripción mensual básica. Es decir,tras pagar la nada desdeñable cifra que ahoramismo supone nuestra tarifa plana, tendríamosque pagar una suscripción adicional para acceder acada sitio web diferente como YouTube, Gmail,Facebook o, incluso, nuestro propio blog o páginapersonal.

Eliminar la neutralidad de la Red es convertirInternet en la auténtica Televisión 2.0, donde nadasería publicable si no es previamente aceptado porlas operadoras. El milagro de Internet son las milesde pequeñas empresas que han surgido y crecido alamparo de la neutralidad de la Red y que no po-drían competir en igualdad con las grandes corpo-raciones, que negociarían con los operadores condi-ciones generales de acceso ventajoso a sus servicios.

El sueño de nuevos Googles o Facebooks enEstados Unidos, o de nuevos Tuentis e Idealistas en

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España, se tornaría nostálgico recuerdo en untiempo donde los operadores de telefonía exclui-rían a los servicios de la tarificación normal a par-tir de ciertos volúmenes de tráfico. Eso sí, las com-pañías telefónicas verían hecho realidad su gransueño: cobrar dos veces (una al proveedor y otra alusuario) por el mismo servicio, que no es otro queservir una conexión de Internet.

Bajo la excusa de permitir la negociación bila-teral entre los operadores y los prestadores de ser-vicios a través de Internet, lo que se pretende eslimitar la competencia a aquellos jugadores conmayor músculo financiero. Eliminar la neutralidadde la Red no supondría mayor libertad de mercado,al contrario, destruiría el mercado competitivo ymeritocrático que es la Red hoy. Es cierto que esuna limitación para las operadoras, pero solo parael ejercicio de un poder monopolista. Por otrolado, la lucha por la neutralidad de la Red, quedurante años ha sido respaldada en los tribunales,tiene uno de sus mayores retos en la llegada deInternet al móvil, donde la cultura de pago seg-mentado está mucho más enraizada. Esta llegada ala inversa (no es Internet que conquista al móvil,es el móvil el que conquista Internet) está personi-

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ficada en las tiendas de aplicaciones para móviles,que suponen dejar de lado la abundancia y diver-sidad creadora de la web para pasar a canales deconsumo absolutamente cerrados.

Esta nueva visión de Internet como un ámbitodonde la diversidad está limitada, donde la forma-ción de monopolios de comunicación se ve favore-cida y la libre competencia reservada para solounos pocos poderosos, es el verdadero peligro parala neutralidad de la Red en los próximos años.

Desde los oligopolios establecidos (grandesempresas de Internet y proveedores de acceso), nofaltarán apoyos y justificaciones, a menudo fala-ces, a esta peligrosa revisión de Internet. Por eso estan importante apoyar decididamente a los queapuestan y reclaman una Red neutra. Solo la neu-tralidad nos garantiza las libertades y el entornomínimo necesario para que exista el tipo de com-petencia que nos encamina hacia la innovación.Perderla es algo que no nos podemos permitir.Mucho menos en tiempos como éstos, en que todolo que nos aparte —siquiera mínimamente— de lainnovación es una pésima idea.

Los mundos en que viviremos el resto de nuestras vidas

Los estados que legislen en contra de la neutrali-dad de la Red creerán recuperar el control, volvera esa situación tan propia del s. XX en la que ejer-cían todo el monopolio de poder. Es posible quesea así parcialmente, al menos durante un tiempo,y que restringir y limitar el uso de Internetmediante su transformación y la reducción delinterés que suscita les permita retomar un poco elcontrol. Sin embargo, esa situación no será nuncasostenible: la negativa repercusión sobre la inno-vación que tendrá el rediseño de Internet para con-vertirla en una Red no neutra será, a medio plazo,un lastre que imposibilitará que los estados que asíactúen mantengan el ritmo de desarrollo de losque apuesten por una Red libre. Será una lápidaque terminará por hundirlos en la irrelevancia enun contexto globalizado, donde el desarrollo, la

innovación y la apuesta definitiva por las tecnolo-gías son más importantes que nunca.

Está claro, además, que algunas empresasseguirán luchando por imponer una estructuracentralizada a Internet (haciendo valer su posiciónprivilegiada o desarrollando aplicaciones web querecurran a centralizar nuestra actividad enInternet, que de esta forma pasaría de forma casiinevitable por sus servidores). Lo harán utilizandosu talonario y la infraestructura que con él puedencomprar como ventaja competitiva. Es ahí dondedebemos resistir poniendo de nuestra parte.

El viejo mantra que reza que «bajo toda arqui-tectura de la información se esconde una estructu-ra de poder»65 encuentra en los problemas de laInternet actual una justificación y respuesta pre-sente. Una red distribuida conlleva un poder mejorrepartido. No parece sencillo afirmar que uno estáen contra de que el poder esté mejor repartido sintildarse a sí mismo de loco o de tirano.

Mientras intentamos que los proveedores deacceso no consigan levar, con ayuda del estado, lasanclas que limitan su poder monopolístico, vale la

65 De nuevo, el eslogan del grupo Ciberpunk español.

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pena evitar que la Red caiga en manos de un par decorporaciones que centralicen toda la infraestruc-tura. A menudo usamos una reducida pero impor-tante lista de aplicaciones web sin pararnos dema-siado a pensar en cómo podríamos hacerlo mejor.Quizá porque los viejos mantras siguen vigentes,resulta importante emplear algo más de tiempo enmantener una presencia online (tu propio blog, tupropio correo, tu propia mensajería, etc.), fuera deaquellos servidores que son propiedad de los desiempre.

Los problemas que nos toque lidiar dentro deunos años y las herramientas disponibles para sol-ventarlos –algo que definirá inevitablemente quésueños serán posibles y cuáles serán sus limitacio-nes para el futuro inmediato posterior– depende-rán de qué Internet tengamos. ¿Qué mundo quie-res tener? ¿Qué Internet lo hace posible?

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