el atpdea en bolivia

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Este estudio analiza críticamente los efectos del ATPDEA en Bolivia

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Serie: Cuaderno de trabajo No. 12 EL ATPDEA en Bolivia Polticas, discursos y actores Autores: Lourdes Montero Pablo Rossell EDITOR: Red Boliviana de Mujeres Trasformando la Economa (REMTE) CPMGA EL Alto C. Eulert # 280 telf.: 2840441 Fax: 2840242

Revisin y edicin: Carmen Terceros Diseo de tapa: Depsito legal: Impresin: Pilar Montesinos 4-1-1044-08 de Encuentro; Telf.: 2224987 Abril 2008 La Paz Bolivia

Con el apoyo de OXFAM GB El contenido de este documento no compromete la opinin de OXFAM - GB

PRESENTACIN

La Red de Mujeres Transformando la Economa se constituye en un espacio de anlisis, intercambio, informacin, comunicacin y accin poltica. La RED Est conformada por grupos, organizaciones, redes, instituciones y profesionales que trabajan para contribuir a la apropiacin crtica sobre aspectos esenciales del campo econmico por parte de las mujeres y a la construccin de alternativas que mejoren sus condiciones de vida. La Red ha venido desarrollando una serie de acciones con el objeto de brindar informacin actualizada sobre la situacin de las mujeres en el mercado y la economa como aporte hacia la generacin de informacin y debate en torno a la problemtica econmica. Una de sus lneas de accin, constituyen las investigaciones que realiza en diferentes temticas y que le han permitido brindar informacin estratgica para que las mujeres nos involucremos en problemticas que ataen a nuestra vida econmica y a nuestra participacin en el mercado. Una de las problemticas priorizadas por la RED es el tema del comercio y las estrategias de integracin comercial, en este texto les proponemos un anlisis a profundidad sobre las implicancias del ATPDEA para Bolivia, los efectos que tiene en la economa, la generacin de empleo y los factores mas internos de los acuerdos, no siempre identificables a simple vista pero que repercuten notablemente al momento de operativizar dichos acuerdos. Este acuerdo ha generado posiciones encontradas entre los que estn a favor de su consolidacin a travs de la firma de un Acuerdo de Libre Comercio con EEUU y aquellos que se oponen radicalmente a este, cada uno ha argumentado a favor o en contra del mismo, a travs de este documento pretendemos brindarle informacin que le permita profundizar su anlisis.

Esperamos que la lectura del mismo contribuya al anlisis y reflexin sobre los efectos de acuerdos comerciales que muchas veces son negociados sin considerar como premisa central el beneficio para la poblacin boliviana, precautelar nuestra soberana como pas y por sobre todo el inters de nuestro pas.

Maria Esther Ibez R. Centro Gregoria Apaza Coordinadora REMTE

NDICE

Introduccin

.......................................................................................................................... 7

Captulo 1 Reestructuracin capitalista y los modelos de produccin de pobreza .......... 13 1.1. El problema de la pobreza ...................................................................................... 14 1.2. Estado y mercado: nueva forma de distribucin del poder ........................................ 17 1.3. Reestructuracin capitalista y comercio internacional............................................... 22 1.4. La ampliacin del trabajo precario y el crecimiento de la pobreza............................ 31 Captulo 2 Caractersticas de la insercin internacional de Bolivia.................................. 39 2.1. Algunos factores para la configuracin del patrn de desarrollo............................... 39 2.1.1. Un patrn de desarrollo, varios modelos econmicos .................................... 41 2.1.2. La versin neoliberal a la boliviana ............................................................ 44 2.2. Acuerdos comerciales de Bolivia............................................................................... 53 2.2.1. Comunidad Andina de Naciones..................................................................... 54 2.2.2. Mercado Comn del Sur ................................................................................. 54 2.2.3. Acuerdos bilaterales........................................................................................ 55 2.2.4. Programas de Preferencias Arancelarias......................................................... 56 2.3 Bolivia en el contexto econmico actual.................................................................... 57 2.3.1. Concentracin de las exportaciones................................................................ 61 2.4. El gobierno de Evo Morales y las promesas de cambio............................................. 67 2.4.1. El Plan Nacional de Desarrollo (PND) ........................................................... 69 Captulo 3 La Dimensin poltica de los acuerdos comerciales y los procesos de integracin ........................................................................................................................ 75 3.1. Los inicios: rondas negociadoras del GATT y el nacimiento de la OMC.................. 76 3.2. Los tratados de comercio y su uso en la poltica exterior de los EEUU .................... 78 3.2.1. El Tratado de Libre Comercio de las Amricas (ALCA)................................ 82 3.3. Los acuerdos preferenciales de los EEUU. ................................................................ 87 3.3.1. El Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) ............................................ 89

3.3.2. La Ley Crecimiento y Oportunidades para el frica (African Growth and Opportunituy Act AGOA) ......................................... 96 3.3.3. La Iniciativa de la Cuenca del Caribe (CBI)................................................. 100 3.3.4. Las Zonas Industriales Cualificadas (QIZs) ................................................. 105 3.3.5. Cuando la excepcin se hace regla: la interpretacin discrecional de los requisitos de elegibilidad .............................................................................. 105 Captulo 4 El aporte del ATPA en el desarrollo de Bolivia............................................... 109 4.1. Criterios para otorgar la Ley de Ley de Preferencias Comerciales Andinas............ 109 4.2. Contexto poltico del ATPA en los pases andinos ................................................... 114 4.3. El ATPA en el comercio de Bolivia con EEUU........................................................ 117 4.4. El ATPA en trminos de actores polticos ................................................................ 123 4.5. Impacto del ATPA sobre el empleo en Bolivia......................................................... 129 Captulo 5 Modos de insercin de las empresas bolivianas en el mercado estadounidense...................................................................................................... 133 5.1. Empresas liderizadas por clientes ............................................................................ 136 5.2. Empresas liderizadas por productores...................................................................... 142 5.3. Desempeo de las empresas exportadoras bolivianas.............................................. 146 5.3.1. Manufactura de joyas.................................................................................... 147 5.3.2. Manufactura en madera................................................................................. 156 5.3.3. Manufactura textil......................................................................................... 169 Conclusiones ...................................................................................................................... 181 Bibliogafa ...................................................................................................................... 189

NDICE DE CUADROS

Cuadro 1. Cuadro 2. Cuadro 3. Cuadro 4. Cuadro 5. Cuadro 6. Cuadro 7. Cuadro 8. Cuadro 9.

Amrica Latina: principales incentivos financieros y fiscales a la produccin y a la inversin .................................................................................. 48 Amrica Latina: principales incentivos financieros a la exportacin de bienes industriales ........................................................................................................... 49 Participacin de Bolivia y Amrica Latina en el comercio.................................. 59 Bolivia: valor de exportaciones por pas de destino (2006)................................. 62 Bolivia: diez principales productos de exportacin (2006) ................................. 63 Bolivia: diez mayores exportadoras (2007) ......................................................... 65 Acuerdos de libre comercio de EEUU................................................................. 79 Programas de preferencias arancelarias de EEUU............................................... 88 Criterios obligatorios de elegibilidad del SGP estadounidense ........................... 91

Cuadro 10. Criterios discrecionales de elegibilidad del SGP estadounidense........................ 94 Cuadro 11. Criterios especficos de elegibilidad del AGOA estadounidense......................... 98 Cuadro 12. Criterios de elegibilidad del CBI estadounidense.............................................. 101 Cuadro 13. Bolivia: principales exportaciones a EEUU (participacin porcentual) ............ 119 Cuadro 14. Mapa arancelario de EEUU para Bolivia........................................................... 122 Cuadro 15. Exportaciones con preferencias arancelarias exclusivas del ATPA ................... 123 Cuadro 16. Empresas manufactureras que exportan por ATPA, 2007.................................. 124 Cuadro 17. Situacin financiera 2004 .................................................................................. 129 Cuadro 18. Empleos generados por el ATPA........................................................................ 131 Cuadro 19. Vas de exportacin: mercados sensibles a precio y a calidad........................... 135 Cuadro 20. Bolivia: ocho mayores exportadoras manufactureras ........................................ 138 Cuadro 21. Bolivia: tejido empresarial exportador de joyas ................................................ 149 Cuadro 22. Bolivia: tejido empresarial exportador de manufactura en madera ................... 161 Cuadro 23. Bolivia: tejido empresarial exportador de manufactura textil y de confeccin . 172

NDICE DE GRFICOSGrfico 1. Participacin de Amrica Latina en el comercio mundial ................................... 58 Grfico 2. Trminos de intercambio de Bolivia con el mundo ............................................. 60 Grfico 3. Bolivia: balanza comercial por grupo de producto CUCI (miles de U$) ............ 61 Grfico 4. Bolivia: exportaciones por tipo de producto........................................................ 62 Grfico 5. Bolivia: exportaciones de los 50 exportadores ms grandes (2008).................... 64 Grfico 6. Balanza comercial Bolivia - EEUU. .................................................................. 118 Grfico 7. Principales productos exportados bajo el ATPA 2007 ....................................... 120 Grfico 8. Bolivia en el mapa arancelario de EEUU. ......................................................... 121 Grfico 9. Esquema de cadenas productivas....................................................................... 134 Grfico 10. Bolivia: crecimiento de exportaciones manufactureras ..................................... 139 Grfico 11. Bolivia: exportaciones manufactureras 2007..................................................... 140 Grfico 12. Esquema del desarrollo de producto en joyera ................................................. 151 Grfico 13. Bolivia: principales productos de exportacin de la cadena de manufactura de madera 2007 ............................................................................. 160 Grfico 14. Esquema del desarrollo de producto en madera ................................................ 163 Grfico 15. Bolivia: principales productos de exportacin de la cadena de textiles y confecciones....................................................................................................... 171 Grfico 16. Representacin esquemtica del desarrollo de producto en textiles................... 175

INTRODUCCIN

En un mundo econmicamente globalizado, donde las relaciones comerciales internacionales parecen haber superado cualquier posibilidad de regulacin por parte de los Estados nacionales, vivimos una de las paradojas modernas ms dramticas: por un lado, el comercio mundial nunca haba alcanzado los niveles actuales de desarrollo e interaccin entre naciones, generando riqueza sin precedentes y, por el otro lado, se constituye en parte central de un sistema de concentracin de riqueza y exclusin social que incrementa da a da los millones de personas empobrecidas. Si bien el comercio entre las naciones podra actuar como una poderosa fuerza para reducir la pobreza en los pases perifricos, el desequilibrio de las reglas de intercambio entre pases y los modelos nacionales de desarrollo de corte neoliberal han contribuido a que las diferencias entre naciones pobres y ricas se amplen, y las empresas transnacionales -vinculadas a las lites localesconcentren poder econmico y poltico, produciendo en consecuencia, el incremento de las brechas de ingresos entre las personas de un mismo pas. Este marcado desequilibrio mundial y nacional en la esfera socio econmica ha estado en la base de los cuestionamientos sociales en la esfera poltica, hecho que ha generado una crisis del sistema de representacin vigente hasta hace unos aos en varios pases latinoamericanos. Actualmente, los diversos gobiernos confrontan cuestionamientos ante su imposibilidad de cumplir con compromisos bsicos de bienestar social. Esto se tradujo en fuertes cuestionamientos a los regmenes de gobierno calificados de neoliberales, mediante oleadas de protestas sociales (las ms intensas en Argentina, Bolivia y Ecuador) y, finalmente, en una oleada de cambios de regmenes gubernamentales con una tendencia claramente anti neoliberal. As, el costo humano de un comercio injusto se torna cada vez ms inadmisible.

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Bolivia se ha incorporado al mercado mundial desde hace siglos a travs de la exportacin de materias primas (principalmente minerales). El modelo liberal de mercado con el impulso radical del Estado desde 1985 propuso como uno de sus pilares centrales de desarrollo (y superacin de la pobreza) la produccin de bienes en el marco de un modelo exportador de base ancha, que implicara iniciativas econmicas donde todos los participantes (empresarios y trabajadores) se favorecieran del proceso y, a travs de pactos productivos, se aunaran voluntades para salir de la pobreza. En este contexto, se debe comprender la globalizacin como una estrategia discursiva que, en su momento, tuvo una extensa difusin y describi, de manera novedosa, la extraordinaria intensificacin de la movilidad internacional de bienes, servicios y capital. El discurso de la globalizacin fue acompaado por una proclama, no menos publicitada, de lucha contra la pobreza a travs del comercio internacional. Ambos mensajes, la irresistibilidad de la globalizacin y el del imperativo de exportar como nico camino para salir de la pobreza, acompaaron una ola de polticas econmicas de corte neoliberal, inspiradas en el Consenso de Washington que, con mayor o menor intensidad, fueron ensayadas a lo largo de Amrica Latina a partir de la dcada de 1980. Bsicamente, esta agenda resume las reformas orientadas a liberalizar las economas latinoamericanas y Bolivia es el claro ejemplo donde la aplicacin de las polticas de corte neoliberal fue ms ortodoxa, dando como resultado un modelo econmico con tres ejes de accin: la liberalizacin de los mercados y precios; la retraccin del Estado como actor econmico y el privilegio del sector privado como motor de la economa. Los tres caminos conducan a una sola meta: la eliminacin del Estado como dirimidor de las relaciones entre el mercado y la sociedad. El primer eje, que fue la liberalizacin de mercados y precios, se materializ a travs del establecimiento de un mecanismo de subasta para la determinacin del tipo de cambio y la rebaja progresiva de los aranceles. Con ello se cumplan tres puntos de la agenda de Washington: la desregulacin de

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los mercados; el mantenimiento de un tipo de cambio flotante y competitivo; la liberalizacin de las tasas de inters y, en general, de todos los precios del mercado. El segundo eje fue la retraccin del Estado como actor econmico mediante la privatizacin paulatina de las empresas estatales. Esto implic una profunda contraccin del aparato estatal utilizando adems criterios de eficiencia promovidos por la agenda de Washington: el reordenamiento de las prioridades de gasto pblico, el reforzamiento de la disciplina fiscal y una incipiente reforma tributaria. El tercer eje fue la orientacin de la economa en beneficio del sector privado - particularmente del sector primario exportador - y del gran capital transnacional, a travs de la bsqueda de acuerdos bilaterales de comercio, la aplicacin de mecanismos de neutralidad impositiva y del levantamiento de restricciones a la inversin. Esto implic una agresiva privatizacin que con el nombre de capitalizacin dej en manos de trasnacionales extranjeras los sectores estratgicos de explotacin de recursos naturales y servicios. As se cumpla completamente la agenda neoliberal: la liberalizacin del ingreso de la Inversin Directa Extranjera (IED) y la privatizacin de las empresas pblicas. Mediante la aplicacin de este modelo, se pretendi replantear y profundizar la articulacin de Bolivia a un mundo cada vez ms integrado, donde las relaciones econmicas internacionales parecen haber superado cualquier posibilidad de regulacin por parte de los Estados nacionales. As, el comercio internacional se presenta como la gran puerta de escape de la pobreza. En ese marco, la articulacin de los productores nacionales a los mercados internacionales a travs de cadenas virtuosas fue presentada como un esquema deseable de insercin internacional. En este trabajo se considera que el comercio puede actuar en favor de los pobres, siempre y cuando se considere que no todos los competidores en la carrera han partido de la misma lnea y con ventajas equilibradas. Los grados de desarrollo alcanzados por las distintas naciones se reflejan en un

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desequilibrio de las reglas de intercambio entre pases. De este modo, la estructura de las redes de comercio internacional profundiza la inequitativa distribucin de los excedentes a lo largo de la cadena productiva, perpetuando las desigualdades. Lo dicho hasta aqu no debera llevarnos a una falsa discusin entre integrarnos o no integrarnos a los mercados mundiales - al fin y al cabo, Bolivia estaba integrada a la economa mundial desde antes de haberse constituido como pas -; en cambio, suena pertinente plantearse, en primer lugar, en qu condiciones nuestra integracin puede traer mayores beneficios y, en segundo lugar, si las polticas pblicas y las estrategias de los actores privados refuerzan un esquema de integracin en el que las ganancias del comercio internacional se traducen en el fortalecimiento de nuestro sistema industrial, la competitividad de las empresas y, por ende, en ms y mejor empleo; o si ms bien profundizan las inequidades y perpetan la pobreza. En estos ltimos veinte aos de historia econmica de Bolivia, se ha podido constatar que el modelo estimulado por los principios neoliberales, que confi ciegamente en las exportaciones, los beneficios de la IED y en la retraccin del Estado como base de la institucionalidad de la economa, no contribuy a que el comercio internacional propiciase oportunidades para salir de la pobreza. Por el contrario, profundiz las situaciones de inequidad preexistentes en Amrica Latina. As, el gobierno boliviano de Evo Morales plantea una estrategia heterodoxa, alejada del fundamentalismo expresado en el eslgan exportar o morir, que orient las acciones de los distintos gobiernos en las pasadas dos dcadas. En ese sentido, el Plan Nacional de Desarrollo plantea una nueva modalidad de relacionamiento econmico internacional, con el fin de superar el patrn primario exportador por uno nuevo, diversificado, que genere valor agregado con productos e insumos nacionales. Asimismo, se plantea recuperar la importancia del mercado interno junto con la aplicacin de una poltica de proteccin selectiva del mismo. A pesar de que estos planteamientos han marcado la orientacin de la poltica de comercio exterior, an no se avizoran

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cambios en los instrumentos concretos de gestin pblica que encaminen al pas en ese rumbo. Por ello, con el nimo de contribuir a la discusin de la integracin regional y global de la economa boliviana, este trabajo explora la relacin entre comercio internacional y reduccin de la pobreza. Para tal efecto, se parte de un esquema analtico que coloca en el centro la organizacin mundial de la produccin, y por ende del trabajo. Este instrumento nos permite un anlisis sistmico de la insercin internacional de las manufacturas bolivianas a travs del programa otorgado por la Ley de Preferencias Comerciales para los Andes (Andean Trade Preferences Act - ATPA) de los Estados Unidos. El ATPA es un programa de preferencias condicional y unilateral que los EEUU otorgan a cuatro pases andinos beneficiarios (Bolivia, Colombia, Ecuador y Per) con el objetivo explcito de reconocer sus esfuerzos en la lucha contra el trfico de drogas y de contribuir, mediante el comercio internacional, a la superacin de la pobreza. Mediante el ATPA, un importante volumen de productos manufacturados en Bolivia pudo abrirse campo en el mercado estadounidense, ingresando sin pagar aranceles. Segn los pocos empresarios que se benefician del programa, el ATPA representa una oportunidad para multiplicar el empleo y superar la pobreza en el pas. Al ser el ATPA un programa unilateral y transitorio, los empresarios abogan por un acuerdo comercial de largo aliento con los EEUU. Desde el lado del gobierno, parece haber plena conciencia de la importancia de mantener las preferencias otorgadas por este pas. El decidido apoyo que recibieron los empresarios en cada oportunidad de renovacin del ATPA, desde el ao 2006, es elocuente al respecto. Pero, al mismo tiempo, el gobierno pretende un acuerdo comercial con los EEUU, distinto al modelo del ALCA y de los TLCs. En ese marco, los objetivos del presente estudio son: i) profundizar en el anlisis de las consecuencias para Bolivia de una mayor incorporacin al comercio internacional a travs de cadenas productivas, tanto a travs del

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aprovechamiento de las ventajas del ATPA como de la hipottica puesta en vigencia de un tratado de libre comercio (TLC) bilateral con los EEUU; ii) sealar las implicaciones que tiene el ATPA como instrumento de poltica exterior de los EEUU; y, iii) sondear las alternativas que tiene Bolivia para orientar su poltica de comercio exterior. A partir de una visin integral, buscamos alejarnos de las discusiones que se dieron en el pas y que se centraron en el nmero de empleos que genera esta poltica o en alguna incidencia en el fortalecimiento del tejido productivo nacional. Ms bien buscamos develar temas estructurales, como las relaciones de poder y los actores econmicos que estn detrs de esta negociacin, el manejo geopoltico de EEUU de su poltica econmica y las virtudes reales de la bsqueda de mercados para los productos bolivianos articulados a cadenas mundiales. En resumen, se trata de establecer quines son los ganadores y quines los perdedores de esta gran carrera impulsada por el brillo de la riqueza al final del arco iris. Con estos objetivos, el documento se ordena en seis captulos: en el primero se desarrolla el marco conceptual que gua la investigacin; en el segundo se resea el contexto econmico del pas y las condiciones del patrn de insercin internacional; el tercer captulo hace un repaso detallado del marco institucional de los acuerdos de comercio internacional; el cuarto captulo describe las orientaciones del ATPA y seala los resultados sobre el comercio exterior de Bolivia; en el quinto captulo se detallan los estudios de caso de cinco empresas exportadoras bolivianas que se benefician del ATPA. Finalmente, el sexto captulo resume las conclusiones del estudio.

CAPTULO 1 REESTRUCTURACIN CAPITALISTAY LOS MODELOS DE PRODUCCIN DE POBREZA

La comprensin de los procesos de construccin de desigualdades econmicas en un pas requiere observar las configuraciones nacionales en el marco de procesos globales y de construccin histrica de larga data. Constatamos, en los numerosos estudios sobre el tema, que la produccin de la pobreza es un fenmeno complejo, donde se entretejen diversos procesos econmicos, sociales, polticos y culturales. Por ello, pensar la pobreza y la exclusin en Bolivia implica comprender las posibles articulaciones entre el desarrollo del capitalismo global y las formas en que se articula la sociedad nacional. As, el anlisis de la tensin entre la lgica de acumulacin del capital y las estrategias de bienestar de las personas, en particular de los/as trabajadores/as, resulta muy esclarecedor para comprender la lgica de la produccin de la pobreza. Sabemos que, durante el siglo XX, los diferentes equilibrios coyunturales en contextos histricos particulares son, en gran medida, producto de factores que secundan o contrarrestan las tendencias propias del sistema capitalista. Por ello, es fundamental no slo ver las relaciones globales desde los actores econmicos privados, sino tambin incorporar en el anlisis las acciones del Estado como mediador puesto que, a travs de diversas polticas de empleo digno y estrategias redistributivas, un Estado podra lograr regular, aunque sea de manera parcial, los intereses de acumulacin del capital. Esta regulacin, sin embargo, debe responder muchas veces a factores internos y, fundamentalmente, a equilibrios regionales y fuerzas histricas estructurales.

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En ese marco, el comercio mundial y la relacin entre Estados se constituye, por un lado, en el principal constructor de la riqueza de las naciones y, por otro lado, en el reflejo de las diversas posiciones de los pases en el orden mundial que regula la distribucin de la riqueza entre Estados; y al interior de stos, entre regiones y sujetos econmicos. Es decir, el comercio internacional, tal cual lo conocimos en el siglo XX, se configura como un poderoso instrumento para la consolidacin del poder econmico e ideolgico de ciertos pases sobre otros y para la perpetracin de instituciones y prcticas que producen y reproducen la pobreza.

1.1

El problema de la pobreza

Uno de los grandes cuestionamientos a la expansin del capitalismo mundial es la imposibilidad de distribuir con cierta equidad los beneficios de su desarrollo. En Amrica Latina, actualmente convivimos con cien millones de pobres extremos, condenados a una muerte muy pronta porque no cuentan con los recursos mnimos de alimento y salud que permitan su sobrevivencia1. En este escenario, la pobreza, como problema, se ha convertido en un amplio terreno de discusin que aglutina una gran diversidad de temas. Ya sea desde la teora, la investigacin o las polticas pblicas, la pobreza ha ingresado a las agendas de discusin con preguntas muy diversas. Muchas de estas preguntas parten de cuestionamientos amplios como quines son los pobres, cules son los criterios para determinar que una persona o un grupo es pobre y si estos criterios pueden ser aplicados de manera universal. Otros transitan por discusiones metodolgicas que cuestionan de qu carecen los llamados pobres y, sobre todo, cuntos son. Cada una de estas preguntas a su vez abre un campo especfico de estudio con nuevas interrogantes y diversas hiptesis. Sin embargo, segn sostiene lvarez, los abordajes que han primado en las ltimas dcadas no enfatizan en las caractersticas particulares de las1 Vase los datos presentados en Sntesis del Panorama Social de Amrica Latina 2002-2003, CEPAL.

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relaciones sociales que producen la pobreza en forma masiva. La autora sostiene queDesde finales de los sesenta, con la progresiva hegemona del pensamiento neoconservador o neoliberal sobre las intervenciones gubernamentales y sociales, se pona y todava se sigue poniendo el acento en la descripcin de las caractersticas que asume la pobreza, considerada como un estado, junto a una preocupacin casi compulsiva por su medicin. Las polticas desarrolladas en este perodo, llamadas compensatorias, eran destinadas a los pobres y tenan como objeto desembozado compensar a niveles mnimos bsicos de subsistencia los efectos no queridos de las reformas econmicas concentradoras y excluyentes (lvarez, 2005: 21).

Por todo ello, no parece correcto discutir la pobreza como un fenmeno natural o atribuyendo a los pobres la incapacidad para revertir su situacin2, sino como consecuencia y sostn de relaciones econmicas entre clases sociales, marcadas por una desequilibrada distribucin de los recursos, el bienestar y las perspectivas de futuro. Estas concepciones tendientes a despolitizar la pobreza, atribuyendo a los propios pobres las capacidades de revertirla a partir de su propio esfuerzo, han sido en alguna medida actualmente retomadas bajo la amplia concepcin de capital social. Bajo esta lgica, se busca enfatizar en las capacidades potenciales de los pobres (actitudes de confianza, reciprocidad y cooperacin) como recursos movilizados/movilizables por los sujetos para mejorar sus condiciones de vida. Varias son las crticas que este enfoque ha merecido; entre ellas, la laxitud del concepto de capital social que conlleva frecuentes confusiones, su relacin con un discurso neutral de desarrollo y cooperacin, minimizando el conflicto de clases, tnico, genrico y generacional que confronta constantemente a los2 Algunos estudios, sobre todo los de carcter descriptivo, atribuyen la pobreza al comportamiento de las personas, utilizando estereotipos que implican pereza, holgazanera, comportamiento delictuoso, inclinacin a tener muchos hijos y avidez de aprovecharse de polticas asistenciales. (Ver, por ejemplo, Brundtland Report, 1987).

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actores por el uso de los recursos, con intereses ms bien contrapuestos que cooperativos. Por ltimo, este concepto y la agencia individual a la que adscribe, ha llevado a justificar la exclusin del Estado en la generacin de dinmicas sociales redistributivas (Portes, 1998). Reconociendo la imposibilidad de abarcar toda la complejidad del problema, el presente trabajo busca focalizar la discusin en la compleja relacin entre la reestructuracin capitalista, el empleo e ingreso y las polticas de comercio internacional como posibles instrumentos de reduccin o incremento de la pobreza. Consideramos que el comercio internacional, en su relacin directa con el trabajo y el ingreso, son ngulos privilegiados para examinar lo que denominamos los modelos de produccin de pobreza para referirnos al complejo reajuste del capitalismo en trminos geogrficos y la consecuente distribucin de poder entre los actores polticos y econmicos evidenciados en los ltimos veinte aos de vigencia neoliberal. Conociendo la serie de enfoques que discuten la definicin de la pobreza como la privacin de capacidades (Sen, 2000) o la insatisfaccin de necesidades bsicas (Wiggins, 1985), en este espacio queremos retomar la discusin en trminos de los cambios operados en el mundo del trabajo, los ingresos que perciben las personas y las posibles consecuencias en la reorganizacin social a partir de la divisin mundial del trabajo. Con esta mirada buscamos ir ms all de la descripcin del fenmeno (cmo viven los pobres, cuntos son, quines son?), as como de los diversos planteamientos para su reduccin (cmo salir de la pobreza?), y ubicarnos ms bien en lo que Oyen (2002, citado en lvarez, 2005) denomina la bsqueda de la comprensin de los procesos que producen la pobreza a un ritmo imposible de superar, o incluso alcanzar, por las polticas pblicas destinadas a su reduccin o compensacin. As, se busca discutir el concepto de pobreza desde un ngulo especfico: los procesos por los cuales los actores econmicos empresariales (nacionales y transnacionales), las polticas estatales y el mercado estn generando una activa reestructuracin capitalista basada en un modelo de desarrollo de

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economas regionales abiertas - para configurar un nuevo modelo de acumulacin que les permita enfrentar el agotamiento de las ganancias del perodo de sustitucin de importaciones y la hegemona del Estado benefactor. Esta forma de abordar el tema permite analizar las consecuencias de este proceso no slo en trminos del crecimiento econmico de un pas sino, sobre todo, de la equidad en la distribucin de la riqueza generada y sus implicaciones en las estructuras sociales. En funcin a ello, es necesario introducir el concepto de clase social como herramienta analtica fundamental para comprender la dinmica social contempornea. Partiendo de su origen marxista, que considera como recurso de dominio y explotacin la posesin del capital y de los medios de produccin versus la propiedad del trabajo en bruto, las teoras recientes han ampliado el concepto de clase a la propiedad de otros recursos que confieren poder, tales como el control sobre el trabajo de terceros y la posesin de una habilidad ocupacional escasa (Wright, citado por Portes et al., 2003). As, el concepto de clase social remite a categoras distintivas de la poblacin que limitan o potencian su acceso diferencial a los recursos que otorga el poder y las posibilidades de vida correspondientes (Portes, et al.2003). A partir de este enfoque de la realidad, se busca avanzar en la comprensin de la pobreza como resultado de la confrontacin de intereses de clase ampliados a relaciones entre Estados.

1.2

Estado y mercado: nueva forma de distribucin del poder

El ajuste estructural y las reformas llevadas adelante en Amrica Latina, en los ltimos veinte aos, han implicado ante todo un reacomodo y posterior conciliacin de la administracin del poder entre el Estado y el mercado. No se trata, como muchos han planteado, del retraimiento o achicamiento del Estado por su ineficiencia, insolvencia, excesiva burocratizacin y corrupcin, sino ms bien de un cambio en sus mbitos de intervencin. El Estado nacional de los pases latinoamericanos abandon el rol activo en los procesos de desarrollo para concentrarse en las definiciones macroeconmicas y en el

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diseo de las reglas que rigen y definen la participacin de los actores del mercado (tipos de cambio, tasas de inters, privatizaciones, liberalizacin del mercado del trabajo, desregulaciones amplias, seguridad a la inversin, apertura comercial, etctera). Los cambios en la relacin Estado y mercado responden a una ideologa que en parte debe su xito a la simpleza de su paradigma: el capitalismo, al aumentar la eficiencia de la produccin, aumenta la riqueza colectiva de forma espectacular. Incluso si esa riqueza se distribuye desigualmente, con el progreso tecnolgico y la organizacin del trabajo habr ms que suficiente como para asegurar que cada uno recibir por encima de lo que sera posible bajo otros modelos de desarrollo. A esto se ha llamado la teora de distribucin mediante goteo y, a su vez, no es otra cosa que la extensin de la metfora de la mano invisible que se aplica como explicacin al equilibrio del mercado y la produccin. El razonamiento es simple, como puede constatarse; pero qu pruebas concretas aporta el modelo neoliberal para una apuesta frrea al modelo de desarrollo de capitales? Veamos un poco de historia. El modo de produccin capitalista es relativamente joven, inicia su gestacin en el siglo XVI y se desarrolla plenamente con los aportes de las innovaciones cientficas y tecnolgicas de la modernidad del siglo XIX (Neffa, 2005). El constructo ideolgico del xito en trminos de bonanza general del modelo neoliberal se desarrolla mucho despus, luego de la segunda posguerra, cuando se han aplicado importantes innovaciones tecnolgicas no slo en el proceso productivo, sino tambin en la organizacin de las empresas y sus formas de gestin del trabajo. Durante este perodo se pudo constatar un ciclo de treinta aos de crecimiento econmico y desarrollo social que dur hasta inicios de la dcada de los sesenta. Estos recordados aos gloriosos constituyen una experiencia indita que contagia de optimismo y signa hasta nuestros das la historia del capitalismo. Fueron tiempos de prosperidad econmica, altas y sostenibles ganancias, elevadas tasas de inversin, crecimiento de la productividad del trabajo,

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salarios elevados y legislacin laboral favorable que fortaleci la seguridad social y la asociatividad sindical. La pobreza, como siempre, exista pero acompaada de posibilidades de progreso que permitan suponer que las carencias seran temporales y reversibles en un futuro. El Estado, mediador entre las fuerzas sociales y econmicas, asume la tutora de este perodo virtuoso que, sin embargo, slo pudo ser disfrutado en los pases industrializados y en las economas basadas en relaciones desiguales con los pases de la periferia que provean materias primas a bajos costos. El agotamiento de este proceso se inicia en la dcada del sesenta, primero en EEUU y posteriormente en el conjunto de pases industrializados. Ello se debi principalmente a la disminucin del ritmo de crecimiento de la productividad, proceso que puso en cuestin el aumento salarial y la redistribucin favorable a los trabajadores. Como lo describe Neffa (2005), la crisis implica la tendencia generalizada a la disminucin de las tasas de ganancia, reduciendo a su vez las tasas de inversin, fenmeno que a su vez provoc el estancamiento econmico, un elevado dficit fiscal y el desencadenamiento de procesos inflacionarios, generando tasas de desocupacin y el consiguiente dficit en los sistemas de seguridad social. Para hacer frente a la crisis y evitar que siguiera cayendo la tasa de ganancia, los pases desarrollados comenzaron a realizar procesos de ajuste estructural que tuvieron una serie de repercusiones en los pases en vas de desarrollo. La agenda, tradicionalmente conocida como el consenso de Washington, giraba en torno a una readecuacin de las polticas estatales en los aos ochenta que consistan esencialmente en reducir el dficit fiscal acusado de ser la causa de la inflacin (exceso de inversin pblica en polticas sociales), se fren y contrajo la generacin del empleo por parte del sector pblico y se desencaden un proceso de privatizacin de las empresas estatales, aduciendo su mal desempeo, obsolescencia y baja productividad. Por otra parte, sobre todo en Amrica latina, se generaliza la privatizacin de los servicios pblicos, se impulsa la apertura econmica y la inversin extranjera directa. Todo ello promovido en el mbito discursivo por una reduccin del Estado benefactor, causante del dficit fiscal.

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Con ello, como lo plantea Vilas (2001), el Estado no se retrae de la aplicacin de polticas sino abandona a su propia suerte a algunos actores econmicos y promueve a otros, contribuyendo a consolidar sus ganancias. As, no se reduce el gasto social porque se focaliza la poltica o se hace ms eficiente la gestin, sino que se focaliza la poltica y se prioriza la eficiencia porque se recorta el gasto social; y ste se recorta como expresin y resultado de la prdida de poder poltico de sus anteriores beneficiarios: las clases populares y, con mayor precisin, los trabajadores. La forma de intervencin asumida por el Estado en dcadas pasadas reflejaba en cierta medida un equilibrio del conflicto social generado por las relaciones de clases y expresaba una correlacin de fuerzas entre los agentes privados, el Estado y los sindicatos. El cambio actual implica la institucionalizacin de intereses y perspectivas de un actor especfico; la empresa privada; lo que conlleva una notable correspondencia entre sus orientaciones en busca del control de los mercados (incluido el laboral) y el sentido de la intervencin estatal. Los cambios en las polticas sociales y econmicas de este contexto ilustran los procesos: privatizacin y desregulacin donde antes hubo intervencin y ordenamiento estatal; focalizacin en lugar de universalidad; compensacin en vez de promocin; el individualismo y particularismo clientelista sustituye al ejercicio colectivo de derechos; combate a la pobreza extrema en lugar de desarrollo social, entre otros cambios (Vilas, 2001). En ese marco, los procesos de reforma estatal son tan slo elementos visibles de una activa reestructuracin capitalista que apuntala la prdida o ganancia de poder de los diversos actores econmicos. As, el Estado ha reorientado su intervencin hacia la promocin de fracciones empresariales vinculadas a las exportaciones; con lo cual estara apoyando la transferencia de excedentes financieros desde grupos de las burguesas nacionales (vinculadas hacia el mercado interno); y de las clases trabajadoras, hacia fracciones del capital ms relacionadas con la inversin y el comercio mundial.

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Esta poltica, como lo registran ya muchas investigaciones3, ha tenido un impacto negativo sobre las condiciones de vida de amplios segmentos de la poblacin latinoamericana. Para quienes todava continan defendiendo la aplicacin del modelo neoliberal, el incremento de la pobreza slo refleja un efecto de corto plazo reversible con una consistente, sistemtica y ampliada aplicacin del modelo de desarrollo capitalista. Por otro lado, diversas posiciones crticas, desconfiadas del carcter transitorio del deterioro social, sostienen ms bien que la pobreza e inequidad son consecuencia y requisito del modelo de acumulacin vigente, con resultados constatados en todas las economas latinoamericanas: reducida y precaria generacin de empleo, concentracin de ingresos, exclusin social, entre otros, son aspectos inherentes a la creciente subordinacin de la economa real a la economa financiera que el ajuste neoliberal requiere. As, se ha podido constatar que las polticas pro competitividad y exportacin no slo no han resuelto el problema del empleo e ingreso de los sectores populares (su promesa central al ser aplicadas), sino tampoco lograron resolver el problema del crecimiento econmico (Boron et al., 2002). Con los datos proporcionados por una serie de balances crticos (CEPAL, 2002 y 2003a; Sader, 2001; Ziccardi, 2001; Brieger, 2002), despus de dos dcadas de neoliberalismo, se puede afirmar que el modelo, en trminos sociales, ha fracasado y su permanencia como poltica estatal dominante slo se debe a la construccin y permanente fortalecimiento de su discurso basado en un mito ideolgico simplificador:partiendo de una ruptura con el populismo (principio) se llevara adelante privatizaciones y la reforma del Estado (nudo argumental) para lograr el bienestar prometido (desenlace) y arribar al primer mundo (final) (Brieger, 2002:350).

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Entre ellas ver CEPAL (2002; 2003; 2003a; 2003b; 2003c); De la Garza et al. (2001); Sader (2001), Ziccardi (2001); Portes et al. (2003); Oyen (2002); Boron et al. (2002); Brieger (2002).

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Todo ello sustentado por las burguesas nacionales que ven las posibilidades de su sobrevivencia vinculadas a una articulacin (con claras desventajas pero articulacin al fin) con el capitalismo mundial. Con estas constataciones, podemos encontrar voces disidentes incluso al anterior de las instituciones supranacionales que se constituyeron en los ms frreos defensores de la apertura comercial, como Louis Emerg, funcionario del BID, quien previene que[el error bsico] fue olvidar que lo econmico y lo social eran una sola cosa. Hay una bomba de tiempo social que late bajo los sistemas econmicos aplicados (en Van der Borgh, citado por Brieger, 2002).

Por todo ello, en el fondo, hablar de pobreza, empleo e ingresos implica discutir no slo las potencialidades y caractersticas de los menos favorecidos sino, ante todo, poner en discusin la forma de organizacin del Estado y la sociedad, tanto como el modo y los criterios en que los recursos sociales y econmicos son asignados, quines ejecutan el reparto y, por tanto, las condiciones en que los diversos actores participan del mismo.

1.3

Reestructuracin capitalista y comercio internacional

La construccin de desigualdades econmicas en el sistema capitalista es un proceso que implica ms de 500 aos. Coincidimos con Wallerstein (1998), cuando sostiene que el capitalismo ha sido posible en la medida en que se ha estructurado, por un lado, como un sistema de desigualdades entre personas o actores econmicos y, por otro, fundamentalmente como un sistema jerarquizado de Estados. Lo que el autor denomina sistema-mundo capitalista4 implica una economa-mundo que articula un nico espacio de accin social dentro del cual se integran mltiples procesos de produccin. Este espacio, originalmente4 La teora del sistema-mundo, planteada por Wallerstein, tiene sus antecedentes en los trabajos de Kart Polanyi, Ludwing Dehio y Fernand Braudel, y los argumentos centrales fueron recogidos en su ya clsico libro: El Moderno sistema mundial, Mxico, Siglo XXI. 1998.

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abarcador de un conjunto de Estados, actualmente abarcara todo el planeta. As, se entiende por sistema-mundo una unidad compuesta de una nica divisin del trabajo a escala mundial y mltiples sistemas culturales y polticos. El autor, argumentando su teora, afirma quelos procesos de produccin estn organizados en torno a una divisin axial del trabajo o tensin centro-periferia, y en torno a una divisin social del trabajo, o tensin burguesa-proletariado que, juntas, permiten la incesante acumulacin del capital que define al capitalismo como sistema histrico. Estos procesos de produccin integrados estn unidos mediante un sistema interestatal compuesto por los as llamados estados soberanos (Wallerstein, 1989:18).

La soberana estatal es un problema que ha generado profusas discusiones, en particular en las ciencias polticas. La propia existencia del Estado nacional fue tema de discusin, sobre todo a partir del controversial libro Imperio publicado el 2004 por Hardt y Negri, cuya tesis sobre el tema podra ser resumida en la cita:Hoy...las grandes compaas transnacionales han superado efectivamente la jurisdiccin y la autoridad de los estados-nacin. Parecera pues que esta dialctica que ha durado siglos llega a su fin: el estado ha sido derrotado y las grandes empresas hoy gobiernan la Tierra! (2004: 283).

De esta manera, la proclamada derrota del Estado supone el cambio de sus funciones y tareas polticas hacia otros niveles y dominios, principalmente hacia los mecanismos de mando del nivel global de las grandes empresas transnacionales (Ibid. 284); es decir, en un proceso histrico inverso en el cual el Estado-Nacin habra expropiado las funciones polticas y administrativas de la aristocracia y burguesa locales. En esta nueva fase de la historia del capital descrito por Hardt y Negri, tales tareas y funciones habran migrado hacia otras esferas y dominios trasnacionales. Sin embargo, reconocer los lmites de un Estado en funcin a sus relaciones con empresas trasnacionales no implica desconocer su poder para influir en las operaciones de la economamundo. Por una parte, hay que

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considerar que en el sistema-mundo moderno, los que en definitiva dictan las reglas no son los mercados sino los Estados que, adems, son los instrumentos privilegiados para la acumulacin. Por otra parte, como sostiene Wallerstein, hay que tomar en cuenta quelas clases, los grupos nacionales/tnicos e incluso las unidades familiares estn definidos por el estado, a travs del estado, en relacin con el estado y a su vez crean al estado, le dan forma y lo modifican (Wallerstein, 1989:817).

Si aceptamos la hiptesis de que la fuerza motriz del actual sistema mundo es la incesante acumulacin de capital y sta tiene en las empresas transnacionales su ncleo duro de reserva, no por ello debemos negar los vnculos de dichas empresas con alguna base nacional. Born (2002) aporta a este argumento al afirmar queel 96% de las doscientas megacorporaciones que prevalecen en los mercados mundiales y cuyos ingresos totales alcanzan los 7,1 billones de dlares por ao equivalentes a la riqueza combinada del 80% de la poblacin mundial tienen sus casas matrices en ocho pases, estn legalmente inscritas en los registros de sociedades annimas de esos mismos ocho pases, se encuentran protegidas por las leyes y los jueces de sus Estados, y sus directorios tienen su sede en los mismos pases del capitalismo metropolitano. Para despejar las dudas que pudieran restar, tngase en cuenta que menos del 2% de los miembros de sus directorios son extranjeros, mientras que ms del 85% de todos los desarrollos tecnolgicos de las firmas se originan dentro de sus fronteras nacionales. En suma: estas corporaciones tienen un alcance global; pero su propiedad, por ms dispersa que se halle, tiene una clara base nacional, y sus ganancias fluyen de todo el mundo hacia el pas donde se encuentra su casa matriz (Born, 2002: 117).

El mismo autor, haciendo referencia a un informe elaborado por la revista Fortune sobre las cien empresas transnacionales ms grandes de todo el mundo, sostiene que la totalidad de las firmas reconocieron haberse beneficiado por las intervenciones hechas en su favor por los gobiernos de sus pases, mientras que el 20% de ellas admiti no slo eso, sino que haban evitado la

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bancarrota gracias a los subsidios y los prstamos de rescate que les haban sido concedidos por sus gobiernos. En consecuencia, podemos afirmar que los Estados-Nacin todava siguen siendo actores cruciales en la economa mundial. Las economas nacionales siguen existiendo y las empresas transnacionales continan operando desde una base nacional. En ese marco, debemos entender que el sistema-mundo est conformado por un pequeo ncleo de Estados fuertes llamados Estados centrales en los que se concentra la acumulacin de capital; un segundo grupo de Estados con un nivel de fortaleza relativa, pero significativamente menor que la de los Estados centrales llamados Estados semiperifricos, y un tercer gran grupo de Estados dbiles llamados Estados perifricos. La estructuracin de las relaciones econmicas y polticas al interior de este sistema ha posibilitado el funcionamiento de un mecanismo de transferencia de excedentes desde los Estados perifricos y semiperifricos hacia los Estados centrales. De este modo, si bien se discute que ha habido en la historia de la humanidad una serie de sistemas-mundo (sistemas que eran un mundo en s mismos), slo el sistema-mundo capitalista ha llegado a ser un sistema verdaderamente mundial mediante sucesivas incorporaciones de todas las zonas del globo (utilizando presiones militares, polticas y econmicas), de manera que no existira en la actualidad un Estado independiente del sistema, entendido esto comouna parte del planeta econmicamente autnoma, capaz de autoabastecerse y a la que los nexos e intercambios interiores le confieren unidad orgnica (Braudel, 1979, citado en Wallerstein, 1989).

Es fundamental reconocer que el sistema-mundo capitalista ha funcionado siempre como una jerarqua de poder entre los Estados, sin que en ningn momento haya existido un Estado cuya hegemona haya sido totalmente indiscutida. As, las desigualdades entre los pases o las sociedades no se deben a diferencias en su posicin geogrfica, estadio de desarrollo o su nivel de

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modernizacin, sino a sus diferentes posiciones dentro de la economa-mundo. Por ello, la explicacin de la pobreza y la exclusin de una sociedad no puede partir tan slo de una dilucidacin de sus caractersticas internas o de su historia, sino deben apelar al conocimiento del funcionamiento del sistema en su conjunto, ya que en estos casos no sloel todo es ms que la suma de sus partes, sino que el todo es el que da razn de sus elementos constitutivos (Tortosa, 1989:108).

Cuando resaltamos la importancia de los Estados, estamos hablando de la capacidad que stos tienen para favorecer o desmejorar la posicin competitiva de un grupo u otro de actores econmicos. En palabras de Wallerstein (2005:49),...los estados tienen el derecho soberano, dentro del sistema interestatal, de establecer reglas acerca de lo que cruza sus fronteras. Pueden permitir o impedir el paso de personas, mercancas o capital; pueden discriminar entre abrir o cerrar el paso desde o hacia algunos pases en particular; pueden establecer lmites cuantitativos para lo que cruza sus fronteras; pueden establecer aranceles para los bienes que cruzan sus fronteras; pueden presionar a otros gobiernos para imponer condiciones acordes a los intereses de los estados que imponen las condiciones, o los intereses particulares de algunos productores de los estados que ejercen dichas presiones.

Este sistema se corresponde a su vez con una red jerarquizada de estructuras de produccin. Esta red de estructuras de produccin cuenta con una serie de mecanismos que son centrales para facilitar la acumulacin de capital: la mercantilizacin, la multiplicidad de modos de control de la fuerza de trabajo, las cadenas de valor, el intercambio desigual entre centro y periferia y la estructuracin de agentes con ventajas monoplicas (Wallerstein, 1995). Siendo estos conceptos centrales en el anlisis del presente trabajo, nos extenderemos en la definicin que Wallerstein plantea para cada uno de ellos. La transformacin de todo objeto/sujeto en mercanca transable o mercantilizacin es entendida como un fenmeno que es comn a virtualmente todos los sistemas histricos conocidos. Lo que caracterizara el actual sistemamundo es la bsqueda constante de nuevas reas de mercantilizacin,

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incorporando zonas a travs de una consciente y planificada expansin geogrfica. Este proceso es necesario debido a que a medida que la mercantilizacin avanza, la rutinizacin de actividades mercantilizadas se hace paulatinamente menos rentable para quienes estn en una situacin monoplica y, por tanto, estos actores empiezan a promover la mercantilizacin de nuevas reas (Wallerstein, 1989). En ese marco, el mercado es esencial para el funcionamiento del sistema. Mientras ms libre y por ende, ms competitivo es ste, menores son las posibilidades de obtener altos niveles de ganancia. En consecuencia, los capitalistas que gozan de ventajas monoplicas utilizarn el poder poltico y su influencia sobre los Estados para impedir el incremento de la competencia. No obstante, los monopolios siempre estn bajo ataque y no suelen perpetuarse; ms bien, lo que ocurre es que un monopolio es sustituido por otro. Por ello, los grandes actores econmicos deben ser capaces de cambiar de rubro cuando decaen sus niveles de ganancia. Los cambios de rubro tienen implicaciones sectoriales y geogrficas, sobre todo en los pases del tercer mundo en las rearticulaciones monoplicas de nuevos rubros o productos. Como sostiene Wallerstein (1998:62),el funcionamiento de la economa-mundo capitalista requiere que los grupos persigan la satisfaccin de sus intereses econmicos dentro de un nico mercado mundial mientras procuran distorsionar ese mercado en beneficio propio organizndose para influir en los estados, algunos de los cuales son ms poderosos que otros, pero ninguno de los cuales controla el mercado mundo en su totalidad.

Otro mecanismo central en el desarrollo del sistema es la multiplicidad de modos de control de la fuerza de trabajo. Esto implica la coexistencia de formas de produccin que usan trabajo no asalariado junto con relaciones laborales parcial o plenamente asalariadas, lo que permite al sistema frenar las demandas de los trabajadores por mayores salarios y, adems, facilita el funcionamiento de una serie de mecanismos de extraccin de excedentes desde las formas de produccin caracterizadas por el uso de fuerza de trabajo no asalariada.

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Por otra parte, para comprender el sistema hay que conocer aquello que lo articula: las cadenas de valor. Todo producto es el resultado de una cadena de valor, cuyos procesos productivos se distribuyen espacialmente a lo largo de diversas reas geogrficas. La existencia de dichas cadenas hace posible que sus diferentes componentes se estructuren de diversa manera entre s, en lo que se refiere al grado de dispersin geogrfica, al grado relativo de monopolizacin, a los modos de control de la fuerza de trabajo y al nivel de rentabilidad de cada componente. Esta compleja estructura permite mltiples formas de manipulacin para centralizar el excedente y facilitar la acumulacin de capital en pocas manos. La estructuracin de las cadenas de valor cuyo origen es mucho ms antiguo de lo que se les atribuye5 es lo que permite la divisin internacional del trabajo como un fenmeno de centro/periferia, en el cual el intercambio desigual es el principal mecanismo de transferencia de excedentes. La antinomia centro/periferia se refiere a una relacin entre unidades con mayor grado de monopolio versus unidades en ambientes ms competitivos, lo que lleva a las dicotomas entre altos y bajos niveles de ganancia y altos y bajos niveles de salarios. Por todo lo mencionado, un concepto central de la teora sistema-mundo de Wallerstein es el de hegemona. Este concepto hace referencia a la situacin en la que un poder central es suficientemente poderoso como para obtener lo que desea con un mnimo uso de la fuerza, y ser un lugar excepcional de acumulacin de capital por acumulacin de cadenas de mercancas altamente rentables o de las partes ms rentables de las mismas. En oposicin a este concepto se articula la rivalidad, es decir, una situacin en la que la distribucin del poder est menos concentrada entre los pases centrales y la acumulacin de capital es menos desigual entre ellos. Asimismo, la hegemona de una nacin en referencia a su poder central ya era un fenmeno estudiado bajo el concepto de imperio. El uso del trmino5 Ver en Wallerstein y Hopkins 1986: Commodity chains in the world economy prior to 1800. Review No.1 Vol.X.

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proviene de una analoga con lo que histricamente se denomin Imperio Romano, sobre todo si la expansin de ste es definida como la asimilacin de la cultura y la cosmovisin poltica romana por parte de los pueblos conquistados. Se tratara de un proceso selectivo que se aplicaba sobre los sectores altos de la sociedad sometida, convirtindolos en socios en la conduccin del imperio, pero que afectaba a todas las clases, con beneficios para unas y consecuencias negativas para otras. As, la supremaca romana estaba basada en la combinacin de violencia y persuasin con la distribucin de castigos ejemplificadores a quienes la desafiaban y premios reservados para aquellos que se conformaban (Santosuosso, 2001). En atencin a estas caractersticas, en el momento histrico actual estamos frente a la presencia de los EEUU como el lder hegemnico mundial. De esta forma, esta hegemona hace referencia a la bsqueda agresiva de Estados Unidos de un orden internacional abierto e integrado, basado en los principios del capitalismo democrtico (Panitch y Guindin, 2005:22). Esta hegemona empez a construirse hacia 1870 y tuvo tres vertientes (Wallerstein, 2000): a) El declive del poder hegemnico de Inglaterra.

b) La supremaca de los EEUU frente a Alemania, posible sucesor de Inglaterra. La disputa entre las dos nuevas potencias implic un largo proceso que incluy dos guerras mundiales o, visto de otro modo, una guerra mundial de 30 aos de duracin. c) La capacidad de EEUU de contener a la Unin Sovitica en el perodo de la guerra fra, preservando los acuerdos de Yalta6 que definieron las fronteras territoriales de ambas potencias. Esto fue posible gracias a una estrategia que deliberadamente eludi el enfrentamiento directo entre las dos potencias militares. Al respecto, es muy elocuente el hecho de que las fronteras particularmente las

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Los Acuerdos de Yalta hacen referencia al documento poltico internacional firmado tras la segunda guerra mundial por las potencias vencedoras representadas por WS.Churchill, F.D.Roosevelt y J.Stalin.

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fronteras de Europa no hayan sufrido grandes cambios desde los acuerdos de Yalta en 1945 hasta la implosin del sistema sovitico en 1989. No es posible explicar la hegemona de los EEUU sin detenerse en la relacin entre la gran burguesa y el Estado estadounidenses. La gran burguesa estadounidense ha logrado ser, como sujeto social, un protagonista de primera lnea en el capitalismo actual gracias a que...ha sabido construir un estado capaz de expresar sus intereses e ideologa particulares como de la sociedad en su conjunto, no slo nacional sino mundial, y hacerlos valer utilizando todos los medios a su alcance (Cecea, 2002: 159).

Por ello, Panitch y Gindin (2005) sostienen que el rol que EEUU ejerce es resultado de la historia capitalista debido a la capacidad que tuvo de conjugar su poder particular con una tarea general de coordinacin del poder de atraccin de los modelos de produccin y cultura norteamericana crecientemente unificados en la esfera de consumo. As, se tratara de una convergencia dela invencin norteamericana de la moderna corporacin, el management cientfico del proceso de trabajo y la lnea de montaje de produccin masiva; y, por otro lado, los esquemas narrativos y visuales al estilo Hollywood atrayendo y congregando a masas de inmigrantes por medio de la simplificacin y la repeticin dramtica (Panith y Guindin, 2005: 30).

As, el sujeto social dominante de la hegemona norteamericana se nos presenta fundamentalmente bajo dos formas: la del Estado y la de las grandes transnacionales econmicas y culturales afincadas en los EEUU que permanentemente recrean su hegemona mediante una construccin simultnea en varios planos (Cecea, 2003): militar, creando las condiciones reales e imaginarias de invencibilidad;

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econmico, constituyndose en paradigma de referencia y en sancionador en ltima instancia; poltico, colocndose como hacedor y rbitro de las decisiones mundiales; y cultural, haciendo de su propia concepcin del mundo y sus valores la perspectiva civilizatoria reconocida universalmente. Todos estos mecanismos de construccin de la hegemona estn orientados a imponer una verdad particular la del Estado y la burguesa norteamericana - como si fuera una verdad general, en este caso mundial, articulada a un crecimiento econmico mediante la desposesin a travs de lo que ya Marx identificaba como procesos del capital en la etapa de acumulacin originaria, pero cuya actualidad es aterradora: la mercantilizacin y privatizacin de la tierra y la expulsin forzosa de las poblaciones campesinas e indgenas; la conversin de diversas formas de derechos de propiedad comn, colectiva, estatal, etc. en derechos de propiedad exclusivos; la supresin del derecho a los bienes comunes; la transformacin de la fuerza de trabajo en mercanca y la supresin de formas de produccin y consumo alternativas; los procesos neocoloniales e imperiales de apropiacin de activos, incluyendo los recursos naturales; la usura, la deuda pblica y, finalmente, el sistema de crdito. El Estado, como hace ms de 500 aos, con su monopolio de la violencia y sus definiciones de la legalidad, juega un rol crucial al respaldar y promover estos procesos cuya consecuencia es el empobrecimiento colectivo.

1.4

La ampliacin del trabajo precario y el crecimiento de la pobreza

Como hemos sostenido a lo largo del presente captulo, comprender la pobreza y las posibles estrategias estatales o sociales para combatirla no puede estar exenta de una mirada macro de las relaciones del sistema-mundo. Por ello, hablar del comercio mundial y discutir los tratados comerciales signados

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por los pases implica analizar las estrategias concretas de expansin del actual sistema-mundo en su bsqueda de nuevas reas de mercantilizacin. Para vincular esto con la generacin de pobreza es central conocer a fondo en la especificidad de cada pas la multiplicidad de modos de control de la fuerza de trabajo. Esto implica una mirada no slo de las empresas beneficiarias directas de un acuerdo comercial, sino tambin considerar la coexistencia de formas de produccin en apariencia perifricas a la articulacin internacional. Asumiendo que Bolivia se articula a las cadenas de valor principalmente a travs de la exportacin de materias primas, el objetivo del presente trabajo es explorar otra forma de articulacin menos conocida y que podra tener impactos en la generacin de pobreza: el encadenamiento de procesos productivos que se distribuyen espacialmente a lo largo de diversas reas geogrficas y que tendran en Bolivia articulaciones para el uso intensivo de fuerza de trabajo. Esta forma estara directamente vinculada al caso estudiado: la Ley de Promocin Comercial Andina y Erradicacin de la Droga (ATPA, segn su sigla en ingls) que ha permitido el desarrollo de algunas industrias manufactureras directamente vinculadas al mercado norteamericano. Sin embargo, para comprender la vinculacin de esta reciente forma de articulacin al sistema mundo, es fundamental revisar la conformacin del mercado de trabajo en Bolivia y su proceso histrico de configuracin partiendo de la dcada del 50, cuando se inicia el periodo ms intenso de expansin del capitalismo. Producto de la revolucin modernizadora de 1952 y la constitucin del perodo donde la responsabilidad del desarrollo era esencialmente atribuida al Estado (y no al crecimiento econmico y la iniciativa privada), el enfoque de la poltica social en Bolivia responda a una estrategia de acumulacin basada en la ampliacin del mercado interno, la creacin de empleo, el mantenimiento del salario real y la accin integradora de los sindicatos. As, el trabajo y el ingreso se constituan en las puertas para el acceso a los beneficios sociales y

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a los servicios del Estado (salud, educacin, previsin social, ciudadana, etc.). En este modelo, las organizaciones de carcter asistencial se encargaban de quienes estaban fuera del mercado de trabajo y el campesinado se constitua en protagonista de un modo de produccin precapitalista destinado a la extincin. Gran parte del ascenso social registrado en este perodo (sobre todo a partir del acceso a la educacin y el empleo estable asalariado, con ascensos expectables) permita a las personas forjar un horizonte basado en el esfuerzo presente como inversin para lograr un futuro mejor. Sin embargo, tambin hay que reconocer que este modelo no lleg a desarrollarse plenamente, manteniendo diversas inequidades entre lo rural y urbano, las clases medias y clases trabajadoras, los hombres y las mujeres, los indgenas y mestizos, entre otras, puesto que el Estado de Bienestar existi dentro de los lmites del propio capitalismo, en funcin a lo que las clases trabajadoras a travs de sus luchas - lograban obtener del Estado. Indudablemente, en esta etapa no se hablaba de combate a la pobreza sino de promocin del pleno empleo, mejora del salario, mayores prestaciones sociales; todo lo cual afianzaba el consumo individual y colectivo, fortaleciendo el mercado interno. En ese marco, la pobreza era enfrentada de manera preventiva a travs de la incorporacin efectiva de las personas al modelo productivo, lo que les aseguraba un empleo, la percepcin de salarios que les permitan su reproduccin (e incluso ascenso social) y a un mnimo de seguridad de corto y largo plazo que otorgaba un horizonte de certidumbre y previsin (Castel, 1995; Coutrot, 2000). De esta manera, la sociedad salarial no era tan slo definida en funcin a que la generalidad de los trabajadores eran dependientes (los asalariados en Amrica Latina nunca fueron mayora), sino sobre todo porque, a partir de la hegemona de este tipo de organizacin social y productiva, los sujetos obtenan su renta, estatus, proteccin, identidad y reconocimiento social. Ese conjunto de certezas son las que se derrumban en el mundo neoliberal. Este tipo de relacin (que implica un tipo de regulacin) es cuestionada por el

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retorno del libre mercado. Los instrumentos concretos de las estrategias empresariales son la individualizacin y la desregulacin de la relacin laboral (con reformas a los cdigos de trabajo o de hecho, ante la amenaza del desempleo y la debilidad de las organizaciones sindicales). En todos los pases se puede constatar cmo cada da crece el nmero de personas que nacen y mueren sin haber tenido jams un empleo formal estable. Por ello, hablar de polticas de reduccin de la pobreza, sin al mismo tiempo poner en cuestin el sistema econmico y su lgica distributiva, slo puede ser un discurso ideolgico vaco de contenido real. En ese marco, discutir la pobreza y su relacin con el empleo e ingresos implica retomar la vieja e inmutable frmula de erradicar las causas para resolver el problema, ya que la desigualdad y la pobreza generan y se reproducen a partir de la lgica misma de la ganancia y del uso de la fuerza de trabajo. Se trata de cuestionar las bases de un orden econmico y poltico centrado en la lgica de la ganancia antes que en la lgica de la justicia y el bienestar social (Alonso, 2002). En esta visin, el problema ya no son los pobres y cuntos son, sino quines son los ricos y qu estrategias utilizan para concentrar la riqueza. Para focalizar la discusin, Vilas (2001) nos propone una serie de preguntas provocadoras: en las condiciones de pobreza de Amrica Latina, puede realmente hablarse de ms mercado y menos Estado?; significa ms mercado la exclusin a causa del desempleo, la prdida de ingresos, la contraccin de la poltica social de la mayora de la poblacin?; el surgimiento y crecimiento de los nuevos pobres es ms mercado?; la formacin de monopolios y oligopolios privados a causa de la desregulacin estatal ampla el mercado o lo reduce? En la actualidad, la precariedad del empleo reemplaz a la estabilidad como rgimen dominante del sistema de relaciones laborales. Cada vez con mayor naturalidad y tolerancia, la mayora de los trabajadores se enfrentan cotidianamente a la intensificacin y ampliacin de sus jornadas, a la desocupacin masiva y a la permanente incertidumbre por el da de maana.

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En esas condiciones, el futuro se convierte en el resultado aleatorio de la suerte accidental. Por todo ello, la pobreza y la intensificacin de las desigualdades debe ser analizada, ante todo, como el resultado directo de la permanente degradacin de las condiciones laborales. A medida que el mercado se internacionaliza y aumenta la competencia, el trabajo se vuelve la variable central de una poltica de reduccin de costos de produccin, mientras aumenta su eficacia productiva (Coutrot, 2000). De este modo, y frente a los discursos pro pobres desplegados por los organismos multilaterales y los Estados, se impone la idea de que la rigidez del mercado laboral debe ser abatida para poder mantener los niveles de competitividad mundial. En Amrica Latina, la flexibilidad en el empleo, producto de esta concepcin, se manifiesta cuando menos en cuatro niveles: Desestabilizacin y/o desaparicin de los trabajadores estables - que se inicia con servicios, comercio y se extiende rpidamente a la produccin y a la clase obrera ms tradicional. Instalacin permanente de la precariedad que implica vivir al da con lo que la persona logra arreglndose sola o a travs de la ayuda social, el autoempleo, el trabajo informal o la solidaridad familiar. Ampliacin del nmero de personas prescindibles por el modelo productivo son todos aquellos que se encuentran en una situacin de inutilidad social, no son integrables ni como trabajadores, ni como potenciales consumidores; se trata de un ejrcito de reserva exacerbadamente supernumerario que no tiene la oportunidad ni siquiera de ser explotado, en el sentido ms brutal del trmino. Atomizacin de intereses ante la desestructuracin de un modelo productivo ligado a un sistema de relaciones laborales y de bienestar social sustentado por los diversos pactos entre la sociedad y el Estado, se impone la fragmentacin de lo colectivo que funcionaba como estrategia de defensa de los ms dbiles. As, hay un franco

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retroceso en las organizaciones sindicales, asociaciones y gremios, que se extiende hasta invadir los mundos de la vida cotidiana, las identidades, las subjetividades y las acciones de todos. Por todo lo anteriormente expuesto, debemos partir por la admisin de que toda poltica de lucha contra la pobreza est condenada al fracaso si se intenta aplicarla aislada del reconocimiento de las condiciones macroeconmicas y macropolticas actuales. Desde diversos ngulos y con argumentos variados, los analistas e investigadores estudiados en este texto coinciden en sostener que las polticas alternativas reales de lucha contra la pobreza implican el diseo de un esquema de acumulacin y poder tambin alternativo. Se trata, como lo plantean Boron y Gambina, de cambiar la lgica de competitividad internacional exigida por el capital con la demanda (y exigencia) de los ingresos requeridos por la poblacin para satisfacer necesidades tan elementales como alimentarse, curarse y educarse; es decir, se trata de[una propuesta poltica] pensada desde las necesidades de los pueblos y no desde el killing instinct del capital (Boron et al., 2002: 16).

A la luz de estos argumentos, decimos que el plano de las relaciones comerciales particularmente las relaciones comerciales entre un pas perifrico como Bolivia y los EEUU son un plano privilegiado para observar algunos elementos centrales que se ponen en juego para fortalecer la posicin estadounidense y mantener a Bolivia en una situacin claramente subordinada, lo que se da gracias tambin a una dosis de complicidad de una gama de sujetos sociales bolivianos. La forma en la que se manifiestan estos elementos que refuerzan una posicin subordinada de Bolivia frente a los EEUU son los tratados comerciales que dan el marco general para la participacin de Bolivia en el engranaje de las cadenas productivas globales. Nuestro argumento sostiene, adicionalmente, que los acuerdos comerciales, tal cual estn siendo diseados

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e instrumentados por los EEUU, les permite utilizarlos para el logro simultneo de varios objetivos de poltica exterior a la vez. Entre estos objetivos se encuentra el reorientar algunos aspectos de la poltica interna de Bolivia. Siguiendo las implicaciones tericas del enfoque que gua este trabajo, sostenemos que la incorporacin de Bolivia al mercado mundial de manufacturas, como territorio especializado en una de las fases de la cadena vale decir, la produccin en s, que es controlada por el capital forneo, el estadounidense no genera condiciones de mejoramiento de la calidad del trabajo asalariado en el sector exportador, ni menos se constituye en una poltica de reduccin de los niveles actuales de pobreza. Veamos en el desarrollo de este trabajo los argumentos que sostienen esta afirmacin.

CAPTULO 2 CARACTERSTICAS DE LA INSERCIN INTERNACIONAL DE BOLIVIA

Las caractersticas histricas de la economa boliviana han configurado un patrn de desarrollo de tipo primario exportador, en el que un sector extractivo de materias primas conforma la principal fuente de excedentes. Ello implica, como en varios pases latinoamericanos, que este sector se constituye en el eje en torno al cual gira el resto de la economa, puesto que su aporte en divisas es fundamental para el sostenimiento del Estado y la movilizacin de recursos en el mercado interno. Por otra parte, articula grupos de inters vinculados con algunas actividades conexas y genera capacidad de compra para la importacin de productos manufacturados que no se producen en el pas. Esta configuracin da como resultado un tipo de insercin externa caracterizada por: i) un peso poco significativo y decreciente en el comercio internacional que histricamente se ha ido diversificando y tornndose ms complejo en su intercambio; ii) una marcada tendencia a la vulnerabilidad externa por las fluctuaciones de este sector en su valorizacin en el mercado internacional y iii) una concentracin del comercio exportador en pocos mercados y en pocas empresas.

2.1

Algunos factores para la configuracin del patrn de desarrollo

La economa boliviana estuvo ntimamente vinculada con el mercado internacional (o estuvo globalizada, para decirlo en palabras actuales) desde antes de la fundacin de la repblica. Durante el periodo colonial, el vnculo de nuestra economa con el mercado mundial fue exclusivamente la

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explotacin de recursos naturales. Debido a esa caracterstica, se seala que el patrn de desarrollo de la economa boliviana es de carcter primarioexportador por ms de cinco siglos. Desde la colonia hasta fines del siglo XIX, el producto central de exportacin fue la plata; a principios del siglo XX, el caucho predomin en las exportaciones; desde la dcada de 1920 hasta la crisis de mediados de la dcada de 1980, el estao fue el producto protagonista del comercio internacional. En la actualidad, sin que ninguno de los diversos gobiernos hubiese aprovechado el excedente en la diversificacin del patrn de acumulacin nacional, el gas natural se constituye en la principal riqueza exportadora boliviana (PNUD, 2005). Esta historia econmica mantiene al pas en los eslabones ms bajos de las cadenas mundiales de valor. Entonces, las caractersticas de la insercin de Bolivia en el mercado mundial explican en gran medida la propia historia econmica y poltica del pas. Los ciclos de los sucesivos productos privilegiados para el mercado mundial configuraron tambin los ajustes, adaptaciones y reemplazos de grupos de poder vinculados con las actividades extractivas en auge, cuyos intereses estuvieron signados por una marcada vocacin rentista y dirigieron de manera directa o indirecta los destinos del pas (Almaraz, 1967; Mitre, 1981; Rodrguez, 1994). A lo anteriormente descrito en el mbito econmico, debemos aadir la persistencia de una tradicin histrica de colonialismo interno, cuyos rasgos ms sobresalientes son, por un lado, la explotacin de la fuerza de trabajo indgena sin la articulacin del goce de su ciudadana plena y, por otro lado, el aprovechamiento rentista de la tierra, tanto en el sistema de produccin minera como en el de las haciendas. Por siglos, la clase dirigente exhiba marcados patrones seoriales de comportamiento y conceba la tierra y la explotacin de los recursos naturales como un privilegio vinculado a su estirpe y no como propiedad de la nacin. El proyecto seorial se desarroll combinando un modelo de libre intercambio para favorecer los intereses de la faccin minera de la oligarqua pero sin

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revolucin burguesa, sin acumulacin y sin ingreso de capital. En sntesis, un modelo colonialista de concentracin de la tierra que profundiz el uso feudal de la fuerza de trabajo indgena (Zavaleta, 1986). La revolucin de 1952, cuyo antecedente se encuentra en la derrota boliviana a manos del Paraguay en la Guerra del Chaco (1932-1935), fue un intento de construccin nacional liderizado por un grupo de clase media constituida por miembros de familias relegadas de la participacin de los beneficios del rentismo minero7. La revolucin de 1952 dej un proceso inconcluso: si bien gener condiciones para la retencin del excedente por parte del Estado boliviano y avanz en la ciudadanizacin de las mayoras indgenas otorgando el voto universal, no pudo destruir la matriz cultural seorial (constituyente de la propia identidad de clase media privilegiada del ncleo central del MNR), que se recre en los grupos dominantes post-52. As, desde la intelectualidad y la bsqueda de un nacionalismo paulatinamente excluyente8, no surgi un sujeto social que pudiese hacerse cargo de las tareas burguesas. Es a partir de este periodo que conceptualmente se inicia la historia boliviana contempornea. 2.1.1 Un patrn de desarrollo, varios modelos econmicos

En trminos laxos, se entiende por modelo de desarrollo la forma en la que se administra un patrn de desarrollo; y un patrn de desarrollo se conceptualiza como la modalidad en la que se genera, se realiza y se distribuye el excedente. El modelo de desarrollo tiene como elementos fundamentales el grado de presencia del Estado en la economa y el grado de apertura del pas (Gray, 2007).

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Zavaleta los caracteriza como los parientes pobres de la oligarqua... hijos de ex presidentes o de gerentes de empresas quebradas (1977: 88). Consideramos que fue paulatinamente excluyente, puesto que el Estado del 52 se inicia con una promesa de inclusin universal, pero deviene en la consolidacin de un grupo de poder de tipo oligrquico que bajo un manto de modernidad - deja intactos ciertos privilegios y prcticas de tipo colonial a favor de algunas lites mestizas.

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Como hemos visto en el anterior acpite, el patrn de desarrollo de la economa boliviana no ha cambiado a lo largo de su historia, pues su principal caracterstica es la explotacin de recursos naturales para el mercado mundial. Los ciclos de auge y decadencia de cada uno de los sucesivos productos que vincularon al pas con la economa mundial se modificaron a lo largo del tiempo, segn los cambios en el contexto mundial, y con ello los mrgenes para el acomodo de la economa boliviana en tal contexto; pero el patrn de insercin basado exclusivamente en materias primas se mantuvo inalterado. Paralelamente, se dieron cuatro cambios en la orientacin de la poltica econmica desde inicios del siglo XX hasta la fecha: un ciclo liberal, durante las primeras dcadas del siglo, seguido por un ciclo estatista que se profundiz en 1952; partir de 1985, un ciclo de corte neoliberal y, desde 2006, se observa un nuevo intento de cambio en la poltica econmica. Los primeros 30 aos del siglo pasado se caracterizaron por la prevalencia de una poltica econmica de tipo liberal. Durante este perodo, las exportaciones de estao en manos privadas representaron entre el 50% y el 70% de las exportaciones totales y el nivel de impuestos de la minera del estao era muy reducido (Gallo, 1991). Despus de 1930, la rentabilidad minera empez a declinar y los impuestos empezaron a subir como efecto de una serie de necesidades del Estado boliviano: el mantenimiento econmico de la Guerra del Chaco (1929-1932), las presiones de acreedores internacionales que queran asegurar el repago de la deuda externa, y presiones de diferentes grupos sociales, reclamando polticas de atencin social del Estado (Gallo, 1991). A partir de 1930 se inicia una etapa de proteccionismo econmico con la creacin de la Junta de Control de Cambios, organismo en el que participaban representantes del gobierno, la minera y el comercio; y que estaba destinado a controlar la entrega obligatoria de divisas por parte de los exportadores para su posterior venta en condiciones controladas para los grupos econmicos importadores, provocando que la poltica de control de cambios se maneje en funcin de una combinacin de intereses contrapuestos entre los exportadores,

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que presionaban por un tipo de cambio ms alto y los importadores, que deseaban un tipo de cambio ms bajo (Jordn, 1982). Luego del triunfo de la Revolucin, la poltica estatal es explcita en sentido de utilizar los recursos generados por la minera (recientemente nacionalizada) para diversificar el aparato productivo9, y se inicia un ciclo de poltica econmica completamente alineado con el planteamiento del modelo de sustitucin de importaciones impulsado por la CEPAL. Este modelo con magros desempeos en torno a la industrializacin del pas lleg a su fin en 1985. Siguiendo un patrn de comportamiento que se generaliz en toda Amrica Latina durante la dcada de 1970, los sucesivos gobiernos militares de Bolivia promovieron una escalada del endeudamiento externo, incrementndola en 5,6 veces (Huber, Villegas et al., 2001). El default10 del pago de la deuda externa declarado por Mxico en 1982 y las consecuentes polticas de endurecimiento del crdito para los pases latinoamericanos provoc una situacin de crisis fiscal y crisis de balanza comercial, agravada por una escalada hiperinflacionaria, que fue combatida mediante un duro programa de ajuste estructural de corte neoliberal aplicado en agosto de 1985. Meses despus de la aplicacin del ajuste estructural, la cada del precio internacional del estao lleg a su mxima expresin11, con lo cual termin el perodo de auge mineral en Bolivia, pero no as la larga era de la dependencia de las exportaciones primarias. En efecto, luego del estao, el siguiente producto de exportacin fue el gas natural, seguido muy de lejos por la soya y sus derivados.

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Producto del declive de los precios mundiales del estao, iniciado en la dcada de 1930, y que se expresa en la detencin de los procesos de exploracin de nuevos yacimientos y la descapitalizacin de la minera, junto con el incremento de la presin tributaria, se ocasion una peligrosa situacin de insostenibilidad de las polticas estatales.

10 El trmino default se refiere a la decisin de cesar los pagos de la deuda externa. 11 El precio del estao, que ya presentaba una cada progresiva, se desplom en 1985, descendiendo de 4 US$ a 2,5 US$ la libra fina.

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2.1.2

La versin neoliberal a la boliviana

En el centro de nuestro anlisis est el modelo econmico implementado a partir de 1985, caracterizado como neoliberal, en contraposicin al modelo estatista que estuvo vigente desde 1952, puesto que en este perodo se desarrollan con mayor vigor todas las iniciativas estatales para obtener acuerdos comerciales y preferencias arancelarias, con una apuesta de desarrollo industrial exportador. Concretamente, a partir de 1985, las estrategias de ajuste se basaron en la premisa de retraer al Estado como dirimidor de las relaciones entre el mercado y la sociedad, y todas las polticas se articularon en torno a tres ejes12: i) la liberalizacin de los mercados, ii) la retraccin del Estado como actor directo en la economa, y iii) la orientacin de las polticas pblicas en beneficio de los exportadores y del capital transnacional a travs de los crecientes estmulos para el ingreso de la IED. En Bolivia, como en el resto de Amrica Latina, el progresivo giro hacia el liberalismo econmico tuvo como resultado el vaciamiento de las instituciones democrticas (Born, 2000) as como los canales institucionales de relacin entre la sociedad civil popular y el Estado. El efecto de la articulacin de las polticas de corte neoliberal debilit dramticamente a los sindicatos y organizaciones sociales como portadores de las demandas populares (Garca, 1999), y progresivamente se fue corroyendo la legitimidad de los partidos polticos a tiempo de que, como resultado de una accin deliberada del Estado por legitimar a los actores privados, se privilegi la constitucin de mltiples espacios de negociacin en los que los empresarios grandes ejercieron una importante influencia sobre las polticas pblicas que afectaban sus intereses.

12 Estos ejes no son nada novedosos por ser copia fiel de las recetas implementadas en toda Amrica Latina.

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En contraposicin, agentes econmicos menos poderosos y visibles como por ejemplo los pequeos productores vean cerrarse sus posibilidades de dilogo y, al tomar iniciativas de movilizacin social, enfrentaban violentas represiones (Rossell, 2006). El resultado neto, por tanto, se tradujo en la intensificacin del desequilibrio entre las fuerzas del mercado y las demandas sociales. La base programtica del cambio de modelo econmico fue la liberalizacin de los mercados, operada a partir del D.S. 21060, que permiti la liberalizacin de los controles de precios de la mayora de bienes y servicios de la canasta familiar; la libertad de contratacin - que en los hechos fue la libertad de despido -; la progresiva eliminacin de controles arancelarios y paraarancelarios para la internacin de mercancas, el trnsito de un rgimen de tipo de cambio fijo a un rgimen de tipo de cambio flexible13 y la reduccin del crdito neto al sector pblico (Aguirre, Prez et al., 1990). Estas medidas tuvieron un impacto inmediato en la contencin de la inflacin, a tiempo de generar condiciones para la recuperacin de la ganancia empresarial. Paralelamente, la reduccin de las restricciones al funcionamiento de los mercados signific la contraccin de la intervencin directa del Estado en la economa. En el perodo comprendido entre fines de la dcada del 80 y mediados de la dcada del 90, esta tendencia se profundiz con las modificaciones en el marco legal. Los cambios dieron lugar a una cada vez ms activa participacin del sector privado (nacional y transnacional), a travs de privatizaciones de algunas empresas estatales y de la proliferacin de convenios de joint venture en la minera estatal. Finalmente, a partir de 1994, se culmin este proceso con el traspaso de las empresas estatales de Energa, Telecomunicaciones, Transporte e Hidrocarburos al sector privado, en el proceso denominado de Capitalizacin (Rossell y Poveda, 2002).13 Esto se aplic a travs del mecanismo de flotacin sucia, que implica que el Banco Central es el referente para el tipo de cambio, tomando como parmetro la abundancia relativa de dlares frente a la moneda nacional, pero manteniendo un margen de control relativo que permite al Banco Central retardar la apreciacin o depreciacin de la moneda nacional frente al dlar.

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Las transnacionales y, en general, los inversionistas extranjeros, fueron los actores ms favorecidos por las polticas estatales a partir de la privatizacin y la capitalizacin de las empresas estratgicas del Estado. Las condiciones ofrecidas por el pas fueron altamente favorables a