el estudio de la realidad salteña a fines del siglo xix y comienzos

49
Salta a fines del siglo XIX y comienzos del XX. Una realidad, múltiples espacios María Fernanda Justiniano 1 Entre 1880 y 1916 dos presidentes y once ministros del gabinete nacional fueron salteños. Además, Salta fue la única provincia sin intervención federal durante esos treinta y seis años de hegemonía conservadora. Tal representación política fue superada únicamente por Buenos Aires, aunque las asimetrías económicas y demográficas entre uno y otro Estado, si cabe compararlas, sólo vienen a resaltar el gravitante papel de la élite salteña en los máximos niveles de decisión nacional, durante la etapa de mayor crecimiento sostenido en la Argentina. Para comprender esta particularidad del caso salteño es necesario extender el análisis hacia las actividades económicas, las vinculaciones comerciales, los grupos y las redes políticas, familiares, de parentesco. En este complejo entramado de relaciones no sólo se define el territorio provincial sino que en su movimiento cristalizan múltiples espacios. Sobre estos espacios construidos 1 Facultad de Humanidades y Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Salta.

Upload: vanthuy

Post on 12-Feb-2017

220 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

Salta a fines del siglo XIX y comienzos del XX.

Una realidad, múltiples espacios

María Fernanda Justiniano1

Entre 1880 y 1916 dos presidentes y once ministros del gabinete nacional fueron

salteños. Además, Salta fue la única provincia sin intervención federal durante esos

treinta y seis años de hegemonía conservadora. Tal representación política fue superada

únicamente por Buenos Aires, aunque las asimetrías económicas y demográficas entre

uno y otro Estado, si cabe compararlas, sólo vienen a resaltar el gravitante papel de la

élite salteña en los máximos niveles de decisión nacional, durante la etapa de mayor

crecimiento sostenido en la Argentina.

Para comprender esta particularidad del caso salteño es necesario extender el análisis

hacia las actividades económicas, las vinculaciones comerciales, los grupos y las redes

políticas, familiares, de parentesco. En este complejo entramado de relaciones no sólo

se define el territorio provincial sino que en su movimiento cristalizan múltiples

espacios. Sobre estos espacios construidos objetivamente por los investigadores

pretende transitar este artículo, pero también sobre aquellos formulados subjetivamente

por los hombres y mujeres de la época. De su intersección podrá darse mejor cuenta de

esta realidad, que se presenta fragmentada.

Muchos de estos tópicos enunciados recibieron la atención de historiadores, sociólogos,

antropólogos que centraron su indagación en los espacios regionales. Los estudios

tomaron fuerza con la vuelta a la democracia, que trajo aparejados cambios en los

modos de historiar. Desde la pasada década de los 80 el concepto de región se convirtió

en una categoría analítica clave. Guillermo Madrazo y Sara Mata renovaron las

preocupaciones por el comercio y sus circuitos en la etapa colonial2. Armando Raúl

1 Facultad de Humanidades y Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Salta.2 MADRAZO, Guillermo, Hacienda y encomienda en los Andes. La Puna argentina bajo el marquesado de Tojo. Siglos XVII a XIX, Fondo Edidtorial, Buenos Aires, 1982.

Page 2: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

Bazán reinterpretó el rol del Noroeste en el proceso histórico nacional a través de la

búsqueda de las conexiones vitales del proceso histórico regional con los desarrollos

nacionales3.

Los años noventa vieron surgir sobre el Noroeste argentino nuevos trabajos referidos a

las relaciones de la dimensión política con la estructuración y consolidación del espacio

económico regional y sus articulaciones con el Estado nacional.

En estudios como los de Daniel Campi, Marcelo Lagos o María Silvia Fleitas puede

observarse cómo el concepto de región se impone como categoría de análisis histórico4.

Los trabajos de Campi y Lagos señalan que la producción azucarera tucumana brinda a

un sector de la élite del Noroeste Argentino, no sólo a la tucumana, la oportunidad de

acumular beneficios e integrarse a las clases prósperas de la pampa agroexportadora.

Casi simultáneamente, Antonio Mitre, Erik Langer y Viviana Conti enfatizan su análisis

en los circuitos comerciales de la región de los Andes meridionales entre 1870 y 1930.

Sobre éstos señalan que en la última década del S XIX y las primeras del XX el ganado

salteño se canaliza mayoritariamente hacia los nuevos mercados abiertos en el Norte de

Chile, aunque por su bajo precio reditúa escasa ganancia a la elite local5.MATA, Sara; “Valle de Lerma, valle Calchaquí y frontera este. Tierra y producción y mano de obra (Segunda mitad del siglo XVIII), en Avances de Investigación: Historia y Antropología; Facultad de Humanidades, Salta, 1989.3 BAZÁN, Armando; Historia del Noroeste; Plus Ultra, Buenos Aires; 1986. -------------------------; El Noroeste y la Argentina contemporánea; Plus Ultra; Buenos Aires; 1994.4FLEITAS, María Silvia; "Desarrollo regional, azúcar y política en el Noroeste argentino", en CAMPI, Daniel (Coord.); Jujuy en la historia. Avances de investigación, I; Universidad Nacional de Jujuy; Jujuy; 1993.FLEITAS, María Silva; "Posturas de los sectores dirigentes del NOA ante la cuestión del "desequilibrio regional" en la Argentina", en LAGOS, Marcelo (coord.), Jujuy en la Historia. Avances de Investigación, II, Universidad Nacional de Jujuy; Jujuy; 1994.CAMPI, Daniel; "Estado nacional y desarrollo regional. El noroeste argentino y el modelo agroexportador, 1870-1914"; en VI Jornadas Interescuelas, Montevideo; 1995.CAMPI, Daniel (1997), "La renovación historiográfica en el Noroeste argentino en las últimas dos décadas", en las VI Jornadas Interescuelas, Montevideo.CAMPI, Daniel, y LAGOS, Marcelos; "Auge azucarero y mercado de trabajo en el Noroeste argentino, 1850-1930", en Revista Andes; Universidad Nacional de Salta; Nº 6; 1996.5 MITRE, Antonio, El monedero de los Andes. Región económica y moneda boliviana en el S XIX ; Hisbol; La Paz; 1987.LANGER, Erick Langer; "Espacios coloniales y economías nacionales: Bolivia y el norte argentino (1810-1930)", Siglo XIX, Revista de Historia, Monterrey; Nº 4; 1987.LANGER, Erick y CONTI, Viviana "Circuitos comerciales tradicionales y cambio económico en los Andes centromeridionales (1830-1930)", en Desarrollo Económico; Buenos Aires; v. 31; Nº 121; abr-jun.

Page 3: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

De esta manera la irrupción de la región como categoría de análisis amplió

notablemente el conocimiento que se tenía del pasado regional. Las dos líneas

interpretativas que emergieron por los años noventa definieron sendos espacios

económicos. Uno -delineado por la actividad azucarera- ligará a Salta a los puertos del

Atlántico, mientras que el otro –configurado a partir de la venta de ganado en pié-

integra la economía salteña al Pacífico.

Los estudios sobre la dimensión política no estarán ausentes. Natalio Botana, ya a

mediados de los años 70, brinda una importante contribución para el estudio del pasado

provincial. En su investigación sobre el orden conservador en Argentina atenderá tanto

a destacar la extraordinaria presencia que tienen los salteños en el gobierno nacional

como a subrayar la ausencia de intervenciones federales durante esos 36 años de

hegemonía conservadora en la provincia de Salta.

Si bien el politólogo bonaerense no brinda respuestas que expliquen esta particular

situación, se formula frente a ella una serie de interrogantes: "¿Estabilidad oligárquica

del sistema político salteño, un distrito de apoyo permanente que no sufrió el impacto de

la intervención y que, además, acarreó recursos para el poder nacional en las figuras de

dos presidentes y once ministros? ¿Por qué esas familias controlaron el gobierno? ¿Por

tradición, dominio de la propiedad, especialización de la actividad política?". Estas

preguntas, que el propio investigador considera como una "hipótesis sugestiva", serán

dejadas en suspenso y aguardan hasta el día de hoy contestaciones posibles y claves

explicativas6.

No es el objetivo de este artículo proporcionar respuestas últimas a estos interrogantes,

aunque obviamente forman parte del campo de indagación. Sin embargo es dable

CONTI, Viviana; "Una periferia del espacio mercantil andino, el norte argentino en el siglo XIX", en AVANCES DE INVESTIGACIÓN; Salta; 1989.CONTI, Viviana; "El norte argentino y Atacama: Producción y mercados", en Revista SXIX, nueva época; Nº 14, julio-dic; 1993.6BOTANA, Natalio; El orden conservador (1º ed., 1977); Sudamericana, Buenos Aires, 1994.

Page 4: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

señalar que en este punto los espacios económicos y políticos se superponen hasta

formar acaso una sola imagen. También se hace necesario advertir que esta es la

percepción construida por los estudiosos de la realidad salteña de fines del XIX y

comienzos del XX.

Tabla1. La presencia de salteños en el PEN entre 1880-1916Presidentes Vice

PresidentesMinistros del Interior

Ministros de Relaciones Exteriores

Ministros de Hacienda

Ministro de Justicia

Ministro de Guerra

Ministro de Agricultura

Ministro de ObrasPúblicas

José Evaristo Uriburu, 1898

José Evaristo Uriburu, 1892-1898

Benjamín Zorrilla 1879-1880 1898

Francisco J. Ortiz1883-1886

Victorino de la Plaza, 1879

Gregorio Vélez, 1910-1913

Damián M. Torino1904-1906

MiguelTedín1906-1907

Victorino de la Plaza, 1914-1916

Victorino de la Plaza, 1912-1916

Indalecio Gómez1910-1914

Francisco Uriburu, 1886-1890

José Mariano Astigueta1886-1890

Miguel S. Ortiz1914-1916

Victorino de la Plaza, 1908-1910

Carlos Ibarguren 1913

Fuente: Elaboración propia a partir de Actas de Sesiones de la Cámara de Diputados de la Nación, 1880-1916.

Botana observa que el control del Estado provincial salteño marcha sobre vínculos de

parentesco configurados a manera de verdaderos gobiernos de familia. A partir de una

lista de apellidos repetidos en cargos públicos nacionales identifica a cuatro familias de

actuación determinante en el orden político provincial: los Güemes, Uriburu, Ovejero y

Ortiz7.

Tabla 2. Familias predominantes de la Provincia de Salta 1880-1916

Familia Miembros Cargos desempeñados

7 BOTANA, ob. cit.

Page 5: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

Ortiz MiguelFranciscoAbel

Gob - Senador - MinistroSenador – MinistroDiputado

Ovejero DavidSixtoÁngel M.

Gobernador – SenadorGobernadorDiputado

Güemes MartínLuis Domingo

Gobernador – SenadorSenadorDiputado

Uriburu FranciscoPío

Senador – MinistroGobernador - Diputado

Fuente: Natalio Botana, El orden conservador, p. 157.

Desde otra perspectiva disciplinar, Ian Rutledge, en su tesis defendida en 1973 sobre el

desarrollo del capitalismo en Jujuy, avanza en otras direcciones. El antropólogo inglés

discute a aquellos que conciben al período de Organización nacional como una lucha

entre Buenos y el Noroeste, y sugiere que éste debe entenderse como un proceso a

través del cual los sectores más “ordenados” del Noroeste colaboran con Buenos Aires

en la destrucción de los sectores denominados ingobernables8.

Para Rutledge el resultado final de esta alianza es la integración política del Noroeste a

la dirigencia de nivel nacional. Desde aquí explicará esta extraordinaria participación de

las dirigencias provinciales del interior en el gobierno nacional y la consecuente

integración de esta región al mercado nacional. Sostiene que esta incorporación de las

elites del Noroeste a la estructura de poder nacional otorgará a las oligarquías

provinciales de la región la oportunidad de emplear la maquinaria del Estado nacional

para su propio beneficio económico. A su entender, será la presión política ejercida la

que les permitirá conseguir los apoyos del gobierno federal para la naciente industria

azucarera de Tucumán, Salta y Jujuy, ya desde 18809.

8 RUTLEDGE, Ian; Cambio Agrario e Integración. El desarrollo del Capitalismo en Jujuy: 1550-1960”; Proyecto Ecira y Cicso; Tucumán; 1987; p. 154. 9 RUTLEDGE; ob. cit.; p. 156.

Page 6: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

La imagen queda superpuesta, la elite económica y la elite política se confunden y con

ello, también el espacio de lo político y lo económico. A la par de estos planteos,

Botana y Rutledge extienden sus preocupaciones más allá de los límites de los espacios

provinciales interrogándose sobre la articulación, ya sea política o económica, de estos

con el Estado nacional. La importancia de la actividad azucarera en la formación de los

patrimonios familiares, en el desarrollo histórico de la región y en la relación-tensión

entre Estado nacional y las provincias adquirirá mayor relevancia para explicar la

realidad tucumana que la salteña10.

Para las respuestas en clave política sobre los modos en qué se conforma una clase

dirigente de nivel nacional, y las formas que adquiere el enlace entre la política

nacional y la provincial, Paula Alonso propone adentrase en las características del

Partido Autonomista Nacional, por cuanto considera que constituye una puerta de

entrada a la naturaleza de la política nacional11. Resta por parte de aquellos preocupados

por el devenir histórico salteño brindar más elementos para contribuir a esta novedosa

propuesta interpretativa.

Para el caso de la Provincia de Salta los estudiosos que se ocuparon sobre algunos de

estos aspectos del periodo se inclinaron a aceptar, entre las diversas perspectivas

presentadas, la línea de investigación propuesta por Langer y Conti para dar cuenta de

las diferentes problemáticas de la etapa y la sociedad en cuestión. Ello, aunque los

investigadores antes mencionados advirtieran de los bajos beneficios que acarrea la

venta de ganado en pie al Pacífico12.10 No pueden obviarse los estudios de Noemí Girbal, Donna Guy, Jorge Balán, entre otros, además de los citados anteriormente.11 ALONSO, Paula (2003), “La política y sus laberintos: el Partido Autonomista Nacional entre 1880 y 1886”, en Hilda Sábato y Alberto Lettieri (comp.), La vida política en la Argentina del siglo XIX. Armas, votos y voces, Argentina, FCE.12 “...ambos rubros ganaderos -asnos y ovinos - ocuparon, durante este período, el primer lugar en cantidades de animales vendidos a Bolivia, aunque por su bajo precio en el mercado sólo la cantidad redituaba alguna ganancia”, en Eric Langer y Viviana Conti, Circuitos comerciales..., p. 21.Entre los historiadores salteños que toman esta perspectiva puede citarse a Azucena Michel y Elizabeth Savic quienes afirman para el período que nos ocupa “hay dos excepciones en el interior: las agroindustrias del azúcar (Tucumán) y del vino (Mendoza) que orientan su economía al mercado interno,

Page 7: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

Esta perspectiva continúa reforzándose si se analiza la actividad azucarera salteña en

relación con el resto de las provincias de la región. Los datos de los censos muestran un

panorama ciertamente desalentador. Al compararse con la producción tucumana, la

salteña no llega al 1% en 1895 y al final del período este porcentaje disminuye a menos

de la mitad.

Tabla 3: Establecimientos y producción azucarera de Salta y Tucumán

Jurisdicción Nº de establecimientos

1895 1913

Producción1895

Producción1913

Aumento o disminución, de la

producción en 1913

SALTA 1 1 160.300 468.000 + 307.700

TUCUMÁN 36 30 20.966.050 95.229.860 + 74.263.810

Fuentes: Datos extraídos del Censo Nacional de 1914

El hecho de que en Salta sólo figure un establecimiento azucarero apuntala también esta

línea interpretativa. Más aún si se considera que el apellido Cornejo, el más vinculado al

azúcar en el espacio provincial, no figura en la lista de gobernadores del período hasta

su finalización en 1916.

Tabla 4: Lista de gobernadores de la Provincia de Salta entre 1880-1914

mientras que otras regiones se insertan en espacios extranacionales. Los estados provinciales del Noroeste argentino de la que forma parte Salta, como región marginal en términos económicos, estiman como única salida reforzar los vínculos comerciales tradicionales con las naciones vecinas: Chile y Bolivia. De allí que la provincia de Salta, cuya principal riqueza es la ganadería, dirige su producción hacia el norte chileno que le ofrece un excelente mercado como consecuencia de la explotación del salitre cuyo auge se mantiene, con algunos altibajos, hasta 1930”. En MICHEL, Azucena y SAVIC, Elizabeth, “Comerciantes-Ganaderos y propietarios. Salta 1880-1920”, Cuadernos de Humanidades, N ° 11, Universidad Nacional de Salta. Las negritas son nuestras. En línea semejante, Rubén Correa, María Elva Frutos y Carlos Abrahan afirman que en Salta, “la mayor parte de la población se encuentra en las zonas rurales, por lo tanto allí se dan las más diversas formas de producción material para la vida, predominando la producción ganadera y la agricultura para el consumo doméstico, el abastecimiento al mercado urbano y la exportación de los excedentes al mercado nacional y fundamentalmente hacia el tradicional andino, bajo un régimen de propiedad privada”. CORREA, Rubén, FRUTOS, María Elva y ABRAHAN, Carlos “Consideraciones teóricas-metodológicas en el análisis de los actores sociales y políticos en la Provincia de Salta a fines del siglo XIX y comienzos del XX”, Mimeo, 2001. Las negritas son nuestras.

Page 8: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

La escasa atención que demuestran los contemporáneos por las posibles prodigalidades

del azúcar también incide en la construcción de esta imagen de una Salta

eminentemente ganadera. Es el caso de la “Memoria descriptiva” de Salta, de Manuel

Solá, o al texto de Emilio Schleh, “Salta y su riqueza”. En ambos la actividad azucarera

está pensada a futuro aunque, como se verá en líneas posteriores, por estos años el

azúcar forma parte del presente provincial y adquiere potencial explicativo.

Gobernadores azucareros: Fortunas salteñas con raíz jujeña

A principios de la década de 1880 en la provincia de Salta existe un único

establecimiento azucarero organizado, se trata del Ingenio de San Isidro. Éste está

localizado en el departamento de Campo Santo y cuenta por estos años con maquinarias

cuyos valores oscilan alrededor de 300.000 pesos bolivianos13. Este dato no es menor, 13 Archivo y Biblioteca Histórico de Salta, (ABHS), Memoria del Ministerio de Hacienda presentada a la H. L. de la Provincia Años 1881-1882, 1883; Imprenta de Solíverez y Alsina; Salta; p. 9. El propietario de este ingenio es Juan Nepomuceno Fernández Cornejo, hijo del general José Antonino Fernández Cornejo y Josefa de Usandivaras y Figueroa. Al fallecer su madre la importante hacienda

PeríodoGobe

rnador

1881 Dr. Miguel S. Ortiz

1883 Cnel. Juan Solá

1886 Dr. Martín Gabriel Güemes

1889 Dr. Adolfo Martínez

1890 Dr. Pedro J. Frías

1893 Delfín Leguizamón

1895 Antonino Diaz

1898 Pío Uriburu

1901 Angel Zerda

1904 Dr. David Ovejero

1907 Dr. Luis Linares

1910 Avelino Figueroa

1913 Dr. Robustiano Patrón Costas

1916 Dr. Abrahan Cornejo

Page 9: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

ya que supera en 20.000 pesos m/n los montos del presupuesto de la provincia fijado

para ese año14.

CUADRO 3: Presupuestos de la Provincia de Salta

familiar de San Isidro queda en su poder, por la venta que le hicieran sus hermanos.14 Por esta época el peso m/n equivalía a 0,57 bolivianos, de acuerdo a las conversiones que se encuentran en los libros de escribanos de la época. Cabe agregar que los segundos constituían la moneda de circulación corriente por estos años, mientras que los primeros tendrían que esperar para imponerse en la actividad comercial cotidiana.

Page 10: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

Aunque el azúcar no sea señalada por los

hombres de la época como fuente de riqueza de

la provincia, el ministro de Hacienda durante los

años 1880 y 1883 advierte que si se tienen en

cuenta los datos municipales, en Salta se

producen cerca de 500 cuadras cuadradas de plantaciones de caña de azúcar, de las

cuales se obtienen 400 arrobas de azúcar, miel, aguardiente que dejan en su venta un

AÑO MONTO EN $ m/n Provincia de Salta*

1880 147.968

1885 244.488,84

1886 281.006,80

1888 780.943,82

1889 780.943,82

1891 1.082.554,64

1893 552.500

1894 449.387,54

1896 553.371

1897 466.297,31

1898 503.573,07

1899 508.520,87

1900 528.005,04

1902 515.124,3

1903 526.000

1904 546.794,4

1905 527.452

1906 589.600

1907 732.515

1908 814.234,2

1909 955.100

1910 1.082.500

1911 1.105.274

1912 2.664.594

1913 2.063.318

1914 3.764.041,58

Page 11: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

capital de 800.000 pesos bolivianos, es decir 456.000$ m/n15. Una suma nada

desdeñable si es comparada con el total de los ingresos de la Provincia a lo largo del

período.

Entre los departamentos donde se destaca la actividad azucarera se encuentran Campo

Santo y Orán. Según los datos provistos por el presidente de la Comisión Municipal de

Campo Santo, Alejandro Figueroa, se producen en 1870 un total de 80 arrobas de azúcar

y 80 de aguardiente por cada cuadra cuadrada. Para esta fecha calcula que en el

departamento se cultivan 140 cuadras cuadradas de azúcar, es decir casi el 30% del total

de la provincia16.

La escasa erogación que realizan los empresarios azucareros en la mano de obra

aumenta los excedentes que les proporciona la actividad. Anualmente los ingenios traen

desde poblaciones aborígenes del Chaco alrededor de mil o más hombres, a los que se

suman mujeres y niños para trabajar en la zafra y otras actividades17.

Sobre el jornal, Alejandro Figueroa señala que éste oscila en los 6 pesos bolivianos

mensuales, a lo cual suma la manutención y el tabaco18. Manuel Solá describe aún con

más detalles el cuadro de explotación en el que se desenvuelve la actividad y que

obviamente contribuye a hacer más sustanciosos los beneficios obtenidos por los

propietarios de los ingenios. Afirma Solá que “…aún cuando el indio no recibe dinero,

se calcula que entre ropa y manutención se le abona un salario de 10$ m/n por al

hombre y la mitad á la mujer. Este salario, en apariencia bajo, resulta para el

plantador muy alto, porque toda la familia del indio chupa caña desde la mañana á la 15ABHS, Memoria del Ministerio…; ob. cit.; p. 9.16 En Biblioteca de la Universidad Nacional de la Plata, Memoria Estadística General Departamento de Campo Santo, por el presidente de la Comisión departamental para la Esposición Nacional; Imprenta El Comercio, Salta setiembre de 187017 Todavía en esta época los propietarios de los ingenios utilizan los trapiches de madera movidos por bueyes y también los de hierro movidos por agua. Sólo el ingenio San Isidro introduce la propulsión a vapor. La diferencia entre los antiguos y modernos métodos puede medirse en tiempo de trabajo. Mientras que los procesos que utilizan los primeros demandan aproximadamente 30 días, los segundos lograrán la depuración de la arcilla y el producto final en tan sólo 12 horas18 JUSTINIANO, María Fernanda; “La oferta ambiental y la construcción del Estado provincial salteño”; Revista de la Escuela de Historia, Nº 2; Universidad Nacional de Salta; Argentina; 2003; pp. 287-308.

Page 12: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

noche, resultando que 1/5 parte de la cosecha se pierde en el estómago insaciable de

los indígenas”.

De acuerdo con lo expuesto es posible matizar las afirmaciones de los historiadores

salteños. Los datos expresados indican que, aunque la producción de azúcar sea sólo

para el consumo interno, brinda ingentes oportunidades a los propietarios de ingenios

para acumular y acrecentar fortunas.

Ahora bien, en este punto el espacio a observar supera el marco de los límites

provinciales en construcción. Las fortunas son salteñas pero los ingenios son jujeños, y

justamente serán los empresarios vinculados al azúcar, quienes entre 1898 y 1906

detenten la primera magistratura provincial.

Pío Uriburu, gobernador de la provincia durante el período 1898-1901, fue

copropietario de los ingenios de San Isidro en Salta y La Esperanza en Jujuy19. Angel

Zerda y David Ovejero, gobernadores entre 1898 y 1907, fueron propietarios junto a

Félix Usandivaras del ingenio azucarero de Ledesma (Jujuy)20. El propio Alejandro

Figueroa, autor de la Memoria de Campo Santo, la cual se incluye en esta

investigación, pertenecía a una familia azucarera, propietaria del ingenio Unión, que

después de 1895 pasó a manos de Bonex y Revoux21.

Interesa entonces plantearse qué sucede con los patrimonios de estos salteños

propietarios de ingenios jujeños.

A continuación se avanzará sobre el caso de la finca Ledesma, ubicada en la vecina

provincia de Jujuy, cuya propietaria es la familia Ovejero.

Concretamente, Ledesma pertenece hasta el año 1889 a los hermanos Sixto y Querubín

Ovejero, ambos de sólida fortuna y propietarios de los principales inmuebles urbanos de

19 Citado por TRINCHERO, Héctor Hugo; Los dominios del demonio. Civilización y barbarie en las fronteras de la nación. El Chaco central; Eudeba; Buenos Aires; 2000 pp. 154.20 BAZÁN, A; El Noroeste…; ob. cit., p. 211. 21 TRINCHERO; Los dominios…;, ob. cit., p. 154.

Page 13: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

la capital salteña. Sixto fue gobernador de la provincia entre 1867 y 1869, contrajo

matrimonio con una jujeña y falleció en Salta en 1896 a los sesenta y nueve años de

edad. Ocho años después su hijo David Ovejero será gobernador de la provincia.

Hasta 1889 el ingenio estará en manos de estos dos hermanos. En este año la razón

social Ovejero Hnos decide su remate público. Los avisos publicados en los distintos

diarios nacionales informan que durante los meses de junio a octubre en Ledesma

pueden llegar a elaborarse 150.000 arrobas de azúcar. A la par, indican que el

alambique destila alrededor de 5.000 barriles durante cualquier época del año22.

De estos avisos se desprende que el consumo de Salta y Jujuy es de 90.000 arrobas de

azúcar por año. Por esta época el valor de cada arroba es de 3,5$ m/n. Se estaría

hablando entonces de un comercio interno que dejaría una entrada aproximada de

315.000 $m/n anuales sólo en cuanto al azúcar, sin contar el aguardiente, la miel y otros

derivados elaborados a partir de la caña.

El cuadro que sigue muestra la envergadura posible de los ingresos de la familia

Ovejero en relación a los presupuestos de la Provincia de Jujuy. Lamentablemente sólo

se cuenta con la información de los presupuestos posteriores a 1895. Se optó por

delimitar como espacio temporal el de los gobiernos azucareros de Salta, pero debe

tenerse en cuenta que la relación se hace con los ingresos probables de Ledesma en

1889, de acuerdo con los datos brindados por el aviso, publicado a nivel nacional, de su

remate público.

CUADRO 4: Relación de los presupuestos de la Provincia de Jujuy y los ingresos de la Finca Ledesma

AÑO MONTO EN $ m/n

Provincia de Jujuy**

Relación de los

ingresos de Ledesma

1896 288.398,36 Superior un 9,22%

22 ABHS, Libro de Escribano Francisco Romero, fs. 387-415.

Page 14: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

1897 308.116 Superior un 2,23%

1898 326.926 96,35%

1899 362.059,63 87%

1900 380.109,38 82,87 %

1902 472.560 66,65%

1903 499.477 63,06%

1904 526.835 59,79%

1905 564.851 55,76%

Fuente: Censo de 1914 y Registros Oficiales de Salta

Ángel Zerda, quien fuera gobernador de Salta dos años más tarde, 1901-1903, su primo

Sixto y su sobrino David serán los nuevos compradores del Ingenio, que constituye una

posibilidad cierta para acumular riqueza y conservar el poder político.

Page 15: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

Genealogía de los Zerda Ovejero: familia de gobernadores

Ángel Mariano Zerda Urristi = Fabiana Medina

Ángel Zerda Medina (n.1837)

Servanda Zerda Medina (n. 1824) = Manuel Usandivaras Díaz de la Fuente (1805)

Félix Rosa Usandivaras Zerda (b. 1848)

María Antonia Zerda Urristi = José Ramírez Ovejero González

Florentina Ovejero Zerda (n.1802) =Manuel Usandivaras Díaz de la Fuente

Restituta Usandivaras Ovejero Zerda = Francisco María Fernández Cornejo Figueroa

Dolores Usandivaras Ovejero Zerda (n. 1839) = Florentín Linares Toledo (b. 1821) (1858)

Luis Linares Usandivaras (n. 1867)

Manuel Ovejero Zerda

Sixto Ovejero Zerda = Florencia González Sarverri

David Ovejero González (n. 1859) = Candelaria Ortiz Ortiz (n. 1870)

Querubín Ovejero Zerda

Delfina Ovejero Zerda = Miguel Jerónimo Figueroa Güemes

Avelino Figueroa Ovejero Zerda

José Ovejero Zerda

Daniel Ovejero Zerda = Elvira Tezanos Pinto

Carolina Ovejero Zerda

Fuentes: JÁUREGUI, Carlos Rueda (2003), Los Vascos en América, Buenos Aires, Fundación Juan de Garay, T. VI y FIGUEROA, Fernando

1996), De Figueroa y otros linajes, Salta.

Page 16: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

El esquema de la página anterior es elocuente en cuanto manifestación del nepotismo, o

expresión de los llamados gobiernos de familia. El primer Ovejero que ejerce la

magistratura provincial será Sixto en 1867. Por este año la familia hacía

aproximadamente treinta y siete años que tenía entre sus bienes la finca Ledesma, cuatro

antes que la provincia de Jujuy se conformara como tal.

Habrá que esperar más de tres décadas para que otro miembro de la familia sea electo

gobernador. Será el primo hermano de Sixto, Ángel Zerda. Este último será sucedido

por su sobrino David Ovejero, quien a también contará como sucesor a otro miembro de

la familia, Luis Linares. Su tío Avelino Figueroa será el último miembro de la familia

en ejercer la dirección del gobierno provincial.

Por una docena de años consecutivos el gobierno de la provincia de Salta estará en

manos de los propietarios del ingenio Ledesma, la expresión usada por el diputado

Araya para describir este cuadro de situación fueron: “el gobierno de Salta se convirtió

en anexo de este ingenio”23. En el año 1911 se ponen en venta las acciones y con ello se

erosiona la base de poder de los Ovejero. Surge la “Nueva Compañía Azucarera

Ledesma”, cuyos nuevos propietarios son Enrique Wollman y Carlos Descalsse24.

Queda claro quela fuerza de la actividad azucarera en el acontecer político y económico

de la provincia ya se manifiesta a mediados del siglo XIX. Su relevancia es tal que

posiciona gobernadores, delimita ocupaciones territoriales, delinea mapas geográficos,

moviliza líneas de fronteras, define en el suelo salteño -y no sólo en él- espacios

económicos, promueve nuevas departamentalizaciones y desestructura comunidades

humanas.

23 CANTÓN, Darío (1973), Elecciones y partidos políticos en la Argentina, Buenos Aires, SXXI, p. 100.24 El otro ingenio jujeño de propietarios salteños, también será vendido a capitales ajenos a la región. Es el caso de La Esperanza que será adquirido por los Leach en 1899.

Page 17: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

Las representaciones cartográficas de la época ponen en evidencia que el dominio y el

control del territorio provincial avanza hacia el Este, mientras que el Oeste encontrará

su límite con la creación del Territorio Nacional de Los Andes en 1884.

Es la necesidad de acceder a las poblaciones aborígenes que trabajarán en los ingenios

azucareros la que moviliza las líneas de las fronteras. Esto sucederá incluso antes de la

llegada del ferrocarril a Tucumán en 1876 y del boom agroexportador de la Pampa

húmeda. La empresa en un primer momento será privada y estará a cargo de los dueños

de los ingenios, quienes envían a sus capataces a sacar la población indígena. En poco

tiempo encontrarán el auxilio del Estado provincial y después del Estado nacional25.

Aquí se encuentra el origen de Colonia Rivadavia, primero, y del Departamento del

mismo nombre, después26.

En resumen, los datos vertidos confirman la fuerza de la actividad azucarera y su

incidencia en el devenir histórico provincial por casi dos décadas, pero ello no supone

que se asista a una única imagen que expresa una correspondencia entre la elite

económica y la elite política, entre las familias azucareras y las familias gobernantes.

Los Ortiz no tienen ingenios azucareros; tampoco los Güemes, ni los Solá, sólo por

nombrar algunos apellidos que no pasan inadvertidos al estudiar la realidad salteña de

fines del siglo XIX y comienzos del XX y sus vinculaciones a nivel nacional.

Queda como interrogante el por qué de la fuerza de la imagen de la Salta ganadera. Si

bien algunas respuestas ya se adelantaron, resta llevar el análisis a otros espacios, los

espacios mentales.

25 En 1872 el Estado nacional crea la Gobernación del Chaco, ese año envía la expedición dirigida por Napoleón Uriburu y en 1880 enviará la de Juan Solá.26JUSTINIANO, La oferta…, ob. cit.

Page 18: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

MAPA 1: La Provincia de Salta en 1895

Fuente: En AGN, “Mapa de Salta de 1895”, en Atlas General de la República Argentina, construido según los datos más recientes bajo la dirección de Carlos Beyer Ingeniero Geógrafo de la casa editora.Grabado y revisado por los. SS. W. y A. K. Johnston, ( séptima edición corregida y aumentada); Ángel Estrada y Cía; Buenos Aires; 1895.En resumen, los datos vertidos confirman la fuerza de la actividad azucarera y su

Page 19: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

El poder de la tradición

En el año 2003 el genealogista Carlos Jáuregui Rueda escribía: “Salta se caracterizó, tal

vez, por ser en Argentina la Provincia con mayor conciencia social en su clase

principal o élite dirigente. Ser de la clase alta salteña, pareció dar patente de nobleza

en Argentina”27.

Como se observa, esta imagen de una Salta nobiliaria tiene presencia hasta el día de

hoy, incluso en el año 2004 a la revista local Nexo no le fue difícil decir que la princesa

de Holanda, Máxima Zorreguieta, no sólo desciende de una familia salteña, sino que su

genealogía se remonta al mismo Alfonso XI, “caballero de quien descienden todas las

monarquías europeas que reinaron en el Viejo Continente hasta la estrepitosa caída de

algunos tronos”28. De dicha nota se desprende, para aquellos que se interesan en los

lazos reales, que Máxima tendría más linaje que el propio rey de Holanda.

Estos ejemplos sólo intentan mostrar la fuerza que tiene la imagen de la Salta nobiliaria,

que está instalada hasta en el sentido común de los intelectuales y formadores de

opinión. Aunque no se trata sólo de esto, sino de algo mucho más profundo, es parte del

esquema diferenciador y clasificador del conjunto social que todavía sigue funcionando

y da origen a muchas de las prácticas cotidianas. Esta imagen “nobiliaria” va

acompañada y es indisociable de otra: la de la Salta ganadera.

Lo llamativo del cuadro descrito es que estas construcciones son relativamente nuevas,

e inventan una sociedad tradicional cuando Salta no puede sindicarse en el período en

estudio como tal. El dinero era la fuerza y la medida de esos tiempos29.

27 RUEDA, Carlos Jáuregui; Los vascos y navarros en Salta, siglos XVI al XIX. Notas para su estudio; Buenos Aires; Fundación Vasco-Argentina Juan de Garay; 2003; p. IX. (Los Vascos en América; T. VI).28 ABAD, María Fernanda, “Lazos de sangre”, Revista Nexo, 22 de agosto de 2004, Nº 120.29 Sara Mata realiza una observación semejante cuando estudia la consolidación de los comerciantes de mayor giro como grupo hegemónico a fines del siglo XVIII. Al respecto plantea que se asiste a una transformación social que conlleva la preeminencia de la riqueza sobre el linaje y la construcción de un nuevo orden social vinculado a la modernidad. En Mata, Sara; Tierra y poder en Salta. El noroeste argentino en víspera de la independencia; Diputación de Sevilla; España, 2000; p. 181.

Page 20: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

A fines del siglo XIX y sobre todo en las primeras décadas del siglo XX comienza todo

un trabajo de construcción simbólica –no se detiene hasta el día de hoy- que consiste en

asignar identidades y establecer diferencias dentro del conjunto de la sociedad. Este

invento de tradiciones es simultáneo y coincide con las acusaciones de prácticas

nepóticas en las jerarquías más altas del poder provincial.

Es éste una respuesta inmediata a los males del igualitarismo y a la erosión de la

deferencia que acechan desde los textos constitucionales y las ideas liberales en boga.

Toma forma, de esta manera, el discurso de la familia tradicional, una ideología del

poder, una manera de posicionar las nuevas jerarquías y desigualdades necesarias en

momentos en que las antiguas se encuentran en derrumbe.

Esta es la línea interpretativa que proponen Eric Hobsbawm, Terence Ranger y otros

autores en la obra La invención de la tradición30. Si bien sus estudios se orientan hacia

otros espacios geográficos, la propuesta teórica es muy válida para guiar el análisis en el

caso concreto que se analiza.

De estas investigaciones se desprende que el siglo XIX es la centuria donde se configura

y refuerza la identidad y la autoridad de Europa, se despliega todo un trabajo de

construcción simbólica que se expresa en la fabricación de rituales, ceremonias y

tradiciones31. A las elites dirigentes europeas les urgía construir un pasado, una tradición

que proyectada hacia atrás en el tiempo les otorgue historia y legitimidad, en una época

en la que los antiguos nexos que sostenían las sociedades premodernas comenzaban a

resquebrajarse por dentro.

Por estos lugares la situación no es diferente, las elites locales también tienen la

necesidad de construir nuevos nexos que las afirmen en el nuevo esquema

30 HOBSBAWM, Eric y RANGERr, Terence (Eds.); La invención de la tradición; Crítica; Barcelona; 2002.31 Nada más gráfico que los agasajos y la Asamblea Imperial que organiza el Virrey Lord Lytton para proclamar a la reina Victoria Emperatriz de la India. En COHN, Bernard; “Representación de la autoridad en la India victoriana”, en HOBSBAWM y RANGER (eds.); La invención…; ob. cit., pp. 173-217

Page 21: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

independiente, embebido del liberalismo decimonónico. Porque en realidad los grupos

dirigentes salteños del siglo XIX no son viejos, están también necesitados de construir

una historia y un pasado que los legitime.

La elite local no tiene fronteras fijas ni valores estáticos. Está en un permanente proceso

de construcción material y simbólica. Las familias Uriburu, Güemes y otras tantas nos

remiten a nuevos espacios de influencias donde cobra importancia el dinero. Éstos

apellidos y otros como Benguria o Patrón, integran el nuevo grupo que se incorpora al

espacio de fines de la colonia como consecuencia de la política de liberalización

comercial promovida por las Reformas Borbónicas.

A diferencia de lo que comúnmente se cree, los grupos dominantes salteños no son

cerrados; están abiertos y dispuestos a integrarse con estos europeos recién llegados.

Las madres veían en aquel rubio, alto, como un atisbo de realeza europea, escribe

Zulema Usandivaras de Torino32. Aunque en realidad sólo estén operando los prejuicios

étnicos y raciales incorporados y aprendidos socialmente33.

Estos recién llegados, muchos de ellos ubicados en posiciones relevantes que se ven

constantemente amenazadas tanto por la situación de enfrentamiento civil que

promueven las luchas de independencia como por el nuevo esquema de organización

que propone el naciente Estado independiente, están deseosos de historia y de la

legitimidad que esta trae.

32 Dirá en su novela la escritora salteña Zulema Usandivaras de Torino quien nos retrotrae a la Salta de fines del siglo XIX y siglo XX. Ambos apellidos indican el lugar y origen social de la autora, que como ella expresa desde allí puede“observar desde el ángulo en que estuve situada, en que me colocó el azar. Yo no lo elegí. Alguien me puso allí”. Para Fernando Figueroa, quien presenta la novela, La Esposa permite levantar el velo tradicional que impedía al gran público conocer lo que pasaba en el otro lado de la fachada señorial de la élite lugareña.USANDIVARAS de TORINO, Zulema; La Esposa; Víctor Manuel Hanne Editor; Salta; p. 76. 33 Pocos trabajos se detienen en el componente étnico-racial que caracteriza a las formas de dominación que ejerce la élite salteña. La hispanofilia que caracterizó a la producción historiográfica local, y que se expresó en las obras de Bernardo Frías y Atilio Cornejo, no sólo no observó estas cuestiones sino que las registró como naturales. Los estudiosos que sucedieron a éstos generalmente han vinculado o confundido las prácticas racistas con las divisiones de clase y de esta manera encubrieron involuntariamente o no el racismo existente en el profundo del tejido social.

Page 22: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

Las dos citas que se transcriben a continuación muestran el éxito que tuvo esta empresa.

La primera es de Bernardo Frías, hombre perteneciente a la elite salteña, que vivió las

últimas décadas del siglo XIX y las tres primeras del XX. La segunda pertenece a José

María Posse, quien escribe su libro a fines del siglo pasado.

Obsérvese que Bernardo Frías todavía no tiene incorporado el concepto de familia

tradicional, habla de la voz de la sangre, de la cual dice que “sirve para disculpar a

algunos cuando aplauden los desbarros del pariente, o que lo siguen como viejos

carneros por la misma razón, haciendo del gobierno patrimonio de familia”34.

Un siglo después de Frías la categoría ya está elaborada y se le han asignado una serie

de atributos. José María Posse escribe en el año 1993: “Considero que ser miembro de

una familia tradicional, no da derecho ni privilegio alguno, y por el contrario, crea una

doble e ineludible obligación. La primera es transmitir a los jóvenes, quiénes fueron y

qué hicieron sus mayores. Lo segundo es ser consecuente en nuestra vida con ese legado

que nos enorgullece recibir”35.

Ambas expresiones contradictorias, y alejadas en el tiempo, se refieren a esta realidad

que se extiende más allá del Noroeste argentino y que tiene vigencia hasta estos días: la

importancia de los vínculos de parentesco. Nada más que ahora estos vínculos

adquieren entidad en las llamadas familias tradicionales, o familias distinguidas, como

dirá la escritora salteña Juana Manuela Gorriti, al relatar su vuelta a Salta en 188036.

De la familia ‘benemérita’ a la familia tradicional, la segunda es diferente a la primera y

resume en su formulación una serie de atributos que se irán definiendo en el propio

proceso de construcción, pero que a la vez conserva la cosmovisión dominante.

34 FRÍAS, Bernard; “Tradiciones históricas. La Salta Vieja. El vecindario Güemes”; Boletín del Instituto San Felipe y Santiago de Estudios Históricos de Salta; T IV, Nº 13, Primer semestre; Talleres Gráficos “La Provincia”; Salta; 1944.35 POSSE, José María ; Los Posse. El espíritu de un clan; Sudamericana; Tucumán; 2993; p. 11. 36 GORRITI, Juana Manuela; “La casa natal”.

Page 23: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

Se está ante un desplazamiento de los viejos criterios de clasificación y diferenciación

que venían sosteniéndose. Éste no obedece a luchas o cuestionamientos elaborados

desde los otros grupos distanciados en el espacio social, sino que están en relación con

los nuevos discursos del liberalismo y positivismo en boga que orientan o exigen nuevas

prácticas, las cuales las más de las veces enmascaran las viejas costumbres.

Muchos de estos criterios clasificatorios que ordenan el conjunto social de la época

están presentes desde la etapa colonial. Aquí interesa destacar los principios

diferenciadores que emanan desde las instituciones del propio Estado provincial o

nacional y que por ende no sólo son entendidos como legales y oficiales, sino que

también son considerados legítimos.

Uno de los principios básicos para establecer la diferencia es el color de la piel. Todavía

en el primer censo provincial se manifiesta como un dato objetivo y explícito. El

informe censal expresaba en 1865: “El habitante de la Provincia es robusto y poco

laborioso, de estatura generalmente mediana, y rara vez gordo; el color de la clase

decente es blanco y pertenece a la raza Española ó Caucasiana; la otra clase es

mestiza y participa de la raza Africana ó Indiana… Las Salteñas, las de la clase

decente, pertenecen a la misma raza Caucasiana, y son muy blancas y hermosas, y se

distinguen por los lindos ojos y cabellos negros. La otra clase es mestiza y bastante fea

y parece mucho al tipo Indiano, con pocas excepciones”37.

Periodistas e historiadores pertenecientes al círculo, o fuera de él, son los “especialistas”

que producen y reproducen estas taxonomías que incluyen y ubican a unos y excluyen y

reposicionan a otros.

Bernardo Frías, el primer historiador profesional salteño, al realizar su Historia del

General Martín Güemes y de la Provincia de Salta, o sea de la Independencia

37 Biblioteca Armando Caro; Registro Estadístico de la Provincia de Salta. Con el resumen del censo de la Población de año de 1865. Parte Primera. Registro Estadístico de 1866, Parte Segunda. P. 95.

Page 24: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

Argentina, recupera en su estudio lo aprendido socialmente. Afirma que la situación

social de las castas, las costumbres y respetos personales eran el resultado de una

cultura de siglos. En su trabajo divide a la sociedad salteña en sociedad culta y plebe, y

a esta última la considera un elemento social tres veces superior en su número a la

“gente decente”. A su juicio la plebe era una “mezcla grosera” de todas las razas que

entraron en la formación de la sociedad colonial, con preeminencia de lo que calificaba

como una “casta de mulatos” con “todos los vicios del esclavo”.

De ella destaca Frías que “ejercían todos los oficios viles, vivían descalzos, en una

lastimosa miseria, porque viciosos como eran y generalmente cargados de familias, no

conocían las virtudes del ahorro, y las ganancias de su trabajo, con ser miserables, las

empleaban a fin de semana en beber el aguardiente, durmiendo la embriaguez tres días

o moliendo a golpes a sus mujeres”38.

Tanto el censo provincial de 1865, como las expresiones descriptivas y “científicas” de

Bernardo Frías exponen las representaciones que desde el poder se tiene de la sociedad

en la que viven. Es obvio que estos criterios étnicos y (pre) juicios sociales y raciales no

son propios de la élite salteña. Ésta comparte la profunda y firmemente asentada

perspectiva de la hegemonía cultural europea39. Como puede observarse el proceso

38 FRÍAS, Bernardo; Historia del General Martín Güemes y de la Provincia de Salta, o sea de la Independencia Argentina; Ediciones Desalma; Buenos Aires; 1972; Tomo IV; pp. 542-544. Esta publicación es encargada a Frías en el año 1913, durante el gobierno de Robustiano Patrón Costas. La pretensión del autor es insertar a Martín Miguel de Güemes en la gesta de la historia nacional. La lectura de esta obra lleva a un historiador que sale de los moldes de los grandes acontecimientos para preocuparse por distintos aspectos de la sociedad que pretende estudiar. No queda apegado sólo al documento escrito, sino que recurre a los testimonios orales, a las cartas privadas, entre otros tantos vestigios del pasado. Esta cita de Frías evidencia las dilucidaciones éticas, morales y científicas de un hombre que vive las últimas décadas del siglo XIX y las tres primeras de la centuria siguiente. Su mirada sobre los “otros”, está atrapada por las concepciones propias del grupo social del cual se siente partícipe, la tensión siempre vigente, que no puede resolver, de unos “otros” que conllevan para él todo lo negativo pero que a su vez son el apoyo de Martín Miguel de Güemes. De estos “otros” que de acuerdo a algunas de las teorías que están en boga al momento que escribe Frías son la expresión del degeneramiento que produce la mezcla de razas. Es obvio que Frías comparte estos puntos de vistas.39 Teun A. van Dijk al establecer las semejanzas y diferencias entre el racismo latinoamericano y europeo observa que si bien en Europa el racismo suele dirigirse contra los extranjeros que son distintos, en Latinoamérica son los propios inmigrantes europeos quienes discriminan e los pueblos indígenas. De esta manera la tónica general en el continente americano será la existencia de grupos de gente de mayor apariencia europea que discrimina a los de menor apariencia europea. En este sentido para el estudioso holandés el racismo latinoamericano opera como una variante del europeo. En VAN DIJK, Teun;

Page 25: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

independentista no trajo aparejado consigo una ruptura de este esquema ideológico, que

se vio reforzado en el transcurso del siglo XIX por los aportes provenientes del campo

científico y por la voracidad imperialista de los países del viejo mundo.

No interesa aquí justificar o acusar, sino señalar que los artífices de estas clasificaciones

y jerarquizaciones perciben la Salta decimonónica escindida en dos grupos presentados

como antagónicos. Aunque en realidad, cabe agregar, sólo son los reproductores

autorizados de un sistema de ideas y valores que organiza la sociedad de la época en

función de aquellos que detentan y detentaron en los últimos cuatrocientos años el

poder.

minoría mayoría

blanco de color

hermosas feas

culta baja

de costumbres españolas de costumbres indígenas, viciosos

caucásicos mezcla grosera de razas

Además del color de la piel, la participación que les cupo en la gesta de la

independencia fue otra de las líneas divisorias construidas entre “unos” y “otros” en el

siglo XIX. Los propios protagonistas fueron quienes acentuaron, a través de sus

testimonios escritos, su rol en la construcción de la Nación argentina40.

La presencia inmigrante y la ubicación rápida de algunos de ellos en la cúspide social

contribuyó y obligó a la búsqueda de los antepasados y a la formación de los linajes.

Dominación étnica y racismo discursivo en España y América Latina; Gedisa; España; 2003; pp. 99-100.40 ABHS, URIBURU, Dámaso; Guerra del Pacífico. Episodios 1879-1881; Buenos Aires; 1899. ABHS, URIBURU, Dámaso, Memorias. Buenos Aires; 1934.ABHS, URIBURU,Evaristo; Memoria Histórico Biográfica del Coronel Evaristo Uriburu; Buenos Aires; 1910.

Page 26: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

Algunos de éstos, como se expresó en líneas anteriores, superan en el tiempo a los

linajes europeos de mayor estirpe41.

Dirá Carlos Ibarguren: “La vieja cepa, cuyas raíces se hunden profundamente en la

madre patria, retoñó en mi terruño traída en la noble sangre hispana de los

conquistadores de América. De ese linaje proceden mis padres, Federico Ibarguren y

Margarita Uriburu”. El ex ministro de Justicia de Roque Sáenz Peña subraya que sus

antepasados, los Ibarguren, habían llegado con la corriente colonizadora del Perú y

habían esposado en América a hijas y nietas de encomenderos.

Se suma a los atributos enunciados el origen ganadero de la fortuna familiar, aunque

quizás esta no existiera. Que el dinero proviniera del comercio, de la actividad minera o

del todavía peor visto oficio de prestamista, no es bien considerado en la sociedad de la

época. Cuando los descendientes de Serapio Ortiz, una de las familias más acomodadas,

con un gobernador provincial y dos ministros de la Nación en su haber, explican el

origen de la riqueza familiar aluden a las tres ollas de barro llenas de onza de oro que

salieron de la demolición de la casa de Serapio, padre de Miguel y tío de Francisco,

ambos apellidados Ortiz42.

Tristan Platt en un estudio de caso sobre esta familia demuestra el origen minero de la

fortuna de Serapio, origen que después sus descendientes negarán, además de negar las

actividades de prestamista, a la par que inventan la leyenda del tapado familiar43.

41 Fernando Figueroa, en un libro muy útil por su información genealógica, dice que el apellido salteño Figueroa pertenece a un antiquísimo linaje español, cuya génesis se ubica en el Valle de las Figueras y entronca con la monarquía goda, la más antigua de la península. En el año 791unos caballeros cristianos enfrentados con los moros adoptaron por armas las hojas de higuera y comenzaron a llamarse Figueras. En FIGUEROA, Fernando; De Figueroa y otros linajes; Salta; 1996; pp. 9-20.42 Miguel Ortiz es gobernador de Salta durante el periodo 1880 y 1883, ejercerá un ministerio nacional durante la presidencia de Victorino de la Plaza. Francisco Ortiz es su primo, quien también ejercerá cargos y funciones relevantes en el quehacer provincial, además de acompañar como titular de la cartera de Relaciones Exteriores a Julio Argentino Roca, en su primer gobierno. También desempeñó cargos relevantes en la provincia de Santa Fe.43 Platt en su estudio descubre que los tres hermanos Ortiz nacidos en Salta –Manuel, Francisco de Paula y Serapio-, afincados después de 1830 en Bolivia inventan una máquina de repaso que les permitió ahorrar el salario de los indios repasiris. El trabajo de los aborígenes consistía en que sus pies mezclen la harina de mineral con el azogue en los buitrones para producir la amalgama de la plata con el mercurio. El invento les permitió a estos hermanos consolidar una posición entre los azogueros de la región, la cual

Page 27: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

Damián Torino, salteño, diputado nacional por su Provincia en 1900, ministro de

agricultura de la Nación durante la presidencia de Manuel Quintana y vinculado a la

familia Uriburu por su casamiento con Amelia, deja escrita la visión compartida por la

época respecto a este triángulo indisociable que se crea: Apellido-Ganadería-

Aristocracia. Sobre esto expresa: “Nuestra ganadería aún es la industria aristocrática

que tiene la República; patrimonio casi exclusivo del grande y rico terrateniente, a ella

se hallan vinculadas las tradiciones de nuestros más antiguos y pudientes apellidos,

notándose en los que los llevan, cierto orgullo y amor propio en ser los conservadores

de esta tradición, hacia la que se sienten irresistiblemente atraídos”44.

Todo este discurso, cargado de construcciones de genealogía, aristocracia y épica, está

acompañado desde temprano de alusiones a la importancia de la familia y la

consecuente relevancia que debe tener para sus integrantes la reciprocidad de los

vínculos de sangre, que tiñen las relaciones sociales, políticas y económicas.

Juan Ignacio Gorriti, hombre de la gesta de mayo, escribe: “En una familia bien

ordenada, los intereses de cada miembro de ella son mirados como de toda entera:

todos los miembros concurren con su contigente de auxilios a ayudar al que los

necesita, cualquiera sea la adversidad en que se encuentre”45.

Después de más de un siglo seguir los desbarros del pariente es ‘natural’. Ernesto Aráoz

expresa: “en ese tipo de hogar antiguo la solidaridad del clan trascendía en un afecto

cálido y sincero, en una férvida y permanente adhesión recíproca”46.

mantendrían hasta mediados del siglo XIX. Después dos de estos hermanos se radicarían en Salta. En PLATT, Tristan; "Historias Unidas, Memorias Escindidas. Las empresas mineras de los hermanos Ortiz y la construcción de las elites nacionales. Salta y Potosí, 1800-1880"; Andes; CEPIHA; Salta; 1996; Nº 6; pp. 137-220. 44ABHS, TORINO, Damián; El problema del inmigrante y el problema agrario en la Argentina; Buenos Aires; 1912, p. 153.45 GORRITI; Juan Ignacio; Reflexiones; La Facultad; Buenos Aires; p. 95. 46 En ARÁOZ, Ernesto, Al margen del pasado; Bernabé y Cía; Buenos Aires; 1944; p. 35.Ernesto Aráoz, nació en Salta en 1891. Se recibió de abogado en la Universidad Nacional de Buenos Aires en 1918. Se dedicó a las actividades agrícolas y ganaderas. Fue también profesor de Educación Cívica. Desempeñó diferentes funciones públicas: fue Diputado provincial, Ministro de gobierno, Diputado Nacional, vicegobernador y gobernador en el período 1941-1943.

Page 28: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

En estos principios diferenciadores, construidos e incorporados históricamente, se funda

la idea dominante-dominadora de familia tradicional, que alude al conjunto de

individuos ‘blancos’ criados en el seno del ‘hogar’, portadores de un apellido que los

liga con los descendientes de los primeros conquistadores, o con los partícipes de la

gesta independentista, aristócratas por nacimiento, ganaderos de oficio, auto-

reconocidos como reserva moral y ética de la sociedad y enlazados entre sí por la

sangre.

La familia tradicional deja de ser una invención para adquirir realidad en sí misma. Se

convierte en un constructo ideológico que contribuye al desarrollo de la sociedad de la

época. En su propio proceso de construcción, y por oposición, se configura y adquiere

identidad el otro grupo, alejado del espacio social. Ello, en una sociedad que se percibe

a sí misma como dual.

Es el peso de ésta tradición inventada el que explica la fuerza de la imagen de la Salta

ganadera, la consecuente ausencia del azúcar tanto en los análisis de los

contemporáneos como en los estudios actuales y la afirmación en las percepciones de la

gente de una sociedad dual, profundamente jerarquizada, en tiempos de consolidación

de la república y propagación de las ideas liberales. Como expresa Pierre Bourdieu las

representaciones mentales son actos de percepción y apreciación, de conocimiento y

reconocimiento, en que los agentes invierten sus intereses y presupuestos, además de

constituir estrategias interesadas de manipulación simbólica cuyo objeto es determinar

la idea que los demás pueden hacerse de esas propiedades y de sus portadores47.

En conclusión

47 En BOURDIEU (1999), “La Fuerza de la Representación”, ¿Qué significa hablar?, Madrid, Akal, p. 88-89.

Page 29: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

El análisis de la realidad salteña de fines del siglo XIX y comienzos del XIX obliga a

detenerse múltiples espacios: aquellos que elaboraron por los estudiosos a partir de

datos objetivos proporcionados por las fuentes y los que fueron construidos por los

varones y mujeres de la época, actores del proceso histórico, quienes elaboraron las

formas de concebir, percibir y aceptar al mundo compartidas por el conjunto social de la

época.

Son los espacios cimentados por los grupos dominantes a partir de las interacciones

económicas, políticas, familiares, sociales que anteceden incluso a la etapa

independiente, inmersos en el mundo de las representaciones mentales construidas por

las propias élites a fin de mantener y profundizar las posiciones, distancias, jerarquías y

diferencias en el seno de una sociedad que se percibe, se muestra como dual y es

racista.

Tal como lo planteó Botana los Ovejero forman parte de ese grupo de familias

dominantes salteñas durante la etapa de la hegemonía conservadora, su etapa de apogeo

en la política provincial y nacional se extenderá por más de una década, entre 1900 y

1913, y los frutos del ingenio Ledesma constituirán la base social y económica de su

poder.

En este caso la familia es la categoría social, tanto objetiva como subjetiva, que

organiza las prácticas y las representaciones de los actores de la época, convirtiéndose

en un instrumento de construcción de estas realidades pasadas48. Las prácticas 48 Los estudios de Pierre Bourdieu contribuyeron a redefinir esta problemática, teórica y metodológicamente?. En ellos se afirma que la definición tradicional de familia como un conjunto de individuos vinculados entre sí -sea por alianza, matrimonio o filiación, o más excepcionalmente por adopción- y que viven bajo el mismo techo (cohabitación), poco ayuda a definir las familias. Aclara el sociólogo francés que la familia no es más que una palabra, una mera construcción verbal, de modo que se deben analizar las representaciones que tiene la gente de lo que designa por familia. En este sentido, la familia, como categoría social objetiva (estructura estructurante), es el fundamento de la familia como categoría social subjetiva (estructura estructurada), categoría mental que constituye el principio de miles de representaciones y de acciones (matrimonios, por ejemplo) que contribuyen a reproducir la categoría social objetiva?. Para Bourdieu, hay que dejar de aprehender la familia como un dato inmediato de la realidad social para considerarla un instrumento de la construcción de esa realidad.

Page 30: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

familiares no sólo están presentes en el espacio de la política sino también en el de la

economía.

El cuadro de relaciones esbozado de los Zerda Ovejero muestra el papel central que

tienen las mujeres en la configuración y el mantenimiento de los vínculos. El apellido

no es el único elemento a tener en cuenta a la hora de reconocer a los integrantes de una

familia. Son éstos quienes perciben a la familia y deciden las inclusiones o exclusiones.

Sólo unos participan de la compra del Ingenio en 1899 y serán estos quienes dirijan el

destino del gobierno provincial, además de decidir quienes participarán en el orden

nacional.

Aunque la base de su reconocimiento económico está en la vecina provincia de Jujuy,

los Ovejero se abocan a participar del juego político de la Provincia de Salta, donde está

el reconocimiento social. Los elementos aquí aportados marcan la necesidad de superar

el marco rígido de los espacios dados por los límites provinciales y extender el análisis

hacia las posesiones e intereses de los grupos dirigentes salteños en las provincias

vecinas.

Este ejercicio permite observar que, si bien el comercio de ganado al Pacífico tuvo su

relevancia y extensión, la actividad azucarera posibilitó que sólo un puñado de familias

pudieran acaparar los ingentes beneficios que les proporcionaban las fértiles tierras

ubicadas al norte del Río Las Pavas y la explotada mano de obra de los grupos

originarios de la región chaqueña.

El análisis también exige desprenderse de las concepciones y visiones del mundo en las

cuales el estudioso también se encuentra atrapado. Las elites del siglo XIX son pródigas

en invenciones de tradiciones, que van desde la construcción de la ideología de la

nación hasta otra igualmente compartida por la totalidad del conjunto social que es la de

la familia tradicional.

Pierre Bourdieu (1997), Las razones prácticas, Buenos Aires..

Page 31: El estudio de la realidad salteña a fines del siglo XIX y comienzos

Las cosmovisiones fabricadas por las elites salteñas se convierten en hegemónicas y

embeben a todo el conjunto social, de tal manera que organizan las prácticas sociales,

incluso hasta el día de hoy. La ideología de la familia tradicional contribuye a

comprender la extensión y arraigo de las prácticas nepóticas, que desvirtuaron o

mutaron el sistema de representación individual propuesto por el liberalismo

decimonónico.

La valoración dada al color blanco de la piel no es un dato menor para comprender la

rápida incorporación de los inmigrantes, de fines del XVIII y del XIX, a los grupos

dirigentes locales y su posterior desplazamiento, a tal punto que sus apellidos

acompañarán a los ya instalados, y pasarán también a ser considerados distinguidos por

las generaciones posteriores.

Así como el color de la piel incluye, también excluye. Quizás no sea muy audaz pensar

que este principio organizador de diferencias contribuyó a delinear el régimen político

de la época. No se dice en voz alta, no se acepta, pero las prácticas racistas, tal cual

habla Teun A. van Dijk están presentes, aunque ocultas, no explícitas, y por ello

peligrosas para una sociedad que se piensa democrática.

María Fernanda Justiniano