Durante la noche Pablo tuvo una visión en la que un hombre de Macedonia, puesto de pie, le rogaba: “Pasa a Macedonia y

ayúdanos”. Hechos 16:9

El Apóstol Pablo continuaba su segundo viaje misionero, recorría las provincias de Asia, Galacia y Misia (lo que ahora

es la región nor-occidental de la república de Turquía) y llegando a Troas, la región más occidental, pretendía ir a Bitinia, al norte. Sin embargo, por razones que más adelante entendería, le fue prohibido por el Espíritu Santo ir a esas regiones. Se infiere aquí que el Espíritu Santo es el que guía las decisiones de los creyentes y no la voluntad humana, gran lección permanente e intemporal.

Estando en Troas, en la parte más occidental, Pablo tiene una visión en donde un varón de Macedonia, el área norte de la actual Grecia, le habla y le hace un llamado importante y fundamental para el avance de la obra misionera en la vastedad del imperio Romano de aquel entonces.

El “Pasa a Macedonia y ayúdanos” viene a convertirse en una invitación que se renueva cada vez que hay un llamado misionero en cuanto a trasladarse a una región geográfica, bajo el llamado permanente del Espíritu Santo, o bien para despertar la visión de la misión transcultural.

El varón macedónico imploraba por una ayuda que es la más significativa de todas: la presencia del Evangelio de Cristo que

sana y salva. Debemos entender que cuando se pide la ayuda por el varón macedónico, éste quería que se trajera varias situaciones fundamentales que solo y únicamente el Evangelio puede traer a una persona y a una sociedad por extensión.

1. Trae Salvación. El Evangelio trae la enseñanza de que la única vía para reestablecer una relación perdida, entre un Dios Santo y una humanidad pecaminosa, es a través de la aceptación de Cristo como único y personal Salvador (Ef. 2:4-5; He. 9:15).

2. Trae Libertad. El Evangelio enseña que solo conociendo la verdad, ésta podrá hacer libre a la persona (Juan 8:35). La verdad de que para librarse de las cadenas opresoras del pecado y la condenación eterna, la única alternativa es conocer a Cristo como Salvador.

3. Trae Educación. En la lucha común de cualquier individuo perteneciente a cualquier cultura, de conocer, ¿Quién es él? ¿De dónde viene y a dónde va? ¿Quién es el autor de esta creación que puede ver? ¿Hay algún ser que ordena todo y a quien habría que darle adoración? Las respuestas a estas inquietudes se responden a la luz de la Palabra que enseña que hay un Dios único, creador y sustentador. Que hay un futuro para todo ser humano, ya sea de vida espiritual eterna o de muerte eterna, dependiendo esto de aquellos que aceptaron la salvación que el Evangelio ofrece y enseña (Gn. 1:1-11; Is. 42:5; Ef. 3:9; Jn. 3:16).

4. Trae Identidad. En su también permanente acción en la búsqueda de una

El Llamado Macedónico:Una petición de ayuda que aún permanece.

Director:Dr. Abel Morales

Editores:Lic. Mario Lemus

Lic. Estuardo Orozco

Esta es una publicación del Centro Misionológico del Seminario Teológico

Centroamericano en Alianza con la Fraternidad de Apoyo Misionero

Internacional de Guatemala.

Derechos Reservados 2010.

Prohibida su reproducción total o par-cial sin permiso previo de los editores.

FOTO DE PORTADAAlumnos del Coro de SETECA vistieron trajes de diferentes naciones para la V Conferencia Magna de Misiones,

2010.

Septiembre - Diciembre 2010

Número 4

Colaboran en este número:

Dr. Abel MoralesLic. Fernando DíazLic. Lázaro PascualLic. Mario Lemus

Lic. Gonzalo Chamorro

Diseño:Plus Studio

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auto-identidad y posicionamiento social y colectivo, la humanidad encuentra respuesta a esto en la Palabra. El pasaje de 1 Pedro 2:9 da la identidad más significativa que pueda tenerse, la de ser miembros de la familia de Dios, espiritual y permanente.

5. Trae Esperanza. En un mundo sin esperanza, en el cual se han perdido las expectativas, el Evangelio trae la respuesta única de ver que aunque no haya ninguna expectativa visible, sí se encuentra un futuro en el Evangelio que trae salvación. La esperanza de que al final de la jornada humana Dios ha preparado un futuro en su compañía para aquellos que han creído en Su Hijo. Que hay una salvación que está en Sus manos a donde nadie puede llegar ni tampoco arrebatarla (1 Pedro 1:3).

El llamado Macedónico resuena aún en nuestros oídos el día de hoy, puede oírse su eco en las mentes y corazones, de aquellos que han recibido la mejor ayuda que pueda tenerse, el Evangelio eterno, al igual que aquellos en Macedonia que fueron salvos por la prédica de estas buenas nuevas: Lidia y el carcelero de Filipos que ilustran el fruto visible y transformador que el Evangelio produjo en sus vidas después que Pablo obedeciera llevar esa ayuda pedida (Hechos 16:10,13-15 y 27-32). El llamado macedónico contemporáneo tiene que ver con pueblos no alcanzados, con millones que aún no han oído de Cristo, gente de estos grupos que no esperan su segunda venida porque aun no saben que ya vino una primera vez.

Obedecer el llamado, viene a ser ahora un reto para individuos e iglesias en conjunto como parte de la más importante dimensión por las

misiones mundiales transculturales que es llevar el Evangelio, a través de misioneros, a todos los pueblos de la tierra. La motivación principal para hacer esto debe ser nuestro deseo y convicción de glorificar a Dios. Desde el principio hasta el fin la Biblia nos declara que Dios es glorificado en sí mismo en la salvación de los pecadores y también en su deseo de ser adorado en todos los pueblos de la tierra.

Al obedecer el llamado de llevar el Evangelio hacemos práctica, entonces, la convicción de que Dios salva a pecadores y que está creando una nueva nación a través de la sangre de Cristo y que a través de esta salvación Él se gloría.

Nosotros, entonces, como creyentes en Cristo, Su pueblo, tenemos la oportunidad de glorificar a Dios declarando y haciendo conocido el glorioso Evangelio a todos los pueblos de la tierra. Aquí y allá, en Su nombre.

Finalmente una acotación práctica: Nosotros sin Dios no podremos hacer esa obra trascendental pero Dios sin nosotros no quiere hacerlo porque nosotros somos Sus heraldos y los encargados de llevarla a cabo. Gracias a Dios por el privilegio que nos da de poder ser útiles a Su causa.

Dr. Abel E. Morales. Profesor de Misiones Transculturales,

SETECA.Presidente de FAM Internacional.

Oportunidades y Estrategias Misioneras desde los Movimientos Migratorios (2/2 partes)

Página 4

Reflexiones sobre el Llamado Misionero Transcultural

Página 7

Cruzando Nuevas FronterasV Conferencia Magna de Misiones, SETECA 2010

Página 10

ENTREVISTA:Guillermo Taylor.“Un Dios de Misión que nos invita a participar en Su Misión”

Página 14

Tres Motivos para dar Gracias a Dios en las Misiones

Página 18

Glosario Misionero

Página 17

EN ESTA EDICIÓN

Hacia Lausana 2010:de Sudáfrica a América Latina

Página 22

3

E D I T O R I A L

Filosofía de misión y plataformas creativas de actuación.

Una vez establecidos los datos básicos relacionados con los movimientos migratorios y de

manera específica con la realidad lati-noamericana, nos disponemos a esbo-zar algunas líneas de actuación que nos permitan abordar el fenómeno migrato-rio desde una perspectiva intencional, con el objetivo de movilizar todos los recursos para la misión entendida de una manera global. También, hemos trazado algunos lineamientos bíblico-teológicos que nos sirven de marco de

referencia y de base para las iniciativas que se planteen. No se trata de hacer planteamientos idealistas y lejanos de la realidad, sino aprovechar los pa-sos ya recorridos en los movimientos asiáticos de diáspora para hacer algu-nas propuestas concretas y pertinentes dirigidas a nuestro contexto.1 Por otro lado, es importante contar con la ex-periencia espontánea y planificada que se ha iniciado desde América Latina. Muchos inmigrantes han iniciado pun-tos de testimonio y misión en los luga-res a los que han llegado y las misiones e iglesias han establecido iniciativas incipientes para ocuparse de los com-patriotas que salieron de sus países de origen.

Uno de los elementos básicos para la movilización misionera desde los mo-vimientos migratorios, es la centralidad de la Iglesia local con visión misionera que se reproduzca para plantar iglesias misioneras. En este sentido, la expe-riencia de la Iglesia Misionera Evangé-lica de Huancayo en Perú es pionera, tal y como nos cuenta Samuel Cueva:

“Nuestro concepto para plantar Iglesias Misioneras, tiene que par-

tir de la premisa bíblica de que el mundo es campo y no solo el inte-rior de nuestra patria, o la periferia donde se encuentra ubicada “mi” iglesia local (...) La experiencia nos ha enseñado que no se puede motivar a hacer misiones sin tener iglesias locales que sean la fuente y sustento de la misión a impulsar. (...) Por eso me permito afirmar que no puede haber misiólogos moti-vadores a la misión, ni misioneros que vivan sin sujeción a la pastoral de una iglesia local”.2

Desde la centralidad de la Iglesia local se podrá plantear una utilización estra-tégica de diferentes fuerzas y recursos: la fuerza misionera que sale al campo para plantar iglesias; la fuerza financie-ra que aglutina a los que salen a traba-jar a países de mejor coyuntura econó-mica y desde allí respaldan las misio-nes y la fuerza moral que aprovecha a aquellos que viajan en sus vacaciones para apoyar el trabajo misionero.3 Jun-to a estos tres elementos, podemos aña-dir un cuarto recurso que llamaremos fuerza asistencial o social, que busque el cuidado integral de los emigrantes en los países receptores.

Junto al lugar clave de la Iglesia local, es importante destacar la centralidad del concepto de diáspora, que deberá llevarnos a aunar esfuerzos entre igle-sias y agencias misioneras. Al igual que Pablo aprovechó la LXX y las sinagogas como elementos claves de

la diáspora judía, las iglesias de nues-tros días deben estudiar el movimiento migratorio y detectar las herramientas y medios disponibles para realizar la misión. Al mismo tiempo, surgen enti-dades como el Instituto de Estudios so-

Oportunidades y Estrategias Misioneras desde los Movimientos Migratorios (2/2 partes)

REVISTA DE FORMACIÓN E INFORMACIÓN MISIONOLÓGICA4

Desde la centralidad de la Iglesia local se podrá plantear una utilización estratégica de diferentes fuerzas y recursos...

Lic. Fernando Díaz

MA. En Teología, SETECA 1995.Misionero en España desde hace 10 años.

bre la Diáspora que buscan estudiar los movimientos geográficos, económicos, estudiantiles y de refugiados para anali-zar las oportunidades naturales que nos permitan avanzar la misión mundial.4

Un tercer aspecto central es el del en-trenamiento de todo creyente. Como vimos anteriormente, el sacerdocio universal del creyente nos lleva a con-siderar de manera clave la formación del cristiano laico para el cumplimiento de la Gran Comisión. El entrenamiento formal y no formal debe estar dirigido a todos los creyentes, de acuerdo a su nivel y compromiso, para tener prepa-radas a aquellas personas que aprove-charán el movimiento migratorio para cumplir la misión.

Enfatizados estos aspectos centrales de la filosofía de la misión proponemos una serie de plataformas creativas tanto para las iglesias enviadoras en América Latina, como para las Iglesias recepto-ras en los países de destino.

Plataformas desde las iglesias enviadoras.

De acuerdo a las experiencias de otras diásporas, especialmente asiáticas, y de los elementos planteados anteriormen-te, proponemos las siguientes líneas de actuación para las Iglesias y entidades misioneras en América Latina:

• Creación de una red nacional de atención a la comunidad emigran-te de cada país latinoamericano, que coordine la atención pastoral, el asesoramiento, la capacitación y el ofrecimiento de herramientas evangelísticas.

• Creación de una red denominacio-nal que además de los anteriores objetivos, coordine esfuerzos de plantación de Iglesias y relación con Iglesias en el campo de misión.

• Formación de una red internacio-nal de atención a la diáspora lati-noamericana. Puede incorporarse

dentro de COMIBAM o plantar-se como un órgano independiente pero relacionado con las entidades misioneras de cada país latinoame-ricano. Se encargaría de estudiar la condición migratoria latinoameri-cana en sus diferentes realidades: trabajadores, refugiados, estudian-tes, turistas, etc. Posteriormente, se encargaría de realizar estrategias para realizar la misión hacia la co-munidad de la diáspora y, desde ésta, a las comunidades autóctonas del país receptor.

• Creación de un programa de edu-cación formal y no formal a nivel de las Iglesias locales y a nivel na-cional, que prepare a todo creyente

que emigre a otro país. El disci-pulado y la formación en la igle-sia local es la parte central de una educación que puede completarse con otros contenidos más especia-lizados.

• Crear una agencia que reúna las oportunidades de plataforma de acceso. Esto provee para la per-sona que es enviada: accesibilidad, identidad e integridad.5 Deberá estar coordinada con una Agencia de oportunidades en los países de destino.

• Ofrecer un plan de enseñanza en la Iglesia local con asesoramiento personal, que oriente al creyente que se plantea la posibilidad de emigrar y le inculque una visión misionera.

• Crear un ministerio de seguimiento que permita mantener el contacto entre las diferentes fuerzas de apo-yo a la misión: fuerza misionera directa, fuerza misionera de apoyo económico a través de remesas en-viadas, fuerza de apoyo moral y de apoyo asistencial.

Plataformas desde las iglesias receptoras.

Igual de importante y vital es la pre-paración de plataformas de acceso y misión en los países receptores. Una coordinación entre Iglesias enviadoras y receptoras nos librará de caer en la formación de guetos aislados:

• Crear una red receptora nacional que se comunique y trabaje conti-nuamente en cooperación con la Red Nacional

• Crear una infraestructura de recep-ción que ofrezca ayuda básica a los diferentes colectivos: trabajadores, estudiantes, turistas, etc.

• Ofrecer un programa de forma-ción para las iglesias receptoras en

5

El entrenamiento formal y no formal debe estar

dirigido a todos los creyentes, de acuerdo a su nivel y compromiso, para tener preparadas

a aquellas personas que aprovecharán el

movimiento migratorio para cumplir la misión.

la comprensión de las diferencias culturales y la integración del emi-grante.

• Crear un directorio de herramien-tas de apoyo para el emigrante, tanto para el cristiano como el no evangelizado.

• Crear una red de empresas cristia-nas y una agencia de personal que pueda ayudar a traer personal que pueda integrarse laboralmente.

• Crear un centro de reciclaje con educación formal y no formal para futuros misioneros en el campo.

• Crear una estructura de apoyo a refugiados y grupos étnicos me-nos alcanzados presentes en el país como consecuencia del movimien-to migratorio.

Las propuestas para los países recepto-res dependerán del número de iglesias que tienen y el porcentaje de cristianos nacionales y emigrantes. En definitiva, se buscará el cuidado de la diáspora y, a la vez, desde la Iglesia Nacional re-ceptora y la comunidad inmigrante se planteará el alcance de grupos y pueblo sin testimonio.

Posibles estructuras de Envío.

En esta parte final, queremos plantear algunas posibilidades en cuanto a es-tructuras de envío. Entendemos que las oportunidades de trabajo secular remunerado, sin sustituir al misionero enviado y sostenido por su iglesia local o agencia, puede multiplicar el número de personas haciendo misión transcul-tural. Además, lo haremos convencidos de que logramos una penetración ma-yor y más estratégica para la mentali-dad postmoderna.

El planteamiento de negocios y em-presas para el sostenimiento de misio-neros y ayuda a la misión lleva a una reflexión en el terreno de la ética y los valores. La clave está en considerar el

trabajo emprendido para la Gloria de Dios, como parte de la misión y no sólo como un pretexto para mantenernos en el país.6 El seguimiento de las normas y la diligencia mostrada serán elemen-tos de testimonio tanto en el caso de un país de limitado acceso como en uno de libre entrada. De hecho, aunque rea-lizamos un trabajo hacia la diáspora, conscientes de la falta de documenta-ción y legalidad de gran parte de las personas, es fundamental que la fuerza misionera esté legalmente en el país en una estructura sólida que nos permita cumplir la misión sin escándalo ni falta de integridad.

En cuanto a estructura, recomendamos la cooperación entre iglesia y agencia, independientemente del origen de los fondos para el sostenimiento.7 De he-cho, el trabajo de cooperación entre iglesias (enviadora y receptora) refor-zará los vínculos y la plataforma de envío.

A continuación, y como parte final de este artículo, apuntamos a algunas oportunidades y estructuras de envío que nos permitan ver a un mayor nú-mero de personas participando en la misión: empresarios, trabajadoras del servicio doméstico, estudiantes, profe-sionales de la salud, trabajadores socia-les de ONGs, deportistas, educadores, etc.

Empresas como estructura de envío.

Con la cooperación entre iglesias, aso-ciaciones y empresarios cristianos, podemos crear empresas de pequeña infraestructura. La importación de productos artesanales o productos de demanda, desde la perspectiva del co-mercio justo y solidario, puede ofrecer una interesante estructura de envío. También las empresas de servicio que reclutan personal, para temas de man-tenimiento, pueden ser adecuadas si hay una coordinación con entidades del país de envío y del país receptor.

Organizaciones No Gubernamentales como estructura de envío.

El auge del trabajo social puede ser una plataforma adecuada aunque exige pre-paración específica en el terreno social. La estructura no solo servirá para el envío, sino que será un elemento clave para realizar el trabajo social entre los emigrantes.

Estudios y educación como estructura de envío.

Las becas, los intercambios estudian-tiles y los postgrados constituyen vías naturales para el envío, aunque suele ser un medio restringido. En algunos países podría gestionarse una agencia que integre el trabajo en casas con el aprendizaje de un idioma. Ya se hace a nivel secular y podría ser un medio estratégico que coordine la utilización de hogares cristianos y estudiantes que vienen a hacer una labor misionera. También el modelo se puede invertir recibiendo personas de grupos no al-canzados para aprender el idioma en el contexto de un hogar cristiano.

Conclusiones.

La realidad del movimiento migratorio latinoamericano y las bases bíblico-teológicas de la misión deben llevarnos a una profunda reflexión y análisis de nuestra diáspora. Hasta ahora, hemos tenido iniciativas aisladas, pero no una acción coordinada para aprovechar la plataforma de los movimientos mi-gratorios. Hemos querido destacar el concepto de “hacedor de tiendas” en un sentido más abarcador que el nor-malmente usado y hemos planteado algunas plataformas y estructuras de envío posibles. El Dios de la misión nos invita a leer los tiempos, a discer-nir y a hacer nuestra parte en su cum-plimiento. La dispersión de nuestros compatriotas debe llevarnos a un salto

REVISTA DE FORMACIÓN E INFORMACIÓN MISIONOLÓGICA6Continúa en página 16

Conocer y estar seguro del llama-miento de Dios a la obra misione-ra transcultural es el fundamento

para un ministerio de largo plazo y de plena efectividad. Superar las diferentes barreras como la cultura, el idioma y las costumbres, el trabajo en equipo hacen que el llamamiento sea un elemento pri-mordial antes de salir al campo misionero. Un ejemplo del llamamiento divino fue Moisés.

El Llamamiento de Moisés

1. Su formación en Egipto. “Creyó ser alguien”

Las circunstancias del nacimiento de Moi-sés fueron las más difíciles. La orden del

Faraón era que todos los niños varones de Israel fueran eliminados por la tasa de natalidad creciente (Ex. 1:12,16). Las parteras hebreas recibieron instrucciones de Faraón de eliminar a todos los varo-nes pero, temieron a Dios (Ex. 1:17). Los padres de Moisés, Amram y Jocabed (Ex. 6:20) desobedecieron el edicto del Faraón y escondieron al niño por tres meses. Lue-go, pusieron al niño en una cesta sobre el río Nilo. La Hija de Faraón encontró al niño y lo adoptó como suyo. Jocabed fue contratada para cuidar de él. El niño cre-cido fue llevado a la hija de Faraón donde aprendió la cultura y lengua egipcia. Esos pocos años que estuvo con su familia fue donde aprendió sobre el Dios verdadero. Hechos 7:22 dice “Así Moisés fue instrui-do en toda la sabiduría de los egipcios y era poderoso en palabra y en obra”. Esto quizás quiera decir: un orador nato que cautivó a la corte real. Su inteligencia, su destreza en las letras y su carácter hicie-ron pensar que su futuro sería promisorio. Cuando Moisés tuvo sus cuarenta años, empezó a pensar en su origen. Su recuer-do de alguien que le habló sobre el Dios de Israel le llevó a cometer un homicidio. Tenía muy claro su origen, pero no su futu-ro. Al ser descubierto, apenas tuvo tiempo para escapar. La muerte del egipcio que-dó como una marca en su vida. Era culpa-ble de una muerte.

2. Su llamamiento en Madián. “Entendió que no era nadie”

Moisés encontró refugio, trabajo y espo-sa en casa de Jetro. Pasó cuarenta años como pastor de ovejas. Su vida solitaria, sencilla y encargado de las ovejas formó su carácter para bien. El hombre que de-seaba resolver el problema de un pueblo, de repente se ve rodeado del desierto y montañas. En esa vida solitaria y de medi-tación, fue cuando el Señor se le apareció en la zarza ardiendo. No fue en el palacio de Faraón, sino en un lugar solitario y de-sértico donde recibió el llamado de Dios. Pero este llamado tuvo sus objeciones. Moisés intentó evadir la responsabilidad de ser el instrumento divino para liberar a su pueblo en Egipto. Dios sigue llamando mujeres y hombres para su servicio. ¿Qué excusa pondrías delante de Dios? Algunas excusas modernas pueden ser la familia, los amigos, la falta de idoneidad, lo difícil que es levantar fondos, falta de experien-cia, no tengo el don, la timidez, no es mi prioridad, no tengo el apoyo de los líde-res, etc.

3. Su ministerio por el Desierto. “Se dio cuenta lo que Dios pue-de hacer con alguien que no era nadie”

Moisés con ochenta años, empezó la di-fícil tarea de conducir al pueblo hacia la tierra prometida. En varias ocasiones es-tuvo a punto de ser linchado por su pro-pia gente, sin embargo mostró humildad y mansedumbre (Núm. 12:3). El llama-miento divino desde la zarza ardiendo fue

el fundamento para el resto de su vida. En medio de las dificultades, murmuraciones y limitaciones, se mantuvo fiel. Terminó su tarea a los ciento veinte años, y entregó la estafeta a su sucesor Josué.

Reflexiones sobre el llamado MisioneroTranscultural

7

Lic. Lázaro Pascual Yac

Misionero de FAMGUAen España.

Los padres de Moisés, Amram y Jocabed desobedecieron el edicto del Faraón y escondieron al niño por tres meses. Luego, pusieron al niño en una cesta sobre el río Nilo.

Principios sobre el llamamiento:

• El valor de la formación desde la ni-ñez: La formación de un niño en un ambiente cristiano forma su persona-lidad. Moisés recibió de su madre Jo-cabed, especialmente, el conocimien-to de Dios. Ella llevó a cabo una tarea enorme, considerando el poco tiempo que tenía antes de entregar a Moisés a la hija de Faraón. El caso de los hijos del sacerdote ElÍ era de lamen-tar. La Biblia dice que “eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová” (I Samuel 2:12). Ofni y Finees menospreciaban las ofrendas, eran fornicarios y desobedientes a su pa-dre (I Samuel 2:17, 22, 25). Por causa de su pecado, el Señor los sentenció a muerte (I Samuel 2:25, 4:11). Cuán

importante es nutrir a los hijos con la palabra de Dios e inculcar en ellos principios y valores cristianos.

• Las excusas delante de Dios son va-nas: Moisés presentó algunas excusas. La primera excusa fue su incapacidad. El dijo: “¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?” (Ex. 3:11). La segunda ex-cusa, la identidad del enviador ante Is-rael “¿Cuál es su nombre?”(Ex. 3:13).

La tercera excusa, su credibilidad “No te ha parecido Jehová” (Ex. 4:1). La cuarta excusa, su falta de elocuencia “nunca he sido hombre de fácil pala-bra” (Ex. 4:10) y su última excusa fue su falta de voluntad “…envía, te ruego, por medio del que debes enviar” (Ex. 4:13). Para cada excusa Dios presen-tó una solución dejando a Moisés con la boca cerrada. Dios sigue llamando hombres y mujeres para su servicio, luego los creyentes presentamos una serie de objeciones porque de fondo están intereses personales que no compaginan con la vida de entrega y sacrificio que demanda cumplir el llamamiento del Señor. Es importan-te recordar que “1. Los hombres que más y mejor sirven al Señor no son los que tienen muchos talentos que ofre-cer, sino los que están dispuestos, en humildad, a dejar que el Señor los use.

2. Cuando el Señor llama a su servicio, su poder está disponible para cumplir nuestra tarea. 3. No hay hombre de Dios, por inútil que crea ser, que no pueda ser utilizado por el Señor, si se somete a Él. 4. El que reconoce su de-bilidad delante de Dios es más apto que el que es autosuficiente. 5. Una declaración de inutilidad para servir a Dios puede ser una excusa para no comprometerse en la obra de Dios y sus trabajos consecuentes” (Comen-

tario Bíblico Mundo Hispano Tomo 2: Éxodo).

• La humildad y paciencia son dos ele-mentos esenciales para un misione-ro: Moisés pasó cuarenta años en el desierto de Madián. El Señor utilizó ese tiempo para formar el carácter y temperamento de Moisés. En Egipto intentó manejar la situación de forma diferente. Después de los cuarenta años, Moisés era una persona diferen-te. Se dio cuenta que no era alguien importante cuidando las ovejas de su suegro Jetro. Números 12:3 dice: “A propósito, Moisés era muy humil-de, más humilde que cualquier otro sobre la tierra”. A pesar de que sus hermanos cuestionaron su autoridad porque deseaban compartir el poder, el mando, Moisés manejó la situación con mansedumbre. Fue Dios quien reivindicó su posición como líder del pueblo de Israel. El misionero necesita un carácter manso si va a trabajar en equipo. El reto mayor es compartir el liderazgo en el campo. Es cómodo ser el gobernador en nuestros peque-ños reinos, pero cuando llegan otros, pueden verse como una amenaza a su liderazgo. 1 Pedro 5:5b dice: “Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes”.

• Las experiencias difíciles son parte de nuestra formación: Después de dis-frutar la vida cómoda en el palacio en Egipto durante cuarenta años, ahora se encuentra cuidando de las ovejas en el desierto de Madián, terreno poco fértil comparado con Egipto. Cuarenta años pasó en los campos bajo el inten-so calor del día y el frío penetrante de las noches. Esta nueva experiencia lo llevó a modificar su carácter. No era el mismo hombre al final de esos años. Las experiencias difíciles en la vida cristiana y en el ministerio misionero contribuyen a la formación del carác-ter. Con frecuencia la iglesia enviadora o la agencia misionera piden que lle-nemos requisitos importantes como, formación bíblica y teológica, estudios transculturales, estudios seculares y experiencia ministerial. Esto deman-da del futuro obrero una verdadera preparación para las exigencias que tendrá en el campo. Las cosas difíciles que vemos ahora no se comparan con

REVISTA DE FORMACIÓN E INFORMACIÓN MISIONOLÓGICA8

• Cuarenta años pasó en los campos bajo el intenso calor del día y el frío penetrante de las noches. Esta nueva experiencia lo llevó a modificar su carácter. No era el mismo hombre al final de esos

años. Las experiencias difíciles en la vida cristiana y en el mi-nisterio misionero contribuyen a la formación del carácter.

los verdaderos retos y obstáculos que se encuentran en el campo.

• La educación y la experiencia son ex-celentes herramientas: Moisés reci-bió una excelente educación. Estudió en las mejores escuelas en Egipto. Tuvo grandes oportunidades de pre-paración intelectual. “fue enseñado... en toda la sabiduría de los egipcios” (Hechos 7:22). Este versículo descri-be brevemente toda la preparación intelectual que tuvo en Egipto pero le faltaba la preparación de campo. Esta la recibió en Madián. Ambos elemen-tos fueron importantes para la em-presa que llevaría a cabo. Los nuevos misioneros latinos de igual modo ne-cesitan educación bíblica-teológica y experiencia ministerial-transcultural. En algunos países será imprescindible un título secular para obtener la visa como residente.

La Iglesia Local y el Llamado Misionero Transcultural

Dios llama a sus hijos para su servicio.

Dios tiene diferentes formas para llamar a sus hijos a su obra. Algunos son llamados de forma espectacular usando una zarza ardiendo como Moisés. Gedeón puso se-ñal de confirmación para su llamamiento. Pablo recibió el llamado en medio de una luz resplandeciente. Abraham fue llamado por revelación y dejó su tierra y parentela para ir a un lugar desconocido. Jesús lla-mó a Mateo en el banco de los tributos. Lo dejó todo para seguir al Maestro. Josué fue llamado en un largo proceso de cua-renta años. Siempre fue el segundo. No hay un patrón de llamamiento. Cuando conversamos con los misioneros y pregun-tamos la forma que fueron llamados, to-dos tienen diferentes experiencias.

La iglesia local confirma el llamamiento divino.

El llamamiento de Dios a su obrero tendrá su confirmación a través de la iglesia local. Los líderes de una iglesia podrán autenticar el llamamiento de un creyente con base en su testimonio, carácter, obediencia e invo-lucramiento en los ministerios de la iglesia.

El que es llamado para la obra, desde niño o joven demostrará con hechos y palabras que no es un llamado emocional y pasa-jero. Algunas veces encontramos jóvenes con muchos deseos de servir, pero los lí-deres de la iglesia local tienen poca visión misionera. Aconsejamos trabajar dentro de la misma iglesia en el tema de misiones y esperar el tiempo del Señor.

La agencia misionera colabora con la igle-sia.

Las entidades son un medio para facilitar la salida y permanencia de los obreros en el campo. Su ayuda en la orientación, comu-nicación, recepción de las ofrendas, distri-bución de las cartas de oración, prepara-ción transcultural y supervisión en el cam-po son valiosos para la obra del Señor. Las

agencias tienen personal de oficina que fa-cilita el trabajo de la iglesia y el misionero. Debemos ser cuidadosos en escoger la en-tidad con quienes vamos a colaborar para el envío de nuestros futuros misioneros. Es importante que los líderes de la iglesia y agencia se reúnan para escribir y acordar las funciones de cada uno en el proceso. Recuerden que enviamos familias y solte-ros que son hijos del Altísimo y no máqui-nas de coser.

La iglesia enviadora y el misionero.

Es responsabilidad de la iglesia enviado-ra, a través del comité de misiones, man-tener la comunicación y el envío de las ofrendas para que el obrero y su familia puedan cumplir con el llamado. Las visi-tas al campo por parte del pastor, ancianos o miembros del equipo de misiones de la iglesia, pueden renovar y aumentar la vi-sión misionera de la iglesia. Por otro lado, el misionero tiene la responsabilidad de enviar sus informes de forma periódica, visitar la iglesia en su tiempo de represen-tación e interceder por su iglesia local. El llamamiento se concreta en hechos y no solo en palabras. Pablo y Bernabé fueron encomendados por la iglesia en Antioquía. Luego, volvieron y rindieron informe de su ministerio (Hechos 14:27). El llamamiento se confirmará a lo largo de los años, espe-cialmente cuando lleguen los tiempos de

tempestad. La nueva generación de misio-neros tiene el reto de hacer una parada para estar seguros que es Dios quien los está llamando. Su llamamiento será como el faro para el barco en medio de una ne-blina densa.

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La nueva generación de misioneros tiene el reto de hacer una parada para estar seguros que es Dios quien los está

llamando. Su llamamiento será como el faro para el barco en medio de una neblina densa.

Llegaron de Europa, África, Cen-troamérica, Norte y Sur Améri-ca. Convocados para reunirnos

y aprender juntos más de la Palabra de Dios, para refrescar nuestra visión y ministerio, y para aprender de las expe-riencias de conferencistas y compañeros en la obra. Más de 625 personas tuvimos el gozo y privilegio de poder compartir todo tipo de bendiciones y retos.

La visión misionera y la responsabilidad de expandir el Reino de Dios se reafirmó una vez más. Cuatro conferencias ante-riores tuvieron una significancia en la vida de personas e iglesias nunca cuan-tificadas en su totalidad. Esta V Confe-rencia con todos los retos y enseñanzas recibidas seguramente tendrá, voluntad de Dios mediante, ese mismo impacto. Y ¿cómo no lo tendría? si pudimos es-cuchar y refrescar los mandamientos ineludibles que están en la Palabra y que en los talleres y conferencias fue-ron reafirmados. Escuchamos también el reto de cruzar las nuevas fronteras que pueden estar tan cerca como al otro lado de la calle o tan distantes como en países del Asia, África y Europa. ¿Cómo no sentirse tocados? si en cada noche de testimonios de misioneros en el campo escuchamos y oramos por los retos en España con miles de pueblos sin pre-

sencia evangélica, la persecución y a la vez bendición en Oaxaca, el oír de una iglesia fundada en Albania y con bautis-mos en el Mar Adriático. ¿En Albania? Sí, en el país que una vez constitucio-nalmente era ateo ahora se funda una iglesia por misioneros latinos. ¡Insonda-bles y maravillosas son las obras de Él! De ser retados para orar y apoyar a otro grupo latino que está en Tayikistan. Sí, en ese país.

Tocó el corazón, estimuló la mente y potenció la respuesta emocional las conferencias plenarias en donde se en-fatizaron los elementos que no hay que olvidar como la importancia de la teo-logía bíblica en el ministerio, de hacer propia la necesidad urbana tan latente en nuestras ciudades, el reto de una guerra espiritual que antes se pensaba distante, ajena y ahora es una realidad presente. De oír en la conferencias noc-turnas, a través de un recorrido desde Génesis a Apocalipsis, del plan de Dios incambiable a través de los tiempos y de la responsabilidad de que como siervos de Él debemos hacerlo posible de acuer-do a nuestro llamado y obediencia.

Para el Seminario Teológico Centro Americano fue un privilegio ser anfi-trión y organizador de esta V Conferen-cia, así como de las cuatro anteriores. Sentimos la responsabilidad de seguir ayudando integralmente a la comuni-dad latina en cualquier lugar, a entender su papel protagónico en la expansión del Reino y su responsabilidad ineludible de ir y hacer discípulos a toda lengua, tri-bu, pueblo y nación.

Honra y Gloria por siempre al único que merece nuestra adoración y alabanza, el Dios único y verdadero, por todo lo que Él nos dio en esta V Conferencia.

Cruzando Nuevas Fronteras

V Conferencia Magna de Misiones, SETECA 2010.

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REVISTA DE FORMACIÓN E INFORMACIÓN MISIONOLÓGICA10

Dr. Abel Morales

Presidente del Programa,V Conferencia Misionera.

1. Lic. David Minchez,Misionero de FAM-GUA.FeriaMisionera.

2. Colaboradores delStaff de la V Confe-renciaMisionera.

3. David Cabazos, Pre-sidente de la Co-munidad MisioneraSetecana, Feria Mi-sionera.

4. Asistentes a la FeriaMisionera.

5. Lic. Mario Lemus,Stand de FAMGUA,FeriaMisionera.

6. AsistentesenlaPlazadelasBanderas.

7. Asistentes a Taller:“Resolviendo Con-flictos en el CampoMisionero”.

8. Conferencistas invi-tadosyprofesoresdeSETECA fueronentre-vistadosporCanal27yelperiódicoLaPa-labra.

9. Lic. Gustavo Soto,Presidente de FAMUSA,Impartióeltaller:“CómoResponderalRetoHispanoenUSAyCanada”.

10. Licda. Loida de Pas-cual, Misionera deFAMGUA, dirigió elgrupoafíndelasMu-jeres.

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1. Alumnosvistierontrajesdedis-tintasnacionesyentonaronelcantolemadelaVConferen-ciaMisionera.

2. Dr.FelipeBlycker,autorycom-positordelcantolemaparalaVConferenciaMisionera.

3. Lic. Carlos Madrigal, Confe-rencistaInvitado.

4. Dr. Moisés Mejía, PresidentedelComitéOrganizadordelaVConferenciaMisionera.

5. Dr.JeffAdams,ConferencistaInvitado.

6. Dr. Abel Morales, PresidentedelPrograma,ComitéOrgani-zadorVConferenciaMisione-ra.

7. Dr.JimAdams,RectordeSETE-CA.

8. Dr.VardirSteuernagel,Confe-rencistaInvitado.

9. Asistentesa laVConferenciaMisionera,SETECA2010.

10.Dr. Joel VanDyke,Conferen-cistaInvitado.

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¿Cómo llegó usted a involucrarse en el mundo de la Misión Transcultural?

En cierto sentido no tenía opción porque mis padres eran misioneros. Pero fue has-ta la edad de 8 años que en una escuela bíblica de vacaciones tomé la decisión, sin entender que mis padres eran misioneros, porque hasta ese momento no era cons-

ciente de esto. Esa decisión como niño me formó y subraya un proverbio que dice que cuando tomas una decisión ésta te trans-forma. Yo sabía que iba a dedicarme a las misiones en base a la decisión que tomé de niño, fue así que cuando llegué a joven escogí una universidad de estudios teológi-cos, bíblicos y misionológicos.

¿Por qué es necesario que la iglesia en América Latina se involucre en la Misión Transcultural?

En esencia porque si no lo hace no es una Iglesia bíblica. La Iglesia en el Nuevo Testa-mento nace en un ambiente multicultural y aunque nació en Jerusalén, capital de la nación hebrea, nace en el día del Pentecos-tés con incontables y miles de visitantes, que habían llegado para las fiestas pero se habían quedado en el grupo greco romano. Así que la iglesia en el Nuevo Testamento por definición es transcultural. La Iglesia hoy si es fiel a su llamado tiene que refle-jar esa pasión de alguna manera u otra, y el trabajo transcultural hoy está mucho más matizado que antes. Porque la visión transcultural hoy puede ser de idioma, de etnia, geográfica o cultural. Por ejemplo en Guatemala: en un día podemos estar en tres mundos diferentes. Podemos ver un mundo pre-industrial (agricultura, sin electricidad, y servicios básicos), un mun-do industrial (como se vive en la ciudad) y un mundo de la realidad de la informática (post-moderno), por tanto la iglesia de hoy en día tiene que ser transcultural en todo el sentido de la palabra.

REVISTA DE FORMACIÓN E INFORMACIÓN MISIONOLÓGICA14

* Entrevista realizada el 29 de Abril del 2010, V Conferencia Magna de Misiones: Cruzando Nuevas Fronteras (Ciudad de Guatemala: Oficina de FAM Internacional-

Guatemala, Edificio Armerding 3er Nivel, SETECA).

E N T R E V I S T A

“Un Dios de Misión que nos invita a participar en Su Mision”*

Guillermo Taylor

Nació y fue criado en Latinoamérica. De padres misioneros, el Dr. Guillermo Taylor entregó su vida a las misiones desde una edad temprana. Terminó sus estudios de universidad y seminario mientras fungía como miembro de la administración de InterVarsity en Texas. Hizo su doctorado en estudios latinoamericanos en la Universidad de Texas en Austin. Con su esposa Yvonne se establecieron en Guatemala, donde enseñó por diecisiete años en el Seminario Teológico Centroamericano. Desde 1986 al 2006 sirvió como director ejecutivo de la Comisión de Misión de la Alianza Evangélica Mundial (WEA).

¿Qué factor(es) es(son) la principal causa por la cual una iglesia no desea involucrar-se en la Misión Transcultural?

Creo que hay varios factores. Uno de ellos tiene que ver con la visión del fundador o fundadores de la Iglesia local, si no tuvie-ron esa visión transcultural, entonces des-de el inicio de la materia prima de la igle-sia en su ADN no incluye este elemento. Sin embargo, la Iglesia en América Latina ha sido evangelizadora a su propia cultura. La mentalidad de los fundadores determina el comportamiento de la Iglesia en el futu-ro. En segundo lugar, muchos pastores y ancianos no han visto la misión transcul-tural como su tarea, sino como una tarea para el extranjero, basados en la idea que un misionero es aquel que viene de Euro-pa o de los Estados Unidos, pero no han considerado que América Latina tenga que enviarlo. Además sostener un misionero es una inversión que implica un costo econó-mico alto. En tercer lugar, hay pastores y líderes que francamente no tienen interés en esto, porque entre más alejado es el lu-gar de misión, menos lo pueden controlar. Ellos quieren controlar el partido religioso y esto para ellos es hacer versiones de su iglesia en otras ciudades o en otros países. Por tal razón, no han pensando transcultu-ralmente porque la verdad eso es mucho más complicado.

¿Cómo puede una iglesia involucrase en las misiones?

En primer lugar tiene que nacer la con-ciencia que esto es obra del Espíritu Santo. La misión es de Dios y las misiones inician con Dios, el cual es un Dios de misión y nos invita a participar en su misión. Des-afortunadamente en muchas iglesias hay un grupo misionero que comienza desde abajo, pero si los de arriba (el liderazgo) no están de acuerdo va a hacer muy difí-cil. Entonces el proceso debe iniciar con el liderazgo, con un cambio de mentalidad y con una concientización misionera. Luego se deben tomar pasos concretos, como la obtención de información, el involucra-miento en la intercesión global informada y la celebración de un evento misionero, donde se invite a alguien que traiga esa perspectiva y poco a poco irá creciendo la visión de misión transcultural.

¿Qué desafíos podría enfrentar una iglesia que desea involucrarse en las misiones?

En primer lugar el liderazgo de la Iglesia debe tomar la responsabilidad de ir ade-lante. Una Iglesia tiene que tener interés en el desarrollo de la misión transcultural dentro de su propio país, mientras más le-jos más desafíos. Por ejemplo: el sostener una pareja de misioneros enviados a Ma-rruecos sale más caro que sostenerlos en una cultura de un país más cercano. Esos son los desafíos que hay que enfrentar y aceptar. Otro desafío que la iglesia tiene que estar dispuesta a enfrentar (e invertir en ello) es la capacitación pre-envío de los obreros, porque si menosprecian esta capacitación estarán en desventaja.

¿Qué desafíos enfrenta el misionero lati-noamericano en el campo? ¿Qué tipo de preparación sería recomendable antes de ser enviado?

Nosotros en el Comité de Misiones de la Alianza Evangélica Mundial en el año 93, 94 y 95 lanzamos una encuesta a 14 países, uno de los colaboradores en este estudio fue el Arquitecto Rudy Girón de Guatema-la. Este estudio estaba enfocado en descu-brir las causas del retorno prematuro del misionero latinoamericano. Al obtener los resultados de la investigación encontramos que las causas del retorno anticipado se presentan como tres racimos de razones. La primera categoría que vimos global-mente es que el misionero latinoamerica-no salió al campo precipitadamente (a la brava), con el Espíritu Santo y enviado por una Iglesia local, pero sin entender real-mente los costos: el costo personal, el cos-to económico y el costo cultural. Pues al llegar pensaba que iba a ser bien recibido y no fue así, pensaba que el aprendizaje del idioma sería fácil y no fue así, pen-saba que los hermanos continuarían apo-yándole económicamente y no sucedió. El misionero(a) quedó en total soledad. En-tonces la primera dimensión de la capaci-tación misionera tiene que ser entender el llamado, el costo que uno tiene que pagar para poder vivir y sobrevivir en un contex-to sobrenatural y diferente, la primera di-mensión es la formación espiritual.

La segunda categoría tiene que ver con problemas en el trabajo en equipo. Per-sonas que tenían conflictos con los otros miembros del equipo. Entonces, ¿cómo

trabajar en este pre-campo?, ¿quién es el responsable?, desde mi punto de vista la responsable de esto es la Iglesia enviado-ra, que no ha vigilado el desarrollo espiri-tual de la persona misionera, cuyas carac-terísticas deben de manifestar una buena relación con otros y saber resolver sus pro-blemas interpersonales, estar consciente que el conflicto va a surgir en el campo misionero, pues el Diablo no nos quiere en comunión y hará todo lo posible por sembrar la sospecha, los roces y conflictos, esto hay que anticiparlo.

La tercera categoría era la ausencia o fal-ta de conocimiento de las herramientas para el trabajo transcultural, ya sea co-nocimiento bíblico, histórico, misionero, habilidades en la formación transcultural, el conocimiento de otras religiones: Islam, Budismo, Hinduismo, etc., y todo esto tie-ne que ver con la capacitación del misio-nero antes de salir al campo.

En América Latina se ha iniciado a enseñar sobre el tema del cuidado integral del mi-sionero. ¿Cómo definiría usted el cuidado integral? Y ¿Por qué es importante que una iglesia que quiere enviar obreros al campo tome esto como parte de su trabajo y res-ponsabilidad?

El cuidado integral podríamos llamarlo “el cuidado pastoral”, integral se refiere a todas la facetas de la vida del misionero. Digamos que una pareja de candidatos a misioneros ha militado por 10 ó 15 años de experiencia pastoral, estos no son joven-citos que van a los 20 ó 18 años de edad, esta sería una pareja madura de 38 ó 39 años, pensaríamos que están bien, que no necesitan ayuda, porque están más que preparados. Pero estarán lejos de casa, le-jos de la cultura, lejos de las tortillas de mami, lejos de lo que es su país, su idio-ma, lejos de su comunidad cristiana, lejos de sus amigos. Imagine una pareja que al nacer sus hijos no tengan a la abuela pre-sente para ser testiga y ayudar a la hija en la recuperación, el misionero se siente solitario. O los conflictos que surgen en el campo misionero ¿Quién les ayudará a re-solverlos?.

Hay tres dimensiones del cuidado integral, uno que viene de la iglesia y la iglesia tiene que intervenir en esa área. Talvez sería la visita anual de un pastor de la iglesia o de la agencia misionera.

15

En segundo lugar, es asegurar que en el campo misionero hay alguien que está pro-veyendo el cuidado pastoral, alguien del equipo que es pastor, asegurarse que es uno de sus dones, o que la agencia misio-nera tiene alguien en ese país, cuya res-ponsabilidad sea pastorear a los misione-ros. Y en tercer lugar, el auto-pastoreo. Yo como misionero tengo que pastorearme a mí mismo, yo tengo que pastorear a mi esposa, a mis hijos, ahora mi esposa me pastorea a mí y así nos animamos y conso-lamos. Las corrientes de cuidado pastoral son tres, y tiene que ver con la Iglesia, la agencia y el auto pastoreo. Pero tam-bién los hermanos que apoyan al misionero tienen que intervenir en esto. La iglesia enviadora no debe esperar que su obrero trabaje 7 días a la semana, debe de te-ner un tiempo prudencial de descanso. La iglesia y la agencia deben de asegurar que los misioneros regresen a casa para tomar vacaciones, para la nivelación de la prepa-ración académica-ministerial, todo esto es parte del cuidado integral. Antes de ir al campo, en el campo y en su retorno.

¿Cómo debe la iglesia apoyar al misionero, alguna idea práctica que usted nos pueda compartir?

La iglesia debe ser el semillero de las mi-siones, debe ser el lugar donde emergen los futuros candidatos. El liderazgo espiri-tual de la iglesia tiene que ver a estos chi-cos y chicas de 6-11 años y descubrir quién de ellos tendrá este llamado transcultural. Yo en lo particular estoy observando a los niños pequeños de mi iglesia, ¿a quién de ellos veo dentro de 20 años en otro país?, debe existir el interés práctico de la iglesia y su liderazgo de invertir y cuidar el esta-do espiritual e integral de estos misioneros desde pequeños. Segundo, invertir en su capacitación misionera, y después de es-tar en el campo por un tiempo asegurar que ellos tienen acceso a la actualización profesional, crecimiento espiritual, creci-miento dentro de las misiones y asegurar que esta familia misionera no será olvida-da. Invertir tiempo en la oración y pre-ocuparnos económicamente por ellos será de gran ayuda. Ahora gracias a los avances tecnológicos tenemos acceso al Internet y podemos platicar con ellos cara a cara a través del Skype desde cualquier lugar del mundo.

Alguna anécdota significativa que venga a su mente sobre su peregrinar en el mundo de las misiones.

Una que he mencionado en la 5ta Magna Conferencia en SETECA. Mi sorpresa de ver como Dios está utilizando a la igle-sia en América Latina, porque cuando yo regresé a Centro América en el año 68 o cuando mis padres llegaron en el año 1938, ni en los sueños más locos hubiera existi-do la idea que un nieto espiritual de Cos-ta Rica fuese un médico misionero en el mundo islámico, mis padres no lo hubieran conce-bido, pero la verdad es que yo tampoco. Esto no es tanto una anécdota, sino un golpe más profundo de cambio de para-digma.

cualitativo en el cumplimiento de la misión, conscientes de que Dios, como antaño, sigue en control de la historia y de la misión.

Fuentes Consultadas:

1 El caso filipino permite que aprenda-mos de los pasos ya dados en Asia: el compromiso para entrenar a los cris-tianos filipinos hacia un testimonio efectivo y la formación de líderes; la colaboración con las instituciones teo-lógicas del país para incluir la realidad

de la diáspora filipina; las alianzas con otros movimientos de diáspora y la preparación de entrenamiento formal y no formal para futuros obreros. Lin-da Gross, “New Adventure in Chris-tians Missions: Diaspora missiology”, pág.3, http://www.globalmissiology.org/english/docs_pdf/gross_diaspora_missiology.pdf. Consultado el 9 Abril de 2008.

2 Samuel Cueva, La Iglesia local en mi-sión transcultural, (Terrassa, Barcelo-na, CLIE, 1992):88,102.

3 Ibid. 128-129.

4 The Institute of Diaspora Studies (“IDS”) http://www.westernseminary.

edu/Diaspora/index.htm, consultado el 9 de Abril de 2008.

5 Mike Barnett, “Creative Access Pla-tforms: What Are They and Do We Need Them?”, Evangélicas Misión Quarterly, Enero 2005, consultado el 7 de Abril de 2008.

6 Stephen Bailey, “Is Business as Mis-sion Honest”, Evangelical Mission Quarterly, Julio 2007, en www.emqonline.com, consultado el 7 de Abril de 2008.

7 Waldermar Carvalho, “Cuatro Mode-los de Misiones”, Consulta continental de estructuras de envío (11-13 Febrero 2003, Panamá): 25-26.

Viene de página 6

Oportunidades y Estrategias Misioneras Desde los Movimientos Migratorios (2/2 partes)

REVISTA DE FORMACIÓN E INFORMACIÓN MISIONOLÓGICA16

Biblia y Misiones:

Los cristianos han recurrido siempre a la Biblia

como su fundamento para la acción misionera. Al

hacerlo, han echado mano de sus ricos recursos

de múltiples maneras y por diversas razones. A

veces lo han hecho guiados por razones personales,

otras buscando inspiración para renovar y orientar

su motivación misionera. En otras ocasiones las

razones han sido prácticas o apologéticas. Se

valieron de la Biblia para confrontar problemas

específicos o subscribir determinadas estrategias

misioneras. En otros casos, han buscado en las

Escrituras modelos o patrones para la acción

misionera o criterios para el establecimiento de

comunidades cristianas. En América Latina, de

modo particular, la introducción de la Biblia ha

sido la primera acción misionera y la semilla que

dio comienzo al movimiento evangélico en más de

un país.

Agencia Misionera:

Organización cuyo objetivo es la capacitación

misionera; la orientación, el envío y la supervisión

de misioneros; y la administración de la obra

misionera conjuntamente con la Iglesia Local.

Puede consistir en un departamento o junta

dentro de una estructura denominacional o ser

una entidad denominacional pero funcionando de

manera autónoma de la administración eclesiástica

(sociedad misionera). Normalmente trabaja con

un porcentaje de las ofrendas denominacionales.

Los misioneros reciben un sostenimiento fijo de

parte de la agencia misionera y son seleccionados

de un seminario denominacional. Los campos

misioneros son fijados generalmente por la agencia

misionera o misión. En la actualidad, la mayoría de

las agencias misioneras trabajan en lugares que ya

tienen iglesias de la denominación.

Capacitación misionera transcultural:

Es aquella capacitación cristiana que tiene

como objetivo el equipamiento de misioneros

transculturales con una perspectiva mundial.

Presenta una variedad de modelos de diferentes

países, contextos, instituciones y una reflexión de los

temas educacionales más importantes relacionados

con la misionología. Según Guillermo D. Taylor,

su alcance es internacional debido a la creatividad

estratégica de modelos de capacitación que han

surgido en numerosos países, especialmente en el

Tercer Mundo. El énfasis de la CMT está sobre la

formación del carácter y el desarrollo de aptitudes

para el ministerio transcultural y surge de una

sólida filosofía educativa cristiana. Según Michael

Griffiths, en la CMT los elementos académicos

están ligados a la formación actitudinal, y deben

incluir instrucción acerca de otras religiones, de

cómo aprender un idioma, cómo comprender e

identificarse con una cultura diferente, además de

capacitación en todos los aspectos del servicio:

teología pastoral, crecimiento de la iglesia y

evangelismo, experiencia en la visitación, cuidado

pastoral y muchos asuntos prácticos.

* Conceptos tomados de: Pablo A. Deiros, Diccionario

Hispano-Americano de la Misión (COMIBAM

Internacional, Miami Florida; 1997) Pág. 63, 33-34, 70.

GLOSARIO MISIONERO

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Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor; y no solo en Macedonia y Acaya, sino que

también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido.

(1Tesalonicenses 1:8)

El segundo viaje misionero de Pablo lo llevó por primera vez a territorio Europeo, acompa-

ñado de Silas, Timoteo y Lucas, luego de pasar por Filipos (y dejar a Lucas en esta ciudad a cargo de una peque-ña congregación de creyentes) conti-nuaron hacia el occidente a lo largo de la ruta Egnacia, una famosa ruta romana que cruzaba Macedonia desde Filipos en el oriente hasta Dirrachio en el occidente. El objetivo de Pablo

y sus compañeros era Tesalónica, un centro importante sobre la parte supe-rior del golfo Termaico. Esta ciudad pudo llegar a tener 200 mil habitantes en esa época. La ciudad de Tesalónica fue nombrada como “la madre de toda Macedonia” cuando el Imperio Roma-no en el año 146 a.C., organizó Mace-donia como una provincia e hizo de Tesalónica la sede del gobierno. Esta era una ciudad que parecía ser muy im-portante estratégicamente para fundar una Iglesia. 1

En Hechos 17, Lucas narra cómo Pablo y sus acompañantes llegaron a Tesaló-nica, donde sabían que existía una si-nagoga. A Pablo se le concedió la opor-tunidad de hablar tres sábados, lo cual tuvo como resultado que varios judíos, algunas mujeres respetadas y muchos griegos que adoraban a Dios creyeran

y aceptaran el mensaje de Jesús. Esta situación no les cayó bien a los otros judíos, los cuales organizaron a un grupo de personas para causar un gran alboroto en la ciudad. A tal punto llegó esta situación que entraron de manera abrupta a la casa de Jasón, un creyente que había hospedado a Pablo y a sus compañeros. Al no encontrarlos lleva-ron a Jasón ante las autoridades con el objetivo de difamarle para que fuese castigado por traición, argumentando que: “¡Estos que han trastornado el mundo entero han venido también acá, y Jasón los ha recibido en su casa! To-dos ellos actúan en contra de los de-cretos del emperador, afirmando que hay otro rey, uno que se llama Jesús. (v. 6-7, NVI)”. Pablo y sus compa-ñeros no tuvieron otra alternativa que salir de la ciudad para preservar sus vidas.

Esta nueva iglesia nace en un contexto de persecución, una situación que hu-manamente les hubiese podido hacer desistir de la idea de seguir a Jesús. Pero no fue así, ya que Pablo sintién-dose responsable por estos hermanos les escribe una carta muy especial donde nos presenta tres verdaderos motivos por los cuales él y sus com-pañeros de misión dan gracias a Dios por los nuevos creyentes de Tesalónica

(1Tesalonicenses 1:1-10).

Primero: por la obra realizada por la fe de los nuevos creyentes. El vocablo griego utilizado en 1 Tes. 1:3 traducido como “obra” es “érgon”. Este describe toda actividad humana, una tarea o acción que demanda cierto

Tres Motivospara dar Gracias a Dios en las Misiones.

REVISTA DE FORMACIÓN E INFORMACIÓN MISIONOLÓGICA18

Lic. Mario Lemus

Secretario EjecutivoFAM Guatemala.

Pablo escribe una carta muy especial donde nos presenta tres verdaderos motivos por los cuales él y sus compañeros de misión dan gracias a Dios por los nuevos creyentes de Tesalónica (1 Tesalonicenses 1:1-10).

esfuerzo o trabajo.2

Pero al decir “Obra de fe”, Pablo acla-ra que no se trata de cualquier obra, sino de aquella que es fruto de la fe en Cristo, una manifestación de la fe au-téntica que produce buenas obras. Los tesalonicenses habían demostrado una convicción impresionante al recibir el evangelio con el poder del Espíritu Santo (v. 5), a tal punto que a pesar del sufrimiento causado por la persecución y rechazo de la sociedad recibieron el

mensaje con tremenda alegría (v.6). Esto confirma que realmente Dios les había escogido y que los esfuerzos de Pablo, Silas y Timoteo no habían sido en vano (v.4,6).

Actualmente existe una persecución in-tensa hacia la iglesia en diferentes par-tes del mundo, ésta tiene una influencia satánica, la cual se manifiesta desde las políticas gubernamentales que regulan

o prohíben la predicación del evangelio y políticas migratorias donde son evi-dentes los prejuicios socio-religiosos, socio-económicos y culturales que como en el caso de España y otros paí-ses del primer mundo dificultan cada vez más la entrada de un ministro de culto “evangélico y latino”. Pero a pesar de todo es emocionante escuchar noticias sobre los primeros pasos y la obra de fe de los creyentes de trasfondo musulmán, budista, hinduista, ateo ó de

cualquier otro trasfondo socio-religio-so donde existe persecución o rechazo al cristianismo. Para un misionero, la iglesia enviadora y las organizacio-nes misioneras involucradas es motivo gozo y ánimo saber que todo el trabajo en el Señor vale la pena. No se debe escatimar esfuerzos, ni recursos con tal de alcanzar aquellos que han de ser sal-vos en cualquier parte del mundo.

Segundo: por el trabajo de los nuevos creyentes motivado por el amor. Los tesalonicenses habían dado frutos de su fe; su convicción era inamovi-ble. Esta convicción tenía un elemento esencial: el amor. Jesús mostró a la humanidad ese gran amor que le mo-tivó a dar su vida (Jn. 3:16, 15:13), y ordena a sus discípulos a mantenerlo para preservar la unidad y el avance de su obra (Jn. 15:12, 17). Pablo re-saltó el trabajo que los tesalonicenses realizaron por amor, la palabra griega “kopos” traducida como “trabajo” (v.3) sugiere no tan sólo el esfuerzo que se hace en la acción de trabajar, sino tam-bién el agotamiento y desgaste que se sufre después de haber laborado inten-samente.3 Los tesalonicenses trabaja-ron fuerte, hasta sentirse físicamente cansados. Evidentemente el trabajo realizado según el v.7 y 8 consistía en la proclamación del mensaje de Jesu-cristo en las calles de la ciudad, las pla-zas, los hogares de familiares, vecinos y amigos. Además, se puede asumir que en este proceso de proclamación los tesalonicenses incluyeron trabajo social ya que los primeros conversos eran de trasfondo judío ó prosélitos que habían creído, y para ellos las manifes-taciones del amor y misericordia se traducían en obras como la atención a viudas, huérfanos, enfermos, etc. Pa-blo elogia este trabajo y dice que ellos llegaron a ser “ejemplo” para todos los creyentes de Macedonia y Acaya, y no solo esto sino que la noticia de su con-versión y su trabajo misionero se había extendido en todas la regiones (v. 7-8).

La iglesia en Guatemala y en general en toda América Latina (AL) ha mostrado una actitud muy parecida a la de los tesalonicenses. Los esfuerzos de misio-neros y líderes nacionales han llevado a la iglesia a ser una de las iglesias con mayor crecimiento a nivel mundial. La

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Los tesalonicenses habían dado frutos de su fe; su convicción era inamovible. Esta convicción tenía un elemento esencial:

el amor. Jesús mostró a la humanidad ese gran amor que le motivó a dar su vida (Jn. 3:16, 15:13), y ordena a

sus discípulos a mantenerlo para preservar la unidad y el avance de su obra (Jn. 15:12, 17).

proclamación del evangelio en nuestras tierras ha sido una tarea constante. Los creyentes y las iglesias comprometi-dos con la expansión del reino de Jesu-cristo han hecho una labor ejemplar. A tal punto hemos llegado que luego de ser considerados por décadas como un campo de misión, ahora somos con-siderados como una fuerza misionera para la gloria de Dios. Pero notemos que el combustible de esta labor debe de ser “el amor”. No podríamos soste-ner una obra misionera si no amamos a los que no conocen a Jesús. Amar a Dios es amar a nuestro prójimo, y por lo tanto debemos motivarnos a seguir amando aquellos que aún no han sido alcanzados. Para los misioneros que han servido por décadas en AL escu-char que estamos enviando nuestros propios misioneros es motivo de gozo y gratitud a Dios, es algo similar a lo que Pablo experimentó al ver a sus hi-jos espirituales siguiendo su ejemplo. ¡Gloria a Dios!

Tercero: por la constancia de nuestros nuevos hermanos en Cristo.Los creyentes de Tesalónica eran un ejemplo de “conversión”, literalmente cambiaron de rumbo al dejar de adorar a los ídolos y ahora servir a Cristo (v.9). Esta conversión no era simplemente un cambio externo, sino un cambio pro-fundo, una transformación de vida. Es-tos creyentes sirvieron a Dios, lo cual nos confirma la declaración de Pablo cuando dice que: “Partiendo de uste-des, el mensaje del Señor se ha procla-mado no sólo en Macedonia y en Acaya sino en todo lugar” (v.8). Muchas veces el Servicio a Dios se entiende como la realización de un culto, o un acto li-túrgico solamente. Por el contrario el servicio cristiano tiene una dirección vertical (hacia Dios) y una dirección horizontal (hacia mi prójimo). Por tal razón en las misiones se deben buscar

oportunidades de servir a las personas en sus necesidades. De esta manera es-taremos sirviendo a Dios y demostran-do nuestra fe y amor.

El tema de la Segunda Venida de Jesús es central en la realización de la labor misionera, los creyentes de Tesalónica seguían esperando al Hijo de Dios en su Segunda Venida (v.10). La espe-ranza en ellos era esencial, esperaban con paciencia y constancia a pesar de la oposición. Por esta razón procla-maban tan intensamente el mensaje de Jesús, quien vendrá y traerá juicio.

En la V Conferencia de Misiones en SETECA (Abril 2010) tuvimos la oportunidad de escuchar testimonios de perseverancia y constancia de muchos nuevos creyentes en Oaxaca, México; así como en Europa, en el Norte de África, en el Sur de Asía y en China (lugares donde la iglesia es perseguida y agredida). Juntos allí elevamos una oración de gratitud a Dios por la vida de aquellos que han creído, por la obra que realizan por la fe en Jesús, el traba-jo motivado por el amor el cual les ani-ma a compartir el mensaje con otros, y la esperanza en la Segunda Venida de Cristo que les hace permanecer firmes a costa de su propia vida. Como igle-sia, agencias misioneras e instituciones de capacitación, estas noticias nos im-pulsan a seguir adelante llevando la pa-labra hasta lo último de la tierra.

Fuentes Consultadas:

1 Everett F. Harrison, Introducción al Nuevo Testamento (Grand Ra-pids, Michigan; Libros Desafío, 2002) pág. 257.

2 W.W. Vine, Diccionario expositi-vo de palabras del A.T. y N.T (Co-lombia; Editorial Caribe, 1999). Pág. 596.

3 Ibid. Pág. 908.

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El diplomado es un programa de estudio a nivel universitario, enfocado en la prepa-ración bíblico-teológica y misionológica de los candidatos a misioneros transcultura-les. Está diseñado pensando especialmen-te en los miembros de comités de misiones de iglesias locales, personas involucradas en instituciones de enseñanza misionoló-

gica y personas que necesitan entrenarse para ir al campo de las misiones. Para po-der graduarse, el estudiante deberá com-pletar un total de 60 créditos académicos, repartidos en tres trimestres en residencia, además de realizar una práctica transcultu-ral de 2 meses.

Esunacapacitaciónintensivaeneláreadeeducación

bíblicamisionológica.Constade4Módulos(conferencias)loscualesestándiseñadosdemaneraqueelparticipantepuedadescubriratravésdelestudiodelaPalabraelpropósitoeternodelplandeDios.Estádirigidoa

todosaquellosquedeseencapacitarseparaservirenlaexpansióndelreinodeDiosensucomunidad,naciónyhastalo

últimodelatierra.

DURACIÓN: 5 Horas.

Programación: Se coordina conjuntamente con la Iglesia o Comité que solicite el

Seminario.

Costo: Q30.00 por persona. (Incluye

material, diploma y conferencias).

Más información a los teléfonos: (502) 2475-5224

ó a fam@faminter.org www.faminter.org

Diplomado en Misiones Transculturales, SETECA.

El Movimiento de Lausana surgió del Congreso Inter-nacional de Evangelización Mundial en Lausana, Suiza,

en 1974 convocado por Billy Graham y el Obispo Jack Dain. Aquella reunión de 2,700 líderes cristianos de 150 na-ciones produjo el Pacto de Lausana, el cual ha sido aclamado como quizás “la

confesión ecuménica más significativa sobre evangelismo que la iglesia jamás haya producido en su historia”.1 Se-gún Emilio A. Núñez:

Su objetivo primario era imple-mentar estrategias y programas que ayudarían a los cristianos de cada nación a completar la tarea de la Gran Comisión. Pero esta tarea, de acuerdo al Congreso Internacional de Evangelización Mundial, […] no es únicamen-te la evangelización. La acción social está incluida en la misión de la iglesia. […] Billy Graham dijo: “Esperamos reafirmar que nuestro testimonio tiene que ser tanto de palabra como de he-cho”.2

De esta reflexión es posible decir que “después de Lausana 1974, la mayoría de los líderes evangélicos han llegado a un punto que no permite el regreso en cuanto a la preocupación social”.3 También dentro del mundo evangéli-co, el movimiento de Lausana “vino a aceptar el hecho de que hay una nue-va situación misionera mundial en la cual se destacan las iglesias crecien-tes y vigorosas del llamado Tercer Mundo. Esto hace posible una nueva lectura de las Escrituras, como un es-fuerzo en el cual trabajan en común personas de iglesias de varias nacio-nes y culturas de todo el mundo”.4

En julio de 1989 y a la luz de la rea-lidad social que se respiraba en esa

época a nivel mundial, el Movimien-to de Lausana convocó su segunda reunión en Manila Filipinas. Más de “3000 personas de cerca de 170 paí-ses”5 se reunieron para proclamar el Manifiesto de Manila cuyo propósito en términos generales se resumió en la afirmación: “Proclamar a Cristo has-ta que Él vuelva”.6

El año 2010 marca 100 años transcu-rridos desde la Conferencia Mundial Misionera celebrada en Edimburgo (Escocia, 1910), con este motivo se ha planificado diversas actividades para conmemorar este significativo aconte-cimiento. Uno de estos magnos even-tos es el tercer congreso de Lausana, que se celebrará –después de 21 años del Manifiesto de Manila– en “Ciudad

Hacia Lausana 2010de Sudáfrica a América Latina.

Lic. Gonzalo Chamorro M.

Coordinador de Programas en Línea, SETECA.

REVISTA DE FORMACIÓN E INFORMACIÓN MISIONOLÓGICA22

del Cabo Sudáfrica” del 16 al 24 de Oc-tubre de 2010.

La elección de Ciudad del Cabo también tiene un significado his-tórico, ya que William Carey, que es considerado el padre de las misiones modernas, por pri-mera vez propuso la realización de una conferencia misionera in-ternacional a realizarse en 1810. <<Creemos que el bicentenario de la visión de William Carey y el centenario de su cumpli-miento es un tiempo apropiado para motivar una vez más a los líderes internacionales a reunirse para trazar el rumbo del trabajo de la evangelización mundial para siglo XXI>>, dijo Douglas Birdsall [Presidente Ejecutivo de Lausana III].7

Samuel Escobar, un reconocido misio-nólogo y Presidente del Consejo Asesor de Lausana III considera que “con el anuncio del tercer congreso de Lausa-na, queda en claro que Él ha continua-do trabajando en los corazones de su pueblo, movilizándolo hacia la evan-gelización mundial y con una voluntad de cooperar a escala global”.8 Para esta actividad, se espera que 4,000 líderes de más de 200 países se reúnan en Ciu-dad del Cabo para confrontar los temas críticos de nuestro tiempo.9

Como un privilegio especial y como seguimiento de la V Conferencia Mag-

na sobre la misión mundial de la Igle-sia, el Seminario Teológico Centro-americano [SETECA] será una de las sedes en Guatemala para transmitir la señal del tercer congreso de Lausana. A la luz de este evento la institución está organizando una consulta académica que procure contextualizar el congreso a los desafíos de la Evangelización en América Latina. Los objetivos que se están buscando con esta actividad son:

[1] Que la consulta analice dónde está y hacia dónde va la misión de la Iglesia en América Latina. [2] Que la consulta provea espa-cios para la interacción entre los académicos representantes del protestantismo-evangélico de Guatemala a fin de estimular la cooperación e intercambio para la misión. [3] Que a la luz de la consulta y el aporte de Lausana 2010, se tracen pautas de acción para el desarrollo de la misión y su incidencia en la realidad sociocultural guatemalteca. [4] Finalmente que la consulta sea un espacio para fomentar el desarrollo de las relaciones con otras instituciones de educación teológica en Guatemala, como de representantes de las denomi-naciones protestantes históricas del país.

Por tal motivo queremos extender una cordial invitación a participar del 18 al 22 de Octubre a todo el liderazgo

eclesiástico guatemalteco a la con-sulta Lausana III – sede SETECA. Para mayor información escríbanos a lausana.seteca@seteca.edu o lláme-nos al 2471-0573. También puede en-contrarnos en la red social facebook como Lausana sede Seteca. ¡Los espe-ramos!

Fuentes Consultadas:

1 http://www.lausanne.org/es/news-releases/ylg-06.html. Cp. Emilo A. Núñez, “El Reto de una misionología evangélica latinoame-ricana”, Kairós 26 (enero-junio 2000): 25. “Athol Gill ha señalado que el Pacto de Lausana marca un punto de giro en el pen-samiento evangélico, un punto de giro que bien puede tener consecuencias importan-tes para todos los cristianos.” Pablo Dei-ros, “Pacto de Lausana”, en Diccionario Hispano-Americano de la misión (Miami: Editorial Unilit, 1997): 321.

2 Emilio A. Núñez, Teología y misión pers-pectivas desde América Latina, ed. Israel Ortiz (San José: Visión Mundial, 1995): 281.

3 Ibíd. 284.

4 Samuel Escobar, De la misión a la teología (Buenos Aires: Ediciones Kairós, 1998): 9.

5 http://www.lausanne.org/es/all-docu-ments/manila-manifesto.html.

6 Ibíd.

7 http://www.lausanne.org/es/news-releases/cape-town-news-release.html.

8 http://diarioevangelicoberea.wordpress.com/2009/05/21/‘ciudad-del-cabo-2010.

9 http://www.lausanne.org/es/news-releases/cape-town-news-release.

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OAXACA, MÉXICO

Nuestras Alianzas Estratégicas:

¿Quienes somos? Somos una entidad de servicio para iglesias e individuos deseando ser

una herramienta útil para el envío de misioneros a las naciones. Nuestro deseo primordial es orientar en el proceso de pre y post envío al misionero en una manera

estrecha con su iglesia local. Además FAMGUA provee al misionero de enlaces

adecuados en Guatemala y el campo misionero.

¿Qué ofrece FAM a un candidato a Misionero?

1. Ser enlace con iglesias locales y nacionales, agencias misioneras e instituciones.

2. Promover orientación previa a la salida al campo misionero.

3. Facilitar el envío y dar orientación, direc-ción, cuidado, supervisión y evaluación en el campo misionero.

4. Administrar los recursos económicos me-diante una cuenta concentradora de fondos.

5. Ser miembro de un equipo de trabajo nacio-nal e internacional.

Fraternidad de Apoyo Misionero Internacional de Guatemala

FAMGUA.

Avenida Bolívar 30-42 Zona 3. Ciudad de Guatemala. Tel. (502) 2475-5224; 2471-0573. Ext. 140 y 141. FAM Internacional-Guatemala y Centro Misionológico SETECA.

www.faminter.org www.seteca.edu