el mate, una tradición y una realidad social
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Una
tradición
y una
realidad
socialEl mate forma parte no solo de la vida sino
también de la historia de todos los argentinos.
Un libro combina una valiosa colección de mates
hechos con los más diversos materiales, con
un interesante recorrido de información que
llega hasta las propiedades farmacológicas de
la yerba. El ritual lleva más de cuatrocientos
años en América del Sur y desde aquí se
expande hoy a todas partes del mundo.
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Tras corroborar que no
estaba relacionada con cosas
de brujería ni atentaba contra
la religión cristiana, los jesuitas
convirtieron a la yerba mate en
la principal fuente de ingreso de
sus comunidades indígenas en
América del sur, a principios del
siglo XVII.
Cuatrocientos años después,
el mate está presente en el
98% de los hogares del país.
La Argentina produce para su
consumo interno más de 170
mil toneladas de yerba por año y
exporta cerca de 30 mil a países
como Uruguay, Paraguay, Libia,
El Líbano y Egipto.
El libro
“Los indios guaraníes tomaban la infusión en un poro de barro y filtraban la yerba con los dientes o por medio de una cañita de tacua-pí –explica el Dr. Martín Seoane-. Los españoles le agregaron a esta caña un pequeño colador de fibras trenzadas en la punta y los más distinguidos, incluso, le hacían be-ber el primer mate a sus mulatas, ya que con frecuencia la yerba es-taba mezclada con polvo y arena”.
Muchos de estos interesantes da-tos están incluidos en el libro “El mate: una tradición y una realidad social” que recientemente se pre-sentó en el Salón de los Plateros del Museo de Arte Popular José Hernández de la Ciudad de Buenos Aires. Una obra en la que el Dr.
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Martín Seoane documentó y com-partió, con la colaboración de su hijo Juan Manuel en diseño, su invalorable colección de mates, bombillas y conocimientos acerca de este hábito tan particular y re-presentativo de la vida de todos los argentinos.
“Los indios guaraníes filtraban la yerba con los dientes o por medio de una cañita de tacuapí”
“El coleccionista siempre tiene una gran curiosidad y, en mi ca-so, esto se sumó al respeto que tengo por la tradición histórica y el sentir argentino”, explica las razones de su libro Seoane. En él se pueden apreciar mates y bombillas realizados en distintos materiales como plata, porce-lana, madera, cuero, cerámica, vidrio y alpaca. Tradicionales ca-labazas cinceladas y exquisitos
EL ORIGEN
DE LA YERBA MATE
La leyenda dice que un viaje-ro extenuado y hambriento se presentó una noche de tormenta en la casa de un pobre anciano en la selva guaraní y tras ser socorrido por éste le dejó esta plan-ta particular en forma de agradecimiento…
diseños trabajados a lo largo de la historia por destacados arte-sanos y orfebres argentinos.
La polémica
“El Gral. Justo José de Urquiza se hacía traer unos recipientes de porcelana especialmente de Italia y Alemania, en los que le gustaba tomar el mate con leche bien caliente y azúcar”, revela Seoane.
“El Gral. Justo José de Urquiza tomaba el mate con leche bien caliente y azúcar”
“Hay gente que le pone canela o limón, y están también quienes prefieren la yerba saborizada, como se acostumbra mucho en Paraguay. Es algo personal. Lo único universal es el gracias en la ronda de mate. Cuando uno dice eso significa que ya no toma más”, echa por tierra el autor la eterna polémica del dulce o amargo.
La producción
La Argentina es el principal pro-ductor mundial de yerba mate, con las provincias de Misiones y Corrientes como sus máximos exponentes. Los autores del libro visitaron diversas planta-ciones de yerba mate en esa región del país y constataron que el método de producción, des-pués de varios siglos, continúa siendo prácticamente el mismo.
“La planta se corta con machete igual que hace 400 años – explica ahora Juan Manuel-. La técnica es la mano de obra intensiva y [+]
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EL SANTO DEL MATE
San Roque González fue un sacer-
dote jesuita, hijo de conquistadores
españoles, cuya misión dentro de la
Compañía de Jesús fue evangelizar,
a comienzos del siglo XVII, parte de lo
que hoy es el norte argentino y el sur
de Paraguay y Brasil.
El cura nacido en Asunción dedicó su
vida a la causa. Fue el fundador de la
reducción de San Ignacio y también
de la ciudad de Posadas. Se preocu-
pó siempre por el sufrimiento de los
aborígenes y promovió entre ellos la
infusión de la yerba mate para erradi-
car el alcoholismo.
Por eso no sorprende que al momento
de entronizar al Santo en la Catedral
de Buenos Aires, el artista plástico
José María Lanus haya elegido repre-
sentarlo no sólo con una cruz, sino
también con un mate de plata en la
mano.
EL MATE
Fotos: Andrés Requena
lo más interesante y llamativo es el secado a leña. Por cada kilo o tonelada de yerba que se alcanza luego de una rigurosa recolección y un posterior sarandeo de hojas, se necesita la misma cantidad de buena madera y veinticuatro horas de un cuidadoso fuego lento. Un laburo terrible”, dice el fotógrafo, escritor y realizador cinematográfico convocado por su padre para la producción de este trabajo.
Las propiedades farmacológicas
Otro aspecto destacado del libro son las propie-dades farmacológicas de la yerba mate. Martín Seoane es doctor en medicina, especialista en salud pública y autor de un centenar de trabajos científicos, por eso no sorprende que antes de terminar su obra haya elegido referirse también a este tema.
El médico afirma que las propiedades farma-cológicas de la yerba mate van más allá de ser una excelente reguladora del aparato digestivo y desmiente la posibilidad de que tomar mate acreciente las chances de contraer cáncer de esófago. “Eso es algo que en un momento se sospechó porque es una infusión que suele tomarse muy caliente, pero en el año 1974 pu-bliqué un estudio que hice al respecto en el que no hubo inferencias significativas entre los que tomaban mucho mate, los que tomaban poco y los que no tomaban nada” #