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8/14/2019 EL PENSAMIENTO POLITICO Y LA ACCION REVOLUCIONARIA DE JUAN PABLO DUARTE. Francisco Henrquez Vsquez

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El pensamiento poltico y la accin revolucionaria de Juan Pablo Duarte

El pensamiento poltico y la accinrevolucionaria de Juan Pablo Duarte

Francisco Alberto Henrquez Vsquez

No se ha cumplido todava un mes de haber celebrado laNacin el 179 aniversario del natalicio de Juan Pablo Duartey hoy, vsperas del nacimiento de la Repblica, fruto de susdesvelos y de su sacricio, esta alta casa de estudios, primera

de Amrica, atendiendo a las sugerencias del benemritoInstituto Duartiano, inaugura la ctedra que llevar su nombre,haciendo recaer sobre mis escasas fuerzas y reducida capacidadlas palabras de su solemne instalacin en este acto. El ttuloindicado en la resolucin, reza as: El pensamient plticde Duarte. Pero Duarte fue, como lo prueba la historia,tambin un hombre de accin, por lo que me voy a permitirextenderlo, para que se lea as:El pensamient pltic y laaccin revlucinaria de Juan Pabl Duarte.

He dicho repetidas veces, refirindome a Juan PabloDuarte, que es grato el homenaje que la Nacin le rinde cadaao, al que ahora se sustenta signicativamente la Universidad

Autnoma de Santo Domingo, porque adems de ser el mspuro y sacricado de sus fundadores, fue el primero en la idea y

1. Conferencia inaugural de la Ctedra Extra-Curricular Juan Pablo Duar-te, pronunciada el 26 de febrero de 1992 en la Universidad Autnomade Santo Domingo, publicada por el Instituto Duartiano, Museo y Casade Duarte, Santo Domingo, s/f, 24 pp.


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en la accin. A ello se debe que solamente las estas patrias del

27 de febrero y del 16 de agosto, aniversarios del nacimientoy resurreccin de la Repblica, tienen mayor signicacin

para el pueblo dominicano que el 26 de enero: Da de Duarte.Y es que el fundador de La Trinitaria, adems de los mritosantes sealados, ostenta entre otros el ttulo de forjador de laconciencia nacional de los primeros dominicanos que, con l a

la cabeza, se lanzaron a la conquista de nuestra independencia,proclamando la existencia de la nacin dominicana y allanandoel camino al nacimiento y organizacin de la Repblica.

Es cierto que en el ao 1838, cuando Duarte fund lasociedad secreta La Trinitaria, ya haca largo tiempo que el

pueblo dominicano, como agrupamiento humano diferenciado,constitua una nacionalidad. All, colocados de espaldas a esta

realidad, como lo que quieran ser menos dominicanos! quienesquieran negarlo. Pero no as los que conociendo y reconociendosu pica lucha frente a todos los infortunios imaginables, sabenque de todas las nacionalidades americanas surgidas de lacrislida colonial, ninguna se vio tan amenazada de muerte,como la dominicana antes y despus del parto milagroso desu emancipacin.

Duarte aparece as, junto a la plyade de forjadores de

naciones y repblicas americanas, galardonado con mritosexcepcionales. No exageramos...! Al hacer su aparicinen nuestro panorama poltico La Trinitaria, nadie en el pastena conciencia de que el pueblo dominicano constitua unanacionalidad y gozaba de actitudes para forjar su propia nacin,

porque:1) Era dueo de un territorio perfectamente denido, que

haba defendido a punta de lanza y a lo de machete desde losdas de la invasin inglesa de 1655;


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2) Hablaba un idioma comn a todos sus componentes;3) La economa del oro primero, luego la del azcar,

despus la del ganado (pieles), haba entrelazado y soldadolas diferentes partes de ese territorio; y

4) Haba forjado una cultura propia producto de la fusinde la indgena con la espaola y la africana, proceso detransculturacin que le daban al dominicano formas peculiares

de ser: idiosincrasia.Y, sin embargo, para esa poca, todos los elementos de la

sociedad dominicana a quienes corresponda jugar tan honrosopapel, o se haban sumado a la dispora iniciada en 1795 conel Tratado de Basilea, o haban rendido sus voluntades a ladominacin haitiana.

De ah el culto a Duarte y su exaltacin, cada vez queuna crisis ha amenazado las instituciones democrticas y lasoberana de la Nacin Dominicana. Al nal del esbozo de su

gura egregia, primero de 17 ensayos de que consta su obra

titulada Siluetas, publicada en 1902, al trmino de doce aosde frrea dictadura, cmplice de las acciones dolosas de la SanDomingo Improvement Co., apoyada por el gobierno de losEstados Unidos; cuando la Nacin, adems se vea amenazada

por perentorias reclamaciones de Francia y por el fantasma

de la subversin contra el Estado de derecho, Miguel ngelGarrido, pluma de periodista rebelde, siempre al servicio delas causas sagradas de la patria, estamp con pulso decididola oracin siguiente:

T glria, h Duarte, n tiene eclipse! Padre de la Patriaen la cruzada de la independencia, erguid en la cruzada dela Restauracin, bajaste a la tumba cm un sl de llamas que

se hunde en el abism, dejand a tus hermans en la miseriaellos que fueron ricos y ofrendaron a la patria sus riquezas!


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y legndles cm nic patrimni la lcura, y el hambre, yla eterna impiedad de sus cnciudadans. Ms grande quet... ni la Patria misma, iba a exclamar entusiasmad!

Ese juicio de exaltado reconocimiento al patriotismo deJuan Pablo Duarte, vertido por Miguel ngel Garrido en suobra citada de comienzos de siglo, represent en su hora un actonecesario de reparacin histrica que se inici con la Guerra

Restauradora y con la instalacin de la Segunda Repblica,legado a las generaciones siguientes por Gregorio Lupern,Fernando Arturo de Merio, Emiliano Tejera, Mximo Gmez,Jos Gabriel Garca, Federico Henrquez y Carvajal y cuantoslucharon a partir de entonces por el ideal incumplido de una

patria libre, prspera y feliz, dirigido a salvar del olvido y areconocer al forjador de La Trinitaria, como Fundador de laRepblica, Padre de la Patria y Apstol de la Independencia

dominicana.Esa labor de rescate se abri paso por entre los escollos

interpuestos por el dictador Ulises Heureaux y emergi

triunfante al comenzar esta centuria; se anc a todo lo largo

de la lucha contra la primera intervencin norteamericana(1916-1924), tremolando de nuevo junto a la ensea nacional,al instalarse la Tercera Repblica; y, salvando los obstculos

levantados por la tirana de Rafael Leonidas Trujillo, ha podidoampliarse y calar en la conciencia nacional. Y no poda ser deotra manera, porque esa plyade de dominicanos ilustres porsu saber y por su patriotismo, conoci, estudiaron y tomaronde ejemplo y como gua la trayectoria y el pensamiento delfundador de La Trinitaria. Esos que acabamos de mencionar,

junto a sus discpulos y seguidores que se contaron por miles,saban por ejemplo que el organizador y jefe supremo del

movimiento independentista contra la dominacin haitiana y


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El amr a la Patria ns hiz cntraer cmprmiss sagrads para cn la generacin venidera; necesari escumplirls, renunciar a la idea de aparecer ante el tribunalde la Historia con el honor de hombres libres, fieles y

perseverantes.4

Mientras n se escarmiente a ls traidres cm se debe,ls buens y verdaders dminicans sern siempre vctimas

de sus maquinacines.5

Nuestra Patria ha de ser libre e independiente de tdaptencia extranjera, se hunde la isla.6

El Gbiern debe mstrarse just y enrgic... n tendrems patria y pr cnsiguiente ni libertad niindependencia. nacinal.7

Vivir sin Patria es 1 mism que vivir sin Hnr.8

Pienso, sin embargo, que de ahora en adelante, no bastarcon repetir los pronunciamientos en torno a Duarte, expresados por esos compatriotas que entonces y despus, sembraronen la conciencia de sus coetneos su gura como paradigma

del patriota ejemplar, incontaminado e inconmovible en susconvicciones. No debemos conformarnos con lo que se ha dichoy se ha hecho en relacin con el pensamiento y la accin del

patriota ejemplar que, como dijo Mart, en artculo publicado en

4. Recogido por la tradicin y publicado desde el siglo pasado en diariosy revistas.Ideari, p. 15.

5. Cartas al Ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno ProvisionalRestaurador de Santiago, Caracas, 7 de marzo de 1865. Ideari, p.13.

6. bidem, p. 14.

7. Carta a Flix Mara Del Monte.Ideari, p. 9.8. bidem.


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el peridicoPatria, rgano del Partido Revolucionario Cubanoeditado en Nueva York, el 17 de abril de 1894, urdi:

() en las humildades de La Trinitaria () la rebelinque, de una pechada de hres, ech atrs al haitian, tan

grande cuando defenda su libertad como culpable cuando

primi la ajena.9

La crisis que estremece en este momento a todas la

naciones del planeta; crisis que la juventud sufre, presa dela desorientacin y la desesperanza, exigen que se vuelva alas fuentes prstinas de los hechos, permitiendo que cada unode sus componentes pueda palpar y sentir que los hroes del

pasado fueron de carne y hueso como ellos, logrando vencersituaciones iguales o peores que las que ellas padecen hoy,razn por la cual merecen ser imitados. Hoy, como resultadode una situacin tan excepcional, no basta con proclamar lagrandeza que otros entendieron e imitaron en Duarte. Esagrandeza hay que probarla de nuevo, para que otra vez seaentendida e imitada. Y ese objetivo no podr lograrse, sinojando nuevamente los contornos del marco histrico y social,

tanto nacional e insular, como europeo e internacional dentrodel cual vivi, luch, triunf y padeci Juan Pablo Duarte.

Duarte naci, como todos sabemos, el 26 de enero del

ao 1813, hijo del espaol Juan Duarte Rodrguez y de ladominicana Manuela Dez y Jimnez. Su fecha de nacimientoindica que vio la luz 9 aos despus de que las huestes deDessalines, detenidas por el azar frente a las murallas de Santo

9. Jos Mart. Adhesin de Patria al monumento a Duarte. (Artculopublicado en el peridico de ese nombre, rgano del Partido Revolu-cionario Cubano, New York, 17 de abril de 1894). En Emilio Rodr-guez Demorizi. Mart en Sant Dming, 2da. ed. Barcelona, Espaa,Grcas M. Pareja, 1978, p. 97 (Fundacin Rodrguez Demorizi, Vol.VII).


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Domingo, devastaron con la tea y el pillaje en su retirada haciaHait, buena parte de las aldeas y ciudades del Cibao, llevandoen calidad de rehenes a decenas de familias dominicanas que noregresaron al pas, hasta 15 aos ms tarde, al morir Cristbalen 1820, rey desde la muerte de Dessalines en 1866. En 1809,es decir, tres aos antes del nacimiento de Duarte, Juan SnchezRamrez, luego de derrotar al general Ferrand en la Batalla de

Palo Hincado, tras un terrible sitio de ocho meses, entr enla ciudad de Santo Domingo, iniciando el segundo perodocolonial espaol en la isla (Espaa Boba): rgimen que tienecuatro aos instalado, cuando viene a este mundo el vstagode Juan Duarte y Manuela Dez.

Duarte pues, estaba en vspera de cumplir 9 aos, cuandoel 1 de diciembre 1821, Jos Nez Cceres, al deponer algobernador espaol Pascual Real, proclam nuestra primera

independencia de Espaa, poniendo el nuevo Estado que asnaca a la vida independiente, bajo la proteccin de la GranColombia. Diremos de paso, que el nico comerciante catalnde la plaza de Santo Domingo, cuya rma estuvo ausente de la

representacin dirigida a Jos Nez de Cceres, conminndoloa que no otorgara libertad a los esclavos, cumpliendo elcompromiso pactado con el jefe de la guarnicin de la ciudad,

coronel Pablo Al, fue la de Juan Duarte. Todo lo sealadoantes, quiere decir que la infancia de Duarte sin duda algunatuvo que transcurrir oyendo de boca de sus progenitores,narraciones terribles sobre la invasin de Dessalines en 1805y sobre el largo sitio de Santo Domingo, que puso n a la

dominacin francesa en 1809.As pues, antes de llegar a la pubertad, Duarte contempl

con sus propios ojos en sucesin relampagueante, dos

acontecimientos decisivos para la tierra en que haba nacido:


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la proclamacin del Estado Independiente que incorporabael territorio dominicano al proyecto bolivariano de laGran Colombia y la invasin organizada y dirigida por el

presidente de Hait, Jean Pierre Boyer, que tronch de cuajoese experimento. Dudamos que en el hogar Duarte-Dez, se

produjeran las crticas acerbas contra el Lic. Jos Nez deCceres, calicndolo de imprevisor por haber puesto n a la

dominacin espaola, facilitando los planes del mandatariohaitiano, si tomamos en cuenta su negativa a presionarlo paraimpedir que le diera la libertad a los escasos 9,000 esclavos queentonces haba en Santo Domingo. Pero de lo que s estamosseguros es de que ese gesto de Juan Duarte, no oponindosea la manumisin proyectada por el precursor de nuestraIndependencia, provoc las simpatas de Boyer y sus aclitos,cuya primera medida, como se sabe, luego de recibir las llaves

de la ciudad de manos de Nez de Cceres, fue decretar laabolicin de la esclavitud.

Despus, todo el resto de su infancia, hasta que teniendoapenas 16 aos embarc para Europa va los Estados Unidos,

Juan Pablo no pudo observar una sola medida del ocupantehaitiano, destinada a favorecer a su pas y a sus compatriotas,ya que todas tendan a borrar la nacionalidad dominicana y a

reforzar la coyunda que le haba sido impuesta por la fuerza deun ejrcito de 20,000 soldados. De todas ellas voy a referirmenada ms que a una por estas dos razones: primera, porqueella involucra y explica la parte ms recndita y medular dela invasin haitiana de 1822; segunda, porque permiti queFrancia, despus de ser derrotada en Saint-Domingue en 1804y en Santo Domingo en 1809, sentara de nuevo sus reales de

potencia imperial en la isla, hasta tal punto que la derrota de

Duarte y los trinitarios en 1844, ms que a Bobadilla, Santana


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y sus seguidores, se debi a la injerencia, del cnsul de Franciaen Santo Domingo, Eustache Juchereau de Saint-Denys,respaldado por una ota de guerra, bajo el mando del almirante

De Moges que estacionada unas veces en la rada de SantoDomingo, otras frente a Puerto Prncipe, estuvo desde 1838hasta 1846 siempre amenazante, pendiente de los resultadosdel Plan Levasseur, lista para tomar posesin de la Baha de

Saman. Pero veamos qu derecho asista a ese escuadrn navalfrancs a permanecer en las aguas territoriales de la isla.El 3 de julio de 1825, una formacin naval francesa

compuesta de tres navos y seis fragatas, bajo el mandode dos almirantes, llevando a bordo al Barn de Mackau,quien representaba al rey de Francia, Carlos X, haba

presentado al presidente Boyer un ultimtum que ste acat,comprometindose a pagar una indemnizacin de 150

millones de francos a los herederos de los antiguos colonosde Saint-Domingue. Para cumplir ese oneroso y antipatriticocompromiso, Boyer promulg un Cdigo Rural, remedo delimplantado por Toussant Louverture en 1801, basado en eltrabajo forzado, como frmula de elevar la productividadde la agricultura, tanto en Hait como en Santo Domingo, altiempo que anunci a los habitantes de esta parte de la isla,

que tendran que pagar una parte sustancial de lo que era ya ladeuda de Hait con Francia.Duarte, pues, abandon el pas que l consideraba su patria

en 1829, llevando grabado en sus odos la frase que rezaba: Esadeuda n es dminicana, sin haitiana, que tanto contribuya establecer las diferencias nacionales entre dominicanos yhaitianos, porque adems de estar respaldada por la historia,tena el apoyo de la propia Ordenanza (ultimtum) de Carlos

X, donde no se mencionaba para nada a los habitantes de la


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Parte Oriental de la isla. Pero haba ms en el panorama queDuarte dejaba tras de l al partir para los Estados Unidos,

acompaando al comerciante de la plaza de Santo Domingo,Pablo Pujols. La simple promulgacin del Cdigo Rural, deBoyer, independientemente de las dicultades con que tropez

su ejecucin; los efectos negativos de las conscaciones que

perjudicaron a cientos de familias, como resultado de la Ley

del 8 de julio de 1824; la imposicin del idioma francs en losactos ociales y en la enseanza: la imposicin del serviciomilitar obligatorio, medida utilizada a propsito o no, peroque oblig a la clausura de la Universidad de Santo Domingo.

Todas esas medidas y otras de mayor peligro para la esenciade la nacionalidad dominicana, conformaban una realidad quellevaba clavada el joven Duarte en el alma, cuando se produjoel incidente con el capitn del barco en que viajaba hacia Nueva

York, al que me referir aqu, no porque le d importancia, sinopor la connotacin racista que con frecuencia se le ha dado ypara dejar estampado de paso el pensamiento poltico con queDuarte enjuiciaba a los opresores de su patria.

La versin ms socorrida seala que cuando el rudomarino de nacionalidad espaola le pregunt a Duarte por sunacionalidad, al ste responder que era dominicano, le dijo en

tono hiriente que l no era dominicano, porque su patria noexista, sealndole que su documento de viaje deca que l erahaitiano. Casi todos los bigrafos de Duarte dan a entender condiferentes palabras que desde ese momento, avergonzado, jurluchar contra la dominacin haitiana; es decir, refuerzan la tesisde los historiadores haitianos que sostienen que el sentimientoantihaitiano fue el nico mvil de la lucha que culmin conla proclamacin de la Repblica Dominicana el 27 de febrero

de 1844. De esa manera, adems, tambin han contribuido a


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que se le otorgue miras racistas a la obra del fundador de LaTrinitaria. Pero afortunadamente contamos con el testimoniode uno de sus primeros miembros: Jos Mara Serra, quien ensu opsculoApuntes para la histria de ls trinitaris, relataque estando de visita en su casa, Duarte le dijo:

Nada harems, querid amig, cn estar excitandal pueblo y conformarnos con esa disposicin, sin hacerla

servir para un n positivo, prctico y trascendental. Entrelos dominicanos y los haitianos no es posible la fusin.

Y admir al puebl haitian desde el mment en que,recrriend las pginas de su histria, l encuentr luchanddesesperadamente cntra pderes excesivamente superires,

y ve cm ls vence y cm sale de la triste cndicin deesclav para cnstituirse en nacin libre e independiente.

Le recnzc pseedr de ds virtudes eminentes, el amr

a la libertad y el valr, per ls dminicans que en tantascasines han vertid glrisamente su sangre, l habrnhecho para sellar la afrenta de que en premio de sus sacricios

le trguen sus dminadres el premi de besarles la man? Sils espales tienen su mnarqua espala y Francia la suya

francesa; si hasta los haitianos han constituido la Repblica

Haitiana, pr qu han de estar ls dminicans smetids,

ya a la Francia, ya a Espaa, ya a ls misms haitians, sinpensar en cnstituirse cm ls dems? N, mil veces! Nms dminacin! Viva la Repblica Dminicana!.10

10. Jos Mara Serra. Apuntes para la historia de los Trinitarios, fundado-res de la Repblica Dominicana. Santo Domingo, Imprenta de GarcaHermanos, 1887, p. 23. Reproducido en elBletn del Archiv Generalde la Nacin. Santo Domingo, febrero de 1944. EnIdeari, p. 17.


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Ese texto, antesala del juramento con que qued constituidaLa Trinitaria, registra un pensamiento poltico clarsimo querevela tres cosas fundamentales:

1) Que para Duarte lo principal era la independencia de supueblo, su constitucin en una entidad con gobierno propio,como solucin de la contradiccin bsica de opresin Vs.libertad;

2) Que Duarte era un conocedor de la historia haitiana, tantocomo de la dominicana, razn por la cual slo menciona dosejemplos adems del de Hait: Francia y Espaa, nicas potenciasque establecieron su dominacin colonial en la isla; y

3) Duarte no odia sino admira al pueblo haitiano, actitudque explica la alianza que hicieron los trinitarios con loshaitianos del Movimiento de la Reforma en 1843.

Pero veamos dnde, cmo y por qu Duarte adquiere losconocimientos polticos que le llevan al convencimiento deque la nacionalidad dominicana deba y poda constituirse enuna nacin independiente.

De acuerdo con elDiari de Rosa Duarte, que a ratos resultaser tambin el de su hermano, Duarte debi permanecer cercade un ao en Nueva York, ya que en esa ciudad perfeccionel idioma ingls y recibi clases de Geografa Universal con

Mr. W. Davis. De ser as, Duarte debi llegar a Europa yainiciada la dcada de los aos 30, cuando el llamado ViejoMundo, dominado desde 1814 por los ejrcitos de la SantaAlianza formada por Austria. Prusia, Rusia e Inglaterra alderrumbarse el Imperio Napolenico, era el escenario demltiples protestas e insurrecciones armadas dirigidas por elMovimiento Romntico, organizado en sociedades secretas

que enarbolaban la bandera del nacionalismo y del derecho


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de las nacionalidades a regir sus propios destinos, contra lasimposiciones, la dominacin y el terror de esos imperios. Una

rpida relacin de esas protestas y movimientos armados,conrmar lo que decimos:

Lisboa: insurreccin armada (1817-1820); Polonia: guerrade liberacin (1821-1830); Madrid: movimiento armado (1820);Gnova: movimiento armado (1821); Miln: procesos (1821-

1823); Npoles: movimiento armado (1820-1821); Grecia:guerra de liberacin (1821-1830); Blgica: revolucin (1831);Polonia: revolucin (1830-1831); Modena: revolucin (1831).Esa Europa de las sociedades secretas y de las barricadas,fue la escuela poltica de Duarte. Entre esas organizacionessecretas, junto a la Masonera, surgi la de los Carbonarios, quese propona dar a Italia una constitucin moderna. Todos sus

miembros estaban abrazando al ideal romntico de la igualdad,la fraternidad, la libertad y la lantropa, como prendas delautntico patriota. Uno de ellos, que inaugur una ctedra en la

Universidad de Turn sobre el Principio de las Nacionalidades,

asisti luego a las reuniones en que qued fundada la PrimeraInternacional. Se llamaba Guiseppe Mazzini, fundador de la

joven Italia. Cito su nombre porque es el romntico con elque tiene mayor parecido Juan Pablo Duarte. El programa de

su organizacin apelaba al pueblo y lo incitaba, mediante elmartirio de unos pocos, a sacudirse de encima el yugo de laopresin extranjera. En el trabajoDuarte rmntic, de EmilioRodrguez Demorizi, discurso con el que ingres en el InstitutoDuartiano, se lee,

El hij de Manuela Dez tuv el extrardinari privilegide ser espectadrdirect indirectdel mxim escndal

rmntic de tds ls tiemps (...) el estren de Hernani, el 25de febrero de 1830, verdadera batalla victoriosa librada contra


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ls clasicistas a la que asisti cmplacid Chateaubriand,adelantad rmntic de Francia y que devin clebre hasta

pr detalles pintrescs, cm el del chalec rj que Gautierostentaba en la ocasin a manera de ensea desaante contra

ls adversaris de Hug. 11

Ms adelante agrega:En Duarte n hay un sl element vlitiv que pueda

separarse de su ideal rmntic, de su ideal de Patria.En ninguna de sus nbles actividades, ni en sus escrits,vers y prsa, ni en ls librs que psea, en ninguna de lasexcelsas manifestaciones de su vida, est ausente la Patria,

encarnacin rmntica. Hasta cuand el amr l encadena fugazmente, una y otra vez la Patria est presente y se

interpne victrisa.12

Y luego pasa el acucioso investigador a revelarnos datosque sirven, adems, para jar el ao en que Duarte regres asu patria, al sealar:

Y he aqu un sugestiv testimni de la repercusin quetuv en Duarte la representacin del drama de Hug. En suinteresante braAyer o Santo Domingo hace 50 aos, Luis

E Gmez Alfau ofreci esta noticia sin parar mientes en su

imprtancia: Ls chalecs eran generalmente de clr blanco negro. Se comenzaron a usar de otros colores en el ao 1832,

cuand Duarte regres de Eurpa y le traj a sus amigscomo obsequio unos muy nos que estaban de moda en Pars.

A Felipe Alfau le regal uno rojo muy elegante. Era nada

11. Emilio Rodrguez Demorizi.Duarte rmntic . (Discurso de ingreso enel Instituto Duartiano el 16 de julio de 1969). Santo Domingo, Editora

del Caribe, 1969, p. 14 (Instituto Duartiano, Vol. III).12. bidem, pp. 14-15.


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mens!, que el chalec rj de ls rmntics, el que luciGautier, cnvertid desde entnces en smbl rmntic.13

A lo dicho antes, prueba inequvoca de la liacin romntica

de Juan Pablo Duarte, agrego ahora algunas precisiones queconsidero no exentas de importancia, al intentar calibrarla gigantesca labor revolucionaria desplegada por Duarte.Siempre ceido inexiblemente a principios polticos que

tenan por divisa el patriotismo, el coraje, la probidad, la lealtad,la fraternidad y la lantropa, desde que regresa de Europa en

1833 hasta la fecha memorable del 27 de febrero de 1844; y,desde que vuelve a la Patria del primer exilio el 15 de marzode ese ao, hasta el 26 de agosto en que es detenido en PuertoPlata cuando ya declarado traidor a la Patria por Pedro Santanay sus seguidores, es extraado del suelo natal. Para eso, voy a

intentar presentar el pensamiento poltico de Duarte en accindurante esas breves pero cruciales etapas de nuestra historia.Dir a manera de introduccin al propsito antes sealado,

que asombra la perfeccin y ecacia de La Trinitaria, como

organismo conspirativo que supo difundir por todos los mbitosdel pas, sobre todo entre la juventud las ideas libertadoras deDuarte. Hay quienes se complacen en armar, prevalidos en

la falta de noticias al respecto por la forma ultrasecreta en que

trabajaban los conjurados, que la organizacin no pas de ungrupo pequeo y que la conspiracin, como labor sistemtica,fue abandonada poco despus del 16 de julio de 1838. Perola forma en que se sumaron los pueblos a la proclamacindel 27 de febrero en la Puerta del Conde, junto al prestigioadquirido por Duarte en todo el territorio nacional, desmientenesa versin.

13. bidem, p. 14.


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El recto pensar poltico de Duarte, por otra parte, nunca lepermiti envanecerse por los logros alcanzados, dndole unaexacta medida de la correlacin de fuerzas existentes, entreel movimiento que lideraba y el ocupante haitiano. Siempreestuvo atento a las alianzas posibles, como tctica que facilitary acelerar el objetivo estratgico de la independencia. En 1841,al viajar a Venezuela, Duarte intent movilizar la solidaridad

de los antiguos emigrados y sus descendientes que habanabandonado a Santo Domingo a causa del Tratado de Basileade 1795 y de las sucesivas invasiones haitianas, pero no tuvoxito. En 1843, enterado de la existencia del movimiento deLa Reforma, contra el rgimen de Boyer, envi a Los Cayos,sucesivamente a dos trinitarios: Juan Nepomuceno Ravelo yMatas Ramn Mella. Este ltimo tuvo xito en la misin quese le encomend.

Mella regres a Santo Domingo el mismo da que estallla revolucin de La Reforma en Praslin el 27 de enero de1843, trayendo los contactos para que dominicanos y haitianoslucharan unidos por el objetivo comn de poner n a la larga

dictadura de Boyer. El 21 de marzo el dictador, derrotado,capitul y parti para el exilio de Jamaica. El da 24 estall elmovimiento en Santo Domingo. Duarte al frente del pueblo,siempre el a la lnea poltica trazada, invit al general Etiene

Desgrotte, nombrado jefe de La Reforma en la Parte Orientalpor los revolucionarios de Los Cayos, a que se pusiera juntoa l, al frente de la multitud. Pero el palacio del Gobierno,residencia del gobernador boyerista Alexis Carri, defendido

por tropas leales que dispararon ocasionando varios muertosy heridos, no pudo ser tomado.

Seis das despus, sin embargo, Duarte entr triunfante

a Santo Domingo, respaldado por tropas de las guarnicionesde San Cristbal, Ban y Azua, pronunciadas a favor de La


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unieran alrededor de la idea de la separacin. Pero la reaccinde Del Monte, motivada por el pesimismo o el temor, siemprea nombre de la faccin que representaba, brind a Duarte laocasin de dejar estampado con trazo rme uno de los aspectos

notables de su pensamiento poltico cuando le dijo:Que td pensamient de mejra en que el sentimient

nacinal se inclinara ante la cnveniencia de partids, deba

siempre pstergarse, prque puest en ejecucin cnstituyedelit de lesa patria.Por la otra parte, consciente de que las Juntas Populares

tenan para los haitianos antecedentes espaoles bien denidos,

Duarte organiz en esos das igual a como se haba hechoen el territorio haitiano al triunfar La Reforma la Comisinde Salud Pblica de Santo Domingo, incluyendo en su senoa Mella, Pina, Jimnez y Del Castillo. Pero en uno y otroorganismo continuaron los enfrentamientos entre haitianosy dominicanos, cada vez que stos planteaban el derecho aescoger sus autoridades por el voto popular y a redactar las actasen el idioma espaol. Uno de ellos de viejo residente en Santo

Domingo impresionado por el triunfo de los trinitarios en laselecciones del 15 de junio, haba exclamado, consternado:

Estams perdids, la independencia de ls dminicans

es un hech!.As se explica que al nalizar el mes de junio de 1843,

comandando un ejrcito de 10,000 hombres, Charles HrardAin (Riviere), Presidente Provisional de Hait y Ejecutor deLa Reforma, penetr en el territorio dominicano, apresandoa su paso, desde Dajabn hasta Santo Domingo, a cuantodominicano le result sospechoso de ser partidario de laindependencia. En su libroInvasiones haitianas de 1801, 1805

y 1822, Emilio Rodrguez Demorizi publica ntegro el informe


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sin da ni mes de 1843 que envi a los miembros del GobiernoProvisional en Puerto Prncipe, revelador de la ignorancia enque vivan del otro lado de la Lnea de Aranjuez, hombres degran preparacin y prestigio en su patria, sobre la realidaddominicana. De ese informe reproducir la parte inicial, porqueen ese breve trozo emerge la gura apostlica de Duarte, plena

de razn. Dice as:

En Dajabn, primer puebl del nrdeste, he encntradun puebl distint, de tras cstumbres, de tras inclinacines;con un idioma diferente del nuestro, y me he visto obligado,

la primera vez, buscar intrprete para mis cmunicacinescn el puebl. He btenid, sin embarg, el buen resultadque deseaba; he rganizad el servici de la plaza; laadministracin de las rentas, el tribunal de cnciliacin. En

seguida despach hacia Sant Dming, pr va de Las Matas

y de San Juan, una brigada de mi ejrcit baj las rdenesdel crnel Paul Cupidn; y hacia Santiag, tra brigada,mandada pr el general Agustin Cyprien.14

Todos sabemos lo que pas despus. Pero hay situacionesque merecen ser destacadas para comprender a cabalidad elclima en que se proyectaron el pensamiento y la accin polticade Duarte, despus de esa visita militar del general Charles

Hrard Ain (Riviere) al territorio dominicano. Ella arrojtres resultados que fueron decisivos y aparecen estrechamenteentrelazados en nuestra historia:

Primero, Duarte fue su gran vctima;

14. Informe del General Charles Hrard Aine, Representante del GobiernoProvisional de Hait y Jefe del Ejrcito Expedicionario, que operaba enel Norte y el Este, 1943. En Emilio Rodrguez Demorizi.Invasineshaitianas de 1801, 1805 y 1822. Ciudad Trujillo, Editora del Caribe,1955, pp. 283-284. (Academia Dominicana de la Historia, Vol. I).


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Segundo, aceler el movimiento de la independencia, yTercero, propici la injerencia de Francia en el proceso de

la independencia dominicana.Analizados desde esa perspectiva de conjunto, resultan mucho

ms apasionantes que aislados y en el caso de la persecucincontra Duarte refuerzan la tesis, contraria a la de sus detractoresfuturos, porque en su poca nadie se atrevi a acusarlo de falta

de coraje, de que su salida del pas fue desacertada e inoportuna,sino como maniobra poltica que Miguel ngel Garrido explicaen su Silueta del prcer, cuando dice:

Por remoto, por infranqueable que hubiera sido el sitio

a que Duarte se acgiera en el pas, para burlar aquellapersecucin desatentada, habra resultado insuciente, porque

la sberana nmbrada de sus trabajs, la gigantesca estaturamoral de su persona, el mismo impulsivo afn de sus discpulos

pr r palabras de rdenanza de sus labis semicnvulss yapr la emcin de la libertad cercana, l hubieran delatadal patbul que iba en ps de l buscand al nic de quienla redencin dminicana l esperaba td en aquella hra

slemne de ls sagrads destins.Ausente Duarte de la patria, la prpaganda se salv, per

n se salv nicamente pr la pujanza de ls que quedarn

animndla, siempre bedientes a ls dictads del Fundadr,refugiado en Curazao, y obedientes siempre a sus consejos yordenanzas, como que reconocan en l al jefe indiscutible;

sin prque el haitian, que n tuv ms imprtante desvelque la gura de Duarte, crey salvada su dominacin con la

ausencia de ste; y aunque persiguiera a sus discpuls n lhiz cn la actividad, ni el encn, ni la audacia, ni el ahnc

frentico que desplegara contra el Maestro.15

15. Miguel ngel Garrido. Siluetas. Santo Domingo, s/e, 1902, pp. 10-11.


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Los hechos histricos demuestran que la apreciacin deGarrido es correcta. Entre el 2 de agosto de 1843, fecha enque Duarte, acompaado de los dos trinitarios ms activos enlas jornadas revolucionarias de la Reforma, Pedro AlejandrinoPia y Juan Isidro Prez, parti clandestinamente hacia elexilio, y el 15 de marzo de 1844, da que regres al pas, esemismo Gobierno del general Charles Hrard Ain, cuya feroz

persecucin contra Duarte no tuvo lmites, no persigui niapres a nadie; no registr ninguna conspiracin ni mostr lams ligera preocupacin por lo que llamaba sus prvinciasdel Este. Todo lo contrario: ya en enero de 1844, haba puestoen libertad a todos los prisioneros del ao anterior, y hasta losdominicanos Regimientos 31 y 32 fueron alistados para suregreso en febrero a Santo Domingo.

En medio de esa plcida quietud, fue que se produjeron enrpida secuencia los acontecimientos siguientes:1) La representacin del 16 de enero;2) El trabucazo de Mella en la Puerta de la Misericordia;3) La proclamacin de la Repblica;4) La constitucin de la Junta Central Gubernativa;5) La capitulacin del general Etiene Desgrotte;

6) La partida de la goleta Lenrpara Curazao en buscade Duarte; y7) El resurgimiento del Plan Levasseur, envuelto en la

Resolucin del 8 de marzo, donde la Junta Central Gubernativale peda al cnsul francs Eustache Juchereau de Saint-Denys,que gestionara ante su Rey a cambio de la entrega de nuestrasoberana el Protectorado de Francia. Pero, en qu consistael Plan Levasseur? No voy a comentarlo, sino simplemente adesplegarlo ante ustedes para que no se olvide. Rezaba as:


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1. La parte riental de la Isla de Sant Dming, cncidapr espala, tmar el nmbre de Repblica Dminicana,libre e independiente, administrndse pr s misma.

2. Francia se obliga a favorecer su emancipacin y a

suministrar td l necesari para establecer y cnslidar sugbiern; cm tambin a dar ls subsidis indispensables alas necesidades de la administracin.

3. Armas y municiones sern dadas por la Francia encantidad sucientes para armar la parte activa de la poblacin

que sea llamada baj las banderas de la Independencia.4. El Gbiern Francs nmbrar un Gbernadr General

para desempear las funciones del Poder Ejecutivo que durarn

10 aos; no obstante, el Gobierno Francs se compromete a

n retirarl si el Senad pide su permanencia.

5. Las puertas de la Repblica se abrirn a la inmigracinde tds ls puebls.6. En recncimient de la alta prteccin de la Francia,

la pennsula de Saman se renuncia y abandna a perpetuidaden favor de la Francia.16

Cuando Duarte lleg a la Patria el 15 de marzo de 1844,conoci el Plan Levasseur por la mencionada Resolucin del 8

de marzo, cuya tinta estaba todava fresca y de cuyo articuladoToms Bobadilla slo haba suprimido el punto 4to., por el quese solicitaba a Francia el nombramiento de un GobernadorGeneral. Hay que dar por descontado que la oposicin delfundador de La Trinitaria a semejante atentado a la soberanafue inmediata y radical, mucho ms tajante porque entre susrmantes, como miembro de la Junta Central Gubernativa,

16. Manuel A. Machado Bez.La Trinitaria. Ciudad Trujillo, ImpresoraDominicana, 1956, p. 86.


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a Santo Domingo, acompaado solo de su Estado Mayor. El10 de mayo, Duarte pidi a la Junta Central Gubernativa serincorporado a la expedicin militar que deba partir de Santiagohaca el Sur, camino de Constanza. El 26 de mayo, TomsBobadilla promovi una reunin de notables, incluyendo alos miembros de la Junta Central Gubernativa y al ArzobispoPortes Gil, en la que se produjo una airada protesta de Duarte,

al ser propuesta nuevamente la necesidad del Protectoradode Francia. El 9 de junio, los trinitarios con Duarte a lacabeza, tomaron el poder por medio de un golpe de Estadorevolucionario, que limpi de anexionistas y partidarios del

protectorado de la Junta Central Gubernativa.Entiendo y as lo proclamo aqu, que los dos momentos

culminantes de Duarte, superados slo por su milagrosa

presencia en el Cibao en plena Guerra Restauradora, todos ellostestimonios fehacientes de que su patriotismo estuvo siempreacompaado del coraje, son la Protesta del 26 de mayo y elGolpe Revolucionario del 9 de junio. Y entiendo tambin queestando Bobadilla y sus secuaces en fuga, si no hubiera sido

por el apoyo del cnsul francs Saint-Denys y del almiranteDe Moges, Santana hubiera entregado el mando del Ejrcitodel Sur, acorralado como estaba por una opinin pblica cada

vez ms adversa.Reconstruyendo y viendo pasar ante mi vista esos

acontecimientos, comprendo a cabalidad que Duarte, al tiempoque luchaba contra fuerzas tan poderosas, se preocupabaen preparar un proyecto de Carta Magna; documento queafortunadamente no cay en manos de los sicarios de Santanay Bobadilla; constituyndose as junto con sus cartas, en las

fuentes que han permitido conocer y estudiar su pensamientopoltico. De ese venero, reducido hasta casi la extincin por


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la perversidad de sus enemigos, puedo sin embargo abreviarideas claras, certeras y vigorosas, sobre la poltica, la libertad,la nacin, el gobierno y la ley. He aqu algunos ejemplos:

La pltica n es una especulacin; es la Ciencia mspura y la ms digna, despus de la Filosofa, de ocupar las

inteligencias nbles.17

En Sant Dming n hay ms que un puebl que

desea ser y se ha prclamad independiente de tda ptenciaextranjera, y una fraccin miserable que siempre se ha

prnunciad cntra esa ley, cntra ese querer del puebldminican, lgrand siempre pr medi de sus intrigas y

srdids manejs aduearse de la situacin y hacer apareceral puebl dminican de un md distint de cm es enrealidad; esa fraccin, o mejor diremos, esa faccin, es y

ser siempre td, mens dminicana; as se la ve en nuestrahistria, representante de td partid antinacinal y enemignat pr tant de tdas nuestras revlucines; y si n, vanseministeriales en tiemp de Byer y lueg rivieristas, y an nhaba sid el 27 de Febrer, cuand se le vi prteccinistas

franceses y ms tarde anexionistas americanos y despus

espales.18

Siendo la Independencia Nacional la fuente y garanta de

las libertades patrias, la Ley Suprema del puebl dminicanes y ser siempre su existencia pltica cm Nacin libre eindependiente de tda dminacin, prtectrad, intervencine inuencia extranjera, cual la concibieron los fundadores de

nuestra asociacin poltica al decir, el 16 de julio de 1838:

17. Carta de Jos Gabriel Garca. Caracas, 29 de octubre de 1869.Ideari,

p. 16.18. Carta a Flix Mara Del Monte.Ideari, p. 14.


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DIoS, PATRIA Y LIBERTAD, REPBLICA DoMINICANA, yfue proclamada el 27 de febrero de 1844, siendo, desde luego,

as entendida pr tds ls puebls, cuys prnunciamientsconrmamos y raticamos hoy; declarando, adems, que

td gbernante gbernad que la cntrare, de cualquiermd que sea, se clca ipso facto y por s mismo fuera dela ley.19

La Nacin dminicana, es libre e independiente y n esni puede ser jams parte integrante de ninguna tra Ptencia,ni el patrimonio de familia ni persona alguna propia y mucho

mens extraa.20

La ley es la que da al gbernante el derech de mandare impner al gbernad la bligacin de bedecer. () Tdaautridad n cnstituida cn arregl a la ley es ilegtima y

pr tant, n tiene derech algun a gbernar ni se est en labligacin de bedecerla.21

Teniendo esos principios por divisa, fue que Duarte selanz a la accin que culmin con el Golpe Nacionalista yRevolucionario del 9 de junio de 1844. Y es vlido armar

que sin su intransigencia patritica, siempre apegado a losprincipios que sirvieron de base a La Trinitaria, su fundadorno fuera lo que es hoy para el pueblo dominicano: paradigmadel patriota integrrimo y del gua que seala el caminolimpio para alcanzar las reivindicaciones ms caras. El planque propugnaban Bobadilia, Santana, Saint-Denys y De

19. Proyecto de Ley Fundamental. (Archivo de Duarte). Ideari, pp.7-8.

20. Carta al Gobierno Provisorio de Santiago. Guayubn, 28 de marzo de

1864.Ideari, p. 12.21. Proyecto de Ley Fundamental (Archivo de Duarte).Ideari, p. 12.


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Moges, atentaba contra la integridad territorial de la NacinDominicana, convirtiendo por lo menos a los dos primerosen reos de lesa Patria. Pero, como el Movimiento del 9 deJunio, debido a la injerencia extranjera, fracas nalmente,

no es extrao que se le calicara de motn precipitado. Otro

argumento utilizado para condenar la accin del 9 de Junio y asus autores, es el que seala que al momento de producirse ya

Francia haba rechazado los proyectos de protectorado sobrela Repblica Dominicana.Nada ms incierto que lo expresado anteriormente. Duarte

saba, como en efecto era, que el nudo gordiano de toda aquellaconspiracin antinacional, no estaba formado nicamente delas ambiciones colonialistas de Francia, sino de los millonesde indemnizacin que en 1825 Boyer se haba comprometido

pagar a los colonos franceses de Saint-Domingue; deudaque una asociacin formada por agentes franceses, traidoresdominicanos y mandatarios haitianos, al cabo de 9 aos,queran pagar con un pedazo del territorio dominicano: laPennsula y Baha de Saman.

Por eso la persecucin desatada contra l y sus seguidores,tan pronto Santana se hizo cargo de la direccin de la JuntaCentral Gubernativa, result tan tenaz como la de 1843. La

prueba de esa terrible verdad se hizo patente, cuando al regresarde Europa, aislado por incorruptible, Duarte pudo comprobarque las ambiciones que haba estado combatiendo, no eran

privativas de Santana, sino que anidaban tambin en el almade muchos que decan ser sus enemigos. Relata:

Llegu a Saint-Thmas y me encntr rdead deconsejeros. Unos queran pasase a Hait, que me facilitaran

recurss para vengarme de Bbadilla,... trs que escribiera aEspaa pidiend auxili para enarblar el pabelln espal,


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todos pensaban en favorecer sus intereses, ninguno los de la

patria. Mi negativa me atraj malas vluntades de las que mstarde sufr las consecuencias.22

Pero an as, casi totalmente aislado, Duarte segua siendoel ms peligroso enemigo, la ms alarmante amenaza, especiede pupila acusadora que quitaba el sueo a los enemigos dela Patria. Por eso decidieron castigarlo, sin darse cuenta que

al hacerla llenaban sus nombres de ignominia. La noticiacay como un rayo en la pequea colonia de Saint-Thomas:El dspota Pedro Santana, cuyo primer consejero era elcnsul francs Eustache Juchereau de Saint-Denys, habaconmemorado el primer aniversario de la IndependenciaDominicana, fusilando a Mara Trinidad Snchez, acusada de

pertenecer al partido duartista y de conspirar contra la seguridad

del Estado. Despus, otra advertencia lleg igualmentepesarosa al corazn de Duarte: su familia fue expulsada del larnativo, sin ningn respeto hacia la ancianidad de su madre. La

proximidad de ambas medidas punitivas: 27 de febrero y 3 demarzo, no deja lugar a dudas sobre el objetivo perseguido porsus ejecutores. Con motivo del fusilamiento de Mara TrinidadSnchez, Duarte emiti un pensamiento probatorio de queestaba bien informado sobre lo que pasaba en Santo Domingo,

dejando constancia de paso, que para l lo ms importante era laindependencia de su Patria. Es un pensamiento que, por encimadel dolor y la ira, deja traslucir la grandeza del patriota:

Y mientras y renda, en mi inicu destierr, gracias a laDivina Prvidencia prque me haba permitid ver transcurrir

22. Diario de Duarte, diciembre 24 de 1844. En Emilio Rodrguez De-morizi, Carlos Larrazbal Blanco y Vetilio Alfau Durn. Apuntes deRsa Duarte . Santo Domingo, Editora del Caribe, 1970, p. 93 (InstitutoDuartiano, Vol. I).


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el a sin menscab de esa independencia tan anhelada, enmi ciudad natal santicaban tan memorable da los Galos,

cubriend de sangre y lut mis amantes lares y arrastrandcuatro nobles vctimas a infame suplicio.23

La acusacin est claramente formulada: no son dominicanossino galos, franceses, quienes han festejado el primeraniversario de la Independencia con semejante crimen. Duarte

conoca, aunque lo callara por tctica, el verdadero papel queen la poltica dominicana estaban jugando y haban jugado loscnsules franceses en Santo Domingo y Puerto Prncipe. Se dio

perfecta cuenta de que el podero de Francia con slo inclinarseligeramente a favor de Hait, poda destruir en un instantela precaria independencia dominicana. Las desmesuradas

propuestas del Plan Levasseur, cuya aplicacin frustr a su hora

el patriotismo de Duarte, dan la medida de la amenaza constanteen que vivi la Repblica Dominicana en sus primeros aos defrgil independencia; amenaza que persisti hasta que el pueblode Pars, guiado por los romnticos franceses de 1848, derribnuevamente la monarqua y proclam la Segunda RepblicaFrancesa. Pero hasta entonces, hasta que el MovimientoRomntico francs, encarnado en Alphonse de Lamartine,como Ministro de Relaciones Exteriores, no reconoci a la

Repblica Dominicana, hubo el peligro de que a causa de ladeuda contrada por Boyer en 1825, naufragara el proyecto deDuarte y el pueblo dominicano volviera a la situacin anteriora 1844.

Por eso no estoy de acuerdo con los que opinan queDuarte abandon a Saint-Thomas en 1846, desencantado

23. Diario de Duarte, febrero 27 de 1945.Apuntes de Rsa Duarte, pp.94-95.


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por los resultados negativos de su esfuerzo patritico, comoalma dbil que huye espantada de la realidad que la circunda,

porque en ese caso le hubiera bastado con permanecer enCaracas, alejado de toda actividad revolucionaria y arrepentidode su obra. No. Esa opinin est negada por los hechos; porel criterio que Duarte tena de la poltica y el respeto que lemerecan las convicciones patriticas del pueblo dominicano.

Lo que no quiso nunca Duarte, ni lo hizo en los aos 1940, nitampoco en los 1960, fue obstaculizar lo que poda beneciar

a su pueblo, empaar siquiera la imagen de la criatura por lcreada: la Repblica Dominicana.

Para Duarte la Poltica, despus de la Filosofa, era laactividad ms pura y digna a que se poda dedicar el hombre,mientras en Santo Domingo no haba ms que un pueblo

que deseaba ser libre e independiente de toda potenciaextranjera, agredido por una faccin que poda calicarsede todo menos de dominicana, antinacional y enemiga portanto de toda manifestacin revolucionaria del pueblo, cuyosintegrantes fueron ministeriales en tiempo de Boyer, luego

partidarios del general Riviere Hrard, despus proteccionistasfranceses, ms tarde anexionistas americanos y a continuacinespaoles. Quin antes haba agelado en forma tan certera

a los mercaderes de la patria? Duarte lo pudo hacer, porquesiempre actu dando el ms alto ejemplo de limpieza moral, dedignidad patritica y ciudadana. Al abandonar Caracas hacialas selvas venezolanas, hasta la frontera con Brasil, donde niel recuerdo de su nombre pudiera daar la vida independientede su pueblo, estoy seguro de que lo hizo conando en que la

Repblica Dominicana no sera borrada del concierto de las

naciones libres, como la nica manera de poder decir: Yo soydominicano!


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S de sobra que los ministeriales, rivieristas, afrancesadosy anexionistas de todos los colores que de tumbo en tumboterminaron por hundir la Repblica Dominicana en el pantanode la Anexin, provocando lo que precisamente trataban deevitar: el imponente movimiento revolucionario que nalmente

estall el 16 de agosto de 1863.Entonces, pero afortunadamente no antes de que la Guerra

Restauradora fuera irreversible, lleg la hora para Duarte deregresar al seno de la Patria. Por qu entonces y no antes?habra que preguntar.

Histricamente quien se encarg de dar respuesta a esapregunta fue nada menos que elDiari de la Marina de LaHabana, rgano del integrismo colonial espaol, partidario delracismo y de la esclavitud, lanzando duros ataques contra el

patriota ejemplar y calicndolo de agente de la poltica yanquien el Caribe. De esa manera los colonialistas espaoles ponanen evidencia la importancia que daban a la presencia de Duarteen el escenario de la guerra y lograron lo que se proponan:crear recelos, dividir; pero por encima de todo, impedir quesu nacionalismo intransigente interriera a favor de su Patria

en las negociaciones de paz con el Gobierno Restaurador,consideradas por las autoridades coloniales de Cuba: es decir:Espaa, como la nica forma de poner n a lo que era ya unverdadero desastre militar. Pero la respuesta de Duarte no sehizo esperar, dirigida ms que a nadie a sus conciudadanos ya la posteridad:

() Ahra bien, si me prnunci dminican independientedesde el 16 de julio de 1838, cuando los nombres de Patria,

Libertad, Hnr Nacinal se hallaban prscripts cm

palabras infames, y por ello merec, en el ao de 1843, serperseguido a muerte por esa faccin entonces haitiana, y por


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Rivire que la prtega, y a quien engaarn; si despus, enel ao 1844, me pronunci contra el Protectorado Francs,

decidido por esos facciosos, y la cesin a esta potencia de la

Pennsula de Saman, mereciend pr ell tds ls males quesbre m han llvid; si despus de veinte as de ausenciahe vuelt espntneamente a mi Patria a prtestar cn lasarmas en la man cntra la Anexin a Espaa llevada a

cab a despech del vt nacinal pr la superchera de eseband traidr y parricida, n es de esperarse que y deje deprtestar, y cnmig td buen dminican, cual prtest yprtestar siempre, n dig tan sl cntra la Anexin de miPatria a ls Estads Unids, sin a cualquier tra ptenciade la tierra, y al mism tiemp cntra cualquier tratad quetienda a menscabar en l ms mnim nuestra Independencia

Nacinal y a cercenar nuestr territri cualquiera de lsderechs del Puebl Dminican.24

Infortunadamente el Gobierno Restaurador, cuando todavaera presidido por Salcedo, no supo o no quiso rechazar elchantaje espaol, procediendo a pedirle a Duarte que aceptarasalir al extranjero como enviado plenipotenciario. Pero,entonces result lo increble! Que despus de derrocadoSalcedo, siendo encargado de la cartera de Relaciones

Exteriores, nada menos que Francisco Ulises Espaillat taninjusta decisin no fuera revocada.

Al abandonar nuevamente la Patria en cumplimientode la misin que le haba sido confada, dos sentimientos

contradictorios debieron embargar el nimo del primero de

24. Carta al Ministerio de Relaciones Exteriores del Gobierno ProvisionalRestaurador de Santiago, Caracas, 7 de marzo de 1865.Apuntes deRsa Duarte, pp. 122-123.


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nuestros fundadores: la alegra de saber segura la victoria delPueblo Dominicano en armas y la tristeza de saber que tenanuevamente entre sus manos crispadas el bculo del proscrito.Pero mayor debi de ser su amargura al contemplar el espectculoque a poco de ser frmada la paz con Espaa, los herederos de

los ministeriales del tiempo de Boyer, los nuevos rivieristas, losmulos de los afrancesados, los anexionistas que presionaron

para hacer inapelable su salida al extranjero, preparaban en lasombra el regreso de Buenaventura Bez al pas.Ese solo detalle explica que la misin que le encomendara

el Gobierno Restaurador, cuando todava el pueblo dominicanoestaba en armas, se convirtiera para Juan Pablo Duarte, mientrasvivi, en su ltimo extraamiento de la Patria. Pero no depositotodas mis tristezas sobre el recuerdo de su sagrado nombre

Bolvar, cuando parti de Bogot para su ltimo destino deSanta Marta, prscript y detestad pr ls misms quegozaron de sus favores, como l mismo dijera, llev tras de suna poblada que le gritaba, insistente y procaz: Lnganiza!Lnganiza!. San Martn muri olvidado en un lejano pueblitode Francia. Jos Mart march hacia el sacricio de Dos Ros

con el corazn herido de muerte, porque sus detractores secomplacieron en calicarlo de iluso capitn araa.

Parece, amigos mos, que ese es el destino y el precioque tienen que pagar los que se dedican a libertar pueblos ya fundar naciones, para que su recuerdo y su ejemplo seanimperecederos.

Gracias, muchas gracias

el pensamiento politico y la accion revolucionaria de juan pablo duarte. francisco henríquez...

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