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EL SACERDOCIO DE CRISTO

ESCUELA DE FORMACIÓN SANTO TOMÁS DE AQUINO

2do. Módulo 2014

Del 28 de mayo al 16 de julio

El Sacerdocio de Cristo

Oración para comenzar a estudiar

Oh inefable Creador nuestro,altísimo principio y fuente verdadera de luz y sabiduría,dígnate infundir el rayo de tu claridad sobre las tinieblas de mi inteligencia,removiendo la doble oscuridad con la que nací: la del pecado y la ignorancia!¡Tu, que haces elocuentes las lenguas de los pequeños, instruye la mía, e infunde en mis labios la gracia de tu bendición!Dame agudeza para entender,capacidad para retener,método y facilidad para atender,sutileza para interpretary gracia abundante para hablar.Dame acierto al empezar,dirección al progresary perfección al acabar¡Oh Señor! Dios y hombre verdadero, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”

Autor: Santo Tomas de Aquino


La Carta a los Hebreos

MIRADA DE CONJUNTO… algunos puntos

Su mensaje está orientado claramente a cristianos

desorientados, que vivían tiempos difíciles, que

desde la época de su conversión han soportado

muchas pruebas dolorosas (Heb 10, 32).

El autor tiene siempre presente que la Palabra

de Dios es como una semilla de vida, por tanto, no

se contenta con presentar simplemente algunas

consideraciones teóricas, sino que busca conseguir

que la Fe penetre toda la existencia.




Ya desde el comienzo del capítulo 2 al 4 presenta a

los creyentes sus responsabilidades. Su gran

exposición central: Cristo Sacerdote, no es una idea

hueca, sino una realidad viva que ha de traducirse

en hechos.

Constantemente pone en evidencia el aspecto de

Cristo, en cuanto su relación con Dios y con los

hombres. Cristo Glorificado es reconocido como

Hijo de Dios y hermano de los hombres.




Esta perfecta unión de estos dos aspectos se ha

concretado en un acto único: su sacrificio personal

(ofrenda de sí mismo a Dios por la salvación de los

hombres).

También nosotros los cristianos (seguidores de

Cristo),estamos llamados a unir en nuestras vidas

la Fe, que nos acerca al Misterio de Dios, y por otro

lado la solidaridad, que nos acerca a los hermanos.




Para expresar mejor la revelación de Cristo, el

autor recurre constantemente a comparaciones con

el Antiguo Testamento; poniendo de relieve la

superioridad del Nuevo.

Es una Carta dirigida -originalmente- a los

judeocristianos de los años anteriores a la

destrucción del Templo de Jerusalén (año 70).



ESQUEMA DE LA CARTA

1. INTRODUCCIÓN: La intervención divina en la

historia humana 1, 1-4.

2. PRIMERA PARTE: Situación de Cristo 1,5 a 2,

18 [comparación con los ángeles].

Entronización del Hijo de Dios (1, 5-14); y exhortación a

reconocer su autoridad (2,1-4).

Solidaridad con los hombres, adquirida por su pasión.



ESQUEMA DE LA CARTA

3. SEGUNDA PARTE: Presentación de Cristo,

nuestro Sumo Sacerdote 3, 1 a 5, 10.

Jesús, sumo sacerdote digno de fe en cuanto es Hijo de

Dios (3, 1-6). [comparación con Moisés]

Cuidado con la infidelidad y llamado a realizar la

vocación celestial (3, 7 a 4, 14). [comparación de los

compañeros de Cristo con los de Moisés y Josué]

Jesús, sumo sacerdote que se hizo participante de los

sufrimientos de los hombres y perfeccionó por la Pasión

(4, 15 a 5, 10). [comparación con Aarón]



ESQUEMA DE LA CARTA

4. TERCERA PARTE: Rasgos específicos del

sacerdocio de Cristo 5, 11 a 10, 39.

Llamado a la atención y generosidad (5, 11 a 6, 20).

[comparación con Abraham]

El sacerdocio glorioso del Hijo de Dios (7, 1-28).

[relación con Melquisedec, contraste con Aarón]

Síntesis central: el perfeccionamiento del sacerdocio

gracias al sacrificio personal por el cual Cristo mediador

se eleva hasta Dios (8, 1 a 9, 28). [comparación con los

sacrificios antiguos]



ESQUEMA DE LA CARTA

Eficacia del sacrificio de Cristo contra los pecados de los

hombres (10, 1-18). [contraste con la impotencia del

culto antiguo]

Llamado a acercarse a Dios por Cristo (10, 19-39).

[comparación con la ley de Moisés]

5. CUARTA PARTE: Adhesión a Cristo por la fe

perseverante 11, 1 a 12, 13.

Ejemplos de Fe en Dios, dados por los antiguos (11, 1-

40). [aproximaciones al misterio de Cristo]



ESQUEMA DE LA CARTA

Llamado a mantener la rectitud entre los hombres, como

Jesús, y a aceptar la educación divina por el sufrimiento).

[comparación con la educación humana]

6. QUINTA PARTE: Orientaciones de la vida

cristiana 12, 14 a 13, 18. [comparación con la

condición religiosa bajo el AT]

Relación que hay que guardar con las realidades

celestiales (12, 14-29).

Algunas directivas concretas (13, 1-6).

Solidaridad con la Iglesia, centrada sobre la Pasión de

Cristo (13, 7-18).



ESQUEMA DE LA CARTA

7. CONCLUSIÓN: ¡Que Dios obre en ustedes por

Jesucristo! 13, 20-21.



“DIOS NOS HABLÓ”

Las primeras palabras hacen referencia a la Palabra

de Dios (1, 1-2); lo cual se insiste en otras

oportunidades (2, 1.4; 3, 7 a 4, 13; 12, 25-29).

…Y es que la fe cristiana no es simplemente la

adhesión a un sistema de ideas abstractas,

propuestas de forma impersonal a la inteligencia

humana; la Biblia no es un manual diseñado para

propagar una ideología, sino la palabra de alguien a

alguien, palabra inseparable del que la pronuncia y,

por tanto, palabra viva (4, 12) que nos interpela.




¡Dios habla…, merece que se le escuche (3, 7)!

¡Merece que le creamos (3, 12)! ¡Merece que

seamos dóciles (4, 11)!

Porque su palabra nos llega más profundamente

que todos los discursos humanos y porque penetra

nuestra conciencia y nos desenmascara; porque nos

cuestiona y nos desarma, nos viene la grave

tentación de cerrar nuestros oídos y nuestra

mente…




De allí que el autor de la carta nos ponga en

guardia repetidas veces contra esta tentación que

haría de nuestra vida un fracaso (2, 1; 3, 7-15; 4,

7).

Nada ganamos con cerrarnos a la palabra. Podemos

resistirnos por un tiempo pero al final no huiremos

de ella (2, 2-3)

Prescindir de ella es entregarse al engaño del

pecado (3, 13), extraviarnos y caer.




Abraham ante el llamado de Dios, “salió sin saber a

dónde iba” (11,8). Pero no estaba sólo. Al igual que

a él, también a nosotros nos llama, nos acompaña.

Cuando nos habla, no lo hace para darnos una

orden y llevar así adelante su plan. Cuando nos

habla –como le sucedió a Abraham-, es porque

quiere establecer una relación más profunda con

nosotros… su Palabra VIVA establece una

comunicación de persona a persona.




Dios no actúa como muchos humanos…

… me ofendiste, no te hablo más,

… yo sólo le hablo a cierta clase y nivel de

personas, las que son dignas de mi

Dios es diferente. A pesar de nuestra insignificancia

Él nunca nos desprecia; sean cuales sean nuestras

ofensas no rompe su alianza con nosotros… nos

sigue dirigiendo su palabra. Nos llama repetidas

veces y de distintas maneras (1,1). La clave para

conocer sus designios: abrir el corazón!!!




Para establecer una relación con la humanidad,

Dios ha buscado interlocutores, insertando su

palabra en la vida, en la historia y en la existencia

del hombre. Ha hablado a través de los hombres en

un lenguaje humano.

La palabra preparaba un encuentro real (Cfr. Is 63,

19; 52, 6)…, el del Hijo. Ya no es un interlocutor

(un hombre exterior a Dios), ahora es una persona

divina (1, 3. 8-10) que nos habla con el lenguaje de

las palabras y con el de una vida ofrecida y sangre

derramada.



“Muchas veces y de muchos modos

habló Dios en el pasado a nuestros

Padres por medio de los Profetas; en

estos últimos tiempos nos ha

hablado por medio del Hijo a quien

instituyó heredero de todo, por

quien también hizo los mundos”

(Heb 1, 1-2)


¡Oración!

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