el último cartucho - el triángulo terrestre

Upload: marco-sifuentes

Post on 11-Oct-2015

4.596 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Extracto del libro de Marco Sifuentes y Martín Riepl

TRANSCRIPT

  • 121

    La otra discrepancia subsistente con Chile no tiene una reso-lucin tan fcil. El fallo de la Corte Internacional Justicia de La Haya iba, en teora, a terminar cualquier tipo de incertidumbre limtrofe del Per. Por primera vez en la historia republicana, nuestro pas tendra fronteras completamente definidas. As sucedi, al menos, durante las dos horas que le tom al presidente Piera elaborar su primer discurso inmediatamente posterior al fallo. En l, explic que ambos pases ha-ban coincidido en que la frontera martima comenzaba en el ltimo punto de la frontera terrestre.

    Y, en consecuencia argument el presidente chileno la con-firmacin por parte de La Haya de que la frontera martima comienza en el paralelo del Hito Uno ratifica el dominio sobre el tringulo terres-tre respectivo.

    Para muchos en Per, era la primera vez que se mencionaba un tringulo terrestre. El caso se trata, en parte, de lo opuesto a la deli-mitacin martima: mientras que Per considera que no existe disputa alguna, Chile considera que nuestro pas est atribuyndose un territo-rio que no le corresponde. En sntesis, para Per, la frontera terrestre se inicia en el Punto Concordia, al borde del mar, segn lo establecido en el Tratado de Lima de 1929. En cambio, Chile sostiene que la frontera se inicia 182 metros ms hacia el norte, en el paralelo que une al Hito 1 con el borde costero. Esa lnea mide 323 metros. As se genera el tringulo terrestre en disputa (ver Mapa N 1). Por cierto, para Chile, el Hito 1 es el Punto Concordia del que habla el Tratado de Lima; Per, segn su posicin, sencillamente se est inventando otro Punto Concordia.

  • Mapa N 1El caso del tringulo terrestre

    PER

    CHILEL

    nea

    de fr

    oner

    a

    264.

    5m

    Interseccinparalelo y costa

    Punto Concordia

    Hito 1Paralelo 18203323.5m

    Costa Seca

    80 millas

    En este caso, Chile lleva todas las de perder. Hasta ahora no ha pre-sentado ni un solo mapa previo al Memorndum Bkula que establezca que la frontera llega hasta el Hito 1 y de all contina por el paralelo. Es ms, existen documentos especficos publicados por Chile como el Mapa de Arica de 1966, elaborado por el Instituto Geogrfico Militar de Chile que muestran al Hito 1 y al Punto Concordia como dos sitios distintos. Incluso en el asunto, desastroso para el Per, de los faros de 1968 y de 1969, tambin se estableci que el paralelo del Hito 1 no era el final de la frontera terrestre. En 1999, Ignacio Llanos Mardones, entonces primer secretario del servicio diplomtico chileno, public una tesis doctoral en la que sostena exactamente lo mismo que Per:

    Ni el documento de 1968 ni el Acta de 1969 aluden a la frontera terrestre (...) Significa esto que la frontera terrestre fue modificada implcitamente en su sector ms occidental y que, desde ese momento, el ltimo segmen-

  • 123

    to de la frontera terrestre es el paralelo del Hito 1? La respuesta debera ser negativa, ya que el terminus de la frontera terrestre corresponde al punto terminal del arco concordia. Como resultado, el terminus de la frontera te-rrestre no coincide con el punto de partida de la frontera martima.

    En realidad, el caso naci en el 2001. En enero de ese ao, como se

    recordar, el entonces canciller Javier Prez de Cullar dej constancia ante la ONU de que nuestro pas consideraba que no exista un tratado de lmites martimos con Chile. Pues bien, dos meses despus, la Infan-tera de Marina de la Armada de Chile ubic una caseta de vigilancia entre el Hito 1 y la orilla del mar. Inmediatamente Per protest y Chile retir la caseta.

    All lo que Chile estaba haciendo era crear un caso explica Fa-rid Kahhat, profesor de Relaciones Internacionales en la Pontificia Uni-versidad Catlica del Per. Cambias tu lmite terrestre para adaptar-lo a tus pretensiones martimas.

    As naci el concepto del tringulo terrestre en disputa.

    Desde entonces, se han sucedido algunos incidentes que dejaron constancia de las discrepancias entre los pases respecto del tringulo terrestre. Un caso abiertamente creado por Chile y sobre el que Per no admite discusin. De hecho, antes del fallo, en Torre Tagle no estaban dispuestos a considerar, ni siquiera off the record, la posibilidad de que Chile, una vez leda la sentencia, reivindicase la soberana de esas 3,7 hectreas de terreno baldo.

    Esas son posiciones de gente como Tarud deca un diplomti-

  • 124

    co que particip en las rondas informativas previas al fallo. Maxima-listas. No existe un tringulo terrestre.

    Pero el problema existe y no slo para gente como Jorge Tarud, el di-putado de la izquierda chilena cuyas declaraciones convirtieron su nombre en sinnimo de antiperuanismo. De hecho, para la opinin pblica chilena general, el Per se ha sacado de la manga otro Punto Concordia.

    Para ciertos chilenos, esa es la prueba de que los peruanos no se van a conformar con nada, que son unos irredentistas explica Farid Kahhat. Se nos ve como que vamos a crear controversias hasta recu-perar Arica y Tarapac.

    La Haya no resolvi esa controversia, como han dicho varios pol-ticos chilenos. Manifiestamente, luego de establecer que el punto de partida del lmite martimo es el paralelo del Hito 1, indica que:

    La Corte no tiene la facultad para pronunciarse sobre la ubicacin del punto Concordia, donde comienza la frontera terrestre. Ella estima que ste ltimo punto podra no coincidir con el punto de partida de la frontera martima, tal y como se acaba de establecer.

    Por eso es que, para Per, lo que la corte cre fueron 264 me-tros de costa seca, es decir, territorio peruano con mar chileno. La frontera terrestre puede no coincidir con la martima. Es un caso sui generis, pero no nico en el mundo. La corte de La Haya no dirimi ni era la llamada a dirimir la controversia sobre el tringulo terrestre. De hecho, segn el consenso general, el Tratado de Lima indica que el Presidente de los Estados Unidos es quien debe decidir cualquier controversia surgida en el lmite terrestre ya trazado entre Chile y Per. Sin embargo, algunos llaman la atencin sobre ese mismo p-rrafo, escrito en 1929:

    La lnea fronteriza a que se refiere el inciso primero del

  • 125

    artculo segundo, ser fijada y sealada en el territorio con hitos, por una comisin mixta compuesta de un miem-bro designado por cada uno de los Gobiernos signatarios, los que costearn, por mitad, los gastos comunes que esta operacin requiera. Si se produjera algn desacuerdo en la comisin, ser resuelto con el voto dirimente de un tercer miembro designado por el Presidente de los Estados Unidos de Amrica, cuyo fallo ser inapelable.

    Segn algunas interpretaciones, lo que estableci el Tratado es que el presidente norteamericano nombrara un miembro dirimen-te, en caso de que se produjera un desacuerdo en la comisin que fijara los hitos. Esa comisin no existe desde los aos treinta del siglo pasado y, por tanto, segn esta interpretacin, en la actualidad ese acuerdo no tiene ninguna vigencia. Es decir, ni Barack Obama ni ningn sucesor suyo tendran nada que hacer aqu. Y an cuando esta interpretacin sea incorrecta, tanto Torre Tagle como el Edifi-cio Carrera consultaron al Departamento de Estado norteamericano y se les hizo saber que el mandatario norteamericano preferira no involucrarse en el tema.

    Para Farid Kahhat, lo que hizo Piera al invocar el caso del tringulo terrestre fue, sencillamente, ganar tiempo para no tener que ser l quien se vea en el bochornoso trance de ejecutar el fallo de La Haya.

    Y al Per no le interesa abordar el tema ahora insiste. Para qu el pas que ha ganado 50,000 kilmetros cuadrados de mar va a concentrarse en 3 hectreas y media de arena?

    Todo indica, por cierto, que la hiptesis es la correcta. Despus de la toma de mando de Michelle Bachelet, el 11 de marzo, ni Lima ni Santiago han mostrado inters en discutir este tpico. Antes de asumir como nuevo canciller chileno, Heraldo Moz fue muy claro ante su

  • 126

    opinin pblica, remarcando que el tringulo era de Chile. Una vez en el cargo, no ha dicho nada. En su primera presidencia, Bachelet no levant este caso. Este ao, el presidente Humala visit a la reelecta presidenta y ninguno de los dos toc el asunto. En resumen, pareciera que ambos pases han decidido concentrarse en ejecutar el fallo y dejar de lado las discrepancias. Por el momento.

    Qu otros pendientes quedan? En los prximos aos, Chile tendr que defenderse de otra demanda ante la Corte Internacional de Justicia: ahora es Bolivia quien llevar a Chile ante el tribuna de La Haya. El gobierno de Evo Morales demanda acceso soberano al mar. De nuestro lado: nada. Hay un asunto en la frontera con Colombia, delimitada por el Putumayo, que con los aos se ha movido. Al parecer habr que ajustar la cartografa al nuevo discurrir del ro. Nada del otro mundo. Per ha entrado en una fase completamente indita de su historia.

    La clave para entender todo es esta: en los ltimos aos la razn de ser de la Cancillera era solo La Haya admite un habitu de Torre Tagle. Lo dems es ilusin.

    Durante los ltimos 14 aos, poco a poco, La Haya se volvi el nor-te de Torre Tagle. Cada decisin estaba orientada a posicionar al Per en la mejor situacin internacional posible, incluso a costa de modular algunas aspiraciones en temas puntuales. La idea era preservar la capaci-dad de interlocucin con todos los vecinos, de manera que, para decirlo en lenguaje diplomtico, se pueda procesar mejor una situacin pro-veniente de un hipottico incumplimiento chileno. Los diplomticos peruanos lo llamaban bilateralismo multilateralizado: una estrategia bilateral repetida ad infinitum que iba construyendo un escenario en el que, de haberse dado la eventualidad de que el Per tuviese que pedir