enero 2012 • · 2016-05-24 · ... trajimos algunas fotos de su gente y de su naturaleza, para...

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x alfonso la advertencia desoída de chaplin 11 pág. 12-13 NÚMERO • ENERO 2012 • • ISSN: 1999-8090 • $1.00 • 4 5 pág. 2-3 pág. 6-7 © archivo EDITORIAL ESTIMADOS LECTORES: Feliz año 2012. De recorrido por el municipio cienfue- guero de Cumanayagua, en las faldas del Escambray, trajimos algunas fotos de su gente y de su naturaleza, para compartir- las con ustedes. Y para que los cubanos nos conozcamos mejor. Pero hay otras sorpresas en este número que abre el año: una entrevista con X Alfonso, el músico, el artista, pero también el hombre compro- metido con su tiempo; y otra con Víctor Mesa, el gran y polémico pelotero y aho- ra conductor del sorprendente equipo de Matanzas. También un acercamiento a un brillante cirujano cardiovascular, el doc- tor Ángel Manuel Paredes Cordero. Y los siempre interesantes comentarios de Alba Rico y de Wejebe Cobo. De cocina, esta vez Madelaine y Montesinos, nos hablan del cacao y sus bondades. Esperamos que disfruten este encuentro y nos acompa- ñen una vez más. Gracias. CM gente a corazón abierto deporte cumanayagua música espejo de la sociedad fotorreportaje «soy invencible mentalmente» © claudia paredes plasencia 4-5 víctor mesa pág. © enrique ubieta gómez conversación con el cirujano cardiovascular ángel manuel paredes cordero el placer de ser tan desgraciado como tú 10 © yosbel bullaín

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ola advertencia desoída de chaplin

11pág.

12-13

NÚMERO

• ENERO 2012 •

• ISSN: 1999-8090 • $1.00 •

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l estimados lectores: Feliz año 2012. De recorrido por el municipio cienfue-guero de Cumanayagua, en las faldas del Escambray, trajimos algunas fotos de su gente y de su naturaleza, para compartir-las con ustedes. Y para que los cubanos nos conozcamos mejor. Pero hay otras sorpresas en este número que abre el año: una entrevista con X Alfonso, el músico, el artista, pero también el hombre compro-metido con su tiempo; y otra con Víctor Mesa, el gran y polémico pelotero y aho-ra conductor del sorprendente equipo de Matanzas. También un acercamiento a un brillante cirujano cardiovascular, el doc-tor Ángel Manuel Paredes Cordero. Y los siempre interesantes comentarios de Alba Rico y de Wejebe Cobo. De cocina, esta vez Madelaine y Montesinos, nos hablan del cacao y sus bondades. Esperamos que disfruten este encuentro y nos acompa-ñen una vez más. Gracias. CM gent

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«Fui afortunado –dice– porque a pesar de vivir con mis abue-los que se desvivían por mí, nunca me faltó el cariño, el amor y el desvelo de mis pa-dres, sobre todo de mi madre Martha.

»Con mis dos hermanos –Alexis y Yaquelín– siempre he tenido excelentes relaciones, los respeto y quiero muchísi-mo, probablemente más de lo que imaginan; a pesar de la dis-tancia nos comunicamos con frecuencia y nos vemos cuando les es posible visitar Cuba, al igual que mi querida madre».

¿Por qué se hizo médico? ¿Y ciru-jano?

Con mis abuelos paternos establecí una relación muy es-pecial, fundamentalmente con mi abuelo Félix, trabajador de comercio. Había pasado mu-cho trabajo desde su niñez, marcado por la pérdida tem-prana de su madre y la necesi-dad de criar junto a mi abuela a seis hijos en la etapa prerre-volucionaria. Lo admiraba y respetaba muchísimo. Él influ-yó mucho en mi decisión de hacerme médico. Desde mis estudios primarios le comen-taban que yo aprendía con fa-cilidad, para la época los mé-dicos eran muy bien remune-rados y quizás pensó que yo podía ser la carta de triunfo de la familia que, aunque econó-micamente no vivía mal, sin dudas mejoraría con el salario de un médico.

No he logrado identificar lo que determinó que fuera ci-rujano, pero siempre tuve una idea fija: «si logro ser médico, seré cirujano». Desde el pri-mer año de la carrera de medi-cina en la facultad Victoria de Girón, en La Habana, mientras mis compañeros empleaban el tiempo libre en descansar, yo pasaba largas horas disecando piezas en los laboratorios de anatomía humana, bisturí, ti-jera y pinza de disección en mano. Ser cirujano era una verdadera obsesión.

Operando el corazón:DE PIEL A PIEL POR UNA SONRISA

PAQUITA ARMAS FONSECA

con la audacia propia de la necesidad, Ángel Manuel Pa-redes Cordero maneja desde hace 15 años un Studebaker de 1955 (reconocido popularmente como «Studesgracia»). En ese cacharro, el cirujano cardiovas-cular –valorado en la actuali-dad como uno de los mejores, sino el mejor, en Cuba– transitó de Alamar al Instituto de Car-diología y Cirugía Cardiovas-cular (ICCCV) a cualquier hora del día o la noche.

Cuando vivió en Infanta y Manglar muchas veces fue a pie para ver a un paciente complica-do. El jefe del departamento de cirugía cardiovascular del ICCCV, Profesor e Investigador Auxiliar, Miembro directivo de la Sociedad Cubana de Cardiolo-gía y Jefe del Grupo Nacional de Cirugía Cardiovascular, ha deve-nido un mecánico capaz para no quedarse botado en la calle.

Ese mismo hombre –un gua-jiro natural, como a veces jocosa-mente se nombra– todos los años realiza una estadía de intercam-bio profesional en el hospital eu-ropeo Georges Pompidou en Pa-rís, Francia. En la Ciudad Luz re-presenta a Cuba como en otros congresos a los que asiste para intercambiar con renombrados especialistas del mundo en su área médica.

Quizás esa voluntad de lle-gar a su meta nació con él en Puerta de Golpe, Pinar del Río, el 1ro. de marzo de 1958, cuando lo parió una joven de 16 años que fue atendida en su casa por el médico del pue-blo que usó fórceps para sa-carlo del cálido vientre. Su pa-dre, con solo 21 años, tal vez tenía más miedo que la mujer amada agarrada de la cama para pujar.

Pero Paredes, así como se le conoce, tuvo la suerte de multi-plicar los padres: hasta los cin-co años vivió parte del tiempo en su casa y la otra en la de sus abuelos paternos, hasta que los últimos se hicieron cargo de él. El cirujano cardiovascular Ángel Manuel Paredes Cordero.

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¿Dónde estudió? ¿Podría nom-brarme algún o algunos profesores que nunca olvidará?

Los dos primeros años de la carrera los hice en la facultad de medicina Victoria de Girón, allí tuve excelentes profesores, muy respetados unos y muy te-midos otros por su exigencia e intransigencia, un claustro muy profesional de los que recuer-do entre otros a Washington Russell, Ivo Pérez, Alonso y El-sa Pradera, entre otros buenos especialistas. Los años del ter-cero al quinto los hice en el úni-co hospital clínico quirúrgico que había en Pinar, el «León Cuervo Rubio», y el sexto lo cursé como internado rotatorio municipal en el hospital de San Cristóbal. Tanto en el área clí-nica como quirúrgica, conocí a magníficos profesores. Son mu-chos los que no podré olvidar por su dedicación y entrega, no los menciono por temor a omi-siones involuntarias.

¿Cuándo operó a un paciente por primera vez? ¿Qué sintió en ese instante?

El entrenamiento y apren-dizaje quirúrgico es paulatino y progresivo, de forma tal que empiezas ayudando, conocien-do los pasos de la operación, la anatomía de la región, y cuan-do demuestras conocimientos, destreza y habilidades, los pro-fesores comienzan por permi-tirte hacer algunos pasos de la intervención y cada vez más, hasta que logras de forma guia-da realizarla completamente, como nosotros decimos, «de piel a piel». Desde el tercer año de la carrera comencé a hacer guardias de cirugía volunta-rias, vinculándome con un equipo de excelentes profeso-res que me fueron guiando. Las primeras cirugías menores las hice en quinto y sexto años de la carrera. Después de gradua-do y como residente de cirugía general empecé a operar a mis primeros pacientes. En el ins-tante en que uno se inicia asu-miendo el rol de cirujano, se mezclan muchos sentimientos

–responsabilidad, dudas de competencia, satisfacción, de confianza depositada por los profesores– que son difíciles de describir.

¿Cómo llega a la cardiociru-gía? ¿Es entonces cuando se muda para La Habana?

En el año 1984, por indica-ción del Ministerio de Salud Pública, se realizó un concurso nacional con el fin de captar re-sidentes o especialistas jóvenes de cirugía general para hacer la residencia de cirugía cardio-vascular, teniendo en cuenta que la edad promedio de los ci-rujanos cardiovasculares en-tonces era muy alta y se hacía necesario asegurar el relevo. En realidad nunca antes había pensado ser cirujano cardíaco, vivía fuera de la capital, ¿cómo matricular? La única motiva-ción que tenía era el recuerdo de la auscultación que un día, estando en cuarto o quinto año de la carrera, le hice a un com-pañero de estudios secunda-rios, Juan Pérez, piloto de avia-ción, al que el profesor Noel González le había sustituido dos válvulas cardíacas debido a lesiones reumáticas. Ese soni-do metálico del funcionamien-to de las válvulas me impresio-nó tremendamente.

En Pinar fui seleccionado como candidato y tuve la suerte de ser incluido dentro del gru-po de los 16 residentes en la es-pecialidad. Evidentemente, es-to motivó que viniera a vivir a La Habana, en un apartamento que nos habilitó el Estado en Alamar.

¿Qué significa para usted el ICCCV?

El 18 de noviembre de 1985 me presenté por vez primera en el instituto como residente y de él no he salido. Llevo un cuarto de siglo laborando en sus instalaciones, lo siento co-mo mi segunda casa. Los cono-cimientos y habilidades quirúr-gicas adquiridas en mi provin-cia de origen se ampliaron y polarizaron hacia el corazón y los grandes vasos. Tuve la gran

suerte de ser discípulo de mag-níficos y prestigiosos profeso-res como Jaime Graña, Canello, Florencio Gamio, Ada Kourí, Mireya Amoedo, los hermanos Roberto y Lorenzo Llerena, Dorticós, Dorantes, Bueno, Za-yas, Rucabado, Rivas, Barrera, en la parte clínica, y en la parte quirúrgica Taín, Rodiles, Car-ballido, Milvio, Horacio, Aran-go, Saínz, Santos, Vicente De-nis, Quintero y muchos más. Toda mi formación básica ha si-do en ese centro.

¿Recuerda aún la sensación de tener por primera vez un corazón palpitando entre sus manos? ¿Có-mo y dónde fue?

Eso se recuerda como la pri-mera novia. Fue en el año 1987. Retengo nombre y dos apelli-dos del paciente, me los reservo por respeto. En mi mente aún conservo la expresión de los padres, al verme tan joven, cuando me entregaron a su hijo de 8 meses. Para satisfacción de todos, la operación fue un éxi-to, ¿imaginas?, la primera y bien, un recuerdo fantástico.

¿Qué experimenta un cirujano cardiovascular cuando después de realizar una intervención quirúr-gica exitosa el paciente muere?

El éxito de una operación de corazón depende de muchos factores, desde la selección del paciente, su estado clínico, las enfermedades asociadas, la realización de una operación técnicamente correcta, la con-ducción transoperatoria, la rea- nimación y su recuperación. En todo el proceso intervienen un número importante de profe-sionales.

Sin dudas cuando se pierde un enfermo después de un es-fuerzo por devolverle la salud, el sentimiento de angustia es in-descriptible, rebasa los límites del hospital, quita el apetito, de-prime, aplana afectivamente y con frecuencia se padece duran-te varios días e, incluso, créeme, en ocasiones semanas. No pue-des imaginar lo que te cuento.

Usted ha hecho prácticamente la carrera de cardiología ¿por qué?

La formación como ciruja-no cardiovascular exige cono-cimientos de cardiología clíni-ca. Durante el programa de for-mación el tercer año, de los seis exigidos, es para rotar por los distintos servicios de cardiolo-gía. Desde mi iniciación com-prendí que el conocimiento teórico de la especialidad es fundamental para adoptar las mejores decisiones ante los en-fermos. Desde entonces empe-cé a exigirme y te confieso que mientras más estudias y revi-sas, más necesidad de estudio se genera. Nuestra especialidad avanza aparejada al desarrollo de la tecnología, aparecen nue-vas opciones de tratamiento, nuevos conceptos, nuevos enfo-ques, inmensa cantidad de in-formación teórica. Además, co-mo bien sabes, porque eres una valiosa colaboradora, me des-empeño como editor principal de la página web de cirugía car-diovascular que exige estudio para mantener el sitio lo más actualizado posible. En nuestra profesión no se termina nunca de aprender.

Los salones de cirugía del ICCCV sufrieron una reparación capital, ¿puede realizar una com-paración a partir de los resultados entre los equipos de ahora y los de hace seis años?

Debo confesarte que la am-pliación del instituto fue capi-tal y fabulosa. Es un centro que lo merecía, por la tradición de trabajo de sus excelentes profe-sionales y sobre todo por los cientos de pacientes, nacionales y extranjeros, que allí se atien-den. Tuvimos la oportunidad de formar parte del grupo de compañeros que describieron las características deseadas de la futura unidad quirúrgica y su sala de cuidados intensivos posquirúrgicos. Cada detalle tuvo en cuenta los requerimien-tos internacionales, y esos con-ceptos fueron excelentemente interpretados y diseñados por los especialistas encargados de realizar los proyectos, que exi-gieron su cumplimiento con ri-gor en cada paso de la ejecu-ción de tan compleja obra. Te aseguro con satisfacción que desde el punto de vista civil y estético cumple con los están-dares internacionales, los salo-nes están dotados con el equi-pamiento esencial, disponemos sin dudas de un excelente esce-nario que nada tiene que envi-diarles a los quirófanos forá-neos y nada que ver con los que teníamos en el pasado; son sa-lones de lujo.

Una persona que lo admira mucho me dijo: «es implacable». ¿Es cierto? ¿Contra qué?

Desde el año 1995 me desem-peño como jefe de servicio de cirugía del instituto, supondrás que es una gran responsabili-dad. Alrededor de los que tene-mos que tomar decisiones se fabula mucho, en realidad me considero una persona normal, de fácil de acceso, comunicati-va. Cuando los enfermos se acercan a nosotros buscando

salud, se entregan psicológica y físicamente; es la situación más indefensa de un ser humano. Estamos en la obligación de ve-lar por su salud, tenemos que actuar con seriedad, respeto, profesionalidad, delicadeza, de-bemos hacer el máximo de nuestros esfuerzos, dejar nues-tra piel en el salón si fuera ne-cesario para devolverle la salud a ese enfermo. Realmente soy implacable con el que no cum-pla con esos principios, con los chapuceros, con los insensibles, con los superficiales.

¿Cómo se puede llevar una vi-da profesional tan intensa, con tanta pasión y responsabilidad, junto a la vida social y familiar?

Para llegar hasta aquí he hecho grandes esfuerzos y sa-crificios, mi formación como ci-rujano y el trabajo diario me consumen mucho tiempo, si no la mayoría. De verdad ha sido posible por la ayuda y com-prensión de mi familia y de for-ma especial de mi esposa, mé-dica anestesióloga, con la que tengo una relación estable que ya suma 38 años, y de dos hijos maravillosos, el mayor es inge-niero en Telecomunicaciones y la niña estudia cuarto año de Ciencias de la Computación (Ci-bernética). Ellos me apoyan, alientan y son el mayor estímu-lo por el cual luchar. Sin dudas el tesoro más preciado, la esta-bilidad.

Además de equipos adecuados, ¿que necesita un cirujano cardio-vascular para realizar una opera-ción exitosa?

Conocimientos, seriedad, profesionalidad, entrega y so-bre todo entender que el resul-tado depende del trabajo en equipo formado por anestesió-logos, perfusionistas, cardiólo-gos, enfermeras, técnicos, que deben funcionar en perfecta armonía. Es una labor que ge-nera mucha tensión, que con-sume largas y agotadoras horas en el salón, que solo se ve re-compensada con la sonrisa de los familiares y del paciente cuando logramos el éxito, en realidad trabajamos por una sonrisa.

Al cabo de poco más de un año de reabiertos los salones quirúrgi-cos, ¿cuál es el saldo?

Durante esta primera etapa hemos estado operando en solo dos de los cuatro salones, en ellos se han realizado más de 400 intervenciones, con resulta-dos muy estimulantes. En el próximo año aspiramos poder abrir los restantes salones para incrementar el volumen qui-rúrgico y así mejorar la satis-facción de la población quirúr-gica cardiovascular.

Cuénteme al menos un sueño por realizar dentro de su profe-sión… o fuera de ella.

En el plano profesional nos queda mucho por aprender y hacer, pero sin duda mi mayor anhelo es lograr explotar al máximo las capacidades insta-ladas en nuestra institución pa-ra poder realizar 1 200 opera-ciones anuales. CM

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fotorreportaje: ENRIQUE UbIETA GóMEz

aunque mi recorrido por los llanos y las montañas del municipio de Cumanayagua, en Cienfuegos, era de trabajo y no de recreo, no pude dejar de admirar y retratar en lo posible los fabulosos paisajes que ante nosotros apare-cían; a veces pequeños, minimalistas, a veces majestuosos, desbordados. Una foto muestra a un pájaro carpintero empecinado en abrirse un espacio en el tronco de un árbol –su pluma-je apenas se diferencia del color del tronco–, localizado gracias a su insistente toc-toc-toc. Otra, el vuelo rápido de un cernícalo al que no pude acercarme a menos de treinta metros, y que huyó apenas se sintió en peligro. Las fotos no fueron tomadas con lentes de acercamiento, por lo que estas son ampliaciones de algún fragmento de los originales. Pero lo que más me conmovió fue su gente; hombres y mujeres sencillos, trabajadores, que saben cómo sacarle a la tierra sus cítricos, frutos y viandas, su café o su tabaco. Son productores de UBPC o de CCS, algunos nuevos usufructuarios, que co-nocen el placer –parecido al de un pescador que regresa con su botín después de una no-che de espera paciente y trato amoroso con la mar– de la cosecha, cuando se ha cultivado con amor y esfuerzo. CM

Cumanayagua DE CUBA

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fOtORREpORtajECumanayagua DE CUBA

H. ROMO SIGLER

El béisbol, como la tierra, tenía que regresar a manos del pueblo. Ese 14 de enero de 1962 Fi-del, una vez más, refrendaba con voz emocio-nada la decisión inquebrantable de la mayo-ría de ver triunfar «la pelota libre sobre la es-clava». Hoy, con innumerables diademas en nuestras arcas, y al mismo tiempo tantos desa-fíos en materia de bolas y strikes, LA CALLE se suma a la celebración apasionada de millones de cubanos dialogando -homenaje multiplica-do además hacia todos los protagonistas de es-ta inacabable aventura -con el pelotero anti-llano más espectacular del último medio siglo.

Estar a su lado es hallar un volcán en erup-ción. Nada ni nadie queda impasible ante su presencia. Aun sin hablar todo gira en torno suyo. Si usted, aunque no sea pelotero, desea que en algún evento público lo tomen en cuen-ta, por favor no se acerque a la Explosión Na-ranja-Roja. Si me desoye se verá relegado, irremisiblemente, a papeles de reparto.

Nació con la polémica como compañera y la virtud de despertar odios desenfrenados y amores a toda prueba. Como jugador que en-cantó a multitudes estafó 588 bases, segundo de todos los tiempos, pisó la registradora en 1 282 oportunidades, impulsó a 1 174 compa-ñeros hacia el plato y conectó 273 vuelacercas, promediando 318 de average en 19 series.

¿Cuántos estadios se repletaron aspiran-do a ver al número 32 de Las Villas atrapar la pelota, después de realizar un sprint, en el mejor estilo de Usain Bolt? ¿No puso cientos de veces a millones en 3 y 2? ¿Qué combinación peculiar de elegancia y carisma le permitie-ron ganar desde 1983, por tres años consecuti-vos, los premios anuales de la Revista Opina, como el pelotero más popular del país?

Posee varios récords, hasta aquellos que parecen dados a los que compiten por com-putadora y no en un terreno real. Como atle-ta lo expulsaron al conectar un jonrón. Como manager lo mandaron a las duchas cuando discutía las reglas, antes de comenzar el par-tido. Nada, pese a todo, menguó su luz.

Verlo desandar las praderas o surcar como un rayo las almohadillas, era un acto de cu-banía. Miles de personas, contemplando esas escenas, notaban en este hombre sensacional una mezcla de la poesía de Guillén con el songo de Los Van Van. ¿Qué habría exclamado don Fernando Ortiz si lo hubiera conocido? ¿Robar-se el home ante la mirada impávida del lanza-dor, no era la simbiosis caribeña de la Compar-sa de Lecuona, con La Jungla de Lam y la pieza Manteca de Chano Pozo?

Trabajó para el público cuidando conte-nido y forma. Fue el mejor profesor a la hora de impartir conferencias magistrales sobre la diversión en el terreno. ¡Qué triste que es-tas continúen siendo asignaturas pendientes para tantos deportistas renombrados!

¿Cuántos años transcurrirán para que vea-mos a alguien que se le asemeje? Hasta sus más acérrimos rivales reconocen que es poco proba-ble que se repita, de ningún color, un estallido como el suyo.

Eneida, su insustituible ángel de la guar-da, coordinó complaciente este encuentro. Ella es desde hace más de veinte años compa-ñera, doctora y talismán para Víctor Mesa Martínez.

El intercambio, acentuando la aureola simbólica que no lo abandona, se produjo exac-tamente la mañana en que festejamos los 50 años de la pelota revolucionaria.

Es inevitable que dediquemos la mayor parte del encuentro a su responsabilidad presente. No podemos, sin embargo, dejar de interro-garlo sobre aspectos inherentes a su trayecto-ria como atleta, ¿qué lo condujo a vincularse a este deporte?

La inspiración del barrio. Era prácti-camente lo único que hacíamos al regre-

sar de la escuela. Tenía seis años, pero como era tan inquieto practicaba con los más grandes. Cuando los capitanes comenzaban a pedir, me ponían de pri-mero porque era muy rápido y con cual-quier batazo llegaba a tercera.

¿Qué jugador le impresionaba por la tele-visión?

Silvio Montejo lo hacía todo especta-cularmente. Cuando se tiraba de cabeza para capturar la pelota yo me emociona-ba. Quería ser como él, debido a que to-do el mundo lo conocía y dondequiera lo paraban para saludarlo. Muchos años después, pensando en aquella época, me di cuenta de que si te entregas sin reser-vas los sueños se dan.

Su primera Serie no fue feliz como las de-más, ¿qué arreglos hizo?

Me había ilusionado mucho con ese torneo. Me sentía un hombre de 300 y solo quedé en 231 de average. Fui colocado co-mo cuarto bate y nada más despaché 4 jonrones. Lo positivo fue que multipliqué mil veces mis ganas de triunfar. Trabajé sin descanso. No me dediqué a lamentar-me. Conversé muchísimo con los técnicos, incluidos los que me habían enseñado an-tes, como Pablo García y Pedro Moré. No perdí tiempo en justificaciones. Invertí to-do mi esfuerzo en superar las deficiencias. Cuando me preguntaban mis amigos por qué me lo tomaba tan en serio les contesta-ba: «Soy invencible mentalmente».

Convirtió en obra maestra el robo de ho-me. ¿Qué sentía al escuchar, luego de correr como una exhalación, al árbitro cantando safe? ¿Estafarse esta base se aprende o es un destello natural?

Eso es indescriptible. Constituye más un instinto, un olfato, que algo pla-nificado. No es una cuestión técnica ni se alcanza siguiendo esquemas precon-cebidos. Deben darse circunstancias especiales. El público tiene que estar en complicidad contigo. Uno no arran-ca en la cara del lanzador con las gra-das vacías.

¿Cómo fue la primera vez en el Latino?De lo más gracioso. Confluyeron los

factores que te explicaba pero no era mi intención realizarlo. Esa noche fue la afición quien tuvo la última palabra. Al llegar a tercera, con dos outs, empezó un coro estruendoso de «payaso, payaso, payaso». En ese segundo fue que pensé salir. Primero adelanté un poco y vi que la defensa no reaccionó. Lo volví a hacer y se quedaron nuevamente parados. En-tonces, sin titubear, despegué con todo.

¿Como manager sobre qué ha basado su estrategia?

El que considere que estos seis me-ses alejado de la familia es un entreteni-miento, no puede jugar en mi equipo. Un campeonato no se gana en el sépti-mo partido del play off, sino en cada ju-gada de todos los choques. Hay quienes

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me plantean que le doy demasiada con-notación a un fildeo o a una pelota a la que no se le hizo swing. Como me siento un educador les respondo que no afloja-ré ni me haré el de la vista gorda ante lo incorrecto. Cada vez que me ponga los spikes saldré al terreno a luchar sin cuar-tel por la victoria.

¿De qué directores aprendió más?Incorporé lo bueno de todos. Mi

sistema es una síntesis de lo aprendido con José Miguel Pineda, Eduardo Mar-tín, Jorge Fuentes, Higinio Vélez, etc. Esa es la médula; el resto proviene de los estudios permanentes que realizo sobre la pelota a nivel mundial. Esta es mi profesión y me preparo con serie-dad para encarar sus retos. No me es ajeno ningún béisbol.

A menudo sustituye a jugadores que no hicieron lo adecuado, ¿lo ve como algo natu-ral y necesario?

El día que deje de actuar en conse-cuencia con mi filosofía pedagógica so-bro dentro del dugout. Mis muchachos saben bien cómo actúo con ellos en cual-quier circunstancia. Nada que los afecte o preocupe me es indiferente. Para acla-rarles algo nunca me falta tiempo. En el juego lo que la afición aprecia es una pro-longación de ese sistema. Pienso que so-mos superficiales si miramos más cómo gesticulo, que la razón que motivó el se-ñalamiento. Muevo las manos también cuando felicito. Durante años he creído que la prensa debe ayudar más a desmi-tificar la crítica. Antes nos decían las co-sas a nosotros, por su nombre, en el pe-riódico. Aparecían las grandes jugadas y los errores y el mundo no se caía.

¿Ha tenido problemas con atletas al ter-minar un partido?

Jamás. Ellos saben que apelo a la ver-güenza colectiva. Por supuesto que en un elenco provincial no todos son van-guardias, pero he logrado que sientan que creo en ellos. Esa es la razón por la que les exijo tanto.

¿En qué aspectos debe seguir mejorando como timonel?

En todos. Conozco mis deficiencias y limitaciones. No se las revelo al adver-sario pero trabajo sin descanso para re-solverlas. Esta responsabilidad no es de gente caprichosa. El que se prepare más, incluyendo cómo erradicar sus lagunas, sonríe de forma prolongada.

Es el rey de la polémica, ¿cree que esta ayuda a que los deportistas se desarrollen?

Definitivamente. Hay que ponerle sal y pimienta al béisbol. Tenemos que discutir más; confrontar opiniones sin ofensas y con buenas intenciones, para que todos salgamos beneficiados. Otra cosa es el que te despelleja como si no fueras un ser humano. En eso la afición lleva ventaja. No se concibe un estadio

«Soy invencible mentalmente»VÍCTOR MESA

sin polemizar. Entre los atletas y direc-tores, hasta ahora, no ha sido igual.

¿Qué significa Cuba?Mi madre. Es la fuerza que en todo

momento me estimuló a ser mejor. Sien-do joven quería viajar para representar-la en otros países. Después comprendí que tirándome contra las cercas de ce-mento de cualquier instalación, también la defendía.

¿Qué valoración realizó al regreso de tie-rras aztecas, luego de brindar ayuda especia-lizada a lo largo de tres años?

Fue una experiencia bonita trabajar en ese hermano país. Ellos tienen buen nivel y poseen peloteros de gran futuro. Se tra-baja con dinamismo; si bien se toman las cosas menos a pecho que nosotros. Me de-cían que los cubanos le dábamos a todo el carácter de vida o muerte. Fui testigo de los vínculos históricos existentes entre ambos pueblos. Todos los días se me acer-caba alguien para hacerme saber su cari-ño por Fidel y Raúl. Cuando uno se en-cuentra lejos aprende a querer más lo que hemos hecho, viendo el respeto que nos tienen hasta los enemigos.

Aunque para algunos es apenas una de-cisión de meses, otros conocíamos de sus simpatías de siempre por la historia y cali-dad del béisbol en Matanzas. ¿De qué ma-nera comenzó esta expedición, que lo ha he-cho rescatar la pasión de los yumurinos por la pelota, tristemente abandonada durante las dos últimas décadas?

Previamente a mi designación para formar parte del colectivo técnico que tra-bajó con el equipo Cuba, impartí en Co-lombia una Clínica de Entrenamiento pa-ra peloteros juniors. Al regreso de Cartage-na, donde estuve acompañado entre otros por Omar Linares, Julio Romero, Juan Manrique y Víctor Figueroa, la dirección del partido en Matanzas se me acercó pa-ra plantearme la misión. Les contesté que solo lo haría si me garantizaban el apoyo que demandaban los peloteros de esta no-vena. Añadí que estaba dispuesto a enro-larme en este experimento si cada cual acometía, sin justificaciones, la tarea con-creta que le correspondiera. Sabía que es-tos jóvenes tenían talento, pero esos atri-butos, sin el resto de las piezas del rompe-cabezas, apenas sirven para ilusionarnos. Cuando uno llega a mi edad comprende que si se asume un proyecto, tiene que ser con toda la responsabilidad del mundo. De lo contrario es preferible que perma-nezcas en la casa junto a la familia.

Hasta ahora la ecuación está resultando una pócima mágica, con 21 sonrisas en los 30 primeros choques. Por otra parte el Victoria de Girón se abarrota en cada presentación de los «Cocodrilos»; coronando un ambiente de éxtasis que se ha apoderado de toda la provincia, donde el tema que fluye con más intensidad en boca de todos es la actuación de los «muchachos de Víctor». ¿Esperaba esta

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Para mí dondequiera que haya béisbol exis-te una fiesta. Tengo la seguridad de que ga-naremos una edición del Clásico Mundial.

no se gana con cuadrangulares ni pon-ches, sino con carreras y outs. En el parti-do de ayer, en que triunfamos 2x1, se fue-ron con 16 bolas malas, unas cuantas a la altura de un refrigerador. Varios de nues-tros bateadores se apresuran como si el éxito se alcanzara por tiempo.

Compartiendo en los días recientes con su conjunto aprecio que los muchachos mantienen una excelente disciplina, pres-tándole gran atención a los señalamientos críticos de los entrenadores.

Dentro del alto mando todos hala-mos parejos. Ribeira y Alfredito García hacen lo suyo con los lanzadores, así como «Cheíto» en el bateo, Figueroa co-mo preparador físico, o Mario Domeq en las líneas. Manrique y otros muchos especialistas también nos ayudan sin reparos. Algo similar les corresponde al personal médico que mantiene apta a la tropa ante cada nuevo desafío. Ha-ce un momento les explicábamos que debemos eliminar deficiencias prima-rias que nos impiden despegar. Anoche nos hicieron un doble robo, más grave por la presencia de la televisión, con co-rredores lentos por una descoordina-ción de la defensa, incluyendo que el cátcher no soltó la bola. Ese percance se produjo debido a que no se anticipa-ron a una probable situación de juego. Al «estado mayor» le insisto en que nuestro sistema no está concebido para euforias efímeras.

Me tomo la licencia de preguntarle –es una opinión que como miles de aficionados hace rato vengo planteando– sobre su moti-vación por comandar la principal escua-dra antillana. Creo que lo necesitamos al frente de nuestra representación en el veni-dero III Clásico Mundial, no por la actua-ción con los de la Ciudad de los Puentes , sino porque se lo ha ganado, después de estas nue-ve campañas como manager en las Series Nacionales, y sus múltiples victorias extra-fronteras, en diversas categorías, ¿Piensa que le ha llegado la hora como capitán del trabuco de las cuatro letras?

No vine a Matanzas buscando un trampolín para el team Cuba, sino a batir-me por un provincia de una historia colo-sal, que increíblemente se convirtió, por razones que no me corresponde juzgar, en Cenicienta. Como pelotero admiré a

los conjuntos de estos predios y, junto a los Industriales, era uno de los adversa-rios que prefería, porque me compulsa-ban a jugar a tope. Ahora, te reitero, tengo la mente ocupada en no defraudar el ca-riño y la confianza que depositaron los matanceros en mí. Me reconforta que piensen que soy uno de los entrenadores que, desde hace tiempo, acumula un cu-rrículo para ser tomado en cuenta; pero nunca me quitó el sueño esa posibilidad mientras estuve en Villa Clara, ni lo hará en este momento tan especial. Sobra de-cir que si los entendidos llegan a la con-clusión de que hay que darme esa misión la recibiré, cargado de honor, como un soldado. Si de algo puedo presumir es de ser un patriota que ha defendido a capa y espada su revolución, en todos los confi-nes del universo.

¿Qué temas debemos transformar en nuestro béisbol?

Para mí lo primordial transita por la necesidad impostergable de topar siste-máticamente al más alto nivel. Tenemos suficiente inteligencia para encontrar opciones que nos permitan intercambiar con los peloteros de Norteamérica, Asia y el Caribe que es donde, además de no-sotros, se concentra la calidad en esta modalidad competitiva. Esta etapa no tiene nada que ver con el espectro en que me desarrollé como atleta. Tengo una confianza absoluta en las convicciones del socialismo, así que no le temo a nin-gún tipo de intercambio. Sí se me rompe el alma cada vez que nos roban a un jo-ven que formamos con tanto sacrificio. Estoy seguro que podemos diseñar va-riantes con las que, protegiendo los inte-reses estratégicos, garanticemos al mis-mo tiempo la inserción de nuestras figu-ras prominentes en un horizonte cualita-tivamente superior. En lo interno no po-demos postergar, una sola temporada más, las decisiones sobre la estructura óptima que exige la pelota doméstica.

¿Todavía experimenta ganas de salir a jugar?

Ya no. Al principio pensé que no me adaptaría a quedarme sentado en el banco. Ahora mi tarea es adiestrar al que no hizo bien su función. Soy políti-co de los pies a la cabeza; por eso de mi-rar a alguien aprendí a conocer en qué está pensando. Más de una vez mis mé-todos me permitieron salvar a tiempo a muchachos que no recibían buenas in-fluencias. En los últimos años he fortale-cido la psicología del valor. Con perso-nas valientes nada está perdido.

Tres jugadas que le narra a sus hijos peloteros.

La que anclé en el plato, desde se-gunda, contra Canadá. Las veces que me robé el home y el jonrón que conecté frente a los americanos, en la séptima entrada, durante la Olimpiada de Barce-lona. Les digo además que no dejen que nadie les cambie su manera de pensar.

La que no desea que ellos repitan.La de Edmonton en 1981, cuando me

sorprendieron en primera. Allí me falta-ban topes y sabiduría. Con los años asu-mí que a las derrotas, obligatoriamente, tienes que sacarles provecho.

¿Por qué el retiro?Aún continúo preguntándome cuá-

les fueron las causas que motivaron que varios atletas dijéramos adiós de esa ma-nera. No concienticé nunca aquella de-cisión porque estaba entero.

¿Qué sueño le falta por hacer realidad?Lo principal es continuar asesorando

a los más bisoños. Para mí, dondequiera que haya béisbol existe una fiesta. Tengo la seguridad de que ganaremos una edi-ción del Clásico Mundial. CM

VÍCTOR MESA

avalancha de congratu-laciones?

Aunque durante mi carrera como atleta, y luego dirigiendo a Vi-lla Clara, recibí infini-dad de reconocimientos, te confieso que lo ocurrido en este tercio de la tempora-da regular me ha conmociona-do. No pasa un instante, lo digo alejado de toda vanidad y también sin falsa modestia, en el que no me colmen de múltiples agasajos. Por suerte tengo al-guna experiencia en la materia y no voy a dejar que me aparten de mi objetivo con-creto en este territorio. Si por algo me siento feliz, es porque los matanceros es-tán demostrando que la pasión por esta disciplina jamás se extinguirá en Cuba; en la misma medida en que esa respuesta del pueblo nos obliga a los que tenemos que ver con el tema a ejecutar cada asun-to con la calidad requerida. En definitiva, más importante que los propios resulta-dos deportivos es el hecho de que esta-mos contribuyendo a consolidar una es-trategia integral de trabajo que coloca a la pelota en su verdadera dimensión de espectáculo cultural.

¿En verdad dispone de armas secretas dentro de los entrenamientos, o simplemente esos comentarios son otras de las fabulacio-nes con que los admiradores de su trabajo te-jen la leyenda que lo escolta?

Ni utilizo pistolas ultramodernas pa-ra medir la velocidad, ni máquinas para lanzar bolas traídas de Japón, ni gimna-sios de fuerza especiales, como opinan diferentes aficionados. Mi repertorio des-cansa sobre el trabajo, de campana a cam-pana, dentro de las dos líneas de cal. Ha-ce unas horas les dije en el meeting que yo no la cojo con nadie, porque en lo parti-cular ningún pelotero me cae mal; pero la emprendo sin desmayo contra todo lo mal hecho. Tengo conciencia de que mi función no es congraciarme con mis alumnos, a partir de que los complazca incondicionalmente, sino exigir con rigor por que las cosas salgan bien. No tengo miedo en buscarme problemas cuando se trata de combatir lo mal hecho.

¿Considera que Matanzas arribó a la madurez al barrer a su anterior escuadra de Villa Clara?

Cada choque hace que escalemos un peldaño superior dentro del organigra-ma que tracé para este año inicial de la-bor. No obstante estamos muy lejos de ocupar el sitio adonde debemos llegar, por eso no podemos regodearnos con los triunfos conseguidos. Nos falta interiori-zar, por ejemplo, que en un elenco tiene que decidir cualquiera, independiente-mente del orden que ocupe en el line up. Aún les cuesta asimilar que una base por bolas constituye un hit, o que este juego

sueños de víctor y de cuba...

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Échate una montaña en la mente y su azul brillará en tu sangre.

Si SueñaS SoleS tu sombra aprende.

SamuEl FEijóO

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lEctuRas El placer de ser tan

desgraciado como túSANTIAGO ALbA RICOEspecial para LA CALLE DEL MEDIO

en un artículo juvenil publicado en 1916 en El grito del pueblo, el gran teó-rico marxista Antonio Gramsci denun-ciaba las matanzas de armenios en Tur-quía y se dolía de la dificultad de los hombres para sentir como propio el do-lor ajeno: «Es siempre la misma historia. Para que un hecho nos interese, nos toque, es necesario que se tor-ne parte de nuestra vida interior, es necesario que no se origine lejos de nosotros, que sea de personas que conocemos, de personas que pertenez-can al círculo de nuestro espacio huma-no». Muchos siglos antes el filósofo Aris-tóteles había demostrado en su Retórica que la compasión, en efecto, es una cues-tión de «distancia» o, si se quiere, de «media distancia»: el dolor de los que es-tán demasiado cerca nos resulta «horro-roso»; el de los que están demasiado le-jos, «indiferente».

¿Qué tiene que pasar para que a un ser humano le resulte indispensable el placer, e insoportable el dolor de otro ser humano? Eso les ocurre, por ejemplo, a las madres de ambos sexos cuando ven gozar o sufrir a sus hijos. Pero incluso si la radical «ocupación del lugar del otro» propia de la maternidad tiene una poten-cialidad universal, su objeto no deja de ser limitado y particular, restringido al más cercano parentesco. Cuando esta «ocupación» –que nos hace intolerable el dolor ajeno– se extiende a cualquier otro y alcanza a los desconocidos, nos encontra-mos frente a lo que Tzvetan Todorov ha llamado «moral de simpatía»: ese impul-so de identificación total con los demás, de sumersión completa en las emociones del otro, que llevó a algunos no-judíos, al margen de principios o ideologías, a su-birse de un salto a los vagones con desti-no a Auschwitz, sin pensárselo dos veces, como por un reflejo moral incondiciona-do y absoluto que no les permitía no su-frir lo mismo que la más sufriente de las criaturas de este mundo. Ese mismo im-pulso llevó, por ejemplo, a la filósofa y mística francesa Simone Weil, refugiada en Londres, a dejar de comer y morir vo-luntariamente de inanición para compar-tir así las penalidades de las víctimas del nazismo y de la guerra en Europa.

Digamos que es antropológicamen-te normal una cierta ceguera emocional frente al sufrimiento lejano y que hay algo excepcionalmente ejemplar en la «santidad» del que experimenta como propio el dolor ajeno, por remoto o anó-nimo que sea. Durante los últimos años, desde estas páginas, he tratado de des-cribir el capitalismo, desde el punto de vista social, como una especie de «rup-tura antropológica» que imponía la in-diferencia como norma de todos los in-tercambios humanos, y esto no como consecuencia de una doctrina o de un discurso, sino de la generalización y ace-leración de la forma «mecancía»: el tiem-

zas que les persi-guen con sirenas

ululantes y altavoces amenazantes. El miedo, la

incertidumbre, el frío y el dolor se convierten en emociones ma-

nufacturadas, consumibles en pe-queñas tabletas, para los turistas estado-unidenses. Queremos saber también lo que sienten ellos; es nuestro derecho –pues somos ricos– experimentar lo que solo los pobres experimentan. Esa es la diferencia: ellos nunca podrán darse un masaje en una estación termal, pero no-sotros podemos permitirnos el lujo de re-cibir una paliza, por probar, a manos de un policía de aduanas.

A medida que la crisis se agrave en Eu-ropa y más gente viva a la intemperie o ha-ga cola para comer una sopa de caridad, veremos cosas como esta. Puede ser un buen negocio. Los pocos ricos que queden pagarán grandes cantidades para saber lo que se siente y pasar una noche durmien-do a nuestro lado entre cartones; o buscar al amanecer en la basura una raspa de pescado; o vestir por unas horas unos an-drajos. Nada humano me es ajeno. Con di-nero se puede probar de todo. ¿A quién no le gustaría experimentar las emociones de Auschwitz con un guía oficial y sin gas de verdad en la última parada?

Es así cómo el dolor del otro, en la propia carne, se convierte en la forma extrema de la indiferencia. Quiero sa-ber qué placer se siente al ser tan des-graciado como tú.

El capitalismo, sí, es un nihilismo. CM

po de la digestión –con sus imágenes pu-blicitarias inmediatamente solubles, co-mo el Nescafé– ha sustituido al tiempo narrativo, que es el de las montañas, la maternidad y la poesía. Es la mercancía misma, y el hecho de devenir todo mer-cancía, lo que impide un compromiso emocional –ni siquiera visual– con los otros cuerpos. En ese contexto, la bús-queda de intensidades placenteras, su-cesivas y desconectadas entre sí, hace imposible –como he escrito otras veces– tanto la consistencia misma de las cosas como el desarrollo, en sentido estricto, de una «biografía». No tenemos ni obje-tos ni experiencias; solo emociones pu-ras, autistas, emancipadas de todo refe-rente exterior.

La paradoja estriba en que la emo-ción misma es tan indiferente al objeto que podemos apetecer, como una golo-sina, la experiencia en el propio cuerpo del dolor ajeno. Queremos experimentarlo todo, la gama entera de las emociones humanas, como en un banquete quere-mos probar todas las carnes y todos los pasteles. Es sin duda el colmo del nihi-lismo; es decir, de la ruptura de todo vín-culo con la realidad. ¿Me moriré sin ha-

ber comido ancas de rana o caviar? ¿Sin conocer Tombuctú? ¿Sin haber hecho el amor en un avión? ¿Sin haber vivido un terremoto? ¿Sin haber sufrido un asalto armado o una violación?

Así están las cosas. Hasta ahora que-ríamos conocer sobre todo las emociones del poder o de la fuerza y había agencias turísticas que organizaban cacerías de prostitutas desnudas con rifles de pintu-ra o incluso ataques reales a la población palestina en Israel. Pero queremos saber también qué sienten los débiles, los so-metidos, los marginados. En el Estado de Hidalgo, en México, el parque EcoAlber-to ofrece aguas termales, paseos en ka-yak y barbacoas espectaculares. Pero la máxima atracción es otra. Por apenas 6 euros adicionales, grupos de entre 50 y 100 turistas pueden vivir la experiencia simulada de un viaje ilegal a los EE.UU. a través del Río Grande. Durante cuatro horas de marcha nocturna a través de realistas recreaciones paisajísticas, los aventureros vadean ríos fangosos, afron-tan temibles serpientes, atraviesan de-siertos y desafían a las patrullas fronteri-

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La advertencia desoída de Chaplin

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JORGE WEJEbE CObO

el filme El Gran Dictador, de Charles Chaplin –con guión concebido en 1937 por el propio director–, fue posiblemente la última alerta de la intelectuali-dad progresista de la época re-flejada en una obra de arte so-bre los peligros de la barbarie nazi que desató la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), pe-ro que desgraciadamente no la tomaron en cuenta la mayoría de los mandatarios que debían oponerse al fascismo.

La película tuvo su antece-dente artístico más cercano en el mural Guernica, de Pablo Pi-casso, en 1936, inspirado en el bombardeo a ese pueblo espa-ñol por la fuerza aérea italiana, aliada del dictador Francisco Franco y de los nazis durante la guerra civil española. El filme solo pudo ser mostrado en Es-paña 36 años después, luego de la muerte de Franco.

El Gran Dictador fue la pri-mera película con audio en la que intervino Chaplin, y en la cual interpretó el personaje de Adenoid Hynkel, el tirano de Tomania, basado en Adolfo Hitler, al que imita y ridiculiza. También mostró al comediante Jack Oakie como Benzino Na-paloni, el opresor de Bacteria, una parodia de Benito Musso-lini. Además, aparecieron refle-jados los máximos jerarcas na-zis Herman Goering, jefe de la fuerza aérea, y el ministro de propaganda Joseph Goebbels.

Chaplin protagonizó a un soldado alemán de la Primera Guerra Mundial, con gran pa-recido al dictador alemán, que después de permanecer largo tiempo en un hospital por reci-bir una contusión, se instaló en el barrio judío como barbero bajo el régimen nazi. El contex-to, además, abarca la invasión de Osterlitz, en clara referencia a Polonia y a la persecución de los judíos y los campos de con-centración.

Después de una serie de in-cidentes y enredos en los cua-les Chaplin desarrolla sus co-nocidos gags con el bastón, el contoneo de pingüino de sus comedias y de una caracteriza-ción de Hynkel como histérico y asesino, todo esto reflejado en imágenes antológicas, el humil-de barbero judío es detenido y enviado a un campo de concen-tración que sirve de escenario para sus conocidas piruetas ca-ricaturescas. De allí se fugó junto a un militar opuesto a Hynkel. Paradójicamente, al fi-nal resultó confundido por las fuerzas nazis con el dictador y tuvo que suplantarlo.

Años después de concluida la Segunda Guerra Mundial, Chaplin declaró que, de haber conocido las verdaderas pro-porciones de los asesinatos en masa perpetrados en los cam-pos de concentración nazis, no hubiera utilizado el humor pa-ra representar esos centros de muerte en el filme.

La trama alcanzó el mo-mento culminante cuando el ex soldado, al verse obligado a pronunciar un discurso ante los miles de seguidores de Hynkel (Hitler), uniformados y al estilo de las grandes concen-traciones nazis que se realiza-ban en la ciudad de Nurem-berg, dice todo lo contrario de lo que de él se esperaba en una memorable alocución, en la cual expresó entre otros argu-mentos:

«Lo lamento, pero yo no quiero ser un emperador, ese no es mi ne-gocio, no quiero gobernar o con-quistar a alguien. Me gustaría ayudar a todos si fuera posible: a los judíos y a los gentiles, a los ne-gros y a los blancos. Todos debería-mos querer ayudarnos, así son los seres humanos. Queremos vivir con la felicidad del otro, no con su angustia. No queremos odiarnos y despreciarnos. En este mundo hay sitio para todos, y la tierra es rica y puede proveer a todos. El camino de la vida podría ser libre y hermo-

so (...) A los que puedan oírme les di-go: ¡No desesperéis!

»La desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y la amargura de hombres que te-men seguir el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará y caerán los dictadores, y el poder que le quitaron al pueblo se le reintegrará al pueblo. Y así, mientras el hombre exista, la li-bertad no perecerá. ¡Soldados, no os rindáis a esos hombres, que en realidad os desprecian, os esclavi-zan, reglamentan vuestras vidas y os dicen lo que tenéis que hacer, qué pensar y qué sentir! ¡Os ba-rren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado y como a carne de cañón!»

La película fue prohibida por los nazis. En Alemania, pa-ra 1940, el régimen de Hitler y su popularidad estaban más consolidados que nunca por las victorias en Europa, y el pueblo lo aclamaba como un ídolo.

Sin embargo, la inesperada reacción entusiasta y de apoyo al discurso del falso dictador por el público, con uniforme nazi –símil de lo que había con-vertido Hitler al pueblo ale-mán– advertía que todavía ha-bía una oportunidad para evi-tar la tragedia, a pesar de que la izquierda, encabezada por el Partido Comunista Alemán, no fue capaz de integrar una opo-sición común con los socialde-mócratas, socialistas y otras co-rrientes políticas democráticas y evitar la victoria del Partido Nacionalsocialista nazi en las elecciones de 1933. Error que pagarían caro.

En los campos de concen-tración coincidirían en las ba-rracas –antesalas de las cáma-ras de gas– comunistas, religio-sos socialdemócratas y todos los partidarios de cualquier co-rriente política que no fueran fascistas, junto a los judíos, es-lavos, gitanos y demás razas consideradas inferiores, y has-ta los homosexuales correrían similar suerte.

siada popularidad a Chaplin importunaría a sus aliados temporales.

Además, el movimiento co-munista mundial que debía ha-cer suyo el famoso filme como arma de combate para detener la marea nazi, se debatía en contradicciones internas e in-comprensiones ante la inespe-rada alianza soviética con el ré-gimen nazi, su peor enemigo, lo que tuvo que influir en que la película no tuviera la promo-ción que se merecía por las fuerzas progresistas.

En Estados Unidos, El Gran Dictador fue visto con malos ojos por los círculos dirigentes en los que predominaba una política aislacionista de la gue-rra europea. Además, percibían con una lógica del siglo xix que, de todas formas, el Océa-no Atlántico de por medio sal-varía a los Estados Unidos de la conflagración y esperaban ver destruidas a la URSS y a Ale-mania al mismo tiempo.

Ninguna productora esta-dounidense invirtió en el filme, el cual comenzó su producción en 1938 sufragado íntegramen-te por Chaplin. Durante el ro-daje, Alemania invadió Austria, más tarde Polonia, y en 1939 co-menzó la Segunda Guerra Mundial.

El famoso dueño de perió-dicos Randolph Hearst atacó la película, la consideró antinor-teamericana por tomar partido frente a Alemania y romper la neutralidad de la nación, e hizo todo lo posible por evitar la exhibición del largometraje.

La embajada alemana en los Estados Unidos presentó su pro-testa oficial ante el gobierno por la exhibición del filme, y amena-zaron con prohibir la proyec-ción de películas estadouniden-ses en su país si El Gran Dictador llegaba hasta las salas de cine.

En aquellos días, Charles Chaplin dijo que si se le cerra-ban todos los cines, él construi-ría uno para exhibir su pelícu-la. Lo que por suerte no fue ne-cesario y El Gran Dictador fue estrenada en los teatros Astor y Capitol de Nueva York el 15 de octubre de 1940, coincidiendo con la entrada en París de las tropas nazis. Desgraciadamen-te, se confirmaron los augurios de la cinta cinematográfica con un rigor casi documental.

La obra no es considerada por la mayoría de los críticos como la mejor de Chaplin. Lu-ces sobre la ciudad y Tiempos mo-dernos se incluyen entre los me-jores filmes de la historia, pero ninguno tuvo la urgencia y el compromiso de denunciar a tiempo el peligro nazi como El Gran Dictador, en una época en que la cobardía, el anticomu-nismo, la complicidad, los inte-reses geoestratégicos y los cál-culos errados de la generalidad de los políticos ayudaron más a Hitler que la propia fuerza de sus tanques para llevar adelan-te sus macabros planes. Una lección del pasado más actual que nunca. CM

Además, el entorno político de la época no podía ser más desfavorable para que la obra de Chaplin tuviera la receptivi-dad que merecía, a pesar de ha-ber logrado una de las mejores películas de su época.

Francia e Inglaterra en 1938 acordaron entregar Checoslo-vaquia a Alemania mediante el Pacto de Munich, con la pro-mesa del Fhürer de que cesaría sus pretensiones territoriales en Europa. Y por supuesto, am-bos gobiernos no querían saber nada de críticas a Hitler, a quien no deseaban molestar.

La URSS, al considerarse amenazada por una confronta-ción con los nazis empujados por Inglaterra y Francia, firmó un pacto soviético-germano de «No Agresión y colaboración» el 4 de agosto de 1939. Enton-ces, Alemania se vio con las ma-nos libres y atacó Polonia el 1ro. de septiembre. El Ejército Rojo también avanzó sobre te-rritorio polaco, el cual quedó dividido en dos por ambas po-tencias. Después, la Wehrmatch invadiría Bélgica y Francia, que capituló en 1940.

En ese agosto de 1939, Joseph Stalin debió celebrar, con vo-dka y caviar en su dacha de campo de Moscú, el tiempo que pensaba le daría el tratado para fortalecer sus defensas y disua-dir al ejército alemán de virar sus tanques hacia las fronteras soviéticas; pero su cálculo fue demasiado optimista. El 22 de junio de 1941 Alemania invadió la URSS de forma sorpresiva y casi tomó Moscú.

El arte y la literatura sovié-ticas, atenazadas por el realis-mo socialista dedicado mayor-mente a tareas de propaganda panfletaria subordinadas de la política de la URSS, fue muy cauta en obras relevantes que desenmascararan al fascismo durante ese aletargado año de 1940, cuando Moscú esperaba mantener lejos de su frontera la guerra, por lo que darle dema-

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Artista, ¿se nace o se hace? ¿Cómo funciona esto en tu caso?

Se hace, se hace. Se hace porque aunque lo tengas ya en la sangre, en el caso mío por mis padres, lograr cualquier objetivo cuesta trabajo. Creo que el sacrificio es parte de tu obra, de lo que tú eres.

Crecer entre músicos, ¿qué in-fluencia tuvo en tu formación pro-fesional?

Realmente no solo entre músicos, sino la familia en que yo nací. Yo nací en una familia en que cada uno tenía gustos diferentes. Eran cinco herma-nos o sea cinco tíos: uno muy rockero, el otro totalmente de boleros, otra salsera… Mis abuelos también vivían en la misma casa y escuchaban mú-sica clásica, al Benny Moré… Y claro, toda esa influencia fue la que yo chupé cuando niño.

¿Cuándo supo X que realmente la música era el camino a seguir?

Cuando empecé a apren-derme canciones de otros artis-tas en el piano. Me di cuenta que se podía hacer. Y no solo eso, sino poder apreciar una obra, por ejemplo de Bach, to-cada en el piano. Y me decía: –¡Mira, lo estoy haciendo con mis dedos! ¡Esto es lo que yo quiero hacer! Sería como a los doce años.

Después que terminas tu for-mación profesional, primero en la escuela elemental de música Ma-nuel Saumell, y luego en la ENA, ¿cómo te encaminas?

Uno es muy es niño como para darse cuenta de lo que se está haciendo cuando está en la Saumell, pero ya después que entré en la ENA y empecé a en-tender un poco el arte, porque en la misma aula mía estaba ro-deado de bailarines, gente de teatro, gente de plástica, y eso te abre mucho la cabeza. Creo que es muy importante que un músico se rodee de otras artes. Y eso yo creo que fue lo que me influenció realmente a seguir

ESPEjO DE LA SOCIEDAD

en la música y a entender más la música: estar rodeado de otras artes.

X llega a Síntesis como pianis-ta, luego aprende percusión y hace coros, ¿qué importancia tuvo esto en tu formación profesional?

Siempre lo considero como la segunda escuela, primero la clásica, donde tuve formación básica y luego, en Síntesis, don-de aprendí todo lo que es la mú-sica contemporánea y la fusión, y también donde aprendí de dónde había salido yo y de dón-de nacían las cosas, las raíces de uno. Era como una escuela, como si fuera una clase de in-vestigación histórica, de dónde eres, de dónde sales, y sobre to-do por los cantos afrocubanos. Había hasta que saber qué de-cía la letra para poder hacer un arreglo. De ahí a cantar coros y a tocar lo que fuera. Creo que fue donde obtuve la diversidad. El bajo no, porque el bajo ya fue una necesidad por un gru-po de rock que tuve que se lla-maba Habano. No teníamos bajista y tuve que aprender a tocarlo, y lo toco, pero no soy ninguna estrella ni nada pare-cido.

En 1998 comienzas una carre-ra en solitario, ¿qué te motivó a em-prender ese camino?

En el 98 había hecho ya mu-chos años con Síntesis, había tenido experiencia con Carlos Varela, con Santiago Feliú y ha-bía hecho trabajos con otros trovadores, con un productor de Amenaza, lo que después fue Orishas, y empecé a enten-der que tenía ganas de decir co-sas y ahí empezó mi carrera en solitario.

Tu trabajo artístico se ha carac-terizado por ahondar en diversas problemáticas sociales, ¿hay algu-na intención manifiesta en esto?

Sí, por supuesto. Cuando yo me di cuenta de la responsabili-dad que tenía ante la gente. A mí me pasó una cosa muy ex-traña. Yo siempre escribí el tex-

SHEYLA VALLADARES, DAYLéN VEGA y YULIAT DANAY ACOSTA

TiEnE fE. Piensa que nunca es tarde para ha-cer que este mundo pueda ver los valores que perdimos como humanos. Envía un mensaje oculto entre acordes: Volver a amar. ¡Este año! precisa con un susurro, como quien quiere ha-blar directo a cada oído. Otra vez está buscan-do una señal para poder llegar a ti, para poder hablarte a ti.

«Este mundo anda un poco fuera de rosca y anda un poco loco por ahí», repite. Y pareciera

que el año 2012 le llega como una urgencia pa-ra volver a verse.

Nos atrevemos a entrevistarlo, aunque de antemano sabemos que piensa que la vida se nos va en respuestas que no están.

«¡Soy todo lo que ves!» Lo dice de cora-zón. Y pudimos comprobarlo. Más allá de la fama de artista, del nombre altisonante y la apariencia estrafalaria, X Alfonso es un hombre sencillo, de hablar bajo, mirada sincera, buenos modales. Le pedimos permi-so para poder decir lo que piensa, para pre-sentarlo con sus propias palabras.

X ALfONSO

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Para gustos están hechos los colores, siempre va existir la banalidad, gente que necesita no escuchar otra cosa que sea «mami mueve el trasero». En eso trabajo constantemente, en quitar un poco la ignorancia cultural.

trabaJaNdo...

to con un contenido social, pe-ro después de Habana Blues fue que la gente empezó a escuchar mis textos, y luego empezaron a entender los discos anteriores a Habana Blues, que eran Civili-zación, Revolution. Cuando la gente empezó a asumir eso, yo empecé a asumir una respon-sabilidad mayor con la gente y con lo que me rodea. Creo que eso fue lo que me inspiró, des-pués de Habana Blues, a seguir enfrascado en el texto.

Primero los textos y la música, luego el audiovisual. ¿Cómo llega X a la realización?

Yo llego al audiovisual por-que se me quedaba corta la tras-misión de mensajes a través de la música, que depende de los me-dios de difusión. Se me quedaba corto lo que yo quería decir y el audiovisual me ayudó mucho porque llegaba más fácil a la gen-te, la gente entendía mi mensaje a través de lo visual más que de la música. A veces no escuchaban los textos y se ponían a escuchar más música. A mí me preocupa-ba un poquito eso, porque yo es-taba diciendo cosas que quería que escucharan y se iban más por la música, entonces lo visual fue lo que me ayudó para que la gente entendiera mi mensaje. A partir de ahí no he parado de ha-cer audiovisuales.

¿En estos momentos qué quiere X expresar?

Acabo de terminar una gira que hice por todo el país con la intención de llegar a la gente, a la gente de verdad, de una for-ma natural, no como un artis-ta, sino como una persona. La preocupación mía en esta gira era saber cómo iba este país, cómo estaba la juventud de es-te país. Me fui a las universida-des, me fui a pasear por todos los pueblos, por todas las pro-vincias, las ciudades. Conocí a mucha gente, hablé con mucha gente y tengo una impresión más tranquila de lo que pensa-ba que eran porque los medios

te expresan una cosa que no es la generalidad del país. Hay mucha gente que tiene propósi-tos en la vida y sobre todo sirve para ayudar a este país. Lo principal para mí es poder ha-cer que la gente cambie un po-co de mentalidad, mirar los errores que tuvimos y echar pa’lante un país, que es lo que nos toca a nosotros ahora.

«La Revolución es ahora», se llamó la gira. Después de ese viaje de reconocimiento, ¿crees que los jó-venes están conscientes de su prota-gonismo para revolucionar?

Yo creo que sí. Después de ese viaje que di por toda la isla y todas las conversaciones que tuve. Ya no hay miedo de decir muchas cosas, la gente no se ca-lla la boca ya. Y no se calla en el buen sentido de la palabra, no se calla para decir las cosas que no funcionan y cómo deberían funcionar. No es que solo lo di-gan, sino que están tratando de hacer algo para cambiarlo. Y creo que es lo más importante. Eso fue lo que yo vi y eso fue lo que fui a buscar y lo encontré. Encontré realmente que existe un público y una cantidad de gente en este país que tiene ga-nas de hacer cosas y de aportar cosas. Eso es lo que se necesita ahora mismo, que los jóvenes se den cuenta de que son ellos mismos los que tienen que cambiar todas esas cosas.

¿Cómo contribuye Reverse a esta misión?

El último disco que yo hice para esta misión, Reverse, se re-gala, no se vende. Es un disco en el que no solo queríamos re-galar la música, sino que un equipo de Fábrica de Arte se preocupó por hacer un archivo bastante pequeño y trasladarlo a todas las computadoras de los centros del país como Joven Clubs de Computación, escue-las de arte, universidades. Con toda esta multimedia se ha he-cho un archivo que tiene parte de los videos de Reverse, todos

los textos de las can-ciones, trae una expli-cación de la UNICEF, trae toda la música. Esperamos que al cabo del año podamos actuali-zar ese archivo con más videos, más información, incluso con entrevistas y cosas que los mis-mos muchachos me han reco-mendado.

En septiembre tenemos la idea de hacer una gira por to-das las universidades, después de haber dejado el disco, para tener otro contacto con la gente y ver qué les ha causado esto. Es una gira muy importante para mí porque sabré si esta misión tiene sentido.

Explícame en qué consiste Fá-brica de Arte.

Fábrica de Arte es un pro-yecto que se crea para la unión de los artistas. Porque no sé por qué los artistas son muy espe-ciales, son como casasolos. Y en-tonces si todos trabajamos en grupo, si todos trabajamos en una misma idea, se forma un movimiento. Así se hizo la Re-volución, con una misma idea, con una misma lógica hacia un futuro. Creo que es lo que esta-mos haciendo con el arte, tra-tando de recuperar, de rescatar incluso artistas cuya obra no se pone o no tienen ese estímulo por mostrarla, a veces lo dejan de hacer, a veces se van del país. Y creo que es una forma de reunir a todos los talentos, y no solo de reunirlos, sino de traba-jar juntos, enseñar a las nuevas generaciones a cómo decir lo que quieran a través del arte.

Es una fusión de todas las artes: danza, música, cine, tea-tro y plástica, tanto fotografía como literatura. Unir todas esas artes y enseñárselas a ni-vel masivo a la población. Ha-cerlos formar parte de eso para que la gente primero entienda que estamos rodeados de jóve-nes creadores y gente que tiene algo que decirles, y segundo, para que se sepa que se hacen esas cosas en Cuba.

También el objetivo es no solo crear la Fábrica de Arte en La Habana, sino hacerlo en ca-da provincia y quitar las fron-teras que hay entre Matanzas, Sancti Spíritus, Holguín. Hacer una sola Fábrica de Arte gran-de que sea toda Cuba y traer ar-tistas del interior a la capital y los de la capital llevarlos allá y crear el puente del arte que sea una sola Cuba y no esa diferen-cia, incluso, regional que existe.

Te auxilias del talento joven, de los creadores nuevos, de la gente del barrio, ¿por qué asumes esto? ¿Qué importancia le confieres?

Me sigo considerando un es-pejo de la sociedad. Lo que veo es lo que digo. Y me parece un poco raro que la gente diga barrio marginal. Cuba es un ba-rrio marginal grandísimo. Hay muchos lugares en que se vive muy bien, la verdad, pero la ma-yoría que son las que tienen esas inquietudes y esas cosas que decir, son con las que me mezclo, con las que me identifi-co, porque yo soy parte de eso. No formo parte de otra socie-dad que no sea esta y lo que te contaba del espejo es eso, yo so-lo trasmito lo que veo y lo que siento en mis canciones. Tengo esa posibilidad, no es ni siquie-ra un don, es una posibilidad milagrosa de que pueda tradu-cir tanto en imagen como en mi música, en los textos, lo que me entra por los ojos.

¿Cómo entiendes el compromi-so social del artista?

Está un poquito duro por-que no sé si todo el mundo tiene la intención de trasmitir, hay mucha gente que sí. Hay una parte de los músicos cubanos jóvenes que tienen un compro-miso social y me imagino que estén en la misma cuerda de lo que te estoy hablando, sobre los pueblos, sobre la sociedad. Hay otros que lo que les interesa es pegarse, estar a la moda y ser muy famosos. No se mezclan con nada, los textos no te apor-tan nada, no te dicen nada, y es como una forma de enajenar-se, salir de los problemas y no mirar la realidad. Todo el mun-do tiene sus vías, no todo el mundo tiene que hacerlo, solo los que se sienten con responsa-bilidad de hacer algo por este país. Y sí, hay bastante gente que está en esa idea y también otros a los que no les interesa.

¿Cómo evalúas la salud de la música que actualmente se produ-ce en Cuba?

Recuerda que ahora esta-mos en tiempos económicos di-fíciles y eso hace que te desvíes mucho de tu proyecto inicial.

Algunos están más pendientes en ser famosos y a decir: «estoy pega’o», incluso hasta en los textos que escucho ya están di-ciendo que están «pegaos» y ni siquiera han salido. Nadie los ha visto ni tienen una trayecto-ria artística y en la primera canción dicen estoy «pegaísi-mo». Ellos mismos ya se auto-definen. De la misma manera que hay muchos artistas que se ponen apellido. No sé si creen que logran algo con eso, lo úni-co que hacen siempre es dife-renciarse de las personas nor-males, que es lo que somos.

¿Crees poder marcar la diferen-cia entre la avalancha de banalida-des que asedian a los jóvenes de hoy?

En eso ando. Me he encon-trado mucha gente que escucha mi música, que sobre todo me tratan con mucho cariño y que han entendido lo que les estoy diciendo. Esa gente pasa de la banalidad y sí están interesa-dos por algo. No te hablo de mí solamente, te hablo de muchos artistas que sí hacen un trabajo serio e inteligente, no le digo in-teligente por despreciar otro, sino algo que tenga un sentido de dirección. Para gustos están hechos los colores, siempre va a existir la banalidad, gente que necesita no escuchar otra cosa que sea «mami mueve el trase-ro». En eso trabajo constante-mente, en quitar un poco la ig-norancia cultural.

¿Cómo contribuye X Alfonso co-mo persona, como músico, como realizador a esa misión?

No parando de trabajar, ha-ciendo miles de sacrificios. Des-pertándome muy temprano, sa-crificando a veces hasta a mi fa-milia. Yo trato de no perder un minuto, incluso hasta en momen-tos cuando hablo con mis hijas, tratarlas de llevar por un lugar que tenga sentido para ellas tam-bién. Y con mis videos y con mi música tratar de ir atrayendo gente para que formen parte de algo importante, que puede ser un cambio importante.

Uniendo mucha gente a tra-vés del arte con el proyecto Fá-brica de Arte, uniendo a los ar-tistas que tengan algo positivo que aportar. A través de mi tra-bajo seguir captando gente para que se responsabilicen con una sociedad, con el país, y tenga-mos un futuro más interesante.

Tiene sentido, yo creo que tiene sentido y por eso no paro de hacerla y aunque no tenga sentido la seguiré haciendo.

¿Qué mensaje enviarías a los jóvenes cubanos?

Que tienen ahora mismo el poder de echar para adelante este país, de no callarse cuando vean las cosas mal, de ver los errores que tuvimos y que de-beríamos no repetir. Ser un po-co más abiertos, tener un poco más de respeto por las perso-nas y que una de las partes im-portantes es la educación y eso no se puede perder. Que se pongan las pilas, que son ellos los responsables del futuro de este país. CM

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A.A.G.

dulce maría loynaz, primogénita del matrimo-nio del General del Ejército Libertador Enrique Loynaz del Castillo, autor de la letra del Himno Invasor, y de Ma-ría Mercedes Muñoz Sañu-do, pianista y pintora, nació en La Habana, el 10 de di-ciembre de 1902 y murió, a la edad de 94 años, el 27 de abril de 1997. Para entonces, hacía rato que era un mito de las letras hispanoameri-canas.

Comenzó a publicar sus poemas en 1920 en el perió-dico La Nación, y sus cróni-cas en El País y Excelsior. La Revista Bimestre Cubana, So-cial, Grafos, Orígenes y otras publicaciones acogieron sus colaboraciones literarias. Su obra poética la convierte en una de las cumbres líricas de nuestra literatura. Sus poemarios Versos (1928), Jue-gos de Agua, Versos del agua y del amor (1947), Poemas sin nombre (1953), Últimos días de una casa (1955), Bestiarium (1985) y Poemas náufragos (1990), se colocan, junto a otros títulos de su autoría,

entre lo más relevante de la creación poética en el ámbi-to de la lengua. Gran noto-riedad alcanzaron asimismo su novela Jardín, y su libro de viajes Un verano en Teneri-fe. En 1927 se graduó en De-recho Civil en la Universi-dad de La Habana, profesión que ejerció hasta 1961. Des-de muy joven viajó por Eu-ropa, América y otras regio-nes del planeta. Presidió la Academia Cubana de la Len-gua y fue miembro de la Real Academia Española de la Lengua. Entre los múlti-ples reconocimientos que recibió dentro y fuera de la isla, mencionamos la Cruz Alfonso X, El Sabio (España, 1947), el Premio Nacional de Literatura (1987), la Orden Félix Varela de primer gra-do (1988), el Diploma Hono-ris Causa en Letras por la Universidad de La Habana (1991), el Premio Miguel de Cervantes y Saavedra (1992) y la Distinción Fray Luis de León (1996). En la breve muestra de textos que aquí les proponemos incluimos su ya clásico poema Amor es… junto a una selección de sus Poemas sin nombre.

Dulce María Loynaz

INCLUYE POEMAS DE...

· amor es ·

Amar la gracia delicada del cisne azul y de la rosa rosa; amar la luz del alba y de las estrellas que se abren y de las sonrisas que se alargan…Amor es ponerse de almohada amar la música del agua y la dulzura de la fruta y la dulzura de las almas dulces…, amar lo amable, no es amor:Amor es ponerse de almohada para el cansancio de cada día; es ponerse de sol vivo en el ansia de la semilla ciega que perdió el rumbo de la luz, aprisionada por su tierra, vencida por su misma tierra… Amor es desenredar marañas de caminos en la tiniebla:¡Amor es ser camino y ser escala!Amor es este amar lo que nos duele, lo que nos sangra por dentro…Es entrarse en la entraña de la noche y adivinarle la estrella en germen… ¡La esperanza de la estrella!... Amor es amar desde la raíz negra.Amor es perdonar; y lo que es más que perdonar, es comprender…Amor es apretarse a la cruz, y clavarse a la cruz, y morir y resucitar…

¡Amor es resucitar!

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· poema vii ·

Muchas cosas me dieron en el mundo: solo es mía la pura soledad.

· poema xii ·

Acaso en esta primavera no florezcan los rosales, pero florecerán en la otra primavera.

Acaso en la otra primavera todavía no florezcan los rosales… Pero florecerán en la otra primavera.

· poema xv ·

Hay en ti la fatiga de un ala mucho tiempo tensa.

· poema xix ·

En cada grano de arena hay un derrumbamiento de montaña.

· poema xxx ·

Soledad, soledad siempre soñada… Te amo tanto, que temo a veces que Dios me castigue algún día llenándome la vida de ti…

· poema lvii ·

No te nombro, pero estás en mí como la música en la garganta del ruiseñor aunque no esté cantando.

· poema lxxviii ·

Echa tu red en mi alma. Tengo también debajo de la sal y de la sombra mi temblor de escamas plateadas y fugaces.

· poema cxvii ·

Poesía y amor piden paciencia. Amor es espera y sajadura. Poesía es sajadura y espera. Y los dos, una vigilia dolorosa por unas gotas de resma…

Esa preciosa, aromática resma que solo cae muy lentamente, mientras arriba el sol o la ventisca devoran la cabeza de los pinos. CM

· de poemas sin nombre ·

LA CALLEDEL MEDIOENERO 2012

y sus compañeros de lucha, mis respe-tos y mi corazón. Creo firmemente que muchos jóvenes cubanos no dudarían en sudar la camisa junto a ellos.

MARCOS YUNIOR MARTÍNEz Palma Soriano, Santiago de Cuba

La pelota es parte de la vi-da del cubano, la llevamos en la sangre, todos sabe-

mos de pelota, discutimos sobre la pelota, y muchos son los crite-rios alrededor del tema ¿qué está

pasando que ha decaído la calidad? Aquí van los míos:

• La estructura actual de 16 equi-pos y el municipio especial Isla de la Juventud debe cambiar hacia una sola vuelta, o sea 48 juegos para cada equi-po, clasifican los mejores 8 equipos que van a una segunda etapa de 2 vuel-tas todos contra todos, o sea, 42 juegos que harían 86, entonces se pasaría a los play off finales de 1 contra 4 y 2 con-tra 3 de cada una de las 2 zonas, pa-sando a semifinales los ganadores y a la final en series de 7 juegos a ganar 4. Los 9 equipos que no clasificaron jue-gan entre ellos igual 2 vueltas, o sea, 48 juegos, todos contra todos, y al final igual se juegan los play off de los 4 pri-meros de cada zona, el 9º lugar se que-da fuera, eliminado.

• Incluiría algo novedoso en esta es-tructura. Para la próxima Serie queda-rían sembrados los que queden en los primeros 6 lugares y los que queden en 7mo.y 8vo. lugares bajan al otro grupo y subirían los que queden en 1ro. y 2do. del grupo de los 9, o sea, que serían 2 grupos por la calidad demostrada. Creo que así se elevaría la calidad y el interés de cada provincia por que sus equipos se mantengan en el 1er. grupo, y juga-rían 3 vueltas o 63 juegos.

• Los juegos de día provocan que el atleta no tenga tiempo casi para practi-car. Recuerdo a Lázaro de la Torre que todos los días corría cantidad de kiló-metros. Los lanzadores que corren va-rios kilómetros todos los días no pier-den el control.

• La pelota debe venderse en estable-cimientos a precio de costo, que se con-feccione por nuestra industria deporti-va para que esté al alcance de todos aquellos que quieran jugar. Si faltan pe-lotas o no se pueden comprar por ser muy caras, por eso en algunos estadios no se devuelven, porque la quieren para jugar en el barrio.

• No entiendo por qué en Cuba –donde la pelota es el deporte nacional– es un secreto todo lo relacionado con el béisbol de otras ligas o países; mientras se sabe todo lo que pasa con el fútbol a nivel mundial, y al final, en eventos in-ternacionales, tenemos que jugar con peloteros de esas ligas. Si se vieran jue-gos de otras ligas de pelota, nuestros pe-loteros podrían aprender de sus juga-das, de sus formas de lanzar, etc. Eddy Martin era un gran conocedor de los ju-gadores de grandes ligas y nunca dejó de defender los colores patrios.

Yasmani (6 años): Mi familia me abraza siempre, sobre todo mi abuelita.

Maylen (14 años): Realmente yo quisie-ra que me abrazaran, pero en mi ca-sa nadie se abraza, aunque mi novio sí me abraza.Interesantes las opiniones de los más

pequeños, sus vivencias hablan por sí solas, ¿verdad? Recuerda que:

Un abrazo hace que uno se sienta bien.

Los abrazos son absolutamente ne-cesarios y recomendables para el bienestar físico y emocional, según los investigadores.

Un abrazo ahuyenta la soledad, aquieta los nervios, fortalece la autoesti-ma, demora el envejecimiento, ayuda a dominar el apetito, alivia las tensiones, combate el insomnio, es democrático, hace más felices los días, más soporta-bles los días insoportables y llena los va-cíos de la vida.

Para darse un abrazo no se necesita un lugar especial. A cualquier hora, en la mañana, la tarde, la noche, acompa-ñado siempre de una sonrisa.

Y esta es una dieta que no falla: Cuatro abrazos para sobrevivir, ocho

para mantenerse en pie, doce para cre-cer. Pero los más bonitos son los espon-táneos, los que damos o nos dan a la ho-ra más inesperada. Desarrolle en su fa-milia el gusto por el abrazo, cuando sienta la necesidad de abrazar a su hijo(a), hágalo, es maravilloso lo que un abrazo puede hacer.

HAYDéE RODRÍGUEz Taguasco, Sancti Spíritus

Quedé estupefacto, extasiado, anonadado, con la entrevista realizada a la líder juvenil chi-

lena Camila Vallejo; desde que la vi por primera vez encabezando la llamada «Rebelión de los Pingüinos» hace ya seis años, vi en ella la raíz, el despunte de una genuina líder. La derecha fascista quiso (o quiere todavía) convertirla en un sex symbol, pero caló profundamente en mí las palabras que en la entrevista de Enrique Ubieta ella dijera: «(…) no de-cidí cuál iba a ser mi apariencia física. Lo que sí decidí es cuál es mi proyecto político y mi trabajo con la gente (…)». ¡Qué entereza! ¡Qué dignidad! Su sober-bia hermosura no compite con la altura de su sencillez revolucionaria. Camila, al igual que este soñador que les escri-be, nació en el ocaso de un sueño, sin-tiendo desplomarse los muros de Ber-lín, pero de ese ocaso y del llamado «fin de la historia», amanecen nuevas gene-raciones briosas, que cierran los ojos ante la mediatización de sus sueños y se lanzan contra chorros de agua, ga-ses lacrimógenos y uniformados gori-las, manchados aún con la sangre de la Operación Cóndor. Esos jóvenes no son celebrities, ni tampoco VIP (Very Impor-tant Persons), pero no alcanzarían las pá-ginas de las revistas del star system para hablar de su millonaria dignidad, de sus millonarios ideales de justicia. A partir de este instante, un recorte con foto de Camila cuelga de la cabecera de mi ca-ma, no como top model de mirada fría y plástica, sino como modelo de revolu-cionaria y amazona guerrera. Para ella

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Los Lectores opinanescríbanos a: Calle 21 no. 406, Vedado, La Habana, Cuba. cp 10400.

email: [email protected]

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Para el periodista Santiago Al-ba Rico: Soy una fiel lectora de este mensuario de opinión y de-

bate y cómo disfruto todo lo que ustedes publican. Tengo en mi poder unas re-flexiones que hasta ahora he comparti-do en grupos con bibliotecarios, con maestros, y hoy que estoy retirada pues lo hago en el «Club de jubilados Nueva Vida», en el cual surtió un gran efecto y todavía me están solicitando que se los lea de nuevo. Con esto quiero decir que por el contenido que tiene puede, pien-so, escribirse en LA CALLE DEL MEDIO. Gra-cias por publicar cosas que gustan tanto a los lectores del país y que debemos, ca-da día que pase, formar hábitos de lec-tura en nuestros niños, jóvenes y hasta a veces en los mayores. Las reflexiones son las siguientes:

el poder de un abrazoEn nuestra vida cotidiana, como parte de una familia, realizamos acciones que a veces, a propósito de acercarnos o ale-jarnos, nos producen agrado y desagra-do, en dependencia del significado que adquieren para cada persona. Una de esas acciones que aprendemos desde los primeros años de vida y vale destacar, es la de abrazar, a la que nos acostumbra-ron nuestros padres y familiares casi sin proponérselo. El abrazo posee un carác-ter afectivo peculiar, casi siempre ligado a las emociones, los sentimientos, actitu-des y hechos que provocan sensaciones placenteras, por lo que adquiere una fuerza considerable en las relaciones humanas. Entonces, ¿por qué suele olvi-darse? ¿Por qué negarlo? ¿Quién nos lo impide? Estas y otras interrogantes son temas de conversación de algunos ni-ños/as, adolescentes con los que tene-mos el placer de desarrollar sesiones educativas en diferentes contextos. Son estas razones suficientes para llamar la atención sobre este asunto. La familia convive en comunicación, y en ese am-biente natural y familiar por excelencia, aprenden las primeras maneras de an-dar por la vida, que es decir: normas, conductas, en fin, toda una gama de actuaciones en las que las relaciones con el orden afectivo son esenciales para el fortalecimiento de los vínculos de unidad, para conocer al otro que con uno convive. A veces nos parece que en algunas familias se firma un pacto de no acercarse. Para algunos padres el ejercicio de autoridad supo-ne distancia desde lo afectivo, al ex-tremo de que en las regulaciones que se establecen como castigo, el abrazo, como muestra de ello, está ausente. Lo cierto es que para los niños y los ado-lescentes estos suelen ser los más crue-les castigos. Expresiones como las si-guientes nos lo revelan: Roxana (12 años): mi papá ya nunca me

abraza, dice que ya estoy muy gran-decita, que no soy una bebita para tanto abrazo. Yo no sabía que si una crecía la dejaban de abrazar, eso no me gusta, a veces quisiera volver a ser pequeña.

Elena (9 años): Para mí los abrazos son como dulces ricos, pero me los dan pocas veces, no sé por qué…, quisie-ra que fueran más seguidos.

• El director del equipo Cuba no de-be quitarse todos los años como se está haciendo, lo dejaría gane o pierda por un ciclo de 4 o 5 años y le daría la facul-tad de dirigir a su manera. En esta épo-ca de celulares estoy seguro de que reci-be más consejos que un niño que em-pieza la escuela. Que ese director tenga la facultad de llevar en el equipo Cuba a peloteros que él estime que deban estar.

• Los peloteros cubanos no saben to-car la bola porque en el entrenamiento se la tiran flojita, mientras en el juego es de más de 90 millas a veces.

• Los peloteros cubanos no le batean a un lanzador de cambios o de baja velo-cidad porque la inmensa mayoría de nuestros lanzadores son de mucha velo-cidad y no están acostumbrados por fal-ta de tope internacional.

• Es una asignatura pendiente en la pelota cubana tirarle al primer lanza-miento cuando se empieza a batear, así también en 3 bolas sin strikes y a veces hasta en 3 bolas y un strike no se le tira a la pelota.

• Otro error es llevar en los equipos Cuba a todos los bateadores 3ro., 4to. y 5to. bates de los equipos del patio, y a la hora de batear, todos quieren dar jon-rón; muchos no saben batear por de-trás del corredor o para la banda con-traria. Hay que llevar peloteros de cali-dad demostrada, pero que sepan ba-tear en el turno que le toca como en sus equipos de provincia, un 1er. bate no se puede improvisar, y así sucesivamente un 2do., etc.

• Como en una ocasión se hizo con pulóveres de algunos equipos, seguir fa-bricando camisas o uniformes distinti-vos de nuestros equipos finalistas de nuestras series nacionales.

• Cuba va a los Clásicos, ¿por qué no a la Serie del Caribe, y tener más enfren-tamiento con la Liga Japonesa, la Vene-zolana o con equipos de las Grandes Li-gas de EE.UU. como ya se hizo en una ocasión?

• La pelota cubana ganaría en cali-dad si se juega como antes en los centros de trabajo, en las escuelas de todo tipo, la 3ra. categoría, la 2da., que eran tor-neos municipales de donde salían los mejores para la 1ra. categoría, torneos municipales o para la provincial; que sean torneos de más juegos, no tan redu-cidos como los actuales.

• Para darles más dinamismo a los juegos y que no se extiendan tanto, la regla de los 12 segundos entre un lan-zamiento y otro debe aplicarse con ri-gor por todos los árbitros, quienes no la aplican, como vemos en los juegos por televisión. Incluso soy del criterio de aplicarla también con hombres en bases, no hay derecho a que un lanza-dor se demore lo que él quiera, está echando por tierra los fundamentos del béisbol. Si todos los árbitros canta-ran bola cada vez que se demoran, to-dos los juegos serían más dinámicos y rápidos.

• De los 8 juegos diarios, 4 los pongo por la noche y así rotaría a todos los equipos para que jueguen mitad por el día y mitad por la noche, para que ten-gan más tiempo para practicar.

CARLOS LóPEz GONzÁLEz

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DESAYUNO FORTIFICANTE

PEñA DE FRANk DELGADO, todos los viernes, 10:30 p.m., El Sauce (Ave. 9na y 120, Playa)

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LA CALLEDEL MEDIOENERO 2012

45ENERO

2012

NÚMERO directorenrique ubieta gómez

diseño10kzardoyas

correcciónana r. gort wong

fotografíasalejandro montesinosyosbel bullaín10karchivo

rnps: 0583

colaboradoresa.a.g.santiago alba ricopaquita armas fonsecayuliat danay acostaalejandro montesinos larrosaailer pérez

h. romo siglercarmen souto anidosheyla valladaresmadelaine vázquez vázquezdaylén vegajorge wejebe cobo

direccióncalle 21 no. 406, vedado, la habana, cuba. cp 10400.

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impresiónimprenta federico engels

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CD POLVO DE LA HUMEDADintérprete: DANAY SUÁREzProducción independiente, 2011

propUestasMUsicaLes

A cargo de AILER PéREz, y CARMEN SOUTO

LATIN MCCOYautor: ALFRED THOMPSON intérprete: HAbANA SAxCD Sax y PimientaEGREM, 2011

LA COMEDIA SILENTEautor: CARLOS VARELAintérprete: CARLOS VARELACD No es el finbis Music, 2010

LA SONRISA DE LA LUNAautor: ILzA ROSARIOintérprete: ILzACD Extra SmallUniversal, 2010

LA MAQUINARIAautor: JUAN FORMELLintérprete: JUAN FORMELL Y LOS VAN VANCD La MaquinariaEGREM, 2012

EL VACÍO DE TU AUSENCIAautor: EDUARDO MARTÍNintérprete: ALTER EGOCD buscando rutasColección A guitarra LimpiaCentro Pablo de la Torriente brau, 2012

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Malaintérprete: HAILADir.: MANUEL ORTEGA

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COMER EN CASA MADELAINE VÁzQUEz GÁLVEz y ALEJANDRO MONTESINOS LARROSA

el cacao procede de las regiones tro-picales de México y Centroamérica, y en el siglo xvi se introdujo en África, que es donde más se cultiva en la ac-tualidad. Antes de la llegada de los co-lonizadores constituía un cultivo de gran trascendencia: los aztecas creían que el dios Quetzalcóatl había enseña-do el cultivo de esta especie a sus ante-pasados y, muchas veces, las semillas de cacao se utilizaban como moneda en las transacciones comerciales.

El árbol del cacao (Theobroma cacao) es una planta perenne que rinde varias cosechas al año y produce unos frutos elípticos que contienen semillas en su interior. Solo una treintena de las aproximadamente 6 000 flores que se abren durante el año, llega a formar se-millas. Antes de su consumo, las semi-llas son fermentadas y secadas. Poste-riormente se tuestan, se pelan y se les separa el germen para después molerlo. Se obtiene la pasta de cacao, de sabor amargo, que se prensa para extraerle la manteca o grasa de cacao, utilizada bá-sicamente en la industria de cosméticos. El producto obtenido se tritura hasta convertirlo en un extracto seco que constituye la materia prima a partir de la cual se fabrica el chocolate.

Los aztecas fueron los primeros con-sumidores de cacao; preparaban los granos de cacao molido en agua hir-viendo y lo mezclaban con harina de maíz, diversas especias o miel de abejas. Los españoles, en la época de la con-quista de México, incorporaron azúcar de caña al cacao con el objetivo de elimi-nar su sabor amargo, e introdujeron el chocolate en España. Casi un siglo des-pués se conoció en el resto de Europa.

Desde la época de los mayas, al lla-mado xocolatl se le reconocían notables propiedades nutricionales y medicina-les, además de ser considerado un po-tente afrodisíaco y fuente de bienestar a nivel mental. Su punto de fusión es de 36 ºC, algo menor que la temperatura corporal, por lo que se derrite en la zo-na bucal, y provoca una inapreciable complacencia en las papilas gustativas. Se dice que posee una mezcla de más de 550 sabores, algo realmente milagroso desde el punto de vista sensorial.

La semilla del cacao contiene 24% de manteca de cacao y 45% de hidratos de carbono. Además, es portadora de una sustancia denominada teobromi-na, un alcaloide que estimula y tonifica el sistema nervioso, activa la diuresis y estimula la circulación sanguínea. Ade-más de ello, aporta provitamina A, vi-taminas del complejo B y E, así como minerales (calcio, fósforo, hierro, mag-nesio, potasio y cobre). Se considera un alimento altamente energético.

En Cuba, antes del incremento del consumo de café, ocurrido en el trans-curso del siglo xix, prevalecía el uso del cacao como alimento omnipresente en la casa criolla. Se localiza puntualmen-te en Baracoa, donde en la actualidad

se conservan muchas tradiciones en relación con este cultivo.

Según referencias de la Dra. Niurka Núñez González, los campesinos bara-coenses proceden con el cacao de for-ma similar al tratamiento dado por los aztecas en la época precolombina. Cuando el cacao ya está seco, se tuesta y se separa de la cascarilla; una vez aventado, se pila o muele y se obtiene una masa a la que se le agregan espe-cias dulces, como la nuez moscada, anís, clavo de Castilla y vainilla. De ahí se forman las bolas, que se preparan con cacao puro o con la adición de ha-rina de trigo por fuera para redondear-las, o incorporada a la masa para darle mayor consistencia. Algunos, para dis-minuir la cantidad de grasa, hierven la bola ligeramente. Para preparar el ca-cao en polvo se rallan las bolas, a las que se les adiciona mayor cantidad de harina de trigo.

Para preparar el chorote, se mezcla el polvo de cacao con leche o agua a tempe-ratura ambiente (nunca caliente, para

evitar la formación de grumos), y se pone a baja intensidad de calor, para que espe-se. Aquí se denomina chorote al chocola-te casero, bien espeso, «a la española», que adquiere la densidad debida gracias al uso de la maicena, la harina de trigo o la bananina (harina de plátano); también se espesa con la harina de sagú.

El chocolate, junto con el café, es la bebida que se consume profusamente en los funerales. Y también en desayu-nos, tertulias, convites…

Las recetas a base de chocolate siem-pre incitan al consumo, y confirman lo que expresó Samuel Hazard en su obra Cuba a pluma y lápiz: «…la bebida ‘par ex-cellence’ que se puede tomar en La Ha-bana es una copa de chocolate, en cuya confección gozan fama todos los países hispanos. Se os sirve en delicadas pe-queñas copas (jícaras), está ricamente hecho, teniendo la consistencia del ato-le espeso, y es la cosa más excelente que se puede tomar temprano por la maña-na, antes de una larga jornada, por ser altamente nutritivo». CM

· i n g r e d i e n t e s ·p a r a d o s r a c i o n e s

leche (hervida) cocoa

azúcar refinoagua (caliente)

sal

2 tazas2 cucharadas6 cucharadas1/3 taza1/4 cucharadita

LA MAGIA ALIMENTARIA DEL CACAO

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CHOCOLATE CALIENTE

· e l a b o r a c i ó n ·Calentar la leche ¶ Aparte, mezclar la co-coa con el azúcar y ponerlas a cocinar du-rante dos minutos, revolviendo con paleta de madera ¶ Añadir el agua caliente y la sal, y cocinar durante diez minutos más, hasta que el sirope adquiera punto ¶ Mez-clar el sirope con la leche y servir bien ca-liente. nota: Con estos ingredientes se obtiene media ta-

za de sirope.

· i n g r e d i e n t e s ·p a r a u n a r a c i ó n

maní molidoleche en polvo

chocolate en polvo

agua hirvientemiel de abejas

2 cucharadas2 cucharadas

1 cucharada3/4 taza1 cucharadita

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· e l a b o r a c i ó n ·Colocar en un vaso todos los ingredientes sólidos ¶ Completar con agua hirviente y revolver ¶ Endulzar con miel de abejas.nota: En lugar de leche en polvo, se puede utilizar

cereal lacteado de soya (lactosoy o cerelac).

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