entre el realismo y el vanguardismo en las residencias
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8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias
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Entre el realismo y el vanguardismo en las: Residencias
Author(s): Greg DawesSource: Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Año 37, No. 74 (2011), pp. 287-304Published by: Centro de Estudios Literarios "Antonio Cornejo Polar"- CELACPStable URL: http://www.jstor.org/stable/41940848Accessed: 11-12-2015 14:08 UTC
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8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias
2/19
Revistade CríticaLiteraria Latinoamericana
Año
XXXVII,
N°
74.
Lima-Boston,
do
emestre
e
2011,
p.
287-304
Entre
el realismo
y
el
vanguardismo
en
las
Residencias1
Greg Dawes
NorthCarolina
tate
University
Resumen
Este
ensayo
ostiene
ue
el
vanguardismo
el realismo onviven
n
la obra
nerudiana
asta as Residencias
en
cuyo
momento
e
presenta
a influenciaan-
guardista
n
su
auge.
se
proyecto
stéticoe vincula
on el
anarquismo,
a
que
el
vanguardismo
s la
expresión
rtísticael
pensamiento
crata. iendo
e ten-
dencia
narquista
esde
u
juventud,
eruda
asa por
una
etapavanguardista
-con
rasgos
ealistas-,
ero
va más llá
partir
e as Residendas.
Palabraslave:eruda, esidenzan a tierra,realismo,narquismo,anguardia.
Abstract
This
ssay
rgues
hat
vantgardism
ndrealismoexist
n
Neruda
work
p
to
Residendan
a tierra,the
point
n which he
vant-gardist
nfluence
eaches
ts
apogee.
hat esthetic
roject
nites ith
narchism,
ince
anguardism
s the
artistic
xpression
f anarchist
hought.
aving
been nclined
oward
nar-
chism
incehis
youth,
eruda
went
hrough
n
avant-gardisthase
with
ea-
list
eaturesbut
uperseded
t
beginning
ith esidence
n arth.
Keywords:
eruda,
esidence
n arth
realism,
narchism,
vant-garde.
En
torno
a Residencia
n a tierra
iempre
se han sucitado
comen-
tarios
contradictorios
ntre os críticos
como
Amado
Alonso,
Emir
Rodríguez
Monegal,
Enrico
Mario Santi
y Jaime
Alazraki-
quienes
han advertido
en él
una tendencia
rupturista
vanguardista or
ex-
1
Dejo
constancia
e
mi
gradecimiento
la Cátedra
eruda,
ue
me nvitó
a dar onferencias
obre
stas deas
n a Universidad
e Chile
el
14 de
octubre
del2009)yen a Fundación ablo Neruda nValparaísoel17 de octubre el
2009).
Le
agradezco,
n
particular,
Manuel
ofré
e
la Fundación
ablo
Ne-
ruda
y
a Universidad
e Chile.
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288
Greg
Dawes
celencia,
y
los
que
-como
Jaime
Concha,
Alain Sicard
y
HernánLo-
yola-
sostienen
que
la
columna vertebral e esta obra es fundamen-
talmenterealista.
Si es
verdad
que
la
angustia
dolorosamente
plas-
mada en este
poemario
de
Neruda
parecería
deberse al exceso de
realidad ,
al
decir de
Sicard,
o a lo real
inmediato ,
como lo
pone
Loyola,
no se
puede negar tampoco
la
presencia
de elementos
que
no
parecerían
encajar
en este retratomimètico.
En
un artículo re-
ciente,
Concha señala
el
intenso
mimetismo ,
pero
también la
in-
novación
y
el
experimento que
recorren Residenza n
la
tierra.
manera de ver del crítico
hileno,
este afán
por experimentar
abría
fraguado
ya
en una estructura
nterna,
ntensamentebuscada en
los
Tres Cantos
materiales ,
ugiriendo
así una suerte de resolu-
ción
momentánea a lo
que
no dudaríamos en llamar una crisisvan-
guardista
Concha,
En
torno
62-66).
Así
también,
y
desde el otro
punto
de
vista,
Saúl Yurkievich advierte a
presencia
indirectadel
surrealismo
y
alega que
la naturaleza humana
ya
no
puede
ser
aprehendida
a
través de
descripciones
realistas en este
poemario
clásico,pero no puede pasar por alto la franquezafísicay sobre to-
do sexual
que
se manifiesta n sus
páginas
(Yurkievich).
Efectiva-
mente,
pese
a la
asombrosa
capacidad
nerudiana de dar testimonio
de su
propia
alienación,
sigue
habiendo
características
anguardistas
en este libro. Estos
son,
a
mi
ver,
os
vestigios
de la
alienación
que
Neruda
logra
destacar,
tales como la ambición
profética,
a exalta-
ción de
juventud,
u
autopercepción
como héroe o
víctima
o
hé-
roe
degradado ),
la
dicotomía entre u labor burocrática
y
su anhelo
de
liberarsede ese
yugo,
sus denuncias del
Estado
y
su
predilección
por la espontaneidad.Son hartas característicasue se asocian con
el
vanguardismo
n la
estética
y
el
anarquismo
en la
política.
Si
me convence la críticade los
que
sostienen
que
R
esidenda n
a
tierra
s,
en el
fondo,
una sofisticadaobra
realista,
hay
que
explicar
aún la
función de los elementos
vanguardistas
n el
poemario.
El
objetivo
sería examinar
el
conjunto
de
rasgos
miméticos
y
vanguar-
distas
y
mostrar ómo coexisten de
manera
antagónica
en el texto.
Según
creo,
esto incluiría l
análisis
de
los
planteamientos
políticos
de la
vanguardia
que
-a más tardar-
para
los años
30
se
estetiņan,
,
dicho de otro modo, se vuelvenpartede unapolítica ulturale rai-
gambre
anarquista.
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Entre el
realismo
y el
vanguardismo n las Residencias 289
El
anarquismo,
como han
apuntado
los estudios de Renato
Pog-
gioli
y
Donald G.
Egbert, uega
un
papel
decisivo en
la fundación
y
el desarrollo de
la
vanguardia,
nfluyendo
de manera determinante
en la
experimentación
formal
y
los
temas abordados de sus inte-
grantes.
Se idea así una estética
anarquista que
resulta
ser,
a la
postre,
el
arte
vanguardista2.
En
su estudio sobre
el modernismo
anglosajón,
David
Weir
sos-
tiene
que
el
anarquismo prevalece
en el ámbito
cultural
después
de
haber
fracasado como
proyecto político (Weir 5). Después
de su
decadencia,
que
Weir
estima
que
es de 1909 a 1914
en el mundo an-
glosajón,
el
anarquismo
sobrevive
en el
plano
cultural
porque
el es-
critor
uede
dar rienda suelta a su libertad stética
y
servir,
ndirecta
o
directamente,
omo
figuraprofética
en el movimiento.
Una vez
que
la influencia
del
vanguardismo
empieza
a
disminuir,
l
proyecto
político
del
anarquismo
se transforma
n
y
se
integra
la culturadel
modernismo
anglosajón.
Este,
dice
Weir,
retoma el
proceso
de este-
tización de la
vanguardia
l
abandonar
sus
principios
políticos
(Weir
158-160). En ese momentopodríamos decirque el modernismoan-
glosajón empieza
a sintetizarse on
la
ideología
dominante
que
se
va
consolidando en los años
30: el liberalismo.
En
cambio,
en el con-
texto atinoamericano
a duración
de la
vanguardia
y
su radicalismo
político
se extienden
hasta la
guerra
civil
española,
momento en
el
cual da
paso
a una
plétora
de obras
dedicadas a denunciar
el fascis-
mo
incipiente
n la
península.
En
el caso chileno
propiamente
tal,
dice el
historiador
Ángel
Cappellettique
después
de
la decadencia de
dicho movimiento
polí-
ticoque sirvió de vanguardiade los sindicatosde más peso en Chile
a fines del
siglo
XIX
y
comienzos del
XX,
quedaron
aún
en el
país
los efectos
deológicos
del
pensamiento
ibertario.Como
muy
bien
se
sabe,
a
comienzos
de
siglo,
os
anarquistas
protagonizaron
varios
levantamientos
de masas
y
de obreros
que
tuvieron
ugar
en
esa
época;
entre
ellos,
la Semana
Santa de
Santiago
de
1905,
en la
que
murieron lrededor
de doscientos
obreros,
a
huelga
general
de
An-
tofagasta
n 1906
y
la
huelga
de salitreros
n
Iquique
en
1907
(Cap-
pelletti
LXXX).
Entre
1919
y
1926 estallaron
más de
2,000
huelgas
en prácticamente odas las industriasprimariasen el territorio a-
2
Ver l excelente
ibro e
André
eszler,
a estética
narquista.
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290
Greg
Dawes
cional
(Ramírez
Necochea
87-93).
Esta
agitación
social
y
laboral tu-
vo, naturalmente,
n
impacto
decisivo en la conciencia de
todas las
capas
sociales,
y
fue
algo
determinante
ara
los intelectuales e
clase
media
por
ser sectores
mediadores
y,
por
tanto,
nestables.Llamó la
atención de los
escritores
y
artistasno sólo
por
su
despliegue
social,
sino también
por
sus
publicaciones.
Desde comienzos del
siglo
XX
hasta 1922 en
Chile,
los
anarquistas
publicaron
diarios,
panfletos
y
libros
que
alentaron a intelectualesde clase
media
e
intelectuales
orgánicos
a
tomar conciencia
política
en ciudades
como Antofa-
gasta,
La
Calera,
Iquique,
Tarapacá
y
Punta Arenas
(Cappelletti
LXXXV-LXXXVI).
A
Neruda,
al
igual que
a muchos
de sus
contemporáneos,
e
in-
teresaron as ideas libertarias
anto
en el
sur
(Temuco)
como
en
la
capital,
como lo constata en una
entrevista on Rita Guibert
en
1971:
Yo
vengo
e una
generación
n
que
todos ramos
narquistas.raduje
os
libros
narquistas
uando
enía 6 años.Del francés
raduje Kropotkin,JeanGravesya otros scritoresnarquistas.eía solamente losgrandes
escritores,
los
grandes
scritoresusos e
tipo nárquico,
omo
Andreiev
y
otros.
n
aqueltiempo,
osotros,
óvenes
narquizantes,
omenzamos
descubrir
or
nuestra
ropia
uenta
ue
era
ndispensable
na
unión on el
movimientoel
pueblo, ue
en ese momento
ambiénra de tendencia-
narquista.
ra
a
época
de a
IWW
Industrial
orkersf the
World),
casi
todos os
sindicatos
ertenecían
esa
tendencia,
ue representaba
reo
Harry
ridges,
no
de
los
últimosn EstadosUnidos.
ste
grupo
e anar-
quistas, ue
tuvo
mártiresomo Sacco
y
Vanzetti n Estados
Unidos,
tambiénn
América atina uvo
norme
mportancia.
ero,
qué
pasó
con
la juventude la épocaqueparticipabaundel terrorismoque predicaba,
como
yo
mismoo
hacía,
l
sabotaje,
l boicot las
elecciones,
a
oposición
a los
movimientos
rganizados?Qué
pasó?
Unos
comprendimosue
nuestro amino
staba n la
organización,
staba l
lado del movimiento
obrero,
otros
asaron
irectamente
serviros interesese la
gran
ur-
guesía,
el
capitalismo
del
mperialismo
Guibert).
Esta cita
aclara los
vínculos estrechos
que
tenía Neruda con el
anarquismo político
y
artístico.
De artículos
periodísticos
que
escri-
bió
para
Claridad
órgano
y
diario ácrata
de la
Federación de Estu-
diantes en Temuco y Santiago,y para Juventuden Santiago) y co-
mentariosen entrevistas
omo ésta así
como en sus
memorias,
sa-
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Entre el
realismo y el
vanguardismo
n
las Residencias 293
Galope
muerto
Durante la
primera
fase en
Chile,
de 1925 a
1927,
Neruda
joven,
como señala
Jaime
Concha,
está
totalmente esorientado en la tie-
rra
y
en su
tierra,
iene
unos cuantos
amigos
y
amigas que
lo
apoyan
y
le
ayudan,
rompe
con
su
padre
debido a sus fallidos estudios uni-
versitarios,
a
pobreza
lo cerca
y
lo esclaviza
constantemente
y,
agregaríamos,
e halla en la
capital
ndustrializada
ejos ya
del
fron-
doso Sur
(Concha,
En
torno
49). Huye
al Sur
para escaparse
de
esa
encrucijada.
Y
es ahí
que
compone
sus versos de
corte
postmo-
dernista
y
vanguardista
ue
se hallan en el
primer
ibro
de las Resi-
dencias. racias a la valiosísima
nvestigación
de Hernán
Loyola
sa-
bemos
que
Neruda escribió
a
mitad de los
poemas
en este libro du-
ranteesta
primera
fase.
Tomemos
como
poema ejemplar
el
muy
comentado
y
conocido
Galope
muerto ,escrito,
egún
Hernán
Loyola,
en 1926 en Termi-
co,
Puerto
Saavedra,
Ancud
o
posiblementeSantiago.
Como
cenizas,
omo
mares
oblándose,
en a
sumergida
entitud,
n o
informe,
o
como e
oyen
esde l altode os caminos
cruzaras
campanadas
n
cruz,
teniendose sonido
a
parte
el
metal,
confuso,
esando,
aciéndose
olvo
en
el mismomolino e as formas emasiado
ejos,
o
recordadas no
vistas,
y
el
perfume
e as ciruelas
ue
rodando tierra
se
pudren
n en el
tiempo,
nfinitamenteerdes.
Aquello
odo an
ápido,
an
iviente,
inmóvilin
mbargo,
omo a
polea
oca en sí
misma,
esasruedas e os
motores,
n fin.
Existiendoomo as
puntadas
ecas n as costuras
el
rbol,
callado,
or
lrededor,
e
tal
modo,
mezclandoodos os imbos uscolas.
Es
que
de
dónde,
or
dónde,
n
qué
orilla?
El
rodeo
onstante,ncierto,
an
mudo,
como as ilas lrededorelconvento
o la
legada
e a muerte la
engua
el
buey
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294 Greg
Dawes
quecae a tumbos,uardabajo,cuyos uernosuierenonar3.
El
mismo títulodel
poema
-esa antítesis
ue
no
apunta
todavía
hacia una
superación-
anuncia
desde
ya
el tema
que quisiera
abordar
el
poeta.
¿Cómo
puedo , pareciera preguntarse
Neruda,
entender
y
captar
el movimiento del
tiempo
-ese
galope
de las horas- en
las cosas
y
en la naturaleza? . Las dos
primeras
estrofas
son una
presentación
de
ese
tema.
En
ellas el
poeta
tratade
objetivar
a fun-
ción
del
tiempo
en la naturaleza.La
faltade verbos activos
y
la
pre-sencia de
gerundios
recalca la
apariencia engañosa
de la naturaleza
inmóvil.
El
punto
de vista de tercera
persona
omniscientehace
que
el
sujeto
poético quede
al
margen
de
momento,
al
igual
que
el
lec-
tor,
y
que perciba
la
desintegración
mplacable
de la vida en el mun-
do naturaldescritacon
un
lenguaje
denso.
De ahí la
cadena de imá-
genes que
apuntan
hacia la extinción
paulatina:
as
cenizas,
el
sonido
de las
campanadas,
el
polvo,
y
el
perfume
de las
ciruelas
que
se
pu-
dren. Sin
embargo,
este
proceso que pareciera representar
na
su-
mergida entitud , s,
a su
vez,
tan
rápido,
tan
viviente
9).
Y esa
antítesishace
que
el hablante
-apenas
perceptible-
se
percate
del
dèsorden vasto
y
que
advierta a confusión
y
la incertidumbre.
Inmerso en
este
ambiente,
el hablante
-y
lector
también- se siente
confuso
e incierto ante este
ciclo de
la
naturaleza. Si el
fin
es
objetivar
este
ciclo,
como decía
anteriormente,
l
poeta
lo
hace
por
medio
de
un
estilo
vanguardista
l tratar
e
captar
el desorden vas-
to en el
lenguaje.
Es
decir,
al
ensayar
el retrato
oético
de
la
natu-
raleza la
representa
al
y
como le
parece
al
vate
que
se manifiesta.
lo
logra
con
imágenes
insólitas
y sorpresivas,mágenes
ndiosincrá-
ticas
que
son difícilesde
descifrar,
yuxtaposiciones.
El
poema
en
sí,
entonces,
es
una contradicción
ructífera: eruda busca
grabar
n
su
lenguaje vanguardista
na escena
naturalde una manera
realista.
Aparte
de este afán de
aproximarse
la
escena con la
mediación
imperfecta
el
lenguaje,
retoma
muchas
imágenes
del
campo.
Y
así
destaca varios
fragmentos
ealistas de
la naturaleza
( las
campana-
das ,
el mismo
molino ,
las
ciruelas ,
el
árbol ,
las lilas
y
el
3PabloNeruda, esidencian atierra,cuarta dición
Buenos
Aires: ditorial
Losada,
971
1935]),
-10.
as referenciaseste
ibro continuación
ienen e
esta
dición.
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10/19
Entre
el
realismo
y el
vanguardismo n las
Residencias 295
buey , 9).
Este
sería,
entonces,
el lado
postmoderno
del retrato
poético.
En la
tercera
estrofa,
presenciamos
la intervención el hablante
que
encarna
la tensión entre a tendencia realista
y
la
vanguardista.
Por
un
lado,
el
sujeto
poético quiere percibir
y
abarcar este
drama de la
naturaleza;
por
otro
lado,
resulta
er un anhelo no reali-
zado a estas alturas.De ahí el neorromanticismo
e este don
profé-
tico
que,
como se
sabe,
forma
parte ntegra
del
vanguardismo:
ay,
lo que mi corazón pálido no puede abarcar .Y, no obstante, uego
se
sobrepone
a esa incertidumbre reafirma
u
voluntad
profética
(y
vanguardista): para
mí
que
entro
cantando,
/
como
con una es-
pada
entre ndefensos
(10).
Pero la resolución
que
se
espera
en las
dos estrofasno se ofrece. Se
trata,
más
bien,
de una
descripción
de
la
presencia
del
tiempo
(de
las
pesadas
gotas )
en los
grandes
za-
pallos
(10).
En
ese
sentido,
es como si volviera
al
punto
de
partida
en
Galope
muerto .
El
poema
se
queda
en
el nivel de
la antítesis
entre
a
vida
y
la muerte
Galope
muerto )
en cuanto
a
presenta-
ción del contenido. Lo que es más, quedan en un limbo antagónico
también as
influencias
anguardistas
y
realistas.
Siendo
así,
la crisis
a la
que
me
referíamás
arriba,
igue vigente.
Sonata
y
destrucciones
El
segundo
trecho de esta crisis
se da en el
Oriente,
de 1927
a
1932. Como se
puede
apreciar
en su
correspondencia
con Héctor
Eandi
y
en los
poemas
de estos
años,
la crisisse acrecienta.
Los fac-
tores que la agudizan son ya muy conocidos: no habla las lenguas
locales;
lee
pero
no habla
muy
bien el idioma
del
imperio
británico;
detesta
el tedio
y
la
gala
artifical e
su
trabajo
de
cónsul;
sufre
por
el
sueldo miserable
que
le
pagan;
y
se encuentra
ejos
de su
patria,
u
familia
y
sus
amigos.
Estas condiciones crean
una tensión
dialéctica
entre el mundo
que
rodea al
poeta
y
su
maravillosa
capacidad
de
describirlo,
su
propio
anhelo
de buscar
una salida de su
alienación.
Quiero
decir
que
las condiciones
sociales en el
Oriente
que
Neruda
detalla con
rigor
realista
configuran
ambién el entorno
que
lo van
hundiendo en su propia enajenación.Trata de sobreponersea esta
crisis al dar testimonio
de
ella,
pero
también
al buscar
soluciones
espurias,
vale
decir,
vanguardistas.
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8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias
11/19
296 Greg Dawes
Esto se hace
patente
nclusive en sus crónicas
y
cartas
desespe-
radas del
Oriente,
en
que
se destacan ambas tendencias: a mimètica
y
la
libertaria.
n
Madrás,
contemplaciones
del
acuario ,
por
ejem-
plo,
ofrece
estas
agudas
observaciones:
La
primera
iseria
ndígena
e hace
presente
l
viajero,
os
primeros
en-
digos
de la India vanzan on
pasos
majestuosos
mirada
e
reyes,
ero
sus dedos
garran
omotenazas a
pequeña
moneda,
l annade
níquel;
os
coolies ufren
or
as
calles,
rrastrando
esadas
arretas e materiales:e
reconoce l hombreeemplazandoos duros estinos e abestia,elcabal-
lo,
del
buey
44).
En
cambio,
en su carta del 6 de
agosto
de 1928 a
José
Santos Gon-
zález
Vera,
después
de confesarle su
angustia
y
sufrimiento conó-
mico
y
personal, agrega
lo
siguiente:
Ya le he
contado,
grandes
inactividades,
ero
exteriores
nicamente;
n mi
rofundo
o
dejo
de
so-
luáonarme
ya
que
mi
cuestión iteraria s un
problema
de
ansiedades,
de ambiciones
expresivas
bastante
obrehumana
cit.
en
Loyola,
Las
dos residencias 24, énfasises mío). Al cotejarestas dos citasvemos
que
su
enfoque
consiste,
en la
primera
arta,
n describir as relacio-
nes
sociales en esta ciudad de la
India,
y
en la
segunda,
en dar cuen-
ta de su
propia
alienación. Para
alejarse
de
ésta,
vuelve
a
principios
ácratas: el
poeta
como ser sumamente
dotado
que quiere
cumplir
con sus anhelos
proféticos.
Esto le
proporciona
a la
larga,
sin
duda,
el
ímpetu para
salirse de la
crisis,
pero
no
dejan
de ser los
vestigios
de la estética
narquista.
Se halla el
apego
de Neruda al realismo
y
a ciertos
principios
ácratas en sus cartas emitidasdel Orientey en el poema paradigmá-
tico,
Sonata
y
destrucciones ,
scrito en
Rangún
en 1928. Sin em-
bargo,
este
poema
resulta ser la
negación
de
Galope
muerto .
No
se
aprecia
la
negación
de esa
negación
y
por
lo tanto la
afirmación
de
algo
nuevo,
pero
sí se
subraya
a
importancia
de ese
yo
profético
con
ambiciones
expresivas
bastante sobrehumanas
que
se
destaca
en una
carta del Oriente
y
que
ha
sobrevivido su enfrentamiento
con el
tiempo
encarnado en la
naturaleza
ibid).
Despuésdemucho, espués evagas eguas,
confuso e
dominios,
nciertoe
territorios,
acompañado
e
pobres
speranzas
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8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias
12/19
Entre
el
realismo
y el
vanguardismo n las Residencias
297
ycompañíasnfielesdesconfiadosueños,
amo o tenaz
ue
aún
obrevive
n
mis
jos,
oigo
n
mi
orazónmis
pasos
de
inete,
muerdo l
fuego
ormido
a sal
arruinada,
y
de
noche,
e atmósferascura uto
rófugo,
aquel ue
vela la orilla e os
campamentos,
el
viajero
rmado e estériles
esistencias,
detenidontre ombras
ue
crecen alas
que
tiemblan,
me siento
er,
mi
brazode
piedra
medefiende.
Hay ntre iencias e lanto n altaronfuso,
y
en
mi
esión e atardeceresin
perfume,
en mis bandonados ormitoriosondehabitaa
una,
y
arañas e
mi
propiedad,
destrucciones
ue
me son
queridas,
adoro
mi
propio
er
perdido,
i
ubstancia
mperfecta,
mi
golpe
de
plata
y
mi
pérdida
terna.
Ardió
a
uva
húmeda,
su
agua
funeral
aún
vacila,
ún
reside,
y
el
patrimonio
stéril,
el domicilioraidor.
Quiénhizo eremoniae cenizas?
Quién
mó
o
perdido,uién rotegió
o último?
El
huesodel
padre,
a madera el
buque
muerto,
y
su
propio
inal,
u misma
uida,
su fuerza
riste,
u diosmiserable?
Acecho,
ues,
o inanimado o
doliente,
y
el
testimonioxtraño
ue sostengo,
con
eficiencia
ruel escrito
n
cenizas,
es a forma e olvido
ue prefiero,
el
nombre
uedoy
la
tierra,
l
valor e
mis
ueños,
la cantidadnterminableuedivido
con mis
jos
de
nvierno,
uranteadadíade estemundo
43-44).
De la incertidumbre la confusión ante el mundo
natural,
y
de
las desilusiones sufridas n el
plano personal ( compañías
infieles
y
desconfiados
sueños )
pasa
al aserto desbordado e irónico del
suje-
to
poético:
amo o tenaz
que
aún sobrevive en mis
ojos,
/
oigo
n
mi
corazón mis
pasos
de
jinete,
/
muerdo l
fuego
dormido
y
la sal
arruinada
el
énfasises
mío,
43).
El
hablante
observa
la destrucción
que lo lleva a estarenajenado de sí mismo y de su ambiente,pero
ahora no se da
por
vencido,
sino
que
se
enfrenta on esas
fuerzas
perniciosas.
Se trata de una transformación
ignificativa,
sin em-
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8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias
13/19
298 Greg Dawes
bargo,
imitada.En
Galope
muerto el
predominio
de las
imágenes
del
vacío,
el
paso
del
tiempo
y
a muerte n la naturalezaconfundían
y
frustraban l hablante. Esa escena se
repite aquí
en los
primeros
versos con las referencias lo confuso e incierto .Pero a conti-
nuación el hablante se encara con esa muerteencarnada en la natu-
raleza,
y
con la destrucción a su alrededor. Interioriza as fuerzas
negativas que
lo amenazan.
En
vez de huir de las fuerzas destructi-
vas de la
naturaleza,
l
luto
es el
que
huye,
y
el
sujeto
se autorretrata
como
jinete
del
tiempo.Así,puede afirmarse,
entirse
er,pero sólo,
como señala Federico
Schopf,
en relación con
esas
destrucciones
que
le son
queridas (Schopf).
Adoro
mi
propio
ser
perdido ,
dice,
mi
substancia
mperfecta
43).
Como
indican los últimos versos
de esta
estrofa,
l
yo
que
so-
brevive
y
se aferra la
destrucción,
o hace también al
enfrentarse
con la
figura
del
padre.
La
relación
antagónica
con
su
padre
con
respecto
de la
poesía
se recalca en la
misma
estructura e la estrofa.
La
intimidad
presente
en la
repetición
de los
adjetivos
posesivos
( /wsesión , misabandonados dormitorios y mi sustancia mper-
fecta )
contrastanvisiblemente on los artículosdefinidos e
imper-
sonales
en el
patrimonio
estéril
y
el domicilio
traidor
(énfasis
mío).
Esta tensión entre
padre
e
hijo
parece
llevar entonces a la
muerte simbólica del
padre que
señalara Freud. Para
liberarse
y
ha-
llar
su voz
poética, pareciera
decir
Neruda,
hace faltadramatizar l
funeral e su
padre:
El
hueso del
padre,
a madera del
buque
muer-
to
/
su
propio
final,
u misma huida . Su
pérdida
es eterna:
percibe
el
agua
funeral
y
presencia
una
ceremonia de
cenizas
(44).
En efecto,la estrofasiguientepasa nuevamente a su objetivo
poético:
Acecho,
pues,
lo inanimado
y
lo
doliente,
/
y
el testimo-
nio
extraño
que sostengo,
/
con eficienciacruel
y
escrito en ceni-
zas
(44).
Muerto simbólicamente l
padre,
el
poeta
rebelde
puede
forjar
u
creatividad;
muerta a Tradición
(literaria
paternal)puede
Neruda idear
su
nueva
poesía.
Esa
es,
al
menos,
su ambición van-
guardista ue,
sin
embargo,
entra n
plena pugna
con el realismo.
Walking
around
En el
segundo
libro de Residenza n
la
tierra,la crisis
poética
y
personal
entra en sintonía con el
desorden social del
capitalismo
en
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8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias
14/19
Entre el
realismo
y el
vanguardismo
n las Residencias
299
crisis.Lo
que
le
perjudica
al hablante
ya
no es la
naturaleza,
ue
de
hecho sirve de referente
ositivo
contra a sociedad industrializada.
Esto se
ve,
por ejemplo,
en el
poema
clásico,
Walking
around ,
es-
critoen Buenos Aires en 19334.
Sucede
ue
mecansode serhombre
Sucede
ue
entro
n
as sastrerías
en
os cines
marchito,
mpenetrable,
omoun cisne e fieltro
navegando
n
un
agua
de
origen
ceniza.
El
olorde as
peluquerías
ehace
lorar
gritos.
Sólo
quiero
n descanso e
piedras
de
ana,
sólo
quiero
o
ver stablecimientos
i
ardines,
ni
mercaderías,
i
anteojos,
i
ascensores.
Sucede
ue
me cansode mis
pies
y
misuñas
y
mi
pelo
y
mi
ombra.
Sucede
ue
mecansode serhombre.
Sinembargoería eliciosoasustar un notario onun irio ortado
o darmuerte una
monja
on un
golpe
de
oreja.
Sería
ello
ir
por
as
calles
on un
cuchillo erde
y
dando
ritos
astamorir e frío.
No
quiero
eguir
iendo aíz n as
tinieblas,
vacilante,xtendido,
iritandoe
sueño,
hacia
bajo,
n as
tripas
mojadas
e a
tierra,
absorbiendo
pensando,
omiendo adadía.
No
quiero ara
mí
antas
esgracias.
No
quiero
ontinuare raíz
y
de
tumba,
de subterráneo
olo,
de
bodega
on
muertos,
aterido,
uñéndomee
pena.
Poreso el día unes rde omo l
petróleo
cuandomeve
legar
on
mi
arade
cárcel,
y
aulla n su transcursoomounarueda
erida,
y
da
pasos
de
sangre
aliente acia a noche.
4
En
éste
y
todos os casos
dependo
e las fechas os
ugares
ue
Hernán
Loyola
es
ha
dado.Ver
Loyola,
Las
dos residencias .
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15/19
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8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias
16/19
Entre el realismo
y
el vanguardismo n las Residencias
301
tomando
prestado
de los modernistas
y
de Darío la
imagen
del cisne
-el
símbolo
por
autonomasia de
la
perfección,
a
belleza,
y
la sensi-
bilidad- la transforma n
algo
contaminado
por
la vida
urbana.
Ni
natural
ni
manufacturado on mano de
obra
calificada,
el
fieltro
-como
tela-
subraya
a idea de la artificialidad e la vida moderna
y
de la
desesperación que
lo tiene
navegando
en un
agua
de
origen
y
ceniza
(metonimicamente,
e vida
y
muerte).
Esta ansiedad
e
im-
paciencia
van aumentando hasta
la última estrofa en
que
se
yuxta-
pone con calma y con furia 86).
Ya en la
tercera
strofa,
a alienación urbana
que
aflige
l hablan-
te marchito e
impenetrable
se vuelve más
aguda
aun
y
lo car-
come.
El
cansancio
deshumanizante
ue
siente se
reitera,
e
manera
genial,
con el
polisíndeton,
a
repetición
excesiva
del
adjetivo
pose-
sivo,
y
a aliteración: Sucede
que
me canso de mis
pies
y
mis uñas
/
y
mi
pelo
y
mi
sombra.
/
Sucede
que
me canso de ser hombre
(85).
En
resumidas
cuentas,
se
enajena
del ambiente
y
de sí mismo.
Esa
impotencia
ndividual
y
social
sigue vigente
en la cuarta es-
trofa on la rebeliónespontáneadel hablante contra el gobiernoyla
Iglesia
representados
on las
sinécdoques
notario
y
monja .
Pero
la rebelión individual del hablante
que empuña
el cuchillo verde
resulta ser una misión fallida
que
lo lleva
a
la
desesperación
(de
ahí
la
referencia los
gritos
hasta
morir de
frío ,
85).
Así,
el
sujeto
poético llega
a ser víctima
arquetípica que quiere
ser
héroe,
o
bien,
como lo
pone
Hernán
Loyola,
un
héroe
degradado
(Loyola,
Modernidad/Posmodernidad
83).
Por
añadidura,
la
impaciencia
con las instituciones
ociales se
exacerba con la combinación de imágenes inesperadas.No es fácil
interpretar
l lirio cortado
y
el cuchillo verde como armas
que
el
hablante blande
contra a
Iglesia
y
el
gobierno.
Y
hay
que
estudiar
el
poema
detenidamente
ara
ver el
vínculo
entreesas
imágenes
y
el
descanso de
piedras
o de lana en
la
segunda
estrofa.
Son,
enton-
ces,
lo
que George
Lakoff
y
Mark
Johnson
llaman idiosincráticos
conceptos
metafóricos
que
dificultan
a
comprensión
(Lakoff
y
Johnson
50).
Las estrofasocho
y
diez también
nos
ponen
a
prueba
y
estiran a
lógica
más allá de sus confines
normales
y,
como
tal,
subrayan a impotencia que siente el hablante,evidentehasta en la
sintaxisde los versos. Fondo
y
forma,
ntonces
reflejan
a alienación
social
y
personal
del
sujeto
poético
y
del ser humano como
tal
y
se
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8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias
17/19
302 Greg
Dawes
rindenante la
incapacidad
de ofreceruna solución colectiva a dicha
enajenación.
Hacia el realismo
crítico
Esta tensión entre os
elementos
experimentales
el mimetismo
en Res denría n la tierra
lcanza una suerte de resolución
momentá-
nea,
como lo han
señalado Alain
Sicard,
Jaime
Concha
y
Hernán
Loyola, una vez que el poeta llega, en la últimafase de la crisis,
España
y
escribe los Tres cantos
materiales .
En
éstos Neruda
vuelve a afirmar u
anclaje
en la naturaleza a
medida
que presencia
el comienzo de la
guerra
civil
española.
Lo
que
en el 'Macchu
Pic-
cini'
posterior
será inmersión histórica
y
americana en el sitio del
monumento
ncaico ,
dice
Concha,
en 'Entrada a la madera' es ce-
lebración del
poder
de la
tierra,
nfinitamente
uperior
ésta a la irre-
velancia e
impotencia
humanas
(Concha,
En
torno
63).
Es indu-
dable esta
vuelta
a la
naturaleza
que
se constata en los Tres
cantos
materiales y en particular n Entrada a la madera , ¿pero hasta
qué grado
son,
como
apuntan
Concha
y
Yurkievich,
cosas
que
se
van amontonando en
el libro?
¿Hasta
qué
grado
se tratade un rea-
lismo
descriptivo
con
elementos
experimentales?
A mi
juicio
este
realismo
palpable
y
descriptivo
rea
fricción on los elementos van-
guardistas
n el
texto,
generando
así lo
que
van a
ser los versos de
compromiso político
en jE
paña
en el
corazón.
e
ser
así,
para
usar la
terminología
e
Georg
Lukács,
pasaríamos
del
mimetismo l realis-
mo
crítico,
sto
es,
a
un
realismo
sofisticado.Ahora
bien,
no creo
que los vestigiosdel vanguardismohayandesaparecido del todo a
partir
e ese
momento,
sino
que
forman
parte ntegra
y
latentede lo
que
llamó el
poeta
su
espontaneidad dirigida 5.
o
dirigido
clara-
mente abarca el método
y
la
organización
que emplea
Neruda;
lo
espontáneo capta,
en
cambio,
esas
ráfagas
de
la
imaginación
que
ha-
cen de sus
poemarios
deslumbrantemente nicos.
5
PabloNeruda, onfiesouehevivido62. Merefiero estemétodomásendetalle nmis ibrosVerses
gainst
he arknessPablo
eruda*
Poetry
nd olitics
Poetasnte a
modernidad:
as deas stéticas
políticas
e
Vallejo,
uidobro,
eruda
Paz-
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8/19/2019 Entre El Realismo y El Vanguardismo en Las Residencias
18/19
Entre el
realismo y el
vanguardismo n
las Residencias 303
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