esparta alcman - universitat de barcelona

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I. -ARTICULQS, _____________ _ Alcman y Esparta }. ESPARTA EN EL SIGLO VII Para nosotros, la historia de la poesía coral griega se inicia en el siglo VII a. con el nombre de Alcman. Cierto es que los testimonios, ya que no los textos,. nos indican que Alcman tenía tras de sí una tradici6n poética y musical· mas o menos larga y que su obra no se fundamentaba sobre el vacío. Pero si, de un lado, Alcman es el primer roeta lírico que representa algo mas que un puro nombre y su obra ofrece e aspecto de un arte completa y evolucionada; también hemos de reconocer que, en el estado actual de conocimientos, se haoe muy difícil dilucidar lo que debe a sus predecesores y lo que en él hay aportaci6n personal. Nacido o no en la propia Laconia, nuestro poeta practic6 un tipo de poesía que en cierto modo podemos calificar de "aut6ctono": poemas compuestos en honor de las divinidades locales, narraci6n de leyendas del país y atenci6n especial a los asuntos de interés puramente regional e inmediato, de- donde la trascendencia esta practicamente exiliada. En este aspecto la poesía de Alcman admite cierta comparaci6n con las "baladas" de Corina. Pero al Inismo tiempo su arte se universaliza -se "heleniza"- porque su ingenio lo lleva 8! mantener y desarrollar dentro de una misma composici6n los Inismos tres ele- mentos que integraran todavía la oda coral en la época clasica: el tema mítico· sugerido por la ocasi6n sacra! de la festividad, maximas morales de caracter ·general consecuentes del mito, y sobre todo tematica profana e inmediata. Ea- este sentido Alcman -a falta de otros elementos de juicio- es el antecedentè mas temprano de Píndaro. · · . · · Esos son los motivos por los que, con el fin de comprender el fen6meno. artística que Alcman representa, se nos hace imprescindible recuperar las diciones en que se desarroll6. Veremos, pues, brevemente en primer lugar la- trayectoria política y social seguida por Esparta a lo largo del siglo VII. La centuria se inicia con una radical puesta a ·punto de las bases econ6- micas, que trae consigo una transformaci6n en las instituciones. La ocupaci6n de Mesenia, al otro lado de la cadena del Taígeto, había puesto grandes siones de tierra en manos de los espartanos y permitía atender al sustento mayor cantid.ad de ¡>obladores sin necesidad de acudir, como las demas ciuda.., des griegas, a ia colonizaci6n. 1 La consecuencia fue que el poder, ostentada basta entonces por las grandes familias, hubo de ser compartida por mi mayor de ciudàdanos: los guerreros que habían participada en la de Mesenia estaban representados por el . colegio de los :ltioros, nominados pri- mero por los monarcas, pero que pronto pasaron a ser designados por la blea de los guerreros ( dTCeÀ.M) y para un período de tiempo limitado por . 1. Para HUXLEY (Early Sparla, 38), la cam- paña acabó antes del 716, ya que en esta fecha se nombra por primera vez a un espartano como vencedor olimpico. 2. Al parecer en un principio los l!:foros ha- bían sustituido a los reyes durante los períodos de ausencia con motivo de la guerra (l'LUTARCÒ; Cleom., X; cf. PLATÓN, Leg., III, 692; .Àrus; TÓTELES, Pol. 1.313 a). Pero la. institución ·es propia de otras fundaciones dorias: véase HuX- LEY, 38 SS.

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Page 1: Esparta Alcman - Universitat de Barcelona

I. -ARTICULQS, _____________ _

Alcman y Esparta

}. ESPARTA EN EL SIGLO VII

Para nosotros, la historia de la poesía coral griega se inicia en el siglo VII a. G· con el nombre de Alcman. Cierto es que los testimonios, ya que no los textos,. nos indican que Alcman tenía tras de sí una tradici6n poética y musical· mas o menos larga y que su obra no se fundamentaba sobre el vacío. Pero si, de un lado, Alcman es el primer roeta lírico que representa algo mas que un puro nombre y su obra ofrece e aspecto de un arte completa y evolucionada; también hemos de reconocer que, en el estado actual de conocimientos, se haoe muy difícil dilucidar lo que debe a sus predecesores y lo que en él hay d~ aportaci6n personal. Nacido o no en la propia Laconia, nuestro poeta practic6 un tipo de poesía que en cierto modo podemos calificar de "aut6ctono": poemas compuestos en honor de las divinidades locales, narraci6n de leyendas del país y atenci6n especial a los asuntos de interés puramente regional e inmediato, de­donde la trascendencia esta practicamente exiliada. En este aspecto la poesía de Alcman admite cierta comparaci6n con las "baladas" de Corina. Pero al Inismo tiempo su arte se universaliza -se "heleniza"- porque su ingenio lo lleva 8! mantener y desarrollar dentro de una misma composici6n los Inismos tres ele­mentos que integraran todavía la oda coral en la época clasica: el tema mítico· sugerido por la ocasi6n sacra! de la festividad, maximas morales de caracter

·general consecuentes del mito, y sobre todo tematica profana e inmediata. Ea­este sentido Alcman -a falta de otros elementos de juicio- es el antecedentè mas temprano de Píndaro. · · . · ·

Esos son los motivos por los que, con el fin de comprender el fen6meno. artística que Alcman representa, se nos hace imprescindible recuperar las con~ diciones en que se desarroll6. Veremos, pues, brevemente en primer lugar la­trayectoria política y social seguida por Esparta a lo largo del siglo VII.

La centuria se inicia con una radical puesta a ·punto de las bases econ6-micas, que trae consigo una transformaci6n en las instituciones. La ocupaci6n de Mesenia, al otro lado de la cadena del Taígeto, había puesto grandes exten~ siones de tierra en manos de los espartanos y permitía atender al sustento .d~ mayor cantid.ad de ¡>obladores sin necesidad de acudir, como las demas ciuda.., des griegas, a ia colonizaci6n.1 La consecuencia fue que el poder, ostentada basta entonces por las grandes familias, hubo de ser compartida por mi nú~ra mayor de ciudàdanos: los guerreros que habían participada en la cqnquis~a: de Mesenia esta ban representados por el . colegio de los :ltioros, nominados pri­mero por los monarcas, pero que pronto pasaron a ser designados por la asam~ blea de los guerreros ( dTCeÀ.M) y para un perí o do de tiempo limitado por !l~r:ffi.as ~a~ . .· •

1. Para HUXLEY (Early Sparla, 38), la cam­paña acabó antes del 716, ya que en esta fecha se nombra por primera vez a un espartano como vencedor olimpico.

2. Al parecer en un principio los l!:foros ha­bían sustituido a los reyes durante los períodos

de ausencia con motivo de la guerra (l'LUTARCÒ; Cleom., X; cf. PLATÓN, Leg., III, 692; .Àrus; TÓTELES, Pol. 1.313 a). Pero la. institución ·es propia de otras fundaciones dorias: véase HuX-LEY, 38 SS. •

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4 FRANCISCO J. CUARTERO

Simultaneamente con estas reformas, la nobleza idea expedientes para librar­se de un exceso de posibles competidores en el disfrute de las tierras. Algunós periecos son enviados a Locros Occidental y a Crot6n, adonde en varias oca­siones seguirían emigrando los desterrados durante la primera mitad del siglo.3

Y cuando en tomo al 706 los espartanos j6venes que no habían tornado parte en la campaña, quedando por ello excluidos del reparto, intentan un golpe de estado en el santuario de Amiclas, los éforos son lo bastante habiles para desar­marlos sin derramamientos de sangre l. enviarlos a fundar la colonia de Taren­to bajo la ignominiosa acusaci6n de Hijos de soltera" (IIap&evíat).•

Un segundo enfrentamiento tuvo lugar entre la nobleza y el joven rey Polidoro, el sucesor de Alcamenes. "Jamas us6 de la violencia ni habl6 con arrogancia, antes bien mantuvo la justicia en sus decisiones al lado de una gran amabilidad", dice de él Pausanias. 5 Tratando de unir el poder real a la causa del damos, distribuy6 entre el Eueblo varios miles de Iotes de tierra 6 y quizi colabor6 con Licurgo en la elaboraci6n y aplicaci6n de la Gran Retra cléUica, que tendía a poner el poder supremo en manos del damos, actuante en sus respectivas obas.1 La reacci6n no se hizo esperar. La tradici6n habla de un exilio de Licurgo, 8 pero fue peor la suerte de Polidoro, asesinado por un cierto Polemarco, arist6crata como parece indicar el nombre, y cuya tumba cie público ·benefactor aún vería Pausanias nueve siglos mas tarde. 9

Y al finalizar la década de los 70 se cieme sobre Esparta el mayor peligro para su sistema: en el 669 Argos, la vieja enemi~a del este, le inHige un grave revés en la llanura fronteriza de Hisias.10 Las· perdi das debieron de ser nume­rosas para ambos bandos, y el resultado de la batalla, ambiguo. Pero los me­senios vieron el hecho como simb6lico y trataron de sacudirse el yugo en los IDOmentos en que se quebraba la moral de los hoplitas espartanos, descontentos de la dominaci6n espartiata. Pero otra vez los nobles supieron conjurar el peligro de disensiones y basta de guerra civil: una habil propaganda naciona­lista en la que tuvieron parte no pequeña Eoetas como Taletas y Tirteo con­:renció a los hoplitas de que la s0luci6n a la amenaza de general indigencia ilO estaba en distribuir de nuevo las tierras de Laconia, sino en reconquistar

3. Véase PAUSANIAS, III, 3, 1. Gente de la Lóeride habla ayudado a los espartanos en la COil(ftlista de Mesenia (PoLIBIO, XII, 5, 6), por lo que nada tiene de extraña una colonización con­junta en Occidente. La arqueologia ha revelado U& asentamiento griego en Locros Occidental a a-les del siglo VIII (DtlNBAliiN, Westem Glwb, 35+, antes, en .todo caso, del 673, fecha c;l88 Eusebio atribuye a la fundación. El mismo Eusebio dice que Crotón se fundó en el 708; en la empresa pa:recen haber participado periecos de la oba de Pitane junto al contingente prin­cipal. &queo (PAUSANIAS, lli, 14, 2; DloDORO,

VIII, 17). 4. ANrloco, 555, F 13; cf. ArusTÓTELEs,

Pol., 1.306 b, sobre el poco claro origen de l9s Partenias. Sobre la conspiración: DIONISIO PB ILu..rcARNASO, XIX, 1, DroDORO, VIII, 21; HERACLmEll P<ÓNTICO, FHG, n, 220. La colonia ñJe mandada por el espartiata Falanto (PAUMA­HIAS, X, 10, 6) y enviada previa consulta al oraculo de Delfos.

5. III, 3, 2. '6. El número de Iotes patece haber llega­

do a 9.000. Cf. CmuMES, Ancient Sparta, 286 s.; 350 ss.

7. HUXLEY, 41-50. 8. La tradición alega varias ciudades como

lugar de su destierro: ll:lide, Samos, Creta, Ci­rra. Cf. sobre todo PLUTAliCO, Lyc., XXXI; HE­RACLIDES, FHG, U, 220; TIMEO, 566, F 12.8; N1cox.As DE DAMAsco, 90, F 56.

9. PAUSANIAS, III, 3, 2. ss. Con todo, el nombre de Polidoro fue en épocas posteriores objeto de veneración: los reyes espartanos se­llaban los documentos con la imagen del rey flliíntropo {PAUSANIAS, III, 11, 10). A la viuda de Polidoro le fue concedido el honor de vender la casa al gobierno (ibid., III, 12, 3) y el propio Licurgo, como se sabe, recibió honores divinos (ibid., III, 16, 6).

10. PAUSANIAS, III, 24, 7.

la fértil Mese de las tropas las atribucion una "prudenl a los mayores

De nuev de propietari1

Unos die Mesenia, lo 1 ser abandona quista de Hil que no quiza de los 40,15 y nes y pausas el damos fue que se form a punto de d

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11. PLUTAll VII, 12.

12. Arusro~ propaganda "p: TEO, 5 W.

13. PAUSAN corrieron a la orden del orac laguna en las Esparta.

14. En can para la fecha , de la guerra e

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:es para librar­erras. Algunós en varias oca­ltad del siglo.3

tornado parte n un golpe de les para desar­mia de Taren­xt).• · el joven rey ni habló con

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ALCMAN y ESPAl\TA 5

la fértil Mesenia, para lo cual era precisa la unión de todos. El desfallecimiento de las tropas espartanas en Hisias era, ademas, una buena ocasión para mo~ar las atribuciones que la Retra concedia al damos, y a tal efecto se le introclujo una "prudente.. enmienda: "Mas si el pueblo adoptare una decisión torcida, a los mayores en edad y a los reyes corresponde poner el veto" .11

De nuevo la indigencia acechaba a los espartanos, ahora que el númao de propietarios era mayor, después de las distribuciones hechas por Policlorc.ll2

Unos diez años mas tarde, c. 659, Esparta había recu¡>erado posiriones: a Mesenia, lo bastante para apoderarse de ~igalia, aunque la plaza hubiera de ser abandonada poco mas tarde.13 Tal vez a los dos años tuvo lugar la eo:Do­quista de Hira, punto clave en la llanura de Esteniclaro.14 Pero la gu€l'l'a,. aw:a­que no quiza su :eeríodo mas "caliente", debió de prolongarse basta la déeada de los 40,15 y en el intermedio hay que suponer una serie intermitente de aecio­nes y pausas, éxitos y fracasos. Sólo una unión cerrada entre los espartiatas y el damos fue capaz de resistir y_ romper la alianza -poderosa, aunque efímera­que se formó en auxilio de los mesenios.18 En realidad, el confl.icto estuvo a punto de desembocar en una guerra pelo¡>onesia.

Durante las cuatro últimas décadas del siglo vuelve gradualmente la paz a Esparta. A lo sumo hubo que aplastar en Mesenia conatos de sublevación y gueriillas intermitentes, y hacia er :6n de la centuria los espartanos: afirmaban de:finitivamente su dominio sobre la mitad occidental del Peloponeso con la conquista de Pilos y Motone, en la costa del goHo de Ciparisio.17 A lo largo del siglo se había desarrollado el régimen política que constituía la principal característica espartana, y se iniciaba un período de un siglo de prosperidad.

2. PoETAS Y MÚsicos EN EsPABTA

El proceso de formación del régimen espartano anduvo acompañado de su corres¡>ondiente propaganda. Pero ésta hubo de ser forzosamente de un tipo muy diverso de la que encontramos en la Atenas del siglo IV: cuando Filipo y Alejandro amenazan a Grecia, la educación del individuo para su integra­ción en la comunidad estaba en manos de rétores, y las instituciones democra­ticas fomentaban el desarrollo de la oratoria política. En cambio, en la Esparta de tres siglos atras pervivfan elementos tribales y el individuo era inconcebible separado de la polis. .

Como todas las ciudades griegas, Esparta poseía una gran riqueza de cultos en honor de los dioses patrios. En ellos tomaba parte la comunidad entera: unos como actuantes, sacerdotes o simples auxiliares en el saeriñcio;

11. PLVTARco, Lyc., VI; cf. DIODORo,

VII, 12. 12. AmsTÓTELEB, Pol., 1.306 b; cf. para ]a

propaganda "pro-bélica" el fragmento de Tm­TEO, 5 W.

13. PAUSANIAs, VIII, 3, 5. Los figalenses corrieron a la reconquista de su ciudad a una orden del oraculo délfico, lo cual indica una laguna en las relaciones entre el santuario y Esparta.

14. En cambio Pausanias, nuestra autoridad para la fecha (IV, 23, 4), sitúa la terminaci6n de la guerra en el 668 (IV, 2'7, 9). La fecha

de la toma de Hira, doscientOI! treinta años antes de la liberaci6n de Mesenia por Epami­nondas, es confirmada por ELIANo, V'. H., XIII, 42.

15. Tal parece ser elllmite de las fechas au­ministradas por las diferentes autoridades: A.Po­LODORO, 660; SOSIBIO, ,644 (cf. ]:ACO»Y, Apolfo. dora Chronik, 130 ss.).

16. ·ESTIIABÓN (VIII, 362) infmma, tomando la noticia de Apolodoro, de que la eoalieión pro­mesénica estaba constituïda por Pisa, Argos, Elea y Arcadia (244, F 334). ·

17. PAUSANIAS, IV, 23, 1 •

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t-........... _,. ............................................ --------------~------~~~~--~-- -~---

FRANCISCO J. CUARTERO

.la gran .mayoria, los espectadores, participa ba mediante la contemplaci6n. Sabe­

. mos, ademas, que durante el sigla vn se "fundan" -mas bien diiiamos que se ~regulan"- las Carneas, fiestas anuales en honor de A polo, y lo mismo sucede con. otros cultos locales o tribales, hasta entonces regidos por la tradici6n y por la espontaneidad, inclusa a veces olvidados a medias. Aqui hay que ver un esfuerzo del estada por conferir caracter oficial y general a cultos que hasta entonces habian servida de vinculo a los individuos de un mismo clan (la vene­

.raci6n de un supuesto antepasado común) o habitantes de una misma area geografica (el caso de deidades agricolas pre-dorias mas o menos asimiladas a las de los ocupantes). Por ello se entiende el interés oficial por dar a las fes­tividades la mayor brillantez posible al importar con caracter temporal o per­manente figuras conocidas de la poesia y la música corales. A este respecto es interesante citar un pasaje de Eliana (V.H., XII, 50):

"Los espartanos carecian de instrucci6n artística, ya que se ocupaban en ejercicios gimnasticos y militares. Cuando alguna vez necesitaban de la colaboraci6n de las Musas, ya por una epidemia, ya por una pérdida colectiva de la raz6n o por cualquier otra calamidad pública, hacian venir extranjeros en calidad de médicos o purificadores, de acuerdo con las instrucciones de la Pítia. Hicieron venir, por ejemplo, a Terpandro, Tales, Tirteo, Ninfeo de Cid6n y Alcman."

Tres consecuencias pueden extraerse de esta cita: l.a) Aunque los espartanos contaran, como es de suponer, con una música

nacional y con indivictuos lo sufi.cientemente habiles para componer cantos ocasionales, ello no bastaba para conferir a las festividades el esplendor de­seable.

2.a) Las ocasiones inmediatas para la invitaci6n de artistas extranjeros parecen haber sido calamidades púbficas: epidemias y sediciones: seguramente la expresi6n 'ltaparppovi¡aanEc; "pensando fuera de raz6n" remite en cierto modo a las palabras de la Retra at aè axoÀ.tàv ó aà[-lOÇ ~porto.

3.a) Finalmente, si no en todos los casos, si en buen número de ellos la decisi6n fue precedida de la consulta al oraculo de Delfos. El primer testimonio

·de relaci6n entre Esparta y Delfos -relaci6n que empieza a cobrar importan­cia a mediados del sigla vm a. C.- es la orden de dedicar a Apolo la recién conquistada tierra de Egis.18 El cuito délfi.co se decia fundada por cretenses, tan intimamente unidos a los dorios del Peloponeso.19 Una orden de Apolo patece haber llevada a los espartanos a colaborar en la fundaci6n de Magnesia ael Meandro.20 Pero es sobre todo a partir de la conquista de Mesenia y de los -disturbios sociales consiguientes cuando la amistad se reafirma: Delfos da una .Sólu~i6ri al èonflicto de los Partenias 21 y mas tarde sanciona la Retra de Li-

g 22 ..

-cur o .. El primer poeta llegada a Esparta parece haber sido Taletas, un cretense

de Cortina. Su actividad queda resumida en un parrafo de la Vida de Licurgo ·plut~rquea:

. 18.. Eus~BIO, Praep. ev., V, 32, 1. En Egis ha,b{a .. un templo dedicado a Apolo "el de los ·Cu~os.". (PA.uSANlAS, VIII, 34, 5). Cf. Parke­Wormell, n.0 539.

19. Cf. Hom. h., III, 516-523 y notas de Allen-Halliday.

20. VELEYO PATÉRCULO, I, 4. Cf. FHG, 482, . F 3.

21. DIODORO, VIII, 21, 3.

"A . parl que su l

En y la nad

Indudal conia seueri deben de p1 con Licurgc politicas de ciertas unid llamadas en tituci6n.24 Y igualmente :

Arist6te de Licurgo' Carondas; y donde por 1 legal escrita

Plutarc< año 668 a. ( trataba de 1

era fomenta festival dun de julio: de adultos, can de Taletas, . modarse a 1:

Las aut grave y sol o no cierto,

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v délfi.cos, < Í:..esbos, um dotada para a Lídia, cu· isla. Sin du; prana, y de mediar el s

22. HERÓI cf. PLUTARCO,

23. HERÓI 24. ALCMJ

Pol., 1.272 a; 25. ARis~

en Creta ( Koc ta, véase princ timonios que ,

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1placi6n. Sabe­iríamos que se mismo sucede la tradición y í hay que ver utos que basta 1 clan (la vene­ta misma area nos asimiladas ' dar a las fes-3mporal o per­:ste respecto es

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a Retra de Li-

as, un cretense ida de Licurgo

l6-523 y notas de

[, 4. Cf. FHG, 482,

:

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.......__

ALCM.AN Y ESPARTA 7

"A un hombre que allí (en Creta) se conta ba entre los sabios y dotados para la política convenció (Licurgo), mediante halagos y amistad, para que fuera a Esparta: era Taletas, conocido como poeta lírico; poniendo su arte como pretexto, de hecho actuó como un legislador de lo mejor. En efecto, sus cauciones eran discursos que exhortaban a la disciplina y la concordia mediante melodías y ritmos que tenían mucho de orde­nado y tranquilo" (c. IV).

Indudablemente Plutarco ve en Taletas un ejemplo muy antiguo de la­conia seueritas, lo que desde luego es un anacronismo, pero sus afirmaciones deben de proceder en última instancia de buena fuente. Ante todo, su relación con Licurgo y su procedencia cretense lo ligan estrechamente a las reformas políticas de comienzos del siglo vn. A Licurgo se atribuía la implantación de ciertas unidades militares, así como de las auaaí·wx o comidas en común,23

llamadas en un principio àv?ipEta, nombre que tenía también en Creta la ins­tituci6n.24 Y tanto el Consejo de Ancianos como el colegio de los Jtforos tenían igualmente sus paralelos cretenses.25

Aristóteles, en su Política (1.274 a), dice que Taletas había sido maestro de Licurgo como lo fue de Zaleuco de Locros, instructor a su vez del legislador Carondas; y tampoco puede olvidarse que Taletas era precisamente de Cortina, donde por primera vez en los tiempos arcaicos se había introducido un código legal escrito.

Plutarco atribuye a Taletas la institución de las Gimnopedias en el año 668 a. C., o sea, un año después de Hisias,26 y el dato es significativo. Se trataba de una fiesta que venía a consistir en una parada militar cuyo objeto era fomentar el sentimiento de unidad y la disciplina entre los espartanos. El festival duraba nueve días y se desarrollaba hajo el calor bochornoso del mes de julio: desfilaban y danzaban los jóvenes por la mañana y, por la tarde, los adultos, cantando, aun en los tiemEos de Sosibio, en el siglo rn a. C., los versos de Taletas, Alcman y Dionisodoto. 7 Es facil ver que Taletas había sabido aco­modarse a las nuevas exigencias después de la reaoción aristocn1tica.

Las autoridades estan todas de acuerdo en que su poesía tenía un caracter grave y solemne.2 s El haber liberado a Esparta de una epidemia puede ser o no cierto, pero en todo caso parece remontarse a una leyenda local.29

Si la "escuela" iniciada por Taletas introducía en Esparta elementos dorios y délficos, con Terpandro debió de penetrar la influencia asiatica. La isla de Lesbos, una de las mas fértiles del Egeo, parece haber estado idóneamente dotada para solar musical y literario. A ello debió de favorecer su proximidad a Lídia, cuya costa es visible en los días claros desde el litoral oriental de la isla. Sin duda, el cantor lesbio fue de los mas buscados desde época bien tem­prana, y de ello es testimonio un aislado verso de Arquíloco, escrito antes de mediar el siglo (fr. 121 W.):

22. HERÓDOTO, I, 65, 3; DIODORO, VII, 12; cf. PLUTARco, Lyc., VI.

23. HERÓDOTO, I, 65, 5. 24. ALCMAN, fr. 98, 2; cf. AlusTÓTELES,

Pol., 1.272 a; DosÍADEs, 458, F 2. 25. ARisTÓTELES (Z. c.); sobre los éforos

en Creta ( Kocrl'-o() y su paralelismo con Espar­ta, véase principalmente HvxLEY, 38 s. y los tes­timonies que cita .

26. Ps.-PLUTARco, Mus., IX. 27. SosmiO, 595, F 5. Sobre las Gimnope­

dias en general véase H. T. WADE-GERY, C. Q., XLIII, 1949, 79-81.

28. ltFoRo en EsTRABÓN, X, 48; Ps.-PLu­TARCO, Mus., X.

29. PAuSANIAS, I, 14, 4; Ps.-PLUTARco, Mus., XLII.

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-

8 FRANCISCO J. CUARTERO

aÒï:Òc; èEapxow 1tpÒc; aÒÀÒv Aéo~lOv 1tatj¡ova

"lniciando él al son de la flauta el lesbio pean.,.

De que la fama de Lesbos como cuna de poetas se mantuvo hasta finalizar el siglo y aun entrado el siguiente, da fe otra línea, también aislada, de Safo (fr. 106):

'ltÉppoxoc; w~ ih' dotaoc; ò Aio~lO:; dÀ.Àoati1totow

"Eminente cual lesbio cantor entre los forasteros.,.

No creo que el "lesbio cantor" de Safo se refiera a un personaje determinada, sino que, por el contrario, la comparación tiene valor general. En todo caso, Arión de Metimna, que "Horeció" durante el último cuarto del siglo, pasa~a por haber dado forma artistica al ditirambo, convirtiéndolo en género solemne, apto para fiestas cortesanas y civicas.30

La fecha de la llegada de Terpandro a Esparta es insegura, pues parecen haber existida dos cronologías altemantes. Para Helanico, había sido en Esparta el primer vencedor de las Cameas, y como Sosibio situaba la fundación de éstas en la 26.• Olimpíada, su llegada a Laconia hubo de tener lugar lo mas tarde en el 676.31 Esta fecha queda seguramente respaldada por una autoridad independiente, Glauco de Regio, quien, en su obra Sobre los poetas antiguos, tenia a Terpandro como mas antiguo que Arquíloco.32 En cambio, para el autor de la Cr6nica de Paros y para Eusebio,33 habría realizado importantes innova­ciones musicales en los comienzos de la primera mitad del siglo. Si una de las dos fechas esta equivocada, es mejor que nos quedemos con la mas baja, ya que Terpandro pui:lo ser el primer vencedor conocido en las Cameas, pero no en las primeras. Si las circunstancias de la Guerra Mesénica habían mejo­rado en el 647, es probable que aquél fuera el momento mas propicio para "innovaciones musiciiles". De todas maneras, si bien se mira, las dos fechas no son incompatibles: no es difícil admitir que Terpandro ejerciera su actividad en Esparta durante una treintena de años por lo menos.34

Los autores son unanimes en atribuirle importantes innovaciones musica­les, una de elias la introducción de cierto instrumento de cuerda de origen asiatico, conocida ya por Pindaro:

30. Véase HERÓJJOTO, I, 23; sch. AR:r.s· TÓFANES, Au., 1.403; Suda, a. o., Ari6n. En cuanto a la cronologia, Heródoto lo coloca con­temporaneamente a Periandro de Corinto (cf. Proclo en FoCio, Bibl., 320 B.), lo que con­cuerda con Eusebio (Ol. 40", 4 = 617 a. C.) y Suda (01. 38" = 628-625).

31. HELANICO, 4, F 85. Cf. Sosm1o en AT& HEO, XIV, 635 d.

32. Ps.-PLUTARco, Mus., III. 33. Según EusEBIO, "Terpander citharoedus

insjgnis habetur'' en Ol., 33•, 2 (647 a. C.). Marm. Par.: "Desde que Terpandro de Lesbos, hi jo de Dérdenes, los modos music ales... (la-

guna de c. 30 letras) ... cambió la música, 381 años, siendo Dr6pides arconte en Atenas" (esto es, en el 64·5 a. C.).

34. No cabe duda de que nació en la isla de Lesbos, seguramente en Antisa, aunque Dio­doro (según TzETZEs, ChU., I, 16) lo hacía oriundo de Metimna, tal vez por confusi6n con Ari6n. No sé a qué puede obedecer el que Suda ofrezca como altemativas Arne, en Beocia, y la eolia Cumas. EI nombre de su padre pare­ce haber sido Dérdenes (cf. aupra), pero la leyenda llegó a considerarlo hijo o descendiente de Homero o Hesí<xlo (et Suda).

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35. De todllll enteramente clars MÓTEO, Pers., fl Probl., XIX, 32; XXX; Suda, •· v

Page 7: Esparta Alcman - Universitat de Barcelona

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"Antaño lo encontró ellesbio Terpandro al oír en los convites de los lidios su acorde con el laúd de agudos sones."

(Fr. 110 Bo.)

9

Se trataba del barbitos, que acompañaba a la octava alta la pektís o ma­gadís, variantes lidias del laúd.311 La nueva escala, enharm6nica, con intervalos que iban desde el cuarto de tono a los dos tonos, a diferencia de la diatónica, permitió la adopción de los nomos foraneos. La posteridad atribuyó a Ter­I?andro el haber "inventado" o introducido varios de ellos: "beocio", "eolio",

trocaico", "agudo", "cepión", "terpandreo", "cuadruple", "recto", "frigio".36

No hay que decir que la mayoría de estas atribuciones son arbitrarias, y lo mas a que podemos llegar es a conduir con el autor del De musica (XII):

"La primera innovaci6n corresponde a Terpandro, quien introdujo cier­ta belleza formal en la música."

Los antiguos eran conscientes de que tales modificaciones eran de origen asiatico y habían pasado a Esparta a través de Lesbos; una tradici6n, indepen­diente de las anteriores, conectaba a Terpandro con el músico frigio Olimpo.31

Ninguno de los fragmentos atribuidos a Terpandro puede identificarse con certeza como auténtico, y las noticias sobre el contenido de su poesia son poco elocuentes. Se dice, por ejemplo, que utilizó el ritmo dactílico,38 y como no hay razón para dudano, se puede afirmar que Terpandro compuso en los mis­mos versos dactílicos que Afcman usó: tetrametro conocido generalmente como "alcmanio" y el "hexametro lírico". Cierto es que la solemnidad del ritmo se adapta bien a la solemnidad de los cantos procesionales, pero su uso -al menos por lo que de Alcman se puede inducir- podía descender basta los temas mas inmediatos. Cuando el autor del De musica atribuye a Terpandro la inven­ción del axo'l..tov o canto convival -para lo que se apoya en la autoridad de Pindaro-,39 no tenemos por qué tomar literalmente sus palabras, pero sí puede creerse que se refiere al caracter en cierta manera festivo de sus poemas. De todas maneras, Terpandro realizó en Esparta una labor muy diferente a la de su compañero Taletas de Gortina, pues la tradición consideró siempre a ambos como cabezas de dos xa'taa'tdoet<; o escuelas poético-musicales de carie­ter muy distin to. 40

Por lo demas, hay indicios de que Terpandro fue también utilizado políti­camente: a su música se atribuía el haber sofocado una revuelta que lo mismo

35. De todas maneras, la cuesti6n no esta enteramente clara: cf. ATENEO, XIV, 635 d; TI­

MÓTEO, Pers., fr. 15, 225 ss.; A.RxsTÓTELES, Probl., XIX, 32; Ps.-PLUTARCO, Mta., XXVIII, XXX; Suda, s. "· Terpaodro.

36. PI.UTARCo, Mta., IV; Suda s. ""· "Óiioç. Móaxoç. ~plhov vÓtLov.

37. Ps.-PLUTARCO, Mta., V; XVIII. 38. Id., Mta., III. 39. Id., Mta., XXVIII. 40. Id., Mta., IX.

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10 FRANCISCO J. CUARTERO

pudo haber sido un conHicto suscitada a la muerte de Polidora que cualquier otro de los muchos que debieron surgir a lo largo del agitada sig1o.41 Si pose­yésemos algo de la obra terpandrea, a buen seguro halfaríamos reflejos de la crisis que le correspondió vivir.

Se ignora cu{mto tiempo permaneció Terpandro en Esparta: tal vez murió allí mismo.42 Su "escuela" y la de Taletas, rivalizando entre sí, llegaran a crear un ambiente de familiaridad con la J.lOesía coral, comp hacen suponer dos versos tardíamente atribuidos al poeta de Antisa, seguramente falsos, pero que en algún modo responderían a su manera de hacer:

Ml-' atX,(H:i 'te vémv &d/..À.et xai Mwaa Hreta xai ~(xa eupodrota xaÀ.wv È1tt't<ippo&oç ~prmv.

"Donde florece entre los mozos la lanza y la Musa sonora X discurre por anchos caminos la Justícia, que anima a nobles acciones.' 43

3. LA FECHA DE ALcMAN

Sin embargo, es Alcman el primer poeta que podemos estudiar con datos positivos, aunque sean muchos los problemas que su personalidad suscita. El primera es el de la fecha. Todo ef mundo esta de acuerdo en que Alcman vivió en Esparta durante el siglo VII, pero cuando se trata de concretar mas, la solución y la concordancia de los datos de la tradición no se presentan de manera obvia, lo que ha hecho retroceder a la mayor parte de los críticos. Race sólo veinte años concluía Page tímidamente al final de un apéndice a su edición del Partenio del Louvre (p. 166): "Alcman lived sometime in the se­venth century". Algo mas concretaba Bowra dos lustros mas tarde: "Esta claro por lo menos que Alcman vivió en el siglo VII y que pudo ejercer su actividad a mediados del mismo". 44

Creo, no obstante, que la historia de Esparta durante el siglo VII es lo bas­tante compleja para que el problema trate de resolverse del modo mas vera­símil posible, pues sólo así podremos comprender su arte en función de la realidad histórica que le tocó vivir. Un reexamen de las fuentes cronológicas y de los fragmentos tiende a demostrar que Alcman vivió en la segunda mitad del siglo VII, acabada ya el peor período de la Guerra Mesénica. 45

Para empezar, los autores antiguos ofrecen tres cronologías diferentes: 1.a) Según Suda Alcman "vivió (~v) durante la 27.a Olimpíada (672-669),

cuando Ardis, el padre de Aliates, era rey de los lidios".46

2.a) Eusebio lo sitúa en una época algo mas baja: cuarto año de la 30.a Olimpíada (657).

41. Ps. PLUTARco, Mus., XLII; Suda, s. v. ·tlS'tci Aacr~tOv ,Pllóv; Elio Dionisio en EusTATIO, Il., I, 129.

42. Al menos no hay indicios de que tra:ba­jara en alguna otra ciudad; tal vez las otras ciudades citadas por Suda son lugares donde Terpandro vivió antes de asentarse deflnitiva­mente en Esparta. Una estúpida leyenda que se remonta sin duda a la Comedia Media afirmaba que el poeta Terpes (¿un hipocorístioo de Ter-

pandro?) murió al atragantarse con un higo: cf. TRIFÓN en A. P., IX, 488.

43. Recogido por PLUTARco, Lyc., XXI. 44. GLP 17. 45. Los últimos estudies dedicados al tema

son: P. }ANNI, Stud. Urb., XXXIII, 162-172; M. L. WEST, c. Q., xv 188-194; F. D. HARVEY, ]HS, LXXXVII, 1967, 62-73.

4·6. Suda, s. v. 'Alx¡u.ív· ... ~" 1l' ~'lti tij~ xC, '0/..o¡J.mdllo;, ~aatf..sóono~ Ao1lwv • Apilo~ 1:01i 'Al..o a't'tSW 'lta'tpÓ~.

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47. HERÓDC 48. HERÓDC 49. E. RoH

Page 9: Esparta Alcman - Universitat de Barcelona

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... ~v a· ~1ti ti¡ç xC, iJv • Apouc; 'tolí 'A/..u

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A.1.CMAN Y ESPARTA 11

3.a) Finalmente, una segunda sincronía de Eusebio dice que "según cier­tas autoridades" (xa1:d "t'tvaç), Alcman "era famoso" ( &¡voop[e:s"t'o) en ef 2.0 año de la 42.a Olimpíada (611).

Entre la fecha mas temprana y la mas tardía hay la diferencia suficiente para que no podamos considerar cada una como simple variante de las demas, de modo que lo mas acertado es tratar de entenóer el criterio que sirvió para :fijarlas. Era norma general de los cronógrafos antiguos valerse de menciones o alusiones mas o menos explícitas a personajes o hechos contemporaneos, y así se relaciona a Safo y Alceo con Pítaco, a 1bico y Anacreonte con Polícrates de Samos, a Simónides con la Guerra Médica.

Por lo que respecta a la fecha de Suda, su primera parte es aceptable en principio, ya que corresponde a la cronología herodotea de Ardis, el cual ha­bría reinado del 679 al 630. Esta claro, pues, que Alcman nombraba a Ardis en algún poema, relacionandolo tal vez con alguna de sus acciones bélicas. Lo que sigue, sin embargo, no puede aceptarse tal como va expresado, ya que Ardis no fue padre de Aliates, sino de Sadiates. Creo, no obstante, que dos soluciones pueden obviar la di:ficultad. Lo mas usual es creer, con Page, que AAIATTOY es un explicable error por CA~IATTOY, cometido al manejar, por ejemplo, al­guna lista cronológica. Pero es también posible que los dos nombres, Ardis y Aliates, aparecieran juntos en Alcman y su asociación fuese erróneamente enten­dida por un biógrafo poco cuidadoso. Ello era faci1: las hazañas de Ardis hu­bieron de tener resonancia no solamente en Asia, sino también en la Grecia pro­pia: durante su largo reinado de cuarenta y nueve años tomó la ciudad de Prie­ne, puso sitio a Mileto y luchó contra las correrías de los cimerios.47 No sucedió lo mismo con Sadiates, cuyos doce años de mandato transcurrieron sin pena ni gloria y a quien Heródoto despacha en un par de líneas (I 16, 1). Aliates, en cambio, el hijo de éste, empuñó el cetro durante cincuenta y dos años fecundos en realizaciones políticas y bélicas: guerra con Ciaxares, expulsión definitiva de los cimerios, toma de Esmima y prosecución de la guerra contra Mil et o. 48 Era, por tanto, Aliates, quien aparecía como verdadero sucesor, no de su casi anóni­mo padre, sino del abuelo, cuyas empresas continuó.

Algo mas difícil de explicar es la primera de las fechas de Eusebio, el 657. A partir de un artículo de Rohde 49 se acepta que esta fecha y la de Suda son variantes entre sí: el 672 sería el séptimo año de Ardis por la cronología hero­dotea, mientras que el 657 lo sería por otra cronología posterior, ya que algunos hacían empezar su reinado en el 664. La coincidencia es chocante y la tesis atrac­tiva, au:nque no puede descartarse por completo el azar.

Hoy sabemos, sin embargo, que, si la cronología de Alcman depende de la de Ardis, ha de verse considerablemente rebajada. En el año 652 Asshurbanipal celebraba gozoso en una inscripción el que "Guggi, el rey de Ludi", hubiera muerto, castigado por Asshur, en lucha contra los Gimirrai o cimerios.50 En ese caso, si Afcman hacía referenda al "séptimo año de Aliates", éste correspon­de al 646 a. C.

V emos, pues, cóm o, aunque parece haber existido para Alcman una crono­logía "alta" junto a otra "baja", ambas no estan lo suficientemente separadas entre sí para que resulten por completo incompatibles. Alcman podía haber sido

47. HERÓDOTO, I, 15. 50. A. R. BuRN, The Lyric Age of Gree-48. HERÓDOTO, I, 16, 2; 17-22; 25. ce, 105. 49. E. RoHDE, RhM., XXXIII, 1878, 199 ss.

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12 FRANCISCO J. CUARTERO

muy joven en la década de los 40 y de edad madura en tomo al 610, la segunda fecha de Eusebio: el famoso fragmento sobre el cérilo y los halciones, en caso de interpretaria en el sentido de ser el propio Alcman quien habla de sí mismo, puede ser un testimonio de que el poeta afcanzara una edad muy avanzada. No cabe, pues, echar en olvido la segunda dataci6n de Eusebio tachandola simple­mente de "opinión minoritaria".

Hasta aquí los datos de la tradición. El paso siguiente consistira en buscar en la propia obra de Alcman otros elementos de evidencia. En primer lugar, al­gunos han 9uerido ver una prueba de que Alcman vivió durante la segunda Guerra Mesenica en un verso aislado (fr. 41):

Ép'ltet 1àp àna 'tro ataapw 't:Ò xai..iúç xt&ap1~r¡v

"Porque corre parejo con el hierro el pulsar bien la cítara." 61 Pero no creo que el verso siinifi.que: "En compensación con el ejercicio de las armas ahora llega un rato de música".62 El signmcado sólo puede ser que el arte musical es tan noble como el de las armas, lo que arrojaría un sentido parecido al de los dos versos pseudo-terpandreos antes citados y que, por cierto, nuestra fuente da al lado àel de Alcman. En épocas posteriores los espartanos tenían fama de ser p.ouatXW't:ci't:OUÇ ap.a M xal. 'ltOÀ.E¡J.tXW'tci't:ouç.53 El fragmento puede proceder de una acppal'(ç donde el poeta se elogiara a sí mismo poniendo su arte a la altura de las virtudes militares espartanas.

Por lo demas, es difícil hallar entre los fragmentos de Alcman materiales que ayuden a determinar su fecha. Las citas antiguas se limitan las mas de las veces a aportar ejemplos métricos o glosematicos, acaso a ilustrar los "tópicos" de la estética alcmanea, como erotismo, lírica convival, rasgos arqueológicos li­mitados a la pura nota curiosa. En ocasiones aparecían nombres propios, y a buen seguro sabríamos mas cosas sobre la época y las relaciones de Alcman de contar para Esparta con mayor cantidad de inscripciones arcaicas. Pero este papel puede ser desempeñado en parte por un retazo de comentaria a un poema ae Alcman hallado en un papiro àe Oxirinca y que designaremos como 5 B: u

].ou[ ] .. v • oua.'[

]7tapaaï:a&etaav ]-d¡v 'Acppoa1't:'Yjv' ai-

5 wv [ xai T] upavv1wv dvaTt­v<Í>axou [ at 'xpuaiú'] Xa't:à TEVtXi¡v, tV' ~t. ouaè Efc; [aE !J-É!J-) 4>E't:at 'ltÀ.YjOlOV xpuaoo O't:àaav ou (aè] è[Eei..] érEet OE xpuaóç, à.i..i..à atotOEtÇ au't:ÓV. ·~u l'àp 'ltOÀ.U'lti¡p.wv Kci-

51. avta, de significado semejante a avn¡v, se halla ya en Homero, pero no posee en si mismo signiflcado de "antagonismo". Asi avta iaEiv {Il., XIII, 184), av'ta \MÍXE~at (Il., XIX, :1:63). En general expresa: una idea de com­paraci6n: 6-Eoiaqàp dvta ¡q,xEt Il., XXIV, 63(); D..1totuzt IL~la FEt'JtÒJV OXO'JtOÜ aV'ta 'tU"'/..EÏV Pim>ARO, N., IV, 27. Desde Escaligero se hizo corriente corregir g(''ltEt en pa'ltEt a: la vista del texto de Terpandro inmediatamente citado; pero la lec­tura de los mss. puede mantenerse en vista

de PiNDARo, I., IV, 40 'tOÍÍ'tO 7àp à&dva't0\1 rpwvdEV

Gpmt. 52. Asl. BoWRA, GLP, 20. 53. PLVTARco, Lyc., XXIV. 54. (hy. pap., XXIV. 2.390. Para mayor

brevedad designo como 5 A el fr. 1, como 5 B el fr. 2, 1-22, como 5 C (a) el fr. 2, 22-29, como 5 C (b) el fr. 2 11 y como 5 D el fr. 49.­En general sigo la lectura de la ed. pr., mas los suplementos de Barrett y Page.

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Page 11: Esparta Alcman - Universitat de Barcelona

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ALCMAN Y ESPARTA

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15 A] axaaat [(1.0\lt] (1)\1 ~aatÀ.EÓ<;. aa"Y¡À.0\1 aÈ &]" Ürd't"Y¡p i¡ Tt(l.aaq.t.~pó'ta

] .al 'tl\10<;. • cp~d\1 a' ~OlXE\1 1t ]ata i Eav&ií>t Ilo>..uaJ; [ p] ro· [

] Aam'tux_1aa uióc; ~a'tt 'tou

20 Aaxaaat(l.O\IliD\1] ~aati..é [ro] e;· ['to] ü a· Eupux [p] d-'tOtl<; uiòc; lloMa] mpoc; xai Tt(l. [ aat(l.] ~pó'ta • · &u¡d. ["t"Y¡p. ·X·

13

El comentaria se reduce a una exegesis de determinados puntos del poema con indicación de uariae lectiones y notas eruditas de caracter histórico. El au­tor se servia de varios comentarios anteriores, pero no sabemos exactamente cuando habla po.r cuenta propia. Los lemmata son en general reconocibles, pero no es seguro g_ue comentara todo el texto; y como en alguna ocasión lo abreviaba (cf. 14-15), se hace practicamente imposible seguir la sucesión de ideas del poeta.

En primer lugar (1. 1-9), se hablaba de una mujer, a quien en cierta ma­nera se relacionaba elogiosamente con el oro. Nada hay que indique el sentido de la mención de Mrodita, pero es practicamente seguro que el nombre de la diosa iba en el texto. El exegeta coment~: "Teón y Tiranión leen 'de oro', en genitivo, de modo que el sentido sea: 'Nadie podra menospreciarte ni aun puesta al lado del oro, ni el propio oro te desmentira, antes bien lo aventaja­ras' ".1111 El verbo (l.é(l.~e'tat, o quiza (l.ID(l.~aa'tat, estaba casi con seguridad en el lema (cf. fr. 1, 44 (l.ID(l.~O&at), Y la alternativa mas probable de X,ptlaÓ> (que es evi­dentemente la lección conjetural de una minoría) sera xpuaiút.116 Asf, incorpo­rando el nombre de Mrodita a la imagen comparativa, el sentido del pasaje podría haber sido: "Nadie, al ir adornada con tanto oro, te menospreciara, ni aun si te pon es al la do de Mrodita", con lo que la frase en discordia podrí a reconstruirse, ex. gr.: xpuaiút 1téi..ac; 'Acppoaha;, que forma un enhoplio de ocho sí­labas y en la que se aludiría al canícter de xpuaé"Y¡, ?toi..óxpuaoc;, etc., de la diosa.

Mas interesante es el lema siguiente:

55. Otros dos nuevos nombres se añaden a la lista de comentaristas de Alcman y de­muestran que el poeta fue estudiada hasta época bien tardía. Teón es seguramente un grama­tico contemponíneo de Augusto (cf. Et. M., 144, 45) que comentó a diversos autores, aunque ésta es nuestra primera noticia de que trabajase sobre el rexto de Alcman. Menos probabilidad hay de que se trate de Teón de Alejandria, el récior de la segunda mitad del siglo n p. C. SegúD Lobel, Tiranión puede identificarse con - contempocineo del primer Teó11 citado, o COll su maestro, amigo de Cicerón. Según Suda,

tanto el uno como el otro investigaran sobre temas ortogcificos, pero no se sabe que traba­jaran sobre autores concretos.

56. Creo que Lobel propone razonablemente 1tÉÀ.a<; para el texto, como correspondiente a 1tÀ.1j­aíov, aunque la palabra no esta atestiguada en Alcmau. Generalmente va en posicióu anastró­flca y admire doble régimeu. Asi, geuitivo: Od., XiV, 257; ALCEO, Z, 30. Dativo: Pbm.ulo, O., VII, 18; N., XI, 4. El sentido de lltafépw "superar" es muy raro, aunque tal vez no iba eu el texto.

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14 FRANCISCO J. CUARTERO

OU Tàp 'ltOÀ.UCfl~JlWV Kcil..ataoc; '!tea' àvaprov oua' drptOc;

"Pues no es Caleso entre los hom bres desgraciada ni rústico."

A lo que el escoliasta comenta: "Se afirma una cosa negando la con­traria: 'No es desgraciada Caleso, sino feliz, ni tampoco rústico, sino educado' ". El metro, según se echa de ver, es yambico. Caleso (nombre nuevo a añadir a nuestras listas) 57 es un hombre mimado de la fortuna, exento de desgracia 58 y, ademas, urbano y cortés.59 La forma litótica de la frase recuerda al punto el fr. 16, lo que basta para dudar del pretendido valor "autobiografico" del fragmento.60

Evidentemente si, como parece probable, Timasímbrota, a quien se nombraba en el lema siguiente, ocupaba un lugar parecido al de Hagesícora, Agido o Astime­lusa, se trataba de un coro de mujeres, al que Caleso no podia pertenecer. Pero quiza la introducción de Caleso venia motivada por el elogio a una miem­bro del coro, y una de las posibilidades es que se tratara de s u padre: en efecto, la mención del oro que adorna a la hija trae consigo por obvia asocia­ción la alabanza a la opulencia del padre. Ahora bien, si esta elucubración es cierta, evidentemente la hija de Caleso no es Timasímbrota, cuyo padre -se~n revelan las dudas que a continuación expondra el comentarista- puede haber sid o Leotíquidas o Eurícrates. Nos encontram os, pues, ant e una segunda mu.; chacha de nombre ignorado, ante una pareja 'X-Timasímbrota paralela a la de Agido-Hagesícora en el Partenio del Louvre.

Mas interesante a todos los efectos es el tercer lema (1. 13-17), pero la abreviatura indica que el comentario comprendía un pasaje muy extenso. El lema anterior, en efecto, de casi tres versos, se transcribía entero, por lo que es natural pensar que en esta ocasión el comentarista se encontraba ante un trabajo mucho mayor. No hay lugar, por tanto, a creer que aa1f1ovoc; vaya necesariamente referido a Leotíquidas en la suposición de que éste fuera el complemento determinativa de 'ltatarov; por ello no pasa de ser una simple teoría que Leotíquidas haya muerto en la fecha de composición del poema, basada en la costumbre (mal documentada, por lo demas) de rendir cuito he-

57. La derivación de este nombre es du­dosa: puede ser el masculino correspondiente a Ka/..ad}{c;, madre de un pastor sibarita en Teó­crito, V, 15, pero también un compuesto de xaMe;, a1aa. En este caso, como ha visto West, Kaf..ataoc; / TCoi..omjv-uN podría constituir un juego de palabras como en fr. 3? 73 s. 'Ao-.ov-éi..otaa I v-H:r¡v-a lldv-wt.

58. A pesar. de Page ("1CoÀ.o1Cf¡l'-wv 'multis miseriis affiictus' male interpretabantur"), no veo dificultad en interpretar 1CoÀ.o1C~\'-UlV en sen­tido pasivo. Desde luego la palabra esta única­mente atestiguada con sentido activo: o1lla ll' ¡'lt'I/À.oair¡c; 'ltoi..omjv-ovoc; ~all-ï..òv ~poap.óv, Hom. h., 11, .230; 'ltoÀ.o1C~I'-ovac; .•• vóaooc;, PbmARo, P., III, 46; como nombre propio, en BAQufLmES, XVIII, 27, es un alias del gigantesco bandido Procustes.

AUiique West propone que la palabra sea UJi error por 'ltoÀ.o1CrÍ!'-wv "rico" (cf. Il., IV, 433), ello desharia el evidente paralelismo con el inmediato à'-'(ptoc;. La ambigüedad de 'ltoÏ..umj!lwv es semejante a la de otros compuestos de 'ltOÀ.o-: 'ltOÀÓllaxpoc; es activo en Il., III, 132 y pasivo en ll:sQUILO, Pers., 939; 'ltoÀÓTCovoc;, activo en Pers., 320, es p~ivo en Suppl., 382.

59. El término, aplicado ya a personas en HoMERO (cf. Il., VI, 97; Od., II, 19) y en el drama (EURÍPIDES, El., 1.116) no recurre en lli lírica, aunque es uaria lectio en ALCM!N, fr. 16, 1.

60. En realidad viene a ser el mismo pr&­cedimiento empleado por Anacreonte cuando dice en su estilizada plegaria a .Artemis: oò ¡àp dvwépooc; 'ltotv-a{vetc; 1CoÏ..t~'tac; (fr. 3, 7 s.).

¡

roico a los mon: creer que vüv a· 'tàt JLÈV 'Aóm ¡J.ciÀ es: "Pero ahora Con la mención zaba un elogio : cias al comenta¡ era rey de los ll nota que podeiJ &ura·n¡p ~ Ttf1aat¡ parece inferirse lo contrario no l das aparecía alg la frase 'ltatarov , de las niñas" h: todo caso, el m sucesor en el tr

De todas r nombrado en el en la historia d1 asignar a AlcmlÍ regia espartana lo menos a par Arquidamo, Am Puntos firmes d< Mesenia a fines Jerjes, en el 481 gase en cuenta . el espacio de m: de iniciarse dos moso verso de sin difi.cultad p las arengas ele¡ guerra, a medi~ cado la crisis s1 prolongado a h de Anaxandrida del glorioso Tec ran tenido rein guridad, fijarse

61. Así sue1e (Proceedings of fj gress of Papyrolog1 Resp., XV, 9: "La a un rey después con arreglo a las nera a los reyes d humanos, sino com dè Teopompo en l! rio, cf. PAUSANIAS',

62. Claro esta que Leotíquidas J

Page 13: Esparta Alcman - Universitat de Barcelona

, ni rústico."

a negando la con­co, sino educado' ... e nuevo a añadir a o de desgracia 58 y, erda al punto el fr. ~o" del fragmento.60

ien se nombraba en ra, Agido o Astime­> podía pertenecer. elogio a una miem­a de su padre: en o por obvia asocia­:sta elucubración es cuyo padre -según ista- puede haber ~ una segunda mu.; brota paralela a la

(1. 13-17), pero la ie muy extenso. El entero, por lo que mcontraba ante un que aatf!OVO!; vaya que éste fuera el

de ser una simple osición del poema, le rendir cuito he-

que la palabra sea un 'rico" (cf. Il., IV, 433), tte paralelismo con el bigüedad de 'lto)..Ult"fÍtLWY s compuestos de 'lto}..u-: . Il., III, 132 y pasivo ; 'ltoM'ltovoç, aotivo en Suppl., 382. ~ado ya a personas en ; Od., 11, 19) y en el l.116) no recurre en la lectio en AL<JM.o\N, fr.

.e a ser el mismo pro­or Anacreonte cuando aria a .Artemis: oB ¡àp •1:aç (fr. 3, 7 s.).

ALCMAN y ESPARTA 15

roico a los monarcas espartanos después de su 6bito}11 Me inclino mas bien a creer que vúv a' LOflE!; 'tro aalJlOVO!; óesempeña una función parecida a è·piw aè 'tàt f1Èv 'Aóm JldÀ.tcn:a Fav?ldvljv èpro, del .Partenio del Louvre, 87 s., y su sentido es: "Pero ahora vamos (a llevar nuestra ofrenda al santuario del) divino ·x· ". Con la mención de la divinidad y la leve alusión al objeto de la fiesta se enla­zaba un elogio a una muchacha, Timasímbrota, CU)'O nombre se recupera gra­das al comentaria. En este punto el anónimo escoliasta anotaba: "Latíquidas era rey de los lacedemonios". Pero a continuación expresaba sus dudas en una nota que podemos reconstruir, siguiendo a West: aaljÀ.Ov aè 'ltónpov 'tOÓ'tOt). 3o¡d't7jp ~ Ttf1«CHJ1~pó'ta T¡ É'tépoo f1É!J.V7j't«t 'ttvo¡;. Del desconcierto del comentarista parece inferirse que Leotíquidas no era mencionada en el contexto, ya que de lo contrario no habría habido lugar a la duda.62 Opino mas bien que Leotíqui­das apareda algo mas abajo y que el autor del comentaria ha interpretada mal la frase 'ltatarov àpta'tav,63 y que donde se decía simplemente .. a la mas noble de las niñas" ha entendido .. a la mas noble de las -hijas (o de los hijos)". En todo caso, el mas noble vastago de Leotíquidas habría sido Hipocratidas, su sucesor en el trono.

De todas maneras, si, como parece seguro, el rey Leotíquidas apàrecía nombrado en el poema, este hecho ayuda a la aclaración de un punto oscuro en la historia de Esparta y a la ratificación de la fecha que juzgabamos poder asignar a Alcman. Heródoto, en VIII, 131, ofrece una genealogía de la familia regia espartana de los Euripóntidas, partiendo de Héracles, pero aceptable por lo menos a partir de la primera Guerra Mesénica: Teopompo, Anaxandridas, Arqui dam o, Anaxilao, Leotíquidas I, Hipocratidas, Hegesllao, Leotíquidas Il ... Puntos firmes de esta genealogía son Teopompo, realizador de la conquista de · Mesenia a fines del siglo vm, y Leotíquidas 11, contemporaneo de la invasión de Jerjes, en el 480. Las siete generaciones de reyes que separan a ambos (tén­gase en cuenta que Teopompo vivió basta edad muy avanzada) concuerda con el espacio de mas de dos siglos. Ahora bien, la segunda Guerra Mesénica debió de iniciarse dos generaciones después de Teopompo, como demuestra un fa­moso verso de Tirteo: atXf!lj't«t 'lta'téprov ~f!E'téprov 'lta'tépe¡; (fr. 4, 1-4), frase que sin dificultad puede tomarse en su sentido literal, y es razonable creer que las arengas elegíacas de Tirteo fueran compuestas en los años iniciales de la guerra, a mediados de siglo, cuando la insurrección de Mesenia había provo­cado la crisis social en Esparta. Según ya he apuntado, la campaña se habría prolongado a lo largo de mas de un reinado, pero debió de comenzar en el de Anaxandridas o Arquidamo, primero y segundo sucesores, respectivamente, del glorioso Teopompo. Por ello, aunque los antecesores de Leotíquidas hubie­ran tenido reinados muy breves, el mandato de Leotíquidas puede, con se­guridad, fijarse en los dos últimos decenios del siglo vu.

61. Asi suele interpretai.re desde DAVISON (Proceedings of the IXth Intemational Con­gress of Papyrology, 33). Cf. ]ENOFONTE, Lac. Resp., XV, 9: .. Las honras que alli se tributan a un rey después de . muerto demuestran que, con arreglo a las leyes de Licurgo, no se ve­nera a los reyes de Lacedemonia como a seres hillnanos, sino oomo a héroes". Sobre la tumba dè Teopompo en Esparta, convertida en santua­rio, cf. PAUSANIAS, III, 16, 6.

62. Claro esta que cabe la posibilidad de que Leotiquidas fuera nombrado como com-

plemento determinativa de 'ltai1Jmv, y que el comentarista, con ejemplar sentido hipercritico y metódica duda, no supiera si se trataba del monarca o de un homónimo suyo. Pero el con­texto inmediato -en el lema siguiente se ha­blaba, evidentemente, de personajes de estirpe re­gia- no le hubiera permitido ninguna vacila· ción. ·

63. Como HARVEY (l. c., 63) ha visto, es también teóricamente posible leer 'ltaÍlla 1:1 dpia­'tav o incluso 'ltat1lwv dpto'tiiv.

Page 14: Esparta Alcman - Universitat de Barcelona

16 FRANCISCO J. CUARTERO

El último lema, aunque de interpretaci6n mas difícil, contribuye a ratificar la fecha propuesta, si bien el comentarista no parece tener muy claro su propio razonamiento. En 1. 19 se nombraba a Leotíquidas en genitivo, con fo que delante, con toda probabUidad, puede reconstruirse el nombre de Hipocratidas, el único conocido entre sus hijos, si es que tuvo alguno mas: el que le sucedi6 en el trono. Finalmente concluía el escoliasta: "De Euricrates era hijo Po­lidoro, y Timasímbrota su hija". Tal afirmaci6n plantea un doble problema.6'

Nada tiene de extraño que un hijo de Euricrates, quien lo era de Polidoro, llevase el nombre del abuelo. Asi pues, como ya vio Harvey,65 en el lema ha de restaurarse un genitivo Eupoxptino¡; que determine a 'ltatllt y se ha de leer lloloawpoll, ya que de otro modo no se explica la conclusi6n del comentarista.66

¿Quién es, entonces, la persona a quien se compara con Polidoro? General­mente se tiende a sobreentender el nombre de Timasimbrota, pero para la estética arcaica, lejos aún del decadente homoerotismo anacre6ntico, la mujer es siempre alabada por sus características sexuales diferenciales, como la gracia de los movimientos, la delicadeza del cutis, el esplendor de los cabellos ... , mientras que el hombre lo es por su robustez, por su bravura, su fidelidad, virtudes que hacen honor a la estirpe: la comparaci6n de una mujer con un hombre seria necesariamente ofensiva para la una o para el otro. Los frag­mentos de Alcman donde se elogia a muchachas no se apartau de estas líneas generales.67 La conclusi6n mas probable es que se trate del hijo de Eurícrates, Hipocratidas: no veo ningún impedimento para un símil entre un miembro de la casa de los Agíadas y un Eurip6ntida, porque la expresi6n no presenta un tono de rivalidad, sino de conciliaci6n.

Todo se hace mas claro sobre estos supuestos, excepto la filiaci6n de Tima­símbrota: el comentarista, que en 1. 16 s. dudaba en consideraria hija de Leo­tíquidas, ahora en cambio nos sorprende con la rotunda afirmaci6n (1. 21 ss.) de que "Timasímbrota es hija de Euricrates". Creo que la explicaci6n s6lo puede encontrarse en la inepcia del escoliasta. &te tenia delante de sí varias ediciones t.'Omentadas del poema (entre elias las de Te6n y Tirani6n, que es de presumir insistieran mas que nada en .notas de caracter lexicografico, gramatical y tex­tual), pero le faltaban datos para completar la exegesis, con lo que se veía obH­gado a recurrir a sus propios conocimientos. La identificaci6n de Hipocratidas como hijo de Leotíquidas no presentaba dificultad, porque era un hecho im­portante de la historia espartana. En segundo lugar, cuando dice que "Polidoro era hijo de Eurícrates", extrae seguramente el dato del texto mismo, pues es poco probable que un hijo segund6n de Eurícrates haya dejado huella alguna en los anales de Esparta y menos aún en los manuales al uso. La menci6n de tres o cuatro personajes de estirpe regia en un mismo poema le hizo pensar

64. En el papiro hay espacio para Eu­puxpatl3a uiò~ x•À.., pero esta recon:.trucci6n es menos probable, ya que Jl()s llevaria a dos ge­neraciones mas tarde de Leotíquidas I, al tiem­po de Le6n y Agasicles, en pleno siglo VI.

65. L. c., 68. 66. Me parece mejor soluci6n que la de

West, quien, en contra de la evidencia y clari­dad del texto, Iee 'ltat3l Eav&w lloÀ.u3illpw.

67. WEST (l. c., 190) defiende el que Tima­símbrota sea comparada con un hijo de Poli­doro, determinado o no, bas{mdo:.e en que la

muchacha "was possibly more sturdy than beau­tiful, is lilre a hero of the past". Tan descarna­da expresi6n, por cierto del peor de los gustOJt, aunque respondiera a la realidad, es te6rica­mente posible, pero el hecho pertenecerla al terreno de la pura anécdota, por lo que su cer­teza no puede apoyarse en ningún dato disponi­ble. Por su parte HARvEY (l. c., 66) creyendo a Timasímbrota hermana de Polidoro, estima menos inapropiado que se la compare con su hermano.

---

que también T gruencia, pues, tes, se ha puesl

Las conch enunciarse sin Alcman nomb: puede servir < que cierta épo' do reinaba Le< de las formas tomase unas à ci6n siguiente Estesícoro, en Alcm3.n, corne de los elemen innovaciones 1

zadas" de la considerado e todo homogét tribuido a la actividad de 1

4. EL ORIG~

Paso segt grafia de Aie al respecto dc conio de Mé! Esta teoria d Suda, parece por otras aut jandro de Etc boca ·de Alen

~apa1 È1

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68. Sin eml al referirse Alc1 evocara simpleD sado.

2.

Page 15: Esparta Alcman - Universitat de Barcelona

contribuye a ratificar muy claro su propio

genitivo, con fo que 1bre de Hipocnítidas, as: el que le sucedió rícrates era hijo Po­m doble problema.6

'

1 lo era de Polidoro, y,~ en el lema ha de ttaí y se ha de leer In del comentarista. 66

n Polidoro? General­nbrota, pero para la nacreóntico, la mujer ~iaies, como la gracia lr de los cabel1os ... , bravura, su fidelidad, le una mujer con un ra el otro. Los frag­lartan de estas líneas [el hijo de Eurícrates, il entre un miembro ~xpresión no presenta

' la filiaci6n de Tima­siderarla hija de Leo­afirmaci6n (1. 21 ss.) ~xplicaci6n sólo puede de sí varias ediciones

1, que es de presumir ico, gramatical y tex­n lo que se veía obü­:tci6n de Hipocratidas ¡ue era un hecho im­lo dice que "Polidoro texto mismo, pues es dejado huella alguna

1 uso. La menci6n de ?Oema le hizo pensar

ibly more sturdy than beau­~ tbe past". Tan descarna­do del peor de los gustoe, a la realidad, es te6rica-el hecho perteneceria al

nécdota, por lo que su cer­rse en ningún dato disponi­ARVEY (l. C., 66) creyendo mana de Polidoro, estima ¡ue se la compare con su

,~ ... ALCMAN Y ESPARTA 17

que también Timasímbrota perteneciera a alguna de las dos familias. La incon­gruencia, pues, se debe a que el comentarista, abandonada la guía de sus fuen­tes, se ha puesto a elucubrar por su cuenta y lo ha hecho torpemente.

Las conclusiones a extraer de todo este material son coherentes y pueden enunciarse sin reticencias. En primer lugar, si es cierto que en algún poema Alcman nombraba al rey lidio Ardis, cualquier año de la década de los 40 puede servir como terminus post quem.68 En segundo lugar, parece evifilente que cierta época de la vida de Alcman coincidi6 con el final del siglo vn, cuan­do reinaba Leotíquidas. Una generación le separaba de la importaci6n a Esparta de las formas artísticas de la poesía coral, tiempo suficiente para que el arte tomase unas direcciones propias y, basta cierto punto, auct6ctonas. La genera­ción siguiente estara presidida por las innovaciones formales y mitol6gicas de Estesícoro, en servicio y subordinaci6n a la política expansionista de Esparta. AlcmiÍn, como continuador del arte de Terpandro, representa la culminaci6n de los elementos mas festivos que aquélla incluia, a los que venían a sumarse innovaciones surgidas seguramente de formas locales y menos "profesionali­zadas" de la poesía coral. Pero, por otro lado, Alcman puede ser igualmente considerado como autor de transici6n, en el sentido de haber fundido en un todo homogéneo tendencias de diversa índole y con sus poemas haber con­tribuido a la creaci6n de un ambiente poético y musical que posibilitaría la actividad de Estesícoro en el siglo siguiente.

4. EL ORIGEN DE A!.CMAN

Paso seguidamente a estudiar el segundo problema concerniente a la bio­grafía de Alcman: el de su patria. Sabemos que en la antigüedad existieron al respecto dos teorías, polémica de la que da fe el léxico Suda: "Alcman: la­conio de Mésoa; según la desacertada opini6n de Crates, lidio de Sardes".6P

Esta teoria del origen lidio de Alcman, aunque abiertamente rechazada por Suda, parece haber conocido gran éxito en la antigüedad, y así era sustentada por otras autoridades. Un epigramatico de nombre Alejandro -¿quizas Ale­jandro de Etolia, que Horeció en la primera mitad del siglo m a.C.?- pone en boca de Alcman estos versos:

l:apate¡; àpxaiat, 'lta'téprov vo¡tó¡;, et ¡tÈv tv ó¡ttv hpe!pó¡tav, xepvà¡; ~" 'tt¡; àv ~axéla¡;

xpoao!pópo¡;, p~aarov Mla 'tÓ¡t'ltava· vüv aé ¡tO! 'Alx¡tàv oüvo¡ta xat l:'ltdp'ta¡; e!¡J.t 'ltOÀ.o'tpt'ltoao¡;,

xa! Moóaa¡; èMr¡v 'E>..txrovíaa¡; a! ¡te 'tÓpavvov &i¡xav Xlll ró¡ero ¡tetl:;ova àaOXOÀ.tOO.

"Vetusta Sardes, solar de mis padres: si en ti me hubiese criado habría sido un portador de sagrados vasos o un eunuco adomado de oro de los que baten los parleros timbales. Pero ahora mi nombre es Alc-

68. Sin embargo, cabe la posibilidad de que, al referirse Alcman "al año séptimo de Ardis", evocara simplemente un acontecimiento del pa­sado.

69. 'A)..xp.dv; Adxwv à1tò Meaaóac;, xatà aè 'tÒv Kprí'tTj'ta 'lt'talona Aoaòc; ¡x ~apaéwv. Aoptxóc;, o!òc; Arí¡J.av'toc; ~ Tt'tdpoo.

2.

Page 16: Esparta Alcman - Universitat de Barcelona

18 FRANCISCO ¡: CUARTERO

m{m y say de Esparta, la rica en trípodes, y aprendi de las Musas He­liconias, quienes me convirtieron en un rey mas poderosa inclusa que Gi ges, el hi jo de Dascilo." 10

Para el poeta alejandrino, por lo tanta, Alcman, lídia de nacimiento, ha­bria llegada a Esparta donde habrla adquirida la ciudadania. Entre Hneas pa­.rece leerse que con tal motivo cambi6 su nombre barbara por otro, helénico, y aunque para este hecho contamos con el paralelo de Estesicoro, no hay otra fuente que respalde la noticia, ademas de que ignoramos cual pudo ser su primer nombre. Finalmente, para Alejandro, Alcman debía su fama a haber desarrollado su arte en Grecia, no en su barbara y refinada país de origen, donde sus aptitudes, oscurecidas, habrían caído en el olvido.

Aun a. principios del sigla 1 p.C. Veleyo · Patérculo 71 recordaba que "Aie­mana Lacones falso sibi uindicant", lo que indica la larga pervivencia de la cuesti6n. Pera los datos del epigrama de Alejandro pueden ponerse en relaci6n con una noticia procedente de la C onstituci6n de Esparta aristotélica, según la cual Alcman, antiguo esclava de un espartana llamado Agésidas, "alcanz6 la libertad gracias a sus excelentes dotes".72 Al instante se ve que Arist6teles se encontraba en un estadia avanzado de la elaboraci6n biografica en tomo a Alc­man: el joven esclava de origen barbara habria encontrada un amo inteli­gente y comprensiva, quien lo habria manumitido al estar especialmente do­tada para 'tei f.Loucnxd. Pera para ·quien esta acostumbrado a manejar datos de la traòici6n indirecta sobre los poetas arcaicos, es inútil insistir en lo sospechoso de la anécdota: Agésidas puede proceder de la Comedia o, mas probablemente, de un poema mal interpretada: bastaba con que Alcman hubiera hablado de dicho Agésidas (como de Caleso en fr. 5 B) adjetivandolo de ae:a'ltó'ta<; o alga semejante.

Un hecho evidente es forzoso reconocer antes de seguir adelante: tanta los que defendian la teoría del origen lidio como sus adversarios "laconizan­tes" no podian servirse de otras pruebas que la propia obra del poeta. Pau­sanias, que vio la tumba de Alcman cerca del santuario de Héracles en el Platanistas, 73 no menciona inscripci6n sepulcral ninguna, y de ha berla habido

. en alguna otra parte, a buen segura no habria pasado inadvertida a las investi-gaciones de los Peripatéticos y, sobre toda, de Sosibio. Material de otro tipa, como una tradici6n local independiente, tampoco parece haber existida: ademas de la practica imposibilidad de que una tradici6n permanezca inmutada a tra­vés de siglos, las palabras de V eleyo Patérculo parecen indicar que la opini6n unanime en Esparta era considerar a Alcman como laconio. Hay que admitir, pues, que la teoria del origen lidio se basaba únicamente en uno o varios pasajes donde el poeta hablaba de Lidia.

Pues bien: un fragmento asf se ha conservada, y aunque nuestra fuente lo citaba tan s6lo como documento de erudici6n geografica, un papiro de Oxi-

70. A. P., VII, 790. Nótese: 2 xepvaç es un hapax en vez del mas corriente xepvo<fiÓpoç "portador de los vasos sagrados de Cíbele", "coribante"; xépvoc; es palabra lidia (.también xérxpoç ) que designa ciertos vasos de arcilla para el servicio del cuito (cf. ATENEO, 476 e; 629 xepvoCfÓpov ¡¡PX111-'-a). ~axél..aç, nuevo hapax, es también vocablo lidio: cf. ~IÍxEÀ.oç en LuciANo,

Eun., VIII, y ya en ARIISTÓFANES (Ateneo, 134 b).

71. I, 18, 2. 72. Fr. 611, 9 R.: ó oÈ 'A)..x11àv olxé't'l)ç ~"

'A"(71CltkOD, EÒif'D~Ç oè Òlv 7¡)..et~lh¡pwlh¡, 'lt0t7j't~c; dd~r¡.

73. III, 5, 2.

rinco ha venidc por los partidru

" ... ga cuand parter recer, p~r~ 1 (mm

El comen sos de un de bién ignota pe nuaci6n citabl

74. O:ey. pa¡ suplementos son (PMG, 33), con xa1 cra'fl~, 7 'tOÓ'tl xa)..wv, 11 t}eïov 'tt Cfaptv es un ht se trata de p: dV'tt'{lap Éc; e 1crc vocaliza d\l'ttfjlepl

75. Metro: metros trocaicos blema. En 1 ~

Page 17: Esparta Alcman - Universitat de Barcelona

tdí de las Musas He­poderoso incluso que

J de nacimiento, ha­nia. Entre líneas pa­por otro, helénico, y :esícoro, no hay otra DS cual pudo ser su 1Ía su fama a haber 1ado país de origen, vido. recorda ba que "Alc­~a pervivencia de la 1 ponerse en relación aristotélica, según la ~gésidas, "alcanzó la v-e que Aristóteles se ·Mica en tomo a Alc­rado un amo inteli­ar especialmente do­' a manejar datos de istir en lo sospechoso . mas probablemente, hubiera hablado de

D de aea1tCÍ'ta~ O algo

:guir adelante: tanto versarios "laconizan­Jbra del poeta. Pau­l de Héracles en el y de haberla habido lvertida a las investi­laterial de otro tipo, tber existido: ademas ezca inmutada a tra­dicar que la opinión io. Hay que admitir, rte en uno o varios

nque nuestra fuente 1, un papiro de Oxi-

n ARIISTÓFANEs (Ateneo,

: ó 3È 'Al..xl'-àv oixÉ't"lj~ ~.,. ilw ~l..eolh¡pwlh¡, 'ltotr¡'t~~

ALCMAN y ESPARTA 19

rinco ha venido a demostrar 'lue, como ya se suponía, el pasaje fue manejado por los partidarios de la tesis lidianista". El papiro dice así (fr. 13 a): .

5 ].[ ... ] vo~ èxinuo~ xai aacp~] ~E~alO'Òj~ à.~ TÉvot-'tO 'tOÓ'tou Ó'tt] Adxrov El1j Ó'tE cp1¡-ai' ]dvticpapt'll Adxrovt 'tÉ-X'tovt 1ta] p&evírov aocprov 'Ah¡.t.à-

10 vt xaÀ.ro ]v 'tE ¡.t.eMrov 1toticpopov &Eiov dot]aóv· d}..}..' ~otxE Auaòv aú-tòv vo¡.t.i]e;etv ó 'tE 'Apta'totÉÀ.1j~ xai Kpdt1j~ aó] ¡.t.~ljcpot d1ta't1¡&Év'tE~· cp1¡ai rdp· oóx ~ç] àv~p drpeio~ oúa è oxatò~ X'tÀ..] ·

" ... garantia y prueba (segura) podría ser de que Alcman era lacQniO cuando dice: ' ... al rival del faconio Alcman, artíñce de inspirados partenios, aportador de (hermosas) canciones .. : Sin embargo, al pa­recer, Arist6teles (y Crates) estan de acuerdo en consiqerarlo lidio,

gero se ~uivocan, (pues lo que él dice es: 'No es) un hombre rústico, . . h~b' ) t ' ,. 74 mini:I.I,ec.

El comentarista, defendiendo la espartanidad de Alcman, citaba unos, yer­sos de un desconocido poeta como prueba, donde se comparaba a un ·tam­bién ignoto poeta coral con Alcman, designando a éste como laconio. A conti­nuación citaba el fr. 16:

oúx ~~ dv~p àrpeio~ oú­aè axatÒ<; oúaè 1tàp aocpoi­Otv oúaè 8eaaaÀ.Ò~ rivo~, 'Epuatxaro~ oúaè 1tot¡.t.~v,

5 àÀ.À.à :Eapairov d1t' dxpàv.

"No era un hombre rústico ni inhabil ni aun al lado de los entendidos ni tampoco tesalio de raza ni pastor erisiqueo, sino de la elevada Sardes." 75

74. Oxy. pap., XXIV, .2.389, fr. 9, I. Los suplementos son de LoBEL (ed. pr.) y PAGE

(PMG, 33), con excepci6n de algunos míos: 6 xai aacp~. 7 'toÚ'too. 8-9 'tÉX'tOYt (-a ed. pr.), 10 xaM'w, 11 D-eiov dotlJóv, 14 cpr¡ai 7dp· oox ~ç. dv­'ttcpaptY es un hapax y el vocalismo indica que se trata de palabra doria. Hesiquio conoce dvncpaps~ e iaocpapíCetv. En cambio Píndaro vocaliza àY'ttcpepíEat en P., IX, 50.

75. Metro: 1-31 dímetros yambicos; 4-5 dí­metros trocaicos. El texto plantea algún pro­blema. En I ~~. forma doria de la 3. • sg.

del imperfecta de ell'-{ ("'est), ha de ser preferi-. da a la lectio faciliar ei~ de Esteban de BizanCio.

(Cf. EusTATIO, Od., 1.892, 44). En el mismo verso la lectura drpeto<; (pap.)·, palabra !rara (cf. ArusTÓFANEs, Nub., 655, etc.),· estaba ca,. rrupta en drpto~ (Esteban) e inclusò despiazad.a por una glosa drpotxoc; (Crisipo). En Cllanto a 2 t'ltapà aocpoiatyt, es imposible métricamente y abstrusa en cuanto al significada; en general las correcciones propuestas restauran: la signi.­ficaci6n, pero prescinden del metro: ad 1ta¡ià aócpotat (Bergk), 'ltapdaocpó~ 'tt~ (Edmonds),

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20 FRANCISCO J. CUARTEUO

El sujeto de la frase, sea o no Alcman, lejos de ser un rústico ignorante, es persona delicada y sabia, aunque de origen barbaro. En efecto, aquí aparece oxatóc; por vez primera en el sentido de "iilh3.bil",76 y las implicaciones de orden social de la pruabra quedan reforzadas por d1pstoc;. Pero Alcman sigue am­pliando el concepto: no es tampoco tesafio ni pastor erisiqueo. La rusticidad ae los tesalios era lugar común, sobre todo en el drama,77 y aunque 'Epoatx.atoc;, es decir, natural de Erísique, ciudad de Acamania, 78 no signifique nada para nosotros, seguramente evocaba en un griego condiciones de barbarie. Mas conocido es el desprecio que el rústico e ignorante pastor suscitaba en el ciu­dadano: si, como parece seguro, Alcman habla de un poeta o un artista, opone la personalidad del pastor a la del hombre cortés e inspirada por las Musas, igual que Hesíodo en Th. 26:79

'ltot¡tévsc; liwaokot, xdx' è).éusa, l'aoï:Épsc; o1ov

Finalmente, y en contra:r,osici6n con el clímax creado por las sucesivas negacio­nes, se nos dice que "X' procede .Eapaiow d1t' dxpàv. La frase posee un coiorido épico, engrandecedor: Troya es también una lixpY¡ 'ltóktc; en Homero (Il., VI, 68),80

pero es que ademas, nombrar a Sardes era evocar toda una existencia de refi­namiento, de cuya t6pica atribuci6n a los lidios y su éxito entre los griegos daría fe Jen6fanes en el siW.o siguiente (fr. 3).

Sin duda, la persona de quien habla Alcman ha de ser alguien acusado de barbaro o susceptible de elfo, y el poeta lo defiende diciendo que no es un barbaro cualquiera, sino nada menos que un lidio y un lidio de Sardes. En segundo lugar, parece claro que Alcman se esta refiriendo a un roeta o mú­sico, pues la expresi6n 1tàp oo~ototv exige entender ao~óc; en e sentido de "artista", bien conocido desde Píndaro.81 Y los dos primeros versos del frag-mento encuentran un paralelo casi exacto con Píndaro, fr. 198 Bo.: ·

OU'tOt J.I.E Eévov oua' daa~!'-OV(l Motaàv è'ltataeoaav XkO'tat 9~~at.

"Ni como extraño ni ignorante de las Musas me cri6 la ilustre Tebas."

tca¡>IÍGO!p~ 'tt' {Jacobs), 'ltap' daócpotatv (Wel­cker), 1t!lVIÍGO'flóc; 'tlc;. Creo que lo mejor es resol­ver la corrupclón en 'ltàp ao~o!atv véase 1tdp an­te consonante inicial en fr. 124) y entender la frase como parentética con valor concesivo, como ya vio WILAMowrrz: (TG, 54). Final­mente, el metro se restaura en el v. 4 elimi­nando, con Lobel, o6~' delante de 'Epoa.

76. En Homero y en la lírica solamente se usa en su sentido local: xetpl axatfj. HESfoDO, Th., 179; Ixauzi lttÍÀat, Il., V, 237, etc. Sólo a partir del drama aparece frecuentemente en oposioión a aotpóc;: Et11ÚPIDEs, El., 972 Ó1too ~· 'A1tóUmv axatòc; ~. 'ttvec; aocpol; (cf. Her., 258; AiusTÓFANES, Vesp., 1.183, junto a d'ltaffieo'toc;).

17. Cf. Et11ÚPIDES, Pho., 1.407 ss.; ARISTÓ­PANES, Vesp., 1.271 ss.

18. 'Epooí1.11 era, según Esteban de Bizan­cio, una ciudad de Acarnania; la noticia del "entilicio procede seguramente de Apolodoro,

a quien citaba EsTRABÓN (X, 22, 2): 't7íc; ~È !L&GI1o"(alac; xa'tà ttÈ" -ò¡v 'Axapvav(av 'Epoatxalooc; 'ttvdc; cp7JaÍv 'A'lto).l..ó~mpoc; À.é"(&atl-at c1v 'A'kx11àv !LÉ\1V7J'tat (v. 4 s.). El término era lo bastante raro para que algunos lo interpretaran como ad· jetivo "que arrastra el cayado, pastor": asi sch. APoLONio, IV, 972: xal 'tÒ 'ltap' 'A'kx!J.avt ~È k&"(Ó\1&\10\1 lpo11tXatov, 'tlji xa{t.p ipÚo\l'ta xal 'ltOt!lat­\10\l'tac; Véase también Esteban de Bizancio, quien atribuye parecida interpretación a Herodiano: ••• xarov .•• ó la'tt\1 ~ ~ooxo'ktx~ pd~~oc;.

79. La misma noción parece tener Safo cuando, en un epitalamio compara a la novia con el jacinto silvestre, despreciado por los 'ltOt\'-&Vec; cMlpec; incapaces de apreciar su belle­za (fr. 105 e).

80. Cf. TIMchEO, fr. 15, 117 dG"to Aú~tov .{ 1twv. 81. Cf. Pim>ARo, P., IX, 50 s. el ~È XPt~ xal

1tàp aocpòv tÍII'ttcpepl~at ~pÉm.

Queda por del que habla } de algún envidi prit de clocheri obligando al coi permitían, 82 y e dpX,~ 'tOO asoï:Épot metido de a~pt homérico a Ap en la quebraàa como el "homb e imaginar a A dio de propag: tiata. Mas tent: tamento literat. Alcman rodeadl gunos me mote cualquiera, sina Pero nada de €

mas, que el DOl

que en otro ca papiro de Oxiri de Alcman, no ] tido, pues, que fundamentaf pa consistira en ve

En primer vecino parecen Así, Alcman er los pers as, 83 pe Gargaro, en Ia los ge6grafos. ' no hace mas qlè Homero y por la casi desconc pero también 1

Ie ocurriría coh dice que ciert: "que Alcman e del modo de puede decirse : instrumento in:

82. Asl. los frs. 83. Fr. 150 =

'Awlxmpov· !LSIL~' XIDfiOl, 1tk7JOÍov llep'

84. Fr. 153= a Alejandro Corne recibido una fund1 ción era conocida asl. como por Jeno

Page 19: Esparta Alcman - Universitat de Barcelona

11 rústico ignorante, es . efecto, aquí aparece mplicaciones de orden ro Alcman sigue am­lsiqueo. La rusticidad y aunque 'Epucnxaioç, signifique nada para

es de barbarie. Mas 'r suscitaba en el ciu­ta o un artista, opone ?irado por las Musas,

lt0'\1

las sucesivas negacio­ase posee un colorido Homero (Il., VI, 68), so ma existencia de refí­xito entre los griegos

~ ser alguien acusado liciendo que no es un 1 lidio de Sardes. En do a un poeta o mú­póç en el sentido de 1eros versos del frag~ r. 198 Bo.: ·

ió la ilustre Tebas."

ABÓN (X, 22, 2): üjc; M ~v 'Axapvav{av 'Epuatxa{ouc; lwpoc; À.ÉTEaS.at c1v 'AÀ.xtJ.àY El término era lo bastante IS lo interpretaran como ad· el cayado, pastor": asi sch. xai 'tÒ '!Cap' 'AÀ.x¡.ulvt t'iÈ 'tlji xa{~p ipÚoY'ta xat 'ICOttJ.a{­Esteban de Bizancio, quien

tterpretaci6n a Herodiano: ~OUXOÀ.tX~ pa~lloc;. noci6n parece tener Safo lamio compara a la novia :stre, despreciado por Jos 1aces de apreciar su belle-

fr. 15, 117dc:J'tu Aólltov .hwv. P., IX, 5{) s. el llÈ XPt~ xai ~péw.

AJ..CMAN Y ESPARTA 21

Queda por resolver la segunda parte del problema. ¿Quién es el personaje del que habla Alcman? ¿Es acaso él mismo, que se defiende contra los ataques de algún envidioso poeta local o frente a las suspicacias de personas con es­prit de clocher? En principio no hay dificultad en admitir que Alcman esta obligando al coro a hablar de él, pues ya hemos visto que las leyes del género lo permitían, 82 y como los versos se hallaban cerca del inicio de un partenio ( tv àpxi'i 'toü aeu'tépou 'tióv 7tap&eve1wv 4aJlci'twv, dice Esteban), podían cumplir el co­metido de acppaT(ç : en ese caso, del mismo modo que el autor del Himno homérico a A polo se designa ba a si mismo como "e1 varón ciego que mora en la quebraàa Quíos" (Him.h., III, 173), Alcman podria haberse presentada como e1 "hombre de Sardes". F acil es ver mas alia de donde el· texto permite e imaginar a Alcman recién llegado de Sardes sirviéndose del coro como me­dio de propaganda artística en su début en presencia de la nobleza espar­tiata. Mas tentador todavía es considerar los versos como una especie de tes­tamento literario: en su ancianidad, Alcman -la clasica estampa del viejo Alcman rodeado de niñas, ¡todo tan carduccianol- habría dicho: "Aunque al­gunos me motejen de barbaro, conozco bien mi arte, pues no soy un barbaro cualquiera, sino un lidio de Sardes; por eso mis versos perviviran en lo futuro". Pero nada de esto puede inferirse del propio fragmento. Es de presumir, ade­mas, que el nombre de Alcman no aparec1a en ninguna parte del poema, por­que en otro caso ni siquiera habría habido lugar a la polémica. Si, como el papiro de Oxirinco parece indicar, ésta era la principal prueba del origen lidio de Alcman, no podemos dejar de pensar que la base era bien poco sólida. Admi­tido, pues, que el tan traído y llevado poema sobre el "hombre de Sardes" era fundamentaf para los mantenedores de la teoria "lidianista", el paso siguiente consistira en ver si el resto de la obra de Alcman la apoyaba de algún modo.

En primer lugar, palabras de origen asiatico y topónimos del continente vecino parecen haber sido utilizados con cierta frecuencia por nuestro poeta. Así, Alcman era el único en citar una localidad, Anícoro, cercana al . país de los persas,83 pero el caso es único. Tanto la ciudad de Aso, en Misia,84 como Gargaro, en Ia Tróade, 85 eran bien conocidas de los grieg_os, como testimoniau los geógrafos. Cuando Alcman habla dos veces del i:io Janto (fr. 1, 100; 25) no hace mas que echar mano de un material de exotismo tópico utilizado ya por Homero y por la poesia posterior.86 En el Partenio del Lou~e nombraba a la casi desconocida tribu <Ie los ibenos, que habitaba en territorio de Lídia; pero también en el mismo verso hay una referenda a Escitia, y a nadie se Ie ocurriría colegir por ella que Alcman era escita de nacimiento. El escolio B 59 dice que cierta autoridad (¿Aristarco?) inducia de la mención de los ibenos "que Alcman era lidio": seguramente nos encontramos ante un buen testimonio del modo de trabajar de algunos de nuestros colegas antiguos. Lo mismo puede decirse para otro tipo de alusiones. Cierto es que la Jid"faatç 87 era un instrumento importada de Lídia, pero su introducción en Esparta se remon-

82. Así los frs. 39, 95 b y, en otro tono, 17. 83. Fr. 150 = Esteban de Bizancio, 8. 1>.

'Awlxwpov· tJ.~tJ.~'tat 'AI..xtJ.dv· oí olxotív'tEc; 'Aw{­xweot, 'ICÀ.Yjc:JtOY fiEpCIWY XEttJ.EYOt.

84. Fr. 153 = Esteban, 8. 1>. 'Aaaóç, citando a Alejandro Comelio, dice que la ciudad habia recibido una fundaci6n de mitilenios. La pobla­ci6n era conocida por Estrab6n (XIII, 1, 58), así como por Jenofonte.

85. Fr. 154 = Esteban, s. v. rap1apa. Ha­bitada por la tribu de los léleges, a citaba HECATEO, FGH, 224.

86. Il., VI, 4; ALcEo, Z, 72; PiNDARo, O., VIII, 47.

87. Fr. 101 (ATENEO, XIV, 636 f, s.): ttCÍTa­lltv ll' d1eoiHaS.at.

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FRANCISCO J. CUARTERO

taba a Terpandro, en la generación anterior.88 Y la palabra xaxxa~tc; (fr. 39, 3) .. perdiz" puede ser un simple préstamo que nada prueba. Los indicios son, pues, bastante pobres si se tratan de utili.zar como material probatorio.

Por lo demas, el tema parece haber constituido "materia opinable" jamas tomada demasiado en serio. Ademas del anteriormente citado de Alejandro, existen otros dos epigramas funerarios ficticios dedicados a Alcman: uno de ellos, de Leónidas oe Tarento,89 elude simplemente la cuestión, mientras que el otro, de Antípatro de Tesalónica, soslaya la dificultad con cierta donosura al decir que 'ltoÀ.À.at tJ.lj'tÉpec; ÚtJ.vo'ltó"krov.90

Queda por ver si, frente a Aristóteles y demas "lidianistas" presentaban también sus pruebas los "laconizantes" y de qué género eran. Un papiro de Oxirinco, parte de un comentario sobre diversos temas relacionados con los poetas líricos, puede considerarse la contrapartida de fr. 13 a. Dice así (fr. 10 a):

•• ] ~1-E[t]datoc; [xal ó A] taxó ["k] oc; ótJ. [ro] e; à[ki-.otc; A]axeaa [t] tJ.Óvtov à [iocpaí-VEt 'tÒv 'A À. [ XtJ.] àva[ • kÉTEl

5 1ap àv 'to te; 'Y axtv [&tot e;· • dxoo::~a 1:àv d7ja [ óvrov ò'ltòc; 'ltap' Eupru1:a p. [oatat 'tàv , AtJ.UXÀ.a r tàv tJ.EII(ll 'ta't[ 'tÒ\1 EUVOtJ.(I) [ 't!Í't0\1

A pesar del mal estado del texto, el sentido es recuperable: "También És­quilo de Fliunte, de la misma manera que otros autores, demuestra que Alc­man era lacedemonio; en efecto, en los ]acintios dice: 'He escuchado a ori­llas del Eurotas el canto de los ruiseñores de Amiclas' ". 91 Siguen catorce líneas demasiado mal conservadas para extraer de elias ninguna conclusión. De És­quilo de Fliunte nada mas sabemos que era contemporaneo de Sócrates, pues se le cita en el Banquete jenofonteo (IV, 63), pero el dato es interesante por­que retrotrae en mas de medio siglo la "cuestión alcmanea", lo que tal vez per­mita averiguar en qué condiciones surgió. En efecto, a la vista del pasaje de Eliano que he citado mas arriba, creo que no puede separarse la teoría de Alcman el lidio de la teoría de Tirteo el ateniense. Esta última debió de originarse de la mentalidad antiespartanista surgida durante el conflicto pelo­ponesio y tomando como base la ayuda prestada por Atenas a Esparta durante

ss: Cf. supra. El instrumento esta, ademas, documentado en Anacreonte, fr. 29.

S9. A. P., VII, 19: Tòv x.aplevt' 'Alxv-ava, "tÒv Ú)l-Vlj"t~p' úp.evalwv

xóxvov, 1:Òv Mooaüív df;La v-e"k~dv-evov. "tÓp.~o~ dx.el, l:1trlp1:a~ )LE"(af.av "f.rlplll, efl}' O "(E

l.oiallo~ · . dxll~ d1toppl~aç orxe"tal el~ 'Al8av.

La fiase .,al morir arrojó su carga" parece aludir al pretendido origen esclavo. Véase A. C. CA111UNGTON, Mn., XV, 1962, 173 s.

90. A. P., VII, 1S: 'Avépa )1~ 'ltÉ"tp"U "texv-alpeo. kl"tÒ~ ó "tÓ)l~o~

Ò<:ptl7jval, p.e"(af.oo 13 1 Òa"t:Éa <:f'W"t:Ò~ E"f.El. e!l3~ael~ 'AÀ.xp.ava, Mpr¡ç ê"katijpa A.axalvr¡~

eEoxov. 0\1 Mooaéwv êwé' dplllp.ò~ exel. xeí"t:al 13' ~'ltelpol<; 8LMp.ol<; eplç eïl}' ¡; "(E Aoaóç,

et"te Ad.xwv· 'ltoÀ.À.at )l-Y¡"t:Épe<; úp.vo'lto1.wv. 91. La mayorla de los suplementos son de

Lobel y Page, pero introduzco algunos míos: 1 xal ó, 2 ÓtLüí<; dÀ.À.ol<;, 4-5 À.É"(el "(àp ••• 'Y axlvlllol<;, 6 dr¡aóvwv Ò1tÒ~, S 'Av-oxÀ.alliv, 10 aòvov-w"td."tov·

la segunda sul Atenas de finl cerrada y sub< nimo papel e11 para Platón, e parte la corne' una tercera va y su base es : mismo ocurrió continuo entre pasaba el apr' tenido como <

y pr6spera, qu de Lesbos y J reino de Lidi hacer el resto proporcionaiOJ Fliunte, se o¡ haber aprend: voz de los n Alcman recib] Musas.

El papiro

92. La activ lista ateniense e: por K. HINZE, R

93. PLATÓN, 36.

94. Sch. PL IV, 15, 6.

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bra xaxxa~(c; (fr. 39, 3) ba. Los indicios son, u probatorio. teria opinable" jamas citado de Alejandro,

1s a Alcman: uno de uestión, mientras que l con cierta donosura

üanistas" presentaban > eran. Un papiro de relacionados con los

~ a. Dice así (fr. 10 a):

1erable: "También :e:s­>, demuestra que Alc­'He escuchado a ori­. Siguen catorce líneas 1a conclusión. De :e:s­.neo de Sócrates, pues lto es interesante por­a", lo que tal vez per­la vista del pasaje de separarse la teoría de Esta última debió de ante el conflicto pelo­nas a Esparta durante

18: ¡ 't:EX!laipeo. À.t't:Ò~ ó 't:Ó\1~0~ oo ll' ÒO'tÉa cpw•ò~ lxet. , À.Úp'flç H.ati¡pa AaxatY'Ij~ Éwv lwli' &ptll-!lò~ lxet. ~tllú11ot~ lpt~ etil-' o ¡e Aollóç, À.at !l'fl't:Épe~ Ò\1V01toÍ..wv. de los suplementos son de introduzoo algunos míos: 1 , 4-5 ).é¡et ¡àp ... 'Y axtvll-íot~, A \10XÀ.auiv, 1 O &ÒY0\1W'ttÍ'Cov·

Al.CMAN Y ESPARTA 23

la segunda sublevación de los mesenios en la primera mitad del siglo v.92 La Atenas de finales de la centuria no concebía otra Esparta que la conocida, cerrada y subdesarrollada, pero sobre todo convenía no concederle el mas mí­nimo papel en la historia de la cultura griega. Así, Tirteo pasó a convertirse, para Platón, en general ateniense 93 e incluso -y en ello debió de tener gran parte la comedia atica- en un maestro de escuela cojo enviado por burla; 9~ una tercera variante de la absurda leyenda hacía a Tirteo oriundo de Mileto 95

y su base es necesariamente la procedencia asiatica de la elegía guerrera. Lo mismo ocurrió con Alcman: a finales del siglo v los espartanos, entregados a continuo entrenamiento militar, con una cultura humanística que apenas sobre­pasaba el aprendizaje de las letras y de las danzas rituales, no podían haber tenido como compatriota al autor de odas que reflejaban una existencia feliz y próspera, que mas de una vez adquieren tonos similares a la monodia convival de Lesbos y Tonia. Las frecuentes alusiones a los lujos del entonces prepujante reino de Lidia y un poema de facil interpretación subjetiva terminaron por hacer el resto. Los paralelos de Taletas el cretense y Terpandro el mitilenio proporcionaran credibilidad a la teoría, aunque algún docto, como :e:squilo de Fliunte, se opusiera a ella: al parecer su argumento era que Alcman decia haber aprendido su arte en Esparta, con la presunción de que "escuché la voz de 1os ruiseñores a orillas del Eurotas" significa que en Laconia había Alcman recibido, como Hesíodo al pie del monte Helicón, la Hamada de las Musas.

El papiro seguía mas abajo discutiendo la cuestión: 96

25 'A] Àx(l [ àv· oua] è ràp a [A. À.o 'tÜW Èv A [ uaotc; 1ta] paÀ.ÉÀ. [ 0!­

.,tEV oua [Èv • xai Xa) 'tà fll [ xpÒv àE1ow À.Ó [rou TEIEV J 'YjflÉ-y{J)y' Èa'ti [v] o~a~~ [&a] ~~ [datov

30 roc; AaxEaa [ t] (1ÓVlOV 'tÓ't [E È1tl€an¡crav Auaòv ona . atadaxaÀ.ov 'tOOV &U'fCl'tÉ-pmv xai èqd¡ [ ~m] v 7tcnp(o [te; xopotc;, 'tÒ [(1E't'a] U'tOOV [d-

35 1mvba.a&a [t a) è (1r¡aé11:m [ èE7¡v. xa.i vuv E'tt [EE] vtxfut XÉXPYI [ v­'tat ataa.axdl {J)t xo [pfuv. ài.J..à 1] àp E1 atà [ •] ~v aocp(a. [ v 'Ito­~~ 't'YjV E'lt [C. J t ~ OO.Y'tO ( a'tO'ItÓV

40 ÈO'ttY Éa [U) 'tOU lta"tYj [!Op E iv ~~ 'to te; & [ta] (10.0t 'tÒV [' AA.x(1d-

92. La actividad de la propaganda imperia­lista ateniense en este sentido ha sido estudiada por K. HINZE, RhM, LXXXIV, 1934, 39 ss.

93. PLATÓN, Leg., 629 a; DioDORo, VIII, 36.

94. Sch. PLATÓN, Leg., 629· a; PAuSANIAS, IV, 15, 6.

95. Suda, s. v. Top•aioç· 'Apxe!l~pó'tou, Arl.­xwv ~ MtÀ.~<MÇ.

96. A los suplementos de Lobel y Page agrego dubitanteT saepe los siguientes míos: 27 xaL 29 ¡Cl'ttY oullÈv, 34 't:Ò \1E't' aÒ'twv, 35 ¡~~v, 41 ¡..,, 43 Ò1tepÀ.aÀ.wv (cf. Fu.6sTRATO, Ep., I) 1tepi. 44 ¡évooç.

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24 FRANCISCO J· CUARTERO

va xai ÀiTetv éht ~a [p~apoc; ~v xai Aoaòc; Ú'ltepl [ alii>v TCept TC) a1:p!aoc: xai TÉ [~ooc; • ] o o xat"t~ [ .] .[

El comentarista expone seguidos argumentos de diversas procedencias, aun­que de manera un tanto inorgamca. 97 En 25-29 alude a cierto olvido cometido por Alcman en unos versos que debía de citar mas arriba: "En efecto, no deja ae lado ningún otro de los sucesos acaecidos en Lídia, por poco dignos de menci6n que sean". Igual que los modernos, el comentarista saoo bien que Alc­man gustaba de citar cosas relacionadas con Asia, pero ahora acaba de cometer una omisi6n imperdonable, que traiciona sus meras aficiones ex6ticas. Luego prosigue (29-37): "No es absolutamente extraño que los espartanos, por aquel entonces, contrataran a un lidio como profesor de sus hijas y de los adolescentes para instruiries en las danzas tradicionales, pero el competir sirviéndose de ellos no le hubiera sido pertnitido en modo alguno. Inclusa boy en día se sirven de un profesor de danza extranjero". Es nuestra primera noticia sobre la cos­tumbre lacedemonia de contratar maestros de danza extranjeros, pero s6lo con fines pedag6gicos, e ignoro si el autor del comentaria tiene motivos para exten­der la afirmaci6n a la época arcaica o si, como es lo usual, se limita a juzgar por datos tardios. Lo cierto es que de alguna manera. sabe que Alcman particip6 como un laconio mas en las competiciones corales de b ciudad -nuevo argu­mento para quienes defendemos el contenido agonística de los poemas de Alcman-, y que en ello ve una prueba de su espartanidad. Finalmente, el comentarista elimina una tercera posibilidad (37 -45): "Y a un en el caso de que, a causa de su arte, lo hubieran hecho ciudadano, sería desconcertante que se denunciara a sí mismo en sus poemas y dijera que es barbara o lidio, jaétandose de su patria de origen". Para el comentarista parece imposible que un barbara haya conseguido jamas la ciudadanía espartana; y aun en el caso de obtenerla excepcionalinente, que el afortunada se envaneciera de su condici6n de par­oenu. El criterio es subjetivo como en las otras pruebas aportadas, pero al menos el nuevo papiro es un testimonio de c6mo razonaban los eruditos laco­nizantes. Me parece oír clara la voz de Sosibio detras de la del tardío comen­tarista.

Creo que no hay motivos razonables para conduir que Alcman no era laconio y que boy dia debe abandonarse inclusa la mera posibilidad. Los intentos en contra son a todas luces fallidos. A fines del siglo pasado H. Diels 98 pre­tendi6 conceder crédito al ap6crifo anecdotario alcmaneo. Así Alcman, lo mis­mo que Terpandro y Taletas, habria sida llamado a Esparta en calidad de xa&ap•~<:, ya que quien ejercía tal funci6n debía ser forzosamente extranjero, no contaminada por el (J.ÍaotJ.a que impurificaba a los ciudadanos. Pera la simple lectura de lo que de la obra de Alcman nos resta revela, como ya he dicho, una mínima atenci6n a lo religiosa y a los problemas ciudadanos en provecho de lo profano e inmediato. Otra posibilidad sería que Alcman hubiera sida un griego procedente de Asia, buen conocedor de las técnicas musicales de los fidios y poseído por nostalgia de la vida muelle y lujosa: un jonio de Mileto,

97. No hay Jll()tivo, sin embargo, para adop­tar la actitud desesperada de Page, quien ano­ta reflriéndose a las diferent-es partes del co-

mentario: "quae quo modo inter se cohaereant equidem non uideo" (PMG., 30).

98. Hermes, XXXI, 1896, 363.

por ejemplo. conocido joni< por razones r e:.<ccesiva auda

A la vist: conclusiones 5

tieron razones entonces cua1 aprovechaba · mo, 101 mientr como el casi , la intervenció cesar sus mc cobr6 nueva J

ran por la b obvia, era la

Alcm{m e Vivi6 y traba héroes por él que goz6 de se conservara aún en los tiE del país.10f-

5. PoESÍA Y

Alcman e

actualizada d comunidad e servían con !

Los poemas y social a cu nosotros una personal en e mas placente sus propias t palidad cerra sigla había e

99. BECHTE

nennamen, 89. 100. Bowru 101. AlcmlÍ1

músico por entc efecto, en algúJ tistas frigios: l: 109, cf. ATENE'

102. A Ari remonta la anéc con su supuesto

Page 23: Esparta Alcman - Universitat de Barcelona

as procedencias, aun­ierto olvido cometido : "En efecto, no deja por poco dignos de

:a sabe bien que Alc­>ra acaba de cometer ones ex6ticas. Luego lspartanos, por aquel y de los adolescentes 1petir sirviéndose de boy en día se sirven noticia sobre la cos­.njeros, pero s6lo con l motivos para exten­al, se limita a juzgar que Alcman particip6 :iudad -nuevo argu­> de los poemas de tidad. Finalmente, el m en el caso de que, lesconcertante que se tro o lidio, jaétandose sible que un barbaro el caso de obtenerla

su condici6n de par­LS aportadas, pero al >an los eruditos laco­la del tardío comen-

que Alcman no era sibilidad. Los intentos sado H. Diels 98 pre-Así Alcman, lo mis­

sparta en calidad de wsamente extranjero, danos. Pero la simple t, como ya he dicho, dadanos en provecho man hubiera sido un . cas musicales de los

un jonio de Mileto,

modo inter se cohaereant (PMG., 30). I, 1896, 363.

.Al.CMAN Y ESPARTA 25

por ejemplo. El nombre 'Al..xtt<iv es evidentemente una forma laconia del mas conocido jonio 'Al..xttéwv. 99 Pero sacar conclusiones de un pasaje don de el poeta, por razones métricas, distendía el vocalismo en 'Ahtt<iwv (fr. 95 b) me parece excesiva audacia.1oo

A la vista de los diversos materiales de evidencia creo poder exponer mis conclusiones sobre el "problema alcmaneo,.. Antes de final es del siglo v no exis­tieron razones que permitieran dudar del nacimiento espartano de Alcman. Fue entonces cuando, por motivos políticos, surgi6 la desrazonada historia que aprovechaba una arbitraria interpretación del fr. 16, nada explícito en sí mis­mo, 101 mientras en contra de ella se alzaba la voz prudente de algún erudito, como el casi desconocido ~squilo de Fliunte. En el siglo siguiente Iue decisiva la intervenci6n de Arist6teles, cuando quiza se había olvidaao ya la leyenda al cesar sus motivaciones políticas; el anecdotario apócrifo se .creó entonces o cobr6 nueva fuerza.102 Que Crates en Pérgamo y Aristarco en Alejandría opta­ran por la teoria lidianista se debe, a mi entender, a que, siendo la menos obvia, era la mas atractiva para el erudito virtuoso.

Alcman era laconio, espartana quiza, seguramente de la oba de Mésoa.108 Vivió y trabajó en Esparta y alli fue enterrado, cerca de los santuarios de los héroes por él celebrados, Héracles y los Dioscuros. Tal vez fue el último lacqnio que goz6 de fama indiscutible allende fronteras, y por eso mismo sus poemas se conservaran y a él se le tuvo como gloria nacional, como demuestra el que aún en los tiempos de Sosibio los j6venes entonaran sus canciones en las fiestas del país.10'

5. PoESÍA Y VIDA COTIDIANA

Alcman el laconio evoca en nosotros, a caballo entre dos siglos, la versión actualizada del alltttoEpTóç de los tiempos feudales. Nacido en el seno de una comunidad concreta, la sirve con su arte como los caballeros espartiatas la servían con su esfuerzo militar o los periecos con la artesanía y el comercio. Los poemas de Alcman estaban sujetos a una determinada realidad hist6rica y social a cuyos valores sirve de espejo en cierto modo; pero quiza sea para nosotros una vertiente mas interesante otro aspecto que se nos antoja mas personal en cuanto que es menos aprendido y académico: el reflejo de las fases mas placenteras de la vida espartana. Era ésta una existencia complacida en sus propias tradiciones, en los cotidianos goces colectivos de pequeña munici­palidad cerrada. Por eso es natural que un estado que a lo largo de mas de un siglo había combatido para contar con suficientes medios de subsistencia diera

99. BECHTEx..-Fxcx, Die grlechische Per~o­nennamen, 89.

100. BOWRA, GLP, 18. 101. Alcman podfa referirse a un poeta o

músico por entonces contratado en Esparta. En efecto, en algún lugar daba una lista de flau­tistas frigios: l:rí11~a<; xai • Aawv xai THo<; (fr. 109, cf. ATENEO, XIV, 624 b).

102. A Aristóteles, como hemos visto, se remonta la anécdota de AlcmiÍn y las relaciones con su supuesto amo Agésidas. Un origen similar

han de tener los nombres de Damante y Títaro, que Suda asigna al padre del poeta.

103. Cf. Suda. El dato debe de proceder, en última instancia, de Sosibio. Crusius (RE s. v . Alkman, 1.565 s.) cree que el nombre de la oba procede de una corrupción grafica de MEl:­l:QriTHl: (i. e. del monte MeoowT{ç, en Lídia) en MEl:l:OATHl:: no pasa de ser una hipótesis ingeniosa.

104. ATENEO, xv, 678 b.

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26 FRANCISCO J• CUARTERO

una gran importancia a la alimentación y que el aspecto convival de las fiestas aparezca ilustrado con relativa frecuencia entre los fragmentos de Alcman.

En el fr. 19 se describen los preparativos para un festín:

xf..tvat ¡.tÈv É'lt'tà xat 'tóaat 'tpa'ltéaaat tJ.!lXWVtàV ap'tWV È'lttiJ'tE~f~OlO!lt À.Ívw 'tE aaaa¡.tw 'tE x1¡v 'ltEf..íxvatc; 'ltEaéa'tat xpoaoxót..f..a.

"Siete divanes y otras tantas mesas repletas de panes con adormidera, de lino y de sésamo, y en media habra confitura en tazas." 105

Todo lleva a pensar en un banquete que se celebrara al final de la fiesta después de cantada la oda: hay siete lechos de comedor y siete mesas, todas elias abarrotadas de golosinas diversas. Las ¡.taxwviaEc; o bollos espolvoreados con semillas de adormidera sugieren una comida fuera de lo corriente, tal vez de caracter ritual, mientras que las simientes de lino se utilizaban como com­ponente de cierta especie. de gachas.106 En cuanto al sésamo, aunque utilizado en la alimentación cotidiana, servía especialmente como inductor de la fertili­dad.107 Cierta mal conocida confitura de semillas de lino y miel, la xpuaoxót..f..a,108 estara servida en las copas nacionales de madera.109 Probablemente se trataba de un banquete ritual en honor de cualquier divinidad relacionada con la fer­tilidad femenina (Artemis, Ilitía, Ortía, Hera o la Hamada "Virgen") en el que participau las coreutas una vez acabada la oda y hecha la ofrenda.

Un tópico similar desarrollan otros dos versos aislados (fr. 96):

f¡a1j 7t«pEEEt 'ltUÚVtÓV 'tE 'ltof.. 'tÒV xíapov 'tE f..EUXÒV X'Yjptvav 't' Ó'lt<Í>pav.

105. El texto de este fragmento (en ATENEo, III, 110 f, s.} es de los mas maltratados, tanto por la tradición como por la critica. En el v. 2 acepto 11axwvuív, de CHANTRAINE e lRIGOIN

(REG, 1951, 1 ss.), en vez de codd. 11axwvll'iwv, aunque con reservas: naturalmente 11axwvll'iwv no puede caliñcar a à'p;:wv, pero podria tra­tarse de una aposición; no puede descartarse, por otra parte, que 11axwvll'iwv sea una glosa que haya desplazado a 11axwvtav o sim. dp1:wv, sólo parcialmente. En el mismo v. y s. ~'ltta­

-cecpolaat da cuenta de la corrupción itacís­tica e'ltta'tecpetaeÀ.tvw (codd.), mejor que ~'ltt<J'te­tpeiç q. En v. 4 propongo 11:el'ié<J'tat (codd. 'ltel'iea­'te ), superior a 11:all'ieaat Schweighiiuser y 11:Meaat Page. No hay por qué corregir en xpuaoxÓÀ.À.a.c; (DESRoussEAux, Mél. Cumont, Bruselas 1936, 661 ss.). Metro: 1-3 trímetros yambicos cata­lécticos.

106. Tanto las tortas de adormidera como las semillas de lino forman parte del alimento de la guarnición lacedemonia en Pilos; cf. Tuci­DIDES, IV, 26, 8 xaÀ.cpl'itqJ ~v daxoiç ~cpéÀ.xoneç 11~xwva tLEtLeÀ.t'twtLÉvljV xal À.tvou a11:Ép¡La xexotL!lÉvov.

107. En ARISTÓFANES, Pax, 869, el esclavo

anuncia a Trigeo: ò 'ltÀ.axooç 'ltÉ'ltenat. Olj<JatLTj Eu!l'ltÀ.d-t:;:e'tat, y acto seguido el escoliasta, citando a Menandro, afirma que las tortas de sésamo eran servidas como pasteles de bodas lltà -cò 11:0-M¡ovov. Ello ha hecho que desde Welcker, en su edición de Alcman, se haya considerada el fragmento como procedente de un epitalamio; véase últimamente BoWRA, GLP, 68. Todo cua­dra aparentemente: las copas contienen golosi­nas para los niños que componen el cortejo del novio, como los xoupot ÒpX1ja"t7jpeç del Es­cudo de Aquiles (Il., XVIII, 494) y los véot del Escudo de Héracles (281). Pero la presencia de los niños depende únicamente de una pro­blematica corrección del texto.

108. El término es raro y no esta atestigua­do en este sentido sino aqui y en Hesiquio, s. "· xpuaoxÓÀ.À.a' ~pW\lf.Í'tt h À.tvo<J'ltÉ(l!lOU xal tLÉÀ.t'tOÇ. Con otro signiñcado, "soldadura de oro", en TEOFRASTO, Lap., 26.

109. 1te"1..1xva, atestiguado sólo aqui y en ATE­NEO, XI, 495 e, es diminutivo de 11:eÀ.lxa la copa de madera utilizada por los soldados espartanos (cf. ibid., 495 a).

"Por: panal

Los verse terior se trab poco festivo, espigàs de trJ morístico y p1 época del añc neros estan 11 podria tratars sujeto de 'ltap con la vida ag

El otoño Alcman, corne de víveres, y

"Tre cuarl sufici

Alcman prop6sito: un como sabem< época clasic~ ciclo equinoc es difícil cre sujeto es Ze1 juego la plar han de ser e hay trigo en siones, florec minuir la rac

Evidenb

110. Metro: Escribo con la laconia Ó11:wp 'lv

111. Probal: de habas y otr1 QUIO, 8, V, 'ltUrÍ' llè 1tava1tep11tav 'ltllave41wv l4wc

112. La p! laconio: cf. Eus 'Paa{, xll'ipa o!ae,

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convival de las :fiestas aentos de Alcman. festín:

1anes con adormidera, t tazas." 105

·a al final de la :Sesta : y siete mesas, todas

bollos espolvoreados e lo corriente, tal vez utilizaban como com­tmo, aunque utilizado inductor ae la fertili-miel, la xpoaoxóÀÀ.a,108

Jablemente se trataba elacionada con la fer­l "Virgen") en el que ofrenàa. os (fr. 96):

'ltÀ.axoüç 'ltÉ'Ite'lt"tat. OY¡Oa!'-7) :eguido el escoliasta, citando

que las tortas de sésamo 1asteles de bodas 1ltà 'tÒ 'ltO­:ho que desde Welcker, en in, se haya considerada el 1cedente de un epitalamio; oWRA, GLP, 68. Todo cua­las copas contienen golosi-que componen el cortejo xoüpot ÒpXY¡O'tl'j pe<; del Es­

~.. XVIII, 494) y los véot les (281). Pero la presencia le únicamente de una pro­del texto.

es raro y no esta atestigua-10 aquí y en Hesiquio, s. v. &x À.lVOO'ItÉp!'-OU xal 1'-ÉÀ.t'tOÇ.

'• "soldadura de oro", en ).

stiguado sólo aquí y en ATE­minutivo de 'ltSÀ.txa la copa por los soldados espartanos

ALCMAN y ESPARTA 27

"Por :6n nos proveera de potaje de legumbres, blanca espiga y fruto del panal." 110

Los versos estan llenos de color local, pero a diferencia del fragmento an­terior se · trata de una comida vulgar. El potaje de habas es un manjar bien poco festivo, propio de campesinos,U1 y el término laconio x¡apov designa las espi~às de trigo que se asaban enteras.112 Finalmente, un rasgo a la vez hu­monstico y poético, la "cosecha del panal", postre del austero festín, indica la época del año: es a comienzos del otoño cuando, terminada la siega, los gra­neros estan llenos de trigo y habas y las cantaras rebosan de miel. Por tanto, podria tratarse de una ñesta de acción de gracias al final de la cosecha, y el sujeto de 'lt:apêEêt sera cualquier divinidad, masculina o femenina, relacionada con la vida agraria.113

El otoño era época de cierta seguridad en el contar con subsistencias. Alcman, como laconio, participaba tanto de la abundancia como de la penuria de víveres,. y a ello alude en otro lugar (fr. 20):

wpaç a' ~OljXê 't'pt<;, aÉpoç xai Xêt¡ta X<Ò'It<Úpav 't'pt't'a\1 xai 't'é'tpa't•lv 'tò Fi¡ p, o xa adÀ.À.êt ¡tÉv, êafHljv a• aaav oux ~O'tl,

"Tres estaciones pus o: verano, invierno y otoño la tercera; mas una cuarta, la primavera, cuando todo florece, pero no es posible corner lo su:ficiente." tu.

Alcman juega aquí con la tradición, que altera deliberadamente para su propósito: una risueña paradoja; la división del año en estaciones era tripartita, como sabemos ya desde Heswdo, y el otoño no aparece sino a últimos de la época clasica como consecuencia de haberse difundido el conocimiento del ciclo equinoccial.115 Alcman, en efecto, sólo admite las clasicas tres Horas, pues es difícil creer que para él Ó7t<Úpa signifique algo mas que "cosecha".116 Si el sujeto es Zeus, Crono o Urano, no cabe duda de que Alcman enmienda por juego la plana al creador: los dioses dividieron el año en tres estaciones, éstas han de ser el verano y el otoño, épocas de recolección, y el invierno, cuando hay trigo en los hórreos; mas no la primavera, cuando, acabadas ya las provi­siones, florece lozana como un sarcasmo ante quienes se ven forzados a dis­minuir la ración.

Evidentemente, aquí Alcman hablaba en general, pues los versos eran can-

110. Metro: trúnetros yambicos catalécticos. Escriba con la mayoría de editores, la forma laconia Ó1tÚlp7v (mss. Ò'lt-) cf. IG, V, 1497.

111. Probablemente se trata de un hervido de habas y otras legumbres en leche; cf. HEsx­QUIO, s. t1, 'ltuGÍvtov· 'tÒ 1ltà 'tOÜ 7a'l..ax'to<; pÓ'f''l)l'-a' o1 llè 'ltavO'Itep!'-iav ~tpY¡I'-ÉVY¡v Èv TÀ.oxsï. 'lto1.'toç· 'tÒ 'ltUaveMwv ~tJiwa.

112. La palabra pertenece al vocabulario laco,nïo; cf. ~USTA~o; Od;, 1563~ 1: 'AÀ.x!'-àv 1lè, 'Paot, Xtllpa otlle, 'tOO<; E'f'll-ouç 'ltupouç.

113. Diehl, siguiendo a Wilamowitz, cree que el fragmento pertenece al mismo poema que el fr. 19, mientras que Garzya lo relaciona con el fr. 20: ambas posibilidades estan igualmento faltas de pruebas.

114. Metro: trímetros yambicos. Escriba 'tptc; en lugar de mss. 1:peïç.

115. Cf. EUIÚPIDES, fr. 990. 116. Pl.ATÓN, Leg., 837 e; 844 d.

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28 FRANCISCO J. CUARTERO

tados por el coro y no por él mismo. Ateneo, sin embargo, cita el fragmento como testimonio de glotonería por parte del poeta.117 La acusación es, desde luego, injustificada y prueba la poca atención que merecen tales anécdotas pin­torescas. En el mismo pasaje citaba Ateneo un segundo fragmento en apoyo de su tesis (fr. 17}:

Xa[ 'ltOX<Í 'tOl 8roaro 'tpl7t08oc; XÓ'tOÇ Ò>t x' ÈYt t À.E t àTe[pY¡tc; à).)..' ~'tl YÒY T' a7topoc;, 'taxa aè 'ltÀ.Éoc; ~'tveoc;, olov ó 'ltCX¡t<p<iToc; 'Al..x¡tàv i¡pdalh¡ X,À.tapòv 7te8à 'tàc; 'tpo7tdc;· OÒ'tt TcLP aaò 'tE'tOTJ.l.ÉYOV ~a&et, à.À.À.à 'tei xotvà T<ip, wa7tep ó 8à¡to¡;, ~a'teÒet.

"Y algún dia te daré un ca:ldero de tres pies, en el que xp.ezcles co­mida (?). Por ahora aún no esta tocado por el fuego, si bien pronto estara lleno de potaje caliente, como le gusta a Alcman pasado el sols­ticio. Porque él no corne manjares bien condimentados, sino que busca cosas corrientes, lo mismo que el pueblo." 118

Si admitimos que quienes cantaban los versos eran las coreutas, elias son el sujeto de 8rooro, mientras que el de à.Te[pY¡tc; sera el destinatario del regalo, o sea, la divinidad, sea cual sea, a quien iba dirigida la fiesta. El vocabulario apunta en este sentido: •p[7to8oc; xò'toc; designa una caldera tan grande que necesita ser sostenida por un trípode, y como, ademas, no ha tenido aún contacto con el fuego, puecfe ser éste un indicio de ceremonia religiosa. Alcman, sin embargo, aprovecha la ocasión para un doble propósito: cuando dice que el caldero "pronto estara lleno de potaje", puede referirse a una comida comunitaria, ritual tal vez, si la cosecha es buena, y 'ltoxd. indica que la ofrenda esta condi­cionada: podria ser que los versos formaran part e de una oda cantada en una fiesta de· la siembra y que la ofrenda sólo ha de ser hecha si el dios cumple con creces los deseos de sus adoradores: poder saciarse de puré de legumbres al llegar los helados dias del inviemo laconio, cuando el viento sopla desde el Tafgeto.119 En segundo lugar, Alcman obliga a las coreutas a hablar de él, pero ademas a pronunciar su nombre, de modo que el fragmento es una es­pecie de acppaT[c;. Lo que dicen es significativa para saber la posición del poeta en Esparta: parece entenderse entre líneas que, por su cualidad de amado de las Musas, se le podia considerar en cierto modo por encima del vulgar, si bien

117. ATENEO, X, 4:16 d. 118. Metro: tetrametros dactílicos (alcma­

nios), al parecer sin limitaci6n en las sustitu­ciones. Algún problema plantea el te:s:to: el v. 2 esta completamente corrupto, quiza sin remedio, aunque en el principio parece leerse wt x' ~ ... { y en el final dTEtpr¡tç (mss. wx~vtÀ.Ea lEtpr¡ç )j la corrección mas frecuente, de Crusius y Ju­renka, sueie ser <at'tt' dol..> l..é'; las demas giran en tomo al mismo sentido:<FE{lla't' dol..> l..é, de

Jurenka,<?iE!m~ov dol..> H- de Edmonds. La co­rruptela oó 'tE'top.p.Évov en v. 6 admite mejor &llu 'tE~orp.avov, de Page, que ~ú 't., de los edd.

119. Sobre el lwoç, comida popular, no sólo en Esparta, sino en todas las regiones agra­nas de Grecia, cf. _ArusTÓFANES, Ach., 246 s.; Ran., 62, 506. Sócrates, en Hipp. Mai., 290 d de PLATÓN, habla en términos elogiosos del man­jar: "estupendo potaje".

él, a la hora d tronómicas.121 ~

Evidentem por detallar lü glotonería no ( )" rural en re< de ahí a consi( pei-jen hay un advierte hierat de los cultos, €

donde en mucl divinidad era faciles ceremm

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Al pareceJ posiblemente t:

"Alem

aun~ue la frase sirviendose de

120. Cf. HESJ

!la1tavwv. En los teles ·la palabra sig (cf. Pol., I, 3, 3), tas de anécdotas gran inepcia o mu

121. El fragm de lo mas imagi cree que se trata invitado pone el oontenido. Pea-o neos es difícil, y. mente (CATVLO, oorresponden a m relación diens - P• na mesa no apar mas referencias lo que toca a la • lo que el convi penas, aprendizaj• Basta repasar los nis. La posición • es mas bien comp:

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~o, cita el fragmento acusación es, desde

: tales anécdotas pin­fragmento en apoyo

t el que ~ezcles co­uego, si bien pronto cman pasado el sols­ados, sino que busca

LS coreutas, elias son inatario del regalo, o ~1 vocabulario apunta grande ·que necesita do aún contacto con \lcman, sin embargo, dice que el caldero comida comunitaria, t ofrenda esta condi-oda cantada en una

ha si el dios cumple e puré de legumbres 1 viento sopla desde eutas a hablar de él, :ragmento es una es­la posición del poeta talidad de amado de 1a del vulgar, si bien

> Àé· de Edmonds. La co­' en v. 6 admite mejor l, que ~ú 't., de los edd. ~oç, comida popular, no m todas las regiones agra­usTÓFANES, Ach., 246 s.; es, en Hipp. Mai., 29() d énninos elogiosos del man-~,,.

ALCMAN y ESPARTA 29

él, a la hora de corner, pasa con cualquier cosa,120 sin grandes exigencias gas­tronómicas.121 Se trata, quiza, de una captatio beneuolentiae.

Evidentemente no pasó inadvertida a los antiguos esta afición de Alcman por detallar listas de manjares rituales o populares, y aunque la acusación de glotonería no esta fundada, sí se advierte un placer en cierta manera primitivo y_ rural en recrearse en las toscas especialiàades culinarias del país.122 Pero de ahí a considerar a Alcman como una especie de cofrade de los liu-t'ien-chiu­pei-fen hay un abismo. En ninguno de los fragmentos citables --es cierto- se . advierte hieratismo solemne, lo que se explica por el caracter meramente local de los cultos, exentos de fausto de puertas afuera y de ostentación. En Esparta, donde en muchos aspectos la religión no había superado estadios primitivos, la divinidad era sentida como algo inmediato y basta familiar, propiciable con faciles ceremonias de intercambio.

Alguna vez, sin embargo, parece Alcman elevar el tono de su canto, como en una evidente referenda a las auaahtat laconias:

&oivat.; aè xal. Èv &tdaotatV dvapetrov ?tapà aat'tr.lf-lOVECCt 7tpÉ7tEt 'ltatàva xa-rapxr¡v.

"Porque en los convites y en las reuniones de las comidas varoniles conviene iniciar el pean" 128 (fr. 98).

Al parecer se trataba de una ocasión solemne celebrada con una syssitia, posiblemente en honor de Apolo Cameo. En cambio en otro lugar, al decir

'AÀ.xf-ldrov a1xÀ.ov 1Ípf-l<Í>Ea-ro

"Alcman aderezó la cena" (fr. 95 b),12"

aun9,ue la frase no haya de tener necesariamente tono humorístico, Alcman esta sirviendose de una metafora cuyo segundo término esta tornado del mundo

120. Cf. HEsiQuí:o, s. v. 'll:a¡.vpGtroç· 'II:!Ívt:a lla7tavwv. En los escritos biol6gicos de Arist6-teles la palabra significa sií:nplemente "omnívoro" (cf. Pol., I, 3, 3), de manera que los coleccionis­tas de anécdotas pintorescas maniñestan o una gran inepcia o muy mala fe.

121. El fragmento ha tenido interpretadores de lo mas imaginativa: asÍ GARZYA, 118' s., cree que se trata de un conuiuium en que el invitado pone el "continente" y el anfitri6n el contenido. P«o ballar ¡palralelos CO'lltempora­neos es difícil, ya que los propuestos general­mante (CATULO, XIII; HoRACio, C., IV, 12) corresponden a una sociedad donde existia una relaci6n cliens- patronus. El elogio de la bue­na mesa no aparece basta Fil6xeno, y las de­mas referencias a oeremonias convivales, por lo que toca a la época arcaica, se reñeren s6lo

· a 1o que el convite trae consigo: olvido de las penas, aprendizaje de las buenas costumbres ... Basta repasar los fragmentes de Alceo o Teog­Dis. La posici6n de Alcman frente a la comida es mas bien comparable con la de Arquíloco.

122. P. VON DER MÜHL ("Kultische und an­dere Mahlzeiten bei Alkman", Festschr. für K. Meull, Basilea, 1951, 208 ss.) cree que la refe­rencia, tan frecuente en Alcman, a comidas co­munitarias es una prueba de la ií:nportancia que en Esparta se concedía a la alimentaci6n a causa de su escasez; en parte es cierto, pero no la conclusi6n: que las palabras de Alcman en ningún caso corresponden a la realidad, sino a la ·añoranza de una tierra de Jauja debido a las privaciones a que los laconios estaban some­tidos. Pero ya hemos visto que la posici6n de }a ciudad a fines del siglo VII era mas bien desahogada.

123. El metro es difícil de establecer, y la soluci6n mejor parece el ritmo enhoplíaco: v. 1 enhoplio de 9 sHabas; v. 2 alcmanio; v. 3 enhoplio de 9 sílabas como los hallados en el Partenio del Louvre. De todas maneras no sa­hemos si los versos estan completes.

124. Metro: trocaico? Sobre el signiñcado de a1xÀov cf. HESIQUIO, s. v. a1xvov· l)eiwov.

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30 FRANCISCO J. CUARTERO

vulgar e inmediato: al com¡>arar al poeta que compone una oda con una cocinem que apresta la comida alude seguramente a que la :Sesta tenía lugar al atardecer y a que de ella era parte un banquete ritual.

Si Alcman habla con agrado de las comidas comunitarias, pues, ello se debe a que introduce en su poesía elementos tornados del mundo que lo rodea y ha de ser visto hajo la misma especie que las alusiones eróticas. Por esa misma carencia de solemnidad no abundan entre los fragmentos de Alcman las sentencias morales, y cuando se hallan, son demasiado breves y poco origi­nales para merecer haber sido recogidas como arquetípicas. Con todo, dispo­nemos de una media docena de frases proverbiales sobre los tópicos del pesi­mismo griego. Asf, cuando dice:

À.!'lt"Cà ()' à'tpaTCÒ¡; dvYJÀ.!~¡; ()' dvd¡xa

"La senda es breve, y la necesidad despiadada" (fr. 102), 125

Alcman desarrolla el tan corriente pensamiento de la brevedad de la vida y lo inevitable de la muerte, pero acierta al emplear el término d'tpaTCó¡;, que designa una senda estrecha y abrupta, con lo que crea una imagen cinética que añade a la vida la noci6n de diñcultad. Igualmente con la frase:

m¡pd 'tot Jla~atoç dpxd

"La experiencia es el principio del conocimiento" (fr. 125),128

se limita a exponer una opinión común atestiguada aquí por primera vez y que recurre en el pindarico ó TCov~aa¡; aè vó<p xal. 1epo¡1<i&etav cp€pet (I., I, 56) y en la frase esquílea 'tÒ Ted&et Jld&o¡; (Ag., 117). No hay por qué atribuir a Alcman una intención "teológica" en el uso de la frase.

Los demas ejemplos son de interpretación dudosa, ambigua, y es vano trata:r de inquirir sigriificados cuando no poseemos el contexto. Las preocupa­dones morales no parecen haber ocupado un gran espacio de la obra de Alc­man, y aunque la influencia délfica pueda admitirse, no obsesiona al poeta ni lo carga de deseos catarticos. La sociedad espartana de :6nales del siglo VII y comienzos del VI es una comunidad conforme consigo misma, exenta de deseos de cambio político; así como Atenas vivía ahora su crisis de la aristocracia y esta crisis se refleja uniformemente en las elegías de Solón, como algo des­pués el despecho del oligarco derrotado encontraria en las quejas de Teognis de Mégara su vehículo de expresión, Alcman, por el contrario, se limita a describir los goces de una breve é.roca de ",eaz Augustea" en el seno de una

· sociedad estrictamente limitada y municipal .

6. LA INSPffiACIÓN POÉTICA

Ya se ha visto cómo Alcm:ín era el heredero de un par de generaciones de poetas y músicos y que su arte se encontraba lo suficientemente desarrollado

125. Tanto el metro como el propio texto son dudosos: quiza. se trataba de un trímetre yambico cataléctico, pero no hay seguridad de que la lfnea esté completa. Sobre dwlrxa para designar la muerte, cf. EUIÚPmEs, Bacch., 86.

126. No creo que se trate de dímetro cori.Bm­bico hipercataléctico como suele afirmarse; es ~ fectamente lícito medir ¡Lalhjmo<;, con lo que el colem (si esta completo) p;iede interpretane como dímetro trocaico.

para introduci guntarse si AJ, y, en segundo sus predecesor

Ante todc parece tener u Hesíodo en el tiende en el p1 de la Odisea. J a la Musa Calí1

.. Ea, y aña'

11:sta es la podemos consi se cuentan en sivamente a u mente si se la1 palabras que « pon er LJl epov e En otro lugar, en particufar (

.. Ea,: un nu

Un irreco1 genealogia de

· 2.389, fr. 4, li

(fr. 28) que la cómo al comi Sin embargo, haber coexistí~ migenias, naci< se transmite e

121. Metro: ) 128. Al parec

Page 29: Esparta Alcman - Universitat de Barcelona

ne una oda con una e la fiesta tenia lugar I. nitarias, pues, ello se l mundo que lo rodea >nes eróticas. Por esa ragmentos de Alcman ) breves y poco origi­cas. Con todo, dispo­~ los tópicos del pesi-

(fr. 102), 125

vedad de la vida y lo ' d-rpa'ltóç, que designa en cinética que añade 1e:

1" (fr. 125),126

?Or primera vez y que tÉpet (I., I, 56) y en la ué atribuir a Alcman

ambigua, y es vano tntexto. Las preocupa­:io de la obra de Alc­obsesiona al poeta ni finales del siglo vn y

sma, exenta de deseos is de la aristocracia y )olón, como algo des­las quejas de Teognis contrario, se limita a ~a" en el seno de una

1 par de generaciones mtemente desarrollado

~ se trate de dúnetro cori&m­como suele afinnarse; es per­dir 11a&~atoç, con lo que el tpleto) p~de interpretane ~o.

ALCMAN y ESPARTA 31

para introducirlo en una vfa de _;propia evolución. Junto a esto es lícito pre­guntarse si Alcman poseía tambien su propia teoría de la inspiración poética y, en segundo lugar, si ésta se hallaba oe acuerdo con las ideas heredadas de sus predecesores y de la épica.

Ante todo, igual que para Homero y Hesíodo, la inspiración del canto parece tener un origen sobrenatural: las Musas, en plural, tal como las concibe Hesíodo en el inicio de sus dos poemas, o la Musa, en singular, como se en­tiende en el primer verso de la Ilíada y mas explícitamente en la primera frase de la Odisea. Así, en tres versos procedentes def inicio de un poema pide ayuda a la Musa Caliope (fr. 27):

Mii>a' d1e, KaÀ.À.tÓ'lta, &ó1a-rep dtÒç dpx.' tpa-rfuv Fe'ltéul\1, t'ltt (}' !¡tepov o11vrot xai xaptena 'tt&Y¡ xopóv.

•Ea, Musa Calíope, hija de Zeus, da inicio a los deliciosos versos y añade a mi himno el hechizo y una graciosa danza. •• 127

11:sta es la primera vez que aparece una invocación concreta a Calíope y podemos considerar que su nombre esta por el de cualquiera de las nueve que se cuentan en el catalogo hesiódico (Th., 79), sin obligación de ligarla exc1u­sivamente a un canto heroico.128 Las palabras, ademas, se entienden perfecta­mente si se las refiere al coro que entona la oda: la Musa dara comienzo a las palabras que ella misma ha inspirada, gracias a lo cual las muchachas podran poner t11 epov en el himno ya compuesto y desarrollar habilidad en la danza. En otro lugar, las coreutas se dirigen a la Musa sin nombrar a ninguna de elias en particular (fr. 14 a):

Mii>a' d1e, Mii>aa ÀtlYja 'ltoÀUflflEÀ.Èç aièv dot?IÈ [Lél..oc; veoxflòv dpxe 'ltapaévotc; det?lY¡v.

·Ea, Musa, armoniosa Musa cantora eterna y melodiosa: da inicio a un nuevo canto para las doncellas."

Un irreconstruible fragmento papiraceo demuestra que Alcman conocía la genealogía de las Musas, hijas de Zeus y Memoria: Mroaat M[v] a11oaóva (0. P.,

· 2.389, fr. 4, 11, 9), e igualmente hay que entender cuando dice:

Mroaa dtòc; M,a-.ep Àtl' detOOflal wpavta(¡n

(fr. 28) gue la Musa habita en el cielo al lado de su padre, Zeus. Ya sabemos cómo al comienzo del Partenio de Oxirinco llamaba Olímpicas a las Musas. Sin embargo, con esta noción universalizada en la literatura helénica parece haber coexistida una segunda, según la cual las Musas eran unas diosas pri­migenias, nacidas del Cielo y la Tierra: así, en un fragmento de papiro donde se transmite el inicio de un poema, dice:

127. Metro: Alcmanios. líope como inspiradora de cantos bélicos es PÍN-128. Al parecer, el primer ejemplo de Ca- DARO, 0., X, 13 s.

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32 FRANCISCO J. CUARTERO

aè Mii> ~~ À.Ía'lo¡uzt ~ av't ii>v !J.ciÀ.ta'ta. 129

Tanto el metro como la restauración del verso son muy inciertos, pero en cam­bio es sumamente interesante el comentaria del escoliasta, quien, tras identificar el coro que entonaba la oda con las "Dimenas" o naturales de una oba Hamada Dime,130 prosigue la exegesis:

tv a[ È 'taÓ-u¡t 't'Yjt wa [ ijt 'AÀ.] X!J.dV cpoa [ txó¡;· t] x&r¡-a (o1 !J.E&a aè ('tà a) •OXOÒV'ta ~ (!J.lV !J.) Età 'tà¡; ~ii>v À.Ot'ltii> [ v 'lt:Et] pa.;: rr¡¡; [!J.ÈV] Moóaa. [ ¡; &oTa'tÉpa¡; w¡; Mt!J.VEP!J. [ OÇ aó] tà¡;. t·~ [ lvEaÀ.ÓTYjO€

"En esta oda Alcm{m aparece como 'ffsico·. Explicaremos lo que a nosotros parece después de exponer las tentaijvas de los demas. (Dice que) las Musas son hijas de la Tierra, según la genealogia que da Mim­nermo ... "t31

Un dato de la tradición indirecta, un escolio a Píndaro, N., III, 16 b, completa nuestra información:

"Aristarco acepta que la Musa es hija del Cielo, según la aBrmación de Alcman y Mimnermo." 132

Indudablemente Alcman, como Mimnermo, esta siguiendo una tradición extraña a la homérica. En efecto, las Musas con quienes se relaciona Hesíodo parecen responder a una concepción nacida de la religión animista: seguramente fueron en principio ninfas de las fuentes que brotaban en los alrededores de las curo­bres de los montes, pues en el prólogo de la Teogonía, Hesíodo las representa trenzando una danza alrededor de una fuente "de aguas violaceas" y bañando sus cuerpos "en el Permesa, en la Fuente del Caballo o en el divinal Olmeo .. (v. 3 ss.). La musicalidad del murmullo de las fuentes fue indudablemente aso­ciada en tiempos primitivos con un espíritu pensante. Pero como el lugar de cuito de las Musas era preferentemente la ladera de una montaña elevada, se pasó a ligarlas a Zeus por una genealogia que inclufa a Memoria (cf. *!Lovaat ). En cambio, la concepción representada por Mimnermo y Alcman, que puede haber coexistido en un tiempo con la otra, parece responder a un deseo de elevar a niveles cósmicos la inspiración poética: las Musas, autoras primarias de cantos y profecías, saben todas las cosas porque se encuentran entre las deidades primigenias. De todas maneras no hay pruebas de que Alcman haya dedicado una gran importancia a esta segunda concepción: si en un poema alu­dfa a ella, era sencillamente porque comenzaba exponiendo unas iàeas cosmo­gónicas.

129. O:ry. pap., 2.390, fr., 2, I, 22 s. = 5 Page.

130. Cf. HARVEY, art. cit. 131. En 26 restauro q¡ocrtxóç, pues opino,

con Harvey, que <pt>atoÀ.O"(Et de Page, no es una palabra lo suficientemente obvia para ser abre­viada. En 29 leo a~] "tàç.

132. Fr. 67. Cf. .también DloDORO SfcuLo, IV 7, 1: "Algunos pocos poetas, entre los que se encuentra Alcman, declaran que las Musas son hijas del Cielo y la Tierra".

Sin embarg coexistida otra. de las aves:

"Estas · voz de

IndudableiJ poeta, seguraffil clones compatil ciales y con las Ante todo se 1 aunque 'fETÀ.wac un lenguaje ar1 y la comparaci ciertos animale: sentados en co

(Il., III, 150-15~ Cameleonte, la teoría es muy : respaldada por por poetas ant ideas shamanic no dice haber ' la expresión e~

"Conozco las 1

bra vó!J.o¡; esta a la escala to: todos los nom

133. Metro: cataléctico, 3 al que ll'!ta la corru

134. 1 i..wcrcra 707.

135. ArosTÓ1 136. Cf. PLt

CRECIO, V, 1.37·B

3.

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129

inciertos, pero en cam­L, quien, tras identificar les de una oba Hamada

tàç

tÀ.dTfjClê

l!:xplicaremos lo que a ·as de los demas. (Dice ;enealogía que da Mim-

N., III, 16 b, completa

lo, según la afirmaci6n

lo una tradici6n extraña 1ciona Hesiodo parecen ;ta: seguramente fueron llrededores de las cum-Hesíodo las representa

LS violaceas" y bañando o en el divinal Olmeo'" ue indudablemente aso­Pero como el lugar de na montaña elevada, se 1 Memoria (cf. *110vaat). , y Alcman, que puede ;ponder a un deseo de lusas, autoras primarias ;e encuentran entre las lS de que Alcman haya 6n: si en un poema alu­endo unas ideas cosmo-

~f. también DIODORO SícvLo,

; pocos poetas, entre los que 1an, declaran que las Musas > y la Tierra".

ALCMAN y ESPARTA 33

Sin embargo, con la clasica noci6n de la inspiraci6n poética parece haber coexistido otra. En algunos pasajes Alcman dice entender o imitar el canto de las aves:

Filt'Yj •aaê xaí fiéA.oç 'Ah¡1àv êÒpê "fêl'À.roaaai'-Évav xaxxa~íarov atól'-a aov&ÉI'-Evoç

"Estas palabras y esta música compuso Alcman al comprender la parlera voz de las perdices." 133

Indudablemente se trata de una a~pa¡íç donde las coreutas nombraban al poeta, seguramente en el comienzo del canto, o acaso en el final, ambas solu­ciones compatibles con la demanda de inspiraci6n a la Musa en los versos ini­ciales y con las alabanzas del propio coro, por eiemplo, en Partenio del Louvre. Ante todo se habla de que ra voz de las perdices esta dotada de lengua, y aunque ¡E¡À.roaaai'-Évav es un hapax, se~amente indica que las perdices poseen un lenguaje articulado.134 La perdiz hablaba" según una creencia popular,135

y la comparaci6n del hablar fl.uido y facü de seres humanos con el canto de ciertos animales era tan antigua como Homero, para quien los ancianos troyanos sentados en consejo sobre las Puertas Esceas

àÀ.À.' à¡op'Yj'ttlt èa&À.oÍ, nní¡Eaatv èotxdnç, or 'tê xa&' oÀ.r¡v aêvapÉtp è11êe:;Ó!iê\10t 01tCl À.êtptÓêOOClV têtat.

(Il., III, 150-152). Ateneo, que cita el fragmento (IX, 389 f), nos dice que, según Cameleonte, la música había nacido de la imitaci6n del canto de las aves. Tal teoría es muy propia de la afici6n del p6ntico a lo pintoresco, pero el que esté respaldada por autoridades independientes indica que la doctrina era expuesta por poetas antiguos.136 De todas maneras no veo raz6n para atribuir a Alcman ideas shamanicas,137 sobre todo porque no es en modo alguno necesario: Alcman no dice haber "entendido" un mensaje comunicado por las aves; por el contrario, la expresi6n es comparable con otro fragmento (fr. 40):

Fot~a a· òpvíxrov VÓI'-(l)Ç 1tClV'tiDV

"Conozco las reglas del canto de todas las aves"; es la primera vez que la pala­bra vó11oç esta atestiguada en griego, y el poeta se refiere al "ritmo" o acaso a la escala tonal. Son las muchachas del coro quienes dicen haber aprendido todos los nomoi que regulan el canto de las aves, no el propio poeta. De todas

133. Metro: 1 enhoplio, 2 dimetro trocaica cataléctico, 3 alcmanio. a'tÓ!la explica mejor que lí'lta la corrupción lívou.a de los mss.

134. 1 À.üíaaa '1enguaje" ya en HEsiooo, Op., 707.

135. ARxsTÓTELES, H. A., 536 b, 14. 136. Cf. PLVTARCO, De soll. an., XX; Lu­

CRECIO, V, 1.378 SS.

3.

137. Así BoWRA, GLP, 29 s. Es corriente comparar con estos dos breves fragmento& de Alcman el fr. 278 del Catalogo hesiódico, en el que, sin embargo, se habla solamente de la naturaleza vegetal. Mas acertado, en todo caso, sería citar determinadas composíciones del Shih,. Ching, del Chu-Tz'u y de algún que otro autor de la época Tang.

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maneras, entender que las propias aves hayan inspirado a Alcman comunican­dole los secretos del canto es ir mas alia de lo que el texto estricto permite.

En la acppalt<:, Alcman podía también exponer algún sentimiento personal, y una dulce melancolía romantica que halla su eco en Carducci sobre todo, parece desprenderse del famoso fragmento del cérilo:

oü 11' Ett, 'ltapaEvt>tal. !1EÀ.t¡dpoe<; {apócpmvot, TOia cpÉpY¡v aóvatat. ~dÀ.E a~ ~dÀE XY¡pÓÀ.o<: Et"Y¡V' O<; t' È'ltl XÓ~tO<; dv&o<; fÏ!i' àÀ.XOÓVEOOt 'ltO'ti¡tat vY¡aEèc; ~top exmv, aÀ.t7CÓpcpopo<: {apÒ<: opvt<;.

La fabula popular quería que el macho del alción, el cérilo, llegado a la vejez, fuera llevado por su hembra sobre las aguas del mar, y en realidad es atractivo comparar el inviemo --época en que el ave marina, emparentada con el. martín pescador anidaba- con el inviemo de la vida, la senectud, e imaginarnos a Alcm{m, ya viejo, rodeado de sus niñas. Pero la tópica figura debe desaparecer, aun cuando haya servido de inspiración a las deliciosas Ode barbare. A no ser que se trate de una excepción -y desconocemos el contexto-, los versos eran cantados por el coro, y aun cuando se refieran a Alcman (cf. fr. 38, oaaat aè 'ltaHlE<; IÍ!iÉIDV Èvtl. tÒV Xt3-aptatàv alVÉOVtt), el motiVO de SU deseo puede ser sencillamente el cansancio físico.138

FRANCISCO J. CUARTERO

138. Sobre la leyenda del cérilo, cf. ANTi- por la vejez se quedan sin fuerzas y no pueden GONO DE CAIUSTO, Hist. mir., XXVII: "Los ma- volar, las hembras los toman sobre sus alas para chos de los halciones se llaman cérilos; cuando transportarlos".

La ca

La lectur~ del hombre se a su tío SimÓJ primera vez q miendo lo que

La concel irrumpe en la hajar al hombJ propone a to< del poeta dir~

Puestc ni, si· pues así es

De lc la fm algo' la m1 pues y a e

Según Sin impotente. El

1. Cf. MAN