estación de la sabana: coyunturas económicas y

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1 Estación de la Sabana: coyunturas económicas y preservación del patrimonio en el siglo XX Santiago Ramírez Sampedro Tesis presentada para optar al título de Historiador Departamento de Historia, Facultad de Ciencias Sociales Universidad de los Andes Santiago Paredes Cisneros, Doctor en Historia Director de Monografía de Grado Bogotá, D.C., mayo de 2015

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Page 1: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

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Estación de la Sabana: coyunturas económicas y preservación del

patrimonio en el siglo XX

Santiago Ramírez Sampedro

Tesis presentada para optar al título de Historiador

Departamento de Historia, Facultad de Ciencias Sociales

Universidad de los Andes

Santiago Paredes Cisneros, Doctor en Historia

Director de Monografía de Grado

Bogotá, D.C., mayo de 2015

Page 2: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

2

Índice

Índice de láminas………………………………………………………………………..... 3

Índice de tablas……………………………………………………………………………. 3

Introducción……………………………………………………………………………….. 4

I. Estación de la Sabana. Historia, entorno y coyunturas económicas…………...12

A. La Estación de la Sabana y su entorno…………………………………………12

B. Coyunturas económicas alrededor de la estación………………………………20

II. Los efectos de la economía y la arquitectura en la valoración de la

estación…………………………………………………………………………36

A. Del olvido al patrimonio……………………………………………………….36

B. Ruina y actualidad……………………………………………………………...44

Conclusiones……………………………………………………………………………….48

Bibliografía………………………………………………………………………………...50

Page 3: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

3

Índice de Láminas

1. Antigua Estación de trenes de Bogotá en 1895…………………………………… 13

2. Plano topográfico de Bogotá 1894………………………………………………... 15

3. Estación central de Ferrocarriles o Estación de la Sabana………………………...17

4. Caricatura de Pepe Gómez en Bogotá Cómico…………………………………… 19

5. Estación de la Sabana y Estación del Sur…………………………………………. 25

6. Mapa Ferroviario de Colombia para 1930…………………………………………28

7. Estación de la Sabana luego de las remodelaciones hechas en 1953………………33

8. Edificio de la Academia de la Lengua, Edifico de la Gobernación de Cundinamarca

y Estación de la Sabana……………………………………………………………38

9. Señalización frente a la Estación de la Sabana, que la acredita como Bien de Interés

Cultural de Bogotá………………………………………………………………....43

Índice de Tablas

1. Inversión de los recursos de la indemnización recibida por la pérdida del Canal de

Panamá……………………………………………………………………………..26

2. Resultados operacionales Ferrocarril de la

Sabana……………………………………………………………………………...27

3. Tabla comparativa de la inversión en ferrocarriles y carreteras durante el decenio de

los 30……………………………………………………………………………….30

4. Administraciones encargadas del Ferrocarril de la

Sabana……………………………………………………………………………..32

Page 4: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

4

Introducción

“Los objetos que permanecen en el tiempo transmiten de una manera directa a los individuos noticias y

sensaciones que provienen del pasado [...] Son la puerta más

directa hacia el pasado, mucho más que los dichos, las historias o las mismas ideas

escritas, porque están presentes ante nuestros ojos y se pueden tocar”

Joseph Ballart1

La Estación de la Sabana, ubicada cerca al centro fundacional de la ciudad de Bogotá, es

una estructura arquitectónica llamativa, inmersa en un entorno incongruente con su estilo.

Recorrer la carrera 13 en sentido oriente-occidente implica un asombro normal en el

ciudadano que transita con poca frecuencia el barrio de Los Mártires, donde está situada la

estación, pues causa sorpresa el recargo decorativo que caracteriza el edificio en medio de

un espacio industrial y comercial. Los locales abandonados, las calles sucias y las tiendas y

parqueaderos del sector, junto con personas en estado de indigencia, hacen realzar las

características formales y estéticas de la estación, que parece haber quedado paralizada con

el tiempo.

En un recorrido como el del transeúnte imaginario, saltan a la vista, precisamente, los

profusos decorados del edificio que parecen querer contar la historia de su pasado glorioso,

del cual han quedado solo las ruinas. Se entremezclan pues, una serie de diálogos indirectos

entre el entorno, el edificio y el espectador que llevan a pensar en qué procesos han hecho

posible que la Estación de la Sabana sobreviva en este contexto.Una imagen que llega a la

mente es la del progreso que alguna vez la estación encarnó y que, al mismo, tiempo,

condenó esa estructura al abandono, una vez los ferrocarriles fueron sustituidos por otros

sistemas. Pese al abandono, es precisamente la ideología del progreso lo que,

paradójicamente, ha conducido a que la estación siga en pie, dadas las características

materialistas de la sociedad en que vivimos, que hacen cada vez más difícil el desprenderse

de objetos que parecen ser útiles y valiosos, pero que desde hace un buen tiempo lo han

dejado de ser.2

1 BALLART, Joseph. El patrimonio histórico y arqueológico: valor y uso. Barcelona: Editorial Ariel (1997).

Pág. 130. 2 La monografía trae a colación debates sobre coleccionismo y objetos en aras de profundizar el análisis sobre

el por qué la estación se ha conservado hasta la actualidad. En ese sentido, la preservación de la Estación de la

Sabana puede estudiarse desde posiciones como las de Richard Handler, para quien un objeto coleccionable

emerge de un dominio de identidad dado desde políticas nacionales y leyes restrictivas. Es decir, por medio de

Page 5: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

5

En este sentido, el problema de esta investigación gira en torno a la comprensión de las

dinámicas económicas, políticas, arquitectónicas e históricas que han incidido en la

preservación de la estación después de que fue abandonada. Se parte de la base de que las

formas construidas, así como sus permanencias y cambios, reflejan las dinámicas de las

sociedades en las cuales se insertan. En especial, la búsqueda de la “preservación”3 de las

edificaciones, cuya manifestación actual es el patrimonio, remite a interesantes facetas

políticas y económicas que suelen pasar desapercibidas al considerar la arquitectura.4

De este modo, la tesis busca convertirse en una herramienta para el análisis de dos líneas

que tienden a confluir poco y que forman parte de mi experiencia personal: la historia

económica y la arquitectura. Más allá de los valores estéticos o patrimoniales que se le

atribuyen a la Estación de la Sabana y que dan por sentados su origen glorioso, su

abandono (asociado con el declive de los ferrocarriles) y la obligatoriedad de su

preservación, sugieren interrogantes sobre los procesos que han incidido para que la

edificación siga en pie.

Una aproximación a través de preguntas del terreno de la economía y la historia permiten

ver que la estación es la expresión de una serie de coyunturas económicas que suelen

pasarse por alto, y que la presencia de ese edificio como un objeto urbano “valioso” radica

lo que el mundo material y grupos (sociales) específicos escogen para preservar, valorar y cambiar con el fin

de mantener una identidad nacional. Autores como Samuel Alberti, James Clifford y Arthur Ripstein,

ayudarán a profundizar éste análisis en el segundo capítulo. ALBERTI, Samuel. Objects and the Museum.

Chicago: The University of Chicago Press. The History of Science Society (2005). Págs. 559-571.

CLIFFORD, James. “On collecting Art and Culture”. En: The Predicament of Culture: Twentieth-Century

Etnography, Literature, and Art. Cambridge, MA: Harvard Univerity Press (1998). Pág. 215-251. Pág. 68.

HANDLER, Richard. “On Having a Culture. Nationalism and the Preservation of Quebec‟s Patrimoine”. En:

History of anthropology. George Stocking (ed.), Madison: University of Wisconsin Press (1985). Págs. 192-

217. RIPSTEIN, Arthur. “Commodity Fetishism”. Canadian Journal of Philosophy. Vol. 17, No. 4.

December (1987). Págs. 733-748. 3 El trabajo se refiere a preservación como la protección y cuidado que se le ha otorgado a la Estación de la

Sabana mediante el decreto 2390 de 1984 y el decreto 746 de 1996, que la han declarado como Monumento

Nacional, hoy Bien de Interés Cultural. Considerando N° 2 del Decreto N° 746 del 24 de abril de 1996, “por

el cual se declara Monumento Nacional el conjunto de las Estaciones de Pasajeros del Ferrocarril en

Colombia”. 4 Sobre temas de preservación y construcción cultural del patrimonio véanse autores como: BALLART,

Josep, FULLOLA, Josep y PETIT, María des Angels. El valor del patrimonio histórico. Barcelona:

Complutum Extra (1996). Pág. 45. BALLART, Joseph. El patrimonio histórico y arqueológico: valor y uso.

Pág. 215-224. CHOAY, François. Alegoría del patrimonio. Barcelona: Gustavo Gili (2007). Consultado el 27

de abril de 2015. Disponible en: <http://www.scielo.cl/pdf/rgeong/n41/art08.pdf> Pág. 147.

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6

en su vinculación con la esfera económica y productiva, y no solamente depende de la

relación que el edificio tiene con la arquitectura o con la valoración que sobre el edificio se

hace desde esa disciplina. En síntesis, el trabajo pretende mostrar cómo los ciclos

económicos y políticos entran a explicar la preservación del edificio en el tiempo.

La investigación se divide en dos capítulos. En el primero, se describen y analizan la

estación y su entorno urbano en detalle, para entender el impacto del edificio sobre la

morfología de la ciudad y en la percepción de las personas. El análisis propuesto en este

capítulo está vinculado con las coyunturas económicas que daban sentido al ferrocarril y

tiene en consideración el marco global y nacional en el que se enmarcó el Ferrocarril de la

Sabana y sus lógicas económicas. El segundo capítulo, estudia los intentos de conservación

entorno a la estación. Además, se analizan las valoraciones arquitectónicas del edificio,

como ruina y patrimonio, a partir de 1954 hasta el presente. Las clasificaciones de la

estación elaboradas desde la perspectiva de la arquitectura y que privilegian lo estético,

lejos de ser neutrales, ponen en evidencia que el patrimonio es una dimensión

estrechamente vinculada con el valor económico de los objetos y de la cultura.

La organización de la monografía responde a la necesidad de vincular, en primera instancia,

la Estación de la Sabana con un entorno del que ha sido protagonista por más de un siglo.

Así, tanto en su función como estación de trenes, en su rol como Bien de Interés Cultural,5

como en su realidad actual, el edificio ha tejido diferentes tipos de relaciones con su

entorno (barrio El Listón en la localidad de Los Mártires), cuya importancia es preciso

analizar y entender, pues repercuten en su valoración económica, política y arquitectónica.

5 Mediante el Artículo 8 de la Ley 397 de 1997, el Gobierno Nacional otorgó al Ministerio de Cultura la

facultad para declarar y manejar el patrimonio cultural de la nación. Bajo este trámite, el Ministerio de

Cultura en concordancia con el Departamento Administrativo de Planeación Distrital (DAPD), encargado de

efectuar la declaratoria de Bienes de Interés Cultural, cambió el estatus de la Estación de la Sabana de

Monumento Nacional a Bien de Interés Cultural en el 2004, mediante el Artículo 310 del Decreto 190 de

2004. Normatividad Declaratoria de interés cultural a nivel nacional. Instituto de Desarrollo Urbano. Alcaldía

Mayor de la ciudad de Bogotá. Consultado el 14 de abril de 2015. Disponible en:

<http://www.google.com.co/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=3&ved=0CCgQFjAC&url=http%

3A%2F%2Fwww.idu.gov.co%2Fweb%2Fguest%2Fbiblioteca_doc%3Fp_p_id%3D20%26p_p_action%3D1

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Page 7: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

7

Por otro lado, la cuestión del valor (arquitectónico, patrimonial y estético) ocupa un lugar

fundamental y este aspecto intenta mirarse desde el punto de vista de la economía.

En ese sentido, es importante resaltar que la estación (su diseño, construcción, uso e,

incluso, su abandono) ha estado articulada con importantes dinámicas políticas y

comerciales. En síntesis, al mirar la estación como un objeto, se busca trascender la

apreciación estrictamente estilística y formal, que son facetas importantes pero que limitan

el estudio a una cuestión de canon o periodización de las formas arquitectónicas. Además,

esa aproximación lleva a considerar que, como objeto, la estación, en gran medida, ha

tenido las características de las mercancías, es decir una vida comercial dada por su valor

de cambio.6

Como se explicará más adelante, del rol que tuvo la estación como una construcción

funcional, y de su paso al olvido con la quiebra de los Ferrocarriles Nacionales de

Colombia (FNC), se desprende la necesidad de apreciarla como mercancía en una sociedad

capitalista, y por ende, materialista que, en últimas, ha permitido su permanencia.

La metodología comenzó a diseñarse a principios del 2014, a partir de un trabajo elaborado

en un seminario de investigación de arquitectura y ciencias sociales.7En un escrito

elaborado como trabajo final de ese curso, y en el que me aproximé a la estación por

primera vez, logré identificar que existe una brecha entre los estudios de historia de la

arquitectura y los de economía e historia económica. La experiencia adquirida durante el

pregrado hace pensar que son pocas las veces que la historia económica se aproxima a la

6 La investigación hizo énfasis en los debates que se han dado con respecto a las mercancías y vida material

de los objetos, para lo cual se retoman puntos de vista como los de Igor Kopitoff y Arjun Appadurai. Ambos

autores han hecho una aproximación al estudio de los objetos desde una perspectiva antropológica, donde las

mercancías también pueden tener una vida social y, por lo tanto, un valor desligado de lo económico y

comercial. Esto implica saber que los objetos son también elementos que están culturalmente construidos y

cargados de significados, en dónde el contexto en el que se desarrollan juega un papel importante, ya que la

clasificación que recae sobre ellos corresponde a categorías cultural y socialmente construidas. KOPITOFF,

Igor. “La biografía cultural de las cosas: la mercantilización como proceso”. En: APPADURAI, Arjun. La

vida social de las cosas: Perspectiva cultural de las mercancías. México: Consejo Nacional de la cultura y

las artes (1991). Pág. 89. Para más información acerca de los objetos como mercancía véase:

BAUDRILLARD, Jean. El sistema de los objetos. Ediciones Gallimard. París (1968). Pág. 59. BAUER,

Arnold. Goods, Power, History: Latin America's material culture. Cambridge UK: Cambridge University

Press. (2001). Pág. 9. FERGUSON, James. Cultural Exchange: New Developments in the Antropholy of

commodities. Durham: Duke University. Vol. 3, No 4, (1988). Pág. 47. MARX, Karl. El capital: crítica de la

economía política. México: Siglo XXI Editores (2007). Pág. 30. 7 Arquitectura y ciencias sociales, semestre I de 2014, profesor Santiago Paredes Cisneros, Departamento de

Historia, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de los Andes.

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8

arquitectura. A partir de la experiencia anterior y durante el primer acercamiento a esta

investigación pudo verse que el uso de diferentes filtros conceptuales y metodológicos

permite diseccionar y apreciar un número significativo de facetas, por lo que se optó por

continuar con el estudio de la estación.

Con respecto a las fuentes, se trata de información visual que, a falta de textos que ahonden

en los temas asociados con la estación, permiten identificar importantes aspectos de ese

edificio.8 Cabe resaltar, además, que la mayor parte de la información encontrada hace

referencia al estilo arquitectónico de la Estación o a los proyectos que se tienen a futuro con

la misma, por lo que la investigación pretende avanzar un paso más allá de esas

perspectivas y, así, aportar a los estudios sobre la estación y el ferrocarril.

Así pues, de acuerdo con la necesidad de mirar la articulación entre la estación y la

sociedad, el método se basó en métodos y conceptos de tres disciplinas: la economía, la

historia y la arquitectura. Con respecto a la economía, el trabajo pretende argumentar que

las coyunturas económico-políticas tuvieron influencia sobre la estación. En cuanto a la

historia, la investigación se fundamente en evidenciar los procesos de permanencias y

cambios sobre la estructura arquitectónica, en especial, lo que tiene que ver con estética, los

espacios y los estilos.

En consonancia con lo anterior, el primer soporte, la economía, permite analizar la relación

entre el edificio y las coyunturas económico-políticas que afectaron el proceso

ferrocarrilero en el país. De tal forma, la monografía definió desde ese primer soporte las

coyunturas como aquellos períodos gubernamentales que establecieron políticas

económicas ferroviarias y que, en consecuencia, afectaron de una u otra manera el

desarrollo del ferrocarril y, por lo tanto, de la estación. Las coyunturas se dividieron

principalmente con base en los gobiernos conservadores y liberales que dirigieron el país

durante la primera mitad del siglo XX. El resultado fue la demarcación de cuatro

coyunturas específicas entre las que se encuentran la Hegemonía Conservadora (1886-

1930), con políticas inversionistas a favor del desarrollo de los ferrocarriles; Hegemonía

8 Como información visual se hizo recurso de fuentes primarias como cartografía del siglo XIX, una

caricatura de Pepe Gómez en el semanario Bogotá Crítica y fotografías de la Estación de la Sabana y sus

alrededores durante varias etapas de estudio.

Page 9: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

9

Liberal (1930-1946), con un primer vuelco de las circunstancias que favoreció la inversión

en carreteras por encima de los ferrocarriles; años de cambio y dictadura (1946-1953), con

hechos trascendentales como la remodelación de la estación y la ampliación de la carretera

de occidente; Por último, los años de decadencia y preservación (1954-actualidad), con la

quiebra de los Ferrocarriles Nacionales de Colombia (FNC) y abandono de estaciones y

ferrocarriles.

En consecuencia, para la Hegemonía Conservadora se tuvieron en cuenta los períodos

gubernamentales más influyentes en la financiación del ferrocarril como el de Rafael Reyes

(1904-1909) y Pedro Nel Ospina (1922-1926). Para la época de la Hegemonía Liberal se

tomó en consideración el mandato de Enrique Olaya Herrera (1930-1934). Finalmente se

consideró la dictadura del general Rojas Pinilla (1953-1957), los años posteriores a la

remodelación de la estación y la posterior quiebra de los Ferrocarriles Nacionales de

Colombia (1954-actualidad).

En segunda instancia se optó por el filtro metodológico de la historia, que jugó un rol

importante para entender los procesos de cambio y permanencia entretejidos alrededor de la

estación y su entorno. Al respecto, es preciso indicar que la noción de “ruina” ha resultado

particularmente útil para dimensionar las dinámicas generadas alrededor de la estación, a

partir de su abandono.9 Así, estas circunstancias hablan de una particularidad en el uso del

edificio por las cuales sigue estando en pie a pesar de su deterioro.

Adicionalmente, las herramientas de la arquitectura han sido especialmente valiosas. Así, el

conocimiento del espacio interior y de las implicaciones de los motivos decorativos del

9 La interpretación de la Estación de la Sabana como ruina, ha sido abordada desde trabajos como los de

George Simmel, Walter Baenjamin, Naomi Stead y Nick Yablon, quienes establecen unas relaciones

específicas entre la sociedad y las edificaciones a partir del papel que la ruina tiene con su entorno. De este

modo, la ruina se ha forjado como documento histórico balanceado y hasta eclipsado por su impacto afectivo

emocional y su capacidad para transmitir melancolía, en línea con el concepto barroco, al reflejar el paso del

hombre en el tiempo. BADAWI, Halim. “Ruinas Modernas”. Revista Arcadia. 22 de enero de 2015.

Consultada el 12 de febrero de 2015. Disponible en:

<http://www.revistaarcadia.com/impresa/arquitectura/articulo/ruinas-modernas/40755>. SIMMEL, George.

“The Ruin”. En: Essays on Sociology, Philosophy, and Aesthetics. Kurt H. Wolff (ed.). New York: Harper &

Row (1959). Citado por Naomi Steed en “The Value of Ruins: Allegories of Destruction in Benjamin and

Speer”. Pág. 56. STEAD, Naomi. “The Value of Ruins: Allegories of Destruction in Benjamin and Speer”.

En: Form/Work an interdisciplinary journal of design and the built environment. Sydney: The University of

Technology (2003). Pág. 51-62. YABLON, Nick. Untimely Ruins. An Archaeology of American Urban

Modernity, 1819-1919. Chicago: The University of Chicago Press (2009). Pág. 8.

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10

edificio ha conducido a desentrañar los ideales de las personas vinculados en su diseño,

construcción y uso.10

De igual manera, la discusión sobre "patrimonio", fundamental en la

historiografía de la arquitectura, ha llevado a mirar la estrecha relación entre la valoración

estética, cultural e histórica la economía.11

Las tres aproximaciones metodológicas buscan

integrar las disciplinas que, en el caso de estudio de los ferrocarriles, han estado separadas.

Como se ha insinuado, si bien el trabajo tiene la intención de analizar las dinámicas de la

Estación de la Sabana, no se dejará de lado el estudio de las líneas férreas que llegaban a

Bogotá y terminaban sus recorridos en este edificio. De este modo, la monografía se

centrará en el Ferrocarril de la Sabana (o Ferrocarril de Occidente), que funcionaba como

parte del conjunto de la Compañía de Ferrocarriles de la Sabana desde su inauguración en

1889.12

Se refiere al ferrocarril que conducía de Bogotá a Facatativá. Así, se incluyen en el

estudio, principalmente, la extensión de 40 Km de ferrocarril en el que se conectaban las

estaciones de la Sabana, la Estación de Puente Aranda, la Estación de Fontibón, la Estación

de Mosquera, la Estación de Madrid y la Estación de Facatativá.13

Sin embargo, para efectos del estudio, también se tuvieron en cuenta líneas ferrocarrileras

como la del Sur (que conectaba la Estación de la Sabana con el Salto del Tequendama en

1927), la del Norte (que conectaba la Estación de la Sabana con la población de Barbosa

10

Respecto al estudio arquitectónico, al análisis de las corrientes y estilos véanse autores como: ARANGO,

Silvia. Historia de la arquitectura en Colombia. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Centro Editorial

y Facultad de Artes (1989). Pág. 209. MEJÍA, Germán y CUÉLLAR, Marcela. Atlas histórico de la ciudad de

Bogotá cartografía, 1791-2007. Bogotá: Alcaldía Mayor / Planeta (2007). Pág. 49. MEJIA, Germán. Los años

del cambio: historia urbana de Bogotá, 1820-1910. Santa Fe de Bogotá: CEJA (1999). Pág. 45.

SALDARRIAGA, Alberto. Bogotá Siglo XX. Urbanismo, arquitectura y vida urbana. Bogotá: Alcaldía

Mayor de Bogotá D. C. (2000). Pág. 183-225. 11

Por “patrimonio” se entiende el conjunto de bienes y tradiciones que constituyen el legado, la memoria y la

identidad de una sociedad. Por lo general, los bienes considerados “patrimonio” están estrechamente

relacionados con políticas de preservación y vigilancia que promueven la incorporación y transmisión de ese

legado entre los miembros de una comunidad. República de Colombia - Ministerio de Cultura. Formulación e

implementación de Planes Especiales de Manejo y Protección. Bogotá: Nomos (2011), Págs. 15-17. Para el

caso de esta investigación, la Estación de la Sabana se forja como patrimonio, en concordancia con los

decretos que la han declarado primero Monumento Nacional y, segundo, Bien de Interés Cultural. Para más

información sobre información de patrimonio revisar: BALLART, Joseph. El patrimonio histórico y

arqueológico: valor y uso. Pág. 217. BALLART, Josep, FULLOLA, Josep y PETIT, María des Angels. El

valor del patrimonio histórico. Pág. 215-224. WAISMAN, Marina, El interior de la historia. Historiografía

arquitectónica para uso de latinoamericanos. Bogotá: Escala (1990). Pág. 13-43. FONSECA, Lorenzo y

SALDARRIAGA, Alberto. Arquitectura popular en Colombia. Herencias y tradiciones. Bogotá: Altamir

Ediciones (1992). Pág. 133-153. 12

ORTEGA, Alfredo. Historia del Ferrocarril de la Sabana. Sociedad Colombiana de Ingenieros. Bogotá:

Águila Negra Editorial (1917). Pág. 9. 13

ORTEGA, Alfredo. Historia del Ferrocarril de la Sabana. Pág. 10.

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11

para 1946) y la del Nordeste (que conectaba la Estación de la Sabana con Belencito), que a

su vez hacían parte de la Compañía de Ferrocarriles de la Sabana. Con base en los tres

filtros analíticos, se intenta mirar las múltiples articulaciones que llega a establecer un

edificio abandonado con el conjunto de la sociedad.

En conclusión, los temas tratados llevan a considerar la importancia de las edificaciones

como fuentes de estudio para las ciencias sociales y la economía. Además, que es

fundamental emplear métodos y conceptos de diferentes disciplinas para entender la

estrecha relación que existe entre entorno construido y períodos políticos y económicos.

Page 12: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

12

I. Estación de la Sabana. Historia, entorno y coyunturas económicas

A. La Estación de la Sabana y su entorno

La Estación de la Sabana es una estructura edificada a comienzos del siglo XX que, con el

pasar de los años, ha experimentado y manifestado la suerte de los ferrocarriles en

Colombia. El edificio refleja la historia ferroviaria del país, y es la muestra viva del fracaso

de la misma. No obstante, el hecho de que aún siga en pie a pesar de los diferentes factores

históricos y económicos que determinaron la suerte de los ferrocarriles en Bogotá y en

Colombia, pone en evidencia el alto valor que la sociedad capitalina le ha otorgado a esta

edificación. En esta medida, el primer capítulo está encaminado a mostrar la estación a

partir de las consideraciones que sobre esta se hacían en la época dorada de los ferrocarriles

de la Sabana, junto con las coyunturas políticas y económicas que caracterizaron al siglo

XX colombiano y que terminaron por condicionar el futuro de la estación.

La edificación de la Estación de la Sabana, de 1913 a 1917, ha sido considerada por la

historiografía predominante de la arquitectura y el urbanismo, la materialización del

progreso de los ferrocarriles de la Sabana que tuvo lugar entre finales del siglo XIX y

comienzos del siglo XX.14

La estación respondía a la necesidad de tener una estructura que

lograra congregar el flujo de pasajeros y mercancías de las primeras líneas hacia Facatativá

(inaugurada el 20 de julio de 1889, y que cubrió 40 Km de vía férrea) y hacia Girardot (que

permitiría una conexión con el Río Magdalena para 1909).15

La estación, desde esa

14

En cuanto a historiografía de arquitectura y urbanismo nos referimos a los textos patrocinados por el

Distrito como lo son el Atlas histórico de la ciudad de Bogotá y Bogotá Siglo XX. Urbanismo, arquitectura y

vida urbana, o textos gubernamentales del ministerio de cultura como Programa reciclaje de las estaciones

de Ferrocarril. La discusión alrededor de la historiografía oficial será desarrollada durante el primer capítulo,

pues se contraponen versiones que reflejan la estación y su construcción como imagen de la época dorada de

los ferrocarriles, con aquellas que la muestran como la materialización del inicio del fracaso de los mismos.

MEJÍA, Germán y CUÉLLAR, Marcela. Atlas histórico de la ciudad de Bogotá. Pág. 44. Programa reciclaje

de las estaciones del ferrocarril. Instituto Colombiano de Cultura, Santa Fe de Bogotá: Colcultura / OEA

(1994). Págs. 45-55. SALDARRIAGA, Alberto. Bogotá Siglo XX. Urbanismo, arquitectura y vida urbana.

Págs. 28-32. 15

ESCOBAR, Oswaldo. …y el tren llegó a Bogotá. Conexión Férrea Río Magdalena – Bogotá 1870-1909.

Bogotá: Apidama Ediciones (2008). Pág. 208.

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13

perspectiva, permitiría un mayor volumen de pasajeros y mercancías del que podía acoger

la estación anterior, construida en 1887.16

(Lámina 1).

De esta manera, en 1909, bajo el gobierno de Rafael Reyes (1904-1909), las autoridades

nacionales decidieron construir una estación digna de representar el desarrollo y la

modernidad vinculados con tener y hacer funcionar una línea férrea en la capital del país.

Lámina1. Antigua estación de trenes de Bogotá en 1895. Fotografía Henri Duperly. Fuente: Fundación

Misión Colombia. Historia de Bogotá.

De hecho, antes de la construcción de la estación, las mercancías y pasajeros que confluían

en este sitio reportaban una utilidad neta de 137.499 pesos oro para 1916, lo que, según

argumentaban ciertos sectores, justificaba una inversión para mejorar su infraestructura.17

Trenes y modernidad eran ideas heredadas, entre otros, de personalidades del siglo XIX,

como el ingeniero Francisco José Cisneros y ex presidentes liberales como Eustorgio Salgar

(1870-1872) Manuel Murillo Toro (1864-1866, 1872-1874) y Aquileo Parra (1876-

1878).18

Ellos personificaron la idea de una nación en búsqueda de la modernización19

por

16

“Estación de la Sabana”. En: Tren turístico de la Sabana. Consultado el 20 de abril de 2015. Disponible en

http://www.turistren.com.co/index.php/trayecto/estaciones/estacion-de-la-sabana 17

PÉREZ, Gustavo. Nos dejó el tren. La historia de los ferrocarriles colombianos y los orígenes del

subdesarrollo. Bogotá., Ediciones Cisnecolor (2008). Pág. 264. Esta posición será controvertida más adelante

por José Alvear Sanín para quien dichas cifras no serían suficientemente convincentes para construir la

Estación de la Sabana. 18

El radicalismo liberal fue el encargado de introducir la idea de modernidad en el país por medio del

fomento a la construcción de obras públicas. En efecto, los gobernantes vinculados con esa tendencia

buscaron atraer la inversión extranjera para construir obras públicas de calidad. Entre las obras públicas más

Page 14: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

14

medio de la construcción de líneas férreas y estaciones que lograran conectar las urbes con

los puntos fluviales y marítimos y, así, facilitar la comunicación entre el comercio regional

y las rutas internacionales de intercambio.20

Debemos recordar, así mismo, que para las primeras décadas del siglo XX Colombia estuvo

gobernada por una Hegemonía Conservadora (1886-1930), en cuyo contexto el gobierno de

Reyes asumiría el control del país al finalizar la Guerra de los Mil Días (1899-1902) y el

país perdería el canal de Panamá (1903). La situación de la república era compleja debido a

que la guerra y el enfrentamiento por el istmo habían devastado las arcas públicas y,

asimismo, la situación implicó la pérdida de inversión extranjera y de crédito internacional..

No obstante, la presidencia de Rafael Reyes se caracterizaría por promover el crecimiento

de nuevas industrias y la modernización de Colombia, lo que se vería reflejado en la

inversión ferroviaria.21

De hecho, el gobierno de Reyes fomentó el crecimiento de las líneas

férreas por medio de una política de estímulos y protección para las compañías

ferrocarrileras amparadas en la Tesorería Nacional. Se logró entonces pasar de565 a 901

Km de líneas construidas bajo su mandato.22

Así pues, en 1913 se inicia la construcción de la estación en la calle 13 (también llamada

Carretera de Occidente), zona que correspondía a la parroquia de San Victorino y que,

durante esa época, constituía un espacio primordialmente industrial. No en vano, los

alrededores de dicha edificación los conformaban en gran parte industrias y fábricas, lo que

deseadas, los ferrocarriles tuvieron un peso especial pues la experiencia internacional demostraba los frutos de

estos medios de transporte, que ellos mismos habían experimentado en sus épocas de estudio en Europa.

PÉREZ, Gustavo. Nos dejó el tren. Pág. 28. 19

La modernización del país ha sido uno de los comunes denominadores de la política colombiana en el siglo

XIX y XX. Estas ideas las han asumido tanto liberales como conservadores y actualmente se sigue

persiguiendo el objetivo de constituir a Colombia como un país con esquemas que lo hagan moderno y

eficiente. En ese sentido, el desarrollo ferroviario en Colombia refleja la materialización de dichos intentos,

donde pueden verse los logros, avances, improvisaciones y coyunturas de ese esfuerzo que aún hoy no

alcanzamos. 20

NIETO, Carlos Eduardo. “El ferrocarril en Colombia y la búsqueda de un país”. Revista Apuntes Bogotá:

Universidad Javeriana. Vol. 24, No. 1 (2011). Pág. 66. 21

MEJÍA, Álvaro. Nueva historia de Colombia. Historia Política 1886-1946. Bogotá: Planeta Colombiana

Editorial (1989). Pág. 67. 22

ALVEAR, José. Historia del Transporte en Colombia (1492-2007). Bogotá: Ministerio de Transporte

(2008). Pág. 263.

Page 15: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

15

refleja que las condiciones de la parroquia, antes de la inserción de este edificio, eran

principalmente comerciales.23

Lámina 2.“Plano topográfico de Bogotá” (1894) Carlos Clavijo. Archivo General de la Nación. SMP3,

REF.145. Litografía, papel, 50 x 64 cm, detalle: Disponible en el Atlas Histórico de Bogotá (2007). En la

circunferencia negra se resalta el punto donde existía ya una estación de trenes como la que se ve en la

Lámina 1, antes citada, que en 1917 pasaría a ser la Estación de la Sabana.

A su vez, y en marcado contraste, en la parroquia de San Victorino se edificaron, a finales

del siglo XIX, instituciones educativas como el Instituto Técnico Superior, la Escuela

Normal Superior Femenina y el Colegio de la Presentación.24

Junto con ellas, la

construcción de la estación debería conducir a una dinamización del sector, debido a que se

situaría en el punto más occidental de lo que para entonces era la ciudad de Bogotá, como

podemos observar en la Lámina 2. De hecho, se debería configurar no solo como punto de

23

Los alrededores de la estación para 1895 lo conformaban la fábrica de velas Joaquín Umaña, la fábrica de

jabones Manuel Galvis, la fábrica de gas Gerente Eusebio Gran, la máquina de Aserrar Jordán y Triana, el

taller de San José Abelanlo Arias, la fábrica de cigarrillos Colombia Industrial, la fábrica de cerveza C.

Cuervo, entre otras. MEJÍA, Germán y CUÉLLAR, Marcela. Atlas histórico de la ciudad de Bogotá. Pág. 49. 24

MEJÍA, Germán y CUÉLLAR, Marcela. Atlas histórico de la ciudad de Bogotá. Pág. 49.

Page 16: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

16

entrada y salida de productos desde la capital hacia gran parte de la Sabana y el río

Magdalena, sino también como principal punto de afluencia de viajeros hacia y desde la

ciudad.25

Estas condiciones delinearon las circunstancias de ubicación y el entorno de la estación.

Ahora, con respecto a características formales y estéticas, el diseño del edificio, que

operaba como la puerta de la ciudad, debía proyectar una imagen de progreso a los viajeros.

En esa medida, las autoridades a cargo no escatimaron en gastos. El diseño fue encargado

por el entonces gerente del ferrocarril de la sabana, el ingeniero Felipe Zapata Cuenca, al

arquitecto colombiano Mariano Sanz de Santamaría26

quien, desde 1908, había presentado

los planos al entonces presidente Reyes (también colaboró con el diseño de los andenes y

los patios de maniobra, aunque, cuando la estación fue concluida en 1917, Sanz de

Santamaría ya había muerto).27

El constructor fue William Lidstone y la decoración se le debe al escultor suizo Colombo

Ramelli quien, de acuerdo con los parámetros del neoclasicismo latinoamericano, adoptó

influencias europeas (francesas e italianas) en la ornamentación del edificio, como se puede

ver en la Lámina 3.28

El costo de la estación fue de 750.000 pesos oro de la época (cifra

significativa), y se convirtió en uno de los exponentes más llamativos de lo que sería

considerada la arquitectura republicana,29

junto con la gobernación de Cundinamarca

25

“Estación de la Sabana”. En: Tren turístico de la Sabana. Consultado el 20 de abril de 2015. Disponible en

http://www.turistren.com.co/index.php/trayecto/estaciones/estacion-de-la-sabana 26

Mariano Sanz de Santamaría habiendo estudiado arquitectura en la Technische Hochschule de Aachen en

Alemania, impregnó sus edificaciones con una tendencia neoclásica alemana. Participó además en la

construcción del Teatro Municipal de Bogotá y el Bazar de la Veracruz (ambos desaparecidos). El Tiempo.

“Mariano Sanz de Santamaría, el diseñador de la Estación de la Sabana y el antiguo Teatro Municipal.”

Artículo (2010), consultado el 14 de marzo de 2015. Disponible en

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-7810107 27

“Mariano Sanz de Santamaría, el diseñador de la Estación de la Sabana y el antiguo Teatro Municipal.” El

Tiempo. 28

GUTIÉRREZ, Ramón. “Patrimonio ¿Qué patrimonio?” En: Memorias del seminario internacional de

patrimonio. Bogotá: Instituto Nacional de Vías / Ministerio de Transporte (1997). Pág. 4. 29

Por arquitectura republicana se entiende aquella que incorpora decoración del tipo neoclásico, es decir,

aquella basada en parámetros compositivos y formales de la tradición grecorromana, cómo se puede ver en la

Lámina 3 de la Estación. Se forjó como tendencia arquitectónica durante por lo menos 50 años (1880-1930)

en Colombia. Podríamos decir que la arquitectura republicana es el reflejo de la arquitectura del siglo XIX

europea en Colombia. Entre los rasgos más destacados encontramos el remate en ático, que ayudaba a ocultar

las inclinaciones de los techos, la simetría y las ornamentaciones. Esta arquitectura llevaba consigo el espíritu

cosmopolita y de sentido de actualización. ARANGO, Silvia. Historia de la arquitectura en Colombia. Pág.

133.

Page 17: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

17

(Gastón Lelarge y Arturo Jaramillo, 1918-1933) y el edificio Pedro A. López (Robert M.

Farrington, 1919-1923).30

Lámina 3. Estación Central de Ferrocarriles o Estación de la Sabana. Bogotá. Autor desconocido. Consultada

el 14 de marzo de 2015. Disponible en: http://www.panoramio.com/photo/20449179

La estación de la Sabana fue, según autores como Andrés Castiblanco, símbolo y lenguaje

del ferrocarril para la época de su construcción. La edificación fue testigo del intercambio

social, cultural y comercial de la época y representó la riqueza y el prestigio de la ciudad.

Personificaba, entonces, el conocimiento que se tenía del resto del mundo y, por lo tanto, la

capacidad técnica disponible en el momento de su construcción.31

“Las estaciones aparecieron como símbolo y lenguaje del ferrocarril. Su arquitectura se

constituyó en lo estable del sistema de transporte y la imagen del progreso y

modernismo (…) En muchos poblados no solamente determinaron la traza urbana y su

crecimiento, sino también algunos aspectos formales y arquitectónicos de otros

edificios…”.32

30

SALDARRIAGA, Alberto. Bogotá Siglo XX. Urbanismo, arquitectura y vida urbana. Pág. 15. 31

CASTIBLANCO, Andrés. La Estación de la Sabana, el tren en los espacios, los imaginarios y la historia

de Bogotá. Editorial Presencia, S.A. (2006). Pág. 2. 32

Programa reciclaje de las estaciones de Ferrocarril. Pág. 2.

Page 18: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

18

La particularidad de vivir en una ciudad moderna implicaba asumir un ideal de permanente

cambio y transformación de lo existente. A su vez, se trataba de estilos de vida asociados

con el valor positivo de la novedad, bien sea como progreso o como moda. De este modo,

el desarrollo se reflejaba en la atracción de lo nuevo como promesa de bienestar o de

avance sobre lo que se tenía. La moda, en esa misma vía, conducía a que muchas personas

que habitaban en las ciudades se sintieran atraídas por espacios y edificios que expresaban

el sentido de novedad.33

Esta era, precisamente, la situación de la estación frente a los

habitantes de Bogotá.34

La imagen que los arquitectos y los constructores de edificaciones procuraban proyectar a

comienzos del siglo XX estaba ligada con las nuevas ideas estéticas. En este sentido, es

diciente que, como puede verse en la Lámina 3, las imágenes de la estación se registraran y

difundieran. En la lámina queda en evidencia que el fotógrafo captó la estación en escorzo,

de tal forma que aparecieran la fachada principal y detalles de una de las laterales. Así, se

aseguraba de mostrar a quienes vieran la imagen el mayor número de detalles y las

proporciones del edificio. Además, el artista registró la imagen en momentos en que por el

lugar transitaban personas vestidas de modo formal y prescindió del entorno que,

probablemente, por su carácter industrial menoscababa imponencia y la pretensión estética

de la estación neoclásica.

De este modo, alrededor de la estación se configuró un imaginario acorde con los

ornamentos estilísticos y arquitectónicos del edificio. La pomposidad del mismo

representaba fielmente la voluntad de las clases altas de la capital de estar en diálogo con

las tendencias arquitectónicas europeas y norteamericanas. En efecto, el discurso inaugural

del 20 de julio de 1917, pronunciado por el entonces congresista Laureano Gómez, la

denominaría “La puerta de oro de la ciudad”.35

33

SALDARRIAGA, Alberto. Bogotá Siglo XX. Urbanismo, arquitectura y vida urbana. Pág. 17. 34

Cabe anotar que existen debates, a favor y en contra, sobre el hecho de que los edificios contengan y

transmitan significados. Al respecto, véanse, entre otros, Goodman o Archer. En este texto se asume que la

intención de los arquitectos y de las autoridades era, precisamente, transmitir significados, ideas y parámetros

de comportamiento a través de la imagen de la estación. 35

Estación de la Sabana. Bogotá, Patrimonio extendido (2010). Consultado el 14 de abril de 2015.

Disponible en: http://www.skyscrapercity.com/showpost.php?p=51409945&postcount=14

Page 19: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

19

Sin embargo, la estación ha sido objeto de diversas críticas desde la fecha de su

inauguración. Ya sea por su utilidad sobredimensionada o por sus desbordados costos, la

Estación de la Sabana ha dado de qué hablar y ha sido considerada de diferentes maneras

por las generaciones que han convivido con su estructura. El primero en poner en evidencia

estas críticas fue el caricaturista José María “Pepe” Gómez (hermano de Laureano Gómez),

quien en el semanario Bogotá Cómico ridiculizó la semblanza de las altas clases capitalinas

y sus discursos europeizados. La caricatura “Congresistas de provincia (Pavos)” (Lámina

4)36

es clara al resaltar el embellecimiento superficial de la ciudad al margen de los males

profundos de la misma.37

En ella se observa la llegada de los congresistas de las provincias

(ridiculizados como pavos) esperados por las piscas. Los vestidos de las piscas y los

sombreros de copa de los pavos aluden directamente a las modas europeas traídas a la

capital y apropiadas por las élites bogotanas. El entorno lo marca la Estación de la Sabana,

que aparece atrás de la escena principal, sitio de llegada de los trenes de la región.

Lámina 4. Caricatura de Pepe Gómez en Bogotá Cómico. Tinta sobre papel milano 26,5 x 40 cm:

“Congresistas de provincia (Pavos), recibidos por „piscas‟ en la Estación de la Sabana”. Bogotá, s. f.

36

Banco de la República. “Pepe Gómez: la caricatura en la Historia”. Credencial Historia. Biblioteca Luis

Ángel Arango. Catálogo de la exposición realizada en Bogotá (1986). Pág. 49. 37

Académicos de la Universidad Nacional. “La caricatura se burla del poder”. Blog en la web. Entrada del 11

de septiembre de (2009). Consultada el 24 de marzo de 2015. Disponible en

<http://lacaricaturaseburladelpoder.blogspot.com/2009_09_06_archive.html>

Page 20: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

20

A su vez, la caricatura satiriza los roles asumidos por los protagonistas de la caricatura, al

representar a los congresistas de provincia como personajes arribistas que asumen posturas

y prácticas relacionadas con su posición privilegiada en la política del país.

De esta forma, la estación incidió en la configuración de un imaginario de riqueza, clase y

opulencia que, en parte, reflejaba los valores que las clases dirigentes habían evocado y

plasmado en los elementos decorativos y tecnológicos empleados en la construcción de la

estación. Asimismo, el tipo de personas y estilos de vida que se relacionaban con la nueva

estación implicó que el edificio adquiriera connotaciones como las que se explicaron a

través de la caricatura. Sin embargo, como ya se ha dicho anteriormente, el espacio en el

que se edificó no podía ir en esa misma dirección ya que se caracterizaba por ser una zona

de trabajo y comercio. Esto permitió formar un contraste en la parroquia de San Victorino

que otorgó singularidad y exotismo al edificio.

B. Coyunturas económicas alrededor de la Estación.

Posiciones como las de Pepe Gómez se han revalidado con el pasar de los años.A raíz del

fracaso que vivieron los ferrocarriles para la segunda mitad del siglo XX, cada vez se ha

debatido más la utilidad de la estación y, con ella, del ferrocarril de la Sabana. Algunas

críticas exponen la construcción de los ferrocarriles y de sus estaciones como una mera

necesidad de demostrarle a la ciudadanía la capacidad de poner a funcionar un ferrocarril,

sin prever eficazmente rutas, frecuencias, costos y beneficios del mismo. Se acogieron en

ese entonces las ideas de Aquileo Parra en el siglo XIX, para quien la única manera de

promover el uso de los ferrocarriles era poniéndolos a funcionar bajo cualquier

circunstancia.38

La circunstancia estaba dada y el objetivo era demostrar que, lejos de ser una utopía, los

ferrocarriles serían una realidad en un país con topografías quebradas como el nuestro. Se

esperaba, pues, que la construcción de los mismos disminuyera los costos y tiempos de

38

CRUZ, Abel. Por caminos de mar, tierra y aire. Evolución del transporte en Colombia. Bogotá: Italgraf

Ltda. (1970). Pág. 80.

Page 21: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

21

transporte utilizados para conectar las diferentes ciudades con el río Magdalena.39

De esta

manera, la edificación de la estación pareció responder a la iniciativa modernizadora y,en

esta medida, debía representar el progreso que traerían los ferrocarriles, idea de la que

Rafael Reyes también fue un abanderado.

La Estación de la Sabana, entonces, encajaba en el rol de materializar el desarrollo

ferroviario que había vivido Colombia desde 1870 y fue la base para posteriores contratos

ferroviarios en el país. Además, complementaba la idea de comunicar las urbes y sus

productos con los enclaves comerciales. Desde esta perspectiva era justificable su

construcción y, con ella, la promoción de los trenes como medio de transporte y comercio.

Se podría transportar más mercancía a mayor velocidad con un menor costo.

Sin embargo, varios autores parecen coincidir en que, hasta la fecha de construcción de la

estación, el sector ferroviario colombiano había tenido un desarrollo muy limitado, en el

que resaltó la autonomía de las regiones para construir sus líneas férreas, que por lo general

estuvieron en manos de concesiones extranjeras sin ninguna regulación por parte de un ente

central. En efecto, la construcción de las primeras líneas férreas colombianas se otorgaría a

ingenieros como Fred J. Rippy y Charles S. Brown, quienes, como ya se ha dicho, actuaron

con criterios distintos en sus proyectos y en el resultado final de los mismos. La incidencia

de capital foráneo se vio reforzado por la Constitución de 1886, que promovió el desarrollo

ferroviario del país, y favoreció la independencia de cada región en la búsqueda de conectar

sus urbes con los puertos fluviales.40

Aunque los primeros intentos de desarrollo ferroviario beneficiaron en primera instancia el

surgimiento de las pocas líneas férreas en Colombia, también fragmentaron la conectividad

entre las diferentes regiones. Las diferentes firmas que se encargaron de construir las líneas

y estaciones no unificaron sus condiciones técnicas, lo que generó diferencias en el ancho

de los rieles, los espacios de los linderos y la conexión entre estaciones.41

Estas dificultades

técnicas jugaron en contra de una integración regional y, por ende, del desarrollo

ferroviario del país. Caso revelador de estas incongruencias en los diseños se observaba en

39

ZULETA, Luis Alberto. ¿Por qué no han sido exitosos los ferrocarriles en Colombia? Bogotá: Universidad

Externado de Colombia (2001). Pág. 44. 40

NIETO, Carlos Eduardo. “El ferrocarril en Colombia y la búsqueda de un país”. Pág. 66. 41

ESCOBAR, Oswaldo. …y el tren llegó a Bogotá. Pág. 27.

Page 22: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

22

la línea que de Fontibón conducía a Girardot, donde, para 1924, aún se necesitaba hacer un

trasbordo a mitad de recorrido, debido a la diferencia de 0,91 cm que existía entre las

distancias de los rieles del trayecto.42

En efecto, la financiación de los ferrocarriles se hacía mediante la contratación de una

empresa extranjera o mediante la creación de una empresa del Estado.43

Por lo general, las

empresas extranjeras contratadas debían contar con una amplia experiencia en el sector. Por

el contrario, si la empresa contratada era nacional, esta debía contar con préstamos de otros

países, mediante la emisión de bonos o títulos de valores.44

El proceso mediante el cual se

otorgó a diferentes empresas la culminación de un mismo trayecto terminó por elevar los

costos y dejó proyectos inconclusos.45

No fue hasta la aparición de Francisco José Cisneros en las últimas dos décadas del siglo

XIX que se comenzó a hablar de unos criterios regulares a la hora de construir los

ferrocarriles. Cubano de nacimiento, es considerado el pionero de los ferrocarriles en

Colombia. Encargado de la construcción de las principales líneas férreas montadas en la

segunda mitad del siglo XIX (en Cundinamarca, Antioquia y el valle geográfico del río

Cauca), personifica el progreso de una nación en búsqueda de la “modernidad”. De hecho,

la segunda mitad del siglo XIX será la época de ejecución de los primeros ferrocarriles y, al

parecer, un interés pronunciado por el comercio interior del país.46

42

“Estación de la Sabana”. En: Tren turístico de la Sabana. Consultado el 20de abril de 2015. Disponible en

http://www.turistren.com.co/index.php/trayecto/estaciones/estacion-de-la-sabana 43

Para el caso del Ferrocarril de la Sabana participaron en su puesta en marcha el Estado de Cundinamarca,

The Tequendama Syndicate Limited o The Southern Railway of Colombia Limited y The Colombian

Northern Railway Company Limited. El caso de la participación en el Ferrocarril de Girardot que también

conectaba con la Estación de la Sabana es igualmente revelador. Más de 14 firmas entre compañías del

estado, compañías privadas nacionales y compañías privadas internacionales participaron en su construcción.

Exposición del Banco de la República: Imagen del ferrocarril en la numismática colombiana. Región

Central. Ferrocarril de la Sabana y de Cundinamarca (1881-1909). Consultado el 13 de marzo de 2014.

Disponible en

<http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/exhibiciones/ferrocarriles/secciones/ferrocarril_sabana.htm> 44

Debido a la escasez de fondos nacionales para la construcción de ferrocarriles, el Estado recurrió a la

utilización de bonos y títulos de valores con los que podía garantizarse un cupo de endeudamiento en los

mercados financieros y así subsidiar la construcción de los mismos. 45

Imagen del ferrocarril en la numismática colombiana. Desarrollo ferroviario mundial y nacional - siglo

XIX. Consultado El 30 de marzo de 2015. Disponible en

<http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/exhibiciones/ferrocarriles/secciones/desarrollo_ferroviario.htm> 46

NIETO, Carlos Eduardo. “El ferrocarril en Colombia y la búsqueda de un país”. Pág. 12

Page 23: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

23

Sin embargo, unos cuantos investigadores han controvertido la idea que plantea el

desarrollo ferroviario como incentivo de comercio regional más que como instrumento de

comercio local. Por ejemplo, Oswaldo Escobar, en su tesis de maestría…y el tren llegó a

Bogotá explica cómo la economía exportadora no influyó en las consideraciones que las

élites y los gobernantes tuvieron para decidir sobre la importancia de construir ferrocarriles.

Al contrario, fueron necesidades de comercio local las que motivaron el desarrollo de las

primeras líneas férreas en Colombia.47

Para el caso preciso del ferrocarril de la Sabana y de las dinámicas comerciales de la

región, conclusiones como las de Frank Safford resultan ser reveladoras:

“La agreste topografía andina con sus variados pisos térmicos y la consecuente

multiplicidad de productos agrícolas, dio como resultado una dinámica local de mercado

que abarcaba una gran cantidad de insumos y convirtió a la altiplanicie cundiboyacense

en una región autosuficiente. La sorprendente facilidad con la cual se podía contar con

gran variedad de productos en distancias relativamente cortas, tendió a embolatar la

economía y a desestimular el desarrollo de un mercado nacional”.48

Así, desde las perspectivas comentadas, las poblaciones se caracterizaron por comerciar

con otras urbes cercanas en las que podía encontrarse abundancia de productos. Esta

dinámica comercial creó un mercado fragmentado y autosuficiente, que no incentivó el

comercio con otras regiones y en el que resultaba poco útil un sistema férreo que articulara

regiones que, probablemente, eran autosuficientes como parecía ser el caso de la Sabana.

En la misma dirección van los apuntes de José Antonio Ocampo, quien explica que las

dinámicas de este mercado autosuficiente, en el que se había inmerso el altiplano

cundiboyacense para finales del siglo XIX, desincentivaron el comercio de productos

agrícolas y, junto con estos, la creación de infraestructura de comunicación entre el

altiplano y las diferentes regiones. De esta manera, como lo señala el autor, los caminos de

herradura puestos en servicio hasta bien entrado el siglo XX, respondían a las necesidades

47

ESCOBAR, Oswaldo. …y el tren llegó a Bogotá. Pág. 32. 48

SAFFORD, Frank. El ideal de lo práctico. El desafío de formar una élite técnica y empresarial en

Colombia. Bogotá: El Áncora Editores (1989). Pág. 45.

Page 24: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

24

locales o estaban ajustados al funcionamiento de los mercados, por lo cual las vías férreas

tendían a quedar relegadas.49

La falta de conexión entre las regiones es, de esta manera, un punto a tener en cuenta a la

hora de reflexionar sobre la utilidad de la Estación de la Sabana desde su inauguración. No

parece haber una respuesta lógica que valide su construcción más allá de las políticas

conservadoras del gobierno de Reyes. A la postura sobre la falta de conexión entre sistemas

regionales se agregan posiciones como las de José Alvear Sanín. Según su investigación, el

ferrocarril de la Sabana transportaba, para 1911, 790.000 viajeros al año50

lo que, como

indica el autor, sigue siendo un volumen irrisorio para justificar la decisión de construir una

estación con semejantes características: “Nunca nos cansaremos de repetir que nuestro

desarrollo ferroviario obedeció a una creencia, porque se determinó sin el menor análisis

económico y previsivo”,51 como anota el autor.

Además, el intercambio entre Santa Fe de Bogotá y los diferentes municipios no parece

evidenciar la existencia de un producto insignia que motivara el desarrollo del comercio y

de los medios para transportarlo. El auge del tabaco había decaído en el país para el tercer

cuarto del siglo XIX y el café estaba comenzando su incursión principalmente en regiones

como Antioquia, el Viejo Caldas y los Santanderes. El producto con mayor movimiento en

el altiplano era la sal de las minas de Zipaquirá. Para autores como Oswaldo Escobar, el

proyecto del Ferrocarril del Carare podría llamar la atención sobre las dinámicas

comerciales de la región. Con este se buscaba conectar las regiones de Cundinamarca,

Boyacá y Santander con el objetivo de llevar la sal de Zipaquirá a Bogotá y de Zipaquirá a

Tunja y Bucaramanga para desembocar en la ciénaga de la Paturia (medio y bajo

Magdalena) y así poder transportarla hasta Barranquilla.52

No obstante, el proyecto llegó

solo hasta la población de Vélez (Santander) y conectó a Bogotá con Zipaquirá a partir de

49

OCAMPO, José Antonio. Colombia y la economía mundial. 1830-1910. Bogotá: Tercer Mundo (1984).

Pág. 51. 50

ALVEAR, José. Historia del Transporte en Colombia (1492-2007). Bogotá: Ministerio de Transporte

(2008). Pág. 168. 51

ALVEAR, José. Historia del Transporte en Colombia. Pág. 168. 52

ESCOBAR, Oswaldo. …y el tren llegó a Bogotá.. Pág. 36.

Page 25: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

25

1935, lo cual dificultó el movimiento del comercio a través del ferrocarril entre las regiones

anotadas.53

Si bien la construcción de vías fue poco constante y las líneas no se articulaban, el

desarrollo ferroviario siguió siendo la bandera de las presidencias de los conservadores

durante la década de los veinte. De hecho, el gobierno conservador de Pedro Nel Ospina

(1922-1926) fue impulsor de la modernización e industrialización del país, lo que jugó un

papel importante en el desarrollo del sector ferroviario. En las circunstancias de lo que fue

conocido como la “danza de los millones”, gracias a la indemnización de 25 millones de

dólares otorgada por los Estados Unidos a la nación por la pérdida de Panamá, y a los

primeros réditos del café, se vivió una dinamización de la economía que permitió un

desarrollo considerable en el sector ferroviario del país.54

Así, por ejemplo, en 1921 se creó la Compañía del Ferrocarril de Cundinamarca que

prolongó las líneas férreas de la ciudad hasta el Bajo Magdalena en 1925. Además, se

concretó el empalme con el Ferrocarril de Girardot, que permitió prolongar las vías hasta

Puerto Salgar para 1936.Esta entrada de capital permitió catapultar la construcción de

ferrocarriles como las de la Costa Atlántica. En el caso del centro del país, para 1924 se

había concluido la primera y única ampliación de la Estación de la Sabana que comprendía

la que fue denominada la Estación del Sur, que se situó al costado occidental de la que se

había construido en 1917, como se puede ver en la Lámina 5.

Lámina 5. Estación de la Sabana y Estación del Sur. Exhibiciones en línea Biblioteca Luis Ángel Arango.

(1924).

53

Imagen del ferrocarril en la numismática colombiana. Desarrollo ferroviario mundial y nacional - siglo

XIX. Consultado El 30 de marzo de 2015. Disponible en

<http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/exhibiciones/ferrocarriles/secciones/desarrollo_ferroviario.htm> 54

ALVEAR, José. Historia del Transporte en Colombia Pág. 168

Page 26: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

26

Las finanzas de la nación, por lo tanto, dispusieron los recursos necesarios para financiar la

construcción de los ferrocarriles nacionales, relegando la inversión extranjera a un segundo

plano. Las estadísticas muestran una inversión significativa que superaba los 13 millones de

dólares en ferrocarriles y cables aéreos, como puede verse en la Tabla 1.55

Inversiones en ferrocarriles y cables

aéreos. 13.878.867,77

Subvenciones a departamentos. 2.330.460,00

Obras ajenas a ferrocarriles. 2.896.559,65

Banco de la República. 5.000.000,00

Banco Agrícola Hipotecario. 1.000.000,00

Saldo Disponible 145.541,81

Total. 25.251.429,23

Tabla 1. Inversión de los recursos de la indemnización recibida por la pérdida del Canal de Panamá.

Memorias Ministerio de Obras Públicas. Elaboración propia.

Para el caso específico del ferrocarril de la Sabana, los años veinte resultaron relativamente

provechosos. Las cifras demuestran un rendimiento positivo en cuanto al aumento de

pasajeros y de carga del ferrocarril hasta cuatro veces más durante el decenio en

comparación con el decenio anterior. No obstante, respecto a las ganancias y a la inversión

que se hizo a nivel nacional, este ferrocarril tuvo una disminución de sus utilidades en

33.194 pesos oro de la época.56

Estas cifras contrastan con la inversión que se había hecho

bajo el gobierno de Pedro Nel Ospina y tienen que ver muy seguramente con la no

ampliación de las líneas férreas en los años que se están tomando en consideración.

55

AGN/B, República. MINISTERIO-OBRAS-PUBLICAS: 65, 3. Memoria de obras públicas de 1926. Pág.

36. 56

PÉREZ, Gustavo. Nos dejó el tren. Pág. 264.

Page 27: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

27

Año Pasajeros Toneladas Ingresos Gastos Utilidades

1920 967.363 136.076 486.480 285.716 200.754

1921 965.522 139.832 479.711 306.087 173.624

1922 1.140.012 137.812 486.773 305.667 181.105

1923 1.048.643 183.568 537.250 318.055 219.464

1924 1.290.051 191.904 560.908 364.084 196.823

1925 1.325.151 227.018 683.033 372.602 310.401

1926 1.275.531 205.000 715.006 417.117 297.889

1927 1.460.000 278.481 876.375 562.278 314.097

1928 1.609.551 283.760 969.756 619.896 349.859

1929 1.676.073 300.013 1.010.342 632.600 377.742

1930 1.546.512 220.420 701.364 533.804 167.560

Tabla 2. Resultados operacionales ferrocarril de la Sabana. Datos obtenidos del libroNos dejó el tren. La

historia de los ferrocarriles colombianos y los orígenes del subdesarrollo y de las Memorias de obras

públicas.57

Elaboración propia.

La tendencia, sin embargo, se mantendría a nivel nacional y el decenio marcaría los años

más provechosos para los ferrocarriles en el país. Para 1924, la inversión en el sector se

situaba alrededor de los 11 millones de dólares, una diferencia significativa de más de 9

millones de dólares frente al año anterior.58

En efecto, para 1930 se habían ampliado y

construido obras significativas que no obstante siguieron manteniendo el patrón de

autonomía y desarticulación regional como podemos observar en la Lámina 6.

57

AGN/B, República. MINISTERIO-OBRAS-PUBLICAS: 65, 3, AGN/B, República.MINISTERIO-

OBRAS-PUBLICAS: 65, 143, AGN/B, República. MINISTERIO-OBRAS-PUBLICAS: 65, 340. 58

ALVEAR, José. Historia del Transporte en Colombia. Pág. 527.

Page 28: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

28

Lámina 6. Mapa ferroviario de Colombia para 1930. Obtenido del libro Historia del Transporte en Colombia

(1492-2007). Líneas de elaboración propia. En las líneas rojas se logra observar las ferrovías construidas para

ese año.59

59

ALVEAR, José. Historia del Transporte en Colombia. Pág. 287.

Page 29: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

29

El mapa evidencia las líneas ferroviarias que estaban en uso para 1930 y que conformaban

tres zonas principales. Por un lado, la zona centro que conectaba, para 1930, a Bogotá con

Girardot e Ibagué, hacia el suroccidente, y hasta Chiquinquirá, por el norte. La zona

occidental que comprende las conexiones entre Cali, Buenaventura y Cartago y, por último,

la zona antioqueña, que comprende las líneas de Medellín hasta Puerto Berrío y Manizales.

Se percibe pues, que el esfuerzo hecho por los últimos gobiernos conservadores no dio con

una solución importante a la hora de conectar las diferentes regiones y consolidar los

esfuerzos que cada una de ellas estaba haciendo al invertir en ferrocarriles. No en vano, las

líneas de Cúcuta, Santa Marta, Barranquilla y Puerto Wilches responden básicamente a

necesidades de cada una de esas regiones.

La problemática derivada de la planificación regionalizada de la expansión del ferrocarril

terminó por favorecer la construcción de carreteras como medio de transporte y comercio

en el país. En efecto, bajo el gobierno de Enrique Olaya Herrera (1930–1934), primer

presidente de lo que sería considerada la Hegemonía Liberal (1930-1946), se formula la

Ley 88 de 1931, de autoría del ingeniero Germán Uribe Hoyos, ministro de Obras Públicas.

Con esta, se fijó un plan técnico en materia de carreteras nacionales, para desarrollar en el

curso de varios años, que abarcó una extensión de 6.204 kilómetros bajo la dirección del

Consejo Nacional de Comunicación.60

Políticas de este estilo terminaron por favorecer la inversión en carreteras y desmotivaron

proyectos como el ya mencionado Ferrocarril del Carare y el Ferrocarril del Sur. En esta

medida, el decenio de los 30 reflejó una desaceleración en los proyectos que tenían que ver

con ferrocarriles a favor de una inversión en carreteras. Mientras para 1930 se invertía en

ferrocarriles 8.394.000 pesos oro de la época, para 1940 se invertían 1.216.000 pesos oro.

Lo contrario sucedió con las carreteras que para 1930 representaban 1.620.000 pesos oro

del presupuesto anual y, para 1940, 11.146.000 pesos oro (Tabla 3).

60

Este estatuto se llevó a cabo integralmente y fomentó el desarrollo de las carreteras principalmente en la

Troncal Oriental que comprendía desde Girardot, pasando por el centro de la altiplanicie y los departamentos

de Cundinamarca, Boyacá y Santander. SANTOS, Abel Cruz. Por caminos de Mar, Tierra y Aire. Pág. 83-84.

Page 30: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

30

Tabla 3. Tabla comparativa de la inversión en ferrocarriles y carreteras durante el decenio de los 30.

Elaboración propia. Datos “Memorias Ministerio de Obras Públicas”.61

Por otro lado, para el caso específico de la Estación de la Sabana, las cifras son menos

alentadoras. Según una investigación hecha por Gustavo Pérez Ángel, el Ferrocarril de la

Sabana nunca pasó de los 40 Km construidos hasta la estación de Facatativá. Teniendo en

cuenta la separación administrativa de cada uno de los ferrocarriles, es decir Ferrocarril de

la Sabana, Ferrocarril del Sur, Ferrocarril de Girardot, entre otros. Para el año del

Radicalismo liberal se habían construido 5 km que serían posteriormente complementados

por los 35 km construidos durante el período de la Regeneración (1885-1905).62

Estos datos

permiten concluir que para los gobiernos siguientes al periodo de Rafael Reyes no se

construyó un solo kilómetro más del Ferrocarril de la Sabana, lo que evidencia un

61

AGN/B, República. MINISTERIO-OBRAS-PUBLICAS: 65, 440, AGN/B, República. MINISTERIO-

OBRAS-PUBLICAS: 65, 439, AGN/B, República.MINISTERIO-OBRAS-PUBLICAS: 65, 441. AGN/B,

República. MINISTERIO-OBRAS-PUBLICAS: 65, 442. AGN/B, República. MINISTERIO-OBRAS-

PUBLICAS: 65, 443, AGN/B, República. MINISTERIO-OBRAS-PUBLICAS: 65, 447, AGN/B, República.

MINISTERIO-OBRAS-PUBLICAS: 65, 448, AGN/B, República. MINISTERIO-OBRAS-PUBLICAS: 449,

AGN/B, República. MINISTERIO-OBRAS-PUBLICAS: 65, 446. 62

PÉREZ, Gustavo. Nos dejó el tren. Pág. 29.

Año: Ferrocarriles Carreteras

1930 8.394.000 1.620.000

1931 8.451.696 990.000

1932 N.D. 4.620.000

1933 70.000 810.000

1934 70.000 810.000

1935 70.000 1.539.000

1936 35.000 6.362.500

1937 N.D. 7.079.096

1938 1.295.000 7.494.000

1939 N.D. 7.079.096

1940 1.216.000 11.146.000

Page 31: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

31

estancamiento del desarrollo ferroviario en el altiplano, como también un sistema de

transporte que quizás no respondía a las necesidades comerciales de la zona.

Adicionalmente, poco contribuía a la situación el modo en el que fueron administradas las

líneas y las estaciones de la Sabana. Para el año de su construcción, los principales

inversores se constituyeron en un fondo de recursos mixtos del que hacían parte el Estado

de Cundinamarca, The Tequendama Syndicate Limited, The Southern Railway of

Colombia Limited y The Colombian Northern Railway Company Limited.63

La estación se

forjó, entonces, bajo el ejemplo de la inversión ferrocarrilera que se había dado en el país

durante la segunda mitad del siglo XIX.Compañías como estas se beneficiarían de los

sobrecostos y la corrupción que se tendió sobre el sector ferrocarrilero. Sólo para el tramo

que de Apulo conducía a Facatativá (que debió costar 1.962 pesos oro, cuando en realidad

costó 14.927 pesos oro), se presentó un desfalco de 12.965 pesos oro64

(precios referentes

al año de construcción, 1909).

Ahora, retomando el tema de la estación, cabe anotar que el sistema bajo el cual fue

administrada incidió en que poco a poco se limitará la inversión en ella. Sin embargo, para

1921, y como consecuencia de la bonanza económica vivida por la indemnización por la

pérdida de Panamá, se estableció la Compañía de Ferrocarriles de Cundinamarca, que entró

a reemplazar a la anterior administración. La nueva compañía tenía como objetivo

empalmar dicho ferrocarril con el de Girardot y unificar los trazados y los parámetros de

ambos ferrocarriles.

A partir del establecimiento de la nueva compañía se dejaron de lado proyectos de

expansión para limitarse a completar la línea que conduciría a Girardot. Para 1953 entró, la

nueva empresa, a hacer parte de la División Central de los Ferrocarriles Nacionales con lo

que pasó a ser enteramente del gobierno nacional, bajo la dirección de Ferrocarriles

Nacionales de Colombia (FNC). En 1991 desaparece esta organización, lo cual dejó a la

Estación en manos del distrito y por ende de la Alcaldía Mayor de la ciudad de Bogotá.

63

Exposición del Banco de la República: Imagen del ferrocarril en la numismática colombiana. Región

Central. Ferrocarril de la Sabana y de Cundinamarca (1881-1909). Consultado el 13 de marzo de 2014.

Disponible en

<http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/exhibiciones/ferrocarriles/secciones/ferrocarril_sabana.htm> 64

PÉREZ, Gustavo. Nos dejó el tren. Pág. 46.

Page 32: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

32

Tabla 4. Administraciones encargadas del ferrocarril de la Sabana.Exposición del Banco de la República:

Imagen del ferrocarril en la numismática colombiana. Región Central. Ferrocarril de la Sabana y de

Cundinamarca (1881-1909). Elaboración propia.

El dejar a la estación y al ferrocarril bajo la administración de una entidad gubernamental

impidió la entrada de capitales extranjeros nuevos que, de todas maneras, fueron escasos

tras finalizar la Segunda Guerra Mundial. Del mismo modo, FNC fue en contra de la

eficiencia productiva y eficiencia asignativa de la estación,65

que implicaría la reducción de

costos de transporte por medio de una competencia.66

Al encargarse FNC de la totalidad de

ferrocarriles del orden nacional, la participación del capital privado que permitiría reducir

los costos de operación y aumentar las ventajas comparativas con otros medios de

transporte caducó.67

Sumado a lo anteriormente dicho, la competencia entre ferrocarriles y carreteras cada vez

se vio más inclinada hacia el asfalto, lo cual incidió en la modificación de la estación en

1903. Al dar paso a la ampliación de la carretera de Occidente, y por lo tanto a la

ampliación de una avenida, se decide, bajo el gobierno del General Rojas Pinilla, la

demolición de la Estación del Sur y la remodelación de la estación de la Sabana bajo los

parámetros modernistas.68

Esta circunstancia marcó un punto de no retorno en la historia de

65

La eficiencia productiva y asignativa hacen referencia a la utilización de recursos de manera eficiente, para

garantizar una producción óptima, lo cual implica una distribución adecuada de los recursos económicos.

KRUGMAN, Paul. Introducción a la Economía. Microeconomía. Barcelona: Editorial Reverté (2006). Pág.

312. 66

ZULETA, Luis Alberto. ¿Por qué no han sido exitosos los ferrocarriles en Colombia? Pág. 87. 67

PÉREZ, Gustavo. Nos dejó el tren. Pág. 44. 68

El Movimiento Moderno, cuya vertiente más difundida fue el “Estilo Internacional”, se basó en la herencia

de la arquitectura europea y norteamericana después de la Segunda Guerra Mundial. Los arquitectos

vinculados con el Estilo Internacional postulaban que la arquitectura debía ir de la mano con los avances

arquitectónicos y tecnológicos y, así, responder a las necesidades de imponencia, estabilidad y solidez que

Año Institución encargada de la Esatación de la Sabana. Inversores.

1917-1924 Estación Central de Ferrocarriles. Estado de Cundinamarca, The Tequendama

Syndicate Limited y The Colombian Northern

Railway Company Limited.

1924-1953 Ferrocarril de la Sabana y Cundinamarca. Estado de Cundinamraca.

1953-1991 Ferrocarriles Nacionales de Colombia (FNC). División central de los ferrocarriles

nacionales, Departamento de Cundinamarca.

1991-hoy Alcaldia Mayor de la ciudad de Bogotá. Distrito de la ciudad de Bogotá, Estado de la

nación.

Page 33: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

33

la estación y el Ferrocarril de la Sabana, pues el acto de demoler y remodelar la edificación

en pro de una avenida demostró la preferencia hacia una red de calles y carreteras, que

conectaran a la ciudad con el país.

Lámina 7. Estación de la Sabana luego de las remodelaciones hechas en 1953. Foto tomada el jueves 23 de

abril de 2015, por el investigador.

Además de las circunstancias económicas que durante los primeros años de la Hegemonía

Liberal y la dictadura de Rojas Pinilla pusieron de manifiesto la desaceleración del

desarrollo ferroviario en el territorio colombiano, debemos aclarar que las nuevas

tendencias arquitectónicas, como el modernismo, tuvieron una influencia significativa

sobre la estación. La ya mencionada remodelación de la estación (Lámina 7), implicó la

materialización de la tendencia modernista que se venía dando en Colombia y América

Latina sobre la antigua arquitectura republicana.

A la estación se le eliminaron algunos elementos decorativos del patio interno que fue

reestructurado en base a la remodelación de sus dos plantas donde antes existía una gran

altura. Además, se le modificó la fachada quitándole la separación entre los ventanales del

traía consigo la industrialización de la sociedad. En Colombia se da como reacción al crecimiento poblacional

y urbano que se venía dando en el país desde mediados del siglo XX. Este crecimiento acelerado terminó por

imponer el estilo modernista en las principales ciudades del país, dónde la gente necesitaba instalarse. Así

pues se le otorgan características de eficiencia constructiva y se le denomina la “arquitectura hecha

construcción”. Se trata de estética y espacialidad distintas a las del diseño original. Esta vez, los arquitectos

acuden a formas rectilíneas, áreas libres y ventanas continuas. ARANGO, Silvia. Historia de la arquitectura

en Colombia. Pág. 209.

Page 34: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

34

primer y segundo piso. Sólo se mantuvo el diseño original del vestíbulo, como apreciarse

en la Lámina 7.

La remodelación de la Estación fue, sin lugar a dudas, el inicio de los años del olvido de la

estructura. Las décadas del sesenta y el setenta, y en general la segunda parte del siglo XX,

fueron testigos de la mala administración dentro de FNC. Junto con esto, el cada vez más

limitado presupuesto designado a los ferrocarriles y la competencia del transporte aéreo

terminaron de agravar la crisis de los ferrocarriles y con ellos de las estaciones que los

complementaban. Paulatinamente el ferrocarril fue perdiendo la importancia económica y

social para el país, y se sumergió aceleradamente en la inviabilidad técnica y económica, lo

cual condujo a un proceso contundente de deterioro físico del sistema y, con él, de la

memoria de la cual había sido forjador.69

En consecuencia, para 1991, FNC se declara en

bancarrota y, en esa medida, las estaciones y carrileras del país, entre ellas, las de la

Sabana, quedaron a la deriva.

Cabe resaltar que el estudio de las diferentes fuentes sobre la estación, por lo general dejan

de lado las coyunturas políticas y económicas que se forjaron a su alrededor. Para el caso

de la Estación de la Sabana, las investigaciones de autoras como Silvia Arango y Marina

Waisman analizan la incidencia de las tendencias europeas en la arquitectura local de los

países de América Latina.70

Está claro que esos movimientos son los reflejos de unas

prácticas económicas, políticas y culturales pero ese tipo de estudios pasan por alto la

poderosa incidencia que los procesos económicos y políticos locales tienen sobre las obras

de arquitectura.

En estudios sobre Bogotá como los consultados (Colcultura y Atlas Histórico, por ejemplo)

tienden a mirarse con detenimiento aspectos como la estructura, la planta, el espacio o la

decoración, así como las características de la remodelación de la estación. Sin embargo,

quedan al margen las relaciones que las formas construidas establecen con la economía y la

69

NIETO, Carlos Eduardo. “El ferrocarril en Colombia y la búsqueda de un país”. Pág. 71. 70

Para más información sobre tendencias y estilos véase: JARZOMBEK, Mark. “The Disciplinary

Dislocations of (Architectural) History”. Journal of the Society of Architectural Historians. Vol. 58. No. 3.

Architectural History (1999/2000). Págs. 488-493. SALDARRIAGA, Alberto. Pensar la arquitectura. Un

mapa conceptual. Bogotá: Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano (2010). Págs. 159-168. WALTER-

KRUFT, Hanno. A History of Architectural Theory from Vitruvius to the Present. New York: Princeton

Architectural Press (1994). Págs. 66-72.

Page 35: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

35

política. A partir de lo comentado pudo verse que la construcción, el uso y el destino de la

estación estuvieron atados a importantes procesos políticos y económicos que trascienden

lo estilístico. Para ampliar la estrecha relación entre esas dimensiones, en el siguiente

capítulo se propone indagar sobre las implicaciones de la continuidad de la estación en el

tiempo y de las intenciones de preservarla como un edificio patrimonial.

Page 36: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

36

II. Los efectos de la economía y la arquitectura en la valoración de la estación

A. Del olvido al patrimonio

La remodelación a la que fue sometida la Estación de la Sabana en 1954, marcó un antes y

un después en su historia y en la de Los Ferrocarriles de la Sabana. La segunda mitad del

siglo XX se caracterizó por una pronunciada desaceleración de la inversión estatal en los

ferrocarriles nacionales que, junto con la mala administración de los recursos, terminó por

materializar la quiebra de FNC en 1991.71

Estos factores incidieron directamente en la

utilidad de la Estación de la Sabana que, al perder su uso como estación, advirtió el

deterioro de su estructura física. Sin embargo, la estima por su valor patrimonial e histórico

en la sociedad capitalina parece mantenerla en pie. Por este motivo, el segundo capítulo

analiza las ideas que desde la economía, la historia y la arquitectura han hecho posible la

preservación de la Estación de la Sabana, mostrando cómo la existencia y conservación de

la estación no es neutra o accidental, puesto que el patrimonio se vincula con el valor

material y económico que una sociedad le asigna a los objetos que considera valiosos.

Las coyunturas económicas en las que se vio envuelta la Estación de la Sabana, desde el

año de su remodelación hasta la actualidad, demuestran que la materialidad de las

edificaciones es fundamental u operativa para la identidad en un mundo capitalista. En

distintas facetas y épocas, la apreciación o la estima por lo material (valor monetario,

propiedad, patrimonio o imagen) que se despliega en la sociedad capitalista ha incidido en

la preservación del edificio. Su permanencia desde 1954 hasta la actualidad, responde a la

utilidad que el edificio ha cumplido en esta coyuntura, la cual ha estado desligada,

principalmente en los últimos años, de su rol de estación.

Para entender los procesos de valoración alrededor del edificio es preciso aproximarse a las

nociones de “preservación” y “patrimonio”, que han entrado a caracterizar a la edificación

desde 1984. En efecto, 7 años antes de entrar en quiebra FNC, la Estación de la Sabana fue

declarada mediante el decreto 2390 del 26 de septiembre de 1984 como Monumento

71

NIETO, Carlos Eduardo. “El ferrocarril en Colombia y la búsqueda de un país”. Pág. 4.

Page 37: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

37

Nacional, debido a su importancia histórica y cultural. Así lo reseñó el periódico El Tiempo

en su edición del 28 de septiembre de 1984:

“Mediante Decreto2390 del 26 de septiembre, el Gobierno declaró monumentos

nacionales a 15 de los más conocidos edificios de Bogotá, incluido el Cementerio

Central. Según el decreto, las construcciones deberán ceñirse a las leyes sobre

conservación del patrimonio histórico. En la lista aparecen: la Plaza de Bolívar, el

edificio de la gobernación, el edificio Liévano, la Estación de la Sabana, el edificio del

Gun Club, la Plaza de Toros de Santamaría, la iglesia de San Antonio, el edificio del

Jockey Club, la Escuela de Medicina y el edifico Samper Brush, entre otros”.72

Cabe destacar que al considerar los diferentes edificios como “monumentos”, el gobierno

estaba atribuyendo a cada uno de ellos una serie de valores relacionados con la identidad y

la cultura del país. Así, por ejemplo, la declaratoria aludió también a la importancia de los

estilos arquitectónicos como una característica histórica de los edificios valorados. En

particular, la valoración resalta que bienes como el Palacio Liévano y la Estación de la

Sabana son representativos del estilo neoclásico.

Richard Handler expresa en su trabajo “On Having a Culture. Nationalism and the

Preservation of Quebec‟s Patrimoine”, que la preservación de lo material implica una

búsqueda por parte del sistema capitalista de objetos que sean capaces de contar un

determinado pasado y, por lo tanto, no son una consecuencia natural e inocente de procesos

de recolección de fuentes históricas. En ese sentido, según explica el autor, la colección de

objetos responde a necesidades políticas nacionalistas que se enmarcan dentro de las

tendencias e ideas que busca revalidar cada época.73

Así pues, la conservación de la Estación de la Sabana en el tiempo responde, gracias a su

diseño y decoración neoclásica, a la imagen de una ciudad con arquitectura europea que se

forjó durante los primeros dos decenios del siglo XX. En congruencia con lo expresado por

el humanista español Menéndez Pelayo en su Antología de la poesía Latinoamericana

(1892), para quien Bogotá estaba destinada a ser con el tiempo la Atenas de América del

72

El Tiempo. “Quince nuevos monumentos nacionales Mediante Decreto 2390 del 26 de septiembre”, El

Tiempo. Edición del 28 de septiembre de 1984. Consultado el 23 de abril de 2015. Disponible en:

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3646010 73

HANDLER, Richard. “On Having a Culture”. Págs. 192-217.

Page 38: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

38

Sur,74

la Estación de la Sabana es el semblante de aquel vestigio de ciudad clásica europea,

que aún hoy se mantiene con edificaciones como la Academia de la Lengua, el Capitolio

Nacional y el edificio de la Gobernación de Cundinamarca.

Lámina 8. Academia de la lengua. Lámina 9. Gobernación de Cundinamarca.

Lámina 10. Estación de la Sabana.

Láminas 8, 9 y 10. Edificio de la Academia de la Lengua, Edifico de la Gobernación de Cundinamarca y

Estación de la Sabana. Fotografías tomadas de

http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Edificio_de_la_Gobernaci%C3%B3n_de_Cundinamarca_2.jpg y

http://www.flickriver.com/photos/tags/downtownbogot%C3%A1/interesting/y la última de elaboración

propia.

74

CITADO POR: ZAMBRANO, Fabio. “De la Atenas Suramericana a la Bogotá Moderna. La construcción

de la cultura ciudadana en Bogotá”. Revista de Estudios Sociales. Bogotá: Facultad de Ciencias Sociales de la

Universidad de los Andes. No. 11 (2002). Consultada el 28 de abril de 2015. Disponible en:

<http://res.uniandes.edu.co/view.php/216/index.php?id=216> Pág. 10.

Page 39: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

39

En congruencia con el párrafo anterior, se entiende la permanencia de la estación en cuanto

ayuda con el proceso de una formación de identidad nacional, definida en gran parte por las

clases altas de la capital, con lo que se valida su declaración como Monumento Nacional

(véase el ejemplo de la caricatura de Pepe Gómez antes analizado). Como lo explica James

Clifford en su artículo “On Collecting Art and Culture”, la historia del coleccionismo de

objetos en Occidente se remite a lo que el mundo material y grupos específicos, por lo

general aquellos con capacidad de decisión, escogen para preservar, valorar e

intercambiar.75

Sin embargo, el gusto por lo coleccionable no es inmutable y las categorías

de belleza, cultura y autenticidad están cambiando continuamente. Estas características han

hecho parte de la historia de la estación, como lo demuestra su remodelación en 1954.

Esa labor trasmisora de una formación de identidad occidental ratifica el valor del edificio

en una sociedad como la actual. La trasmisión se identifica con lo que el edificio es capaz

de expresar, con la comunicación que tiene con su contexto.76

En efecto, la Estación de la

Sabana puede ser tomada como el vehículo entre un acontecimiento del pasado y el

presente. El significado del mismo, por lo tanto, es lo que transmite y da a entender. De este

modo, representa un aporte de comunicación no verbal más o menos explícito, más o

menos velado según cuál sea el receptor: “El objeto histórico, en tanto que signo, ocupa el

lugar de una abstracción que llamamos pasado. El objeto es, dicho de otro modo, historia

materializada que se hace presente ahora mismo”.77

A raíz de la clasificación “patrimonio” que ha recaído sobre la estación ha venido

operándose un cambio de percepción frente al edificio, como ha ocurrido con bienes

inmuebles similares. En este sentido, vale la pena citar un apartado del decreto 746 del 24

75

CLIFFORD, James. “On collecting Art and Culture”. Pág. 98. 76

El tema de la comunicación de las estructuras arquitectónicas con su contexto, y con las personas que

interactúan con ellas, son desarrollados por autores como Amos Rapoport. en su libro The Meaning of the

Built Environment. A non verbal communication approach. Explica las formas en las que las percepciones y

sentimientos del observador se ven afectadas por una comunicación implícita que hace reaccionar a los

individuos al entrar en contacto con una edificación. Para más información sobre arquitectura y significado

véase: RAPOPORT, Amos. The Meaning of the Built Environment. A non verbal communication approach.

Tucson: The University of Arizona Press (1990). Págs. 35-53 y 55-86. GOODMAN, Nelson. “How Buildings

Mean”. Critical Inquiry. Vol. 11, No. 4. (1985). Pág. 642-653. WHYTE, William. “How Do Buildings Mean?

Some Issues of Interpretation in the History of Architecture”. History and Theory. Vol. 45, No. 2 (2006).

Págs. 153-157. ALBRECHT, Johannes. “Against the Interpretation of Architecture”. Journal of Architectural

Education. Vol. 55, No. 3 (2002). Págs. 194-196. 77

BALLART, Josep, FULLOLA, Josep y PETIT, María des Angels. El valor del patrimonio histórico. Pág.

220.

Page 40: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

40

de abril de 1996. Según este documento, el conjunto de estaciones del ferrocarril hacían

parte de Monumentos Nacionales,

“por considerar, entre otros, que los edificios de las estaciones del ferrocarril fueron

espacios de gran interacción social y ocupan un lugar destacado en la memoria

individual y colectiva de las comunidades en las que se encuentran, por lo que

conforman una unidad arquitectónica representativa de una época del desarrollo del

país.”78

Pero, como ha venido señalándose, el papel de la memoria individual y colectiva trasciende

el ámbito estrictamente filantrópico o el mero cuidado de un objeto por su conexión con el

pasado. Así, entender la Estación de la Sabana como patrimonio remite a considerar el

valor económico de la edificación. Entre otros aspectos, el patrimonio está estrechamente

vinculado con el turismo, actividad que, en muchos casos, ha desvirtuado o deteriorado el

significado y la materialidad de los bienes inmuebles.79

Se trata, ni más ni menos, que del

rol que los objetos patrimoniales cumplen como mercancías que generan beneficios

económicos.

Así pues, la manera más común de acercarse a las mercancías es bajo una perspectiva

meramente económica:

“según los economistas, las mercancías simplemente son. Es decir, ciertas cosas y

derechos sobre las cosas son producidos, existen y circulan a través del sistema

económico, en cuanto son intercambiados por otras cosas, usualmente dinero. Desde

luego, esta perspectiva enmarca la definición propia del sentido común de mercancía: un

artículo que posee valor de uso y valor de cambio”.80

La anterior definición es meramente material y económica y esto limita el entendimiento de

las mercancías, porque estas sólo tendrían un uso comercial. No obstante, Igor Kopitoff y

Arjun Appadurai, ambos antropólogos, han tratado a lo largo de sus estudios de entender

las mercancías desde las perspectivas de su disciplina, en donde se considera que las

78

Considerando N° 2 del Decreto N° 746 del 24 de abril de 1996, “por el cual se declara Monumento

Nacional el conjunto de las Estaciones de Pasajeros del Ferrocarril en Colombia”. 79

CHOAY, François. Alegoría del patrimonio. Pág. 147.

BALLART, Joseph. El patrimonio histórico y arqueológico. Pág. 45.

80 KOPITOFF, Igor. La biografía cultural de las cosas: la mercantilización como proceso. En:

APPADURAI, ARJUN. La vida social de las cosas: Perspectiva cultural de las mercancías. México:

Consejo Nacional de la cultura y las artes (1991). Pág. 89.

Page 41: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

41

mercancías también pueden tener una vida social. De este modo, es necesario preguntarse

por otros aspectos distintos al económico, entre los que están el origen de la cosa misma, su

carrera o trayectoria y los cambios respecto a su uso.

Este tipo de análisis han planteado que la vida social de las mercancías abre paso para la

elaboración de biografías de los objetos. Así lo esboza Kopitoff en su capítulo “La

biografía cultural de las cosas”, en el que las mercancías son redefinidas culturalmente.

Esto quiere decir que las sociedades y sus individuos determinan “el modo en que se

adquiere, cómo y de quienes proviene el dinero reunido para comprarlo, la relación entre el

comprador y el vendedor, los usos que se le dan”.81

Con todo esto, las mercancías son

también elementos que están culturalmente construidos, cargados de significados en donde

el contexto en el que se desarrollan juega un papel importante, pues los sistemas de

clasificación que recaen sobre ellas corresponden a categorías cultural e históricamente

construidas.

La estación de la sabana, por tanto, responde a necesidades específicas de una sociedad

que, en materia de patrimonio y dinámicas identitarias asociadas con el mundo construido,

se encuentra en consonancia con contextos culturales como el europeo y el

norteamericano.82

Cabe recordar, al respecto, que parte del valor que la estación implica

para el patrimonio descansa en que su estética neoclásica es la representación de “una

unidad.....”, como señala el decreto de 1996, antes citado.

En el mismo momento en el que se reconoce que las mercancías no solamente tienen

cualidades meramente económicas, es necesario pensar en el deseo. Appadurai plantea que

el deseo por un determinado objeto o mercancía es una cualidad infinita y transcultural,

mientras que la necesidad tiene una naturaleza fija. Lo anterior nos remite a una categoría

importante para entender las mercancías: el consumo.

El consumo, en rasgos generales y económicos puede ser entendido como la última fase del

proceso productivo de una mercancía. No obstante, hay que hacer la salvedad de que no

81 KOPITOFF, Igor. La biografía cultural de las cosas: la mercantilización como proceso. Pág. 93. 82

La normativa colombiana sobre el patrimonio ha sido diseñada con base en lo estipulado por “cartas”,

“declaraciones” y “normas” emitidas, desde comienzos del siglo XX, bajo la tutela de estados europeos y de

organismos internacionales, entre los cuales se destacan Unesco e ICOMOS (International Council on

Monuments and Sites). Santiago Paredes, comunicación personal, 2 de mayo de 2015.

Page 42: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

42

todos los individuos consumen de la misma manera. Esto quiere decir que la sociabilidad

de la que habíamos hablado anteriormente también juega un papel en la vida de una

mercancía, pues atribuye una condición que trasciende la que podríamos asociar

habitualmente con los objetos.

Como hemos planteado hasta aquí, las mercancías están determinadas por el contexto en el

que tienen vida. De hecho, en el momento en el que se consume una mercancía, ésta

también difunde una idea, en donde importa el prestigio del lugar de origen, el nivel de

sacrificio que implicó la obtención de la misma. Con esto, el consumo no es algo unilateral

sino que por el contrario es una relación de doble vía en donde la mercancía y el

consumidor tienen un papel importante. Gracias a esto se incorporan valores tanto

materiales como culturales distintos en las mercancías mismas que contribuirán a delimitar

su capacidad de significar. Uno de los elementos importantes respecto a las mercancías es

la manera en que se consumen. Como lo plantean Appadurai y Kopitoff el contexto ha de

determinar qué se consume y el modo en que se consume.

Por último, y para cerrar esta breve aproximación a las mercancías, vale la pena comentar

algunos puntos adicionales acerca de la relación mercancía-élite. En su libro Goods, Power,

History: Latin America's material culture Arnold Bauer señala que “los cambios en la

cultura material de América Latina fueron determinados en cierto grado por la imposición y

la aceptación ansiosa de los “bienes civilizatorios” introducidos por varios regímenes

coloniales y neocoloniales en los últimos quinientos años”.83

Con todo esto, lo que Bauer

quiere mostrar es que el consumo de ciertas mercancías en América Latina está relacionado

con la modernidad y, por consiguiente, con la idea de pertenencia a las élites y las clases

más privilegiadas de la sociedad.84

83

BAUER, Arnold. Goods, Power, History: Latin America's material culture. Pág. 9. 84

Modernidad que se asocia inmediatamente con Europa y los Estados Unidos. Lo interesante del

planteamiento de Bauer es que él mismo reconoce que estas prácticas de consumo no son procesos únicos y

exclusivos de América Latina: “Pero la lucha por la identidad, la necesidad de redibujar o cruzar las líneas de

las relaciones sociales a través de actos de consumo visible, son tal vez mucho más intensos en sociedades

coloniales y postcoloniales donde el poder y la referencia de la moda son establecidas comúnmente por

extranjeros, mientras el status y el prestigio de la gente dentro de la colonia o el país están fuertemente

influenciados por el rompecabezas de la clase y la etnicidad, la negociación de la que se hace aún más

importante debido a la ambigüedad”. BAUER, Arnold. Goods, Power, History: Latin America's material

culture. Pág. 9.

Page 43: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

43

Así, si las sociedades se definen en buena medida por lo que deciden y valoran las élites, el

caso de la estación implica considerar varias cosas. Primero, que se trató de una edificación

desarrollada bajo los preceptos estilísticos de profesionales y gobernantes vinculados con

ideales de modernización. Segundo, que la valoración patrimonial determina que el pasado

valioso es aquel que recuerda una época en que las personas se identificaban con los

edificios europeos. El objeto, por lo tanto, ha sido creado, intercambiado, reconfigurado

como una mercancía

El caso de la Estación de la Sabana cala en las apreciaciones hechas por Bauer, indica la

manera en la que la imposición de un estilo determina la preservación de las cosas. Valdría

la pena preguntarse qué otro tipo de estructuras entrarían dentro de este esquema y cuales,

por el contrario, quedarían por fuera(Lámina 13).

Lámina 13. Señalización frente a la Estación de la Sabana, que la acredita como Bien de Interés Cultural de

Bogotá. Foto tomada el jueves 23 de abril de 2015 por el investigador.

Al respecto, vale la pena retomar las afirmaciones hechas por Françoise Choay en su libro

Alegoría del Patrimonio, donde caracteriza el patrimonio urbano y explora su significado a

Page 44: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

44

lo largo de los cinco últimos siglos. En este trabajo, Choay afirma que el sentido que se le

otorga al patrimonio tiene relación con motivaciones existenciales e informa acerca de las

sociedades que lo afirman.85

En consecuencia, la preservación de la Estación de la Sabana

implica una apreciación por parte de la sociedad hacia la edificación, que se plasma en

términos físicos en su preservación a pesar del deterioro.

B. Ruina y actualidad.

Dentro del marco general de temas que podrían analizarse en lo concerniente al patrimonio,

el que más llama la atención es el de la ruina. Este concepto antecede la formación de un

patrimonio histórico en las sociedades y responde a que su utilidad no se mide por los

elementos evocadores del pasado, sino que es atribuido a la condición económica del

edificio como medio de lucro.

“Desde los años ochenta, la conservación y la valorización del patrimonio urbano han

ido adquiriendo un carácter cada vez más prioritario en las políticas urbanas. La

emergencia en el urbanismo de planteamientos favorables a las tramas densas y mixtas o

la opción estratégica que muchas ciudades han hecho por el turismo, son fenómenos que

contribuyen a explicar esta creciente preocupación por el patrimonio histórico y

cultural”.86

En el caso de las ruinas de la antigua Grecia o de los vestigios de la civilización romana,

estos no han perdido su interés cultural si los relacionamos con preceptos de interés

turístico forjados desde los años 60 del siglo XX. Para el Medio Evo las ruinas de la época

clásica no eran más que una cantera donde se podía extraer el mármol y la piedra para

construir iglesias. En la actualidad, las ruinas son consideradas patrimonio histórico, en

cuanto dan cuenta de las civilizaciones que se establecieron ahí y de la grandeza que

alcanzaron. Lo anterior es importante en cuanto demuestra las visiones que se pueden tener

sobre una ruina dependiendo de la época.

85

CHOAY, François. Alegoría del patrimonio. Pág. 147. 86

Se trata de un aporte de Gerard Jori, citado por CHOAY, Françoise. Alegoría del patrimonio. Barcelona:

Gustavo Gili (2007). Pág. 150.

Page 45: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

45

La situación de una ruina puede llegar a ser aún más compleja. Por ejemplo, para George

Simmel, la ruina lejos de estar separada del entorno en el que existe, está ligada con ideas

que la vuelven terrenal. Es decir, un edifico después de haber sido considerado algo

importante para la sociedad y de haber sobresalido sobre muchos otros, como fue el caso de

la Estación de la Sabana, cuando pasa a ser una ruina retoma su dimensión natural, y en

este sentido, se da una reconciliación entre la edificación abandonada y la naturaleza (Geist

y Natur).87

Sin embargo van más allá. Como explica el filósofo Walter Benjamin, el concepto de ruina

es empleado para explicar los conceptos de tradición e historia, y lo que se encuentra entre

ellos.88

Las ruinas se han forjado como documentos históricos balanceados y hasta

eclipsados por su impacto afectivo emocional, su capacidad para transmitir melancolía, en

línea con el concepto barroco, con el reflejar el paso del hombre en el tiempo. Y es tal vez

sea en este sentido, en el que se ha podido mantener en pie la Estación de la Sabana.

El proceso que fijó el cambio de instituciones que se establecieron en la estación a raíz de

la quiebra de FNC, sin lugar a duda ha ayudado a complementar la crisis del inmueble.

Desde 1991 la Alcaldía Mayor de Bogotá ha sido la responsable de la manutención del

edificio, donde se estableció la Superintendencia de Puertos y Transporte hasta mediados

del 2012.89

A finales de octubre del 2012, la edificación pasó a ser ocupada por la

Dirección de Tránsito y Transporte, como lo reseña el diario El Tiempo en su edición del

primero de diciembre de 2012:

“En la emblemática sede de los Ferrocarriles Nacionales de Colombia, inaugurada en

1917 durante el gobierno de José Vicente Concha y situada en la avenida Jiménez con

carrera 20, funcionan desde finales de octubre las nuevas instalaciones de la Dirección

de Tránsito y Transporte de la Policía.

La construcción, de estilo neoclásico, en cuya primera planta sobresale la estación de

87

SIMMEL, Georg. “The Ruin”. Pág. 23. 88

STEAD, Naomi. “The Value of Ruins: Allegories of Destruction in Benjamin and Speer”. Pág. 52. 89

Estación de la Sabana. Consultado el 1 de mayo de 2015. Disponible en:

<http://es.wikipedia.org/wiki/Estaci%C3%B3n_de_la_Sabana>

Page 46: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

46

trenes de la Sabana, fue rescatada de las ruinas gracias a una inversión aproximada de

3.250 millones de pesos.”90

Cabe resaltar que la inversión por 3.250 millones de pesos no parece verse reflejada en la

estructura exterior del edificio, que continúa en un evidente deterioro según evidenció el

investigador en una visita hecha el 23 de abril de 2015. Actualmente, además de la

Dirección de Tránsito y Transporte, funcionan en la Estación de la Sabana el fondo de

pensionados del ferrocarril y una oficina de Turistren, entidad encargada de realizar los

viajes turísticos que continúa haciendo el tren de la Sabana hasta el pueblo de Nemocón.

Sin embargo, todavía hay proyectos que quieren recuperar la funcionalidad de la estación,

como lo demuestra la inclusión de la misma en el plan de renovación urbana de la capital.

Tres manzanas que ocupan un área de 28.990 m2 en la localidad de Los Mártires serán

intervenidas, de acuerdo con lo fijado en el Plan Parcial La Sabana, que dentro de sus

objetivos busca aprovechar mejor el suelo del sector, recuperar los bienes de interés público

que se levantan en la zona y, según el Plan Maestro de Movilidad del Distrito, adaptar el

lugar para su operación como eje de articulación del Sistema de Transporte Integrado de la

capital (Transmilenio, tren de cercanías y metro). Del área total de renovación, el 40% será

destinado a espacio público y el 60% a espacio privado.91

De igual manera, varios trabajos de grado consultados en la Biblioteca de la Universidad de

los Andes, demuestran el interés que hay sobre la renovación urbana del sector, pero

principalmente sobre la Estación de la Sabana. Monografías de grado como “Estación

multimodal la Sabana”, “Reencuentro de la memoria: umbral urbano Estación de la

Sabana”, “Museo de Bogotá en la Estación d la Sabana y Un modelo de vivienda para la

reactivación del sector de la Estación de la Sabana”,92

tocan el tema desde el interés de

90

El Tiempo. Policía Vial se mudó a la antigua sede de los Ferrocarriles Nacionales. La dirección de tránsito

recuperó de la histórico lugar. Edición del 1 de diciembre de (2012). Consultado el 25 de abril de 2015.

Disponible en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12413968 91

El Espectador. Renovación sobre rieles. Dentro del Plan de Renovación Urbana, se intervendrá el sector de

La Estación de la Sabana. Edición del 14 de marzo de 2009. Consultada el 25 de abril de 2015. Disponible en:

http://www.elespectador.com/impreso/articuloimpreso127303-renovacion-sobre-rieles 92

Estos trabajos hacen parte de una selección de tesis de pregrado y maestría de estudiantes de la Universidad

de los Andes, en los que se encontró como común denominador el factor de renovación urbana de la localidad

de Los Mártires, más exactamente de la Estación de la Sabana. Todos están disponibles para leerlos en la web.

AVELLANEDA, Santiago. “Estación multimodal la Sabana”. Bogotá: Universidad de los Andes (2010).

Págs. 1-43. GONZÁLEZ, María Paula. “Reencuentro de la memoria: umbral urbano Estación de la Sabana”.

Page 47: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

47

recuperar las funciones que en un principio prestaba la estación, y que puedan estar en

comunión y mejorar los proyectos que la Alcaldía de Bogotá tiene para el sector.

En el momento de la edificación y uso de la Estación de la Sabana, la estación estuvo

vinculada con unos procesos políticos y económicos, así como con unos ideales de la

sociedad que actuaba desde las esferas de poder (moderna, europeizada, tecnificada). Esto

teniendo en cuenta las coyunturas económicas que tuvieron efecto bajo el Ferrocarril de la

Sabana, pero también en el sistema nacional de ferrocarriles. No en vano el presente de

otras estaciones del sistema ferrocarrilero, que también han entrado en desuso y abandono.

Además, la estación fue abandonada, pero eso no implico que la obra arquitectónica se

desligara de procesos políticos y económicos. Al contrario, la ruina cayó en una nueva red

de intereses y, en últimas, en una coyuntura. A partir del “patrimonio”, algunos sectores de

la sociedad han intentado dotar de sentido a la vieja estación. Así, las normativas emitidas

al respecto por el gobierno recuerdan la importancia de los valores estéticos y cómo estos

deben preservarse porque conectan el presente con un pasado europeizado.

El patrimonio, lejos de constituir una categoría neutral, implica un interés económico

vinculado con el turismo y, además, una búsqueda por los valores que deben sustentar y

representar a la sociedad del presente. De tal forma, lejos de ser una ruina abandonada a su

suerte, la valoración patrimonial y la perspectiva de su restauración también son definen un

vínculo sólido con el funcionamiento de la economía y la política dentro de la sociedad. Por

lo tanto, la relación entre coyunturas, estación y patrimonio son importantes a la hora de

hablar de la sobrevivencia de la Estación de la Sabana desde su inauguración en 1917 hasta

la actualidad.

Bogotá: Universidad de los Andes (2009). Págs. 1-63. HERNÁNDEZ, Mónica. “Museo de Bogotá en la

Estación de la Sabana”. Bogotá: Universidad de los Andes (2008). Págs. 1-38. OROZCO, Luis. “Un modelo

de vivienda para la reactivación del sector de la Estación de la Sabana”. Bogotá: Universidad de los Andes

(2007). Págs. 1-71.

Page 48: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

48

Conclusiones

La monografía puede concluir que la sobrevivencia de la Estación de la Sabana está ligada

a parámetros que van más allá de la valoración estética y patrimonial que puede hacerse de

los ornamentos y espacios que caracterizan al edificio, y que por lo tanto la hacen una pieza

única del estilo neoclásico de la ciudad de Bogotá. El análisis que se efectuó evidenció que

estudiar esta edificación desde los efectos que las coyunturas económicas han tenido sobre

ella a lo largo de un siglo de existencia ayudan a explicar desde otras perspectivas la

sobrevivencia de la estación en la ciudad.

Considerarla como un objeto valioso, pero principalmente como una mercancía que se

puede aprovechar mediante las dinámicas económicas de un sistema capitalista, en el que el

turismo ha tomado un valor cada vez más relevante desde mediados del siglo pasado, revela

una función de la estación poco estudiada.

El estudio de la estación desde ópticas alternativas a las planteadas por la historiografía de

la arquitectura ayudan a entender procesos en los que ha estado involucrado el edificio. Así,

a partir de algunas herramientas de las ciencias sociales y de la historia económica,

permiten extraer nuevos datos alrededor de la estación. Como elemento fundamental de ese

análisis se tiene que la estación se ha preservado en el tiempo, más allá de su interés

estético, por que ha caído en diferentes circuitos de intercambio.

En primer lugar, la construcción y uso de la estación durante los primeros tres cuartos del

siglo XX estuvo asociado con las lógicas económicas que giraban alrededor del ferrocarril

y la proyección de los dirigentes hacia los valores modernos. En segundo plano, la estación,

pese a quedar abandonada por el cambio de prioridades en materia de infraestructura, se

convirtió en ruina, una valoración que la dotó de otros sentidos, debido a tales razones. Por

último, la valoración de “patrimonio”, con la que ha cargado el edificio desde 1984, es

diciente sobre el valor económico que aún posee el edificio. Así, el patrimonio, lejos de ser

una valoración estrictamente cultural, pretende encuadrar a la estación en nuevas lógicas,

como el turismo cultural.

Page 49: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

49

De tal forma, a través de esas tres relaciones, puede detectarse el complejo proceso de

manipulación económica de un edificio, que excede la valoración formal, estilística o

espacial que tiende a ser habitual en la información consultada sobre la estación. Asimismo,

al apreciar una edificación del pasado a través de instrumentos de la historia y la economía

sobresalen relaciones que han pasado desapercibidas. Por ejemplo, el contraste que el

edificio ha marcado, desde su construcción, con el entorno industrial y comercial en el que

se ubica. En el mismo sentido, que la arquitectura y el entorno urbano no pueden desligarse

de las relaciones económicas y sociales que los producen. Adicionalmente, que las formas

construidas arrojas información significativa sobre los procesos sociales y que, así un

edificio esté arruinado, puede constituir una fuente válida para adentrarse en el pasado.

Finalmente, quisiera destacar el hecho de que las coyunturas económicas puedan ayudar a

vislumbrar las características de un estilo arquitectónico, así como el estilo arquitectónico

revela, por medio de permanencias y cambios, la utilidad de un edificio en una determinada

sociedad. Esta monografía de grado pretende dar pie a posteriores investigaciones que

puedan profundizar más en el tema, pues por lo que se investigó, aún falta mucho por

aprender de estudios con cortes multidisciplinares como este.

Page 50: Estación de la Sabana: coyunturas económicas y

50

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rojas se logra observar las ferrovías construidas para ese año.

Lámina 7: Estación de la Sabana luego de las remodelaciones hechas en 1953. Foto tomada

el jueves 23 de abril de 2015, por el investigador.

Lámina 8: Fotografías tomadas de

http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Edificio_de_la_Gobernaci%C3%B3n_de_

Cundinamarca_2.jpg

Lámina 9: Fotografías tomadas de

http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Edificio_de_la_Gobernaci%C3%B3n_de_

Cundinamarca_2.jpg

Lámina 10: Tomada por el investigador el 23 de abril de 2015.

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