estructura interfacial del agua

30
ESTRUCTURA INTERFACIAL DEL AGUA Resumen El autor describe e/trabajo que ha realizado en la Facultad de Química de la Universi- dad Nacional Autónoma de México, respecto a la estructura de la superficie del agua en contacto con el aire. Postula tres modelos geométricos de redes superficiales casi cristalinas: poilbote, polisilla y poliostra. Propone que la superficie del agua puede representarse por la estructura de poiostra y establece una ecuación que relaciona el área que ocupa la molécula de agua superficial con la temperatura. Las estructuras propuestas permiten explicar las tres discontinuidades que se observan en la gráfica de presión superficial vs. área molecular superficial, al comprimir películas insolubles de alcoholes de cadena muy larga depositadas sobre la superficie del agua. Se presenta la Teoría Generalizada de Actividad Superficial FEH —de Formación de Enlaces de Hidrógeno—, que explica el comportamiento de los surfactantes polares y iónicos solubles en agua, en ausencia y presencia de sales inorgánicas. En efecto, se propone que el surfactante adsorbido en la superficie adopta la configuración de silla y forma un enlace de hidrógeno adicional con el agua subyacente, lo cual confiere estabilidad al sistema. El agua superficial adopta la forma de ostra, pero se observa que cuando la solución contiene sales inorgánicas, el surfactante adsorbido induce a que una molécula de agua vecina tome la estructura de silla, lo cual reduce aún más la energía superficial. Se presentan la Isoterma de Adsorción y la Ecuación de Estado Generalizadas, se comparan los resultados experimenta- les con los que predice la teoría, se destaca la trascendencia del efecto salino en la estructu-

Upload: academia-de-ingenieria-de-mexico

Post on 13-Apr-2017

58 views

Category:

Engineering


0 download

TRANSCRIPT

ESTRUCTURA INTERFACIAL DEL AGUA

Resumen

El autor describe e/trabajo que ha realizado en la Facultad de Química de la Universi-

dad Nacional Autónoma de México, respecto a la estructura de la superficie del agua en

contacto con el aire. Postula tres modelos geométricos de redes superficiales casi cristalinas:

poilbote, polisilla y poliostra. Propone que la superficie del agua puede representarse por la

estructura de poiostra y establece una ecuación que relaciona el área que ocupa la molécula

de agua superficial con la temperatura. Las estructuras propuestas permiten explicar las tres

discontinuidades que se observan en la gráfica de presión superficial vs. área molecular

superficial, al comprimir películas insolubles de alcoholes de cadena muy larga depositadas

sobre la superficie del agua.

Se presenta la Teoría Generalizada de Actividad Superficial FEH —de Formación de

Enlaces de Hidrógeno—, que explica el comportamiento de los surfactantes polares y iónicos

solubles en agua, en ausencia y presencia de sales inorgánicas. En efecto, se propone que

el surfactante adsorbido en la superficie adopta la configuración de silla y forma un enlace de

hidrógeno adicional con el agua subyacente, lo cual confiere estabilidad al sistema. El agua

superficial adopta la forma de ostra, pero se observa que cuando la solución contiene sales

inorgánicas, el surfactante adsorbido induce a que una molécula de agua vecina tome la

estructura de silla, lo cual reduce aún más la energía superficial. Se presentan la Isoterma de

Adsorción y la Ecuación de Estado Generalizadas, se comparan los resultados experimenta-

les con los que predice la teoría, se destaca la trascendencia del efecto salino en la estructu-

ración de la superficie y se señala el efecto importante que puede tener la presencia de sales

inorgánicas en los procesos de transferencia que ocurren en los seres vivos a través de las

membranas.

Los tensoactivos polifuncionales resultan ser un caso interesante de aplicación de la

teoría generalizada, en virtud de que se predice que más de un grupo funcional se anda en

la red superficial casi cristalina. Se propone que los alcoholes etoxilados con más de 5 molé-

culas de óxido de etileno pueden ser útiles para cubrir la superficie del agua y reducir eficaz-

mente su evaporación en mares, lagos y presas.

Introducción

De todas las substancias necesarias para la vida, el agua es la más importante. La

historia está llena de relatos acerca de batallas libradas por el agua, de monarcas y

sacerdotes que la veneraron, de taumaturgos que la han bendecido, de culturas que decaye-

ron después de perder o desperdiciar este elemento y de gente que pereció por su causa.

En nuestro país, es notorio el serio problema que enfrentamos en la captación, suministro,

reutilización y desecho de agua en las ciudades de México, Monterrey y Juárez, entre otras.

El agua cubre cerca de tres cuartas partes de la superficie de la tierra. Alrededor de

1350 millones de kilómetros cúbicos de agua forman los océanos, mares, lagos y ríos. En la

atmósfera terrestre existen otros 12.5 kilómetros cúbicos, casi toda en forma de vapor 1 . Se

cree que la vida se originó en los océanos de la tierra. El agua sustenta todas las formas de

vida: algunos organismos simples pueden existir sin aire, pero ninguno sin agua. La vida

1 El agua, Luna, B.L. y Davis, K.S., Colección Científica de Time-Life, México (1979)

2

como tal sólo se comprende en un medio líquido por la simple razón de que la inmensa pro-

porción, si no es que la totalidad, de las reacciones químicas que definen los fenómenos

vitales ocurren en medio acuoso.

Por otra parte, la mayoría de los procesos naturales e industriales son consecuencia

de fenómenos de transferencia que suceden a través de interfases. Las interfases pueden

ser del tipo sólido-líquido, sólido-gas, líquido-gas o líquido-líquido. En los procesos vitales

las membranas biológicas entran en contacto con soluciones acuosas o directamente con un

gas. Así, un mejor conocimiento de la estructura y propiedades de las interfases permitirá

conseguir un mejor control sobre los factores que propician o limitan la rapidez con la que se

lleva a cabo la difusión de iones, elementos o moléculas de un medio a otro. En este sentido

es conocido que los tensoactivos presentes en soluciones acuosas tienden preferentemente

a adsorberse en las interfases y que alteran ostensiblemente su estructura y en consecuen-

cia la celeridad de los procesos de transferencia 2 .

Bastaría dar algunos ejemplos respecto a la trascendencia que tiene el agua y las

interfases en los fenómenos de transferencia. El cuerpo humano 3 contiene normalmente

entre 50 y 60 por ciento de agua —unos 40 litros— de los cuales diariamente se deben

reponer un poco más de dos y medio litros. Restituimos de agua al organismo, al beberla,

con los alimentos y como consecuencia de las reacciones de combustión humana que ocu-

rren al metabolizarlos. Todos los órganos, tejidos y fluidos del cuerpo humano necesitan de

agua, desde un 2 por ciento en el esmalte de los dientes hasta un 83 por ciento en la san-

2 Interfacial Phenomena, Davies, J.T. y Rideal, E.K., Academic Press, London (1961) Human Physiology, 5a. Edición, Vander, A.J., Sherman, J.H., y Luciano, D.S., McGraw Hill, Nueva York (1990)

3

gre. El ser humano puede vivir sin alimento más de dos meses, pero sin agua moriría en una

semana. El descenso del contenido del agua en la sangre hace funcionar al hipotálamo,

centro cerebral de la sed, que nos hace sentir la necesidad de beber y mantiene el equilibrio

del agua secretando hormonas que regulan el funcionamiento de los riñones y que estimulan

los nervios de la parte anterior de la garganta.

La escasez o el exceso de agua pueden ser desastrosos para la salud. Cuando la

persona pierde apenas un 5 por ciento del agua contenida normalmente en su organismo, la

piel se arruga, la boca y la lengua se secan y quizá padezca alucinaciones; una pérdida

rápida de un 15 por ciento suele ser fatal. En exceso, el agua produce náuseas, debilidad y

su ingestión forzosa se traduce en desórdenes mentales, desorientación, estremecimientos,

inconsciencia y puede ocasionar la muerte.

Dos sistemas orgánicos se encargan de cubrir las necesidades nutritivas en los ani-

males superiores: el respiratorio y el digestivo. En el proceso respiratorio se oxigena la san-

gre al entrar en contacto con el aire, a través de los alvéolos pulmonares. Los alvéolos son

pequeñas estructuras membranosas en forma de saco, con un grosor de apenas 0.3 a 0.7

micras, y cuyo número es tal —300 millones—, que integran una superficie de 70 a 80 m 2 .

Estas finas estructuras mantienen su integridad física sin colapsarse debido a la secreción

de fosfolípidos y lipoproteínas que actúan como surfactantes y que regulan la tensión super-

ficial durante la respiración 4 . Las películas de fosfolípidos son capaces de generar elevadas

presiones superficiales del orden de 70 dina/cm. 5

Histología Básica, 2a. Edición, Junqueira, L.C., y Carneiro, J., Salvat, Barcelona (1983) Tabak, SA., Notter, R.H., y Ultman, .S., J. Colloid& Interface Sci., 60, 117 (1977)

4

Las enzimas, que actúan en medio acuoso en el aparato digestivo, degradan, escin-

den y reducen los alimentos a unas cuantas substancias básicas que pueden atravesar la

pared intestinal para ser absorbidos por la sangre. El agua, las sales minerales y las vitami-

nas de la dieta son incorporados directamente, pero los alimentos que aportan los principios

inmediatos —carbohidratos, grasas y proteínas—, han de ser digeridos para convertirse en

monosacáridos, ácidos grasos, glicerina y aminoácidos. El intestino delgado realiza la

absorción fundamental. Las glándulas contenidas en su pared segregan dos litros diarios de

un jugo llamado entérico. El proceso digestivo se completa con la ayuda de otros dos litros

de jugos distintos: el pancreático y la bilis procedente del hígado. Es interesante señalar que

la bilis en realidad no digiere, pues no contiene enzimas, sino sales biliares cuyo efecto es el

de un tensoactivo que ayuda a emulsionar los ácidos grasos para facilitar su adsorción. En

todos los casos la absorción de nutrientes siempre se efectúa a través de membranas en

contacto con soluciones acuosas.

Las glándulas sudoríferas refrescan la epidermis al evaporar medio litro diario de

agua. Desechamos otro medio litro de agua al exhalar el aire cargado de agua. Pero en fin-

guna parte del cuerpo es tan vital la función del agua y de las membranas como en el riñón,

órgano que limpia la sangre de impurezas. Cada cuatro minutos toda la sangre que circula

por el cuerpo pasa por los riñones. Diariamente, los riñones filtran unos 2,000 litros de agua

y desechan unos dos litros como orina.

Se han descrito diversas procesos vitales en los que tiene importancia el estudio de

soluciones acuosas y la manera en que se absorben nutrientes y se desechan substancias

5

tóxicas de un medio a otro, al traspasar la interfase membrana-solución. Abordaremos ahora

el tema de los surfactantes que se concentran preferentemente en la interfase.

En la actualidad la humanidad se ha beneficiado con la propagación del uso de ten-

soactivos sintéticos y de las múltiples aplicaciones que tienen. Una de ellas, muy importante

por cierto, es la higiene y el confort resultado de la limpieza personal y del frecuente lavado

de las prendas de vestir. Hace 200 años una reunión como la que sostenemos hoy, se

hubiera celebrado a la luz de velas de sebo, que desprenden un olor desagradable. El jabón

era el único tensoactivo conocido y éste era muy costoso en épocas de sequía, por fabri-

carse a partir de materias primas naturales —aceites o grasas—, cuya disponibilidad y pre-

cio dependía de lluvias abundantes y de buenas cosechas. El baño personal era poco fre-

cuente y se carecía de pasta dentífrica. Por ello, se hacía necesario quemar incienso para

aromatizar el aire en las reuniones públicas celebradas en espacios cerrados. El ejemplo

más impresionante de la necesidad de aromatizar el ambiente lo constituye el gigantesco

incensario de la Catedral de Santiago de Compostela en Galicia, el "botafumeiro" que se

mecía a lo largo de la nave para perfumar el aire durante las peregrinaciones europeas de la

lo edad media que remataban en dicho recinto.

El estudio de la interfase sólido-líquido ofrece ciertamente una gran dificultad, razón

por la cual el autor juzgó conveniente entender primero la constitución y propiedades de

interfases más simples y más fáciles de examinar como son las interfases agua-aire y agua-

aceite, con la esperanza de que el conocimiento que se desarrolle sirva en un futuro para

concebir los complejos fenómenos que suceden en otras interfases, en particular las mem-

branas. Debo aquí resaltar la contribución importante en el entendimiento de la estructura

6

del agua y de las interfases, que aportaron mis estudiantes de doctorado, maestría y licen-

ciatura, en particular deseo hacer mención de los Ingenieros Químicos Héctor Sobol Sazlov

(t) José Luis Cepeda y de mi hija Margarita Garfias Vázquez de Raiful, y la opinión siempre

pronta y calificada del también ingeniero Enrique Bazúa Rueda.

Estructura del agua líquida

El agua líquida tiene características muy peculiares, entre ellas destaca su densidad,

el alto punto de ebullición, una considerable capacidad calorífica y calor latente de vapori-

zación, así como su inusitado valor de tensión superficial. Estas propiedades extraordinarias

del agua se explican por la capacidad que tiene la molécula de unirse con otras mediante lo

que se conoce como "puente de hidrógeno' esto es, el oxígeno de una molécula de agua

puede enlazarse con el hidrógeno de una molécula vecina.

En el hielo una molécula de agua se encuentra completamente unida con cuatro veci-

nas mediante puentes de hidrógeno. Al fundirse el hielo, se rompe una fracción de puentes

de hidrógeno. Diversos autores estiman que se mantienen intactos entre un 40 y 50 por

ciento de ¡os enlaces de hidrógeno en el seno del agua líquida, lo cual le confiere al líquido

cierto grado de estructuración.

Estructuras superficial del agua en contacto con el aire.

Héctor Sobol 6 observó que mientras la mayoría de las propiedades del agua podían

ser medidas con gran precisión, los datos de tensión superficial publicados en la literatura

6 Sobol, H., Garfias, J, y Kelier, J., J. Phys. Chem., 80, 1941 (1976) 7

acusaban diferencias de más de 4 dina/cm. Demostró que el aire disuelto en el agua afecta

la estructura superficial del agua y por ende los valores de tensión superficial. Encontró que

aún sin tensoactivos, se podía disminuir la tensión superficial en 30 dina/cm, al degasificar el

agua. Un cambio tan notable sólo podía explicarse como consecuencia de una modificación

estructural. El hallazgo de Héctor Sobol hizo ver la necesidad de profundizar en el conoci-

miento de la estructura superficial del agua. Sostuve frecuentes pláticas muy iluminantes con

Héctor sobre el tema, pero su corta vida le permitió saborear sólo los primeros frutos de su

intelecto.

En esa época, me correspondía tomar un año sabático. Lo disfruté en las ENEP de

Cuatitlán y Zaragoza, gracias a la calurosa acogida que me dispensaron los Doctores Jesús

Guzmán y Manuel Alvarez Manilla. Las ENEP eran entonces lugares muy tranquilos que

propiciaban la reflexión. En esa época recordé que de pequeño me entretenía arrojando pie-

dras a ras de la superficie del agua en la Presa de Tequisquiapan y que la piedra rebotaba

varias veces antes de hundirse, formando una secuela de impactos que describimos como

"patitos". Al golpear la piedra el agua y no hundirse, pudiera ser que la asimetría de la inter-

fase estructurara completamente una delgada capa superficial en forma semejante a la

superficie sólida de hielo y que por ello rebotara la piedra.

Convine entonces en adoptar un modelo "casi cristalino" de la capa superficial. Utilicé

modelos moleculares para construir una estructura de la superficie. Supuse que los 4 orbita-

les del agua adoptaban la hibridación sp 3. Al jugar con los modelos de bote y silla del

ciclohexano, similares a los que presenta el hielo en su estructura sólida de tridimita, encon-

8

tré que las estructuras 7 podían extenderse infinitamente en una superficie formando redes

con una gran simetría que por analogía denominé "polibote" y "poilsilla" (véanse las figuras 1

y 2).

Calculé la energía superficial de dichas estructuras, con el resultado de que éstas

tenían valores cercanos, pero sólo rendían la mitad de la energía determinada experimen-

talmente. Tenía que haber otra estructura con el doble de energía. Advertí que en las estruc-

turas de polibote y polisilla las moléculas de agua más externas tenían un orbital dirigido al

aire y que por lo tanto la energía superficial podría deberse al rompimiento de puentes de

hidrógeno en el líquido, para permitir la orientación de orbitales hacia el aire. Había que

encontrar otra estructura que contara con el doble de orbitales penetrando en el aire. Pro-

puse entonces una tercera estructura 8 que por su forma de concha denominé "poliostra" y

que satisfacía el requerimiento energético superficial del agua (véase la figura 3). Los mode-

los geométricos de las tres estructuras permiten calcular el área superficial por cada molé-

cula externa de agua en función de la distancia L, que separa a moléculas vecinas de agua.

A continuación se asientan las relaciones encontradas:

a0 = 2.6666L2

= 2.3094L2

ab = 2.1773L2

Garfias, F.J., JPhys. Chem., 83, 3126 (1979) 8 Garfias, F.J., J. Phys. Chem., 84, 2297 (1980)

9

De las tres estructuras, la de polibote resulta ser la más compacta y la poliostra la

más extendida. La estructura de polisilla es más cerrada que la poliostra pero menos que la

de polibote.

Los modelos deben descartarse, conservarse o mejorarse de acuerdo a su utilidad.

Con este propósito revisé la literatura, en particular diversas determinaciones efectuadas en

la superficie de agua pura, experimentos ejecutadas con películas insolubles depositadas

sobre la superficie del agua y pruebas realizadas con soluciones acuosas de surfactantes

solubles en agua. A continuación describiré algunos de los resultados encontrados.

Películas insolubles depositadas en la superficie del agua.

Al suponer una estructura casi cristalina de agua superficial, pudiera ser que los alco-

holes grasos, al depositarse en la superficie, no destruyan la red cristalina subyacente y que

tan sólo sustituyan a las moléculas de agua más externas sin modificar la red, proyectando

la cadena alcánica hacia el aire. Si así fuere, las moléculas de alcohol graso servirán como

trazadores e indicadores de la densidad de la película superficial del agua (Véase Figura 4).

Reparé en el trabajo que realizó Irving Langmuir con estas películas, que por cierto

fue una de las investigaciones que le hicieron acreedor al Premio Nobel en 1932, el primero

otorgado a un ciudadano norteamericano. Langmuir comprimió películas de alcoholes

grasos a diferentes presiones superficiales. La gráfica de presión superficial (fi) vs. área

superficial molecular (A) del alcohol graso denota una línea con tres discontinuidades, que

identifiqué con las estructuras propuestas. Supuse que las moléculas de alcohol graso

embonan perfectamente en la red casi cristalina del agua, al acomodarse el oxígeno del

10

alcohol en la red ocupando ahora los sitios que antes guardaba el oxígeno del agua más

superficial.

La discontinuidad superior es el valor máximo de presión que puede soportar la pelí-

cula y por lo tanto el área mínima a que puede comprimirse antes de romperse, como en

efecto sucede. La discontinuidad superior corresponde entonces a una estructura de poli-

bote saturada con moléculas de alcohol graso. La discontinuidad intermedia y la inferior se

refieren respectivamente a las estructuras saturadas con alcohol graso en forma de polisilla

y de poliostra. Entre una y otra discontinuidad se supuso una solución ideal de dos estructu-

ras. Se muestran en la siguiente tabla algunas de las características físicas derivadas de las

tres estructuras saturadas con un alcohol graso de cadena larga a 25 °C:

Inclinación del eje de la Estructura Forma de la red Area superficial del cadena alcánica con

en el plano tensoactivo adsorbido en respecto a la superficie superficial nm2 (grados)

poliostra cuadrada 0.2212 54.8 polisilla hexagonal 0.1917 35.3 polibote 1 rectangular 1 0.1807 1 33.3

Las mediciones efectuadas por Rasing et al. 9 para determinar la orientación molecu-

lar de películas comprimidas de sulfonato de dodecil naftalén sádico, con la nueva técnica

de la generación del segundo armónico óptico, indican que las cadenas yacen a una mcli-

nación entre 30° a 350, en excelente concordancia con los valores consignados en la tabla

para películas de polisilla y polibote.

Rasing, Th., Shen, Y.R., Kim, M.W., Valint, P., y Bock, J., Phys. Rey, A., 31, 537 (1985)

11

Con base en el teorema vinal se calculó la presión superficial de películas de alcoho-

les grasos de diferente longitud de cadena que adoptaban cada una de las estructuras satu-

radas de polibote, polisilla y poliostra. Se encontró concordancia con los valores experimen-

tales. Fue necesario suponer, al igual que de Rocco y Hoover 10 , que los hidrógenos de las

cadenas de alcanos son "suaves", esto es, que su interacción no se siente y que lo que

cuenta son las atracciones y repulsiones de los pares de electrones covalentes que forman

el enlace C—C de las cadenas alcánicas.

En una película insoluble sujeta a presión, las cadenas alcánicas están situadas muy

próximas entre sí, lo cual a su vez puede deformar la red cristalina del agua subyacente.

Con el objeto de medir el área que ocupa una molécula de agua superficial en una red cris-

talma sin deformar, se buscaron datos de alguna discontinuidad que ocurriera en una región

tal, que el producto de la presión por el área superficial de la película —lilA-- fuese igual al

valor de kT, esto es, que la película se comportara idealmente y que las atracciones entre

cadenas compensaran las repulsiones, de suerte que la película no deformara la red crista-

lina del agua subyacente. El extenso trabajo publicado por investigadores hindúes 11 con

alcoholes grasos de diferente largo de cadena alcánica y a diversas temperaturas sirvió para

estimar por primera vez el área que ocupa una molécula de agua en su superficie, la cual se

expresa en función de la temperatura en grados Kelvin, mediante la relación siguiente:

a s = 0.1875x10 18 + 6.42x10 24 (T-27315) 2 m2

10 de Rocco, A.G., y Hoover, W.G., J. Chem. Phys., 36, 916 (1962) 11 Deo, A.V., Kulkami, S.S., Chapurey, M.K. y Biswas, A.B., Indian J. Chem., 2, 43 (1964)

12

Por otra parte, Brauslau et al. 12 midieron la rugosidad de una superficie líquida de

agua. Determinaron que la raíz cuadrática media de la reflectividad era 3.24 A, valor muy

cercano a 3.32 A, que corresponde a la distancia perpendicular a la superficie en la red de

poliostras. La medición de rugosidad superficial del agua es uno de los testimonios más

convincentes para apoyar la estructura de poliostra propuesta. Las otras dos estructuras, la

de polibote y polisilla son mucho menos profundas ya que acusan rugosidades teóricas de

1.36 y 0.96 A respectivamente.

Películas superficiales solubles en agua producidas por tensoactivos polares

Recordemos que la estructura de la superficie del agua pura en contacto con el aire

puede representarse por poliostras. Cabe preguntar: ¿cómo se altera su estructura al estar

presente un tensoactivo soluble en agua?

Se propuso que las moléculas de tensoactivo adsorbidas desplazan a moléculas de

agua superficiales que guardaban la estructura de ostra, para adoptar la estructura de silla.

Así, la superficie de una solución acuosa con tensoactivos polares puede representarse por

una película formada por ostras de agua y sillas de tensoactivo (véase la figura 6).

Con base en el anterior modelo, se postuló la Teoría de Actividad Superficial FEH 13

—de Formación de Enlaces de Hidrógeno—. Esta teoría se fundamenta en el hecho de que

el tensoactivo al desplazar una molécula de agua y adoptar la configuración de silla, forma

un puente de hidrógeno adicional con el agua subyacente, lo cual favorece la estabilidad del

12 Brauslau, A., Deutsch, M., Pershan, PS., Weiss, A.H., Als Nielsen, J. y Bohr, J., Phys. Review Letter, 54, 114 (1985)

13 Garfias, F.J., J. Chem. Phys., 75, 3617 (1981) 13

sistema. Se utilizaron las ecuaciones termodinámicas que describen al equilibrio de fases,

dónde una de las fases corresponde al interior de la solución y la otra a la delgada capa de

la región interfacial casi cristalina. La cristalinidad supuesta de la interfase y el hecho de que

las soluciones de tensoactivo generalmente son muy diluidas permitieron hacer simplifica-

ciones, de suerte que se obtuvieron las siguientes dos expresiones, relativamente simples,

para la Isoterma de Adsorción y la Ecuación de Estado:

w - [(fl+. - 70 ).cT 3 1 -1

x--exp kT

]

cr Al =

a s

donde

[Ha xi = 1exP[

kT

Puede observarse en la figura 7 que la teoría predice con excelente precisión los re-

sultados experimentales obtenidos por Garfias 13 , Hommelen 14 y Posner et al. 15 . La teoría

permite vaticinar que al aumentar en un átomo de carbono la cadena alcánica se incrementa

en 4 veces el coeficiente de actividad a dilución infinita del tensoactivo y por lo tanto la acti-

vidad superficial.

14 Hommelen, J.R., J. Colloid Sci., 14, 385 (1959) 15 Posner, A.M., Anderson, J.R., y Alexander, A.E., J. Colloid Sci., 7, 623 (1952)

14

Efecto inductivo del tensoactivo en soluciones salinas

Al analizar la información experimental obtenida por Matuura et al. 16 , Bujake y

Goddard 17 y Bury y Browning 18 con tensoactivos iónicos en ausencia de electrolitos se

encontró que la Isoterma de Adsorción reproducía satisfactoriamente el comportamiento de

las soluciones acuosas, como se muestra en la Figura 9. Sin embargo, la isoterma no permi-

tía predecir la presión superficial de las soluciones en presencia de sales inorgánicas, pero

era posible vaticinar los resultados cuando se consideraba que cada molécula de tensoac-

tivo adsorbido induce en una molécula de agua vecina la misma estructura de silla (véase

figura 8).

La hipótesis anterior permitió generalizar la teoría 19 con la inclusión de un coeficiente

"m" que puede adoptar los valores O y 1. En la tabla siguiente se resume el efecto inductivo

del tensoactivo.

ESPECIES PRESENTES EN LA INTERFASE

Interfase Presencia de

sales inorgánicas m sillas ostras no O surfactante agua

agua-aire sí 1 surfactante y agua

agua

El trabajo con tensoactivos jónicos es particularmente complejo debido a que gene-

ralmente éstos se utilizan en presencia de sales para aprovechar el efecto salino que

16 Matuura, R., Kimizuka, H., Miyamoto, S. y Shimozawa, R., Buli. Chem. Soc. Japan, 31, 532 (1958) 17 Bujake, JE., y Goddard, E.D., Trans. Faraday Soc., 61, 190 (1965) 18 Bury, C.R., y Browning J., Trans. Faraday Soc., 49, 209 (1953) 19 Garfias, F.J., Teoría Generalizada de la Formación del Enlace de Hidrógeno, Accsésit del Premio Jordi

Camp, Concurso XIV, Barcelona, España (1984) 15

incrementa el coeficiente de actividad y por lo tanto la actividad superficial. Además, al estar

los tensoactivos jónicos completamente disociados en agua, tiene que considerarse la

constante de ionización del ácido o base conjugado y el pH. Se ha logrado una excelente

concordancia entre teoría y práctica al utilizar la siguiente Isoterma Generalizada de Adsor-

ción 20 :

w - f(1x)[1+ i[ P (1 + m)( (fl) fl

K. JexP kT J

XO-

* Sc f11f312 IHJJ f(J + m)[J + fK a

La ecuación de estado generalizada está dada por la relación:

si A0 = (J+rn)[a+ O Xa 1

En la isoterma generalizada se destaca la relación que existe entre la fracción molar

de la sal surfactante en solución, W la presión superficial II de dicha solución, así como la

constante de ionización Ka del ácido o base conjugada, la concentración de ion hidrógeno

[H] y el efecto salino. Las configuraciones de alta energía superficial se denotan con el

subíndice a (ostras) y las de baja energía superficial con el subíndice 3 (sillas).

20 Garfias, F.J., Trabajo en vía de ser publicado 16

En la Figura 10 se ilustran las presiones superficiales determinadas por Matuura el

al. 21 a diferentes concentraciones de sulfato dodecílico de sodio y en presencia de solucio-

nes IM, 0.5M y 0.IM y se comparan con la Teoría FEH Generalizada. La isoterma incluye

otras variables que aquí no se detallan, por adquirir valores cercanos a uno. Para ilustrar la

importancia del efecto salino, conviene referirse al hecho de que para abatir la tensión

superficial en 30 dina/cm, se requiere una concentración 90 veces menor de sulfato dodecí-

lico de sodio cuando éste se encuentra en una solución 1M de NaCI. La presencia de sal

incrementa notablemente el valor del coeficiente de actividad a dilución infinita f 2 y además

estructura la interfase cuando el tensoactivo es jónico. La acción salina es particularmente

trascendente a reducidas presiones superficiales. Por ejemplo, una solución muy diluida de

sulfato dodecílico de sodio cuya fracción molar es 1x10 presenta una presión superficial de

0.7 mN.m; si a la anterior solución se le agrega sal, el coeficiente de actividad del ácido

conjugado se incrementa 35 veces. Si la sal no modificara la estructura de ostra del agua

superficial, el incremento de 35 veces en el coeficiente de actividad daría como resultado

una superficie con una presión superficial de 16.5 mN.m 1 ; ahora bien, como la sal sí modi-

fica la estructura de la interfase, la solución de sulfato dodecílico de sodio, cuya fracción

molar es 1x10, rendirá una presión superficial de 30 mN.m' en una solución 1M de NaCI.

De las cifras anteriores se infiere que en una interfase agua-aire sujeta a una presión super-

ficial de 30 mN.m, la sal incrementa substancialmente la actividad superficial del tensoac-

tivo jónico, y que, 54 por ciento del efecto se debe al incremento del coeficiente de actividad

21 Matuura, R., Kimizuka, H., yYatsunami, K., Buil. Chem. Soc. Japan, 32, 646 (1959) 17

en la solución, mientras que el restante 46 por ciento se origina al estructurarse la mono-

capa.

Películas superficiales producidas por tensoactivos po1 ¡funcionales

Se ha tratado de aprovechar las propiedades de las películas insolubles en agua para

reducir las pérdidas del líquido por evaporación en presas y lagos. Se han efectuado prue-

bas depositando alcoholes grasos en la superficie del agua. Los resultados obtenidos hasta

la fecha no han sido satisfactorios. El trabajo de Margarita Garfias con películas de tensoac-

tivos polifuncionales apunta a una posible solución. Al aplicar la Teoría de la Actividad

Superficial FEH, encontró que era necesario suponer valores para el coeficiente "m" de uno

o más, de acuerdo al largo de la cadena etoxilada, lo cual hace pensar que las películas de

alcoholes etoxilados se anclan dos o más veces en la superficie del agua, produciendo pelí-

culas muy resistentes y estables que podrían reducir la evaporación de una superficie de

agua. Hace falta realizar experiencias en el laboratorio y en el campo para corroborar la

hipótesis.

Los tensoactivos polifuncionales han demostrado su utilidad en otros situaciones. Por

ejemplo, en un trabajo que realizamos conjuntamente con el maestro Alberto Urbina del

Razo y mis compañeros Alberto Bremauntz y Alfonso Landa, encontramos que el poliesti-

reno sulfonado se adsorbe preferentemente en las caras de baja energía del cristal de

bicarbonato de sodio —frenando su crecimiento— lo cual permite que las caras de baja y

18

alta energía crezcan equilibradamente y se evite la formación de cristales de forma acicular,

de suerte que se mejora ostensiblemente la calidad del cristal y se facilita su manejo 2

Finalmente, debe decirse que es necesario realizar trabajo adicional para entender

los fenómenos interfaciales que suceden en los seres vivos, en particular en las membranas

que se encuentran en contacto con soluciones acuosas que contienen tensoactivos, como

son los productos de la digestión intestinal —aminoácidos, monosacáridos, glicerina y gra-

sas—. Uno de los fenómenos aquí mencionados, esto es, que las sales inorgánicas incre-

mentan la actividad de los tensoactivos y estructuran la interfase, puede alterar la rapidez de

los procesos de transferencia a través de membranas en el aparato digestivo y en riñones.

Reitero que como ingeniero es mi deseo que los modelos, teorías y experiencias aquí

descritos y analizados tengan alguna aplicación futura en beneficio de la sociedad.

Muchas gracias.

Francisco Javier Garfias y Ayala

Academia Mexicana de Ingeniería

Palacio de Minería

8 de febrero de 1996

22 Modificación del proceso de cristalización del bicarbonato de sodio en Sosa Texcoco S.A., usando como aditivo poliestireno sulfonado y el proceso industrial de la síntesis comercial de éste, Urbina, A., Garfias, F.J., Bremauntz, A., y Landa, A., Mención Honorífica, Premio Banamex de Ciencia y Tecnología 1977.

19

Figura 1.- Proyección isoméfrica de la red de polibote

Figura 2.- Proyección isoméfrica de la red de polisilla

Figura 3.- Proyección isométrica de la red de poliostra

Figura 4.- Adsorción de una muiécuia de púntaiwá an íared de pc!c!!a

E

u

w o.

(1) c 'o (1) a, 1. a-

Kil

Kg

iDI

polib te saturad

p lisilla satu da

N poliostra saturada

o 19 20 21 22 23

Área molecular, Angstrons cuadrados

Efl

Figura 5.- Comportamiento de las películas insolubles.

Figura 6.- Modelo de monocapa soÍuble para surfactante polares

30

E

1 25 a, o-

u) c '0

15

10

5

7 ¡ /

C110H / C100H C9OH / C8OH /A C7OH /

-Teoría FEH p / / C6OH /

• Garfias(13) A

A Homme4en(14)

O Posner et al. (15) /

/ •/ / 1 0

o

o

0 0/ 0 /

o c

/eGoH

EI 1 E-07 1 E-06 1 E-05 1 E-04 1 E-03

Fracción molar del soluto

Figura 7.- Comportamiento de películas solubles de alcoholes alifáticos

Figura 8.- Modelo de monocapa soluble para surtactantes iónicos en presencia de sales inorgánicas

w

¡ ¡

f)

¡A ¡A

• Sulfato Isúnco de sodio (16)

O Sulfonato laúrico de sodio (17)

£ Cloruro de n-octil piridino (18)

-Teoría FH con m=O

/ fA

35

no

E 2 E

CL

u

U)

'o Lo

o-

El

15

10

1E-06 lE-OS 1E-04 1E-03 1E-02

Fracción molar del soluto

Figura 9.- Presión superficial de soluciones acuosas de tensoactivos ionicos en ausencia de sal

RA

E 25

z E

u

w o-

lE

'o

1.

1 E-OB 1 E-07 1 E-06 1 E-OB 1 L-04

Fracción molar del sulfato dodecílico de sodio

Figura 10.- ComportamientO de soluciones acuosas de

dodecil sulfato sódico en presencia de NaCI

ESTRUCTURA INTERFACIAL DEL AGUA

Resumen

El autor describe e/trabajo que ha realizado en la Facultad de Química de la Universi-

dad Nacional Autónoma de México, respecto a la estructura de la superficie del agua en

contacto con el aire. Postula tres modelos geométricos de redes superficiales casi cristalinas:

polibote, polisilla y poliostra. Propone que la superficie del agua puede representarse por la

estructura de poliostra y establece una ecuación que relaciona el área que ocupa la molécula

de agua superficial con la temperatura. Las estructuras propuestas permiten explicar las tres

discontinuidades que se obserian en la gráfica de presión superficial vs. área molecular

superficial, al comprimir películas insolubles de alcoholes de cadena muy larga depositadas

sobre la superficie del agua.

Se presenta la Teoría Generalizada de Actividad Superficial FEH —de Formación de

Enlaces de Hidrógeno—, que explica el comportamiento de los surfactantes polares y jónicos

solubles en agua, en ausencia y presencia de sales inorgánicas. En efecto, se propone que

el surfactante adsorbido en la superficie adopta la configuración de silla y forma un enlace de

hidrógeno adicional con el agua subyacente, lo cual confiere estabilidad al sistema. El agua

superficial adopta la forma de ostra, pero se obseiva que cuando la solución contiene sales

inorgánicas, el surfactante adsorbido induce a que una molécula de agua vecina tome la

estructura de silla, lo cual reduce aún más la energía superficial. Se presentan la Isoterma de

Adsorción y la Ecuación de Estado Generalizadas, se comparan los resultados experimenta-

les con los que predice la teoría, se destaca la trascendencia del efecto salino en la estructu-

ración de la superficie y se señala el efecto importante que puede tener la presencia de sales

inorgánicas en los procesos de transferencia que ocurren en los seres vivos a través de las

membranas.

Los tensoactivos poilfuncionales resultan ser un caso interesante de aplicación de la

teoría generalizada, en virtud de que se predice que más de un grupo funcional se anda en

la red superficial casi cristalina. Se propone que los alcoholes etoxilados con más de 5 mojé-

culas de óxido de etileno pueden ser útiles para cubrir la superficie del agua y reducir eficaz-

mente su evaporación en mares, lagos y presas.

f

e. .....

: