facultad de jurisprudencia maestrÍa en derecho penal y...
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UNIVERSIDAD REGIONAL AUTÓNOMA DE LOS ANDES
“UNIANDES - QUEVEDO”
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA
MAESTRÍA EN DERECHO PENAL Y CRIMINOLOGÍA
PROYECTO DE INVESTIGACION PREVIO A LA OBTENCIÓN DEL GRADO
ACADÉMICO DE MAGÍSTER EN DERECHO PENAL Y CRIMINOLOGÍA
TEMA:
“EL SICARIATO Y SU INCIDENCIA EN LA SOCIEDAD” TIPIFICADO Y
SANCIONADO POR EL CÓDIGO ORGÁNICO INTEGRAL PENAL
AUTOR: Ab. Esp. Víctor Hugo Astudillo Valle
ASESOR: Dr. MSc. Carlos Fernando Soria Mesías
AMBATO – ECUADOR
2016
CERTIFICACION DEL TUTOR
En calidad de tutor del presente trabajo de investigación, certifico que la Tesis previa a la
obtención del Título de Magister en derecho Penal y Criminología fue elaborado por el
alumno Víctor Hugo Astudillo Valle con cedula de ciudadanía No.0901569038 y cumple con
los requisitos metodológicos y científicos que la Universidad Regional Autónoma de los
Andes “Unidades” exige por lo tanto Autorizo su presentación para los trámites pertinentes.
Dr. MSc. Carlos Fernando Soria Mesías
ASESOR
DECLARACIÓN DE AUTORÍA
Declaro ser autor de la presente tesis y reconozco a la Universidad de Unidades de la Ciudad
de Ambato en el que me he preparado en la Maestría en Derecho Penal y Criminología la
misma, con carácter exclusivo.
Ab. Esp. Víctor H. Astudillo Valle
DEDICATORIA
El presente Informe de Tesis se la dedico con todo mí ser a Dios, a mí conyugue Narcisa
Natividad Mora Macías, a mis hijos que con su apoyo espiritual he podido terminar la Tesis,
por ser ellos los únicos que han hecho posible llegar hasta la presentación de esta Tesis
respetando siempre la idolología cristiana de mis semejantes.
Como también dedico esta presentación de mi tesis a mi madre querida ya fallecida, estoy
seguro que desde el lugar en el que ella se encuentre siempre me cuidará. Que alegría y
complacencia sería para mi madre si estuviera presente ver a su hijo cumplir un propósito
más de estudios en su vida.
Ab. Esp. Víctor Hugo Astudillo Valle
AGRADECIMIENTO
Agradezco a la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Regional Autónoma de los
Andes y a todos los docentes que me impartieron sus conocimientos en esta Tesis, gracias al
Dr. MSc. Carlos Fernando Soria Mesías Asesor de esta Tesis por haberme dirigido
Profesionalmente.
Ab. Esp. Víctor H. Astudillo Valle
AUTOR
INDICE GENERAL
PORTADA
CERTIFICACION DEL TUTOR
DECLARACIÓN DE AUTORÍA
DEDICATORIA
AGRADECIMIENTO
RESUMEN EJECUTIVO
ABSTRACT
INTRODUCCION 1
1.- ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACION 2
2.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA. - 3
-
3.-FORMULACION DEL PROBLEMA 5
4.- DELIMITACION DEL PROBLEMA - 5 -
5.- OBJETO DE INVETIGACIÓN Y CAMPO DE ACCIÓN: - 6 -
6.- IDENTIFICACIÓN DE LA LÍNEA DE INVESTIGACIÓN. - 7
-
7.- OBJETIVOS - 7
-
7.1.- Objetivo General - 7
-
DISEÑAR UN ANTE PROYECTO DE LEY REFORMATORIA AL CÓDIGO ORGÁNICO
INTEGRAL PENAL EN SU ART.143 SOBRE EL INCREMENTO EN LA SEVERIDAD DE LA
PENA POR SICARIATO PARA GENERAR UNA POLÍTICA JUDICIAL PRO GARANTIMOS
PENAL; Y, FORTALECER AL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO Y JUSTICIA.
7.2.- Objetivos Específicos - 7
-
8.- IDEA A DEFENDER. - 8
-
9.- VARIABLES DE LA INVESTIGACION - 8
-
9.1.- Variable Dependiente - 8 -
9.2.- Variable Independiente - 8 -
10.- JUSTIFICACION DEL TEMA. - 9 -
11.-BREVE EXPLICACION DE LA METODOLOGIA INVESTIGATIVA NOVEDAD
CIENTÍFICA. - 9
-
11.1.- POR QUE ES UNA NOVEDAD CIENTIFICA - 9
-
12.- RESUMEN DE LA ESTRUCTURA DE LA INVESTIGACION 10
13.- ELEMENTOS DE NOVEDAD, APORTE TEORICO Y SIGNIFICACIÓN PRACTICA EN
DEPENDENCIA DEL ALCANCE DE LA TESIS. 11
CAPITULO UNO 12
Epígrafe I - 59 -
MARCO PRASTICO 59
EpigrafeII 59
ORIGEN DEL SICARIATO -
59 -
MEDIDAS PARA CONTRARESTAR EL SICARIATO 93
Epigrafe III -
94 -
CUALES SON LAS SANCIONES APLICABLES A LOS QUE COOMETEN EL DELITO DE
SICARIATO 94
ELEMENTOS DE NOVEDAD APORTE TEORICO Y SIGNIFICACION PRACTICA EN
DEPENDENCIA DEL ALCANCE DE LA TESIS 94
LA DOCTRINA -
95 -
ORIGEN DE LA DOCTRINA. - 97
-
FUENTES DE INVESTIGACIÓN DEL SICARIATO. -
98 -
DERECHO COMPARADO 99
CAPITULO II 101
METODOS QUE SE UTILIZARAN EN ESTA INVESTIGACION - 101
-
Método Inductivo - 101
-
Método Deductivo - 101
-
Método Histórico - 101
-
METODO LOGICO - 101
-
Método Comparativo -
101 -
EVALUACION DE RESULTADOS - 101
-
CUADRO DOS - 103
-
POBLACION MUESTRA Y FORMULA 102
PREGUNTA UNO 105
PREGUNTA DOS 106
PREGUNTA TRES 107
PREGUNTA CUATRO 108
ANALISIS 109
PREGUNTA CINCO 110
PREGUNTA SEIS 111
PREGUNTA SIETE 112
PREGUNTAA OCHO 113
PREGUNTA NUEVE 114
PREGUNTA DIEZ 115
CAPITULO III 116
LA PROPUESTA - 116
-
DISEÑAR UN ANTE PROYECTO DE LEY REFORMATORIA AL CÓDIGO ORGÁNICO
INTEGRAL PENAL EN SU ART.143 SOBRE EL INCREMENTO EN LA SEVERIDAD DE LA
PENA POR SICARIATO PARA GENERAR UNA POLÍTICA JUDICIAL PRO GARANTIMOS
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS. - 116 -
CONSIDERANDO - 116
-
EN EJERCICIO DE SUS ATRIBUCIONES CONSTITUCIONALES Y LEGALES, EXPIDE EL
SIGUIENTE: -
119 -
CONCLUSIONES - 119
-
RECOMENDACIONES -
120 -
BIBLIOGRAFIA
LINKOGRAFIA.
ANEXOS.
RESUMEN EJECUTIVO
El Sicario es la persona que comete sus delitos a sangre fría, es el individuo que no observa la
condición económica, la religión que profesa, al partido político que pertenece, la edad, ni la
raza de la persona al que va asesinar. El sicario cumple con lo contratado por la paga al mejor
postor, a él concurren, políticos empresarios, mafiosos, terratenientes, personas que han sido
estafadas, personas con problemas sentimentales. Se diferencia del delincuente común ya que la
pagan que le realizan es por adelantado el 50 % de lo acordado, y cumplido el asesinato le
cancelan el saldo. Con una diferencia esencial del Sicario que no llegan a conocer a la persona
que los contrata para que cometan el asesinato. Estos sicarios tienen competencias ya que hay
sicarios que cobra menos cantidad de dinero para cumplir el contrato, dineros que oscilan
alrededor de $10.000 diez mil dólares de Estados Unidos de América por persona hasta $
20.000 veinte mil dólares de Estados Unidos de América por el asesinato de una persona. Su
preparación es eficiente con mínima fallas y muy pocas veces fallan. La visión del sicario es
obtener dinero de la manera más fácil a sabiendas que si fallan pueden ser respondidos a tiros y
morir en su Ley. Las razones que se aumenta más el sicariato en el Ecuador es por el ingreso de
la droga, el lavado de dólares, y la buena paga convirtiéndose a tal extremo el sicario de proteger
a la mafia hasta el momento que sean detenidos y juzgados por las Autoridades con el máximo
rigor siendo esta una pena privativa de libertad según lo dispuesto por el Art.143 del Código
Orgánico Integral Penal que dice de 22 a 26 años de prisión por asesinato al estilo de sicariato.
Los Objetivos del Sicario son de reclutar a jóvenes a nivel de todas las Provincias del Ecuador.
Las Estrategias que ha conseguido son de prepararse en partes no pobladas, en el que realizan
prácticas de tiros con blancos móviles y fijos se preparan conduciendo motocicletas, cuando ya
aprueban todos sus entrenamientos como prueba de que ya están preparado tienen que matar a
cualquier ciudadano. El equipo de trabajo del sicario son personas que llevan a cabo el
cumplimiento del contrato a pesar que en muchos casos desconocen a la persona que la mataran,
solo se dirigen con indicaciones del lugar en el que viven, en el vehículo que se movilizan, en
qué lugar trabaja y a qué hora se retira de su trabajo de la persona que van asesinar, también le
entregan fotografías. La inversión requerida para el cumplimiento del asesinato, invierte la
persona que lo contrata le facilita el dinero, le entrega una arma sea esta automática o de tiro a
tiro. La rentabilidad es compartida para el que lo contrata y el pago de lo acordado para el
sicario. El impacto es terrible para las Familias que pierden a su ser querido y afecta a la
sociedad entera y se lo puede disminuir el sicariato con fuentes de trabajo honesto y transparente
de parte de la empresa Privada y del Estado.
ABSTRACT
The phenomenon of the killings is complex within the society in which there are no
explanations or reasons to make it murder for money. Is considered to the killings that it is a
phenomenon that is attached to the drug and belongs to a family of extreme poverty, they end
up in prison for offences committed on a daily basis in several countries, becoming large
sophisticated powerful organizations above the control of Justice, and at the time that
detained it the gunman we are that they are criminals in the pay without soul or conscience
nor fear anyone gives you the same murder or that murdered it inside the study which has
been carried out through research and statements of the assassins are dangerous power and
which are just violent, and used the Christian religion to be entrusted to the Holy which they
believe to take care of it before a job or turn as it is commonly called, and most of the crimes
committed leave pass. There are many historians who cannot comprehend the coldness of
these subjects to murder, the gunman has caught a boom in South America, Central America
and several European countries with another style of killing those who call them (terrorists),
but in our Ecuador also called Hitmen to several authorities order administrative or Judicial,
who taught not justice for unprotected citizenship, we should not be surprised the Hitmen
already that it is remote since the time of the Romans. And in the 21st century in our society
you can see videos of films of killings, in which it presents as a model of the who is stronger
lives. But in reality our country the Ecuador suffers a lot those families who have lost their
loved ones, and very personal conclusion and scientific way is to ban seen in cinemas and
television those films and videos of killings, since the teen young perfect is, and murders up
to $50,oo fifty dollars of the United States of America, and to assassinate an important person
ranges around $5000 five thousand dollars of the United States of America and $20,000
twenty thousand dollars of the United States of America. But the gunman is also a dangerous
for who contract it to murder, so we inevitably have to order that they murdered him so that
he is not speaking or delete it the person who hired him to murd.
- 1 -
INTRODUCCIÓN
En la investigación del sicariato se encuentra sancionado por el Código Orgánico integral
Penal, y es un delito agravado que atenta contra la vida y violenta los derechos Humanos,
como es el derecho a la vida según la Convención Americana en su Art.4 el mismo que dice
que toda persona tiene derecho a que se respete a su vida, como de igual manear la
Constitución de la República del Ecuador en su Art.66 numeral 1 que garantiza a las
personas el derecho a la inviolabilidad de la vida, como también indica que no hay pena de
muerte, el sicariato por encargo es sancionado en el nuevo Código Orgánico Integral Penal
en vigencia, y para esta investigación se ha concurrido a varios libros, diccionario, Códigos
y la Constitución de la República del Ecuador y de las consultas por Internet, por lo que en
el Ecuador ha ocasionado bastante temor y es una alarma social y un Fenómeno, por lo que
también se considera la Constitución de la República del Ecuador en vigencia, teniendo
como instrumento judicial a los señores jueces para juzgar a muchos culpables de asesinato
por Sicariato, se dice que es un fenómeno Social por cuanto afecta a miles de familias
ecuatorianas que pierden sus seres queridos por asesinato de encargo, o por paga en manos
de estos asesinos sin alma ni razón, no existen garantías personales para nuestras vidas de
parte de las Autoridades, por lo que hasta la presente fecha se sigue observando asesinatos
en diferente Provincias del Ecuador, sin que nadie pueda hacer nada por cuanto tienen
temor a que lo maten, y los móviles por asesinato, se considera que pueda ser por venganza,
odio, rencor, satisfacción placentera, despecho, o pesadumbre de amor, ansia de heredar
eliminando al interpuesto del orden sucesorio, ocultamiento de un proceso corruptivo para
asegurar sus resultados o procurar la impunidad entre otros. El sicario es un ser sumamente
peligroso tiene un trauma social y es por eso es violento, el sicario jamás conoce al que lo
- 2 -
contrata para asesinar y no es una sola persona son varias, que se incluye el intermediario
por lo que tiene que cuidarse por cuanto puede ser víctimas de otros sicarios, en el ecuador
se puede observar que muchos funcionarios públicos o privados tienen que estar protegidos
por los famosos guarda espaldas, a quienes los mandan a estrenarse en el uso de armas y
defensa personal a fin de que le garanticen su cuidado personal y familiar, mientras que el
ciudadano común o persona Natural, no tiene dinero para contratar personal de guarda
espaldas. Podemos decir que el nacimiento del sicario es un fenómeno generalizado, siempre
termina en homicidios asesinatos referentemente entre enemigos políticos por poder
económicos, aquellos a quienes lo denominaban con guardias de choques, y se dio más el
auge en el Ecuador al momento que la producción del narcotráfico en Colombia superaba
todos los limites, aquellos sicarios se ofrecen al mejor postor intimidando y resolviendo
todos los problemas de tierras y diferencia personales encontradas entre uno de los más
temibles, ya que asesinan a sangre fría, sin mediar edades, ni género ni posición económica,
estos sicarios actúan en varios países como Colombia, Ecuador España, México, Italia,
Brasil, Venezuela, Panamá, Estados Unidos, no dejan rastros ni conocen el lugar ni quien los
contrata.
1.- ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN
Esta investigación está directamente ligada a analizar los perjuicios ocasionados por el
Sicariato, la misma que es de remota acción contra la vida de los seres humanos, y su forma
de asesinar es muy antigua y que mantiene la relación al dar muerte a una persona por pago
de encargo. Es considerada a nivel Nacional e Internacional la misma que causa terror miedo
Esta situación causa alarma y desconcierto, razón por la que diversos sectores de la sociedad
exigen control y sanción para quienes cometan este ilícito, que influyen directa e
- 3 -
indirectamente en el sicariato. El entorno en el que se desarrolla y las formas de operar de
quienes cometen este ilícito a quienes se los denomina sicarios, para tipificar el sicariato
como delito, las razones y la justificación de los mismos, así como la reforma al Código
Penal Ecuatoriano y al Código de la Niñez y la Adolescencia, y si esta propuesta frenara la
incidencia del sicariato. El Ingreso al Ecuador de Extranjeros Colombianos, traen
incertidumbre y manifiestan que cada asesinato es una vuelta buena, demuestran frialdad a
tal extremo que asisten al entierro del asesinado a llorar y dar el pésame, hay muchos sujetos
que dicen que en veinte años de profesión han dado unas 100 vueltas efectivas, es decir
muerte por manos de sicarios. El sicariato en el Ecuador no es Profesional solo son
criminales a sueldo asesinan por la espalda vil cobardes, para que no pueda reaccionar ni
darle la oportunidad lo único que les importa es coronar la vuelta.
2.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.
En la antigua Roma sicario significaba hombre-daga, pues “sica” es una daga pequeña y
fácil de esconder para apuñalar a los enemigos políticos. En la actualidad es quien asesina
por encargo, a cambio de una compensación económica. El fenómeno del sicariato no es
nuevo en el mundo ni ha estado ausente del Ecuador, lo cual quiere decir que no es un hecho
delictivo que “llega desde afuera” ni que tampoco es reciente. En el país existe sicariato
desde tiempos inmemoriales, aunque desde principios de los años noventa del siglo pasado
se ha incrementado y ha cambiado sustancialmente, debido a la influencia masiva del
narcotráfico y el paramilitarismo colombiano. Si bien el número de homicidios no es tan
significativo como en Colombia, México o Brasil, sus efectos son devastadores a todo nivel.
Sin embargo, pese a que este delito ocurre en el Ecuador, constantemente se niega su
- 4 -
existencia. El sicariato no es solo un fenómeno de unos sujetos aislados que usan la
violencia para cometer homicidios por encargo, es algo mucho más complejo que ello,
debido a que su realidad está asentada sobre la base de un conjunto de redes sociales que
permean la sociedad y sus instituciones, y de una construcción valórica en términos
económicos toda vida tiene un precio y culturales el vértigo, el ascenso social. Entonces,
puede definirse no solo como un fenómeno de unos sujetos aislados que usan la violencia
para cometer homicidios por encargo, es algo mucho más complejo que ello, debido a que su
realidad está asentada sobre la base de un conjunto de redes sociales que permean la
sociedad y sus instituciones, y de una construcción valórica en términos económicos toda
vida tiene un precio y culturales el vértigo, el ascenso social. La importancia del sicariato no
estriba solo en el número de homicidios cometidos o en los grados de violencia explícita que
encierra, sino en el impacto que produce sin infiltrarse físicamente- en las guerrillas. De
forma general; según el diccionario Jurídico Elemental del Dr. Guillermo Cabanellas de
Torres en su diccionario jurídico manifiesta: “Sicario. El que comete homicidio por precio,
lo cual lo convierte en asesinato por lo tanto el asesino asalariado, y profesional si es
residente o habitual como protesta, sicarios se llama a los integrantes de los cuerpos
represivos de las tiranías, sobre todo por la alevosas matanzas en que transforma la
represión.”. De los desórdenes y manifestaciones contra el poder constituido. Esta definición
es clara por cuanto la infracción cometida con violencia a las normas jurídicas, por parte del
sujeto que mate a otra persona, por precio, pago, recompensa, promesa remuneratoria u otra
forma de beneficio, para sí o un tercero. Siendo esta infracción sancionada por el Art.143
Código Orgánico Integral Penal donde se establece la “Infracción penal.- Que Es la conducta
típica, antijurídica y culpa
- 5 -
3.- FORMULACIÓN DEL PROBLEMA
La Infracción Penal del Sicariato establecida en el Código Integral Penal.- La frialdad con la
que actúan los sicarios al cometer delitos deja algunas interrogantes; y, entre ellas las
siguientes: ¿Están acaso acostumbrados a ver morir a un ser humano, cual si fuera un
animal? ¿Actúan por el simple instinto de codicia? ¿Sus escrúpulos se han diseminado por el
efecto de la violencia que ha vivido? ¿Sufren de alguna enfermedad mental? ¿La pobreza en
que viven y los vicios de las drogas los llevan a convertir en sicarios?
4.- DELIMITACION DEL PROBLEMA
El delito de sicariato en el nuevo Código Integral Penal Científicamente se ha llegado a
observar que la figura delictiva del sicariato siempre ha existido, aunque no era tan
nombrado como en la actualidad, es considerado en la sociedades antiguas como es el caso
de Roma en el cual sicario significaba el hombre daga. En el Ecuador no existe fuera de
valor de la función Judicial dejando en libertad al criminal que sigue aterrorizando a toda la
población del Ecuador, por esta razón la Asamblea Nacional expidió el Nuevo Código
Orgánico Integral Penal, protegiendo a la seguridad de los ciudadanos, pues no existe
regulación alguna sobre este tema, y los delitos cometidos anteriormente se los ha juzgado
como homicidios agravados. ALGUNOS CASOS DE SICARIATO EN EL ECUADOR: Se
señala los siguientes casos de Sicariato: caso Julio César Vargas (docente), caso José Luis
León Desiderio (periodista), caso Raúl Suárez Sandoval (fotógrafo), caso Javier Regalado
Bustamante y Miguel Bustamante Morán, caso Eddy Henríquez (Director de la Penitenciaria
del Litoral), caso Bolívar Cordero ( Vicealcalde Mocache ), caso Víctor Hugo Solano
Aguilar (empresario agrícola), caso Raúl Rodríguez (periodista), caso Munir Farra (dirigente
político); caso Juan Carlos Vela Juez (Abogado) entre otros.
- 6 -
5.- OBJETO DE INVETIGACIÓN Y CAMPO DE ACCIÓN:
En el país el tema del Sicariato ha causado un gran impacto en los diferentes sectores de la
sociedad; de los 1.924 homicidios o asesinatos registrados a escala nacional en el 2012,
según estadísticas procesadas por el Ministerio del Interior, al menos un 10% corresponde a
posibles casos de sicariato, es decir, se trató de personas que fueron asesinadas
posiblemente por un pago. Hidalgo explica “…que los sicarios son personas que
generalmente no saben ni quién es su víctima, nombre, o cargo, ni quién les encarga el
“trabajo”, cuyo mecanismo utilizado ha sido público, aparentemente, y eso sería lo grave,
efectuado en su mayor parte por ecuatorianos, jóvenes en general, que muchas veces se
promocionan, sin ningún tipo de reparos, sus servicios por internet...”. Hidalgo Link Esta
situación del Sicariato también está contemplada en el articulado recientemente aprobado
por el Pleno de la Asamblea Nacional, en el COIP: Art.143 inciso cuarto que fija entre 5 y 7
años de prisión a quienes publiciten u oferten el sicariato. Por otro lado, la sanción a los
autores intelectuales también está prevista en ese mismo artículo, con el mismo número de
años impuestos a los autores materiales. David Villamar, abogado en el libre ejercicio,
señala que la clara intención de esta reforma es que los autores intelectuales de los sicariato
fraguados y perpetrados en el país reciban una sanción correspondiente. “Fue importante
criminalizar esta figura delictiva que causa alarma y estrago social, debiendo establecerse
una pena proporcional al daño causado, tanto para el sicario como para quien lo contacta”.
“Por lo general, el sicariato incluía nada más castigar a aquel individuo que por un pago
comete un asesinato, pero con la inclusión de este artículo permitirá procesar y sancionar
también a quien o quienes pagaron por el crimen”, agrega. No obstante, el profesional del
Derecho hace alusión al artículo 42 del Código Orgánico Integral Penal vigente, que tipifica
- 7 -
también como autores a los que han perpetrado la infracción, sea de una manera directa e
inmediata, sea aconsejando o instigando a otro para que la cometa, los que han determinado
la perpetración del delito y efectuándolo valiéndose de otras personas, imputables o no
imputables, mediante precio, dádiva, promesa, orden o cualquier otro medio fraudulento y
directo.
6.- IDENTIFICACIÓN DE LA LÍNEA DE INVESTIGACIÓN.
Retos, perspectivas y perfeccionamiento de las ciencias jurídicas en Ecuador.
Fundamentos técnicos y doctrinales de las ciencias penales en Ecuador. Tendencias y
perspectivas.
7.- OBJETIVOS
7.1.- Objetivo General
Diseñar un ante Proyecto de Ley Reformatoria al Código Orgánico Integral Penal en su
Art.143 sobre el incremento en la severidad de la pena por sicariato para generar una Política
Judicial pro garantimos penal; y, fortalecer al Estado Constitucional de Derecho y Justicia.
7.2.- Objetivos Específicos
a).- Fundamentar jurídica y doctrinariamente sobre la necesidad de incrementar la pena por
sicariato para generar una Política Judicial pro garantimos penal; y, fortalecer al Estado
Constitucional de Derecho y Justicia.
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b).- Analizar si la incidencia del sicariato en el Ecuador es un fenómeno aislado o no, y la
opinión de especialistas en la rama del derecho, para establecer la necesidad de incrementar la
pena por sicariato para generar una Política Judicial pro garantimos penal.
c).- Elaborar los elementos necesarios para realizar un ante Proyecto de Ley Reformatoria al
Código Orgánico Integral Penal en su Art.143 sobre el incremento en la severidad de la pena
por sicariato para generar una Política Judicial pro garantimos penal; y, fortalecer al Estado
Constitucional de Derecho y Justicia.
8.- IDEA A DEFENDER.
No permitir a que crezca el sicariato en el país. Ya que se pierden muchas vidas humanas
como es el caso del asesinato de Jessica Nuquez Coronel, esposa del Asambleísta de País por
El Oro, Carlos Víctor Zambrano. "La pérdida de cualquier vida humana, más aún madre de
familia mujer joven, es una tragedia" A luchar con toda la fuerza del Estado para combatir el
sicariato, mal que sí está creciendo no sólo en nuestro país, en Colombia, en Perú, pero en
nuestro país no podemos permitir que se desarrolle, no permitir que el sicariato sea la ley de la
selva y dejar que estos crímenes crezcan en nuestra patria.
9.- VARIABLES DE LA INVESTIGACION
9.1.- Variable Dependiente
El delito de sicariato establecido en el Art. 143 del Código Orgánico Integral Penal.
9.2.- Variable Independiente
El cometimiento del crimen por encargo siendo el sicario que desconoce quién lo contrata
para la ejecución del mismo, pero sí reconoce el lugar en el que lo va a cometer.
- 9 -
10.- JUSTIFICACION DEL TEMA.
Es de suma importancia entender que el delito de sicariato está constantemente latente en
nuestra sociedad, y que para aquello es necesario realizar las medidas al respecto, con el fin
de precautelar la seguridad de la ciudadanía, y garantizar tranquilidad en todos los lugares de
la ciudad, es imperioso el establecer normativas sobre este tema no solo para imponer penas a
quienes cometen el delito sino también para todas las personas que intervienen en el acto,
tomando en cuenta la proporcionalidad de la pena para todas aquellas que intervienen, además
buscar medidas para garantizar la seguridad de las personas por el hecho cierto que se
puedan transitar libremente, en todo el territorio Ecuatoriano como está consagrado en el
Art.66 numeral 14 de la Constitución de la República del Ecuador sin miedo, y con el fin de
sentirse protegidos.
11.- BREVE EXPLICACION DE LA METODOLOGIA INVESTIGATIVA NOVEDAD
CIENTÍFICA.
Por cuanto todas las actividades constituyen el conjunto de cosas que el investigador debe
Hacer durante el proceso de Ejecución de la investigación para dar cumplimiento a cada uno
de los objetivos específicos y con ello alcanzar el Objetivo General. Siendo este la
investigación del sujeto que mata por paga mediante el método de sicariato.
11.1.- POR QUE ES UNA NOVEDAD CIENTIFICA
Al diseñar un ante proyecto de reforma al Código Integral Penal sobre el incremento en la
severidad de las sanciones por infracción Penal, que genere una política judicial pro
garantimos penal, que fortalezca al Estado Constitucional de derecho y justicia, en virtud del
- 10 -
auge delincuencial y de modo preferente esta figura delictiva del sicariato, que se ha desatado
como una nueva forma de ejecución en contra del derecho a la vida de las personas.
12.- RESUMEN DE LA ESTRUCTURA DE LA INVESTIGACIÓN (Tesis)
Afecta íntegramente en nuestra sociedad ya que estos sicarios son individuos que asesinan por
paga de acuerdo a su por contrato como también lo denominan por encargo. La presente
Tesis con el tema de sicariato tiene el objetivo de analizar el modo de vida y sus problemas
sociales causada por el Sicariato, sin bien es cierto que este estilo de asesinato es de muy
antigua data, y que se mantiene hasta la presente fecha en asesinar a a una personas por
dinero y/o por encargo. Por cuanto la pobreza sigue en aumento y por ende la delincuencia
con incidencia delictiva en lo que se refiere al Sicariato, por consiguiente el sicario es violento
a Nivel Nacional, esta situación causa inquietud y preocupación, por lo que las Autoridades
de Turno del Gobierno, están siguiendo un estricto control y sanción fuertes para quienes
cometan este ilícito. Por tales circunstancia se debe presentar un nuevo proyectos para la
reforma del Código Orgánico Integral Penal, por cuanto va en aumento el delito de
sicariato, y de esa forma se buscara identificar cuáles son los elementos que influyen directa e
indirectamente en el sicariato, el lugar en el que viven y que partes del país se perfeccionan,
luego del cual cometen el asesinato por los llamados sicarios. Y como una mejor propuesta
seria de eliminar parcialmente la pobreza, el desempleo, aumentar centro de educación para
que la Niñez y la Juventud se preparen y no cometan dolor y tragedia en los familiares del
asesinado al estilo del sicariato. Por lo que logrando ese objetivo de parte del Gobierno de
Turno vendría a reducir la incidencia del sicariato.
- 11 -
13.- ELEMENTOS DE NOVEDAD, APORTE TEORICO Y SIGNIFICACIÓN PRACTICA
EN DEPENDENCIA DEL ALCANCE DE LA TESIS
Elementos de novedades son: Que el sicariato van junto con el narcotráfico en todos sus
itinerarios, El alcance a esta tesis que cada día hay más homicidios por sicariato, y
tenemos como contenido de cada capítulo desde la Introducción del inicio del sicariato que
tiene muchos años en el Ecuador y en varios países de América en el que asesinan con
crueldad en el que nos llevaría a condenar al sicario con la pena a muerte y del refrán del ojo
por ojo y diente por diente, así como el que a hierro mata a hiero muere, por lo que debería
someterse a consulta para reforma la Constitución de la República del Ecuador ya que en el
Ecuador no existe pena de muerte, de igual manera tenemos como Antecedentes de la
Investigación. Esta investigación está directamente ligada a analizar los perjuicios
ocasionados por el Sicariato, la misma que es de remota acción contra la vida de los seres
humanos, y su forma de asesinar es muy antigua y que mantiene la relación al dar muerte a
una persona por pago de encargo siendo considerada a nivel Nacional la misma que causa
terror miedo posteriormente.
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CAPITULO I
MARCO TEORICO
Epígrafe I
Autor.- Fernando Carrión M. Titulo.- El sicariato es el crimen por encargo. Año.- 2007.
Ciudad de Pichincha. Editorial.- Diario el Comercio El sicariato es el crimen por “El
encargo no es otra cosa que la acción de encargar, encomendar algo a alguien. En caso de
homicidio una persona quiere la muerte de otra, y en vez de llevar ella directamente la
consumación, encarga la ejecución a otra persona, que aceptando el encargo pasa a ser el
encargado el comitente. Autor JONATHAN HERNANDEZ, FERNANDO CRUZ . Titulo.-
Marco Teórico Delincuencia Juvenil. Año.- 2009. Ciudad.- Bogota. Editorial.- El Tiempo. Sin lugar
a dudas, la delincuencia juvenil es un fenómeno muy representativo desde el siglo pasado, la
delincuencia juvenil es uno de los problemas criminológicos que crece cada día más, no solo
en nuestro país, sino también en el mundo entero; es una de las acciones socialmente
negativas que va a lo contrario fijado por la ley y a las buenas costumbres creadas y
aceptadas por la sociedad. Definir lo que constituye delincuencia juvenil resulta ciertamente
problemático. Mientras en algunos países la delincuencia juvenil es una calificación que se
obtiene de aplicar definiciones del Código Penal cuando esas infracciones son cometidas por
menores de edad, en otros, la delincuencia juvenil incluye una gran variedad de actos en
adición a los que se encuentran enumerados en sus leyes de fondo. De tal suerte, las
figuras estadísticas de ciertos países se encuentran artificialmente abultadas en lo que
respecta a la delincuencia juvenil, mientras que en otros no reflejan esas figuras, sino un
limitad número de conductas desviadas. Sin lugar a dudas, la delincuencia juvenil es uno de
- 13 -
los fenómenos sociales más importantes que nuestras sociedades tienen planteados, y es uno
de los problemas criminológicos internacionalmente preferidos desde el siglo pasado, pues,
las manifestaciones de la conducta que llaman socialmente la atención de forma negativa
pueden observarse, por lo general, mejor entre los jóvenes que en la población adulta.
Además, es importante tratar la delincuencia juvenil de hoy como posible delincuencia adulta
de mañana. La delincuencia juvenil es un fenómeno de ámbito mundial, pues se extiende
desde los rincones más alejados de la ciudad industrializada hasta los suburbios de las
grandes ciudades, desde las familias ricas o acomodadas hasta las más pobres, es un
problema que se da en todas las capas sociales y en cualquier rincón de nuestra civilización.
Autor.- ANA TASAY HUAMAN. Titulo.- OPINIONES DE ESPECIALISTAS WEST.
Delincuencia Juvenil. Año.- 2008, Ciudad.- Chincha - Peru. Editorial – Universidad Juan
Bautista. En este sentido ya señalaba que uno de los factores importantes que
tienen probabilidad de poner en marcha el mecanismo que puede llevarnos a cualquiera a ser
delincuente, es la baja categoría en el sistema de las clases sociales, la deficiencia en la
educación, la pobreza, un ambiente familiar inadecuado o perturbado, la residencia en un mal
vecindario y pertenencia a una familia numerosa. Se destacaba que entre las familias de
la clase más baja, muchas residían en barrios miserables, no limitaban el número de hijos y
sufrían pobreza y falta de educación. Dicho con otras palabras, los factores adversos tendían
a presentarse todos juntos y a actuar recíprocamente uno sobre otros hasta el punto de crear
una situación generadora de delitos. Algunos autores ya desafiaban la opinión de que
el comportamiento delictivo es más preponderante entre jóvenes de clase inferior, y
explicaban el hecho de que estuvieran más representados ante los Tribunales en mayor
número diciendo que las clases bajas están más expuestas a ser detenidas y llevadas ante
la justicia por malas acciones que serían juzgadas de otro modo si fueran cometidas por
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personas de la clase media o alta SHORT y NYE.- Ya advertían en 1959 que los jóvenes
norteamericanos de escuelas superiores y de clase alta, según sus propios relatos, se
comportaban igualmente mal. AKERS.- En un estudio realizado en 1964 sobre 1000
estudiantes de la escuela superior de Ohio, confirmó que no existía ninguna relación
importante entre la incidencia de la delincuencia confesada y la categoría socio-económica.
HERRERO HERRERO.- Teniendo en cuenta lo que ha quedado expuesto, define la
delincuencia como el fenómeno social constituido por el conjunto de las infracciones, contra
las normas fundamentales de convivencia, producidas en un tiempo y lugar determinados.
Autor.- JOSE LÓPEZ REY. Titulo.- CRIMINOLOGIA. TEORIA, DELINCUENCIA
JUVENIL. Año.- 1981.- Ciudad. Madrid. Editorial.- AGUILAR. Por su parte, nos ofrece
un concepto conjunto de delincuencia y criminalidad como fenómeno individual y socio-
político, afectante a toda la sociedad, cuya prevención, control y tratamiento requiere de la
cooperación de la comunidad al mismo tiempo que un adecuado sistema penal. Autor.-
GARRIDO GENOVÉS VICENTE.- Titulo.- DELINCUENCIA JUVENIL.- Año.- 1987.-
Ciudad.- Madrid.- Editorial.- PEARSON EDUCACION. Define al delincuente juvenil como
una figura cultural, porque su definición y tratamiento legal responde a distintos factores en
distintas naciones, reflejando una mezcla de conceptos psicológicos y legales. Técnicamente,
el delincuente juvenil es aquella persona que no posee la mayoría de edad penal y que
comete un hecho que está castigado por las leyes. GÖPPINGER. En su opinión del ámbito de
la criminología el concepto de joven debe ser entendido en un sentido amplio, abarcando las
edades comprendidas entre los 14 y los 21 años, haciendo dentro de este tramo de edades una
subdivisión entre jóvenes y semiadultos. Autor.- COHEN y MERTON.- Titulo.-
Delincuencia Juvenil. Año.-1955. Ciudad.- ILLINOIS. Editorial.- Sociólogo 4 . Han definido
la desviación como el comportamiento o conducta que viola el código normativo observado
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por un grupo y que éste espera sea cumplido por el individuo, que ahora se convierte en
sujeto activo de la citada trasgresión. Todo ello es fruto del rompimiento, por parte de este
individuo, con el sistema establecido. LA DELINCUENCIA JUVENIL Y ENTORNO
SOCIAL El estudio de la criminalidad juvenil constituye un tema de actualidad, no sólo
del derecho penal, sino también de la criminología y de las ciencias conexas. El constante
aumento de los conflictos sociales, y con ellos el de la delincuencia, ha incrementado
el interés por el tema, tanto en los países industrializados o centrales, como también en los
llamados países periféricos, como son los de América Latina. Sumado a este contexto, hay
que agregar que la sociedad actual se caracteriza por un debilitamiento de
los sistemas tradicionales de apoyo para el desarrollo de la niñez y de la adolescencia.
Quisiéramos mencionar, por lo menos, tres medios de apoyo que con los cambios sociales, se
han debilitado como para dar una respuesta efectiva al desarrollo de la niñez y de
los adolescentes. En primer lugar tenemos que mencionar a: La Familia.- Los medios de
comunicación, sobre todo la televisión, han suprimido la jerarquía y hegemonía que la
familia tenía como formadora de costumbres sociales. Además, la incorporación de
la mujer al sistema laboral, por necesidad u oportunidades de desarrollo, y otros cambios en
la estructura familiar, como la ausencia generalizada del padre, replantean las relaciones del
niño y del joven. La Escuela.- Por su parte, se caracteriza por un marcado énfasis
academicista y por la competitividad feroz, borrando el sentido comunitario y
la promoción del desarrollo integral de los jóvenes. Sistemas de Asistencia y Recreación.-
Como apoyos alternativos, son mínimos y siempre insuficientes para la satisfacción de las
necesidades de la población juvenil. FACTORES QUE INFLUYEN EN LA
DELINCUENCIA JUVENIL EL 28 DE JULIO – PUEBLO NUEVO -Juntamente con ello,
las mayorías de los estudios descriptivos de la carrera delictiva señalan una serie de factores
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individuales y biográficos que caracterizan al delincuente juvenil y que llevan a la conclusión
de que el delincuente juvenil es una persona con un gran conjunto de deficiencias, y una de
ellas es que comete delitos. Entre tales factores podemos citar, sin ánimo exhaustivo, los
Siguientes: Impulsivo. Con afán de protagonismo. Fracaso escolar. Consumidor de drogas.
Baja autoestima. Familia desestructurada. Clase baja. Falto de afectividad. Agresivo. Sin
habilidades sociales. Poco equilibrio emocional. Inadaptado. Frustrado. CAUSAS DE LA
DELINCUENCIA JUVENIL.- A Una primera categoría de jóvenes delincuentes vendría
definida por rasgos de anormalidad patológica, fundamentalmente: Menores delincuentes por
psicopatías: aquí el punto de referencia lo constituye la existencia de alguna de las formas de
psicopatía entendida por HARE como la patología integrada, conjuntamente, de la
incapacidad de quien la padece de sentir o manifestar simpatía o alguna clase
de calor humano para con el prójimo, en virtud de la cual se le utiliza y manipula en
beneficio del propio interés, y de la habilidad para manifestarse con falsa sinceridad en orden
a hacer creer a sus víctimas que es inocente o que está profundamente arrepentido, y todo
ello, para seguir manipulando y mintiendo. Consecuencia de ello, es que el menor es incapaz
de adaptarse a su contexto y actuar como tal, porque el trastorno de la personalidad que
sufre, le impide inhibirse respecto de conductas o comportamientos contrarios a las normas.
El menor psicópata tiende a perpetrar actos antisociales según la orientación nuclear de la
propia psicopatía, siendo de destacar en este sentido los actos que expresan frialdad y
crueldad por parte del sujeto. Menores delincuentes por neurosis: la neurosis consiste en una
grave perturbación del psiquismo de carácter sobrevenido y que se manifiesta en desórdenes
de la conducta, pudiendo ser su origen muy diverso como fracasos, frustraciones, abandono o
pérdida de seres muy queridos, etc. Criminológicamente, el neurótico trata de hacer
desaparecer la situación de angustia que sufre cometiendo delitos con el fin de obtener un
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castigo que le permita liberarse del sentimiento de culpabilidad que sobre él pesa, y esto es
también válido para el menor neurótico, aunque sean muchos menos que los adultos.
Menores delincuentes por auto referencias subliminadas de la realidad: aquí se incluyen los
menores que, por la confluencia de predisposiciones psicológicas llegan a mezclar fantasía
y juego de una forma tan intensa que empiezan a vivir fuera de la realidad. Es precisamente
ese estado anómalo el que puede conducirlos a cometer actos antisociales. Una segunda
categoría integrada por jóvenes con rasgos de anormalidad no patológica, y en la que
entraran Menores delincuentes con trastorno antisocial de la personalidad: se trata de
menores cuyas principales son la hiperactividad, excitabilidad, ausencia de sentimiento de
culpa, culpabilidad con los animales y las personas, fracaso escolar, y son poco o nada
comunicativos. Una de las principales causa de este trastorno es la ausencia o la figura
distorsionada de la madre, aunque tampoco ha de infravalorarse la disfuncionalidad del rol
paterno, pues según algunos trabajos, el crecer sin padre acarrea al niño nocivas
consecuencias que afectan al campo de la delincuencia. En muchos casos se trata de menores
que viven en la calle, en situación de permanente abandono, porque nos encontramos con
menores que, a su edad, acumulan graves frustraciones, rencores y cólera contra la sociedad;
y que tienen un mismo denominador común: el desamor, la falta de comprensión y de cariño,
así como de atención y cuidado de sus padres. En definitiva, son jóvenes con una
desviada socialización primaria que acaba por abocarles a la delincuencia. Menores
delincuentes con reacción de huida: En este caso se trata normalmente de menores que han
sufrido maltrato en el hogar y por ello abandonan el mismo. Son menores psicológicamente
débiles, y que en lugar de responder a la agresión, eligen la huida sin plazos, y casi siempre
sin rumbo. Ese alejamiento les hace propicios al reclutamiento por parte de los responsables
de la delincuencia organizada, que les escogen para llevar a cabo actuaciones simples pero de
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gran riesgo como el transporte de drogas en su propio cuerpo. CONSECUENCIAS DE LA
DELINCUENCIA JUVENIL La delincuencia juvenil, tiene consecuencias perjudiciales para
la sociedad, la cual está enfocada en resolver este problema a través de apoyo psicológico a
la familia, en el ámbito social para que la autoestima del adolescente no disminuya A
continuación las principales consecuencias: El desequilibrio mental es una de las mayores
consecuencias que afecta a los jóvenes que ingresan en la delincuencia. La desintegración
familiar o el deterioro del núcleo familiar. La promiscuidad sexual y la falta
de valores morales, arriesgan al contagio de enfermedades de transmisión sexual, incluyendo
el VIH. La destrucción de los valores. Las muertes prematuras por causas de las llamadas
broncas callejeras, delincuencia juvenil fémina y su comparación con la masculina La
delincuencia juvenil femenina comenzó a estudiarse específicamente a finales de los años 60,
momento en el que, con el movimiento de liberación de la mujer, se comienza a percibir
socialmente un aumento considerable de la misma. Como principales teorías acerca de la
delincuencia femenina podemos destacar, fundamentalmente, las siguientes: Teorías clásicas:
biológicas, psicoanalíticas y psiquiátricas. Teorías intermedias de índole individualista con
proyección social. Autor.- Thomas, Pollack, Cowie. Titulo.- Teorías de carácter social: Año.-
2006. Ciudad.- Lima. Editorial.- Lima – Perú, enfoque funcionalista teoría del rol y teoría de
la igualdad de oportunidades y enfoque crítico teoría del control social y teoría de la
dependencia económica. Las teorías clásicas trataron de explicar el fenómeno de
la delincuencia femenina sobre la base de aspectos individuales, bien de contenido biológico
(anormalidades bioantropológicas, desarrollo sexual, etc. bien de contenido psicoanalítico o
psiquiátrico, en los que subyacía siempre la equiparación entre delincuencia femenina y
trastornos biológicos o psíquicos. Y, pese a haber sido superadas científicamente, lo cierto es
que estas teorías están fuertemente arraigadas en la sociedad y han influido notoriamente en
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los trabajos criminológicos hasta épocas recientes, Autor.- Luz María Durán Moreno.
Titulo.- Apuntes sobre CRIMINOLOGÍA FEMINISTA, Año.- 1992. Ciudad.- España – La
Mancha. Editorial.- Siglo XXI. Como CAROL SMART, quien concibe a la mujer
delincuente como una enferma mental. Sin embargo, sí quiero destacar el trabajo llevado a
cabo en este campo por la Unidad de Investigación Criminológica de la Universidad de
Castilla La Mancha sobre la comisión de algunos actos delictivos y pre delictivos en la
población femenina española de 14 a 21 años. Sobre una muestra de 2.100 sujetos, de 14 a
21 años, compuesta al 50% por hombres y mujeres, distribuidos homogéneamente en cuatro
grupos de edad 14-15, 16-17, 18-19, 20-21, los resultados nos ofrecen las siguientes
conclusiones. 1. Ante todo, el comportamiento problemático de las chicas responde, en
general a las mismas características que el comportamiento de los jóvenes de su edad. 2. Un
89,1% de las chicas han llevado a cabo "alguna vez" al menos una de las conductas
estudiadas por los investigadores de la UCLM. 3. Las conductas con mayor prevalencia son,
en ambos sexos, aquéllas que podríamos definir como transgresoras de las normas, pero que
no podemos calificar de delictivas, tales como consumir alcohol, faltar a clase, vandalismo,
etc.; siendo además la incidencia media, similar en ambos grupos de jóvenes. La pulsión no
es el instinto, esta va más allá de este concepto comprometiendo otro tipo de leyes que
refiere a un entender humano de carácter aberrante y que solo es entendido desde lo racional
y traducido por la palabra; como un entender. Entonces ¿qué función cumple la pulsión? Tal
vez como lo plantea Jacques Lacan “el uso de la función de la pulsión no tiene para nosotros
otro alcance que examinar lo que es la satisfacción” Así entonces, es relevante determinar la
relación entre la pulsión y la satisfacción del sujeto entorno a lo que desea, no obstante
determinando que solo los seres humanos cumplen ese requisito de buscar el objeto deseado.
Ese orden de necesidad que solo le es descrito para la razón humana. Para Sigmund Freud
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1915 la pulsión nos aparece como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático,
como un representante psíquico, de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y
alcanzan el alma en su entender es claro, que en lo esencial no hacia parte de los instintos,
como es en gran medida su término va más enfocado a una fuerza algo anímico que
trasciende de la diferencia entre lo regulado por el principio del placer y la de carácter
instintiva de todos los seres vivos. El sujeto sicario, es influenciado por el mundo exterior,
que de alguna forma se convierte en hostil o agresivo. En los casos de sujetos que cumplen el
papel de sicarios ante una organización de delincuencia juvenil y que está a su vez es
acompañada de referentes culturales, que son por así decirlo una forma de mantener una la
ley del más fuerte en 16 términos identidad, está va influenciada por la lógica de un
debilitamiento de la función paterna en todo sentido, con esto no solo desde el sujeto en su
relación con el mundo, sino también de la sociedad, las leyes flexibles que permiten actos
muerte. Freud 1915 Luego que la etapa puramente narcisista es relevada por la etapa del
objeto, placer y displacer significan relaciones del yo con el objeto. Con ello sugerir que hay
algo del contenido psíquico en este sujeto sicario que encuentra algún tipo de relación que le
permite acercarse al displacer de cometer el acto, para luego vanagloriarse con la culpa
mediante rituales con sus semejantes en búsqueda de la calma. Freud plantea “podríamos
decir que una pulsión «ama» al objeto al cual aspira para su satisfacción. Pero que una
pulsión odie a un objeto nos suena bastante extraño, y caemos en la cuenta de que los
vínculos de amor y de odio no son aplicables a las relaciones de las pulsiones con sus
objetos, sino que están reservados a la relación del yo-total con los suyos. Para poder inferir
sobre la influencia de la pulsión en el sujeto criminal denominado sicario, es necesario
plantear lo dispuesto en los análisis psicoanalíticos, ya que en este contexto se puede
dilucidar un camino al entendimiento del sujeto que en su perpetua una acción destructiva
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ante otro sujeto, a quien ni siquiera conoce o se relaciona. Para Freud en su obra “Pulsiones y
destinos de pulsión” hace referencia a que el yo odia a todos los objetos, los persigue con
fines destructivos, todo lo que para el constituye fuente de displacer o frustración de la
satisfacción sexual o de necesidades de satisfacción. Por eso, esta pulsión del sujeto
denominado sicario, va en camino a las pulsiones de conservación y de una debilidad del yo,
en relación con la función paterna o la ley. Esa condición, es la que lleva al sujeto al acto de
muerte, porque la pulsión no está siendo reprimida de forma adecuada es decir puede estar
inactiva, en coherencia, “escasamente investida con energía psíquica, o investida en grados
variables y así habilitada para la actividad” Freud cuando esto sucede, no hay posibilidad de
que la pulsión sea reprimida para evitar algún tipo de displacer, ¿pero en qué momento se
convierte en placer, si el sujeto sicario asesina por dinero?, aquí se evidencia un grado de
instrumentalización, que en cada acto de sicarios una de sus víctimas el sujeto posiblemente
o en algunos casos siente un displacer que es colmado por la pulsión de auto conservación,
porque en su medio es “él o yo”. Esto es lo que lo puede conducir a cometer el homicidio.
Con ello, plantear desde aquí la importancia de la pulsión en el acto de muerte, realizado por
el sicario, donde la palabra esta intervenida para no permitir ningún tipo de represión y esto
permite a la pulsión cometer el acto, donde la culpa es sublimada o exorcizada mediante
rituales que realiza con su grupo de amigos, es claro también destacar que en este contexto
también intervienen las relaciones que el sujeto establece en su entorno social. Las cuales son
de alguna manera amenazantes, por parte de quien da la orden de muerte, por ese motivo
considerar que se establece una rivalidad y lucha del mando entorno a una ley de poderes,
que en ultimas puede ser la causada de la realización del acto homicida por parte del sicario
quien debe cumplir con la misión de asesinar y dejar fluir su pulsión de muerte. El acto de
asesinar del “sicario”, es calificado como un tipo de mercado de muerte, en donde se
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convierte por así decirlo en una actividad que genera lucro para quien lo asume, por así
decirlo, es un acto instrumentalizado. Con ello determinar que el entorno social de un joven a
quien se le presenta esta forma de ganar dinero perteneciendo a un grupo o pandilla, hace
parte de lo que en psicoanálisis se plantea desde la constitución de la estructura psicológica
del yo, su ideal del yo, en el inconsciente y el superyó. La cual se desarrolla en la resolución
del Complejo de Edipo, en coherencia con la función paterna que se instaure. Autor.- Liliana
López Muñoz, Titulo El Sicariato Una mirada psicoanalítica, Año.- 2002 Raoult, Ciudad.-
Cali- Colombia.- Editorial.- Percepción. La delincuencia juvenil se inscribe en el
desmoronamiento de los modos de regulación social, en la perdida de significaciones; ella es
ante todo una conducta descompuesta y marginal en relación con una experiencia de
desintegración y de frustración. En coherencia con lo expuesto, el acto delictivo se puede
entender como una forma de desestructuración del entendimiento normativo que regula a la
sociedad, en ella interviene los desequilibrios emocionales generados en un contexto hostil y
no deben ser enmarcados como un problema psicopatológico o trastorno mental. Lo que aquí
se evidencia es una 18 fractura en el respeto por la Ley social, una carencia de valores y una
moral que no logro ser instaurada adecuadamente en su resolución édipica. Por otro lado,
existe también la exclusión social a la que son objeto estos jóvenes que en la mayoría de los
casos no tienen oportunidades de empleo o subsistencia, generando un grado de desesperanza
y de rabia que se refleja en forma de odio. Una forma de planteamiento para explicar las
circunstancias que llevan al sujeto criminal a realizar un acto homicida es la propuesta por
Raoult “En cuanto al pasaje al acto, requiere para manifestarse, la presencia de dos
condiciones: la primera consiste en la identificación del Sujeto con el objeto que está en
juego; la segunda es la confrontación del Sujeto con el deseo del padre que instaura la Ley”
2002. Se puede exponer que para el sujeto “sicario” existe un principio en el actuar, que
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surge por medio de la identificación con su grupo o banda criminal que le permite acercarse
de manera directa al objetivo ordenado para eliminar, pero también se enfrenta a la
confrontación de ese actuar ante la Ley social; que en la mayoría está debilitada o fracturada
con motivo del odio o frustración por querer o desear aquello que se le fue negado desde su
niñez. Esa desesperanza que encuentra al regresar a la realidad de su entorno social hostil
desafiando la autoridad por que prevalece la Ley del más fuerte. ¿Es el sicario un perverso?
“La perversión es algo de lo cual jamás podremos decir que nos concierne, pues estamos
seguros de que, sea como fuere, nos concierne” Autora.- Piera Aulagnier. Titulo.- Violencia
Interpretativa, pictograma y proceso original. Año.-2001. Ciudad.- Buenos Aires. Editorial.-
Amorrortu. El punto de partida de este libro es el análisis del discurso del paciente psicótico
frente al discurso lógico Terapeuta. Con prueba que se llega a una situación estática, en la
cual ni uno ni otro se desprenden de la certeza de un saber anterior, una forma de relación
con el otro aprehendida en los comienzo de la vida Psíquica. Autor. Mario Elkin Ramírez.
Titulo.- Ordenes de Hierro.- Año.- 2007 Ciudad.- Cali.- Editorial.- La carreta e Ediciones.
donde habla sobre el sicariato “A madre santa, hijo perverso” y en esta expresión presenta en
forma directa la hipótesis que los complejos familiares como el complejo de Edipo y el
complejo del destete ofrecen posibilidad de reflexión al fenómeno del sicariato en nuestro
país. Lo plantea Ramírez 2007 “El padre funciona cada vez menos como agente de la
represión, ha sido banalizado, y se inscribe en el inconsciente hoy con el estatuto de poca
cosa. Es importante tener presente que cada vez más en las ciudades existen barrios
marginados por los diferentes fenómenos de violencia de donde crecen un sin número de
problemáticas sociales. Como por ejemplo el embarazo en menores de edad de la ciudad de
Cali, según estos datos las cifras van en aumento, hay estudios que demuestran que en Cali
las niñas menores de edad de las comunas están siendo embarazadas y finalizando a término
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dichos embarazos. Las menores de edad embarazadas, solo cuentan con el apoyo de sus
padres en el mejor de los casos. Con ello, los padres de la menor de edad resulta educando al
nieto como un hijo, lo que genera en él una confusión lo que también puede ser denominado
ambivalencia que debilita la función Paterna, la cual es introyectada en el niño cuando
resuelve su complejo de Edipo con elementos poco conveniente en sus relaciones al interior
de la familia. Entonces, la función paterna real y simbólica de la que habla Lacan se
encuentra en fracaso, está determinada por la declinación del Nombre del Padre en la
relación entre madre e hijo. Por causa de esos vínculos familiares que son confusos para el
niño. Lo cual se puede comprender como lo enuncia Dor 1995 el laberinto edipico de los
antagonismos del deseo, donde puede localizarse un punto de anclaje de las perversiones
bajo la influencia de elementos inductores inherentes a la esencia fálica que regula
necesariamente el desarrollo de esta dialéctica” Algo de su estructura psíquica quedo
comprometida en el desenvolvimiento del complejo edipico, lo que se busca comprender al
entender subjetivamente el proceder del sujeto sicario. De otro lado se puede observar una
relación entre madre e hijo no vigilada por la función paterna, nos permite reflexionar sobre
el porqué los sicarios veneran a la Virgen y no a Dios. Ya que el sujeto en su relación
simbiótica con la madre, que genera una situación fantasiosa con la mujer prohibida, la
Madre- Virgen- Ideal”. El autor plantea que el hijo en nombre de ese amor desmedido por la
madre, termina convirtiéndola en una santa y venerada, justificando así el mantenimiento de
las necesidades de esa madre quien lo empuja a la situación de mantenerla a ella y a sus
hermanos a como dé lugar. En este sentido lo que se plantea desde el psicoanálisis es el
adagio mencionado “a madre santa hijo perverso” ya que es esa madre quien desautoriza la
ley que regula en el sujeto la relación social establecida. La madre permite de forma
inconsciente el acto delincuencial, convirtiéndola en su cómplice de las acciones perpetuadas
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por el hijo. Aunque esto solo sería permitido desde la lógica del sicariato como un momento
del pasaje que conlleva a la madre a permitir y silenciar estos hechos. Ahora bien, he
observado durante los días de la visita a los Centros especializados de internamiento para
menores de edad, que aquella madre despierta de la fantasía con motivo de que su hijo fue
capturado por los hechos, entonces allí se convierte en un tipo de magdalena sacrificada al
ver a su hijo respondiendo por sus actos. Como lo plantea el autor Mario Ramírez 2007. La
ley simbólica, definida por el psicoanálisis como el Nombre del Padre, es trasmitida por la
madre como aquello que puede anudar, conciliar y dialectizar de las pasiones humana. Desde
mi punto de vista, esas pulsiones que no fueron colmadas por la represión que debió ser
instaurada desde un principio, pero en cambio se estableció una que tiene un complemento
de flexibilidad o debilitamiento, que ha provocado en la identificación del yo un daño que
puede ser el motivo para este tipo de caso en un sujeto denominado sicario. Así mismo,
como lo plantea. “Solo el discurso materno es susceptible de cumplir esta misión”. Expone
en su análisis que es ella la madre, quien le da el soporte indispensable en la consagración
del padre simbólico, el cual es determinante en la estructuraciones la psique del sujeto
entorno a la localización del padre real, padre simbólico y padre imaginario. Cuando el
sujeto acepta la castración sometiéndose a la Ley interpuesta, está otorgando el paso a la
pérdida sufrida en el caso de los neuróticos. Pero cuando el sujeto no acepta la castración
nunca habrá logrado internalizarse en la Ley. Por este motivo en algunos casos de sicariato
en jóvenes, nos enfrentamos a un tipo estructural de perverso quien comete le acto homicida
en busca de un goce, aquel que no tiene ningún tipo de condiciones solo necesita de los
datos, sin importar si es mujer, anciano o niño. Solo el nombre de la víctima que proporciona
lo que requiere para colmar su pulsión. La cual no es una orden emanada de quien lo
contrata, el sujeto busca calmar su angustia mediante una elección subjetiva, si cariando a
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quien le produce calma y goce. Lanteri. L. (1995) plantea la noción de perversión como una
tendencia deliberada a realizar actos malintencionados o agresivos con el único fin de hacer
daño. El perverso pretende afianzar su autoridad y disfruta de la incomodidad del otro, en
ello satisface las pulsiones sádicas. En consecuencia, se puede entender desde la lectura
psicoanalítica como una actitud que busca destruir la realidad psíquica de otro sujeto. En el
caso del sicariato puede ser calificada como una manifestación con carácter perverso. “La
cual puede encontrarse en la relación madre-niño: identificándose con la omnipotencia de la
madre, mediante la negación de la castración” P. Aulagnier. Esto puede ser entendido, como
un tipo de rasgos perversos y en algunos casos como estructura perversa, teniendo en cuenta
que en algunos casos el sujeto denominado sicario se encuentra dispuesto a cometer un
hecho ordenado por otro; en ocasión a esto no se observa ningún tipo de elección de la
víctima o de goce al realizar la acción. Su goce aparece cuando recibe la paga de dicho acto.
Este sujeto no podrá concebirse dentro de una patología Autor.- JOEL DOR. Titulo.-
ESTRUCTURA Y PERVERSIONES. Año.-1995 Ciudad.- Editorial.- GEDISA. La
Estructura de la Perversión, generalmente “desviado por el ábito del elemento mediatizado,
el concepto de “perversión” asido empleado desde hace mucho tiempo, en un sentido
ilegitimo. Su atractivo consiste, especialmente de sugerir cierto tipo de corrupción
ideológicamente consagrada bajo la apariencia de depravación de las costumbres, sin la cual
no podría continuar el poder de atracción y hasta diríamos fascinación que común mente se
le atribuye. Orejuela J. etc. al 2012 “No sería adecuado considerar que la perversión supone
un funcionamiento del inconsciente a cielo abierto, es decir, sin represión, pues Lacan se
refirió con esta expresión al caso de la psicosis y no de la perversión. El supuesto de que el
perverso carece de represión de Ley y de Otro es falsa”. En consecuencia se puede plantear
que en todos los casos de sicariato, el sujeto no se encuentra inmerso dentro de una estructura
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perversa, como también existen casos en que puede ser estructuras que se encuentran
ancladas a la perversión con el elemento fundamental de goce que encuentra el sicario al
asesinar a su víctima. Lacan plantea que todos los neuróticos sueñan con ser perversos en
consecuencia existen rasgos perversos que envuelven a todo sujeto dentro de su estructura
psíquica. Entonces no se puede plantear que desde el psicoanálisis la perversión generalizada
para el caso del sicario, no significa que en todos los casos la perversión sea una forma de
estructura clínica. Lacan argumenta que la perversión quiere decir únicamente una estructura
clínica sino un tipo de goce determinado por un discurso planteado desde la 22 palabra que
deviene de un gran Otro. Produciendo en el sujeto pulsiones que pueden ser ambivalentes y
generar un tipo de rasgos perversos que se afloran en el entorno en que el sujeto se
desenvuelve, de esta forma se va generando un tipo de impulso que no es sublimado desde la
represión; la cual es instaurada desde la castración y el Complejo de Edipo. En estos actos
algunos de estos sicarios subliman la culpa mediante episodios, en los cuales el sujeto
después de cometer el hecho punible se dirige con sus amigos a consumir algún tipo de licor,
ya que en la relación de él con el mundo no funciona sino a partir de la ley que fue
presentada por medio del discurso de la madre. En consecuencia existe una sublimación de
culpa que difiere del perverso estructural. Para Lacan existe un goce, que permite esa
relación y que a su vez hace parte de las necesidades del Otro social. El cartel o el patrón
determinan e inicia esa demanda del Otro social, que a su vez influye en el acto del sicario
para realizar el crimen. También se debe analizar el tema de la perversión en el lugar
femenino, como lo plantea Freud 1920 “Tres ensayos para una teoría sexual”, en el cual hace
referencia a la sobrevaloración sexual que hace la mujer con sus hijos. De esta forma explica
que ese pequeño perverso polimorfo es constituido por ella en la posibilidad de reemplazar
su falo del cual es carente. Con ello, como dice Lacan “desmiente la castración” sirviendo de
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fetiche de ella, en su relación establecida desde la palabra. En una forma u otra se vislumbra
la perversión de la madre en relación a ese hijo, que se convierte en ese falo que le produce
un tipo de goce. Por ello, hay algo implícito en la relación establecida por medio del lenguaje
que se evidencia en un deseo por la ley, la cual fue presentada por la madre al hijo y que de
alguna forma se internó con rasgos perversos, los cuales pueden ser la causa circunstancial
de este fenómeno. Conclusiones Este análisis ha intentado aportar algunos elementos que
permitieron dilucidar algunos aspectos fenomenológicos del sicariato, los cuales
evidenciaron diferentes temáticas sobre el objeto de estudio, situando la problemática social
en el que el sujeto desencadena todo tipo de acciones agresivas que devienen de las
pulsiones. Se logró evidenciar mediante un marco interdisciplinario del análisis criminal, los
supuestos que intervienen en la estructura psíquica del sujeto que realiza el acto transgresivo
a su semejante; apelando a los diferentes autores psicoanalíticos para ingresar a una
discusión en torno a las consideraciones sobre la pulsión que proviene del ello o también
llamada pulsión de muerte y del desarrollo del acto como forma de descarga de la pulsión
que deviene de un tipo de estructura psíquica agresiva. A partir de los diferentes conceptos
teóricos y datos estadísticos se logró sustentar algunas apreciaciones del fenómeno del
sicariato en varias ciudades, los cuales demuestran que el sicariato puede ser descrito como
una forma de violencia social. En los cuales están inmersas nuevas formas de culturas
hostiles y agresivas, desarrolladas tal vez con una influencia evidente de los grupos
delincuenciales que surgen por la vertiente del narcotráfico. Así como también, la debilidad
facultativa de la Ley que genera las herramientas que utiliza la delincuencia organizada para
reclutar a los menores de edad para entrenarlos y convertirlos en sicarios. Fue importante
para el desarrollo de este análisis desde la clínica psicoanalítica, pensarlo mediante la
resolución del Complejo de Edipo o Función Paterna, ya que en coherencia con todo lo
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expuesto se observa una clara participación de las relaciones sociales entabladas por el sujeto
desde su entorno cultural. De otro lado dejar planteado la importancia la experiencia del
entorno social en el que se nutre la agresividad vivida en la experiencia del sicariato, como
una forma habitual de establecimiento de patrones normativos que buscan derrumbar
mediante los actos criminales, todo pactado y establecido en las relaciones adquiridas al
ingresar a este grupo de sujetos que se identifican por su necesidad, realidad psíquica o
semejanzas en los rasgos predominantes para la comisión de actos sin moralismos limitantes
de la pulsión ejercida en el acto de asesinar a su semejante. Reconocer nuevas formas de
análisis psicoanalítico que permitan identificar elementos del entorno social donde el sujeto
se habitúa como su barrio, trayectoria académica caótica, carente de recursos y de
oportunidades o en ocasiones buscar un reconocimiento dentro de la Ley del más fuerte.
Aquella que puede ser inteligible desde los conceptos sobre el ideal del yo, identificación,
complejo del destete y Edipico, función paterna real y simbólica entre otros. Por último, a
partir de la teoría psicoanalítica no se puede sustentar que en todos los casos el sicariato se
instaura desde una estructura perversa, aunque si se pueden hallar rasgos perversos. El
sicario realiza el acto criminal de manera cociente, analítica y metódica, no elige o
instrumentaliza a su víctima; de igual forma siente algo de culpa que la sublima mediante
rituales que le permiten manejar su angustia. Permanecen en el vínculo social 24 establecido
de su entorno hostil, como un agente permisivo del actuar bajo un consentimiento dentro de
la ilegalidad, que en ultimas será el único medio que le permite cometer el acto homicida
bajo el ordenamiento emitido por el jefe “patrón” o vinculo social que establece con sus
pares y que en ultimas se convierte en la Ley de cuentas por cobrar dentro de ordenamiento
simbólico de la ilegalidad; como único camino que tiene para tener un reconocimiento y
establecerse como sujeto dentro de un grupo selectivo que le permite entrar y salir de la Ley
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o norma social de forma invisible hasta cuando no se falle en la misión ordenada. Pero no
será la última palabra, teniendo en cuenta que existen casos en que algunos sujetos que
trabajan como sicarios y presentan una estructura perversa; pero este no puede ser un análisis
universal en todos los casos. Teniendo en cuenta que el sicariato se ha convertido en una
actividad instrumentalizada, que algunos sujetos incorporan como una forma social de
vivencia hostil. Así como también se pueden encontrar sujetos que tienen una estructura
perversa, encuentran goce realizando esta práctica homicida, entran y salen de la Ley bajo su
análisis de conveniencia, de alguna forma hallando algún tipo de beneficio económico.
También indica el Marco Teórico. Por representar la esencia del enunciado del proyecto
Estado de la Región, importa proceder a la definición de los dos conceptos fundamentales
utilizados: seguridad ciudadana y Estado democrático de derecho. Otras tres nociones
básicas política criminal, prevención del delito y sistema penal están íntimamente
relacionadas con estos dos conceptos esenciales. Conceptos clave. Seguridad ciudadana La
existencia de numerosas y periódicas manifestaciones de temores colectivos imputables a
diversas circunstancias (epidemias, revoluciones, crisis económicas, calamidades públicas y,
mucho más recientemente, actos espectaculares de terrorismo forma parte de la historia de la
humanidad. También nos muestra la historia que garantizar la seguridad de los miembros de
una comunidad siempre ha representado la razón de ser, la justificación y la legitimación del
poder ejercido por sus gobernantes, así como uno de los monopolios incontestado del Estado.
El actual problema planteado por el resurgimiento del miedo al crimen debe situarse en este
marco. Cuando una comunidad se siente amenazada en su instinto de seguridad suele
reaccionar buscando chivos expiatorios, reclamando una represión más severa y exigiendo
del Estado el riguroso ejercicio de uno de sus más importantes atributos: el ius puniendi
(derecho a castigar). En esta perspectiva, debe señalarse, en primer lugar, que “miedo al
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crimen” o “inseguridad ciudadana” son los principales conceptos utilizados para designar el
fenómeno que la mayoría de la población suele identificar con la falta de represión y
prevención del delito, así como con el aumento (real o supuesto) de la criminalidad. Esta
creencia popularmente extendida suele llevar, sin embargo, de manera lógica e inexorable, a
planteamientos y conclusiones simplistas, poco rigurosas, equivocadas y a menudo
peligrosos. También merece destacarse, en segundo lugar, que el sentimiento de temor,
fuente de una profunda preocupación de una importante proporción de los ciudadanos, se ha
ido transformando con el tiempo en un objeto independiente que, no solamente ya no
necesita el delito. Sobre estos temas, véanse Chinchilla Laura y Rico José Ma. (1997), La
prevención comunitaria del delito: perspectivas para América Latina, Miami, Centro para la
Administración de Justicia, Universidad Internacional de la Florida, y Rico José Ma. y
Chinchilla Laura (2002), Seguridad ciudadana en América Latina: hacia una política integral,
México, Siglo XXI editores, como substrato, sino que por sus consecuencias, puede ser
tanto o más dañino para la sociedad que el mismo delito. Aunque los especialistas no suelen
dar una definición explícita del término “seguridad ciudadana”, parece aceptable la propuesta
por el PNUD de Costa Rica, en una perspectiva de desarrollo humano: la condición personal,
objetiva y subjetiva, de encontrarse libre de amenazas de violencia o amenaza de violencia o
despojo intencional por parte de otros, que contiene los elementos de complejidad del tema
que serán analizados más adelante. Algunos autores, sin embargo, después de haber barajado
los diversos conceptos utilizados en este ámbito (seguridad nacional, pública, integral,
humana, ciudadana), han sugerido reemplazar el término “seguridad ciudadana” por otros
más abarcadores y capaces de superarlo. En este sentido, se han propuesto otros conceptos,
tales como el de “seguridad de los habitantes” lo que permitiría incorporar, no solo a los
ciudadanos de un país, sino a todas las personas sin excepción: menores, inmigrantes
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indocumentados, refugiados, turistas o el de “desarrollo humano sostenible” que incluiría,
además de la garantía de no ser víctima de un delito, la de poder vivir en un Estado de
derecho y disponer de niveles razonables de bienestar en los campos de la salud, la
educación, el ingreso o la vivienda. Para justificar este cambio terminológico, quienes han
propuesto reemplazar el término “seguridad ciudadana” por “seguridad de los habitantes”
Invocan dos razones: la primera, la necesidad de no excluir de la protección social contra el
delito a ningún ciudadano; la segunda, los malos antecedentes que el término “seguridad
ciudadana” tiene en América Latina. Con respecto a la primera justificación, puede señalarse
que, además de tratarse de un concepto ampliamente acuñado, postula que éste no incluye a
todas las personas que residen en un país determinado, hipótesis desmentida con la sola
lectura de las publicaciones hechas sobre el tema. En cuanto a la segunda justificación,
posiblemente traduzca cierto temor a un pasado relativamente reciente, pero felizmente
superado. En cualquier caso, la aceptación de términos tan amplios, no sólo podría llevar casi
necesariamente a una pérdida rápida de sustancia del tema, sino que supondría una
importante ruptura con procesos conocidos y aún no resueltos en forma satisfactoria, con el
consiguiente peligro de adentrarse en un terreno. Con respecto a lo anteriormente expuesto,
véase Rico José Ma. y Salas Luís (1988), Inseguridad ciudadana y policía, Madrid, Tecnos,
Capítulo primero: La inseguridad ciudadana, en especial. PNUD Costa Rica (2006),
Venciendo el temor: (in) seguridad ciudadana y desarrollo humano en Costa Rica, Informe
Nacional de Desarrollo Humano 2005, San José. En este sentido, Carranza Elías (1997),
“Situación del delito y de la seguridad de los habitantes en los países de América Latina”, en
Carranza Elías (Coordinador), Delito y seguridad de los habitantes, México, Siglo XXI
editores, en especial, plagado de incógnitas y pretender resolver serios problemas humanos y
sociales en forma puramente retórica o simbólica. En sentido contrario, la opción consistente
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en centrar el concepto en las conductas sancionadas por la ley penal puede ser demasiado
reductora. Entendida como el simple mantenimiento del orden público, la “seguridad
pública” no coincide necesariamente con la “seguridad de las personas”, ya que supone, por
una parte excluir aspectos de la vida cotidiana percibidos por la población como fuente de
inseguridad, por ejemplo, la presencia en los lugares públicos de jóvenes con vestimentas y
peinado extraños, tatuajes y otros signos inhabituales e incluso provocativos y, por otra parte,
incluir otros que no presentan en forma inequívoca atentados contra la seguridad individual
tal sería el caso del consumo de drogas. La definición adoptada del concepto de seguridad
ciudadana, al estar formulada en términos individuales, plantea sin embargo el problema de
su ámbito de aplicación. ¿Puede, en tales condiciones, sostenerse que el concepto también es
válido en el plano colectivo? El informe que ha propuesto la definición antes indicada
autoriza una respuesta afirmativa a esta interrogante, no solamente en Costa Rica, sino en los
demás países de la región centroamericana Así lo muestran los siguientes extractos del
mismo: “Los problemas de (in)seguridad ciudadana son percibidos por la población como
factores determinantes en el deterioro de su calidad de vida” “La inseguridad ciudadana es
un obstáculo para el desarrollo humano por cuanto limita las posibilidades individuales para
concebir y concretar un proyecto de vida, y erosiona la cooperación social y la vida cívica
necesarias para tal efecto”. “Es posible construir una sociedad más segura si se atienden las
formas de vulnerabilidad social en que proliferan la violencia y el despojo, y se fortalecen los
mecanismos colectivos de protección y la capacidad de las personas para activarlos” “Lo
que yace en el centro de la discusión de la seguridad ciudadana es la vigencia y tutela
efectiva de algunos derechos fundamentales de las personas”. El citado informe señala
además numerosas consecuencias de la inseguridad para el desarrollo humano. En el plano
social, limita los recursos públicos disponibles para la provisión de servicios destinados a la
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satisfacción de necesidades básicas, deteriora valores esenciales para la convivencia
democrática, y erosiona el tejido social, así como la confianza en las instituciones
democráticas.- En este sentido Besozzi Claudio (2004), À propos de sécurité, Montreal,
Centro Internacional para la Prevencón de la Criminalité en adelante CIPC), p. 5. 6 Véase
Crimen y desarrollo en Centroamérica. Atrapados en una encrucijada, Naciones Unidas,
Oficina contra la Droga y el Delito, marzo del 2007, PNUD Costa Rica (2006), pp. 52-54. 5
Estos puntos de vista son confirmados en forma más concreta por eminentes especialistas en
la ciencia política. Para O’ Donnell, por ejemplo, pese a que los derechos (políticos y
civiles), cuya defensa y promoción caracterizan a un Estado democrático, tienen una
intrínseca dimensión individual al ser asignados a sujetos agentes, también tienen una
dimensión intrínsecamente social si se tiene en cuenta su proyección colectiva como
derechos y libertades que identifican y sustentan cualquier contexto plural.8.- Una última
reflexión sobre el tema: la paradoja de las sociedades occidentales que, aun garantizando
actualmente de un grado de seguridad jamás alcanzado en el pasado, hacen de la seguridad
una de sus principales preocupaciones. Se han dado diversas interpretaciones a esta
incongruencia: una que, distinguiendo entre los aspectos objetivos y subjetivos del concepto,
consideran que las medidas adoptadas para la protección de los ciudadanos suelen engendrar,
en el plano de la subjetividad de los individuos, un sentimiento de amenaza; otra, formulada
por Fritz Sack, perteneciente al movimiento de criminología crítica alemana, estima que la
dramatización de la inseguridad es una construcción social destinada a compensar la pérdida
de poder del Estado en las sociedades posmodernas. Estado democrático de derecho Con
respecto a esta segunda dimensión del enunciado del proyecto de Informe Estado de la
Región (2008), después de un breve señalamiento de los criterios esenciales que definen un
Estado democrático de derecho, se enfatiza en uno de los principales elementos de la
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problemática de la seguridad ciudadana: el sistema de justicia penal, a través del cual cobra
vida esta noción en un ámbito específico de la vida social organizada y cuyas características
fundamentales se exponen más adelante. Finalmente y considerando posibles escenarios para
la acción- se exponen brevemente otras modalidades -no necesariamente democráticas- de
organización del Estado en el sector de justicia penal. Características de un Estado
democrático de derecho Contribuyen indirectamente a la definición de este término los
abundantes escritos dedicados a lo que debe entenderse por "democracia" y, sobre todo, la
manera de llegar a una definición que sirva a los propósitos prácticos de medir el desarrollo
democrático de cualquier régimen político, es decir, al análisis empírico de la democracia.
En forma más concreta, la ciencia política considera que un Estado democrático no es
solamente un conjunto de burocracias, generalmente complejas, sino también un sistema
legal, o sea, un entramado de reglas que penetran y determinan numerosas relaciones
sociales, generando para los habitantes de un determinado territorio el bien público del orden
general y asegurándoles el respeto de ciertos derechos y libertades fundamentales. Por otra
parte, un sistema legal no consiste únicamente en un conjunto de reglas, sino en sus
relaciones con las instituciones estatales designadas para interpretarlas y aplicarlas. Teniendo
en cuenta lo anterior, un Estado democrático de derecho podría ser definido en función de
estas tres dimensiones: La absoluta primacía de la ley, vale decir, la sujeción del poder
político, de cualquier institución estatal y de todos los ciudadanos a la Constitución y a la
legislación vigente. El estricto respeto, protección y fortalecimiento de los derechos y las
libertades fundamentales de todas las personas físicas, jurídicas que habitan un país. El
establecimiento de criterios rigurosos para el ejercicio de la responsabilidad política, legal y
administrativa de las personas investidas con autoridad. ¿Cómo se caracterizan los países de
América Latina con respecto a los conceptos antes expuestos? En relación con este tema,
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conviene tener en cuenta, entre otras cosas, lo siguiente: en la mayoría de ellos, los
principales elementos que pueden definir un régimen democrático suelen revestir un
significado especial que no se corresponde totalmente con el adoptado por las democracias
tradicionales europeas o norteamericanas; la anterior práctica democrática en la región: como
es sabido, la historia latinoamericana se ha caracterizado por la alternancia entre regímenes
autoritarios y democráticos, pudiendo observarse igualmente que las experiencias con la
democracia de la mayoría de los países del área han sido en general relativamente breves y
no siempre felices; Características de un sistema democrático de justicia penal. Tanto el
conjunto del sistema de justicia como su componente penal se rigen por los siguientes
principios fundamentales: accesibilidad, independencia, justedad, eficiencia, transparencia y
moderación. Un sistema de justicia accesible es un sistema abierto y viable de manera real
para todos los ciudadanos, sin distinciones étnicas, de clase o estrato social y con
independencia de su situación económica y sus opiniones políticas. Contrariamente a lo que
ocurre en otras materias civiles, comercial, etc. en materia penal el problema de la
accesibilidad solo afecta a los ciudadanos que desean denunciar la comisión de un delito, las
víctimas y los testigos. 9 Un sistema de justicia independiente es un sistema con poder de
decisión autónomo que opera sin vinculaciones indebidas con el poder político institucional
o con cualquier grupo de presión en el plano externo, y con las procedentes de la
superioridad jerárquica en el plano interno. Un sistema de justicia justo es un sistema basado
en ciertos principios social e internacionalmente reconocidos y aceptados, tales como la
libertad, la integridad física y la dignidad de la persona, la legalidad, la igualdad de todos
ante la ley, la equidad, el respeto de los derechos humanos y un debido proceso. Un sistema
de justicia eficiente es un sistema capaz de alcanzar los objetivos para los cuales ha sido
previsto, logrando un equilibrio socialmente aceptable entre las exigencias de protección
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penal, rapidez, mínimo costo y respeto de las garantías fundamentales de las personas. Un
sistema de justicia transparente es un sistema que opera en forma abierta frente a la
colectividad, se somete a ciertas formas de control e informa periódicamente sobre sus
actividades. En materia penal, el principio de moderación implica que se recurrirá a este
sistema cuando se han agotado otros medios de menor severidad o más pertinentes. En
general estos principios se corresponden -al menos en el plano formal- con los indicadores de
libertad política y democracia elaborados por el PNUD y Freedom House. Así, la
accesibilidad equivale a la igualdad de oportunidades y a la participación del primer caso y a
la igualdad y acceso al Poder Judicial en el segundo; la justedad, al imperio de la ley y la
protección de las garantías procesales fundamentales; la independencia está vinculada al
principio de separación de poderes; y la transparencia a la necesidad de control y
rendimiento de cuentas. El principio de eficiencia no se aplica, sin embargo, a la
democratización, sino más bien a la modernización del sistema de justicia. Estos principios,
y otros más específicos del sistema penal, se encuentran, además, en la definición de lo que
se ha convenido en llamar un "debido proceso". En lo penal, dicho sistema debe, además,
utilizarse con moderación; en este sentido, y de acuerdo con la tradición liberal democrática,
el derecho penal y el conjunto del sistema de justicia de tal naturaleza constituyen
instrumentos o condiciones de democracia en la medida en que contribuyen a minimizar la
potestad punitiva estatal, es decir, a asegurar los derechos fundamentales de los ciudadanos
contra la arbitrariedad y los abusos en el recurso a medidas coercitivas por parte del Estado.
En cuanto a los "actores" tradicionales del sistema de justicia penal, los siguientes aspectos
de su organización y funcionamiento que pueden corresponder a los parámetros de
democracia antes enumerados son: En lo atinente al componente normativo, las
constituciones suelen contener disposiciones que protegen las garantías fundamentales y
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aseguran la independencia de la magistratura y del Ministerio Público, y los códigos de
procedimiento penal regulan, como las constituciones, las garantías fundamentales de los
inculpados, así como la libertad provisional o prisión preventiva, los criterios de valoración
de la prueba (en especial de las evidencias obtenidas ilícitamente), el secreto del sumario, el
cumplimiento de los plazos procesales, etc. En relación con la policía, los principales
indicadores para determinar su grado de democratización son el respeto por los derechos
humanos, su desmilitarización, la representatividad en sus efectivos de diversos grupos
sociales, la existencia de mecanismos de control de sus actividades y el hecho de estar al
servicio de la colectividad y no de gobiernos o grupos particulares. El tema de la
desmilitarización de la policía como un requisito de democracia es complejo, ya que en
diversos países democráticos por ejemplo, la mayoría de los países de Europa continental
algunos cuerpos policiales dependen del ministerio de la Defensa y presentan características
militares, aunque están sometidos a las autoridades civiles. Los criterios que permiten
calificar a una defensa penal como democrática son esencialmente su accesibilidad para
todos los ciudadanos problema íntimamente vinculado con el de su costo y el de los
mecanismos imaginados para garantizar el ejercicio de este derecho fundamental a las
personas menos favorecidas económicamente defensa de oficio, defensa pública. En cuanto
a la acusación, han de tenerse en cuenta su independencia y la justedad de las decisiones de
fiscales y procuradores. En lo referente al Poder Judicial, deben considerarse parámetros
como su accesibilidad, la independencia judicial frente a presiones internas y externas, la
unidad de jurisdicción lo que implica la exclusión de tribunales especiales, la justedad de las
decisiones de jueces y magistrados, el respeto de las garantías procesales y el control sobre
sus actividades. Las principales unidades de medida en materia penitenciaria deberían ser las
establecidas en las reglas mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de los
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reclusos. Finalmente, dos indicadores esenciales son comunes a todos estos “actores”: la
necesidad de transparencia y el grado de confianza de los ciudadanos en un sistema que
respete los parámetros antes indicados en el funcionamiento de cada uno de sus
componentes. Con respecto a los objetivos antes descritos, conviene recordar que la historia
muestra en América Latina un importante desfase entre lo formal y lo real, entre el “ser” y el
“deber ser”. Incluso en los relativamente recientes procesos de transición democrática,
dichos principios suelen ser objeto de graves violaciones. Tampoco se ha solventado en
forma satisfactoria lo que se entiende por democratización y modernización del sistema,
principales objetivos de los programas auspiciados y financiados por la cooperación
internacional. En general, tales programas están esencialmente orientados hacia la
modernización del sector. En cuanto a su democratización, se ha estimado poder alcanzarla
gracias a su fortalecimiento institucional, aunque no se ha profundizado ni sobre “las
necesidades de democratización”, ni sobre el hecho de que posiblemente todos los sectores
del sistema penal no tengan la misma importancia y significado con respecto a su
contribución al proceso democrático que están viviendo en las últimas décadas la mayoría de
países latinoamericanos. Por ejemplo, la reforma del sector policial puede ser más importante
para esta finalidad que la del Ministerio Público y el Poder Judicial. Otras modalidades de
intervención del Estado en lo penal Frente al modelo de sistema democrático de justicia
penal, cuyos elementos más característicos se acaban de describir y analizar, existen otros de
especial relevancia en América Latina: los sistemas de corte autoritario y, en algunos países
de la región, los sistemas propios de las poblaciones indígenas. Sistemas de corte autoritario
Como se acaba de indicar, las legislaciones y las políticas relacionadas con el sistema de
justicia penal se caracterizan por un acentuado desfase entre lo formal y lo real. La casi
totalidad de las constituciones y las legislaciones penales del área incorporan principios
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básicos prácticamente idénticos a los existentes en las democracias occidentales, lo que no
tiene nada de extraño si se tiene en cuenta, por una parte, que aquéllas se han inspirado
tradicionalmente en éstas y, por otra parte, los avances realizados desde el inicio del proceso
de transición democrática a finales de los años. Lo que sí difiere es, tanto el grado de
cumplimiento de tales principios, que en numerosos países latinoamericanos deja aún mucho
que desear, como las tendencias represivas prevalecientes últimamente en ellos. Como
ejemplo de los problemas y obstáculos que aún persisten en la vía de la democratización de
los sistemas de justicia penal pueden señalarse, en materia legislativa, los efectos “perversos”
de diversas leyes de amnistía teóricamente destinadas a conseguir la llamada “reconciliación
nacional” (Argentina, Chile, Uruguay) y, más recientemente, la promulgación de
legislaciones criticables en la medida en que varias de sus disposiciones suponen, con el
pretexto de una mayor eficacia en los temas abordados, importantes limitaciones a diversas
garantías y principios fundamentales; tales son los casos del considerable recurso a los
decretos emanados del Poder Ejecutivo para resolver “problemas sociales urgentes”, de las
legislaciones en materia de drogas impulsadas en algunos países andinos Bolivia, Colombia,
Ecuador, Perú y Venezuela y centroamericanos Guatemala por los Estados Unidos con la
finalidad de incrementar la lucha contra este fenómeno, la restauración de la pena de muerte
para determinados delitos El Salvador, Guatemala y la promulgación de leyes especiales de
“peligrosidad social” destinadas a erradicar la delincuencia y enfrentar el problema de las
“maras” El Salvador, Guatemala, Honduras; en lo policial, además de las reticencias con
respecto a la incorporación del organismo a instituciones civiles y al control democrático de
sus actuaciones, su participación en operativos especiales “de limpieza social” e incluso en
hechos delictivos y la incorporación del ejército a las actividades relacionadas con la lucha
contra la delincuencia El Salvador, Guatemala, Honduras; en el plano judicial, el incremento
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con fines políticos del número de miembros de las cortes supremas de justicia Argentina,
Bolivia, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Perú, Venezuela; las dificultades para iniciar
investigaciones judiciales y procesos contra los autores y cómplices de asesinatos,
“desapariciones”, torturas y amenazas de que han sido víctimas los operadores del sistema
(fiscales, jueces, abogados); y la creación la persistencia de tribunales especiales; y la
suspensión total o parcial de las garantías fundamentales previstas en las constituciones.
Sistemas consuetudinarios indígenas Una tercera modalidad de sistemas de justicia penal está
representada por la aún existente en diversas regiones latinoamericanas con importantes
porcentajes de población indígena todos los países andinos y Panamá, Nicaragua y
Guatemala en Centroamérica. Las investigaciones sobre este tema muestran que, con
frecuencia, lo que la ley nacional tipifica como un delito no lo es para las comunidades
indígenas; el ejemplo más significativo sería, en la región andina, las legislaciones sobre
producción, distribución y consumo de drogas; en sentido contrario, una infracción sujeta a
castigo por las normas de convivencia tradicionales a las poblaciones indígenas por ejemplo,
la brujería puede no ser reconocida como tal por la legislación penal vigente. También
existen importantes diferencias en lo que respecta a las concepciones de lo “bueno” y lo
“malo” y su traducción en la forma de impartir justicia; en general, el sistema penal oficial
busca sobre todo el castigo del culpable, mientras que en las comunidades indígenas, cuya
justicia suele ser administrada por los jerarcas o ancianos en Guatemala, los “principales” se
persigue la reconciliación y el compromiso entre las partes, con la finalidad de conservar la
armonía interna del grupo. Estos sistemas, que podríamos calificar de “fragmentados” por la
coexistencia de dos modelos para la resolución de conflictos, suelen ser fuente de serios
problemas en la medida en que las poblaciones implicadas suelen rechazar el recurso a un
sistema “oficial” inaccesible, a veces incomprensible por la ignorancia del español e
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inadecuado para sus costumbres ancestrales.16 15 Sobre este tema, véanse Márquez de
Villalobos Marcela y Antony Carmen (1984), Dos estudios de criminalidad generada en
conflictos de culturas ocasionados por el modelo de desarrollo: La administración de justicia
penal en Guatemala, Guatemala; Autores Salas Luís y Rico José Ma. Titulo.- LA JUSTICIA
PENAL EN GUATEMALA, SAN JOSÉ. Año.-1989.- Ciudad Florida. Editorial.-
Universitaria Centroamericana; Además de los citados Autores tenemos a Stavenhagen
Rodolfo y Iturralde Diego, compiladores 1990, Entre la ley y la costumbre. El derecho
consuetudinario indígena en América Latina, México, Instituto Indigenista Latinoamericano
e Instituto Interamericano de Derechos Humanos. En una perspectiva de lege ferenda,
conviene mencionar el caso paradigmático de Canadá, posiblemente el único país occidental
que, bajo la iniciativa de la Comisión de Reforma del Derecho y con el apoyo de una gran
mayoría de su población, se ha dotado de un doble sistema de justicia, reconociendo la
completa autonomía de la justicia indígena para los diversos pueblos (indios y esquimales)
que habitan las zonas nórdicas del país. Otros conceptos de interés Los dos conceptos
esenciales que se acaban de describir y analizar están íntimamente relacionados con otras tres
nociones básicas política criminal, prevención del delito y sistema penal). Las dos primeras
han sido tradicionalmente las más utilizadas por los especialistas, a menudo en forma
acrítica. Política criminal Existe cierta concordancia en definir la política criminal como el
conjunto de métodos por medio de los cuales el cuerpo social articula respuestas frente al
fenómeno criminal. Dos elementos se deben destacar de esta definición: “un conjunto de
métodos” supone el recurso a medidas no exclusivamente represivas; y “el cuerpo social”
designa no solamente el aparato penal oficial sino otras instancias que tradicionalmente no
han intervenido o intervenido poco frente al crimen. De acuerdo con la interpretación más
clásica y formal, frente a aquellas conductas que en cualquier sociedad organizada se
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consideran inadmisible, el Estado titular del ius puniendi, una de sus atribuciones esenciales
suele reaccionar con dos tipos de medidas: el control y la prevención del delito. En forma
más concreta, en el plano formal el Estado interviene ante el fenómeno criminal por varias
vías: la legislativa, mediante la amenaza de la sanción penal o la promulgación de leyes
especiales destinadas, gracias al pretendido efecto de prevención o intimación general, a
evitar la comisión de un delito; la judicial, a través de la aplicación efectiva de las sanciones
previstas en los textos legales o la individualización de la pena, con cuyas medidas, que
actúan como prevención especial, se espera evitar la reincidencia del infractor; y la
administrativa, recurriendo sobre todo a la acción policial patrullas, registros, controles, etc.
o social. Sin embargo, la investigación ha mostrado los límites de tales vías. En efecto, sus
resultados indican, entre otras cosas, lo siguiente: muchos delitos no se denuncian a las
autoridades competentes; pocos son los infractores identificados y, por tanto, acusados ante
los tribunales; numerosos condenados a una pena privativa de libertad no se rehabilitan; las
medidas tomadas por el sistema penal no suelen tener en cuenta los factores de riesgo
asociados a la criminalidad; ni la amenaza penal, el incremento de las penas o la aplicación
judicial efectiva de las sanciones previstas en los textos legales han logrado hacer disminuir
la delincuencia; la patrulla policial preventiva no impide la comisión de numerosos delitos,
ni reduce el sentimiento de inseguridad de la población, ni da lugar a una rápida respuesta
policial que permita la detención de un sospechoso. Prevención del delito En un sentido
amplio, se considera que la prevención es el conjunto de medidas destinadas a impedir o
limitar la comisión de un delito. Esta definición justifica las siguientes observaciones: no hay
acuerdo cuando se trata de precisar lo que se pretende evitar o anticipar hay conductas ilícitas
por ejemplo, en los casos de los llamados “delitos de cuello blanco”- con respecto a las
cuales la voluntad política para reprimirlas o prevenirlas deja aún mucho que desear; la
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mayoría de las medidas de carácter social no tienen necesariamente como objetivo principal
reducir la delincuencia sino mejorar las condiciones generales de vida de la población
mediante la instauración de programas de ayuda social, por lo que su esperado efecto sobre
la evolución de las tasas de criminalidad, al resultar de acciones con metas más amplias,
nunca será directo sino inducido; aunque las actividades de la policía pueden ser de gran
utilidad para la sociedad, también pueden ser la causa de serios peligros para un Estado de
derecho si, con el pretexto de evitar la comisión de un delito, se multiplican las limitaciones
al ejercicio de las libertades individuales y colectivas, aplicando sin discernimiento o en
forma arbitraria las numerosas normas que proliferan en las sociedades contemporáneas; en
este mismo sentido, la prevención de tipo comunitario no debe nunca servir de pretexto a una
ampliación indebida de los mecanismos de control ya existentes. Ante esta situación, se está
enfatizando desde hace unas tres décadas en el recurso a los enfoques más novedosos y
prometedores en la materia: la prevención “situacional” y la prevención “social”. Se trata de
modelos ideales, por lo que los especialistas preconizan su aplicación combinada. Se
entiende por prevención “situacional” el conjunto de medidas no penales tendientes a
eliminar o reducir las ocasiones que en numerosos casos propician la comisión de un delito
por ejemplo, mediante la instalación de cerraduras y sistemas de alarma en residencias y
comercios, una mejor iluminación en las calles o la vigilancia de barrio. Su postulado de base
es que el delito resulta en gran medida de elecciones influenciadas por aspectos concretos e
inmediatos de las situaciones en que puede encontrarse un infractor potencial y sus efectos
pueden apreciarse en el corto plazo. El enfoque “social” (intervenciones no penales sobre
delincuentes potenciales orientadas a eliminar o atenuar su propensión criminal está basado
en las clásicas teorías etiológicas del delito, según las cuales la acción criminal se explica por
la existencia de diversos factores anteriores a su perpetración familia, escuela, empleo,
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frecuentación de otros delincuentes, pertenencia a bandas criminales, consumo excesivo de
alcohol y otras drogas, etc. Los resultados de este enfoque sólo pueden darse en el mediano y
largo plazo. El carácter novedoso de esta tipología consiste en su aplicación combinada y
equilibrada, que no está exenta de problemas y dificultades. En este sentido, las autoridades
políticas competentes -sin duda apoyados por importantes porcentajes de la población-
suelen privilegiar las acciones de tipo “situacional”, de corta duración, mayor visibilidad y
facilidad de ejecución y capaces de resolver problemas concretos, siendo más renuentes a las
de índole “social”. Estas, sin embargo, tienen un mayor potencial con relación al futuro, ya
que su principal finalidad es enfrentar los factores de riesgo asociados a la criminalidad. En
la actualidad, la prevención del delito constituye el eje central, tanto de las intervenciones
estatales, comunitarias destinadas a enfrentar la delincuencia y la inseguridad, como de las
reflexiones de los especialistas. La mayoría de estos insisten además en que las políticas
públicas en el sector deben estar basadas, no en dogmas tradicionales, sino en el
conocimiento empírico acumulado a nivel internacional sobre el tema. Sistema penal Se
entiende por “sistema penal” el conjunto de reglas, organismos, procedimientos y personas
que intervienen en la solución de los conflictos derivados de la existencia de ciertas
conductas consideradas como delito. En especial, se trata de: las normas que establecen tales
conductas códigos penales, leyes especiales y las reglas a seguir para su investigación, juicio
y sanción códigos de procedimiento penal; las instituciones que las promulgan, reforman o
derogan Congreso, presidente de la República, ministerios competentes; y los organismos
oficiales encargados de su aplicación policía, Ministerio Público, defensa, tribunales y
sistema penitenciario. A estos componentes conviene añadir otras instituciones relacionadas
con el tema tales como el Ministerio de Justicia, la Procuraduría General y los organismos
encargados de la protección y promoción de los derechos humanos (Ombudsman y
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Defensorías del Pueblo y, más recientemente, la comunidad, que debe desempeñar un papel
importante en estos sectores, y tener en cuenta la evolución del entorno del sistema. El
sistema penal debe ser contemplado y analizado como un conjunto orgánico, como un
verdadero sistema, y no como un conglomerado más o menos acertado de normas,
instituciones, personas y procesos, que suele ser la forma tradicional de encararlo, dando
lugar a la inexistencia de una filosofía global que, abarcando los objetivos particulares de
cada uno de los sectores que lo conforman transcendiéndolos, el aporte un mínimo de
coherencia, condición necesaria para su eficiencia, y evite su distanciamiento con la
ciudadanía, que es su principal destinatario. En este sector se han dado en las últimas décadas
al menos dos hechos significativos, además de fuertes incrementos de las tasas de la
criminalidad: la aparición de un modelo “de última generación”, el Derecho Penal de los
Derechos Humanos, una de cuyas principales características es el énfasis acordado al
escrupuloso respeto de las garantías procesales penales; y la introducción en la mayoría de
los países europeos y latinoamericanos del modelo procesal penal acusatorio anglosajón
sobre todo su versión estadounidense, que rompe con una tradición y una práctica seculares.
La combinación de estos hechos ha representado y sigue representando desafíos de talla para
los sistemas penales de América Latina. Entre los de fondo se pueden destacar: la manera de
encarar algunas formas de criminalidad generalmente acompañadas por una violencia
extrema por ejemplo, los asesinatos por encargo, el tráfico de drogas a gran escala y los actos
de terrorismo); la inadecuación de algunos aspectos de la actual legislación procesal penal,
especialmente en cuanto al recurso a la prisión preventiva y en relación con el incumpliendo
de los plazos judiciales- la duración de los juicios; y la opinión generalizada según la cual el
sistema penal, al hacer predominar la forma sobre el fondo, está concebido más para la
protección de los delincuentes que para la defensa de los derechos de las víctimas, los
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testigos y la comunidad, lo que en gran medida contribuye a su falta de legitimación y su
cada vez más baja credibilidad. Sus interrelaciones ¿Cómo articular los cinco conceptos
hasta ahora descritos y analizados, ubicándolos correctamente y delimitando sus respectivos
ámbitos de aplicación? Independientemente del enunciado del proyecto, los conceptos más
abarcadores son los de “política criminal” y “Estado democrático de derecho”. El primero,
por representar el conjunto de métodos por medio de los cuales el cuerpo social articula
respuestas frente al fenómeno criminal e implicar, tanto diversas vías y medidas para su
aplicación como numerosos sectores del sistema de justicia penal no necesaria y
directamente relacionados con el tema específico de la seguridad ciudadana por ejemplo, la
elaboración de leyes, la organización y funcionamiento de tales sectores, la selección,
capacitación y distribución territorial y funcional de sus miembros y una gran cantidad de
etc. El segundo, por colocar dichos métodos en cierta perspectiva filosófico-política. En
cambio, la “prevención del delito” solo constituye, junto con el control de la criminalidad,
una de las posibles vías -aunque hoy día prioritaria- de la reacción estatal y social frente al
fenómeno criminal. Con respecto al concepto “sistema de justicia penal”, representa el
instrumento al que recurre la reacción estatal para aplicar las tres nociones anteriores.
Finalmente, con el término “seguridad ciudadana”, acuñado hace solamente unas tres
décadas, se está designando un ámbito de estudio y de acción destinado a enfrentar un
fenómeno social preocupante en el marco de un Estado democrático de derecho, orientando
prioritariamente las acciones para resolverlo aplicadas, aunque no en forma exclusiva, por el
sistema de justicia penal hacia la prevención del delito. Marco Teórico: origen del sicariato.
Actualizado a la época contemporánea, se hablaría del asesino que opera fundamental, pero
no exclusivamente con armas de fuego. El sicario de hoy es entonces un “pistolero”, aunque
el termino no sea empleado prácticamente nunca. EL SICARIATO.- Es en la actualidad un
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fenómeno económico donde se mercantiliza la muerte, en relación a los mercados, oferta y
demanda que se desarrollan, cada uno de los cuales encierra un tipo específico de víctima y
motivación del contratante. Es un “servicio” por encargo o delegación que carece de
mediación estatal y posee una importante “mediación social”, que lleva a la pérdida del
monopolio legítimo de la fuerza del Estado. La formación de una justicia mafiosa donde la
violencia se convierte en el mecanismo de resolución de conflictos propios de la rutinjusticia
por propia mano violación, crimen o acto de intimidación competidor, política a cambio de
una compensación económica previamente pactada. Se trata de un servicio a la carta y al
mejor postor que lleva a la existencia de distintos tipos de mercados que se conforman según
la cualidad de la víctima juez, comerciante, vecino; la razón del contratante venganza,
soplón; el contexto del evento (vulnerabilidad, riesgo); las condiciones del sicario
FreeLancer, tercerizada; y, según el lugar donde se cometerá el acto. El sicariato encierra un
conjunto de relaciones sociales particulares donde operan cuatro actores identificables,
explícitos y directos, producto de una “división del trabajo” que establece funciones entre
ellos están: El contratante.- Que puede ser una persona aislada que busca solventar un
problema por fuera de la ley (celos, odios o deudas, tierras), una organización delictiva
formal (limpieza social, eliminación enemigos) o una informal que requiere imponer su
lógica del negocio ilícito (narcotráfico o crimen organizado). El intermediario.- Es el actor
que opera como mediador entre el contratante y el victimario, es un personaje clave que hace
invisible al sicario frente al contratante (y viceversa), lo cual le da un poder muy grande pero
también lo pone entre la espada y la pared por el nivel de conocimiento que tiene ante el
contratante. Sin embargo, como estos dos actores se necesitan mutuamente hay una relación
perversa de convivencia perpetua, pues el contratante se torna muy vulnerable si se salta la
instancia de intermediación. El sicario.- Es el ejecutante final del objetivo de asesinar o
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escarmentar a alguien; lo cual le hace altamente vulnerable por el riesgo que corre cuando
comete el ilícito y también porque termina siendo el eslabón más débil del proceso, en tanto
por lo general no conoce al contratante, ni al intermediario, ni a la víctima actores comparta
mentalizados. Hay una relación de conocimiento de arriba hacia abajo, que hace que su
sobrevivencia dependa de dar muerte; pero su eficiencia incrementa su vulnerabilidad, en el
sentido de que ser testigo le convierte en potencial víctima de otro sicario al “saber mucho”.
El sicario es un tipo joven que ha sido reclutado de sectores de ex policías, ex militares,
narcotraficantes, guardias privados, guardaespaldas, guerrilleros, pandilleros, paramilitares,
brigadas barriales, entre otros. Estas personas pueden ser contratadas de forma individual en
ciertos barrios, discotecas, cantinas, billares, burdeles y hasta por Internet; y también a través
del crimen organizado bajo la forma tercerizada, lo cual garantiza el trabajo y la inmunidad.
La víctima.- que dependiendo de la “justicia” que quiera impartir el contratante, puede
definirse en dos tipos: una vinculada al crimen organizado narcotráfico, donde el perfil de la
víctima depende del lugar en que se ubique dentro del mercado laboral juez, policía,
magistrado, periodista o político, constituyendo por lo general un funcionario/a que se
encuentra dentro del llamado “orden público”; y la otra, puede ser cualquier persona que
tenga un entredicho con otra. Es decir, que la víctima se define según la relación que tenga
con el contratante y sus intereses. Existen tres tipos de sicarios: Los profesionales que
incluso evitan ser vistos por sus clientes, como método de prevención ante cualquier chantaje
o traición por parte de quien le fuera a pagar. Los oportunistas y Los improvisados. Así
también el sicario pueden actuar de la siguiente manera: - Público: eliminan al objetivo sin
importar la presencia de otras personas, haciéndolo parecer un asalto, (eliminando a las
personas más cercanas) o simplemente sorprendiendo a su objetivo de frente. Limpio:
eliminando solamente al objetivo, sin testigos si los hubiera también son eliminados, rápido y
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sin rodeos. Disfrazado: eliminando al objetivo, sin dejar testigos configurando una situación
que pudiera hacerlo parecer un accidente, suicidio o cualquier otra cosa que este distante de
la realidad. CARACTERÍSTICAS DEL SICARIATO: La información se da a través de
medios de comunicación, es público, el sistema que se emplea en el sicariato existe en el
país. Sin embargo, dentro de las estadísticas todavía no se puede usar este término, porque
penalmente o en la parte jurídica no estaba tipificado como sicariato hasta que se reformo el
Código Penal y Código de Procedimiento Penal anterior. Pero dentro de sus características se
presenta como un delito pagado o a su vez por venganza, ejecutado por una persona que hace
de intermediario, pues quien lo realiza no es la persona directamente afectada o interesada.
Éstas son las características que en el contexto internacional se definen como sicariato. Lo
más importante de la información de la prensa ha sido la posibilidad de descifrar algunas
características que rodean al sicariato. No se le puede pedir a esta fuente el número exacto de
asesinatos cometidos, pero sí se pueden encontrar descripciones de las cualidades de la
modalidad de actuación del sicario. Lo primero que se debe decir es que el sicariato no es un
homicidio común; hay una serie de factores contextuales y sociales que lo hacen especial y
diferente a otros. Para analizar las características del sicariato, hemos organizado la
información proporcionada por los medios de comunicación en función de diez indicadores
que tienden a delimitar el fenómeno, los cuales no guardan ningún orden ni jerarquía. La
lógica territorial del sicariato El sicariato en el país no se distribuye equilibradamente, hay
una lógica espacial que se expresa en los siguientes términos: a) La mayoría de los
homicidios cometidos por sicarios son urbanos en desmedro del campo; b) Existe una
concentración de asesinatos de esta modalidad en la costa y en la frontera norte, mientras en
la sierra con la excepción de Quito y en la amazonia con excepción de la frontera norte son
prácticamente inexistente o de menor proporción. En números absolutos San Lorenzo tiene
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casi la mitad de los homicidios por sicariato del país, le sigue Guayaquil y luego Manta,
Quevedo, Santo Domingo, Durán, Machala, Nueva Loja'", y Quito respectivamente. El lugar
del crimen. El sicariato se ejecuta en un espacio donde el homicida saca supremacía sobre la
víctima y pueda escapar sin ser identificado y menos aprendido. Son lugares donde la
víctima no puede protegerse ni solicitar ayuda y donde acostumbra a acudir, sea por que va o
por que llega; por eso la gran cantidad de homicidios próximos a la vivienda de la víctima. El
sicario estudia los movimientos cotidianos de la víctima, para tomar la decisión de donde
cometer el delito. La sorpresa y el conocimiento del espacio donde se ejecutará el crimen le
otorga al sicario un dominio sobre el escenario y la víctima. Los eventos que se producen
cerca de la casa, dentro del vehículo y en la calle llevan a la conclusión que el lugar
privilegiado para la ejecución del homicidio es el espacio público y, en segundo término, los
lugares propios de la vida cotidiana: la farmacia, la tienda, el restaurante y la discoteca. El
medio de transporte Así como la selección del lugar es importante para la ejecución del
homicidio, también es significativo escoger el medio de transporte; es más, el lugar y el
medio de transporte tienen una relación estrecha, en el sentido de que se selecciona el uno en
función del otro. Debe ser un medio que permita realizar eficientemente el acto criminal y
luego escapar sin dejar rastro. De allí que el medio de transporte que muestra mayor
versatilidad y flexibilidad para cometer el ilícito y fugar es la motocicleta; al extremo de que
hoy en día se identifica al homicidio realizado por un sicario por el solo hecho de usar este
medio de transporte; en otras palabras, es un instrumento que lo delata. Los datos obtenidos
en los diarios estudiados muestran que no hay un solo sicario que haya cometido el delito
como peatón; siempre utiliza un medio de transporte motorizado: el automóvil es el más
común, seguido de la motocicleta el más usado, esta última incrementándose en el tiempo.
Desgraciadamente no se conocen los datos respecto de la propiedad de los vehículos, pero
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todo hace presumir que se trata de medios de transporte previamente robados para cometer el
homicidio; lo cual lleva a la conclusión de que en un homicidio ejecutado por un sicario
existen varios delitos simultáneos, como, por ejemplo, la posesión de armas sin permisos, la
asociación para delinquir, el robo de bienes vehículos, infracciones de tránsito y el
homicidios mismo. La impunidad Un elemento clave para cometer el homicidio es la
impunidad y cuando ella es vulnerada, siempre aparece un mecanismo que restituye la
libertad del sicario", mediante la fuga, la corrupción o la intimidación. De allí que el sicario
le tenga más temor a otro sicario que al Estado, a sus instituciones y a sus leyes. La
impunidad en el sicariato es generalizada, lo cual demuestra lo eficiente que es y la
precariedad institucional del Estado. El sicariato erosiona y deslegitima el sistema legal y
penal, con lo cual el fenómeno tiene terreno fértil para desarrollarse porque entra en un
sistema de causación circular; es decir, el sicariato encuentra lugar donde las instituciones
son precarias y las debilita más mediante la intimidación. Con la información de los
periódicos, se puede afirmar que el sicariato garantiza "el trabajo" contratado y la impunidad
del homicidio. El sicario es un asesino profesional, en el sentido que vive de eso y lo hace
eficientemente, en muchos casos cobra por adelantado o, en otros, por cuotas con garantías
de cobro la vida misma. No se cuenta con información del sicario ofensor debido a que la
prensa generalmente recoge solo el acto homicida y no hace el seguimiento posterior; y a que
por lo general el victimario no es apresado y, por lo tanto, no se conoce su perfil. Sin
embargo algo se sabe, por lo que ocurre en otros países, gracias a investigaciones cualitativas
y cuantitativas realizadas. En el homicidio participa una o varias personas jóvenes, hombres
y de estratos medios y bajos, que han construido una cultura del vértigo donde los valores
religiosos, el dinero fácil y la condición de vengador social es atractiva. El sicario desarrolla
a través de su actividad homicida y la compensación económica una imagen de ascenso,
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inclusión y reconocimiento social. La eficiencia del servicio Al sicario no le queda más
remedio que ser eficiente, caso contrario su vida corre peligro; puede morir en el acto por la
legítima defensa que ejerza la víctima, por la acción de las fuerzas del orden o porque el
intermediario o contratante pueda considerar que "sabe mucho". Además, si el trabajo no es
eficiente, el pago no se justifica ni se efectiviza volviéndose difícil obtener un contrato
posterior. Perfil de la víctima El perfil de la víctima es fundamental para determinar a qué
segmento del "mercado" está dirigido el "servicio", sea de venganza social o crimen
organizado. Existen algunas constantes comunes: la mayoría de las víctimas son jóvenes (el
60 % están entre 20 y 30 años); en términos de género las mujeres, que son minoría mueren
por "error" o venganzas pasionales y en los hombres (que son mayoría) predomina el ajuste
de cuentas, la intimidación y la venganza. De los asesinatos a funcionarios/as públicos y a
personas vinculadas a la economía se deduce que son del crimen organizado (intimidación
legal) y de la cultura de la reciprocidad (mal reparto, competencias desleales), y los restantes
solo de la venganza social. Los precios Es un mercado manejado de manera clandestina y
explícita, aunque no regulado por obvias razones. El mercado es barrial, local, nacional e
internacional y tiene dos segmentos claramente definidos: el primero, hegemonizado por
bandas especializadas en delitos vinculados al crimen organizado, donde los precios son
relativamente altos. Y el segundo, operado por sicarios con bajo nivel de organización,
especializados en delitos de la vida cotidiana y donde los precios fluctúan bastante y están
sujetos a negociación. La intermediación entre el contratante y el sicario es también un
elemento fundamental en la determinación del precio y está más vinculado al primer caso.
Existe un mercado segmentado donde el precio del "servicio" fluctúa enormemente, eso
significa que el precio del delito varía según un menú amplio y diverso de opciones donde la
víctima, la logística, el riesgo y la intermediación son factores determinantes del precio final.
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Las fuentes de información Las fuentes tradicionales de información denuncias y registros
policiales son importantes pero insuficientes; ayudan a cuantificar los delitos, pero poco a
conocer el entorno, las circunstancias y las relaciones sociales organización subyacente que
están detrás de cada acto. Por eso es importante corregir las fuentes clásicas, para reducir la
llamada "cifra negra" y para conocer el fenómeno de la violencia y también empezar a
recuperar y construir nuevas fuentes de información. Con este estudio de aproximación al
sicariato, queda claro que la prensa es una fuente importante; no para cuantificar el delito por
que los datos no son representativos sino para entender la lógica en la que se comete el
mismo: el lugar, el medio, los victimarios y las víctimas que rodean al crimen. Sin embargo,
este conjunto de fuentes no son suficientes para entender en profundidad el sicarito, habrá
que hacer estudios etnológicos, sociológicos, antropológicos y económicos. Los medios de
comunicación: entre lo visible y lo oculto La prensa visibilizó un fenómeno que se
encontraba en la obscuridad y, además, llamó a la consciencia de las instituciones por la
existencia del problema. Es un homicidio que por su espectacularidad y violencia se hace
notorio en los medios de comunicación o, en otras palabras, conforme el sicariato crece la
información mediática lo acompaña. La prensa seria puede ser una fuente de información
importante para descifrar y analizar ciertos fenómenos delictivos como el vicariato; pero hay
que tener claro el dilema presente entre los elementos ocultos y visibles propios de este tipo
de crímenes. Así, los elementos que son posibles de estudiar a través de la prensa son los
visibles, lo cual quiere decir que es necesario ir hacia otras fuentes para interrogamos
respecto de los ocultos: comprender el nacimiento, y el desarrollo del fenómeno a través de
los actores intervinientes y de las relaciones constitutivas; es decir, comprender algunas
cualidades de la sociedad donde se explicitan. La doctrina penal tiene en el homicidio
agravado un nuevo componente: “El sicariato”, un fenómeno social y delictivo que se está
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desarrollando en América Latina, original de una vertiente delictiva común: el narcotráfico,
pasando a convertirse posteriormente en una actividad delincuencial cotidiana, no
necesariamente ligada al tráfico ilícito de estupefacientes, en países como Colombia cuna
desde la que se gestó, México, Venezuela, Brasil, Argentina, Perú y especialmente el
Ecuador. El sicariato ha empezado a presentarse en nuestro país con mayor fuerza durante
estos últimos tiempos como consecuencia de una serie de factores que generan un panorama
complejo. El asesino a sueldo que es la definición de este tipo de delincuente en realidad no
es un fenómeno nuevo ni en el mundo ni en nuestro país, lo cual quiere decir que no es un
hecho delictivo que “llega desde afuera” ni que tampoco es reciente. En el país existe
sicariato desde tiempos inmemoriales, aunque desde principios de los años noventa del siglo
pasado se ha incrementado y ha cambiado sustancialmente, debido a la influencia del
narcotráfico y el paramilitarismo colombiano. Por sus implicaciones de afectación al
supremo derecho a la vida humana, por la crueldad inhumana con la que se comete y por
mercantilizar la vida de las personas, el sicariato bien puede ser conceptualizado como un
delito de lesa humanidad y el de mayor gravedad en la escala penal, que debe ser juzgado
conforme a la magnitud de la conducta de su autor, con todo el rigor de la ley, en el marco de
lo que dispone la Constitución. Definiciones: Según el diccionario común: Sicario: “Asesino
asalariado”. En varios diccionarios el sicario es definido como un "asesino asalariado",
término que al incluir el concepto de salario implícito en el crimen: el autor intelectual
demanda un tipo específico de trabajo a ser realizado por el autor material contratado. Según
el concepto que maneja la Policía.- El sicario es la persona que por encargo de otra mata a
una tercera, a cambio de un ofrecimiento, dependiendo del sujeto que va a realizar la
ejecución, la víctima y los medios utilizados. Una definición comúnmente aceptada de la
palabra “sicario” se deriva de la palabra “sica” que es una daga pequeña y fácil de esconder,
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que en la antigua Roma, se utilizaba para apuñalar a los enemigos políticos, por lo que
“sicario” significaba hombre-daga. En la actualidad es quien asesina por encargo, a cambio
de una compensación económica y se construye por lo general sobre la base de un conjunto
organizado de al menos cuatro actores explícitos: el contratante, el intermediario, el ejecutor
y la víctima. La ejecución en estos casos puede estar a cargo de una o varias persona, que en
muchos casos ni se conocen entre ellos. Es un apéndice donde uno y otro se necesita
mutuamente, donde ambos existen por la relación funcional que mantienen. Pero no solo
proviene del crimen organizado, sino también del conflicto de la ritualidad de la vida
cotidiana, en lugares donde la institucionalidad es precaria y las propuestas de "mano dura"
se generalizan y legitiman socialmente. De conformidad con la teoría y jurisprudencia pena.-
Para que se configure un delito debe haber cuatro elementos indispensables: conducta,
tipificación, antijuridicidad y responsabilidad. Sin embargo, el Código Penal ecuatoriano
anterior no tipifica el sicariato como delito, por lo que este tipo de homicidio ha estado
siendo juzgado simplemente como “homicidio agravado”, categoría legal con la que se lo
designa comúnmente en países que no han desarrollado legislación o tipificación de esta
conducta, por lo que es menester tipificarlo en nuestra legislación penal. En el contexto de la
delincuencia en general.- El sicariato deviene en una anomalía social que cada día se afianza
y consolida más, en detrimento de la seguridad ciudadana y de los derechos a la vida, como
un bien jurídico a ser defendido y protegido, y a la integridad física de la población,
acicateado por factores coyunturales que obedecen especialmente a la carencia de una
política de Estado que articule una serie de medidas orientadas a prevenirlo y controlarlo, y
se circunscribe entre la amplia gama de delitos que obedecen a una problemática de
estructura, derivada de factores primarios como la pobreza, la marginalidad, el difícil acceso
a la educación y la desintegración social que caracterizan a más del ochenta por ciento de la
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población. El director del departamento Médico Legal de la Policía, Juan Montenegro,
explica que la mayoría de quienes se inician en el sicariato son delincuentes que tienen
trastornos de Personalidad y problemas con la justicia. Dice que estas personas se dedican a
matar a otras por dinero para poder sobrevivir. “Violan códigos morales, pero no sienten
remordimiento porque son psicópatas y para ellos es fácil quitar la vida o hacer daño a otro
aunque sea conocido por ellos”. Montenegro, señala que el sicario actúa con sorpresa. Recibe
información de la víctima y le hace un seguimiento para decidir el momento y lugar en el que
la ejecutará. Puede actuar en un lugar público donde no sea identificado y su huida sea fácil.
“Por eso el sicario llega, mata y se va. No se lleva a la víctima porque no le conviene
arriesgarse a ser identificado o capturado”. El jefe de la Policía Judicial del Guayas, Wilson
Alulema, indica que no se pueden establecer patrones de cómo procede el sicario.
“Simplemente se asegura de asesinar a la persona y de no ser descubierto. Puede andar solo o
acompañado y movilizarse en carro o en moto”. Elías Dávila, indica que el sicariato es
“matar por encargo es una práctica de extrema corrupción que se ha vivido siempre, y en
diferentes épocas de la historia, pero no por frecuente deja de ser un crimen que tiene todas
las variantes posibles para hacer desaparecer una o más personas; se paga por matar, y con
diferentes formas de pago, en los hechos pasionales, en circunstancias de herencias mal
compartidas, en los tráficos de personas o de tierra, en las reyertas del apasionado
politiquerismo que anida el deseo del poder, y hoy más que nada en el sucio y
multimillonario tráfico de drogas, extendido a lo ancho y largo del mundo”. LEGISLACIÓN
ECUATORIANA Y EL SICARIATO LA INVISIBILIDAD DEL SICARIATO: La
invisibilidad del fenómeno del sicariato se construye bajo un conjunto de elementos
simultáneos", dentro de los cuales sobresalen los siguientes: primero, la definición de la
violencia a través del concepto de delito; es decir, si no consta en el código penal no existe ni
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tiene pena". Por ello el sicariato no es un delito, pero sí el resultado del mismo: el homicidio
y, por eso mismo, es difícil establecer políticas para contenerlo. En segundo lugar, la
criminalidad real se lee siempre a partir de eventos ex post (hechos delictivos) donde nunca
aparecen las circunstancias que lo rodean. En el caso del sicariato los elementos circundantes
son fundamentales para calificar el homicidio y, sobre todo, para diseñar las políticas que
permitan su contención. En tercer lugar, hay fuerzas interesadas en mantener el anonimato
del sicariato, debido a que usa el homicidio y la intimidación dentro de las instituciones es
más eficiente que la infiltración, para regular la información oficial y la de los medios.
Debido a la inexistencia de la norma legal el sicariato no se registra institucionalmente.
Tanto la eficiencia del sicariato como la ineficiencia de las instituciones lleva a negar su
existencia; escondiendo su negligencia. Por otro lado, las autoridades políticas niegan el
sicariato por temor de que afecte la imagen del país o la ciudad y eso redunde en impactos
económicos negativos. Autor.- ASAMBLEITAS, Titulo. EL CÓDIGO ORGANICO
INTEGRAL PENAL ECUATORIANO: Año.- 2014. Editorial- Guayaquil-Ecuador.
Editorial.- Corporación de Estudios y Publicaciones. Del Registro Oficial. En nuestra
legislación ya se encuentra tipificado la figura delictiva del sicariato, sin embargo los
ecuatorianos nos vemos en la necesidad que dicho acto sea reconocido y sancionado con la
más alta pena a quien comete el delito por recibir dinero a cambio, así también al actor
intelectual, y a todos quienes ayudan a que dicho acto se realice, se encuentra tipificado esta
figura delictiva, según lo que indica El Art.143 del C.O.I.P. En vigencia que establece que
“Es asesinato será sancionado con pena privativa de libertad de 22 a 26 años la misma
pena será aplicable a la persona que en forma directa o por intermediación, encargue u
ordene el cometimiento de este ilícito.
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MARCO PRÁCTICO
Los marcos prácticos son móviles de homicidio por encargo son ilimitados, inagotables, pues
como bien se señala, cada homicidio que se idea y cuya ejecución el autor intelectual delega
en el autor material, representa un homicidio por encargo y cada homicidio por encargo puede
tener su móvil disímil de los otros; esto es hay casos de homicidio por encargo por, venganza,
odio, rencor, satisfacción placentera, despecho o pesadumbre de amor, ansia de heredar
eliminando al interpuesto en el orden sucesorio ocultamiento de un proceso corruptivo para
asegurar sus resultados o procurar la impunidad, deudas producto del chulco, ajuste de
cuentas por deudas de narcotráfico, el concebido llamado mal reparto entre bandas de
antisociales.
Epígrafe II
ORIGEN DEL SICARIATO
Históricamente es una figura conocida por el derecho romano que reguló especialmente su
condena penal, por la particular crueldad con que se conducían estos asesinos, en el año 81
AC, pues sicario significaba el hombre daga, su nombre proviene de la palabra latina sica, que
significa puñal o daga pequeña, fácilmente ocultarle en los pliegues de la toga o bajo la capa,
para apuñalar a los enemigos políticos. Esta arma blanca dio lugar a llamar sicarius al oficio y
sicario a la persona encargada de asesinar a otra persona por orden o contrato. El sicarium
solía dirigir estos asesinatos contra los enemigos políticos de su amo. Sicario era entonces el
asesino que mataba con la sica o puñal. Actualizado a la época contemporánea, se hablaría del
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asesino que opera fundamental, pero no exclusivamente con armas de fuego. El sicario de
hoy es entonces un “pistolero”, aunque el término no sea empleado prácticamente nunca. El
término sicario fue acuñado inicialmente en la lengua italiana del siglo XIV3, mientras que el
vocablo castellano sicario ha sido incorporado en el habla latinoamericana apenas en la
segunda mitad del siglo XX a través del uso inicial en crónicas periodísticas. La
popularización del latinismo sicario convertido en un cultismo criticable obedece, a decir de
Mariano Arnal, “al prurito del periodismo por emplear terminología peculiar ligado al aire
distinguido que pretende darle al oficio de asesinar por encargo. Para ello se usa el cultismo;
que igual que el oculista y el dentista se ennoblecen con las denominaciones más cultas de
oftalmólogo y odontólogo, así también el asesino a sueldo se ennoblece con la denominación
de sicario. Esta crítica perfila al sicariato como una construcción mediática, no en su práctica
criminal, sino en la elaboración y circulación de la “etiqueta mediática” con la que esta clase
de homicidio es tratado en la esfera comunicativa. El uso posterior se caracteriza por una
marcada intención periodística de separar al matón común y corriente del sicario; al asesino
pasional o patológico del sicario y al homicida segado por la sed de venganza del sicario. En
varios diccionarios el sicario es definido como un "asesino asalariado", término que al incluir
el concepto de salario esencial para la definición del crimen y la percepción del mismo remite
a las relaciones de producción implícitas en el crimen: el autor intelectual demanda un tipo
específico de trabajo a ser realizado por el autor material contratado. Dichas relaciones de
producción serán analizadas detalladamente en el segundo capítulo. No es fácil determinar en
qué momento llegó el vocablo sicario a ser incorporado al lenguaje cotidiano de los medios,
para posteriormente pasar a ser empleado en las calles y finalmente por las autoridades
judiciales. En el uso actual del vocablo está implícita una mezcla de admiración y morbo: se
admira la capacidad de asesinar a sangre fría sin remordimiento moral o culpabilidad alguna y
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se exhibe la perversión de un negocio cuya mercancía es nada menos que la muerte de un ser
humano. Parecería que la sociedad civil guiada por la esfera mediática intenta establecer las
diferencias morales y legales entre un homicidio “convencional” y uno “por encargo”. Si bien
es cierto que seguramente durante la era de los carteles de Medellín y de Cali, bajo el mando
de Pablo Escobar o Carlos Leder respectivamente, se registró el mayor desarrollo del llamado
sicariato, y por lo tanto, el mayor uso de los vocablos sicario y sicariato, no es menos cierto
que tras casi tres décadas, ese vocablo es empleado en el castellano de la mayoría de países
iberoamericanos, incluidos Chile y España. Una noticia de agosto de 2005 en el diario chileno
La Nación, habla de “Sicarios chilenos” y afirma que en “Chile, los sicarios irrumpieron con
fuerza a principios de los 90. Un fenómeno que, aunque bastante posterior al que se registró
en países como Colombia o Venezuela, no deja de ser igualmente peligroso e inquietante. El
periodismo y la sociedad civil emplean el vocablo sicario para diferenciar un tipo de
homicidio de otro; está implícito un universo de elementos de difícil comprensión para el
ciudadano común: la premeditación, el pago por una muerte, las invisibles redes de violencia,
la religiosidad popular adaptada al crimen, la indiferencia e inoperancia de las instituciones
del estado, el vínculo del sicario con las economías ilegales, etc. En todos los países
iberoamericanos desde la frontera de México con los EEUU, hasta la Patagonia e incluida
España han aparecido en los últimos años noticias periodísticas que emplean el término
sicario en su redacción. Sospecho que tras varias décadas de violencia a manos de asesinos a
sueldo en distintas regiones de habla castellana, quienes emplean este término ya sea como
emisores o receptores de determinadas noticias consideran su utilización como algo común e
incuestionable. Es común hallar en la prensa escrita, provista con ediciones digitales,
numerosas noticias que emplean el término sicario. El vocablo sicarios opera lingüísticamente
en la frontera de dos niveles interpretativos. Por un lado, se convierte a través del uso
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cotidiano en un eufemismo en el que el vocablo empleado como un latinismo culto sirve de
herramienta estilística para refinar la aproximación a un tema escabroso e inhumano. Por el
otro, circunscribe y prácticamente tipifica a nivel mediático una clase de crimen. En los
diarios enumerados anteriormente salta rápidamente a la vista que el término es empleado sin
mayor resistencia idiomática. Su uso y reproducción remite a una aceptación generalizada por
parte de los profesionales de la comunicación en primera instancia y de autoridades civiles,
policiales y judiciales, así como de la sociedad civil, posteriormente. Aunque el tema del
sicariato ha sido parte de un número considerable de estudios realizado a lo largo de
Latinoamérica por investigadores de las distintas ramas de las ciencias sociales, no me ha sido
posible ubicar publicación alguna que aborde la creación o incorporación del vocablo al
castellano. Más bien, he detectado que el término sicario es utilizado sin reparo o duda como
cualquier otra expresión en castellano, siendo empleado incluso para operar en la traducción
desde otras lenguas o dialectos hacia el castellano. Luz Stella Castañeda y José Ignacio
Henao, investigadores de la Universidad de Antioquia, han estudiado durante varios años el
parlache, dialecto surgido en las comunas barrios populares de Medellín y difundido en el
resto de Colombia y partes de los países vecinos. La investigación recoge los principales
vocablos desarrollados por los jóvenes de los mencionados barrios de Medellín, incluidos
aquellos empleados para denominar a quien asesina “por encargo”. El término sicario aparece
empleado únicamente por los investigadores para traducir las expresiones que los jóvenes
usan. Castañeda explica en su tesis doctoral la aparición y el uso de las principales
expresiones. Al referirse a “dedicaliente”, un término desarrollado por este dialecto,
Castañeda dice que es “la formación de un vocablo compuesto con una significación nueva.
Este compuesto tiene dos acepciones en el parlache: significa tanto ‘delator’ como ‘sicario’,
‘matón’ o ‘asesino’. También están los sinónimos calentón, gatillero, pistoloco y traquet,o que
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en parlache tiene el mismo significado: violento, sicario, matón a sueldo. Participar entonces
en acciones violentas o estar vinculado a grupos delictivos dedicados al asesinato “por
encargo” es denominado en parlache “andar de calentura”. Si el sicario se moviliza en moto,
en parlache se lo denomina “asesino de la moto”, una precisión del sicario y su modus
operandi. El pedido mediante el cual se contrata el asesinato de una persona se denomina
“mandar como carteles de la droga, mafias, grupos de combate irregular, etc. Se denomina en
parlache “trabajar por oficina”. El parlache se ha introducido sin mayor problema en la
literatura contemporánea de Medellín y del resto de Colombia, llevando consigo los
imaginarios del sicario y su oficio. Castañeda ha detectado en la obra de escritores
colombianos como Fernando Vallejo La virgen de los sicarios , Germán Castro Caicedo En
secreto o Robinson Posada Sicarios School Escuela de Sicarios) el empleo, no solo de los
vocablos sicario/sicariato, sino además la reproducción de las maneras de hablar de los
jóvenes de los barrios populares de las comunas orientales de Medellín de los cuales ha salido
una cantidad considerable de sicarios al servicio de los grandes carteles, los grupos
paramilitares, las mafias locales o los grupos de delincuencia común. El parlache será un
rasgo fundamental del sicario narrado una de las formas de representación del asesino a
sueldo - en buena parte de las obras literarias y de las películas que revisaré en el tercer
capítulo de la presente investigación. El vocablo sicario es entonces ya parte fundamental de
una lengua que en prácticamente todos los países de habla castellana busca permanentemente
novedosas formas de expresión. De esta manera se intenta dar cuenta de una realidad cada vez
más cruel e inhumana, pero para la cual (aparentemente) hay cada vez más palabras. Es
posible entonces hablar de lenguajes violentos, no solo por sus niveles semánticos, sino
además por las diferentes enunciaciones que estos desarrollan en torno a la violencia, y en
especial, en torno al sicariato. El relato o discurso de la violencia es, por lo tanto, lo que
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Raymond Williams llama “una producción cultural manifiesta; limitada a los medios y a las
formas culturales”. Para Williams existe así una relación importante entre las formas sociales
prácticas culturales y las formas artísticas (representaciones de dichas prácticas culturales)
que permite formular las siguientes preguntas: ¿A través de qué medios se construye entonces
el discurso del sicario y su entorno? ¿ Qué se dice en estos enunciados del sicario? los
múltiples sicarios: mapeo de las discusiones precedentes el sicario del crimen organizado Una
primera revisión de las principales investigaciones hechas por las ciencias sociales en torno a
la figura del sicario permite detectar que, en prácticamente todas las publicaciones académicas
consultadas, el sicario latinoamericano aparece como un actor social de tipo violento,
incorporado a las distintas estructuras del crimen organizado, columna vertebral de las
llamadas economías ilegales. En cuanto a la aparición de la figura del sicario, las
publicaciones consultadas permitirían agrupar los enfoques metodológicos hallados en dos
grupos principales: lo que llamaré los textos con lecturas de vínculo y los textos con lecturas
de origen. En los textos con lecturas de vínculo se ha estudiado al sicario como un elemento
incorporado a los grupos delincuenciales o mafias de la droga vinculadas en Latinoamérica al
enriquecimiento ilícito. Bajo este enfoque el sicario es entendido por los distintos autores
como “fuerza de choque” o “brazo armado” del cartel u organización delictiva que lo
“emplea” para eliminar a sus “enemigos naturales”: la policía, los fiscales, los jueces, la
prensa, así como los demás carteles que compiten por una porción del mercado. El sicario no
es la figura central del estudio, sino apenas uno de los tantos elementos que componen la
estructura criminal y de violencia en la que se insertan los carteles de la droga. Este enfoque
tiende a hacer una lectura centrada en las economías ilegales y los respectivos Raymond
Williams, Sociología de la cultura, Ediciones Paidós, Barcelona, 1994. El concepto
economías ilegales abarca un espectro más amplio de actores que crimen organizado, medios
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especialmente los de tipo ilegal, incluido el sicariato frecuente para obtener sus propósitos o
defender sus intereses. En los textos con lecturas de origen los distintos autores le han seguido
la pista a la figura del sicario centrando su mirada en los espacios sociales y culturales en que
se origina la aparición de estos actores sociales. Este enfoque privilegia una lectura de las
condiciones sociales entre las que se destaca la débil presencia del Estado Nación, la marcada
corrupción de las distintas instancias públicas, la ausencia casi total de políticas de desarrollo
e integración de la población marginal, etc. que han facilitado la aparición de una oferta de
mano de obra especializada en el asesinato por encargo. Aunque ambos enfoques contemplan
dos perspectivas distintas en cada caso prevalece una determinada priorización o selección
temática se trata de estructuras y causas estrechamente interrelacionadas. Los dos tipos de
investigaciones centran su mirada respectivamente en extremos opuestos de un mismo y
complejo círculo vicioso marcado por aspectos de tipo social, político, económico, jurídico y
cultural. El gráfico esboza la interrelación existente entre los carteles de la droga y los
espacios urbano-marginales: Gráfico: relaciones viciosas de carteles y sicarios fuente: diseño
propio, lecturas de vínculo El Sociólogo Álvaro Camacho Guizado, director del Centro de
Estudios La clasificación propuesta no pretende afirmar que existan estudios o
investigaciones que omitan alguna de las partes del conflicto, sino simplemente destacar en
qué parte del llamado círculo vicioso ha centrado su enfoque el investigador o equipo de
investigadores. Socioculturales e Internacionales de la Universidad de los Andes, dirigió una
investigación que contempla al narcotráfico como un problema significativo para el Estado
colombiano, no solamente por la amplia mirada que hay que desarrollar para abordar el
problema, sino además por las distintas regiones involucradas en el mismo: Latinoamérica,
EEUU y Europa. Para el investigador, el ingreso obtenido por el tráfico de sustancias ilegales
se concentra en aquellas organizaciones “cuya acción contribuye decididamente a destruir
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rasgos esenciales de la formación de la Nación: narcotraficantes y aparatos armados ilegales
que retan o defienden el Estado y el orden social en su conjunto, y que lo hacen mediante el
uso desmedido y feroz de la fuerza, la corrupción, la violencia.” En este panorama, el sicario
no desaparece, pero si se ve reducido en la lectura que de la violencia colombiana se hace. Su
lectura busca determinar la función instrumental que lo compromete con la economía ilegal de
la droga y el poder de los grupos que la controlan. La “guerra interna” que vive Colombia
tiene una magnitud de difícil comprensión. Los grupos armados como las guerrillas de las
FARC-EP, ELN, EPL, los paramilitares de las AUC, el Ejército y otros actores producen al
año tal cantidad de muertos, que relegan la violencia de los sicarios a un plano casi
insignificante. Camacho Guizado se refiere en su investigación al sicario como un síntoma
más que remite al poder económico y de corrupción y violencia de los carteles de la droga. El
investigador responsabiliza al narcotráfico del proceso de concentración de la tierra destinada
al cultivo ilegal y por lo tanto de armar y financiar a grupos armados para proteger y ampliar
dichos terrenos. Según Camacho, el narcotráfico en Colombia “también en su acción criminal
ha contribuido a convertir a grandes porciones de la juventud urbana en carne de cañón: bien
sean los sicarios, bien sus víctimas.” El sicario queda entonces enmarcado por Camacho como
un actor violento con dos características: está vinculado de alguna manera con el narcotráfico
y opera en los espacios urbanos, en las principales ciudades. Este último rasgo lo diferencia de
un guerrillero o un paramilitar, sujetos violentos que operan prioritariamente en los espacios
rurales. Gilberto Medina Franco, otro investigador colombiano dedicado al estudio de los
temas de la violencia colombiana y en especial de su historia, considera en Una historia de las
milicias de Medellín, que las bandas de sicarios constituyen una organización Álvaro
Camacho Guizado, (editor), Narcotráfico: Europa, EEUU, América Latina, Publicaciones I
Ediciones, Universitat de Barcelona, 2002, Gilberto Medina Franco, Una historia de las
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milicias de Medellín, IPC, Instituto Popular de Capacitación, Medellín, 2006. Sistemática del
crimen por parte de los carteles de la droga. Los jefes de la droga han hecho de simples
jóvenes de los barrios marginales a través de un metódico adiestramiento y equipamiento –
grupos profesionales de asesinato por encargo. En un momento dado, estas bandas de sicarios
no solo operaban a favor de los intereses de los carteles a los que se debían, sino que además
eran un producto en sí mismo, entendido como proveedores de servicios con posibilidades de
ser comercializados en otras partes del país. Entonces la fuerza de trabajo del sicario podía ser
re-vendida a otros grupos delictivos del país que requerían de ese servicio. Para Medina
Franco, el sicario está ligado en un matrimonio duradero con las mafias de la droga y el
crimen organizado, quienes le proveen los “encargos” dentro y fuera de la jurisdicción del
cartel. Medina resume además otros vínculos sostenidos por los grupos de sicarios, como por
ejemplo el que las organizaciones de asesinos por encargo mantenían con la guerrilla
colombiana. La palabra que entonces vino a sustituir la del “simple” sicario es la de milicia.
El General Gustavo Pardo Ariza, comandante de la 4ª. Brigada del Ejército colombiano,
explicaba en una entrevista concedida al diario La Prensa con fecha 24 de abril de 1991, que
las milicias “es el nuevo nombre dado por las guerrillas a las antiguas bandas de sicarios del
cartel de Medellín.” Estas milicias urbanas resultaron ser, en muchos de los enfrentamientos
con la fuerza pública colombiana, un temible adversario. Medina recoge en su investigación el
testimonio de uno de los dirigentes milicianos: “Mientras realizábamos los patrullajes de
rutina, generalmente en triadas, chocábamos accidentalmente con la policía. En estos
enfrentamientos la policía llevó la peor parte y tuvo varios heridos, optando siempre por
retirarse. Estaban acostumbrados a enfrentar aquellas bandas que al menor asomo de
problema tiraban a una zanja el changón y salían corriendo, pero no estaban preparados para
enfrentarse a un grupo organizado, que se les parara en la raya, además, teníamos la gran
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ventaja que conocíamos cada recodo del terreno y ellos no”. El elemento más destacado del
análisis de Medina Franco resulta el de la pertenencia al espacio en el que el conflicto se
desarrolla. Los diferentes grupos armados que desarrollaron y vincularon bandas de sicarios a
su estructura de poder supieron aprovechar este elemento decisivo y determinante. Medina
entiende estos conflictos como tensiones violentas originadas por el odio hacia un sistema
oficial del Estado, representado. Gustavo Pardo Ariza en Gilberto Medina Franco, Una
historia de las milicias de Medellín, en los policías encargados de vigilar, controlar y reprimir
manifestaciones de violencia en determinados barrios de Medellín. Habría entonces en esta
forma de violencia una implícita motivación de revancha, de reivindicación y de odio desde
los que operaba la violencia, a su vez circunscrita a determinados barrios. Aun así, el autor
recoge en su investigación varios testimonios que señalan otra motivación, una de tipo
económico. Pablo García, líder miliciano que operó durante muchos en los barrios de las
comunas de Medellín y quien lideró en 1994 año en que fue asesinado, y las negociaciones
entre varios grupos milicianos y el gobierno nacional, explica la motivación económica de los
sicarios por asesinar policías: “Cuando los sicarios del cartel le declararon la guerra a la
policía a finales del año 1989, recuerdo que un grupo compuesto por unos 18 agentes subieron
hasta el barrio conocido como El Popular a pedir protección de las milicias. Su situación era
desesperante y estaban atrapados en los barrios donde vivían tenían que convivir con sus
verdugos: los sicarios”. El sicario al que en este caso se refiere la investigación de Medina
Franco, más allá de obedecer órdenes de los carteles, halla en la recompensa por el asesinato
de un policía una nueva motivación para su accionar: “En muchos casos los agentes eran
asesinados a mansalva cuando se dirigían al trabajo, llevando a sus hijos a la escuela, o
simplemente cuando se dirigían a la tienda de la esquina a comprar cigarrillos, de esta manera
los sicarios cobraban los dos millones que ofrecían las oficinas. Pero el agente raso también
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tenía que cuidarse de sus nuevos “colegas”, la fuerza élite, que disfrutaba de todos los
privilegios del caso y tenía dentro de sus planes, sacar del camino a los agentes que
supuestamente servían de apoyo a las bandas. Al prometer una recompensa de dos millones de
pesos colombianos, el llamado de Pablo Escobar estrechó aún más el vínculo que existía entre
el cartel y el sicario. Un vínculo que se solidificaba con la promesa económica, pero que
además apelaba a dos arquetipos de la conducta humana: el cazador y el jugador. Matar
policías era un desafío convertido en juego: había que acechar, perseguir y matar para
reclamar el premio que no solo contemplaba dinero en efectivo, sino además reconocimiento
de esa masculinidad capaz de exterminar una parte del Estado-nación que los había olvidado.
Los sicarios más “aplicados” eran tomados en cuenta para otros trabajos de mayor
responsabilidad. Otro tipo de sicario detectado por Medina Franco es el sicario de la limpieza
social. Este tipo de sicariato fue concebido para eliminar de determinadas zonas urbanas a
Pablo García en Gilberto Medina Franco, Una historia de las milicias de Medellín,
vendedores y compradores del “basuco”, un residuo contaminado con impurezas y además de
baja calidad, que resulta como subproducto en la elaboración del clorhidrato de cocaína. Los
vendedores eran grupos menores del hampa a quienes se denominaba comúnmente jíbaros,
una suerte de delincuentes comunes que intentaban hacer fortuna con la venta callejera de la
llamada “pasta”. La comercialización de este producto desarrolló una concentración incómoda
de vagabundos, mendigos, habitantes de la calle, delincuentes comunes y demás
consumidores indeseables que no podían pagar los altos precios de la cocaína refinada,
debiendo contentarse con las sobras de la cocaína de exportación. Medina Franco explica la
función de Los Priscos, un grupo de sicarios que “combatían los expendios de drogas en
Aranjuez asesinando a los jíbaros o expulsándolos del barrio, en la tarea de benefactores del
vecindario que animaba a los fundadores de esta banda delincuencial al servicio del cartel de
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Medellín. En el municipio de Envigado ocurrió lo mismo, solo que allí eran las autoridades
locales al servicio de Pablo Escobar quienes mataban a jíbaros y viciosos”. Medina Franco
abre finalmente una interesante discusión en su trabajo de investigación en el que expone la
crueldad toda crueldad es innecesaria, pero la del ejemplo citado aún más con la que opera
frecuentemente el sicario. En un capítulo de su investigación sobre la historia de las milicias
urbanas, reproduce partes de la autobiografía de Pablo García, líder de las desmovilizadas
milicias del Pueblo y para el Pueblo (MPPP), asesinado en 1994. “Allí la banda más fuerte era
La 30, unos muchachos que habían empezado como sicarios del Cartel de Medellín, con todo
el poder que había acumulado, La 30 se dedicó a matar gente de su vecindario. Cuando Los
30 cometía alguna masacre contra la población, los policías se hacían los locos”. La crueldad
de los distintos asesinatos es comentada por Medina de la siguiente manera: “Hay ocasiones
en que se ensañaban con sus víctimas; luego de acribillarlos, los amarraban de los carros y las
motos y arrastraban sus cuerpos por el barrio”. Esta descripción de los modos de asesinar y
exhibir a sus enemigos derrotados remite a una necesidad del sicario por visibilizar su poder
destructivo y de esta manera obtener el respeto que desea tener, pero del que carece. Una
operación que se inserta en lo que el antropólogo Phillippe Bourgois define como una
economía política de la violencia. Las conclusiones que Bourgois logró obtener en sus largas
investigaciones en El Barrio de 22 Gilberto Medina Franco, Una historia de las milicias de
Medellín. Pablo García en Gilberto Medina Franco, Una historia de las milicias de Medellín.
Gilberto Medina Franco, Una historia de las milicias de Medellín, p. 168. 21 Nueva York le
permitieron concluir que la violencia en espacios marginales se reproduce a través de los
sujetos que de ella participan y con ayuda de los distintos discursos que los atraviesan. Uno de
los principal responsables de la violencia en estos espacios la escuela: ("Violence organized
daily life in school to become his primary memory of formal education Over the past two
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generations, this school has effectively channeled hundreds of children into carreers of drug
dealing, violent substance abuse, social security insurance, and single motherhood”). Ante la
ausencia del padre una considerable cantidad de hogares marginales funcionan sin la
presencia del padre la violencia permite construir una suerte de nuevo patriarcado que busca
sustituir lo que Bourgois llama el patriarcado en crisis (‘patriarchy in crisis’). Surgen así como
sustitución de los espacios de sociabilización y mediación de los jóvenes con su entorno los
llamados circuitos de la ‘inner-city street-culture’, espacios en los que se despliega la llamada
cultura marginal de la calle. Las prácticas culturales de estos espacios estarían atravesadas por
rituales masculinos que, como parte de una forma de “cultura de la violencia”, están
concebidos para construir la identidad de los sujetos (mayoritariamente masculinos) quienes
ven en las distintas formas de violencia una posibilidad por ganarse el respeto de los demás
miembros de la comunidad. Bourgois sostiene que estos hogares disfuncionales en los que la
madre está trabajando y el padre ha desaparecido estimulan una lógica de la cultura callejera
que exime al padre ausente de sus responsabilidades. La escasa autoestima de estos jóvenes
busca fortalecerse a través de furtivos y promiscuos amores, consumo de alcohol y drogas,
exhibición pública de la fuerza y el poder de destrucción del que se sienten capaces. Para
Bourgois queda claro que el consumo de sustancias ilegales (crack, cocaína, marihuana, etc.)
no es directamente el problema a ser abordado por las distintas políticas públicas, sino tan
solo el síntoma de profundos conflictos: (“Substance abuse is perhaps the dimension of inner-
city poverty most susceptible to short-term policy intervention. In part, this is because drugs
are not the root of the problems presented in these pages; they are the epiphenomenonal
expression of deeper, structural dilemmas").Un similar planteamiento es de esperar en la
aproximación que se haga a la violencia que se produce en y a partir de los distintos barrios
marginales, la cual debería entenderse de manera similar: un síntoma de graves problemas
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estructurales que, sumados (25 Philippe Bourgois, In Search of Respect. Selling Crack in El
Barrio, Cambridge University Press, NY.1995), a distintas maneras de entender y explicar la
violencia, desarrolla discursos propios (“cómo me veo?) Y ajenos (¿cómo me ven?) acerca
del sicario y las formas de representarlo. La violencia en estos entornos estigmatizados
cumple importantes funciones en la construcción de las identidades. El espacio primordial
para dichas interacciones es la calle. Rolando Fernández, de la Universidad Católica del Perú,
en Lima, escribe en su investigación lo siguiente acerca de la calle: “El período juvenil se
asocia a la calle, la cual tiene que ver con el grupo de pares y su socialización en esta
convivencia. Como el hombre sólo puede hacerse a sí mismo en el espacio extra doméstico, la
calle es un espacio de aprendizaje, de activación y de representación de los mandatos
masculinos”. La violencia de los jóvenes de los barrios marginales, y con ella la de los
sicarios, no obedece únicamente a las redes de violencia en la que se cumplen órdenes de
“arriba”, sino además a la necesidad de construir los distintos modos de verse a sí mismo y de
apropiarse de las formas como otros los ven. La propuesta de Bourgois propone leer a través
de la economía política las manifestaciones del entorno para explicar la pobreza y la
marginalización social en espacios urbanos. Acerca de dos sujetos marginales Primo y Caesar
Bourgois explica ciertos rasgos de la marginalización a través de la droga (lo cual funcionaría
igualmente para la violencia y en especial para los jóvenes-sicarios): “ellos no aceptan
pasivamente su victimización estructural. Al contrario, al incorporarse a la economía ilegal y
adhiriéndose con orgullo a la cultura de la calle, persiguen una alternativa a su
marginalización social. En este proceso se convierten en agentes que administran su propia
destrucción y su sufrimiento en comunidad.” Muchos jóvenes sicarios no se definen como
víctimas de la violencia. Al contrario, las múltiples formas de violencia le permiten
desarrollar una identidad concebida para generar en el entorno temor y respeto. Una
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investigación muy importante en las lecturas de vínculo es el que viene realizando desde hace
algunos años el investigador español Carlos Resa Nestares de la Universidad Autónoma de
Madrid en torno al tema de los grupos dedicados en México al Narcotráfico. Resa Nestares
aborda y analiza el especial y singular caso de los sicarios conocidos como Los Zetas. Aquí,
el vínculo entre hombres armados y los carteles de la droga resulta evidente y ampliamente
conocido. Se trata de un escuadrón de élite de las Fuerzas Especiales del ejército mexicano
que tras cumplir misiones de control del 28 Rolando Fernández Dávila, Representaciones de
la masculinidad en adolescentes de dos grupos de diferente estrato socio económico de Lima
Metropolitana, Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2004., Phillippe Bourgois, In
Search of Respect, narcotráfico en la frontera norte de México cambiaron de “empleador”:
Entre 1999 y 2000, cambiaron de cliente y pasaron a vender sus servicios a un empresario
privado de drogas, Osiel Cárdenas Guillén. En otras palabras, privatizaron su clientela” El
estudio de Resa reafirma las relaciones de vínculo entre los grupos dedicados al
enriquecimiento ilegal y sus fuerzas de choque, dedicadas a la “protección”. Los imaginarios
de honor y valor de este grupo al servicio del cartel de la droga de Cárdenas dieron lugar a la
canción Los Zetas de Los Tucanes de Tijuana. El proceso de “privatización” de las fuerzas
armadas devela y reafirma la debilidad del estado frente al poderío económico de los
narcotraficantes. Aun así, no se trataría de una oferta de fuerza de trabajo de libre cotización
en el mercado incluso en el de las economías ilegales. Este grupo de sicarios obedece a un
patrón. Al respecto Resa apunta que Los Zetas están “sujetos a un solo cliente, lo que a la
postre le dio un cierto sentido de patronazgo”. Esta investigación será de enorme importancia
para analizar el desarrollo incorporación del sicario a las redes de poder de los carteles de la
droga. Lo que en Colombia opera como una suerte de adopción de jóvenes marginales, en
México puede ser leído como la compra una forma de privatización de la fuerza pública.
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Lecturas de origen Para algunos investigadores, el sicariato no es un fenómeno que obedezca
únicamente al uso de la violencia por parte de los carteles de la droga, sino más bien un
síntoma de la deuda social que el Estado-nación no ha podido saldar con la población más
excluida, localizada en zonas identificadas como los espacios urbano-marginales o los
llamados cinturones de pobreza. Las principales investigaciones disponibles provienen de la
academia colombiana: Alonso Salazar, José Alejandro Castaño, Arturo Alape, entre otros.
Otras aproximaciones han sido hechas desde espacios como el Programa de Estudios de la
ciudad de FLACSO Ecuador, desde el Centro de competencia en comunicación para
América Latina. Han aparecido importantes aportes al tema de la violencia – lo que en el caso
colombiano incluye al sicariato incluso en espacios de la academia europea. El sociólogo
francés Daniel Pecaut publicó en 1996 una importante investigación que intenta desarrollar
Carlos Resa Nestares, Los Zetas: de narcos a mafiosos, en Carlos Resa Nestares, El comercio
de drogas ilegales en México, Aunque en el abordará solamente las representaciones que del
sicario se hacen en la literatura y el cine y la TV, incluyo en los anexos la letra de este
narcocorrido, una visión panorámica de la violencia en Colombia. Pecaut comienza su
revisión de la alarmante violencia colombiana de la década de 1980, con una lectura histórica
del proceso político en ese país. El artículo busca, entre otros, orígenes y puntos de partida
para la violencia actual en el fracaso del Frente Nacional de 1958, aquella alianza entre
conservadores y liberales que alternaba el poder entre un bando político y el otro. Pecaut cree
que dicha alianza fue “incapaz de hacer frente a las nuevas demandas sociales”, lo que
permitiría abonar el terreno para la expansión de las guerrillas, la cara más visible de la
violencia en Colombia, pero no la única. El investigador propone una suerte de “percepción
caleidoscópica” de la violencia en Colombia. Una mirada que busca evitar el excesivo centra
miento en las manifestaciones de la violencia, para concentrarse en el origen de las
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condiciones necesarias para tal violencia. Para Pecaut, la violencia colombiana es un
complejo entramado de redes de poder político y económico. Todo acto de violencia obedece
a intereses de diversa índole. En esta lógica se inscribe también el sicario. La violencia inicial
es de tipo político, pero la violencia de los tiene una base económica. Pecaut establece un
nexo entre el surgimiento de la violencia y el rápido desarrollo “de la economía de la droga”.
Un proceso que se inició en la década de 1970 con el cultivo de la marihuana y que se
expande en la década siguiente con el cultivo de la coca. La economía de las drogas ilegales
requiere de mucho esfuerzo violento para asegurar los intereses de los carteles. La función de
los sicarios es la de eliminar cualquier obstáculo en las instancias que fuera para garantizar el
éxito de las operaciones. Pecaut halla en la escasa o nula reacción del Estado nación la
posibilidad de surgimiento de estos grupos armados al servicio de las mafias de la droga. Lo
que Pecaut finalmente lleva a discusión es la debilidad del estado colombiano para controlar
la violencia, incluida la de los sicarios. En el complejo panorama de la violencia colombiana
Pecaut propone un corte para leer por un lado el conflicto entre la guerrilla, los paramilitares y
el ejército, y por el otro lo que llama la violencia urbana. Este último tipo de violencia
centrado en las principales ciudades incluye, a más de los sicarios vinculados al asesinato de
quienes cuestionan y persiguen a los carteles, El mencionado artículo fue publicado en el
libro: Jean Michel Blanquer, Christian Gros, (editores), La Colombia bandas dedicadas a la
llamada “limpieza social”, milicias de barrio y milicias vinculadas a los grupos guerrilleros o
paramilitares. Esta violencia organizada parece opacar la violencia urbana denominada como
violencia común, entendida por Pecaut como “anomica”. Se trata de aquella violencia “hecha
de delincuencia, arreglos de cuentas, riñas y litigios ordinarios que se saldan con
innumerables asesinatos”. En este contexto, Pecaut afirma que “las bandas de sicarios de
Medellín, ante todo se han constituido para servir a los proyectos de Pablo Escobar” Pecaut
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destaca la ausencia del Estado-nación para evitar que los jóvenes de escasos recursos
económicos puedan ser reclutados por los carteles, los paramilitares o la guerrilla. El sistema
jerarquizado de las redes de sicarios al servicio del cartel de Medellín permitía a los jóvenes
ascender en la escala social, exhibir su dinero y su hombría. Pecaut hace referencia a la
llamada "cultura del tráfico de la droga". Un concepto que se refiere especialmente a la
manera de abordar y construir la vida por parte de los jóvenes-sicarios de Medellín y a su
vínculo con el crimen organizado de los carteles de la droga. Para Pecaut, esta cultura de los
sicarios aparece, a la vez, como moderna y tradicional. El sicario es moderno al subvertir el
sentido de las antiguas jerarquías, ya que en el nuevo modelo de producción alguien de
escasos recursos económicos puede llegar a tener mucho dinero e infundir temor y respeto.
Esta cultura moderna, y por lo tanto, novedosa para buena parte de los sicarios, “manifiesta el
desprecio hacia el trabajo ordinario, aquel de los padres, presentes o ausentes, que se han
humillado y plegado a las disciplinas impuestas”. El joven-sicario moderno es al mismo
tiempo tradicional, pues su cultura cotidiana “está impregnada de la religiosidad y la nostalgia
de una cultura antioqueña más o menos imaginaria”. El joven sicario es, según Pecaut, un
actor atravesado por una nueva manera de generar riqueza y con ella una vertiginoso (aunque
frecuentemente fugaz) ascenso social. El sicario ejecuta sus crímenes marcado e influido
enormemente por la religiosidad popular colombiana y en especial la de Medellín. El sicario
“no tipificado”: el debate del sicariato en ecuador La paradoja entre asesinato y devoción
católica es desarrollada en el transcurso del presente trabajo. El fenómeno del culto a la
Virgen de (“los sicarios”) y su versión mexicana del santo conocido como Malverde, serán
tema del tercer capítulo. El sicariato es un fenómeno de dimensiones casi globales. Aunque
en Ecuador el número de homicidios no alcanza las cifras de Colombia o México, el
fenómeno se ha registrado con relativa frecuencia en el territorio ecuatoriano, sin haber sido
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estudiado aún con detenimiento por las Ciencias Sociales. Importantes figuras políticas, desde
el Mariscal Sucre, hasta Jaime Hurtado, pasando por el asesinado Dr. Gabriel García Moreno,
han sido víctimas de “asesinatos por encargo”, sin que hasta el momento existan estudios
profundos y sistemáticos al respecto. La mayoría de intentos por explicar la presencia del
sicariato suelen provenir de la prensa y se limitan a intentar ligarlo a una suerte de “mal
ejemplo” llegado desde Colombia, quien a través de su “violencia generalizada” influye sobre
la realidad de países vecinos como el Ecuador. Estos relatos periodísticos no examinan a
profundidad los casos registrados, menos aún los sistematizan, sino que se limitan a esbozar
un intento de “influencia externa” en la creación de determinadas formas de violencia que
obedecerían a cierto tipo de organización y estructura surgidas en Colombia y capaces de
traspasar las permeables fronteras de ciertas naciones. Esta aproximación intenta explicar el
aumento de los casos del sicariato en Ecuador como manifestaciones violentas “inspiradas” o
“influidas” en y por el modelo colombiano. ¿La violencia se desarrolla por cuenta propia, o es
acaso imitada de otros modelos? Fernando Carrión desarrolla la idea de un sicariato
ecuatoriano que tendría algo de ambos aspectos: una suerte de dialéctica entre lo que llega de
Colombia “debido a la influencia del narcotráfico y el paramilitarismo colombiano” y las
maneras propias desarrolladas localmente en el Ecuador. La investigación de Carrión debe
ser leída como una investigación preliminar que persigue aproximarse al tema del sicariato en
Ecuador a través de aquellas noticias periodísticas que en los últimos años fueron publicadas
por la prensa local. La investigación se detiene excesivamente en el debate en torno a la
denominación del crimen. Un asesinato por encargo en Colombia o México es llamado por la
policía y los medios fácilmente sicariato. En Ecuador en cambio, dicha denominación es
empleada casi exclusivamente por los medios de comunicación, ya que la policía se niega a
usar el término sicario, debido a que “Desgraciadamente, dentro de las estadísticas todavía no
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se puede usar porque penalmente o en la parte jurídica no está tipificado como sicariato”.
Carrión señala que “el fenómeno del sicariato no es nuevo en el mundo ni Fernando Carrión,
Sicariato, en Boletín Ciudad Segura, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Sede
Ecuador, Quito, 2008. Entrevista al jefe de la Policía Judicial, publicada en El Comercio
12/24/2007. Ver anexos. Estado ausente del Ecuador”. Un lugar común que intenta polemizar
el que los jefes policiales en el Ecuador emplean la palabra “homicidio con agravante”. El
encargo, pago y demás aspectos del “contrato” serían entonces agravantes del homicidio
cometido. La investigación busca que las autoridades acepten el fenómeno del sicariato como
un “homicidio por remuneración”, por lo que no persigue en primera línea explicar a qué tipo
de organizaciones legales o ilegales remite el sicariato, sino a que las distintas instituciones
del estado asuman la magnitud del problema. El debate exclusivamente mediático para
determinar si los asesinatos “por encargo” cometidos en el Ecuador se deben a la
“importación” de profesionales con un cierto “know how” delictivo colombiano, o a un tipo
de homicidio desarrollado en Ecuador. La discusión es obvia y pretende definir el fenómeno
como un hecho real y de importantes magnitudes. Carrión pregunta: “pese a que este delito
ocurre en el Ecuador, constantemente se niega su existencia. ¿Por qué esta paradoja? Ello
remite a complejas estructuras y redes de poder cuyos intereses difícilmente pueden ser
identificados con la metodología empleada por Carrión, la cual se centró únicamente en las
noticias periodísticas acerca de sicarios y sicariato publicadas en los principales diarios del
Ecuador (El Universo, El Comercio y Hoy) entre enero de 2007 y abril de 2008. Si bien es
cierto que el corte temporal de 16 meses puede arrojar datos interesantes, se trata de un
problema fundamentalmente de diversidad de fuentes. El enfoque se centra excesivamente en
los relatos periodísticos, lo que deja fuera del análisis otras fuentes: informes policiales y
fiscales, procesos judiciales, entrevistas a actores, cómplices y testigos, literatura, cine
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(popular) y música, al igual que la tan polémica “percepción ciudadana”. En cuanto a los
datos recogidos de los diarios, el mismo Carrión advierte las limitaciones de esta
metodología: la información es limitada y sin cobertura nacional proviene de aquellas
ciudades en las que el medio tiene corresponsales; se desconocen los criterios de selección y
edición del medio (escasa sistematización de los casos): se publican lo que merece “ser
noticia”; el procesamiento es parcial, ya que no se profundiza la problemática más allá del
hecho noticioso. Estas limitaciones metodológicas remiten a determinados desaciertos
conceptuales, puesto que la noticia de prensa debe ser entendida Fernando Carrión, Sicariato.
Al respecto la legislación chilena hace una importante distinción. Los sicarios chilenos
afirman que no operan por encargo. Para eso intentan demostrar que el asesinato fue por robo,
ya que el Código Penal contempla penas menores para un homicidio simple, mientras que en
un homicidio calificado (con premeditación, alevosía o remuneración) las penas son más
altas. Ver: Figura penal del sicariato en Chile, publicado en http://www.lanacion, cl el 7 de
agosto de 2005, en todo momento como una forma de representación y, por lo tanto, como
una forma de un discurso. Las fuentes seleccionadas para dicho estudio permiten entender
algunas de las formas de relato que en torno al sicario se elaboran, pero de ninguna manera a
las condiciones sociales, políticas, económicas y culturales que posibilitan el surgimiento y el
desarrollo de esta forma de violencia. Más allá del estado y los carteles de la droga está la
memoria juego de identidades ¿Quién es el sicario que atemoriza con sus asesinatos por
encargo? ¿Es posible hablar de manera general de un tipo de sicario? ¿Existe un estereotipo
de joven-sicario? ¿Cómo son contextualizados los aspectos históricos y económicos de esta
forma de violencia? El intento por circunscribir al sicario a un rango de edad, procedencia
socioeconómica, composición familiar y demás, permite sistematizar desde la perspectiva
sociológica la realidad del fenómeno del sicariato. Aun así, se corre el peligro de estereotipar
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las distintas identidades reduciéndolas a “La identidad violenta del sicario”. Un ejercicio que,
al tiempo que niega la construcción y afirmación de otras formas de identidad, intenta remitir
a una cultura de la violencia como esencia de los espacios de pobreza de la que proviene, con
lo que se omite la economía política implícita en tales formas de violencia. Xavier Andrade,
antropólogo de FLACSO Ecuador, advierte los problemas implícitos en los estereotipos que,
alrededor de la identidad cultural, se enuncian: “los estereotipos constituyen
conceptualizaciones dominantes que homogenizan las diferencias culturales. Al negar la
diversidad interna, emplean el concepto de cultura de una manera perversa, negando la
naturaleza dinámica y contradictoria de la misma al estereotipar se clasifica la cultura como
algo estático”. Un número mayoritario de sicarios de las ciudades latinoamericanas
comenzaron sus actividades delincuenciales en su adolescencia, o incluso en la niñez. Las
condiciones de exclusión a las que se ven sometidos estos jóvenes hacen muy difícil una
posibilidad real de entablar con el otro una “larga y profunda conversación. El otro existe para
matarlo o secuestrarlo, el otro no existe Xavier Andrade, “Culture” as Stereotype: Publicases
in Ecuador, en Anthropolgy beyond culture, edited by Richard G. Fox and Bárbara J. King,
Berg Publishers, NY. 2002 para escuchar de él lo que piensa.” Los jóvenes de los barrios
marginales no sienten un reconocimiento en dos aspectos para ellos fundamentales: el que son
jóvenes y el que recorren y habitan la misma ciudad que los excluye. En la búsqueda de
publicaciones sobre sicarios encontré un número considerable de estudios que más allá de la
aproximación a organizaciones delictivas, mafias de la droga o grupos armados que defienden
o desafían al estado, existe un ser humano atrapado en una paradoja: ser un victimario que a
su vez es victimado. Se trata de investigaciones que centran su mirada en la persona
empujada, reclutada, obligada, seducida o engañada por el sicariato y sus distintas promesas
de una “vida mejor”. Al mismo tiempo, son sujetos que construyen su identidad en torno a las
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múltiples formas de violencia como construcción de otras identidades. La mayoría de estos
estudios abordan la figura del joven-sicario desde la comunicación a través de la narración
autobiográfica o el relato urbano. He optado por llamar a estas investigaciones estudios de la
memoria. He revisado para la presente investigación textos de autores como Arturo Alape
(Ciudad Bolívar, La hoguera de las ilusiones), Alonso Salazar J., (No nacimos pa semilla),
José Alejandro Castaño (¿Cuánto cuesta matar a un hombre? Relatos reales de las comunas de
Medellín) o Pascual Serrano (Sicarios en Medellín, conviviendo con la muerte). Considero
que dichos textos deben ser tratados como relatos que operan como discursos elaborados. Si
bien es cierto que se trata de importantes recopilaciones que a través de la voz del propio
sicario narran y reconstruyen los distintos procesos históricos que hicieron posible el
desarrollo de un sicariato de la magnitud y alcance del caso colombiano, existe en la
propuesta un problema: los autores mencionados sustituyen la mirada sociológica que ubica al
sicario como objeto de estudio, por una aproximación más histórica y literaria. Este enfoque
es válido en cuanto intento por activar el acto de recordar las experiencias vividas. Un
recordar apoyado en aquello que Halbwachs llamó “los marcos sociales de la memoria”
(familia, religión, clases sociales, escuela). Sin embargo, al individualizar las distintas
trayectorias de estos sujetos de violencia, se vuelve más difícil el intento de contextualizarlas
en historias más amplias. En el segundo y tercer capítulo respectivamente revisaré los
mencionados trabajos como documentos que contribuyen a la construcción del discurso del
sicario, y además de ciertas miradas que condicionan las características de los productos
culturales como la literatura, el cine y la 45 Arturo Alalpe, Voces en el Taller de la Memoria,
Revista de Estudios Sociales No. 24, CESO, Centro de Estudios Socioculturales e
Internacionales, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de los Andes, Bogotá, 2006.
Maurice Halbwachs, Los marcos sociales de la memoria, Barcelona, Anthropos, 2004,
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televisión. Estos estudios de la memoria se adentran en una memoria individual para intentar
convertirla en la memoria de un colectivo mayor al que nadie le ha dado la palabra. Este
ejercicio testimonial remite a un problema de discurso per formativo que analizaré en el
siguiente capítulo. LA (S) MEMORIA (S) DE LA OTRA CIUDAD Arturo Alape contempla
su estudio sobre la memoria de los jóvenes en los barrios marginales de Ciudad Bolívar como
una aproximación interdisciplinaria: “desde la psicología en sus historias clínicas, desde la
antropología y sus historias de cultura, desde la sociología como una aproximación a
experiencias de comportamientos sociales, desde el periodismo como construcción de una
realidad, y desde la literatura como escritura totalizante”. Alape narra en sus crónicas la
profunda necesidad de los jóvenes de Ciudad Bolívar por ser aceptados como jóvenes:
“queremos que nos entiendan, porque somos jóvenes con los mismos conflictos que tienen los
jóvenes en el país: tenemos problemas familiares, problemas educativos, vivimos entre todo
tipo de violencia y drogadicción, somos de origen muy humilde, pero somos jóvenes.” Alape
propone en varios apartados de sus crónicas la relación del joven con la ciudad, con la ciudad
que no lo reconoce. Una ciudad que al estar oculta bajo la ciudad oficial se convierte en la
otra ciudad. ¿Qué futuro ofrece la “gran ciudad” a los jóvenes? ¿Es únicamente para las clases
acomodadas? ¿No hay otra salida que la violencia? Alape combina las voces de quien habla y
de quien escucha, un ejercicio de recordar y reconocer simultáneamente al mismo y al otro. El
diálogo incluye temas como la familia, la amistad, la vida y la muerte. El estudio describe la
actitud excluyente de los habitantes de estos barrios de Ciudad Bolívar, quienes excluyen al
“ajeno” al barrio: “Cuando llego a la zona, de inmediato siento el rechazo de alguien que está
excluido por la ciudad. El excluido socialmente también excluye al otro que llega, la
exclusión se vuelve también una manera de ser socialmente para enmascarar la necesidad de
sobrevivir.” El estudio de Alape construye un relato que debe ser leído con prudencia.
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Aunque intenta ser la memoria de los jóvenes de Ciudad Bolívar, es un relato elaborado para
fines específicos. Alape descifra ciertas lógicas que operan en el mundo de estos jóvenes
asesinos: vivir a prisa y en peligro permite recibir mucho dinero. El joven tiene Arturo
Alalpe, Voces en el Taller de la Memoria, Arturo Alalpe, Voces en el Taller de la Memoria,
Entonces la posibilidad de vivir una vida de lujos en los pocos años que le quedan, ya que
sabe de antemano que la mayoría de sicarios no llega a cumplir los 20 años. Así, cuanto más
temprano se enrole un joven, más tiempo tendrá para vivir la nueva vida. Para Alonso Salazar,
existe un sicario (fundamentalmente urbano) que obedece de manera directa a la
descomposición social que se produce en los barrios populares. “En la raíz de esa violencia
masiva de los jóvenes están factores estructurales de exclusión económica y simbólica y
procesos culturales complejos en los que se ligan al mismo tiempo valores arcaicos y procesos
consumistas.”50 Salazar desarrolla una aproximación el primer estudio sobre la violencia
urbana en Colombia en la que el sicariato no es entonces una opción más, por el contrario, es
por lo general la única opción “real” para todo joven que intenta realizar sus sueños. El
sicariato no interrumpe el proceso de desarrollo del joven que vive en los barrios excluidos,
sino que redirección a un desarrollo suspendido anteriormente debido a las inexistentes
posibilidades de inclusión social. Los sicarios de estos barrios suelen provenir de los
segmentos jóvenes de la población marginal. Salazar considera que los jóvenes-sicarios son
parte de “un sistema de control territorial desplegado en los distintos barrios marginales.”51
En la amplia escala de violencias que registra Colombia, Salazar ha desarrollado los
conceptos de macro violencias y micro violencias. Las primeras se relacionarían con la
violencia de escala mayor: Estado, Fuerzas Armadas regulares e irregulares, e incluso una
porción considerable del crimen organizado y los actos violentos que los mismos cometen
contra ciertos sectores del Estado o de la misma sociedad. Las llamadas micro violencias
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darían cuenta de los actos violentos “menores” o crímenes cotidianos tales como homicidios
comunes o no vinculados, asaltos, riñas, robos, etc. Esta diferenciación permite establecer
relaciones en las redes de violencia entre los actores mayores y la violencia visible de los
distintos barrios. El sicario dependiendo de la organización a la que pertenece puede operar
en ambos niveles. La aproximación de Salazar es ante todo de tipo sociológico. El autor
cuestiona profundamente el abandono de los jóvenes – especialmente de aquellos de sectores
populares – por parte del estado y la sociedad. El estudio recurre a testimonios individuales
para elaborar el mapa de una responsabilidad que la sociedad elude permanentemente. En
Arturo Salazar, No nacimos pa’ semilla. Alonso Salazar, Sicarios. Una mirada a las violencias
colombianas, en Feixa, Carlos; Molina, Fidel; Alsinet, Carles; (editores). Movimientos
juveniles en América Latina. Pachucos, malandros, punketas, Ariel, Barcelona, 2002, la
lectura histórica de los testimonios recopilados por Salazar está el punto de partida para el
análisis detallado de los factores que posibilitaron que Medellín se convirtiera en la “ciudad
más peligrosa del mundo”. Salazar hace un breve inventario de las formas de violencia
urbana: sicariato por orden de los carteles, “limpieza social” ordenada por vecinos o
comerciantes de distintos barrios, milicias vinculadas a las AUC o la guerrilla. La pregunta
central de este estudio es entonces ¿qué ha permitido / qué permite el profundo deterioro del
sentido de la vida?” El estudio de José Alejandro Castaño, ¿Cuánto cuesta matar a un
hombre?, Relatos reales de las comunas de Medellín , hace uso del mismo recurso que los
trabajos de Alape y Salazar: la memoria. El recuerdo es narrado y transcrito para ofrecer
mediante una visión “desde adentro” otras entradas al problema que aquellas habitualmente
propuestas en los convencionales discurso sobre la violencia. Uno de los valiosos aportes de
Castaño es su contextualización histórica del problema de la violencia en las comunas de
Medellín. El investigador establece para ello varias etapas: a fines de los “40 inicios de los
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50” : migración forzada campo ciudad. Proceso provocado por el desplazamiento de
población rural a raíz del surgimiento de la violencia a manos de pandillas partidistas, un
enfrentamiento entre conservadores y liberales tras el asesinato en 1948 del líder liberal Jorge
Eliécer Gaitán de 1950 a 1980: desarrollo de las comunas, nuevos barrios “populares” con
población mayoritariamente campesina y analfabeta en las estribaciones de las laderas que
rodean a Medellín. Las familias migradas a la ciudad son absorbidas rápidamente como fuerza
de trabajo en fábricas textiles, de calzado y de la industria alimenticia local de 1960 a 1980:
las nuevas generaciones de “migrantes” nacen y crecen en una suerte de abandono doble: no
son ya del campo (aunque culturalmente tienen relación con los imaginarios populares del
campo) y no son tampoco de la ciudad (habitan una urbe que los excluye sistemáticamente),
de 1970 a 1990: el negocio internacional de las drogas ilegales permite el surgimiento y la
consolidación de los llamados carteles, grupos delictivos de enorme poder que “adoptan” a los
jóvenes de las comunas como fuerza de trabajo barata para asesinatos por encargo,
ofreciéndoles así un rápido ascenso social. Esta cronología permite leer a través de un marco
histórico y social los distintos testimonios individuales recogidos por Castaño. En los relatos
no solo se reproducen los Editorial Norma, Bogotá, 2006. Diferentes imaginarios (culturales,
religiosos, mediáticos, etc.), sino que además se presentan las bases del actual panorama de
violencia de la ciudad de Medellín y, por extrapolación, de otras ciudades latinoamericanas.
Castaño elabora así el currículum del joven-sicario: reclutado, entrenado, graduado y
empleado por lo carteles de la droga o el paramilitarismo. El dinero ganado le otorga al sicario
un nuevo estatus social. Los jóvenes sicarios lo exhiben en el barrio en ropa, trago y mujeres.
Las crónicas de Castaño permiten entender la especialización del trabajo implementada por
los carteles, así como el nuevo orden social introducido en los barrios de las comunas. Solo es
alguien quien tiene dinero y un arma, obligado además a mostrarlos como símbolos de
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estatus. En la lectura que Castaño hace de la violencia el sicariato es organizado por el
narcotráfico y auspiciado por la complicidad del Estado-nación. Una de las facetas de la
violencia es la de la masculinidad del sicario, quien exhibe determinados códigos que avalan y
ratifican su poderío: armas, tatuajes y motos son algunos de los rasgos de virilidad de estos
asesinos. Castaño advierte reglas similares para las novias de los sicarios: ser (o parecer)
modelo con las consiguientes intervenciones estéticas (mamo plastia, lipoescultura,
operaciones de estética dental, entre otras) financiadas frecuentemente con el dinero que sus
novios obtienen de sus fechorías. “Cada una de las chicas tiene un novio, algunos de ellos
miembros de bandas que roban carros, extorsionan negocios y, por la suma correcta, matan y
secuestran”. Ejemplos como estos y productos mediáticos como series de TV y películas de
cine dan cuenta de determinadas formas de representación corporal de la masculinidad del
sicario. Entre los distintos artículos que revisé para esta investigación me llamó la atención
uno del investigador colombiano Pascual Serrano, Sicarios en Medellín: Conviviendo con la
muerte. Serrano logra una suerte de visión totalizadora entre los fenómenos reales y los
trabajos de representación del sicario (prensa, literatura, cine y TV). Su acercamiento
multidisciplinario al sicariato combina historia, estudios de la cultura y escritura de ficción.
Esa mirada resulta ser útil al momento de estudiar la producción, circulación y consumo de
los imaginarios (modos de hablar, vestir y actuar) que acompañan al sicario. Muchas de estas
representaciones estigmatizan a toda la población de los barrios marginales de los que suelen
provenir la mayoría de sicarios. ¿De quién se aprende la violencia? Alonso Salazar, lo explica
así: “A matar con el pretendido perdón de Dios se ha aprendido en la larga historia de
violencia en nuestro país. http://www.pascualserrano.net Y ello lo enseñó la propia Iglesia”.
Serrano destaca a un actor de la violencia colombiana mencionado apenas por Salazar: la
iglesia católica. El llamado de la iglesia en las décadas anteriores a “eliminar” liberales es sin
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duda alguna la semilla de gran parte de la violencia hoy en día desarrollada en los sectores
populares. La Iglesia Católica se encargó de legitimar ciertos tipos de violencia, entre ellas la
de eliminar a liberales y socialistas. El pecado de asesinar es definido desde el inicio de la
violencia por la iglesia católica. Contrario a toda ética universal que censura el asesinato de
todo ser humano, en Colombia se ha desarrollado una cultura de la violencia, católicamente
tolerada: “El buen comerciante le pide a la Virgen que le salga bien el negocio en el que va a
engañar a un vecino. Y en el barrio se reza para que la puñalada y el tiro sea efectivo. Es la
cultura de la camándula y el machete, que aparece ahora como la del escapulario y la mini-
uzi.58 Salazar advierte una forma de violencia arraigada en lo cultural y que remite de algún
modo al afán por el dinero que a lo largo de las últimas décadas desarrollaron los grupos
locales de poder. Serrano contrasta las estadísticas de crímenes con relatos literarios como La
virgen de los sicarios, de Fernando Vallejo. Aquello que se sabe del “bajo mundo” se
entrelaza con aquello que se dice de quienes lo habitan. Serrano – más allá de identificar los
nexos entre sicarios y carteles, la pobreza del entorno y la impunidad del estado como factores
determinantes de la violencia propone una aproximación multidisciplinaria que entiende “lo
real” y “lo representado” como inseparables. Un interesante punto de partida según el cual las
facetas históricas, sociales y económicas de esta forma de violencia producen un relato
específico en los medios de comunicación y la cultura del entretenimiento, los cuales a su vez
elaboran nuevos discursos y representaciones que pretenden mostrar con detenimiento a ese
sicario de la vida real. Construcción mediática de la violencia. La sociedad tiene un
conocimiento parcial del sicariato, condicionado por aquello que los medios de comunicación
difunden. Jenny Pontón, investigadora de FLACSO, señala que “los medios se han convertido
en el espacio que por excelencia da cuenta de la presencia de esta clase de delito a la
ciudadanía”. Es en la noticia periodística donde el sicariato invisible adquiere una forma
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visible para el ciudadano común. Aun así, la noticia apenas logra aproximarse a una porción
del suceso, por lo general el violento resultado de Alonso Salazar, No nacimos pa’ semilla.
Jenny Pontón, Asesinato a sueldo ¿Una construcción mediática?, en Boletín Ciudad Segura
asesinatos por encargo. Rara vez un periodista desarrolla un acercamiento más profundo.
Germán Rey considera que “el periodista, a diferencia de los detectives, no se preocupa por
descifrar el delito; su misión es contarlo”. Alberto Betancourt Posada, profesor e investigador
de la UNAM, ha desarrollado un importante estudio acerca del lenguaje empleado por los
medios de comunicación en el relato periodístico del sicariato. En su investigación,
Betancourt ha detectado un lenguaje periodístico destinado a la construcción de los hechos
que “presuntamente” habrían sucedido. Según el autor, ello influye en las maneras de percibir
el miedo en la sociedad. Estas formas de “sentir” el peligro llevan a la “conformación de las
percepciones públicas sobre la seguridad ciudadana, bajo cierta lógica: si esto le ocurre a los
jefes policíacos, qué podría esperar el ciudadano común?” La violencia adquiere así las
dimensiones de un suceso real que ocurre con una determinada frecuencia a lo largo de un
determinado espacio geográfico y bajo determinadas condiciones materiales, y la de un suceso
(re)construido y nutrido con ayuda del relato periodístico. Betancourt considera que las tres
acciones primordiales en el relato periodístico de un crimen son el saber, el creer y el
especular, que en la interpretación de este investigador se convierten en “estrategias
epistemológicas de la prensa El sicariato se visibiliza en la construcción mediática del hecho
y la percepción social del mismo. Los medios de comunicación no desarrollan una
explicación, sino una interpretación del suceso. Esta construcción implica un doble problema,
compuesto inicialmente por la interpretación de los medios de comunicación y seguido por la
reinterpretación con las que se narra este tipo de crímenes en productos culturales como la
literatura, el cine, la televisión y la música. En muchos casos, aquello que estructura la
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narración dramática de una novela literaria o un filme, proviene de interpretaciones
mediáticas. Circulan así los relatos mediáticos puestos a disposición de escritores,
realizadores o compositores. En el tercer capítulo analizaré las distintas interpretaciones con
las cuales se han “puesto en escena” sicariato literarios y fílmicos. Germán Rey, Los relatos
periodísticos del crimen: cómo se cuenta el delito en la prensa escrita latinoamericana,
Fundación Friedrich Ebert, Centro de Competencia en Comunicación, Bogotá, 2007. Alberto
Betancourt Posada en Germán Rey, Los relatos periodísticos del crimen: cómo se cuenta el
delito en la prensa escrita latinoamericana, Fundación Friedrich Ebert, Centro de Competencia
en Comunicación, Bogotá, 2007. Arturo Alape analiza la relación entre violencia y medios de
comunicación. Su pregunta inicial “¿son los jóvenes de Ciudad Bolívar por naturaleza,
violentos pistoloco, sicarios?” da cuenta de una percepción generalizada y estigmatizada.
Alape halló en la recopilación de la memoria colectiva en zonas urbanas de extremas
condiciones sociales en Bogotá, que la imagen de la violencia – en especial la que se refiere a
los sicarios es construida en la esfera mediática: los medios de comunicación habían dictado
cátedra escrita, visual y verbal, durante cinco años comparando a los jóvenes de esta zona con
los jóvenes de las Comunas de Medellín. Y claro, una conclusión al aire: si viven en las
mismas condiciones infrahumanas como los jóvenes de las Comunas de Medellín, por lógica
deben pensar lo mismo y por lo tanto deben actuar siempre con revólver en mano Los
comunicadores, en la tarea diaria de entregar “noticias” que generen audiencia, buscaban
historias sueltas que, sin contexto alguno, narraban fragmentos de alguna realidad
parcialmente descrita. La consigna central se puede leer como aquel intento mediático local
por probar que la “gran violencia” aquella con paramilitares, varones de la droga, sicarios y
demás, no era patrimonio exclusivo de Medellín o Cali. No existen en Ciudad Bolívar
espacios públicos diseñados para los jóvenes, muchos de los cuales – fichados por fechorías
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menores o delitos mayores hallaron en las esquinas, frente a las tiendas de barrio, el espacio
de encuentro necesario para intercambiar sueños, anécdotas, bromas y planes para obtener
algún dinero. La población adulta de estos barrios con hijas adolescentes consideraba a estos
jóvenes como (potenciales) criminales y una amenaza para las jóvenes del barrio. Así
nacieron las brigadas de limpieza social. Grupos armados contratados para “eliminar” a estos
“jóvenes peligrosos”. Los sicarios de barrio fueron asesinados por asesinos contratados por
gente del barrio. Así nacía un absurdo contra-sicariato a través del cual, a decir de Arturo
Alape, entre los “años 92 y 95 asesinan en Ciudad Bolívar alrededor de 500 muchachos de 12
a 15 años. Los asesinos, apoyados por sectores de la autoridad, incluso de la propia
comunidad y pagados por dueños de establecimientos comerciales, son grupos enmascarados
que los cogen, los llevan a un sitio y los matan a quemarropa en la Ciudad Bolívar, al sur de
Bogotá, es un barrio marginal en el que confluye la extrema pobreza social urbana con el
drama de los desplazados por la violencia armada de Colombia. La zona tiene altísimos
índices de violencia (homicidios, secuestros, robos, entre otros), ver
http://www.urbanology.org/Bogota/ 64 Arturo Alape, Voces en el Taller de la Memoria. El
sicario narrado: literatura, cine y música. El sicario ha sido estudiado principalmente desde la
sociología, la antropología y la comunicación. Al mismo tiempo, el sicario ha ido apareciendo
en las últimas dos décadas en la literatura, el cine y la música. La literatura de ficción incluye
la figura del sicario en las novelas de Fernando Vallejo (La virgen de los sicarios), de Jorge
Franco (Rosario Tijeras) o de Víctor Gaviria (El pelaíto que no duró nada). Además, el sicario
ha sido incorporado al cine en películas como Rodrigo D. No futuro (Víctor Gaviria,
Colombia, 1988). Amores Perros (Gonzáles Iñárritu, México, 2000), Sicario (José Novoa,
Venezuela, 1994) y las versiones fílmicas de las novelas antes mencionadas: La virgen de los
sicarios de Barbet Schroeder (Colombia, 2000) y Rosario Tijeras de Emilio Maillé (Colombia,
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2005), entre otras. En la música, el género que en mayor grado da cuenta del sicario es sin
duda alguna el corrido norteño o narcocorrido mexicano. Grupos como Los Tigres del norte,
Los Tucanes de Tijuana o Chuy Quintanilla están a la cabeza de las bandas más famosas con
éxitos como Jefe de Jefes, Los Zetas o la bronco negra. Un estudio importante sobre el tema,
que además aborda el intento de censura por parte del parlamento mexicano, fue elaborado
por Luís Astorga y publicado en 2005 en la revista Región y sociedad. El estudio analiza el
alcance de las canciones, la polémica de las letras y los mecanismos de censura impulsados
por distintos sectores del estado y la sociedad. Astorga advierte en el mencionado artículo la
tensión que ha surgido entre la libertad de expresión y censura ante la difusión de “homenajes
al narcotráfico”. No me ha sido posible hallar artículos, estudios o investigaciones que
analicen la procedencia de las representaciones de sicarios en la literatura, el cine o la canción
popular. Algunas publicaciones se aproximan a las obras citadas desde una perspectiva
artística, analizando los distintos códigos empleados y el mensaje desarrollado. Entre los
autores que abordan algunas de las obras citadas están Ana Serra. Mario Vargas Llosa68,
Jesús Jambrina, Carlos Echavarría o César Valencia Solanilla. Estas investigaciones analizan
las obras literarias o cinematográficas desde distintas entradas. Ana Serra estudió Luís
Astorga, Notas críticas. Corridos de traficantes y censura, En Región y sociedad, vol. XVII.
COLSON, El Colegio de Sonora, Sonora, Enero-Abril. 2005. Ana Serra, La escritura de la
violencia. La virgen de los sicarios, de Fernando Vallejo, testimonio paródico y discurso
nietzscheano, Chasqui, Revista de literatura. Nación de Chile 05.10.1999, texto disponible en
http://www.sololiteratura.com/var/lossicarios.html Jesús Jambrina, La Virgen de los sicarios:
estrategias civilizatorias en la era del desencanto, EICTV, La Habana, 2005, texto disponible
en http://www.eictv.co.cu/miradas Carlos Pineda, Entre La Sierra, Sumas y Restas y Rosario
Tijeras, en: Revista Cultura y Trabajo, diciembre 2005, ENS, Escuela Nacional Sindical,
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Medellín, 2005. César Valencia Solanilla, La virgen de los sicarios: El sagrado infierno de
Fernando Vallejo, Revista de Ciencias Humanas, UTP, Pereira, 2001, el discurso de Vallejo
en la novela La virgen de los sicarios. Vargas Llosa aprovechó su reseña sobre la misma
novela, para analizar el realismo social y el lenguaje empleado para su desarrollo. Jesús
Jambrina abordó el tema de las representaciones literarias artísticas como lecturas de lo real:
“El cine de la región no ha escapado a los estereotipos”. Echavarría estudió la relación entre
representación y realidad. Para el investigador, las películas responden a un contexto
determinado, tanto en donde se producen como lo que representan por medio del argumento”.
Valencia investigó la capacidad de la literatura por reflejar las injustas condiciones sociales.
La literatura entonces asume una determinada responsabilidad la cual, “tal vez más que nunca,
se ha encargado de revelar ese infierno de desolación que es la vida humana, condenada de
antemano a sucumbir en medio del derrumbamiento y la ausencia de futuro”. El sicario es
entendido en la mayoría de debates teóricos como un elemento violento que remite a
importantes estructuras de poder vinculadas a las economías ilegales, generalmente de los
carteles de la droga. Existe un círculo vicioso planteado por el antropólogo Michael Taussig
en My cocaine museum ("the vicious cycle of drugs to money to gold back to money") :
drogas – dinero – oro – más dinero. Considero que aunque de naturaleza material distinta,
debe incluirse en dicho círculo a la violencia: la droga genera violencia para proteger su
economía, la cual genera mucho dinero, el cual debe ser protegido, lo que a su vez produce
más violencia. Los estudios revisados abordan al sicario como parte inseparable de un
violento proceso de descomposición social y política del Estado-nación. El sicariato es parte
de una economía política de la violencia que busca desestabilizar al Estado para beneficiar la
economía de las drogas. Lo que se sabe del “sicario real” está estrechamente relacionado con
lo que en los distintos productos culturales se dice a través del “sicario ficcional”. Confluyen
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así fácilmente descripción y relato; análisis y narración. Pero, ¿cómo nacen y cómo circulan
las representaciones del sicario en la sociedad? ¿ a través de qué productos culturales? En la
presente investigación analizaré los nexos entre realidad y representación del sicario. Aunque
resulta muy difícil llegar a determinar una “Realidad Absoluta” del sicario y su oficio
criminal, creo que es posible entender y describir de manera parcial las distintas “realidades
menores” que aparecen en los diferentes discursos elaborados por los propios asesinos o por
quienes los narran a través de la palabra escrita o la imagen visual.
2.4 MEDIDAS PARA CONTRARRESTAR EL SICARIATO
Ante el avance del sicariato como institución delictiva que pretende asentarse en la
República, el Gobierno de Ecuador representado por el Ministro de Gobierno Gustavo
Jalkh, ha decidido establecer contactos con expertos colombianos y franceses, para hacer
frente a esta verdadera amenaza que se cierne sobre la eutexia ecuatoriana. Víctima del
crimen organizado, En el Ecuador buscan frenar esta tendencia delictiva los datos,
parecen avalar este diagnóstico, pues sólo en Guayaquil se ha detectado un aumento de
esta clase de crímenes.
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Epígrafe III
CUALES SON LAS SANCIONES APLICABLES A LOS QUE COMETEN EL
DELITO DE SICARIATO.
Las penas por el delito de sicariato llegarían de 22 a 26 años Tanto los autores materiales (sicarios)
como los intelectuales serían castigados con reclusión mayor especial, de igual manera la
publicidad u oferta de esta modalidad delictiva. (COIP) de la figura del sicariato en su artículo
143.- Sicariato. La persona que mate a otra por precio, pago, recompensa, promesa
remuneratoria u otra forma de beneficio, para sí o un tercero, será sancionada con pena
privativa de libertad de 22 a 26 años. La misma pena será aplicable a la persona, que en forma
directa o por intermediación encargue u ordene el cometimiento de este ilícito.
ELEMENTOS DE NOVEDAD, APORTE TEORICO Y SIGNIFICACIÓN PRACTICA EN
DEPENDENCIA DEL ALCANCE DE LA TESIS.
Elementos de novedades son: Que el sicariato van junto con el narcotráfico en todos sus
itinerarios, El alcance a esta tesis que cada día hay más homicidios por sicariato, y tenemos
como contenido de cada capítulo desde la Introducción del inicio del sicariato que tiene
muchos años en el Ecuador y en varios países de América en el que asesinan con crueldad en
el que nos llevaría a condenar al sicario con la pena a muerte y del refrán del ojo por ojo y
diente por diente, así como el que a hierro mata a hiero muere, por lo que debería someterse a
consulta para reforma la Constitución de la República del Ecuador ya que en el Ecuador no
- 95 -
existe pena de muerte, de igual manera tenemos como Antecedentes de la Investigación. Esta
investigación está directamente ligada a analizar los perjuicios ocasionados por el Sicariato,
la misma que es de remota acción contra la vida de los seres humanos, y su forma de asesinar
es muy antigua y que mantiene la relación al dar muerte a una persona por pago de encargo
siendo considerada a nivel Nacional la misma que causa terror miedo posteriormente.
LA DOCTRINA
La doctrina penal tiene en el homicidio agravado un nuevo componente: “El sicariato”, un
fenómeno social y delictivo que se está desarrollando en América Latina, original de una
vertiente delictiva común: el narcotráfico, pasando a convertirse posteriormente en una
actividad delincuencial cotidiana, no necesariamente ligada al tráfico ilícito de
estupefacientes, en países como Colombia cuna desde la que se gestó, México, Venezuela,
Brasil, Argentina, Perú y especialmente el Ecuador. El sicariato ha empezado a presentarse en
nuestro país con mayor fuerza durante estos últimos tiempos como consecuencia de una serie
de factores que generan un panorama complejo. El asesino a sueldo que es la definición de
este tipo de delincuente en realidad no es un fenómeno nuevo ni en el mundo ni en nuestro
país, lo cual quiere decir que no es un hecho delictivo que “llega desde afuera” ni que
tampoco es reciente. En el país existe sicariato desde tiempos inmemoriales, aunque desde
principios de los años noventa del siglo pasado se ha incrementado y ha cambiado
sustancialmente, debido a la influencia del narcotráfico y el paramilitarismo colombiano. Por
sus implicaciones de afectación al supremo derecho a la vida humana, por la crueldad
inhumana con la que se comete y por mercantilizar la vida de las personas, el sicariato bien
puede ser conceptualizado como un delito de lesa humanidad y el de mayor gravedad en la
escala penal, que debe ser juzgado conforme a la magnitud de la conducta de su autor, con
- 96 -
todo el rigor de la ley, en el marco de lo que dispone la Constitución. Definiciones: Según el
diccionario común: Sicario: “Asesino asalariado”. En varios diccionarios el sicario es definido
como un "asesino asalariado", término que al incluir el concepto de salario esencial para la
definición del crimen y la percepción del mismo remite a las relaciones de producción
implícitas en el crimen: el autor intelectual demanda un tipo específico de trabajo a ser
realizado por el autor material contratado. Según el concepto que maneja la Policía.- El
sicario es la persona que por encargo de otra mata a una tercera, a cambio de un ofrecimiento,
dependiendo del sujeto que va a realizar la ejecución, la víctima y los medios utilizados. Una
definición comúnmente aceptada de la palabra “sicario” se deriva de la palabra “sica” que es
una daga pequeña y fácil de esconder, que en la antigua Roma, se utilizaba para apuñalar a los
enemigos políticos, por lo que “sicario” significaba hombre-daga. En la actualidad es quien
asesina por encargo, a cambio de una compensación económica y se construye por lo general
sobre la base de un conjunto organizado de al menos cuatro actores explícitos: el contratante,
el intermediario, el ejecutor y la víctima. La ejecución en estos casos puede estar a cargo de
una o varias persona, que en muchos casos ni se conocen entre ellos. Es un apéndice donde
uno y otro se necesita mutuamente, donde ambos existen por la relación funcional que
mantienen. Pero no solo proviene del crimen organizado, sino también del conflicto de la
ritualidad de la vida cotidiana, en lugares donde la institucionalidad es precaria y las
propuestas de "mano dura" se generalizan y legitiman socialmente. De conformidad con la
teoría y jurisprudencia pena.- Para que se configure un delito debe haber cuatro elementos
indispensables: conducta, tipificación, antijuridicidad y responsabilidad. Sin embargo, el
Código Penal ecuatoriano anterior no tipificaba el sicariato como delito, por lo que este tipo
de homicidio ha estado siendo juzgado simplemente como “homicidio agravado”, categoría
legal con la que se lo designa comúnmente en países que no han desarrollado legislación o
- 97 -
tipificación de esta conducta, por lo que fue menester tipificarlo en nuestra legislación penal
como lo es actualmente en el Art.143 del Código Orgánico Integral Penal.
ORIGEN DE LA DOCTRINA.
La palabra “sicario” tiene su origen en Roma, y es aquel que procede de la palabra “sica” que
es una daga pequeña y fácil de esconder, que en la antigua Roma, se utilizaba para apuñalar a
los enemigos políticos, por lo que “sicario” significaba hombre daga. Actualmente sicario es
quien asesina por encargo, a cambio de una compensación económica y se construye
generalmente sobre la base de un conjunto organizado de al menos cuatro personas: el
contratante, el intermediario, el ejecutor y la víctima. Es un fenómeno económico donde se
comercializa la muerte, en relación a los mercados, oferta y demanda. El sicario es contratado
para un ajuste de cuentas, por justicia por propia mano o acto de intimidación ello se realiza a
cambio de una compensación económica previamente pactada. El sicariato en el país existe
desde tiempos inmemoriales, aunque desde principios de los años noventa del siglo pasado se
ha incrementado y ha cambiado sustancialmente, debido a la influencia del narcotráfico y el
paramilitarismo colombiano. El sicariato ha empezado a mostrarse en nuestro país con mayor
fuerza durante estos últimos tiempos como resultado de una serie de factores que generan un
panorama complejo puesto que es imposible recoger información en las instituciones que
deben producirla: policía nacional, policía judicial y fiscalía. En principio, como el sicariato
no es reconocido legalmente, la información oficial no da cuenta del fenómeno, pues con lo
único que se cuenta es con la información que publican los diferentes periódicos del país. El
sicariato es un fenómeno en crecimiento que tiene un alto grado de violencia, que genera un
fuerte impacto social y que es desconocido por las autoridades, pues estos no reconocen la
existencia del sicariato por lo que cuando se presentaban uno de estos casos lo juzgaban con
- 98 -
el anterior código penal como “homicidio agravado”, dejando de tomar en cuenta a las
personas que intervinieron para que este hecho se realice, esto da como consecuencia la
impunidad de los crímenes realizados. La impunidad en el sicariato es generalizada, lo cual
demuestra lo eficiente que es y la precariedad institucional del Estado, el sicario garantiza "el
trabajo" contratado y la impunidad del homicidio. El sicariato produce alarma, preocupación e
inseguridad en la ciudadanía; y pese a la inquietante frecuencia con que se realiza el sicariato
en universidad de cuenca facultad de jurisprudencia, ciencias políticas y sociales escuela de
derecho Jenny Claribel Barros Quiroga en el país, las autoridades judiciales no se encuentran
en la imposibilitadas de juzgar apropiadamente esta conducta, por falta de su tipificación en el
Código Penal anterior. En la ciudad de Cuenca no se observa índices altos de sicariato, si bien
notamos que todavía es una ciudad tranquila en donde el sicariato no se ha desarrollado en
gran magnitud, las autoridades judiciales en conjunto con la fuerza pública y ciudadanía tome
conciencia de este hecho y use medidas de protección y prevención que se recomienda para
evitar el crecimiento y ser víctima de este delito.
FUENTES DE INVESTIGACIÓN DEL SICARIATO.
Las fuentes tradicionales de Investigación como denuncias y registros policiales son
importantes pero insuficientes; ayudan a cuantificar los delitos, pero poco a conocer el
entorno, las circunstancias y las relaciones sociales organización subyacente que están detrás
de cada acto. Por eso es importante corregir las fuentes clásicas, para reducir la llamada "cifra
negra" y para conocer el fenómeno de la violencia y también empezar a recuperar y construir
nuevas fuentes de Investigación. Con este estudio de aproximación al sicariato, queda claro
que la prensa es una fuente importante; no para cuantificar el delito por qué los datos no son
representativos sino para entender la lógica en la que se comete el mismo: el lugar, el medio,
- 99 -
los victimarios y las víctimas que rodean al crimen. Sin embargo, este conjunto de fuentes no
son suficientes para entender en profundidad el sicarito, habrá que hacer estudios etnológicos,
sociológicos, antropológicos y económicos. Los diarios estudiados son nacionales, aunque
estas noticias tienen un énfasis local. Esto último no invalida el valor de las fuentes de
información para caracterizar el sicariato.
DERECHO COMPARADO
En todos los estados tiene su propia regulación y cada estado sigue sus propios precedentes.
Por lo mismo, para realizar el estudio de derecho comparado se lo verá de manera general y
poniendo ejemplos específicos que son los más conocidos e importantes en el sistema
americano, pero las decisiones citadas van a depender de cada estado donde se dicten dichos
fallos. En Colombia las Infracciones, por delito son términos que engloban a las acciones
cometidas por una persona o un grupo de personas que están penadas por la ley, la diferencia
en sus terminologías es la gravedad de los hechos y el tipo de pena que categorizan a cada uno
de ellos. Como es el caso colombiano, las acciones delictivas penadas por el Código Penal
expedido mediante Ley 599 de 2000, se convergen dentro de las categorías de delitos, siendo
el primero los de mayor gravedad y los únicos que se encuentran tipificados en el Código
Colombiano, el delito señalada en Colombia con pena privativa de la libertad cuyo mínimo
no sea inferior a tres años. El Estado colombiano tipifica los delitos de homicidio y asesinato
de la siguiente manera: Art. 103 - Homicidio - El que matare a otro, incurrirá en prisión de
trece (13) a veinticinco (25) años. Art. 104 - Circunstancias de agravación.- La pena será de
veinticinco (25) a cuarenta (40) años de prisión, si la conducta descrita en el Artículo anterior
se cometiere. Por precio, promesa remuneratoria, ánimo de lucro o por otro motivo. En Brasil
es el país, según el Barómetro de las Américas, con la tasa de homicidios más alta en la región
- 100 -
El 51,1% asegura que sabe de una asesinato ocurrido en su vecindario en los últimos 12
meses. El Código Penal de Brasil establece el sicariato (quien asesina mediante el pago
o promesa de recompensa u por otro motivo) como una forma de homicidio calificado, que
ese país sanciona con penas de 12 a 30 años de cárcel. En México Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal que establece la responsabilidad de la Secretaría de
Gobernación en: a organización de la defensa y prevención social contra la delincuencia,
creando colonias penales, cárceles y establecimientos penitenciarios en el Distrito Federal y
en los estados de la Federación, mediante acuerdo con sus gobiernos, y en el artículo 19 del
reglamento interior de la Secretaría de Gobernación, que indica que corresponde a la
Dirección General de Prevención y Readaptación Social entre otras facultades, las de: vigilar
la ejecución de las medidas de tratamiento a adultos inimputables, en el Distrito Federal y en
todo el territorio en materia federal; aplicar la ley que establece las normas mínimas sobre la
readaptación social de los sentenciados, con el fin de organizar el Sistema Penitenciario
Nacional; y coordinar los servicios de prevención de la delincuencia y de la readaptación
social Con base en estas consideraciones. en México existe una orientación deformada del
derecho penal: existen figuras injustificables y penas exageradas o inidóneas, lo que se
traduce en insufribles reproducciones de la desigualdad social y en sobrepoblación carcelaria
proveniente, en una abrumadora mayoría, de las clases sociales menos favorecidas. Se abusa
de la privación de libertad no sólo cuando se ejecutan las penas sino, lo que es más grave,
cuando aún no se han dictado. Este hecho reconocido mundialmente llevó a la Organización
de las Naciones Unidas Desde el 14 de diciembre de 1990, la ONU aprobó las Reglas
Mínimas sobre las Medidas no Privativas de Libertad.
- 101 -
CAPITULO II
MARCO METODOLOGICO
METODOS QUE SE UTILIZARAN EN ESTA INVESTIGACION
Método Inductivo
Es el razonamiento que partiendo de casos particulares, se eleva a conocimientos generales.
Método Deductivo
Método que va de lo general a lo particular.
Método Histórico
Está vinculado al conocimiento de las distintas etapas de los objetos en su sucesión
cronológica, para conocer la evolución y desarrollo del objeto o fenómeno de investigación.
METODO LOGICO
Consiste en inferir de la semejanza de algunas características entre dos objetos, la
probabilidad de que las características restantes sean también semejantes.
Método Comparativo
Como su nombre lo indica, Por intermedio de la comparación, llegar a establecer juicios de
valor.
EVALUACION DE RESULTADOS
Es decir con la formula obtener el resultado de las encuestas, con las correspondientes
preguntas, las representaciones gráficas, etc.
- 102 -
POBLACION MUESTRA Y FORMULA
n = . 20.000 .
0.1² (20.000-1) + 1
n = . 20.000 .
0.01 (19.999) + 1
n = . 20.000 .
200,99
n = 99.5074382
Su población es 99.5074382 = 100
POBLACION
MUESTRO
Abogado l ibre ejercicio 20000 600000
Fisca les 110 150
Jueces 220 245
Total 20330 600395
INVESTIGACION NUMERO
- 103 -
CUADRO DOS
QUIEN ES EL SICARIO
EL
SICARIO
ES UN
ASESINO
POR PAGO
ESTA EN AUGE
EN EL
ECUADOR
ASESINA
A SANGRE
FRIA
ES UN
FENOMENO
GENERALIZADO
SIEMPRE
TERMINA
EN HOMICIDIOS
ASESINATOS
REFERENTEMENTE
ENTRE ENEMIGOS
POLITICOS
POR
PODER
ECONOMICO
SE OFRECEN
AL MEJOR
POSTOR Y
TAMBIEN LOS
DENOMINA
GUARDIA
DE CHOQUES
AL MOMENTO
QUE LA
PRODUCCIÓN
DEL NARCO
TRAFICO
SUPERABA
TODOS
LOS LIMITES
SIN MEDIAR
EDADES
NI GENERO
NI POSICIÓN
ECONOMICA
- 104 -
En consecuencia en el cuadro dos indica quien es el sicario.
a).- El Sicario Es un Fenómeno Generalizado.
b).- Es un Asesino por pago.
c).- Está en Auge en el Ecuador
d).- Asesina a sangre Fría
Para establecer la propuesta, debe realizarse las correspondientes encuestas, Abogados en
libre Ejercicio Profesional de la ciudad de Guayaquil.
- 105 -
PREGUNTA UNO
¿Qué entiende Usted por sicariato?
Si ( ) No ( )
INDICADORES VARIABLES PORCENTAJE
SI 70 70%
NO 30 30%
TOTAL 100 100%
CUADRO No 01
70
30
SI
NO
INTERPRETACION
De las 100 personas encuestadas, 70 personas que equivalen al 70%, manifiestan que si
conocen lo que es el Sicariato y dicen que es un delito contra las personas y que consiste en
dar muerte violenta a las personas ya sea por ajuste de cuentas, por venganza, revanchismo.
Por narcotráfico o por asuntos políticos; mientras que 30 personas que equivalen al 30%,
indican no saben en qué consiste el sicariato.
ANÁLISIS. La mayoría de las personas encuestadas tiene una idea acertada acerca de lo que
es el Sicariato manifestando en forma general que se trata de un delito contra las personas que
hoy en día es muy frecuentes por cuanto a diario se informan a través de los noticieros a nivel
nacional sobre muerte violentas por ajuste de cuentas, narcotráfico.
- 106 -
PREGUNTA DOS
¿Sabe Usted que es el Sicario?
Si ( ) No ( )
INDICADORES VARIABLES PORCENTAJE
SI 20 20%
NO 80 80%
TOTAL 100 100%
CUADRO No 02
20
80
SI
NO
INTERPRETACION
De las 100 personas encuestadas, 20 personas que equivalen al 20%, indican que el sicario es
aquella persona que asesina a una determinada personas por múltiples razones y que en el
momento de darle muerte tratan de esconder su identificación para que la justicia no los
sanciones y le ordenen la prisión, y 80 personas que equivalen al 80%, indican que no
saben quién es el sicario. ANALISIS El mayor porcentaje de las personas encuestadas no
conocen que el sicario es una persona que asesina a determinada personas, por paga y/o por
encargo es decir que recibe una buena paga a fin de dar muerte mediante contrato y hace
desaparecer a sus contrarios.
- 107 -
PREGUNTA TRES
¿Es verdad que se considera al sujeto activo como autor intelectual del cometimiento del
sicariato?
Si ( ) No ( )
INDICADORES VARIABLES PORCENTAJE
SI 60 60%
NO 40 40%
TOTAL 100 100%
CUADRO No 03
60
40SI
NO
INTERPRETACION
De las 100 personas encuestadas, 60 personas que equivalen al 60%, indican que el sicario es
el sujeto activo, como autor intelectual del cometimiento del delito del sicariato, y 40
personas que equivalen al 40%, indican que no saben quién es el actor intelectual del
cometimiento del delito de sicariato. ANALISIS. El mayor porcentaje de las personas
encuestadas si conocen que el sicario es el autor intelectual que asesina a determinada
personas, por paga y/o por encargo es decir que recibe una buena paga a fin de dar muerte
mediante contrato, y hace desaparecer a sus contrarios y reciben su paga al momento de
cumplir con su contrato se dicen que el sicario no tiene derecho a fallar por cuanto no recibirá
la paga.
- 108 -
PREGUNTA CUATRO
¿Que figura delictiva de homicidios por promesa remuneratoria en nuestra sociedad, a que
delito contra la vida se adecua su tipo penal:
a:) Homicidio simple ( ) b:) Homicidio Preterintencional ( )
c:) Asesinato ( ) d:) Otro: ( )
INDICADORES VARIABLESPORCENTAJE
Homicidio Simple 30 30%
Homicidio Preterintencional 20 20%
Asesinato 40 40%
Otro 10 10%
TOTAL 100 100%
CUADRO No 4
30
2040
10 Homicidio Simple
Homicidio
Preterintencional
Asesinato
Otro
INTERPRETACION
De las 100 personas encuestadas, 30 personas que equivalen al 30%, indican que se encuentra
adecuado a su tipo penal de Homicidio Simple, y 20 personas que equivalen al 20%, se
encuentran adecuada en Homicidio Preterintencional, y 40 personas que equivalen al 40%, se
- 109 -
encuentra adecuada al Asesinato, y 10 persona que equivale al 10%, se encuentra adecuada
en otro tipo penal.
ANALISIS
El mayor porcentaje de las personas encuestadas indica que la figura adecuada es la del
cometimiento de asesinato, y que las Autoridades de turno como el Ministerio de Justicia
tiene que ordenar el mayor control, en todos los cantones de cada provincia en especial la del
Guayas, Manabí, y la Trocal, sectores que a diario se cometen asesinato al estilo de sicariato
y a su vez utilizan motocicletas para poder cumplir su contrato, y anda bien armados por lo
que es muy necesario que las fuerzas armadas conjuntamente con la Policía Nacional vigilen
y controlen todos sectores descritos.
- 110 -
PREGUNTA CINCO
¿Cree usted, que se debe considerar al sicariato y su tipificación en el régimen penal
ecuatoriano, como delito agravado por atentar contra el derecho a la vida?
Si ( ) No ( )
INDICADORES VARIABLES PORCENTAJE
SI 90 90%
NO 10 10%
TOTAL 100 100%
CUADRO No 05
90
10
SI
NO
INTERPRETACION
De las 100 personas encuestadas, 90 personas que equivalen al 90%, indican que el sicariato
debe ser tipificado como delito agravado, y 10 persona que equivale al 10% indica que no
debe ser el delito agravado, pero si desean que debe ser sancionado con todo el rigor de la
Ley.
ANALISIS. El mayor porcentaje de las personas encuestadas si saben que el delito debe ser
considerado como delito agravado ya que afecta a los derechos Humanos. Y se encuentra
considerado en el Código Orgánico Integral Penal en vigencia, con sanciones fuertes y
aplicables por los juzgadores. En todo el territorio Ecuatoriano.
- 111 -
PREGUNTA SEIS
¿Usted cree que el sicariato trabaja con gente preparada intelectualmente?
Si ( ) No ( )
INDICADORES VARIABLES PORCENTAJE
SI 70 70%
NO 30 30%
TOTAL 100 100%
CUADRO No 06
70
30
SI
NO
INTERPRETACION
De las 100 personas encuestadas, 70 personas que equivalen al 70%, indican que el sicario es
aquella persona que está preparada y que no puede fallar al momento de asesinar a una
determinada persona, y de caso contrario que no cumple no recibirá paga alguna y 30
personas que equivalen al 30%, desconocen que el sicario trabaja con personas
Intelectuales. ANALISIS. El mayor porcentaje de las personas encuestadas, conocen que el
sicario trabaja con personas Intelectuales, es decir trabaja con persona Especializadas en
asesinar a personas indefensas, y que reciben una determinada cantidad de dinero pactada
para cometer el delito
- 112 -
PREGUNTA SIETE
Usted cree que el Ministerio de Justicia de Turno deberían seguir permitiendo el ingreso de
extranjeros, a nuestro país ya que el sicariato la mayor parte son realizadas por un extranjero?
Si ( ) No ( )
INDICADORES VARIABLES PORCENTAJE
SI 40 40%
NO 60 60%
TOTAL 100 100%
CUADRO No 07
40
60SI
NO
INTERPRETACION
De las 100 personas encuestadas, 60 personas que equivalen al 60%, indican que el Ministerio
de Justicia no debe disponer el control de ingreso de extranjeros, por cuanto en ciertas
ocasiones viene por trabajo, turismo y otras actividades que benefician al país, a pesar que es
verdad que el extranjero comete el delito de sicariato, y 40 personas que equivale al 40%,
indica que el Ministerio de Justicia si debe prohibir el ingreso de extranjero a nuestro país.
Por cuanto causan inseguridad ciudadana y zozobra he intranquilidad en el Ecuador
ANALISIS. El mayor porcentaje de las personas encuestadas si está de acuerdo que el
Estado por intermedio de los Ministros de Justicia debe regular el ingreso de extranjero al
Ecuador, ya que la inmigración del hermano vecino como es el caso de los colombianos, y
como ejemplo cuando los ecuatorianos desean viajar fuera del país le pone tantas trabaja a los
ecuatoriano independiente mente del pasado Judicial o certificado de antecedentes penales.
- 113 -
PREGUNTA OCHO
¿Considera Usted que el Sicariato ha crecido cada días más en el Ecuador por falta de empleo
y problemas económicos?
Si ( ) No ( )
INTERPRETACION
De las 100 personas encuestadas, 80 personas que equivalen al 80%, indican que el sicariato
si va en aumento más por falta de empleo, y por problemas económicos, y 20 persona
encuestadas que equivalen al 20 %, indican que el sicariato aumentado por la falta de empleo
y de los graves problemas económicos de los gobiernos de turno. ANALISIS. El mayor
porcentaje de las personas encuestadas si saben que en el Ecuador no aumentado el
sicariato, por la falta de empleo, y que al no tener trabajo realizan los contratos de asesinar a
varias personas mediante el modelo del sicariato, y aún más en los actuales momentos va en
aumento el sicariato, por la grave crisis económico en toda América latina y que ha llegado
al Ecuador pro lo que es inevitable que no crezca el sicariato.
INDICADORES VARIABLES PORCENTAJE
SI 80 80%
NO 20 20%
TOTAL 100 100%
CUADRO No 08
80
20
SI
NO
- 114 -
PREGUNTA NUEVE
¿Estima pertinente que se elabore una propuesta jurídica de reforma al régimen penal, dirigida
a garantizar el derecho a la vida de las personas; tipificado como delito el sicariato con penas
privativas de libertad de treinta a cuarenta años?
Si ( ) No ( )
INDICADORES VARIABLES PORCENTAJE
SI 90 90%
NO 10 10%
TOTAL 100 100%
CUADRO No 09
90
10
SI
NO
INTERPRETACION
De las 100 personas encuestadas, 90 personas que equivalen al 90%, indican que no están de
acuerdo que se elabore una nueva propuesta, a la reforma del Código Integral Penal, y 10
persona que equivale al 10 %, indica que no están de acuerdo que se reforme el C.O.I.P. por
cuanto recién está en vigencia ANALISIS. El mayor porcentaje de las personas encuestadas
si está de acuerdo que los asambleístas reformen el COIP. Considerando que es la única
forma que se logre garantizar el derecho a la vida, aumentado la pena de 30 años a 40 años
de las penas privativa de libertad.
- 115 -
PREGUNTA DIEZ
¿Estima Usted que al sicario también lo denominan como máquina de la muerte?
Si ( ) No ( )
INDICADORES VARIABLES PORCENTAJE
SI 60 60%
NO 40 40%
TOTAL 100 100%
CUADRO No 10
60
40SI
NO
INTERPRETACION
De las 100 personas encuestadas, 60 personas que equivalen al 60%, indican que al sicariato
se lo denomina como máquina de la muerte, y 40 personas que equivalen al 40 %. No está
de acuerdo que al sicario se lo debe denomine como máquina de la muerte.
ANALISIS. El mayor porcentaje de las personas encuestadas indican que si está de acuerdo
que al sicario se lo denomine como máquina de la muerte, y como conclusión se puede
indicar que la mayoría de los encuestados manifiestan que los grabes problemas
económicos internos, y la falta de empleo en el Ecuador y de toda América del Sur, es la
causante para el crecimiento del sicariato la misma que atenta contra la vida de las personas
- 116 -
CAPITULO III
LA PROPUESTA
DISEÑAR UN ANTE PROYECTO DE LEY REFORMATORIA AL CÓDIGO ORGÁNICO
INTEGRAL PENAL EN SU ART. 143 SOBRE EL INCREMENTO EN LA SEVERIDAD
DE LA PENA POR SICARIATO PARA GENERAR UNA POLÍTICA JUDICIAL PRO
GARANTIMOS PENAL; Y, FORTALECER AL ESTADO CONSTITUCIONAL DE
DERECHO Y JUSTICIA.
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS.
En las últimas décadas el Ecuador ha sufrido profundas transformaciones económicas,
sociales y políticas. La Constitución, aprobada en las urnas, impone obligaciones inaplazables
y urgentes como la revisión del sistema jurídico para cumplir con el imperativo de justicia y
certidumbre. La heterogeneidad de los componentes del sistema penal ecuatoriano, incluida la
coexistencia de varios cuerpos legales difíciles de acoplar en la práctica, ha generado una
percepción de impunidad y desconfianza. Para configurar un verdadero cuerpo legal integral
se han considerado los siguientes aspectos:
CONSIDERANDO
Que, la Constitución en el artículo 1 Forma de Estado y Gobierno.- El Ecuador es un Estado
Constitucional de Derechos y Justicia, social, demoradito, soberano, independiente, unitario,
Intercultural, Plurinacional y Laico. Se organiza en forma de Republica y se Gobierna de
manera descentralizad. La soberanía radica en el pueblo, cuya voluntad es el fundamento de la
- 117 -
Autoridad, y se ejerce atreves de los Órganos del Poder Público y de las formas de
participación directa prevista en la Constitución. Los recursos naturales no renovables del
territorio del Estado pertenecen a su patrimonio inalienable, Irrenunciable he imprescriptible.
Que, la Constitución, en el inciso primero del artículo 424, señala que es la norma suprema y
prevalece sobre cualquier otra del ordenamiento jurídico, y por lo tanto, las normas y los actos
del poder público deben mantener conformidad con las disposiciones constitucionales;
Que, la Constitución, de conformidad con el artículo 75, reconoce a las personas el derecho al
acceso gratuito a la justicia y a la tutela efectiva, imparcial y expedita de sus derechos e
intereses, con sujeción a los principios de inmediación y celeridad, y que en ningún caso
quedarán en indefensión;
Que, el artículo 76 de la Constitución ordena que en todo proceso en el que se determinen
derechos y obligaciones de cualquier orden, como en los penales, se asegurará las garantías
que integran el debido proceso, garantías de la defensa para la persona procesada y garantías
para las víctimas, que deben ser canalizadas a través de la ley penal;
Que, la Constitución prescribe en el artículo 78 que las víctimas de infracciones penales
tendrán derecho a protección especial, a no ser re victimizadas, y a que se adopten
mecanismos para una reparación integral que incluya el conocimiento de la verdad,
restitución, indemnizaciones, rehabilitación, garantía de no repetición, y satisfacción del
derecho violado;
Que, de acuerdo con el artículo 80 de la Constitución las acciones por infracciones de
genocidio, lesa humanidad, crímenes de guerra, desaparición forzada de personas y agresión a
un Estado serán imprescriptibles;
Que, de conformidad con el artículo 76 de la Constitución, se debe establecer la debida
proporcionalidad entre las infracciones y las sanciones penales, deben existir sanciones no
- 118 -
privativas de la libertad, las que tienen que respetar los derechos de las personas y deben ser
impuestas mediante procedimientos adversa riales, transparentes, y justos;
Que, el derecho penal adjetivo debe garantizar la existencia de un sistema adversarial, que
cuente con fiscales que promuevan el ejercicio de la acción penal dentro de los principios y
fundamentos del sistema acusatorio, con defensoras y defensores públicos que patrocinen
técnicamente a las personas acusadas de cometer una infracción, y con juezas y jueces que
dirijan el proceso y sean garantes de los derechos de los participantes procesales;
Que, para cumplir lo dispuesto en el artículo 201 de la Constitución, es impostergable
modificar el actual Sistema de Ejecución de Penas por uno que tenga como prioridad el
desarrollo de las capacidades de las personas sentenciadas penalmente para ejercer sus
derechos y cumplir sus responsabilidades al recuperar su libertad, rehabilitándose y
reinsertándose en la sociedad;
Que, el sistema penal en su componente sustantivo mantiene tipos obsoletos, pues no
responde a las necesidades actuales de la población; en su componente adjetivo es ineficiente
y no ha logrado afianzar procesos justos, rápidos, sencillos, ni tampoco ha coordinado
adecuadamente las acciones entre todos sus actores; y, en su componente ejecutivo no ha
cumplido con sus objetivos y se ha convertido en un sistema burocrático y poco eficaz, lo que
justifica una reforma integral y urgente al sistema penal en su conjunto;
Que, la Asamblea Nacional de acuerdo con el artículo 84 de la Constitución, tiene la
obligación de adecuar, formal y materialmente, las leyes y demás normas jurídicas a los
derechos previstos en la Constitución e instrumentos Internacionales.
- 119 -
EN EJERCICIO DE SUS ATRIBUCIONES CONSTITUCIONALES Y LEGALES,
EXPIDE EL SIGUIENTE:
Ante Proyecto a la reforma al Código Integral Penal en su Art.143 sobre el incremento de
severidad de las sanciones por infracción Penal, que genere una política judicial
progarantismo penal, y fortalecer al Estado Constitucional de derecho y Justicia.
Art.1 Refórmese el Art.143.- Sicariato.- La persona que mate a otro por precio, pago,
recompensa, promesa remuneración u otra forma de beneficio, para sí o un tercero, será
sancionada con una pena privativa de libertad de treinta años a cuarenta años y acuerdo
reparatorio consistente en dos mil salarios básicos unificados. Igual sanción recibirá el autor
intelectual del hecho o contratante, y/o el cómplice, sin perjuicio de que se les aplique las
penas previstas para el juzgamiento de otros delitos tipificados en este mismo Código
Orgánico Integral Penal”.
Art. 2. Derógale todas las disposiciones que se opongan al texto propuesto. La presente
reforma se publicada en el Registro Oficial.
CONCLUSIONES.
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La inmensa mayoría de asesinatos son con arma de fuego en casi todas las provincias
analizadas y que la mayor causa son los ajustes de cuentas.
Por su situación de ser ciudades ubicadas en la frontera con Colombia, Esmeraldas y Lago
Agrio. La primera es la ciudad con la más alta tasa de asesinatos y homicidios; por cada
100.000 habitantes e incluso es superior a las de Quito y Guayaquil. Siguiendo Manta, que
tiene muchos asesinatos, homicidios y la presencia de bandas de sicarios.
La figura delictiva del sicariato, no es nueva; sino que no ha sido tomada en cuenta como un
tipo penal, más bien vinculado como un simple asesinato.
RECOMENDACIONES
Considerando que el primer rasgo que predomina en la población evaluada es el límite, se
recomienda trabajar en el control de los impulsos, con el fin de lograr el autocontrol y
estabilidad de las áreas afectiva y comportamental.
Al ser la personalidad antisocial, el segundo rasgo que destaca en las PPL reincidentes, es
necesario trabajar en la aplicación de valores como es el respeto hacia los demás, la
honestidad, responsabilidad, así como también el control de los impulsos Trabajar con la
visita familiar de las PPL a fin de establecer mejores relaciones afectivas con el propósito de
estabilizar el plano emocional y conductual en estas personas. Incentivar a las PPL a realizar
las actividades educativas y laborales que brinda el Centro de Privación de Libertad con el fin
de mejorar el proceso de rehabilitación y de convivencia, tanto con autoridades como con los
compañeros, para que una vez en libertad esté capacitada y dispuesta a emprender un nuevo
estilo de vida.
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RECONOCIMIENTO DEL LUGAR DE LOS HECHOS
ANEXO DETENCIÓN DE PRESUNTOS SICARIOS DE PARTE DE LA POLICÍA
NACIONAL
DE LA OFICINA DE CRIMINALÍSTICA. CON LAS EVIDENCIAS DEL MÓVIL DEL
ASESINATO POR SICARIATO
ANEXO LEVANTAMIENTO DEL CADÁVER MEDICINA LEGAL POR ASESINATO
CONJUNTAMENTE CON LA AUTORIDAD DE TURNO
ANEXO EVIDENCIA FÍSICAS DE VARIAS ARMAS SOFISTICADAS UTILIZADAS
POR LOS SICARIOS
LLANTO DE DOLOR POR FAMILIARES DE VÍCTIMAS ASESINADAS
POR SICARIOS
GRAFICOS
ASESINATO POR SICARIOS EN GUAYAQUIL EN LA PROVINCIA DEL GUAYAS
Hombre baleado afuera de hospital del IESS en Guayaquil El joven llegó a pedir
ayuda al hospital Teodoro Maldonado para huir de unos motorizados que
Presuntamente le habían disparado. El suceso ocurrió cerca de la 01:00 de este
viernes. Joven Con cinco impactos de bala fue victimado a las 23:00 del pasado
lunes Josué Ricardo Villacís Guaranda, de 27 años, en la cooperativa Carlos Castro,
en el Guasmo central.
ASESINATO POR SICARIATO EN MANTA
Pareja fue asesinada al estilo sicariato
Una pareja fue asesinada a tiros el pasado lunes cuando se movilizaban en una
camioneta en el barrio Hornillos, en la vía Macará-Zapotillo. Ciudadano asesinado al
estilo sicariato en Manta Milton Gonzalo Macías Mera, de 48 años, fue asesinado
con un disparo en la cabeza mientras libaba con un amigo.
ASESINATO POR SICARIATO EN BABAHOYO
BABAHOYO • La capital fluminense registró un nuevo hecho de sangre. Esta vez
Carolo Geovanny Parra Bajaña, de 38 años de edad, fue abatido al interior de su
vehículo cuando se encontraba estacionado al pie de la casa de su madre. Según
relataron moradores del sector eran las 21:30 cuando, Parra llegó a visitar a su
mamá y al detenerse un momento en su automotor, sujetos a bordo de dos
motocicletas aparecieron para dispararle por cuatro ocasiones huyendo de inmediato
sin dejar rastro. De inmediato salieron familiares del fallecido quienes al ver lo
ocurrido comunicaron a los miembros policiales; estos a más de realizar el
levantamiento de información que ayude a determinar lo ocurrido realizaron un
rastreo por la zona sin encontrar resultados. Esto mientras que Carolo, como era
conocido entre sus amigos fue llevado de emergencia hasta una Clínica de la
localidad donde solo se confirmó su deceso. Minutos más tarde entre gritos y llantos
de sus amigos y familiares fue dirigido hasta la morgue de Babahoyo Balazos letales
Arnoldo Romero, médico legista de Los Ríos, manifestó que al comprobar el estado
del cadáver pudo determinar que la muerte fue instantánea
ASESINATO POR SICARIATO EN QUEVEDO
ESCENA. Personal de Criminalística realizó el levantamiento del cadáver en El
Pantano
Quevedo
Una ráfaga de balas fue a lo que alertó a los habitantes del sector El Pantano
situado en la parroquia San Cristóbal sobre un nuevo hecho de sangre. Esta vez, el
crimen se registró a la altura de la calle Ángel María Zúñiga, cuando la víctima se
encontraba en una esquina y fue sorprendido por sujetos desconocidos. Lorenza M.
quien habita a unas tres cuadras del sitio, comentó que todo fue en un instante. “Yo
estaba viendo que iba a preparar para la merienda cuando escuché varios disparos
y observé que la gente salió corriendo de todos lados”, detalló la mujer. Agregó que
al salir se encontró con una fatal noticia. Allí estaba el cuerpo del joven Alex Villacís
Druez de 22 años de edad, quien desde hace un tiempo atrás se había ido a vivir a
otra ciudad con su esposa. Detalles los gritos y los lamentos rápidamente se
apoderaron de la zona. Al poco tiempo llegó Lisseth Zambrano, esposa del fallecido,
quien entre lágrimas y desesperación no entendía lo ocurrido. Ella mencionó que
ambos habitaban en el Cantón Yaguachi perteneciente a la Provincia del Guayas.
“Nosotros vinimos por fin de año, llegamos desde el día miércoles, él salió un rato a
visitar a su hermana que vive también en el sector El Pantano y fue de un momento
a otro cuando nos avisaron que estaba muerto”, dijo aún consternada. Sobre el caso,
testigos dijeron que habrían sido dos sujetos a bordo de una motocicleta quienes
dispararon contra Villacís. Una vez que detonaron varios disparos los individuos se
dieron a la fuga con rumbo desconocido. Posteriormente personal de la Policía
Judicial, Criminalística y Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes
Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros, (Dinased), llegaron al lugar de
los hechos. Tras recabar los indicios del crimen, trasladaron el cuerpo hasta la
morgue del cementerio general de Quevedo. Los familiares de la víctima realizaban
los trámites para llevar al cadáver hasta la ciudad de Santo Domingo. Por lo que los
Sicarios, el brazo armado del narcotráfico. Desde el 2004, según el experto, el
narcotráfico y sicariato se incrementaron en el país y que ahora el mundo es mucho
más inseguro
ASESINATO EN GUAYAQUIL LIDERA EL SICARIATO
Tres guerras causan muerte por encargo El sicariato en la costa Guayas En lo que
va de 2011, la Fiscalía ha receptado 147 denuncias por homicidios. De ellos, 89
corresponden al de estilo sicariato; 58 ocurridos La madrugada del 22 de junio de
2010, Juan Camilo Gañán Monsalve sufrió un atentado junto con dos compatriotas
colombianos, en el kilómetro 1 de la vía Perimetral, en Guayaquil. El extranjero logró
sobrevivir a seis balazos que recibió de presuntos narcotraficantes, cuando circulaba
en un auto alquilado, por el sector de Tres Bocas, mientras trasladaba a sus
coterráneos como parte de una ‘vuelta’ (trabajo) que había pactado en Quito, y del
que recibiría 1.000 dólares de pago. Aunque, inicialmente se lo consideró una
víctima más del hecho, la mañana de ayer fue sentado en el banquillo de los
acusados, frente a los jueces del tercer tribunal de Garantías Penales de Guayas:
debía responder a las acusaciones que le formuló el fiscal Julio Vacacela,
coordinador de la Unidad de Acción Inmediata. Esta fue creada ante la ola de
asesinatos en la provincia mediante la modalidad de sicariato, que en el año suman
89 casos, según registros de la prensa. De ellos 58 se produjeron en Guayaquil
(hasta el 28 de mayo), de un total de 147 denuncias de homicidios, presentadas en
la Fiscalía de la ciudad. Gañán fue enjuiciado por el crimen de Luis Eduardo Posada
Reyes y Jaime Restrepo Romero, quienes no sobrevivieron a los veinte balazos que
recibieron de una subametralladora calibre 3.80 otra arma de fuego rústica, siete de
los cuales impactaron en la cabeza del primero. El caso forma parte de los
expedientes que, desde inicios de este año tramitan los tribunales de Garantías
Penales de Guayas, por delitos de asesinato (la mayoría de ellos en la modalidad
sicariato), homicidio y sus tentativas. Según cifras de la Fiscalía, en lo que va de
2011, la justicia ha logrado dictar 100 sentencias por esos actos ilícitos, 77 de ellas
condenatorias, 22 absolutorias (no encontraron responsabilidad) y una mixta. De esa
cifra, 64 fueron por asesinato (51 condenatorias), 23 por tentativa de asesinato (9
absolutorias), 10 de homicidio y 3 por tentativa de homicidio. Solo en mayo, la
prensa registró 15 crímenes en manos de presuntos sicarios, 9 de ellos en la urbe
porteña. A decir del fiscal Jorge Blum, la movilidad delictiva que genera el sicariato,
especialmente en Guayaquil, se desenvuelve mediante tres guerras. La una
generada por pandilleros, particularmente Latín King y Ñetas, como parte de un
enfrentamiento tradicional en el que disputan el control interno de la pandilla.
“Después de que mataron a (José Luis) Noboa, que era líder de los Ñetas, se están
peleando ese liderazgo”, señala el fiscal, al estimar que quien llegue a ese sitial
recibiría entre 30 a 50 mil dólares mensuales, por las cuotas que cada Ñeta entrega
a la agrupación. A ese enfrentamiento, suma una guerra por disputa del territorio.
Cada pandilla defiende su sitio de operación. La segunda guerra es la que se genera
entre la delincuencia común, a través de los líderes de las bandas, que están presos
en la Penitenciaría del Litoral. “Estos dominan el interior y exterior del reclusorio, por
ejemplo, los Poveda, Choneros, Queseros, Luciano, Ramírez. Esas bandas también
se disputan territorio como el Guasmo, Isla Trinitaria, Malvinas para los robos y
distribución de la droga”, explica Blum. La tercera guerra es la que libran los
narcotraficantes (nacionales o extranjeros) y que ha hecho que Ecuador deje de ser
un país de paso de droga -proveniente de Colombia y Perú- y se vuelva un
productor. “Se disputan estos espacios los peruanos en Durán, por ejemplo, y en el
norte y sur de Guayaquil, los colombianos. Estos también se unen con ecuatorianos
para la producción nacional, ya han encontrado hasta laboratorios en sitios
cercanos”. El rechazo de la droga que queda es la que se expende a las bandas y
pandilleros, según el fiscal, lo que enlaza a las tres guerras. “Como hay pelea de
territorio en los tres, hay muertos, hay asesinatos, tipo sicariato. ¿Por qué se dan?,
porque son sapos por el no pago de la droga, pero esos traficantes también hacen
préstamos y vemos mezclado el chulco con droga y robos”. El fiscal Julio Vácacela
coincide con su compañero Blum. De las investigaciones que ha realizado en ese
tipo de casos, ha observado que muchos de ellos tienen que ver por disputa de
territorio. “La Policía utiliza el término de ajuste de cuentas cuando las personas
tienen antecedentes delictivos; yo sí he observado que las peleas que tienen es por
la disputa de los territorios, por discrepancias que surgen entre esos grupos que se
dedican al expendio de droga”, explica el funcionario. No obstante, señala que hay
casos de personas que han cometido muchos actos delictivos, como por ejemplo, el
asesinato de un ciudadano en la Isla Trinitaria de apellido Alcívar, quien tenía 13
detenciones. “Cuando ocurren estos casos (es porque) se han ganado muchos
enemigos y puede ser por alguna venganza. No solo es ajustes de cuentas”, recalca.
En la mayoría de hechos, los investigadores no han podido establecer la identidad
del autor material o intelectual del crimen. Sin embargo, Vácacela asegura que la
Unidad que coordina ha logrado establecer en algunos expedientes quiénes son los
responsables e inclusive han podido obtener órdenes de detención que van
ejecutando de a poco. “Pero sí tenemos casos, especialmente esos grupos que
disputan territorio por la venta de droga, que son los que más se están matando”,
afirma. Pero la poca colaboración que existe, especialmente de la familia de la
víctima, frena en gran medida el proceso investigativo. A decir del fiscal, inclusive
cuando tienen a los acusados en audiencia de juzgamiento, muy pocas veces se
presentan los familiares, lo que debilita el juicio. Se presume que existe temor a
correr la misma suerte del fallecido. El interesado solo llega a presentar la denuncia
y de ahí desaparece. Yo sí he observado que hay muchos casos en que las peleas
que tienen (las bandas) es por la disputa de los territorios, por discrepancias que
surgen entre esos grupos que se dedican al expendio de droga. Julio Vácacela.
SENTENCIADO POR ASESINATO AL ESTILO SICARIATO
Recibieron sentencia autores del asesinato de mujer, en cangrejal de Guayaquil
el 27 marzo, 2015 el Primer Tribunal de Garantías Penales del Guayas, condeno a
26 años de prisión a los procesados Jesús Felipe C. C. y Jonathan Agustín G. S.,
por el delito de homicidio en calidad de autores materiales, luego de que la
Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones,
Extorsión y Secuestros (Dinased) de la Policía Nacional pudo demostrar durante la
etapa de investigación que las dos personas aprehendidas eran responsables del
crimen de la señora Susana Beatriz M. R. de 25 años de edad, hecho ocurrido el 24
de septiembre del 2014 en un cangrejal, ubicado en la avenida Isidro Ayora, en el
norte de Guayaquil.
Antecedentes
Siendo las 19h00 del 24 de septiembre del 2014, la víctima llegó en compañía de
una mujer y dos niños al local situado en sauces 6, al norte de la ciudad. Poco
después ingresaron dos sujetos en una motocicleta, los mismos que se acercaron a
la mesa donde estaba Susana Beatriz M. R. y dispararon dos tiros que le causaron
la muerte, fugándose en el mismo automotor.
Investigaciones
Los equipos humanos y técnicos de Sección de Delitos Contra la Vida y Muertes
Violentas, de la Dinased, ejecutaron inmediatamente un análisis de la escena del
crimen, recogiendo testimonios que permitieron dar con el paradero de Jesús Felipe
C. C., (alias Pepe flow y Jonathan Agustín G.S., (alias Yuca).
Durante el tiempo de la investigación se realizaron varias pruebas técnico-científicas
como el cotejamiento balístico (IBIS), correlación de llamadas telefónicas,
identificación de los sospechosos por medio de la cámara de Gessel y
reconstrucción del lugar de los hechos, con todos los implicados en el caso.
Redacción Guayas.
CONTROL DE MOTOCICLISTAS DE PARTE DE LA POLICIA NACIONAL A FIN
DE EVITAR ASESINATOS POR SICARIATO QUIENES SE TRANSPORTA EN
MOTOS.EN TODA LA PROVINCIA DEL GUAYAS Y SANTA ELENA
LA POLICÍA PLANTEA MODIFICAR LA NORMATIVA DE CIRCULACIÓN DE
MOTOCICLETAS
Guayaquil. Lenin Bolaños, comandante de la zona 8 de la Policía Nacional,
presentará en los próximos días, a los alcaldes de Guayaquil, Durán y
Samborondón, una propuesta para que se modifique la Ordenanza municipal donde
se regule los horarios de circulación de las motocicletas, con el fin de aumentar los
índices de seguridad. Bolaños manifestó que es un tema de interés ciudadano.
“Solicitamos que las motocicletas circulen con restricciones en un horario que puede
ser 18h00, hasta las 06h00”.
Con esta medida se busca frenar los hechos violentos cometidos desde este tipo de
transporte. “El modus operandi de estos sujetos es actuar entre dos personas, uno
de ellos conduce y el otro apuntan con el arma al perjudicado y le arrebata sus
pertenencias, para luego huir a toda velocidad”, explicó William Aguilar, coordinador
de la Fiscalía de flagrancia.
Santa Elena
El Concejo Autónomo Descentralizado de la Libertad, en la Provincia de Santa
Elena, tiene en mesa una posible normalización para quienes transiten en
motocicleta, entre los temas a regular estaría el que solo una persona pueda viajar
en este tipo de automotor.
CRÍTICAS A VERSIÓN OFICIAL DE “AJUSTE DE CUENTAS”
Una señora de media edad se asoma a la puerta de su vivienda, una villa de dos
pisos resguardada por barrotes, a medio camino de un callejón adornado por un
parque. Desconfiada, la mujer suelta un par de frases con desgana. “No hemos
puesto la denuncia y no tenemos nada más que decir. Que Dios los bendiga”. En
este sector del Suburbio oeste de Guayaquil los extraños son vistos con recelo. En
esa casa habitaba José Albino Pesantez, acribillado en el interior de una camioneta,
en el sector de La Prosperina (norte de la urbe) el pasado 4 de abril. El hombre de
36 años estaba acompañado de Félix Rodríguez Aguayo, de 34, y de Kevin Castillo,
de 17. Según testigos, dos desconocidos dispararon contra los tres y luego huyeron
en otro vehículo. En el barrio donde vivía Pesantez los vecinos prefieren
desentenderse del hecho. La mujer tras la puerta, familiar del fallecido, pide no
seguir preguntando. Dos días después de aquel hecho, en la rueda de prensa del
Consejo de Seguridad Ciudadana del Guayaquil, el Gobernador del Guayas, Roberto
Cuero, y el comandante del Distrito de la Policía de Guayaquil, Ramiro Mantilla,
adujeron que el crimen pudo tratarse de ‘ajuste de cuentas’. Cuero repartió un
boletín estadístico para enfatizar esa hipótesis. Los dos adultos acribillados tenían
antecedentes, por supuesto robo calificado y tenencia ilícita de armas, según el
documento. Para el Gobernador, gran parte de los asesinatos “que conmocionan” en
Guayaquil tienen que ver con ‘ajustes de cuentas’. Sugirió que estos hechos son el
resultado de la lucha contra el narcotráfico. “Esto es público, cada vez que hacemos
un decomiso grande de droga, después de una semana o dos, ocurren este tipo de
hechos. Esta no es la excepción”. El martes pasado, durante una visita a Guayaquil,
el ministro del Interior, Alfredo Vera, se sumó a la hipótesis de que las muertes se
producen así. “En muchos casos las personas que han sido asesinadas por medio
del sicariato, son gente que tiene cuentas con la justicia. Se dice, entre el medio
delincuencial, que un sicario comete un delito y huye del país. ¿Cómo se descubre
quién ha sido (el autor)?”, señaló el funcionario. El adolescente que murió en el
tiroteo, en el sector la Prosperina, vivía a pocas cuadras de la casa de Pesantez. En
el barrio nadie habla de la muerte del menor. El dueño de un local advierte, entre
dientes, que no son bienvenidos “los curiosos que andan preguntando”. En
Guayaquil se registraron 615 homicidios entre enero del 2010 y el pasado 22 de
abril, según datos de la Fiscalía del Guayas. Según las estadísticas de la Policía
Judicial, de los 105 asesinatos ocurridos entre enero y el 28 de marzo pasado, el
37% de las víctimas registraba antecedentes. Desde el lado de los organismos de
Derechos Humanos, se cuestiona que se justifiquen los crímenes al tratarlos como el
resultado de ‘ajustes de cuentas’ entre bandas delictivas. “Estamos muy
preocupados por las declaraciones de autoridades de Policía y de Gobierno. Es
como justificar aquello de que quien a hierro mata, a hierro muere”, cuestiona Billy
Navarrete, secretario ejecutivo del Comité Permanente de Defensa de los Derechos
Humanos (CDH). El activista recordó que en su informe del 2010 sobre Ecuador, el
relator de las Naciones Unidas para las Ejecuciones Extrajudiciales, Phillip Alston,
sugirió que ese término para categorizar a los delitos violentos debería ser
eliminado. En Guayaquil, la Unidad de Delitos Contra la Vida está a cargo de 10
fiscales. Una de los agentes, la fiscal Luz Paz y Miño, dice que de las alrededor de
400 denuncias que llegaron a su despacho en el 2010, unas 50 se resolvieron. A su
criterio, los asesinatos en los que se presume venganza entre agrupaciones
delictivas son los que no se resuelven. Lo justifica por la falta de colaboración de las
familias de las víctimas. “Cuando hay la hipótesis del ajuste de cuentas, los
familiares no se acercan. Y si vienen, no aportan nada. Así no se puede investigar”.
La funcionaria manifiesta que, de los homicidios que están a su cargo, al menos el
70% se presentan bajo dicha figura. En ese sentido, Navarrete dice que el alto grado
de impunidad de las muertes en Ecuador es constante los últimos años. “Esos
crímenes violentos quedan usualmente sin investigación, aunque existan parientes
que reclaman justicia” manifestó. Gisela Moreira León, directora de Seguridad del
Guayas, una dependencia del Ministerio del Interior, señala que el tema de las
muertes violentas se puede trabajar desde la prevención. “Conociendo ya las
estadísticas, de dónde se producen los actos violentos, con esos datos trabajaremos
en la prevención”. Ella respalda la hipótesis de que detrás de los crímenes violentos
está el ‘ajuste de cuentas.