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ORGANIZACIÓN DEL CENTRO ESCOLAR
Familia y escuela 30/04/2014
Naiara Duarte, Lidia Ibañez, Esti Berezo, Alaitz Dueñas y Oihane Ereño
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Índice
1- Introducción 2
2- Tipología familiar 3-4
a. Prejuicios ante las familias no tradicionales
3- Factores que influyen en la participación de las familias 5-11
a. El concepto de socialización. 5-6
b. La familia como agente socializador 6
c. Escuela como agente socializador 6-7
d. Relación entre familia – escuela 7-8
e. Funciones de los padres en los centros educativos 8-10
f. Las organizaciones de madres y padres de alumnos/as de España:
confederaciones y asociaciones 10-11
4- Estrategias para fomentar la participación de las familias en la escuela 12-16
a. Importancia de incorporar a la familia en el proceso educativo 12-13
b. Elementos centrales para una relación colaborativa entre la familia
y la escuela. 13-15
c. Niveles de participación de las familias 15-16
d. Factores que contribuyen a mejorar la participación de la familia
en la escuela. 16
5- Bibliografía 17
6- Anexos 18-19
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1. Introducción
Los cambios sociales que se han producido durante la segunda mitad del siglo
pasado y la primera década del actual, muestran las modificaciones más relevantes que
han afectado a la fisonomía de las familias, dibujando una nueva realidad familiar
diversa, cambiante y compleja. Estos cambios han ocurrido por:
a) Nueva concepción del rol maternal y paternal: La entrada masiva de la mujer en el
mercado laboral extra-doméstico remunerado, y su acceso a la independencia
económica, han generado modificaciones, tanto en las relaciones de pareja como en las
responsabilidades que asumen hombres y mujeres ante la crianza de los y las menores.
Aunque queda un largo camino por recorrer para conseguir la corresponsabilidad en el
ámbito doméstico, la distribución y gestión de los tiempos de la pareja y de las familias
se han visto modificadas.
b) La incorporación de la igualdad legal entre ambos sexos: la legalización del divorcio
y los avances científicos en anticoncepción y control de la natalidad han facilitado una
procreación controlada, voluntaria y deseada. Los ciclos en los que se agota la vida en
común son más cortos, y aparecen relaciones más breves y familias de corta duración.
c) El descenso de la natalidad genera una drástica reducción del tamaño de los
hogares y una inversión de la pirámide poblacional: Al no existir un crecimiento
demográfico que garantice el relevo generacional. De este modo, nos hallamos ante un
proceso de creciente envejecimiento de la población que está generando un incremento
significativo de situaciones de dependencia. Cada vez son más las personas mayores
que necesitan cuidados.
d) El retraso en la edad, o el momento del ciclo vital en el que las mujeres se convierten
en madres: Mientras que en décadas pasadas la edad de maternidad se situaba en torno a
los 25 o 30 años, en la actualidad el promedio de edad en el que una mujer es madre por
primera vez se sitúa entre los 35 y los 40 años. Este aplazamiento de la edad para ser
madre es provocado por una inserción más tardía en el mercado laboral y, por
consiguiente, una prolongación de la vida en el hogar de los progenitores. Otro de los
factores que se apunta es la necesidad de los y las jóvenes de tener un contexto más
estable, de vivienda, laboral y relacional, para aventurarse a la experiencia paternal o
maternal. Por otro lado, también se esgrime la incompatibilidad de horarios entre la
crianza y las demandas laborales de los adultos.
Estos procesos sociales descritos afectan y configuran distintas tipologías
familiares.
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2. Tipología familiar
Familia extensa. Formada por parientes cuyas relaciones no son únicamente entre
padres e hijos. Una familia extensa puede incluir abuelos, tíos, primos y otros
parientes consanguíneos o afines.
Familias nucleares. Formadas por la madre, el padre y sus hijos e hijas biológicos.
Es la familia tradicional que, sesgadamente, constituye la referencia básica que se
utiliza en los materiales curriculares y aulas.
Familias monoparentales. Están conformadas por un solo miembro de la pareja,
madre o padre, fruto de circunstancias de viudedad, de madre soltera, de madre o
padre separado o divorciado que conviven con hijos e hijas biológicos o de la pareja
que ya no está.
Familias reconstituidas o ensambladas. Son aquellas integradas por una pareja
adulta en la que, al menos, uno de los cónyuges tiene un hijo de una relación anterior.
Familias homoparentales. Son las formadas por miembros de la pareja del mismo
sexo. Pueden adoptar hijos e hijas. Actualmente su inclusión en el sistema educativo
es muy escaso.
Según la procedencia de los miembros de la unidad familiar podemos encontrarnos
los siguientes tipos de familias:
Familias biológicas. Son las que están integradas por hijos e hijas que mantienen una
relación de consanguinidad con sus progenitores.
Familias adoptivas o acogedoras. Son aquellas que acogen a uno o varios menores
por medio del proceso de adopción, estableciendo con este o estos una relación
estable y duradera basada en los principios de amor, protección y sustento.
Familias inmigradas. Aquellas compuestas por uno o los dos miembros de la pareja
cuyo origen étnico y cultural es diferente del país en el que viven. Normalmente
poseen unas tradiciones, costumbres, rutinas, valores y normas distintas del territorio
donde se ubican.
PREJUICIOS ANTE LAS FAMILIAS NO TRADICIONALES.
La educación formal en general, se ha posicionado ignorando la diversidad
familiar lo que ha producido una serie de prejuicios sobre las familias no tradicionales.
Estos prejuicios se fundamentan generalmente en dos aspectos:
a) Ignorando la diversidad familiar: al igual que la diversidad cultural, étnica o
religiosa de su alumnado. Aunque los contenidos relativos a la familia están presentes
en el currículo, el tratamiento que se les ha dado en los materiales educativos se ha
restringido al modelo de familia convencional, asumiéndola como patrón de referencia
único y excluyente.
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b) Manteniendo prejuicios respecto a la diversidad familiar: Esta valoración social
predominante afecta a muchos docentes los cuales tienden a considerar que un niño/a
que pertenece a una familia diversa forma parte de una familia «desestructurada» y
como consecuencia, tiene mayor probabilidad de sufrir dificultades en su desarrollo y
aprendizaje.
Los centros no deben ignorar la diversidad familiar de los alumnos/as que tienen
proporcionando un clima de seguridad y acogida que les permita sentirse seguros,
valorados e integrados entre sus iguales. Para ello tienen que valorar distintos aspectos
como:
a) Revisar la decoración del centro. La decoración expresa los valores, normas y
actitudes de las personas que conviven en él. Por ello, es necesario incorporar
materiales, carteles y representaciones que incluyan la diversidad de modelos familiares
existentes.
b) Conocer la realidad familiar y tenerla en cuenta. Utilizar protocolos abiertos,
entrevistas semiestructuradas y registros flexibles que incorporen un lenguaje inclusivo,
diverso y no estereotipado, empleando términos amplios y no excluyentes con los que
se sientan identificados los miembros de cualquier modalidad familiar (por ejemplo,
familia, en lugar de padre y madre).
c) Revisar las ideas de partida, prejuicios y estereotipos de los y las docentes respecto a
la diversidad familiar. Es necesario que el profesorado se forme y conozca la abundante
literatura científica en este ámbito, en la que se expone de forma concluyente que el
bienestar psicológico y el crecimiento armónico de los niños y niñas está directamente
relacionado con las relaciones afectivas, comunicativas y la administración de normas
que constituyen el entramado socioemocional donde crecen los menores más que con la
composición de la familia.
d) Revisar el tratamiento educativo de ciertos contenidos relacionados con las familias.
La mayoría de los materiales siguen presentando una imagen única de familia, integrada
por el padre, la madre y los hermanos y hermanas. Debemos tener como criterio de
selección de los materiales curriculares, juegos, puzles, imágenes, cuentos, canciones,
poesías... la inclusión de diversos tipos de familias.
e) Mostrar una actitud abierta y respetuosa hacia la diversidad familiar en las
interacciones cotidianas del aula. Las escuelas son espacios de convivencia, donde el
docente tiene una situación de poder importante respecto a los niños/as. Son una
referencia permanente y un modelo a imitar.
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3. Factores que influyen en la
participación de las familias Antes de comenzar a explicar los factores que influyen en la participación de las
familias en los centros educativos es necesario realizar un análisis sobre las familias y la
escuela y sobre la influencia de estos sobre la persona. Sabemos que ambos son dos
agentes socializadores muy importantes en la vida de cualquier individuo, pero a pesar
de su importancia pocas veces colaboran conjuntamente con el fin de mejorar la vida de
los niños/as.
EL CONCEPTO DE SOCIALIZACIÓN.
Según James W Vander Zangen la socialización es: "El Proceso por el cual los
individuos, en su interacción con otros, desarrollan las maneras de pensar, sentir y
actuar que son esenciales para su participación eficaz en la sociedad".
Este autor también menciona esa interacción entre el individuo y los otros, ya
que se trata de un proceso recíproco. El sujeto recibe influencias externas pero el
también influye tanto en el medio como en los seres humanos con quienes interacciona.
El proceso de socialización lleva consigo dos aportaciones fundamentales para el
desarrollo psicosocial del individuo:
1. Suministra las bases para la participación eficaz en la sociedad, posibilitando que
el hombre haga suyas las formas de vida prevalentes en el medio social.
2. Hace posible la existencia de la sociedad, pues a través de ella amoldamos nuestra
forma de actuar a la de los demás compartiendo los esquemas de lo que podemos
esperar de los demás y lo que los demás pueden esperar de nosotros.
Es un proceso que dura toda la vida, podemos Distinguir dos periodos de socialización:
La socialización Primaria: Adquisición gradual por parte del niño de las maneras
de ser de los adultos que le rodean.
La socialización Secundaria: Desarrollo por parte del adulto de las conductas
asociadas con lo que se espera de su posición dentro de la sociedad.
A veces se puede dar un proceso de Resocialización, en la cual se sustituye la
socialización recibida con anterioridad por otra nueva.
Otra de las definiciones más importantes de socialización es la de Rocher: "El
proceso por cuyo medio la persona humana aprende e interioriza, en el trascurso de su
vida, los elementos socioculturales de su medio ambiente, los integra a la estructura de
su personalidad, bajo la influencia de experiencias y de agentes sociales significativos,
y se adapta así al entorno social en cuyo seno debe vivir"
Esta definición menciona a unos agentes sociales significativos que influyen en
el individuo. Estos agentes son aquellas instituciones e individuos que tienen las
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atribuciones necesarias para valorar el cumplimiento de las exigencias de la sociedad y
disponen del poder suficiente para imponerlas. Distinguimos cuatro agentes
socializadores:
1. La familia.
2. Los grupos de iguales.
3. La escuela.
4. Los medios de comunicación de masas.
LA FAMILIA COMO AGENTE SOCIALIZADOR.
La familia es la primera agrupación formal con la que interactúa el individuo,
por lo tanto, es el primer agente socializador de los seres humanos. Es insustituible en
funciones primarias como, valores, sentimientos y actitudes. Además es el primer
subsistema en el que el ser humano puede observar y practicar roles en un entorno
seguro.
Castillejo clasifica sus funciones de la siguiente manera:
Para la sociedad, el núcleo familiar al que pertenezcas significa la posición social en
la que te encuentras.
Para el individuo: la familia cumple la función de transmitir seguridad emocional y
afectiva. Esto es muy importante para el correcto desarrollo personal del individuo.
Al ser el primer agente socializador del individuo va a hacer de filtro de los
demás agentes socializadores. Por ejemplo, son los padres y madres quienes eligen el
centro al que asistirá su hijo.
Vamos a analizar los motivos por los que los padres y madres eligen un centro
educativo y no otro.
Los criterios principales son la proximidad al domicilio de residencia (79,5%)
y del trabajo (21%), seguido por la referencia que les han dado otros padres (35,2%)
y los servicios que ofrece el centro (31,6%). La imagen que se divulga de los centros
escolares es un factor clave en la elección de centro, así como la llegada de alumnado de
origen inmigrante.
Algo que influye mucho a la hora de que la familia participe o no en el centro
educativo son las expectativas que los padres y madres tengan de la educación de sus
hijos. En esto influye: el nivel de formación que tengan los padres, el interés por la
educación de sus hijos y las propias expectativas educativas.
ESCUELA COMO AGENTE SOCIALIZADOR.
Hoy en día, la escuela es uno de los principales agentes socializadores. Esto se
debe a que la educación es obligatoria y todos los niños/as deben acudir al colegio hasta
los 16 años. Es el primer ámbito en el que los niños/as aprenden a vivir en comunidad.
Los centros educativos contribuyen a formar ciudadanos más competentes cívicamente
y comprometidos en las responsabilidades colectivas, esto significa que los individuos
tienen que aprender a pensar y actuar, teniendo siempre presentes las perspectivas de los
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otros/as. Los reales decretos de enseñanzas mínimas especifican que: “forman parte
fundamental de esta competencia aquellas habilidades sociales que permiten saber que
los conflictos de valores e intereses forman parte de la convivencia, resolverlos con
actitud constructiva y tomar decisiones con autonomía. […] En síntesis, esta
competencia supone comprender la realidad social en que se vive, afrontar la
convivencia y los conflictos empleando el juicio ético basado en los valores y prácticas
democráticas, y ejercer la ciudadanía, actuando con criterio propio, contribuyendo a la
construcción de la paz y de la democracia, y manteniendo una actitud constructiva,
solidaria y responsable ante el cumplimiento de los derechos y obligaciones cívicas”.
RELACIÓN FAMILIA-ESCUELA.
M. Fernández, X.M. Souto y R. Rodríguez (2005) consideran que en el Estado
español, antes de los sesenta se diferenciaba la escuela por realizar la socialización
secundaria y la familia la primaria, pero a partir de los noventa la primera debe realizar
ambos roles, ya que, como en otros lugares, la familia ha cambiado profundamente en
este periodo de tiempo. Antes de los años sesenta la institución familiar era la
responsable de crear unos modelos de referencia de comportamiento y difundía unos
valores de colaboración y solidaridad de pequeño grupo en los cuales se descubrían los
secretos del mundo adulto. La socialización primaria llena de afectos y de simbolismo,
de tal manera que creaba un mundo infantil a partir de los cuentos, leyendas y
narraciones de los adultos, ha dado paso a una pérdida de este mundo simbólico con la
entrada del televisor en los hogares familiares, introduciendo al niño en los secretos que
antes eran preservados por los adultos: la violencia, el sexo, la incompetencia de los
propios adultos, etc.
Las familias han entrado en una nueva situación en la que no tienen criterios
claros de socialización y sus hijos/as acuden a las aulas con otro tipo de objetivos y no
la mera instrucción.
Para F. Fernández “algunas familias, por no decir la mayoría, limitan su
participación a la elección de centro, desconociendo el papel que pueden realizar más
allá y la incidencia que pueden tener, mientras que otros no conocen los cauces
adecuados, las competencias, tareas y responsabilidades”.
Ginés Martínez (2004) “pone de manifiesto la existencia de un déficit de
participación y afirma que los principales motivos de que ésta no sea la óptima son: la
ausencia de una cultura participativa; el individualismo y la ausencia de pertenencia a
una comunidad; la falta de información en la sociedad de la información; la escasa
formación sobre participación de los padres y las madres; la existencia de puntos de
desencuentro con el profesorado6; el desconocimiento que tienen los padres de que
existe relación entre participación y éxito escolar; y la falta de apoyo de la
administración”.
Es evidente que existe la percepción de que los docentes tienen poca
responsabilidad en esta comunicación y que el esfuerzo principal y los cambios los
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deben hacer las madres y padres que han de asistir más a las reuniones, interesarse e
implicarse más en el proceso de enseñanza-aprendizaje de sus hijos, etc.
Ciertamente, los progenitores han de dar pasos y hay que trabajar con ellos para
aproximarlos a la escuela y darles a conocer el rol que se espera de ellos. Pero también
resulta igualmente cierto que los docentes tendrían que aceptar la parte de
responsabilidad que les corresponde y tener presente que no todas las familias
comprenden lo que se les pide ni tienen las mismas expectativas ni pueden desarrollar el
rol esperado.
En muchas ocasiones, la institución escolar confunde informar con comunicar,
es decir, a menudo la escuela cree que con dar abundante información a las familias es
suficiente. Así puede darse la situación de que la escuela se encuentre satisfecha con la
numerosa información que da y, por otro lado, las familias no tienen la sensación de
tener los elementos necesarios que les permitirían realizar su papel. Se debería pues
pensar no sólo en informar sino en comunicar, adaptándose a las diferentes
especificidades, de la forma más adecuada para que los padres y las madres asimilen y
utilicen estas informaciones.
Rosario Mérida (2002), añade a su vez que “el profesorado se encuentra a
menudo en una cultura del trabajo individualista y aislacionista que considera el aula
su territorio particular en el que trabajar sin interferencias. Además también se
observa que en ocasiones al referirse a la participación de las familias los docentes
argumentan que no forma parte de su quehacer cotidiano y que ya tienen mucho
trabajo. Los docentes, se sienten un poco amenazados por los progenitores ya que
algunos padres confunden la participación con el intrusismo profesional cuestionando
la calidad de la formación, la validez de las propuestas, etc”.
Parece difícil pensar que en los próximos años se pueda mejorar la
comunicación si no hay un cambio de actitud por parte tanto de los docentes como de
los padres y madres en cuanto a que quizás la responsabilidad es compartida y que no
siempre lo que unos entienden como participación idónea es lo que entienden los otros.
FUNCIONES DE LOS PADRES EN LOS CENTROS EDUCATIVOS. En la legislación educativa y, concretamente, en el articulado dedicado a la
participación en los centros escolares o en los documentos e informes oficiales de la
administración se evidencia la evolución que ha experimentado el rol de las familias en
el sistema educativo español. Se ha ido reconociendo la necesidad e interés de que los
padres estén representados a través de sus asociaciones en el organigrama de la escuela,
especialmente en los Consejos Escolares.
La Ley General de Educación.
Esta ley hacía hincapié en los derechos y deberes de las familias. Todavía con una
vocación paternalista, el sistema obligaba a las familias a cumplir y hacer cumplir
las normas establecidas en materia de educación obligatoria. A la vez, los padres, y
en su caso los tutores o guardadores legales, tenían derecho a elegir los centros
docentes.
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Dos de las grandes novedades que incorporaba la ley eran, por un lado, desarrollar
programas de educación familiar para proporcionar a los padres y tutores
conocimientos y orientaciones técnicas relacionadas con su misión educadora y de
cooperación con la acción de los centros docentes. Y, por el otro, recogía el
compromiso de estimular la constitución de asociaciones de padres de alumnos por
centros escolares, poblaciones, comarcas y provincias para establecer los cauces
para su participación en la función educativa.
La ley Orgánica del derecho a la educación.
Por lo que atañe a la figura de los padres en el proceso educativo, éstos pasan a ser
considerados actores de primer orden en el proceso, ganando, por tanto, relevancia.
Así lo atestigua, por ejemplo, la libertad de los padres para elegir la formación
religiosa y moral que estimen más oportuna para sus hijos. O la intervención de los
padres, juntamente con los alumnos y los profesores, en el control y gestión de los
centros sostenidos con fondos públicos.
Ley Orgánica General del sistema educativo.
Respecto a la función de los padres en el proceso del nuevo marco educativo, la ley
subraya su absoluta importancia: ninguna reforma consistente, tanto más si se trata
de la educativa, puede arraigar sin la activa participación social. Particularmente
relevante para la consecución de sus objetivos es la participación de los distintos
sectores de la comunidad educativa, singularmente de los padres.
La Ley Orgánica de la Participación, la Evaluación y el Gobierno de los
centros docentes.
Se intentó reforzar la participación en la vida del centro, principalmente en aquellos
casos en los que se había observado que presentaba ciertas carencias, como era el
sector de los padres y madres de alumnos.
“La participación familiar en la escuela no se resiente de la desidia colectiva más
de lo que se resiente de sus propios contrasentidos. La cuestión no es la falta de
tiempo, de valores o de criterio, sino la falta de un sentido congruente de la misma
participación (…) Una primera contradicción es política, puesto que las leyes
educativas han convertido el principio de la participación ciudadana en un mero
giro retórico. La LODE colocó este principio junto a sus principales objetivos,
pero lo coartó en su articulado. Así, su texto evocaba el apoyo constitucional a la
participación, pero la reducía a la «programación específica de los puestos
escolares de nueva creación», y restringía la participación numérica de las
AMPAS en los Consejos Escolares (…) Los trabajos preparatorios de la LOPEGC,
por otro lado, indican cómo se ha institucionalizado en el sistema educativo
español un concepto de «calidad» que paradójicamente apenas menciona el cliente
del servicio (…) Según el texto (p. 19), más calidad significa más participación,
pero el aumento de la calidad también depende de la mayor autonomía de los
centros, y ésta a su vez depende de una mayor participación (…) El pez de la
calidad, por tanto, se muerde la cola, pero la participación es al mismo tiempo
boca y cola del pez”. (Rambla 1999)
La Ley Orgánica de Calidad de la Educación y La Ley Orgánica de
Educación.
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Esta Ley se refiere a la participación en el proceso de enseñanza y aprendizaje de
los hijos, la participación en la organización, funcionamiento, gobierno y
evaluación del centro y a ser oídos en las decisiones que afecten a la orientación
académica y profesional de los hijos. Además se hace referencia a las
responsabilidades de los progenitores: adoptar medidas o solicitar ayuda para que
sus hijos e hijas asistan con regularidad a clase; proporcionar en la medida de las
posibilidades los recursos y las condiciones para el proceso escolar, etc.
LAS ORGANIZACIONES DE MADRES Y PADRES DE ALUMNOS/AS EN
ESPAÑA: CONFEDERACIONES Y ASOCIACIONES. Las dos confederaciones más importantes del estado español son:
CONCAPA (Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de
Alumnos).
Surgió en 1929, con el objetivo de promover los intereses de la familia y lograr
que sus hijos reciban, en la vida escolar, una formación acorde con sus propias
creencias y convicciones. Su horizonte de trabajo lo marca el intento de tratar de
fomentar la unidad y la participación familia-escuela. A partir de los años 70, y
con los cambios introducidos en la legislación española y las consiguientes
repercusiones en el ámbito educativo, la Confederación centró aún más su
actividad en la educación. Actualmente cuenta con 51 Federaciones Provinciales
que integran a las Asociaciones de Padres de Alumnos de los colegios.
Su eje de actuación es bicéfalo. Por una parte actuación interna y, por la otra,
externa. Las primeras, orientadas a la información y formación de sus entidades
asociadas, a través de las cuales se presta apoyo en las actividades propias de las
federaciones. Las segundas, con las que pretende sensibilizar a la sociedad sobre
los valores de la familia y la importancia de la educación. A través de ellas
también se quiere participar en todos los ámbitos sociales y colaborar con
diversas entidades.
CEAPA (Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de
Alumnos)
Es una entidad social, no confesional, progresista e independiente, integrada por
45 Federaciones y Confederaciones que, a su vez agrupan a 12.000 Asociaciones
de Padres y Madres de Alumnos, de centros públicos de educación no
universitaria. Los objetivos de su trabajo están orientados a conseguir una
escuela pública de calidad, democratizar la enseñanza y mejorar las condiciones
de la infancia. La finalidad de mayor importancia es la de ser órgano de relación
y coordinación entre las Federaciones y Confederaciones que la forman,
En cuanto a las Asociaciones de Madres y Padres de alumnos (AMPA), son
entidades de derecho privado cuyo objetivo fundamental es la representación de los
intereses de los padres, madres o tutores legales en los centros educativos de sus hijos e
hijas.
1. Funciones de las AMPAS Participar en el consejo escolar del centro
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Organizar actividades extraescolares para alumnos y para padres
Organizar escuelas de padres
Informar a padres de los conflictos entre padres y profesores o centro
Participar en el programa general del centro
Participar en la admisión de alumnos
Participar en la elección del director
Colaborar en las salidas programadas del centro
Colaborar con otras APAs y con federaciones de APAS
Editar boletín / revista informática
Socialización de libros de texto y Distribuir los materiales académicos.
Acogida matinal
Colaborar con el ayuntamiento y otras instituciones.
Reivindicar mejoras en el centro
Organizar/gestionar comedor.
2. Demandas que reciben de los progenitores.
Sobre las demandas que reciben de los progenitores, los padres y madres priorizan
ante todo que se organicen actividades para los alumnos del centro (70%), seguido
por el tema de los conflictos, es decir, el hecho de estar informado, de la mediación y
resolución de determinadas cuestiones o de pedir información sobre diferentes
conflictos o situaciones que se han desarrollado en el centro (59%) y la organización
de actividades para padres (22%), entre otras…
Actividades extraescolares para alumnos y para padres.
Informar sobre conflictos dados en el centro y mediarlos.
Creación/mejora comedor transporte
Socialización/distribuir textos
Mejora instalación/equipamiento
Mejora de personal docente
CEAPA realizó una serie de encuestas en diferentes centros educativos sobre las
AMPAS y los resultados obtenidos han sido los siguientes:
La mayoría de encuestados declara que no existe ningún tipo de resistencia por parte
del equipo directivo a que las familias participen en los centros escolares (anexo 1).
Sin embargo a la pregunta cuanto apoyo recibe el AMPA por parte del equipo
directivo la respuesta es bastante o poco. Solo un 30% de los encuestados cree que
recibe mucho apoyo (anexo 2).
A la pregunta: existe algún tipo de resistencia por parte del profesorado a que las
familias participen en el centro escolar, casi el 40% de los encuestados ha respondido
que no (anexo 3). Sin embargo, a la pregunta: ¿Cuánto apoyo recibe el AMPA por
parte del profesorado? Solo el 20% de los encuestados dice que recibe mucho apoyo
(anexo 4).
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4. Estrategias para fomentar la
participación de las familias en la
escuela
IMPORTANCIA DE INCORPORAR A LA FAMILIA EN EL PROCESO
EDUCATIVO.
Aunque muchas familias se esfuerzan por ayudar a sus hijos/as en el proceso de
aprendizaje y se implican en el contexto académico, los expertos consideran que sería
deseable una mayor participación y colaboración entre la familia y la escuela,
coordinándose para educar.
En 1948 la autora Anne Henderson, realizo una com
pilación de estudios sobre la participación de las familias en la educación de sus
hijos/as. Los hallazgos de esas investigaciones demostraban que cuando las familias
están involucradas, a los niños/as les va mejor en el colegio: obtienen mejores notas,
mejora su rendimiento académico a largo plazo, mejoran sus actitudes y conductas en el
colegio, mejora su disposición hacia el aprendizaje, los programas académicos son más
exitosos e incluso las escuelas son más efectivas.
Siendo la familia y los docentes las figuras adultas más significativas para un
niño/a, resulta evidente la necesidad de que exista entre ambos cierta coherencia y
coordinación. A mayor interacción entre familia y escuela, se produce una mayor
coherencia en los mensajes que recibe el niño/a y por lo tanto, una sinergia que favorece
el aprendizaje.
Las familias son las principales fuentes de información sobre sus hijos para los
docentes. Esta información, permite a los docentes entender los procesos por los que
están pasando sus alumnos/as y facilitar así un trabajo lo más ajustado, pertinente y
relevante para su desarrollo. Por su parte, la escuela deberá apoyar a la familia
facilitando modelos y estrategias de educación para sus hijos/as.
Pero, la participación de las familias en la educación no es un fenómeno que
ocurre espontáneamente. Debe ser concebida como un proyecto colectivo, el cual
requiere de tiempo, energía, creatividad, compromiso, constancia, cooperación y
coordinación tanto por parte de las familias como por parte de la escuela, teniendo
siempre en cuenta los intereses y necesidades de ambas partes.
Se trata de construir una relación de tipo colaborativo, donde cada agente
participa activamente en la educación de los niños, potenciando al mismo tiempo el
aprendizaje de éstos, lo cual a su vez crea un espacio de trabajo común que elimina las
barreras que separan a ambos agentes.
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Si bien es cierto que existen calanes tradicionales de participación de las familias
en la escuela, como el Consejo Escolar, también debemos tener en cuenta las
dificultades que frenan la implicación de la familia:
• Los padres tienen menos tiempo y energía para cooperar en las escuelas.
• En las familias donde ambos padres trabajan, puede resultarles difícil tener
tiempo y energía para asistir a los actos escolares y apoyar a los niños en sus
tareas.
• Las madres o padres solos tienen responsabilidades en la crianza de los niños,
que les impiden participar en programas escolares.
• Los padres adolescentes o muy jóvenes tal vez no hayan terminado la escuela y
pueden resistirse a retornar a ambientes escolares, siendo incapaces de apoyar a
sus hijos en el hogar.
• Algunos niños viven en hogares donde reciben escasa supervisión y apoyo de
los padres.
• Algunos padres están sometidos a presiones extremas por tensiones económicas,
interpersonales y de otra índole; sus propias necesidades adquieren prioridad
frente a las necesidades educativas de sus hijos.
• Algunos padres pueden carecer de la capacidad o información necesarias para
apoyar el aprendizaje de sus hijos.
• Los padres con actitudes negativas frente a su propia etapa escolar, pueden no
estar interesados en comprometerse con las escuelas de sus hijos.
• Los padres de ambientes culturales y lingüísticos minoritarios, quizás no se
sientan a gusto en el entorno escolar, ni sean capaces de leer comunicaciones de
la escuela.
• el funcionamiento del centro o la actitud de los docentes puede no fomentar la
interacción con las familias.
ELEMENTOS CENTRALES PARA UNA RELACIÓN COLABORATIVA ENTRE LA
FAMILIA Y ESCUELA.
Dentro del proceso de instalación de una relación colaborativa entre la familia y
la escuela, se pueden distinguir algunos elementos importantes:
• Comunicación fluida y recíproca
Potenciar la presencia de espacios de comunicación entre la familia y escuela, es la
primera tarea en el proceso de incorporación de las familias.
• Disponibilidad de tiempo
Muchas veces esta variable es una de las barreras más difíciles de superar. Al respecto,
la sugerencia para superar esta barrera es tener horarios flexibles.
Otra sugerencia es crear un sistema de turnos en el colegio, de manera tal que una
educadora pueda salir de su rutina diaria algunos momentos para atender a aquellas
familias que no pueden asistir fuera del horario de clases.
• Actitud empática y acogedora
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La presencia de una actitud respetuosa, acogedora y empática por parte de los
educadores hacia las familias es central.
Hay aspectos formales que pueden ayudar a las familias a sentirse acogidas, entre ellas:
• Una actitud afectuosa y cercana al llegar cada día.
• Conocer sus nombres.
• Recibir las consultas telefónicas, intentando darles una solución.
• Mantener la puerta de la escuela abierta para las familias durante todo el día y
que ellos puedan llevar a sus hijos a la clase y acompañarlos allí hasta el inicio
de la jornada.
• Si un niño o niña se queda llorando se puede llamar a la familia para decirle
cómo está su hijo(a) y darle serenidad.
La empatía o el respeto por las familias es una actitud transversal a toda actividad
escolar. Es importante la actitud de respeto cuando se habla de la familia, y no es bueno
para un niño escuchar de sus educadoras que su papá o mamá hacen algo indebido, o
juzgado como erróneo.
Existen dos acciones más que son relevantes para fomentar una actitud de respeto y
empatía. La primera es el conocimiento mutuo. En la medida que la familia conoce más
a la educadora, y la educadora a la familia, es más factible que exista entre ambos una
actitud de acogida y respeto.
En segundo lugar, los temas ligados a la empatía, el respeto, la comunicación efectiva,
la diversidad de las familias, etcétera, debieran ser temas de trabajo interno de los
colegios en sus espacios de formación y reflexión. Compartir las dudas, inquietudes y
temores entre compañeros de trabajo puede ser una buena fuente de aprendizaje de estas
actitudes básicas.
• Diversidad de oferta de participación
Normalmente, las escuelas realizan reuniones de padres/madres, informativas o para
trabajar un tema específico.
Al organizar estas reuniones hay que tener presente:
• Antes de la reunión:
· Invitar a las familias en forma creativa, en lo posible a través de los
mismos niños/as.
· Cautelar que la fecha no coincida con otras reuniones de la escuela.
· Escoger un horario factible y un lugar acogedor para la reunión.
· Definir objetivos y propósito de la reunión.
· Adecuar el tema de la reunión a la realidad de las familias.
· Definir los momentos de la reunión.
· Preparar los materiales que va a necesitar.
· Disponer a los participantes en semi- círculo, que queden en lo posible
mirándose las caras.
• Durante la reunión:
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· Abrir un espacio para saludos y presentación de los participantes.
· Organizar una dinámica de integración que se adecue al grupo, sin forzar
a nadie.
· Recordar los compromisos anteriores (si los hubo).
· Iniciar el taller de acuerdo al tema elegido y explicando el objetivo.
· Estimular la participación de padres, madres, fomentando el respeto por
las vivencias y opiniones de cada uno.
· Poner atención en destacar la importancia del tema que se tratará, de qué
les sirve, qué consecuencias tiene para el grupo, qué enseñanza les deja.
· Observar el estado de ánimo e interés del grupo.
· Considerar las experiencias y saberes de los participantes, apóyese en
ella.
· Ayudar a los participantes a establecer compromisos.
· Evaluar con los participantes la reunión.
• Después de la sesión:
· Intercambiar con su equipo ideas e impresiones de la reunión; aspectos
que se podrían mejorar.
· Anotar los acuerdos al respecto, con el objeto de retroalimentar futuras
reuniones.
NIVELES DE PARTICIPACIÓN DE LAS FAMILIAS.
1- Obligaciones básicas de la familia
En este nivel se espera que la familia se haga cargo de las necesidades más básicas
del niño.
2- Obligaciones básicas de la escuela
En este nivel se espera tanto de la escuela como de la familia mantener un nivel de
comunicación que favorezca la relación entre ambos. La escuela debe informar a los
padres sobre los programas escolares, los progresos del niño, las actividades
especiales a desarrollas, etc. Se espera de la escuela que esta comunicación no se
centre sólo en las dificultades del alumno, sino también en sus aspectos positivos.
Las familias por su parte, deben informar a los profesores de aquellos aspectos
importantes de la vida del niño que puedan ayudar al profesional a entender mejor a
su alumno.
3- Participación en la escuela
La escuela debe reclutar y entrenar adecuadamente a aquellas familias que
voluntariamente participen en la escuela, de modo que sean una ayuda real para el
profesor.
4- Involucrarse en actividades de aprendizaje en la casa
En este nivel, el profesor debe guía o preparar a las familias para ayudar a sus
hijos/as en casa con las actividades escolares.
5- Participación en la toma de decisiones
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A este nivel, se espera que los padres tengan una participación activa en la dirección
del colegio y en la toma de decisiones que afecten a la institución escolar.
6- Intercambio colaborativo con la comunidad
A este nivel se espera que la escuela en su conjunto sea punto de encuentro de la
comunidad en que está inserta, y que desde ella los niños/as y sus familias puedan
acceder a otras instancias de participación local (salud, cultura, recreación, etc.). Se
espera también que la escuela establezca nexos con entidades que tendrán incidencia
en el futuro académico o laboral de sus alumnos.
Cualquiera sea el nivel de participación de la familia que se desee alcanzar, siempre
implica un esfuerzo extra por parte de padres y profesores.
FACTORES QUE CONTRIBUYEN A MEJORAR LA PARTICIPACIÓN DE LA
FAMILIA EN LA ESCUELA. • Conocer por parte de la familia, el Proyecto Educativo Institucional de la
escuela: esto es tener acceso a los objetivos del Proyecto, contenidos mínimos
por nivel, espacios en los cuales les corresponda participar.
• Favorecer las buenas relaciones entre las familias, tanto con la directiva de la
escuela, como con la del centro de padres.
• Acordar en conjunto: equipo directivo de la escuela, del centro de padres y
delegados, los límites y atribuciones de los apoderados.
• Considerar que la participación de las familias es un acto voluntario y de libertad
personal.
• Aprovechar los nuevos canales de comunicación que nos ofrecen las nuevas
tecnologías para intercambiar información, recibir orientación, organizarse y
gestionar, etc.
• Contruir relaciones fuertes entre las familias y la escuela. Los educadores
pueden hacerlo invitando a las familias a eventos sin la presión del voluntariado
a principios de año. Los maestros también pueden hacer llamadas telefónicas a
casa para informar a las familias sobre el progreso de sus hijos,
independientemente de lo mal o bien que les vaya en clase. Por último, hacer un
boletín de colaboración entre los maestros y los administradores para ofrecer
información sobre las actividades del aula, así como los eventos de toda la
escuela, puede ayudar a establecer un fuerte vínculo entre los padres y los
maestros.
• Los maestros y los administradores pueden participar en capacitaciones en las
que se les enseña diversas estrategias para llegar en forma efectiva a los padres.
• Crear una variedad de eventos. Los padres pueden participar de muchas formas y es
importante desarrollar oportunidades que se adapten a los intereses de los
padres. La presentación de una lista completa de lo que pueden hacer los padres
no solo te ayudará a llegar a más estudiantes, sino que mejorará de gran manera
la participación de los padres.
• Satisfacer las necesidades de los padres.
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5. Bibliografía
Libros:
Luengo, F y Moyá, J (2008). Escuela, familia, comunidad: Claves para la acción.
Madrid: Wolters Kluwer España.
Artículos:
Garreta Bochaga, J. (2008). La participación de las familias en la escuela pública.
CEAPA.
Webgrafía:
Whitaker, C. Planes de acción en la escuela para aumentar la participación de los padres. Recuperado
el 20 de abril de 2014 de: http://www.ehowenespanol.com/planes-accion-escuela-aumentar-
participacion-padres-info_223876/
Merino, M. E y Morales, F. (2002). Cuadernillos para la reflexión pedagógica
Participación de la familia. Recuperado el 23 de abril de 2014 de:
http://www.mineduc.cl/usuarios/parvularia/doc/201307121712450.1643_FAMILIARG
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Mestres i Salud, L. (2012). ¿Cómo mejorar la participación de las familias en la
escuela? Recuperado el 24 de abril de 2014 de:
http://www.educaweb.com/noticia/2012/02/27/como-mejorar-participacion-familias-
escuela-5316/
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6.Anexos
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