fodor, jorge_la argentina y la economía atlántica

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La Argentina y la economía atlántica en la primera mitad del siglo XX Author(s): Jorge G. Fodor, Arturo A. O'Connell and Mario R. dos Santos Source: Desarrollo Económico, Vol. 13, No. 49 (Apr. - Jun., 1973), pp. 3-65 Published by: Instituto de Desarrollo Económico y Social Stable URL: http://www.jstor.org/stable/3466242 . Accessed: 27/06/2013 14:11 Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at . http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp . JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. . Instituto de Desarrollo Económico y Social is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Desarrollo Económico. http://www.jstor.org This content downloaded from 200.16.99.230 on Thu, 27 Jun 2013 14:11:52 PM All use subject to JSTOR Terms and Conditions

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  • La Argentina y la economa atlntica en la primera mitad del siglo XXAuthor(s): Jorge G. Fodor, Arturo A. O'Connell and Mario R. dos SantosSource: Desarrollo Econmico, Vol. 13, No. 49 (Apr. - Jun., 1973), pp. 3-65Published by: Instituto de Desarrollo Econmico y SocialStable URL: http://www.jstor.org/stable/3466242 .Accessed: 27/06/2013 14:11

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  • LA ARGENTINA Y LA ECONOMIA ATLANTICA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX *

    JORGE G. FODOR Y ARTURO A. O'CONNELL

    A. El esquema de las relaciones econ6micas internacionales de la Argentina

    1. EL TRLANGULO ARGENTINA-GRAN BRETARA-ESTADOS UNIDOS

    La Argentina ocupaba una posicion extremadamente-peculiar, casi podriamos decir unica para una republica latinoamericana, en el mapa de la economia mundial durante la primera mitad del siglo xx. Es esta posicion caracteristica la que describiremos a continuaci6n.

    a) El tridngulo comercial Gran Bretaina y en menor medida ciertas naciones de Europa

    continental han proporcionado a partir de la segunda mitad del siglo xx un inmenso mercado para productos alimenticios al res- to del mundo, asi como los medios para transportarlos desde tie- rras lejanas. Esta, por supuesto, fue la fuerza impulsora detras de la extraordinaria expansion, de fines del siglo pasado y prin- cipios del presente, de las actividades agricolas y ganaderas de zona templada de la Argentina, asi como tambien de las de Am& rica del Norte y Oceania. Gran Bretaiia, en particular, se convir- tio en el mayor mercado mundial de productos alimenticios. Por lo tanto, no resulta sorprendente que desde principios de este siglo, al originarse en la Argentina un significativo excedente exportable de came y cereales, Gran Bretania se constituyera en su principal cliente, posicion que conservaria durante todo el periodo que nos ocupa.

    Los Estados Unidos, por otra parte, se convirtieron en im- portantes exportadores de manufacturas a comienzos del siglo xx.

    * Este trabajo fue presentado en el Congreso organindo en 1972 por la Society for Latin American Studies, de la Universidad de Sussex.

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  • JORGE FODOR Y ARTURO O'CONNELL

    Su producci6n era de un tipo particularmente adecuado para el mercado argentino. En primer lugar, debido a las similitudes geo- grAficas y econ6micas entre el oeste medio norteamericano y la pampa. En segundo lugar, debido a que los Estados Unidos habian logrado una ventaja inicial en la producci6n de maquinaria para el reemplazo de mano de obra, asi como de bienes de consumo opulento masivo que hallaban un mercado propicio en una Argen- tina cada vez mas pr6spera1. Naturalmente, entonces, los Esta- dos Unidos crearon serias brechas en el dominio britanico del comercio de importaci6n del pais. La consecuencia de este cambio en el origen de las importaciones fue una diluci6n del nexo casi bilateral que ligaba a la Argentina con Gran Bretafia en los anios previos a la )Primera Guerra Mundial.

    Los Estados Unidos, sin embargo, continuaron siendo simul- taneamente productores importantes de los mismos rubros de la agricultura que constituian la casi totalidad de las exportaciones argentinas. iComo consecuencia, las exportaciones de la Argentina a los Estados Unidos no se incrementaron en la misma medida que sus importaciones desde ese pais.

    El nexo Gran Bretafia-Argentina no fue reemplazado, por lo tanto, por un nuevo bilateralismo Estados Unidos-Argentina sino por un triangulo comercial entre los tres paises.

    Ademas, a lo largo de este triangulo las corrientes comercia- les tendieron a adquirir un sentido netamente unidireccional. Visto desde el angulo argentino, a lo largo de un lado los productos se dirigian predominantemente hacia Gran Bretafia, mientras que a lo largo del otro se dirigian desde los Estados Unidos hacia la Argentina. En el caso de ambos lados, las corrientes de sentido inverso eran de una magnitud mucho menor 2.

    1 V6ase R. VEBmNON, "International Investment and International Trade in the Product Cycle", en Quarterly Journal of Economics, febrero de 196T. Se encontra- ra en este articulo una consideraci6n cuidadosa del argumento de la ventaja com- parativa de que goza el pais nAs rico a medida que otros paises prosperan.

    2 La Argentina no fue, de ninguna manera, el iinico entre los paises produc- tores primarios que desarroll6 un importante comercio exterior a tres puntas. Los exportadores de productos tropicales -en Sudamrica, por ejemplo Brasil- fueron tambi6n socios de una relaci6n triangular con los Estados Unidos y Gran Bretafia. Pero en su caso la direcci6n del flujo comercial fue precisamente la opuesta. El principal mercado de productos tropicales estaba en los Estados Unidos, pese a que muchos de los paises en cuesti6n eran politicamente dependientes de Gran Bretafia y de otras potencias europeas. Y, por otra parte, Gran Bretafia posey6, con respecto a ellos, un excedente exportable bastante grande. En LEAGUE OF NATIOS, The Network of World Trade, Ginebra, 1942, se hallar un anAiliss general de la estructura del comercio internacional hasta la Segunda Guerra Mundial.

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  • LA ARGENTINA Y LA ECONOMIA ATLANTICA

    Mas aun, no era posible la transformaci6n de las corrientes unidireccionales en corrientes en ambos sentidos para ninguno de los dos lados argentinos del triangulo; a la largo del lado Argen- tina-Estados Unidos debido a la resistencia norteamericana en aceptar productos argentinos competitivos con su propia produc- ci6n, y a lo largo del lado Gran Bretana-Argentina debido al fra- caso de la industria britanica en satisfacer las nuevas demandas del mercado argentino 3.

    Tambien a lo largo del lado Estados Unidos-Gran Bretafia del triangulo el comercio era fuerte y crecientemente unidireccio- nal. Los Estados Unidos no solamente habian desarrollado un nue- vo comercio de exportacion de manufacturas sino que ademas con- servaron en gran medida su mercado de productos primarios en Europa. En efecto, en el periodo de entreguerra los Estados Unidos vendieron a Gran Bretania tres veces mas que lo que le compraron 4.

    El triangulo Argentina-Gran Bretafia-Estados Unidos, por lo tanto, no implicaba una equilibrada compensaci6n trilateral. Al contrario, la Argentina, al vender a Gran Bretafia y comprar en Estados Unidos, agravaba a traves del Atlantico Sur la situa- ci6n que prevalecia a traves del Atlantico Norte, es decir, la ten- dencia de Gran Bretafia a tener un deficit comercial

    -y muy importante- con los Estados Unidos .

    b) El tridngulo naviero Un comercio unilateral como el de la Argentina implica, por

    supuesto, embarques en un solo sentido. Y, como en el caso de los saldos comerciales, no existia ninguna compensacion triangular obvia para estos embarques, dado que los envios se efectuaban

    3 A pesar de las aparentes semejanzas Uruguay -justo en la otra margen del Rio de la Plata- estaba en una posici6n muy diferente. Si bien la came le permiti6 entrar en el mercado britanico, los Estados Unidos constitufan un mer- cado mas importante para la Banda Oriental debido a la continuaci6n de la impor- tancia de la lana entre sus exportaciones. La posici6n de los paises productores tropicales era, tambien, algo menos inflexible. Aunque sus exportaciones se dirigian esencialmente a los Estados Unidos, tenian ademas un mercado considerable en Gran Bretafia.

    4 Ibld., pag. '51. 5 Los paises de producci6n tropical, en cambio, debido a su saldo comer-

    cial positivo con los Estados Unidos, fueron de gran ayuda para Gran Bretaiia en la soluci6n de su escasez de d6lares. La posici6n de la Argentina en la eco- nomia mundial constituye un ejemplo extremo de lo que fuera cierto para el con- junto de los "paises de reciente colonizaci6n" -segfn la terminologia de Folke Hilgerdt- y, en particular, bastante similar a la de Canada en el Atlantico Norte. Ibid., pags. 76-83.

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  • JORGE FODOR Y ARTURO O'CONNELL

    predominantemente hacia Gran Bretana tanto en el caso de los Estados Unidos como en el de la Argentina 6.

    La disponibilidad de carga de retorno es, naturalmente, un fac- tor de importancia en la determinacion del nivel de los fletes. Como resultado de la unilateralidad de los embarques -y de la ausen- cia de una compensacion triangular-, los exportadores nortea- mericanos se encontraban, entonces, en desventaja frente a los exportadores britanicos. La unilateralidad del comercio se vio moderada, por lo tanto, por sus consecuencias sobre los fletes maritimos; al menos, a lo largo de uno de los lados del triangulo 7.

    Una excepcion de lo antedicho tuvo lugar durante ambas guerras mundiales. A la falta de capacidad de abastecimiento se agreg6 en esos periodos una combinaci6n de escasez de buques y de amenaza proveniente de la presencia de submarinos, situaci6n que colocaba en desventaja a los paises del continente europeo y a Gran Bretana.

    Sin embargo, el transporte maritimo hacia y desde la Argen- tina contribuia de otra manera, mucho m~s decisiva, a compensar el deficit comercial de Gran Bretana a traves del Atlantico. A

    6 En el Atlantico Sur, sin embargo, la unilateralidad inversa del comercio del Brasil

    -que por si mismo implicaba una pauta coherente de embarques entre tres puntos dotada de un solo sentido- contribuyo en parte a compensar el incom- patible triangulo naviero de la Argentina. Por ejemplo, los barcos que regresaban a los Estados Unidos desde el Rio de la Plata, ,en principio sin carga, podian ir en lastre hasta Santos, para alli recoger la abundante carga disponible para ese destino. Vease UNITED STATES, HOUSE OF REPRESENTATIVES, Report on Trate Con- ditions in Argentina, Paraguay and Uruguay, Washington, 1906, pags. 30-33, con- feccionado por L. HUTCHISON.

    7 Esto se vio acentuado por tel hecho de que el volumen de las exportaciones argentinas -casi todas muy voluminosas- excedia en mucho el de las importa- clones; los promedios anuales para el quinquenio 1925-1929 fueron: exportaciones 15,0 millones de toneladas, e importaciones 11,5 millones (vease REP6BLLCA ARGENTINA, DIRECCI6 NACIONAL DE ESTADISTICAS Y CENSOS, Anuario de Comercio Exterior 1940, Buenos Aires, 1941). Como consecuencia, las cargas de Europa destinadas al Rio de la Plata eran tratadas casi como lastre. Por ejemplo, en 1924, mientras quie por el transporte de una tonelada de trigo entre Europa y el Rio de la Plata se pagaba 25 chelines, la hulla era transportada a una tasa de s6lo 13 chelines la tonelada para el viaje de retorno (vease The Times, 4 de agosto de 1925).

    La baratura de las tasas aplicadas a los cargamentos desde Europa al Rio de la Plata no s6lo colocaba a los exportadores norteamericanos en posici6n des- ventajosa sino que hacia las cosas muy dificiles para los productores argentinos de bienes competitivos; este era por ejemplo el caso del combustible producido intemamente, frente al carb6n importado, predominantemente de South Wales. Ademas, las altas tasas internas de transporte por ferrocarril determinaban que el productor britinico estuviese mas cerca del mercado de Buenos Aires que el productor argentino no pampeano.

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  • LA ARGENTINA Y LA ECONOMIA ATLANTICA

    saber, gran parte de esa actividad estaba en manos de companias britfnicas, cuyas ganancias -deducidos los gastos en puertos ex- tranjeros- podian contraponerse al exceso de importaciones de Gran Bretaia 8.

    c) El triangulo de las transacciones de capital No solo el comercio y los embarques se habian vuelto trian-

    gulares. Asi como la superioridad industrial de los Estados Uni- dos habia destruido el comercio de tipo casi bilateral entre Gran Bretanfa y la Argentina, su consiguiente superioridad en las ex- portaciones de capital destruy6 el caracter cerrado de las corrientes anglo-argentinas de capitales y servicios financieros. Una cosa va unida a la otra y, en realidad, se podria decir que fueron las diferencias en la capacidad de exportar capitales las que condu- jeron a los diferentes resultados de las exportaciones.

    Ya antes de la Primera Guerra Mundial los Estados Unidos se habian convertido en inversores en la Argentina y, de acuerdo con su nuevo papel mundial, llegaron a ser el principal inversor despues de la guerra. El mercado de capital de Londres, en cam- bio, qued6 casi completamente agotado como consecuencia de los problemas de balanza de pagos de Gran Bretanfa 9.

    No obstante, las tenencias de capital britanico en la Argen- tina siguieron siendo importantes hasta fines de la Segunda Gue- rra Mundial 10. Estas tenencias, combinadas con las de otras na- ciones, generaron una importante corriente de intereses, benefi- cios y amortizaciones 11. En realidad, para la Argentina la corrien-

    8 Un calculo detallado, para 1924, demostr6 que s6lo sobre el transporte de carga los barcos britanicos ganaron -en terminos netos- casi 15 millones de libras con el comercio argentino. La significaci6n de esta cifra puede apreciarse mejor si se la confronta con el total de las ventas britanicas de mercaderia a la Argentina, que alcanz6 los 24 millones de libras para ese mismo afio. Ibid. 9 De las inversiones extranjeras en la Argentina mas del 80 por ciento eran de origen britanico en 1900, pero en 1949 solamente representaron el 19 por ciento. A lo largo del mismo periodo la participaci6n de los Estados Unidos habia crecido desde cero a un 25 por ciento (vease CEPAL, El desarrollo econ6mico de la Argentina, E/CN. 12/429/Add. 4, Ap6ndice Estadistico,, cuadro 8, pag. 258).

    Durante la decada del 20, de gran importancia para la exportaci6n de capital, de un flujo calculado de 1.025 millones de pesos oro, solo 275 millones fueron de origen britanico, mientras que los 7'50 restantes provinieron de los Estados Unidos (v6ase V. L. PHELPS, The international economic position of Argentina, Londres, 1938, cuadro XXVII, pag. 190).

    10 Representaba aun en esa epoca mas de la mitad del total de las inver- siones extranjeras (vease CEPAL, ob. cit., loc. cit.).

    11 "Antes de promediar el siglo xix ninguna naci6n manbenia con otra extran- jera deudas de un monto considerable, salvo tributos tales como los que fueron exigidos bajo la compulsi6n de una real ocupaci6n por la fuerza y, en alguna

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    te de servicios financieros hacia el exterior era mucho mayor que la de capital recibido desde el exterior. Es posible que las empresas extranjeras hayan contribuido en diversas formas al desarrollo de la Argentina pero, por cierto, no contribuyeron con un solo centavo de capital durante la primera mitad del siglo xx 1. Este fue, mas precisamente, el caso de Gran Bretafia durante la decada relativamente normal del veinte. En ese periodo, la con- tribuci6n neta de capital de los Estados Unidos fue positiva. De manera que mientras nuevos capitales se desplazaban desde Nueva York a Buenos Aires -y a Londres-, los servicios finan- cieron se dirigian predominantemente de Buenos Aires a Gran Bretafia. Esas corrientes unidireccionales constituian el trian- gulo de transacciones de capital Argentina-Gran Bretafia-Estados Unidos 13.

    d) El funcionamiento del sistema triangular Este otro triangulo -el de las transacciones de capital- fue,

    desde cierto punto de vista, la razon de la unilateralidad de las

    epoca, como los que fueron exigidos por principes ausentistas bajo el r6gimen del feudalismo. Es verdad que la necesidad del capitalismo europeo de hallar una salida en el Nuevo Mundo ha conducido durante los ultimos cincuenta afios, y aun hoy en una escala relativamente modesta, a paises tales como la Argentina, a deber una suna anual a un pais europeo como es Inglaterra" (J. M. EYNES, The Economic Consequences of the Peace, Londres, 1919, pAg. 263; el subrayado es nuestro).

    Keynes continua sugiriendo que "su carga sobre los paises que debian pagar no ha sido hasta ahora opresiva" (ibid., pag. 263). Pero resulta dificil aceptar la opini6n de Keynes al respecto. Las remesas financieras representaron, en 1914 y en 1929, el 34 y el 22 por ciento, respectivamente, de los ingresos de divisas de la Argentina. En 1933, bajo el impacto de la Gran Depresi6n, esta proporcion se elev6 hasta el 38 por ciento (CEPAL, ob. cit., Ap6ndice Estadistico, cuadro 18, pag. 293). Mas aun, en el quinquenio relativamente favorable de 1925-1929, la salida neta de capital represent6 alrededor del 5 por ciento del ingreso nacional (ibid., tomo 1, cuadro 24) y el servicio de la deuda externa publica absorbi6 del 15 al 20 por ciento de los ingresos fiscales (PHELPS, ob. cit., cuadro XIX, pag. 119).

    12 Es ampliamente reconocido que luego de la Gran Depresion y, particular- mente, durante la Segunda Guerra Mundial se dio un retiro del capital invertido en los paises productores primarios. Pero resulta interesante sefialar que ya antes de la Gran Depresi6n -y aun antes de la Primera Guerra Mundial- la tan alar- deada "contribuci6n del capital extranjero" fue, hablando con precision aritmetica, totalmente negativa. En efecto, la salida acumulada neta de capital de la Argen- tina en el periodo 1900-1929 fue de alrededor de 4.500 millones de dolares (a precios en d6lares de 1950). CEPAL, ob. cit., tomo 1, cuadros 16 y 24.

    13 En el periodo 1921-1930 hubo una entrada neta de capital estadounidense de 529 millones de pesos oro, mientras que se registr6 una salida neta hacia Londres de 746 millones de pesos oro. (PHELPS, ob. cit., cuadro XXVII, pag. 190).

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  • LA ARGENTINA Y LA ECON'OMIA ATLANTICA

    corrientes en el triangulo comercial; es decir, las exportaciones de capital determinaban las exportaciones de manufacturas 1 Empero, retroactivamente, sus movimientos compensaron hasta cierto punto la direccion opuesta del comercio.

    Mas especificamente, en el caso de Gran Bretafia las corrien- tes de capital provenientes de la Argentina le permitieron saldar gran parte de su "balanza comercial desfavorable" -reiterada- mente mencionada por los intereses britanicos en la Argentina- con ese pais 15. En el caso de los Estados Unidos, la corriente neta de capital hacia la Argentina represento -por otra parte- un aporte para compensar su excedente comercial 16.

    Tanto en el caso de los Estados Unidos como en el de Gran Bretafia, la relacion inversa establecida entre el triangulo comer- cial y el triangulo financiero argentino estaba bastante de acuerdo con el sistema mundial de transacciones economicas. Este puede basicamente interpretarse como un sistema para la transferencia del excedente a las naciones exportadoras de capital. En el, los Estados Unidos, exportadores "inmaduros" de capital, estaban aun jugando un papel fundamentalmente compensatorio, al gene- rar una salida neta de capital 17.

    Para sintetizar, la Argentina, como un elemento de la red de transacciones economicas internacionales, estaba ubicada en el Atlantico, entre los Estados Unidos y Gran Bretania, mas bien que en el continente sudamericano.

    14 "Se dice, por supuesto, que el comercio sigue a la bandera, pero nosotros encontramos que actualmente el comercio sigue a las talegas...", baron d'ERLAN- GER (dueiio de La Forestal), frase reproducida en el Journal of the Royal Instituto of International Affairs, Londres, marzo de 1930.

    15 En este como en otros casos hemos obviado subrayar las limitaciones de las cifras empleadas, por ser 6stas bien conocidas. Resulta dudoso no obstante que su inexactitud pueda distorsionar el cuadro global.

    En el mismo periodo 1l21-1930, cuando el "desfavorable balance comercial" de Inglaterra con la Argentina alcanz6 uno de sus picos, los servicios financieros representaron mas del 75 por ciento de ese desequilibrio. La entrada de nuevo capital britAnico redujo, sin embargo, la proporci6n del deficit cubierta por las transacciones de capital (ibid.).

    16 En el periodo 1921-1920, alrededor de la mitad del excedente del inter- cambio comercial fue cubierto por exportaciones netas de capital (ibid.).

    17 "Las relaciones comerciales entre los grupos [de paises] lestin regidas principalmente por la transferencia de pagos por servicios de deudas y dividendos desde los tr6picos y las regiones de reciente colonizaci6n del cintur6n de clima tem- plado... hacia los paises europeos acreedores..." (LEAGUE OF NATIONS, ob. cit., pig. 77). Y "...las exportaciones de capital de los Estados Unidos durante los diez afnos que siguieron a la guerra (la Primera Guerra Mundial) reforzaron el sistema de comercio multilateral, encubriendo, quizas, los desajustes que habian surgido" (ibid., pag. 87).

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    Esta posicion en el mapa economico mundial distaba mucho de ser confortable. El funcionamiento relativamente arm6nico del triangulo argentino -aparte de estar afectado por el estado de la economia mundial- dependia muy estrechamente de dos fac- tores no excluyentes. A saber, o Gran Bretafia tenia la capacidad de mantener un deficit comercial con la Argentina mayor que las remesas que recibia de ella como acreedor y/o los Estados Unidos tenian la capacidad -y el interes- de mantener exportaciones netas de capital hacia la Argentina. Ninguno de estos dos factores se mantuvo inc6lume bajo el impacto de las sucesivas crisis acae- cidas durante la primera mitad de este siglo.

    Pero aparte de las crisis operaron otros factores de mayor permanencia sobre la posici6n internacional de la Argentina. El triangulo argentino no habia existido siempre; y no bien estable- cido, continu6 siendo remodelado bajo el impacto de fuerzas mun- diales y locales.

    2. EL TRIANGULO ARGENTINO: ALGUNOS DETALLTES

    El triangulo Argentina-Gran Bretafa-Estados Unidos habia llegado a existir debido a la erosion, por parte de los Estados Uni- dos, de la "relacion especial" entre Gran Bretafia y la Argentina. Para comprender su funcionamiento mas en detalle y para com- prender tambien algunas de las fuerzas que determinaron su cambio, es necesario conocer el caracter de la vinculaci6n origi- naria anglo-argentina y la forma de aparicion de la influencia norteamericana.

    a) La "relaci6n especial" entre Gran Bretaia y la Argentina 18 La posici6n de Gran Bretana como el mejor cliente de la Ar-

    gentina -alrededor del 30 por ciento de las exportaciones a me-

    18 "La Repiblica Argentina ocupa una posici6n especial con respecto a Gran Bretafia, para la cual no existe un paralelo exacto fuera del Imperio britinico... la relaci6n especial que existe ahora entre los dos paises ha surgido por causas econ6micas. Econ6micamente, Gran Bretafia y Argentina son mutuamenbe com- plementarias...". UNITED KINGDOM~ DEPARTMENT OF OVERSEAS TRADE, Report of the British Economic Mission to Argentina, Brazil and Uruguay, Londres, 1930, pag. 12.

    "Sudam6rica, y especialmente la Argentina -escribe Schulze-Gaevernitz en su trabajo sobre el imperialismo britinico-, es tan dependiente de Londres desde el punto de vista financiero que deberia ser descripta casi como una colonia comercial britAnica", V. I. LENIN, Imperialism, the Highest Stage of Capitalism, Moscu, ,196, pag. 80.

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  • LA ARGENTINA Y LA ECON'OMIA ATLANTICA

    diados del periodo que nos ocupa- obedecia principalmente a las grandes compras de camre, trigo y maiz (casi dos tercios del comercio total). Pero mientras solamente el 10 por ciento del maiz y el 34 del trigo exportados por la Argentina iban a Gran Breta- na, el 76 por ciento de todas las exportaciones de carne argentina y, mas especificamente, el 54 de la carne bovina congelada y el 99 de la enfriada eran vendidas en Gran Bretafia.

    La dependencia argentina del mercado britanico era s6lo mo- desta en el caso de otros productos, pero enorme en el caso de la carne, y en lo que atanie a la carne enfriada esa dependencia era absoluta. La dependencia de Gran Bretafia, por otra parte, del abastecimiento argentino se revela por el hecho de que, en promedio, las importaciones de la Argentina constituian el 40 por ciento de su consumo de carne 19.

    La Argentina, sin embargo, obtenia de la venta de carne en- friada menos del 10 por ciento del total de sus entradas de divi- sas: alrededor de 15 millones de libras por afio antes de la De- presion2'0. De manera que no era en principio necesario que su dependencia absoluta del mercado britanico, en cuanto a este bien, representara un elemento de abrumadora debilidad en sus relacio- nes con Gran Bretafia.

    Pero de la prosperidad de la industria de la carne enfriada dependian poderosas empresas y, sobre todo, la posici6n de un grupo social clave en la Argentina.

    El procesamiento y el transporte de la carne estaban contro- lados por un pufnado de firmas navieras y de frigorificos predo- minantemente extranjeros. Estos se habian congregado en un "pool" o "conferencia" para distribuirse entre si las cuotas del mercado britAnico de carne vacuna refrigerada. De esta manera poseian la clave de este mercado 21.

    19 Vease U. K., DEPARTMENT OF OVERSEAS TRADE, ob. cit., pag. 21, y tam- binn C. F. DfAz ALEJANDRO, Essays on the Economic History of the Argentine Republic, New Haven y Londres, 1970, pAgs. 2)0-21.

    '20 Vase DiAZ ALEJANDRO, ob. cit., lo. cit. 21 El primer "pool" fue establecido en 1911, despu6s de que la entrada de

    las firmas de Chicago habia conducido a una guerra de precios con sus compe- tidores britinicos y argentinos. Este primer "pool" ya consagr6 el predominio de lbs frigorificos norteamericanos. Luego de las otras dos "guerras de la came", de 1913-14 y de 1925-27, las cuotas de las empresas estadounidenses se elevaron al 60 por ciento y las de las argentinas descendieron al :10 por ciento. Por lo tanto, el ganado argentino para el mercado britinico fue a partir de ese momento manejado predominantemente por firmas estadounidenses.

    No s61o la exportaci6n de carne estaba altamente monopolizada. En 1930-31, por ejemplo, el 76 por ciento de las exportaciones de cewales y de lino se en- contraban en manos de tres firmas, aunque ninguna de ellas era britanica.

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    Los frigorificos, a su vez, reforzaron indirectamente el alto grado de concentraci6n de la produccion en este ramo de la acti- vidad economica, ya implicito en el alto grado de concentracion de la propiedad de la tierra. Su politica era no acudir a las ferias y mercados de concentracion sino comprar directamente en estan- cias a los productores que tuviesen ganado en la cantidad y grado de refinamiento adecuados para asegurar un abastecimiento re- gular de novillos de alta calidad para ser exportados como carne enfriada =.

    Los productores mas grandes y tecnicamente mas progresis- tas se especializaron, por lo tanto, en esta parte del ramo, que procuraba para su ganado precios mas altos que los de mercado abierto. De este modo estos productores entraban en una lucrativa sociedad con los frigorificos. Pero, al mismo tiempo, se compro- metian irreversiblemente con estos ultimos y con un producto que, debido a su precio y a su gusto, tenia mercado solo en Gran Bretafa 23.

    La sociedad invernador-frigorifico no estaba, ademas, des- provista de conflictos. El "pool" no solo no redundaba en un amor- tiguamiento de las inestabilidades del mercado sino que su fun- cionamiento permitia preservar las ganancias de los frigorificos, trasladando a los productores cualquier caida de los precios 24. Para defenderse de la forma de operar de este sistema los pro- ductores trataron de superar su debilidad a travis de la acci6n gubernamental. Fue en vano; las leyes no se aplicaban y los re- glamentos eran burlados. No cabian dudas sobre cual era el socio principal en el comercio de exportacion de carne 26.

    22 Se ha estimado que en '1914 entre el 50 y el 60 por ciento de la tierra y el 96 por ciento de la producci6n de ganado correspondia a haciendas de mas de ,1.000 hectareas. Para 6pocas posteriores se ha sostenido que 750 criadores -so- bre un total de mas de 6.0(0- controlaban el 92 por ciento de los terneros de calidad. Vease Edici6n Rural, 6 de febrero de 1939, citado por P. H. SMrmH en Politics and beef in Argentina, Nueva York y Londres, 1969, pags. 45-47.

    a23 "...hemos adaptado nuestro ganado a los gustos del consumidor de Gran Bretafia". Ingeniero Luis DvURu, presidente de la Sociedad Rural Argentina, di- rigi6ndose a la CAmara de Comercio BritAnica en noviembre de t1927, Buenos Ares HeraldJ 10 de noviembre de 19W17.

    24 V&ase UNITD KINGDOM, BOARD OF TRADE, Report of the Joint Committee of Enquiry into the Anglo-Argentine Meat Trade, Londres, 1938, particularmente pigs. 56 y 63, donde se hallarA material para elaborar este punto.

    25 Sirve de prueba el destino de la ley contra los trust de 1919, la ley de precios minimos de 1923 e inclusive la ley de cares de 1933. Si se tiene interes en un anilisis de estos y otros episodios de la politica de la industria de la carne vease SMITH, ob. cit.

    La alianza invernador-frigorifico fue tambi6n desafiada por los otros produc- tores de ganado. Estos ultimos exiglan un sistema de clasificaci6n que pusiera

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  • IA ARGENTINA Y LA ECONOMIA ATLANTICA

    Pero aparte de estas luchas internas por la division de las ganancias derivadas del comercio de la carne, ambas partes de la industria -los frigorificos y los productores de ganado- com- partian un interes comtin supremo: la preservacion del mercado britAnico, del cual dependia toda su prosperidad.

    La Argentina en su conjunto dependia solo en una minima parte de los mercados britanicos de came enfriada. Constituye un tributo de formidable poder politico de la clase terrateniente que la dependencia de estos del mercado de carnes britAnico fuese interpretada por gobiernos sucesivos, de tendencias asaz diferen- tes, como la dependencia de la Naci6n Argentina de la suerte econ6mica de Gran Bretafia. Y, asimismo, que mucho despues de haber dejado de ser un camino para la expansion del pais, el comercio de came enfriada hubiese sido identificado con el interes nacional 26.

    La dependencia de la Argentina con respecto a Gran Bretafia era, por lo tanto, principalmente la dependencia de los grandes productores de ganado del mercado de carnes britAnico.

    i Que grupos sociales britanicos fueron afectados por su de- pendencia del abastecimiento de came argentina? La came en- friada, por su baratura, se habia convertido en un articulo habitual en la dieta de la clase trabajadora britanica. Elevaba su nivel de vida y al mismo tiempo contribuia a contener las presiones sala- riales que podrian haber agravado la competitividad del capita- lismo britanico. Se podia esperar, por consiguiente, que el Partido Laborista y los financistas e industriales con intereses interna- cionales propugnaran por la instituci6n de medidas favorables para los productores argentinos. Lo mismo hubiese sido valido para los politicos de convicciones libreempresistas; estos uiltimos, sin embargo, se convirtieron en los exponentes de una especle en extinci6n al toparse la economia britanica con serios problemas en sus relaciones con el exterior 2.

    fin al favoritismo de los frigorificos y la creaci6n de un frigorifico controlado por los productores que pudiese regular efectivamente el mercado. El 6xito solamente los acompai6 a comienzos de la d6cada del 40, cuando el mercado britinico qued6 asegurado por los contratos del gobierno concertados ante los requerimientos de la guerra.

    26 "El gobierno de Gran Bretaina, reconociendo plenamente la importancia de la industria de la came congelada para la vida econ6mica de la Argentina..."; vease el articulo lo del pacto concertado entre los gobiernos de Gran Bretafia y de la Argentina con respecto al Trifico y Comercio con Protocolo (Pacto Roca- Runciman), Londres, 19 de mayo de 1933 (Cmd. 4310), Londres, 1933.

    27 Bajo el irpacto de la Depresi6n, la baia en los precios de los alimentos en Gran Bretafia reduciria la importancia de esta observaci6n. Pero vease, no

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    Por otra parte, la carne de bovino argentina competia indi- rectamente con la produccion britanica y la del Imperio; por con- siguiente, reducia el ingreso de los granjeros y hacendados tanto de Gran Bretania como de los Dominios. No es sorprendente, en- tonces, que la oligarquia argentina se encontrara en una situacion contradictoria en sus simpatias politicas. Su simpatia natural por el Partido Conservador britanico se veia algo atemperada por la campaiia de este partido en favor de la proteccion de la produccion interna y del Imperio. Muy a su pesar, la "relacion especial" entre Gran Bretafia y la Argentina paso a depender -al menos en lo que respecta a la carne- de que el Partido Liberal o, lo que era aun peor, el Partido Laborista estuvieran en el gobierno '2.

    "El segundo aspecto (de la relacion complementaria entre Gran Bretafia y la Argentina) -dice el ya citado Informe D'Aber- non- es la inversion de capital ingles en prestamos publicos, ferrocarriles y otros servicios puiblicos, buques, colonizaci6n de tierras, bancos y seguros, frigorificos y en este ultimo tiempo industria local" 29.

    Ya hemos mencionado la importancia corriente de intereses, beneficios y amortizaciones a que dieron lugar esas grandes inver- siones britanicas en la Argentina. Y como, segin el mismo In- forme, "... el exceso de envios argentinos hacia Gran Bretafa es principalmente obra del capital ingles... al proporcionar los me- dios por los cuales Gran Bretafia puede pagar por ellos" 30.

    En realidad, las tres cuartas partes de esta corriente---al- rededor de 15 millones de libras anuales en la decada del veinte-

    obstante, los temores acerca de los posibles efectos de una interrupcion del abas- tecimiento argentino manifestados, por ejemplo, por el Financial Times (21/6/1936).

    La preservaci6n de una fuente barata de abastecimiento bajo control monop- sonico podria explicar la indiferencia britanica hacia la prohibicion estadounidense contra la carne argentina. Vease, por ejemplo, lo que The Economist decia al respecto: "Si los Estados Unidos importasen en una escala sustancial, se produ- ciria una revoluci6n en el mercado de cames argentino, que en la actualidad se halla obligado a aceptar los precios britanicos por su dependencia del mercado de cares britanico" (Suplemento Argentino, 14/12/1929).

    28 "La caida en 1923 del gobiemo conservador... fue en general popular, aun entre aquellos que sostenian las opiniones mas moderadas, puesto que implico el abandono... de una politica que parecia ser lesiva para el interes argentino", Alston a Chamberlain, Argentine Republic, Annual Report, 1924, FO 371-1i604. Existen muy pocas dudas con respecto a la identidad de quienes se dice que sostenian "las opiniones mas moderadas".

    29 U. K., DEPARTAMENT OF OVERSEAS TRADE, ob. cit., pag. 13. El parrafo citado continAia con una estimaci6n de las inversiones britanicas en la Argentina entre 500 y 600 millones de libras esterlinas.

    30 Ibid., pAg. 13.

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  • LA ARGENTINA Y LA ECONOMIA ATLANTICA

    se debi6 a las remesas de los ferrocarriles de propiedad britanica. Ademas las compaiias ferroviarias, que por la ley Mitre habian sido liberadas de impuestos en la Argentina, con excepcion del 3 por ciento de las entradas netas que debia ser gastado en ca- minos que condujeran a las estaciones, "...pagan el impuesto britanico a los reditos... lo cual causa resentimiento en la Ar- gentina, puesto que si no tuvieran que abonar ningun impuesto quedaria (en el caso de los ferrocarriles) mas dinero para ser gastado en las lineas o para permitir una reducci6n en los fletes y pasajes" 31.

    Varios factores eran de importancia directa en la determi- nacion de las ganancias de los ferrocarriles que, a su vez, daban origen a esa corriente de remesas ya mencionada (cabe destacar la asombrosa similitud entre su volumen y la cantidad de es- terlinas derivadas de la venta de carne enfriada). Dejando de lado las circunstancias climaticas

    -que mediante su accion sobre las cosechas podian alterar en buena medida el volumen del tra- fico-, el resto era de significacion politica directa.

    Las tarifas de transporte y los salarios de los obreros ferro- viarios eran las dos fuerzas principales que determinaban las ga- nancias en pesos, mientras que el valor del peso -y la posibilidad de libre transferencia a Londres- determinaba su equivalente en libras.

    Las tarifas afectaban directamente los ingresos de los pro- ductores rurales, pues los precios de las cosechas y el ganado eran cotizados para Buenos Aires, o para algun otro puerto. Las com- panias ferroviarias, en consecuencia, estaban en conflicto directo tanto con ellos como con los obreros. En el caso de las tarifas, las companias recurrieron a la tactica de discriminar en favor de los ganaderos para no enemistarse con los grupos mas poderosos de los productores rurales. En el caso de los obreros, la posicion de las companias se debilitaria en la medida en que se desarroll6 la sindicalizaci6n y gobiernos mas afines a su causa llegaron al poder, como ocurrio con el de Yrigoyen y posteriormente con el de Per6n.

    El valor del peso tambien era motivo de conflicto entre los

    3 Sir Malcolm Robertson, embajador en la Rep6blica Argentina desde 1927 a 1929, citado por The Times (24/7V1190).

    El Tesoro Britanico tuvo pues una participaci6n directa en el flujo de be- neficios que iban de la Argentina a Gran Bretafia. La misma observaci6n es vilida para otras companfias de servicios p6iblicos, como la Anglo-Argentine Tramways, que casi monopoliz6 el transporte pAblico de Buenos Aires. Aunque desde co- mienzos de la d6cada del 20 bajo control belga, fuertes intereses britanicos seguian involucrados en esa conpafiia.

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    ferrocarriles y los productores rurales. Mientras las companiias se beneficiaban con la valorizaci6n del peso, los ingresos de los productores se incrementaban con su devaluaci6n. Pero en este aspecto las companias tenian un poderoso aliado en los ministros de Hacienda, pues el servicio en pesos de la deuda externa guber- namental era disminuido con la valorizaci6n del peso 2.

    Sin embargo, las quejas argentinas contra los ferrocarriles britanicos no se referian solo a las ganancias de estos. Los pre- cios del material ferroviario britanico eran mucho mas altos que los que ofrecian las empresas norteamericanas, belgas y alemanas. Pero las compafnias britanicas habian formulado una politica de comprar siempre en Gran Bretaia33.

    Esta politica seguida por las companias britanicas -no res- tringida a las empresas ferroviarias ni a las firmas de esa na- cionalidad- no se debia solo a su celo patri6tico. Existian im- portantes lazos entre los directores de los ferrocarriles britanicos y los directores de las firmas de carb6n y material ferroviario, asi como tambien de las empresas de ingenieria. La politica "compre en Inglaterra" no estaba desprovista de conveniencia para los directores, aun si ello iba en detrimento de la Argentina y de los accionistas 34. No asombra, por consiguiente, que un tercio del carbon exportado de South Wales viniese a la Argentina y que nuestro pais fuera el mayor mercado fuera del Imperio para el material ferroviario 35.

    Los ferrocarriles britanicos, como fuente de ganancias y como

    3'2 Estamos hablando, por supuesto, de la determinacion de las verdaderas ganancias. Con respecto a las ganancias contables, la ley Mitre de 1907 prescribia un limite miximo a su tasa. De manera que las companilas recurrieron a los procedimiento normales -abultamiento de costos de abastecimiento, expansi6n inne- cesaria de reservas, etcetera- para evitar alcanzar dicho limite.

    33 "Cada mAquina, cada chasis, cada milla de riel, cada tonelada de com- bustible es encargada aqui. IQue ventaja!" SI MALCOLM ROBERTSON, en "Argen- tine and Great Britain", una disertaci6n pronunciada ante el cuerpo central del Institute of Hispanic Studies, el 12 de marzo de 1935, en Liverpool, Institute of Hispanic Studies, 1935.

    "Y en la Argentina ellos son criticados por hacerlo asi, pues el material bri- tanico... es mis caro que el continental y la gente se queja de que esto ocasiona pasajes y fletes mas elevados". SIR MALCOLM ROBERTSON, "The ,economic rela- tions between Great Britain and the Argentine Republic", Journal of the RIIF, marzo de 1930.

    34 Si se tiene interes en un anAlisis de estas relaciones, vease UNITED STATES, FEDERAL TRADE COMMISSION, Report on Cooperation in American Export Trade, Washington, 1916, principalmente las pags. 72-74, 172-177, 333-347 y 575-597. Vease tambien G. J. EDER, "Current trends in the international trade of Argentina", International Conciliation, junio de 1931.

    35 Vease LORD KYLSANT, discurso publicado en The Times (13/6/1929).

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  • LA ARGENTINA Y LA ECONOMIA ATLANTICA

    mercado cautivo para los productos provenientes de algunas de las industrias flaqueantes de Gran Bretafa, eran la columna ver- tebral de la posicion britanica en la Argentina 36. Desafortunada- mente para sus intereses, primero la competencia de los Ferroca- rriles del Estado y luego del transporte carretero corroerian tal estado de cosas.

    Muchos de los productos britanicos gozaban en el mercado argentino de una posicion en la cual no tenian que competir. 37 Ello explica en gran parte por que fue un mercado tan importante precisamente para las industrias britanicas mas flaqueantes. La industria britanica no solo se habia refugiado en el Imperio sino tambien en una Argentina prisionera.

    Existio un mercado para bienes britanicos que no pudo ser controlado como aquellos que se encontraban en manos de compa- fnias britanicas: el mercado textil. Aunque la influencia de algunas firmas comerciales britanicas era significativa, no podian evitar que se comprase en mercados mas baratos. Pero ademas, a medida que se desarrolla una industria local, el mantenimiento de este mercado hubiera significado entrar en conflicto directo con un grupo de empresarios que era cada vez mas poderoso. Las pers- pectivas a largo plazo de este mercado no eran favorables para Lancashire.

    El comercio entre Gran Bretafia y la Argentina, pese a todas las declaraciones de liberalismo econ6mico, se practicaba princi- palmente -en ambas direcciones- bajo la forma de transacciones internas de companias multinacionales o grupos de firmas aso- ciadas que operaban en los dos paises.

    Para resumir, considerada desde la perspectiva argentina, la "relacion especial" entre Gran Bretafa y la Argentina era funda- mentalmente una cuesti6n de carne enfriada junto con los inte- reses de las firmas a ella vinculadas y de la oligarquia terrate- niente. Considerada desde la perspectiva britanica en tiempo de paz, se trataba principalmente de los ferrocarriles y de su signi- ficado como mercado cautivo y fuente de poder financiero.

    Cambios en las relaciones centro-periferia, desplazamientos de poder entre los centros y presiones locales llevarian a que tanto la carne como los ferrocarriles dejaran de ser fuerzas de desarrollo.

    36 "...la venta de los ferrocarriles seria equivalente a la condena de una -seccion determinada de nuestras mas vitales y caracberisticas industrias a la ocio- sidad... La base establecida, el esquema estructural de las relaciones economicas anglo-argentinas seria destruido", The Times, 8 de agosto de 1929. 37 "Por lo menos la mitad de ellos esta constituido por negocios protegidos ,de compras en provecho de los propios intereses britanicos...", E. GUERMONT, .en The Times, 2 de fiebrero de 1930.

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    b) La vinculacion de los Estados Unidos con la Argentina En 1925 los Estados Unidos se convirtieron en el principal

    proveedor de la Argentina; conservaron esa primacia hasta la Depresion. Esta vez parecia que tal posici6n habia sido alcanzada sobre la base de tendencias de largo plazo y no, como durante la Primera Guerra Mundial, debido a las dificultades en obtener abastecimientos en Europa y transporte maritimo desde alli.

    El principal producto de las exportaciones norteamericanas a la Argentina eran automotores, y muchos de los otros articulos importantes que constituian este comercio estaban subordinados a este, como en el caso de los neumaticos, de las camaras y de los derivados del petr6leo. Argentina se habia convertido para los Estados Unidos en el tercer mercado de autom6viles en el mundo.

    Otra exportaci6n de peso eran los camiones. 0 sea que impli- cito en la exportaci6n norteamericana de automotores a la Argen- tina existia un desafio al dominio de los ferrocarriles sobre el transporte de larga distancia y al predominio de los tranvias en el transporte urbano. De manera que aunque estas exportaciones. no aparecian como directamente competitivas con las exportacio- nes britanicas, esto era asi solo en apariencia.

    Estas exportaciones norteamericanas se caracterizaban, ade- mas, por el hecho de que estaban destinadas a expandirse mientras la Argentina prosperase. Pero, por otra parte, y por su misma alta elasticidad-ingreso, serian mucho mas vulnerables a las crisis.

    Habia otros articulos muy importantes entre las exportaciones. estadounidenses a la Argentina; uno de ellos era la maquinaria agricola e implementos. Su futuro dependia de ciertas tendencias especificas actuantes en las areas rurales argentinas. La crisis ganadera del periodo posterior a la Primera Guerra cre6 un movi- miento de abandono de la producci6n de ese sector en beneficio del cultivo de cereales. Y la creciente prosperidad de la Argentina exigia instrumentos que pudiesen reemplazar la mano de obra. Era de estas fuerzas que dependia la expansi6n ulterior de la ma- quinaria agricola. En realidad, tanto el transporte automotor -con su paralelo desarrollo caminero- como la maquinaria agri- cola dependian mas bien de una Argentina de granjeros antes que de la Argentina de los hacendados.

    Otro de los productos incluidos entre las exportaciones esta- dounidenses a la Argentina revelaba una complementariedad mu- cho mas importante y de largo alcance. Los Estados Unidos expor- taban maquinarias para las industrias textil y del calzado, at contrario de Gran Bretafia, que se ocupaba activamente de la venta de los productos terminados en el mercado argentino. Por lo tanto,.

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  • LA ARGENTINA Y LA ECONOMIA ATLANTICA

    con el desarrollo de la industria local, como consecuencia de la existencia de tendencias de largo plazo y de las presiones de la crisis y de la guerra, los Estados Unidos se ubicarian en una linea de exportaciones con futuro, mientras que las de Gran Bretafia estaban condenadas a declinar.

    Las empresas norteamericanas habian puesto mucho empefio en superar el obstaculo planteado por los crecientes aranceles adua- neros argentinos para algunos articulos mediante el simple expe- diente de establecer sucursales en el pais. La inversi6n directa norteamericana

    -para el mercado local-, que habia comenzado a principios de siglo con el establecimiento de fabricas de maqui- nas para hacer calzado y de maquinas de coser, se desarrollo a ritmo muy rapido en una serie de actividades en la Argentina. Algunos de los campos elegidos fueron el de la fabricacion de auto- moviles (se instalaron las dos empresas mas importantes), el de productos farmaceuticos y de perfumeria, de ascensores, de ce- mento -otra vez conectado con los automotores por la construc- cion de carreteras- y, por supuesto, en esta misma direccion, el del petr6leo.

    El acrecentamiento del comercio y el establecimiento de sucur- sales fueron seguidos por los bancos y el transporte maritimo. Hacia fin de la decada del veinte la Argentina se habia convertido en el sexto mercado mundial para las exportaciones norteameri- canas. No obstante, algunos factores de debilidad continuaban existiendo en la posicion norteamericana en este mercado.

    El primero: el dominio del capital britanico sobre las gran- des companiias de servicios publicos, que significaba -como se se- fial-- la exclusion casi total de las exportaciones norteamericanas para esta actividad. Este obstaculo para una ulterior extensi6n de la influencia de los Estados Unidos fue salvado facilmente. Se us6 el mayor poder financiero de Nueva York para apoderarse de las debilitadas empresas britanicas. En 1927 y 1928 el capital nor- teamericano logr6 apoderarse de los intereses electricos de la Atlas en la Argentina y tambien de la compafiia telefonica. Cuando en 1929 se difundieron rumores de que estaba por apoderarse de la Companiia Primitiva de Gas e inclusive de alguno de los ferro- carriles britanicos, el panico cundio en ILondres. Finalmente la amenaza no se materializ6, pero las compafnias ferroviarias intro- dujeron cambios en sus estatutos, de manera que los accionistas que no fuesen ingleses o argentinos no pudieran controlar las direcciones. 38

    38 Con respecto a las gestiones relacionadas con este episodio, en el cial los gobieros argentino y britanico actuian al unisono con las compafiias britaniclas

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    El segundo elemento de debilidad en la posici6n norteameri- cana en la Argentina fue la imposibilidad de poner bajo su esfera de influencia a ningun grupo social significativo. Y este fue un obstaculo mucho mas serio que el primero. Ello derivaba principal- mente de los altos gravamenes a la importaci6n de came y otros productos agropecuarios, a lo cual, en el caso de la carne refri- gerada, se aniadio el embargo. Mas aun, el proteccionismo agricola en los Estados Unidos no solo no disminuy6 sino que se agravo con el empeoramiento de la posicion de sus agricultores debido a los efectos de la Depresi6n.

    Posteriormente a la crisis los Estados Unidos trataron de superar su d6bil posici6n proporcionando prestamos oficiales para la compra de maquinaria en su mercado. Pero alli surgio otro obstaculo; las empresas norteamericanas ejercerian presion sobre el gobierno de los Estados Unidos para que esos prestamos a la Argentina no fueran gastados en rubros competitivos con sus actividades.

    B. El triangulo Argentina-Gran Bretania-Estados Unidos y la economia mundial

    El triangulo argentino estaba lejos de ser un sistema estatico. Nuevos cambios no cesaron de producirse y condujeron, en reali- dad, a algo cercano a su ruptura, en la d6cada del treinta, y a su problematico renacimiento en la decada del cuarenta.

    Los factores que originaron esos cambios actuaron a traves de una interaccion bastante compleja y peculiar entre el triangulo argentino y la totalidad del sistema centro-periferia. Pero las fuerzas impulsoras presentes tras esos factores fueron algunas importantes transformaciones en el sistema centro-periferia.

    1. EL TRIANGULO Y EL SISTEMA CENTRO-PERIFERIA

    Por razones geograficas y econ6micas -a veces tambien por razones politicas- a cada pais corresponde, en una epoca dada, un modelo particular de integraci6n en la economia mundial. Este modelo esta definido por el patr6n de su comercio internacional de bienes y servicios y de sus transacciones en cuenta de capital. Nosotros acabamos de ver un caso: el del triangulo argentino.

    de ferrocarriles, se puede consultar F0371 A3329/A3502/A3752/A3967/A3968 /A41613/A4282/A4T51/52/2-1929 y tambien la carpeta F0118/619-1929.

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    Las economias dependientes o perifericas tales como la de la Argentina son incorporadas, sin embargo, en una economia mun- dial, cuya conformacion esta determinada casi exclusivamente por los modelos de integracion de las economias dominantes o centra- les. 39 Durante la mayor parte del siglo XIX, por ejemplo, la eco- nomia internacional basicamente habia sido conformada por la economia britanica y por su modelo especifico de integracion inter- nacional en ese momento: el modelo "clasico" de las relaciones economicas internacionales. Al menos eso fue lo que ocurri6 con la periferia y especialmente con los "paises de reciente colonizacion".

    Ademas, el modelo de integracion de una economia perife- rica no es generalmente una adaptacion al esquema de la economia mundial tal como es determinado por todos los centros en su con- junto. Los modelos de integraci6n de los diversos centros difieren, y el modelo de integraci6n de cada pais periferico esta restringido al que le determine el centro especifico dentro de cuya esfera de influencia se halle. Asi, por ejemplo, en las postrimerias del siglo xIx, a una Gran Bretafa avida de importar alimentos le corres- pondi6 una Argentina que encontro en la expansion de la industria ganadera el principal camino para la acumulacion de capital.

    Aunque existe un grado importante de inercia una vez esta- blecido un sistema particular de relaciones centro-periferia, este ultimo de ninguna manera es inalterable. En cada centro tomado aisladamente, en las relaciones entre los distintos centros -que pueden incluir el surgimiento de uno nuevo- y en sus relaciones con la periferia se producen cambios casi constantemente al ser desechados viejos patrones para dar lugar a un desarrollo mayor. El triangulo argentino no fue una excepcion a esa regla.

    De lo anterior se deducen dos conclusiones. Primero, que el pais periferico estara sujeto a transformaciones sucesivas para acomodarse a un nuevo modelo de integraci6n en la economia mun- dial a medida que las economias centrales en conjunto y sus patro- nes de relaciones con la periferia cambian. El cambio y el creci- miento, por supuesto muy irregulares, no son, pues, incompatibles con la persistencia de una condici6n periferica. Por el contrario, cuanto mas un pais esta a merced de fuerzas externas a si mismo, m,s cambios pueden esperarse en el.

    Segundo, que el pais periferico estar, sujeto a transforma- ciones significativas cuando se den desplazamientos en el peso relativo y en las esferas de influencia de los diferentes centros,

    39 "La distinci6n entre las economias dominantes y las dependientes es vital en una visi6n dinimica de las relaciones econ6micas internacionales", R. NURKSE, Patterns of Trade and Development, Oxford, 1962, pags. 26-27.

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    cada uno de los cuales esta dotado de un modelo especifico de integraci6n en la economia mundial.

    Esas dos fuerzas de cambio, digamos externas, de la perife- ria se mezclaran entre si y, por lo tanto, lo que a veces puede ser interpretado desde la perspectiva especifica de un pais, como una consecuencia de un cambio global en las relaciones centro-periferia, puede ser solo efecto de un desplazamiento en la esfera de influen- cia en la cual este ubicado el pais. Este es especialmente el caso de los paises perifericos que lejos de estar en una vinculaci6n bilateral con uno solo de los centros, se ubican, en cambio, en un esquema esencialmente triangular que los relaciona con dos cen- tros diferentes, los cuales, a su vez, estan experimentando una modificaci6n drastica en su taila relativa. En la Argentina, por ejemplo, el pasaje de la dependencia de las exportaciones a la de- pendencia de las importaciones de petroleo y de maquinarias, asi como de insumos basicos, puede decirse que, en cierto modo, fue solamente consecuencia de un desplazamiento de la esfera de in- fluencia britanica a la estadounidense, en un periodo particular del desarrollo econ6mico de esos dos centros.

    Sin embargo, no toda la iniciativa de la transformaci6n de la economia mundial reside en los paises centrales con la periferia respondiendo s61o pasivamente respecto a ellos. Eso fue cierto en una etapa muy temprana de la integraci6n de la periferia al siste- ma internacional. Pero posteriormente, y dependiendo del modelo especifico de integraci6n del pais periferico, surgiran agentes pro- pios de transformaci6n mas o menos sustanciales.

    La Argentina estaba precisamente en esta uiltima posici6n. Su modelo de integraci6n, en contraposici6n con el de las econo- mias mineras de exportaci6n, le habia permitido un desarrollo muy temprano de actividades locales ajenas a 1e; por ejemplo, una in- dustria textil que desafiaba el interes de Lancashire en el mercado argentino. El pais, por lo tanto, no podria sino cambiar -incluido en este cambio un nuevo modelo de integraci6n en la economia mundial- para acomodarse a los requerimientos del desarrollo ulterior de esas fuerzas una vez que hubieran tomado cuerpo. Asi, en la Argentina, el desarrollo de algunas industrias locales en con- flicto con la "relaci6n especial" entre Gran Bretafia y el pais con- dujo paulatinamente a la adopci6n de recursos proteccionistas mas efectivos, que culminaron en 1946 con la exclusi6n, en la practica, de las importaciones de ciertos rubros.

    En consecuencia, en cualquier momento dado, tanto las nuevas fuerzas de expansi6n local como aquellas que presionan desde los paises centrales para constituir un nuevo sistema global centro-

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  • LA ARGENTINA Y LA ECON'OMIA ATLANTICA'

    periferia y para provocar una redistribucion de las esferas de influencia de los distintos centros estaran afectando al pais peri- ferico. Y su interrelaci6n sera mucho mas compleja en el caso de un pais periferico que no solo se halle en una relacion triangular con dos centros sino que, ademas, haya desarrollado fuerzas sus- tanciales de crecimiento autonomo.

    Las relaciones economicas internacionales no se dan tampoco en un vacio social. A cada modelo de integracion en el sistema economico internacional corresponde una estructuraci6n social por la cual los grupos intervinientes en las actividades economicas especificas involucradas en dicho modelo establecen relaciones den- tro y a traves de las fronteras. Un ejemplo de esta aseveracion lo proporcionan las relaciones de los terratenientes con el resto de la sociedad argentina y con los grupos sociales de Gran Bretafia com- prendidos en la "relacion especial".

    Por consiguiente, los cambios en el modelo no pueden sino provocar cambios sociales y acciones politicas. En particular, las politicas gubernamentales seran formuladas no solo como resul- tante de las nuevas condiciones estructurales, sino, adicional- mente, como resultante del poder relativo de los grupos vinculados a cada modelo. Sera necesario, entonces, entablar negociaciones de gobierno a gobierno para sellar tratos sucesivos entre las naciones, en concomitancia con el nuevo patron de relaciones economicas y la red de relaciones de poder a 1e vinculada.

    El resultado final de este analisis es que un pais periferico como la Argentina, ubicado en una relacion economica interna- cional triangular, atravesara importantes transformaciones que podran ser facilmente malinterpretadas, porque estas transfor- maciones derivaran de esa interaccion compleja de fuerzas de caracter muy diferente: locales y extranjeras. Tales equivocos, asimismo, se veran reforzados por la consiguiente retorica com- plicada que los diferentes grupos sociales emplearan para formu- lar sus intereses en su confusa lucha por el modelo que -al menos para su comprension de la situacion- les depararia mayores beneficios.

    En realidad, uno de los principales propositos de este trabajo -asi como de la obra a 1e vinculada emprendida por los autores- es, quizas, el de mostrar que aquello que ha sido reiteradamente interpretado en la Argentina -y tambien en el exterior- como acciones nacionalistas conducentes a una mayor autonomia -y en consecuencia a la superacion de la posicion de pais periferico-, puede ser interpretado con mayor validez como una consecuencia de cambios en las relaciones globales de los centros con la periferia

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  • JORGE FODOR Y ARTURO O'CONNELL

    y/o de un drfstico desplazamiento desde la esfera de influencia britnnica a la de los Estados Unidos. Este ultimo desplazamiento, por cierto, tuvo como consecuencia final la liquidacion del trian- gulo argentino. 40

    Por lo tanto se hace muy necesario un examen cuidadoso tanto de esos cambios globales en las relaciones centro-periferia como de los producidos en los centros.

    2. TRANSFORMACIONES EN EL SISTEMA CENTRO-PERIFERIA

    a) Dos transformaciones bdsicas en las relaciones centro-periferia Casi simultaneamente con el surgimiento del tri,ngulo argen-

    tino se produjeron dos cambios decisivos en la economia mundial. En primer lugar, se genero un exceso de oferta de alimentos

    y materias primas agricolas. Este excedente de bienes agricolas -y en realidad de todos los productos primarios si excluimos el petroleo- se debi6 a la acci6n combinada de fuerzas actuantes tras la oferta y la demanda.

    En cuanto a la oferta, la expansi6n de la agricultura comer- cial en el periodo previo a la Primera Guerra Mundial estuvo acompafiada por formidables mejoras tecnol6gicas que habian acen- tuado los efectos del cultivo de nuevas tierras. El capital se habia encaminado hacia las regiones especializadas en la produccion agri- cola, extendiendo a ellas la revolucion ya dada en la industria. 4

    En el caso de los alimentos, la Primera Guerra Mundial por si misma -con la desorganizaci6n consiguiente de la producci6n en Europa- impulso aun mas la expansi6n de la produccion en

    40 Sin embargo, en la d6cada de 19.60 otro triangulo habia sido creado, pero esta vez con 1a Comunidad Econ6mica Europea desempeiiando -al menos desde la perspectiva comercial- el antiguo papel de Gran Bretaina.

    41 "En el proceso hist6rico real puede observarse un desfasaje en el ritmo del desarrollo capitalista en la industria y la agricultura, o sea, un desarrollo des- igual de las industrias extractivas y manufactureras. Apenas la primera alcanza el nivel tecnologico de la segunda, ello da como consecuencia una sobreproduc- ci6n cr6nica en este sector..."; v6ase GYORGY GONGOL, "On the Transformation of the Capitalism World Economy", en Studies in International Economics, Hun- garian Academy of Sciences, Institute of Economics, Budapest, 1966.

    La producci6n de bienes primarios se increment6 entre 1850 y 1913 a un ritmo de mas del 3' por ciento anual. Se estima que la productividad por hombre ocupado en la agricultura, en los Estados Unidos, habria experimentado un in- cremento del 1,5 por ciento anual, ligeramente mayor que el correspondiente a la industria manufacturera; vease W. A. LEwrs, Economic Survey,. 1919-1939, Londres, 1965, pAg. 191.

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  • LA ARGENTINA Y LA ECONOMIA ATLANTICA 25

    el cintur6n de la zona templada de ultramar. 42 Pero luego de finalizada la contienda la produccion europea recobro sus niveles anteriores. Solo un aumento decisivo de la demanda podria haber absorbido el nuevo nivel de oferta.

    En cuanto a la demanda, otras fuerzas actuaban, empero, en Europa para reducir su incremento. En primer lugar, declino el crecimiento de la poblacion, tendencia acentuada ademas por las muertes ocasionadas por la guerra. En segundo lugar, a medida que los niveles de ingreso se incrementaron, los gastos en alimen- tos disminuyeron proporcionalmente de acuerdo con la ley de Engel.

    El resultado de los excedentes agricolas cronicos fue una ten- dencia depresiva en los niveles de precios, la cual afecto directa- mente los niveles de ingreso de los productores. La proteccion del agricultor local de los efectos de la crisis se convirtio en un pro- blema politico candente. Y redundo en una restriccion mayor en los mercados centrales sobre la importacion de productos alimen- ticios producidos en las zonas templadas de ultramar, que se aniadio a la ya creada por la accion de las "fuerzas de mercado". 43

    42 En cuanto al trigo, en los Estados Unidos, Canadi, la Argentina y Aus- tralia, el area bajo cultivo se increment6 entre 1924 y 1928 a 46 millones de hectkreas, en comparaci6n con las 32 millones de hectareas correspondientes al quinquenio 1909/1913; v6ase LEAGUE OF NATIONS, The Course and Phases of the World Economic Depression, Ginebra, 1931, pag. 40.

    43 El proteccionismo agricola tuvo un temprano comienzo en la Europa con- tinental. En Francia el arancel Meline de 1892 habia incrementado los gravi- menes sobre los productos agricolas en un 25 por ciento sobre el promedio, en Alemania los gravnmenes fueron elevados en 1902 y en Italia en 1887. Los pri- meros dos paises impusieron restricciones adicional'es en la d6cada del 20-in- cluida una cuota contra la carne en el caso de Alemania- e Italia emprendi6 la "batalla del trigo" en 1925. En los Estados Unidos las politicas comerciales respeeto de los productos de la agricultura -como de todos los demas- no habian sido precisamente liberales desde la Guerra Civil. Pero durante los anos inme- diatanriente anteriores a la Primera Guerra Mundial, hubo cierta liberalizaci6n que,culmin6 -bajo el gobierno de Wilson- en el arancel- Underwood de 1913, que prescribia un gravamen s61o sobre el lino. No obstante, en 1921 fue pro- mulgada la ley de Aranoel de Emergencia y mas tarde consolidada en el arancel F6rdney-McCumber de 1922; ambas establecian pesados gravamenes sobre los productos agricolas. De alguna manera respondian al retorno de los republicanos al poder, pero la principal fuerza actuante fue el derrumbe de los precios. El proteccionismo fue ademas impulsado ulteriormente por la aplicaci6n de prohi- biciones por motivos sanitarios y por la aplicaci6n de la clAusula "flexible" de la ley de aranceles aduaneros. En 1930 la ley Smoot-Hawley introdujo un gra- vamen aun mas proteccionista cuya acci6n se vio posteriormente reforzada por la implantaci6n de precios minimos a la producci6n interna y subsidios de di- versos tipos.

    En Gran Bretaiia es dondee el proteccionismo agricola se darla por ultimo; s61o se implanto luego de la crisis del 30. Tomo principalmente la forma de

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  • JORGE FODOR Y ARTURO O'CONNELL

    El proteccionismo agricola del centro dio lugar a un protec- cionismo industrial en la periferia. Y asi se puso termino a las bases tradicionales de la divisi6n internacional del trabajo, lo que gener6 incompatibilidades que estaban en gran medida ausentes de ese sistema. La decada de la Depresion s6lo vino a reforzar esta tendencia en la medida en que los precios sufrieron un nuevo de- rrumbe y los consiguientes problemas de balanza de pagos gene- raron incentivos mas acentuados para la industrializaci6n interna.

    La segunda transformaci6n importante de la economia mun- dial despues de la Primera Guerra Mundial fue el cambio del caracter y de la magnitud relativa de las exportaciones de capital.

    Las exportaciones de capital en el siglo xix habian sido pre- dominantemente subsidiarias del comercio. Ya hemos mencionado su papel en la determinacion de la formidable expansi6n de la produccion de bienes primarios en la periferia.44 Pero como el comercio de productos primarios desde la periferia a los paises centrales creci6 rapidamente, los paises subdesarrollados pudieron asegurarse facilmente las divisas necesarias para cubrir el servicio de la deuda externa creada por dicho flujo de capital.

    Despues de la Primera Guerra Mundial, sin embargo las exportaciones de capital eran ya principalmente de origen norte- americano-, se divorciaron de la producci6n para la exportacibn de bienes desde los paises deudores hacia los acreedores. 45 El ca-

    un "regulacion del mercado", cuya consecuencia mas importante fue, desde el punto de vista de los productores extranjeros, la imposici6n de cuotas de im- portaci6n, como ocurri6, por ejemplo, en el caso de la carne, articulo que luego de 1936 debi6 tambi6n pagar impuesto. Para la Argentina, 'as consecuencias del proteccionismo se vieron agravadas por la introducci6n de la "preferencia im- perial" (Imperial Preference), por la que se discrimin6 en favor de sus competi- dores, principalmente en favor de Australia. Tal como se menciona en el articulo 49, apartado H, del acuerdo firmado en 1932 en Ottawa con Australia: "La politica de su Majestad Britanica respecto a la producci6n de came es, primero, la de ase- gurar el desarrollo de la producci6n interna y, segundo, la de dar a los Dominios una participaci6n creciente en las importaciones del Reino Unido".

    44 "La inversi6n internacional privada en Areas subdesarrolladas fue indu- cida fundamentalmente, si no directamente, por el crecimiento de la demanda de alimentos esenciales y materias primas", v6ase NURKSE, ob. cit., pag. 17.

    45 "Para decirlo en pocas palabras: la 6poca preimperialista se caracteriza por la relaci6n deudor-acreedor basada en el intecambio interacional de produc- tos; la epoca del imperialismo, en cambio, esta caracterizada por el intercambio internacional de bienes basado en la relacion deudor-acreedor"; vease GONGOL, ob. cit., pag. 20. Resuenan aqui ecos de Lenin:. "Tipico del antiguo capitalismo fue la exportaci6n de bienes; tipico de la ultima etapa del capitalismo ...es la expor- taci6n de capital". Vease LENIN, Imperialism; the Highest Stage of Capitalism, Moscu, 1968, pag. 68.

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  • LA ARGENTINA Y LA ECONOMIA ATLANTICA

    pital fluy6 hacia otras areas industrializadas, como por ejemplo Alemania. Y cuando lo hizo hacia la periferia fue principalmente para financiar obras publicas o produccion interna de escasa im- portancia en cuanto a la capacidad de exportar del pais receptor. La rezagada demanda de productos primarios -apareada al pro- teccionismo agrario- de los paises centrales, puso limites bien definidos al desarrollo de la capacidad de exportaci6n de los paises perifericos. Por otra parte, los altos gravamenes norteamericanos contra las manufacturas competitivas -tema que ampliamos lue- go- harian imposible para los otros paises centrales desarrollar sus exportaciones hacia el pais acreedor. 46

    Como no se desarrollaban exportaciones de bienes hacia el pais exportador de capital, el sistema solo pudo seguir funcionando mediante mayores incrementos de las exportaciones de capital, las cuales, a su vez, solo empeoraban el problema para el futuro; otro "filo de la navaja", pero esta vez de las exportaciones de capital.

    Cuando el volumen de las exportaciones de capital se derrum- b6 en 1928, todo el sistema econ6mico internacional qued6 parali- zado. Por varios anos las exportaciones de capital serian marcada- mente negativas: los retiros de capital sobrepasaban cualquier nueva inversion. Cuando se reanudaron, antes y durante la Segun- da Guerra Mundial fueron generalmente efectuadas por institu- ciones oficiales y se convirtieron -ahora abiertamente- en un instrumento de la politica exterior de las naciones centrales. 4

    46 "La causa principal del desequilibrio fue que... los m6todos de la expan- si6n imperial -la exportaci6n de capital- fueron por primera vez aplicados a un pais cuya estructura econ6mica lo hacia un rival inevitable de esa misma expan- si6n", v6ase H. W. ARNDr, The Economic Lessons of the Nineteen-thirties, Londres, 19633, pig. 28. Esto se aplica en el caso de Alemania; en el caso de un pais productor primario, una opini6n argentina demuestra que existi6 una amplia con- ciencia de las consecuencias de esta pauta de exportaciones de capital: "Despues de la guerra, los Estados Unidos han adquirido gran importancia como pais acreedor. La Republica Argentina, por su parte, ha contratado en ellos empr6stitos de caricter piblico y privado. Pero para abonar sus servicios financieros, no pode- mos enviar nuestros productos al mercado de la Uni6n, en raz6n de los fuertes derechos aduaneros que dificultan e impiden su entrada"; vease L. DuHAU, Corn- pror a quien nos compra, Buenos Aires, '1927.

    47 For ejemplo, con respecto a America Latina este fue el caso del Eximbank. Creado en 1933 para otorgar pr6stamos a la Union Sovi6tica, fue empleado en 6poca de guerra para conceder pr6stamos a paises especificos -seguin planes estrat6gicos- para hacer del hemisferio occidental un sistema econ6mico auto- suficiente. De este periodo tambien data la iniciativa para formar un Banco Inter- americano de Desarrollo, qu,e fue en aquel entonces rechazada fuertemente por la mayoria de los paises latinoamericanos, los cuales consideraban al organismo como un instrumento de dominio adicional en manos de los Estados Unidos.

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  • JORGE FODOR Y ARTURO O'CONNELL

    b) Cambios en las relaciones entre los centros De los cambios en las relaciones entre los centros ocurridos

    en el periodo posterior a la Primera Guerra Mundial, el mis sig- nificativo fue el ascenso de los Estados Unidos a la cima de la escala y el consiguiente desplazamiento de peso relativo desde Gran Bretania a traves del Atlantico Norte. En realidad, las dos trans- formaciones basicas de la relaci6n centro-periferia que se acaba de examinar fueron en alguna medida una consecuencia de este otro cambio. Pero existieron otras consecuencias.

    Primero: los Estados Unidos eran un pais de altos gravamenes La ley Fordney-McCumber de 1922 y la ley Hawley-Smoot de 1930 -cuyo analisis comenzo en 1928, bastante antes de la crisis- ase- guraron que ello continuara siendo asi luego de la Primera Guerra Mundial. Para los otros centros, la combinaci6n de la capacidad competitiva de unos Estados Unidos mas recientemente industria- lizados y de sus altos gravamenes ejercio una intolerable presion sobre su propia capacidad de exportar. Ellos tambien recurrieron, por consiguiente, al proteccionismo industrial. 48

    Segundo: el proteccionismo de Gran Bretania y de otros cen- tros, tales como Alemania, fue acompafiado de la promoci6n de politicas discriminatorias. Gran Bretafia empleo su poder de ne- gociacion en tanto mercado mundial dominante para productos primarios -de carne argentina por ejemplo- para lograr un tra- tamiento discriminatorio favorable por parte de sus clientes mas debiles, principalmente para sus antiguos y declinantes productos

    48 En Gran Bretaiia el proteccionismo fue inaugurado durante la Primera Guerra Mundial con la ley McKenna de 191'5, que impuso un gravamen del 33 1/3 por ciento sobre articulos que fueron considerados de lujo (autos particulares, relojes pulsera y de pie, etc6tera). Estos gravimenes, sin embargo, fueron mante- nidos despu6s de la guerra, cuando ademas se promulgo la ley de Salvaguardia de Industrias (Safeguarding of Industries Act) y la ley de Anilinas (Restriccion a las Importaciones). La industria de la remolacha tambien fue protegida en las postrimerias de la d6cada del veinte. Empero, en 1930,! en total s6lo el T17 por ciento de las importaciones britanicas pagaban gravamen, incluidos impuestos no proteccionistas; la agitacion por medidas proteccionistas no se materializ6 en algo mas amplio aun bajo el gobierno conservador, que estaba ya comprometido por su programa a incrementar la protecci6n. El gobierno laborista elegido en .1929 trato fren6ticamente de l1egar a una tregua internacional de gavamenes sin mucho exito. Con el advenimiento de la Depresion y con el nuevo gobierno nacional en el poder, fueron promulgadas en noviembre de 1931, la ley de importaciones inu- suales (Abnormal Importations Act), y en febrero de 1932, la ley de derechos de importaci6n (Import Duties Act), que estipulaban un aumento general de los gravimenes, salvo para determinadas materias primas y alimentos. Vease "Commer- cial policy", cap. 4 de British Economic Foreign Policy, de J. H. RICHARDSON, Londres, 19.36.

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    tipicos de exportaci6n (carb6n, textiles de algod6n, algunos rubros de la industria del hierro y el acero) 49.

    La presion norteamericana en los mercados de exportaci6n tambien condujo, en el caso especifico de Gran Bretafia, a la ins- tauraci6n completa de la Preferencia Imperial luego de la Confe- rencia de Ottawa en 1932. A cambio de especiales concesiones para las exportaciones britanicas en los mercados de los Dominios, es- tos, a su vez, obtuvieron un acceso preferencial para sus exporta- ciones en el mercado britanico 50.

    Los Estados Unidos, por otra parte, sintiendose seguros de la competitividad de sus exportaciones, adoptaron en 1922 -vease la seccion 317 de la ley de Aranceles Fordney-McCumber- una politica de no discriminacion comercial como la que se consagra en el tratamiento incondicional de "nacion mas favorecida" 51.

    Los altos gravamenes norteamericanos otorgaban muy poca 49 "El principio aplicado es 'Comprar a quien nos compra', que representa

    un alejamiento del mas natural trafico triangular", ibid., pag. 102. Mientras continuaban los preparativos para una Conferencia Econ6mica Mun-

    dial que debia tener lugar en Londres durante el verano de 1933 y, en especial, mientras MacDonald se ponia de acuerdo, en Washington, con Roosevelt sobre una liberalizaci6n de las practicas comerciales, el gobierno britanico estaba firmando entusiastamente convenios preferenciales con Noruega, Suecia, Dinamarca, Ale- mania y Argentina. Todos ellos contenian disposiciones que otorgaban un trata- miento especial para el carb6n y reducciones en los gravamenes sobre productos textiles.

    50 La Preferencia Imperial ya habia sido discutida, y su concepci6n apro- bada, en la Conferencia Imperial de Londres en 1923. Fue incluida,j ademas, en el programa del Partido Conservador para la elecci6n de ese afio. Existian ya elementos de un esquema tal en existencia, puesto que los Dominios otorgaban algunas preferencias a las exportaciones britanicas, y sus exportaciones a su vez, recibian, por ejemplo, un 1/6 de rebaja sobre los gravamenes de la ley de Mc- Kenna. Sin embargo, inclusive despues de que el Partido Conservador volviese al poder -bajo las consecuencias del affaire de la carta de Zinoviev- Baldwin no penso que existiese el suficiente apoyo en el pais como para la instauracion de la Preferencia Imperial. No obstante, la mera amenaza de su instauraci6n fue utili- zada con bastante exito en el caso de la Argentina como veremos al examinar la mision D'Aberon de 1929. Con el gobierno nacional de 1931 en Gran Bretafia, la situacion cambi6 drasticamente como para vencer las resistencias a esta medida.

    51 La secci6n 317 autorizaba al presidente a introducir derechos de multa, como represalia contra el tratamiento discriminatorio. La nueva politica encontr6 su primera posibilidad de aplicaci6n en 1922 con la finalizacion del convenio no formalizado de reciprocidad con Brasil, bajo el cual este pais habia otorgado un tratamiento preferencial a la harina norteamericana -discriminando, en consecuen- cia, contra la harina argentina- y a otros productos, a cambio de la entrada del cafe libre de derechos a los Estados Unidos. La nueva f6rmula -incondicional- de la clausula de "nacion mas favorecida" apareci6 por primera vez en el Tratado de 1923 con Alemania, firmado para detener los intentos de constituir una uni6n aduanera que abarcase Europa continental.

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    legitimidad a la promocion de politicas de "nacion mas favoreci- da" incondicionales. No obstante, estas politicas experimentaron un mayor impulso aun luego de la promulgacion de la legislacion sobre convenios comerciales reciprocos de 1934 (bajo la cual fue- ron negociados varios tratados en Latinoamerica, entre ellos uno con la Argentina en 1941) y, por ultimo, fueron consagradas en los articulos del GATT, despues de la Segunda Guerra Mundial. Este intento de revertir la corriente hacia el proteccionismo y la discriminacion por paises en la politica comercial --el mas exitoso de todos- tuvo, sin embargo, que aceptar la existencia ininterrum- pida de la Preferencia Imperial britanica y de otros acuerdos dis- criminatorios preexistentes antes de la guerra 52.

    Pero en la era posterior a la del patron oro, la forma mas im- portante de discriminacion surgio en el area del manejo de la moneda.

    La presi6n del impulso exportador norteamericano, unido a los reintegros de las deudas, se combino en el periodo posterior a la Primera Guerra Mundial con el surgimiento de una multi- plicidad de centros financieros internacionales y por el caracter hegem6nico de Nueva York como el uinico centro basado en una balanza comercial saludable y en una inmensa acumulacion de oro.

    Los demas centros financieros -sobre todo Londres-, bajo la presi6n del nuevo centro dominante, trataron de adherirse a las antiguas reglas del patron oro. Pero su buena conducta fue efi- mera. Gran Bretafia abandon6 el patron oro en 1931 e incluso los Estados Unidos -en un intento de acabar con la depresi6n de los precios- hicieron lo mismo a comienzos de 1933. Al fluctuar libremente las monedas surgieron posibilidades en las naciones centrales de vender por debajo de los precios de los exportadores rivales a traves de la devaluacion de la moneda, lo cual fue avi- damente aprovechado por Gran Bretafia mientras el dolar man- tuvo su paridad fija con el oro.

    El manejo de las paridades monetarias sumado a la proteccion arancelaria y la discriminaci6n por paises no se revelo como su- ficiente para terminar con las presiones generadas por la "esca- sez de d6lares", creada por la casi total desaparici6n de las ex- portaciones de capital norteamericanas. Los distintos paises recurrieron, en consecuencia, al expediente del control de cambios,

    52 Al permitir una exoepci6n a la politica incondicional de "naci6n mas favo- recida", bajo la forma de la creaci6n de mercados comunes, tambien hubo de aceptar la creacion del Mercado Comun Europeo, lo que precisamente se habia propu,esto evitar cuando la politica de "nacion mas favorecida" incondicional fuera adoptada por primera vez.

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  • LA ARGENTINA Y LA ECONOMIA ATLANTICA

    que a su vez fue puesto al servicio de la discriminacion. Fue asi como surgi6 el area de la libra esterlina, como tambien los acuer- dos de pagos que prescribian una asignacion preferencial de las divisas.

    Una vez mas los norteamericanos -quienes si algo tenian

    era excedente en la balanza de pagos y una creciente acumulacion de oro en sus reservas- tomaron la iniciativa para eliminar la manipulaci6n de la moneda y la discriminacion en los cambios. El exito corono sus esfuerzos solo luego de la Segunda Guerra Mundial, mediante la adopcion de las paridades fijas del sistema del Fondo Monetario Internacional -en Bretton Woods- y la eliminaci6n gradual de las restricciones cambiarias que culmina- ron en 1957. Pero entretanto, y a pesar de las promesas obtenidas del gobierno britanico bajo los terminos del prestamo anglo-nor- teamericano en 1946, el gobierno de los Estados Unidos y otras naciones, la Argentina entre ellas, debieron tolerar la inconverti- bilidad de la libra en 1947 y su devaluacion en 1949.

    c) La implicancia, para el tridngzlo argentino, de los cambios en el sistema oentro-periferia A lo largo del lado Estados Unidos-Argentina del triangulo

    argentino la crisis agricola hizo casi imposible facilitar el acceso de los productos argentinos al mercado norteamericano 53.

    El reducido volumen de la exportaciones de capital estado- unidenses

    -y luego de 1930 su interrupci6n- fue ademas una importante fuente de perturbaci6n de este lado del triangulo ar- gentino. Por mucho que esto fuera conveniente para las tendencias a largo plazo en el desarrollo economico del pais, las exportaciones norteamericanas no podian ser financiadas. Ademas de ello, los fondos argentinos en libras esterlinas se harian eventualmente inconvertibles, bloqueando asi otra fuente de recursos para el fi- nanciamiento de esas exportaciones, que solo podian reanudarse por los nuevos prestamos -oficiales- de dolares y por las com- pras extraordinarias hechas por los Estados Unidos en vinculacion con el esfuerzo belico. Pero se trataba de acontecimientos pasa- jeros. En una perspectiva de largo plazo los Estados Unidos de- bieron presionar a Gran Bretaiia para volver a la convertibilidad de la libra y de este modo salvar -entre otras cosas- su posici6n en el mercado argentino.

    Para la "relacion especial" entre la Argentina y Gran Bretafia la crisis agricola mundial y sus consecuencias proteccionistas au-

    53 Vease la negativa de los Estados Unidos a aprobar el acuerdo de 1930 con Roosevelt, para levantar parcialmente la prohibici6n contra la care argentina.

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  • JORGE FODOR Y ARTURO O'CONNELL

    guraban un desastre. La came, los cereales y las exportaciones de lino habian dejado de ser un camino de expansi6n economica.

    Para Gran B