guía 4 arquitectura románica
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Guía 4
Arte y Arquitectura Románica
1. Orígenes, Ubicación geográfica y expansión
2. Aspectos históricos
3. La primera y segunda Edad Románica
4. Los períodos dinásticos: Merovingio y Carolingio
5. Breve historia del origen y la revolución del románico
6. Características generales de la arquitectura románica
7. Las estructuras y cubiertas abovedadas románicas
8. El arco de medio punto y la bóveda de medio cañón como identificadores del románico
9. El arco perpiaño y sus variantes
10. El ábside y su función estructural y arquitectónica
11. Las cubiertas protectoras de las bóvedas
12. Procedimientos de construcción de las estructuras de las iglesias románicas
13. Evolución de las bóvedas, descripción de cada proceso
14. Funciones, ventajas y desventajas de cada proceso evolutivo
15. El pilar románico: Diseño, Evolución y Función que desempeña
16. El contrafuerte románico
17. El muro de carga
18. Las columnas románicas y sus capiteles
19. Las torres anexas o campanarios
20. Plantas típicas de iglesias románicas: Evolución y características por regiones
21. Partes que conforman una planta románica
22. El claustro o los claustros románicos: Función, descripción y diseño
23. La decoración románica sujeta a la arquitectura: Elementos ornamentales
24. El arte románico: La pintura y la escultura al servicio de la arquitectura
1-Breve historia del Románico
1.2-Ubicación geográfica
1.3-Orígenes
1.4-La época Merovingia
1.5-La época Carolingia
2-Arte y Arquitectura Románica
2.1- Características Generales de la Arquitectura Románica
2.2-Las naves de las Basílicas Románicas
2.3-Las bóvedas de medio cañón
2.4- Arco de medio punto
2.5-Los arcos fajones, torales ó perpiaños
2.6- Función y relación de los arcos formeros con las bóvedas por Aristas
2.7-Arcos formeros
2.8-Los ábsides y su función
2.9-Procedimientos de construcción
2.10-Las cubiertas protectoras
2.11-Principales elementos estructurales
1-Breve historia del Románico
El Románico fue un estilo artístico predominante en Europa en los siglos XI, XII y parte del
XIII. El románico supone el arte cristiano, agrupando las diferentes opciones que se habían
utilizado en la temprana Edad Media (romana, prerrománica, bizantina, germánica y árabe) y
consiguiendo formular un lenguaje específico y coherente aplicado a todas las
manifestaciones artísticas. No fue producto de una sola nacionalidad o región, sino que
surgió de manera paulatina y casi simultánea en Italia, Francia, Alemania y España. En cada
uno de estos países surgió con características propias, aunque con suficiente unidad como
para ser considerado el primer estilo internacional, con un ámbito europeo.
Desde el siglo VIII, una serie de acontecimientos históricos posibilitaron la renovación y
expansión de la cultura europea: la subida al trono de Francia de los Capetos, la
consolidación y difusión del cristianismo, el inicio de la Reconquista en la Península Ibérica y,
fundamentalmente, el nacimiento de las lenguas románicas, son los hitos que marcaron este
resurgimiento.
Alrededor del año 1000, una expansión generalizada en los ámbitos económico y cultural
propició un importante crecimiento demográfico en las sociedades occidentales, roturándose
nuevas tierras y abriéndose antiguas rutas de comercio, que posibilitaran los caminos de
peregrinación. Toda Europa se vio invadida por una auténtica fiebre constructiva; se había
conseguido formular un arte capaz de representar a toda la cristiandad: el Románico.
1.3-Orígenes
El término románico, como concepto que define un estilo artístico, fue utilizado por primera
vez en 1820 por Charles de Gerville, considerando con este término todo el arte que se
realiza anterior al estilo gótico desde la caída del Imperio romano; y por analogía al término ya
conocido de lenguas románicas, el arte románico sucedía al arte antiguo tal y como las
lenguas románicas eran las sucesoras del latín.
Posteriormente, la acepción de arte románico se fue restringiendo y pasó a designar el arte
desarrollado en Occidente entre los siglos XI y XII, aunque todavía hoy siguen las
controversias para determinar con exactitud la amplitud de espacio y tiempo que abarca este
estilo.
En la definición de este primer arte europeo, es fundamental la reforma monacal realizada
por la orden cluniacense, como resultado de una revisión en profundidad de las comunidades
benedictinas. El monasterio de Cluny, fundado en el año 930, se convierte en el gran centro
difusor de la reforma, alcanzando rápidamente una gran expansión y consiguiendo que a
través de sus monasterios el arte románico se difundiera por todo el mundo cristiano
europeo. Antes de que la orden de Cluny capitalizara y extendiera este arte románico, ya se
había desarrollado en Italia, en la región de Como, en España y Aragón (especialmente en
la provincia de Huesca), se denomina el primer románico. En otros lugares como Cataluña,
que recibió mucha influencia italiana, se formaron bases sólidas para el rico desarrollo de la
arquitectura románica que seguiría el resto de Europa, incluida España.
1.4-La época Merovingia
La dinastía de los merovingios, que debe su nombre a un antepasado más o menos mítico,
Meroveo, comenzó reinando sobre los francos salios, federados al imperio por el emperador
Juliano desde el año 358, y fue subordinando progresivamente a numerosos pueblos
germánicos curso y al conjunto de la población galorromana entre finales del siglo V y el año
creciendo 751, fecha de su definitiva eliminación por los carolíngios.
Los merovingios fueron en un principio, un clan sagrado del que provenían los reyes de las
diferentes tribus de francos. Al advenimiento de Clodoveo (482), El problema radicaba en
dilucidar cuál de pueblos germánicos instalados en la Galia conseguiría, en su provecho,
dominar el país. Este éxito fue obra de los francos durante el reinado de Clodoveo y del de
sus hijos Teodorico I, Clodomiro, Childeberto y Clotario I. Se conocen las principales
etapas de esta conquista, aunque, por otra parte, la cronología detallada de las mismas no ha
podido ser establecida con todo rigor. La liquidación de las últimas posesiones romanas en la
Galia, gobernadas por Siagrio, a quién Clodoveo venció en la batalla de Soissons (486),
que delimitó la frontera del reino franco en el Loira, y la campaña contra los alemanes,
derrotados por Clodoveo en Tolbiac (506), marcaron un primer momento de esta
unificación. Posteriormente, Clodoveo, aliado con los burgundios, infligió al visigodo Alarico
II una decisiva derrota en la batalla de Vouilllé (507), lo cual determinó la ocupación de
Burdeos, Saintes, Tours y Angulema por parte de los francos. Esta batalla sentenció la
muerte de los visigodos en la Galia, y sus territorios, sitos entre el Loira y los Pirineos, con la
excepción de la Narbonense y de Provenza, pasaron a poder merovingio. Al morir
Clodoveo(511), los francos eran dueños de toda la Galia, salvo del vacilante reino de los
burgundios y de la zona visigoda. Después de muchos intentos, la sumisión total de
Burgundia (537) y de turingios y bávaros (534-538) terminó de configurar esta hegemonía.
Clotario I logró la reunificación (558-561) del "regnum francorum" e instaló su capital en
París(558), con lo que formó el conjunto territorial más poderoso de Europa occidental.
Las sucesivas divisiones del reino hechas por los soberanos merovingios provocaron
sangrientas luchas fraticidas, que finalizaron al establecerse de nuevo la unidad durante el
reinado de Clotario II (613). A raíz de aquellas se individualizaron Austrasia, Neustria,
Burgundia, Aquitania y Provenza. La muerte de Dagoberto (639) señaló la creciente
importancia de estas entidades y el inicio de la decadencia merovingia, cuya dirección política
sería detentada, en adelante, por los mayordomos de palacio, verdaderos fiscalizadores del
poder real. Neustria, dirigida por el mayordomo Ebroín, impuso la hegemonía al resto de
reinos, pero el asesinato de este(681o683) cambió la situación. Pipino II de Heristal,
mayordomo de palacio de Austrasia, derrotó a los neustrios en Tertry (687), con lo que el
poder pasó a manos de Austrasia, y reunió ambos reinos bajo la teórica autoridad de
Teodorico III. Estas rivalidades entre los mayordomos de palacio, que jalonaron la historia
merovingia del siglo VII, fueron más disputas entre familias ávidas de aumentar su poder que
rivalidades entre pueblos. La obra unificadora de Pipino II de Heristal fue continuada por su
hijo Carlos Martel, que sometió a la autoridad franca a Borgoña y Provenza, a alamanes
(730) y frisones(733). Además logró contener el avance de los musulmanes, que habían
ocupado Carcasona, Nimes y Autun, y los derrotó en la batalla de Poitiers (732), hecho
que significó el definitivo abandono de la penetración sarracena en la Galia (sólo Narbona
quedó en sus manos).
Con la deposición del último de los "reyes holgazanes", Childerico III, y el acceso al trono de
Pipino el Breve (751, apoyado por el papa Zacarías, el reino franco recuperó su antiguo
encuadramiento territorial, e inauguróse así la dinastía carolingia.
1.5-La época Carolingia
La dinastía deriva del matrimonio de los hijos de Arnulfo de Metz y Pipino el breve, ambos
descritos por Fredegario como los señores más importantes de Austrasia. La familia
consolidó su poder desde el segundo tercio del siglo VII consiguiendo que el oficio
de mayordomo de palacio fuese hereditario, y convirtiéndose así en los verdaderos
gobernantes de los francos; mientras que los reyes merovingios quedaban reducidos a un
papel nominal, es por ello que se les denomina "Reyes holgazanes".
El mayordomo de palacio de todos los reinos merovingios, Pipino el Breve (hijo del
mayordomo Carlos Martel y descendiente de Pipino el Viejo), logró destronar a su
rey merovingio Childerico III en 751, y fue reconocido rey de los francos con apoyo del
Papa Zacarías, y posteriormente ungido como rey por el Papa Esteban II en 754. Así,
aunque Pipino fue rey electo, aseguró su legitimidad divina a través del Papa.
En efecto, Pipino consolidó su posición en 754 al fraguar una alianza con el papa Esteban
II, quien obsequió al rey de los francos una copia de la Donación de Constantino en París, y
le ungió a él y a su familia en una majestuosa ceremonia en Saint-Denis, declarándole
«patricius Romanorum» («protector de los romanos»). El año siguiente, Pipino cumplió la
promesa hecha al papa y recuperó el exarcado de Rávena, recientemente perdido ante
los lombardos, entregándoselo al papa en lugar de devolvérselo al emperador bizantino.
Pipino entregó también los territorios reconquistados en los alrededores de Roma, dando
pie a la creación de los Estados Pontificios en la Donación de Pipino, que dejó en la tumba
de San Pedro. El pontífice tenía buenas razones para esperar de la reconstruida monarquía
franca que proporcionara una base de poder leal (potestas) en la creación de un nuevo
orden mundial, centrado en la figura del papa.
2-Arte y Arquitectura Románica
2.1- Características Generales de la Arquitectura Románica
En el Principado de Cataluña se hicieron los primeros abovedamientos de las iglesias
españolas. Algunas características del importante arte románico catalán son:
Empleo del arco de medio punto
Piedra escuadrada pero no pulida
Cabeceras de semitambor adornadas con arquillos y bandas rítmicamente dispuestas
Los templos se cubren con bóvedas pétreas de cañón y horno
Las naves son más amplias y elevadas, al menos en comparación con antiguos edificios
prerrománicos
Se emplean los pilares como sustentación
La época dorada del estilo por su calidad y belleza (románico pleno), se extiende en la última
mitad del siglo XI y la primera del XII, procedente de Francia y transmitido fundamentalmente
a través del Camino de Santiago.
Escultura en fachadas
Puertas
ventanas
Canecillos
Durante la segunda mitad del siglo XII y la primera mitad del siglo XIII, a medida que las
soluciones arquitectónicas se afianzan y mejoran, surge el tardorrománico. Una de sus
expresiones es el llamado arte cisterciense, que se expande con las abadías de la orden del
Císter, expresando las concepciones estéticas y espirituales de Bernardo de Claraval
(ausencia de ornamentación y reducción a los elementos estructurales).
Entre los elementos arquitectónicos que destacan en el estilo Románico los más
característicos del mismo son:
el pilar compuesto y de núcleo prismático.
el arco de medio punto.
la cubierta de bóveda de medio cañón y de arista.
la cúpula poligonal sobre trompas.
los ábsides semicirculares en planta de cruz latina en las iglesias.
A continuación otros de los elementos arquitectónicos propios el estilo:
contrafuertes muy desarrollados
arcos doblados y arquivoltas
capiteles decorados
impostas, frisos decorativos
escultura monumental aplicada a la arquitectura
IDEAS PRINCIPALES
• PREDOMINIO DEL MACIZO SOBRE EL VANO (y oscuridad en los
interiores).
• Arquitec. Religiosa: edificio tipo: Iglesia: simbolismo: Jesús en la Cruz
• Monumentalidad: propagar importancia Iglesia (propagandístico: como en Roma)
• Perdurabilidad: religión cristiana = eterna> edificios en piedra desde el principio.
• Al ser bóveda en piedra: el peso condiciona las particularidades técnicas del estilo.
• Estructura racional: Dios = arquitecto Universo= construcción basada en razón.
Sillares regulares, medidas basadas en un módulo, etc.
• Predominio macizo sobre vano: por necesidad constructiva. Tb. Por voluntad de
conseguir interiores oscuros: recogimiento, piedad, etc...
• El predominio del macizo sobre el vano que distingue al estilo románico responde a
necesidades del sistema constructivo, pero también a la intención de conseguir ese
efecto. La exigencia de muros resistentes y gruesos condiciona el que, para no
debilitarlos, se reduzcan los huecos, predominando en el conjunto el muro sobre las
ventanas (el macizo sobre el vano). Las ventanas consisten en su mayoría en simples
aberturas necesariamente estrechas (a veces sólo saeteras) y debido al espesor del
muro, abocinadas.
• El amplio desarrollo de las superficies lisas posibilita el desarrollo de la pintura mural.
El fresco cubre de escenas religiosas los ábsides y las paredes interiores.
• Los interiores del edificio románico son oscuros. Quedan en una especie de penumbra
que extiende a toda la iglesia una atmósfera de misterio que viene dada no sólo por unas
exigencias técnicas sino que también es fruto de una voluntad estética que pretende
mover al espíritu al recogimiento: fe de sumisión y arrepentimiento (Terror del año mil).
HORIZONTALISMO.
• Las construcciones románicas –sobre todo en los primeros momentos del estilo- dan
sensación de pesadez, de predominio de lo horizontal sobre lo vertical.
• En el interior hay un movimiento desde la entrada hacia la cabecera donde se sitúa el altar
mayor. Este movimiento horizontal está provocado por la ordenación y el ritmo de las
arquerías de la nave central y de los tramos de la bóveda.
• Al horizontalismo de la construcción que lleva la mirada hacia el altar se opone una
tendencia al verticalismo, tendencia que conforme evoluciona el estilo va creciendo. De igual
forma la austeridad predominante al principio da paso a una ornamentación cada vez más
rica.
2.2-Las naves de las Basílicas Románicas
Independientemente del número de naves del edificio, tanto la principal como las paralelas a
ésta, son atravesadas por otra, denominada transepto, con sus brazos más cortos que el
cuerpo principal del edificio. En el caso de la presente imagen se trata de un edificio de
planta basilical: tres naves separadas por filas de columnas.
La cabecera de los templos se denomina ábside y en el románico suele tener forma
semicircular. Normalmente al ábside central lo acompañan dos ábsides laterales, en los
templos de tres naves.
La planta típica de una iglesia románica es la basilical latina con tres o cinco naves y crucero
de brazos salientes. En el testero o cabecera, que siempre mira a oriente, se hallan tres o
cinco ábsides semicirculares de frente o formando corona, llevando cada uno de ellos tres
ventanas en su muro. Y en los pies o entrada del templo se alza un pórtico o nártex
flanqueado por dos torres cuadradas. Pero así como las iglesias rurales o menores sólo
constan de una sencilla nave y un ábside sin crucero saliente y sin torres junto a la portada,
así las mayores sobre todo, las de grandes monasterios o los santuarios visitados por
numerosas peregrinaciones suelen ofrecer muy amplio el transepto y crucero, como también
tienen prolongadas las naves laterales en torno a la capilla mayor constituyendo la girola o
nave semicircular que da paso a diferentes capillas absidiales, abiertas en torno de ella a
modo de corona. Algunas iglesias tienen los brazos del crucero convertidos en sendos
ábsides que con el central forman una especie de gran trifolio. Las iglesias de templarios y de
otras órdenes caballerescas afines se hallan, por lo común, sobre planta poligonal o circular y
son de escasas dimensiones. Asimismo, existen pequeños oratorios de planta circular que
fueron capillas funerarias o que estuvieron unidas a fortificaciones como oratorios militares y
no faltan otras que siguiendo el estilo o inspiración bizantina se disponen a modo de cruz
griega y de cuadrifolio.
PLANTA
• Basada en la basílica romana, en un principio sin crucero o poco destacado.
• En un principio con una sola nave, terminada en un ábside recto o semicircular;
posteriormente de tres naves, con un ábside en cada una de ellas (o sólo en la central).
• Posteriormente irá agrandando el crucero hasta convertirse en planta de cruz latina, la más
característica del estilo. Este crucero llegará a ser doble en algunas iglesias de gran
afluencia (ver
Cluny III). Existen también algunos ejemplos de planta centralizada: la Vera Cruz, Segovia;
el Santo Sepulcro, de Jerusalén...).
• Está orientada (cabecera al Este), siguiendo al templo griego y romano, y cargada de
simbolismo: nacimiento/muerte, amanecer/crepúsculo.
• El fenómeno de las peregrinaciones afectará a su evolución, con la construcción de un
deambulatorio o girola, rodeando al ábside, para permitir la circulación de los peregrinos
durante la celebración de la misa, así como para abrir en la girola una serie de capillas
radiales, para situar las reliquias y celebrar las numerosas misas pagadas. También se
situarán capillas en los brazos del crucero (absidiolos).
PARTES
• CABECERA: en un primer momento con un ábside en cada nave (hasta un máximo de
tres), después con un ábside en la nave central y dos en la transversal. Las iglesias llamadas
―de peregrinación‖, tendrán una girola y capillas radiales. (ver Cluny III, 12 capillas).
NAVES
• 1, 3 ó 5. Nave central y naves laterales. El crucero también puede ser de una nave o de
tres.
• En el primer románico, estrechas, con cubierta de madera, después con bóveda de cañón.
• Divididas en tramos, basados en reglas geométricas (la longitud de la nave central será
múltiplo de su ancho y las naves laterales, submúltiplos).
NAVES LATERALES
• Sirven como estructura de descarga de la nave central.
• Pueden tener bóveda de cañón, de arista o de cuarto de cañón.
• Están ayudadas en su función por gruesos muros y contrafuertes en el exterior de los
tramos.
• En el Románico pleno, sobre las naves laterales se construye una tribuna, que es una
galería con ventanas que se abren a la nave central, de dos vanos (―ajimeces‖) o de tres
(triforios), y que permiten el paso de la luz desde las ventanas del muro, sirviendo también
como elementos de descarga al cubrirlas con bóvedas de cañón. Esta tribuna se utiliza
tanto para los fieles como los religiosos, e incluso de almacén.
• Los MUROS de la NAVE CENTRAL, se articulan en 2 ó 3 niveles:
• Primer nivel: arcos de separación de las naves (formeros).
• Segundo nivel: vanos abiertos (ajimeces o triforios) a la tribuna o decorativos.
• Tercer nivel: zona superior hasta el arranque de la bóveda, generalmente con ventanas.
• Estos muros son cada vez más altos, menos monótonos (+decorados), aligerando su peso.
2.3-Las bóvedas de medio cañón
Bóveda de cañón con contrafuertes exteriores o estribos. La misión de los contrafuertes es
servir de refuerzo a los muros, contrarrestando así el peso que la bóveda ejerce sobre estos.
La cubierta interior de las naves y estancias diferentes consiste por lo general en la bóveda
de medio cañón —a veces, apuntada como los arcos— para la nave central; de arista o de
cuarto de cañón para las laterales y de concha o de cuarto de esfera para los ábsides,
alzándose sobre el crucero una cúpula poligonal apoyada en trompas (a estilo persa) que se
colocan en los ángulos o rincones resultantes del encuentro de los arcos torales. Dichas
trompas se constituyen por una bovedilla semicónica o por una serie de arquitos en
degradación que hacen el mismo oficio. Algunas veces, según la escuela a que pertenezca el
edificio, la nave central lleva techumbre de madera o carece de cúpula o por el contrario, la
tiene verdaderamente esférica y elevada sobre pechinas a estilo bizantino. La dificultad y la
diferencia mayor que se hallan en estos edificios estriban en el problema de combinar el
abovedamiento de todas las naves con la iluminación suficiente de la central y, además, en dar
al crucero o al encuentro de las naves un equilibrio muy estable y una cubierta
proporcionada: las soluciones varias que se dan a este doble problema constituyen las
diferencias principales de la escuelas arquitectónicas del estilo románico.
2.4- Arco de medio punto
El arco de medio punto describe realmente media circunferencia, a partir de los capiteles de
las jambas*. El arco se compone de piedras de sillería denominadas dovelas, de las cuales la
central recibe el nombre de clave.
2.9-Procedimientos de construcción
2.10-Principales elementos estructurales
Es característico del arte románico levantar una torre campanario, normalmente adosada al
edificio, si bien en ocasiones se acostumbra a construirla exenta, o separada de la nave
principal, como es el caso de la conocida torre de Pisa.
Por otra parte, como se puede observar en la imagen, a mayor proximidad al suelo, se abren
menos huecos en el muro de la torre. Con el fin de evitar derrumbamientos, ya que el empleo
del arco de medio punto en los ventanales supone cierto riesgo, debido a su diseño.
Como soporte usa pilares y columnas, éstas de forma cilíndrica y normalmente delgadas. Se
vuelven más gruesas cuanto mayor es el peso que han de soportar, como ocurre en las criptas
de algunos templos.
Sección de algunos pilares románicos Ejemplo de columnas románicas
En los capiteles se representan escenas animalísticas con seres zoomorfos, y también
escenas religiosas y de la vida cotidiana. Con menor frecuencia, se decoran con imágenes
vegetales. El cuerpo del capitel se asemeja al de una campana invertida.
Los capiteles románicos ofrecen especial interés por lo variado de sus formas y por las
curiosísimas labores con que suelen decorarse. Algunos de ellos conservan reminiscencias
clásicas de sabor corintio degenerado pero en su gran mayoría se forman de un grueso
prisma o de un tronco piramidal o de cono invertido en cuyos frentes lleva esculpidas labores
geométricas entrelazadas o motivos vegetales que en forma de hojas le rodean o asuntos
simbólicos e históricos. Va coronado el capitel por un ábaco grueso, denominado cimacio, el
cual se halla casi siempre decorado con molduras u otros ornamentos propios del estilo y
frecuentemente lleva por su parte inferior una serie de modillones cuadrados que parecen
almenas. En las columnas geminadas o yuxtapuestas suele cubrir el ábaco a todo el grupo de
ellas uniendo así sus capiteles.
Además del muro, como elemento de sustentación en el románico encontramos también a la
columna y al pilar. Se le da una nueva función debido a las grandes cargas que ésta debe
sostener y casi siempre sustituye al pilar . El pilar sostendrá directamente a los arcos. En
algunos casos cuando los arcos no sostienen directamente la presión de la bóveda se
sustituyen los pilares por columnas con capiteles.
Fachadas y portadas
Las puertas monumentales o portadas ornamentadas mediante sucesivas arquivoltas
abocinadas que apoyaban sobre columnas se abrían normalmente en el muro occidental o
meridional o en ambos. En los templos más ambiciosos podía haber numerosas puertas de
entrada para abarcar todos los muros del edificio. En este caso, la puerta principal está
normalmente en el hastial occidental. Esta fachada, además de la puerta monumentalizada,
puede tener otros ventanales y óculos o rosetones de iluminación (en el tardorrománico).
Materiales de construcción de la arquitectura románica
Los materiales básicos empleados en la arquitectura románica son:
Piedra de sillería o sillar que es un bloque de piedra labrado como un paralelepípedo).
Frecuentemente estos sillares eran marcados por los canteros con marcas para su posterior
cobro. Las paredes así elaboradas tenían dos finas capas de sillería y en medio una masa de
ripio (pequeñas piedras normalmente procedentes del tallado de los sillares.
La colocación o aparejo de la sillería puede ser a soga y tizón (alternando la disposición en
forma paralela y perpendicular a la dirección del paramento), encintada, en hileras, etc.
Sillarejo:Piedra más pequeña, de peor labrado y ajuste, realizada con martillo devastando
directamente la piedra bruta, pero sin pulir las caras.
Mampuesto: Piedra no labrada o de labrado tosco. Frecuentemente se usaba el "calicanto" a
base de mampostería aglutinada con argamasa (mortero de cal, arena y agua).
Posteriormente se enfoscaba para dar aspecto liso a la superficie previamente irregular.
Pintura románica mural y en tabla
Pintura Mural:
La Técnica de la pintura románica mural o al fresco y sus características estéticas.La
llamada pintura mural, es decir la que cubría los muros de los templos, se basaba en la
preparación de la pintura a base de pigmentos coloreados diluidos en agua de cal. Este tipo
de pintura se aplicaba sobre la superficie mural a la que previamente se había añadido una
capa de enlucido para alisarla (yeso, estuco...). La aplicación se hacía cuando el enlucido
estaba aún húmedo. Al secarse, el conjunto adquiría gran dureza y resistencia
Al igual que la escultura románica, la pintura mural se integra con la arquitectura y sigue las
reglas del "marco arquitectónico y esquema geométrico". Es decir, no se rige por imitación de
la naturaleza sino por una conceptualización racional. Esto hace que las figuras sean planas,
alargadas y sin perspectiva. Los personajes se escalonan y adoptan diferentes tamaños en
función de su relevancia. Los ojos y manos adquieren desproporcionada dimensión pues son
las partes de la anatomía humana más expresivas espiritualmente hablando.
Los colores empleados son intensos y brillantes (rojo, amarillo, naranja y azul) y se disponen
en franjas contiguas de colores muy contrastadas entre sí. El color negro servía para perfilar
las figuras.
Difusión
Probablemente lo más cierto que se pude decir de la pintura románica española y en general
europea es que, en origen, se basaba en un concepto y generaba una impresión estética
completamente diferente a la que tenemos ahora del románico.
La bóveda de horno del ábside se pintó con un maravillosos Cristo en Majestad
("Maiestas") de estilo bizantinante rodeado por cuatro ángeles que portan los símbolos de
los evangelistas. Por debajo corre un friso donde aparece parte del colegio apostólico con la
Virgen.
Dentro de las representaciones del tradicional "Pantocrátor" románico, sin duda éste es de
los más majestuosos, nobles y cargados de trascendente divinidad de todos los
representados en el románico internacional. A ello colabora la simetría perfecta y
concepción geométrica de su rostro y de toda su figura.
El Cristo de Tahull demuestra cómo el arte románico buscó y encontró la trascendencia
simbólica a través del orden lógico y geométrico de su arte.
La pintura románica sobre tabla se desarrolló especialmente en Cataluña. Decoraba
principalmente frontales de altares y pequeños retablos. A diferencia de la pintura mural al
fresco, se utilizaba la técnica del temple. Todo lo referente a la pintura mural es válido para la
pintura en tabla en lo referente a la iconografía (claramente religiosa) y la estética que sigue
basándose en el hieratismo simbólico románico. La gama de colores es la misma así como su
figuración.
Escultura románica
El Neoplatonismo defendido por San Agustín generó durante gran parte de la Edad
Media la certeza de que el mundo natural es sólo una apariencia intermedia tras la que se
oculta la verdadera realidad transcendente de Dios.
En este contexto, el arte debe rechazar la representación de la Naturaleza tal como se
percibe por los sentidos y se exige extraer las verdades ocultas. De esta manera, las formas
que adopta el románico se basan en una idea del arte desarrollado por y para la inteligencia
humana, no para sus sentidos. No pretende, como otros estilos anteriores y posteriores,
copiar fielmente la naturaleza circundante, sino conceptuar la belleza de una manera
abstracta y racional orden tras las formas físicas.
En el campo de la arquitectura, esto se traduce en el exclusivo uso de geometría euclidiana,
es decir, de las figuras geométricas más simples. Es una arquitectura de "escuadra y compás"
donde cuadrados, círculos, cubos y cilindros, se disponen con un sentido estricto del orden y
la simetría. La belleza y armonía que transmiten no es, por tanto, el resultado accidental del
artista que por intuición desarrolla unas formas bellas, sino un hecho calculado.
En el campo de la escultura, ésta se subordina a la arquitectura y sigue los mismos
planteamientos de sometimiento al orden racional y la lógica. La "Ley del Marco" y la "Ley
del Esquema Geométrico" enunciadas por Focillon reflejan este hecho con pleno acierto.