¿hay pecado oculto en tu corazón? - iglesiagalilea.org pecado oculto en... · el pasaje señala...

3
Versículo clave: Salmo 66:18 NTRODUCCIÓN: El pecado oculto es muy frecuente en la vida de personas que, en apariencia, son intachables. Gozan de reputación. Cuidan cada paso que dan; sin embargo, arrastrados por sus pasiones, terminan cayendo en una situación irregular que buscan—a toda costa—guardar en secreto. Pero la conciencia acusa. El asunto está ahí. Y las consecuencias son desastrosas. Ahora, aterricemos el asunto en la parte práctica. El pecado oculto nace con un pensamiento. Algo fugaz, a simple vista trivial. Es en este punto, cuando podemos desecharlo. Es tanto como estar en medio del puente que marca la frontera entre dos países. Si usted da un paso más, estará del otro lado, pero si retrocede, estará en la nación de la que es oriundo. Decisiones. Todo parte de ahí. Ahora, si avanza, habrá cruzado la frontera y el pensamiento de pecado, pasa a anidarse en el corazón y de ahí a la materialización, hay un corto trecho. ¿Qué guardas en tu corazón? DESARROLLO 1) Mida cada una de sus acciones: Toda persona, cristiana o no, está llamada a medir cuidadosamente cada una de sus acciones. Todo cuanto hagamos, desata consecuencias. Positivas o negativas. Todo depende de lo que hayamos hecho. Para ilustrar este aspecto lo invito a considerar el momento trascendental para el pueblo de Israel cuando se encontraban a las puertas de conquistar a Jericó. Dios estaba guiando cada paso. Y fue precisamente el Señor quien a través de Josué les advirtió: "No vayan a tomar nada de lo que ha sido destinado al exterminio para que ni ustedes ni el campamento de Israel se pongan en peligro de exterminio y de desgracia." (Josué 6:18 NVI) La Biblia nos advierte sobre muchas inclinaciones y comportamientos que resultan perjudiciales. La decisión es nuestra y nada más que nuestra, respecto del camino que debemos tomar. Dios no obliga a nadie. Nos da la opción, y nuestras elecciones deben ser responsables. Frente a la posibilidad de apropiarse de algo valioso, que tal vez cambiaría su futuro, un israelita optó por guardarse algo del botín (Josué 7:1). 01 ¿Hay Pecado Oculto en tu Corazón?

Upload: duongnhi

Post on 30-Sep-2018

218 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: ¿Hay Pecado Oculto en tu Corazón? - iglesiagalilea.org Pecado Oculto en... · El pasaje señala que "El ejército israelita sufrió treinta y seis bajas, y fue perseguido desde

Versículo clave: Salmo 66:18

NTRODUCCIÓN: El pecado oculto es muy frecuente en la vida de personas que, en apariencia,

son intachables. Gozan de reputación. Cuidan cada paso que dan; sin embargo, arrastrados por

sus pasiones, terminan cayendo en una situación irregular que buscan—a toda costa—guardar en

secreto. Pero la conciencia acusa. El asunto está ahí. Y las consecuencias son desastrosas.

Ahora, aterricemos el asunto en la parte práctica. El pecado oculto nace con un pensamiento.

Algo fugaz, a simple vista trivial. Es en este punto, cuando podemos desecharlo. Es tanto como

estar en medio del puente que marca la frontera entre dos países. Si usted da un paso más, estará

del otro lado, pero si retrocede, estará en la nación de la que es oriundo. Decisiones. Todo parte

de ahí.

Ahora, si avanza, habrá cruzado la frontera y el pensamiento de pecado, pasa a anidarse en el

corazón y de ahí a la materialización, hay un corto trecho. ¿Qué guardas en tu corazón?

DESARROLLO

1) Mida cada una de sus acciones: Toda persona, cristiana o no, está llamada a medir cuidadosamente cada una de sus acciones. Todo cuanto hagamos, desata consecuencias. Positivas o negativas. Todo depende de lo que hayamos hecho.

Para ilustrar este aspecto lo invito a considerar el momento trascendental para el pueblo de Israel cuando se encontraban a las puertas de conquistar a Jericó. Dios estaba guiando cada paso. Y fue precisamente el Señor quien a través de Josué les advirtió: "No vayan a tomar nada de lo que ha sido destinado al exterminio para que ni ustedes ni el campamento de Israel se pongan en peligro de exterminio y de desgracia." (Josué 6:18 NVI)

La Biblia nos advierte sobre muchas inclinaciones y comportamientos que resultan perjudiciales. La decisión es nuestra y nada más que nuestra, respecto del camino que debemos tomar. Dios no obliga a nadie. Nos da la opción, y nuestras elecciones deben ser responsables.

Frente a la posibilidad de apropiarse de algo valioso, que tal vez cambiaría su futuro, un israelita optó por guardarse algo del botín (Josué 7:1).

01

Tome nota del hecho: una sola persona terminó involucrando a los demás, generando perjuicio a quienes eran inocentes (cf. Ro 5:12). Es una realidad estrechamente ligada al pecado oculto. Un comportamiento inapropiado de su parte, afecta a su prójimo, a su cónyuge, a sus hijos, a su familia. ¿Lo ha pensado alguna vez? Si medita en el asunto seguramente coincidirá con la necesidad de aplicar correctivos, hoy, ahora mismo.

2) Consecuencia presentes y futuras: El pecado oculto produce consecuencias inmediatas,

pero también futuras. Un proceso. El hoy termina afectando el mañana. Mancha todos nuestros

días. Piénselo con detenimiento.

Sobre esta base, descubrimos el enorme perjuicio que la acción de Acán trajo sobre Israel. El

pueblo se aprestaba a conquistar la ciudad de Hai. Exploraron el territorio. Su informe fue

alentador (léase Josué 7:3-4).

¿Qué ocurrió? Los guerreros fueron derrotados. ¿La razón? El pecado oculto de Acán. Lo

afectaba directamente a él y a quienes le rodeaban. ¿Comprende la magnitud del problema?

El pasaje señala que "El ejército israelita sufrió treinta y seis bajas, y fue perseguido desde la

puerta de la ciudad hasta las canteras. Allí, en una pendiente, fueron vencidos. Como resultado,

todo el pueblo se acobardó y se llenó de miedo." (Josué 7:5 NVI)

La derrota fue la paga de obrar mal. Pregúntese ¿hay problemas en casa? ¿Crisis económica?

¿Proyectos que terminan en fracaso? Probablemente haya algo que guarda en su corazón y

contamina todo cuanto hace. Y la victoria sólo volverá cuando se ponga a cuentas con Dios y

decida asumir el cambio, tanto en su forma de pensar como de actuar.

3) Nada permanece oculto para siempre: Probablemente se siente relativamente tranquilo

porque hasta la fecha, nada de cuanto hace o ha hecho, es evidente. Pero ¡cuidado! Nada

permanece oculto para siempre. Temprano o tarde, saldrá a la luz. Por esa razón hoy es el día para

volver la mirada a Dios, pedir perdón por su pecado y aplicar correctivos. Evítese momentos

futuros desagradables, cuando quedará al descubierto lo que ha hecho y en lo que sigue

afincado, por orgullo, por temor o simplemente, porque le gusta andar envuelto en una vida

licenciosa de pecaminosidad.

Ante la derrota, Josué y los líderes de Israel hicieron lo que debían: buscaron el rostro de Dios.

Clamaron a Él en procura de respuestas. Y su búsqueda tuvo eco (Josué 7:10-12).

Dios les advirtió que en tanto persistiera esa situación, iban a experimentar derrota. No podrían

enfrentar exitosamente a sus enemigos (Vs. 13). Tome esa palabra para su vida. Aprópiese de ella

y obre en consonancia. Sométase a Dios y traiga cambios a sus actitudes y comportamiento. ¡Su

vida será diferente!

4) Su decisión: proseguir o corregir: Recuerde siempre que nuestro Dios, nos brinda la

oportunidad de corregir los errores. Eso no implica que las consecuencias se eliminen (Gá 6:7),

pero sí nos evitan una crisis futura. Algo más: si pedimos la intervención del Señor, Él sacará a la

luz aquello que no está de acuerdo con Su voluntad. El pecado oculto aflorará. Así ocurrió en el

caso de Acán. Dios reveló quién era el culpable. Acán, al verse descubierto, reveló cuáles fueron

sus motivaciones (Josué 7:20-21).

Obedecer muchas veces al corazón no es buen consejo (Jer 17:9). Nuestras emociones son

volubles y pueden conducirnos al error. Motivados por el momento, actuamos, y luego—con

cabeza fría—descubrimos lo que hicimos y tal vez es muy tarde.

APLICACIÓN:

Hoy es tiempo de corregir y cambiar. Si confesamos el pecado oculto delante de Dios,

alcanzaremos perdón. Pero debemos ser honestos. No permitir que la maldad siga anidando en

el corazón, trayendo perjuicios a nuestro presente y al mañana. ¡Tome la decisión! Vuélvase de

pecar y comience a caminar con el Señor, de acuerdo con Su voluntad. ¡Su vida será diferente!

Aceptar a Jesucristo en el corazón es el paso más importante que podemos dar. Es el comienzo

a una vida renovada y de victoria. Es muy sencillo. Dígale, allí donde se encuentre: "Señor

Jesucristo, reconozco en tu presencia que he pecado. Gracias por morir en la cruz por mis

errores. Hoy te recibo en el corazón como mi único y suficiente Salvador. Haz de mí la persona

que tú quieres que yo sea. Amén"

¿Hay Pecado Oculto en tu Corazón?

Page 2: ¿Hay Pecado Oculto en tu Corazón? - iglesiagalilea.org Pecado Oculto en... · El pasaje señala que "El ejército israelita sufrió treinta y seis bajas, y fue perseguido desde

Versículo clave: Salmo 66:18

NTRODUCCIÓN: El pecado oculto es muy frecuente en la vida de personas que, en apariencia,

son intachables. Gozan de reputación. Cuidan cada paso que dan; sin embargo, arrastrados por

sus pasiones, terminan cayendo en una situación irregular que buscan—a toda costa—guardar en

secreto. Pero la conciencia acusa. El asunto está ahí. Y las consecuencias son desastrosas.

Ahora, aterricemos el asunto en la parte práctica. El pecado oculto nace con un pensamiento.

Algo fugaz, a simple vista trivial. Es en este punto, cuando podemos desecharlo. Es tanto como

estar en medio del puente que marca la frontera entre dos países. Si usted da un paso más, estará

del otro lado, pero si retrocede, estará en la nación de la que es oriundo. Decisiones. Todo parte

de ahí.

Ahora, si avanza, habrá cruzado la frontera y el pensamiento de pecado, pasa a anidarse en el

corazón y de ahí a la materialización, hay un corto trecho. ¿Qué guardas en tu corazón?

DESARROLLO

1) Mida cada una de sus acciones: Toda persona, cristiana o no, está llamada a medir cuidadosamente cada una de sus acciones. Todo cuanto hagamos, desata consecuencias. Positivas o negativas. Todo depende de lo que hayamos hecho.

Para ilustrar este aspecto lo invito a considerar el momento trascendental para el pueblo de Israel cuando se encontraban a las puertas de conquistar a Jericó. Dios estaba guiando cada paso. Y fue precisamente el Señor quien a través de Josué les advirtió: "No vayan a tomar nada de lo que ha sido destinado al exterminio para que ni ustedes ni el campamento de Israel se pongan en peligro de exterminio y de desgracia." (Josué 6:18 NVI)

La Biblia nos advierte sobre muchas inclinaciones y comportamientos que resultan perjudiciales. La decisión es nuestra y nada más que nuestra, respecto del camino que debemos tomar. Dios no obliga a nadie. Nos da la opción, y nuestras elecciones deben ser responsables.

Frente a la posibilidad de apropiarse de algo valioso, que tal vez cambiaría su futuro, un israelita optó por guardarse algo del botín (Josué 7:1).

Tome nota del hecho: una sola persona terminó involucrando a los demás, generando perjuicio a quienes eran inocentes (cf. Ro 5:12). Es una realidad estrechamente ligada al pecado oculto. Un comportamiento inapropiado de su parte, afecta a su prójimo, a su cónyuge, a sus hijos, a su familia. ¿Lo ha pensado alguna vez? Si medita en el asunto seguramente coincidirá con la necesidad de aplicar correctivos, hoy, ahora mismo.

2) Consecuencia presentes y futuras: El pecado oculto produce consecuencias inmediatas,

pero también futuras. Un proceso. El hoy termina afectando el mañana. Mancha todos nuestros

días. Piénselo con detenimiento.

Sobre esta base, descubrimos el enorme perjuicio que la acción de Acán trajo sobre Israel. El

pueblo se aprestaba a conquistar la ciudad de Hai. Exploraron el territorio. Su informe fue

alentador (léase Josué 7:3-4).

¿Qué ocurrió? Los guerreros fueron derrotados. ¿La razón? El pecado oculto de Acán. Lo

afectaba directamente a él y a quienes le rodeaban. ¿Comprende la magnitud del problema?

El pasaje señala que "El ejército israelita sufrió treinta y seis bajas, y fue perseguido desde la

puerta de la ciudad hasta las canteras. Allí, en una pendiente, fueron vencidos. Como resultado,

todo el pueblo se acobardó y se llenó de miedo." (Josué 7:5 NVI)

La derrota fue la paga de obrar mal. Pregúntese ¿hay problemas en casa? ¿Crisis económica?

¿Proyectos que terminan en fracaso? Probablemente haya algo que guarda en su corazón y

contamina todo cuanto hace. Y la victoria sólo volverá cuando se ponga a cuentas con Dios y

decida asumir el cambio, tanto en su forma de pensar como de actuar.

3) Nada permanece oculto para siempre: Probablemente se siente relativamente tranquilo

porque hasta la fecha, nada de cuanto hace o ha hecho, es evidente. Pero ¡cuidado! Nada

permanece oculto para siempre. Temprano o tarde, saldrá a la luz. Por esa razón hoy es el día para

volver la mirada a Dios, pedir perdón por su pecado y aplicar correctivos. Evítese momentos

futuros desagradables, cuando quedará al descubierto lo que ha hecho y en lo que sigue

02

afincado, por orgullo, por temor o simplemente, porque le gusta andar envuelto en una vida

licenciosa de pecaminosidad.

Ante la derrota, Josué y los líderes de Israel hicieron lo que debían: buscaron el rostro de Dios.

Clamaron a Él en procura de respuestas. Y su búsqueda tuvo eco (Josué 7:10-12).

Dios les advirtió que en tanto persistiera esa situación, iban a experimentar derrota. No podrían

enfrentar exitosamente a sus enemigos (Vs. 13). Tome esa palabra para su vida. Aprópiese de ella

y obre en consonancia. Sométase a Dios y traiga cambios a sus actitudes y comportamiento. ¡Su

vida será diferente!

4) Su decisión: proseguir o corregir: Recuerde siempre que nuestro Dios, nos brinda la

oportunidad de corregir los errores. Eso no implica que las consecuencias se eliminen (Gá 6:7),

pero sí nos evitan una crisis futura. Algo más: si pedimos la intervención del Señor, Él sacará a la

luz aquello que no está de acuerdo con Su voluntad. El pecado oculto aflorará. Así ocurrió en el

caso de Acán. Dios reveló quién era el culpable. Acán, al verse descubierto, reveló cuáles fueron

sus motivaciones (Josué 7:20-21).

Obedecer muchas veces al corazón no es buen consejo (Jer 17:9). Nuestras emociones son

volubles y pueden conducirnos al error. Motivados por el momento, actuamos, y luego—con

cabeza fría—descubrimos lo que hicimos y tal vez es muy tarde.

APLICACIÓN:

Hoy es tiempo de corregir y cambiar. Si confesamos el pecado oculto delante de Dios,

alcanzaremos perdón. Pero debemos ser honestos. No permitir que la maldad siga anidando en

el corazón, trayendo perjuicios a nuestro presente y al mañana. ¡Tome la decisión! Vuélvase de

pecar y comience a caminar con el Señor, de acuerdo con Su voluntad. ¡Su vida será diferente!

Aceptar a Jesucristo en el corazón es el paso más importante que podemos dar. Es el comienzo

a una vida renovada y de victoria. Es muy sencillo. Dígale, allí donde se encuentre: "Señor

Jesucristo, reconozco en tu presencia que he pecado. Gracias por morir en la cruz por mis

errores. Hoy te recibo en el corazón como mi único y suficiente Salvador. Haz de mí la persona

que tú quieres que yo sea. Amén"

¿Hay Pecado Oculto en tu Corazón?

Page 3: ¿Hay Pecado Oculto en tu Corazón? - iglesiagalilea.org Pecado Oculto en... · El pasaje señala que "El ejército israelita sufrió treinta y seis bajas, y fue perseguido desde

Versículo clave: Salmo 66:18

NTRODUCCIÓN: El pecado oculto es muy frecuente en la vida de personas que, en apariencia,

son intachables. Gozan de reputación. Cuidan cada paso que dan; sin embargo, arrastrados por

sus pasiones, terminan cayendo en una situación irregular que buscan—a toda costa—guardar en

secreto. Pero la conciencia acusa. El asunto está ahí. Y las consecuencias son desastrosas.

Ahora, aterricemos el asunto en la parte práctica. El pecado oculto nace con un pensamiento.

Algo fugaz, a simple vista trivial. Es en este punto, cuando podemos desecharlo. Es tanto como

estar en medio del puente que marca la frontera entre dos países. Si usted da un paso más, estará

del otro lado, pero si retrocede, estará en la nación de la que es oriundo. Decisiones. Todo parte

de ahí.

Ahora, si avanza, habrá cruzado la frontera y el pensamiento de pecado, pasa a anidarse en el

corazón y de ahí a la materialización, hay un corto trecho. ¿Qué guardas en tu corazón?

DESARROLLO

1) Mida cada una de sus acciones: Toda persona, cristiana o no, está llamada a medir cuidadosamente cada una de sus acciones. Todo cuanto hagamos, desata consecuencias. Positivas o negativas. Todo depende de lo que hayamos hecho.

Para ilustrar este aspecto lo invito a considerar el momento trascendental para el pueblo de Israel cuando se encontraban a las puertas de conquistar a Jericó. Dios estaba guiando cada paso. Y fue precisamente el Señor quien a través de Josué les advirtió: "No vayan a tomar nada de lo que ha sido destinado al exterminio para que ni ustedes ni el campamento de Israel se pongan en peligro de exterminio y de desgracia." (Josué 6:18 NVI)

La Biblia nos advierte sobre muchas inclinaciones y comportamientos que resultan perjudiciales. La decisión es nuestra y nada más que nuestra, respecto del camino que debemos tomar. Dios no obliga a nadie. Nos da la opción, y nuestras elecciones deben ser responsables.

Frente a la posibilidad de apropiarse de algo valioso, que tal vez cambiaría su futuro, un israelita optó por guardarse algo del botín (Josué 7:1).

Tome nota del hecho: una sola persona terminó involucrando a los demás, generando perjuicio a quienes eran inocentes (cf. Ro 5:12). Es una realidad estrechamente ligada al pecado oculto. Un comportamiento inapropiado de su parte, afecta a su prójimo, a su cónyuge, a sus hijos, a su familia. ¿Lo ha pensado alguna vez? Si medita en el asunto seguramente coincidirá con la necesidad de aplicar correctivos, hoy, ahora mismo.

2) Consecuencia presentes y futuras: El pecado oculto produce consecuencias inmediatas,

pero también futuras. Un proceso. El hoy termina afectando el mañana. Mancha todos nuestros

días. Piénselo con detenimiento.

Sobre esta base, descubrimos el enorme perjuicio que la acción de Acán trajo sobre Israel. El

pueblo se aprestaba a conquistar la ciudad de Hai. Exploraron el territorio. Su informe fue

alentador (léase Josué 7:3-4).

¿Qué ocurrió? Los guerreros fueron derrotados. ¿La razón? El pecado oculto de Acán. Lo

afectaba directamente a él y a quienes le rodeaban. ¿Comprende la magnitud del problema?

El pasaje señala que "El ejército israelita sufrió treinta y seis bajas, y fue perseguido desde la

puerta de la ciudad hasta las canteras. Allí, en una pendiente, fueron vencidos. Como resultado,

todo el pueblo se acobardó y se llenó de miedo." (Josué 7:5 NVI)

La derrota fue la paga de obrar mal. Pregúntese ¿hay problemas en casa? ¿Crisis económica?

¿Proyectos que terminan en fracaso? Probablemente haya algo que guarda en su corazón y

contamina todo cuanto hace. Y la victoria sólo volverá cuando se ponga a cuentas con Dios y

decida asumir el cambio, tanto en su forma de pensar como de actuar.

3) Nada permanece oculto para siempre: Probablemente se siente relativamente tranquilo

porque hasta la fecha, nada de cuanto hace o ha hecho, es evidente. Pero ¡cuidado! Nada

permanece oculto para siempre. Temprano o tarde, saldrá a la luz. Por esa razón hoy es el día para

volver la mirada a Dios, pedir perdón por su pecado y aplicar correctivos. Evítese momentos

futuros desagradables, cuando quedará al descubierto lo que ha hecho y en lo que sigue

afincado, por orgullo, por temor o simplemente, porque le gusta andar envuelto en una vida

licenciosa de pecaminosidad.

Ante la derrota, Josué y los líderes de Israel hicieron lo que debían: buscaron el rostro de Dios.

Clamaron a Él en procura de respuestas. Y su búsqueda tuvo eco (Josué 7:10-12).

Dios les advirtió que en tanto persistiera esa situación, iban a experimentar derrota. No podrían

enfrentar exitosamente a sus enemigos (Vs. 13). Tome esa palabra para su vida. Aprópiese de ella

y obre en consonancia. Sométase a Dios y traiga cambios a sus actitudes y comportamiento. ¡Su

vida será diferente!

4) Su decisión: proseguir o corregir: Recuerde siempre que nuestro Dios, nos brinda la

oportunidad de corregir los errores. Eso no implica que las consecuencias se eliminen (Gá 6:7),

pero sí nos evitan una crisis futura. Algo más: si pedimos la intervención del Señor, Él sacará a la

luz aquello que no está de acuerdo con Su voluntad. El pecado oculto aflorará. Así ocurrió en el

caso de Acán. Dios reveló quién era el culpable. Acán, al verse descubierto, reveló cuáles fueron

sus motivaciones (Josué 7:20-21).

Obedecer muchas veces al corazón no es buen consejo (Jer 17:9). Nuestras emociones son

volubles y pueden conducirnos al error. Motivados por el momento, actuamos, y luego—con

cabeza fría—descubrimos lo que hicimos y tal vez es muy tarde.

APLICACIÓN:

Hoy es tiempo de corregir y cambiar. Si confesamos el pecado oculto delante de Dios,

alcanzaremos perdón. Pero debemos ser honestos. No permitir que la maldad siga anidando en

el corazón, trayendo perjuicios a nuestro presente y al mañana. ¡Tome la decisión! Vuélvase de

pecar y comience a caminar con el Señor, de acuerdo con Su voluntad. ¡Su vida será diferente!

Aceptar a Jesucristo en el corazón es el paso más importante que podemos dar. Es el comienzo

a una vida renovada y de victoria. Es muy sencillo. Dígale, allí donde se encuentre: "Señor

Jesucristo, reconozco en tu presencia que he pecado. Gracias por morir en la cruz por mis

errores. Hoy te recibo en el corazón como mi único y suficiente Salvador. Haz de mí la persona

que tú quieres que yo sea. Amén"

03

¿Hay Pecado Oculto en tu Corazón?