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Herramientas para analizar lo institucional. Singularidad institucional Lic. Verónica P. Scardamaglia Trabajar desde un posicionamiento institucional hace necesario abrir y discutir a que llamamos “lo institucional”. Situarse en la definición de este concepto implica diferenciarse de otros modos de trabajar y analizar las organizaciones. El Análisis Institucional, inventado por René Lourau y George Lapassade a fines de la década del 60, se plantea como teoría y como corriente. En un sentido amplio, en palabras de Lourau, se trata de una “teoría crítica de la formas sociales” 1 , de un “método de trabajo científico, que pone el acento en la descripción de las condiciones de investigación, sobre la implicación permanente y no sólo mencionada puntualmente, sobre el lazo entre implicación e institucionalización” 2 . En un sentido más restringido, se lo considera como socioanálisis o análisis institucional en situación. El Análisis Institucional se instaura con la posibilidad de un análisis colectivo, cuando alguien pregunta, dice Lourau, “Pero ¿qué es lo que hacemos aquí?” 3 Uno de los aportes del AI es que consideran al concepto institución en su dimensión dialéctica e histórica. Así, el concepto institución, analizado dialécticamente, es pensado en tres momentos: universalidad (lo instituido / la universalidad de la ideología), particularidad (lo instituyente / particularidad de la base social) y singularidad (la institucionalización / singularidad de la base material). Dice Lourau “La institucionalización es un proceso, una transformación, una lucha que concierne a todos los aspectos del fenómeno social.” 4 El primer momento remite a la dimensión abstracta, general, a la unidad positiva del concepto. Universalidad que queda negada en la medida en que distintas condiciones políticas, culturales, económicas e históricas la particularizan. Estas múltiples acciones particulares que se ejercen sobre una norma universal hacen que la norma se materialice en un momento singular. Por ejemplo, Educación- Salud-Salario que se materializan de manera particular en las organizaciones - escuela, instituto, hospital-, particularidad que se manifiesta de forma singular en los acontecimientos 1 Lourau, René.”El Estado y el inconsciente” Pág. 105. Ed. Kairós, 1978. 2 Lourau, René.”Libertad de movimientos. Una introducción al análisis institucional”. EUDEBA, 2001. Pág. 24. 3 Ob. cit. Pág. 58. 4 Lourau, René.”El Estado y el inconsciente”. Ed. Kairós, 1978.Pág. 78.

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Herramientas para analizar lo institucional. Singularidad institucionalLic. Verónica P. Scardamaglia

Trabajar desde un posicionamiento institucional hace necesario abrir y discutir a que llamamos “lo institucional”. Situarse en la definición de este concepto implica diferenciarse de otros modos de trabajar y analizar las organizaciones.El Análisis Institucional, inventado por René Lourau y George Lapassade a fines de la década del 60, se plantea como teoría y como corriente. En un sentido amplio, en palabras de Lourau, se trata de una “teoría crítica de la formas sociales”1, de un “método de trabajo científico, que pone el acento en la descripción de las condiciones de investigación, sobre la implicación permanente y no sólo mencionada puntualmente, sobre el lazo entre implicación e institucionalización”2. En un sentido más restringido, se lo considera como socioanálisis o análisis institucional en situación.El Análisis Institucional se instaura con la posibilidad de un análisis colectivo, cuando alguien pregunta, dice Lourau, “Pero ¿qué es lo que hacemos aquí?”3

Uno de los aportes del AI es que consideran al concepto institución en su dimensión dialéctica e histórica. Así, el concepto institución, analizado dialécticamente, es pensado en tres momentos: universalidad (lo instituido / la universalidad de la ideología), particularidad (lo instituyente / particularidad de la base social) y singularidad (la institucionalización / singularidad de la base material). Dice Lourau “La institucionalización es un proceso, una transformación, una lucha que concierne a todos los aspectos del fenómeno social.”4

El primer momento remite a la dimensión abstracta, general, a la unidad positiva del concepto. Universalidad que queda negada en la medida en que distintas condiciones políticas, culturales, económicas e históricas la particularizan. Estas múltiples acciones particulares que se ejercen sobre una norma universal hacen que la norma se materialice en un momento singular. Por ejemplo, Educación-Salud-Salario que se materializan de manera particular en las organizaciones - escuela, instituto, hospital-, particularidad que se manifiesta de forma singular en los acontecimientos cotidianos. Es así que podemos decir que la institución es un proceso, es “el movimiento de las fuerzas históricas que hacen y deshacen las formas”5 No se trata de una lógica inductiva ni deductiva, tampoco abarcativa o inclusiva sino que se trata de pensar la complejidad desde la diferencia. Es decir, pensar en tensión, sosteniendo en el análisis de lo cotidiano, aquello que podamos visibilizar de las dimensiones universales y particulares. Trabajamos con lo que se nos hace posible y concreto desde el análisis de lo singular de una situación, un hecho, un acontecimiento. Plantea Elsa Emmanuele: “Lo singular es aquello cualitativamente distinto que no es ni idéntico ni semejante sino simplemente diferente, mientras que lo individual remite a una significación cuantitativa: individual es uno, indivisible e idéntico, es la unidad entera más pequeña.”En la misma línea de pensamientos, siguiendo lo planteado por Marita Annonni, “… lo institucional no alude a esas concepciones que asimilan las instituciones con la geografía de los establecimientos, que confunden y reducen lo institucional al acotado escenario de lo que allí sucede en términos de funcionamiento. Lo institucional rebasa la funcionalidad de los establecimientos como tales y, en todo caso, tal funcionalidad debe ser entendida como efecto de un haz complejo y móvil de relaciones políticas,

1 Lourau, René.”El Estado y el inconsciente” Pág. 105. Ed. Kairós, 1978.2 Lourau, René.”Libertad de movimientos. Una introducción al análisis institucional”. EUDEBA, 2001. Pág. 24.3 Ob. cit. Pág. 58.4 Lourau, René.”El Estado y el inconsciente”. Ed. Kairós, 1978.Pág. 78.5 Ob. cit. Pág. 78.

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económicas, sociales, etc. que atraviesa tanto al establecimiento, como a los grupos y sujetos que allí protagonizan múltiples prácticas. En la línea de pensamiento de Foucault lo institucional se encuentra regido o regulado por un orden general y exterior, por una tecnología y estrategia de poder que atravesando los saberes deviene en suelo o matriz constitutiva de objetos, conceptos, sujetos y prácticas sociales.”

Analizadores

Se considera como analizadores tanto a aquellos acontecimientos espontáneos que nos brinde la propia situación, como a aquellos dispositivos que se puedan construir para trabajar en la intervención a partir del análisis de la demanda. Este análisis sería, como dice Lourau, ver en relieve lo que la demanda delinea en hueco, en el interjuego permanente y sincrónico entre fuerzas que tienden a reforzar lo instituido y fuerzas que tienden a cuestionarlo. En Análisis Institucional se considera que todo analizador es un analizador social. De aquí se desprende, por un lado, la espontaneidad del analizador natural, y lo artificial del dispositivo analizador, espacio-tiempo estratégico construido para la intervención. Ambos son secundarios al carácter social del analizador. Dice Lourau “El analizador desinstitucionaliza, revela el instituyente aplastado bajo el instituido y, al hacerlo, desarregla al instituido”6

El analizador interroga simultáneamente al saber y al poder y analiza ambos, tanto el deseo de saber como nuestra posición en las relaciones sociales. En este sentido cabe considerar que “Por analizador entiendo los elementos de la realidad social que manifiestan con mayor virulencia las contradicciones del sistema.”7

La producción de analizadores en toda situación dada, es la condición indispensable de cómo los actores perciben tal situación. El analizador permite “revelar la estructura de las instituciones, provocarlas, obligarlas a hablar”8. Posibilita tanto que los múltiples entrecruzamientos propios de la institución se tornen visibles, así como también, un reposicionamiento de los actores frente a sus propios lugares institucionales, es decir, que el grupo recupere la posibilidad instituyente para moverse del lugar de alienación instituido.Desde este posicionamiento buscamos dar sentido a las intervenciones desde un lugar interviniente en el que se eviten generalizaciones, reduccionismos y posiciones dogmáticas y desde el que se promuevan el análisis y abordaje a través de una lógica situacional, considerando el “depende” y el “no todos” como principios para lograr interrogar cómo sucede lo que sucede.

Del pedido a la demanda. Programa de trabajo

La reflexión sobre nuestras prácticas en intervenciones institucionales nos ha llevado a tomar algunas consideraciones a nivel teórico que revisamos en cuanto a sus posibilidades en las prácticas.Consideramos como pedido a lo fenoménico. Dice Deleuze en sus lecciones sobre Kant: “Hay fenomenología a partir del momento en que el fenómeno ya no es definido como apariencia sino como aparición. (...) La aparición es lo que aparece en tanto que aparece. Un punto es todo. No me pregunto si hay algo detrás, no me pregunto si es falso o no. La aparición no esta cogida en la pareja de oposiciones, en la distinción binaria de la que es la apariencia, en distinción con la esencia.”9

6 Lourau, René.”El Estado y el inconsciente”. Ed. Kairós, 1978. Pág. 1567 Ob. Cit. pág. 628 Lourau, René “El análisis institucional” Amorrortu editores.9 www.webdeleuze.com

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En esta línea, tomamos al pedido como lo dicho, eso que aparece en determinado momento, con su modo de ser expresado, con sus modulaciones y matices que lo hacen propio. Esto remite siempre a una situación más compleja. En ella se juegan lugares institucionales de quien pide, sus implicaciones y las de quien recibe el pedido. Esto supone un tiempo de trabajo con quien formula el pedido, que no se agota en una reunión o entrevista, ya que es el momento para conectarse con los otros vinculados al pedido y con el momento institucional e histórico político en el que hace aparición. Analizar el pedido consiste en crear condiciones que permitan interrogar lo obvio. Implica desnaturalizar, dejarse incomodar.El análisis del pedido constituye el umbral de intervención, momento de negociaciones y luchas discursivas que van poniendo en juego el análisis de la demanda. En la praxis cotidiana, las posibilidades de dar y darse tiempo de trabajo para el análisis del pedido, para la fase de negociación, depende de las condiciones en que se planteé la intervención. No es lo mismo ser integrante de un equipo externo, intervenir desde la propia organización. Incluso puede transformarse en un obstáculo querer sujetarse estrictamente a las propuestas teóricas de trabajo del Análisis Institucional. El programa de trabajo funciona como soporte institucional de la praxis, la legaliza y legitima. Se lo considera como el ofrecimiento de prestaciones profesionales, sirve para desplegar posibles actividades a realizar, cuándo, dónde y en qué condiciones de pago. Es importante tener en claro qué se ofrece y con quiénes se trabajará, en tanto delimitar lo que se puede y no se puede. Cabe siempre estar abiertos a la posibilidad de imprevistos que nos obligarán a reencuadrar o no las estrategias de trabajo propuestas. Esto invita no solo a considerar aquello que la fuerza del azar pueda ofrecer sino la necesidad de configuración de nuestras estrategias en función de lo que la realidad despliega.A través del programa de trabajo se formalizan los pedidos. Funciona como ordenador de la situación de intervención y permite considerar las posibilidades y las estrategias. Es un aspecto integrante del dispositivo de análisis e intervención institucional. El acto fundador de la formulación de una intervención es el análisis de la demanda. En la demanda está implicado el requerimiento técnico, esto es, un modelo posible de entender la práctica profesional desde quien pide. Se refiere al juego de expectativas imaginarias respecto de lo que debiera hacer el que recibe el pedido. Tengamos en cuenta que el pedido pone en juego una demanda que expresa el nivel de problematicidad de un colectivo. La demanda siempre remite a un colectivo, al estatuto social de la demanda. “La demanda se refiere a la expresión del deseo en situación institucional”10. El sentido de la demanda para el Análisis Institucional se centra en la creación de condiciones que permitan su despliegue. En las intervenciones, estamos convencidos de que no se trata de responder a la urgencia (los tiempos personales no son los tiempos institucionales) sino de instalar ciertas condiciones de posibilidad para que algunos interrogantes puedan circular. Esto quiere decir incluir y pensar en la construcción de algunas estrategias de acción posibles para que algo circule y la urgencia se descentre. Muchas veces con “solo” escuchar y preguntar sobre las acciones ya realizadas o las situaciones acontecidas, algo se descentra. Creemos que esto implica también acciones concretas en función de lo que aparece, no sólo análisis.Algunos de los obstáculos que suelen presentarse en las intervenciones, pueden relacionarse con que existen ciertos recursos de Salud, Justicia, Educación, Desarrollo Social que, antes que producir efectos de configuración de redes, operan como fuerzas dispersivas sin producir intervenciones que construyan alternativas de abordaje posibles. Esto es, nos encontramos con una serie de “intervenciones que no intervienen” sino que coagulan ciertas conflictivas eternizándolas y transformándolas en situaciones o lugares de gran impotencia.

10 Manero Brito, Roberto. “Tramas”, revista de psicología. Universidad Autónoma Metropolitana Nº1. México, 1990.

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En este sentido, muchas veces trabajamos sobre intervenciones fallidas y / o con recursos que dispersan acciones y posibilidades, en lugar de potenciar transformaciones. Trabajamos con los “agujeros” que dejan el sistema de salud, el judicial y el educativo por los que caen nuestros jóvenes...

Aquello que nos sujeta

Al trabajar en intervenciones institucionales, y creemos que en nuestros ámbitos laborales en general, es fundamental situarse desde el análisis de la propia implicación, desde las interpelaciones que pueden posibilitar alertar las redes que nos enredan. Es a través del ejercicio colectivo del análisis de nuestras implicaciones que podremos trabajar en el cuidado de uno mismo.El ejercicio de análisis de la implicación debe ser constante. Esto sirve para repensar el posicionamiento que se asume ante las situaciones que se plantean y el estatuto de las mismas, así como también para estar alertas a los modos de funcionamiento de los paradigmas que habitamos y lograr instalar acciones que permitan cuidarnos de nuestra salud. Interpelarse significa que el análisis en sí mismo ya es considerado como una operación de intervención. Al intervenir uno es intervenido. En este sentido, es posible objetivar una situación de la realidad, pero consideramos a la neutralidad y a la objetividad como tramposas ilusiones.En palabras de Lourau “La implicación, resistiendo al análisis, no es pasiva en sí misma. Actúa con fuerza en la sombra en la que la sobreimplicación, como señala Guigou, trata de mantenerla, de camuflarla”11. En este sentido, debemos estar dispuestos a comenzar por la propia interpelación dado que “la dimensión institucional atraviesa estructuralmente dejando sus huellas en las propias filiaciones, en los paradigmas que subyacen a la práctica cotidiana, en las posiciones subjetivas que cada uno transita en el interior de los lugares asignados y/o asumidos”12. Entendemos por sobreimplicación a aquella “fuerza normativa del sobretrabajo” o “stress rentable”. Con este concepto, Lourau y Lappassade se refieren a aquellos modos de producción de subjetividad propios del neoliberalismo, donde se hipoteca nuestra energía vital, nuestra salud en pos de soluciones que nunca llegan. El stress rentable garantiza al sistema cuerpos desgastados reemplazables que juegan al simulacro de la responsabilidad en nombre del sí mismo. Ya no se trata sólo de la alienación objetiva planteada por Marx, ahora es nuestra subjetividad, nuestra libido la que queda alienada por las fuerzas del capital. Es por ello que los cuerpos estallan, hacen síntoma, sueñan, gritan, enferman.

Esta caja de herramientas nos lleva a cuestionar los posicionamientos reduccionistas que, ya sea por quedar abrochados a una mirada clínico-patológica, por sostenerse en el análisis de lógicas sistémicas, por criminalizar a los actores institucionales o por culpabilizarlos, no permiten la posibilidad de problematizar las intervenciones sin que la complejidad del análisis no elimine la implementación de acciones concretas y posibles. Nos referimos con ello a posiciones que sitúan los conflictos y a las herramientas para pensarlos en planos binarios-circulares, que conciben lo humano como “inmerso en una sociedad” (como si fuera posible no estarlo) y no en tanto constituido, atravesado y con posibilidad transformadora respecto de lo histórico social y de si mismo. En este sentido, creemos necesario desempolvarnos de los discursos que nos habitan y nos han producido ya sea como profesionales, ya sea como trabajadores. Sostener este posicionamiento epistemológico significa analizar diferentes dimensiones simultáneas: el análisis de las implicaciones, la materialidad discursiva de

11 Lourau, R. “Implicación y Sobreimplicación”. 1987-1990. Traductora: Lic. María José Acevedo.12 Emmanuele, Elsa y Liborio, Mónica. “Paradojas del discurso médico. Perspectivas de intervención desde la epidemiología social.” OPS- OMS-Fundación Ross.

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lo pedagógico, lo imaginario social, la construcción de subjetividad en la trama histórica de las relaciones saber- poder-verdad, entre otras cuestiones.

Emmanuele, Elsa S.: “Educación, Salud, Discurso Pedagógico”. Edic. Novedades Educativas, 1998.

Kaminsky, Gregorio: “Dispositivos Institucionales” Lugar Editorial. 1994. Lourau, René “El análisis institucional” Amorrortu editores. 1970 Emmanuele, Elsa S.: “Educación, Salud, Discurso Pedagógico”. Edic. Novedades

Educativas, 1998. Annoni, María Eugenia: “Institución ¿de qué se trata?” por Revista Puente Año 1, Nº 2,

Junio 2008, pp. 12-13 Edic. Secretaría Estudios de PG, Facultad de Psicología, UNR Rosario, Argentina